Envejecimiento y genero: género: otras perspectivas necesarias

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1 Anuario de Psicologta Psicologia 1997, n no 73, O 1997, Facultat de Psico1ogia Psicologia Universilat Universitat de Barcelona Envejecimiento y genero: género: otras perspectivas necesarias Anna Freixas Universidad de Cordoba Córdoba El eje central de este artfculo articulo gira en torno tomo a la necesidad de que desde la investigaci6n investigación y la teorfa teoria evolutiva se conceptualice el envejeci- envejecimiento COmD como alga algo radicalmente diferente para hombres y mujeres, en la medida en que las experiencias y vidas de unos y otras determinan en la vejez, una situaci6n situación personal y vital claramente opuesta. Por otra parte, se analizan elementos COmD como la tendencia a homogeneizar a las personas mayores en un todo que ignora su diversidad, el enfasis énfasis en la visión visi6n nega- negativa sobre sabre el envejecimiento y los 10s estereotipos discriminatorios acerca de las personas mayores. En el articulo articulo se lleva a cabo; cabo, también, tambien, una reflexi6n xión acerca de la evoluci6n evolución de los 10s roles tradicionales a 10 largo de la vida, rejlesobre la salud y la menopausia COmD como percepción percepci6n personal y sobre la his- hisloria toria econ6mica económica de la mujer como determinante de la preocupante po- pobreza de la población poblaci6n mayorfemenina. Palabras clave: Envejecimiento, género, genero, estudios de las mujeres. Thispaper paperfocuses on the needfor developmental research andtheory to consider aging as something radically diferent different in men and women, theinsofar as the rhe experiences and lives ofboth sexes determine a set ofpersonal circumstances in old age which are diametrically opposed. Moreo- Moreo perver, the paper analyses otherfeatures such as the tendency to treat the elderly as an un homogenous group ignoring their diversity, the overridingly elnegative view ofaging, and the stereotypes ofthe elderly. The paper also considers the evolution of the traditional roles throughout the life-span, health and the menopause as personal constructs and the economic history ofwomen as a determining factor in the alarming levels ofpoverty in histhe elderly female population. Key words: Aging, Gender, Women's studies. Direcd6n Dirección de la a~iqta: autora: Universidad de C6rdoba. Priego de C6rdoba, C6rdoba. s/n. sfn C6rdoba..

2 32 A Freixas En este articulo quiero plantear algunos de los temas que, desde la perspectiva de las mujeres, son significativos para la explicacion del praceso de envejecimiento en una sociedad, hoy en pleno cambio, en la que las relaciones de edad y genera suponen un marco fundamental que con demasiada frecuencia es soslayado por la investigacion y la teoria. El envejecimiento se suele tratar desde dos planteamientos sesgados: 1) partiendoere Ta: consideracion de que hombres y mujeres envejecen de forma similar, por 10 que se analizan estos procesos de forma indiferenciada para ambos sexos y 2) reconociendo diferencias especfficas entre los sexos en el envejecimiento, pera enfatizando, como explicacion cuasi unica, algunos aspectos como pertenecientes especfficamente a cada uno de ellos. En el casn"de-tamujer se hace hincapie ~ui1_d'.imentp.lil}enleen 1aIA~.J10 pausia y. el nido vacfo, que reducen los procesos vinculados al envejecimiento a un- ten-ul-dereproquccion, sexo y -inatemidad,limitando el ser mujer alas asignaciones de ra1 mas profundamente patriarcales, y en er caso del hombre, se consideral1 nabitualm-ente la jubilaci6n y ei uso del tiempo libre, 10 cual supone una asignacion al mundo publico que reproduce los estereotipos tradicionales. En el estudio del envejecimiento frecuentemente se ha utilizado el enfoque de <~untar y mezclar» (Anderson, 1983; Dressel, 1991), segun el cualla edad y el sexo se tratarian como meras variables independientes y aditivas. Este enfoque resulta insensible a los pracesos interactivos, al pasar por alto el sesgo que el genera supone en la explicacion del envejecer. No es 10 mismo envejecer siendo hombre que siendo mujer. Por 10 tanto, para que la-edady elgenero se-integren por com~ plefoefititeona, es necesario reconceptualizar el genero, en vez de anadirlo alas teorias establecidas, de tal manera que ambos elementos se consideren fundamentales en la explicacion de los procesos psicologicos de las personas,.de sus recursos para afrontar las ultimas etapas de la vida y de los factores de la organizacion social que constituyen la plataforma de base para que tales procesos se den equilibradamente. Hace falta una teoria que examine las restricciones que pesan sobre la vejez (sobre todo las relativas al genera) y las estrategias individuales y colectivas que las personas ponen en marcha para afrontarlas. Una teoria, en definitiva, basada en una investigacion no sesgada, en la que el genera y la edad den cuenta del significado de los pracesos psicologicos de las personas. Estos enfoques, que se limitan a afiadir la edad y el genera a la teorfa antecedente, pasan por alto cuestiones relevantes para las personas mayores; razones semejantes han llevado alas teorias feministas a tratar de integrar en su conceptuaiizaci6n cuestiones que estan siempre presentes en la vida de las mujeres. Las teorfas del envejecimiento pueden aprovechar esta formula y tratar de plantear de otro modo los procesos individuales en el envejecer, teniendo en cuenta especfficamente las relaciones de edad. Featherstone y Hepworth (1989) plantean 10 que llaman la «desjerarquizacion y pluralismo de las culturas postmodernas», segun la cual la edad cronologica puede ir quedando pragresivamente desacreditada como indicadora de normas y estilos de vida inevitables, relacionados con la edad, mientras pueden ocupar su lugar nuevos valores significativos, como son el cultivo de estilos de vida que den mayor pratagonismo alas personas mayores, disfrutando de actividades que en otros tiempos parecfan inapropiadas para ellas y que les permiten participar como interlocutoras vaiidas en

3 Envejecimienro )' genera: olras perspecrivas necesarias 33 la escena social, a partir del momento en que temas como la salud, la sexualidad y la vida domestica pasen de la esfera privada a la publica, posibilitando una mejora en la posici6n de las mujeres. En general las teorfas del desarroilo adulto han prestado una atenci6n nula alas diferencias sexuales, representando la experiencia y perspectiva masculina acerca del desarroilo. Muchos autores y, sobre todo, autoras han manifestado la necesidad e importancia de que se considere el desarrolio de los hombres y de las mujeres independientemente, aunque los datos sobre el desarrollo psicosocial de las mujeres son aun escasos. Hace ya algunos arios diversas autoras como Barnett y Baruch (1978), GiIligan (1982) y Freixas (1991)nanargumentado q!ie las fjal-abras-de Eiikson (1950, 1968) y Levinson (1978) -que proponen el desarro 110 de la personalidad adulta a traves de estadios unidireccionales, irreversibles, jerarquicos y universales en los que no se tienen en cuenta las diferencias individuales- no representan la experiencia de las mujeres. La falta de perspectiva en la mayor parte de los estudlos sobre eldesarrollo psicosocial de las personas adultas ha hecho hincapie en la edad cronol6gica como indicadora de los hitos mas significativos del desarrollo adulto y la individualizaci6n y la autonomia como subyacentes al desarrolio. Las co~cl~. lqa~~q!jll~_qbjj~nen_de_t;.s!o_~.es!tldigs_demuestranque las experienclas vitales de los hombres estan fntimamente relacion-adasconla eaa(rcto~ nol6gica,c6mo una-variable en la que seeilcajan continuas e ininferrurifpidas-series de acontecimieiilos;pertenecientes tanto a -la -esfera familiar como a la ocupacional. Este tipo de modelono fllnciona ~n 'la vida-de las mujeres, para las cuales la vida adulta implica una gran variedad de modelos de rol, no tan centralmente vinculados a la edad cronol6gica. En la vidil de las n1ujeres pueden presentarse numerosas combinaciones de profes!6n:'mmrittl.cmio..cnaturas, con diferentes niveles de temporalizaci6n y compromiso que hacen que los roles de esposa, ma-dre- y trabajadorapuedan aaquirirsignificados diferentes en mom-entos determinados deldclo vital,algo quen60ctirre en la vida de 10s homores cuya tinidireccionalidad de losaconteciiniehtos par-ecemucbo fias cllva (Freixas, 1991). - El -descubr'imiento central que hace la investigaci6n cuando estudia la vida de las mujeres es que la psicologfa del desarroilo de las mujeres no puede-aerivars..e_deja_dejolhombres. La diferente cronologfa de acontecimientos vitates- entre unos y otras debe ser tenida en cuenta por la psicologfa, entre otras cosas porque el ciclo vital de las mujeres incluye muchas variables posibles que no se presentanfi1i15i"maliffetiteenllrde 16s'h0rt1bres y, 'cbneild, importantes fuentes de posible dependencia,' inseguridad y sacrificio. La diferente implicaci6n en el mundo publico y enel mundoprivado supone sentidos de la vida completamente diferente:s~ por 10 que el curso de las relaciones ejerce una mayor presi6n en el desarroilo de las mujeres que la edad cronol6gica.. La psicologf(l evolutiva reconoce que los seres humanos son mas diversos cuanto mas avanzan en el desarroilo, pasando de una infancia, en la que el desarrolio esta fuertemente canalizado, a una edad adulta en la que los individuos se caracterizan por su diversidad, derivada de las experiencias y los contextos diferentes en los que se hanido desenvolviendo. A pesar de elio, nos encontramos con-m con1fadicci6n de que, ignorando tat diversiaacr,sefiomogeneiza a 10s in-

4 34 A Freixas dividuos mayores en un amasijo en el que edad y genera género se confunden en un concepto de deterioro, perdida pérdida y depenctencia. dependencia. Asf Asi pues, tradicionalmente la psico psico- conlogia evolutiva ha considerado a ras las personas mayores coma como un todo hornog6 homogéneo. Frente a este concepto ras las teorfas teorias del delo ciclo vital han introducido algunos elementos fundamentales para la comprensi6n comprensión de la experiencia del envejecimiento que pretenden evitar ideas unificadoras, habitualmente negativas, coma como envejeciel canicter carácter inevitable de la dependencia, la perdida, pérdida, el deterioro y la enfennedad. enfermedad. Para ello el10 haeen hacen hincapie hincapié en la diversidad de experiencias de las personas a la 10 largo de la vida, elemento que permite subrayar el papel de las vivencias de personas diferentes, considerando que los 10s seres humanos, en vez de atravesar de forma previsible etapas fijas, mas, se enfrentan a situaciones variables y plurales, mul mul- pertidimensionales y multidireccionales. Esta perspectiva pennite permite una mayor sensibilidad a la pluralidad de experiencias en la vejez, documentando los 10s problemas y conociendo como cómo los 10s afrontan las diferentes personas. Homogeneizar a la gente mayor en funci6n función de su edad supone ignorar la enonne enorme diversidad que existe entre las personas ancianas y pasar por alto la aporta aporta- sensici6n ción efectuada por ellas a la vida y, ademas, además, oscurece su papel como apoyo al ejercer en trabajos voluntarios y en la atendon atención infonnal informal que brindan sobre todo a su c6nyuge cónyuge y a la vecindad (Arber y Ginn, 1990). Su aportaci6n aportación mediante su trabajo gratuito resultahoy dfa dia tan imperceptible como 10 era hace 20 afios aiios el trabajo no re re- ejermunerado de las mujeres en el ambito ámbito domestico doméstico y en el cuidado de otras personas. Por otra parte, la adopci6n adopción de un enfoque menos unificador pennite permite contrarrestar la fuerte tendencia a reforzar los 10s puntos de vista negativos sobre ei el en en- convejecimiento y el genera. género. Asf, Asi, en los 10s estudios acerca del desarrollo en las ultimas Últimas etapas de la vida, habitualmente encontramos una constante reiteraci6n reiteración de la relacion lación entre personas ancianas y dependencia, pobreza, desigualdad, deterioro y enfermedad. Perspectiva negativa que, en ei el caso de las mujeres, afiade aiiade al temor con que se vislumbrael envejecer, el parrico pánico de hacerlo perteneciendo a una parte de la poblacion población especialmente castigada par por factores coma como la pobreza, la margi margi- renaci6n nación afectiva, etc. En 1969 Butler defini6 definió con el termino término ageism los 10s estereotipos sistem<iticos y discriminatorios contra las personas par por el simple hecho de ser viejas. Este ageism se refleja en desden desdén y desagrado, e incluso, de forma sutii, sutil, evitando el contacto. Los estereotipos negativos mas más frecuentes sabre sobre las personas mayores incluyen ideas coma: como: enfennedad, enfermedad, impotencia, disminucian disminución de las capacidades mentales, fea1dad, fealdad, enfennedad enfermedad mental, inutilidad, aislamiento, pobreza y depre depre- sistemátision sión (Palmore, 1990). Ademas, Además, Covey (1988) encontra encontró que los 10s terminos términos que se usan para definir alas a mujeres mayores tienen una historia mucho mas más antigua de connotaciones negativas que las que se refieren a los 10s hombres. Segun Según Butler (1993) el mejor antfdoto antidoto contra esta actitud hacia las personas mayores es el conocimiento que proporciona la educaci6n. educación. co- Roles tradicionales y entrecruzarniento entrecruzamiento en la segunda mitad de la vida Al estudiar la vida de las mujeres adu1tas adultas encontramos abundante literatura centrada en diversos tapicos tópicos que, en definitiva, 10 que hacen es dramatizar las

5 Envejecimiento Envejecimientc y ginero: género: Qlras otras perspeclivas tivas necesarias 35 transiciones que viven las mujeres socializadas en roles tradicionales; sin em- embargo, numerosas investigaciones desvelan algunas de las trampas en que se han vistoenvueltaslas las vidas de las mujeres mayores. Asfpues, Así en el estudio llevado a cabo por Keith y Schafer (1982) se concluye que la realización realizaci6n indistintadede tareas tradicionalmente ligadas a cada sexo se relaciona con un mayor bienestar para las mujeres, pero no para los 10s hombres. Este aspecto ya habfa habia sido defendido por Oakley (1974) al aflrmar afmar que el trabajo domestico doméstico es esencialmente desagradable. Diversas investigaciones recientes indican que la mayoría mayorfa de las parejas reciben Oacon alivio la etapa del «nido <<nido vacfo» vacio>> (White y Edwards, 1990); que la ausencia de los 10s hijos e hijas no es necesariamente problematica problemática en la vejez (Connidis y MC- Mc Mullin, 1993) y que la aceptaci6n aceptación de los 10s roles tradicionales se correlaciona con fndices índices de depresi6n depresión en mujeres de mediana edad (Tinsley, Guest y McGuire, 1984). Si a esto unimos la idea de que las mujeres explican su recién recien descubierta energfa energia y su socializaci6n socialización en la vejez en relación relaci6n con la disminución disminuci6n de sus obli- obligaciones familiares, podemos concluir que, para las mujeres mayores, librarse de dos de los 10s elementos que el patriarcado ha considerado fundamentales para su fe- felicidad y realizaci6n: realización: la casa y la familia (ser esposa, madre y ama de casa) se re- relaciona con un mayor sentimiento de felicidad, mejora de la autoestima y bienes- bienestar psicológico; psicol6gico; en contra de la explicaci6n explicación que ha pretendido demostrar que la vida del hogar era un refugio de seguridad psicol6gica psicológica para las mujeres. Por otra parte, parece claro que en la segunda mitad de la vida se produce un entrecruzamiento de roles, segun según el cua1 cual las funciones asignadas a cada uno de los 10s sexos se difuminan y van quedando definidas de forma fonna menos marcada, de manera que los 10s hombres se hacen progresivamente progresivarnente más mas dependientes y afectivos, mientras que las mujeres son mas más independientes y asertivas (Rossi, 1980 afec-. y Gutmann, 1987). La edad avanzada pennite, permite, pues, una reorganización reorganizaci6n de 10s los roles de genero género en fiuy muy diversos sentidos. Utilizando ellenguaje lenguaje de Carol Caro1 Gilli- GilIigan (1982) es la etica ética del cuidado y una identidad basada en la experiencia de in- interconexi6n terconexión la que puede dar alasa mujeres una ventaja en la vejez. Asi Asf pues, las mujeres se benefician de 10s enriquecedores emiquecedores valores va10res expresivos, incluyendo la interconexi6n interconexión y el cuidado, como parte del rol femenino. Otra ventaja que pue- pueden tener las mujeres en el envejecer es su habilidad para verse a sf si mismas y sus vidas coma como va1iosas valiosas y signiflcativas significativas (Helterline y Nouri, 1994). Los valores de cuidado y conexi6n conexión son los 10s mas más importantes para las mujeres durante toda su vida y se mantienen en la vejez y se vuelven también tambien más mas importantes para 10s los hombres a esa edad. Lo cual cua1 indica que los 10s valores de la vejez se hacen, a 10 largo de la vida, cada vez mas más femeninos, mientras se muestran en recesión recesi6n 10s los mis mas masculinos del trabajo y de la vida publica. pública. Menopausia y salud En otras publicaciones Freixas (1992 a y b) hemos heroos abogado por la necesi- necesidad de una nueva conceptualizaci6n conceptualización de la menopausia como coyuntura en la que confluyen importantes variables de caracter carácter psicológico, psico16gico, social, cultural y fisio- flsio-

6 36 A Freixas 16gico lógico que explican y configuran la experiencia de las mujeres. Desde este plan- planteamiento tearniento la investigaci6n investigación debeni deberá descubrir y reformular refonnular las vivencias de las mu- mujeres, con el objetivo de escuchar IDas mis de cerea cerca <<las «1as diferentes voces de las mu- mujeres~> jeres>> sabre sobre l~ la m~nopausia, menopausia, a traves través del análisis amilisis de contenido del relato relata de sus propias proplas expenenclas. experiencias. A pesar de la fuerte campaiia campaña que Laboratorios laboratorios y clase médica medica llevan Bevan a cabo para medicalizar la menopausia, cargandola cargándola de numerosos temores, Cross y Lo- Lovett (1994) sugieren que la menopausia no es percibida por las 101 mujeres de su estudio come como un «gran <<gran problema», problema,,, sino, al contrario, estas éstas la ven yen como coma algo alga natural, normal y, a menudo, coma como una experiencia liberadora, como come 10 evidencia la menci6n mención frecuente del tema positivo de la libertad. Los resultados de las evideninvestigaciones de estos autores son consistentes con 10s los hallazgos similares de McKinlay, McKinlay y Avis (1989), Kaufert y Gilbert (1986), Matthews, Wing, Kuller, Meihlar, Kelsey, Costello y Caggiula (1990) y Freixas (1992 a y b) y Yreta el estereotipo chnico clínic0 de que la mujer en la menopausia -entendida esta como una enfermedad deficitaria- experimenta un sin fin de sintomas. síntomas. La menopausia esta empezando a perder este estigma y ganando el reconocimiento de «importante acontecimiento de salud}}. salud>>. En la autopercepci6n autopercepción de la menopausia influye ccimporde manera importante ta la educaci6n educación que proporciona mayores fuentes de infor- informaci6n mación y recursos para afrontarla adecuadamente y también tambien proporciona una posible preparaci6n preparación para esta experiencia. Los resultados obtenidos por Cross y Lovett (1994) sugieren que cuando se estudia la menopausia desde un marco de referencia positivo, cuando las mujeres comparten sus experiencias personales, estas éstas proporcionan respuestas muy diferentes a cuando se enfoca la menopausia desde un modelo te6rico teórico de enfermedad. Pink Fink (1988) sugiere que hay una serie de hechos que estan están en la base de la consideraci6n consideración de la menopausia coma como una enfermedad: la falta de una in- investigaci6n vestigación medica médica de calidad, el gran número numero de médicos medicos hombres y el uso usa del diagn6stico diagnóstico de «menopausia)} <<menopausia>> para cubrir una amplia gama de quejas de las mujeres entre 10s 40 y los 10s 6S 65 afios. años. «Como <<Como una bella capa, la menopausia todo 10 tapa». tapa>>. Hay otros estereotipos que tienen una audiencia también tambien notable, como la idea de que la menopausia es una crisis emocional 0o un periodo de inestabilidad gracias a los 10s cuales se estigmatiza alasa mujeres de manera des- despreciativa. Dentro de las perspectivas de futuro que se vislumbran como coma necesarias podemos destacar la necesidad de aumentar la investigación investigaci6n con mujeres salu- salu~ dables, inc1uyendo incluyendo estudios epidemiol6gicos epidemiológicos de mujeres que experimentan un envejecimiento normal. Parece necesario, también, tambien, llevar a cabo otros trabajos que nos permitan determinar si la menopausia quirúrgica quirurgica contribuye a un peor estado de salud y estudios sobre 10s los efectos de 10s los estereotipos de 10s los profesio- profesionates de la salud en 10s cuidados prestados en la menopausia. Hacen falta estu- estu nales dios cualitativos que reflejen la experiencia de diferentes culturas en torno tomo a la menopausia, con un enfasis énfasis en la postmenopausia, periodo en el que las mujeres entran en una segunda edad adulta 0o en la tercera edad. Todo el10 ello puede contribuir a disef'iar diseñar cartas de futa ruta para orientar a alas mujeres que se encuentran en este periodo de cambio y desvanecer muchas de las ideas que en estos momentos contri- li-

7 Envejecimiemo Envejecimiento y genero: género: olmsperspeclivas otras tivas necesarias J7 37 mitan su vida y las pretenden marginar en una soeiedad sociedad donde el mito de la eterna juventud las exc1uye excluye pronto del mereado mercado del amor. Salud percibida y educaci6n educación La salud es mas mis que la auseneia ausencia de enfermedad. Numerosos estudios de~ demuestran que a medida que aumentan los 10s ingresos y la edueaci6n educación aumentan los 10s indices índices de buena salud. Las personas con niveles mas mis bajos de ingresos y educaci6n ción tienen tasas mas más altas de enfennedad enfermedad y muerte temprana e infonnan informan de pe pe- educaores estados de salud. Por otra parte, numerosas investigaciones afirman que las mujeres que tienen trabajo remunerado presentan tambien también mejores niveles de salud que las que no 10 lo tienen, menos sintomas síntomas cr6nicos crónicos 0o agudos y, ademas, además, sarestringen menos actividades por enfermedad que Ias las mujeres no empleadas (Hibbard, 1995). La educaci6n educación tiene, pues, un efecto independiente, fuerte y poderoso, sobre el estatus de salud. La educaci6n educación de que disponen las mujeres a 10 lo polargo de la vida se traduce en estrategias 0o mecanismos de afrontamiento que permiten una vida menos estresante y debilitadora, que son positivos en sus efectos sobre la salud y el bienestar. Mas Más afios años de educaci6n educación pueden generar un sen sen- efectido de eficacia y control y la habilidad de utilizarlos de manera que vivan una vida mas mis saludable (Hammond, 1995). Las respuestas aprendidas para haeer hacer frente a la enferrnedad enfermedad a 10 largo de la vida tambien también son efectivas para afrontar la mayor incidencia de enfermedad que aumenta a medida que aumenta la edad. La autonomia en la toma de decisiones promueve un sentimiento de poder y autoestima que las mujeres mayores necesitan para mantener su integridad durante la enfermedad y en tiempos de adversidad. auto- Las diffciles dificiles relaciones entre mujer y dinero en la juventud se concretan en pobreza y dependencia en la vejez Gracias a la incorporaei6n incorporación masiva de las mujeres at al mercado laboral cada vez hay mas mis estudios aeerea acerca de la jubilaci6n jubilación de las mujeres, pero sigue habiendo muchos elementos deseonocidos desconocidos acerea acerca de c6mo cómo viven despues después de laju ju- habilaei6n. bilación. Muchas mujeres estan están hoy en el mercado de trabajo y empiezan a ejercer earreras carreras poeo poc0 tradicionales, algo que es positivo en la medida en que mejora su situaci6n situación eeon6miea económica presente y futura. Sin embargo, hay un numero número alar alar- ejermante de mujeres que viven y viviran vivirán en la pobreza en la vejez. El tipo tip0 de participaci6n ticipación en el mercado de trabajo es un predictor econ6mico económico de lajubilaci6n. jubilación. par- Cuando se examina la vida laboral de las mujeres se eomprende comprende que las desigualdades del mercado laboral se eonvierten convierten en desigualdades en la jubilaci6n. jubilación. desi- Muehas Muchas mujeres estan están sobrerrepresentadas en ocupaciones mal pagadas; ernpleadas pleada~ en trabajos discontinuos, a tiempo pareial, parcial, semicualificadas 0o simple simple- emmente no cualificadas, ocupando lugares de trabajo tradicionalmente femeni-

8 38 A Freixas nos, que se caracterizan por su bajo salario, como contables, peluqueras, secre- secretarias, vendedoras, asistentas, cuidando criaturas, etc., cuyas consecuencias en la vejez son la pobreza y el acceso limitado a alas 10s beneficios de 10s los servicios 50 sociales. Los ingresos de las pensiones reflejan 105 los ailos años pasados en un lugar de trabajo hostil que limita el acceso a ocupaciones igualitarias entre 10s 105 dos sexos. La explicaci6n explicación aeefea acerca de Jas las diferencias en s ingresos de las mujeres cuando se jubilan hay que buscarla en diversos aspectos relacionados tanto con tal mercado laboral, como con la vida familiar. Entre ellos destacamos: 1) La economfa economia dual, segun según la cual cua1 el mercado laboral, con respecto a alas industrias, industria, esta está dividido en dos sectores -el central y el periférico. periferico. En el sector central estan están las industrias del petróleo, petroleo. acero, etc., con una alta productividad, trabajadores organizados, y altos margenes márgenes de beneficio. Este sector central está esta rodeado por uno periferico, periférico, 0o de servicios, formado por restaurantes, estaciones de servicio, almacenes, tiendas, en los 10s que se da mucha competencia comercial, poca productividad y una baja seguridad laboral. Los trabajadores y trabajadoras ganan mas más en el sector central que en ei el periférico. periferico. Las mujeres es mis roas probable que esten estén empleadas en el sector periférico. periferico. 2) La segmentaci6n segmentación del mercado laboral en la que el ei nivel de conceptua- conceptualizaci6n lización es la ocupacion, ocupación, no la industria. El mercado laboral est6 esta segmentado en dos partes diferenciadas: a) empleos prioritarios (gerente y empresarios) que estan tán bien pagados y ofrecen estabilidad y buenos ingresos y b) ocupaciones se- se escundarias cundaria~ (secretarias y auxiliares) caracterizadas por ser inestables y mal paga- pagadas. da~. Ambos tipos de segmentos pueden eneontrarse encontrarse en la misma industria. Esta «nomina <<nómina oeulta» oculta>> se adquiere, no por las earacterfsticas caracteristicas del capital humano, humane, sino por la habilidad de un grupo ocupacional para controlar su mercado y exigir con exito éxito sus beneficios. Las personas empleadas en las ocupaciones secundarias es menos probable que esten estén cubiertas por una pensión pension y además ademas reciben reeiben ingresos menores (De Viney y Solomon, 1995). Tanto la economfa economia dual como la segmen- segmentacion tación del mereado mercado laboral expliean explican las difereneias diferencias de genero en 10s los ingresos, en la medida en que las mujeres tienden a estar concentradas en las ocupaciones secundarias cundaria~ del sector periferico. periférico. se- 3) Con relacion relación a la coyuntura familiar las demandas familiares son tam- tambien elementos clave en la medida en que pueden determinar la historia laboral bién de las mujeres y, por 10 tanto, tienen un impacto sobre sus ingresos en la vejez. Las mujeres, al reves revés que Jos 10s hombres, pueden haber interrumpido su historia la- laboral debido alasa responsabilidades de crianza. Además, Ademas, el número numero de criaturas que tiene una mujer puede afectar sujubilacion jubilación en, al menos, dos aspectos: a) las pensiones se cobran par por servicios continuados y b) la ausencia del mercado la- laboral se paga de manera que las mujeres cuando se quieren reincorporar se encuentran sobrepasadas por la gente mas mis joven que se mantiene preparada y ac- ac entualizada. 4) En cuanto a la historia mari/allas marital las mujeres socializadas en modelos tra- tradicionales de dependencia pueden facilmente fácilmente encontrarse con acontecimientos vitales que reduzcan dramaticamente dramáticamente su situacion situación economica económica (Burkhauser y Duncan, 1989), como pueden ser el divorcio, la separación separacion o 0 la muerte del es- esposo, situaciones que tienen consecuencias negativas prolongadas sobre el bie-

9 Envejecimiento y genera: género: atras otras perspectivas necesarias 39 nestar econ6mico económico en la vejez (Holden y Smock, 1991). Weitzman (1985) informa de que las mujeres divorciadas y sus criaturas experimentan un descenso descens0 indel 73% en su nivel de vida, durante el primer ano año del divorcio, debido a la perdida de los 10s ingresos del marido. Mientras el divorcio puede ser un desastre fi fi- pérnanciero para las mujeres (Weitzman, 1985), los 10s hombres experimentan una mejora en su estatus economico económico (Holden y Smock, 1991). A pesar de que las divorciadas j6venes jóvenes pueden compensar parcialmente la perdida pérdida de ingresos del marido, alas a mujeres mayores y las de mediana edad divorciadas les puede re re- mesuitar sultar diffcil difícil iniciar nuevas carreras, especialmente si han sido amas de casa a tiempo total. Incluso en el caso de que estas mujeres tengan una profesi6n profesión remunerada la posibilidad de aumentar sus ingresos es casi nula a causa del tipo de trabajos en los 10s que la mayorfa mayoria de ellas se encuentran (Uhlenberg, Cooney y Boyd, 1990). Gtros Otros hechos influyen tambien también en la precaria situaci6n situación econ6mica económica rede las mujeres, coma como son el alto porcentaje que entra en el mercado laboral pensando en complementar la economfa economia familiar 0o simplemente autoabastecerse y las que, durante periodos importantes de su vida, son cabeza de familia, sin pa pa- penreja (Whittelsey, 1993). La Older Women's League (1990) preve prevé que la pobreza seguini seguirá extendiendose en los 10s pr6ximos próximos afios años entre las mujeres ancianas que viven solas, las divor divor- extendiénciadas, ciada~, las viudas alas o solteras, por 10 que propane propone un sistema de seguridad social mas más equitativo y sobre todo el papel de la educaci6n educación coma como principal promotora de una mejor situaci6n situación economica económica de las mujeres en la vejez. Si las mujeres fueran conscientes, en una edad temprana, de cual cuál sera ser6 su situaci6n situación fi~ fi- sonanciera en la jubilaci6n, jubilación, probablemente se p1antearian plantem'an una previsi6n previsión y podrian planificarse de acuerdo a ella (Perkins, 1995). Tradicionalmente las mujeres no han planificado su retiro, tanto par por razones institucionales y sociales como por motivos inherentes a Jas las propias mujeres. Muchos factores contribuyen a la falta de planificaci6n planificación para la jubilaci6n, jubilación, por ejemplo, el temor a envejecer y las consecuencias de ejercer roles tradicionales en la sociedad, son cuestiones que enfatizan la inferioridad, la dependencia y la pasividad (Dowling, 1981 y Sontag, 1972). Quizas Quizás como resultado de una socia socia- razolizaci6n lización del rollas las mujeres siguen creyendo que senin serán cuidadas en la vejez; aunque los 10s datos indican que no es asi. Para terminar con el cfrculo circulo de la pobreza las mujeres necesitan planificar de forma mis mb agresiva 10s anos años posteriores a lajubilaci6n. jubilación. Las mujeres de todos 10s estatus sodales sociales deben emplearse energicamente enérgicamente en asegurar que pueden y deben tener seguridad financiera en la vejez. La planificaci6n planificación antes de la jubila jubila- aunci6n ción es una necesidad critica crítica para las mujeres (Perkins, 1992) ya que es un importante componente de su seguridad financiera. El desnivel entre s ingresos de hombres y mujeres puede aumentar en la jubilacion, jubilación, debido a que 10s ingre ingre- imsos de las pensiones se basan en la duracion duración del tiempo de empleo a la 10 largo de la vida. Par Por 10 tanto, la planificaci6n planificación de lajubilaci6n jubilación par por parte de las mujeres de~ determina su seguridad futura en la vejez. Factores come como la situacion situación civil, la elecci6n elección de trabajo, la historia laberal, laboral, la edad, er el nivel educative educativo alcanzado, la independencia financiera de las criaturas, el nivel de ingresos, la cantidad de dinero que se ha ahorrado a la 10 largo de criatu-

10 40 A FreiJUls Freixas los 10s afios, años, la composici6n composición de la familia y 10s los arreglos en et el reparto de responsabi- responsabilidades y de tiempo para trabajar fuefa fuera de casa, cada uno por si mismo y cada uno en relaci6n relación con los 10s restantes, son [aetares factores que tienen un gran impacto irnpacto sobre sabre los 10s ingresos porjubilaci6n jubilación de la mujer y deben ser considerados en el proceso de planificación. planificaci6n. Entre todos enos, ellos, la continuidad en el empleo es el factor básico basico de la historia laboral, el que tiene mas más irnportancia importancia sobre sabre la economia economfa en la ve- vejez. El nivel del sueldo permite un mayor o 0 menor nivel de ahorro. Las criaturas son un predictor tan importante coma como la historia laboral; la dependencia finan- financiera de estas éstas tiene una influencia directa sobre sabre la capacidad de ahorrar. La siw situaci6n tuación civil, la vivienda y la salud son factores que influyen en como cómo viven las mujeres mayores. La coyuntura marital determina la situacion situación financiera de las mujeres y, necesariamente, tiene relaci6n relación con la calidad de la vivienda que pue- pueden tener. Puesto que la pobreza es extremadamente alta entre las mujeres mayores, todos estos elementos deben ser utilizados en la planificación planificaci6n financiera y de la jubilaci6n, jubilación, a1 al interpretar las circunstancias que las mujeres encuentran durante la edad adulta que afectan sus ahorros y dinero para lajubilaci6n. jubilación. Todos ellos son aspectos basicos básicos a tener en cuenta para desarrollar programas educativos dirigidos alasa mujeres de todas las edades, que les ayuden a comprender mejor la res- res dirigiponsabilidad que tienen en la consecuci6n consecución del dinero de su jubilación, jubilaci6n, la satis- satisfacci6n facción resultante y el impacto de las decisiones que se toman en momentos cruciales de la vida relacionadas con la educación, educacion, la ocupación, ocupaci6n, la historia la- laboral, las criaturas y la situaci6n situación civil (Kokrda y Cramer, 1996). Conclusiones Para el estudio y la explicaci6n explicación de la segunda parte de la vida de las per- personas, la investigaci6n investigación y la teorfa teoria psicogerontol6gica psicogerontológica y evolutiva tienen plantea- planteados, pues, numerosos retos para dar cuenta de la complejidad del proceso de en- envejecimiento en la poblaci6n población femenina y masculina. En 10s los próximos pr6ximos años afios van a variar sustancial y radicalmente muchos de 10s los elementos que en este momento concurren en las personas mayores. Entre otras cosas porque se producirá producira un au- aumento significativo en la poblaci6n población mayor; población poblaci6n que va a tener unas carac- caracteristicas claramente diferentes a la que hasta el momento ha servido de referente a los 10s estudios evolutivos de que disponemos actualmente. Población Poblacion diferente por diversas razones: 1) el aumento de la esperanza de vida va a ir acompafiado acompañado de unos estandares estándares de salud mucho mejores y 2) las mujeres mayores de 10s los pró- pr6 ximos 20 afios, años, beneficiarias de las nuevas posiciones feministas, se enfrentarán enfrentanm a la vejez con experiencias laborales, econ6micas, económicas, familiares, de poder y estatus diferentes a las de sus predecesoras y, por 10 tanto, dispondnin dispondrán de mayores re- recursos econ6micos, económicos, sociales e intelectuales que ellas. Todo el10 ello exigira exigir6 una re- redefinici6n definición de los 10s roles tradicionales relativos a la pareja, la familia, el trabajo re- remunerado, el dinero, el sexo, etc. y con el10 ello se abren numerosos interrogantes planteados a la psicologia psicologfa evolutiva con el objetivo de conocer el nuevo signifi-

11 Envejecimiento y género: genera: otras perspectivas necesarias 41 cado de las transiciones en la vida de las Jas mujeres y de 10s los hombres, a 10 largo de todo el ciclo vital. Tarea ciertamente ardua, pero emocionante, en la que la investigación investigacion psi- psico16gica cológica debeni deberá conceptualizar de nuevo los 10s marcos te6ricos teóricos con los 10s que hasta hoy se ha explicado el desarrollo y desprenderse de viejos esquemas unificado- unificadores, negativos, patriarcales y androcéntricos androcentricos que han servido para hacer invisi- invisibles a las personas en la última ultima etapa de la vida y, en especial, a alas mujeres, desde mucho antes. REFERENCIAS Anderson, M. (1983). Thinking about Women. Sociological and Feminist Perspectives. New York: Macmillan. Arber, S. & Ginn, Glnn. J. (I990). (1990). The Meaning of Informal Infonnal Care: Gender and the Contribution of Elderly People. Ageing and Sociery, Society. 10 (4), Arber, S. y Ginn, 1. J. (1996). Relación Relaci6n entre género genero y envejecimiento. Madrid: Narcea. Barnett, R.C. R.e. & Baruch, G.K. (1978). Women in the middle years: A critique ofresearch and theory. Psychology ofwomen Quarterly, Quarterly. 3, Burkhauser, R.V. & Duncan, Duncan. GJ. G.J. (1989). (l989). Economics risks ofgender roles: lncome Income loss and life events over life course. Social Science Quarterly. Quarterly, 70 (1) Butler, R. (1969). Ageism: Another Form Forn of Bigotry. The GerOnlologist. Gerontologist, 9, Butler, R. (1993). Dispelling ageism: The cross-cutting intervention. Generations, Spring/Summer, Connidis, LA. & McMullin, McMullin. J.A. (I993). (1993). To have or to have not: Parent status and the rhe subjective well-being of older men and women. The Gerontologist, , Covey, H. (1988). Historical Historicai terminology used to represent older people. The Gerontologist, 28, Cross, Cross. S.K. & Lovett. Lovett, J.E. (1994). Womenís Women(s Collective Meanings of Menopause: A Content Analysis. Journal ofwomen & Aging, 6 (1/2), (lf2), De Viney. Viney, S. & Solomon. Solomon, J.C. (1995).Gender (I995}.Gender Differences in Retirement Income: A Comparison of Theoretical Explanations. Journal ofwomen & Aging, Aging. Vol.7 (4)., (4)" Dowling, C. (1981). The cinderella complex: Women[s Womenís hidden fear ofindependence. New York: Summit Books. Dressel, P.L. (1991). Gender, race and class: Beyond the feminization of poverty in later life. In M. Minkler & CL. C.L. Estes (&Is.), (Eds.), Critical Critica1 Perspectives Perspeclives on Aging: The Polirical Polilical and Moral Morol Economy ofgrowing Old. New York: Baywood. Erikson, E.H. (1950). Infancia lnfancia>, y Sociedad. Sociedad, Buenos Aires: Paidós. Paid6s. Erikson, Erikson. E.H. (l968). (1968). Adultlzood. Aduilhood. New York: Norton. Featherstolle, Featherstone, M. & Hepworth, M. (1989). (I989). Ageing and old age: Reflections on Oil the postmodem life course. In B. Bytheway, T. Keil, P. Allatt Allau & A. Bryman (Eds.), Becoming and Being Old: Sociological Approaches to later Luter Life. London: Sage. Fink, P.J. PJ. (1988). Psychiatric myths of menopause. In B.A. BA Eskin (Ed.), Menopause: Menopause; Comprehensive manage- management, ment. New York: Macmillan. Freixas, A. (1991). Autopercepci6n Autopercepción del proceso de envejecimicnto envejecimiento en la mujer entre SO 50 y 60 arios. años. Anuario de Psicologia, 50(3) Freixas, A. (1992 a). LamenopausiaenelcOlttexto el contexto delamediana edad. e<.lad. Re~'ista Revista de GeronlOlogia. Gerontologia, 4 (2) Freixas, A. (1992 b). El impacto de la menopausiacn la vida de la mujer. Reflexiones Refle:dones personaies. personales. Revista Revisla de Geront%gra. 4 (2), Cervntología, GilHgan, Gilligan, e. C, ( ). (1982/1985). La moral)' y la teoría. teor[a. Psicologia Psicologfa del desarrollofemenino. femellino. Mexico: México: FCE. Gutmann, D. (1987). Reclaimed Powers: Toward a New Psychology ofmen and Women in Luter Later Life. New York: Basic Books. Hammond, J. M. (1995). Multiple Jeopardy Jeopard>, or Multiple MUltiple Resources? The Intersection of Age, Race, Race. Living Arrangements, and Education Level and the Health of Older Women. Journal ofwomen & Aging, Aging. Vol. 7 (3). (3),5-24. Helterline. Helterline, M. & Nouri, M. (1994). Aging and Gender: Values and Continuity. Journal ofwomen & Aging, Aging. Vol Val 6 (3), (3) Hibbard, J.H. 1.H. (1995). Women's Employment History and Their Post-Retirement Post Retirement Health and Resources. Resources, Journal ofwomen & Aging, Vo/7(3). Vol

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