LA CATEGORÍA REFUGIADO DE FACTO EN LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA. Aportes a la Moral Social. PABLO FERNÁNDEZ

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1 LA CATEGORÍA REFUGIADO DE FACTO EN LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA. Aportes a la Moral Social. PABLO FERNÁNDEZ PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA Facultad de Teología Programa de Carrera en Teología Bogotá Colombia 2016

2 LA CATEGORÍA REFUGIADO DE FACTO EN LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA. Aportes a la Moral Social. PABLO FERNÁNDEZ TRABAJO DE GRADO PARA OPTAR AL TITULO DE TEOLOGO TUTOR DE TRABAJO DE GRADO: CARLOS BRICEÑO PONTIFICIA UNIVERSIDAD JAVERIANA Facultad de Teología Programa de Carrera en Teología Bogotá Colombia

3 Este trabajo está dedicado a los millones de refugiados y refugiadas, rostros de Dios que han partido, y partirán, en búsqueda de un lugar más seguro. Muchos de ellos morirán en el intento y no serán noticia, quizás sólo una cifra más. También en recuerdo de mis compañeros de camino. 3

4 Nota de aceptación Firma del presidente del Jurado Firma del Jurado Firma del Jurado La Universidad no se hace responsable por los conceptos emitidos por los alumnos en sus trabajos de síntesis; sólo velará porque no se publique nada contrario al dogma y la moral católica y porque las tesis no contengan ataques o polémicas puramente personales, antes bien, se vea en ellas el anhelo de buscar la verdad y la justicia (Reglamento General de la Pontificia Universidad Javeriana. Artículo 23 de la Resolución No. 13 del 06 de junio de 1964). Bogotá, D.C.,

5 TABLA DE CONTENIDO INTRODUCCIÓN Planteamiento del problema Justificación Estado del arte Objetivos Método de la investigación CAPITULO I: EL PENSAMIENTO SOCIAL Y SUS IMPLICANCIAS SOBRE EL TEMA DE MOVILIDAD HUMANA Pensamiento social de la Iglesia sobre el hecho refugio a lo largo de la historia Presentación y análisis de la definición de refugio de facto a partir de los documentos: Los Refugiados, un desafío a la Solidaridad (1992), Acoger a Cristo en los Refugiados y en los desplazados forzosos (2013) y la definición entregada por ACNUR a) La Teología y el diálogo con otras disciplinas b) Definición de refugiado entregada por la Convención de Ginebra de 1951 y la Organización Internacional para las Migraciones c) Definición entrega por la DSI sobre refugio de facto en los documentos: Los Refugiados, un desafío a la Solidaridad d) Documento pastoral Acoger a Cristo en los Refugiados y en los desplazados forzosos Análisis de la definición de refugio de facto a partir de los documentos: Los Refugiados, un desafío a la Solidaridad y la definición entregada por ACNUR La perspectiva del papa Francisco frente a los refugiados CAPITULO II: LA NECESIDAD DE UNA REFLEXIÓN DESDE MORAL SOCIAL SOBRE TEMA DE REFUGIO DE FACTO Moral Social previa al CVII El lugar de la nueva Moral Social El conflicto ético entre dos modos de hacer Moral CAPITULO III:

6 APORTES DEL CONCEPTO DE REFUGIO DE FACTO A LA MORAL SOCIAL Acercamiento a 3 Jn 1, Los refugiados de facto y la acogida Desafíos eclesiales desde los refugiados de facto y 3 Jn 1, Sistematización Moral desde los refugiados de facto a) Presupuesto Antropológico b) Presupuesto epistemológico c) Presupuesto disciplinar d) Presupuesto eclesial CONCLUSIÓN BIBLIOGRAFÍA

7 INTRODUCCIÓN Los primeros grupos humanos desde sus orígenes ha transitado por el planeta en búsqueda de comida, agua, seguridad y un mejor vivir. Esta característica humana en la actualidad se sigue repitiendo en términos generales motivadas por las mismas causas. La diferencia se debe a que hoy estas son cada vez más complejas debido a los diferentes factores que influyen y, asimismo, los actores y las realidades a las cuales pertenecen, considerando que todo esto se ve envuelto es un mundo cada vez más globalizado. El tema de movilidad humana, y de manera particular el refugio, se ha convertido en un tema contingente para todos los estados, gobiernos y las instituciones a nivel general. Esto es, ya sea por el continuo desplazamiento interno desde el campo a la ciudad, o bien, por el hecho que cientos de miles de personas parten a otros países o bien son recibidos por muchos de estos. De cara a esta realidad, la Iglesia ha realizado aportes importantes en este ámbito, ya sea desde el trabajo pastoral o bien la reflexión desde diferentes áreas de la Teología. Por estas razones el siguiente trabajo quiere aportar la reflexión sobre el desplazamiento de las personas, y de manera específica sobre la situación de los refugiados de facto, ya que estos invitan a preocuparse y analizar el hecho o los hechos en sí mismos causantes de su desplazamiento y también generadores de otras situaciones sociales importantes de considerar. La Iglesia consciente de esto, y por medio de su Magisterio, con el pasar del tiempo ha ido reflexionando sobre esta materia cada vez de manera más detallada, dialogante con la realidad y con otras disciplinas, lo cual la ha llevado a tener una mirada actualizada sobre la situación de la migración en el mundo y el acompañamiento de esta. Desde esta perspectiva, se podrá apreciar durante el desarrollo del trabajo la contribución que realizan los refugiados de facto al pensar 7

8 teológico y de manera específica a la disciplina de la Moral Social, en su preocupación por la persona y su realidad contingente. A la hora de estudiar la situación de los refugiados de facto, el siguiente trabajo propondrá un camino utilizando la metodología del discernimiento ético el cual será desarrollado a través de tres capítulos. En el primero se presentará cómo la Iglesia por medio del Magisterio a lo largo de la historia ha manifestado su preocupación sobre la movilidad humana, realizando exhortaciones y llamados a la Iglesia y al mundo para no dejar de lado la atención a las personas que deben dejar sus hogares y países contra de su voluntad. Como se podrá apreciar por medio de estos documentos magisteriales, la Iglesia ha ido evolucionando en base a la contingencia su reflexión sobre desplazamiento humano, prueba de ello será comprender que lo que en un momento fue catalogado como migración, englobando diferentes realidades, hoy ha cambiado o ha superado este concepto refiriéndose más bien a refugiados de facto valorando y reconociendo ante todo el hecho por sobre las ideas. Luego, en este primer capítulo será posible comparar la definición última que maneja la Iglesia con las otras definiciones que se manejan a través del Derecho Internacional Humanitario, pudiendo comprender que la definición que maneja la Iglesia por medio de sus documentos magisteriales es más amplia, lo cual permite atender y ayudar a un mayor número de población vulnerable en movilidad humana forzada. Por medio del segundo capítulo se propone reflexionar desde la Moral Social de la Iglesia. En este contexto, se analizará brevemente dos tipos de Moral Social que han sido los modelos de reflexión para abordar las problemáticas sociales. Así, en primer momento se presentará una Moral Social previa al Concilio Vaticano II y en un segundo punto, el modelo pos Vaticano II considerando el concepto de la conciencia. Luego, se presentará las dificultades de ambos esquemas a la hora de abordar de una manera Antropológica y Cristológica la situación de los refugiados de facto y los desafíos que implica para la Moral Social. Para finalizar, en el tercer capítulo, se presentará un texto bíblico de 3 Jn 1, 3-8 del Nuevo Testamento, a través del cual será posible apreciar una aplicabilidad, desde una conducta moral práctica de las primeras comunidades cristianas, en relación a los refugiados de facto y el hecho de ser estos extranjeros, presentando los desafíos que implica como Iglesia, y a la sociedad en general, asumir esta realidad humana y acompañarla. 8

9 Por tanto, la intención final de este trabajo es poder asumir de manera antropológica y cristológica la realidad de los refugiados de facto tan propia de la humanidad y que hoy sigue invitando a la Iglesia y a la sociedad en general a mirarla cada vez con mayor detención en los hechos y la práctica moral, nombrándoles, reconociéndolos y distinguiendo cuando se habla de migración y cuando de refugiados, en base a hechos y no sólo a teorías. Esto implicaría realizar prácticas concretas y un cambio de lenguaje para acompañar de mejor manera esta realidad social considerándola un verdadero locus theologicus en el cual Dios se sigue revelando. 1. Planteamiento del problema En la actualidad nos encontramos frente a una compleja realidad producto de una crisis estructural fundada en las relaciones de desigualdad, la injusta redistribución global de la riqueza y el aumento progresivo de la inestabilidad política generando nuevas situaciones de violencia en el mundo 1. Las violencias urbanas, la miseria extrema, los desastres ambientales, la guerra son factores que ponen en peligro diariamente la libertad y la vida de miles de personas. En la última década han sucedido conflictos de distinta intensidad en todas las regiones del mundo. Sólo en los últimos 5 años han estallado al menos 15 conflictos reconocidos: 8 en África (Costa de Marfil, República Centro Africana, Libia, Mali, Nigeria, República Democrática del Congo, Sur Sudán y Burundi); 3 en Oriente Próximo (Siria, Iraq y Yemen); uno en Europa (Ucrania); y 3 en Asia (Kirguistán, Myanmar y Pakistán); y en América continúan los brotes de violencia en América Central y Colombia. Según el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR) en su informe 2 anual plantea que en el mundo hay 59,5 millones entre refugiados y desplazados forzosos hasta el 31 de diciembre de La población refugiada o desplazada ha aumentado en todas las regiones: subió un 51% los refugiados de origen europeo; un 19% los 1 FRANCISCO, Laudato Si, n Sitio web consultado el 5 de febrero de

10 del Norte de África y Oriente Próximo; un 17% los subsaharianos, un 31% en Asia y un 12% en América. La actual crisis no es sólo una crisis de refugiados, sino una crisis de conflictos, de destrucción, de bombardeos y, sobre todo, una crisis de voluntad política de los estados. Hoy nos hallamos, tal como lo ha dicho el Papa Francisco, ante la mayor crisis humanitaria de estas características desde la Segunda Guerra Mundial 3, la cual no tan sólo tiene una realidad en Europa, sino también en América Latina con Colombia, Venezuela, El Salvador, Honduras y México. En el complejo escenario de la movilidad humana, acontece que el concepto de refugiado es utilizado en la actualidad pareciera que ha quedado más bien estrecho o si se quiere de manera radical, obsoleto frente a esta realidad. El artículo 1 Convenio de Ginebra de 1951 de la ONU establece que un refugiado es: toda persona que debido a fundados temores de ser perseguida por motivos de raza, religión, nacionalidad, pertenencia a determinado grupo social u opiniones políticas, se encuentre fuera del país de su nacionalidad y no pueda o, a causa de dichos temores, no quiera acogerse a la protección de tal país Sin embargo, esta definición no responde a la realidad de actual sobre tema de movilidad humana forzada, ya que la ser una definición tan amplia y al no incorporar otros elementos que generan refugio, genera como consecuencia complejas situaciones de abandono y vacíos de protección, bajo el Derecho Internacional Humanitario, a personas que deben dejar sus hogares y lugares de origen ya que los hechos han generado su movilización involuntaria y forzada. Es a este tipo de población a quienes podemos denominar refugiados de facto. Estas personas en estricto rigor son refugiados y no migrantes como se les considera hoy. No deja de llamar la atención que El Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados, al dirigirse a la 58a Sesión de la Comisión de Naciones Unidas sobre Derechos 3 Declaraciones del Papa Francisco en Radio Vaticana en la visita a la isla de Lesbos en Grecia el 16 de Abril de Sitio visitado el 16 de Abril de

11 Humanos, el 20 de marzo de 2002, afirmara que nosotros, en la comunidad internacional, debemos preguntarnos si estamos o no violando los derechos humanos de los refugiados y de otras personas vulnerables no proporcionándoles suficiente asistencia para que vivan con un mínimo de dignidad 4 ; en ello vemos una pregunta importante, donde podemos dialogar e ir dando luces en este camino. El ACNUR al utilizar una definición tan restringida de refugio genera desprotección a la población en movilidad humana al no ser reconocidos a nivel internacional su situación de vulnerabilidad y condición de víctimas, por lo cual las herramientas de ayuda y protección que posee el Derecho Internacional Humanitario no se les aplica, quedando desamparados e invisibilizados frente a la comunidad local y mundial al no ser declaradas personas refugiadas de facto. Muchas de estas personas son consideradas personas migrantes ilegales, victimizándolas aún más, quedando a merced de la buena voluntad o discriminación de los Estados que los acojan. En base al Derecho Internacional Humanitario, los estados están obligados a proteger a las personas cuya vida está en peligro en su país de origen y no puede protegerlos. La actual definición de refugiado es necesario actualizarla y ampliarla, al no contemplar ni incluir una serie de casos por lo cual muchas personas deben dejar su lugar o país de origen. Debido al concepto de refugiado que maneja hoy el ACNUR los instrumentos internacionales no defienden efectivamente los derechos de los refugiados de facto que cruzan decenas de fronteras para salvar sus vidas, tal como lo establecen los objetivos y propósitos de la Convención sobre el Estatuto de los Refugiados de Ginebra. Por otro lado, es posible apreciar a partir de la Doctrina Social de la Iglesia desde Rerum Novarum, hasta la última encíclica de Francisco Laudato Si que la Iglesia Católica entiende que la desigualdad produce no tan sólo pobreza, sino que a lo largo de la historia genera víctimas que son atropelladas en su dignidad de personas debido a la violencia que se genera. Por ello como Iglesia se hace central acercarnos a la realidad de los refugiados como locus theologicus, ya que, 4 Traducción del autor. Sitio visitado el 12 de marzo de

12 como se entiende, es en la realidad donde Dios se revela y donde, como teólogos, tenemos algo que decir sobre ello. De cara a la realidad de la movilidad humana y en específico sobre los refugiados, la Iglesia Católica desde hace ya tiempo es consciente de este contexto, no tan sólo por medio de ayuda pastoral, alojamiento, alimentación, atención médica, sino también por medio de documentos eclesiales. La Doctrina Social de la Iglesia (DSI) ha presentado una serie de documentos, tanto a nivel doctrinal como pastoral, en preocupación por las personas que deben migrar. El papa Pío XII, luego de la segunda Guerra Mundial, publica un documento llamado Exul familia (1950) en el cual reconoce el derecho natural de migrar. Juan XXIII acentuó la necesidad de integrar en la comunidad cristiana los grupos migrantes (1961). Por su parte por medio de la Carta Pastoralis migratorum cura (1969), emitió normas y criterios para el trato pastoral a los migrantes. El Consejo Pontificio de la Pastoral de Migración, por medio del documento Erga migrantes caritas Christi (2004), resume las intervenciones de Juan Pablo II, destacando la dignidad de la persona, la cual debe ser respetada de modo especial cuando se encuentra migrando. Por su parte El Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes y el Pontificio Consejo Cor Unum han elaborado dos documentos muy importantes sobre refugiados. El primero de , reconocen la categoría de refugiado de facto ampliando el concepto entregado por la Convención de Ginebra, siendo sin duda un documento clave y profético en temas de movilidad humana. El segundo de , durante el pontificado de Francisco, son orientaciones pastorales, confirmando el documento de 1992, para aquellas personas y organizaciones que trabajan con refugiados y desplazados forzosos. Así, y tomando en cuenta la situación actual de miles de personas que no son considerados como Refugiados, ni tampoco como Refugiados de Facto, es importante resaltar la 5 Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes. Los Refugiados, un desafío a la Solidaridad. Ciudad del Vaticano Dicho documento reconoce la categoría de refugiado de facto en concordancia con la Declaración de Cartagena sobre los Refugiados de 1984, la cual incluye en su definición a personas víctimas de conflictos armados, políticas económicas erróneas o de los desastres naturales, motivos principales hoy en día de movilidad humana, ámbitos que no contiene la definición de Convenio de Ginebra y de ACNUR. 6 Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes. Acoger a Cristo en los refugiados y en los desplazados forzosos. Orientaciones pastorales. Ciudad del Vaticano

13 definición de la Convención de Ginebra, y los textos de la Iglesia en que sí reconoce esta condición. Estas constataciones de la ONU y de la Iglesia nos revelan que es importante hablar de los Refugiados de Facto desde una reflexión Teología Moral para que, de esta manera, podamos como Iglesia seguir acompañando esta realidad social a la cual incluso hoy en día el papa Francisco le ha dado una importancia nunca antes vista. Podemos preguntarnos entonces, cómo podemos desde la categoría de Refugiado de Facto aportar a la Moral Social para así promover el reconocimiento, la dignidad y el respeto de sus derechos? 2. Justificación Si bien el fenómeno de la migración y el refugio no son extraños en la historia de la humanidad y por ende tampoco para la Iglesia, es necesario seguir entendiendo y reflexionando sobre esta realidad humana, donde la Teología entiende que es un lugar de revelación de Dios, considerando que los refugiados son en sí mismos un locus theológicus. Por lo cual una reflexión teológica moral actualizada se hace imperiosa, considerando la notoria preocupación e interés que el papa Francisco ha tenido con ellos. Así mismo, este fenómeno pareciera ser un ámbito privilegiado para dialogar con otras creencias religiosas y disciplinas humanas. Desde la experiencia del Servicio Jesuita a Refugiados 7 (SJR) se ha podido constatar el creciente número de personas que se ven forzadas a huir y dejar sus hogares o sus países de origen diariamente por causa de la creciente violencia y otros factores económicos y climáticos en diversos lugares de Latinoamérica y del mundo. Esta situación de vulnerabilidad genera 7 El Servicio Jesuita a Refugiados (SJR) es una organización católica internacional que pertenece a la Compañía de Jesús de carácter no gubernamental, que trabaja en más de 50 países en el mundo. Su misión es acompañar, servir y defender a las personas en situación de desplazamiento, refugio y a las víctimas de trata de personas. Esa misión comprende la atención a todos los que han sido apartados de sus hogares por los conflictos, los desastres naturales o las violaciones de los derechos humanos. El SJR opta por las situaciones de mayor necesidad, los lugares donde pueda aportar el bien más universal, las necesidades que otros no cubren y donde pueda prestar una contribución especial. El SJR da prioridad a las actividades de acompañamiento y presencia directa y personal entre refugiados y desplazados, de tal manera que sus servicios se adecúen a las necesidades locales, de acuerdo a los recursos disponibles. De esta manera el SJR facilita la participación de individuos y comunidades en su misión y promueve la cooperación local, regional e internacional a favor de las causas de los refugiados; por ello, lleva a cabo iniciativas de cabildeo, incidencia política y pública, así como actividades de sensibilización para promover que los Estados garanticen la protección efectiva de los refugiados y que la sociedad civil se comprometa con sus causas de manera solidaria y hospitalaria. Bajado del sitio web: Visitado el 12 de febrero de

14 diariamente desplazamiento humano forzoso tanto dentro como fuera de los países. Este desamparo de muchos estados en sus ciudadanos genera como consecuencia refugiados. El SJR internacional como institución perteneciente a la Iglesia Católica la cual fue fundad en 1981 por el entonces prepósito general de los jesuitas Pedro Arrupe SJ, reconoce la definición que entrega el Pontificio Consejo Cor Unum y por ende no asume la definición entregado por el ACNUR ya que al ser esta más restringida deja de lado situaciones de desamparo a una importante población vulnerable. El trabajo del SJR en más de 50 países tiene como misión acompañar, servir y defender a los refugiados más allá de su credo religioso, optando por las situaciones de mayor necesidad. Debido al trabajo de campo, existe un conocimiento importante de la realidad de los refugiados en el mundo. Esta experticia ha motivado al papa Francisco a reconocer la importante labor que cumple el SJR en la protección de los refugiados 8, instando a otras órdenes religiosas a mirar esta realidad, acompañándola y reflexionando, pidiendo también abrir los monasterios para acoger a la carne de Cristo que son los refugiados 9. De cara al contexto mundial, en cuanto a la situación de los refugiados existe cierta tendencia a una mayor preocupación mundial en torno a los grandes focos de refugio en el mundo como lo son África, Medio Oriente o Asia. Debido a la realidad de estos continentes y de algunos países en especial 10, con el tiempo ha surgido una inquietud de ir reconociendo a los refugiados de facto cuya movilidad se debe a los efectos del cambio climático; sin embargo, esta realidad no corresponde exclusivamente a estos lugares o continentes, sino que también se produce en Latinoamérica. Una problemática que es posible percibir frente a la situación de los refugiados, desde la mirada del SJR, es la falta de reconocimiento de los derechos de los refugiados, no tan sólo como personas en movilidad humana forzada, sino también en su calidad de ciudadanos. Esta situación se pone en tela de juicio a la hora de pensar los estados, sobre todo Europa y Estados Unidos, 8 FRANCISCO. Discurso del Santo Padre en el Centro Astalli del SJR en Roma, Italia, por motivo del 35 aniversario de la fundación del SJR. giados/spa Sitio visitado el 12 de Abril de Ibíd. 10 Países como Sri Lanka, Congo, Burundi, Ruanda, Siria, Irak y Palestina entre otros. 14

15 en relación con el problema de refugio y de seguridad en los estados; pues estos estados dan preeminencia al derecho de seguridad nacional sobre el derecho de refugio sobre el de seguridad nacional, ya que temen que dentro de la acogida de personas de otros países estos sean terroristas, guerrilleros, narcotraficantes, quienes quitan la paz y seguridad en sus países. En este contexto podemos comprender entonces que al parecer es necesario considerar un concepto refugio más amplio para no desproteger a personas que están en peligro sus vidas, y así mismo, no invisibilizar sus situaciones de vulnerabilidad como consecuencia de la violencia. Desde una perspectiva de la DSI, y tal como los presenta la definición, los refugiados de facto son víctimas de la sociedad actual, posiblemente los más postergados hoy, es por ello que se hace imperioso atender esta realidad en concordancia con el mensaje del Evangelio. Pese a lo anterior, es posible de encontrar que en lo relacionado a la Moral Social no existe una profunda reflexión e investigación acerca de los refugiados, y si bien la DSI y el papa Francisco los reconocen como un lugar importante de preocupación y de reflexión, los teólogos moralistas están desconociendo este hecho al no hacer teología moral en torno a este tema. Luego, si la Moral Social no reconoce esta realidad, no podrá acompañarla a pesar que la contingencia dice otra cosa. Y de esta manera se quiere cuestionar el modo por medio del cual se está haciendo Moral Social. 3. Estado del arte Para poder acercarnos de una manera más clara al problema de los Refugiados de facto, es necesario poder precisar ciertos conceptos que a veces se tienden a confundir de cara a la realidad mundial sobre movilidad humana. Sabemos que el lenguaje es importante, por lo cual al mencionar una situación como tal no tan sólo la reconozco en cuanto tal, sino que también le doy existencia, hay un reconocimiento de validez de nuestra parte. Es importante comprender que hablar de un refugiado es diferente a hablar de un migrante. Estas dos son categorías, si bien se refieren a movilidad humana, son diferentes en cuanto a que el término migrante, es más amplio y general que el de refugiado. El migrantes, 15

16 como tal y de manera sencilla, es quien deja su lugar de origen, país o territorio sin aclaran los motivos y las razones de su lejanía. El refugiado, por su parte, como lo hemos aclarado anteriormente, ha tenido que dejar este territorio de manera forzada, contra su voluntad, debido a que su vida e integridad física corre peligro. En base a este contexto, es posible ver que las Ciencias Humanas Sociales, con el tiempo se han ido aclarando y generando nuevos conceptos cada vez más específicos para dar razón de las diferentes circunstancias de movilidad humana, demostrando la complejidad de esta realidad. Hoy en día podemos referirnos a: refugiados, solicitantes de asilo, emigrantes económicos voluntarios, emigrantes que buscan sobrevivir, inmigrantes indocumentados, los que llegan por mar, apátridas y desplazados internos, deportados, retornados, entre otros 11, donde cada definición implica un contexto y un origen diferente. La dificultad que surge ante un panorama tan variado y complejo, trae como consecuencia que muchos de estos escenarios no son considerados de manera individual, sino que, por el contrario, son abarcados todos desde un mismo concepto y modo, con lo cual no se está reconociendo la particularidad de cada realidad. De esta manera, al agrupar todos los casos de movilidad humana en cuanto a un mismo origen y entenderlos a todos bajo un mismo concepto surgen dos problemáticas importantes, a saber, la primera es que se está desconociendo la razón de su desplazamiento y también el daño causado a la persona, victimizando a la persona de manera doble, ya que no se le reconoce el motivo de su desplazamiento forzoso y su condición de persona afectada. Lo segundo, en cuanto a la protección, al no ser reconocido en su condición de refugiado, las formas de protección de su condición, dependerá de formas subsidiarias de amparo que reciben de parte de los estados, los cuales responderán a sus ordenamientos jurídicos internos y no del Derecho Humano Internacional 12. El no reconocimiento de las circunstancias particulares de los refugiados de facto, en muchos casos no pueden acceder a algún tipo de protección humanitaria aun cuando la necesitan ya que no pueden regresar a su territorio, pero no reúnen en muchos casos los criterios de la 11 NAVA, B. Análisis Comparativo Regional sobre la aplicabilidad de Instrumentos de Protección a Población con necesidad de Protección Internacional, Informe elaborado para el Servicio Jesuita a Refugiados Latinoamérica y el Caribe (SJRLAC) Ibíd. 16

17 Convención de Ginebra de 1951, quedando estos desprotegidos. Dicha situación lo que trae como consecuencia es generar una invisibilidad de la persona ante los instrumentos de protección de la comunidad internacional, no logrando, así, responder a las necesidades por las cuales estos instrumentos han sido creados. Ahora bien, bajo un punto de vista Teológico, el concepto de refugio de facto parece interesante analizarlo a la hora de constatar que muchas de las situaciones de desplazamiento humano forzado se originan como consecuencia de asuntos de religión y teológicos, donde ayuda a comprender dichas situaciones, en cuanto a problemas religiosos culturales, para dar ayudas concretas y eficaces. La movilidad humana, no es un fenómeno nuevo, por el contrario, desde que la humanidad comenzó habitar la tierra se ha desplazado por ella, lo cual demuestra su carácter eminentemente antropológico. La Biblia nos habla en múltiples textos sobre desplazamientos. Los judíos derrotados fueron exiliados a la fuerza a Babilonia en búsqueda de alimentos se quedaron en Egipto. Siglos más tarde la persecución a los cristianos disgregó a las primeras comunidades cristianas dentro y fuera de Palestina. El texto Sagrado nos habla tanto de la realidad de quienes sufrieron el desplazamiento, como quienes tienen que actuar frente a la acogida de los extranjeros. Abundan los datos en la Biblia sobre defender al extranjero (Ex 22, 20) 13. En el Deuteronomio se reconoce el derecho del extranjero, ya que Israel fue extranjero en Egipto y Babilonia (Dt 24, 17) 14. En la carta a los Hebreos se aconseja a la comunidad cristiana no se olviden de la hospitalidad (Heb 13, 2). Sin embargo, desde esta perspectiva Bíblica no encontramos específicamente el concepto de refugiado, sino que más bien es posible asimilarlo al término de una persona extranjera, a un extraño o un forastero. En esta noción podemos encontrar, a la vez, diferencias tanto entre hebreo y griego. Para realizar una mirada en el AT 15 los vocablos hebreos se refieren a diversos extranjeros. Una idea de esto corresponde a Nokrî, que se refiere a "extraño", "extranjero", 13 FERNÁNDEZ, A. Diccionario de Teología Moral. Monte Carmelo: Burgos, España Cfr. Dt 14, 28-29; 16, 10-13; 24, 19-21; 26, 13; 27, BOTTERWECK, J. Theological Dictionary of the Old Testament. Estados Unidos: Paperback. Vol II

18 "forastero" (Dt 15, 3; 23, 20; 1 Re 8,41; Neh 13, 26; Prov 20, 16; Abd. 11) 16. Al parecer la utilización del término Nokrî no necesariamente designa a un no judío, sino que más bien indica a una persona o un objeto que es extraño a la localidad. Corresponde al extranjero de paso en Israel, quien no tiene obligaciones legales ni religiosas, y cuyos únicos derechos son los de hospitalidad y la convivencia. La palabra Nokrî era utilizada por los hebreos, por lo general, en referencia a los no hebreos, ya sea a quienes permanecieron en Canaán después de la conquista israelita o a los que luego se establecieron allí. Un ejemplo de esto es Rut la moabita, quien se refiere a sí misma con este término (Rut 2, 10). También vemos el caso de Itai el geteo, un filisteo, a quien se designa con el mismo vocablo (2 Sam 15, 19). Por su parte, a las esposas extranjeras de Salomón son nombradas con la misma palabra (1 Re 11, 1). Otro vocablo para referirse al extranjero es Ben nêkâr, que significa hijo de un país extranjero. Este se lo utiliza frecuentemente como un sinónimo de nokrî (Gn 17, 12; Ex 12, 43; Is 56, 3, 6). Por su parte Zâr, extraño, ilegal, extranjero (Ez 7, 21; 11, 9; 28, 10). Esta palabra también aparece como sinónimo de nokrî, pero sumando a este concepto la hostil idea que esta persona es "intrusa" (Lv 22, 10) no debiendo participar de los beneficios de la comunidad. En el AT vemos que se nombra al extranjero con la palabra Tôshâb, es decir, un "morador o residente temporal", "transeúnte" (Ex 12, 45); es decir que a pesar que el sujeto está asentado en un sitio, su lugar de origen era otro (Gn 23, 4; Lv 25, 35, 40, 47). Por último, encontramos el término Gêr, que al igual que el tôshâb podía ser admitido en la comunidad israelita y disfrutar de privilegios (Dt 10, 18; Lv 19, 33). Era alguien que vivía en tierra israelita, donde había fijado su residencia; estaba religiosamente incorporado. Por su parte, en el NT, para el término extranjero encontramos, en primer lugar, la palabra Pároikos (Ef 2, 19; 1 Pe 2, 11; Hch 7, 6-9). Dicho término no sólo se refiere a quienes eran extraños dentro de una comunidad, sino que también implica (como tôshâb) una residencia 16 COHEN, L. Diccionario Teológico del Nuevo Testamento. Salamanca: Sígueme

19 más o menos permanente en un lugar. Esto sujetos originarios de otra ciudad no podían aspirar a tener todos los derechos y privilegios de los ciudadanos locales, pero sí podían vivir y administrar los negocios con la autorización de la población local. Otro término que es posible encontrar en el NT refiere a la palabra Alloguenes (Lc 17, 18) refiriéndose a los bárbaros, no griego, extranjero, alguien que habla lengua extraña (1 Cor 14, 11). Se encuentra también el término Héteros, otro, diferente, extraño y extranjero (1 Cor 14, 21). Y por último también se puede utilizar el concepto de Xénos, como forastero y extranjero. Este término lo encontramos en Hch 17, 21; 1 Pe 2, 11; Ef 2,12-19 y 3 Jn 1, 5-8. Si bien existen muchos textos religiosos y documentos eclesiales más allá de los mencionados como el del Pontificio Consejo para la Pastoral de los Emigrantes e Itinerantes, podemos sumar a esta lista el de la Conferencia de Obispos Católicos de Estados Unidos y de España, el Consejo Mundial de Iglesias, el Comité Episcopal francés sobre la migración, la Conferencia de Iglesias de toda el África, o de la Conferencia Episcopal de Zambia, por mencionar algunas, cada documento entendemos que requiere de una teológica base 17, por lo cual vemos la importancia entre la Teología y el refugio. En los principales y comunes diccionarios de Teología Moral 18, no fue posible encontrar la definición de refugiado, ni menos refugiado de facto. La única categoría que sí fue posible encontrar es la de migrante, en el Diccionario de Teología Moral de Aurelio Fernández. Por su parte, el Instituto Superior de Ciencias Morales sí reconoce al refugiado como una categoría moral, por lo cual aparentemente nos encontramos con un hecho social que no se está considerando para ser analizado y teologizado por parte de la Moral Social. Así, lo complejo de esta situación se presenta en que el papa Francisco ha demostrado con hechos significativos la importancia de preocuparnos por este escenario 19, pero que aparentemente la Moral Social no estaría reflexionando, y si no se reflexiona, no es posible acompañar. 17 Ibíd. 18 NAVARRO, F. Diccionario de Teología Dogmática. Barcelona: Editorial Litúrgica Española Nuevo Diccionario de Teología Moral. Ediciones Paulinas Muestra de ello es la visita que hizo el papa Francisco a la isla de Lesbos en Grecia a los campos de refugiados en esa zona el 16 de abril de

20 El diccionario de Teología Moral de Aurelio Fernández define la categoría de migración como el fenómeno de pasar de un país a otro con intención de instalarse en él. El derecho de emigrar debería ser un derecho natural reconocido. En la Declaración de los Derecho Humanos de la ONU 20. Como es posible apreciar, esta definición no hace distinción en cuanto a las razones por las cuales una persona debe dejar su lugar de residencia, por lo cual es posible deducir que la definición que maneja, sobre desplazamiento, se asemeja más a la entregada por el ACNUR que a la de la Iglesia Católica. El diccionario continúa diciendo que la justicia de las leyes de los países, donde las personas migrantes lleguen, deberán reconocer el derecho a que el inmigrante viva como los naturales del país donde se asienta, lo que supone el derecho de poder llevar a su familia con él 21, reconociendo la necesidad un trato igualitario y equitativo para toda persona que arribe a otros países, debiendo tener la posibilidad de llevar a sus familias. Por último, ésta definición hace mención a la DSI señalando que la Iglesia se ha preocupado del tema y la moral católica, a partir de los datos bíblicos, mantiene el derecho del hombre a emigrar y destaca el deber moral de acogida a los emigrantes 22. La dificultad que existe en esta aseveración tiene que ver con el modo, por medio del cual la Moral Social se acerca al hecho social reflexionando desde la Biblia antes que, desde la realidad misma, justificándose desde el texto Sagrado antes que, desde el hecho social, como locus theologicus, que invita a reflexionar, no apoyando el hecho social desde el Texto Sagrado. Entonces aquí nos encontramos frente a un error en el cómo- la metodología- se está haciendo Moral Social en cuanto a los refugiados y sobre movilidad humana en general. En la bibliografía consultada es posible apreciar, que existen pocos documentos donde se refiera directamente a los refugiados y contados casos a refugiados de facto propiamente tal; particularmente, en algunos artículos en internet 23 y en una tesis en la Universidad de La Rioja 20 FERNÁNDEZ, Ibíd., Ibíd., Ibíd. 23 LÓPEZ, E. Refugiados de hecho. Disponible en: Visitado el 13 de febrero de VALCÁRCEL, A. JRS. La convención ONU para los refugiados: sigue siendo válida? Disponible en: Visitado el 13 de febrero de FERNÁNDEZ, P. SJRLAC. Acercamiento al uso del concepto de refugiado de facto en el contexto de las nuevas violencias en América Latina. Visitado el 21 de abril de

21 en España 24, la cual hace una investigación desde el punto de vista del Derecho Internacional Humanitario y el Derecho interno de España. Pese a la petición de igual trato, nada refiere sobre su condición de movilizado forzoso. Lo complejo de esta situación se debe a que, al no distinguir en primer término a un migrante de un refugiado, no se está reconociendo su situación de vulnerabilidad. Al no ser reconocido en su condición particular no sólo se le desampara, sino que también se cae en una doble victimización de la persona. En este sentido, si Francisco habla de refugiados y no de migrantes, es porque se ha acercado al hecho social de esa persona en particular víctima de un contexto, reconociendo su condición para poder acompañar. Si bien vemos esta importante relación entre Teología y Refugio, es necesario considerar, tal como ha manifestado Daniel Groody 25, que tanto las reivindicaciones, como las perspectivas teológicas necesitan ser analizadas y reflexionadas antes de que se construyan las bases de manera creíble, para dar respuestas eficaces a la difícil situación de los refugiados y desplazados; por lo cual es importante realizar una reflexión teológica que considere al refugiado como un sujeto ético, que posee una propia realidad. 4. Objetivos Caracterizar el hecho refugio de facto en la Moral Social teniendo como base los aportes magisteriales de los documentos de la DSI, promoviendo el reconocimiento de su realidad como locus theologicus y sus derechos como sujetos morales, considerando las implicancias que esto significa para la praxis de la Moral Social al asumir este hecho. Los objetivos específicos que se presentarán serán: Objetivo 1 : La comprensión del hecho refugio de facto desde la perspectiva de los documentos de la DSI, Derecho Internacional Humanitario y declaraciones del Papa Francisco. 24 PÉREZ, S. El Estatuto de Refugiado en La Convención de Ginebra de Tesis aún no publicada. Becario F.P.U. Área de Filosofía del Derecho, Universidad de La Rioja Daniel Groody, sacerdote de la congregación de la Santa Cruz, Director de Iniciativas de Inmigración en el Instituto de Estudios Latinos de la Universidad de Notre Dame en EEUU. 21

22 Objetivo 2 : Determinar el conflicto valorativo que existe en la Moral Social sobre el tema de refugio de facto, a partir de este hecho social como locus theologicus. Objetivo 3 : Proponer criterios de reflexión Moral desde un horizonte bíblico con la categoría refugio de facto para sistematizar una investigación sobre este hecho social hacia una praxis de fe. 5. Método de la investigación Para este trabajo se utilizará el método de discernimiento ético 26 que propone Tony Mifsud SJ, el cual consiste en una racionalidad hermenéutica por medio de la cual se pretende analizar, investigar y reflexionar teológicamente desde la realidad, y en particular de un hecho determinado. Este modo de acercarse a la realidad mediante el discernimiento, a su vez, consiste en un proceso basado en el método Ignaciano, o jesuítico, en cuanto a la búsqueda de la voluntad de Dios, a través de decisiones y actos morales que se toman. El método que propone Mifsud consiste en los siguientes puntos, a saber 27 : Hecho Social o la experiencia: Este corresponde a un hecho social sobre el cual se discierne. Es un momento empírico (percibir, imaginar, sentir, hablar, mover). Hacer consciente la experiencia del proceso de la propia experiencia, comprensión, juicio y decisión. Hecho y sus implicancias. Corresponde al momento de la comprensión ética de aquello sobre lo cual se reflexiona. Implica la búsqueda del valor o de los valores que están en conflicto dentro de la situación concreta. Es un esclarecer el significado de la situación. Corresponde a un momento cognitivo o de reflexión de la comprensión del 26 MIFSUD, T. Ethos Cotidiano. Un proceso de discernimiento. Chile Ed. Universidad Alberto Hurtado, 2006, 34. MIFSUD, T. Moral del discernimiento. Tomo I: Hacía una moral liberadora. Santiago de Chile: Ed. CIDE MIFSUD, T. Espiritualidad Ignaciana: notas éticas. Universidad UCA. El Salvador: Revista Diakonía, N y ss. 22

23 hecho, donde existe una comprensión y la expresión de la experiencia realizada. Los datos recogidos y los sentimientos aclarados previamente llegan a formar una totalidad inteligible, estos datos también, se transforman en hechos al determinar su significado. Juicio Ético, o los elementos para el discernimiento. La formación de los juicios de hechos a partir de la reflexión, en búsqueda de evidencias, la evaluación en términos de verdad/falsedad y certidumbre/probabilidad de las afirmaciones. Aquí se afirma la realidad de la experiencia y de la comprensión. Acción Ética, reflexión sobre la experiencia con miras a una acción. La decisión de actuar de manera consecuente, momento moral donde luego de los puntos anteriores se crea la formación de juicios de valor considerando no tan sólo la toma de postura y con ello posibles acciones, sino que actuar coherentemente después de la evaluación de alternativas (se decide actuar conforme al proceso realizado de experiencia, comprensión y juicio), considerando la conveniencia, la eficacia y las consecuencias directas o indirectas de la acción. Mifsud al referirse del discernimiento plantea que tiene que ver no tan solo con un modo de actuar frente a decisiones de la vida desde una esfera espiritual que tiene su aplicación en la realidad, sino que también el discernimiento se puede transformar en una herramienta metodológica de la Moral como ciencia para reflexionar sobre el comportamiento humano 28, por esta razón para el siguiente trabajo se ha decidido utilizar esta metodología considerando ante todo, en este proceso de toma de decisiones a la persona como sujeto. 28 MIFSUD, Moral del discernimiento,

24 CAPITULO I: EL PENSAMIENTO SOCIAL Y SUS IMPLICANCIAS SOBRE EL TEMA DE MOVILIDAD HUMANA Una manera por la cual la Teología y la Iglesia han creído ser un aporte a la sociedad es por medio de sus documentos magisteriales. Todos ellos quieren dar respuesta a la realidad de muchas personas a partir de la contingencia que viven, reflexionando como consecuencia a la preocupación por la persona humana y su dignidad. Frente a estas inquietudes un tipo de respuesta propositiva por parte de la Iglesia y su reflexión Teológica se ha planteado por medio de la Doctrina Social. Dicho pensamiento en muchas ocasiones nos pudiera plantear la pregunta para qué hacemos Teología?, o bien para quienes hacemos Teología? Así para este caso en específico se propone mirar la situación de la población en movilidad humana forzada y la migración. A continuación, en este capítulo, se presentará cómo ha sido el recorrido de diferentes documentos Magisteriales, y que pertenecen al pensamiento social de la Iglesia, sobre el tema de la movilidad humana, pudiendo apreciarse en ellos la evolución y la especificación que han adquirido a lo largo de la historia, partiendo de ideas amplias y generales sobre la traslados o éxodos humanos, para luego distinguir variados tipos de migración y desplazamientos forzoso, hasta llegar al concepto de refugiados de facto. Tomando las palabras del papa Juan Pablo II, consciente de esta realidad, quien anima a proclamar y defender la dignidad de todo emigrante, de toda persona desplazada y de todo refugiado. De este modo, la asistencia brindada no se 24

25 considerará una limosna de la bondad de nuestro corazón, sino un acto de justicia que se les debe 29, debemos entonces como Iglesia hacernos cargo de esto. Por ello este recorrido. 1. Pensamiento social de la Iglesia sobre el hecho refugio a lo largo de la historia. En la actualidad vivimos en un mundo globalizado, cada vez más rápido y más complejo. Nos movemos en general en una sociedad donde nos hemos acostumbrado a tener cosas y seguridades. Intentamos manejar las circunstancias y por ende a las personas. Sin embargo, con el avance de la ciencia nos vamos dando cuenta que la humanidad cada vez es más compleja y que cada individuo en un mundo en sí mismo, con complejas realidades, circunstancias y modos de ser. Uno de las actividades propias de la humanidad desde que ella existe es su movilidad, su capacidad para desplazarse desde un lugar a otro. Esta actividad ha generado a lo largo de la historia un sin número de efectos, tanto positivos como negativos. Avances en conocimiento, tecnologías, intercambios culturales, así como también, guerras y saqueos en diferentes partes del planeta. Mirando la historia de la humanidad es posible darnos cuentas que el migrar es algo constitutivo de esta. Y hoy, debido a los adelantos y al mundo globalizado, esto ha tomado una fuerza y dimensiones insospechadas. Así la migración forzada y los refugiados están planteando a las sociedades de todo el mundo, preguntas que son difíciles de conquistar, sobre todo en cuanto al tema de hospitalidad y acogida. Considerando que muchos de los conflictos armados son producto de políticas gubernamentales de los países más poderosos del mundo, y donde mucha de las soluciones a la movilidad forzosa depende de la voluntad política de los estados. En la actualidad vivimos tiempos de cambios vertiginosos donde muchas veces no sabemos cómo reaccionar frente a ellos. Desastres naturales, guerras internas, ataques terroristas, 29 JUAN PABLO II, Discurso a los participantes en la Asamblea del Consejo de la Comisión Católica Internacional para las Mig raciones 2001, 12 de noviembre de

26 caída de las economías, cambio climático, son ejemplos de las circunstancias con las que las personas tiene que lidiar día a día. Estas situaciones nos determinan y nos transforman, por ello es importante a partir de esta realidad preguntarnos como Iglesia, de qué manera estamos respondiendo a los contextos que vemos. Una de las problemáticas más graves en la actualidad mundial dice relación con la crisis humanitaria en torno a los refugiados. Hoy nos hallamos pues, tal como lo ha dicho el Papa Francisco, ante la mayor crisis humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial 30, la cual no tan sólo tiene implicancias para los países fronterizos de aquellas naciones con algún tipo de conflicto armado interno, sino que debido a la globalización en la que vivimos hoy, es el planeta completo quien se ve afectado por los problemas de movilidad humana. La Iglesia Católica por su parte, frente a la problemática de los refugiados, por medio de sus textos y documentos, no ha estado ajena a las dificultades por las cuales pasa el extranjero y quien debe dejar su tierra ya sea en búsqueda de mejores oportunidades o bien porque su vida corre peligro. Situaciones sobre forasteros, extranjeros y migrantes encontramos en las Sagradas Escrituras 31 muchos casos como se ha planteado en la Introducción, donde es posible encontrar aquella postura que propone acoger dignamente a la persona extranjera. Así, el recibir de buena manera no tan sólo se convierte en un deber moral propuesto por una norma, sino que esta debe nacer desde la primera persona recordando que por nuestro pasado hemos sido migrantes; y no cualquier tipo de migrante, sino que uno que ha sido forzado a partir. En el AT Dios se revela a través del rostro del extranjero (Gn18, 1-15), apreciamos la historia de Abraham, Rut y el pueblo de Israel que fuera extranjero en Egipto y Babilonia (Dt 24, 17). Por su parte en el NT encontramos la huida de Jesús con su familia a Egipto debido a la persecución (Mt 2, 13-15). Jesús habla que acoger al extranjero es acogerlo a Él (Mt 25, 35-45). En cuanto a los documentos eclesiales que tocan la problemática de los extranjeros, los 30 Declaraciones del Papa Francisco en Radio Vaticana en la visita a la isla de Lesbos en Grecia el 16 de abril de Sitio visitado el 16 de abril de Sólo por nombrar algunas citas bíblicas: Gn 42, 1-3; 2 Re 25, 21; Mt 2, 3-15; Hch 8, 1. 26

27 migrantes y los refugiados, la Iglesia Católica desde hace ya tiempo está reflexionando sobre esta realidad humana generada por la desigualdad social, el desamparo, la violencia, las guerras y los desastres naturales. La Doctrina Social de la Iglesia (DSI), preocupada por las personas que deben migrar, ha escrito una serie de documentos, tanto a nivel doctrinal como pastoral para poder encarnar la idea de proteger a los más débiles y postergados de la sociedad. Durante el pontificado de León XIII ( ) se da origen a un proceso de preocupación concreta por los migrantes por causas económicas. Por medio de la encíclica Rerum Novarum hace un llamado a toda la Iglesia a caer en la cuenta sobre las desigualdades económicas y la pobreza generado por un sistema que degrada a la persona humana. Por ello anima y promueve la generación de iniciativas para proteger y cuidar de diferentes maneras a los migrantes, por medio del trabajo y ayuda asistencial específica a los migrantes. Así, un ejemplo claro de la preocupación y el ánimo de cuidado, es su carta "Quam aerumnosa" (1888) por medio de la cual no tan sólo presenta la comunidad de los Misioneros Scalabrinianos, orden religiosa preocupados por los migrantes italianos, a los obispos de América, sino que con ello manifiesta su real intención de realizar hechos concretos a favor de los migrantes. El papa Pío X ( ) inicia la organización de obras católicas en favor de los migrantes en Europa, Oriente y América. Para lo cual crea una Oficina para la asistencia espiritual de los católicos emigrantes de rito latino 32, la cual dependerá de la Congregación Consistorial. La misión de esta oficina será la de "estudiar el fenómeno de la emigración permanente o temporera, europea o de ultramar y organizar estructuras estables para la atención de los migrantes" 33. Desea incorporar a las diócesis de origen en este proyecto, a fin de involucrarlas y responsabilizarlas, sumando a esta idea que los migrantes sean asistidos por sacerdotes que hablen su misma lengua. Benedicto XV ( ) y Pío XI ( ), sus respectivos pontificados son en medio de la I Guerra Mundial y los comienzos de la II Guerra Mundial. Debido a estos dos grandes conflictos armados, el mundo es testigos de grandes movimientos migratorios. Por medio de cartas hacen un llamado a las iglesias locales para acoger a la población migrante de 32 AAS, IV, AAS, III,