SEXTA UNIDAD PROTECCIÓN DEL SUELO Y LUCHA CONTRA LA SEQUIA Y DESERTIFICACIÓN

Transcripción

1 SEXTA UNIDAD PROTECCIÓN DEL SUELO Y LUCHA CONTRA LA SEQUIA Y DESERTIFICACIÓN 1

2 Qué es el suelo? El suelo es la parte de la tierra que se encuentra entre su superficie y el lecho de roca, cumpliendo dos funciones principales: Contener los nutrientes necesarios para el mantenimiento de la vida. Es el hábitat de los humanos, de la flora y de la fauna. Proteger otros medios, actuando como filtro de contaminantes antes de que alcancen el agua subterránea o de que penetren en la cadena alimenticia. Además, ayuda a prevenir las inundaciones mediante la absorción de importantes cantidades de agua. 2

3 1.- La protección del suelo: desertificación y sequia. Las zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas representan una importante superficie de la Tierra, además de ser el hábitat y la fuente de sustento de una gran parte de la población mundial. Existe una gran preocupación en la comunidad internacional por los efectos perjudiciales de la desertificación y de la sequía. Se trata de problemas de dimensiones globales cuyos efectos inciden en muchas regiones, lo que hace necesario tomar medidas conjuntas para luchar contra estos fenómenos. 3

4 Qué es desertificación? Por desertificación se entiende la degradación de la tierra de zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas, como resultado de múltiples factores tales como las variaciones climáticas y las consecuencias de diferentes actividades humanas. Qué es sequía? Por sequía se entiende el fenómeno que se produce naturalmente cuando las lluvias han sido considerablemente inferiores a los niveles normales registrados, causando un agudo desequilibrio hídrico que perjudica los sistemas de producción de recursos de tierras 4

5 La desertificación tiene su origen en complejas interacciones de factores físicos, biológicos, políticos, sociales, culturales y económicos. La sequía puede definirse desde cuatro puntos de vista: Sequía meteorológica: contempla únicamente datos de precipitación. Es aquel fenómeno que se caracteriza por una considerable reducción de la cantidad de precipitación que se presenta en una zona y que, consecuentemente, puede producir serios desequilibrios hidrológicos. 5

6 Sequía hidrológica: esta definición esta basada en datos de disponibilidad y tasas de suministro y consumo de agua. La sequía se presenta cuando la precipitación es menor a la media estacional, lo que determina que el nivel de aprovisionamiento sea anormal tanto en los cursos de agua como en las reservas. Sequía agrícola: es el impacto o repercusiones de las sequías meteorológica y/o hidrológica sobre el rendimiento de los cultivos. La importante reducción de las precipitaciones o su ausencia de forma permanente impacta en la producción agrícola. Sequía socioeconómica: se puede considerar como sequía en el sector socioeconómico el fenómeno de lluvias insuficientes que, además, tenga una repercusión directa e importante sobre las comunidades y su economía, por ejemplo, en la producción de energía hidroeléctrica, aprovisionamiento de agua potable y en la industria. 6

7 Estos fenómenos afectan directamente al desarrollo sostenible por la relación que tienen con otros problemas sociales tales como pobreza, salud y nutrición deficientes, falta de seguridad alimentaria, y problemas derivados de la migración, el desplazamiento de personas y el crecimiento demográfico. La sequía produce diversos impactos de carácter económico, ambiental y social: Impactos económicos: costes y pérdidas agrícolas y ganaderas, pérdida de la producción de madera, pérdida de la producción pesquera, efectos económicos generales, pérdida de la industria del turismo y del ocio, efectos relacionados con la energía, el abastecimiento de agua, la industria del transporte, disminución de la producción de alimentos y la interrupción del suministro de alimentos. Impactos ambientales: daño a la biodiversidad y efectos hidrológicos. Impactos sociales: salud, aumento de los conflictos sociales, calidad de vida disminuida y cambios en el estilo de vida, reevaluación de los valores sociales, insatisfacción pública con la respuesta a la sequía de los gobiernos, pérdida de emplazamientos culturales. 7

8 Existen diferentes índices que permiten cuantificar la sequía. Los dos más usados son el Índice de Severidad de la Sequía de Palmer (ISSP) y el Índice Estándar de Precipitación (IEP). El ISSP se desarrolló para medir la intensidad, duración y extensión espacial de la sequía. Los valores del ISSP se obtienen de las medidas tomadas de precipitación, temperatura del aire y humedad del suelo local comparados con valores anteriores. Este índice de sequía ha sido usado para evaluar el impacto de la sequía en la agricultura. 8

9 El IEP se diseñó para mejorar la detección del comienzo de la sequía y su monitorización. Se basa en las probabilidades de ocurrencia de precipitación para un período dado, comparando la precipitación acumulada total para una estación o región en particular, durante un intervalo de tiempo específico, con el promedio de la precipitación acumulada para ese mismo intervalo a lo largo del periodo que dure el registro climático. 9

10 2.- Respuesta Internacional ante la desertificación y sequia La comunidad internacional reconoció, desde hace tiempo, que la desertificación y la sequía constituyen un grave problema con importantes repercusiones, y que pueden afectar a numerosas regiones del planeta. En cuanto a los fenómenos de sequía y desertificación, en 1977, se celebró en Kenya la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Desertificación (CNUD), que adoptó un Plan de Acción para Combatir la Desertificación (PACD)6. El Plan estableció que para hacer frente al problema de la desertificación resultaba necesario un esfuerzo de escala global fundamentado en la cooperación internacional. Sin embargo, en 1991, el PNUMA concluyó que, a pesar de estos esfuerzos, la degradación de la tierra en las áreas áridas, semiáridas y subhúmedas secas se había intensificado. 10

11 Protocolo de Protección de los Suelos de la Convención de los Alpes El primer tratado internacional con carácter vinculante dedicado específicamente a la protección del suelo se adoptó el 16 de octubre de Se trata del Protocolo de la Convención de los Alpes. El mismo entró en vigor el 18 de diciembre de y establece como objetivo reducir cuantitativa y cualitativamente el daño del suelo, procurando la aplicación de métodos de agricultura y forestales que no sean perjudiciales para el mismo. Uno de los objetivos de este instrumento es que las medidas relacionadas con el aprovechamiento económico del suelo que sean adoptadas eviten la erosión y los cambios determinantes en su estructura. Las Partes deben comprometerse a tomar las acciones legales y administrativas necesarias para proteger el suelo, además de dar prioridad a las zonas que presenten riesgo. 11

12 En la Conferencia de Río se discutió cómo hacer frente a la desertificación, apoyando un enfoque nuevo e integrado del problema, además de hacer hincapié en las acciones orientadas a promover el desarrollo sostenible de las comunidades. El Capítulo 12 de la Agenda 21 dedicado a la Ordenación de los ecosistemas frágiles: lucha contra la desertificación y la sequía, se refiere a los recursos de tierras en los desiertos, en las zonas áridas y semiáridas, en las zonas subhúmedas secas y a los problemas que afrontan. Señala que la prioridad de la lucha contra la desertificación debería ser la aplicación de medidas preventivas, sin olvidar la recuperación de las zonas ya degradadas. Propuso seis áreas en las que llevar a cabo programas concretos relativos a la desertificación y a la sequía. Tras la Conferencia de Río, la Asamblea General de las Naciones Unidas estableció un Comité Intergubernamental de Negociación para preparar una Convención de Lucha contra la Desertificación, particularmente en África8. Los trabajos de este Comité culminaron con la adopción el 17 de junio de 1994 de una Convención en París. 12

13 3.- La convención de las Naciones Unidas de Lucha contra la Desertificación en Particular en África La Convención de la Naciones Unidas de Lucha Contra la Desertificación en los Países Afectados por Sequía Grave o Desertificación, en particular en África (CNULCD), entró en vigor el 26 de diciembre de Actualmente, cuenta con 191 Partes. La desertificación y la sequía afectan gravemente a los seres humanos ubicados en tales zonas, por eso la lucha contra la desertificación y mitigación de los efectos de la sequía está dirigida a la protección del medio ambiente y de los seres humanos en dichas regiones. Gran parte de los países afectados por sequía grave o por desertificación son países en vías de desarrollo. Estos fenómenos tienen consecuencias particularmente trágicas en África. De otra parte, la mitigación de los efectos de la sequía consiste en el pronóstico de la sequía y las actividades encaminadas a reducir la vulnerabilidad de la sociedad y de los sistemas naturales frente a la sequía. 13

14 Actividades contra la desertificación La lucha contra la desertificación se centra en potenciar las actividades dirigidas al aprovechamiento integrado de la tierra en zonas áridas, semiáridas y subhúmedas secas. Estas actividades tienen por objeto: La prevención o la reducción de la degradación de las tierras. La rehabilitación de tierras parcialmente degradadas. La recuperación de tierras desertificadas. 14

15 Objetivos El objetivo de la Convención es luchar contra la desertificación y mitigar los efectos de la sequía en los países afectados por sequía grave o desertificación. Esta Convención prioriza esta lucha en los países africanos sin desatender, por ello, a los países Partes afectados de otras regiones. Para lograr el objetivo de la Convención se deben adoptar medidas a todos los niveles, incluyendo el apoyo de la cooperación internacional, con el fin de lograr el desarrollo sostenible en las zonas afectadas. Para ello, es necesaria la elaboración y aplicación de estrategias a largo plazo, que paralelamente busquen: El aumento de la productividad de las tierras. La rehabilitación de tierras. La conservación de tierras. El aprovechamiento sostenible de los recursos de la tierra y recursos hídricos. 15

16 Los principios en los cuales se deben basar las actuaciones para cumplir con los objetivos son: Garantizar que las decisiones relativas a la elaboración y ejecución de programas de lucha contra la desertificación y mitigación de los efectos de la sequía se adopten con la participación de la población y de las comunidades. Mejorar la cooperación y la coordinación a nivel subregional, regional e internacional, así como dirigir mejor los recursos financieros, humanos, de organización y técnicos. Fomentar la cooperación a todos los niveles del gobierno, las comunidades, las organizaciones no gubernamentales y los usuarios de la tierra. Tener plenamente en cuenta las necesidades y las circunstancias especiales de los países en desarrollo afectados que son Partes. 16

17 Obligaciones generales Para dar cumplimiento a algunas de las obligaciones a las que se comprometen las Partes en la Convención, es necesaria la participación de varios actores puesto que se trata de medidas a gran escala. La Convención prevé que el cumplimiento de las obligaciones pueda ser individual o conjunto, a través de los acuerdos multilaterales y bilaterales ya establecidos o que se prevean establecer. 17

18 Las Partes deben: Adoptar un enfoque integrado que tenga en cuenta aspectos físicos, biológicos y socioeconómicos de los procesos de desertificación y sequía. Prestar la debida atención a la situación de los países Partes en desarrollo afectados por estos fenómenos en lo relativo a materias como comercio internacional, acuerdos de comercialización y deuda externa, con el fin de establecer un entorno económico internacional propicio para fomentar el desarrollo sostenible. Integrar estrategias encaminadas a erradicar la pobreza en sus esfuerzos de lucha contra la desertificación y mitigación de los efectos de la sequía. Fomentar entre los países Partes afectados la cooperación en materia de protección ambiental y de conservación de los recursos de tierras e hídricos. Reforzar la cooperación subregional, regional e internacional. Designar una autoridad de contacto. 18

19 3.2.- Obligaciones de los Países Las Partes que están afectadas por la desertificación o por la sequía adicionalmente deben: Otorgar prioridad a la lucha contra la desertificación y la mitigación de los efectos de la sequía, así como destinar recursos suficientes, conforme a sus capacidades. Establecer estrategias y prioridades, en el marco de sus planes y políticas nacionales de desarrollo sostenible. Afectados 19

20 Ocuparse de las causas de la desertificación, especialmente de los factores socioeconómicos que contribuyen a este fenómeno. Promover la sensibilización y facilitar la participación de las poblaciones locales, especialmente de las mujeres y los jóvenes. Crear un entorno propicio mediante el fortalecimiento de la legislación pertinente en vigor o la elaboración de nuevas leyes, así como el establecimiento de políticas y programas de acción a largo plazo. 20

21 3.3.- Obligaciones de los Países Desarrollados. Los países Partes desarrollados están obligados a: Apoyar de manera activa los esfuerzos de los países Partes en desarrollo afectados. Proporcionar recursos financieros sustanciales y otras formas de apoyo, para ayudar a los países Partes en desarrollo afectados a elaborar y aplicar eficazmente sus propios planes y estrategias de lucha contra la desertificación y de mitigación de los efectos de la sequía a largo plazo. Promover la movilización de recursos financieros nuevos y adicionales. Alentar la movilización de recursos financieros del sector privado y de otras fuentes no gubernamentales. Promover y facilitar el acceso de los países Partes afectados a la tecnología, los conocimientos y la experiencia apropiados. 21

22 4.- El PNUMA Desde hace varios años el PNUMA viene desarrollando diferentes actuaciones relativas a la lucha contra la desertificación y la sequía. Algunas de las actividades, de carácter no vinculante, que ha impulsado son: La estrategia de la gestión del suelo y su conservación: pone de manifiesto la experiencia del PNUMA en evaluación de impacto ambiental, orientación de políticas, así como en la integración de las políticas del suelo con otros factores relevantes para el desarrollo sostenible. El programa de experiencias exitosas en tierras degradadas y desertificadas: hace públicos proyectos e iniciativas de comunidades que han sabido trabajar con éxito el problema de la tierra seca y su degradación. 22

23 5.- FAO. La FAO adoptó el 25 de noviembre de 1981, la Carta Mundial del Suelo. Esta Carta ofrece unas directrices no vinculantes y contiene principios y bases para el uso y la protección del suelo. En ella se estableció la responsabilidad que tienen los gobiernos para el desarrollo de programas para el uso del suelo, estos programas deben incluir medidas para el mejor uso posible del mismo, así como asegurarse de que a largo plazo las medidas se mantengan y renueven con el fin de aumentar la productividad. Adicionalmente, sugiere políticas de incentivos para la participación de la ciudadanía en la protección del suelo, resaltando que, para establecer todas estas políticas, se requieren marcos institucionales y jurídicos. 23

24 Asimismo, la FAO presentó en Roma, en 1998, la Base Mundial de Referencia para los Suelos (World Reference Base for Soil Resources ), que es la mayor base de datos de clasificación y calificación de los suelos del planeta. 24

25 Respuesta comunitaria No existe una política propiamente dicha de protección de los suelos a escala comunitaria. Diferentes instrumentos jurídicos comunitarios regulan, de forma dispersa y a través de otras temáticas como el aire, agricultura, etc., el uso y protección del suelo. Además, existen medidas de gestión de los recursos que afectan a los suelos, como pueden ser la gestión integrada de zonas costeras o la gestión de sustancias y concretamente su vertido y depósito (mercurio, nitratos, POPs). 25

26 Sin embargo, el Sexto Programa de Acción Comunitario en Materia de Medio Ambiente, entre cuyas áreas se incluye el suelo, señalaba la necesidad de elaborar una estrategia temática sobre la protección del suelo, para prevenir, en particular, la erosión, el deterioro, la contaminación y la desertificación del mismo. Para ello, la Comisión publicó el documento Hacia una estrategia temática para la protección del suelo 26

27 Esta Comunicación define el término suelo como la capa superior de la corteza terrestre compuesta de partículas minerales, materia orgánica, agua, aire y organismos vivos. Identifica ocho amenazas al suelo, que se producen debido a la actividad humana y que en las últimas décadas se han agravado: 1. Erosión. 2. Disminución de la materia orgánica. 3. Contaminación difusa y local. 4. Sellado 5. Compactación 6. Pérdida de biodiversidad. 7. Salinización 8. Deslizamientos de tierras. 27

28 Las consecuencias sociales y económicas, así como los costes de reparación relacionados con las amenazas para el suelo son enormes. Para la elaboración de la estrategia, ese documento señala que debían tenerse en cuenta los principios de precaución, anticipación y responsabilidad ambiental. Además, debían tenerse en cuenta las iniciativas existentes en el marco de las políticas ambientales, así como la importancia de la integración de la protección del suelo en otras políticas comunitarias. Esta Comunicación promovía el compromiso político en materia de protección del suelo con el objetivo de que a futuro se actuara de forma más satisfactoria y sistemática al respecto. 28