Cerrada la primera edición de esta obra hacia septiembre de

Transcripción

1 Sobre la segunda edición de Juan Rulfo: otras miradas Víctor Jiménez Cerrada la primera edición de esta obra hacia septiembre de 2009, terminada su impresión entre finales de 2009 y principios de 2010, el libro comenzó a circular en febrero-marzo. Desde entonces han ocurrido novedades que la posibilidad de hacer esta segunda edición, propiciada de nuevo por Julio Moguel, permite incorporar. Sin embargo, hemos pensado que lo más conveniente es dejar el texto de la edición original inalterado (excepción hecha de la corrección de algunas erratas), y dar cuenta de las novedades en textos aparte, como éste. Podemos decir que los nuevos materiales son de diversa índole, y aquí los resumimos. El 13 septiembre de 2010 una nota de La Jornada decía: Rubén Martínez comenzó como peluquero profesional hace 45 años, y desde hace casi 30 se inició como librero. Ahora es dueño de dos de las más prestigiadas librerías en Santa Ana, California. [ ] Hijo de migrantes mexicanos, Martínez nació en 1940 en un pequeño poblado minero de Arizona, en Estados Unidos. Debido a que sus padres trabajaban en los socavones todo el día, Rubén aprendió a leer por su cuenta. A los 17 años se mudó al sur de California en pos del sueño americano. En su peluquería comenzó vendiendo El Llano en llamas y Pedro Páramo, de Juan Rulfo. Actualmente es un exitoso empresario, dueño de las librerías Martínez Books and Art Gallery y Libros para Niños. [11]

2 12 JUAN RULFO: OTRAS MIRADAS El caso de este estadounidense de origen mexicano muestra un ángulo de la recepción de la obra de Juan Rulfo ciertamente singular: su lectura por unos extranjeros que ven a México como otro país extranjero, pero no del todo. Agrega Rubén Martínez: A los jóvenes les digo que he viajado por todo el mundo; que he ido a China, a Rusia, a India, a toda Latinoamérica, y que conocí México antes de venir, pues primero supe del país mediante la lectura. En sus lecturas los libros de Rulfo debieron ocupar un lugar especial, y de ahí su decisión de ponerlos a la venta en aquella peluquería, además de llevarlo, a la larga, a convertirse en librero. El 20 de febrero de 2010 el reportero Jorge Ricardo, del diario Reforma, publicó una nota que se anunciaba en la primera plana: Rulfo visto desde afuera, añadiendo el siguiente resumen: Rulfo consiguió en el extranjero el reconocimiento que el medio literario de México no le ha dado. En el interior el título decía: Publican Juan Rulfo: otras miradas, y Ricardo iniciaba su texto así: Juan Rulfo consiguió en el extranjero el inmenso reconocimiento que todavía le niega el medio literario mexicano. Que sea el autor nacional más traducido, con una influencia reconocida por autores como Jorge Luis Borges y Gabriel García Márquez, no ha impedido que algunos críticos del país minimicen su obra, según se concluye en el libro Juan Rulfo: otras miradas. El periodista sintetizaba así lo que el nuevo libro sobre Rulfo evidenciaba: el contraste entre la mirada que se dedica a Rulfo desde afuera y la que la vida literaria nacional dispensa a una obra que se impone sobre cual quier otra producida en nuestro suelo, todo esto sustentado con indicadores incuestionables. El poeta y crítico literario Juan Domingo Argüelles se hacía eco de la aparición del libro en el diario El Financiero del 3 de marzo del mismo 2010, destacando la importancia del libro por el acopio documental que reúne y las reflexiones que propone sobre el reto de traducir la obra de Juan Rulfo. El 24 de marzo el diario español Público dio a conocer una entrevista hecha a la escritora franco-senegalesa Marie NDiaye, residente en Berlín luego de haber vivido en París y Barcelona, además de ser ganadora reciente del Premio Goncourt. La autora declararía que entre sus autores de cabecera figuran Faulkner, Malcolm Lowry, Lobo Antunes, Juan Rulfo, Proust, Joyce Carol Oates y Javier Marías, lo cual sorprende-

3 SOBRE LA SEGUNDA EDICIÓN DE JUAN RULFO: OTRAS MIRADAS 13 rá, probablemente, a quienes han hecho del cosmopolitismo una bandera literaria sólo para comprobar que el mexicano que mejor puede calificarse como cosmopolita es, ya que lo leen personas tan cosmopolitas como NDiaye, el escritor jalisciense. Esto exige que no entendamos el cosmopolitismo como la costumbre de escribir obras de ficción ubicadas en media docena de ciudades europeas, como Berlín, París y Barcelona, quizá con ayuda de la Wikipedia, como señalaba en diciembre de 2009 Tom Bissell, crítico literario del The New York Times Sunday Book Review, a propósito de una novela cuyo mexicano autor no cesa de asegurar, a quien le interese, que él ya no es latinoamericano. En agosto de 2010, con motivo del 150 aniversario del nacimiento de Anton Chéjov, apareció en el suplemento Babelia del diario español El País una encuesta sobre los mejores cuentos del siglo xx en cualquier lengua. Se eligieron 16 escritores, entre latinoamericanos y españoles, para proponer otros tantos cuentos y establecer una lista. Ahí figura No oyes ladrar los perros, de Juan Rulfo, a propuesta del escritor gallego Manuel Rivas. Ofrecemos más detalles en un nuevo apartado de esta segunda edición. No son sólo los escritores quienes hablan de la importancia de la obra de Juan Rulfo, como lo demuestra el caso del ex peluquero Rubén Martínez. Un economista español, Pedro Solbes, vicepresidente y ministro de Economía de su país hasta abril de 2009, declaraba en una entrevista en el mismo El País (1 de agosto de 2010) que ahora sólo lee ensayo, pero cuando se le pide que haga un resumen básico de lo que le ha hecho lector desgrana Pedro Páramo, de Juan Rulfo ( se podría leer ese libro cada seis meses ); La montaña mágica, de Thomas Mann; algunas obras de Nagub Mafouz; casi todo lo que recuerda de Maalouf. No es Solbes el primero que hace una observación de este tipo sobre Pedro Páramo: uno de los textos de Tahar Ben Jelloun aquí reproducidos, así como el de Urs Widmer, se refieren también a esa invitación a las lecturas múltiples tan característica de la obra de Rulfo. Para no mencionar a García Márquez, quien leyó esta novela hasta memorizarla por completo. Y, como veremos, Werner Herzog ha dicho algo muy parecido. Tampoco podía sorprendernos que la primera edición de esta obra despertase reacciones poco entusiastas en otros ámbitos. A principios de septiembre de 2010, en Bogotá, leí el texto de una conferencia en la que decía que un libro como Juan Rulfo: otras miradas es sin duda de los que menos habrán gustado a la vida literaria mexicana, porque demues-

4 14 JUAN RULFO: OTRAS MIRADAS tra que la valoración de la obra de Rulfo, con los testimonios sobre su dimensión universal ahí ofrecidos, puede prescindir de las jerarquías establecidas localmente. Para esa fecha había indicios claros del malestar que este libro estaba produciendo en México. Otro nuevo apartado de esta edición está dedicado A Jean-Marie Gustave Le Clézio, el escritor de lengua francesa que obtuvo el premio Nobel de literatura en En los meses recientes pasó en dos ocasiones por México (octubre y noviembre de 2010) e hizo importantes declaraciones sobre lo que es, para él, el lugar de la obra de Juan Rulfo, y en una nueva sección las consignamos y contextualizamos. En ocasión de su discurso de aceptación del Premio Nobel de Literatura de 2010, Mario Vargas Llosa hizo una valiosa reflexión sobre la uni versalidad de una obra como Pedro Páramo, al lado de otras que él con sidera equiparables. La cita completa de sus palabras aparece en una página incorporada a esta edición. La última actualización es apenas de marzo de este 2011: el cineasta alemán Werner Herzog declaró en Guadalajara ser un asiduo lector de Rulfo, de quien ha recibido lecciones para elaborar sus guiones y construir personajes. Considera que Pedro Páramo es la obra más lograda de la literatura latinoamericana y a Rulfo el mejor escritor del continente. Luego del lanzamiento de la primera edición de este libro, y hasta el cierre de ésta, en marzo de 2011, han aparecido nuevas traducciones y versiones de la obra de Juan Rulfo. En febrero de 2009 apareció la nueva traducción de Pedro Páramo al francés (por Gabriel Iaculli) en la presentación Folio, de bolsillo, de la misma editorial Gallimard, aunque algún funcionario menor de la misma estaba empeñado en obstaculizar su aparición. En octubre de 2009 apareció el audiolibro Pedro Páramo con la versión al alemán de Dagmar Ploetz leída por Urs Widmer. El editor es Christoph Merina Verlag, de Basilea, Suiza. También en 2009 apareció una nueva edición rusa de El Llano en llamas y Pedro Páramo, con la misma traducción existente de P. Glazova, por la editorial Corpus. La segunda traducción de Pedro Páramo al alemán (por Dagmar Ploetz), luego de aparecer en la edición de Carl Hanser, lo hizo en Suhrkamp en 2010.

5 SOBRE LA SEGUNDA EDICIÓN DE JUAN RULFO: OTRAS MIRADAS 15 En abril de 2010 supimos de la traducción al feroés (lengua de las Islas Feroes, departamento autónomo de Dinamarca) de Pedro Páramo, en versión de Marianna Hoydal. Esta edición se realizó sin contrato y la información que tenemos es indirecta. La editorial posiblemente sea Sprotin. Independientemente de las condiciones de su publicación, esta edición es otro testimonio de las traducciones que implican una reivindicación cultural nacional, como las del euskera y el gaélico, como ya decíamos en el texto Juan Rulfo frente a sus traducciones, aquí incluido. También en 2010 se publicó la nueva traducción al chino de El Llano en llamas, por el mismo editor Yilin Press. Tampoco, como en el caso de Pedro Páramo, sabemos el nombre del traductor. En abril de 2011 la señora Rulfo recibió la nueva traducción al griego de El Llano en llamas, realizada por quien hizo la de Pedro Páramo, Efi Giannopulos, igualmente para Pataki. En estos momentos se está haciendo una nueva traducción de El Llano en llamas y Pedro Páramo al turco, e igualmente está por aparecer una nueva versión de Pedro Páramo al árabe, en Marruecos. La única conclusión posible de un libro como éste, al hacer su segunda aparición, es que Juan Rulfo ha terminado por ser el más univer sal de los escritores mexicanos: por si faltaran motivos de enojo a quienes siempre han tenido la mirada dirigida hacia otra parte.