Llamados a una misión

Transcripción

1 Asociación de Salesianos Cooperadores Llamados a una misión Septiembre 2011

2 4.2.- La vocación del Salesiano Cooperador La vocación laical específica Llamados a una misión

3 4.2.2 Llamados a una misión OBJETIVOS - Revisar nuestra vocación, para medir nuestras propias posibilidades con respecto la misión. - Realizar una reflexión, personal y colectiva, sobre el compromiso apostólico en comunión con la Iglesia y en unión con la Familia Salesiana. REFERENCIAS Cristianas Id también vosotros a mi viña (Mt. 20, 3-4). Como Tú me enviaste al mundo, al mundo les envío yo también a ellos (Jn. 17, 18) Los instituyó para que estuvieran con él y para enviarlos a predicar Salesianas (Mc. 3,14). En medio de sus ordinarias ocupaciones, en el seno de la propia familia, pueden hacerse Cooperadores ( ) y tener como fin principal la caridad con el prójimo y especialmente con la juventud en peligro. Reglamento de los Cooperadores Salesianos. D. Bosco Capítulo III Ante todo: la salvación de los jóvenes, la porción más delicada y preciosa de la sociedad humana. (Don Bosco, una bibliografía nueva. Teresio Bosco).

4 DESARROLLO Documento para la reflexión Partimos de nuestro encuentro personal con Dios. No se da, lo que no se tiene. Todo cristiano, todo salesiano, todo cooperador no puede saltarse o bordear el presupuesto indispensable que debe inspirar todo nuestro trabajo apostólico: nuestra unión con Dios, ya que sin Él nada puedo (Jn 15,5) y todo puedo con Aquel que me conforta (Fil. 4,13). Por esta razón, a imitación de D. Bosco, nuestra misión debe partir del encuentro personal con Cristo y debe manifestarse en nuestra experiencia de amor hacia Él; de este modo, nuestra misión, siendo fruto de la vocación personal, se extiende a una experiencia compartida que nos compromete, según el propósito apostólico que D. Bosco pensó para nuestra Asociación: un ideal de vida cristiana inspirado, por entero, en el amor a Dios y al prójimo, mediante el testimonio y el compromiso apostólico según las propias condiciones de vida. Dos ideas: En primer lugar, reflexionar sobre nuestra misión como Salesianos Cooperadores supone actualizar el gran regalo que hemos recibido de Dios -nuestra fe y nuestra salvación- que, a través de su Hijo, ha transformado nuestro corazón, con tal profundidad, que nos empuja a ser testigos de su Buena Noticia: no podemos callar lo que hemos visto y oído (Hch 4, 20). Hablar de misión, ciertamente supone hablar de compromiso, pero nos equivocaríamos si pensásemos que ésta se reduce sólo a desempeñar una actividad pastoral concreta: a los Cooperadores no se nos pide realizar una tarea, sino responder a una llamada. Por eso, porque somos un grupo vocacional, la nuestra debe ser una respuesta que debe iluminar toda nuestra persona y toda nuestra vida, es, a la vez, un don y una opción libre, que cualifica toda nuestra existencia. En segundo lugar, para nosotros, hablar de misión supone, ante todo, asumir el vértigo de asomarnos a nuestro interior y examinar nuestra disposición y disponibilidad a ser instrumentos de Dios. No tanto conocer y explotar las propias cualidades personales para que nuestro trabajo pastoral sea más eficaz, sino de: conocer nuestras debilidades y vencerlas por amor a Él, que no nos abandonará en la dificultad; descubrir de la mano de D. Bosco que lo mas divino es cooperar con Dios en la salvación de las almas ; ofrecer siempre lo mejor de nosotros mismos, sin temor a la fatiga o el desaliento: con tal de ganar almas para Dios, yo me lanzo hasta la temeridad ; y confiar a ciegas en la Palabra de Aquel que nos ha llamado. Por tanto, la misión del Salesiano Cooperador es un compromiso que nace del amor, siendo nuestro trabajo apostólico la manifestación de una íntima experiencia de encuentro con Dios. Así, debiéramos encontrar las fuentes de nuestra llamada para la misión : - en la hondura de nuestra experiencia de Dios, de nuestra confianza en Él, tal y como la vivió D. Bosco. - en la capacidad de renuncia y entrega, a imitación de Cristo Buen Pastor. - en nuestra docilidad a la acción del Espíritu Santo, como María que fue fiel y dócil al Señor.

5 Y, como consecuencia de ello, ser conscientes de que el compromiso que brota de la llamada trasciende para ser vivido en comunidad, proyectándose: - en comunión con la Iglesia, centro de las fuerzas que trabajan por la salvación. - en unión con la Familia Salesiana, compartiendo un carisma y una misión. - en la vivencia fraterna de la vocación de Salesianos Cooperadores, como auténticos hermanos y hermanas en D. Bosco, según el propósito de nuestro fundador. Llamados a desarrollar un apostolado secular, en comunión con la Iglesia. Los Salesianos Cooperadores, viven la fe en su propia realidad secular. Inspirándose en el proyecto apostólico de Don Bosco, sienten vivamente la comunión con los demás miembros de la Familia Salesiana. Se implican en su misma misión juvenil y popular, de manera fraterna y asociada. Trabajan por el bien de la Iglesia y de la sociedad, según la propia situación y sus posibilidades concretas ; así, los Cooperadores estamos llamados a desarrollar un apostolado secular en el mundo, en las realidades temporales, convencidos de la fuerza y potencialidad de nuestra vocación para la transformación evangélica de nuestro entorno. En qué consiste ese apostolado secular? En primer lugar, la Iglesia entera tiene como misión la de Evangelizar: La Iglesia no vive para sí, sino que está al servicio del Reino de Dios. Por lo tanto, como laicos, estamos llamados a difundir las enseñanzas de Jesús y, a imitación de su ejemplo, a predicar sobre el amor y la misericordia del Dios vivo que nos salva ya no vivo yo, vive en mí Cristo (Gal 2, 20). A quién? a nuestros amigos, a nuestros compañeros de trabajo, a nuestros vecinos, a la sociedad. En segundo lugar, y más específicamente, la presencia y misión del laico debe incidir: en la defensa de la dignidad humana, del derecho inviolable a la vida, de la libertad religiosa, de la familia y de la solidaridad. En dónde? en el ámbito de la política, la realidad socioeconómica, la cultura. Así, el Cooperador, como laico, es miembro de una comunidad eclesial y ciudadano de una sociedad civil, inseparablemente, que une la responsabilidad de servir a la persona, especialmente a los jóvenes, con la de servir a la sociedad, con la animación cristiana del orden temporal. Iglesia en el mundo, llamados a santificarlo desde dentro, a modo de fermento. Llamados a la misión de D. Bosco, en unión con la Familia Salesiana. La vocación es personal pero la misión es compartida por un vasto movimiento de personas conquistadas por D. Bosco; es el fruto de un patrimonio común, de una misma llamada hacia los jóvenes y las clases populares, de una experiencia de comunión vivida en Familia y concretizada en los rasgos de la espiritualidad salesiana: la identidad en la Familia Salesiana no se puede definir, ni vivir por un grupo, sin referencia a los demás: todos juntos encarnamos hoy la vivencia espiritual y carismática del Fundador.

6 Los jóvenes, con amor de predilección. En su Reglamento originario, D. Bosco estableció que el fin principal de los Salesianos Cooperadores es el ejercicio de la caridad con el prójimo y especialmente con la juventud en peligro. Siendo fieles al proyecto, nuestro PVA presenta, sin ambages, que nuestra atención preferente deben ser los jóvenes y, de entre éstos los más pobres, los que son víctimas de cualquier forma de marginación, explotación y violencia, los que se preparan al mundo del trabajo y cuantos dan muestras de una vocación específica (PVA.E. art. 8). Ésta es nuestra misión. Debemos decidir, desde la libertad y la responsabilidad, si ésta: me comprometo: (...) a trabajar por tu Reino, especialmente en la promoción y salvación de los jóvenes. (PVA.E. art. 32. Fórmula de la Promesa) es nuestra respuesta. No debe haber dudas ni llevarnos a engaños: la especificidad de nuestra misión, cada uno según sus posibilidades concretas, son los jóvenes, especialmente los más necesitados y desfavorecidos, estando comprometidos con ellos hasta el último aliento, sin perder nunca el entusiasmo de mantener y cultivar esta sensibilidad juvenil, en actitud alerta ante sus necesidades, saliendo a su encuentro de forma decidida, con creatividad y audacia, y confiando en la ayuda de Dios para seducirles con la frescura del Evangelio. En conclusión, dónde está la misión y, consecuentemente, dónde deben estar, prioritariamente, los Salesianos Cooperadores? donde los jóvenes estén, ya sea en las parroquias, los oratorios, los grupos, los colegios, los barrios, los pueblos., ya sean del primer o del tercer mundo. Ante todo: la salvación de los jóvenes, la porción más delicada y preciosa de la sociedad humana. Pistas para la reflexión y el comentario en grupo - Qué aspectos de la vocación para la misión los vivo de forma más espontánea y cuáles me cuestan más? - Cómo podemos crecer en actitud de compromiso apostólico como grupo y como personas? - Cuál es mi disposición y disponibilidad personal para asumir alguno de los proyectos apostólicos propios de la Iglesia, las Parroquias, de las Casas Salesianas? - Debe ser prioritaria la presencia pastoral de los Salesianos Cooperadores en las Casas Salesianas, frente a otras presencias apostólicas?

7 PARA DOCUMENTARSE OTROS RECURSOS Bibliografía - Encíclica Christifideles Laici. Juan Pablo II. - Reglamento de los Cooperadores Salesianos. D. Bosco Proyecto de Vida Apostólica. Estatuto y Reglamento. - Comentario Oficial del Reglamento de Vida Apostólica. - Carta de la misión de la Familia Salesiana. - Carta de la comunión de la Familia Salesiana. - Los Cooperadores de Don Bosco. Guido Favini. Editorial Mª Auxiliadora. - Tema formativo. Corresponsables de una misión. Antonio Guillaume Sepúlveda (Centro S. Francisco de Sales. Córdoba). Ponencias Encuentro Nacional de Cooperadores. Diciembre 2006.