EL LECCIONARIO DOMINICAL. Palabra ritualizada, modelo pascual

Transcripción

1 Normand Bonneau EL LECCIONARIO DOMINICAL Palabra ritualizada, modelo pascual

2 The sunday lectionary Ritual word, Paschal shape Normand Bonneau The Liturgical Press ISBN: X El Leccionario Dominical Palabra ritualizada, modelo pascual Normand Bonneau Traducción: Rocío Munguía Primera edición, abril 2013 ISBN: Hecho en México Con las debidas licencias Derechos reservados a favor de: Obra Nacional de la Buena Prensa A. C. Orozco y Berra 180. Sta. María la Ribera Apartado M México, D.F. Tel Fax Ventas : Tel: (55) exts. 111 a 118 Sin costo para usted: Fax: ventas@buenaprensa.com Librerías: México, D.F. Ribera de San Cosme 5. Sta. María la Ribera. Tels: y Orizaba 39 bis. Col. Roma. Tels y Congreso 8. Tlalpan. Tels y Donceles 105-D. Centro. Tels y Chihuahua, Chih. Av. Tecnológico Plaza Comercial San Agustín. Col. Granjas. Tels. (614) y Culiacán, Sin. Jesús G. Andrade 214 esq. Ángel Flores. Col. Centro. Tel. (667) Guadalajara, Jal. Madero y Pavo, Sector Juárez Tels. (33) y Guadalupe, Zac. Calle Jardín de Juárez 10. Tel. (492) León, Gto. Hermanos Aldama 104. Col Centro Tel. (477) Mérida, Yuc. Callejón del Congreso 490B. Col. Centro. Parque La Madre. Tel. (999) Monterrey, N.L. Washington 812 pte. Esq. Villagómez. Centro. Tels. (81) Puebla, Pue. Blvd. Valsequillo 115. Plaza Crystal locales Col. Residenciales Boulevares. Tel. (222) Tijuana, B.C. General Juan Sarabia 8570 Col. Centro Tel. (664) Torreón, Coah. Czda. Cuauhtémoc 750 Nte. Col. Centro. Tels. (871) y Tuxtla Gutiérrez, Chis. Tercera Oriente Sur Col. Centro. Tel. (961) Se terminó de imprimir esta primera edición el 25 de abril de 2013, festividad de san Marcos, evangelista, en los talleres de Editorial Progreso, S. A. de C. V. Naranjo 248. Col. Santa María la Ribera , México, D.F. Tel

3 A mis hermanos Misioneros Oblatos de María Inmaculada

4 Introducción En la liturgia es donde la Escritura se siente más en su casa. En efecto, en la proclamación litúrgica, la Escritura se vuelve plenamente lo que es: la Palabra de Dios viva, presente y activa entre nosotros. Los documentos del Vaticano II1 lo dejan entrever cuando declaran: Cristo [ ] está presente en su palabra, pues cuando se lee en la Iglesia la Sagrada Escritura, es él quien habla (SC, n. 7); La Iglesia ha venerado siempre la Sagrada Escritura al igual que el mismo Cuerpo del Señor, no dejando de tomar de la mesa y de distribuir a los fieles el pan de vida, tanto de la Palabra de Dios como del Cuerpo de Cristo, sobre todo en la Sagrada Liturgia (DV, n. 21, nosotros ponemos las cursivas). La proclamación litúrgica infunde vida en la osamenta endurecida de las palabras antiguas, despertándolas para que se conviertan, en el mundo, en la presencia transformadora y nutritiva de Cristo resucitado. Esta afirmación de peso lleva en sí el germen de lo que queda por hacerse una verdadera teología de la proclamación que exploraría el alcance de la lectura pública de la Escritura en el marco de la liturgia. Lo que sea que pudiera 1 Las traducciones de los documentos del Vaticano II utilizadas a lo largo de este libro fueron tomadas del sitio oficial del Vaticano: 13

5 El Leccionario dominical descubrir esta empresa, no podría ir muy lejos sin un examen del Leccionario, elemento litúrgico esencial pero sin pretensión, sin el cual las palabras no podrían convertirse en Palabra. A pesar de que el Ordo Lectionum Missae revisado título latino oficial del Leccionario de la Misa forme parte de la liturgia católica desde su promulgación en 1969, su historia, su objetivo y su estructura permanecen sin embargo poco conocidos. Presentando aquí un análisis descriptivo del Leccionario para las Misas del domingo, deseo aportar mi modesta contribución a una teología de la proclamación. Este libro no ofrece un comentario más de las lecturas del Leccionario; docenas de obras excelentes ya lo hacen. Más bien, examina los aspectos menos manifiestos del Leccionario dominical: la historia de su reforma reciente, los principios que guiaron la selección y la distribución de las lecturas, y los esquemas a través de los cuales estructura y les da forma a los tiempos que conforman el Año litúrgico. Dado que mis propósitos tienen un interés esencialmente descriptivo, me abstuve, la mayor parte del tiempo, de comentar las cuestiones discutidas actualmente en las obras y en los artículos sobre el tema. Sin embargo espero que los propósitos presentados aquí podrán no sólo enriquecer los intercambios, sino también suscitar una apreciación más profunda del Leccionario y, a través del Leccionario, de la liturgia. Mi interés por el Leccionario dominical fue atizado hace más de 15 años, cuando los editores de Celebrate!, revista litúrgica bimestral publicada por Novalis en la Universidad Saint-Paul. Ottawa, me invitaron a escribir breves comentarios sobre las lecturas del Leccionario para las Misas del domingo. Además de esas cortas contribuciones, de vez 14

6 Introducción en cuando redacté artículos más substanciales, en los que exploré cuestiones más amplias alrededor del Leccionario, tales como el uso de los Hechos de los Apóstoles durante el Tiempo de Pascua, o incluso la relación entre Juan 4, 9 y 11 leído en el tercer, cuarto y quinto domingo de Cuaresma del año A, y el rito de selección del Ritual de la iniciación cristiana de los adultos (RICA). Mi estudio profundo de tales temas me permitió constatar que el Leccionario es más que un conjunto de pasajes bíblicos compilados al azar; las lecturas fueron escogidas y organizadas según un esquema bien establecido. La selección y la distribución de las lecturas forman lo que llamo la arquitectura del Leccionario, un plan esbozado fielmente con la tradición litúrgica a través de los siglos. (A pesar de que el Leccionario contenga también salmos y aclamaciones al Evangelio, me limité al análisis de los tres pasajes bíblicos proclamados en cada celebración, y no a los dos extractos cantados como responsorio, con el fin de circunscribir este estudio en el interior de límites razonables). Este libro reúne los resultados de mis descubrimientos hasta la fecha y se divide en dos partes. La primera se avoca a las cuestiones preliminares: una revisión general de la historia de los leccionarios (capítulo 1); los puntos importantes de la reforma del Leccionario del Vaticano II (capítulo 2); los rasgos característicos del Leccionario para las Misas del domingo revisado (capítulo 3). La segunda parte analiza la arquitectura del Leccionario para cada uno de los tiempos litúrgicos (capítulos 4 a 9). A pesar de que pueda ser provechoso leer los capítulos de la segunda parte independientemente de los de la primera, el fondo histórico esbozado en los 15

7 El Leccionario dominical tres primeros capítulos provee el contexto más amplio en el que debe ser entendido el funcionamiento del Leccionario para cada tiempo litúrgico. La mayor parte de la información que se encuentra en estas páginas, no es inédita. Se pueden encontrar centenares de publicaciones que se relacionan de manera más o menos directa a diversos aspectos del Leccionario, tanto en libros como en revistas especializadas o populares. Presento aquí mi propia síntesis de una gran parte de ese material. Con el propósito de hacer la información accesible al mayor número de lectores, reduje al mínimo estricto las notas al pie de página y el aparato crítico. Sin embargo, estoy en gran deuda, y quiero subrayarlo, con Elmar Nübold por una obra sin la cual nunca me habría aventurado a la redacción de un libro sobre el Leccionario. Se trata de la obra magistral y muy completa intitulada Entstehung und Bewertung der neuen Perikopenordnund des Römischen Ritus für die Messfeier an Sonn-und Festtagen (Paderborn, Velag Bonifatius-Druckerei, 1986) [Formación y evaluación del nuevo orden de las lecturas del rito romano para la celebración de la Misa del domingo y de las fiestas]. Algunas notas indican los extractos de este libro a los que me refiero directamente, pero su influencia puede sentirse a lo largo de toda mi obra. Incluso si se han escrito numerosos libros y artículos sobre el Leccionario, esto no nos dispensa de la lectura del Leccionario mismo (la edición utilizada aquí es el Leccionario para las Misas del domingo, publicado por Desclée/Mame, Bélgica, 1981) ni de los documentos oficiales que lo tratan. Todos aquellos y aquellas que desean comprender el Leccionario y su funcionamiento deberían de 16

8 Introducción estar familiarizados particularmente con los documentos del Vaticano II La Constitución sobre la Sagrada Liturgia (Sacrosanctum Concilium) y la Constitución Dogmática sobre la Revelación divina (Dei Verbum), así como con documentos complementarios como las Normas universales para el Año litúrgico y el calendario romano general y Presentación general del Leccionario romano (en especial la revisión de 1981 de la edición original de 1969) 2. Estos documentos son sencillamente indispensables y hago referencia a ellos a lo largo del libro. No me queda más que recomendarles a los lectores consultarlos directamente y leerlos íntegramente. Por último, deseo agradecer a los muchos amigos y colegas cuyo interés hacia este libro y aliento nunca se debilitaron, en particular a aquellos quienes (ellos sabrán reconocerse) se encargaron de la tarea poco envidiable de pisarme los talones hasta que terminara este proyecto. Estoy particularmente agradecido con Bernadette Gasslein, quien aceptó gentilmente revisar el manuscrito original en inglés. Su perspicacia litúrgica y su agudeza gramatical fueron increíblemente valiosas. Tengo el gusto de señalar que la edición en inglés de esta obra fue posible en parte gracias a una subvención de la Universidad Saint-Paul. 2 Estos dos documentos complementarios están publicados en Parole de Dieu et année liturgique. I, Présentation générale du Lectionnaire liturgique; II, Normes universelles de l année liturgique et du Calendrier, Cambray-les-Tours, Éditions C.L.D.,