RAZÓN DE SER MARCHA TERESIANO SANJUANISTA

Transcripción

1 RAZÓN DE SER MARCHA TERESIANO SANJUANISTA PREÁMBULO Animados por la experiencia de Teresa y Juan de la Cruz... Conscientes del inmenso regalo recibido en el caminar, tocados por la gracia de una experiencia de fraternidad vivida en la sencillez y pobreza... no podemos callar lo que hemos visto y oído, no podemos dejar de invitar a cualquiera a que experimente por sí lo que nosotros hemos vivido (para que si no creen nuestras palabras, crean por experiencia propia en el caminar). Estas notas surgen de la necesidad de compartir con otros la riqueza de esta vivencia que llamamos Marcha Teresiano-Sanjuanista. Queremos transmitir el espíritu y, un poco, también, la materialidad de nuestro hacer; respondiendo a la pregunta: cómo habéis vivido y llevado a cabo las marchas en estos diez años de experiencia?, cuál es vuestro estilo, si es que hay un estilo propio? A esto responde el esquema de este Ideario : La primera parte, Nuestra Razón de Ser, trata de recoger la magia de estas Marchas: lo que hace que cada una de ellas tenga una frescura renovada, nuestro estilo de caminar. El segundo apartado, Pautas de acción, responde a la práctica concreta, el desarrollo material y organizativo de una Marcha-tipo. Ofrecemos unas referencias, las más importantes a nuestro parecer, por si alguien quiere servirse de ellas para llevar a cabo una experiencia similar. No aparecen nombres concretos, porque no sería justo dejar de mencionar a todos los que han inspirado estas líneas, es decir, a cada uno de los que habéis andado un trecho de este camino. La página más hermosa no está escrita, la hallarás tú mismo cuando salgas a buscar tus amores y tus pies se duelan y gocen con otros camino de algún lugar, siempre dentro de ti, en compañía de Teresa y Juan de la Cruz.

2 NUESTRA RAZÓN DE SER 1. EL CAMINO Andamos en busca de nuestro propio centro. Ese lugar donde encuentra sentido nuestro existir. Desde nosotros, queremos encontrar, en cada paso, nuestra verdadera identidad. Nos echamos al camino sintiendo el suelo que ahora modela nuestros pies. El camino se define por una permanente sorpresa. Dejamos que lo desconocido, lo no-programado llegue a nosotros y nos modele, lo integramos como parte de una sabiduría que deseamos recuperar. Todo camino es aventura, un riesgo que hay que correr. Lo hacemos con ánimo valiente. No acomodamos el camino a nuestro capricho, a nuestro deseo... No quisiéramos por nada domesticar la vida, coleccionar recuerdos que nos den seguridad para las siguientes etapas. El camino nos va desnudando de todo lo que no es seguir plenamente abiertos, despiertos, desnudos. Entramos, por esta actitud de docilidad en la experiencia de la gratuidad evangélica: aceptamos lo insospechado como el mejor regalo que el camino nos depara. 2. LOS CAMINANTES Caminamos como familia (carmelitana), es decir, con un estilo propio de libertad y fraternidad, a la manera de Teresa de Jesús: Que cada paso nos haga transparentes, sinceros, veraces, abiertos al diálogo. Es una virtud muy querida por Santa Teresa. Necesaria cuando hay que vivir juntos estrechamente unos cuantos días. El caminante vigila para que las incomodidades del camino no le replieguen sobre sí mismo. Él mismo se dará cuenta cómo el menos esperado compañero en el camino trae la medicina que necesita en este instante, y, por eso, no rechaza la compañía de nadie, si no es en algunos ratos especiales de soledad, que todo caminante apetece y necesita. El caminante ha puesto sus pies en el camino para vivir un encuentro con otros, y lo hace compartiendo su propia verdad. Está llamado a vivir una comunión serena, no forzada. Cultiva la solidaridad en cuanto le es posible, acoge y se deja acoger y ayudar. Atiende, concretamente, a aquellos que ve más caídos o necesitados de una palabra de aliento o de alguna ayuda concreta, sin atosigar a nadie. Con nuestro estilo peculiar, caminamos descalzos, como Moisés hizo en territorio de Dios, recuperando lo mejor de esta palabra que nos define: desprendidos, desarraigados. Es lo mismo que decir, abiertos a la escucha, en sencillez y pobreza. Al mejor estilo de nuestros mayores, nómadas, abnegados, asumiendo el esfuerzo y con afán de superación. Hemos venido a la marcha para crecer, no a pasar unos días de

3 vacaciones. Con el propósito de aprender algo, aceptamos la parte de incomodidad que, inevitablemente, conlleva el camino. La Marcha se convierte, así, en símbolo de comunión, profecía y desafío de ecumenismo, también entre los que pertenecemos a la familia del Carmelo y los que se quieran unir. Nuestra Marcha fue, desde el inicio, una profecía de comunión. La lealtad y transparencia entre los animadores y responsables de la Marcha es un punto de máxima importancia. La comunión entre los responsables se reflejará en el grupo. Lo hemos vivido todos estos años. Con nobleza exponemos nuestras opiniones y diferencias, para llegar a sentir en común. 3. DIOS EN EL CAMINO («Amigo y compañero») Partimos, no de un punto geográfico, sino de una convicción, de una verdad de fe: «sabemos nos ama». Esta es la verdad que da vida al caminante: ha de saber, desde el principio, que es Dios quien le busca a él, inmensamente más de lo que él busca a Dios. Partimos de esta afirmación de Teresa de Jesús, que intentamos inculcar en los caminantes, compañeros, para que no se equivoquen al orientar su actitud interior. Buscamos vivir la experiencia del Dios desconocido, del Dios que no imaginamos. Desaprendemos al Dios de nuestras teorías, para acogerle tal como se quiera hacer presente. Nos descalzamos de otras experiencias de Dios con las que pudiéramos comparar, para no condicionar a Dios. Vivimos este anhelo personal y comunitariamente. Para el caminante es una verdad hermosa que Dios no es una idea abstracta o nacida sólo en el contexto de un templo o de una liturgia bien aderezada. El caminante sabe del rastro de Dios en el otro que camina al lado y en todo lo otro que acontece, que sorprende, que sobrecoge, que duele (paisajes, caminos, pueblos, gentes... cansancio, fatiga, impaciencias, risa... la brisa, lo cotidiano, lo sencillo, lo insignificante...). Dios aparece y desaparece de mil formas sin que ninguna le encierre, dejando al peregrino siempre la convicción de que sólo Él es la meta de su andar, y que ese su Dios no está lejos de sí mismo, de lo que ahora vive. 4. META - DESTINO El camino es la vida. Al camino, a la Marcha no se viene a huir de uno mismo, porque el camino te devuelve a ti mismo, invitándote a una experiencia de reconciliación contigo y con toda la creación, esa es tu meta: hacer amistad contigo mismo, abrazar tu propia vida, en un abrazo sincero, curativo, reconciliarte y escuchar la naturaleza. La meta, el destino, no está allí, sino aquí y ahora, en tu propia realidad. El sinsabor que percibes cuando te metes en ti mismo, es algo pasajero, escarbarás día a

4 día con los novedades que el camino te ofrece un pozo que te hará llegar al agua viva, en el fondo de ti mismo, ese agua es Él, inequívocamente presente. El objetivo no es otro que salir, abrirse, oxigenarse: como Elías, ponerse a la puerta de la cueva, es decir, al aire de Dios, en la confianza de que Él siempre pasa, de una o de otra forma. Nos ponemos a tiro de Dios... Con el fin de encontrar el hogar, la patria, no lejos de nuestro propio corazón, donde se halla un Dios pequeño, que corre por nuestras venas, e inmenso como no podemos abarcar e imaginar. Este Dios se hace compañero en nuestros caminos mientras buscamos volver a casa, encontrar el centro del que parten todos nuestros sueños. El final del trayecto es cristiano si comienza y acaba en la entrega generosa de sí mismo. Desde el primer paso el caminante avanza si camina más allá de sí mismo, hacia el que le necesita.

5 PAUTAS DE ACCIÓN 1. ORGANIZACIÓN DE LA MARCHA: EQUIPO COORDINADOR Ya desde su preparación la marcha supone una experiencia profética de colaboración y comunión. La Coordinadora quedará formada por miembros de toda la familia carmelitana: religiosos/as y seglares. Entre ellos habrá al menos un representante de cada provincia religiosa. El Equipo coordinador junto algunos participantes de la marcha, si así procede, se reunirá las veces necesarias, conscientes de que estas reuniones contribuyen a intensificar el espíritu de la marcha y a estrechar los lazos de familia. Son convenientes al menos las siguientes reuniones: Después de la realización de la marcha para evaluar la misma, y programar la siguiente. En esta reunión se puede votar al responsable del Equipo coordinador para la próxima marcha el cual se encargará de organizar y convocar las reuniones del Equipo, coordinar a sus miembros y hacer posible que se lleven a cabo las tareas acordadas, tanto en las reuniones como en el desarrollo de la marcha. A principios de año, conviene visitar los lugares del itinerario previsto, para contactar personalmente con los alcaldes y curas párrocos. Antes de realizar estas visitas es muy recomendable haberles avisado, o bien por carta, o bien por teléfono. Semanas antes de la marcha, para recorrer los caminos a seguir y adquirir seguridad en las rutas. 2. LAS PERSONAS Para que en las marchas se mantenga el clima de familia conviene que el número de participantes no ascienda a más de 80 personas. Según los objetivos propuestos, es importante que la edad de cada participante sea superior a 18 años, etapa en la que el joven ya debe tener una madurez personal suficiente así como un proceso espiritual de profundización en la fe que le permita vivir el espíritu de la marcha. Los responsables de cada lugar, son los que deben discernir a quienes invitan, entusiasmándoles a vivir una experiencia de marcha, que es una manera de entender la vida y un camino de fe. En esta experiencia juega un papel fundamental la sorpresa de lo no programado, salir de nosotros mismos, afrontar la incomodidad... de ahí que, generalmente, convendría convocar a jóvenes con los cuales se ha mantenido un seguimiento. Jóvenes que física y psicológicamente se encuentren en las condiciones adecuadas para llevar a cabo una marcha de esta naturaleza.

6 3. ITINERARIO Se procurará elegir lugares y caminos significativos, relacionados con Teresa de Jesús y Juan de la Cruz. Convendría que las etapas de cada jornada tuviesen un nº de km. razonable (mejor no superar 25 km.). Para los trayectos a realizar en cada jornada son preferibles los caminos a las carreteras o autovías. El trayecto a pie de cada jornada se procurará comenzar a primera hora de la mañana, de forma continuada, para evitar, en lo posible, las altas temperaturas propias del verano. 4. DISTRIBUCIÓN DEL TIEMPO Desde el comienzo del día, abiertos al soplo del Espíritu y, atentos a la voz de Dios que puede sorprendernos en cualquier momento, reconocemos que en nuestros esquemas puede irrumpir El con su fuerza y mostrarnos su propio plan, distinto al previsto y que escapa a nuestro control. La marcha nos ofrece la oportunidad de vivir cada día como una aventura nueva. Una jornada puede transcurrir de la siguiente manera: Levantarse antes del amanecer, dependiendo de los lugares y circunstancias. Oración de la mañana, en la cual el grupo que la prepara introduce el tema de reflexión del día. Se comienza caminando media hora en silencio, para ponernos a la escucha serena de nosotros mismos, del Dios caminante, de los otros que caminan y de mil detalles que el camino nos regala. Llegada al pueblo en donde nos alojamos. Comida y descanso. Dinámica de la tarde. Reflexión en torno al tema del día. Preparación de la Eucaristía y ensayo de cantos. Celebración de la Eucaristía, a ser posible con las gente del lugar. Cena Velada y últimos avisos. Oración de la noche. Evaluación de la jornada y preparación de la siguiente por el Equipo coordinador y jóvenes voluntarios que lo deseen. Descanso. En las poblaciones donde sea posible se podrán realizar visitas a los lugares teresiano- sanjuanistas, así como otros de interés cultural, artístico... Conviene romper el ritmo del horario establecido en, al menos, una jornada, con algún tipo de actividad distinta, de naturaleza festiva. 5. DISTRIBUCIÓN POR EQUIPOS Y TAREAS El gran grupo de participantes, al comienzo de la marcha se dividirá en pequeños grupos para llevar a cabo de manera rotativa las diferentes tareas: preparar la liturgia,

7 despertar por la mañana, limpiar el lugar de alojamiento, ayudar en la cocina, fregar los utensilios de cocina... Cada grupo tendrá su responsable. Debemos contar con la presencia en el gran grupo de algún ATS, que se responsabilice de la atención de los heridos. 6. TEMAS DE REFLEXIÓN El Equipo coordinador propone el lema de la marcha, así como los temas que han de ambientar cada jornada. Los temas quedarán distribuidos entre religiosos y seglares según se acuerde. 7. MOMENTOS ORANTES Y CELEBRACIONES Bebiendo de la espiritualidad carmelitana, comenzamos y terminamos el día con un momento orante. El último día de la marcha celebraremos una vigilia que dé ocasión de compartir las experiencias vividas a lo largo del camino en distintas modalidades orantes. Para celebrar las Eucaristías tendremos en cuenta dos criterios: Por una parte, integrarnos en la comunidad cristiana de cada lugar que nos acoge, por otra, la necesidad de celebrar la Eucaristía como grupo para que la comunión se fortalezca y avive. La celebración del Sacramento de la Reconciliación nos ayudará a vivir cada día como una gracia nueva. Según las circunstancias, se decidirá la conveniencia de realizar una celebración penitencial comunitaria o individual. 8. COCHES DE APOYO La marcha dispondrá de, al menos, dos furgoneta: una destinada al equipaje de los caminantes y otra para los utensilios de cocina y limpieza. Estas furgonetas, así como algún coche más, servirán de apoyo a los caminantes que lo necesiten y para distribuir agua y comida. Es conveniente llevar algún teléfono móvil que haga posible la conexión entre las furgonetas y los caminantes, para cualquier necesidad o urgencia. 9. RELACIÓN CON LOS LUGARES Nos sentiremos agradecidos ante la acogida en cada lugar por el que vamos de paso pero con el tiempo suficiente para brindarles nuestro calor y abrirnos a lo que quieran ofrecernos. Nuestra actitud, como la de la gente sencilla, no es exigir comodidad, sino, simplemente, pedir un lugar donde cobijarnos, que tenga las condiciones mínimas para un grupo tan numeroso.

8 10. COMIDA Habrá unos responsables para comprar los alimentos necesarios y hacer las comidas de cada jornada. Los horarios de las mismas son los siguientes: Ligero desayuno antes de caminar. Almuerzo hacia la mitad del trayecto de la mañana, sin detenerse demasiado.. Comida Merienda Cena La comidas las hemos preparado con un camping-gas. aprovecharemos las cocinas que en algunos lugares nos ofrezcan. No obstante,