EL DIOS DE JESÚS, DESTRUCTOR DE TODOS LOS ÍDOLOS

Transcripción

1 Javier Peña, S.J. EL DIOS DE JESÚS, DESTRUCTOR DE TODOS LOS ÍDOLOS Breve estudio sobre varias imágenes falsas de Dios, para ayudar a luchar contra la idolatría en nuestro ambiente

2 Índice Nota previa...7 Introducción El dios que da miedo El dios que necesita que lo defiendan El dios que imponemos como una ciencia El dios en las nubes El dios mágico Manipular a Dios Dios sin novedad El dios enemigo Dios sin utilidad Creer en Dios? Sí, pero fuera de la Iglesia...59 Conclusión: El Dios de Cristo, destructor de todos los ídolos...63

3 En América Latina estamos convencidos de que nuestro mayor problema en materia de creencia no es el rechazo a Dios sino la idolatría. El riesgo del creyente es idolatrar el poder y el dinero; esa idolatría del poder y del dinero es siempre, en un análisis de fe, la razón de la pobreza, de la miseria, de la injusticia. No hay que olvidar que América Latina es el único continente que es simultáneamente cristiano y pobre; en este hecho hay algo que no funciona debidamente; en efecto, los mismos que proclaman su fe en el Dios de Jesús, olvidan o despojan a la inmensa mayoría de esa población. Gustavo Gutiérrez

4 Nota previa Este texto lo elaboré inicialmente para los novicios de la Provincia Mexicana de la Compañía de Jesús, en 1993, como una ayuda a la clase de Experiencia de fe y a su proceso de discernimiento espiritual. Posteriormente surgió la idea de que pudiera prestar un servicio pastoral más amplio: para los papás de los niños del catecismo, para las Comunidades Eclesiales de Base (CEB), para los colegios, para otros grupos cristianos, etcétera. Ofrece unas luces ante nuestro mayor problema en materia de creencia en América Latina: la idolatría. Estas líneas se basan en lo que nos interpelan nuestros mártires (como Mons. Romero, Ignacio Ellacuría, ) y nuestros pastores y teólogos (Don Pedro Casaldáliga, Don Samuel Ruíz, Jon Sobrino, Gustavo Gutiérrez, especialmente J. I. González Faus, ). Vaya un reconocimiento desde la fe en el Dios de Cristo. Gracias a todos los que colaboraron. J. P. 7

5 Introducción Cuando Dios sacó al pueblo de Israel de la esclavitud en la que se encontraba en Egipto, hizo una alianza de amor perpetuo con todos los israelitas en un monte llamado Sinaí. Les dijo por medio de Moisés: Si de veras escuchan mi voz y guardan mi alianza, ustedes serán mi propiedad personal y una nación santa. Todo el pueblo respondió: Haremos todo cuanto ha dicho Yahvé (Éx 19, 5 8). De esta manera, Dios se alió con este pueblo y lo hizo suyo. Le pidió confianza absoluta y que nunca dudara de su amistad. Para sellar esa alianza, Dios le entregó los diez mandamientos con base en esta primera y gran advertencia: Yo, Yahvé, soy tu Dios, que te ha sacado del país de Egipto, de la casa de servidumbre. No habrá para ti otros dioses delante de mí. No te harás escultura ni imagen alguna ni de lo que hay arriba en los cielos, ni de lo que hay abajo en la tierra No te postrarás ante ellas ni les darás culto (Éx 20, 1 5). Constantemente estamos en peligro de construir imágenes falsas de Dios, porque a Dios no lo vemos directamente cara a cara, como sí lo hacemos hombres y mujeres. Moisés quería ver el rostro de Dios, pero él le dijo: Mi rostro no podrás verlo (Éx 33, 18 23). Dios es más grande que nosotros. No existe un lugar en esta tierra donde podamos encerrarlo o hacerlo a nuestra medida, ni siquiera en la Ley o en el templo. 9

6 El Dios de Jesús, destructor de todos los ídolos Nosotros caemos fácilmente en la tentación de querer manejar a Dios. No queremos que nos exija o que nos cuestione. Eso le pasó al pueblo de Israel: muy pronto comenzó a construir imágenes idolátricas y desobedeció a Dios (véase el texto sobre el becerro de oro: Éx 32, 1-6). Desgraciadamente seguimos más los pasos equivocados de los israelitas y no escuchamos los señalamientos de Dios. Hemos llenado nuestra tierra de muchas imágenes falsas de Dios, incluso entre los mismos que creemos firmemente en él. Lo más grave es que estas imágenes idolátricas las construimos sin darnos cuenta, y están enraizadas en nuestra mente y en nuestro corazón más de lo que podemos notar. Por eso nos postramos ante esos ídolos, los obedecemos con mucha docilidad. Si nos diéramos cuenta, nos escandalizaría ser tan idólatras. Las imágenes falsas de Dios que construimos deforman su nombre, y sobre todo, oscurecen su presencia en nuestra historia y dificultan la construcción de la justicia, al no reconocer a Dios abiertamente en aquellos hombres y mujeres que muestran su rostro: los pobres y oprimidos, en quienes están los rasgos sufrientes de Cristo, el Señor, que nos cuestiona e interpela (Puebla, nn ). Las falsas imágenes impiden relacionarnos con el Dios verdadero y afectan la relación entre nosotros. La gravedad de este asunto aumenta porque las imágenes falsas de Dios no solamente se refieren a los ídolos (tengan la figura que tengan), ni al hecho de postrarse ante ellos (adorarlos), ni a servirlos (estar a sus órdenes), sino muy especialmente a los comportamientos o conductas que brotan en las personas que creen en determinada imagen. Estos comportamientos son muy inconscientes y dañinos. Por eso están en peligro de caer en la idolatría, y 10

7 Introducción al mismo tiempo, alejan a los hombres del encuentro con el Dios verdadero. Jesús luchó contra la idolatría. Desenmascaró a todos los que cambiaron a Dios por unas imágenes falsas e idolátricas. Pudo hacerlo desde una actitud y una praxis bien determinadas: como Hijo de Dios. Hablaba con su Padre, llamándolo Abbá. Lo hacía en distintos momentos y lugares, pero siempre en relación con el anuncio del Reino de Dios, y nunca aislado del mundo. Unas veces con alegría, otras con tristeza. Pero, en todo momento, unía el anuncio del Reino y la invocación a Dios Padre. Este comportamiento de Jesús nos señala cómo relacionarnos con Dios y no con un ídolo creado por nosotros mismos, cómo conocer al Dios verdadero, cómo invocarlo y cómo practicar su voluntad. Jesús es quien nos puede decir la palabra verdadera sobre Dios, puede cuestionar nuestros comportamientos e impedir que caigamos en una imagen idolátrica. Este folleto ayuda a descubrir: 1) algunos ídolos e imágenes falsas de Dios que a lo largo de nuestra vida hemos construido; 2) comportamientos que los hombres y mujeres tienen al creer en esos ídolos; 3) el comportamiento de Jesús que cuestiona de raíz las falsas imágenes; 4) luces para acercarnos más al Dios de Cristo. Terminamos con unas preguntas para reflexionar en grupo sobre las diversas imágenes estudiadas, y pasar así a un discernimiento que nos permita abrirnos al Dios de Jesús y rechazar la multitud de ídolos. Queremos ayudar no sólo a conocer y amar más a Dios, sino también a que amemos al hermano más necesitado. San Juan lo dice de una manera más radical: El que no ama no conoce a Dios, porque Dios es amor. En el amor no existe temor; al contrario, el amor perfecto expulsa el temor, porque el temor mira al castigo; en consecuencia, 11

8 El Dios de Jesús, destructor de todos los ídolos quien siente temor aún no está realizado en el amor. Podemos amar nosotros, porque él nos amó primero. El que diga: Yo amo a Dios, mientras odia a su hermano, es un mentiroso; porque quien no ama a su hermano, a quien ve, no puede amar a Dios, a quien no ve. Y éste es el mandamiento que recibimos de él: quien ama a Dios, ame también a su hermano (1 Jn 4, ). 12