Algunas consideraciones sobre dilemas morales y los casos difíciles en R. Dworkin

Transcripción

1 Algunas consideraciones sobre dilemas morales y los casos difíciles en R. Dworkin Por: Mariana Treviño Feregrino I. Introducción II. El concepto de Dilema Moral III. Sobre la existencia de los dilemas morales IV. En contra de la existencia de los dilemas morales V. La solución de los dilemas morales VI. Ronald M. Dworkin y los casos difíciles VII. Consideraciones finales VIII. Bibliografía I. Introducción La existencia de dilemas morales han sido una preocupación constante dentro de la Filosofía moral y ha sido un tema a partir del cual se han creado aparatos conceptuales, construcciones argumentativas y aparatos metodológicos, para tener una forma objetiva para resolverlos. Al respecto Macentyre señala que esta preocupación ha sido reciente y lo atribuye al texto de E. J. Lemon Moral Dilemmas en el Philosophical Review de Aunque reconoce que desde Plantón hasta W. D. Ross y pasando por Gregory Aquinas, Kant Hegel y Mill ha existido dicha preocupación. 1 Las distintas posturas filosóficas han dado respuestas distintas a las cuestiones relacionadas con los dilemas morales, la primera, de si existen dilemas morales genuinos 2, y la segunda, si existen o no mecanismos y respuestas racionales a estos dilemas. Uno de los teóricos que ha intentado proporcionar criterios para resolver estas situaciones, a partir no solo de dar una respuesta sino llegar a la única correcta es Ronald Dworkin, quien en su penúltimo texto Justice for hedgehogs pretende, establecer ciertos principios o criterios para resolver estos casos. 1 MacIntyre, Moral Dilemmas Philosophy and Phenomenological Research, sup. Vol. 50: p Al respecto existen dos posturas fundamentales, la primera, en la que se niega la posibilidad de existencia de contradicciones verdaderas, rechazando entonces la posibilidad de conflictos morales reales y aquella que admite la posibilidad de conflictos morales verdaderos o genuinos.

2 El objeto de este análisis será entonces, exponer las ideas fundamentales de la teoría contemporánea sobre el concepto de dilema moral, los argumentos fundamentales para afirmar o negar la existencia de éstos en la Filosofía Moral contemporánea y hacer un análisis comparativo entre éstos y la idea de casos difíciles de Dworkin. II. El concepto de Dilema Moral I. Berlin, reconoce la posibilidad de conflictos morales al señalar: Los fines humanos entran en conflicto, y ningún cálculo puede salvarnos de elecciones dolorosas y soluciones imperfectas 3 Y sobre la posible solución de éstos señala mientras los valores últimos sean irreconciliables, las soluciones sencillas y definitivas no pueden, en principio, ser encontradas. 4, con lo cual se reconoce la dificultad de encontrar soluciones fáciles, pero admite la posibilidad que después de ciertos procedimientos pueda llegarse a respuestas. Un conflicto moral puede definirse como la situación en la que el sujeto se enfrenta a dos obligaciones morales que lo obligan a actuar. Williams los define como la situación en que el agente tiene dos obligaciones morales que conflictúan y ambas son relevantes al elegir el curso de acción que tomará. Esto es, los dilemas morales son situaciones en las que el agente tiene obligación moral de hacer A y B pero son mutuamente excluyentes, porque cumplir A implica desobedecer B o porque no se pueden realizar ambas al mismo tiempo. Las formas en las que Williams 5 establece que se puede presentar un dilema moral es la siguiente: cuando un agente parece tener el deber de cumplir con 3 Berlin, Isaiah. Cuatro ensayos sobre libertad: Introducción, Madrid, Ed. Alianza, p 6. 4 Idem. 5 Williams hace una clasificación de los conflictos morales e identifica dos tipos, el de convicciones cuando el agente es sus convicciones no son verdaderas por alguna información y empíricamente demostrable que su convicción era falsa, en estos casos, señala William el agente puede desechar la convicción inicial o mantener la incongruencia. El conflicto de deseos

3 cada una de dos obligaciones, pero no puede cumplir con las dos: X debe hacer a, y X debe hacer b, X no puede hacer a y b. Segundo, cuando un agente parece tener el deber de hacer algo en relación con un aspecto de una obligación, y de no hacerlo en relación con otro aspecto de la misma obligación 6 Un conflicto moral es auténtico cuando A no es más fuerte que B, ni viceversa o una puede invalidar a la otra, esto es el agente se debe enfrentar además de alternativas opuestas, estas no dejan espacio para una alternativa intermedia, esto es que las alternativas son mutuamente exhaustivas y excluyentes. Un dilema moral se presenta entonces, cuando hay dos caminos alternativos y ninguno es mejor que otro, es decir, ninguno es moralmente preferible, o cuando existe una diferencia práctica pero es imposible de medir. Aquí se presenta el problema de la (in)conmensurabilidad, no en el sentido de que las alternativas sean en todos los aspectos (totalmente) incomparables, sino en el de que no sean, en absoluto, globalmente comparables" 7 III. Sobre la existencia de los dilemas morales El primer argumento es esgrimido por las corrientes pluralistas y sostiene que en las diferentes fuentes de obligaciones, es natural que exista contradicción o confrontación. En segundo argumento se basa en la existencia de sentimientos de culpa o remordimiento en quienes han actuado en situaciones de opción entre varios preceptos o valores. 8 se relaciona con la satisfacción de dos deseos que son de imposible realización debido a las situaciones presentes, y este es el tipo de conflicto que mas se parece a los dilemas morales. 6 William, B. Morality: An Introduction to Ethics. Cambridge: Cambrid- ge University Press véase de Michael Stocker «Moral Conflicts: What They Are and What They Show», Pacific Philosophical Ouarterlv, 68/2, junio pp B. Williams, Problems o f the Self Cambridge, U.P pp 172 ss.

4 Uno de los principales defensores de esta postura, es B. Williams quien identifica la existencia de éstos a partir de los sentimientos que crean y en tanto existan sentimientos como culpa o lamento, por lo que la existencia de estos sentimientos dan existencia al dilema moral, es cuando sostiene el sentimiento de lamento El pensamiento constitutivo del lamento en general es que sería mejor que las cosas hubiesen sido de otro modo 9 En este mismo sentido Rawls señala 10 : No bastará simplemente una referencia a que se espera un castigo; esto podría explicar el temor, la angustia, pero no los sentimientos de culpa. De modo semejante, la mención a unos daños o desgracias que hayan caído sobre uno a consecuencia de sus acciones pasadas explica las impresiones de pesar, pero no las de culpa, y mucho menos las de remordimiento. Es claro que el temor y la angustia acompañan frecuentemente a las impresiones de culpa, por razones evidentes, pero estas emociones no deben confundirse con las impresiones morales. No debemos suponer, pues, que la experiencia de culpa es, en cierto modo, una mezcla de temor, de angustia y de pesar. La angustia y el temor no son impresiones morales, en absoluto, y el pesar está relacionado con alguna interpretación de nuestro bien, al ser originado, tal vez, por los fracasos sufridos a consecuencia de la imposibilidad de favorecer nuestros intereses de un modo sensato. Incluso fenómenos como impresiones de culpa neurótica, y otras desviaciones del caso normal, son aceptados como impresiones de culpa y no simplemente como temores y angustias irracionales, a causa del tipo especial de explicación por desviarse de la norma WILLIAMS, B. (1981): Moral Luck, en idem, Moral Luck, Cambridge, Cambridge University Press. Trad. castellana: La fortuna moral, México, UNAM, p Rawls utiliza una distinción entre "impresión moral" y "emoción moral" para las impresiones y las emociones que experimentamos en ocasiones determinadas, explica que una característica necesaria y diferencia específica de las actitudes naturales es que la explicación que la persona da de su experiencia invoque un concepto moral y sus principios (morales) asociados. 11 RAWLS, John, Teoría de la justicia, p 435.

5 El tercer argumento corresponde a que, en muchas ocasiones, existe un análisis de una serie de valores o deberes así como las condiciones de realización de los mismos. Independientemente de los sentimientos derivados de sus decisiones, o que sean producto de obligaciones de diversas fuentes existen fácticamente situaciones conflictivas que manifiestan la existencia de dilemas morales. IV. En contra de la existencia de los dilemas morales El Formalismo Kantiano que guía al agente a actuar conforme a una sola fuente de obligaciones que se basan en solo un principio supremo, niega la posibilidad de conflicto, ya que la ley moral no admite contradicciones. Esto es que al sostener el imperativo categórico o el principio supremo de moralidad, considera que la buena voluntad es absoluta y buena en si misma e incondicional. En ningún lugar del mundo, pero tampoco siquiera fuera del mismo, es posible pensar nada que pudiese ser tenido sin restricción por bueno, a no ser únicamente una buena voluntad 12 Y señala la imposibilidad absoluta de contradicción, ya que si esto fuera así, existiría una contradicción de ella misma en el concepto de una voluntad incondicionadamente buena. Es absolutamente buena la voluntad que no puede ser mala, cuya máxima, por tanto, si se hace de ella una ley universal, no puede nunca contradecirse a sí misma. 13 Este principio único de moralidad sostiene obra sólo según la máxima a través de la cual puedas querer al mismo tiempo que se convierta en una ley universal 14 y son enunciadas en 3 reglas KANT, I. Fundamentación de la metafísica de las costumbres. Barcelona, Ariel, p Ibidem, Ibidem, I) obra como si la máxima de tu acción fuese a convertirse por tu voluntad en una ley universal de la naturaleza II) obra de tal modo que uses la humanidad tanto en tu persona como en la persona de cualquier otro siempre a la vez como fin, nunca meramente como medio III) obra de modo que la voluntad pueda por su máxima considerarse a sí misma a la vez como universalmente legisladora KANT, I. Fundamentación de la metafísica de las costumbres. Barcelona, Ed. Ariel, p 434

6 Afirma que dos obligaciones perfectas no pueden entrar en conflicto y por lo tanto no pueden existir auténticos dilemas morales. Sobre el aparente conflicto de deberes argumenta que: El conflicto de los deberes sería una relación entre éstos, tal, que el uno destruyera al otro (completa o parcialmente). Pero, como el deber y la obligación en general son nociones que expresan la necesidad absoluta práctica de ciertas acciones, y como dos reglas opuestas entre sí no pueden ser al mismo tiempo necesarias; antes al contrario, siendo un deber obrar conforme a una de ellas; no sólo no es obligatorio, sino que es ilícito el seguir la ley opuesta, no es concebible la colisión de los deberes y obligaciones. Sin embargo, pueden muy bien ocurrir en un sujeto, y en una regla que él se prescriba, dos principios de acción reunidos, pero tales que uno u otro no bastan para obligar, y entonces uno de ellos no es deber. Cuando se presentan dos principios de esta manera en oposición, la filosofía práctica no dice que la obligación más fuerte vence, sino que el principio de la obligación más fuerte subsiste 16 Alan Donagan 17 también niega la existencia de dilemas morales auténticos y que estos derivan de un déficit epistémico que impide ver el problema, y en caso de tener toda la información disponible se eliminaría este déficit y por tanto el aparente dilema. El segundo argumento radica en que si efectivamente existieran estos dilemas, la vida moral sería totalmente irracional, ya que si no existe un criterio moral objetivo, o que alguna conducta de las alternativas sea obligatoria, sino que ambas opciones sean igualmente aplicables, se actúa por una cuestión de preferencia, esto es de motivaciones moralmente irrelevantes. V. La solución de los dilemas morales 16 KANT, I. Fundamentación de la Metafísica de las costumbres, Barcelona, Ariel, p Véase DONAGAN, A. Moral Dilemmas, Genuine and Spurious: A Comparative Anatomy.. En Mason, ed., Moral Dilemmas and Moral Theory 1996.

7 Las teorías morales sostienen que en abstracto los principios y reglas pueden convivir en armonía, pero fácticamente pueden existir situaciones en las que deba decidirse sobre dos cursos de acción, las posturas dominantes sostienen dos alternativas. 1. No hay solución racional posible, ya sea porque las razones que compiten son mutuamente inderrotables o porque son inconmensurables y por lo tanto no hay criterio que logre decir cual vale mas que otro. 2. El conflicto puede ser resuelto eligiendo uno de los principios en juego a través de mecanismos aleatorios, o a través del establecimiento de una clausula de conmesurabilidad, pero la elección siempre implica una perdida o sacrificio. Al respecto Nagel considera Es tentador en todos estos casos sentir que alguna decisión debe ser posible, a la luz de lo que se conoce en aquel momento, que hará el reproche inapropiado sin importar como resulten las cosas. Pero eso no es verdad... cómo resultan las cosas determina lo que él ha hecho 18 Nada prueba que se eviten conflictos ateniéndose al principio de obrar de tal manera que la máxima por la que se rija la decisión pueda servir de ley universal. Porque la aplicación de ese imperativo categórico no es categórica sino que evidentemente en cada caso dependerá de que otras cosas sucedan. Rawls señala que la solución a los dilemas morales tiene priorizar en todos los casos la libertad: Los dilemas morales deben verse teniendo en mente la prioridad de la libertad. Así podemos imaginar situaciones poco felices donde se permita insistir con menor energía en los preceptos legales que se están siguiendo.. Una vez más, la conclusión es que los argumentos para restringir la libertad se derivan del principio de libertad en sí mismo NAGEL, T. Moral Luck, Mortal Questions, Nueva York, Cambridge University Press. [Traducción al castellano: La muerte en cuestión, México, FCE, 1981, p RAWLS, John, Teoría de la Justicia, México, Fondo de Cultura Económica, p 228.

8 El utilitarismo de reglas, establece que a través de la maximización de derechos puede llegarse a las soluciones correctas en los dilemas genuinos. Partidario de esta posibilidad de encontrar la única respuesta correcta, es R. Dworkin, cuya postura al respecto será analizada en el siguiente apartado. VI. Ronald M. Dworkin y los casos difíciles. Ronald M. Dworkin, uno de los teóricos contemporáneos mas relevantes adopta el fondo del concepto de dilema moral, incluyéndolo a ámbito jurídico y crea el concepto de caso difícil 20 y lo define: Cuando un caso no está claramente cubierto por una regla (porque no hay ninguna regla que parezca apropiada, o porque las que parecen apropiadas son vagas o por alguna otra razón), entonces el caso no se puede decidir -aplicando la ley-. Ha de ser decidido por algún funcionario, por ejemplo, un juez, que -ejerza su discreción-, lo que significa ir más allá de la ley en busca de algún otro estándar que lo guíe en la preparación de una norma nueva o en la ampliación de una ya existente" 21 Pero agrega si bien es cierto que estos casos suponen cierta incerteza, sea porque existen varias normas que determinan sentencias distintas, normas 20 Los casos difíciles para Dworkin pueden ser identificados con la caracterización de Lemmon de las situaciones morales conflictivas: Cuando un agente sabe lo que debe hacer y lo hace, el criterio para diferenciar las fuentes del deber determina lo que debe hacerse en cada caso. Aquí reconoce, los deberes, las obligaciones y los principios morales. El segundo tipo es el caso de frontera en el que un agente tiene el deber de hacer algo que aparentemente tiene la obligación de hacer o no hacer, esto es que no hay claridad entre si se tiene la obligación o no. El tercer tipo es el dilema moral propiamente dicho en la que el agente tiene la obligación de hacer algo pero no lo hace, por ser o tener algo incorrecto, en tanto un principio moral. este es el caso en el que se enfrenta una obligación de un principio moral. Existen intentos de resolver estos casos, por ejemplo optar por los deberes antes de por las obligaciones y los principios sobre los deberes, El siguiente nivel corresponde al los dilemas que comprometen la moral del agente, es el caso en el que cualquiera que sea la decisión que tome está actuando mal o incorrectamente El último nivel, que pude ser identificado por los crazy cases de Dworkin,, corresponde al dilema moral en la que el agente tiene elementos no concluyentes acerca de lo que debe y no debe hacer, y la dificultad radica en la dificultad de reconocer una obligación, un deber y un principio. LEMMON, E, J. Moral Dilemmas en Gowans, Moral Dilemmas, pp R. DWORKIN, Los derechos en serio, (Trad.Marta Guastavino), Ariel, España, p

9 contradictorias, sea porque no existe norma exactamente aplicable, tienen una respuesta correcta 22 En los casos difíciles, avanza, que los individuos tienen una responsabilidad mucho mas estricta de no dañar a extraños que de ayudarlos. 23 Ronald Dworkin sostiene que el bienestar y la suerte están distribuidos de manera desigual entre los seres humanos 24, y con frecuencia nos encontramos en la posición de ayudar a extraños que están en una peor situación que nosotros, ya sea generalmente o porque han sufrido algún accidente o están en algún tipo de situación de peligro. En este caso pueden presentarse dos tipos de conflictos, primero, podemos enfrentarnos ante un conflicto entre nuestros intereses y el de la gente que nosotros probablemente ayudemos. Qué tan lejos necesitamos llegar para ayudarlos?, segundo, quizá nos enfrentemos a un conflicto sobre a quién ayudar cuando solo podamos ayudar a alguno(s) de todos. 25 La respuesta Kantiana al respecto está en el imperativo categórico de tratar a los otros de la forma en que quisiéramos ser tratados, en este caso puede ser útil, porque esta formula fusiona la ética y la moral en la forma que buscamos: requiere una aproximación ex ante que integre nuestros deseos para nuestra propia vida con nuestro sentido de responsabilidad frente a otros, pero aunque es útil no ayuda a resolver estos casos. Y sostiene que debemos encontrar un lugar intermedio entre el costo y la mala suerte que parezca adecuada desde el punto de vista ético y la perspectiva moral. Además agrega: 22 Idem 23 Dworkin, R, Justice for Hedgehogs, Massachusetts, Harvard University Press, p 271 we have much stricter responsibilities not to harm strangers than we have to help them. 24 Es a los que WILLIAMS, llama casos trágicos, WILLIAMS B. 1981: Moral Luck, en idem, Moral Luck, Cambridge, Cambridge University Press. [Trad. castellana: La fortuna moral, México, UNAM, p If we can rescue only some victims of an accident and must leave others to die, how shall we decide whom to save? Together these puzzles pose the question of aid.

10 si creemos que no tenemos un deber moral de ayudar a otros, parece del mismo modo una cuestión de responsabilidad ética, que nosotros enfrentemos el costo de nuestra propia mala suerte en circunstancias similares 26 Pero Dworkin reconoce que si bien es cierto debemos respetar la igual importancia objetiva de la vida de todas las personas, también debemos respetar nuestra responsabilidad de hacer algo valioso de nuestra propia vida. Sostiene que, es una cuestión de tener una vida buena, pero reconoce la dificultad de que no tenemos una forma apropiada de medir o comparar la bondad o éxito en las diferentes vidas, es decir, un problema de inconmensurabilidad. 27 Algunos consecuencialistas han tratado de inventar concepciones sobre el bienestar 28, y al hacer esto pretenden hacer una escala objetiva y evaluable para resolver los conflictos morales, pero Dworkin reconoce que estas concepciones no pueden proveer una base plausible de una moralidad personal o política. De este modo concluye que el bienestar, ser bueno, la bondad y la buena vida son conceptos interpretativos. El principio Kantiano cambia de materia, ya no habla del ser bueno como una meta, sino una actitud guía. Debemos tratar a otras personas aceptando que sus vidas son objetivamente igual de importantes de la propia. Si ésto es así, y el bienestar no puede ser entendido como el resultado producido, como los consecuencialistas lo ven, entonces fallar a ayudar a alguien, no es necesariamente inconsistente con esa actitud, y el agente estará obrando 26 Dworkin, R, Justice for Hedgehogs, op cit, p Ibidem, Ibidem, 273.

11 correctamente. 29 Y No niego la igual importancia de la vida humana solo por negarme a hacer sacrificios admirables, esto es que no se puede implicar que considero las vidas de otros intrínsecamente menos importantes que la mía, si me niego a salvar a varios de una catástrofe, por ejemplo. Scalon hace un recordatorio a aquellos que creen que la moralidad empieza con un requerimiento categórico de tratar los intereses de todos los demás como igualmente importantes en todo lo que hacemos. Parece natural que ese inicio permite a la gente juzgar cuando su propia posición ha sido mejorada por lo que nosotros hacemos. Pero una vez que se niega el requerimiento categórico basado en nuestra propia moralidad, y se hace un juicio interpretativo sobre lo que muestra respeto por la dignidad humana los cálculos son muy diferentes. 30 Dworkin sostiene que deben establecerse criterios, que funcionen como metaprincipios para resolver los casos difíciles, y estos también son conceptos interpretativos, pero pueden establecerse escalas para medirlos, como el daño, el costo y la confrontación 31 aunque esto no se traduce, al menos prima facie, en un análisis consecuencialista en lo general ni utilitarista en lo particular. Al respecto pone el ejemplo de dos personas han sido mordidas por una serpiente 32. De acuerdo a la versión pura del consecuencialismo impersonal, no hay diferencia intrínseca en las dimensiones morales de los dos escenarios porque 29 Ibidem, Ibidem, Sobre la confrontación sostiene The first is particularization: the clearer it is who will be harmed without my interven- tion, the stronger the case that I have a duty to intervene. The second is prox- imity: the more directly I am confronted with some danger or need, the stronger the case that I have a duty to help Dworkin, R, Justice for Hedgehogs, op cit. p y solamente hay antídoto para uno de ellos, y pone dos escenarios, el primero en el que el sujeto a: está más cerca del antídoto y lo toma, el sujeto a vive y el B muere, en el segundo escenario, el sujeto B: está más cerca y lo toma pero el sujeto A: le dispara, en este escenario el sujeto A vive y el B muere.

12 en el resultado, desde la perspectiva impersonal es la misma. El deber es producir el mejor resultado con los recursos que se tienen y el mejor resultado está condicionado por las propiedades de las personas cuyos derechos están en juego, no el procedimiento para producir el mejor resultado, y continúa con el ejemplo. Si el sujeto A es un joven y reconocido músico, y el sujeto B es viejo e inútil, está justificado que el A tome el antídoto en cualquiera de los dos escenarios, pero si el sujeto B tiene estas cualidades entonces no está justificado la acción de A en cualquiera de los escenarios. 33 El consecuencialismo descrito en el cual se piensa que matar y dejar morir es igualmente equivalentes, lo cual sería contradictorio a los principios que sostienen que bajo ninguna circunstancia puede dañarse a otro, y sobre todo los deberes derivados de relaciones especiales, como parentesco, relación medico-paciente, entre otros. El segundo principio insiste en que se tiene la responsabilidad personal sobre tu propia vida y no se puede ignorar o delegar, y el principio kantiano requiere reconocer la responsabilidad paralela en los otros, pero señala que cualquier comunidad política debe juzgar sobre una base de análisis de costos 34 Mas adelante, desecha la postura utilitarista, que si bien acepta es un elemento de análisis necesario, no puede ser de inicio, o por intuición la respuesta al dilema, y descarta que el factor de números de afectados pueda ser el único elemento para decidir sobre bienes o derechos en confrontación Y sostiene si hemos aceptado la perspectiva impersonal que he rechazado, la cual asume el consecuencialismo de bienestar como imperativo ese podría parecer la solución correcta 35 (es decir, el principio utilitarista de el mayor bien para el mayor número). Pero que el acercamiento a esta clase de decisiones, 33 Ibidem, Ibidem, If we had accepted the impersonal perspective I rejected, which assumes a welfare consequential- ist imperative, that would seem the right solution. Well-being is overall improved, we might well think, when two lives rather than one are saved.

13 en la que los derechos de uno se enfrenta a los derechos de mas de uno (dos o mas) debe ser no, basado en las consecuencias sino en los derechos, lo cual está lejos de la decisión automática de salvar o defender al número mayor, en este caso debe pensarse que cada uno de los sujetos involucrados tiene un igual derecho a ser salvado, es cuando plantea la posibilidad de una especie de lotería, en la que ponga a todos los sujetos en igualdad de circunstancias. 36 Dworkin se cuestiona cuál es la aproximación correcta, en la que debe buscarse el bien para la mayoría o reconocer el derecho de ser tratados en igualdad de circunstancias. Al respecto sostiene que el acercamiento interpretativo, ninguna de las dos posturas es la correcta, si se rechaza el consecuencialismo, porque no puede justificar nuestra convicción. También rechaza la idea en la que se supone que todos a los que podamos ayudar tienen el derecho automático de ser salvado. Y señala que existen otras razones que no son el número para resolver un caso, y no solamente se implica o se asume que la vida del mayor número es objetivamente menos importante que el de la minoría preferida. En el test interpretativo, pueden ser razones de amor, o de responsabilidad especial, o depende de la calidad de los sujetos, si se piensa que la vida de una sola persona es mas importante. 37 Con esto intenta probar que hacer juicios de justicia o valor sobre la vida de otros, no necesariamente se niega la igual importancia de la vida de todos, es por esto que sostiene que pueden justificarse nuestras reacciones intuitivas como asunciones interpretativas a través de estos juicios Ibidem, On our interpretive test, that reason need be nothing beyond the fact of your love or your special re- sponsibility. You will also need no further reason if the lone swimmer is not your wife but your friend. Or even if all the swimmers are perfect strangers, the lone swimmer is much younger than the two swimmers, and you think that saving the life of a young person is more important. Or if the swimmers are all strangers, but you know that the lone swimmer is a brilliant musician or philosopher or peacemaker and music or philosophy or peace is particu- larly important to you or you deem it particularly important to the world Dworkin, R, Justice for Hedgehogs, op cit. p Ibidem, 282.

14 Esto supone que la reflexión moral es de alguna manera un asunto de percepción y que la verdad moral nos lleva una sensibilidad moral distinta y que nuestras intuiciones morales: son guías a la verdad, análogamente a nuestras percepciones sobre el mundo de la naturaleza VII. Consideraciones finales Los dilemas morales han sido un tema recurrente en casi todas las teorías morales, se ha intentado explicar su existencia, su posible naturaleza y la manera de resolver estas cuestiones. Ronald Dworkin, no ha sido la excepción y en su último texto presenta una modificación, que me parece sustancial al determinar la forma de resolver los casos difíciles, esta es la forma en la que éstos deben ser resueltos. Dworkin rechaza la idea utilitarista y consecuencialista, pero establece que los casos deberían resolverse bajo los principios de igual consideración de todos los participantes, atendiendo a los derechos, lo cual podría ser considerado una especie de utilitarismo de derechos, esto es un utilitarismo de reglas, y es consecuencialista en tanto que, independientemente cual sea el argumento justificatorio de la intuición moral, se pretende llegar a un resultado interpretativo- atendiendo a la interpretación de las convicciones propias de lo bueno, lo deseable, el bienestar entre otros, solamente teniendo como límites también interpretativos- criterios como de costo, daño y confrontación. VIII. Bibliografía. BERLIN, Isaiah. Dos conceptos de libertad, en Cuatro ensayos sobre libertad, Madrid, Ed. Alianza, DONAGAN, A. Moral Dilemmas, Genuine and Spurious: A Comparative Anatomy.. En Mason, ed., Moral Dilemmas and Moral Theory, DWORKIN R., Los derechos en serio, (Trad.Marta Guastavino), Ariel, España, DWORKIN, R, Justice for Hedgehogs, Massachusetts, Harvard University Press, 2011.

15 KANT, I. Fundamentación de la metafísica de las costumbres. Barcelona, Ariel, LEMMON, E, J. Moral Dilemmas en Gowans, Moral Dilemmas, 1987, pp MACINTYRE, A., Moral Dilemmas Philosophy and Phenomenological Research, sup. Vol. 50: NAGEL, T. Moral Luck, Mortal Questions, Nueva York,Cambridge University Press.1979, versión en español en La muerte en cuestión, México, FCE, RAWLS, John, Teoría de la justicia, México, Fondo de Cultura Económica, STOCKER Michael, Moral Conflicts: What They Are and What They Show, Pacific Philosophical Ouarterlv, 68/2, junio pp Williams, B. Morality: An Introduction to Ethics. Cambridge: Cambridge University Press Problems o f the Self Cambridge Univesity Press, Moral Luck, en Moral Luck, Cambridge, Cambridge University Press, 1981, versión en español en La fortuna moral, México, UNAM, 1993.