Tom Koenigs Diputado del Bundestag Alemán Alianza 90/Los Verdes Portavoz de Política de Derechos Humanos

Transcripción

1 Tom Koenigs Diputado del Bundestag Alemán Alianza 90/Los Verdes Portavoz de Política de Derechos Humanos Platz der Republik 1, Berlín Tel.: Fax: Correo-e: TODOS SOMOS IGUALES Informe del viaje a Brasilia, Lima, Cartagena y Bogotá del 12 al 17 de febrero de 2015 en compañía del Ministro Federal Frank-Walter Steinmeier Mi principal objetivo: visita al activista de derechos humanos David Ravelo Crespo en la cárcel de Bogotá, del que soy padrino desde mayo de 2012 en el marco del programa Parlamentarios protegen a parlamentarios (PsP) patrocinado por el Bundestag Alemán. Mi deseo en este sentido se lo transmití con ocasión de los encuentros preparatorios mantenidos en Berlín (en la Comisión para los Derechos Humanos y la Ayuda Humanitaria y en el Café Einstein) tanto al Señor LR Gunnar Berkemeier, del Ministerio Federal de Relaciones Exteriores, quien nos acompañó a los parlamentarios durante todo el viaje desarrollando una labor excelente, como al Embajador colombiano en Alemania, el Excmo. Sr. Juan Mayr Maldonado. Ambos aseguraron amablemente que se ocuparían del asunto. David Ravelo Crespo (DRC) es un conocido defensor de los derechos humanos de Barrancabermeja (Colombia), donde fue concejal, y fundador de la Corporación Regional para la Defensa de los Derechos Humanos (CREDHOS), la cual ha revelado violaciones de derechos humanos cometidas por grupos armados en Colombia (guerrilla, Ejército y milicias), así como vínculos de organizaciones paramilitares (AUC) con el Gobierno y el ex Presidente Uribe, y defendido los derechos de las víctimas y los allegados. El 14 de septiembre de 2010 fue detenido por su presunta participación en un delito de concierto para delinquir y homicidio agravado en el año 1991 y condenado en dos instancias. El fiscal que dirigió la investigación y los testigos de este proceso judicial sumamente cuestionable entre tanto están siendo juzgados o ya han sido condenados por otros delitos (perjurio, acusación falsa, etc.). En estos momentos el recurso de David Ravelo Crespo se encuentra tras casi cinco años de prisión en la Sala de Casación Penal de la Corte Suprema de Justicia. David Ravelo Crespo fue incluido en el programa Parlamentarios protegen a parlamentarios (PsP) en octubre de Su caso es seguido por Peace Brigades International (pbi) y Amnistía Internacional (ai), así como otras organizaciones no gubernamentales nacionales e internacionales. Para la Embajada mi deseo de visitar a David Ravelo Crespo tuvo que suponer un serio apuro: Ministro ante portas, incluida una delegación económica de Alemania (15 integrantes), una delegación del mundo de la cultura (7 integrantes), periodistas (15), personal de seguridad (secreto) y, además de mí mismo, equilibrio otros tres diputados del Bundestag, cada uno

2 con su propio programa; atender, trasladar, alimentar, alojar y velar por la seguridad de tantas personas habrá sido una pesadilla (en negativo) y un reto (en positivo). El sábado, a mi llegada a Cartagena el Embajador alemán, el Señor Günter Rudolf Knieß, ya me advirtió profilácticamente que la visita a David Ravelo Crespo, prevista para el lunes (Lunes de Carnaval), todavía no había sido autorizada por el Ministro de Justicia, competente en este asunto, pero que él estaba haciendo las gestiones pertinentes y además el Ministro de Justicia, el Señor Yesid Reyes Alvarado, nos acompañaría en la visita a los indígenas Kogui en las verdes laderas de la Sierra Nevada de Santa Marta, de modo que quizás yo mismo pudiera profundizar en el asunto. Y así lo hice. La cinta de la paz y la sabiduría que nos colocó a todos el Mamo (chamán de los Kogui) y quizás también su invocación a las fuerzas más altas y profundas puede que sirvieran de ayuda; lo cierto es que el lunes por la mañana cuando, a las 9.30 horas, nos presentamos ante el portón de entrada en el vehículo de la Embajada, la llamada (telefónica) había llegado a la cárcel de La Picota de Bogotá. Quiénes éramos: Maximilian Weckemann, de la Embajada, Reinaldo Villalba, el abogado de David Ravelo Crespo, y yo mismo. Se nos franqueó el paso, segunda barrera, breve control de la documentación sobre todo del conductor, tercera barrera, luego tranquilidad en el patio del director: nos saluda el delegado de relaciones exteriores de la prisión cuál será su misión? ( quizás como el ministro de exteriores de Corea del Norte?). Acto seguido el director de la cárcel, César Augusto Cevallos Giraldo, un hombre sin ínfulas, campechano, jefe de un gigantesco complejo con más de reclusos; bloques de cemento de ocho alturas sin ventanas, solo ranuras, luego numerosas instalaciones más antiguas, cárceles de los años cincuenta, luego barracones y cobertizos, quizás para los cuerpos de guardia militares; un recinto enorme, inabarcable, espantoso, en plena periferia, la cual se extiende a su alrededor muchos kilómetros más. También la oficina del director ubicada en una barraca miserable, un par de secretarias amables, por lo demás solo soldados y vigilantes apostados por todas partes: desolación carcelaria a la luz del sol. El director es amable con nosotros, nos ofrece su despacho para recibir al Señor Ravelo, a solas, todo el tiempo que necesitemos, él irá a recogerlo, conoce al recluso, sí, tiene amistad con él, nos dice (lo cual me sorprendió). Yo estaba preocupado por la privacidad de la conversación sin motivo, una vez que también pudimos acompañar fuera al delegado de exteriores. Despacho minúsculo y austero, no más grande que una celda, escritorio, sillas, sofá, una ventana pequeña, la puerta que da al baño entornada, solo una mariposa multicolor de cartón en la pared, el símbolo de la libertad. Llega David: de buen humor, alegre, optimista. Es la primera impresión, el hombre no está hundido, aniquilado, pese a llevar cuatro años y medio en la cárcel y quién sabe cuánto más le espera: la sala de casación estimará el recurso? Es de ayuda que los principales testigos de cargo sean condenados por falso testimonio? Vale de argumento para este tribunal que el fiscal competente en su día entre tanto haya sido destituido y sea condenado por desaparición forzada de un joven? Solo hablamos brevemente de todo esto. Tampoco las condiciones de internamiento son el tema principal: sí, está bien de salud, afirma, se le trata con respeto, el director se esfuerza, intercede, en el marco de lo posible, amistosamente, sí. Su solicitud de ser trasladado a su provincia de origen para poder estar más cerca de su familia ha de resolverse en otro lugar, precisa. David Ravelo Crespo cumple condena en una sección que agrupa a todos aquellos reclusos que, independientemente de la causa de prisión, trabajaron en la función pública, concejales 2

3 como él, militares por delitos civiles, funcionarios, pero también milicianos y paramilitares. A la pregunta de si no hay tensiones responde que no, todos somos iguales, todos presos, somos todos iguales. Él es algo así como un portavoz o representante del comité de empresa, el proceso de paz se discute igual que fuera, explica. Evidentemente también aquí se tienen puestas muchas expectativas en el proceso. Para algunos, dice, es el maestro, porque lo que hace es continuar la labor de derechos humanos, da a conocer los derechos, los divulga, y organiza encuentros y seminarios. También hay una biblioteca, añade, y también le llega material de fuera. Para él no hay nada más importante que este contacto, de su provincia, de toda Colombia, pero también a nivel internacional: pbi y ai, está bien informado, cada paso de la campaña, cada noticia y naturalmente la visita. El gran tema de las negociaciones de paz en La Habana está muy presente: cómo reencontrarse tras tantos años de guerra, cómo pueden volverse a mirar a los ojos los victimarios y las víctimas. Justicia transicional: el equilibrio entre la necesaria persecución judicial penal que exigen las víctimas y sus asociaciones y la paz para evitar una repetición de los crímenes. Sin reconstrucción de la memoria histórica, sin verdad, no hay reconciliación; sin reconocimiento de las víctimas como víctimas de violaciones de derechos humanos, sin restauración de la dignidad de quienes sufrieron el conflicto, la violencia de todas las partes, los procesos injustos ante tribunales injustos, los reclutamientos forzados y crímenes a los que ningún Estado puso coto, no puede haber paz duradera. El Aquí somos todos iguales no vale solo en la cárcel, si vale dentro, vale igualmente ante los tribunales, ante la ley, ante las puertas, ante la ciudad, en el campo, donde más se cebó el conflicto. La cárcel no es una solución, no es una garantía de que el conflicto no se reavive, no es resolución de conflictos: quien sale de la cárcel aún no tiene una perspectiva, su esquema amigo-enemigo tampoco ha cambiado todavía, no todo el mundo ha estudiado con David Ravelo. La asociación de abogados a la cual también pertenece Reinaldo Villalba se dirigió a los negociadores de La Habana con una propuesta para el tratamiento jurídico y la reconstrucción de los crímenes del conflicto interno. La envió a las FARC c/o Gobierno de Cuba y al Gobierno colombiano, para incorporarla en La Habana. El Gobierno aconsejó presentarla directamente en Cuba. No sin autorización por escrito del Gobierno fue la respuesta de los abogados demasiados han ido a parar a prisión por supuestos contactos con la guerrilla. La noche anterior a la negociación llegó finalmente la autorización del Presidente. De la propuesta misma, que hasta ahora no se ha hecho pública, sólo sé que no convence a ninguna de las dos partes, lo cual quizás sea una buena señal. Se dice que precisamente el trato a las víctimas y los victimarios, la dignidad y reparación de las víctimas de ambas partes y el castigo o no de los victimarios del Ejército y la guerrilla, paramilitares, milicias y funcionarios, resultan clave para la aceptación de los acuerdos de paz, que el Presidente Santos quiere someter a referéndum, una vez se hayan firmado, es un suponer. La participación de representantes de las víctimas en las negociaciones en una cita posterior en Bogotá conocí a Leyner Palacios, que fue una de las 60 personas que se sentaron cara a cara en La Habana con los victimarios de las FARC (de tú a tú, somos todos iguales ), la participación de la asociación de abogados, de la sociedad civil, en las negociaciones es un punto importante en el proceso de paz, un punto de partida para la reconciliación. La paz es un discurso que solo desde fecha reciente se ha incorporado igualmente al discurso estatal: en el PNC, el periódico oficial de tono bastante marcial que publica la policía, en uno de cuyos aviones nos trasladamos de Cartagena a Santa Marta, descubrí un artículo sobre el proceso de paz: Tenemos que estar del lado de las víctimas, decía. Me suena de otro gran 3

4 colombiano de la región: Hay que estar siempre de parte del muerto. (Gabriel García Márquez, Crónica de una muerte anunciada). David habla de la paz, de su trabajo como defensor de los derechos humanos en su Barrancabermeja, de CREDHOS y de poesía. Todos los colombianos son poetas. Me obsequia un CD con su último volumen de poesías escritas desde la cárcel. Poemas de paz, de amor, de la naturaleza y de libertad, y nunca falta la política en ellos, y siempre está presente la esperanza, el optimismo. Todavía nos queda tiempo y David nos lee sus poemas. Finalmente, nos despedimos emocionados e impresionados, saludos a los Compañeros Alemanes, Defensores de DDHH, los defensores de derechos humanos alemanes, los amigos, un abrazo fuerte y hasta la próxima, esta vez en libertad! Damos las gracias al director por el tiempo que nos ha puesto a disposición su despacho y por su benevolencia, al ministro de exteriores por su paciencia, nos despedimos y decimos adiós con la mano a David mientras regresa a Q4. Con un tráfico muy denso llegamos al punto de encuentro con el convoy del Ministro alemán de Relaciones Exteriores justo para acudir a la última cita del viaje. Paso a Paso, un proyecto del Gobierno apoyado por Alemania que se dedica a reintegrar a antiguos guerrilleros, paramilitares, milicianos y miembros de los rangos inferiores de otros grupos violentos. Sentados en círculo, escuchamos las razones que dan estas mujeres y hombres, todos entre 20 y 40 años, todos de fuera de la ciudad, para haber andado metidos en eso y para haber salido de ahí. Sorprendentemente, todos dan las mismas razones: el entorno, el ambiente, las familias, la presión del grupo los empujó a entrar, cuando tenían entre 12 y 18 años. Dónde vivían? Lejos de su pueblo, por acá y por allá, en casa el colchón tampoco era más blando, uno se acostumbra pronto a dormir al raso, en el suelo, uno se acostumbra a todo. Y por qué lo dejaron? Ver tan poco a la familia, la falta de perspectivas, embarazos, el deseo de vivir en paz, en el pueblo, en la comunidad. Y no se debe castigar también a quienes tienen las manos manchadas de sangre, a quienes los arrastraron a eso, los criminales? Sí, pero también es importante la paz, la seguridad de que nadie recaiga en la violencia y el crimen. Y no les importa haber estado en organizaciones enemigas, haber portado, contrabandeado y empuñado armas los unos contra los otros? Aquí somos todos iguales. No todos: nos reunimos con presidentes (Dilma Rousseff, Brasil), los Ministros de Relaciones Exteriores de Brasil y Perú, el Viceministro de Vivienda y Urbanismo en Lima, senadores y, finalmente, el Ministro de Justicia colombiano, el Señor Yesid Reyes Alvarado, a quien me dirigiré por escrito para agradecerle su ayuda. Con él, el Embajador alemán y el Embajador colombiano en Alemania volamos en avión y helicóptero a las montañas de la Sierra Nevada de Santa Marta, donde visitamos un poblado de los indígenas Kogui, que habitan en chozas de paja en medio de un paisaje árido y escarpado. El Gobierno ahora respeta su cultura y sus usos y costumbres, son algo así como los indígenas típicos, una tarjeta de presentación del país. Incluso el Presidente Santos ya estuvo ahí. Su extrema pobreza y su estado de salud son menos presentables. Estas tierras fueron durante largo tiempo territorio de la guerrilla, totalmente inaccesibles, entre tanto ya se puede llegar, en 30 minutos en helicóptero desde Santa Marta. Escuchamos atentos las sabias palabras del Mamo, traducidas por uno de los suyos del kogui al español. Las mujeres y los niños del poblado permanecen a su alrededor, llenos de admiración y asombro. Nadie tiene calzado (en la Sierra Nevada), todos están sucios y mascan hojas de 4

5 coca (mata el hambre), los dientes están ennegrecidos, las mujeres despiojan a los niños y solo el Mamo sabrá a qué escuela van. Llevamos con nosotros en el helicóptero a tres lugareños hasta Santa Marta, donde resultan tan exóticos, con sus sayos y sus gorros, y descalzos, como lo serían en Berlín. Viajan sin equipaje, solo llevan consigo sus saquitos llenos de hojas de coca. De regreso a las montañas tardarán cuatro días, descalzos. Todos somos iguales, pero no tanto... 5