Un Llamamiento a la Santidad

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Raúl Duarte Mendoza
hace 7 años
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2 Un Llamamiento a la Santidad Por Joy Haney, B. Min. Diseño gráfico por Kim Haney 1999, Publicaciones Word Aflame Hazelwood, MO Historia de impresiones: 2000 Todas las citas de las Escrituras en este libro son tomadas de la versión Reina Valera a menos que se indique de otra manera. Todos los derechos reservados. Ninguna porción de esta publicación deberá ser reproducida, guardada en algún sistema electrónico, o transmitido de alguna manera o algún sentido, electrónico, mecánico, fotocopiado, grabado o de alguna otra forma, sin la previa autorización de Word Aflame Press. Podrá hacerse uso de breves referencias literarias. Impreso en los Estados Unidos de Norteamérica Impreso por WORD AFLAME PRESS 8855 DUNN ROAD HAZELWOOD, MO Biblioteca del Congreso Datos de Catalogando-En-Publicación Haney, Joy Un Llamamiento A La Santidad / Joy Haney. p. cm. Incluye referencias bibliográficas ISBN Santidad. I. Título BT767.H dc

3 CONTENIDO Prólogo 7 Prefacio 9 Reconocimientos 10 Introducción 11 UNO Un Llamamiento a la Santidad 17 DOS Un Corazón Santo 39 TRES Santo en Separación 53 CUATRO Santo en Espíritu y Actitud 71 CINCO Santo en Amor 81

4 SEIS Santo al Hablar 99 SIETE Santo al Vestir 119 OCHO Santo en el Cuerpo 143 NUEVE Cabello Santo 157 Epílogo 171 Notas 173 Sobre la Autora 175

5 CAPÍTULO UNO UN LLAMAMIENTO ALASANTIDAD La puerta se abrió y un hombre salió silenciosamente hacia las calles oscuras de Boston. Las calles estaban llenas de soldados rojos británicos. Había gritos de órdenes y el sonido metálico de los mosquetes. En la confusión, ninguno de los soldados detuvieron al hombre, quien caminaba con su perro. Hizo su camino a través del pueblo con toda seguridad hacia la puerta de la casa de su amigo, Josué. Josué!, dijo él cuando su amigo lo saludo al abrir la puerta. Y le dijo: Necesito tu ayuda! Los soldados británicos están preparándose para atacar. Ya están por todas partes del pueblo. Les avisé a nuestros amigos del otro lado del río que estén listos. Pero debo avisarles a Sam Adams y John Hancock. Ellos están escondiéndose en Lexington. 17

6 UN LLAMAMIENTO A LA SANTIDAD Josué, sorprendido, habló en voz baja. Pablo!, dijo, Si Adams y Hancock son capturados por los británicos, serán enviados a Inglaterra y los ahorcarán como traidores. Pablo contestó, Tienes razón. Tienes que ayudarme a cruzar el río a remo. Allí montaré un caballo y me iré hacia Lexington para avisarles. Te llevaré al otro lado del río, dijo Josué. Pero apurémonos antes que salga la luna. Hay un barco británico bloqueando el río, y si nos ven estamos acabados. Cuando estaban preparados para irse, Pablo recordó que no traía sus espuelas. Él sabía que no podía tomar el riesgo de regresar al pueblo y estaba preocupado al no saber que hacer, cuando sintió dos patitas tocar sus rodillas. De repente Pablo tuvo una idea. El perro podía correr más rápido que un hombre y podría pasar por en medio de los soldados sin problema. Escribió una nota y la puso en su collar. Ve directamente a la casa, Puntes, y dale a la familia este mensaje. Regresa con mis espuelas. Haz caso, y no te detengas por nada. Para el tiempo que Josué tuvo el barco preparado, Puntes, estaba de regreso con las espuelas. Pablo desató las espuelas y mandó a Puntes a su casa. El pequeño barco se movía silenciosamente sobre el agua. Pablo y Josué detuvieron sus alientos al pasar por el lado de la coraza negra del barco británico. Alcanzaron el otro lado sin que los vieran. 18

7 Un Llamamiento a la Santidad Minutos después, Pablo ensillaba el caballo que su amigo le dio. Montó el caballo, y despidiéndose, se fue. Pablo cabalgó rápidamente hasta que él y el pequeño pero fuerte caballo se acostumbraron uno al otro. Cada vez que pasaba por una aldea o un pueblo daba gritos de advertencia, Los regulares salieron, los británicos vienen! En estas casas, los mosquetes serían tomados de debajo de los colchones, los cuernos se llenarían con pólvora y los caballos serían ensillados en el granero. Pronto estarián docenas, quizás cientos, de hombres en camino hacia Lexington. Pablo cabalgó hacia el pueblo de Medford a toda velocidad. Había gente que advertir en ese pueblo. Pablo pasó por el pueblo gritando y despertando a la gente diciendo, Los regulares salieron, los británicos vienen! Sin detenerse, se fue de Medford y siguió por la carre tera. Ahora se encontraba a una milla fuera de Lexington. Cabalgó directamente hacia el lugar donde estaban Adam y Hancock escondidos. Les advertiría y luego continuaría hacia el pueblo de Concord. De repente Pablo vio dos oficiales británicos, montados a caballo y esperando a la sombra de un roble al lado de la carretera. Estaba tan cerca que podía ver las pistolas y sus fundas. Ellos ya lo habían visto. Uno de los oficiales ya había volteado su caballo hacia el hombre. El otro estaba listo para atrapar a Pablo por si se le escapaba al primer oficial. Pablo movió las riendas hasta el otro lado del caballo. 19

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