ESTUDIO DE 1ª DE JUAN Por: Rubén Álvarez La Comunión con Dios y con la iglesia

Transcripción

1 ESTUDIO DE 1ª DE JUAN Por: Rubén Álvarez La Comunión con Dios y con la iglesia Introducción 1 Juan 1: 1 Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida 2 (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); 3 lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos, para que también vosotros tengáis comunión con nosotros; y nuestra comunión verdaderamente es con el Padre, y con su Hijo Jesucristo. 4 Estas cosas os escribimos, para que vuestro gozo sea cumplido El apóstol Juan es el autor de esta carta a las iglesias que estaban ubicadas en Asia. Es el mismo autor de las otras dos cartas contenidas en el nuevo testamento, y del evangelio que lleva su nombre, y también del libro de Apocalipsis. Juan es uno de los hijos de Zebedeo, quien poseía una compañía de barcos para pesca donde trabajaban sus dos hijos, quienes posteriormente serían invitados por Jesús a dejar el negocio familiar para seguirle. Así que Juan y Jacobo, su hermano, acudieron al llamado de Jesús, quien les puso un apodo: Hijos del trueno, debido a su carácter violento que tenían. Así, dejando el negocio de su padre, Juan y Jacobo formaron parte de los discípulos de Jesús y fueron también parte de sus doce más allegados; por lo cual fueron testigos presenciales de los discursos de Jesús y de sus grandes milagros. Pasado un poco el tiempo, dentro del ministerio de Jesús, Juan formaría parte del grupo más allegado a Jesús, los tres que en muchas ocasiones son seleccionados por Jesús para platicar o para ser testigos de la transfiguración. Allí estaba Juan, junto a Pedro y Jacobo. Juan llegó a ser el discípulo más amado por Jesús, compartiendo todos los eventos y dificultades del ministerio. Juan es el discípulo que jamás se apartó de Jesús ni siquiera cuando fue arrestado, falsamente enjuiciado y después condenado. Acompañó a Jesús y la madre de éste hasta el momento en que fue ejecutado en la cruz, y recibió de Jesús la encomienda de ver por Su madre y atenderla. Junto con todos los demás discípulos, la madre de Jesús, y otras mujeres que acompañaban en el ministerio; permanecieron en Jerusalén, conforme a las instrucciones de Jesús, después de haber resucitado; manteniéndose en unidad y oración en tanto que esperaban la promesa del Padre, el Espíritu Santo. Así que, el

2 apóstol Juan es uno de aquellos ciento veinte que recibieron las primicias del Espíritu en aquel primer piso que tenían en la ciudad de Jerusalén. Junto con el apóstol Pedro empezaron a predicar el evangelio en Jerusalén, sanaron a un cojo de nacimiento a las puertas del templo conocido como la Hermosa, y fueron arrestados, amenazados y azotados por causa de su predicación. Más tarde fue enviado a Samaria, junto con Pedro, para atender a todos los que habían recibido ya a Jesús en aquella ciudad con la predicación de Felipe. Ellos, Juan y Pedro, impusieron sus manos sobre aquellos nuevos creyentes y todos recibieron de igual forma el Espíritu de Dios. Más tarde, ante la creciente preocupación de los primeros cristianos judíos, de no querer adorar a Jesús pues pensaban que esto rompía su fe de un solo Dios, el apóstol Juan escribe su evangelio, con la muy clara intensión de que todos quienes lo leyeran pudieran darse cuenta que Jesús, era, es y será Dios mismo. Al parecer, el apóstol Juan toma el cuidado de las siete iglesias de Asía, las cuales son mencionadas en su Apocalipsis, y a quienes envía también estas tres cartas, de la cual, la primera, estaremos estudiando. El apóstol Juan termina sus días exiliado en la isla de Patmos, a causa de la persecución en contra del nombre de Jesús. Y es allí donde escribe finalmente el Apocalipsis, una revelación formidable de Jesucristo. Así que Juan establece en la introducción de su carta que Jesús es Dios, que se presentó en esta tierra como perfecto hombre y que él, Juan, es testigo presencial de ello. DESARROLLO 1. Perfectamente hombre, pero Dios. Lo que era desde el principio, lo que hemos oído, lo que hemos visto con nuestros ojos, lo que hemos contemplado, y palparon nuestras manos tocante al Verbo de vida 2 (porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó); 3 lo que hemos visto y oído, eso os anunciamos El apóstol Pablo da inicio a su carta de la misma forma en que dio inicio con el evangelio que también escribió. En dicho evangelio, con mucho mayor detalle y precisión, declara: Juan 1: 1 En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2 Éste era en el principio con Dios. 3 Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. 4 En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. 5La

3 luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella. 6 Hubo un hombre enviado de Dios, el cual se llamaba Juan. 7 Éste vino por testimonio, para que diese testimonio de la luz, a fin de que todos creyesen por él. 8 No era él la luz, sino para que diese testimonio de la luz. 9 Aquella luz verdadera, que alumbra a todo hombre, venía a este mundo. 10 En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció. 11 A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron. 12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios. 14 Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad. 15 Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Éste es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo. 16 Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia. 17 Pues la ley por medio de Moisés fue dada, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. 18 A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer Dice que va a hablar de un ser que en el mero principio de la creación era el Verbo de Dios. Que era con Dios y era Dios mismo. Pero que ese Verbo que al inicio era con Dios y era Dios, se hizo hombre y habitó entre nosotros. Juan declara que él mismo fue testigo presencial de Su gloria, la gloria del Unigénito del Padre, lleno de gracia y de Verdad. Declara que sin lugar a dudas este hombre de quien habla, es mucho mayor que Moisés, a través de quien les llegó la ley, pero a través de ese ser que se hizo hombre, nos dio a conocer al Padre y nos dio la gracia y la verdad. Ese hombre, afirma, es Jesucristo. Ese ser, al principio, fue el creador de todo lo que existe, es el origen de la vida y la luz que hizo retroceder a las tinieblas. Notemos dentro de la narrativa que nos da el libro de Génesis, que cuando Dios dijo sea la luz y fue la luz, no se trata de la creación del sol, puesto que esto ocurre varios días después. La creación de la luz en la tierra tiene que ver con un nuevo tiempo espiritual, donde las tinieblas retrocedieron y la luz tomaba su lugar. Ese ser maravilloso, creador de todo lo que existe, tanto espíritual como material, vino a este mundo como uno de nosotros, de carne y huesos, y le conocimos como Jesús; nos dice el apóstol Juan. Así que aquí en la tierra fue un hombre tal como nosotros lo somos, con todas las debilidades que esto involucra. Dejó su divinidad y tomó la forma de siervo, dice la

4 carta del apóstol Pablo a los Filipenses. Pero ese hombre es el Verbo de Dios hecho carne, es Dios hecho carne. Y en su carta, el apóstol Juan, dice: la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó Él, la vida, se nos manisfestó, la vimos, la tocamos, la escuchamos; en Jesús. Así que no hablamos de algo que alguien nos haya contado, sino que hablamos, declara, de lo que escuchamos y vimos, y eso es lo que les damos a conocer. Por qué es tan importante esta declaración del apóstol Juan? Pues porque empezaba a haber una corriente de pensamiento de que Jesús no era un hombre sino solamente un ser espiritual, y que, gracias a ser un ser espiritual solamente podía hacer los milagros que hizo y vivir como vió. Veamos lo que dice mas adelante: 1 Juan 4: 2 En esto conoced el Espíritu de Dios: Todo espíritu que confiesa que Jesucristo ha venido en carne, es de Dios; 3 y todo espíritu que no confiesa que Jesucristo ha venido en carne, no es de Dios; y éste es el espíritu del anticristo, el cual vosotros habéis oído que viene, y que ahora ya está en el mundo Es por ello que se esfuerza en hacer saber a la iglesia que él, Juan, fue testigo presencial de la vida en la carne de Jesús. Que lo vio, que lo tocó, que lo escuchó, que convivió con él. En su momento hablaremos de este espíritu del anticristo. 2. La Comunión con Dios. 1 Juan 1: 5 Éste es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él. 6 Si decimos que tenemos comunión con él, y andamos en tinieblas, mentimos, y no practicamos la verdad; 7 pero si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros, y la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de todo pecado Y este es el mensaje que tenemos en Cristo, dice el apóstol Juan, que Dios es luz, y no hay tinieblas en Él. El Reino de Dios es un reino de luz, el reino de este mundo es un reino de tinieblas. Es por ello que las escrituras nos dicen que por medio Jesús hemos pasado de un reino de tinieblas al reino de luz. Colosenses 1: 12 con gozo dando gracias al Padre que nos hizo aptos para participar de la herencia de los santos en luz; 13 el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo, 14 en quien tenemos redención por su sangre, el perdón de pecados

5 La aptitud requerida para ser participantes de la herencia de Dios es haber sido librados de la potestad de las tinieblas y trasladados al Reino de Jesús. Un reino de luz, puesto que la herencia es de luz. Por lo tanto, si Dios es luz y Su reino es de luz, entonces todo aquel continua en tinieblas miento cuando dice que tiene comunión con Dios. Entonces comprendemos que la comunión con Dios hace retroceder a las tinieblas, por ello era tan importante recuperar la comunión con Dios, lo cual únicamente fue posible a través del sacrificio de Jesús y la suministración del Espíritu de Dios. Un cristiano que no tiene comunión con Dios irá hacia las tinieblas sin remedio. La ausencia de luz es las tinieblas, por lo cual cuando una persona no está en la luz, las tinieblas empiezan a abrirse paso. Ahora bien, si andamos en luz, como él está en luz, tenemos comunión unos con otros. El resultado de la comunión con Dios no solamente es andar en Su luz, sino la comunión de unos con otros, es decir la iglesia. Me sale una sonrisa cada vez que escucho, a un cristiano que ha dejado de congregarse, decir que él o ella estan muy bien con Dios, que su comunión es perfecta y que no les hace falta congregarse para nada. Alguien miente, o la Palabra de Dios por medio del apóstol Juan o ellos; y bueno yo le creo a la Palabra de Dios. Entienden por qué sonrio? Toda persona que anda en la luz no solo tiene comunión con Dios por medio del Espíritu Santo, sino tiene comunión con la iglesia. Busca estar cerca de los que están en la luz, no soporta estar en un mundo lleno de tinieblas. Estar en comunión con los demás que están en la luz es un remanso maravilloso de paz, de gozo, de alegría. La iglesia, cada congregación del cuerpo de Cristo, es un lugar de luz, un sitio donde las tinieblas retroceden y se disipan. En la Comunión con Dios y con los demás. Y es allí, dice el apóstol Juan, donde los pecados son perdonados. Sí, los pecados que aún cometemos. La sangre de nuestro Señro Jesucristo nos ha perdonado de los pecados pasados, presentes y aún futuros, pero no podemos abandonar la comunión con Dios si queremos ser perfeccionados en la fe, si queremos ser trasnformados a la plenitud de Cristo, si pretendemos una vida de santidad. Dónde está la fuente de esa transformación de un corazón en tinieblas a uno lleno de la luz de Dios? En la Comunión con Dios, por medio del Espíritu Santo. 2 Corintios 13: 14 La gracia del Señor Jesucristo, el amor de Dios, y la comunión del Espíritu Santo sean con todos vosotros. Amén. Comprendamos muy bien lo que nos dice Dios en este texto: La gracia unicamente la recibimos a través de nuestro Señor Jesucristo, pero el amor solo a través de el Padre, y la Comunión solo a través del Espíritu Santo.

6 Gracia, Amor y Comunión. Esta es la vida de un hijo de Dios. 3. Busca la Comunión con Dios Gracias sean dadas a nuestro Señor Jesús por quien hemos sido reconciliados con el Padre, para poder desarrollar una preciosa comunión. Así que no la desaprovechemos. Tengamos comunión con Dios cada día por medio del Espíritu Santo, en oración, en adoración, en Su Presencia. Notemos que la comunión con Dios no se da por medio de la congregación sino por medio del Espíritu Santo, pero notemos también que el resultado de andar en la luz por medio de la comunión con Dios, es una comunión con los demás. La iglesia no es un teatro donde vemos una buena obra o escuchamos un buen concierto y ni siquiera conocemos al que está en la butaca de junto. No, la iglesia es una familia, somos personas con diferentes antecedentes, problemas y debiidades; pero que tenemos en común la comunión con Dios. Por lo cual fortalezcamos los lazos entre los hijos de luz, en lugar de juzgar a tu hermano cuando cae, llevalo nuevamente al perdón en la sangre de Jesús, y que la luz haga su trabajo, echar fuera a las tinieblas. 4. Ministración.