EXAMEN ESTATAL EN OPCIÓN AL TITULO DE LICENCIADA EN SOCIOLOGIA

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1 Universidad de Holguín Oscar Lucero Moya Facultad de Humanidades Departamento de Sociología EXAMEN ESTATAL EN OPCIÓN AL TITULO DE LICENCIADA EN SOCIOLOGIA TEMA: LA VIOLENCIA EN EL MATRIMONIO Y SU ANALISIS DESDE UNA PERSPECTIVA DE GÉNERO. AUTORA: YULIET DEL CARMEN NORIEGA LEÓN. TUTORA: LIC. EVA ROSALES VICENTE. AÑO HOLGUÍN 2009

2 PENSAMIENTO La mujer no es un jarrón no se romperá aunque le pegues diez veces. 2

3 DEDICATORIA Dedico este trabajo a mis padres, a mis hermanas y en especial a mi hija, que la fuerza que me impulsa a ser cada día mejor. 3

4 AGRADECIMIENTOS Agradezco a todas las personas que de una forma u otra me han ayudado en esta tarea que me encomendó la revolución. A mis profesores, tutores y todo el personal que tuvo que ver con mi desarrollo universitario. A mis padres que fueron de especial ayuda, a mi esposo y su familia que también contribuyeron al desarrollo de esta tarea. A mis compañeras y amigas: María Isabel, Aida Yusel, Iraida Pupo y a mis compañeras de trabajo. A Zahily Méndez Colon y Magalis Ortegas por su ayuda incondicional. 4

5 INDICE Introducción Epígrafe 1: Antecedentes históricos del tema y actualidad del mismo Epígrafe 2: Análisis desde diferentes disciplinas sobre la violencia doméstica en el matrimonio desde una perspectiva de género Epígrafe 3: Nociones conceptuales para el estudio de la violencia en el matrimonio Epígrafe 4: Ubicación de la violencia en el matrimonio bajo el prisma sociológico Epígrafe 5: Metodología Utilizada Conclusiones Recomendaciones Bibliografía

6 INTRODUCCIÓN La violencia domestica en el matrimonio y su análisis desde una perspectiva de género en cualquiera de sus manifestaciones es bastante recurrente en el mundo de hoy, no porque su existencia sea reciente, sino porque ha comenzado a descorrerse el velo que impidió por mucho tiempo acceder a ese espacio privado. Hoy día la violencia contra la mujer en el espacio doméstico se ha reconocido como un grave obstáculo para el desarrollo y la paz., es un problema social que afecta a millones de seres humanos en todo el mundo, en tanto reflejo de relaciones de poder androcéntricos, sus principales víctimas, son mayoritariamente las mujeres. En efecto la violencia contra las mujeres en el matrimonio, es una violencia de género con todas las implicaciones que de ello se deriva, violencia de género sistemática que abrumadoramente es iniciada por el hombre e infligida sobre la mujer. La familia es una de las instituciones donde es más difícil identificar y nombrar la violencia, la mayoría de las veces en su propio hogar y a manos del cónyuge. La puesta en marcha como tema de debate universal, ha permitido apenas visualizar la punta del iceberg de la victimización femenina en el hogar que permanece oculta, invisibilizada tras la cortina de la vida privada, de la intimidad familiar,bajo el supuesto de no admitir la intromisión de ajenos. En la actualidad la violencia va incrementándose y es en sí una amenaza o negación de las condiciones de posibilidad de realización de la vida, y de la supervivencia misma, e influye en el deterioro de las relaciones sociales y por todo esto se convierte en un problema social. Por todo lo antes expuesto concluimos que esta sería nuestra situación problémica. Los victimarios son definidos por los especialistas como aquellos individuos que ejercen una conducta abusiva crónica en lo emocional, lo físico, lo psíquico, lo sexual y lo económico, respecto a su mujer. La mayoría de los hombres aluden su responsabilidad y no admiten el carácter delictivo de su modo de actuar cuando 6

7 abusan de sus mujeres, no reconocen este acto como violento y cruel. Este es otro aspecto arraigado en la conciencia y actitud patriarcal a nivel social, que legitima la jerarquía masculina para ejercer el poder y la violencia contra la mujer. El patriarcado en esencia cosifica a las mujeres. La concepción patriarcal y androcéntrica, vigente todavía en nuestro mundo, que convierte al hombre en el centro del poder junto a otros factores de carácter más limitado, culturales, individuales y de aprendizaje, permiten entender la existencia a escala mundial de la violencia en el matrimonio. Por lo referido anteriormente hemos propuesto para la realización de este trabajo el siguiente diseño de investigación. El problema: Cómo ha sido analizada desde las diferentes perspectivas teóricas la violencia en el matrimonio? El objetivo general: Analizar las perspectivas teóricas que abordan la violencia en el matrimonio. Los objetivos Específicos: 1 Describir la evolución histórica de los estudios sobre la violencia doméstica en el matrimonio desde una perspectiva de género. 2 Sistematizar las perspectivas teóricas que desde la sociología sustentan el debate sobre la violencia doméstica en el matrimonio desde una perspectiva de género. 3 Analizar las diferentes disciplinas que han abordado la violencia doméstica en el matrimonio. 4 Caracterizar las principales nociones conceptuales que giran en torno a la violencia en el matrimonio. 5 Analizar desde la teoría sociológica los estudios que se han realizado con respecto a la violencia doméstica en el matrimonio. 6 Analizar la implementación de criterios metodológicos. Las preguntas científicas: 1 Cómo han evolucionado los estudios sobre la violencia doméstica en el matrimonio? 2 Cuáles son las ciencias que sustentan debates sobre estudios de la violencia doméstica en el matrimonio? 7

8 3 Cuáles son las principales nociones conceptuales que giran en torno a los estudios de la violencia en el matrimonio? 4 Como desde la teoría sociológica se pueden abordar los estudios sobre la violencia en el matrimonio? 5 Cuáles son los métodos empleados para el análisis de la violencia doméstica en la familia? El trabajo presenta la siguiente estructura: En el primer epígrafe se describió la evolución histórica de los estudios sobre la violencia doméstica en el matrimonio desde una perspectiva de género, los antecedentes de la familia, su importancia, las diferentes formas de organización familiar entre estas el matrimonio, institución perteneciente a la familia y las funciones que debe realizar el mismo. Se abordó el tema de la violencia en sus diferentes manifestaciones, física, psicológica, sexual, económica, cómo se ve afectada la mujer en esta situación de maltrato, los factores que influyen en que exista violencia en el matrimonio y sus consecuencias, todo esto analizado desde una perspectiva de género. El segundo epígrafe constituye un análisis de las disciplinas que han abordado el tema sus aspectos positivos y sus limitaciones. En el tercer epígrafe se hizo una caracterización de las principales nociones conceptuales que sirvieron de base para la comprensión del tema. En el cuarto epígrafe se utilizó como teoría vertebradora el Funcionalismo Estructural de Parsons además se utilizo como teoría complementaria aportes de la teoría marxista. En el epígrafe cinco se trabajaron con los diferentes métodos teóricos que nos sirvieron de referencia para nuestro trabajo referativo. En nuestro trabajo se introdujeron aportes desde las diferentes perspectivas teóricas utilizadas. La importancia que nos ofrece este trabajo es que nos permitió hacer un análisis de loa diferentes aspectos relacionados con la violencia doméstica en el matrimonio, 8

9 sus consecuencias y las diferentes condiciones que propician que ocurran hechos violentos en la pareja. Epígrafe 1 ANTECEDENTES HISTORICOS DEL TEMA Y ACTUALIDAD DEL MISMO. Los estudios de la familia en la sociología son tan antiguos como la sociología como ciencia. La familia fue una de las instituciones que siempre despertó gran interés entre los sociólogos, pues a través del análisis de las particularidades de su estructura, funcionamiento, historia y del examen de otras dimensiones, pretendían demostrar la legitimidad de sus cuadros conceptuales. Y no podría ser de otra forma cuando la historia real atestigua de su mayor antigüedad frente a otros tipos sociales, y de la importancia decisiva que durante siglos tuvo como organización versátil por sus funciones. De todos los componentes de la estructura de cualquier sociedad ella es la más extendida y universal, está presente en todas las culturas y localidades. Esta organización universal, que incluso se encuentra en formas subhumanas de vida, ha sufrido cambios, pues como hemos conocido, la familia ha pasado por etapas evolutivas en su devenir histórico, desde la familia promiscua de la comunidad primitiva, casi confundida con la orda a la familia monogámica patriarcal, expresión de la sociedad esclavista. Podemos asegurar que a cada formación económica social corresponde un tipo de familia preponderante, es decir, las relaciones materiales de la sociedad crean el tipo de relaciones familiares. Así un cambio en la estructura social, implica un cambio en la estructura familiar, porque la familia refleja como una gota de agua las relaciones sociales imperantes en la sociedad. Desde el punto de vista etimológico, la palabra familia procede de la voz Fámulos que quiere decir esclavo doméstico y familia designa el conjunto de los esclavos pertenecientes a un mismo hombre. Al decir de Engels, la expresión esta la inventaron los romanos para designar un nuevo organismo social cuyo jefe 9

10 tenía bajo su poder a la mujer, a los hijos y a cierto número de esclavos, con la patria potestad romana y el derecho de vida o muerte sobre todos ellos. Se ha expresado por diferentes estudiosos de la familia, que la primera dificultad para realizar estudios comparativos concretos de ella, es la delimitación de su ámbito, pues el término familia se aplica indiscriminadamente a dos unidades sociales básicamente diferentes en su composición y en sus posibilidades funcionales. La palabra puede designar o bien, un grupo intimo y fuertemente organizado compuesto por los cónyuges y los descendientes o bien un grupo difuso y poco organizado de parientes consanguíneos. La palabra familia puede designar así, organismos sociales más o menos extensos y de estructura interna diferente. A lo largo de diferentes épocas históricas, han existido diferentes formas de organización familiar. Una de las funciones de la familia es la socialización de la persona (niño o niña), función que es ya suficiente para legitimar su importancia como entidad social, si además se descubre el peso que la familia tiene en la organización de la vida cotidiana de las personas, donde se forman las identidades, sobre todo en las primeras etapas cuando de niño se aprende la cultura, y no es posible valerse por si mismo, e incluso mas allá, en la vida adulta donde requerimos de ella para garantizar la estabilidad material y emocional y continuar el aprendizaje, entonces el valor de la socialización familiar se potencia ante los ojos de quienes la estudian por que comprenden su significado real para la sociedad. La socialización es una función consustancial a toda institución social que pretende reproducirse como tal y contribuir a la continuidad de la especie humana o de la cultura que la define en su contenido y forma, aceptar que el individuo es un producto socio-histórico y cultural, presupone reconocer que se llega a una identidad no por determinación genética, sino como resultado de experiencias múltiples de relaciones vividas en el transcurrir de un ciclo vital y de una movilidad espacial, esas experiencias socializadoras le permiten incorporar una cultura, participar en ese mundo de interacción modificándolo creativamente para llegar a ser miembro 10

11 de la sociedad con la cual se identifica. Socializarse es participar de la dialéctica del individuo y de la sociedad; es llegar a ser individuo a través de una identidad social que percibimos y nos representamos socialmente y que para desarrollarnos nos compulsa a reproducirnos. Por socialización entendemos el proceso de aprendizaje e internalización de una cultura que transforma al individuo de imitador, en un adulto consciente de su independencia como individuo y de su naturaleza social. Se refiere a la socialización en un grupo primario que transcurre mediante un proceso de interacción social, con miembros de ella con más o menos conciencia de su pertenencia, para luego transformarla o participar de su continua creación. La identidad de género, que significa llegar a tener conciencia del grupo sexual al que se pertenece primero por nacimiento, se adquiere mediante la socialización que como proceso interactivo viven hombres y mujeres en diferentes mundos institucionales, aunque con cierta distintividad que le confiere relevancia a la familia. Esto puede ser no solo por el carácter primario de esta institución, sino también por el hecho que ha sido en ese espacio, donde la cultura durante siglos confinó a la mujer y decidió que durante largo tiempo se canalizara la interacción cara a cara entre los géneros y se formaran las identidades genéricas como entidades relacionadas desigualmente a pesar de que hoy en casi todas las culturas se experimenta la salida de la mujer del hogar al mundo publico considerado masculino, no se vive la movilidad contraria en igual intensidad, ingreso activo del hombre al espacio doméstico, de tal manera que la familia sigue siendo el refugio para la mujer y de la mujer. No existe realmente, una pareja, ni una organización familiar como se concibe ahora, mas bien se trata de un tipo de transición entre lo animal de la manada y lo humano de las primeras manifestaciones de organización social (gen,clan,tribu,etc) ya una vez llegada la época del salvajismo, aparece el matrimonio por grupos que da origen a la familia punalua, en esta forma de organización familiar, las relaciones sexuales estaban limitadas a los miembros de la tribu y no a otros, además existía un compañero intimo con el cual se tenia afinidad por algún motivo. En la época de la barbarie aparece el matrimonio sindiásmico que da origen a la familia sindiasmica, y 11

12 en la cual ya existe una pareja aunque débil, que permite tanto al hombre como a la mujer tener relaciones con otros sin que esto constituya problema alguno. En la civilización aparece el matrimonio monogámico que da origen a la familia monogámica. En la actualidad la familia responde a la concepción de familia individual moderna que Engels describió hace ya más de un siglo, poco ha cambiado desde entonces, también es pequeño el lapso histórico transcurrido básicamente, esa forma de familia se mantiene hasta hoy y tiene su fundamento en la esclavitud doméstica franca o más o menos disimulada de la mujer. La familia es el grupo de interrelación entre el individuo y la sociedad, todo acontecimiento familiar produce modificaciones en su funcionamiento generando un estado transitorio de crisis con mayor o menor grado potencial de riesgo. Existe una gran polémica actual para definir la familia, hasta hace pocas décadas se hablaba de que la familia era la unión legal entre un hombre y una mujer que se unen en un proyecto para toda la vida, con el objetivo de procrear, educar a los hijos y satisfacer necesidades humanas, de unión y compañía. Es la unión de personas que comparten un proyecto vital de existencia en común que se quiere duradero en el que se generan fuertes sentimientos de pertenencia a dicho grupo, existe un compromiso personal entre sus miembros y se establecen intensas relaciones de intimidad, reciprocidad e independencia. El matrimonio se forma sobre la base de la igualdad de derechos y deberes de ambos conyugues, quienes tendrán la obligación de guardadarse lealtad, la consideración y el respeto debido y ayudarse mutuamente, contrariamente a lo antes expuesto hay familias en cuyas relaciones se manifiesta la violencia porque se maltratan de palabras, con ofensas, amenazas o de hecho con golpes o por incumplimiento de la obligación familiar. La violencia en sus diferentes manifestaciones históricamente ha sido objeto de numerosos estudios por instituciones religiosas, gubernamentales y otras entidades. 12

13 En la actualidad la violencia va incrementándose y es en si una amenaza o negación de las condiciones de posibilidad de realización de la vida y de la supervivencia misma, e influye en el deterioro de las relaciones sociales y por todo esto se convierte en un problema social. La violencia se caracteriza por un acto esencialmente humano, protagonizado por el hombre como miembro de determinada sociedad y es todo el conjunto de condiciones que la hacen, es pues un proceso y no un hecho aislado. La violencia es una forma de ejercicio del poder que facilita la dominación y opresión a quien la ejerce y una posición de sometimiento o sujeción aquien la padece. Los obstáculos que impiden a las mujeres salirse del vínculo de maltrato no pueden analizarse de manera puntual y descontextualizada. Ha quedado claro que la violencia contra la mujer en las relaciones de pareja es un mecanismo de control patriarcal a través del cual el hombre busca y confirma la devaluación y deshumanización de la mujer, por eso en tanto recurso de poder, los obstáculos que le impiden irse a la mujer, serán justamente los que la hacen vulnerables al poder masculino. Las limitaciones de base social del patriarcado, la disminución psicológica de la autoestima, la alta intensidad de las interacciones violentas y las restricciones inducidas por el miedo sobre la capacidad de un individuo para pensar en términos complejos, contribuyen a la escasez de alternativas reales y percibidas a disposición de las victimas crónicas del abuso conyugal. Las mujeres atrapadas en el ciclo de la violencia están inmersas en una realidad que las incapacita para encontrar por si solas la salida. Entre los elementos que describen esa realidad de cautiverio encontramos las siguientes: Cuando se inicia el ciclo, la mujer se debate entre el amor que siente por su pareja y el deseo de salvaguardar su propia seguridad e integridad física y la de sus hijos. El vínculo oscilante entre el amor y la agresión, porque ella espera y confía que su 13

14 compañero pare el maltrato y se mantenga por siempre en la fase de reconciliación, por eso se esfuerza hasta alienarse en complacerlo y agradarlo para evitar en vano la próxima descarga violenta. El miedo a la soledad y al fracaso que supone en la cultura patriarcal, perder el matrimonio y destruir la familia y separar a los hijos de su padre, la hacen sobreponerse al dolor y al sufrimiento y soportar el maltrato de su compañero. La dependencia afectiva anula la capacidad para romper el vínculo. La mujer maltratada se queda por vergüenza y autoinculpación, resulta muy doloroso admitir que el hombre que ama y seguramente es el padre de sus hijos, la maltrata pero además le ha reiterado tanto su responsabilidad por los golpes de todo tipo que recibe, que llega a creerse que algo malo ha hecho para merecerlo. La dependencia económica es, sin dudas uno de los factores que muchas veces retienen a las mujeres con el hombre que las maltrata. La necesidad del aporte económico del marido para el sustento familiar, ya sea porque ella no tiene trabajo o el no se lo permite, o porque su salario no es suficiente para cubrir sus necesidades familiares. Otras veces la dependencia incluye la propiedad de la vivienda y la mujer no tiene a donde marcharse. Razones todas que la hacen considerar entre quedarse y soportar el maltrato para garantizar el bienestar de los hijos o romper y exponerlos a carencias y privaciones materiales. El chantaje emocional es una de las estrategias utilizadas por el maltratador para retener a la mujer en el vínculo, las cuales resultan efectivas debido a la falta de autofinanciación de la mujer. Entre las estrategias encontradas están las amenaza de suicidio si lo deja, otros comportamientos autolescivos, aumento de adicciones, su invalidez para el autocuidado, razones todas que la inducen a pensar que sin ella le podría ir muy mal. Todas estas razones expuestas que van obligando a la mujer a posponer la ruptura o que la impiden a hacerlo de momento hasta encontrar otras soluciones a su situación, van cerrando sobre ella las opciones para poder salir de la situación de 14

15 maltrato generando la mayoría de las veces consecuencias que serán nefastas para su seguridad, su salud su independencia y hasta para su propia vida. Los hombres que ejercen la violencia física en la relación de pareja suelen representar la carencia de los valores culturales acerca de lo que debe ser un varón, de los mitos culturales de la masculinidad que ya se ha enunciado, aun cuando no lo deja abiertamente están sosteniendo formas de relación que tienden al control y a la dominación. Otras de las características que encontramos es la dificultad que tienen para comunicar sus sentimientos y lo que les afecta de cada situación. Esta inhabilidad o incapacidad comunicativa específica conduce muchas veces a que en las situaciones conyugales se produzcan conflictos que por no saber cómo resolverlos de otra manera, tienden a solucionarse por la vía violenta. El aislamiento emocional es otra de las características que encontramos en estos hombres. Se trata de un tipo de aislamiento social vinculado a lo afectivo, probablemente se relacionan con muchas personas, pero ninguna relación tiene un grado de intimidad que le permita hablar de sus propios sentimientos, de sus conflictos afectivos, este aislamiento social y emocional aparece como un factor muy frecuente en los hombres golpeadores. Asociado con todo esto, casi siempre aunque resulta poco evidente para una mirada ingenua, encontramos los indicios de una imagen de si mismo muy desvalorizada. Las racionalizaciones que utilizan para explicar sus conductas violentas son reiterativas; ella me provoca yo no puedo controlarme, etc. La manipulación que ejercen sobre su pareja los hombres maltratadores es un rasgo típico, estos hombres no asumen la violencia que ejercen como problema propio, tratan de encontrar la responsabilidad externa a ellos, la esposa, los hijos, los problemas económicos, etc. Cuando ellos o quienes intenten justificarlos aducen que no actúan en forma intencional, sino impulsiva por la pérdida del control o bajo los efectos del alcohol o de drogas, tratan de eludir la responsabilidad de sus actos. 15

16 Detrás de estas excusas se esconde una conciencia de propiedad y derecho, conciencia que se sustenta en relaciones de poder donde el hombre ejerce el control y se siente dueño. Mediante esas relaciones autoritarias de pudor el hombre considera a la mujer un objeto de su propiedad. El género es uno de los conjuntos donde se produce la integración humana. El no solo representa en los miembros que designa como parte de esa comunidad interactiva, sino que trasciende e importa a otras entidades sociales, a pesar de que la ciencia no siempre le dio valor como categoría analítica para explicar los procesos de funcionamiento y organización de las instituciones políticas y económicas de una sociedad. Su nacimiento en el pensamiento social como categoría clasificatoria de las diferencias hombre-mujer, se produce en un periodo en que el debate exigía una aclaración sobre los limites entre naturaleza y cultura para comprender la incidencia de cada uno de esos mundos en la organización de las identidades sexuales. La polémica se desarrolló en torno al lugar de la mujer en la sociedad y se orientaba hacia una comprensión del papel determinante de la cultura en su ubicación como segundo sexo. El género devino entonces un concepto que se refería a todas las construcciones o pautas culturales que habían incidido en la formación de una identidad femenina subordinada, mientras que el sexo quedaba para explicar los procesos biológicos diversos del ser mujer frente a los de ser hombres, los cuales atenidos a su carácter natural no determinaban diferencias de posición social. la distancia entre sexo y genero, afirma Maria Jesús Izquierdo, tiene como objetivo diferenciar conceptualmente las características sociales, psíquicas, históricas de las personas, para aquellas sociedades o aquellos momentos de la historia de una sociedad dada, en que los patrones de identidad, los modelos, las posiciones y los estereotipos de lo que es ser una persona, responder a una biomodalidad en función del sexo a que se pertenezca. (1) Para el pensamiento feminista, donde el género nace como categoría explicativa de las relaciones hombre-mujer, significó algo más, fue la legitimación de un discurso y 16

17 una práctica en pro de igualdad entre los sexos que develaba críticamente el androcentrismo de un pensamiento social sobre las diferencias, cuya apoyatura se hallaba en un enfoque naturalista y justificativo de la explotación del género femenino. Detrás del debate conceptual de lo genérico y lo sexual, se decidía también el dilema de la igualdad y la diferencia de la interpretación de la realidad interactiva entre hombre y mujer. El género como categoría que explica la relación hombre-mujer, nace en el pensamiento feminista. Es uno de los conjuntos desde el que se produce la integración humana como identidad colectiva, quizás la más antigua, aunque no así tratada por las ciencias sociales. Su reconocimiento como proceso real y como concepto, se inicia en el periodo en que el debate exigía una aclaración sobre los límites entre la naturaleza y la cultura para comprender la incidencia de esos dos mundos en la organización y definición de las identidades. Esta polémica se concentró en el papel y lugar de la mujer en la sociedad, enfatizando en el papel determinante de la cultura en su ubicación como segundo ser humano en relación con el hombre. De lo anterior se deduce que el género es un concepto que se refiere a una construcción social y cultural, que ha incidido en la formación de identidad femenina subordinada. Las relaciones de género, y por extensión la trama de poderes con que se articula, no puede ser comprendida sino como resultado de un ordenamiento más abarcador, el patriarcado, sistema histórico y universal de relaciones de poder a través de los cuales los hombres dominan a las mujeres. El concepto de patriarcado permite explicar las raíces de la subordinación, discriminación, e infravaloración de las mujeres, es también esencial para entender las causas de la violencia contra la mujer. 17

18 De acuerdo a ese dominio masculino las mujeres se convierten en objetos, ya que en distintos grados los hombres se sienten y actúan como dueños que pueden someterlas, expropiar sus creaciones, sus bienes materiales y simbólicos. El patriarcado, en esencia cosifica a las mujeres. En ese mundo, el sujeto no es solo el hombre, sino, el patriarca, los sujetos son los hombres patriarcales. La comprensión del patriarcado como sistema de dominación es esencial para entender no solo el origen sino la pervivencia de la violencia contra la mujer a nivel mundial, con independencia de zonas, edades, razas o nivel cultural y económico. Las relaciones patriarcales garantizan el poder de los hombres de la generación mayor, no solo en el plano domestico sino también en todos los procesos que suponen un control de los recursos y toma de decisiones en cualquier ámbito. Este orden que apuntala a los hombres como dueños y jefes, es posible en virtud de la desvalorización y de la subordinación que objetiviza a las mujeres y las mantiene dependientes de quienes la dominan. De esta forma el concepto de género se remite a una interpretación simbólica de lo biológico, con el cual esta interactuando permanentemente a una construcción sociocultural de los papeles masculinos y femeninos a una división de los sexos socialmente impuestos, que no tolera las diferencias sin jerarquía. Esta posición social de relativa inferioridad reservada a las mujeres obedece a los estereotipos genéricos construidos socialmente, que justifican en el nivel ideológico las desigualdades y discriminaciones e incluso exclusiones de las mujeres en lo sociocultural, económico y político, lo cual legitima su estatus de subordinación. Sin embargo valdría enfatizar que la subordinación entendida como parte de una relación de poder, supone, no solo el sometimiento y el control, sino también incluye las posibilidades de ofrecer resistencia al mismo, incluso de romperlo. Este proceso ininterrumpido de asimilación de patrones escindidos genéricamente en todos los ámbitos de la vida y donde las instituciones mas influyentes, dígase familia, 18

19 escuela y medios de comunicaciones, refuerzan estos mensajes, complementándose unos a otros, generan enormes conflictos en la identidad personal cuando de modo racional se transgreden estas normas pautadas culturalmente que se aprenden con inusitada fuerza desde la infancia. El sexismo es fundamentalmente un tipo de discriminación invisible. Al analizar la identidad femenina se evidencia la necesidad de enfocar el ser mujer reconociendo la pluralidad de mujeres que conforman el genero femenino pero articulando los ejes comunes de su experiencia identitaria. El hacerlo desde una perspectiva de genero permite desmontar críticamente la concepción patriarcal de la sociedad que ha determinado históricamente la configuración de la identidad de las mujeres como genero subordinado es un permanente ejercicio del sexismo a escala social. Vivir en condición interiorizada lleva a la desvalorización e invisivilizacion de sus aportes y de su condición de sujetos. Se convierten entonces, de hecho en subordinadas, como condición esencial de su relación con el otro empoderado, dominante. Por ello el espacio domestico ha sido, por excelencia, el ámbito en el que las mujeres desenvuelven su vida cotidiana, no podemos reducirlas a ellos; en tanto que la vida social, donde todo sujeto independiente del lugar que ocupe aprende los usos, costumbres, tradiciones, expectativas, saberes y concepciones con los cuales constituyen su mundo y a si mismos. El ambiente inmediato se conforma con las integraciones en las que la mujer participa, dígase familia, escuela, centro de trabajo donde está aprendiendo las concepciones y estereotipos sobre su género. Por eso en su condición de sujetos femeninos se apropian de los elementos que desde su vida cotidiana posibilitan romper con una victimización obediente y convertirlas en sujetos portadores de cambios para si mismos y sus congéneres. Esas respuestas femeninas en forma de ruptura constituyen la resistencia de las mujeres a su cotidianeidad subordinada. 19

20 Estos caracteres de genero o estereotipos que pretenden definir la masculinidad o la femineidad como comportamientos típicos propios de cada sexo se integran a la personalidad como un conjunto de rasgos adquiridos por aprendizaje desde la época mas temprana de la vida. Los estereotipos genéricos se incorporan automáticamente, funcionan como códigos de actitudes y ademanes que rigen la conducta, el pensamiento, los sentimientos y el auto imagen, forzando a la oposición entre el hombre y las mujeres. Los rasgos que definen los estereotipos femeninos y masculinos, en tanto pares de opuestos, conciben lo masculino como superior y lo femenino como la desviación. Axial, los hombres deben ser activos, fuertes, dominantes, independientes, recios, inteligentes, objetivos, competitivos, autoritarios, valientes, mientras las mujeres deben ser pasivas, sumisas, dependientes, emotivas, obedientes, subjetivas, calidas, intuitivas, complacientes, débiles. De esta forma se enseñan valores masculinos y femeninos que los obligaran a comportarse de manera deferente y a desempeñar también roles opuestos y nunca complementarios entre si. Si para el mundo del varón es importante la agresividad o la competencia, se enseña a ser agresivos mediante juegos competitivos y valientes, juguetes bélicos etc., si es importante la fortaleza, se le enseña lo que se considera ser fuerte, no llorar, no manifestar emociones como la ternura, no mostrar inseguridad. Lo mismo se realiza con la educación de la mujer, solo que con los valores y roles invertidos. Se le enseña a ser tierna, natural y cuidadosa, se le dan muñecas y elementos del cuidado para lavarlos, vestirlos o pasearlos, se le enseña a ser receptiva a las demandas internas a través de juguetes que la inicien en las tareas domésticas. Se le estimula a que acate, escuche, acepte y cultive emociones femeninas (puede llorar, pero no agredir) De acuerdo con la definición aprobada por la ONU en la IV cumbre mundial de Beijing, la violencia contra las mujeres se refiere a todo acto de violencia basado en 20