Revista de Vida Religiosa CONFER LOS DESAFÍOS DE LA ORACIÓN. Volumen 51 N 195 Julio-Septiembre 2012 Fascículo 3

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1 Revista de Vida Religiosa CONFER LOS DESAFÍOS DE LA ORACIÓN Volumen 51 N 195 Julio-Septiembre 2012 Fascículo 3

2 SUMARIO Presentación 275 LOS DESAFÍOS DE LA ORACIÓN Sobre la oración de los religiosos. Amenazas 281 y posibilidades Pascual Cebollada, s Las frescas mañanas de la Vida Religiosa. 297 Los jóvenes y la oración Miguel Márquez Calle, ocd Oración y misión. Los primeros años de trabajo 315 y la "edad media" Manuel Sánchez Tapia, osa La liturgia en la vida religiosa apostólica 331 Lino Emilio Diez Valladares, sss Nota: La oración litúrgica, tarea de la Iglesia 349 Juan Javier Flores Arcas, osb Libros recibidos 361

3 Presentación De nuevo, la oración. Es una de esas realidades a las que la reflexión sobre la Vida Consagrada vuelve una y ofra vez. Cada cierto tiempo, en cada zona de la tierra donde existe vida religiosa, sus miembros hacen bien en preguntarse qué significa para ellos la oración y cómo encaja en sus vidas. Por eso lo hacemos aquí, apuntando en este caso a "los desafíos de la oración". La oración misma es un desafío: llegar a rezar, hacerlo con sentido, encontrar gusto en ello, incorporarla a la ornada diaria como algo imprescindible... Para el sujeto que reza el reto reside en su disposición, preparación, ejercicio y experiencia de la oración, etapa de su vida en la que ora, factores favorables y desfavorables para rezar propios de cada uno, acontecimientos que le afectan, cambios que se operan en la persona. Igualmente, las circunstancias correspondientes a cada época o contexto cultural, social y religioso suponen un desafío permanente para vivir con armonía una existencia orante. Pensamos particularmente en los religiosos y religiosas, sobre todo los de vida activa, que cada día dedican ese tiempo específico a orar que les permite descansar del agobio laboral, reforzar su amistad con el Señor, tratar mejor a los otros, y todo lo demás que se juegan a diario en sus quehaceres. También es un desafío para quienes acompañan espiritualmente a otros -formadores o no-, a fin de acertar con la oración correspondiente a cada persona, a cada etapa suya. Finalmente, la oración comunitaria es un reto para los múl-

4 REVISTA DE VIDA RELIGIOSA CONFER tiples y variados grupos de consagrados, para que siga siendo la que mejor responda a las necesidades y particularidades de la comunidad, tan distintas según congregaciones y espiritualidades. En estas páginas se ofrecen algunas pistas. De entrada, bajo el título de "amenazas y posibilidades" (P. Cebollada), se presentan algunas de las que probablemente será testigo (sufriéndolas o no) el religioso que quiere orar. No basta con ser consciente de ellas, sino que cada uno -cada grupo- ha de encontrar su camino específico para afrontarlas y sacar provecho de ellas con vistas al fin que pretende de llegar a establecer trato con Dios. Dos grupos humanos aparecen contemplados a continuación. Primero, los más jóvenes, que suelen coincidir con quienes entran en los noviciados (M. Márquez). Cómo han estado acostumbrados a rezar hasta su entrada en la vida consagrada? Cómo se los encuentra quien les guiará en los comienzos? Adonde puede y debe apuntar su formador para encontrar un terreno fértil para la oración? Cómo enganchan los principiantes su oración con la típica del instituto a cuyas puertas llaman? El segundo grupo es el de los de la "edad media" (M. Sánchez Tapia). Los de la "edad media" de ahora, no de hace quince o veinte años. Dada su evolución en los tiempos anteriores, a qué han de prestar especial atención para atravesar esas posibles "mesetas" propias de la edad y las circunstancias? Cómo pueden salir fortalecidos -en todo su conjunto y no solo en su pura dimensión "piadosa"- de esta fase? Qué recursos están en su mano para integrar mejor acción y contemplación? Al mismo tiempo que se ha creído conveniente abordar aquí la oración, hemos querido vincularla a la liturgia. Aunque están estrechamente unidas, con frecuencia son tratadas independientemente. Tanto en sus lazos con la oración como con otros elementos de la vida cristiana (los sacramentos, la actividad 276

5 PRESENTACIÓN estrictamente "pastoral"), la liturgia establece el marco en el que aquellos tienen lugar (L E. Diez). Un marco compuesto de palabra y silencio, música, ritmo, símbolos, imágenes, espacios adecuados... Los religiosos son invitados a conocerla bien, a sacarle partido, a estimarla como ese espacio común que permite acercarse a Dios y su misterio. No debería entenderse como algo que quita vigor o distrae de la acción, la encomienda pastoral o el empeño por la verdad o la justicia. Asimismo, en forma de "nota" -algo más breve- se apunta también desde la vida contemplativa (J. J. Flores) al lugar de la Liturgia de las Horas en la oración de los individuos y comunidades de consagrados, como ejemplo de un vínculo y terreno compartido con otros cristianos que rezan. La oración es un medio, un instrumento, una "herramienta". Su desafío -hoy y siempre- es que ella nos siga ayudando a buscar y encontrar a Dios. 277