Jesús viene Vigila! Prepárate!

Transcripción

1 Jesús viene Vigila! Prepárate! Hace mucho tiempo, Dios se fijó en un pueblo pobre y oprimido que se llamaba Israel. Le prometió que estaría siempre a su lado y que enviaría un salvador para librarle de todas las opresiones. Israel vivía esperando al Enviado de Dios. Pero la espera duraba mucho y se hacía muy larga. Por eso Dios escogió a hombres como Abraham, Moisés, David o los profetas, que ayudaron al pueblo a mantener viva la esperanza de la salvación. El profeta Isaías vio en el horizonte al Salvador que tenía que venir y dijo al pueblo: El Señor os dará una señal: Mirad: la virgen está encinta y dará a luz un hijo, y le pondrá por nombre ENMANUEL (que significa Dios-con-nosotros). CONFIAD EN LAS PROMESAS, ESTÁ MUY CERCA EL SEÑOR. Todos. Esta promesa de Dios de bendecir y salvar a su pueblo empieza a hacerse realidad con María. Ella es la mujer elegida por Dios para ser la madre del Salvador. Así se lo anuncia el ángel: Alégrate, María, llena de gracia. El Señor te ha elegido para que seas la madre del Mesías prometido. MARÍA ES... (cantado)

2 Por último, apareció Juan Bautista. Él proclamaba a la gente que el Salvador estaba ya a punto de llegar. Decía a todos: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos. Y todos verán la salvación del Señor. CONFIAD EN LAS PROMESAS, ESTÁ MUY CERCA EL SEÑOR. Todos. Aquellas personas no sabían quién era el Salvador, pero le esperaban con ansia y, haciendo caso a Juan Bautista, se preparaban para su llegada: querían ser mejores, cambiaban de vida. Porque sabían que Dios siempre cumple lo que promete. Hoy nosotros, en este tiempo de Adviento, cercana ya la Navidad, hemos de renovar nuestra esperanza: el Señor está muy cerca. Viene. San Pablo nos recuerda cómo debe ser nuestra espera: Estad siempre alegres en el Señor. Os lo repito, estad alegres. El Señor está cerca. CONFIAD EN LAS PROMESAS, ESTÁ MUY CERCA EL SEÑOR. Todos.

3 Peticiones de perdón Porque, muchas veces, no escuchamos tu palabra, ni confiamos en Ti, Señor, ten piedad. Porque nos olvidamos de rezar, de hablar contigo, de hacer lo que nos dices sin pensar que Tú nos esperas siempre, como el mejor amigo, Cristo, ten piedad. Porque, a veces, nos enfadamos con nuestros padres, con los compañeros, les ponemos tristes y no nos esforzamos para que todos seamos felices, Señor, ten piedad.

4 Lectura del profeta Isaías 40, Una voz grita: en el desierto, preparadle un camino al Señor; allanad en la estepa una calzada para nuestro Dios; que los valles se levanten, que los montes y colinas se abajen; que lo torcido se enderece y lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios. Súbete a lo alto de un monte, mensajero de Dios, alza con fuerza la voz, mensajero de Jerusalén, álzala, no temas. Di a las ciudades de Judá: aquí está vuestro Dios. Palabra de Dios.

5 Salmo cf. Sal. 24 R/. Enséñame, Señor, tus caminos. Señor, indícame tus caminos, enséñame tus sendas. Que en mi vida se abran caminos de paz y bien, sendas de esperanza, de igualdad y de servicio. Enséñame, porque Tú eres mi Dios y Salvador, y todo el día te estoy esperando. R/. Enséñame, Señor, tus caminos. Indícame tus caminos, Señor, Tú que eres el Camino. Hazme andar por el sendero de la verdad, Tú que eres la Verdad. Despierta en mí el manantial de la vida, Tú que eres la Vida de cuanto existe. R/. Enséñame, Señor, tus caminos.

6 + Lectura del santo evangelio según san Marcos 1, Comienza el Evangelio de Jesucristo, Hijo de Dios. Está escrito en el profeta Isaías: Yo envío mi mensajero delante de ti para que prepare el camino. Una voz grita en el desierto: Preparad el camino del Señor, allanad sus senderos; elévense los valles, desciendan los montes y colinas; que lo torcido se enderece, lo escabroso se iguale. Y todos verán la salvación de Dios. Juan bautizaba en el desierto; predicaba que se convirtieran y se bautizaran, para que se les perdonasen los pecados. Acudía la gente de Judea y de Jerusalén, confesaban sus pecados, y él los bautizaba en el Jordán. Y proclamaba: Detrás de mí viene el que puede más que yo, y yo no merezco agacharme para desatarle las sandalias. Yo os he bautizado con agua, pero Él os bautizará con Espíritu Santo. Palabra del Señor.

7 Peticiones: - Te esperamos, Señor, como el pueblo de Israel. Queremos aprender a vigilar para reconocer tu rostro cuando llegues. - Te esperamos, Señor, como Juan Bautista. Ayúdanos a preparar nuestro corazón para acogerte esta Navidad. Ven, ven Señor Jesús. (cantado). - Te esperamos, Señor, como María. Enséñanos a escuchar tu Palabra y decirte siempre sí como ella. - Te esperamos, Señor. Toda la tierra espera tu venida. Tus seguidores queremos ser centinelas que avisen de tu llegada. Ven, ven Señor Jesús. (cantado). - Te esperamos, Señor, todos los niños, para ser, en tus manos, barro que se deja modelar por Ti. - Te esperamos, Señor, todos nosotros, para que nos ayudes a ser mejores cada día, poniendo en práctica el amor que de Ti recibimos. Ven, ven Señor Jesús. (cantado).

8 Oración final: Jesús, qué palabras, tan bonitas, pueden escribirse con un lápiz!: paz, amigo, fiesta, hermano, alegría, Navidad, compartir, mamá, Jesús... He pensado, Jesús, que me gustaría que, este año, los Reyes me trajeran un regalo muy especial: un lápiz mágico. Un lápiz, con el que poder dejar escritas palabras buenas, en el corazón de las personas que me rodean, para que siempre fueran felices. Y también me gustaría tener una goma de borrar mágica, que quitara todo lo que hace sufrir, a las personas que hay a mi alrededor. Y, mientras pienso esto, oigo que, en mi corazón, Tú me dices: Quiero que seas tú mi lápiz mágico y mi goma de borrar, para que contagies alegría, y borres la tristeza, donde estés, cada día.

9 En estos días que faltan para Navidad, quiero preparar un lugar, en mi corazón, para el Niño Dios. Me guardaré un ratito, cada día, para decirle con sinceridad: Querido Jesús: aunque, a veces, no sea tan buena como Tú quieres, en mi corazón, siempre hay sitio para Ti. BIENVENIDO, JESÚS! VEN A NACER EN NUESTRO CORAZÓN. TE ESPERAMOS!