Vida y obra de Moritz Martín Thomsen Por: Álvaro Alemán Profesor de Literatura Comparada, Universidad San Francisco de Quito

Transcripción

1 Vida y obra de Moritz Martín Thomsen Por: Álvaro Alemán Profesor de Literatura Comparada, Universidad San Francisco de Quito Moritz Thomsen es una figura literaria relevante para entender la repartición mundial de reputaciones, los límites de la historia del arte contemporáneo y las dificultades de la identidad en la era de la globalización. El presente texto se propone contribuir a un gesto de divulgación y ponderación de la obra de uno de los escritores más interesantes y originales de la segunda parte del Siglo XX. El presente interés sobre la obra de Thomsen coincide con una creciente conciencia planetaria sobre la importancia del medioambiente (una de las fortalezas en la literatura ecologista de este autor), la crisis del nacionalismo y el regreso de un discurso ético y social centrado sobre la pobreza. Moritz Thomsen llega al Ecuador en 1965 y trabaja con poblaciones que funcionan lejos del alcance del estado, establece una bien ganada credibilidad con la población local (tanto nativa como extranjera, dentro de poco se convertirá en una de figuras míticas del Cuerpo de Paz) y pasa el resto de su vida pensando y escribiendo sobre los temas que lo apasionan: la pobreza, la diferencia cultural y racial, la identidad personal y colectiva, el arte y la naturaleza. La obra de Thomsen (docenas de artículos de prensa, cuatro libros impresos, otro más que permanece inédito) ha tenido una poderosa influencia entre sus numerosos lectores. Thomsen fue premiado en vida con varios galardones literarios y ha recibido EL CUERPO DE PAZ DE LOS ESTADOS UNIDOS CUMPLE 45 AÑOS EN EL ECUADOR El Cuerpo de Paz es una institución del Gobierno de los Estados Unidos, fundada por el Presidente John F. Kennedy, el 1 de marzo de Al momento está presente en 139 países y sus voluntarios representan la gran diversidad cultural y étnica de los Estados Unidos. La misión del Cuerpo de Paz es la de promover la paz y la amistad entre los pueblos y el desarrollo socio-económico. El Cuerpo de Paz tiene presencia en el Ecuador desde 1962 y voluntarios han servido en el país, apoyando al pueblo ecuatoriano con capacitación y asesoría técnica en: Salud Comunitaria, Desarrollo Juvenil, Conservación del Hábitat y Agricultura Sostenible. GISELLA CALÁN Beneficiaria Cuerpo de Paz, Comunidad Pueblo Nuevo, Quito. Nuestra comunidad fue invitada por FUNDELAN a trabajar con el Cuerpo de Paz y con un arduo trabajo las mujeres y las voluntarias lograron implementar varios proyectos como: cultivos de hortalizas, yogurt, producción de fresas, etc. Estos proyectos han sido de gran beneficio, pues antes pensábamos que no éramos capaces de hacer algo así y teníamos temor de emprender negocios y vivíamos con una elevada dependencia de nuestros esposos. Cuando iniciamos estas actividades productivas, las voluntarias nos hicieron perder el miedo a emprender proyectos, vender y formar negocios. Es así como fuimos incrementando nuestra autoestima y ahora nos estamos independizando económicamente y nos sentimos orgullosas de aportar con dinero a nuestras familias. Con la voluntaria Casey Maher hicimos la fiesta de Acción de Gracias, pero al no contar con el tradicional pavo, preparamos un pollo. Casey preparó algunas otras comidas que se come allá y nos explicó cómo se celebra este día. Nos contó que en ese día los hombres ayudan en la cocina y eso era nuevo para nosotros, porque cuando hay una fiesta, los hombres pasan en la sala tomando o escuchando música hasta que las mujeres preparen la comida. Me ha gustado mucho trabajar con las voluntarias, se intercambia aspectos culturales y se aprende mucho.

2 un reconocimiento póstumo que lo ha convertido en figura de culto. Entretanto, su vida y obra son prácticamente desconocidas en el Ecuador, salvo por un puñado de extranjeros que fueron sus seguidores, colaboradores, amigos y lectores. En lo que sigue intentaré ofrecer algunas pistas sobre aquello que puede interesar a un público que se acerca por primera vez a esta enigmática figura: el esqueleto del itinerario de su vida, sus antecedentes literarios y personales, su acercamiento a lo afroecuatoriano, su aporte al pensamiento contemporáneo de la globalidad y de la nación, su inserción difícil al panorama de las letras del Ecuador, la especificidad de su producción literaria, la conveniencia de naturalizar a este autor para lograr un pensamiento más dinámico sobre la literatura, la cultura y la identidad locales y; finalmente, una bibliografía anotada sobre su obra, la primera que se ha elaborado hasta el momento y que concluye con un llamado a atraer mayor interés sobre su escritura. En concreto, un llamado a aunar esfuerzos para traducir su obra al castellano, de manera que después de tanto tiempo, finalmente obtenga el reconocimiento que merece en el Ecuador. hogar a los 12 años de edad para viajar a los Estados Unidos y labrar, a lo largo de décadas, una considerable fortuna económica. Thomsen procura entre múltiples aventuras financieras, establecer sus intereses en el Japón y hasta en el México de Porfirio Díaz, con quien logra un contrato para construir una vía férrea entre México D.F. y Acapulco a un costo de cien mil dólares el kilómetro. Después del triunfo de la revolución, ya en los años 20, el gobierno mexicano revolucionario electo decide respetar el contrato con Thomsen y le otorga una inmensa franja costanera en lo que hoy en día es uno de los centros turísticos más concurridos del mundo. El Patriarca Moritz Thomsen con su familia, su esposa Marie, con sus hijas: Annie, Inga Marie, Minnie y Theresa, el hijo, Charles, padre de Moritz Thomsen II, se encuentran en la parte superior derecha de la foto, Vida Moritz Martin Thomsen II nace rico en Hollywood, California, hijo de Charles Moritz Thomsen y Marie (Titus) Thomsen. Sus padres se divorcian cuando tenía cinco años y es enviado, junto a su hermana Wilhemina (Willye) a vivir con su abuelo paterno, Moritz Thomsen. Este hombre, un inmigrante noreuropeo a los EE.UU., uno de entre una docena de hijos, deja su

3 En 1925 su padre se casa en segundas nupcias con El Vera Anderson y construye una casa amplia, en el estilo provincial de Francia, que llama Wildcliffe, en 1927, en Kenmore, Washington. Su familia se muda ahí ese mismo año. Thomsen narra que en su infancia, aún en Hollywood, veía explosiones artificiales y batallas vivas en el lote aledaño a su casa, se trataba de la filmación de una de las obras cinematográficas más importantes del cine moderno, Birth of a Nation de D.W. Griffiths. Otro vecino, esta vez ya en el estado de Washington, resultó ser el hijo del novelista Zane Grey, autor de seriales literarios convertidos en clásicos del cine de aventuras temprano y creador de más de 80 novelas del Llanero Solitario 1. Thomsen tuvo una juventud de privilegio económico, aún adolescente, hizo un viaje alrededor del mundo con su familia en un crucero. Conoció personalmente y entabló amistad con la señora de Aldous Huxley, Patrick Hemingway, Wallace Stegner y Roy Harris, entre otros. Estudió con figuras literarias de la talla de Whitt Burnett y Oliver Lafarge, adquirió un gusto desmesurado por la música clásica que se muestra con gran vigor en sus libros. Moritz Thomsen II asistió a la Universidad de Oregon en Eugene, Oregon, desde 1933 hasta 1939 (en 1936 pasó brevemente por la Universidad de Washington State) ahí se concentra en inglés y periodismo, aunque nunca se gradúa. Posteriormente se enrola en la Universidad de Columbia, en 1939 y 1940, con la intención de convertirse en escritor. En 1940 regresa a Wildcliffe y con la ayuda de su padre compra una pequeña propiedad agrícola, una granja lechera, en Winthrop, Washington y vive ahí un corto tiempo hasta ser llamado al ejército de los EE.UU. ese mismo año. La primera parte de su tiempo en el ejército la pasa en MILES MASCI Voluntario, Cuerpo de Paz en Ecuador Sitio: Chipe Hamburgo, La Maná, Cotopaxi Proyecto: Apoyo de producción de cacao y fortalecimiento de Asociación Agrícola Pepa de Oro de la Comuna Chipe Hamburgo No.1 Apliqué para el Cuerpo de Paz el último año de la universidad y ésta fue una excelente oportunidad. Cuando llegué al Ecuador primero fui a Cayambe y me di cuenta que no estaba preparado para el frío, después pasé a Chipe Hamburgo en La Maná, una comunidad a la que le encanta recibir gringos. Soy el quinto voluntario en el lugar y las experiencias han sido favorables. Veo que la gran diferencia entre los estadounidenses y los comuneros donde vivo son las oportunidades, recursos y la situación económica. El Cuerpo de Paz ha tratado de apoyar en estos aspectos al trabajar conjuntamente para mejorar la salud comunitaria por medio del sistema de agua potable y un centro de salud. También hemos logrado dar acceso a información por medio del Internet y pequeñas bibliotecas. La mayor ventaja creo que son las relaciones creadas al luchar juntos por un objetivo que brinda beneficios a los comuneros.

4 la artillería en Fort Lewis, Washington, como ayudante de cocina y con el bombardeo japonés a Pearl Harbor se ofrece y es aceptado como aprendiz de bombardero en la fuerza aérea. En 1943 lo encontramos asignado a un bombardero B-17 en la compañía 91 de bombardeo pesado, en Inglaterra. Antes de reportarse a servicio activo se casa con una mujer joven llamada Dorothy, que había conocido en Winthrop. Vuela 27 misiones de combate sobre Alemania, Holanda, Francia y otros países y sirve en calidad de bombardero líder recibiendo la condecoración de Piloto Distinguido y alcanzando el rango de capitán. En 1945 Moritz Thomsen recibe una baja honorífica del ejército y compra una granja en Los Molinos, cerca de la población de Chico, California y ahí cría cerdos durante 19 años. Su esposa Dorothy es una figura enigmática, vive con Thomsen al fin de la guerra aunque recibe atención mínima en sus libros y no hay mención de su separación formal, no tienen hijos. Entre 1959 y 1960 Thomsen escribe una columna con el nombre Mill Run para el semanario Los Molinos Sun, un periódico local. Para 1965 el criadero de puercos y varias deudas obligan a Thomsen a liquidar su propiedad y sus bienes al caer en la bancarrota. Se enrola en el Cuerpo de Paz poco después. Es asignado al Ecuador y se lo ubica, por su propia insistencia, en el pequeño pueblo pesquero Rio Verde, en la Costa de la provincia de Esmeraldas, por el período requerido de dos años. Al fin de ese tiempo se re enlista para un segundo ciclo, hasta Su experiencia en ese lugar le sirve de base para su primer libro, Living Poor: A Peace Corps Chronicle (Viviendo en la pobreza: Una crónica del Cuerpo de Paz). En 1969 regresa brevemente a los EE.UU. para entrenar a nuevos voluntarios del Cuerpo de Paz, para finalizar su contrato para la publicación de ese libro y asiste al entierro de su padre. Thomsen regresa al Ecuador, compra una finca cerca del Río Esmeraldas y se asocia con Ramón Prado, un pescador que conoce durante su permanencia en Rio Verde. Esa finca, junto con su turbulenta y compleja relación con Prado, se convertirá en la temática central del segundo libro de Thomsen, The Farm on the River of Emeralds (La finca en el Río de Esmeraldas) publicada en En 1977, Thomsen y Prado tienen una diferencia de opinión, Thomsen deja la finca y se muda a Quito. El siguiente año, resentido aún por su salida de la finca, viaja al Brasil. Thomsen para entonces tiene 63 años de edad. Ese viaje, que desemboca en Manaos, se convierte en la temática central de su tercer libro, The Saddest Pleasure: A Journey on Two Rivers (El placer más triste: un viaje a través de dos ríos). El libro, escrito en los ochenta, se publica en 1990 con una introducción del reconocido escritor estadounidense Paul Theroux. Moritz en la finca del río Esmeraldas

5 En 1982 Thomsen y Prado se reconcilian y Thomsen compra una propiedad en Esmeraldas, en Tachina. Ahí vive, escribe y trabaja hasta 1988 cuando, debido a un accidente de trabajo, y a su desilusión con el lugar, se vuelve a mudar a Quito. Ese mismo año se ve obligado a trasladarse a Guayaquil (la altura de Quito lo demanda) debido a un diagnóstico de enfisema y de graves problemas respiratorios causados por una vida de tabaquismo. En Guayaquil, lejos de sus conocidos habituales, trabaja sobre dos manuscritos: My Two Wars (Mis dos guerras), un texto doble que reúne sus memorias de la II guerra mundial y la desgarradora relación que tuvo con su padre y Bad News from a Black Coast (Malas noticias de una costa negra), su último texto, que termina semanas antes de su muerte. También en Guayaquil, traba amistad con el narrador esmeraldeño Adalberto Ortiz, que empieza a pintar cuadros, afición que comparte, a nivel de aficionado, con Moritz. En el puerto recibe visitas de aficionados a su obra y autores de renombre, su sobrina lo visita e intenta persuadirlo a mudarse con ella a los EE.UU. Moritz muere pobre, en Guayaquil, el 28 de agosto de 1991, a la edad de 76 años, durante una epidemia de cólera que afecta al puerto. La causa de muerte es enfisema, trombosis coronaria y cólera. My Two Wars se publica póstumamente (en 1996) y Bad News vive aún en un limbo editorial, esperando la decisión de un grupo editorial para publicarse. Los derechos de autor de Thomsen le corresponden a sus dos herederos, Rashani Rea y Bruce Harris, los dos hijos de su hermana Wilhemina. FREDY ROMERO Gerente, Plan International Inc., ONG aliada al Cuerpo de Paz, Unidad de Programas Catacocha, Loja, Después de mi participación con el Cuerpo de Paz y el Plan Internacional Inc. he podido conocer y comprender mejor las costumbres y cultura de los estadounidenses, intercambiar experiencias y efectivamente ayudar a las comunidades donde hemos trabajado juntos. En una ocasión ocurrió que un grupo de campesinos al ver un billete de un dólar que sacaron los voluntarios para pagar un refresco, les dijeron: Ah ustedes también en los Estados Unidos usan nuestra moneda ecuatoriana, los voluntarios no pudieron disimular su sonrisa y al poco rato estaban conversando sobre el asunto de la moneda y compartiendo otros aspectos sobre su cultura. JOSÉ PILAMUNGA PARCO Beneficiario del Cuerpo de Paz, Comunidad San Bernardo. En mi comunidad indígena de San Bernardo trabajo en la Asociación de Productores Agroindustriales Manuela Parco, que agrupa a artesanos, agricultores y comerciantes. El Cuerpo de Paz empezó a ayudar en el 2006 para el desarrollo de las comunidades indígenas y la promoción de la agricultura y las artesanías. El primer voluntario fue John Irvin, quien motivado por incrementar la producción en artesanías y productos orgánicos ayudó en el desarrollo de nuestra comunidad. El voluntario participó en diferentes actividades en las granjas de producción de cuyes, conejos, abejas, codornices, chanchos, huertos familiares, artesanías, además en las reuniones comunitarias, mingas, y fiestas. En la educación él enseñó inglés a los niños y a su vez aprendió quichua.

6 Antecedentes literarios Thomsen se ubica dentro de una tradición firme en la literatura estadounidense, aquella que Patrick Chura ha llamado de contacto vital y que consiste en la creencia persistente de que el descenso a una existencia de pobreza fortalece el espíritu y el carácter del/la escritor/a en cuestión. Se trata de una inversión del mito popularizado por Horatio Alger en el Siglo XIX, la historia de harapos a riquezas que ha sido practicada desde Nathaniel Hawthorne, pasando por Jack London, hasta John Steinbeck y Eugene O Neill. Las razones para adoptar esta postura son diversas y seguramente incluyen un descontento generalizado con el ocio de la burguesía, la romantización de las virtudes de la pobreza, a veces sostenido por un genuino deseo de asistir al prójimo, el ideario ascético del cristianismo, una desilusión, como en el caso de Thomsen con el sistema socio económico de su propio ámbito territorial, y otros elementos difíciles de registrar. El origen literario de esta tradición seguramente se puede ubicar en los movimientos comunitarios de mediados del Siglo XIX en los EE.UU., como Brook Farm y los sentimientos de vuelta a la naturaleza expresados en el famoso Walden de Thoreau. Herman Melville es también culpable en todo esto con sus representaciones de la dura vida del marinero común. Estas experiencias prometían un contacto vital, una experiencia vigorizante y restaurativa que, idealmente, sería de provecho tanto para el individuo de clase media sometido a ella como para los pobres expuestos a un interlocutor proveniente de otro estamento social. Moritz en Guayaquil La obra de Moritz Thomsen es un registro de la imposibilidad de cumplir con una visión redentora de la pobreza, junto

7 con una meditación profunda sobre la programación cultural que la gestó y los efectos inesperados y abrumadores que produce. Uno de los momentos más interesantes de la obra de Thomsen es sin duda, la vinculación expresa que devela entre erotismo y geografía, entre el deseo imperial y el deseo sexual, Thomsen se muestra implacable en el examen despiadado que hace de sus propios demonios y los de los demás y conecta con una frescura e ingenio sorprendentes, la atracción con la destrucción. El siguiente tramo de su segundo libro, The Farm on the River of Emeralds, da pistas tanto sobre su finura como prosador como de su conciencia de la indeclinable alianza entre erotismo y autodestrucción: Hace algunos años, una noche, cuando era un voluntario del Cuerpo de Paz en Río Verde, visité al viejo Hill Swanson. Estaba preparando mi salida de ese lugar y quería despedirme. Swanson tenía para entonces unos setenta y siete años de edad, una ruina de hombre que tomaba una jaba de cerveza al día y que acababa de regresar de un hospital en Guayaquil en donde le habían recortado parte del estómago y la mayoría de sus intestinos. Todo su cuerpo se encogía y convertía en algo aterrador y sin sexo, y una estera salvaje de canas exhaustas cubrían la parte superior de su cuerpo, recordándome a ese gorila albino neurótico, copo de nieve, que se le hace trotar incesantemente a través de las páginas de National Geographic. Estaba vestido en pantalones sucios y arrugados, zapatos de tenis sin cordón y sin medias, y su pecho desnudo bajo la pelusa estaba En honor a su esposa Judith Lombeida Mi difunta esposa Judith Lombeida nació en Guaranda, provincia de Bolívar y emigró a los Estados Unidos en 1969, en donde se graduó como neuróloga y llegó a ser Coronel de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. La conocí en enero de 1984 y a principios de 1990 se convirtió en ciudadana estadounidense. Como médica mantuvo el firme compromiso de ayudar a los ecuatorianos necesitados de atención y como militar tenía la habilidad y la capacidad para organizar y dirigir misiones médicas desde los Estados Unidos hacia el Ecuador. Desde el año 2000 hasta el 2006, dirigió cinco misiones de diplomacia médica en América Central y del Sur, inclusive dos en Ecuador. Organizó su última misión médica conjuntamente con la Fuerza Aérea Ecuatoriana (FAE) en Salinas en abril del Ese mismo año y mientras se encontraba en servicio activo en la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, Judith falleció en un accidente automovilístico. Después de su MARK BACKLIN Fundador de la Fundación Médica Judith Lombeida Colorado Springs, EE.UU. muerte, creé la Fundación Médica Judith Lombeida para honrar la herencia ecuatoriana de Judith. Llevamos a cabo nuestra misión en cooperación con la FAE para poder llegar a los ecuatorianos más pobres en todo el país. Durante nuestra primera misión en julio del 2007 en Guaranda, Mocha y Chambaponga, tratamos a pacientes en varias especialidades médicas. La misión fue apoyada por seis médicos de los Estados Unidos, seis médicos de la FAE y veinte voluntarios de ambos países. Se escogió Guaranda porque es la ciudad natal de Judith y el sitio de su descanso final. El evento más destacado de la misión fue el poder salvar la vida a un recién nacido cuya madre necesitaba una cesárea de emergencia. En septiembre del 2007 llevamos a cabo una misión quirúrgica utilizando como base un hospital de la FAE en Latacunga. El lema de estas misiones es: Un Nuevo Comienzo y esperamos organizar misiones cada año.

8 marcado un sarpullido alcohólico y con hongos ligeramente infectados. Sus habitaciones, una veranda abierta que rodeaba un dormitorio solitario, se construyeron en el segundo piso de un viejo aserradero de balsa y el un lado se hundía e inclinaba hacia el lodo al filo del río. Toda la escena era tan escuálido/pútrida, tan arreglada dramáticamente como el último capítulo de una de las primeras novelas de Conrad que trataban de la desintegración final del héroe, destruido por sus vicios. Había vivido en el viejo aserradero y en casi el mismo estilo durante cerca de cincuenta años. Dibujo a plumilla de Thomsen incluido en Living Poor, una ilustración del poblado en donde pasó varios años, Río Verde. Más adelante, después de escuchar la retahíla de quejas de Swanson, confirma que además el personaje posee una fortuna y exasperado por su situación y por la sordera de este, Thomsen escribe: Así que finalmente empecé a gritarle. Qué carajo haces aquí entonces? Por qué no regresas a casa en Oklahoma, consultas con unos buenos médicos, comes buena comida, te haces arreglar? Me miró con tranquilidad desde sus ojos azules lavados y reumáticos y se sentó ahí vestido como el último de los indigentes que peinan la playa para su subsistencia con esa casa vergonzosa que se caía e inclinaba a su alrededor. Dios, todo esto era simplemente increíble. Qué haces aquí por el amor de Dios? grité dentro de sus oídos viejos e inservibles, acercándome hasta su rostro para que tuviera que escucharme. Por qué estás aquí, entonces? Y entonces, al haberme escuchado, produjo una sonrisa secreta y superior, como si supiera algo que yo ignorara, y croó en una voz gastada, por partes iguales, W.C. Fields y Edward G. Robinson: Es el llamado del trópico, hijo, es el llamado del trópico. Mierda, pensé, qué cursi puede ser esto? Evidentemente, había robado la frase de algún libro de aventuras en los mares del sur de tercera línea, un volumen bobo leído en su juventud que había envenenado su mente irrevocablemente y que lo había dirigido hacia este destino empobrecido y final. (17-18)

9 GEOVANY OSORIO, Director Ejecutivo, Cámara de Comercio Ecuatoriano Americana, Cuenca Portada del segundo libro de Thomsen, The Farm on the River of Emeralds, Durante mi año colegial en el estado de Maine, hace exactamente una década, pude perfeccionar el manejo del idioma mundial de los negocios, que años más tarde me abriría varias puertas en mi vida profesional. Cuando decidí ir a estudiar en los Estados Unidos pensaba en grandes ciudades y una intensa actividad. Me imaginaba encontrarme con ríos de gente saliendo de sus trabajos. Oh sorpresa, llegué a Maine! Para quienes no lo conocen, el estado de Maine es un lugar verdaderamente fascinante en el verano, pero con una fascinación lejos de mis expectativas urbanas de la época. Una de las sorpresas más gratas de los Estados Unidos, fue descubrir la calidez y el afecto que nace de las buenas amistades. Las personas en general son expresivas, amables, solidarias y casi siempre con un toque de informalidad rompen la formalidad tradicional que tendemos a ponerle los ecuatorianos. Pero si algo me impresionó en realidad, y tengo que escoger una cosa como mi favorita, definitivamente tiene que ver con el arte culinario: Nada en el mundo se compara con un blueberry muffin recién salido del horno! A partir del 2001 formamos un programa de intercambio con mi colegio en Maine para que jóvenes ecuatorianos con potencial de liderazgo puedan tener una oportunidad similar de ampliar sus horizontes y adquirir habilidades necesarias para triunfar. A su regreso al Ecuador los chicos y chicas se han involucrado activamente como traductores en brigadas médicas humanitarias y apoyando a organizaciones como Compasión Internacional, Global Health Outreach, Fundación Hogar del Ecuador, y Taylor University. Por alguna razón, cuando los chicos regresan del programa están entre los más destacados en sus universidades, varios han ganado becas para continuar sus estudios en el exterior. El intercambio también ha traído a varios jóvenes y estudiantes de los Estados Unidos a conocer el Ecuador y a estudiar español.

10 Obra Género(sidad) Pero lo que realmente desafía en la obra de Moritz Thomsen a un lector latinoamericano o ecuatoriano es su maestría insuperable en la práctica de un género poco frecuente entre nosotros. Me refiero a la llamada literatura fáctica o a la creación literaria que reniega de la ficción. Desde que Madame de Stäel, acuña el sentido moderno de literatura (como escritura imaginativa de ficción) en el Siglo XIX, la narrativa latinoamericana sigue de cerca ese modelo; resulta extraño hablar así entre nosotros de literatura no ficticia y es de hecho un anglicismo. Dentro de esta escritura, un género predominante por su popularidad y longevidad en el mundo angloparlante a partir del Siglo XVIII es la memoria de vida, o en otro registro conceptual, la autobiografía. El problema básico de este tipo de escrito (más allá de la dificultad epistemológica para diferenciar entre realidad y ficción) radica en la clara capacidad de esta literatura para herir la sensibilidad tanto de públicos como de testigos de la historia narrada. Ya en 1798 el filósofo alemán F. Schlegel decía de este género: Las autobiografías puras las escriben o neuróticos fascinados por su propio ego, como en el caso de Rousseau; o autores poseídos de un amor propio robusto, artístico y aventurero, como Benvenuto Cellini; o por historiadores natos que se imaginan a sí mismos como la materia prima para el arte histórico; o por mujeres que también coquetean con la posteridad, o por mentes pedantes que quieren poner en orden hasta las cosas más pequeñas antes de morir y que no pueden permitirse dejar el mundo sin comentario. El riesgo mayor aquí radica en la tendencia a convertir el espacio textual en un canto al narcisismo, o de distorsionar la realidad más allá de toda expectativa razonable. Los comentaristas y lectores de Thomsen coinciden en ponderar lo que llaman su brutal y descarnada honestidad y en marcar la exquisitez de una prosa singularmente preparada para sortear los peligros gemelos de la autocontemplación y la autoindulgencia. De hecho, Thomsen fue acusado de ambos pecados en vida, Tim Cahill, que reseña The Saddest Pleasure para el prestigioso New York Times Book Review expresa, como señala Marc Covert: Un deseo de sacudir al señor Thomsen y trasmitirle algo de sentido común al constatar lo que a su parecer consiste en una buena dosis de autocompasión. Y sigue Covert: Pero Thomsen evita estos riesgos en tanto sus lectores ven que registra las historias de sus impresiones y las historias de las vidas de otros en las que Thomsen adopta el papel central sólo cuando llega el momento para ofrecer una buena dosis de autocrítica. Si necesita señalar las flaquezas y excentricidades humanas, siempre tiene a su disposición su propio blanco favorito para el desprecio él mismo. Un breve ejemplo extraído del libro antes citado: En un restaurante en Rio de Janeiro, Thomsen enfrenta una vez más la pobreza descarnada que invade todas las facetas de su vida. Mientras come en un pequeño local comercial se le sirve un inmenso plato de ensalada de papa. Thomsen se llena pronto y separa de sí el plato a medio comer, entonces: Inmediatamente, un negro que ha estado parado apoyado en la pared y vuelto invisible por una planta enmacetada aparece en la mesa contigua y con el poder feroz de

11 LAS RELACIONES DE LA ESPOL CON LOS ESTADOS UNIDOS su concentración me apuntala con su mirada. Observa el plato de ensalada, pasa una mano por su boca y me implora con la otra mano, palma arriba, abierta y vulnerable...le ofrezco la ensalada; la toma y se sienta en la mesa adjunta, jorobado sobre la comida, comiendo velozmente. No nos observamos de nuevo porque hay algo innombrable en esa hambre desesperada que yace entre ambos como una acusación. Mientras camino por la calle considero con confusión ese sentimiento agradable que he tenido al ofrecerle a un hombre hambriento mi basura. De hecho, la peligrosidad del género de la memoria en parte contribuye a la propia condición de Thomsen como marginal a la literatura (no sólo del Ecuador sino de los EE.UU.), su modestia personal fue lo que en alguna medida le impidió ocuparse de su vida anterior a su llegada al Ecuador debido al temor a ofender a las figuras mentadas en My Two Wars de la misma manera en que su reticencia a contribuir a una falsa representación de la sociedad ecuatoriana lo alejó de la posibilidad de buscar una traducción al castellano ( al ecuatoriano?) de su obra. Aquí vislumbramos el inicio de una preocupación que llegará a la literatura ecuatoriana, apenas a partir de los noventa. Se trata de la aparición de memorias entre nosotros (no así de testimonios, que hacen su aparición fuerte ya en los ochenta), recuentos de vida no sólo de ecuatorianos sino adicionalmente, y para nuestra buena fortuna, de mujeres, las narraciones de Pepé Carrión, de Luce Perón entre otras parecen augurar la extensión del panorama expresivo de las letras nacionales, al mismo tiempo que abren un abanico de preguntas distintas para las letras del Ecuador. La Escuela Superior Politécnica del Litoral (ESPOL) fue fundada en 1958 como una universidad para preparar a los recursos humanos necesarios para el desarrollo de la costa ecuatoriana. Desde sus inicios ha mantenido una estrecha y productiva relación con los Estados Unidos. Sus primeros administradores eran egresados de Penn State University y del Massachusetts Institute of Technology y adaptaron los programas de Ingenierías en Minas y Petróleos y de Ingeniería Naval respectivamente, especialidades con las que empezaba la vida de la ESPOL. En 1969 el Rector de esa época Dr. Walter Valdano pidió ayuda al Cuerpo de Paz para reclutar profesores que enseñaran las diferentes disciplinas que se impartían en la institución. Durante la década de los 70, la ESPOL envió a un significativo número de sus mejores estudiantes y profesores a participar en el Latin American Program for American Universities (LASPAU). También la ESPOL tiene el único programa de postgrado en la Costa para la enseñanza del inglés responsable de preparar las nuevas generaciones de profesores universitarios y ha recibido la asesoría de la Dra. Dara Shaw a través de la Comisión Fulbright.

12 Este estado de cosas se entiende no sólo apelando a la tradición sino también al carácter insular y conservador de la literatura ecuatoriana, cómodamente cobijado tras el escudo de la ficción como arma protectora ante la polémica o el escándalo familiar. (Aunque han habido excepciones a esta regla, notablemente el caso de Francisco Tobar). Las memorias entonces, son un género escandaloso, tanto por las revelaciones inéditas que proliferan entre sus páginas como por el hecho de que el fraude expresionista se vuelve notoriamente fácil de detectar (al cotejarlo con nuestra propia versión de los hechos). Las memorias también permiten una fresca incursión al interior de la etnografía, la antropóloga Lynn Hirschkind ha contribuido un interesantísimo análisis en este sentido, que compara la obra de Thomsen con la del antropólogo estadounidense Norman Whitten para concluir que la producción textual de Thomsen contribuye con un cierto pragmatismo y sentido de la cotidianidad a la descripción gruesa que la etnografía convencional postula como medio de ingreso a la experiencia de la marginalidad afro en el Ecuador. Dice Thomsen al respecto: En mi caso, es una gran ayuda vivir y escribir sobre una cultura extraña simplemente debido a que, al no comprenderla, se me presenta como nueva, brillante, interesante, horrenda, asquerosa, conmocionante, etc. Visiones nuevas potencian la imaginación y la curiosidad de maneras en las que la visión antigua y estancada jamás podrían; a menos, por supuesto, que seas un verdadero artista con una visión tan personal que conviertas cualquier cosa en algo nuevo. Lo único que sé de las culturas extranjeras es cómo me siento ante ellas; es de eso que siempre he procurado escribir; es lo único de lo que estoy seguro (casi siempre) (en realidad, la mayor parte del tiempo). Conrad escribía sobre la importancia sobrecogedora de nuestros sentimientos para nosotros mismos. El truco, para un escritor... es lograr que estos sentimientos se vuelvan importantes para los otros. Qué negocio tan arriesgado y terrible es la escritura, al hallar que uno mismo es interesante, cuando en realidad no lo es. (De su correspondencia, 1990). La obra de Thomsen puede compararse en algunos sentidos con los estudios de la cultura de la pobreza, popularizados por Oscar Lewis notablemente, en su obra Los Hijos de Sánchez (1961). Resulta interesante comparar esa obra con Living Poor (1969) puesto que ambas se ocupan de la temática de la pobreza y lo hacen desde una voluntad narrativa similar. La diferencia notable entre ambos documentos consiste en la adopción de un punto de vista, por parte de Thomsen, irremediablemente inmiscuido en la realidad representada. Ahí donde Lewis evita a toda costa llamar la atención sobre su presencia problemática al interior de una cultura que él observa desde afuera, Thomsen insiste en filtrar su percepción visiblemente a través de su propia experiencia de vida y participación en la vida de la comunidad que describe. El resultado escapa todo intento de reducir la complejidad del problema de la pobreza a algo que ocurre afuera e insiste en la especificidad del contacto con la pobreza que ocurre, cada vez de distinta manera, a través de la experiencia personal de Moritz Thomsen.

13 ING. CRISTÓBAL MARISCAL DÍAZ Facultad de Ingeniería Marítima y Ciencias del Mar, ESPOL Portada del primer libro de Thomsen, que ha vendido más de cien mil ejemplares a nivel mundial y que ha sido traducido al francés y al alemán, Living Poor: A Peace Corps Chronicle En la primera composición que me pidieron escribir en inglés, en la Universidad de Michigan en 1971, debía desarrollar el tema de las diferentes clases de nieve que existían. Ya se pueden imaginar lo que en ese momento pasaba por mi mente guayaquileña ya que la única nieve que había visto eran los copos que se proyectaban en las películas. Conversé con mi profesor sobre el particular y encontramos un tema por el cual podría demostrar mis conocimientos de inglés. Después de clases consulté libros y amigos estadounidenses y sorprendí al profesor cuando en la siguiente clase le presenté la composición sobre los diferentes tipos de nieve. El compromiso de mi beca LASPAU contemplaba que debía desempeñarme como un asistente de investigación y de esta manera me vinculé al grupo que estudiaba la factibilidad de extender la navegación en los Grandes Lagos durante la época invernal. Para ese tiempo mi experiencia con el invierno estadounidense era haber sentido el frío de Ann Arbor, Michigan y de repente ya estaba involucrado en un proyecto muy importante. Esto me enseñó el rigor de la disciplina investigativa, cumplir con los plazos estipulados, usar metodologías y equipamientos avanzados, saber lo que realmente significa un trabajo en equipo y lo importante de la rendición de cuentas a quienes financiaban proyectos. Me siento afortunado de haber tenido profesores altamente competentes quienes guiaron mi trabajo y me ayudaron a vencer mis dificultades. Todas estas experiencias las he aplicado en mis actividades académicas e investigativas en la ESPOL y las he transmitido a mis estudiantes y colaboradores de los proyectos.

14 Las memorias también catapultan a la obra de Thomsen al terreno incierto y minado de la posmodernidad, el escritor no duda en salpimentar sus textos de referencias a la tarea de composición, ni de visibilizar la licencia artística que se permite en distintos momentos de su narrativa. Un ejemplo, tomado de la nota del autor que aparece en The Farm on the River of Emeralds: Al contar la historia de Víctor y llevarla a un final tuve que distorsionar seriamente la cronología. Por eso Víctor, que ha sido exilado de la finca en la Segunda Parte, vuelve a aparecer en la Tercera Parte, resurrecto y de regreso de la muerte, para desempeñar su parte en la escena final del entierro de su hermano. La conversación final con Ramón al término de la Segunda Parte en realidad tuvo lugar unas dos semanas después del final del libro. Pues, lo siento, pero no pude pensar en otra manera de lograrlo (VI). La género(sidad) de Thomsen; es decir, la propensidad de su literatura a exhibir sus propias convenciones formales y las de la narrativa que habita se entienden en alguna medida en tanto Thomsen practica una literatura de viaje (Travel Literature) que nunca permanece en el mismo sitio. La conveniencia de esta escritura para una mejor comprensión de nuestra literatura reside en un sinceramiento con el lector y en una concepción transitiva de la experiencia y la identidad. Dice Tom Miller, autor de un aclamado libro de viajes por el Ecuador, entre otros lugares (The Panama Hat Trail) en el que sigue la pista desde la producción hasta la venta de los sombreros de paja toquilla y un ferviente entusiasta de la obra de Moritz Thomsen. Nación La mejor escritura de viaje consiste de partes iguales de curiosidad, vulnerabilidad y vocabulario. No es un terreno para el sabelotodo o para el indeciso. Lo mejor del género puede simplemente ser un ensayo elegante de historia natural, una crónica deportiva bien labrada, o un perfil bien logrado de una banda en un bar y de su música. Un sentido enraizado de lugar es el desafío para el escritor. Observamos, calculamos, investigamos, buscamos un vínculo entre lo que sabemos y lo que estamos a punto de descubrir. La mejor escritura de viaje describe lo que pasa cuando nadie observa. La noción de una sociedad multicultural es evidente para Thomsen desde el inicio de su primera estadía en el Ecuador, su percepción aguda, junto con su propia incómoda conciencia de recién llegado lo llevan a señalar que El Ecuador, cortado y fragmentado por una doble cadena de picos andinos, fracturado por acantilados y ríos, separado pueblo a pueblo por montañas y selva, es en realidad diez mil distintos países. Cada poblado es un mundo entero, Río Verde, en su aislamiento Pacífico, fue uno de esos mundos en ningún sentido típico y en ningún sentido atípico. (Living Poor IX)

15 SUSANA CEPEDA DE FERRÍN Directora, Centro Ecuatoriano Norteamericano, Guayaquil En respuesta a un cuestionario que le dirige el comité presentador del premio Paul Cowan por su libro The Saddest Pleasure, Thomsen ofrece esta extraordinaria respuesta a la pregunta de su fascinación por el Ecuador: Aunque la pregunta me recuerda un koan Zen (si es que esa es la palabra), aquellas adivinanzas que enunciaban los maestros y que dirigían a sus aprendices. Dice así: Tienes un ganso en una botella; cómo lo sacas sin romper el vidrio?. La respuesta es lo suficientemente bella para hacerte llorar, si es que la belleza te reduce a lágrimas: te yergues frente al maestro, aplaudes con el gesto Yo me formé académica y profesionalmente en Washington D.C., ciudad en la que viví 22 años. Allí conviven personas llegadas de todos los estados de la Unión y de todos los países del mundo junto a la comunidad local que es mayoritariamente Afroamericana. Es una ciudad multirracial donde lo cosmopolita es cotidiano y yo tuve la suerte de nutrirme de todas esas vertientes que influyeron profundamente mi visión de la vida, la sociedad y el ser humano. En 22 años se tejen abundantes experiencias, se anidan muchos recuerdos. Uno de los más gratos es haber conocido a Rosa Parks, heroína de los derechos civiles quien apoyaba las históricas campañas presidenciales del Rev. Jesse Jackson en 1984 y 1988 en las cuales tuve el privilegio de participar. Fueron tiempos de gran fervor social en los Estados Unidos; Afroamericanos, Latinos, trabajadores, mujeres, discapacitados, trabajando sin parar por forjar una sociedad más incluyente. Una expresión profunda de la democracia viva, cuyo impacto positivo mejoró el país y aún se siente. Trabajé muchos años a favor de las comunidades latinas y con el movimiento pro-paz. Parte de mi aprendizaje más profundo fue el experimentar la vocación democrática del pueblo de los Estados Unidos. Encontré una de sus manifestaciones más sencillas y elocuentes en la Declaración de la Independencia: proclama que todos los seres humanos son creados iguales y que tienen el derecho inalienable, otorgado por el Creador, a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.

16 ampuloso de un mago y dices está adentro. Entonces repites el aplauso mágico y dices está afuera. Anoche, cuando empecé a escribir esta anécdota me pareció apropiada; esta mañana, al preguntarme por qué, me veo impulsado a concluir la historia simplemente porque no se puede terminar un cuento a medio camino, inclusive cuando todos gritan, sí, sí, ya escuchamos ese. Creo que el objetivo, no bien logrado, era que meter el ganso en la botella es más interesante que sacarlo; especialmente este ganso en particular que seguirá anidando en su pila de plumas viejas y otros productos más desagradables aún si la botella se rompiera. Aún persiste, después de 25 años, una novedad, una bella extrañeza, en la botella ecuatoriana. Este tratamiento al enigma de la atracción, esta enmarcación de la búsqueda de respuestas en términos cercanos a una iluminación siempre inapropiada y distante encapsula la actitud idiosincrática de Moritz Thomsen ante la realidad (del destierro, de la extratierra, de la trastierra) que le correspondía vivir. La literatura de Thomsen es una literatura marginal al nacionalismo, parte precisamente de un lugar distinto al habitual y confirma, paradójicamente, que el mejor patriotismo es aquel que sale de la nada, aquel que imposible prescinde de la nación. Tom Miller llama la atención sobre la conexión imprescindible en la obra de Thomsen, entre su escritura y la ausencia de una postura nacional/patriótica: Pobreza Moritz Thomsen ( ) fue uno de los mayores escritores expátridas estadounidenses del siglo veinte. Punto. Un viejo de buen corazón, un hombre de una integridad casi insufrible, un pésimo agricultor y un estupendo escritor, sus libros hace tiempo han sido asfixiados por la avalancha de las megaeditoriales (aunque, sorprendentemente, tres de sus libros aún están impresos). Aunque toda su obra podría considerarse memorias de viaje imbuídas con un sentido de lugar, su tercer libro, El placer más triste, encarna varios de los mejores elementos del género: dudas constantes, una naturaleza de metiche e indiferencia por el nacionalismo... Thomsen, que permaneció en el Ecuador después de la finalización de su contrato con el Cuerpo de Paz, prometió ser fiel a nada más que a su condición de expatriado. Y como expatriado tuvo la libertad para juzgarnos a todos, una tarea que emprendió con observaciones agudas, auto crítica y un marco referencial que se extendía desde Tchaikovsky hasta los colchones ortopédicos Sealy. (el subrayado es mío) La obra narrativa de Thomsen tiene el innegable mérito de trizar la unidad imaginaria de lo nacional presentándonos viñetas de diversa factura que invariablemente recuperan lo regional, lo local, junto con sus texturas, mostrándonos así, tal vez sin quererlo, la cercanía atufante de lo nuestro junto con la alteridad sorprendente, la heterogeneidad imposible del conjunto. Todo

17 CENTRO ECUATORIANO NORTEAMERICANO, GUAYAQUIL aquello hecho además desde un método si así podemos llamarlo, empirista, que levanta inventarios a partir de evidencias y que, menos comprometido con la obra constructora, confisca a la nación, indirectamente a la literatura que la procrea y, casi siempre, la encuentra en ruinas. La figura de la ruina es particularmente adecuada para la obra narrativa de uno de los escritores, a mi criterio, más interesantes y significativos del Ecuador (quiero decir, que escribe sobre el Ecuador, irrelevante de su lugar de nacimiento). Se trata de Moritz Thomsen. En su escritura, parte memoria, autobiografía, reportaje, novela, crónica y ensayo, inclasificable a decir verdad, Thomsen recrea con una prosa pulida y madura, el punto de engarce y la creación de una poética interpersonal entre el mundo moderno industrializado y la periferia desolada del capitalismo. Todo su sistema examina descarnadamente el imposible pero ineludible encuentro de esa volátil mezcla de visiones. Leyendo a Thomsen se siente la traición continua y la sospecha con que ambas partes (la modernidad y la pobreza extrema) debaten internamente los límites y los alcances de este nuevo tipo de socialización, la angustia intolerable de no poder saber al Otro de no poder resolver, sintetizar, ni diluir la diferencia radical que sin embargo, no va a abandonarnos nunca. El dilema de Thomsen, a medida que lo narra, es hoy en día un dilema planetario, ecuatoriano en todo sentido, más urgente e importante que cualquier otro, el dilema de la pobreza. En un mundo en donde, como señalan Negri y Hardt en su Imperio, el futuro histórico de las masas proletarias desapareció dejando a su retirada el mote espeso de lo pobre, Cómo pensar esta categoría? Cómo construir imágenes de ella? Cómo encontrar su potencial sin buscar una El Centro Ecuatoriano Norteamericano de Guayaquil (CEN) promueve los lazos de amistad y comprensión entre los Estados Unidos y el Ecuador desde En estos 56 años nuestros escenarios y galerías han presentado a grandes valores de las dos naciones incluyendo a Stan Getz, Beatriz Parra, Yela Loffredo, Enrique Tábara, Enrique Gil, y Lucho Silva. El apoyo de la Embajada y el Consulado General de los Estados Unidos y nuestras relaciones con la Universidad de Maryland, la Universidad de Tennessee, la Universidad de Plattsburgh (SUNY) y la Universidad de Michigan, contribuyen a nuestra excelencia. Nuestra biblioteca bilingüe, especializada en ambas culturas, permite acceso directo a los libros y servicio de préstamo a domicilio. No olvidamos nuestra responsabilidad social: desde hace quince años tenemos un programa de becas para adultos y agasajamos cada navidad a 80 niños de la Isla Trinitaria cuya alegría nos contagia; organizamos para las víctimas del huracán Katrina, un concierto y subasta que recaudó $30,000 gracias a las generosidad de los músicos y artistas locales y de muchas empresas y personas. Actualmente participamos en el exitoso programa College Horizons, auspiciado por la Embajada y el Consulado General de los Estados Unidos, que otorga becas de inglés a jóvenes de colegios públicos de Guayaquil y sus entornos.

18 destrucción conceptual que no atina a despejar un lugar para el Otro? Estas preguntas que aparecen en Thomsen en forma prístina y desembozada, el producto de su elaboración tras décadas de reflexión y procesamiento, hoy resuenan con singular atractivo. Me permito traducir y citar al escritor: Mis sentimientos sobre la vida eran agrios, cínicos, llenos de desesperanza. No creía más en la bondad esencial del ser humano o que éste fuera capaz de crear un mundo decente. Lo que el hombre podía crear con exquisita eficiencia era el infierno; el hombre, con sus Hitlers, sus Stalins, sus bombas atómicas. Durante veinte años, sintiendo al principio que la pobreza era simplemente una manifestación de nuestra incapacidad de forjar un sistema económico humanitario, había intentado escribir sobre los pobres como las víctimas de la avaricia de los demás. En cierto grado, aún creo que esto es verdad, pero cada año comprendía menos y menos sobre por qué un cuarto de la gente en el mundo va a la cama con estómagos vacíos. Ahora se me ocurría que era la maldad del hombre lo que me interesaba más que su pobreza. Después de que uno vive con gente pobre por tantos años la pobreza finalmente se convierte en algo tan inútil, inescrutable, tan aburrido como tener que escuchar los alaridos, mes tras mes, de un vecino mientras muere lentamente de cáncer. La pobreza era una cosa, una condición permanente; el mal era como el chancro, el síntoma de una enfermedad social. Viviendo en las alturas de Quito donde hallaba cada vez mayor dificultad en respirar, moviéndome entre expatriados en la complaciente y cómica colonia extranjera me sentía medio muerto, como una vieja camioneta Ford con 150 mil millas puestas que traquetea por idénticas calles en una ruta boba e inútil. No sabemos cuándo vamos a morir, pero al fin del camino me parecía que divisaba una silla de ruedas, una enfermera y un frasco etiquetado Sobredosis. Regresar a la Costa abriría mi vida a la posibilidad, por lo menos, de un final inesperado. La maldad del hombre, esa maldad que me podía tocar, que podía, aunque probablemente no lo haría, ahora se había vuelto fascinante. Quería volver a donde se podía observar el mal en su estado primitivo y estar cerca de la pobreza que lo pare. La pobreza extrema que desnuda al hombre hasta de las ropas que lo cubren también lo prima de sus pretensiones sociales, sus hipocresías, sus disfraces, sus gracias. Reducido a nada más que necesidades y deseos, hambres, impotente, enfrentado a diario con la posibilidad de que no comerá o de que sus hijos se enfermen con males que no podrá sanar, siempre medio enfermo de malnutrición, parásitos intestinales o malaria crónica, debe encontrar soluciones al problema de la existencia en formas que no excluyen el robo o la violencia. Y porque con

19 PROGRAMA DE BECAS COLLEGE HORIZONS toda probabilidad ha perdido parte de su inteligencia durante esos primeros años de malnutrición infantil, sus soluciones son a veces tan puras, directas, crudas y dolorosas como el tajo de un machetazo. Impacta al leer este trozo la intransigencia del enfrentamiento entre Thomsen y un estado de cosas llamado pobreza; la negación de una negación que no logra volverse afirmativa, al contrario, que nos arrastra hacia la constatación de una realidad que nos busca pleito, pero para la cual no hemos preparado nuestro repertorio usual no sirve un gesto todavía. Thomsen abre así caminos, senderos para recorrer tanto la literatura de la pobreza como la pobreza, de la literatura. Afro Ecuador La obra de Moritz Thomsen, si se aloja en el tejido poroso de la literatura nacional del Ecuador, se filtra hacia el músculo de la tradición afroecuatoriana. En esto muestra nuevamente sus credenciales interculturales puesto que la literatura afro del Ecuador (la obra de Nelson Estupiñan Bass, de Adalberto Ortiz, de Antonio Preciado y de Argentina Chiriboga) ha sido reivindicada desde sus inicios por su integración en la tradición panafricanista y continental de la negritud. La crítica estadounidense en particular, en la que se destacan Richard Jackson y la publicación Afro Hispanic Review, ha insistido desde hace décadas en la representatividad y la importancia relativa de la producción afroecuatoriana en la literatura afrodescendiente del Continente en su totalidad. Thomsen narra la experiencia concreta de la marginali- TERESA LOPEZ MENDOZA Mentor Yo viajé a los Estados Unidos bajo el programa de International Visitors, donde tuve la oportunidad de aprender sobre la organización de las bibliotecas estadounidenses, los diversos programas que brindan a la comunidad, especialmente a los discapacitados, a los niños y los ancianos, y el trabajo organizado de un equipo de voluntarios que apoya y fortalece los programas. Con esta nueva visión, es decir, de incorporar a los no videntes en los programas de información bibliotecaria, a mi regreso organicé e impartí tres conferencias en Guayaquil y Ambato. A la conferencia que impartí en el Museo Municipal de Guayaquil, invité a la Asociación de No Videntes, porque lo que más me impresionó fue su inclusión dentro del complejo mundo de la información y sobre todo los proyectos que se ejecutan para mejorar el sistema. Actualmente ya no trabajo en bibliotecas, sino como profesora de Lenguaje en un colegio particular y como profesora de Desarrollo del Pensamiento en una Universidad de la ciudad. En los Estados Unidos aprendí mucho sobre la motivación a la lectura lo cual, profesionalmente me sirve de mucho, me desenvuelvo en este sentido. También comprendí que es un país desarrollado por la democracia que se ejerce desde las bibliotecas, es decir la comunidad tiene acceso a todo tipo de información, lo que le permite decidir con criterio. Como producto de mi viaje a los Estados Unidos bajo el programa de International Visitors, ahora soy mentora del Programa de Becas College Horizons, lo que me permite colaborar con una becaria de este programa, Lady Baquerizo. Estoy muy contenta del trabajo que hago con Lady, ella está muy motivada, y juntas compartimos momentos bonitos.

20 dad de la costa del Pacífico en Esmeraldas, hace una literatura esmeraldeña con propiedad, sus personajes son esmeraldeños, sus escenarios son esmeraldeños, sus preocupaciones y esperanzas se asientan con firmeza en esa tierra. Una obra de una afinidad sorprendente con la de Thomsen es Más allá de la simple receta, las memorias de vida del médico esmeraldeño Franklin Tello Mercado, Ministro de Salud y de Obras Públicas durante el velasquismo y uno de los excelentes escritores ecuatorianos (el caso es paralelo al de Thomsen) que, por diversas razones, entre ellas la desestimación del género de las memorias y su insistencia en hacer literatura de los hechos de su propia vida, no ha recibido el reconocimiento debido. Tanto Thomsen como Tello abordan los problemas lacerantes de la marginalidad, la pobreza y la exclusión y filtran sus observaciones a través de un notable caudal erudito y una rica experiencia de vida. Thomsen medita con profundidad sobre la diferencia racial y deja sentado, de manera excepcional, uno de los pocos testimonios en la literatura ecuatoriana que se ocupan del problema del racismo. Tal vez lo más notable de la adscripción territorial de la obra de Thomsen, su identificación y curiosidad insaciable por conocer más y mejor a Esmeraldas se encuentre en los sorprendentes capítulos de la primera parte de su segunda obra: The Farm on the River of Emeralds (1978). En estos segmentos, Thomsen produce una sorprendente meditación sobre la historia regional en la que funde investigación histórica, reflexión filosófica, especulación arqueológica, geografía humana y narrativa. Thomsen incluye una lectura atenta y crítica de la Conquista del Perú de William Prescott e introduce materiales múltiples, el chisme local juega un papel importante en esto, junto con la etnohistoria, para delinear una alucinante historia para la provincia de Esmeraldas. En ella nos enteramos de la llegada del pueblo negro a Esmeraldas (y las controversiales versiones que circulaban en los años 70), el flujo constante de esclavos fugitivos a la selva costanera, la distribución de cultivos y poblados en la zona noroccidental de la provincia, la guerra de Concha, el imperio bananero de Folke Anderson y su misteriosa muerte, todo esto envuelto en disquisiciones sobre el arte europeo y su relación con los trópicos (Gauguin, Van Gogh, Rousseau), memorias de películas de los 40 (Mr Robinson Crusoe, la penúltima cinta de Douglas Fairbanks), la infaltable meditación sobre música clásica (en este caso particular, la orquestación excesiva de Strauss), el relato personal y el examen de conciencia. Thomsen parecería despejar el campo de una nueva cultura y preparar para la siembra su palabra, con el mismo esmero en que se desempeña en el ámbito agrícola, de manera que su inmersión sea cada vez más profunda en tierra y alma esmeraldeñas. Ecocrítica La literatura de Moritz Thomsen se muestra como una literatura ferozmente localista. Asombra el apego y la sensibilidad exquisita que extiende este escritor tan despiadado con la naturaleza humana y tan delicado con el mundo natural. Sorprende también en Thomsen el despliegue de una conciencia tan afinada a la belleza del territorio que a la vez logra sortear la mediación del nacionalismo. Parte de esta sensibilidad consiste en