José Joaquín y el Grillito

Transcripción

1 José Joaquín y el Grillito

2 Escrito por: Ma. Gabriella Ottati de Castillo Ilustrado por Dominique Daccach Dpto. de Comunicación Unidad Educativa Bilingüe

3 Hola mi nombre es José Joaquín. Mi amigo el grillito y yo te queremos contar una historia.

4 Hace muchos años fui un niño como tú que vivía en Guayaquil. Yo también me mojé con la lluvia de gotas gordas, me asusté con los truenos y disfruté viendo el río. Me gustaba muchísimo mi ciudad y siempre quise ayudar a que fuera más linda y a que la gente estuviera feliz.

5 Cuando crecí descubrí que mi ciudad no era en realidad mía. Era una ciudad que dependía de un país que estaba muy lejos, y por eso no le podía prestar toda la atención que Guayaquil necesitaba. Entonces pensé que si éramos independientes y nos organizábamos entre nosotros todo estaría mejor. Con un grupo de amigos, empezamos a pensar cómo podíamos lograr esto. El país lejano, no nos entendía y no estaba dispuesto a permitir que fuéramos libres.

6 olvidaríamos de esas ideas tan raras. Habíamos conversado con ellos, habíamos escrito en los periódicos, explicado nuestras ideas pero nada. Todo seguía igual. El país lejano no nos hacía ningún caso. Tenían muchas armas y nosotros no queríamos que en la pelea alguien resultara herido. Fuimos a hablar con Benito García del Barrio que era el jefe de estos soldados. El sólo se rió y nos dijo que eso era imposible. Nos dijo que sí seguíamos molestando nos iba a meter en la cárcel. Finalmente para que no siguiéramos pensando en esas ideas de libertad nos prohibió reunirnos. Creyó que así nos jajaja... Pero nosotros no nos olvidamos pensábamos y pensábamos qué podíamos hacer. Y así pasaron muchos meses.

7 León de Febres Cordero Miguel de Letamendi Luis Urdaneta Un día vinieron de visita unos militares venezolanos. Se llamaban León de Febres Cordero, Miguel de Letamendi y Luis Urdaneta. Ellos tenían las mismas ideas que nosotros y habían trabajado mucho con el general venezolano Simón Bolívar. También querían la libertad para sus países.

8 Entonces se nos ocurrió una gran idea! Lo que teníamos que hacer era sorprender a los soldados del país lejano. Aprovechar un momento en que estuvieran durmiendo, para quitarles sus armas y proclamar la libertad. Si lo hacíamos con cuidado, nadie se lastimaría! Aprovechando que un amigo nuestro, Ignacio Morlás, estaba preparando una fiesta para su hija Isabel, decidimos reunirnos en secreto para planificar todo. Isabelita Morlás

9 Esa noche del 8 de octubre de 1820, mientras los chicos bailaban y los soldados del país lejano dormían tranquilitos, mis amigos y yo nos escondimos en un cuarto que se llamó La Fragua de Vulcano y desde allí nos fuimos en total silencio por las calles hasta llegar al cuartel.

10 ups!!! Era una noche sin luna, así que pudimos llegar sin que nadie nos viera. En un momento uno de nosotros se tropezó con una piedra y los perros ladraron. Pensábamos que los soldados se despertarían pero eso no ocurrió! Pudimos entrar, capturar las armas, llevar a los soldados a un cuarto con llave y hacernos dueños del cuartel. Cuando a la mañana siguiente, el Comandante Benito se despertó de su cama, la bandera que ondeaba en el cuartel no era la del país lejano sino la nuestra. La hermosa bandera celeste y blanco de Guayaquil independiente! Estábamos felices de haber logrado esto sin violencia y sin que nadie resultara herido!

11 Aprovecha el tiempo con tus papás y en tu colegio para aprender y prepararte. Así cuando llegue tu oportunidad podrás mejorar a Guayaquil como lo hicimos nosotros: con paciencia, con cariño y sin violencia. Mientras tanto no te olvides de disfrutar de la lluvia, de los truenos y del río. Guayaquil es una ciudad hermosa! Un abrazo, José Joaquín de Olmedo Nota: Una cosa muy buena que no te había dicho... el país lejano es ahora nuestro amigo. Se llama España y es un lugar interesante y bonito que algún día debes ir a visitar!

12 Chicos estoy feliz! voy a ayudar a mejorar nuestra ciudad! He descubierto que hay algunas familias que todavía no tienen casa, o que la que tienen está muy viejita. Entonces, voy reunir plata en mi sobre y para Navidad podré colaborar para la construcción de una vivienda para alguien que la necesite. Si quieres ayudarme, llévate tú también un sobre. Llénalo poco a poco. Puedes pedir ayuda a los grandes de tu casa, pero también hacer muchos pequeños trabajos para ir consiguiendo dinero. Cuando estemos cerca de Navidad yo te aviso y contamos la plata que hemos conseguido entre todos. Así sabremos cuántas casas podemos regalar!

13 Con el paso del tiempo, mis amigos y yo ayudamos a que el resto de nuestro país también pudiera ser libre. Nuestra ciudad fue creciendo y creciendo. Ahora hay edificios, parques, automóviles y muchas cosas que yo nunca pude conocer e imaginar. Hay cosas muy lindas y algunas que hay que arreglar. Pero ahora es tu turno para lograrlo!