"Y-1990-clínica De La Fobia: Cuerpos Sufrientes De Mujeres"

Transcripción

1 "Y-1990-clínica De La Fobia: Cuerpos Sufrientes De Mujeres" (*) Ii Jornadas De Carteles De La Escuela Freudiana De Buenos Aires, 8, 9, 10 De Noviembre De Eva Lerner Cuerpos desamarrados esclavos / de un goce, que clama liberación. Estas consideraciones surgen de la confluencia de intereses de los miembros de un Cartel de Clínica (1) respecto a la clínica de la fobia, en el cuál llevados por la pregunta de cada uno de nosotros trabajamos el tema. Mi interés acerca de la fobia partía del análisis de algunas mujeres con síntomas fóbicos, conversivos y afecciones orgánicas. Freud podría haberlas incluido, en los primeros tiempos de su práctica, en lo que llamaba las neurosis mixtas pero muy pronto y ubicando la posición deseante y no sus síntomas hubiera dicho que son histéricas. Lacan cuestiona a la fobia como estructura y si a la obsesión la consideramos un dialecto de la histeria, con la lectura nodal podríamos empezar a pensar que las tres neurosis freudianas se reducen a la histeria?. Hoy arriesgo una propuesta: la fobia es uno de los modos en que se desestabiliza una estructura histérica, cuando se desanuda en un punto el anudamiento simbólico, imaginario y real donde la estructura se sostiene. En el curso de estas curas el síntoma fóbico y las manifestaciones orgánicas aparecían como signos, con serias dificultades para constituir lo que en psicoanálisis llamamos síntoma, es decir con dimensión de palabra, abierta a una sustitución metafórica y reductible a un efecto de verdad. Las manifestaciones orgánicas podían ser variadas en unos casos y siempre la misma en otros (ataques hipocondríacos, úlcera, anginas a repetición, llagas, asma; urticaria). Si bien el neurótico dice esta palabra no sólo con palabras sino también con su cuerpo, y - Página 1 de 7 -

2 algunas mujeres histéricas son especialistas en eso, podemos acordar en que esa palabra es revelada por la interpretación. Es así que el síntoma no cede más que ante el alcance del texto que lo integra, sólo a producir, si es legible. La franja de manifestaciones orgánicas a las que me refiero eran en unos casos acompañadas por francos ataques de angustia, y en otros casos aparecían en su lugar. La inhibición que las acompañaba era severa deteniendo prácticamente cualquier actividad deseante. Tanto la fobia como las otras afecciones se desencadenaban fundamentalmente en contigüidad con acontecimientos de la realidad ligado al tropiezo de los hombres. Muy a menudo como analistas no podemos leer lo más evidente del texto articulado de cualquier síntoma y el padecimiento neurótico nos lleva a hacer una diferencia. Muchos síntomas no reclaman ser leídos, es goce, goce putrefacto diría Lacan, y es función del análisis que eso empiece a molestar, que se produzca como enigma primero, como pregunta después y que de sustitución en sustitución sea legible. Es el analista el que le sugiere al analizante que hay una causa para ese enigma y es una pregunta que el análisis propicia a formulase. Si pudo ser descifrado, lo sabremos después. Las afecciones orgánicas a las que me referiré claman a gritos su resolución. y es este llamado al Otro, hasta diría, desesperado, el que nos convoca a empezar a iluminar el oscuro punto del psicoanálisis que son las también llamadas manifestaciones psicosomáticas. Es él mismo dispositivo analítico el que acotando el goce produce una demanda y es la clínica de la angustia, la que los emparenta con ese tiempo de la fobia donde el neurótico no encuentra un significante de salida, además de agregarle en estos casos un riesgoso compromiso corporal. No se formulan metafóricamente. También el síntoma fóbico aún cuando encuentra un significante, éste es una encrucijada de significaciones pero no es metáfora y cuando el análisis consigue metaforizarlo, yo diría que ya es histérico. El que está como objeto del Otro es el cuerpo todo sin representación. Presentan sin embargo aunque tenues, algunas características del goce fálico que le atribuimos al síntoma, y testigos de un tiempo arduo de repetición, donde el análisis se encuentra con el obstáculo de que no se formulan en pregunta y luego en sustitución, denuncian sin embargo un circuito desvastador donde un discurso del ser se impone, denunciando a estas mujeres a merced de las demandas de la madre, donde sólo la afección orgánica interrumpe, al precio de la inhibición. - Página 2 de 7 -

3 En el análisis de estas pacientes, su afección, pasa a tener la función de rasgo distintivo del sujeto, significante privilegiado instituíble, que sin embargo con el avance de la cura se atenúa sin caer totalmente, como el síntoma, en el sin sentido. Ordenador de su universo y faro luminoso que se prende para el analista cuando advierte la impotencia de su acto. Colmo de la angustia entonces, como en la fobia, y seria dificultad para darle salida sintomática "dicha" en algún significante que la amarre en un síntoma, que se haga histérico y por lo tanto analizable. Llama al corte pero no se formula en metáfora e indica por su aparición que el sujeto ha perdido las amarras de su posición y su cuerpo todo está ofrecido al Otro, materno y desvastador. Cuando la angustia interviene, es como todos sabemos porque algo es tomado en la dialéctica deseante, un desorden acontece en el discurso del tener y el discurso del ser se impone. Falta de amarras del falo que en tanto faltante está para el neurótico en el horizonte de sus síntomas. El sistema significante asegura la relación al Otro, pero cuando este sistema significante no se sostiene, estas manifestaciones orgánicas aparecen como intento de inscribir la falta de falo, lo que fallaba, dejando la falta en lo imaginario, por cierto, en un cuerpo que queda a merced del puro goce del Otro. Vacilación de?? El goce del Otro recorta sobre el cuerpo esos significantes primeros con los que el sujeto sostiene su cuerpo libidinal, pero el sujeto como objeto fálico imaginario del Otro debe ser perdido para siempre. Cuando esto vacila (no como en el fantasma, operación con la cual se reniega del falo como faltante) sino vacilación de la operación que lo precede, la estructura también se conmueve. Tiempo del análisis donde la falta de amarras y la demanda del analizante por su afección convoca, al analista a preguntarse: 1) Cómo se re-inscribe en análisis, el falo como perdido? 2) Cómo es que en el escenario del cuerpo se nos da a leer, sobre todo a partir de su resolución, un tiempo de desestabilización histérica, que es fóbico y su escenario no es el espacio, aunque en él se despliega la inhibición, sino el cuerpo? - Página 3 de 7 -

4 3) Es posible re-inscribir la operación que vacila o anudar de otro modo? 4) Hay falla de nudo y suplencia? El análisis conmovió la suplencia y debe anudar de otro modo? Es a partir de la clínica de la angustia, en la fobia, que abordaré un perfil especifico del Edipo femenino allá donde para una mujer también se trata de situar el falo como perdido. La literatura psicoanalítica desde Freud es muy extensa respecto a la "solución" para una mujer del hecho de estar privada de pena. Decíamos en Juanito que fueron las primeras excitaciones de su pene las que lo interrogaron a tal punto que todo su interés investigativo se centraba en él y en aquellos que lo tienen. Freud pensaba que la pieza fundamental que le faltaba a Juanito era el saber acerca del genital femenino, indica al padre su esclarecimiento y la fobia sin embargo se mantiene. Juanito no es un psicótico, una parte de la operación simbólica que metaforizó el deseo de la madre, se produjo. No es todo el cuerpo de Juanito el que está tomando en el resto de operación, que lo deja en el goce incestuoso con la madre. No es todo él, pero su pene, no fue interdicto y es cuando quiere saber el destino de su pene, que las reglas de juego son perturbadas, lo ya conseguido vacila y amenazado de volver a ser tomado entero, encuentra la fobia para reinscribir un orden fálico, donde éste, se había perdido. Todo él, siendo falo de mamá, no es lo mismo que teniendo falo, al precio de la fobia por supuesto. La castración en el varón también pasa por el pene real. Es sólo si el propio pene pasa por la anulación momentánea, que el niño será prometido a acceder a la función paterna plena, a ser alguien que se sienta legítimamente en posesión de su virilidad. Es en la medida en que un padre juega su juego, es decir su función de interdicto, que el complejo de castración es vivido. Para eso, además, debe desear a una mujer más de lo que ama a su madre. El padre de Juanito queda así en posición de pequeño otro, hermanado con su hijo a las citas con mamá, y no en posición de emitir un enunciado a la altura de interrumpir al Gran Otro. Esto diseña esa diferencia entre el carácter desvastador de la castración, si proviene de la madre, siendo que aquella que viene del padre tiene valor de salida, aunque esta se efectivice después de la pubertad. Cómo ordena la niña su universo en relación al falo como faltante? Un padre real es agente de la castración también para la niña en tanto la simboliza perdida como falo imaginario de la madre. Una niña renuncia al pene en el plano de la pertenencia al descubrir la diferencia sexual sitúa y al padre interdictor como aquél de quién espera el don de indemnización. - Página 4 de 7 -

5 La niña entonces se encuentra con la falta de pene de la madre de movida y culmina para Freud en el niño sustituto del pene, esperado del padre. Pregunto: Esta sustitución se produce para una mujer sin simbolizar su estar privada de él? El límite de la teorización freudiana en lo que a las mujeres se refiere es taxativo: las encuentra a pesar de cumplida su ecuación (pene=niño) en el penisneid. Si la privación de pene estaría resuelta con el niño sustituto de aquél, el pasaje de la niña, del padre al hombre no representaría ni por asomo la clínica que conocemos de las quejas y las demandas al partenaire. La franja donde el psicoanálisis opera se refiere a este perfil en el Edipo neurótico, se diga hombre o mujer, que requiera redituar al falo como faltante en el Otro, para llegar a un final. Sin embargo es frecuente la susceptibilidad de las mujeres frente a la castración masculina y el temor a quedar desamarradas de algún hombre de la realidad considerado "hombre de verdad", y confrontarse con la privación sin simbolizar. De qué suerte de metonimia del tener se trata? "Tener hombre" y "tener niño" como metonimia de la falta, digo, tiene patas cortas. Si el elemento anatómico es aquél por el cuál el sujeto se introduce en el nivel genital en la simbólica del don, tiene distinto valor tener o no tener pene en la interrogación de su destino sexuado. Cómo toma la niña la vía femenina alrededor del eje del falo? Cómo irrumpe el pene real en el universo especular de la niña? Si el cuerpo es marcado por la palabra, la información de que ella es una niña le viene del deseo del Otro, simboliza confirma y legítima el lugar donde es deseada. Pero en su horizonte obtiene también otra información y es, cómo es deseada su madre por ese que es su padre? Cómo es deseada esa que no tiene por el que tiene?. Es precisamente en la niña, por privada de pene que la operación simbólica de la castración más se ilumina. Se trata de que se instaure en un corte respecto de su cuerpo y el cuerpo de la madre y esto también pasa para una mujer por una anulación definitiva del cuerpo de la madre. - Página 5 de 7 -

6 Poco importa el conocimiento precoz de la vagina, la cuestión es cuándo se inviste libidinalmente, marcada por el significante, para estructurar una fantasía de deseo "femenino". No se trata de un significante femenino ya que del otro sexo que el masculino, no hay saber, sino de la inscripción de un borde de lo faltante, a consecuencia de lo cuál su cuerpo queda libidinalmente investido y dispuesto a un deseo sexual. Este investimiento lo encuentra una mujer en la mirada y en el decir deseante de un hombre por una mujer, aunque no sea su madre. Ser histérica es que un padre, aunque sea por procuración produjo algo del investimiento libidinal necesario. Cuando esto no ocurre y un padre (como el de Juanito) más hijo aún que padre, por más afecto a su hija que se encuentre, no desea a una mujer, no mira, no dice algo en la imagen no se constituye y retorna como real en el cuerpo. Diríamos acá que la única vía de salida es una salida regresiva, un retorno de algún modo al cuerpo de la madre desde la figura de la decepción del don por parte del padre. Don que llamado castración y no "niño" desde el padre real no operó. Si la privación de pene no queda resuelta con el don del niño como sustituto, ni por supuesto con la decepción de este, y si es, la ley ordenadora del deseo la exigible en la constitución subjetiva: Qué falla, en la función de interdicción, denuncia este espectro de sintomatología corporal que cesa como en las fobias con un tiempo en la cura donde el analista hace semblante del que enuncia la ley? Interdicción real del analista -allí donde el goce incestuoso sostenía a algunas mujeres en una fantasmática invalidante, de castración imaginaria- corte necesario para propiciar en una dialéctica fálica un estatuto deseante. Queda descentrado entonces cuál es el don de un padre para una mujer y este es la simbolización de su privación, y un hijo advendrá como metáfora del amor por un hombre y no como metonimia de su falta. Esta simbolización es conseguida en tres tiempos: 1) Interdicción del cuerpo de la madre. 2) Interdicción del cuerpo del padre. 3) Pasaje de no tener pene a no tener falo, metaforización necesaria también de ese objeto como faltante en un cuerpo que por no tener pene está amenazado de perder su imagen, para que se termine de diseñar como agujero el que será causa de su deseo sexual. El padre real agente de la castración está siempre en falla con su función porque también es neurótico, por esa razón es función del análisis concluir con la operación: castración, bordeando y recortando los objetos en juego en el fantasma, el fálico no es sólo el ordenador - Página 6 de 7 -

7 que resignifica los restantes, No será necesario su propio borde?. NOTAS (1) Con Victor Iunger, Cristina Marrone y Analía Stepak Palabras Claves: Fobia Angustia- Pánico Equivalentes de la angustia Falo Castración Femineidad Edipo femenino Histeria Mujeres Cuerpo Desestabilizaciones Fantasmáticas. - Página 7 de 7 -