Ar#stha halasius LA MÚSICA HA MUERTO

Transcripción

1 Ar#stha halasius LA MÚSICA HA MUERTO

2 La Música ha Muerto... Artistha halasius

3 Edición Digital - LA MÚSICA HA MUERTO Código ISBN Artistha halasius 2012 Todos los derechos reservados - artisth@halasius.com LA MÚSICA HA MUERTO

4 A Luis Alberto Spinetta por su inspirador Don de Ser

5 LA MÚSICA HA MUERTO 01 - página. 01 INTRODUCCIÓN 02 - página. 06 INSTINTO ANTAÑO 03 - página. 13 INSTRUCCIONES PARA MIRAR UN ESPEJO 04 - página. 17 LA SOMBRA DE LA CONSCIENCIA 05 - página. 25 TECNOLOGÍA ES EVOLUCIÓN 06 - página. 29 CREAMOS LA RED Y SUPLANTAMOS A DIOS 07 - página. 37 MÚSICA 08 - página. 49 ARTE : ADAPTACIÓN CONTEMPORÁNEA 09 - página. 56 NUEVOS RUMBOS DE MÚSICA 10 - página. 64 EL HUMOR, EL REMAKE Y LA DESFRAGMENTACIÓN DEL CUERPO 11 - página. 72 FIN DE LA HISTORIA 12 - página. 77 SONAR SIN IMPORTAR CÓMO 13 - página. 82 ENTIDAD VIVIENTE 14 - página. 88 LA MÚSICA HA MUERTO 15 - página. 93 EPÍLOGO AL VACÍO

6 LA MÚSICA HA MUERTO Este ensayo es una exposición con el objeto de revocarme. Quiera la Providencia este concepto sea mi error y al transitar dichas lineas compruebe en mis propias palabras mi yerro. Escribiré este ensayo con lógica radial; los temas irán brotando e irán transformándose uno en otro para luego volver a la carga con lo transitado a cuestas. Iremos y volveremos varias veces sobre los mismos conceptos pero, a la vez, seré lo suficientemente sucinto para no restarle poder al símbolo; dejando intacto el axioma en sí mismo. Ajustándome a la dinámica de estos tiempos seré un tanto sintético, pero no por eso dejaré de pensarlo fractalmente. Éste, a mi parecer, es el mejor modo de embarcarnos en un tema tan huidizo y complejo como el que estamos por encarar. El cual nos propone, ni más ni menos, un cambio de paradigma. Halasius

7 LA MÚSICA HA MUERTO

8 LA MÚSICA HA MUERTO Y AHORA ME DÍ CUENTA LA MÚSICA HA MUERTO NO HABLO DE ESTILOS MUSICALES (QUE SON MÁS BIEN LAS ETAPAS DE TRANSFORMACIÓN QUE LA MISMA HA SUFRIDO) NO HABLO DE LA INDUSTRIA TAMPOCO (YA QUE HA MUERTO POSTERIORMENTE Y EN REFLEJO A LA MÚSICA MISMA) LA MÚSICA ES LA QUE HACE A LAS PERSONAS PORQUE ES UNA ENTIDAD AUTÓNOMA QUE NOS PREEXISTE (LAS PERSONAS ENCARNAMOS SUS ESTILOS PERO NO A LA MÚSICA EN SÍ; QUE NOS EXCEDE) SÓLO PUEDE MANIFESTARSE HOY EN DEPENDENCIA DE ALGÚN FORMATO QUE LA CONTENGA Y JUSTIFIQUE PERO POR SÍ MISMA SÓLO EXISTE EN UN GRADO DONDE YA NO ES MÚSICA SINO PURA ROTACIÓN LA MÚSICA HA MUERTO EL MÚSICO ES UN VERDUGO

9 LA MÚSICA HA MUERTO INTRODUCCIÓN - 1 -

10 -Sólo queda el hálito de la memoria inseparable de aquella melodía que supimos ser. La Música ha muerto, el espíritu se ha retirado de la que ha sido su tarea de animar nuestras artes musicales. Seguiremos habiendo músicos y seguirán acordes sonando, mas esto tan sólo será una reactivación; una estela de lo que alguna vez supo haber. Eso que desde tiempos inimaginables nos ha escoltado a través del siempre renovado asombro. La estela del Mandato de Pre-ser-varnos. Hoy al fin me he dado cuenta. La certeza me cruzó como lo hace toda verdad; gritando su naturaleza indiscutible. Me cruzó como una flecha y su concepto excedió cualquier ámbito de mi razón. Tanto es así que este ensayo es primordialmente un ejercicio por explicarme exponiendo ante mí mismo esa verdad. Haré un esfuerzo por encontrar rebatible este enunciado que aún vislumbro gigante ante mi pequeña dimensión de inmediatez. Robusto como una roca y eterno como el - 2 -

11 LA MÚSICA HA MUERTO movimiento mismo. Y si es cierto que sin movimiento no hay eternidad, entonces, tristemente, no habrá falla alguna en él. Hoy al fin me he dado cuenta LA MÚSICA HA MUERTO. El músico es un verdugo y la Música ha muerto. El músico funciona de verdugo en tanto sigue determinando sus actos con el ilusorio anhelo de resucitar eso que alguna vez sintió, acaso también sintieron sus ancestros, le representara. El asombro sólo existe en los seres conscientes de sí. Es siempre la consciencia la que nos depara la dimensión de lo nuevo, de lo inesperado; a veces en aprehensión, otras en empatía, pero finalmente siempre entregándose al campo de lo nuevo. Todo indefectiblemente tiene su origen en su reflejo; la consciencia se reconoce ante el asombro y en Eso escinde su estadio naciéndose consciencia. Toda consciencia se sabe a sí misma. El músico mucho antes de ser músico fue un ser con pulso que, como todos, ha nacido del ritmo. El ritmo necesita de nosotros para su manifestación ya que El Todo se instrumenta de ritmo para latir su materialidad. Con ritmo respiramos, caminamos, pensamos, digerimos, soñamos, latimos, nos engendramos. Somos y seremos aún luego de perecer, ritmo. Acaso el ritmo, sea la última manifestación perceptible de lo que es el retiro de la Música en nuestra raza

12 Decimos el retiro de la Música en nuestra raza pero no refiriéndonos a que la Música se ha retirado de sí. Iremos explicándonos paso a paso. A través del ritmo es que ingresamos a desentrañar la Música; y de hecho será el ritmo lo último que nos quede de ella. Decimos desentrañar en vez de crear porque la Música se nos aparece en esta instancia como un Ser en sí mismo, como una entidad autónoma. Permítasenos por unos momentos el planteo de este axioma, el cual nos ha de servir de lineamiento para poder entender su proceso. A lo largo del ensayo, por sí mismo irá fundamentando su forma y demostrándose. Si es cierto que la Música es una Entidad autónoma (lo cual demostraría entre tantas otras cosas el porqué es un idioma universal y el porqué emociona a cuanto humano sensible camina por el globo) necesitaría, como toda entidad, de una materialidad para manifestarse. Es allí donde el humano se hace soporte de ésta. Es bien preciso decir que la hemos desentrañado, mas no que la hemos creado. Ésta se nos ha ido develando poco a poco. Aparece a las claras una bifurcación de Música en dos conceptos: 1- Como el arte de combinar/armonizar/administrar los sonidos y los silencios. Manifestado en innumerables instrumentos musicales, los cuales sí son plena creación humana

13 LA MÚSICA HA MUERTO 2- Como Espíritu autónomo. La materialidad es nuestra. La inspiración, es la respiración de la Música como autonomía

14 LA MÚSICA HA MUERTO INSTINTO ANTAÑO Toda la manifestación tiene el mandato de preservarse en lo que es su esencia, de ahí la super-vivencia - 6 -

15 LA MÚSICA HA MUERTO -Remontémonos al antaño de nuestra raza... Cuando ese Ser con pulso apareció, con timidez pero con determinación, de entre las sombras de los albores de la humanidad, y aún antes de tener consciencia de sí, comenzó a ser la manifestación de su propio pulso. Su ritmo base entonces ya no sería sólo el latir de su corazón sino que ingresaría a otra instancia, a la instancia de instrumentar la función de preservar su naturaleza y esto lo llevará a cabo principalmente golpeando cosas, siendo movilizado por el gen de esa cualidad tan originaria en nosotros, la curiosidad. Ésta es el motor de todo nuestro desarrollo, de todas nuestras invenciones e imaginerías. La curiosidad es el anhelo de llenar los vacíos que nos engendran. Por curiosidad inventamos a Dios, erigimos iglesias, creamos el método científico, nos enamoramos... todo; todo nuestro quehacer se basa en ese impulso exotista

16 Se puede decir que el azar, en la esfera humana, está supeditado e instrumentado por la curiosidad. Sin embargo, el instinto es más ancestral. Es el mandato de subsistir, de continuar un rumbo sembrado de antemano. La curiosidad surge como una de las primeras necesidades reales de aquel Ser que de a poco se orientaba a ser el animal humano que somos hoy día. La curiosidad coloniza, el instinto preserva. Acaso instinto y curiosidad sean homólogas variedades de una entidad continuándose. Así, tal lógica moebiana, crean una suerte de homeostasis. La curiosidad es la extensión de la dimensión del instinto, el cual se enraíza en lo más nuclear de nuestro Ser desarrollándose hasta el límite del propio cuerpo. El linde del instinto es el cuerpo mismo, lugar donde éste subsiste. La curiosidad es el vehículo por el cual se extiende este instinto disparándose hacia la colonización de la materia externa. Se dispara con la función de lograr incorporarse en cada fragmento ajeno; sorteando, no siempre felizmente, la disyuntiva de la dualidad. Esto con el fin primero y primordial de descubrir su esencia en toda la exterioridad resultante. Acaso el parir hijos, es el triunfo de ese implícito mandato de extendernos y subsistir. El resorte para ello es, ni más ni menos, la curiosidad. Y por qué el fin primero y primordial es el de exteriorizar nuestro instinto? Como respuesta a dicho interrogante aparece aquí el que acaso sea el concepto más nodular en este ensayo: Toda la manifestación tiene el mandato de preservarse en lo que es su esencia, de ahí la súper-vivencia. Desde ese mandato, y aun antes de comprender que nos - 8 -

17 LA MÚSICA HA MUERTO nacería una consciencia; comenzamos a chascar, a golpear, a sacudir, asociándonos a la temida insondabilidad de la noche y así, ahuyentar a las fieras. Lo primero y primordial para las entidades vivas, es salvaguardar su propia existencia intentando que nada se interponga a esa natural autodefensa. Nada prima sobre ese mandato implícito hasta tanto algo, sin precedentes cada vez, nos dispara, sin más, a una dimensión completamente nueva de nuestro instinto. Esto es: logramos la propia cría. Al gestar un hijo, el mandato de preservarnos se extiende en lo colectivo de la raza. Toma su dimensión absoluta y esencial y, correspondiendo a su lugar más neutral, dicho mandato se vuelca en la cría que, como representante/símbolo de la raza toda, pasa a ser lo más importante a salvaguardar. Sin duda esto explica el porqué del enternecido sentimiento fraternal que nos inunda cuando vemos un bebé. En esta nueva dimensión del mandato donde la cría pasa a tomar toda la centralidad de la sobrevivencia, donde primordialmente se trata de proteger al nuevo ser, poco importa si es o no en detrimento nuestro ya que ciertamente esa cría también será nuestra existencia. De hecho, nuestra cría es nuestra existencia actualizada, regenerada y reseteada con el paso incontenible de la evolución genética. Desde ahí aparece la sensación de que al ver el rostro de nuestro hijo sentimos que es nuestra obra cúlmine, que todo toma otro sentido a partir de ese nuevo ser. La raza genera hijos para preservarse en su propia esencia. Las crías, vez a vez, nos brindaban una dimensión que incorporamos aún antes de descubrir el espejo

18 Antes de descubrir nuestro propio rostro hemos de descubrir nuestros rastros en esas crías. Ante aquella imposibilidad de auto-observarnos sin depender de nuestra función de reproductores; el ritmo nos asoció a la noche. Esa fría noche de la que está hecho el Cosmos. La noche de lo incierto. La noche con la que se dibuja lo eterno; ese espeso abismo del que están hechos nuestros Dioses. En principio toda idea de existencia de Dioses surge del miedo; para luego, con la evolución de la raza, devenir en la suposición de saber. Con lo que, poco a poco, fuimos humanizando al panteón entero. Después de haber adornado toda una guirnalda de más y más Dioses llegó el momento en que descolgáramos todos los excesos remitiéndonos a un único mayor exceso, la humanización. Ya llegaremos a eso en el transcurso de este ensayo. Lo inhabitable se transformaba poco a poco en un hábitat cada vez más seguro gracias a la creación de sonidos desconocidos a las fieras. Mientras la noche nos miraba de estrellas; el ritmo nos extendía, de crepúsculo a amanecer, cada vez más seguridad. Éste logro trajo la inmediatez de suponer que esa secuencia sonoro-rítmica invocaba al astro mayor, esa imponente y majestuosa bola de fuego que disipaba los fantasmas de la noche brindándonos un mundo ya conocido. Por el ritmo llegamos al fuego. Transitándolo. Sin duda, en un sin querer tales consecuencias, la fricción produjo el calor/luz del fuego. Del ritmo al fuego y del fuego a la danza

19 LA MÚSICA HA MUERTO El espíritu era llamado, como habitualmente lo ha sido, con ese ademán exagerado que luego engendrará al ritual. Todo rasgo de lo sagrado comenzó con el fuego y todo rasgo multidimensional comenzó en el espejo. Naturalmente, esos protoespejos eran el reflejo de la luz en el agua. El voraz fuego, quien incorpora todo lo que esté a su paso. Todo lo que al fuego llega en fuego se transforma. Ese luminoso calor es uno de nuestros más cabales ancestros. No se puede entender la evolución de un organismo sin considerar su contexto, y sus contingentes, como parte de ese mismo proceso. El fuego, además de adecuar los alimentos a nosotros (lo cual nos propició un desarrollo cerebral más acabado), nos dotó, en aquel desnudo y frío albor, de un necesario cobijo. Pero no sólo eso; también nos dotó de un arma y, sobre todas las cosas, nos dotó de un Dios. Confiriendo así, un asidero físico a esa figura que en aquellos momentos aún nos era impensable. Ese fue el comienzo de nuestra preservación, de las bacterias ancestras, de la ciega noche, de nuestros depredadores. Ya no estábamos solos, ahora había un Dios que se manifestaba. Tal vez el fuego fue el primer Dios al que rendimos culto, el primer paso hacia la magia. Frotando dos elementos naturales surgía de la nada una chispa y luego devenía lo otro: la luz, el calor, el sonido del crepitar. Un sin fin de mínimas aventuras que poco a poco comenzarían a tejer la aparición de nuestra consciencia. Por supuesto que aún faltaría mucho por incorporar, pero ese fue el primer paso del hombre enlazándose a lo divino, del hombre creando algo de la nada

20 Allí se le aparecía al animal la primera manifestación de lo metafísico y el ingreso a ese mundo desconocido. En la noche de los rituales nos secundaban las sombras, hijas de la unión entre el fuego y nuestro cuerpo. La luz del sol nos brindaba una sombra estática, pero el crepitar de la llama nos deparaba otras sombras. Otras que, en la noche de la inconsciencia, se nos hacían como con vida propia. La sombra, manifestaba nuestra ausencia frente a nuestro propio cuerpo. Así como el fuego nacía las sombras, también la luz nacía el espejo en las aguas. Espejo y sombra, el paso marcado de nuestro doble. El reflejo de lo desconocido que nos éramos. Aparece así, la dualidad fuego/espejo actuando conjuntamente sobre el acaecer de lo que, con el tiempo, nacería consciencia. A este respecto he escrito un breve texto que di en llamar: Instrucciones para mirar un espejo a fin de refrescar cuán mágica es dicha dualidad

21 LA MÚSICA HA MUERTO INSTRUCCIONES PARA MIRAR UN ESPEJO Eso que siempre se interpondrá entre usted y el infinito no es más que su propia mirada

22 -Debe saberse que al mirar eso que daremos en llamar espejo estaremos mirando algo que nunca habremos de entender. Algo que escapa a todas nuestras conclusiones posibles. Como objeto, es sólo una lámina de plata, un pedazo de vidrio con cristalina pintura plateada descansando en su dorso. Esto dará como resultado un instrumento que se presiente tan mágico y siniestro como para hacer también de nosotros, un objeto. Todo lo que se enfrente a esa lámina se verá encerrado en ella, transformándose de un momento a otro en parte de la misma. El espejo es la versión anversa del fuego. Todo lo que llega al fuego en fuego se transforma. Pero el espejo, se transforma él en todo lo que observa. Qué es lo que pasaría entonces si enfrentáramos un espejo al fuego? Quién quemaría a quién? Me declaro incompetente para determinar dicho resultado

23 LA MÚSICA HA MUERTO Uno, debe armarse de paciencia para soportar el asombro infinito que nos depara observar ese objeto que damos en llamar espejo. Debe enfrentársele con suma cautela ya que allí se verá a usted mismo (o una imagen muy similar a usted). Por estadística, se ha comprobado que esa imagen jamás será acorde a lo que usted sabe/supone de sí. Al mirar allí, verá que los ambientes se reflejan apareciéndose del otro lado con menos profundidad y con más misterio. Observe con atención que habrá dos de usted en el mismo cuarto donde esté el espejo. Este objeto es una puerta a impensados lugares. Por ejemplo; si usted se acerca aproximadamente unos cinco centímetros a él y observa con atención sus propios ojos en su reflejo, prontamente comenzará a desconocerse cada vez más. Incluso llegando a sentir miedo de sí. Lo inundará una sensación de ser observado por un extraño y sentirá la presencia de su propia muerte, al vislumbrar su perecedera vida. Así es, el ser humano (o más bien su ancestro) no se enteró que él mismo moriría hasta tanto encontró su imagen reflejada en un espejo natural. Probablemente un lago. Lo invito, en esta instancia, a que realice todo tipo de morisquetas para des-dramatizar esto y así reírse de esa imagen imperfecta que es la que el otro imprecisamente ve de usted a diario. Y si en vez de des-dramatizar prefiere lindar con la locura de pretender abarcar varios planos a la vez; enfrente entonces dos espejos de similares dimensiones cara a cara y sitúese entre ellos. Allí tendrá una fehaciente prueba de cómo es mirar de frente al

24 Infinito; con el sólo obstáculo de Usted mismo. Vislumbrará al Infinito-no-Eterno, ya que finalmente siempre habrá algo que estará entre usted y esa cadena de incontables sucesiones. Eso, que siempre se interpondrá entre usted y el infinito no es más que su propia mirada. Es decir; cuanto más pretenda observar al infinito, más hará (usted mismo) de escollo a eso. Ahora bien, si Usted a toda costa pretende ingresar en esa grieta; entonces le recomiendo se saque uno a uno los ojos antes de meterse en la intersección de ambos espejos enfrentados

25 LA MÚSICA HA MUERTO LA SOMBRA DE LA CONSCIENCIA...y la mentira deparó la dimensión de esa esquizofrenia colectiva que llamamos consciencia

26 - Qué shock produciría en esa criatura que fuimos el hecho de que bebíamos de esas aguas que nos reflejaban un ser, que aún ni sospechábamos, éramos nosotros mismos? Tal vez ese fuera el precedente del onanismo? Tal vez el comienzo del fin a la Horda Primitiva que devoraba al padre como vehículo de poder? Allí también el ritmo, ante nuestro asombro, nos ha señalado cómo esas sombras/reflejos nos imitaban. A cada uno de nuestros movimientos le correspondía una secuencia análoga e idéntica de ese desconocido reflejo. Cuánto tardó ese ser en darse cuenta que esas sombras se enlazaban a él? Cuánto tardó en darse cuenta que esas sombras no provenían de la tierra ni del fuego sino que eran parte suya? Ahora sabemos que es parte de nuestra interacción con la luz pero en aquellos momentos todas nuestras fuerzas estaban ocupadas en asimilar al mundo exterior como tal. Es decir, estamos hablando del momento en que la consciencia comenzaba a semillarse

27 LA MÚSICA HA MUERTO Y finalmente, no será consciencia hasta tanto descubra la dimensión de la mentira. En ese momento nada, a diferencia de un actual cachorro humano que recién nacido descubre con tranquilidad el mundo que lo circunda, hacía de punto de anclaje a la observación. Es decir, el actual cachorro humano ya nace de por sí con ese germen (la consciencia) e incluso, nace entre otros humanos que delinean su percepción del mundo, que se lo presentan, se lo significan, se lo prestidigitan. El desarrollo de consciencia en este ser está plantado de cuajo, sembrado en una paleta que es un tramado incesante de consciencia. El cachorro humano cuenta con ese anclaje; la interacción con su especie consciente y con ese punto de apoyo preliminar que es la consciencia genética. El término consciencia genética nos abre un concepto de reflexión que considero no nos es propicio abarcar en este ensayo porque desviaría un tanto nuestro camino de entender la desaparición de la Música como tal. Hablar de cuestiones como consciencia genética nos demandaría comenzar a comprender qué porcentaje químico es el implicado en la producción de pensamientos y si acaso dicho factor es responsable de manifestar lo que entendemos por Divino, o acaso lo determina. Una brecha demasiado grande como para introducirla en este breve ensayo sobre la actualidad de la Música. Volvamos entonces a nuestros ancestros que, sin ningún punto de anclaje, se la deberían ver con incesantes manifestaciones en su realidad. Si quiera es propicio llamarlas manifestaciones del mundo exterior, ya que si no hay consciencia tampoco hay mundo exterior. La consciencia al replegarse sobre sí, propicia la multiplicación de los espacios y los renombra en diferentes

28 estadios, externo/interno, propio/no-propio. Pero hablar de su realidad es impreciso si nos referimos a aquel prehistórico ser no consciente. Nos asalta aquí una duda que no debemos obviar. Existe lo que no es consciente? Bien cabe preguntarnos si acaso existieron aquellos seres. Dejemos de lado nuestras seguridades y permitámonos, al menos por un instante, sospechar de todo lo que hemos supuesto bien establecido. Aquellos prehistóricos se vieron asediados por las sombras hasta tanto descubrir que éstas los imitaban. Pero, para ser imitados, para ser continuados por algo, indefectiblemente primero debemos Ser alguien. Así devendrá la consciencia, como siempre, descubriéndose a sí misma. La consciencia nace a medida que se descubre en su propia manifestación. Cuando ésta da cuerpo a sus actos de un modo reflexivo es cuando comienza a tejer su posibilidad de existencia. Lo que no se refleja no existe porque no ha encontrado su significación en el mundo, porque carece de lugar espacial en el mundo de las formas. Y la consciencia nace en su materia reflexiva, es decir lo que no se reflexiona (no se refleja) no existe. Siempre la consciencia es posterior al mundo de las manifestaciones, pero es ahí donde la manifestación comienza a existir en entero. Si no hay alguien (una consciencia) que vea a la cosa (la manifestación), la cosa entonces no existe. Este planteo que realizamos, en absoluto tiene un cariz solipsista; a esta altura nada sería más ingenuo. Lo que en verdad decimos es que en el mundo de las formas

29 LA MÚSICA HA MUERTO es necesario, para que la consciencia surja, desdoblarse en reflejo. Ya que el Ser se crea a sí mismo descubriéndose. Antes que dicho ente se descubra tan sólo existe para los otros en el tenor en que estos otros lo fundamenten. Así existe para el otro, que lo ha descubierto, pero no para sí mismo. Esta es la convivencia de planos que nos compete en esta materialidad estelar. La consciencia se descubre en su propia estela, esa estela que llamamos pensamiento. Pareciera que ésta surge a partir de un desfase temporal. Observamos aquí que la consciencia ha surgido a partir de una paradoja. Surgiendo como fuego de una chispa producida por dos momentos antagónicos que tienen a bien colapsar. La paradoja ha encontrado su expresión en la prehistoria de la metáfora, la mentira. La mentira recién puede ser articulada a partir de descubrir una lógica, un discurso, un método; todo eso con el trasfondo de una intencionalidad individualista. Por eso decimos que la mentira, el inicio del premeditado desdoble, es uno de los signos de la primigenia aparición de consciencia. Hoy en día la mentira ha encontrado en el humor su vía de desarrollo más eficaz, hablaremos de esto más adelante. Ahora bien, toma cuerpo nuestra anterior pregunta: Existían realmente, al carecer de consciencia, nuestros ancestros? Entendemos por lo expuesto aquí que no; no podrían existir hasta tanto devinieran en seres conscientes. Pero entonces cómo es que existe el mundo de los entes inconscientes que nos rodean? Sencillamente existen porque hay una consciencia que los observa

30 Nosotros los observamos y estos existen. Y nuestros antepasados entonces existían acaso sin una consciencia que los observara? Existieron porque nuestra consciencia los observó, incluso los estamos observando ahora mismo al pensarlos. De hecho, nos ocurre el pensarnos en ese pasado porque guardamos esa procedencia encriptada en nuestra genética la cual es un reservorio de memoria, es decir, un asiento de consciencia. Esto, porque nuestros antepasados cercanos ya observaron a sus antepasados lejanos, abriendo así la brecha antropológica de su encauzamiento y posibilitando que su existencia se manifieste históricamente. Así como la consciencia se genera a partir de una paradoja, también de ese modo es como se mantiene viva; generando grandes paradojas como motor de dinámica de cambio. El ave ignora que es ave y no tiene intención de ser otra cosa, sólo preserva su esencia colectiva de raza ignorando una existencia indivisa. Es lo que antes mencionábamos como: entonces no existe. Ahora bien, a diferencia de las aves (o cualquier ser carente de consciencia) el humano sabe que existe como individuo y, sabiendo lo que es, pretende siempre ser algo más. Ésta es una típica paradoja de la consciencia. Existe al saberse a sí misma a la vez que su dinámica busca, en su constante vorágine exotista, excederse de sí a fin de rellenar esos huecos que le dan consistencia. Para excederse, debe considerar en qué punto se encuentra y qué representa; para lo cual es condición irrevocable la incorporación del pasado. La memoria entonces cumple la función ancestral de mantenernos insertos; de ahí la necesidad implícita de memoria

31 LA MÚSICA HA MUERTO Nótese que no importa tanto si recordamos venturas o desventuras, lo que siempre buscamos es, ni más ni menos, el ejercicio de recordar algo. Veremos más adelante cómo esta función de recordar (el ejercicio de buscar coherencia en ese espejo histórico/lineal), de mantenernos en relato, es tan necesario para el ejercicio de la Música. A la luz de lo aquí planteado, en cuanto a la línea temporal de la memoria, se nos abre un nuevo interrogante: Qué es la Historia? Pero de momento, mantengámonos en el curso de lo que estábamos planteando; el pulso de la consciencia. La consciencia, en una especie de preexistencia de sí, deja una estela que es dibujada por el pensamiento; movimiento con pura función de vehiculizar los sucesos de un ser en gestación. Los sucesos de un algo que se dará en un Ser. Así, una cadena de quehaceres inconscientes, instintivos, depara la acción de una lógica implícita; el pensamiento. Esto delinea una coherente sucesión de hechos justificados en el Todo material (la consciencia depende siempre de una materialidad) y cuando esa coherencia toma el suficiente cuerpo, como para dibujar una estela en la breve historia de su paso, la sorprendida consciencia lo observa descubriendo un reflejo de sí en eso. Allí es cuando finalmente surge consciencia, realizándose en un Ser que nacerá al instante y por fin a Realidad. A saber, la humanidad. La humanidad es inconcebible sin consciencia, y la consciencia es inconcebible sin materialidad; ya que ésta necesita de un soporte donde leerse, donde reflejarse, donde saberse. Si pensamos la Música como descubierta/creada por la

32 consciencia, vislumbramos instantáneamente que ésta, al igual que la consciencia, pende de una materialidad para su manifestación. Esto es porque la Música, desde ese lugar, es una de las inflexiones que la consciencia necesita al momento de leerse en su materialidad. Decimos desde ese lugar haciendo referencia a la instancia más notoria de la Música; la de una actividad humana que con su propio lenguaje sintoniza nuestras imaginerías a fin de extendernos en la impronta de expresar nuestra supervivencia. Es tan ancestral para nosotros la producción de sonido, que lo hemos desarrollado en paralelo a nuestro lenguaje corporal; generando patrones rítmicos antes que vocablos. Como expresión de un arcaico surgir de la consciencia, nuestra exposición a ese proceso nos llevó a comenzar la estructura de los golpes, los sonidos, los silencios, los gritos, los gemidos; enlazando de euforia y devoción la expresión con la que sublimábamos el temor. Desde aquel, su estado primigenio, la consciencia no ha dejado de transformarse, de evolucionarse. Con la instauración de la sociedad, tal y como la conocemos hoy día, la consciencia se ha tornado en otra substancia, ha tomado un tenor definitivo. La consciencia hoy es una especie de esquizofrenia colectiva que sin más, a esta altura, es característica de nuestra especie. Y cómo la sublimamos? Cómo la capitalizamos? Con producción

33 LA MÚSICA HA MUERTO TECNOLOGÍA ES EVOLUCIÓN La tecnología es a la raza lo que la evolución espiritual es al individuo

34 - Cuál es el medio que necesitamos para producir? Sin duda un medio de desarrollo tecnológico. Recordemos lo que la Real Academia española dice de Tecnología : (Del gr. τεχνολογία, de τεχνολόγος, de τέχνη, arte, y λόγος, tratado). 1. f. Conjunto de teorías y de técnicas que permiten el aprovechamiento práctico del conocimiento científico. 2. f. Tratado de los términos técnicos. 3. f. Lenguaje propio de una ciencia o de un arte. 4. f. Conjunto de los instrumentos y procedimientos industriales de un determinado sector o producto. La tecnología es a la raza lo que la evolución espiritual es al individuo. Planteamos este concepto concibiendo tecnología en contexto de su momento histórico; es decir en cada actualidad de sus fases de desarrollo. Por ejemplo, la cultura lítica en su momento fue nuestra

35 LA MÚSICA HA MUERTO tecnología más avanzada y sin duda, en esos tiempos, ha sido tan preponderante como lo son hoy día los avances tecnológicos de vanguardia. Por otro lado ocupamos aquí el término evolución espiritual concibiéndolo como un desarrollo del mundo interno en cada individualidad. Como el acontecer constante de la íntima maduración del ser indiviso; no en sentido de supersticiosos mundos invisibles de ángeles celestiales. Habiendo aclarado dichos términos damos dimensión al enunciado en su estado puro: La tecnología es a la raza lo que la evolución espiritual es al individuo. La tecnología en cualquiera de sus formas es a la vez la resultante y la generadora de nuevos descubrimientos y tendencias. Es siempre la que aparece trayendo, en su prometedor excitante regazo, las buenas nuevas de una amplitud de término y panorama. El azar está instrumentado por la curiosidad y es la tecnología la que nutre de dinámica a ésta. La tecnología es vehículo y tutor de nuestra materia exotista. Vislumbramos un presagio prácticamente irrevocable: la tecnología se incorporará a nosotros de modo cada vez más radical. Llegará el momento en que nos implantemos chips en el cuerpo generando un sin fin de posibilidades. Cuestiones tales como una telepatía digital o tan sólo visionar algo para que, en instantánea respuesta, la materia se conforme en lo imaginado. Como si fuéramos a mover un control remoto implantado en nuestra terminal nerviosa sin necesidad de usar las manos. Me arriesgo a pensarnos así y siento que ese evoluir será la respuesta natural a la extrema humanización que en estos