Las Periodistas Uruguayas y la televisión: Cambios y Permanencias en las relaciones de género.

Transcripción

1 Las Periodistas Uruguayas y la televisión: Cambios y Permanencias en las relaciones de género. Lo primero con que tropieza el observador superficial es que las mujeres no son como los hombres. Son el sexo opuesto (porque opuesto lo desconozco; cuál es el sexo vecino?). Pero lo fundamental es que las mujeres se parecen más a los hombres que nada en este mundo. Dorothy L. Sayers. The human-not-quiet-human. Como es bien sabido, a partir del siglo XX se comenzó a forjar lo que hoy, en el siglo XXI, se consolidara como la gran revolución de las comunicaciones. Existe un reconocimiento hacia los medios de comunicación de masas en el análisis intelectual de la construcción social moderna. Esto se debe a que son un fuerte marco de referencia de la vida política, económica, social y cultural de las sociedades globalizadas. Los medios son considerados un poderoso instrumento de creación de opinión pública, de tal manera que las personas construyen parte de su percepción del mundo a través de lo que ellos ofrecen. Los modelos de referencia que construyen, así como las pautas de comportamiento que proyectan, contribuyen a perpetuar y reforzar el orden social. El desarrollo tecnológico de las industrias del mensaje y de los medios de comunicación se ha transformado en uno de los fenómenos más significativos en el ámbito de las relaciones sociales, acelerando y cambiando rápidamente las formas colectivas de informarse, comunicarse y vivir. 1 Las grandes transformaciones sociales como cambios de roles entre hombre y mujeres han dado paso a una reordenación de los indicadores objetivos de la organización social, y también de los factores subjetivos de las construcciones simbólicas de los nuevos parámetros de género. Sin embargo se puede apreciar, en la investigación teórica realizada que los medios de comunicación, no han incorporado de manera significativa dichas transformaciones en la representación del orden socialmente establecido en las relaciones de género. Observando el papel de los medios de comunicación en la sociedad, y en relación al tema que nos interesa, los cambios en el rol de la mujer y la construcción de nuevas relaciones de género, podríamos preguntarnos Cómo se involucran, y se introducen, 1 Silva, Uca Nuevos escenarios, nuevas propuestas. Reflexiones de intervención desde el género en Carmen Torres (editora) Género y comunicación. El lado oscuro de los medios. Santiago, Ediciones de la mujer Nº30, 2000, pp13

2 las mujeres periodistas y comunicadoras en dichos cambios tan significativos para la sociedad? Es decir, descubrir si La introducción de mujeres periodistas en los medios de comunicación es consecuencia de los cambios en las relaciones de género?. Es, entonces, en este contexto que surge mi iniciativa por generar un nuevo conocimiento en los estudios uruguayos e internacionales de relaciones de género, observar que nuevos discursos y relatos nos ofrecen los medios y evaluar cuanto las mujeres pueden celebrar de los beneficios de las transformaciones comunicacionales y cuanto pueden ser protagonistas de la construcción de los mensajes comunicados. LOS ESTEREOTIPOS DE GÉNERO DENTRO DE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN... Vivimos una vertiginosa revolución en el campo de la comunicación a escala global. 2 A partir de los cambios que se han venido suscitando en el área de la comunicación, podemos dar cuenta de que los medios de comunicación poseen un enorme potencial, ya sea positivo o negativo, para empujar o impedir un orden más justo y equitativo de relaciones entre los géneros, según un informe presentado por el Área de Mujeres de la Agencia Latinoamericana de Comunicación. En el mundo actual, la comunicación y la información ejercen una influencia decisiva en la orientación social, política y cultural de la sociedad 3, así como en la vida cotidiana de las personas. La sociedad actual, caracterizada como la sociedad de la comunicación masiva, tiene un "espejo" peculiar, como es el de los medios de comunicación de masas. Por lo tanto, se advierte la importancia que la comunicación y la información tienen para que pueda existir una participación ciudadana plena en la toma de decisiones de interés común. Podemos definir la comunicación como: el proceso a través del cual un conjunto de significados que han tomado cuerpo en un mensaje es trasladado a una o varias personas de tal manera que el significado percibido sea equivalente a lo que los iniciadores del mensaje intentaron 4 En la actualidad los medios son vistos en parte...como grandes manipuladores de la conciencia, al dar lugar a un aumento de entalpía o movilidad interior de la persona, permitiendo una inusitada ampliación del repertorio de roles y, en definitiva, al hacer posible un gran enriquecimiento de la experiencia de todos los miembros de la sociedad. 5 2 ALAI Mujeres, (2000): Mujeres y Medios de Comunicación., en Declaración a la UNGASS del Caucus sobre Mujeres y Medios de Comunicación. 3 ALAI Mujeres (1995): La Comunicación global y el acceso a las nuevas tecnologías, como un derecho democrático para las mujeres., en Documento presentado a la IV Conferencia Mundial de la Mujer 4 Smith, J: Undesrtanding the Media. A Sociology of Mass Communication, New Jersey, Hampton, 1995, en: Lucas Marín, García Galera, Ruiz San Román; Sociología de la Comunicación, Madrid, Trotta, 1999, pp Lucas Marín, A; García Galera, C; Ruiz San Román, J: Sociología de la Comunicación, Madrid, Trotta, 1999, pp. 81

3 Aquí radica su importancia en las distintas esferas sociales, incidiendo sin duda, también en las relaciones de género. Según el documento presentado por ALAI, en la IV Conferencia Mundial de la Mujer, Beijín 1995: Las nuevas tecnologías de la comunicación presentan la posibilidad de incrementar las interacciones entre las personas, sectores sociales, países y regiones a escala planetaria. Estas tecnologías, son instrumentos poderosos que podrían afianzar avances civilizadores, tales como la igualdad entre los géneros. 6 Es tan grande la magnitud que han adquirido los medios de comunicación masivos en nuestras sociedades que hasta la transmisión de valores culturales, que tradicionalmente se centraba en su totalidad en la enseñanza formal, parece ahora que los medios de comunicación también poseen una incidencia en la formación de los individuos. De esta manera se puede observar que la mayoría de los ciudadanos recibe buena parte de su bagaje cultural a través de los medios de comunicación masivos. Estos son vistos como un agente socializador que compite con la familia y la escuela en el proceso de educar a los individuos en la formación de su subjetividad y también otorgándole a cada persona un modelo para convivir en su sociedad en general. Más recientemente puede considerarse que los medios contribuyen a nuestra realidad social. Por lo tanto, es posible afirmar que éstos ocupan un lugar privilegiado, tanto para la modificación de los estereotipos sociales de género, como para su reforzamiento. Los Medios de Comunicación de Masas actúan como agentes que refuerzan y divulgan determinadas creencias y valores tradicionales, como reflejo de las normas sociales imperantes 7. El papel que pueda ejercer la mujer periodista y comunicadora en dichos medios es fundamental para poder modificar, de manera paulatina, todos aquellos estereotipos que la encasillan en determinados lugares dentro de la sociedad. Ahora bien, es importante tener en claro que es lo que queremos decir cuando hablamos de estereotipos de género. Los estereotipos de género son un subtipo de los estereotipos en general definidos como creencias consensuadas sobre las diferentes características de los hombres y las mujeres en nuestra sociedad. Tales características surgen de la confusión de que, los roles que los hombres y las mujeres desempeñan en la sociedad son naturales y no que se llevan acabo a partir de una tradición estereotipada. Así, los medios de comunicación tienden a reproducir estos estereotipos de género, no representando la diversidad de papeles que las mujeres cumplen en la sociedad. Sino que, más bien están orientados a crear y a retroalimentar los patrones de comportamiento que 6 ALAI Mujeres (1995): La Comunicación global y el acceso a las nuevas tecnologías, como un derecho democrático para las mujeres., en Documento presentado a la IV Conferencia Mundial de la Mujer 7 Balletbó, Anna La mujer en los medios de comunicación social Revista Leviatán, Madrid, 1984

4 refuerzan de esta forma la exclusión y las desigualdades de las mujeres en los medios de comunicación, como también en otros ámbitos sociales en general. Tomando en cuenta otra definición de estereotipos, según Zulma Caballero, en su articulo Género y estereotipos., Los estereotipos podrían llegar a cumplir (...) una función socialmente perversa, ya que tienden a producir la devaluación de un grupo en beneficio de otro. 8 Es importante, por lo tanto, poder observar los efectos que ejercen los medios de comunicación de masa sobre los individuos, sobre los grupos, sobre las instituciones, sobre el sistema de género y sobre el sistema social en general. En relación al tema de interés planteado en esta investigación: la mujer periodista y su incidencia en los medios de comunicación, podemos decir que,... la realidad de las mujeres en el campo de la comunicación se encuentra determinada - a pesar de haberse conseguido la igualdad en el ámbito formal- por estos estereotipos de género que aún permanece en todos los niveles de la sociedad. 9 Por lo tanto, los medios deberían ser utilizados como una herramienta útil para promover una imagen positiva y desestereotipada de las mujeres, acorde con su realidad, y que a su vez puedan participar de estos sin ningún tipo de restricción, ni discriminación.... las mujeres debemos modificar nuestra relación con los medios y alejarnos de la tentación de utilizar el espacio medial con la misma lógica tradicional, es decir, una aproximación instrumental y formal, compitiendo con los miles de actores que desean estar en la escena medial.... El mercado, que en este momento es el que con mayor voluntad asume los cambios, neutraliza los discursos y los vacía de sentido. En cambio, el reconocimiento nos da un lugar en el habla colectivo y modifica la imagen que se ha construido con relación al feminismo y a los grupos de mujeres. Esta es una tarea pendiente especialmente con los medios de comunicación. 10 ACERCÁNDONOS AL TEMA... LA MUJER Y LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN. Según los antecedentes relevados por la Agencia Latinoamericana de Comunicación, ALAI, las mujeres son presentadas desde los medios masivos de comunicación de forma selectiva y estereotipada, a pesar de haberse conseguido una igualdad de género en el ámbito formal. Para ALAI Mujeres la discriminación de género permanece en todos los niveles de la sociedad. De esta manera, los medios de comunicación continúan generando una lógica de mercado que los convierte en un terreno fértil para continuar promoviendo los estereotipos y desigualdades entre sexos. En la medida en que estos estereotipan a las 8 Caballero, Zulma Género y estereotipos Revista Zona Franca. Año IV, Nº5, set/96. pp,29. 9 Llorach Boladeras, Nuria Superar la discriminación en la vida cotidiana en Gloria Bonder (comp.) Mujer y comunicación. Una alianza posible. Buenos Aires, WACC y CEM, Silva, Uca Nuevos escenarios, nuevas propuestas. Reflexiones de intervención desde el género en Carmen Torres (editora) Género y comunicación. El lado oscuro de los medios. Santiago, Ediciones de la mujer Nº30, 2000, pp21

5 mujeres, en esa misma medida contribuyen a su desigual participación en la sociedad y, a su vez, en los propios medios de comunicación. Varios estudios relevados nos demuestran que la mujer ha sido invisibilizada a lo largo de la historia, así como también en la agenda mediática. Hoy por hoy, la exclusión de las mujeres de los procesos comunicacionales tiene efectos tan privativos como otras formas de discriminación. 11 Así, la estructura de los medios de comunicación no permite representar la diversidad de papeles que las mujeres cumplen en las sociedades y sus contribuciones a éstas. La periodista, salvo algunas excepciones, se afirma como una persona neutra que se comporta, piensa, cubre y escribe como el status quo del medio en el cual trabaja. Por lo tanto, para que pueda existir una adecuada participación de las mujeres en los medios, es necesario visualizar los nuevos roles que estas vienen desempeñando tanto en la esfera privada como en la pública. Ya que su aporte en la sociedad civil es lo suficientemente significativo para no tenerlo en cuenta. Así, de esta manera se hace necesario construir una visión integral de la mujer como sujeto de comunicación y como ciudadana plena. Según Jeanine Zambrano, la identidad de género viene predeterminada por una serie de roles sociales creados históricamente, los roles de género. La historia nos ha enseñado que estos no son roles estáticos. Lo que ocurre es que en las diferentes culturas esos ajustes se producen a distintas velocidades. Un factor que condiciona estos cambios es el mundo de las representaciones sociales de género, y es aquí donde intervienen los medios de comunicación, ya que son los mayores difusores y propagadores de las representaciones que una sociedad hace de sí misma. Por lo tanto, para poder garantizar una igualdad plena entre hombres y mujeres es necesario que los roles de género se vayan modificando acorde a la necesidad de cada sexo. En la última década se ha producido una irrupción significativa de las mujeres en las carreras de Periodismo y de Ciencias de la Comunicación en el ámbito universitario. Esta mayor capacitación de las mujeres en el área de las comunicaciones facilitó su ingreso a los medios privados y estatales de comunicación, sobre todo radio y televisión, ya no sólo como presentadoras, sino también como conductoras, entrevistadoras, periodistas, columnistas y analistas de información. También aumentó su participación como productoras de 11 Bonder, Gloria y León, Irene; Red FemMed(1996): Iniciativas y enlaces mundiales de las comunicadoras., en Panel del Foro AWID, ALAI

6 programación periodística en radio y TV, como la de columnistas en los periódicos nacionales. 12 Esta significativa irrupción de las mujeres en ambas carreras universitarias puede verse reflejada en nuestro país a tráves del último Censo de estudiantes de la Universidad de la República Oriental del Uruguay, llevado a cabo en el año Según los datos recabados en la Licenciatura de Ciencias de la Comunicación, en dicho año, el número de hombres era sensiblemente inferior al de mujeres que ingresaron a dicha carrera, en donde las mujeres eran 1119 y los hombres 750. También podemos observar, a partir de los datos recabados en este Censo, que en la mayoría de las Licenciaturas el número de estudiantes de sexo femenino supera al del sexo masculino. Tal es así que la cantidad de estudiantes hombres en todas las áreas de conocimiento y carreras es de , mientras que las mujeres superan dicha cifra con un total de Ahora bien, en relación a la mayor participación femenina en la Licenciatura de Ciencias de la Comunicación, esto no ha significado que en dicha Licenciatura se hayan incorporado las temáticas de género en sus planes de estudio. Los medios de comunicación siguen alimentándose, básicamente, de paradigmas y estereotipos. Por lo tanto, es así que, la realidad mediatizada que se construye logra ser sumamente estereotipada en cuanto a clases sociales, culturas, razas y género. De esta manera se mantiene el paradigma tradicional de los roles de género, otorgándoles un carácter natural, subsistiendo a pesar de las transformaciones ideológicas, tecnológicas y culturales que se han dado en las últimas décadas.... es necesaria una desconstrucción del sólido discurso social que opera sobre este supuesto de naturalidad de que un hecho biológico sea traducido como inequidad social entre los individuos de diferente sexo, y que genera condiciones de participación social desiguales. 13 Es preciso, por lo tanto, cuestionar la realidad construida por los medios, y así reformulándola en todas sus dimensiones, entre ellas la de género. Por lo tanto, podemos afirmar que, la relación entre los sexos no es un hecho natural sino una interacción social construida e incesantemente remodelada, consecuencia y al mismo tiempo motor de la dinámica social. Ahora bien, podemos dar cuenta de que el propio concepto de género se ha venido construyendo sobre una diferencia abismal entre discurso y práctica, entre cultura y natura, entre lo simbólico y lo real. Hacemos uso del concepto género para comprender la relación 12 Burch, Sally; León, Irene (ALAI, Quito), Plou, Sabanes (Red APC, Argentina): Las mujeres y los medios de comunicación en América Latina y el Caribe. (2000) 13 Palomar, Cristina Democracia y equidad de género, La Tarea Revista de Educación y Cultura, Nº 47, Guadalajara, 1999

7 de los hombres y las mujeres, y para dar una explicación de la función de los medios de comunicación en la redefinición del papel de la mujer en la sociedad moderna. La desigualdad genérica en una sociedad, hace referencia a la distinta medida en que hombres y mujeres tienen acceso a los recursos valorados y escasos de su sociedad. Las diferencias entre hombres y mujeres, por lo tanto, no son totales, sino tendenciales. Es aquí donde los medios de comunicación masivos, como agentes que refuerzan y divulgan determinadas creencias y valores tradicionales, influyen y actúan como ese espejo peculiar que le devuelve la imagen al individuo. Un punto central dentro de la óptica de género es la noción de la división sexual del trabajo, es decir, la segregación de funciones sociales sobre la base de la pertenencia a uno u otro sexo. Dicha división no se limita a la separación de las funciones en las esferas pública y privada, sino que también tiene lugar en el interior de estas esferas, y se asocia, en ambos casos, con relaciones de poder. La internalización de las relaciones de género es un elemento en la construcción de nuestras personalidades, es decir, la elaboración individual del género, y nuestros propios comportamientos contribuyen a fortalecer y a adaptar las instituciones y estructuras sociales de tal manera que, consciente o inconscientemente ayudamos a preservar los sistemas patriarcales. De todas formas, se observa que en la última década, según ALAI Mujeres, se lograron algunos avances con respecto a la relación de las mujeres y los medios de comunicación en América Latina. Si bien todavía es notoriamente baja la participación de las mujeres en los puestos de decisión dentro de los medios, el aumento de participación de estas contribuye a que la sociedad visualice a las mujeres desempeñando nuevos roles, emitiendo opinión o conduciendo entrevistas y programas. Estos hechos ofrecen elementos para la construcción de una nueva imagen de la mujer, activa en la sociedad y haciendo aportes en distintos campos. No obstante, se puede apreciar que la participación de las mujeres en los medios de comunicación no pasa por insistir en que estas continúen capacitándose como periodistas o comunicadoras sociales, ni en que se trabaje la información con perspectiva de género, sino que depende de las propias estructuras de los medios masivos de comunicación. Para poder lograr este estado de igualdad se hace necesario romper con aquellos estereotipos tradicionales de género impuestos por cada sociedad en particular. Uno de los primeros fines de la perspectiva de género es participar en la construcción de una nueva configuración de la historia, la sociedad, la cultura y la política desde las mujeres y con las mujeres. Desde luego, revelar esta nueva configuración de la realidad nos obliga a plantearnos nuevos problemas y alternativas. Todo esto afecta el esfuerzo de reformar una cultura ya que exige un cambio de mentalidad entre las mujeres y los hombres, y pone en

8 evidencia las desigualdades que permanecen debido a cierta construcción del estado y ejercicio de poder. Es necesario comprender y tener claro de que una cosa es la diferencia sexual y otra cosa son las atribuciones, ideas, representaciones y prescripciones sociales que se construyen tomando como referencia a esa diferencia sexual. Lo más importante a tener en cuenta, es que una perspectiva de género impacta a mujeres y hombres, y beneficia al conjunto de la sociedad, al levantar obstáculos y discriminaciones, al establecer condiciones más equitativas para la participación de la mitad de la sociedad y al revelar a los hombres de muchos supuestos de género que son también un peso y una injusticia para ellos. Una perspectiva de género identifica y se propone eliminar las discriminaciones reales de que son objeto las mujeres y los hombres. Podemos afirmar que, esta, supone revisar hasta las creencias más enraizadas. Por esto a partir de la forma en que se conceptualice la igualdad entre los seres humanos, se establecerán los pasos que conduzcan a un cambio en el estatuto de las mujeres. Es importante señalar que el género afecta tanto a hombres como a mujeres, la definición de femineidad se hace en contraste con la de masculinidad, por lo que género se refiere a aquéllas áreas, tanto estructurales como ideológicas, que comprenden las relaciones entre ambos sexos. Sin embargo, los medios masivos de comunicación, en general, han permanecido ajenos a este avance social, en lo que respecta al movimiento de mujeres. 14 El papel de los medios ha sido precisamente la reproducción del sistema de ideas y valores y de mantener inalterables los roles sexuales tradicionales asignados a las mujeres y los hombres en nuestra sociedad. Esta situación demuestra que las mujeres deben seguir abriéndose caminos en los medios de comunicación. Pero no imitando la forma masculina de comunicación y de proceder, un camino que resulta peligroso y que genera más rechazo que aceptación. Aunque el lenguaje femenino resulte menos convincente, lo cierto es que en ese estilo de comunicarse hay una actitud humilde y de respeto hacia el interlocutor. 15 De igual forma, las pocas mujeres que ejercen algún tipo de control en los medios operan dentro de un sistema patriarcal de gerenciamiento y se les pide que den prioridad a los intereses comerciales de la empresa. Si bien sería ingenuo considerar que los márgenes de ganancia no son importantes, la situación actual de los medios parece estar regida sólo por la comercialización, el consumismo y el mercantilismo. Por otra parte, para Giddens, A medida que las mujeres salen fuera cada vez más, contribuyen al desarrollo de los procesos emancipadores. Sin embargo, las 14 ALAI Mujeres, 1998, Las mujeres y la comunicación en tiempos de globalización. 15 Santesteban, Sonia, Diferentes estilos, iguales oportunidades., en Gloria Bonder (comp.) Mujer y Comunicación, una alianza posible, Buenos Aires, WACC y CEM, 1995

9 feministas llegaron a ver pronto que para la mujer emancipada la cuestión de la identidad adquiere una importancia preeminente. En efecto, al liberarse del hogar y de la domesticidad, las mujeres se enfrentaron a un entorno social cerrado para ellas. La identidad de la mujer estaba tan estrechamente definida por el hogar y la familia que su salida afuera las llevo a ámbitos sociales donde las únicas identidades disponibles eran las que les ofrecían estereotipos masculinos. 16 Por lo tanto, es preciso recordarles su función social a los medios masivos de comunicación, interpelándolos y cuestionándolos para asegurar un mayor equilibrio de género tanto en el acceso como en la difusión de la información, así como también en la forma de comunicación. Cada vez más las mujeres se inclinan por la comunicación como una opción profesional para hacer oír su voz y desplegar su imaginación y creatividad confrontando día a día obstáculos que siguen siendo persistentes y que deben ser revertidos para lograr una libre participación, tanto de hombres como de mujeres. REFLEXIONES FINALES... Podemos dar cuenta de que el problema de la participación femenina con relación a los medios no es un problema aislado de otros muchos, sino que este se encuentra inserto en la discriminación general de género en la sociedad. Los resultados del estudio nos muestran que tanto el análisis de la relación de la mujer con los medios, como las estrategias para un cambio en la calidad del mensaje comunicacional sólo pueden ser desarrolladas, si tomamos en cuenta la totalidad del contexto cultural, político, ideológico y económico en que tal relación se produce. Una de las conclusiones a las que se ha llegado en la última década desde la teoría sociológica es que la perspectiva femenina en la identificación de los problemas, solo, es tan necesaria como su protagonismo en la construcción de las soluciones. En nuestro caso de estudio se hace evidente que las mujeres deben pensar el como y el para quien, si es que las ausencias existentes en la programación de los medios han de ser resueltas. Con el flujo de más mujeres en la profesión trabajando como guionistas, escritoras, productoras, directoras; y con muchas más que comienzan a salir ya de los confines del periodismo de hogar y eventos sociales, moda y cocina, educación e interés general se comienza ya a percibir un cambio. Pero resta aún un largo camino por recorrer. Para ello el análisis feminista de los últimos tiempos incluye no solo a las mujeres, sino que comienza a 16 Giddens, Anthony, Modernidad e identidad del yo Cap. 7 Aparición de la política de la vida, Barcelona, Península, 1991, p. 273

10 hablar del rol de los hombres en temas de derechos de la mujer. Por lo tanto no solo las mujeres sino también los hombres en los medios de comunicación tienen que repensar sus enfoques y caracterizaciones comunes. Este ejercicio de tomar cierta distancia para descubrir los mensajes a menudo no explícitos acerca del papel de la mujer y el hombre en la sociedad sería un deber de todos, pero sobre todo de aquellos encargados de construir los modelos de referencia de las grandes masas. A nuestro entender este tipo de estudios puede ayudar en la concientización de los periodistas y comunicadores de una discriminación que, en muchas ocasiones, se encuentra en niveles subconscientes en ellos mismos. También puede ser útil a la construcción de políticas de no-discriminación o de respeto de las diferencias, tomando en cuenta la variada gama de sutiles piezas que hacen del rompecabezas de la discriminación de género un puzzle que se debe afrontar en su complejidad para combatirlo. Existen en los medios diferentes visiones por parte de las periodistas acerca de la categoría de género. Pudimos dar cuenta de que uno de los resultados más interesantes de la investigación deriva del análisis de los discursos, por el cual se puede demostrar que; no todas las mujeres ven el mundo de manera distinta a los hombres. La mayor parte de las mujeres comparten perspectivas culturales comunes con los hombres, luego de haber sido educados por los mismos mecanismos e instituciones. El reto no consiste simplemente en traer más mujeres a los medios de comunicación, sino en trabajar las percepciones, tanto de hombres como de mujeres sobre la forma en que se comunica para no discriminar a la mujer y sus intereses. Si bien este tema se encuentra presente en las periodistas, aún, como ya hicimos referencia, queda un largo camino por recorrer, ya que para que realmente exista un estado de igualdad en dicho ámbito, como en muchos otros, se deben modificar determinadas pautas culturales que continúan promoviendo los tradicionales estereotipos de género. La condición estereotipada de dichos modelos identificatorios e imitativos permanece invisibilizada, más aún, algunos de ellos adquieren carácter de naturalización, aquellas que remiten a la exclusiva responsabilidad del género mujer en las tareas domésticas y la crianza de los hijos, por ejemplo. Es decir, los modelos que muestran la tevé pueden adquirir carácter de pertenencia normativa. Existen mujeres periodistas que perciben este alcance que posee la televisión en el público en general, y aprovechando dicha capacidad de alcance intentando modificar la imagen que la sociedad posee del papel que deben cumplir las mujeres, según los estereotipos tradicionales de género. Cabe recordar que, si bien el rol educativo que se le adjudica a los medios es un tema polémico sin resolver, es indudable, que mientras informan de lo que acontece, paralelamente surten a las audiencias de argumentos y opiniones, a través de las cuales expresan valores, legitiman prácticas, comportamientos y modelos de hacer, sentir y pensar. Esto quiere decir que desde la información los medios contribuyen y participan, en el largo plazo, no sólo de la generación de corrientes de opinión, sino de la construcción de la cultura política, es decir de la conciencia ciudadana de derechos, de sus consumidores.

11 En los tiempos en que vivimos el derecho a la comunicación se perfila como uno de los ejes centrales de las luchas ciudadanas por venir. Si alguna corroboración fuere necesaria bastaría con constatar la importancia que está adquiriendo la comunicación en todas las esferas del quehacer humano, incluida su calidad de eje de poder económico y partícipe esencial en disputas de poder político, no pocas de cuyas manifestaciones se ventilan, justamente, por vía mediática. Entonces podríamos proponer la existencia de una tensión entre ambas posiciones, la apocalíptica y la integrada, al decir de Eco, o sea la que advierte acerca de la amenaza que significa la tevé, que propone modelos negativos del género mujer, y la que apuesta a la capacidad de discernimiento de las mujeres para juzgar lo que le muestran. La escasez de debates respecto a dicha problemática dificulta la creación de criterios personales para insertarse en temas que precisamos debatir intra e intergénero. Cabe subrayar que los efectos de algunos discursos expuestos por mujeres, son relevantes para informar acerca de las problemáticas de género, ya que las posiciona en niveles de transparencia. Las hace visibles y las torna posibles para integrarse en las modificaciones enriquecedoras de las subjetividades. Es cierto, también que, las políticas de los medios intentan mantener a la mujer dentro de las concepciones tradicionales, pero también es cierto que debieron acogerse al ritmo de los nuevos tiempos; y poco a poco estos comienzan a equilibrar los programas con la presencia de mujeres, capaces de plantear alternativas y ofrecer un modelo pluralista y por momentos trasgresor. Aunque esto comienza recién a vislumbrarse en nuestro medio y aún con muchas resistencias por parte de las empresas que manejan los canales televisivos, ya que como pudimos comprobar en muchas de las entrevistas, en muchas oportunidades existe un formato pre fijado, que al igual que en la sociedad, es difícil de modificar, aunque no imposible. Existe por parte de las periodistas la esperanza de que esto poco a poco se vaya modificando a favor de una mayor y mejor participación de las mismas en los medios. En relación a la realización de estrategias por parte de las mismas para obtener, de alguna manera, una mayor incidencia en los medios en cuanto a una igualdad con relación a los hombres que trabajan en el mismo ámbito, pudimos dar cuenta de que no es posible construir alianzas con ellas a partir de la militancia feminista. Sino que, su trabajo se a vuelto individual y cada una pone en práctica una estrategia según su espacio laboral y también el lugar que ocupan en el mismo. El rechazo generado, no solo por el medio sino que también por las propias periodistas hacia cualquier tipo de asociación frente al movimiento feminista, llevo a que las estrategias se plantearan de manera individual. El juntarse, reunirse o agremiarse no es visto de forma positiva a la hora de trabajar en pro a una mayor igualdad en los medios, sino que al contrario es visto como una manera de actuar auto- separatista del medio al cual quieren ingresar sin prejuicios de género, que ya se encuentran fijados de antemano. Al llevar a cabo estrategias individuales en cuanto a una mayor igualdad y participación, incluyendo si una perspectiva de género, lleva a que la

12 acción en cuanto a determinados temas se haga más efímera, más lenta en cuanto a posibilidades de cambio. El mayor aumento de cantidad de periodistas y comunicadoras en los medios de comunicación no ha significado, hasta el momento, el aumento de programas televisivos con una mayor perspectiva de género. Las mujeres periodistas recién comienzan a transitar por dicho sendero, el de comenzar a incluir de a poco esta temática en el ámbito televisivo, por lo tanto se encuentran en una etapa de involucramiento y adaptación al medio, así como del medio hacia ellas. A su vez pudimos dar cuenta de que quizás, no se trata de detenerse tanto en la desigualdad o el diagnóstico, sino conquistar lugares claves en el espacio laboral desde la profesionalidad más significativa para los cambios de género: la de ser conformadoras de la esfera pública. Y para ello cualquier medio o estrategia es aceptable. Se adhieren a un sentido de lucha personal que no toma en cuenta las diferencias. Parecen decir, así, que para avanzar hay que adaptarse a las normas e institucionalidades existentes, someterse a las reglas de la competencia y del mercado, demostrando que valen tanto como los varones. Esa igualdad funciona como una armadura que les permite asumir con fuerza y perseverancia la competencia que ellas describen como sumamente difícil y no siempre honesta. Lo importante es construir una ideología profesional que guíe las conductas de las mujeres. En esa perspectiva, se van generando resistencias frente al feminismo y cualquier propuesta que no considere un cambio guiado por cada sujeto y que resulte de un esfuerzo casi conquistador de la propia dignidad, sin denuncia ni queja. Admitir las diferencias y las desigualdades como situación previa a la inserción profesional, es como marcarse para ser discriminadas. Así el mundo profesional conquistando reproduce roles culturalmente asignados a la mujer, de complementariedad al varón en el mundo público pero también desde el espacio doméstico, construyéndolas como comunicadoras especialistas de la perspectiva femenina moderna, pues no se plantean figuras y caminos tradicionales y cerrados. Es más bien el mundo privado que se transforma en público y se moderniza sin producir grandes mutaciones en su origen y sentido, de las que probablemente habría que protegerse. Por último, es necesario dar cuenta de que los estudios de género son una manera de comprender a las mujeres no como un aspecto aislado de la sociedad sino como una parte integral de ella. Estos a su vez permiten una visión interior de los sistemas culturales y sociales en los cuales nos encontramos insertos. Las fronteras de género, como las de clase, existen para servir a una variedad de funciones políticas, económicas y sociales. Estas frontera a menudo son movibles y negociables. Las normas de género no siempre están explícitamente expresadas, a menudo son transmitidas de manera implícita a través de los usos del lenguaje y de otros símbolos.

13 Trabajos realizados en los últimos quince años han arrojado luz sobre cuánto varían las categorías de género con el tiempo y con ellas los territorios sociales y culturales asignados a mujeres y hombres. En muchos periodos históricos las percepciones populares acerca de los temperamentos masculinos y femeninos han sufrido cambios sustantivos, que han venido acompañados por un nuevo mapa de las fronteras sociales. Según las teorías humanísticas del progreso el sistema de desigualdad de derechos del pasado debe desaparecer por ser incompatible con la tendencia de la sociedad hacia el progreso de la humanidad, hacia la configuración de unas relaciones útiles, beneficiosas, hacia la consecución de la felicidad de la mayoría. Si bien pensamos que la concepción del progreso camino hacia la felicidad deba ser revisada y revista a la luz de los cambios actuales, es en nombre de la modernidad, del camino de la humanidad hacia mejores horizontes, que se ha declarado necesario un cambio en las relaciones entre los dos sexos para llegar a la igualdad de derechos y deberes. Es un cambio que entra dentro de los nuevos pactos sociales a los que la humanidad se ve enfrentada en su vida cotidiana, y que viene exigido por la complejidad creciente de los escenarios actuales donde las particularidades de cada género, así como de otras categorías sociales, son necesarias para una comprensión y planificación de estrategias de representación social equitativas.