LAS BANDERAS EN EL MANEJO DEL GANADO. Un aporte de Raciones Argentinas al bienestar de los bovinos y a la calidad de la carne

Transcripción

1 LAS BANDERAS EN EL MANEJO DEL GANADO Un aporte de Raciones Argentinas al bienestar de los bovinos y a la calidad de la carne Dr. Marcos Giménez Zapiola Consultor Área Bienestar Animal Raciones Argentinas S.R.L. Bienestar animal = buen manejo = bienestar humano El bovino, como cualquier especie domesticada, responde con gran docilidad y consistencia cuando se le dan señales coherentes con su comportamiento natural, a la par que resiste todo manejo que contraríe sus impulsos. El buen manejo del ganado aprovecha el conocimiento - científico y práctico- de la reacción animal a la acción humana, lo que permite dejar atrás el manejo por la fuerza o la violencia, que tanto daño trae a todos. El principio del buen manejo es muy simple: en vez del trato antagónico o de lucha con el ganado, se aplica un manejo acorde con el comportamiento natural del bovino. En lugar obligar por la fuerza bruta, se trata de aprovechar los impulsos básicos del bovino, que los inducen a mantenerse en su grupo y a alejarse del humano. Una vez comprendida la dinámica de manada y de fuga del ganado, es posible orientar su movimiento hacia los sitios donde se necesita que vayan, como la manga, la báscula, el camión o el cajón de noqueo. El bovino es un animal de fuga La conducta del ganado vacuno ante el ser humano responde a un patrón básico: es un animal de fuga frente a un animal de ataque. Ante la presencia del ganadero, el vacuno

2 trata de mantener la distancia, de alejarse o de huir, según el nivel de presión o amenaza que perciba. Normalmente, el animal aislado huirá hacia el grupo más cercano, y los grupos menores o puntas huirán hacia grupos mayores (o hacia la manada, si ésta ya está formada). El manejo de fuga Un método de trabajo armónico con la naturaleza bovina es el manejo de fuga. Este consiste en dejar que los animales fuguen, ya sea en grupo o siguiéndose unos a otros, hacia el lugar donde se necesita que vayan, en lugar de intentar llevarlos allí por la fuerza. Esto comprende desde el arreo de tropas a campo abierto hasta la entrada al cajón de noqueo en el frigorífico, pasando por el trabajo en corrales o ferias, y el embarque y transporte. Si se le da la oportunidad, el vacuno fugará hacia donde se necesite que vaya, sin que haga falta obligarlo por medios violentos. El gran problema del manejo habitual del ganado es que no se da al animal la oportunidad de fugar, sino que se trata de moverlo a la fuerza o de obligarlo, lo que acarrea un gran dispendio de energía y conduce inexorablemente al maltrato. Las zonas de fuga y de lucha Hay un punto en el que los vacunos comienzan a apartarse del intruso, que es la distancia de fuga. Cuando el trabajador ganadero se acerca de más (por ejemplo, dentro de los corrales), hay un punto en el que los animales dejan de fugarse y comienzan a enfrentarlo: es la distancia de lucha. Esas dos distancias definen sendas áreas alrededor del animal: una zona exterior, de fuga y una zona interior, de lucha (Figura 1). Página 2 de 14

3 Figura 1: Zonas de fuga y de lucha del bovino Límite de la zona de fuga Límite de la zona de lucha Son ovaladas, más angostas a los costados que al frente o detrás del animal. Ambas zonas no son una constante geométrica sino que varían según razas, condiciones ambientales, temperamentos individuales y variaciones en el manejo. Cada animal las define a través de su respuesta concreta al acercamiento humano: si él no se mueve, uno está fuera de su zona de fuga; cuando comienza a alejarse, se ha penetrado en la zona de fuga; cuando comienza a enfrentar al intruso, significa que éste ya ha entrado en su zona de lucha. Página 3 de 14

4 El manejo habitual del ganado bovino, en países de sistemas extensivos de producción, parte del supuesto implícito de que el bovino es rebelde por naturaleza al manejo humano, y por ende, que el trabajo consiste en obligarlo a moverse en el sentido buscado. Este desconocimiento del instinto de fuga lleva a presionar en exceso, y demasiado cerca, a los animales, lo que genera en ellos una reacción de defensa, primero, y luego, de lucha. En vez de fugarse, se ponen rebeldes y rebotan ante la presión. Una vez que se establece esta relación, el movimiento del ganado exige más trabajo, y a la vez los animales sufren innecesariamente. Por eso, el primer cambio a realizar, si se quiere trabajar dentro de los principios del bienestar animal, es erradicar en el personal la actitud de ataque (o de presión constante), y enseñarle el manejo de fuga. Figura 2: Campo visual del bovino Zona frontal de visión binocular precisa visión lateral limitada visión lateral limitada Zona trasera ciega Página 4 de 14

5 La orientación del animal Para que los bovinos fuguen hacia donde se precisa que vayan, deben estar encaminados en dirección de la salida buscada y además estar en condiciones de verla. La visión del animal es distinta de la humana, y eso influye sobre la forma en que perciben tanto la presión como la salida. Tienen visión tridimensional solamente hacia el frente, dos amplios sectores laterales de visión distorsionada, con un solo ojo, y una zona ciega en la cola (Figura 2). Partiendo de esta realidad, es más efectivo presionar al animal sobre el flanco que por delante o por detrás, pues esa posición lateral les permite percibir la presión y a la vez mirar hacia la salida por donde pueden fugar. Si se lo presiona desde la cola, el animal tenderá a virar para tener al humano a la vista. Si se lo presiona desde adelante, el animal podría percibir el menor tamaño del operario y la distancia a la que se encuentra, lo que expondrá a éste a la carga del animal. Figura 3: Líneas de balance del bovino línea media línea del cuello línea de la cola línea media Página 5 de 14

6 La posición del trabajador ganadero Para que el animal marche hacia donde queremos, es preciso respetar sus líneas de balance (figura 3). Estas líneas funcionan como el fiel de una balanza o como ejes del animal: según sea nuestra posición respecto de estas líneas, el animal se volcará hacia un lado u otro. La más importante es la línea del cuello: si hay humanos delante de esa línea, el animal tenderá a detenerse o a retroceder; si los operarios se mueven hacia atrás de dicha línea, el animal tenderá a avanzar. Si la presión se ejerce detrás de la línea de la cola, el animal tenderá a virar hacia el operario, para mantenerlo a la vista. Para corregir ese movimiento en redondo, el operario debe adelantarse y mantener su presión entre las líneas del cuello y de la cola. En cuanto a la línea media, la presión hacia un lado de ella inducirá al animal, en general, a moverse hacia el lado contrario. Habitualmente, usamos esta línea para juntar o para apartar animales. El uso de banderas en el movimiento del ganado Estos principios del comportamiento del bovino (fuga, visión y líneas de balance), permiten conducir sus movimientos mediante el uso de herramientas visuales. De éstas, las más efectivas son las banderas, que sacan ventaja de las características de la visión que el bovino tiene de su entorno. Bien utilizadas, sirven para reemplazar la fuerza (golpes, picanas, caballos) y el miedo (gritos, perros) en el manejo de los animales. Si se aprende a usarlas, es posible dominar al ganado sin esfuerzo para el humano y sin malestar para el ganado. Las banderas son señales visuales El vacuno no tiene una visión precisa como la nuestra, pero responde muy rápidamente a los estímulos visuales. Por ello, en general basta con mostrarle la bandera para conseguir que se mueva. La bandera funciona con gran eficacia cuando se la usa para orientar al animal, no para asustarlo. Página 6 de 14

7 Foto 1 El vacuno respeta mucho a las banderas, porque no sabe diferenciarlas del cuerpo del operario. Una bandera levantada súbitamente a 3 metros de altura no es para el animal lo mismo que para el humano: se convierte en una posible amenaza de gran porte, ante la cual, siempre que pueda, su reacción primaria será alejarse (Foto 1). Por esta razón, es vital acostumbrarse a usarlas con parsimonia: si se abusa de las banderas, el ganado termina poniéndose tanto o más nervioso que tratado con métodos agresivos. Hay que tratar de no tocar ni azuzar a los animales con las banderas, para que las respeten pero no se sientan atacados por ellas. Cuando las tocan, se dan cuenta de que no son muy sólidas, y tienden a atropellarlas. Si se las refriega en el morro del animal, es probable que éste se enfurezca, y ya no van a servir de mucho. Si además de darle una señal visual, el operario le grita o hace ruido con la bandera, les estará dando dos señales a la vez, y eso los confundirá en vez de guiarlos. Generalmente, en vez de seguir adelante, en plan de fuga, se darán vuelta para mirar al posible atacante, en plan de defensa, o peor aún, de lucha. Página 7 de 14

8 Foto 2 La forma de usar las banderas depende de la posición a. Detrás de los animales: * Si se mueve un grupo, hay que levantarla bien alta para que la vean los de más adelante. De esta manera se resuelve el problema muy común de presionar sobre la zona ciega (Foto 3). Página 8 de 14

9 * Si solamente se quiere hacer mover a algún animal cercano, basta con ponérsela detrás, sin tocarlo (el contacto puede inducirlo a darse vuelta) (Foto 4). Foto 4 Página 9 de 14

10 b. Al costado de los animales: * Para que se muevan hacia adelante, hay que mostrarles la bandera detrás de la línea de la cruz (Fotos 5 y 6). Foto 5 Foto 6 Página 10 de 14

11 * Para que frenen, hay que mostrárselas adelante de dicha línea. En la manga: para frenar o apartar un animal, basta con ponerla delante de su cabeza, sin moverla ni tocarle el morro (puede atropellarla) (Foto 7). Foto 7 Página 11 de 14

12 Para hacer que el animal se mueva hacia adelante, hay que levantársela sobre el lomo, detrás de la línea del cuello. El mismo movimiento que da paso al primer animal sirve para frenar al siguiente, pues la bandera estará levantada delante de su línea del cuello (Foto 8). Foto 8 c. Frente al animal: *Se la debe usar siempre desplegada de costado, para que el animal la vea bien, y al mismo tiempo no se sienta atacado por la bandera (Foto 9). Foto 9 Página 12 de 14

13 * Si el animal carga contra el operario, éste deberá interponerla entre el animal y él, no de punta sino de costado, para que el animal se desvíe. * Nunca se la deberá usar como lanza, esgrimiendo la bandera hacia el animal, porque éste se sentirá amenazado y al mismo tiempo no la percibirá como algo grande, a respetar. Cómo deben ser las banderas Es importante que tengan tamaño y cuerpo, para que no flameen, no se plieguen ni hagan ruido cuando hay viento. Para trabajar donde hay limitaciones al movimiento (camión, manga de faena) se pueden usar banderas más chicas, o paletas. Hay dos largos típicos de astas: - Bandera larga (1,5 a 2 metros), para trabajar en el toril o embarcadero y en los corrales previos (de ser posible, desde afuera) (Foto 10). Foto 10 Página 13 de 14

14 - Bandera corta (1 metro), para trabajar en la manga (Foto 11). Foto 11 Conclusión La aplicación al manejo del conocimiento científico y práctico sobre el movimiento del bovino permite desarrollar herramientas de trabajo como las banderas- que atienden al bienestar de los animales, al mismo tiempo que reducen las pérdidas por maltrato y, sobre todo, los riesgos y el esfuerzo físico del trabajo ganadero. Página 14 de 14