RESEÑAS. Gregorio Planchuelo

Transcripción

1 RESEÑAS Guido CALABRESI: El coste de los accidentes, Ed. Ariel, S. A. Barcelona, 1984, 350 págs. En la obra de Guido Calabresi, Profesor de la Facultad de Derecho de la Universidad de Yale, se expone la idea de que el número de accidentes que se producen en una sociedad es consecuencia de una decisión inconsciente de la propia sociedad; esta decisión se toma en función del conflicto existente entre consideraciones económicas y valores morales, entre eficacia y equidad. Partiendo de esta base, el señor Calabresi prevé una serie de sistemas para la regulación de la responsabilidad civil, alternativa a los conocidos de seguros de daños y seguros de personas; para la aplicación de estos sistemas, según el autor, resulta imprescindible conocer las categorías de sujetos sobre los que han de recaer, y cómo reaccionan éstos ante la nueva norma jurídica, por lo que será necesario observar sí con- la aplicación de las nuevas disposiciones aumenta o disminuye el número de accidentes, y si el eventual esfuerzo para tratar de corregir el sistema vale lo que cuesta. La obra está expuesta de forma sistemática: se inicia con una fundamentación teórica de la responsabilidad civil, para posteriormente desarrollar un estudio económico sobre la problemática del coste de los accidentes y las posibles formas de reducir gastos; finalmente, y tras una exposición jurídica del tema, el autor nos cuenta su visión de un nuevo sistema de responsabilidad civil. 206 Gregorio Planchuelo C FERRER ROSELLO: El consumidor frente a la publicidad, Ed. Index, Madrid, En la presente sociedad de consumo, los objetos, aparte del valor de su utilidad, cuentan con un valor de signo socialmente conferido; por otro lado, la mayoría de las necesidades del individuo tienen un carácter social. La publicidad de masas, elemento unido íntimamente a la sociedad de consumo, ha jugado un papel fundamental en la creación de esta situación cumpliendo con creces su último objetivo: provocar en el receptor deseos o necesidades que previamente no se sentían. En este contexto el consumidor, que en realidad es el protagonista del consumo, ha quedado relegado a un papel pasivo, lo que se ha visto favorecido por la postura individualista mantenida por el consumidor, mientras el resto de los grupos sociales se asociaban; afortunadamente los consumidores han comenzado a crear organizaciones capaces de resolver sus problemas y desde los estamentos oficiales se empiezan a realizar acciones en defensa del consumidor. Estos hechos plantean a la actual publicidad la necesidad de buscar nuevas vías e integrarse en la defensa del consumidor, haciéndose necesaria una publicidad ética y profesional cada vez más informativa, cuyo fin exclusivo no sea beneficiar económicamente al medro-, a la agencia y al anunciante. La obra cuenta con un compendio de la legislación nacional y extranjera sobre publicidad y sobre consumo, al tiempo que el autor desarrolla aspectos específicos de la defensa del consumidor en distintos países, deteniéndose de forma especial en la figura del ombudsman. Carmen Cárdenas Fernando DOGANA: Psicopatología del consumo cotidiano, Ed. Gedisa, Barcelona, En una sociedad como la actual, en la que las necesidades primarias están sustancialmente satisfechas, existe una creación de necesidades condicio-nedas que es la base de una continua incitación al consumo masivo; los bienes no sólo se adquieren por su valor práctico, sino que están cargados de toda una serie de valores extrafuncionales que minimizan los valores primarios y que corresponden a distintas necesidades de origen psicológico y emotivo. Los objetos tienden a ser cada vez más considerados como fuentes de gratificación, por lo que la compra va más allá del simple hecho económico.

2 En esta obra, Dogana, investigador con una amplia trayectoria en el campo de la Psicología de los Consumos, expone los principales valores extra-funcionales (el autor habla de "significados" y "valencias") de una serie de productos cotidianos como tabaco, alcohol, alimentación, automóvil, vestimenta..., al tiempo que analiza con una metodología clara y científica, y un enfoque multidisci-plinario, el comportamiento (dinámica, actitudes y motivaciones) del individuo en relación con el consumo de dichos productos. De forma asequible, el autor pone de manifiesto que la pretendida "sociedad de la opulencia" ha desarrollado una irracionalidad ante los objetos de consumo, originando una "perversión consumidora" en la que el acto de la adquisición tiene mayor peso que el objeto adquirido. Carmen Cárdenas José JAIO, Javier ARAIZTEGI y Luis M. ALVAREZ: La educación del consumidor en la escuela, Ed. Instituto Nacional del Consumo, Madrid, 1984, 293 págs. La educación de los consumidores en una perspectiva que pone el énfasis en el logro de una actitud crítica y analítica en relación con el consumo, ha sido una de las experiencias más destacadas del colectivo de maestros, pedagogos y otros profesionales aglutinado en torno a la cooperativa Eroski, entre los que se cuentan los autores del libro que se reseña. Refiere éste los resultados obtenidos durante más de seis años de trabajo en distintos centros escolares del País Vasco y del País Valenciano, donde se ha desarrollado un programa completo de enseñanza sobre temas de consumo dirigido a niños que cursan preescolar y E.G.B. Diversas notas caracterizan el libro. En primer lugar, se trata de un trabajo en el que confluyen la reflexión teórica y la experimentación pedagógica en un proceso de discusión crítica de los planteamientos educativos y de sus resultados prácticos. En segundo término, ofrece un programa pedagógico acabado para los ciclos de preescolar y E.G.B., que inserta los temas de consumo en la enseñanza de las distintas áreas de conocimiento comprendidas en los programas oficiales. Y, en tercer lugar, se trata de un texto eminentemente práctico en el que no sólo se ofrecen las orientaciones metodológicas necesarias para el trabajo educativo, sino que también se incluyen los esquemas, la información técnica y las fichas de trabajo para la ejecución de los temas tratados. Todo ello se completa con un diseño muy cuidado de la edición que busca ofrecer al lector un texto manejable en el que, gracias a la utilización de papel de distintos colores, es posible encontrar con facilidad los materiales referentes a cada uno de los seis tipos de experiencias escolares desarrollados; es decir: seguir la pista, juguetes, energía, publicidad, alimentación y nutrición, y ecología y consumo. B. M. Honorio Carlos BANDO CASADO: La defensa de los usuarios de viviendas de protección pública, Instituto Nacional del Consumo, Madrid, 1984, 180 págs. Como parte del programa dirigido a la información del consumidor, el Instituto Nacional del Consumo ha publicado la última obra de Honorio Carlos Bando Casado. En el libro se hace un estudio exhaustivo de toda la problemática que atañe a las viviendas de promoción pública, especialmente desde el punto de vista jurídico, donde el lector podrá encontrar un valiosísimo elemento de consulta. El tema de la vivienda se plantea desde su triple vertiente, social, económica y jurídica. Para el autor la vivienda no sólo es el lugar que se ha de habitar a lo largo de una vida, sino que también constituye una de las más importantes inversiones que un ciudadano realiza, por eso es una tarea fundamental de los poderes públicos la protección de los usuarios en esta materia, al filo de lo establecí-do en el artículo 47 de la Constitución respecto a garantizar una vida digna y adecuada de todos los ciudadanos. A este respecto, en el libro se exponen las distintas técnicas de intervencionismo de los poderes públicos en materia de vivienda, refiriéndose tanto a las disposiciones legales como a los organismos que se ocupan de la materia y a las entidades colaboradoras de crédito oficial. Finalmente, tras comentar las sentencias más destacadas en este ámbito desde 1930, a modo de conclusión señala las directrices que deberán orientar la promoción pública, tendentes a facilitar la adquisición de viviendas a los ciudadanos con niveles de rentas más bajos, a través de las entidades de crédito oficial y por iniciativa municipal. G. P. S. 207

3 Enrique BUSTAMANTE RAMÍREZ: Los amo* de la Información en España, Ed. Akal, Madrid, 1982, 314 págs. En la conformación de las relaciones de consumo, los medios de comunicación social ejercen un papel de primera magnitud en tanto que difusores de información, por un lado, y transmisores de mensajes de todo tipo que influyen sobre la delimitación de los estilos de vida y consumo, y sobre las decisiones concretas de los consumidores para la asignación de sus recursos en orden a la satisfacción de sus necesidades. No hay que olvidar a este respecto que los contenidos específicos de los medios escritos y audiovisuales han experimentado una notable evolución a lo largo del tiempo, de forma que, cada vez más, esos medios tienden a convertirse en meros soportes de mensajes informativos o publicitarios, cuya producción escapa al control de los profesionales del periodismo. De este modo, distintos estudios han puesto de manifiesto la creciente ocupación del espacio material de 1os soportes de la publicidad y por las noticias elaboradas por las agencias de prensa o las oficinas de relaciones públicas de los gobiernos, empresas o grupos sociales. Todo ello se enmarca, además, en un contexto de mundialización de la información, cuya materialidad se asienta en los avances técnicos experimentados por los sistemas de transmisión de datos y en la extensión transnacional de los principales agentes productores de la misma, es decir, las agencias de prensa y las de publicidad multinacionales. Pues bien, si se tiene en cuenta lo anterior, resulta evidente que conocer los intereses concretos que se encuentran detrás de los medios de comunicación constituye una tarea esencial para desvelar la realidad de las relaciones sociales que envuelven el mundo de la información. Esa tarea es la que se ha propuesto Bustamante en el libro que comento mediante el análisis detallado de los propietarios de los medios ubicados en España y de sus vinculaciones directas e indirectas. La elección de este método se basa en la hipótesis de que existe una influencia decisiva de la propiedad y de los intereses que representa sobre los contenidos ideológicos e informativos de los medios, con independencia de las mediaciones existentes entre ambos extremos. Dicho análisis se inicia con la prensa escrita, centrando el estudio en el proceso de concentración que, en los últimos años, ha experimentado su propiedad; proceso que, como indica el autor, "no encuentra justificación económica alguna en lo que a optimización de beneficios contables se refiere, y remite exclusivamente... a una búsqueda de concentración de poder, de poder informativo que cimenta, sostiene y potencia incluso a los poderes económicos y políticos dominantes" (pág. 21). De este modo, el lector puede encontrar en las páginas del libro un análisis detallado de las conexiones políticas, financieras e industriales de los periódicos y revistas de mayor tirada y de las agencias de prensa, con una especial referencia a los grupos Prensa Española, Godo, Editorial Católica y al grupo sociológico del Opus Dei. Sus resultados ponen de relieve que casi el 90 por 100 de los ejemplares vendidos en España son editados por empresas fuertemente vinculadas a los grupos financieros e industriales del país y al personal político del Estado. Tras el estudio de la prensa escrita, los dos capítulos siguientes se centran en dos de los sectores más relevantes como proveedores de la misma: el publicitario, cuyas inversiones son vitales para la supervivencia económica de los medios "la inversión publicitaria ha superado la cota del 50 por 100 de los ingresos para la mayor parte de los diarios y revistas desde hace años, convirtiéndose, pues, en el principal cliente de ese peculiar producto que se vende dos veces" (pág. 55), dice el autor, y el papelero, que proporciona el soporte material y que constituye el principal coste de las empresas periodísticas. El análisis del sector publicitario pone de manifiesto la gran relevancia del capital transnacional en tanto que proveedor de anuncios el 65 por 100 de las inversiones se controlan por empresas de capital extranjero y en tanto que organizador de la actividad de mediación entre anunciantes y medios. De este modo, las multinacionales de la publicidad ocupan una posición hegemónica en España, de forma que sólo una pequeña parte del negocio se controla por empresas nacionales, en su mayor parte ligadas al capital financiero. A partir de ahí puede constatarse la influencia, no sólo económica, sino también política de los agentes publicitarios sobre la prensa que Bustamante, con expresión gráfica, denomina "tenaza publicitaria", indicando que "se cierra en un estrecho círculo de dominación en torno a los medios de información que tienen escasas posibilidades de escapar a su presión" (pág. 82). El sector papelero se organiza monopolísticamente en torno de la Papelera Española, quien, además, controla en la actualidad las cuatro quintas partes de la producción nacional de papel prensa. Esta organización 208

4 monopolista reforzada, por otro lado, por una densa red de vinculaciones entre las empresas del sector, los bancos y algunas empresas periodísticas "comporta potencialmente serios peligros de presión o boicot sobre empresas periodísticas, que se traducirían inmediatamente en otras tantas amenazas para la libertad de prensa" (pág. 87), peligros que se han materializado en diversos casos conocidos que el autor señala. Todo lo cual, además, se complica con las ayudas estatales para la compra de papel y la distribución de los cupos de papel importado que, en último término, benefician al monopolio papelero, a la vez constituyen un "impulso dirigido o espontáneo para la concentración del poder informativo" (página 146). La segunda parte de libro se refiere a los medios de titularidad estatal radio, televisión y prensa o que operan bajo la concesión del Estado radios privadas. También aquí la concentración es manifiesta: en la radio, televisión y prensa públicas por su control estatal y en las radios privadas por el predominio de las cadenas SER, ÍNTER y COPE, todas ellas estrechamente vinculadas a los medios financieros, políticos y, en el caso de la primera y la última, eclesiásticos. Pero quizás lo más interesante es el análisis que el autor realiza sobre las presiones privadas dirigidas hacia la privatización de los medios estatales, cuyo principal resultado, hasta el presente, ha sido "la desamortización de la prensa estatal" (pág. 209), así como del proceso de privatización real que no formal de la agencia EFE, cuya gestión está significativamente controlada por representantes de la banca privada y de algunas de las principales empresas periodísticas, y cuya organización y financiación implica "una forma directa de ayuda a la prensa por la vía del bajo coste de los abonos" (pág. 229). Sobre el análisis precedente, el autor construye, finalmente, un esquema del poder informativo en España, en el que se significa la preeminencia del sector publicitario "claramente dominado por las multinacionales aunque con minoritaria participación del capital financiero" (pág. 256) y la posición secundaria de los medios de comunicación, cuya organización oligopolista concede una presencia privilegiada a los intereses financieros e industriales nacionales. Todo ello se envuelve con una intervención estatal cuya finalidad fundamental es "alimentar los circuitos privados como catalizador del proceso... de mercantilización de la información... y de concentración del poder" (pág. 257). Estas conclusiones son, en mi opinión, relevantes cuando se busca un conocimiento en profundidad de las relaciones sociales en general y de los de consumo en particular, por lo que considero necesaria la lectura del libro para el público interesado en estos temas. Mikel Buesa Gabriel A. STIGLITZ: La Responsabilidad Civil, La Ley, S. A., Buenos Aires, Argentina, 1984, 194 págs. Nos hallamos ante una breve obra de investigación, de búsqueda de conceptos y estructuras en lo que al instituto de la responsabilidad civil se refiere. El autor empieza a desgranar la nueva dimensión social de esa responsabilidad civil, con la esperanza de que la ciencia jurídica contemporánea abra nuevas puertas. En este sentido, se trata de una obra llena de esperanza en el desarrollo posterior de su línea de investigación. La problemática de la que se ocupa puede parecer a simple vista excesivamente teórica, técnica y ambigua, pero, sin embargo, nos está afectando diariamente a todos, tanto en nuestra condición de personas como más concretamente de CONSUMIDORES. El autor se pregunta en su libro quién es el responsable ante una situación de daño producido al hombre como ente colectivo, qué medios existen jurídicamente para imputar esa culpabilidad y quién está legitimado activa y pasivamente para exigir esa responsabilidad. Ante estas premisas G. A. Stiglitz hace un breve análisis histórico de las reglas utilizadas para exigir responsabilidad por daños. Frente a los clásicos intereses subjetivos e individuales surge la necesidad de una efectiva consolidación de la idea del daño resarcible con connotaciones supraindividuales, es decir, hay que proteger las situaciones que abarcan a una pluralidad de individuos en cuanto integrantes de grupos. Se introduce en el terreno de los actos lesivos que afectan a un conjunto de personas, apuntando que ese acto genera un daño único y global, e insistiendo en la posibilidad de que la lesión exista respecto del conjunto de personas como grupo y no respecto de los sujetos particularmente afectados. Stiglitz se muestra contrario al individualismo cuando un acto lesivo afecta simultáneamente a conjuntos de personas. Por otra parte, ante estas premisas, sigue preguntándose si la legislación actual legitima debidamente a los colectivos para accionar ante los Tribunales en petición de indemnización. 209

5 Inicia G. Stiglitz su obra con una idea básica, consistente en la actual inadecuación de la responsabilidad por culpa. En su origen la frase era "NINGUNA RESPONSABILIDAD SIN CULPA1', muy coherente con la revolución industrial, pero poco a poco se va abriendo paso el otro principio de responsabilidad por daños con origen en una conducta inculpable. Surge la idea de protección al obrero víctima de accidente de trabajo, no imputable al patrón. Está naciendo la responsabilidad objetiva. Un sistema sería el de las presunciones de culpa; por ejemplo, ante un producto que adolece de un vicio, se presume culpa del fabricante. Otro sector doctrinario propugna la idea de imputar la culpa al empresario si no ha actuado con ciertos mínimos de seguridad y prudencia. Más recientes orientaciones pretenden superar la anterior idea de la culpa, creando la teoría del riesgo, atribuyendo éste a quienes obtienen provecho de la actividad económica. Las reglas de la responsabilidad objetiva se ven más adecuadas que la idea de la culpa para hacer frente a las violaciones de masa, por ejemplo: contaminación, consumidores, etc. Las legislaciones de los países recogen ya muchos ejemplos de esta responsabilidad objetiva. Por otra parte, el sistema de responsabilidad objetiva presiona a los agentes económicos damnificantes para evitar daños ulteriores. La responsabilidad cumple una función de tipo PREVENTIVO. Siguiendo en esa investigación y explicación de conceptos, analiza el autor los llamados intereses colectivos o difusos, que no pertenecen a particulares en cuanto tales, sino como integrantes de la colectividad. Estos intereses son hijos de nuevas situaciones subjetivas que pertenecen a grupos, son intereses supraindividuales. Los ordenamientos jurídicos deben, sigue el autor, contemplar esos intereses y ampararlos. Esos intereses difusos (interés de los consumidores por la salubridad del consumo) se especifican en interés colectivo (interés colectivo de los miembros de una asociación de consumidores). Para que haya lesión ya no es necesario que el daño recaiga sobre derechos subjetivos. Si se daña un interés estable y cierto, aunque no subjetivo, la ley debe de actuar operando el sistema de responsabilidad civil. Insiste Stiglitz en la necesidad de superar la visión individualista, atendiendo a la categoría de los daños que afectan a esos intereses colectivos y difusos. Siguiendo en este proceso, el autor manifiesta cómo el clásico sistema resarcitorio es inadecuado frente a los daños supraindividuales, ya que la acción se concede a cada individuo en cuanto se ha dañado un derecho personal. Este medio impide que pueda resarcirse un interés que corresponde a la colectividad. Esto es insuficiente. Hay daños colectivos que inciden sobre el grupo, pero cuyos miembros no lo reciben personalmente, sino que lo soportan indirectamente, en cuanto integrantes de grupo, sin que tengan individualmente facultades para proceder de modo aislado. Es en este terreno en el que el autor considera se debe avanzar para crear un sistema de protección realmente eficaz. Por otra parte, hay lesiones que sólo se producen desde el punto de vista de la colectividad entera, sin que tengan entidad cualitativa bastante en cuanto daño sufrido por un individuo para merecer amparo a la luz del sistema tradicional. Esa lesión que afecta a la colectividad es un mismo y ÚNICO DAÑO que recae conjuntamente sobre todo el grupo. El daño es global y la conducta a resarcir también. Así pues, la responsabilidad civil debe adquirir una dimensión social. En este estado de cosas surge la necesidad de legitimar a sujetos o entes representativos para obrar en juicio de reclamación de los daños producidos al grupo. Pero no es sólo un problema de representación en juicio, hay un fondo que consiste en extender" la legitimación en la causa. Con los daños difusos emergen nuevas categorías de-damnificados que exigen nuevas formas de acceso a la justicia. Avanzando más, surge también la necesidad de una acción colectiva, seleccionando a las formaciones sociales, con mejores cualidades para actuar (legitimación en causa). También habrá de extenderse el efecto de la cosa juzgada a todo el grupo. Como técnicas o soluciones jurídicas para resolver el problema de la legitimación para obrar en juicio en defensa de intereses colectivos o difusos, el autor alude a los organismos oficiales (fiscal, defensor del consumidor); a la acción popular (Brasil); acción de interés público y acción delegada. Los grupos legitimados habrán de tener una clara finalidad protectora de los 210

6 derechos lesionados y algún ligamen de orden territorial para actuar en juicio. El grupo ha de tener un grado de presencia en la sociedad. Seguidamente el autor enumera ejemplos de derecho comparado en los que se recogen supuestos de legitimación de grupos privados para obrar en la tutela de intereses colectivos o difusos. En otro orden de cosas se manifiesta partidario de una política preventiva de control sobre los métodos tecnológicos de producción. Asimismo el juez y la justicia deben de "politizarse" en esa tutela de derechos supraindividuales, adoptando una actitud más participativa, humanista -, solidaria, perdiendo su neutralidad un valor absoluto, teniendo en cuenta el imperativo de la calidad de vida y flexibilizando el acceso a la justicia. El procedimiento contencioso clásico resulta ineficaz para la necesaria satisfacción de los intereses supraindividuales. Hay que abaratar la justicia empezando por los costos de abogado, hay que simplificar y acelerar el proceso. La CEE y el Consejo de Europa ya han creado algunos procedimientos especiales en materia de consumo. Ha de haber incluso una tutela urgente mientras dura el proceso. Asimismo hay que buscar un procedimiento no jurisdiccional como alternativa. Por ejemplo, la conciliación, el arbitraje. En Japón, en Francia, Suecia, Dinamarca, Alemania, etc., existen varios sistemas para-judiciales. Por otra parte la jurisdicción civil debe tomar medidas preventivas, correctoras, cuando la empresa daña, incluso a la vez que la tutela administrativa. Un ejemplo es la contrapublicidad (obligar a emitir anuncio rectificativo). Además de resarcir el daño hay que detener los efectos nocivos de la actividad mediante sistemas preventivos de control directo. Los efectos negativos de la actividad de la empresa hay que reinsertarlos en ésta como si fuera un nuevo costo. Esto lo ha concretado el Estado creando nuevos impuestos equivalentes al valor de los daños. En suma, G. Stiglitz se introduce en un mundo nuevo en el que todavía falta mucho por hacer y anima a los investigadores a concretar y avanzar en el terreno de la defensa del hombre como consumidor. Quizá se le pueda reprochar al autor un lenguaje demasiado rebuscado en su afán de no resultar excesivamente técnico, pero hay que reconocer que hace un gran esfuerzo para que los conceptos queden claros, pues sin esa claridad es difícil edificar un sistema jurídico adecuado para la protección de esos intereses supraindividuales. Se trata, pues, de una obra muy teórica, desgraciadamente a la fuerza, y hemos de agradecer a su autor el que intente clarificar, ordenar y definir esas ideas que sirven de base a las leyes que nos han de afectar tan de lleno. Especial interés por su actualidad merecen sus propuestas para acelerar, simplificar y abaratar el procedimiento judicial pertinente, aunque el autor se quede en el terreno de las ofertas muy genéricas. Javier Salido Amoroto 211

7 Colaboradores ALONSO RIVAS, Javier Doctor en Ciencias Económicas y Licenciado en Derecho Profesor Titular del Departamento de Investigación Comercial de la Universidad Autónoma de Madrid Imparte docencia y realiza investigaciones en el área del comportamiento del consumidor. CRUZ ROCHE. Ignacio Catedrático de Economía de la Empresa. Director del Departamento de Investigación Comercial de la Universidad Autónoma de Madrid HERCE AVILA, Jesús Licenciado en Sociología por la Umversidad de Deut Coautor con Martín González y Félix Calvo del artículo 1 «El Tema del Consumo en la escuela Análisis de los libros de texto de EGB» premio del INC MARTEN ULIARTE, Iván Licenciado en Ciencias Económicas Becario del Departamento de Investigación Comercial de la Universidad Autónoma de Madrid MUJICAGRIJALBA, José Miguel Profesor del Departamento de Investigación Comercial de la Universidad Autónoma de Madrid Imparte docencia y realiza investigaciones en el área de la distribución comercial. QUINTANA CARLO. Ignacio Master m Comparative Law por la Southern Methodist Uni-versity, en Dallas (U.S.A.) y Doctor en Derecho por la Universidad de Salamanca, es en la actualidad Catedrático de Derecho Mercantil en la Facultad de Derecho de la Universidad de Zaragoza. Entre sus publicaciones en materia de Derecho de los transportes cabe citar las siguientes 1 La responsabilidad del transportista aéreo por daños a los pasajeros. Salamanca, 1977, y «El Protocolo de Guatemala y el transporte aéreo internacional de pasajeros», Rev. Der Mercantil 1973 RIVEROYSERN. Enrique Catedrático de Derecho Administrativo. Director del Departamento de Derecho Administrativo de la Universidad de Salamanca RODRÍGUEZ CABRERO, Gregorio Doctor en Ciencias Económicas Licenciado en Ciencias Políticas y Derecho Profesor en la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Autónoma de Madrid. Especializado en temas de Sociología económica o financiera. RUIZ-HUERTA CARBONELL, Jesús Catedrático de Económica Política o Hacienda Pública en la Facultad de Derecho de la Universidad de Salamanca Doctor en Derecho y Licenciado en Ciencias Económicas 214