INTRODUCCION. Bienvenidos a la Iglesia Summit!

Transcripción

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2 INTRODUCCION Bienvenidos a la Iglesia Summit! Lo que tienes en tus manos es parte de un viaje un viaje en que miles de nosotros de la Iglesia Summit hemos estado por los últimos años y uno que ha culminado en un libro que se llama El Evangelio. La Iglesia Summit la componen personas de trasfondos religiosos distintos. Tenemos gente que creció en la iglesia, gente muy nueva a la iglesia, gente que creen que Jesús es el Hijo de Dios, y gente que todavía está tratando de encontrar las respuestas a sus preguntas de fe. Creemos que el evangelio, la Palabra escrita de Dios, tiene las respuestas a todas las preguntas de la vida, y confiamos que este recurso te dará mucho ánimo. Tanto si nos estás visitando por el día o estás buscando una nueva iglesia, esperamos que encontrarás tu deleite más grande en una relación con Jesucristo. Si hay una manera en que podemos ayudar o facilitar eso, por favor déjanos saberlo. J.D. Greear, Pastor Titular

3 QUE ES EL EVANGELIO? Qué exactamente es el Evangelio? 1 Ésta puede ser una de las preguntas más importantes que podemos considerar. Pablo dijo que el evangelio es el poder de Dios para salvación, la única manera mediante la cual podamos tener paz con Dios (Romanos 1:16; Hechos 4:12). Pablo pensó que valió la pena dar su vida por el evangelio (Romanos 1:14 16), algo que finalmente hizo. Él creyó que su contenido era tan esencial que dijo que si alguien enseñara lo contrario sería maldito. (Gálatas 1:8). Esto es algo que tenemos que entender correctamente. Nuestra eternidad, y la eternidad de todos nuestros seres queridos, depende de que lo entendamos bien. El Evangelio es un Anuncio La palabra evangelio euangelion se usaba en la antigua Grecia para significar un anuncio de buenas noticias. Supone, por ejemplo, que un general griego venció a un ejército invasor. Mandaría un evangelio, declarándoles a todos los ciudadanos de la región que ganaron la batalla. No les pediría su ayuda, sino que les declararía su victoria. Ya no necesitarían tener miedo; estarían libres del peligro. El evangelio de Jesús es el anuncio que Jesús es el Señor y ha ganado una gran victoria por nosotros. El evangelio no es un mandato para que hagamos las cosas mejor para que Dios nos acepte, sino el anuncio de que Jesús ha pagado el castigo completo por nuestros pecados. Ya no necesitamos vivir con miedo. La batalla ha sido ganada por nosotros, sólo necesitamos creer y recibir a Jesús. 1 Mucho del material aquí es adaptado de El Evangelio: Recuperando el Poder Que Hizo al Cristianismo Revolucionario y Deja de Invitar a Jesús en Tu Corazón: Como Tener Seguridad de Tu Salvación.

4 El evangelio, como dice Tim Keller, no es buen consejo, sino buenas noticias. No se trata principalmente de lo que debemos hacer sino de lo que Jesús ha hecho. Entender la diferencia entre decir haga y hecho es quizás el aspecto más importante del evangelio, y sin duda la que va en contra de lo que la mayoría de la gente piensa. Por eso, quiero investigarlo un poco más, pero primero, consideremos por qué necesitamos el evangelio. Por qué Necesitamos el Evangelio Un anuncio de victoria sólo tiene sentido en el contexto de una batalla; demasiadas personas ni siquiera se han dado cuenta de que existía la necesidad de pelear una batalla. Puede ser un gesto amable que Jesús hizo algo por nosotros, pero por qué es que Jesús tuvo que hacer algo? Entendemos por qué debemos creer en Dios, pero por qué fue necesario Jesús y la cruz? La respuesta, a pesar de que nos sea desagradable es: nuestro pecado. El evangelio es malas noticias antes de que sea buenas noticias: nuestro pecado nos ha dejado bajo una maldición, la muerte. Tendemos a pensar que nuestro pecado no es tan malo los errores, las mentiritas, o las indiscreciones. La Biblia dice lo opuesto: nuestro pecado hace que merezcamos la condenación eterna. El apóstol Pablo dice que somos hijos de ira, hijos e hijas de desobediencia (Efesios 2:4). Hemos cometido traición contra nuestro Creador, diciéndole que preferimos controlar nuestras propias vidas en vez de dejarlo gobernarnos. El pecado es el gran problema del yo : yo prefiero ser el centro de mi vida y ser la persona más importante en mi corazón, en vez de Dios. El castigo justo para nuestro pecado es la muerte. Dios es un Dios santo, y el pecado es una ofensa y una corrupción. Imagínate cómo reaccionarías a una transfusión de sangre para tu hijo al saber que en su sangre había 2 ó 3 moléculas del virus SIDA. No te importaría que la cantidad fuera microscópica; aún un poquito contaminaría el vial entero. Dios es tan santo y bueno que el pecado no puede existir en su presencia. Estar parado en la presencia de Dios con pecado en su cuenta sería como una hoja de papel de seda tocando el sol (Habacuc 1:13). Hay que eliminarlo.

5 Entonces el evangelio empieza como malas noticias, pero gracias a Dios no termina ahí. El evangelio es las buenas noticas que Jesús quitó para siempre nuestro pecado a través de su muerte en la cruz. Aunque éramos tan malos que Jesús tuvo que morir por nuestros pecados, Él nos amó tanto que le dio gusto morir por nosotros. El Evangelio nos Habla del Regalo que Nos Pone en una Relación Correcta con Dios Casi todas las religiones en el mundo enseñan que la aprobación de Dios se basa en qué tanto obedezcamos Sus leyes. Si obedecemos lo suficiente, podemos superar el castigo de nuestro pecado y ganar nuestro lugar en el cielo. El evangelio cambia eso completamente. La aceptación de Dios, lo que la Biblia llama justificación, se nos da como un regalo, comprado para nosotros por Jesucristo. Considera esta pregunta: Cómo piensas que Dios se siente en cuanto a ti, ahora mismo? Y cómo determinas eso? Se base tu respuesta en cómo te ha ido esta semana? Cuán consistente has sido en leer la Biblia y conversar con Dios? Si has sido amable con tus hijos, o si has pateado al perro? Durante muchos años, cuestiones como éstas dictaban mi respuesta. Si yo había tenido una buena semana una semana cristiana de verdad me sentía cercano a Dios. Cuando el domingo venía, me daba ganas de levantar la cabeza y las manos en alabanza, como para decir, Dios, aquí estoy! Yo sé que estás emocionado de verme esta semana. Si tenía una semana excelente, me encantaba estar en la presencia de Dios y estaba seguro de que Dios estaba entusiasmado de tenerme ahí, también. Pero lo opuesto también era verdad. Si no había logrado ser un buen cristiano de verdad, me sentía lejos de Dios. Si había caído en tentaciones, o había sido irrespetuoso con mi esposa, o evadía algunas oportunidades fáciles de compartir de Cristo, o era tacaño con mi dinero, u olvidaba reciclar en estas semanas me sentía como que Dios no quería nada que ver conmigo. Cuando iba a la iglesia, no tenía ningún deseo de levantar mi alma a Dios. Estaba seguro de que Él tampoco estaba emocionado de verme. Podía palpar Su desagrado Su falta de aprobación. Por qué? Porque en ese momento no estaba creyendo el evangelio. O por lo menos, se me olvidaba.

6 El evangelio es las noticias de que Cristo ha sufrido la ira entera de Dios por mi pecado. Jesucristo cambió de lugar conmigo, viviendo la vida perfecta que yo debería haber vivido, y muriendo la muerte que había sido condenado a morir. De hecho, 2 Corintios 5:21 dice que Él se convirtió en mi pecado para que yo pudiera literalmente convertirme en su justicia. Los teólogos llaman eso el gran intercambio. Él tomó mi antecedente, murió por él, y me ofrece su antecedente perfecto en cambio. Él tomó mi desnudez vergonzosa y ofreció a vestirme con Su justicia. Cuando recibo eso en arrepentimiento y fe, Él me concede aceptación completa. Él vivió en mi lugar, y murió en mi lugar, y después me ofreció la justicia como un regalo. Los teólogos llaman a esto la justificación regalada. Esto significa que Dios no podía amarme más de lo que me ama en este momento, porque Dios no podría haber amado y aceptado a Cristo más que lo hace ahora, y yo estoy en Cristo. Se me ha dado la justicia de Dios como un regalo. La salvación de Cristo es 100% completa, y 100% la posesión de los que lo han recibido en arrepentimiento y fe. Deja que eso penetre tu mente por un momento. En este momento, si estás en Cristo, cuando Dios te mira sin importar tu situación Él ve la justicia de Cristo. Si realmente creemos esto no sólo con nuestras mentes sino también con nuestros corazones cambiaría todo en nuestras vidas. Imagínate si pudieras decirle esto a Dios: Dios, es por esto que creo que deberías escuchar mi oración: esta semana, terminé un ayuno de 40 días, y durante este tiempo me enfrenté a Satanás cara a cara, sostuve la mirada, y resistí todas sus tentaciones. Y después sufrí injustamente a manos de pecadores, pero lo hice sin protesta ni enojo egoísta. La única vez que abrí mi boca fue para perdonar a aquellos que me estaban haciendo eso. También, caminé sobre el agua, les devolví la vida a algunos muertos, y alimenté a 5,000 hombres hambrientos con una Cajita Feliz Hebrea. Según el evangelio, esto es exactamente lo que puedes, y deberías, decir. La muerte de Jesús ha pagado por cada onza de tu pecado; la vida perfecta de Jesús se te ha acreditado a ti. A la luz de esto, crees que realmente podrías lograr que Dios te fuera más favorable si tuvieras un tiempo de oración con Dios cada día? La obediencia de Cristo es tan espectacular que no hay nada que podríamos hacer para añadirle a eso; su muerte fue tan final que no hay nada que se le podría quitar a ella. Las Escrituras dicen que no debemos venir a la presencia de Dios tímidamente o

7 con aprensión, pero confiadamente (Hebreos 4:16). Sólo podemos acercarnos a Dios con confianza cuando sabemos que nos ve a través de los logros de Cristo. Para muchos de nosotros, esto es completamente opuesto a la forma en que pensamos. Martín Lutero dijo que nuestro corazón está predispuesto hacia creer que ganamos el favor de Dios por medio de buenas obras, es decir, que nuestro valor y aprobación delante de Dios fluctúa según cómo actuamos en obediencia o rebeldía. A menos que estemos activamente predicándonos a nosotros mismos el evangelio diariamente, probablemente hemos recaído al pensar que las obras nos dan puntos con Dios. Es parte de nuestra naturaleza. La idea de justificación como un regalo puede ser resumido en sólo cuatro palabras: Jesús en mi lugar. Jesús tomó nuestro pecado, sufriendo el peso completo del castigo que merecemos. En cambio, nos ofrece Su justificación. Cuando entregamos nuestra vida a Cristo, lo que merecemos, Él lo carga, y lo que Él es, Él nos lo regala. Porque Jesús, quien merecía elogio, más bien recibió condenación. Nosotros, quienes merecemos condenación podemos recibir Su elogio. En los últimos momentos en la cruz, Jesús dijo, Consumado es. Estaba hablando de la obra de nuestra salvación Él ha hecho todo necesario para salvarnos. No hay nada más que hacer. Sólo necesitamos recibirla. Cómo Recibimos el Regalo del Evangelio? El evangelio es un regalo, y como cualquier regalo, es necesario recibirlo. Entonces cómo se recibe el evangelio? Una vez un carcelero aterrorizado le preguntó a Pablo una pregunta parecida: Señor, qué tengo que hacer para ser salvo? (Hechos 16:30 NVI). La respuesta de Pablo fue sencilla: Cree en el Señor Jesús; así tú serás salvo (Hechos 16:31 NVI). Creer significa más que estar de acuerdo intelectualmente con unos hechos. Creer significa poner todo tu peso en algo y creer que te puede sostener. No se trata sólo de creer que Jesús es el Señor. Tenemos que rendirle nuestra voluntad a Él. No se trata sólo de creer que ha cumplido la obra de nuestra salvación; necesitamos poner todas nuestras esperanzas para el cielo en Él, y sólo en Él. Esto es lo que significa la Biblia cuando dice creer en Jesús. Piénsalo como sentarte en una silla. Puede ser que crees que la silla sostendrá el peso de tu cuerpo, pero no estás creyendo en la silla hasta que transfieras el

8 peso de tus piernas a la silla. Puedes hablar todo lo que quieras acerca del poder de la silla para sostenerte, pero hasta que tu peso esté descansando en la silla, tu creencia es nada más un decir. Entregar tu vida a Cristo es igual. No es simplemente aceptar unos hechos, declarando que son ciertos. Es asumir una postura de arrepentimiento y fe en la obra terminada de Cristo. Llegar a ser un seguidor de Cristo no es una ceremonia que uno hace o una oración específica que uno ora. Entregarle tu vida a Cristo es simplemente creer que Jesús es Señor y tomar la decisión de comprometerte con Él, creyendo que Él ha cumplido la obra de tu salvación y confiar que irás al cielo por lo que Él hizo. Es sentarte en la silla de la fe que Él te ha provisto por Su obra cumplida. El acto de rendir tu voluntad a Jesús como Señor lo llamamos arrepentimiento. El arrepentimiento literalmente significa cambiar la mente en cuanto a algo, así que arrepentirte de tu pecado significa cambiar tu mente en cuanto a quién está controlando tu vida. El arrepentimiento no es decidir que vas a portarte un poco mejor de asistir más a menudo a la iglesia, de sentirte peor por tus pecados, de ser más moral. Cuando uno se arrepiente, rinde cada parte de su vida a Su control. Como C.S. Lewis solía decir, No venimos a Dios como gente mala tratando de llegar a ser gente buena; venimos como rebeldes rindiendo nuestras armas. El acto de descansar tu esperanza para el cielo en la cruz lo llamamos fe. La fe en Jesús no es tratar de vivir mejor o empezar una nueva página en la vida. La fe es creer que Él ha hecho todo lo necesario para salvarte y descansar todas tus esperanzas en Su obra cumplida en la cruz. Cuando le pregunto a alguien, Es usted cristiano? la respuesta más común que recibo es algo así, Bueno, estoy intentando. Estoy haciendo mi mayor esfuerzo. Soy mejor ahora que antes. Estoy asistiendo a la iglesia más ahora y tratando de obedecer mejor los mandamientos. Tristemente, esto muestra que todavía no entiende el evangelio para nada. Aún piensa que cristiano es un título que uno gana. Un cristiano verdadero es alguien que reconoce que nunca podría ganar ese título; Jesús lo ganó en tu lugar y te lo dio como un regalo. Dios nos acepta no por lo que hacemos, sino por lo que Él hizo en Jesucristo. Cuando alguien me pregunta si sé con seguridad que iré al cielo cuando muera, le digo, Por supuesto. Jesús fue mi substituto, lo cual significa que ya no dependo de qué tan

9 justo soy para ganarme la entrada al cielo. Descanso en lo que Él hizo por mí. Intercambiamos lugares. Estoy tan seguro de alcanzar el cielo como Él es. Él se convirtió en mi salvación. Esto suena demasiado bueno para ser cierto? Entonces es probable que estás entendiendo ahora. La prueba de que has entendido el evangelio es que estás lleno de humildad debido a cuán poco mereces la vida eterna, y estás lleno de asombro de cuán bueno es Dios porque quiere dártela. El Versículo del Evangelio Más Claro en la Biblia Quizás la explicación más clara y concisa de eso se da en el resumen del evangelio que da Pablo en Romanos 4:5: al que no trabaja, sino que cree en el que justifica al malvado, se le toma en cuenta la fe como justicia. Este versículo tiene tres frases muy importantes: al que no trabaja : O sea, el que se da cuenta que no hay nada que jamás podría hacer para ganarse la vida eterna. sino que cree en el que justifica al malvado : O sea, que cree que Dios hizo la obra necesaria para salvarlo, tal como Dios dijo que lo hizo. se le toma en cuenta la fe como justicia : O sea, Dios cuenta esa creencia, esa fe, como justicia para nosotros. Pablo compara nuestra creencia en Cristo con la creencia de Abraham en la promesa de Dios de darle un hijo. Aunque tenía casi cien años, Abraham eligió creer que Dios podría traer a un niño de un vientre muerto, y Dios a Abraham lo consideró justo debido a ese creer (Romanos 4:3). El momento en que creemos con arrepentimiento que Dios resucitó de la muerte al cuerpo sin vida de Jesús, después de que se ofreció como pago por nuestro pecado, de igual forma se nos declara justos debido a nuestra fe (Romanos 4:25). La justicia es un regalo gratuito para todos los que creen que Dios es suficientemente misericordioso para dárselo por Cristo. Has recibido ese regalo personalmente? Si no, podrías hacerlo ahora mismo. Podrías decirle algo a Dios como: Señor Jesús, creo que eres el Señor y a ti rindo el control completo de mi vida. Señor Jesús, creo que moriste por mis pecados y que has cumplido la obra de mi sal-

10 vación. Ahora acepto ese regalo como mío. Las palabras de la oración no son importantes; la postura de tu corazón es lo que cuenta. Entender el evangelio lleva a un cambio profundo en la vida no sólo de tu comportamiento; sino de tu corazón también. Al ver la gloria del Dios que te ha perdonado, y experimentar las bellezas de Su gracia, encontrarás que tu corazón empieza a desear más a Él que al pecado. El Evangelio No Es Sólo el Trampolín; es la Piscina Misma El evangelio no es sólo el comienzo de una relación personal con Dios, una oración que se ora para empezar tu vida cristiana, o el trampolín hacía la piscina de la fe en Cristo. Una vez que has creído en el evangelio, la manera de crecer en Cristo es a través de profundizarte más en el evangelio. Te das cuenta de cuán misericordioso es Él y cuán increíble es el regalo que te ha dado en Cristo. Jesús nos dijo que permaneciéramos en el evangelio diariamente (Juan 15:4-10). Permanecer en Él significa acordarnos constantemente de que no hay nada que jamás podríamos hacer para que Dios nos ame más, y nada que hayamos hecho que hace que Él nos ame menos. Literalmente, absolutamente nada. Qué pasa si regalaras todo tu dinero, no te amaría un poco más? No. Y si fueras a vivir en el campo misionero en otro país? Otra vez, no. Y si por fin empezaras a tratar a tu esposa con gracia? Nada. Y si sacaras la basura como ella te lo ha pedido? Quizás ella te amaría más, pero Dios no. Y si terminaras una semana completa sin ningún pensamiento inmoral? La aceptación que Dios te da está basada en el hecho que Cristo vivió sin pecar contra Él ni siquiera en el menor detalle. Ahora, tú estás en Él y Él está en ti. Por eso, Dios no podría amarte más de lo que te ama ahora mismo porque ama a Cristo perfectamente.

11 Hay que meditar en esta enorme verdad diariamente. A veces cada hora. A veces cada minuto. Es la única manera de expulsar el miedo, el escepticismo, y la tentación. Por qué tan a menudo? Recuerda, tú eres propenso a pensar que ganas el favor de Dios por las buenas obras que haces. Cuando no estás pensando en el evangelio deliberadamente, probablemente has caído de nuevo en la trampa de pensar que tus obras te pueden hacer justo delante de Dios. Es muy parecido a los topos plásticos en el juego en las ferias callejeras. Justo cuando aplastas a uno con el palo, se asoma otro de un hueco diferente. El momento que quitamos nuestros ojos del evangelio, los topos de obras buenas y auto condenación salen otra vez. Entonces, hay que aplastarlos con la verdad opuesta del evangelio: Dios nos da su aceptación completa como un regalo que recibimos por fe, para la alabanza y gloria de Dios. En nuestra iglesia, animo a la gente a orarle esta frase a Dios cada día como un recuerdo que no hay nada que necesitan hacer para ganar la aprobación de Dios, sino que es suyo como un regalo en Cristo. En Cristo, no hay nada que yo pueda hacer para que Él me ame más; y no hay nada que yo haya hecho que cause que Él me ame menos. Te animo a que le ores esto a Dios cada día durante un mes, hasta que se te meta en tus venas y sature tanto tu forma de pensar que veas todo con los ojos del evangelio. Nada en tu vida jamás será lo mismo.

12 PARA CONTINUAR ESTE VIAJE HACIA LA FE, TE ANIMO A QUE HABLES CON EL AMIGO QUE TE TRAJO A LA IGLESIA, O CON NUESTRO PASTOR. ESTA ES UNA PEREGRINACION QUE ESTAMOS TOMANDO JUNTOS, Y NOS ENCANTARIA AYUDARTE CON TU PROXIMO PASO. PARTICIPA CON NOSOTROS EN CONOZCAMANOS! UN EVENTO CADA DOS MESES DISENADO ESPECIFICAMENTE PARA LAS PERSONAS QUE NOS VISITAN EN SUMMIT EN ESPANOL. PARA MAS INFORMACION, LAS FECHAS Y PARA CONFIRMAR SU ASISTENCIA: summitesp.info/involucrese/conozcamonos!

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