ASOCIACIÓN ARGENTINA DE ECONOMÍA POLÍTICA XXXVIII REUNIÓN ANUAL

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1 ASOCIACIÓN ARGENTINA DE ECONOMÍA POLÍTICA XXXVIII REUNIÓN ANUAL Mendoza, 12 al 14 de noviembre de 2003 CORRECCIÓN DE LA INCIDENCIA DE LOS PLANES JEFAS Y JEFES DE HOGAR DESOCUPADOS SOBRE LOS PRINCIPALES INDICADORES LABORALES José Luis Pellegrini a Clara Badler b Sara Alsina b Cristina Puigsubirá b Susana Vitelleschi b a Instituto de Investigaciones Económicas, Facultad de Ciencias Económicas y Estadística, Universidad Nacional de Rosario. b Instituto de Investigaciones Teóricas y Aplicadas en Estadística, Facultad de Ciencias Económicas y Estadística, Universidad Nacional de Rosario.

2 Resumen CORRECCIÓN DE LA INCIDENCIA DE LOS PLANES JEFAS Y JEFES DE HOGAR DESOCUPADOS SOBRE LOS PRINCIPALES INDICADORES DEL MERCADO LABORAL. En este trabajo se presenta un procedimiento para reclasificar en ocupados, desocupados o inactivos a los beneficiarios del Plan Jefas y Jefes de Hogar Desocupados, considerados ocupados en la Encuesta Permanente de Hogares, y luego recalcular los principales indicadores del mercado laboral. Se sostiene que muchos beneficiarios de dichos planes no están en realidad ocupados, y que algunos no son desocupados sino inactivos. En un contexto de información estadística confusa o faltante, se propone un criterio de clasificación en dos etapas que hace uso de una técnica de imputación mediante el método de Monte Carlo con Cadenas de Markov. JEL: J0, C1 ABSTRACT CORRECTION OF THE INFLUENCE OF THE UNEMPLOYED HOUSEHOLD CHIEFS PLANS ON THE MOST IMPORTANT VARIABLES OF THE LABOUR MARKET. This paper presents a process to reclassify as employed, unemployed or out of the labour force the persons that receive Unemployed Household Chiefs Plans, which are considered by the Permanent Households Survey of Argentina as employed people, and then recalculate the most important variables of the labour market. It's assumed that many persons who receive the benefits of this plans are not really employed and that some of them are not unemployed and must be considered out of the labour force. In a context of messy or missing statistical information, a two steps classification criterion is proposed, making use of the Markov Chain Monte Carlo method as an imputation technique. JEL: J0, C1

3 CORRECCIÓN DE LA INCIDENCIA DE LOS PLANES JEFAS Y JEFES DE HOGAR DESOCUPADOS SOBRE LOS PRINCIPALES INDICADORES LABORALES José Luis Pellegrini a, Clara Badler b, Sara Alsina b, Cristina Puigsubirá b y Susana Vitelleschi b INTRODUCCIÓN El verdadero significado de los principales indicadores del mercado laboral divulgados por nuestros organismos estadísticos oficiales, tales como las tasas de desocupación, actividad y empleo, es algo que más de una vez ha sido objeto de debates que atrajeron la atención de los académicos y funcionarios públicos relacionados con el tema 1, así como de los políticos, periodistas y del público en general. Y reiteradamente se han criticado, tal vez con razón, algunos de los criterios adoptados para atribuir a las personas su condición de actividad. Tales criticas se reavivaron recientemente en virtud de la decisión de categorizar como ocupadas a las personas que declaraban trabajar el tiempo semanal requerido, pero su ocupación principal era un plan de empleo. Dado el inusitado peso relativo que alcanzó la parte de la población en esa situación, la inmensa mayoría de la cual es beneficiaria de un subsidio del Plan Jefas y Jefes de Hogar Desocupados (en adelante Plan Jefas y Jefes ), la adopción de semejante criterio puede tener una incidencia sensible sobre los indicadores mencionados más arriba, al punto de ponerlos en riesgo volverse inapropiados para servir a los fines para los cuales son construidos. Esta posibilidad fue implícitamente reconocida por el propio Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC), cuando en un informe de prensa 2 publicó estimaciones alternativas de la tasa de desocupación a las que procuró depurar de los efectos de la aplicación del criterio de marras. Para ello adoptó criterios de trazo grueso. Según uno, recategorizó como desocupados a todos los que aparecían como ocupados y tenían como ocupación principal un Plan Jefas y Jefes. Según otro, lo hizo sólo con aquellos que además buscan trabajo activamente. Cabe destacar que la aplicación de ambos criterios dejaría inalterada la estimación de la población económicamente activa 3. Es claro que el temperamento adoptado, especialmente en el caso del primer criterio, resulta casi tan cuestionable como el que se pretende corregir, porque por las razones que se explia Instituto de Investigaciones Económicas, Facultad de Ciencias Económicas y Estadística, Universidad Nacional de Rosario. b Instituto de Investigaciones Teóricas y Aplicadas en Estadística, Facultad de Ciencias Económicas y Estadística, Universidad Nacional de Rosario. 1 Puede encontrarse una amplia discusión al respecto en las ponencias presentadas en la importante reunión internacional realizada hace algunos años en Buenos Aires sobre la reformulación de la Encuesta Permanente de Hogares (INDEC, ISI, IASS, 1998). 2 INDEC, Mercado de trabajo: principales indicadores de los Aglomerados Urbanos. Octubre Información de Prensa del 27 de diciembre de 2002, 3 Como se comenta más adelante, en los hechos el INDEC no aplicó estrictamente sus propios criterios, porque al aplicar el segundo modificó la cantidad de personas económicamente activas, presuntamente por considerar inactivos a los beneficiarios del Plan que no buscaban trabajo activamente.

4 citarán más adelante, no hay razón alguna para pensar que todos los beneficiarios del Plan Jefas y Jefes categorizados inicialmente como ocupados sean económicamente activos en el sentido usual del término, esto es, en el de haber tomado la decisión de participar en la fuerza de trabajo. Por otra parte, algunos de aquellos pueden estar genuinamente ocupados, incluso si buscan trabajo activamente. Parece casi ocioso recordar que si el debate sobre el carácter voluntario o involuntario de desempleo se reaviva periódicamente y parece interminable, debe haber muy pocos estudiosos del tema, si es que alguno, con dudas sobre el carácter voluntario de la participación laboral. Hace ya tiempo se reconoció (Summers and Clark, 1990) que la decisión de participación, aunque está fuertemente influida por las características sociodemográficas de las personas, compete a todas las categorías de trabajadores potenciales, y no sólo a aquellos que en el pasado eran considerados trabajadores secundarios. Por otra parte, es claro que también los trabajadores ocupados suelen buscar empleo. En este trabajo se sostiene que las personas categorizadas como ocupadas cuya ocupación principal era un Plan Jefas y Jefes pueden ser en realidad ocupadas, desocupadas o inactivas, y se propone un procedimiento en dos etapas para revisar su condición de actividad, que se aplica a los datos de la onda de octubre de 2002 de la EPH. Una vez hecho esto, se recalculan las tasas de ocupación, actividad y empleo. EL PLAN JEFAS Y JEFES Y LA CONDICIÓN DE ACTIVIDAD Características del Plan Jefas y Jefes Desde hace varios años, y frente al persistente crecimiento de la desocupación en la Argentina, se vienen poniendo en práctica planes que tienen la pretensión de paliar, mediante una diversidad de subsidios de diferentes tipos, la carencia de ingresos de una población no cubierta o cubierta muy limitadamente por el seguro de desempleo. Muchos de esos subsidios han recibido la denominación genérica, y un tanto eufemística, de planes de empleo, los cuales suelen ir acompañados por la exigencia de alguna contraprestación de tipo o laboral a cargo de sus beneficiarios. El más reciente y extendido de éstos es el Plan Jefas y Jefes 4, que tendió a sustituir a todos los demás durante el año 2002, y en octubre de ese año sus beneficiarios componían aproximadamente el 95% del total (Pellegrini y Módolo, 2003). Consiste en una ayuda económica de $150 mensuales destinada a ciertas personas calificadas por su situación doméstica como jefas o jefes, con hijos de hasta 18 años de edad o discapacitados, o con personas en estado de gravidez en el hogar, sin ocupación (hecho que se pretende verificar por la ausencia de aportes al sistema previsional) y sin beneficios de seguro de desempleo, ni de otros programas de empleo o capacitación, ni de jubilación o pensión (Módolo, 2002). De lo que antecede se deduce que el programa no fue diseñado para socorrer sólo a desocupados en la definición corriente del término 5, sino también a inactivos que no reciben alguno de los beneficios señalados. Y como en la práctica no puede demostrarse la verdadera condición de actividad de quienes tienen empleo pero no realizan aportes al sistema previsional, es indudable que entre los perceptores del subsidio pueden encontrarse también personas previamente ocupadas. 4 El Decreto N 165/02 declaró la Emergencia Ocupacional Nacional hasta el día 31 de diciembre de 2002 y creó, a los efectos de paliar esa situación, el Programa Jefes de Hogar Desocupados. El Decreto N 565/02 creó el Programa Jefas y Jefes de Hogar Desocupados, y estableció éstos gozarán del Derecho Familiar de Inclusión Social. Otra parte de la abundante normativa relacionada se encuentra en la Ley Nº , los Decretos Nº 165/2002 y 450/2002, así como en numerosas disposiciones complementarias. 5 Esto es, personas sin ocupación que la buscan activamente.

5 De hecho, y con prescindencia de su denominación y los motivos aducidos para justificarlo, el Plan Jefas y Jefes es, entonces, un subsidio destinado a jefas y jefes de hogar 6 noocupados u ocupados sin aportes previsionales a la fecha del otorgamiento del subsidio. La continuidad de la percepción del subsidio requiere una contrapartida de capacitación y /o trabajo por parte del beneficiario. La contrapartida de trabajo puede realizarse en el sector público o en el privado, en este último caso completando el empleador el monto que se requiere para alcanzar el salario establecido por el correspondiente convenio colectivo de trabajo, y haciendo las contribuciones previsionales sobre esa diferencia. Sin embargo, es muy pequeña la proporción de beneficiarios que adopta esta última forma de contraprestación. Ello se deduce del hecho de que entre quienes se declararon ocupados en el sector privado aproximadamente el 99% eran trabajadores por cuenta propia o asalariados sin beneficios jubilatorios. No obstante, la inmensa mayoría de quienes tenían un Plan Jefas y Jefes figuraban como ocupados en el sector público (Pellegrini y Módolo, 2003). La asignación de Condición de Actividad a los beneficiarios del Plan Jefes y Jefas Tradicionalmente el INDEC aplicó a los beneficiarios un plan de empleo los criterios generales para asignar la condición de actividad, considerando ocupados a aquellos que trabajaran el tiempo semanal requerido según los criterios estadísticos. Dicho antecedente es invocado en una Nota de Coyuntura de la Dirección Nacional de Coordinación de Políticas Macroeconómicas 7 como aparente justificación por hacer lo mismo con los beneficiarios del Plan Jefas y Jefas, ignorando el hecho de que, según lo señala Luci (2003), los planes de empleo cambiaron sensiblemente a lo largo del tiempo desde que comenzaron a ser implementados hace más de una década. En efecto, los primeros planes de empleo estaban asociados a la creación efectiva de puestos de trabajo que debían ser cubiertos por sus beneficiarios, pero progresivamente esta exigencia se fue relajando, hasta volverse casi simbólica en el Plan Jefas y Jefes, donde se pide realizar una contrapartida de trabajo (algo diferente de ocupar un puesto de trabajo), la que puede tener una relación muy vaga con una verdadera actividad productiva, y que incluso puede ser reemplazada por una contrapartida de capacitación, a voluntad del beneficiario. La real situación de las personas que son beneficiarias de un Plan Jefas y Jefes puede diferir según se declare ocupado en el sector público o en los sectores privado u otros. Cabe presumir que un beneficiario registrado estadísticamente como ocupado en los sector es privado u otros realiza efectivamente una actividad laboral, porque de lo contrario difícilmente sería admitido en el establecimiento de que se trate, y seguramente no recibiría una remuneración pagada por el empleador. En efecto, el subsidio compone el salario de convenio si el trabajador ha sido contratado respetando las normas legales, o lo complementa, si se trata de alguien no registrado, que además de su remuneración percibe ilegítimamente el subsidio. Aunque quizá pueda argumentarse que en el primer caso el trabajador podría estar desempleado si su remuneración no estuviera subsidiada, de hecho está ocupado, e indudablemente también lo está en el segundo caso. No ocurre lo mismo cuando el beneficiario del subsidio está registrado como teniendo una única ocupación en el sector público (si tuviera otra ocupación, aunque fuera secundaria, indudablemente se trataría de un ocupado). Salvo casos de corrupción, aquí debe descar- 6 Esta es una condición muy difícil de verificar en la práctica, no solo por las limitaciones de la información a la que pueden acceder las autoridades de aplicación, sino también porque la existencia de un jefe o jefa en el hogar claramente identificable supone una estructura familiar ideal que a veces está muy poco relacionada con las realmente existentes en la sociedad argentina. 7 Dirección Nacional de Coordinación de Políticas Macroeconómicas, Nota de Coyuntura del 17 de enero de 2003,

6 tarse la posibilidad de que alguien tenga un verdadero empleo público y cobre además el subsidio. Y aunque la prestación en contrapartida de éste fuera efectivamente realizada, ello no afecta el hecho de que estos el subsidio del Plan Jefas y Jefes no se otorga con la finalidad de remunerar por su valor a una actividad productiva, sino la de paliar una carencia de ingresos. Cuando existe, real o meramente simbólica, la prestación en contrapartida se da por añadidura, por lo que llamar ocupados a estos beneficiarios del subsidio parece un abuso del lenguaje. Por cierto, no se trata de desvalorizar las actividades que realizan, sino de recuperar la noción de: trabajo, que en el contexto de las relaciones laborales supone una relación de intercambio entre empleado y empleador 8. En consecuencia, un beneficiario del plan de empleo registrado como teniendo una única ocupación en el sector público debería considerarse no-ocupado, aunque no necesariamente desocupado. En efecto, podría tratarse de alguien que en realidad no es económicamente activo, que realiza su contraprestación al sólo efecto de mantener la continuidad en la percepción del subsidio, pero que no trabajaría ni buscaría trabajo bajo otras circunstancias. En consecuencia, debería considerarse inactivo, o al menos, integrante de una nueva categoría de personas fuera de la fuerza de trabajo 9. Por otra parte, una persona que en otras circunstancia sería clasificada como desocupada puede abstenerse de buscar trabajo activamente porque el subsidio satisface sus expectativas de ingreso, porque evalúa que no obtendría uno mayor estando ocupados, o porque la eventual mejora que pudiera conseguir no compensaría el esfuerzo. Aquí tiene sentido considerar que se trata de una forma particular de desaliento o más bien, de desocupación encubierta, que justificaría clasificar a la persona como desocupada. También se justificaría clasificar como desocupados de pleno derecho a quienes buscan trabajo activamente. Desafortunadamente la EPH no proporciona la información necesaria para distinguir inmediatamente a las diferentes categorías de personas que, en tanto beneficiarios del Plan Jefes y Jefas, figuran como ocupadas en el sector público y en este trabajo son denominadas no-ocupadas. Existen dos tipos de situaciones dudosas entre las personas que aparecen con una única ocupación en el sector público. La primera se presenta cuando declaran un ingreso de fuente laboral superior a $150, y la segunda lo hace cuando declaran que buscan trabajo. En la primera situación, un criterio prudencia aconseja aceptar que, si hay un error, éste está en la cantidad de ocupaciones y no en el ingreso, y considerarlos como ocupados. En la segunda situación no existe la información suficiente como para considerarlos desocupados, porque la EPH no recaba datos acerca de si buscan trabajo activamente o no 10. Por lo tanto, debería mantenerse en la categoría un tanto indefinida de no-ocupados. 8 Para tomar como referencia el propio derecho positivo argentino, si bien referido al empleo privado, cabe recordar que el artículo 4º de la Ley de Contrato de Trabajo define como tal a toda actividad lícita que se preste en favor de quien tiene la facultad de dirigirla, mediante una remuneración. El contrato de trabajo tiene como principal objeto la actividad productiva y creadora del hombre en sí. Sólo después ha de entenderse que media entre las partes una relación de intercambio y un fin económico... (las cursivas son del autor). En consecuencia, aunque en segundo lugar según la Ley, ha de entenderse que media entre las partes una relación de intercambio. 9 Cabe señalar que entre los encuestados en las dos ondas de la EPH de 2002 y que eran beneficiarios del Plan Jefas y Jefes en la segunda onda, el 33% estaba formado por personas que habían sido inactivas en mayo, el 24,5 lo estaba por personas que habían sido desocupadas y el 14,2% ocupadas sin plan de empleo. El resto, 28,4%, estaba integrado por personas que habían sido ocupadas con plan de empleo (Pellegrini y Módolo, 2003). 10 Las preguntas destinadas a averiguar se la búsqueda de trabajo es activa no se hacen a quienes son previamente clasificados como ocupados.

7 Por cierto, esta categoría no es útil para calcular las tasas de desocupación y actividad según las definiciones usuales, y en consecuencia, convendrá dividirlos en desocupados e inactivos, utilizando para ello una técnica de imputación. REVISIÓN DE LA CONDICIÓN DE ACTIVIDAD DE LO BENEFICIARIOS DEL PLAN JEFAS Y JEFES Metodología Teniendo en cuenta las consideraciones expuestas anteriormente, se revisó la condición de actividad asignada a los beneficiarios del Plan Jefas y Jefes mediante un procedimiento en dos etapas. En la primera etapa se hizo uso de la información disponible sobre las características de la ocupación, que permiten definir un subgrupo del cual se puede cuestionar la condición de actividad como ocupado asignada originalmente. Este subgrupo presenta las características de tener como ocupación principal un Plan Jefas y Jefes que desempeña en el sector público, cómo única ocupación y tener un ingreso de $150. Este subgrupo fue considerado noocupado. En la segunda etapa se reclasificó dicho subrupo en desocupados e inactivos con Plan Jefas y Jefes mediante una técnica de imputación. Como se sabe, los conjuntos de datos provenientes de encuestas pueden presentar diversos problemas que afectan su análisis estadístico, entre los más frecuentes de los cuales se encuentra el que las variables no sean completamente observadas o que los valores relevados resultan incorrectos o confusos. Una de las estrategias que se utiliza para el tratamiento de la información faltante o confusa es la denominada técnica de imputación, la cual consiste en sustituir cada valor faltante o confuso por otro seleccionado mediante un determinado método, teniendo en cuenta las características del mecanismo de pérdida. De esta manera se obtienen conjuntos de datos completos a los cuales se les puede aplicar métodos de análisis estadísticos estándares (Lessler and Kalsbeek, 1992; Laaksonen, 1999). En todo conjunto de datos incompletos, los valores observados proveen una evidencia indirecta sobre los probables valores de los no observados. Esta evidencia, cuando se combina con ciertos supuestos, lleva a considerar una distribución de probabilidad estimada para los valores faltantes que debe ser incorporada en el análisis estadístico. Las técnicas más modernas para el tratamiento de datos faltantes llevan a cabo esta incorporación en una variedad de formas (Little and Rubin, 1987). Un método utilizado para imputación que responde a esta concepción es Monte Carlo con Cadenas de Markov (MCMC), utilizado para generar extracciones de distintas distribuciones multidimensionales de probabilidad a través de cadenas de Markov (Schafer, 1997). El método MCMC. El método MCMC consta de un conjunto de técnicas para generar extracciones seudoaleatorias a partir de distribuciones multidimensionales. Construye una cadena de Markov lo suficientemente extensa para que la distribución de los elementos se estabilicen en una distribución común, denominada estacionaria. MCMC ha sido aplicado como un método para explorar las distribuciones a posteriori en la inferencia bayesiana. Se simula la distribución conjunta a posteriori de los parámetros desconocidos y se obtienen estimaciones, basadas en simulaciones de los parámetros a posteriori, que son de interés. Asumiendo que los datos siguen una distribución normal multivariada el método consta de la repetición de dos pasos:

8 1. Imputación: a partir de la estimación del vector de promedios y la matriz de covariancias se simulan, independientemente, valores perdidos para cada una de las observaciones. Es decir, si se denota con Yi(per) las variables con valores faltantes y con Yi(obs) las variables con valores observados para la unidad i-ésima, en este paso se extraen los valores para Yi(per) a partir de la distribución condicional de Yi(per) dada Yi(obs). 2. A posteriori: se simulan el vector de promedios y la matriz de covariancias poblacionales a posteriori a partir de la muestra completa. Estos nuevos estimadores son usados en el paso 1. Se puede usar como información a priori, por ejemplo, la matriz de covariancias ya que es útil para estabilizar la inferencia acerca del vector de promedios para una matriz de covariancias singular. Por lo tanto, se obtiene una estimación del parámetro de interés q(t) en cada t-ésima iteración, con la que el paso 1 extrae Yper (t+1) de p(yper/yobs, q(t)) y el paso 2 extrae q(t+1) de p(q/yobs/yper). De esta manera se crea una cadena de Markov: (Yper (1), q(1)), (Yper (2), q(2)), (Yper (3), q(3)),..., que converge en distribución a p(yper,q/yobs), la cual se supone como la distribución estacionaria. En síntesis, estos dos pasos son iterados hasta lograr resultados confiables para un conjunto de datos imputados. El objetivo es que las iteraciones converjan a una distribución estacionaria y luego simular una extracción aproximadamente independiente de los valores faltantes. El procedimiento PROC MI de SAS, dispone del método MCMC para esquemas de pérdida arbitrarios, que crea imputaciones mediante la realización de simulaciones a partir de una distribución bayesiana de datos normales, ya que para proporciones no grandes de información faltante, la robustez del método ante distribuciones no normales ha sido probada con estudios de simulación 11. Aplicación. En la onda de octubre de 2002 se registra un total de individuos como ocupados que tienen un plan de empleo como ocupación principal. Aplicando los criterios señalados para la primera etapa, 1665 individuos resultaron clasificados como no-ocupados, y fueron recategorizados en la segunda etapa, mediante la técnica de imputación basada en el método MCMC descrito más arriba, utilizando como variables auxiliares edad, sexo, relación de parentesco y nivel de educación. El procedimiento trabaja con cadenas múltiples para crear las distintas imputaciones, utiliza el promedio y desvío estándar de los casos disponibles, es decir del resto de los registros de la base de los cuales se conoce el valor de la variable relativa a la condición de actividad, como estimación inicial y, suponiendo correlaciones nulas, construye la matriz de covariancias. Utiliza cinco cadenas separadas y realiza 200 iteraciones antes de cada imputación; las mismas son usadas para establecer convergencia a la distribución estacionaria, proceso que se repite para diferentes números aleatorios generadores. De esta manera los 1665 individuos del subgrupo definido, que originalmente eran considerados ocupados, se reclasifican en: 1031 desocupados (62%), y 634 inactivos (38%). A través de la aplicación de tests de asociación se puede concluir que los grupos de inactivos y desocupados obtenidos presentan diferencias de comportamiento con respecto a variables, que en la literatura se reconocen como relevantes en relación a la decisión de participación en el mercado laboral. En efecto, los individuos del subgrupo se distribuirían en las 11 SAS Institute Inc., Statistics and Operations Research. What s new in data analysis. multiple imputation for missing data, dami.htm, (Mayo 2002)

9 categorías de las variables sexo, nivel de educación y relación de parentesco de manera diferente según sean desocupados o inactivos (ver Apéndice). Corrección de los indicadores del mercado laboral. Una vez realizada la recategorización de la condición de actividad del subgrupo, se expandieron los valores muestrales obtenidos utilizando los ponderadores correspondientes y se recalcularon las tasas de desocupación, actividad y empleo. Estos datos se presentan en la Tabla I, junto con las mismas tasas calculadas utilizando la condición de actividad asignada originalmente en la EPH. Tabla I TASAS DE DESOCUPACIÓN, ACTIVIDAD Y EMPLEO CALCULADAS EMPLEANDO DATOS SOBRE CONDICIÓN DE ACTIVIDAD ORIGINALES Y CORREGIDOS. 32 AGLOMERADOS URBANOS. OCTUBRE DE Datos sobre Tasa de Condición de Actividad Desocupación Actividad Empleo Originales 17,9 42,8 35,1 Corregidos 20,1 41,6 33,3 Fuente: Elaboración propia sobre la base de datos de INDEC Aunque no son estrictamente comparables, porque se refieren a 31 aglomerados urbanos y no a los 32 considerados en este trabajo, es útil comparar estos resultados con las tasas según criterios alternativos publicada por el INDEC (Tabla II). Tabla II TASAS DE DESOCUPACIÓN, ACTIVIDAD Y EMPLEO ALTERNATIVAS CALCULADAS POR INDEC. 31 AGLOMERADOS URBANOS. OCTUBRE DE Criterio Utilizado Tasa de Desocupación Actividad Empleo EPH 17,8 42,9 35,3 Primer Criterio 1 23,6 42,9 32,7 Segundo Criterio 2 21,8 41,7 32,7 1 Recálculo de las tasas considerando como desocupados a todos los ocupados cuya ocupación principal proviene de un Plan Jefas y Jefes. 2 Recálculo de las tasas considerando como desocupados a los ocupados cuya ocupación principal proviene de un Plan Jefas y Jefes y que además buscan activamente trabajo. Fuente: Elaborado en base a INDEC La inspección de la Tabla II revela que el INDEC no aplicó estrictamente sus propios criterios alternativos, porque si lo hubiera hecho las tasas de actividad hubieran sido las mismas en el Primero y el Segundo caso, y las tasas de empleo diferentes. Seguramemente, consideró inactivos a los ocupados cuya ocupación principal proviene de un Plan Jefas y Jefes y que no buscan activamente trabajo, lo cual no se explicitó. Pero no es esto lo que importa, sino que las diferencias con las tasas calculadas según el criterio adoptado en la EPH son del mismo signo y mucho mayores que las que se muestran en la Tabla I. EPÍLOGO Las tasas corregidas, esto es, calculadas utilizando los datos sobre condición de actividad asignados según el procedimiento propuesto en este trabajo, difieren sensiblemente de

10 aquellas calculadas aceptando el criterio tradicional del INDEC. La tasas de desocupación y empleo, una vez corregidas, aumentan en más de dos puntos porcentuales, mientras que la de actividad disminuye en más de uno. Sin embargo, la tasa más sensible, esto es, la tasa de desocupación, se ve menos influida que si se hubiera adoptado un criterio que dejara inalterado el denominador del cociente utilizado para calculara, esto es, la población económicamente activa. La modificación de la estimación de las poblaciones económicamente activa y desocupada fue realizada a través de una metodología que permite considerar, a través de variables auxiliares, ciertas características de los grupos desocupados e inactivos, y distribuir en dichas categorías a los individuos que tenían información confusa en su condición de actividad. Como reflexión final, cabe agregar que la cualidad de confusa de la información proveniente de la EPH, parece deberse fundamentalmente al intento de forzar dentro de la tríada ocupado-desocupado-inactivo a personas cuya situación está muy lejos de las que seguramente se tenían en mente cuando se definieron los criterios para asignar la condición de actividad a las personas.

11 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS. INDEC, ISI, IASS. (1998). Encuestas a Hogares: Reformulación de la Encuesta Permanente de Hogares de Argentina, Primera Reunión sobre Estadística Pública del Instituto Interamericano de Estadística, Buenos Aires. LAAKSONEN, S. (1999): How to find the best imputation technique, Statistics Finland, Helsinki. LESSLER, J. and KALSBEEK, W. (1992): Non Sampling Error in Survey, John Wiley & Sons. LITTLE, R. J. and D. B. RUBIN. (1987): Statistical Analysis with Missing Data, J. Wiley & Sons. LUCI, F. (2003): Los programas de empleo transitorio en la Argentina de los noventa. Una aproximación comparada, en Los trabajadores y el trabajo en la crisis, CD Rom 6º Congreso Nacional de Estudios del Trabajo, Aset, Buenos Aires. MÓDOLO, C., Coordinador (2002): Evaluación de la calidad y eficiencia del gasto en la ejecución presupuestaria, Convenio: Ministerio de Economía CEPEA, Informe Nº 2, Buenos Aires. PELLEGRINI, J. L. y MÓDOLO, C. (2003): Perfil laboral de los beneficiarios de los planes de Empleo, en Los trabajadores y el trabajo en la crisis, CD Rom 6º Congreso Nacional de Estudios del Trabajo, Aset, Buenos Aires. SCHAFER, J.L..(1997): Analysis of Incomplete Multivariate Data, Chapman & Hall, Londres. SUMMERS, L and CLARK, K. (1990): Understanding Unemployment, The MIT Press, Cambridge and London. FUENTES. INDEC, Encuesta Permanente de Hogares, Base Usuaria Ampliada, Onda de Octubre de 2002, (abril de 2003). INDEC, Novedades de la onda: octubre 2002, (abril de 2003). INDEC, Mercado de trabajo: principales indicadores de los Aglomerados Urbanos. Octubre Información de Prensa del 27 de diciembre de 2002,

12 ANEXO ANÁLISIS DE LA ASOCIACIÓN ENTRE CARACTERÍSTICAS DEMO-EDUCACIONALES Y CONDICIONES DE DESOCUPADO E INACTIVO A) Sexo y condiciones de desocupado e inactivo H 0 ) no existencia de asociación entre sexo es y condiciones de desocupado e inactivo H 1 ) existencia de asociación entre sexo es y condiciones de desocupado e inactivo Table of estado by sexo estado sexo Frequency Row Pct varón mujer Total desoc inac Total Statistics for Table of estado by sexo Statistic DF Value Prob Chi-Square <.0001 Likelihood Ratio Chi-Square <.0001 Mantel-Haenszel Chi-Square <.0001 Sample Size = 1665 Conclusión: Se observa que cada valor de las estadísticas correspondientes a los tres tests, con una probabilidad asociada de 0.001, conduce al rechazo de la hipótesis nula de no asociación entre sexo y condiciones de desocupados e inactivos. B) Relación de parentesco y condiciones de desocupado e inactivo H 0 ) no existencia de asociación entre relación de parentesco y condiciones de desocupado e inactivo H 1 ) existencia de asociación entre relación de parentesco y condiciones de desocupado e inactivo Table of estado by relación de parentesco estado relación de parentesco Frequency Row Pct jefe conyuge otros Total desoc

13 inac Total Statistics for Table of estado by parente Statistic DF Value Prob Chi-Square <.0001 Likelihood Ratio Chi-Square <.0001 Mantel-Haenszel Chi-Square <.0001 Sample Size = 1665 Conclusión: Se observa que cada valor de las estadísticas correspondientes a los tres tests, con una probabilidad asociada de 0.001, conduce al rechazo de la hipótesis nula de no asociación entre relación de parentesco y condiciones de desocupados e inactivos. C) Nivel educacional y condiciones de desocupado e inactivo H 0 ) no existencia de asociación entre nivel educacional y condiciones de desocupado e inactivo H 1 ) existencia de asociación entre nivel educacional y condiciones de desocupado e inactivo Table of ESTADO by nivel de eduación ESTADO(ESTADO) Nivel de educación ˆ ˆ Frequency Row Pct Total desoc inac Siendo: 1:Primaria Incompleta 2:Secundaria Incompleta 3:Secundaria completa y más Total Valores faltantes: 34 debido a los individuos a los que no les corresponde responder sobre nivel educacional por no haber asistido nunca a la escuela. Statistics for Table of estado by nedu

14 Statistic DF Value Prob Chi-Square Likelihood Ratio Chi-Square Mantel-Haenszel Chi-Square Sample Size = 1631 Conclusión: Se observa que cada valor de las estadísticas correspondientes a los tres tests conduce al rechazo de la hipótesis nula de no asociación entre relación de parentesco y condiciones de desocupados e inactivos, con una probabilidad asociada de 0.10.