MANUAL DE USO DEL LENGUAJE NO SEXISTA 1. Justificación: Por qué es importante hablar de nosotras?

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1 MANUAL DE USO DEL LENGUAJE NO SEXISTA 1. Justificación: Por qué es importante hablar de nosotras? Según la UNESCO: las personas hispanohablantes sienten la terminación o y sobre todo la terminación a, como signos del género masculino y femenino respectivamente añadiendo que: si no hay nada en el idioma que se oponga, habrá que convenir que la resistencia no es de orden lingüístico, sino social. Si partimos de que el lenguaje refleja los prejuicios sexistas acumulados en nuestra cultura, pensaremos que no tendrá sentido cambiar su uso hasta que la igualdad entre mujeres y hombres sea efectiva y de ese modo, los prejuicios sexistas que transmite el lenguaje vayan desapareciendo con el tiempo. Sin embargo, pese a su dimensión conservadora y su carga tradicional, el lenguaje, por su estrecha relación dialéctica con el pensamiento, puede cambiar gracias a la acción educativa y cultural, e influir positivamente en el comportamiento humano y en nuestra percepción de la realidad. Ejemplos que demuestran que el lenguaje no es inocente ni aséptico: Nombres y adjetivos con diferente valor semántico si se refieren a mujeres o a hombres: No hay simetría semántica entre el masculino y el femenino de muchos nombres : «generala» no es la mujer que ejerce mando de general, sino la mujer del general ; frente a «asistente», que es el soldado adscrito al servicio de un superior, «asistenta» es la mujer que hace faenas en una casa. En ciertas profesiones el femenino tiene connotaciones peyorativas: «verdulero» hombre que vende verduras, «verdulera» mujer ordinaria o grosera; «sargento» el militar que pertenece al grado del mismo nombre, «sargenta» mujer autoritaria y de modales bruscos. La connotación peyorativa está muy a menudo relacionada con la conducta sexual de las mujeres respecto de los hombres: frente a «fulano» término con que se designa una persona indeterminada, «fulana» prostituta. Encontramos adjetivos con distinto valor semántico en función del género, y en los que el femenino tiene además connotaciones peyorativas, de nuevo en relación con la conducta sexual de las mujeres: «un hombre público» es el que tiene una vida pública conocida, en general como político, mientras que «una mujer pública» es una prostituta; «un muchacho serio» hombre trabajador y responsable, «una muchacha seria» se comporta púdicamente.

2 2. Sexismo lingüístico y confusión entre sexo y género gramatical. El sexismo lingüístico es el uso discriminatorio del lenguaje que se hace por razón de sexo: el lenguaje no es sexista en sí mismo, sí lo es su utilización. Si se utiliza correctamente también puede contribuir a la igualdad y a la visibilización de la mujer. Una de las cuestiones más polémicas relacionadas con el sexismo lingüístico proviene de la confusión que se establece entre sexo y género gramatical. Mientras que el sexo es un rasgo biológico que poseen algunos seres vivos, el género gramatical es un rasgo inherente a determinados tipos de palabras, que sirve para clasificar los sustantivos en masculinos y femeninos y, en el caso de los adjetivos y determinantes, para establecer su concordancia. Una manera de advertir este sexismo estriba en aplicar la denominada regla de inversión, que consiste en probar si el texto es correcto al sustituir los términos femeninos por los correspondientes masculinos, y viceversa. 3. Sí se puede (Claro que PODEMOS) El castellano ofrece posibilidades para que no se produzca discriminación sexual en su uso. Existen múltiples recursos lingüísticos que no requieren desdoblar continuamente (que es lo que la mayoría entiende como solución al sexismo del lenguaje); se trata de utilizar estrategias y recursos que posee nuestra lengua y que no faltan ni a la gramática, ni contravienen el principio de economía del lenguaje, sino todo lo contrario, ya que la mayoría se caracterizan, precisamente, por su brevedad. Reglas: Utilizar un lenguaje igualitario y no excluyente permite visibilizar a las mujeres, rompiendo con estereotipos y prejuicios sexistas modificar el enfoque androcéntrico de las expresiones, nombrando correctamente a mujeres y hombres. Es perfectamente compatible el uso de las normas gramaticales y estilísticas con el uso no sexista de la lengua. El uso innecesario o abusivo del masculino genérico es un obstáculo a la igualdad real entre mujeres y hombres porque oculta a las mujeres y produce ambigüedad, por lo que ha de evitarse su utilización en textos y documentos.

3 Para sustituir el masculino genérico se emplearán términos colectivos, abstractos o vocablos no marcados, perífrasis o metonimias. Cuando no produce ambigüedad, se puede omitir la referencia directa o bien utilizar infinitivos o pronombres. Se utilizarán, siempre que sea posible, las denominaciones de cargos, profesiones y titulaciones en femenino, mediante el morfema de género y/o el artículo. Cuando su uso se haga en plural, se evitará la utilización del genérico masculino. En los casos en los que el texto se refiera a quien posee la titularidad de una entidad, área o institución, el lenguaje se adecuará al masculino o al femenino en función de si se trata de un hombre o una mujer. La lengua castellana tiene marca de género por lo que los cargos ocupados por mujeres deben recogerse en femenino. El uso de dobletes mediante barras queda limitado a los formularios de carácter abierto y a determinados encabezamientos, no utilizándose en ningún caso en otro tipo de redactados. No es recomendable el uso de que no es un signo lingüístico, sobre todo teniendo en cuenta la variedad de recursos que ofrece la lengua para evitar un uso no sexista del lenguaje. Tradicionalmente, el género masculino precede siempre al femenino cuando hay mención expresa de ambos sexos. Se propone que el masculino no siempre se anteponga al femenino. 4. Ejemplos concretos de uso - En documentos cerrados, es decir, en aquellos que se conozca el género de la persona que ostenta un cargo, se hace explícito. Ejemplo: Si sabemos que Ana ostenta la coordinación de una comisión pondremos COORDINADORA o bien FUNCIÓN DE COORDINACIÓN, pero en ningún caso COORDINADOR ni COORDINADOR/A. - En documentos abiertos, es decir, en los que no se conoce el género. Normalmente nos encontramos ese tipo de documentos así: El descontento de los ciudadanos se solventará cuando se trabaje por un cambio social y político. Propuesta de uso 1: El descontento de la ciudadanía se solventará cuando se trabaje por un cambio social y político.

4 Propuesta de uso 2: El descontento de las ciudadanas y ciudadanos se solventará cuando se trabaje por un cambio social y político. Por último, listado con palabras que podemos sustituir y que nos ayudan a expresarnos de manera no sexista: Para obtener un lenguaje neutro Uso de genéricos que hacen referencia tanto a hombres como a mujeres: Adolescente adolescencia Alumno alumnado, estudiantes. Ciudadanos ciudadanía Consumidores consumo Coordinador persona coordinadora Enfermo persona enferma Hombre ser humano, persona, gente Investigador personal de investigación Jóvenes juventud Los familiares las familias Niño niñez, infancia Profesor profesorado ; Cada profesor cada docente Trabajadores personal, plantilla, personas trabajadoras ƒ Uso de abstractos Autor autoría Coordinador coordinación Delegado delegación Director dirección Ponentes ponencia Presidente presidencia Secretario secretaría Voluntarios voluntariado ƒ Uso de pronombres. Sustituir el que, los que, aquellos que por quien o quienes. El que solicite una beca quien solicite una beca Los que acudan a la reunión quienes acudan a la reunión Los trabajadores de la empresa quienes trabajan en la empresa

5 ƒ Eliminación del artículo en sustantivos neutros Se asesora a los estudiantes con dificultades fracaso escolar se asesora a estudiantes con dificultades ƒ Sustituir un artículo por otro El estudiante debe solicitar cada estudiante debe solicitar ƒ Utilizar el pronombre se Los miembros acudirán a la asamblea se acudirá a la asamblea. Si un miembro solicita si se solicita Para destacar ambos géneros Uso de dobles formas. Podemos utilizar el masculino y el femenino sin temor a que sea una repetición, ya que son dos realidades diferentes y como tales deben ser nombradas. En artículo y sustantivos: los encargados los encargados y las encargadas. Sólo en artículos: el sustantivo se concuerda con el artículo que tenga más próximo. Los encargados Los y las encargadas; Las y los encargados. Uso de las barras. Es preferible evitarlo si existen términos genéricos, pero resulta de utilidad en algunos casos. Uso de Soluciona aparentemente el problema en leguaje escrito, pero no en el oral. Puede ser válido en mensajes informales, correo electrónico. Otras expresiones Cada uno cada cual Los demás el resto de la gente, otras personas Muchos piensan como mucha gente piensa Si mismos cada cual Todos todo el mundo