La bóveda vaída y las casas baratas del barrio de Sant Cugat de Salt (Girona, 1956)

Transcripción

1 Actas del Quinto Congreso Nacional de Historia de la Construcción, Burgos, 7-9 junio 2007, eds. M. Arenillas, C. Segura, F. Bueno, S. Huerta, Madrid: I. Juan de Herrera, SEdHC, CICCP, CEHOPU, La bóveda vaída y las casas baratas del barrio de Sant Cugat de Salt (Girona, 1956) Ramon Ripoll Masferrer Todos sabemos que las casas baratas de la posguerra española son grupos de viviendas sociales que surgen, en la segunda mitad del siglo XX, a caballo entre la precariedad económica y la simplicidad constructiva. 1 Lo más sorprendente de estas viviendas unifamiliares es que conservan, después de cincuenta años, el encanto de haber sido una arquitectura «de ilusión social» en medio de unas circunstancies de gran escasez. En esta comunicación comentaremos tanto la problemática de la carencia de materiales durante la posguerra ( ), como las características constructivas del barrio de Santo Cugat de Salt (1956) próximo a la ciudad de Girona. En este caso Figura 1 Vista general del barrio de Sant Cugat (Arxiu Històric de Girona) la bóveda vaída, tabicada de una sola hoja sobre tabiquillos cerámicos, fue el recurso constructivo utilizado por los técnicos responsables de la obra para superar las limitaciones sociales, económicas y tecnológicas. LAS RESTRICCIONES DEL HIERRO Y LA BÓVEDA VAÍDA Todos sabemos que una de las razones importantes que ocasionaron las limitaciones tecnológicas durante la posguerra tienen su justificación en las limitaciones impuestas en la utilización del hierro en el sector de la construcción durante este periodo. Somos conscientes que los 19 años de restricción de elementos metálicos en nuestro país ( ) limitó la expansión de la edificación y la evocó a planteamientos de simplicidad tipológica y a recuperar tecnologías tradicionales. La ley (del 11 de marzo de 1941) dejaba claro que el sector industrial requería el uso de la mayor parte del hierro disponible en aquellos momentos y, por tanto, aconsejaba limitar su utilización en la construcción por entender que podía ser sustituido por sistemas basados en la tradición. De esta manera, hemos de recordar, que la prohibición del hierro en la construcción afectaba tanto la realización de los muros y los techos (de luces normales de 6 metros en crujía sencilla y de 12 metros en crujía doble). La ley también aconsejaba que las cubiertas de luces mayores se debían sustituir las armaduras metálicas por otras de cemento armado. En

2 756 R. Ripoll Masferrer este sentido también hemos de hacer memoria que en la realización de viviendas era preciso la máxima reducción de elementos metálicos sustituyéndolos por otros procedimientos constructivos (elementos de cemento armado con armaduras metálicas mínimas, techos de madera, y sobretodo con bóvedas de ladrillo) según las posibilidades de cada obra i las caracteristicas de cada zona. Por lo tanto encontramos citada claramente en esta ley el consejo de hacer los techos de las viviendas nuevamente con bóvedas de ladrillo. Más adelante también obligaba la reducción del hierro en los elementos complementarios (balcones, barandillas, tuberías, chapas, rejas, etc). Todos sabemos que esta ley admitía en los proyectos oficiales el uso del hierro hasta un peso determinado (7 kg/m 3 de edificación) y a la vez se había de especificar en los proyectos los kilos totales de hierro que se tenía previsto utilizar en el edificio. En los casos que se superase esta cantidad se exigía un informe favorable de la Dirección General de Arquitectura. Finalmente el Reglamento que desplegó esta ley fue aprobado 4 meses después (el 22 de julio de 1941). 2 El resultado de este conjunto de medidas, impuestas por el régimen político de la época, obligó a los técnicos (arquitectos y aparejadores) a buscar alternativas constructivas. En los casos de los arquitectos que trabajaban en las zonas de una larga tradición en la utilización del ladrillo, en la edificación, recuperaron el uso de esta tecnología local. En este sentido los casos de mayor interés son los edificios de esta época que se realizaron con paredes y techos exclusivamente de ladrillo cerámico. Unos edificios que se caracterizaban por estar cubiertos con bóvedas vaídas tabicadas de una única hoja de ladrillo sobre paredes o tabiques también de ladrillo. Una tipología estructural experimentada con éxito por bastantes arquitectos como construcciones que se caracterizavan por sus cargas permanentes reducidas de forma importante. Una característica que permitía una disminución del peso total del edificio y la correspondiente memorización de los empujes (verticales y horizontales) de las bóvedas vaídas sobre las esquinas de las crujías. Un planteamiento que permitía a la vez el alivio de los gruesos de las paredes (hasta tabiques de ladrillo de 4 ó 7 cm de grueso) y la reducción de las dimensiones de los cimientos (zanjas de poca profundidad). Muchos de estos arquitectos aplicaron esta tecnología uniendo la tradición local (la Figura 3 Características generales de la bóveda vaída (dibujo de Ramón Ripoll) Figura 2 Geometria general de la bóveda vaída (dibujo de Ramón Ripoll) Figura 4 Proceso constructivo de la bóveda vaída (dibujo de Ramón Ripoll)

3 La bóveda vaída y las casas baratas del barrio de Sant Cugat de Salt 757 bóveda de ladrillo conocida por los albañiles de pueblo) y la simplificación estructural de la bóveda vaída (experimentada con anterioridad en algunas unviersiades como la de Barcelona, etc). Llegados a este punto hemos de recordar que la bóveda vaída surge de la intersección de una cúpula con las cuatro caras verticales de un cubo. La bóveda mas utilizada, durante los años de la posguerra (sobretodo en el caso de las comarcas gerundenses), fue la vaída rebajada que permitía cubrir luces importantes con flechas de poca altura (de 25 a 45 cm). LAS CASAS BARATAS DEL BARRIO DE SANT CUGAT DE SALT El grupo de casas de Sant Cugat de Salt fue aprobado por la Obra Sindical del Hogar en el El proyecto fue elaborado por el arquitecto gerundense Ignasi Bosch Reitg. Su construcción se realizó entre 1954 y La ubicación escogida fue el descampado situado en la zona oeste de la población ajunto al trazado del ferrocarril de Olot a Girona. Los terrenos que se compraron para hacer la promoción, a los herederos del marqués de Camps, tenían una superficie de m 2. Las viviendas que se debían construir se organizaron en 8 manzanas mediante la tipología de casas unifamiliares en hilera de dos plantas de altura. En el centro del conjunto se hizo una novena manzana, en la plaza central, formada por 5 casas especiales en hilera y con una altura de tres plantas. Algunos Figura 5 Vista del barrio de Sant Cugat en construcción (Arxiu Històric de Girona) Figura 6 Vista parcial del barrio de Sant Cugat (Arxiu Històric de Girona) de los comentarios realizados en la memoria del proyecto definían las características generales del futuro barrio de Sant Cugat. Según el arquitecto Bosch la finca seleccionada estaba formada por «terrenos llanos» (una planimetría que permitiría plantear cualquier tipo de organización ideal). Su situación al mismo «lado del ferrocarril» (constituye un eje norte-sur ineludible para la futura organización urbana longitudinal del conjunto). Las viviendas escogidas eran «de tipología unifamiliar» (una superficie generosa de la finca adquirida que permitía una ordenación de baja densidad de viviendas). La disposición «de edificios lineales con retranqueos» (una organización en hilera que suponía una reducción importante del coste de construcción). Y finalmente el ultimo comentario a destacar de la memoria del proyecto es la creación de una «plaza central con 5 viviendas de tres pisos con locales en la planta baja para uso comercial» (una plaza entendida como vacío que se había de llenar con las actividades vecinales y como lugar de encuentro). La aportación fundamental del arquitecto Bosch al barrio de Sant Cugat (como las otras promociones que el mismo realizó durante este periodo) fue utilizar por igual los recursos urbanísticos (proporción humanizada), arquitectónicos (topologías funcionales) y constructivos (bóveda vaída) para hacer ciudad. Nuestro interés se centrará fundamentalmente en relacionar y enlazar la morfología urbana y la topología arquitectónica (valores espaciales) con la tecnología constructiva de la bóveda vaída (valores tecnológicos).

4 758 R. Ripoll Masferrer EL URBANISMO La solución del problema de la vivienda (sobretodo en el siglo XX) siempre ha pasado por diseñar barrios urbanísticamente bien organizados, construir edificios con una distribución adecuada, utilizar tecnologías racionales, y sobre todo ofrecer viviendas de bajo coste. Por esto el siglo pasado ha sido prolífico en soluciones de viviendas sociales que han aspirado conseguir una buena calidad a un mínimo precio. Por esto la promoción de las denominadas «casas baratas» realizadas con la ayuda económica del Estado, entre 1940 a 1970, facilitaron a la población de rendas medias-bajas poder vivir en una casa de nueva construcción a precios asequibles. Por tanto hemos de recordar que las casas baratas eran promovidas por entidades oficiales que gestionaban el planeamiento, controlaban las características higiénicas y arquitectónicas, y sobre todo aseguraban cualidades constructivas optimas. Es interesante remarcar que las casas baratas de nuestro país, realizadas durante la posguerra, tienen una cierta similitud de objetivos con muchas promociones de viviendas realizadas entre 20 y 30 años antes en otros países de Europa. 3 En el caso del barrio de Sant Cugat de Salt su característica urbana más importante es el espacio urbano equilibrado conseguido por la anchura generosa de las calles y por la limitada altura de los edificios. La relación natural que se establece entre el espacio público y el espacio privado se logra gracias a una proporción adecuada entre las secuencias de espacios formados por la relación entre la plaza, el porche y las casas (en la zona de los comercios); y entre la calle, los jardines y las casas (en el resto del barrio). Unas calles de 12 m de anchura que organizan solares longitudinales que oscilan entre 165 a 185 m 2 aproximadamente. Los interiores de las manzanas de casas se organizan a partir de pasajes de 3 m. de anchura para acceder a la parte posterior de los jardines. Por otro lado la disposición de la plaza central abierta, en dirección al centro del núcleo urbano de Salt, organiza la trama de calles de comunicación entre las diferentes manzanas de casas. Lo mas interesante de este sistema es la disposición de las hileras de edificios de una manera que evitan normalmente la frontalidad con las casas vecinas. Por esto en muchas calles de este barrio las visuales de las fachadas principales de las casas rehuyen el contacto vecinal frontal. También es interesante comentar la disposición de las calles que se abren en las zonas de los cruces mediante el correspondiente retroceso de la disposición de las ultimas casas de cada hilera para romper la monotonía visual del conjunto. Finalmente tenemos que decir que tanto las obras de pavimentación de las calles como las obras de alumbrado publico se realizaron bastante tiempo después (12 y 14 años) de la construcción del barrio. Encontramos diferentes tipos de casas según tengan 2, 3, y 4 habitaciones en su planta superior. La disposición de la entrada introduce a la vez otra variante tipológica en las casas retranqueadas de las esquinas. Pese a que la mayoría de casas siguen un modelo estandarizado, con el objetivo de la reducción de costes, estas variaciones tipologicas respondían a las diferentes necesidades de los usuarios. Cada vi- Figura 7 Planta general del barrio de Sant Cugat (dibujo de Ramón Ripoll)

5 La bóveda vaída y las casas baratas del barrio de Sant Cugat de Salt 759 Figura 8 Planta parcial del barrio de sant cugat (dibujo de Ramón Ripoll) vienda estaba formada por una entrada-escalera (4,5 m 2 ), un comedor (9 m 2 ), una cocina (4 m 2 ) y una habitación complementaria (8 m 2 ) en la planta baja. Las 2, 3 y 4 habitaciones de la planta superior podían tener diferentes dimensiones (entre 5 y 8 m 2 ). Finalmente un cuarto de baño debajo de la escalera y un pequeño lavadero en el patio posterior completaban la vivienda. Unas casas mínimas que contrastaban con la amplitud del patio posterior. Un espacio libre de jardín que, según la opinión de muchos de los vecinos, fue el que los hizo decidir comprar la casa en el De esta manera, ya desde el primer momento, muchas familias tenían la idea que ampliarían la casa según las nuevas necesidades futuras (garaje, almacén, estudio, etc). Un aspecto que también estaba contemplado por la Obra Sindical del Hogar (y los restantes organismos de promoción de viviendas oficiales) los cuales permitían que los mismos propietarios realizaran las vallas del jardín y construyeran edificaciones secundarías. Era una manera lógica de que cada familia personalizase su vivienda. Otro aspecto sorprendente de estas casas es la disposición de arcos abiertos que unen dos espacios interiores como son la entrada y el comedor, o bien el comedor y la cocina. Por otro lado las reducidas habitaciones tenían en la cama como la referencia funcional. También tenemos que hacer mención al cuarto de baño situado en la planta baja y debajo de la escalera, así como el lavadero que inicialmente estaba en un rincón de la pared del patio posterior, que obligaba a salir al exterior para poder acceder a el. En general las fachadas de las casas se diseñaron para dar una imagen de mayor tamaño que la que tenían realmente en su interior. Los elementos arquitectónicos empleados (aleros, balcones, chimeneas, porche de entrada ) se sitúan dentro de un repertorio popular tradicional con un cierto aire de composición académica. Por otro lado el pequeño porche cubierto de la puerta principal exterior de las casas indica la entrada y a la vez es signo de bienvenida. El interior de las casas están formadas por la suma de habitaciones, una crujía junto a la otra, cubiertas con bóvedas que potencian la idea de unidad de cada una de las piezas del interior como espacios visualmente autónomos. De esta manera podemos entender una de estas casas unifamiliares como la suma (adición) de estas crujías cubiertas de bóvedas. Una idea que queda realzada por el sentido espacial de la misma bóveda vaída que gira siempre alrededor de un centro, estabiliza el espacio interior, y da la sensación de reposo y movimiento a la vez. El resultado es una atmósfera de tensión equilibrada. Las ventanas de dimensiones reducidas, supuestamente justificadas por razones económicas y de protección térmica,

6 760 R. Ripoll Masferrer Figura 9 Proceso constructivo de las viviendas de dos plantas del barrio de Sant Cugat (dibujo de Ramón Ripoll) acaban de dar un ambiente de austeridad, separación y autonomía entre espacio interior y exterior. Las casas de tres plantas, de la zona de la plaza, estaban formadas por 4 habitaciones (entre 8 y 10 m 2 ) en la planta segunda y la disposición de un comedor-sala (17 m 2 ), la cocina (6 m 2 ), el baño (3 m 2 ) y una habitación complementaría (8 m 2 ) en la planta primera. LA CONSTRUCCIÓN Figura 10 Distribución de las viviendas de tres plantas del barrio de Sant Cugat (dibujo de Ramón Ripoll) La aportación mas importante del arquitecto Bosch es la utilización de la tecnología ligera en la construcción de las casas del barrio de Sant Cugat. Un sistema que tenía como material básico de construcción los ladrillos de cm y de cm. Una

7 La bóveda vaída y las casas baratas del barrio de Sant Cugat de Salt 761 tecnología de fácil organización, rápida ejecución, reducido peso y sobre todo de bajo coste. Un sistema que permitía el cubrimiento con bóvedas vaídas (de una lámina de ladrillo agujereado de cm) y que permitía trasladar los esfuerzos a las esquinas de las crujías. Esta topología estructural aligeraba a la vez el resto de los paños intermedios de los tabiques de cierre. Unas paredes verticales formadas por tabiques de 9 cm incluido el enlucido de yeso (en las paredes interiores hechas con ladrillos de cm) y de dos hojas de ladrillo (de cm y cm) con una cámara de aire vacía formando una muro total de 25 cm de grueso contando el enyesado y el enlucido respectivos (de las paredes exteriores). Una disminución del peso que continuaba mediante soleras planas o tabicados planos (en los pisos) y soleras inclinadas o tabicados inclinados (en al cubierta) de ladrillos de cm realizados siempre sobre tabiquillos. La utilización durante estos años de los sistemas constructivos tradicionales mediante ladrillos cerámicos (tabiques, bóvedas de cuatro puntos, arcos, tabiques planos... ) estaba complementado con la utilización mínima de hierro. De esta manera el uso del acero se reduce, en este tipo de casas baratas, a los tirantes interiores de los zunchos de hormigón. Unos tirantes que se colocaban 5 cm por encima del arranque de las bóvedas, formados por una varilla de hierro de 12 a 16 mm de diámetro según las dimensiones de cada bóveda. Como conclusión podemos afirmar que este sistema constructivo se ha mostrado con el paso del tiempo muy eficaz, seguro, y duradero. Siempre que, por supuesto, se haya respetado la integridad del conjunto de esta parrilla de bóvedas contrarrestadas unas con las otras, y las de una casa con las del edificio vecino. Una tipología que ha evitado el derribo individual de alguna de las casas del barrio de Sant Cugat de Salt por este mismo principio de solidaridad constructiva que hace que cada casa necesite (estructuralmente) la casa vecina para mantener la estabilidad de sus bóvedas vaídas tabicadas de ladrillo. Figura 11 Proceso constructivo de las bóvedas vaídas del barrio de Sant Cugat (dibujo de Ramón Ripoll) NOTAS 1. Ramon Ripoll Masferrer es profesor del Departament d Arquitectura i Enginyería de la Construcció de la Universitat de Girona. despatx.f.ripoll@coac.net 2. El reglamento especificaba que: «... en todos los cálculos de l estructura de hierro en obras oficiales o particulares se deberá justificar que el coeficiente de trabajo del hierro laminar no es inferior a 12 kg/mm 2. Los elementos constructivos formatos por pies derechos y correas se calcularán como pórticos. El arquitecto municipal velará por la máxima economía del hierro haciendo constar en los suyo informas l autorización precisa de la Dirección General de Arquitectura en cuando a la proporción del hierro cuando exceda de 10 kg/m 3 de edificación». En este reglamento se regulan las cargas permanentes (hierro laminar: kg/m 3, maderas: 600 a kg/m 3, piedra natural: a kg/m 3, ladrillo cerámico: kg/m 3, ladrillo perforado:

8 762 R. Ripoll Masferrer kg/m 3, hormigón en masa: kg/m 3, hormigón armado: kg/m 3 ); la sobrecarga o cargas no permanentes (viviendas: 150 a 200 kg/m 2, oficinas: 200 a 250 kg/m 2, edificios públicos: 250 a 300 kg/m 2.). Las sobrecargas debidas al viento (vientos fuertes: 200 kg/m 2, vientos moderados: 125 kg/m 2 ). En los edificios protegidos se podrán reducir hasta el 50%. Por otra parte, las flechas admisibles para viguetas de piso y correas de cubiertas en luces mayores de 5 m:< 1/300 de la luz de cálculo. 3. En este sentido podemos hablar de problemáticas parecidas pero con resultantes urbanos, arquitectónicos y constructivos diferentes. Por ejemplo tiene mucho interés recordar los planteamientos de las promociones de viviendas sociales alemanas (Siedlungen) construidas a partir de 1920 en la que se crearon barrios de una gran vitalidad social, y de una considerable calidad arquitectónica, y con unos planeamientos urbanos «notables». Unas promociones de viviendas colectivas que se realizaron también en una situación económica difícil (como la crisis que vive la República alemana de Weimar) que obligó a investigar nuevos sistemas de gestión residencial. Surge entonces las propuestas de creación de barrios enteros que tienen como objetivo desarrollar nuevas formas de organización urbana, proponer tipologías más funcionales, encontrar nuevos modelos de financiación y sobre todo innovar técnicas constructivas semindustriales. Destacan autores como Bruno Taüt cuando plantea la teoría de la organización de la vivienda social a Alemania en la década de los años veinte, que aseguraba el acceso a la vivienda digna.