Oración. Himno. Así: te necesito de carne y hueso.

Transcripción

1 Oración Himno Así: te necesito de carne y hueso. Te atisba el alma en el ciclón de estrellas, tumulto y sinfonía de los cielos; y, a zaga del arcano de la vida, perfora el caos y sojuzga el tiempo, y da contigo, Padre de las causas, Motor primero. Más el frío conturba en los abismos, y en los días de Dios amaga el vértigo. Y un fuego vivo necesita el alma y un asidero! Hombre quisiste hacerme, no desnuda inmaterialidad de pensamiento. Soy una encarnación diminutiva; el arte, resplandor que toma cuerpo: la palabra es la carne de la idea: Encarnación es todo el universo! Y el que puso esta ley en nuestra nada hizo carne su verbo! Así: tangible, humano, fraterno. Ungir tus pies, que buscan mi camino, sentir tus manos en mis ojos ciegos, hundirme, como Juan, en tu regazo, y, -Judas sin traición- darte mi beso. Carne soy, y de carne te quiero. Caridad que viniste a mi indigencia, qué bien sabes hablar en mi dialecto! Así, sufriente, corporal, amigo, Cómo te entiendo! Dulce locura de misericordia: los dos de carne y hueso! Lectura de la Palabra: Evangelio de San Marcos 10, 2 9 Acercándose unos fariseos, le preguntaban para ponerlo a prueba: «Le es lícito a un hombre divorciarse de su mujer?». Él les replicó: «Qué os ha mandado Moisés?». Contestaron: «Moisés permitió divorciarse dándole a la mujer un acta de repudio». Jesús les dijo: «Por vuestra terquedad dejó escrito Moisés este precepto. Al principio de la creación, Dios los creó hombre y mujer. Por eso abandonará el hombre a su padre y a su madre, se unirá a su mujer y serán los dos una sola carne. De modo que ya no son dos, sino una sola carne. Lo que Dios ha unido que no lo separe el hombre». Tema 1. La familia: primera sociedad natural 1

2 Padrenuestro Oración Has querido, Padre, que la familia tuviera en Ti su firme fundamento; por eso, te pedimos que escuches nuestra oración y nos concedas vivir según las virtudes y el amor de la Sagrada Familia de tu Hijo único, para que así, lleguemos a gozar un día todos juntos de la felicidad eterna. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.

3 Tema 1 La familia: primera sociedad natural 1. El preámbulo A lo largo de esta semana vamos a reflexionar sobre diversos temas relacionados con la familia. Dicho tema será tratado en el marco de la Semana de Doctrina Social. Es conveniente, por tanto, que enfoquemos correctamente el modo en el cual debe ser tratado el objeto de la reflexión: la familia en la Doctrina Social de la Iglesia. Qué es la Doctrina Social de la Iglesia? La Encíclica Sollicitudo rei socialis afirma que la Doctrina Social de la Iglesia (DSI) pertenece al campo de la Teología Moral. Al tiempo que recomienda «un conocimiento más exacto y una difusión más amplia» 1 de la DSI, el texto describe en qué consiste tal doctrina social. A su formulación se llega a través de la reflexión sobre la compleja realidad del vivir social, reflexión conducida «a la luz de la fe y de la tradición eclesial». La Iglesia lo hace para interpretar las realidades sociales, así como para que el comportamiento de los cristianos sea correctamente guiado en modo coherente con el sentido del vivir humano comprendido en la fe 2. Nos preguntamos qué significa exactamente la afirmación según la cual la DSI es teología mo- 1 Citando la Instrucción sobre Libertad Cristiana y Liberación (CDF, Libertatis conscientia, 22/marzo/1986, n.º72) en relación a la Doctrina Social de la Iglesia, afirma: «En la difícil coyuntura actual, para favorecer tanto el planteamiento correcto de los problemas como sus soluciones mejores, podrá ayudar mucho un conocimiento más exacto y una difusión más amplia del conjunto de principios de reflexión, de criterios de juicio y de directrices de acción propuestos por su enseñanza» (Sollicitudo rei socialis, 41). 2 La Doctrina Social de la Iglesia es «la cuidadosa formulación del resultado de una atenta reflexión sobre las complejas realidades de la vida del hombre en la sociedad y en el contexto internacional, a la luz de la fe y de la tradición eclesial. Su objetivo principal es interpretar esas realidades, examinando su conformidad o diferencia con lo que el Evangelio enseña acerca del hombre y su vocación terrena y, a la vez, trascendente, para orientar en consecuencia la conducta cristiana. Por tanto, no pertenece al ámbito de la ideología, sino al de la teología y especialmente de la teología moral» (Sollicitudo rei socialis, 41). ral. La pregunta se refiere al sentido y el modo de cómo reflexionar, interpretar, guiar. El texto hace notar que se trata de una enseñanza que tiene que ver con problemas complejos (por ejemplo, las cuestiones en torno al matrimonio y la familia), los cuales son objeto de análisis y de estudio por parte de varias disciplinas que gozan de su autonomía (aunque relacional). Se dice que es necesario reflexionar para interpretar los datos de aquellos varios problemas complejos, a la luz de la Revelación: por tanto, con un criterio que no es sólo la reflexión humana (por eso la DSI pertenece a la teología). Se añade que el objetivo es un correcto comportamiento (por eso, pertenece a la moral). La fórmula usada para esta última afirmación indica el comportamiento correcto no como un singular acto puntual, sino como disposición constante y modo consciente formado de actuar (habitus), en base a un objetivo correctamente perseguido. Se podría formular con lenguaje de inspiración ignaciana, diciendo que la DSI trata de ordenar la vida : conscientes de la finalidad de la vida humana, elegir lo que más conduce a ese fin, haciendo que todo, en medio de las posibilidades y límites de la historia, sea orientado hacia ese fin. Esto implica la moralidad personal buena, es decir, una real intencionalidad buena (no sólo píos deseos), eligiendo todo el bien en cuanto que es objetivamente posible; e implica también la ayuda de una moral correcta. Con la enseñanza acerca de los comportamientos en el ámbito social, la Iglesia intenta precisamente ofrecer a la moralidad personal (a la real! buena voluntad) de los cristianos y de todos los hombres la ayuda de una moral correcta. 2. La cuestión Teniendo en cuenta lo dicho en el preámbulo, la cuestión que nos formulamos es la siguiente: Es «la familia la primera sociedad natural»? Qué alcance y significado tiene la afirmación de que la familia «es una institución divina, fundamento de Tema 1. La familia: primera sociedad natural 3

4 la vida de las personas y prototipo de toda organización social»? 3 Hagamos notar las expresiones natural e institución divina : qué quiere decir la Iglesia con estos términos? Sabemos que la sociología reconoce que a lo largo de la historia y en diferentes culturas hay diversos modos en los que la familia se ha ido estructurando en relación interactiva con la sociedad y la cultura en la que se haya la realidad familiar. Pero es más: hoy día, de hecho, es llamado matrimonio y familia a realidades muy diversas; y no sólo de hecho, también el Derecho Civil de muchos países reconoce legalmente esta diversidad. Cuando la Doctrina Social de la Iglesia dice que la familia es «una sociedad natural de institución divina», se refiere a un modelo sociológico definido y concreto, a un modo de relacionarse los miembros de la familia entre sí y estos con la sociedad? Y si es así, a qué modo de familia se refiere la Iglesia? En el ámbito de la calle y en programas de televisión se suele decir que la Iglesia defiende la familia tradicional. Cuál es la familia tradicional? La familia patriarcal? La familia burguesa surgida en el siglo XIX? La familia rural? Qué decimos cuando aplicamos el adjetivo tradicional al matrimonio y a la familia? Es más, si es una institución divina, debe permanecer idéntica en su estructuración de relaciones internas (roles, ) con el paso del tiempo? Si esto es así, es posible vivir la doctrina de la Iglesia en un ámbito urbano y régimen laboral del siglo XXI? Es necesario, entonces, retroceder a modelos sociológicos del pasado para vivir cristianamente el hecho de la familia? Es esto lo que la Iglesia propone a los cristianos y a los hombres de buena voluntad? Teniendo en cuenta lo dicho en el preámbulo acerca del estatuto propio de la DSI, debemos acoger la preciosa herencia recibida de la tradición sobre el matrimonio y la familia, pero interpretándola en el momento actual. Esto quiere decir dos cosas: Por una parte, será muy importante pero no determinante lo que desde siempre ha sido, lo que antes era tenido por positivo. Se trata de valorar la real complejidad de una pluralidad de necesidades, valores, posibilidades. Siempre, en la diversidad de culturas habrá una relación entre el modo en que está estructurada la familia en el interior de una determinada cultura, el modo de su composición, y el modo en el cual está estructurada la sociedad dentro de la cual la familia vive. 3 Cfr. PONTIFICIO CONSEJO JUSTICIA Y PAZ, Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia, Madrid 2005, n.º Por otra parte, sin embargo, debemos hacernos conscientes de que, más allá de las diferentes estructuraciones sociológicas de la familia en interacción con el estructurarse de una determinada sociedad, se puede reconocer el valor y ser de la familia como tal. El matrimonio y la familia en cuanto valor, no son, en realidad, una construcción sociológica casual, fruto de situaciones históricas y económicas particulares, sino que hunde sus raíces en la esencia más profunda del ser humano, y sólo a partir de ahí puede encontrar su respuesta, su fundamento. Es precisamente aquí, donde la fe cristiana ha de iluminar la realidad de la familia, para conocer su verdad, para ofrecer una ayuda para que pueda conducirse hacia su fin a través del estructurarse en relación con la sociedad. Es precisamente en este punto donde se puede hablar de la familia como «primera sociedad natural de institución divina». Vayamos, pues, al punto que ilumina la realidad de la familia, lo que le da luz y sentido al matrimonio y a la familia en cuanto tales. Desde esa luz se podrá ir reflexionando, interpretando, guiando el estructurarse del matrimonio y la familia en lo que se refiere a la vida conyugal, la generación y educación de los hijos, la relación entre los diferentes miembros de la familia, y con/en la sociedad. De este modo, la reflexión iluminada desde la fe acerca del matrimonio y la familia podrá ser comunicable y universalizable, se podrá proponer como un auténtico evangelio (la buena noticia del matrimonio y la familia) a los demás cristianos y a todo hombre de buena voluntad. 3. El fundamento Para poder comprender el valor de la familia, y poder ofrecer una luz que pueda ayudar a entender y guiar la realidad familiar a lo que más humaniza, hemos de partir desde la Revelación. Es decir, el punto de partida es el significado que el matrimonio y la familia tienen en el plan de Dios, creador y salvador. Aquí sí podremos encontrar elementos sobre la naturaleza (ley natural) del matrimonio y la familia Cristo remite al principio Es precisamente a la luz de Cristo donde quedan iluminadas las cuestiones más hondas de nuestra vida y las diversas dimensiones de la misma, incluida la verdad del matrimonio y la familia. En Cristo resplandece el misterio del hombre, Tema 1. La familia: primera sociedad natural

5 amado por Dios, llamado a la vida plena (cf. Gaudium et spes, 22a). A Cristo se dirigen las cuestiones sobre el ser, el obrar y el destino humano; y, por tanto, también en concreto, las cuestiones del matrimonio y de la familia. Cristo ilumina ambas realidades remitiéndose al principio, al proyecto originario de Dios (leer Mc 10,2-9). Podemos partir de esta remisión al proyecto divino originario, viendo en ella una clave no sólo para la doctrina sobre el matrimonio y la familia, sino para la misma antropología y ética. Al principio encontramos el plan del Creador y su valor permanente y universal. El hombre es, en lo más hondo de su identidad, un proyecto amoroso de Dios. Mirar e ir al principio, no es retroceder en la historia para saber cómo de hecho era el matrimonio y la familia en una época remota (principio no es principalmente comienzo temporal), sino más bien se trata de mirar e ir al fundamento, al ser profundo, al principio constituyente del matrimonio y de la familia. De hecho, los textos a los que se remite Jesús en su respuesta a los fariseos (Gn 1, 27 y Gn 2, 24), pertenecen a relatos que se refieren principalmente al fundamento y ser de la Creación y del ser humano. Mirar e ir al principio es buscar el ser del matrimonio y la familia, su fundamento y su finalidad, su ser y lo que está llamado a ser: su vocación. Es buscar una luz para reflexionar sobre la situación actual del matrimonio y la familia, interpretarla y guiarla hacia el futuro. Para iluminar desde la fe la realidad del matrimonio y la familia, tomaremos como guía la lectura del relato de Gn 2, leyéndolo desde la perspectiva de la totalidad de la Revelación cristiana (sensus plenior) Relación Dios-hombre Dios ha creado un jardín precioso para el hombre; el hombre se convierte así en señor del jardín, de todo lo creado. Este jardín ha sido hecho para el hombre, y el hombre recibe la misión de custodiarlo y cultivarlo, y de poner nombre a los animales: Cultivar significa servir, y servir es hacerle bien a la tierra, buscar su bien. Aquí aparece la misma idea que en el relato de Gn 1: someter sin ejercer violencia, dominar la Creación, pero como pro longación de la intencionalidad de Dios Creador que ha visto todo y cada cosa creada, y ha visto que todo es muy bueno. El hombre recibe el jardín, es suyo, pero no puede hacer lo que quiera, no es el patrón absoluto, sino que debe protegerlo: el jardín es suyo, pero como don; esa es la identidad profunda de toda la realidad creada. Poner nombre es dar destino a una cosa, imprimir/expresar su realidad profunda, dar una vocación, un camino por recorrer. Sólo Dios puede poner nombre, Él es el Creador de todo, el que le ha dado su estructura profunda. Por eso, cuando el hombre pone nombre a los animales lo hace en nombre de Dios, reconociendo el valor de cada cosa, dotando de sentido humano a la realidad, sabiendo que ello permite al sujeto, al mismo tiempo, entenderse y decidir sobre sí mismo. Pero, paradójicamente, además de decir que el hombre es señor, se dice que el hombre es polvo 4. Por tanto, el hombre no sólo ha sido hecho con polvo de la tierra, sino que es polvo. Entonces, cómo puede ser señor? Además ha sido hecho del mismo material que los animales, con polvo. Hombre y animal han sido hechos de la tierra, pero sólo del hombre se dice que es polvo (explicitándolo queda subrayado). En Gn 1, hombre y animales fueron creados el mismo día; y en Gn 2, hombre y animales son creados de la misma tierra. Pero en Gn 1, el hombre es imagen y debe someter lo creado acogiendo la intencionalidad del Creador; y en Gn 2, el hombre es dueño que debe cultivar sirviendo. El hombre tiene que ver con el animal y con Dios; hay que mantener, por tanto, las dos dimensiones para saber quién es el hombre. La misión fundamental del hombre es reconocer su propia verdad (divino y animal). Buscar el equilibrio, hacer la síntesis: esa es, en el fondo, la misión del hombre. Por eso, Dios dice al hombre: tú puedes comer de todos los árboles, pero hay uno del que no puedes comer. Pero este no, principalmente, no es poner un límite (ciertamente es un límite, un límite que posibilita la alteridad relacional). El «no puedes comer de uno» es para que el hombre se dé cuenta de que es limitado y no señor absoluto. No comer de ese árbol no es tanto poner un límite, sino la posibilidad de ser verdaderamente hombre. Es decir, el hombre no puede comer y asimilar el conocimiento del bien y del mal, porque conocer es, de alguna manera, ser 4 El versículo 7 de Gn 2 admite dos posibles traducciones: Una, como acusativo de medio: «Dios plasmó al hombre con polvo de la tierra». Otra como aposición al acusativo: «Dios plasmó al hombre, polvo de la tierra» (esta es una traducción más literal). Tema 1. La familia: primera sociedad natural 5

6 principio de la cosa conocida. Y el hombre, aun siendo imagen (Gn 1) y dueño (Gn 2) no es principio y fundamento del bien y del mal. No puede disponer del valor moral porque es un valor absoluto. El hombre puede comer del árbol de la vida siempre que no coma del árbol del conocimiento del bien y del mal. Es decir, el hombre puede administrar la vida, pero sirviéndola, cultivándola. El hombre puede disponer de la vida incluso de la vida humana 5 y de cualquier otra realidad, pero no arbitrariamente. El matrimonio y la familia adquirirán formas nuevas y el hombre tiene libertad creativa para continuar creándolas, pero no arbitrariamente, es decir, ha de buscar y potenciar el ser y vocación de cada cosa. Precisamente, la DSI sobre la familia es un estímulo y guía para ello, no para implantar una forma sociológica del pasado, sino para buscar creativamente en el momento actual el modo de vivir el matrimonio y la familia como prolongación actual de la intencionalidad del Creador. «Tú no debes hacer tuya la posesión de toda la realidad moral» no es una prohibición extrínseca o nominalista, sino que Dios le está ofreciendo la posibilidad de vivir como hombre. En definitiva, este es el mandamiento: Tú eres hombre, no eres Dios. Pero esto no es porque Dios quiera revindicar su realidad 6, como si Dios necesitara defender su ser, sino para que el hombre pueda vivir su verdad y vivir en relación. Es decir, para que el hombre pueda reconocer el Tú de Dios, un Tú distinto para la relación. Sólo hay relación en la diferenciación. El hombre es creado a imagen de Dios, pero no es un clon de Dios. En el relato de Gn 2, el hombre se descubre en relación con Dios: habla, dialoga, con el Creador, se sabe mirado con amor por su Padre Dios que ha tejido sus entrañas (cf. Sal 138).En el mismo mandato «podéis comer de todos menos de uno» podemos reconocer a Dios como don al hombre, Él mismo lo ha creado por amor, para establecer una relación de amor. 5 Por ejemplo, en el caso de legítima defensa. El principio se expresa así: Es lícito defender a sí mismo o a una tercera persona ante una agresión en acto, objetivamente injusta, hasta el punto de llegar a quitar la vida del agresor, con proporción entre el mal realizado y el bien amenazado. 6 Gn 3,5: «Seréis como Dios». Así lo interpretará la serpiente para engañar a la mujer, y así se interpreta a Dios en el ateísmo moderno y sus diferentes derivaciones que pretende erigirse en creador sin acoger la intencionalidad del Creador impreso en el ser de las cosas creadas Relación cuerpo-persona Dios ha formado al hombre y le ha dado su aliento vital. El hombre es alma que se expresa en el cuerpo, y cuerpo vivificado por un espíritu inmortal. El ser humano se descubre como persona-cuerpo 7. Cada uno vive su cuerpo como una dimensión de sí mismo, inseparable de su persona, intrínseco a la misma, dotado de intimidad, unido a su alma espiritual. Así, por ejemplo, todo hombre se resiste a que su cuerpo sea utilizado por otros como objeto de placer o de producción. El hombre se expresa a través de su cuerpo, de sus gestos y actos. Su cuerpo es también él mismo, es signo y lenguaje del hombre interior concreto, en su dignidad personal absoluta e inviolable, templo de la presencia, de la gloria de Dios. El cuerpo humano se presenta como dimensión y lenguaje de la persona.del mismo modo, la sexualidad humana no es algo añadido a nuestro ser persona, sino que pertenece a él. Sólo cuando la sexualidad se ha integrado en la persona, logra dar un sentido a sí misma. Sólo así hay posibilidad de encuentro y comunión Relación varón-mujer La palabra hebrea adam proviene de adamâtierra, barro, significa género humano o ser humano concreto, pero sin determinar el sexo. Por tanto adam no significa varón u hombre en sentido masculino: es la persona humana. Dios ha creado a adam y lo ha colocado en un jardín precioso, ha creado a los animales, pero «no es bueno que adam sea sólo». Esto quiere decir que la creación todavía no es completa, aún no es buena. Porque no es buena la soledad, falta la alteridad dialógica, falta un tú adecuado a sí mismo, adecuado al yo. Por eso adam «necesita una ayuda»: salir de la soledad. Y esta ayuda la crea Dios haciendo que adam devenga îs (el varón) y issâ (la mujer). Normalmente pensamos que Dios primero crea al varón y después a la mujer, pero no es exactamente así. El texto dice que Dios presenta issâ (la mujer) a adam (ser humano). Es que aún no existe el varón como tal? Esto sucede porque todavía no 7 El cuerpo no es una cárcel del alma, como sostenía Platón. Ni una especie de caparazón de la persona. No es un objeto del sujeto consciente, una cosa que el yo utiliza instrumentalmente. No es un elemento carente de valor y de significado personal. Tema 1. La familia: primera sociedad natural

7 se ha producido el encuentro entre ambos: cuando sea reconocida issâ (la mujer), îs (el varón) reconocerá su propia identidad, su nombre. Sólo de frente al tú de la mujer es el único modo de auto-reconocerse como yo. Y si es verdad que adam da nombre a la mujer ( se llamará issâ ), es la mujer la que posibilita el nombre del varón («porque procede de îs»). Ahora sí que es todo bueno. En el momento de la comunión encuentra el hombre su perfección. El hombre es la uni-dualidad originaria de varón y mujer, la comunión originaria. El encuentro de ambos constituye el Paraíso, es decir, el reconocimiento agradecido, el asombro originario, causado por la belleza del otro en su visibilidad corpórea humana y en la complementariedad entre ambos. Por tanto, la experiencia originaria de soledadcomunión nos indica que el ser amado constituye como una revelación básica de la persona, una experiencia primordial. La vocación originaria del hombre contiene una llamada a la comunión mediante el don de sí. La presencia del otro que me ama despierta el sentido de la propia vida. La revelación del amor que surge ante el otro constituye una promesa de comunión hacia la que orientar esperanzadamente el dinamismo del propio deseo. La imagen divina en el hombre contiene el reflejo y la participación en el mismo ser de Dios. El Dios-Amor, el Dios-Comunión de Personas, deja plasmada en el ser humano esa estructura íntima que lo ordena al don recíproco y a la relación interpersonal. «El hombre ha llegado a ser imagen y semejanza de Dios no sólo a través de la propia humanidad, sino también a través de la comunión de las personas, que el hombre y la mujer forman desde el inicio. El hombre llega a ser imagen de Dios no tanto en el momento de la soledad, cuanto en el momento de la comunión. Él, en efecto, es desde el principio no solamente imagen en la cual se refleja la soledad de una Persona que rige el mundo, sino también, y esencialmente, imagen de una ines crutable comunión divina de Personas Relación persona-institución Todo es bueno, pero haciéndose (in fieri). No está terminado (factum est). Varón y mujer están 8 JUAN PABLO II, Hombre y mujer lo creo, Madrid 2000, pag. 99. llamados a vivir lo que estructuralmente son, han de vivir en su existencia su esencia relacional están llamados a vivir en comunión: esto es una misión por hacer, un camino, un éxodo originario: «por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá a su mujer, y serán una sola carne». Ponerse en camino para vivir en plena comunión (formando una sola carne) implica la donación mutua de la totalidad de la persona (del cuerpo vivificado por el espíritu, del espíritu que se expresa en el cuerpo), y la totalidad incluye la dimensión del tiempo, del día a día. Y por eso, el sí recíproco que varón y mujer se dan implica trascender el momento presente: en su totalidad, el sí significa siempre, y por tanto, el sí libre y recíproco inaugura la dinámica de la fidelidad. La libertad del sí es libertad capaz de asumir algo definitivo. El sí personal y recíproco del varón y de la mujer abre el espacio para el futuro, para la auténtica humanidad de cada uno y, al mismo tiempo, está destinado al don de una nueva vida. Por eso, este sí lleva en su propia dinámica un sí también públicamente responsable, con el que los esposos asumen la responsabilidad pública de la fidelidad, que garantiza asimismo el futuro de la familia La familia, mediación entre la persona y la sociedad Terminando este recorrido iluminador podemos afirmar que es en la familia el lugar natural donde el sujeto aprende la gramática del amor. La persona varón y la persona mujer con la recíproca donación de la totalidad de sí mismos (cuerpo espíritu) en fidelidad es la expresión de la imagen de Dios comunión. Por eso, el matrimonio es santuario de la vida naciente, donde Dios crea su imagen (los hijos), es el lugar donde un niño aprende que ha sido creado por amor, donde aprende su ser imagen de Dios y su relación de alteridad con Él. Nacer y vivir en el seno de una familia es aprender a vivir con el otro no de una manera cualquiera, sino en la comprensión y valoración de la real objetiva situación del otro, con sus capacidades y necesidades. Es en la familia donde cada miembro es amado por ser quien es, no por la función que desempeña dentro de un pacto social. Es en la familia donde uno aprende a amar, porque ha nacido dentro de la dinámica del amor y del encuentro personal. Es el lugar donde la persona aprende a entregarse con la previa libre ex- Tema 1. La familia: primera sociedad natural 7

8 periencia de que otros se han entregado a mí, es decir, de la experiencia de que mi vida es dada por alguien que puedo reconocer en su gesto donante. Un gesto que me ofrece la posibilidad de vivir, cuyo rostro es un rostro de bondad. Haberlo experimentado de cerca y familiarmente, progresivamente y con continuidad, me hace capaz de entender en la experiencia vital que el entregarme es decir, el convertirme yo mismo en rostro de presencia benévola para los demás no es un perderme, sino el recibir la vida, porque la mutua entrega de mis padres en la continuidad del tiempo es mi origen vital y mi configuración personal. De este modo, la familia es lugar donde se aprende a vivir el amor, la gratuidad, el valor moral, que nunca podrá ser suplida por la gran sociedad ni por el estado. En este contexto, la familia se convierte en el lugar privilegiado en el que se hace posible asumir y transmitir los valores humanos y la fe. Porque no vienen a la persona desde un ente extraño como puede ser la gran sociedad, sino que vienen mediados por el rostro amoroso de los padres 9. 9 «La familia, sociedad natural, existe antes que el Estado o cualquier otra comunidad, y posee unos derechos propios que son inalienables; la familia constituye, más que una unidad jurídica, social y económica, una comunidad de amor y de solidaridad, insustituible para la enseñanza y transmisión de los valores culturales, éticos, sociales, espirituales y religiosos, esenciales para el desarrollo y bienestar de sus propios miembros y de la sociedad» SANTA SEDE, Carta de los derechos de la familia, preámbulo, D-E. Para el diálogo A. Por qué la esencia del matrimonio transciende la perspectiva sociológica? Por qué la cuestión sobre el matrimonio y la familia es inseparable de la cuestión de Dios? B. Cuando la Iglesia habla de ley natural o de realidad divina natural (en este caso referido a la familia), una de las cosas que se están afirmando es que afecta a todos los hombres (no sólo a los católicos), y por tanto, tal mensaje ha de ser comunicable universalmente, es decir, debe ser susceptible de ser entendido por todos, no sólo por aquellos que comparten un mismo ámbito cultural. Teniendo en cuenta las diferencias de pensamiento dentro de nuestra sociedad, cómo puede iluminar la Iglesia la realidad del matrimonio y la familia? Cómo puede hacer presente la buena noticia del matrimonio y de la familia, (verdad antigua y siempre nueva) a nuestra sociedad en la que algunos sectores afirman que los cristianos quieren imponer un modelo de familia antiguo y único, sin respetar la libertad de elección de los individuos? C. El hombre puede comer del árbol de la vida, pero no puede comer del árbol del conocimiento del árbol de bien y del mal, es decir, puede disponer de todas la realidades creadas con libertad creativa, pero sin arbitrariedad, sino que ha de decidir y actuar el mayor bien objetivo concretamente posible con un amor imparcial (lo elijo porque es un bien). Podrías aplicar este criterio de discernimiento a los diferentes tipos de relación que los legisladores civiles han llamado matrimonio (como las uniones de personas del mismo sexo), o las uniones a prueba, o la rápida concesión del divorcio,? D. Por qué la unión-comunión del varón y la mujer en la entrega personal (del alma que se expresa en el cuerpo y del cuerpo habitado por un alma inmortal) es imagen de Dios? E. Por qué la familia es importante para la persona y para la sociedad? 8 Tema 1. La familia: primera sociedad natural