La Hegemonía Estadounidense III. La Escuela de las Américas y la Doctrina de la Seguridad Nacional

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Santiago Cáceres Pereyra
hace 7 años
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1 La Hegemonía Estadounidense III La Escuela de las Américas y la Doctrina de la Seguridad Nacional

2 La Doctrina de la Seguridad Nacional La Guerra Fría daba un marco amplio de justificación para las acciones de Estados Unidos sobre América Latina EE.UU se dedicaba a la contención de la expansión de la Unión Soviética a nivel mundial. Sus vecinos latinoamericanos tenían la misión de contener a la subversión interna dentro de sus propios países. 105

3 La Doctrina de la Seguridad Nacional La Doctrina de la Seguridad Nacional, proporcionaba una amplia lógica de combate contra el comunismo La mantención del orden interno quedaba a cargo de las Fuerzas de Seguridad de cada país. La protección de las fronteras del hemisferio occidental, era una tarea de EE.UU. 106

4 La Doctrina de la Seguridad Nacional Lesley Gill nos plantea que: Los militares estadounidenses estaban convencidos de que la revolución cubana era una clara prueba de la conspiración comunista internacional, y a partir de entonces, la doctrina de la seguridad nacional pasó a ser la piedra fundamental del pensamiento militar. 107

5 La Doctrina de la Seguridad Nacional El triunfo de la Revolución Cubana aseguró la existencia institucional de la Latin-American Ground School. Institución que fue reorganizada y reestructurada, resurgiendo en el año 1963 como School of Americas (SOA) La que ha sido denominada de manera común en América Latina como Escuela de las Américas. 108

6 La Escuela de las Américas La expresión institucional concreta de la Doctrina de la Seguridad Nacional fue la Escuela de las Américas Una academia militar donde se instruía a los oficiales latinoamericanos en tácticas contra guerrilleras y contrainsurgentes. Para poder dominar al enemigo interno que existía dentro de sus países. según Leslie Gill: Durante la Guerra Fría fue encaminado a la derrota de los enemigos comunistas en el Tercer Mundo mediante programas de contrainsurgencia que combinaban asistencia económica con operaciones psicológicas y medidas especiales de seguridad. La doctrina contrainsurgente fue inicialmente destinada a derrotar movimientos revolucionarios que desafiaban la hegemonía de EE.UU. 109

7 La Escuela de las Américas La razón de ser de la Escuela de las Américas se convirtió en el entrenamiento de los militares latinoamericanos para la lucha contra el comunismo. Temor que se había intensificado por la experiencia de la Revolución Cubana, que planteo la viabilidad de una revolución marxista en los países de América Latina. El entrenamiento antiguerrilla y contra grupos subversivos, era el principal foco de sus actividades. Después de la revolución cubana, la doctrina militar de lucha antiguerrillas y contra la subversión interna empezó a dominar la política norteamericana en América Latina. Esto contribuyó a la legitimación del terrorismo de Estado como instrumento de lucha contra la insurgencia. 110

8 La Escuela de las Américas Debemos entender que la lucha antisubversiva enmarcada en la Doctrina de la Seguridad Nacional era también el lado oculto de la Alianza para el Progreso. El programa se asistencia masiva para América Latina. Iniciado por el presidente Kennedy. Según Lesley Gill, esta iniciativa: [ ] combinaba programas de acción cívica altamente publicitados, con terror clandestino y violencia masiva. La acción cívica y la seguridad iban de la mano. Muchos académicos, estrategas militares y creadores de políticas públicas -tanto estadounidenses como latinoamericanos- planteaban que el único organismo capaz de mantener el orden interno y el desarrollo económico de los países, era el ejército. 111

9 Alianza para el Progreso A principios de la década de los sesenta, aparentemente se produjo un cambio amplio y radical en la política y actitud de Estados Unidos respecto a Latinoamérica Este hecho fue marcado por la administración Kennedy y la Alianza para el Progreso Ee empezaron a tomar en consideración las peticiones latinoamericanas de soluciones a las injusticias sociales y económicas. Sin embargo, no podemos dejar de considerar el influjo de la Revolución Cubana sobre las relaciones Estados Unidos-América Latina. Ya que en sí el fenómeno cubano rompió el orden bipolar en su dimensión geopolítica. Mostrando la viabilidad de una revolución y un proyecto de corte marxista en la región, Lo que puso en alerta a Estados Unidos, frente a un poder que estaba disputándole su hegemonía político-ideológica sobre sus vecinos del sur. 112

10 Alianza para el Progreso La incorporación de Cuba al bloque soviético introdujo en el hemisferio occidental el sistema de equilibrio de poderes que había sido excluido en el pasado por la Doctrina Monroe. Por otro lado, Cuba demostró que un país subordinado a Estados Unidos podía desafiar a la hegemonía dominante del hemisferio. 113

11 Alianza para el Progreso Debemos considerar que la idea de un plan desarrollo que logrará terminar con la gran llaga del sub-desarrollo latinoamericano, surgió como una iniciativa de los mismos países de América Latina Así se proclamó en junio de 1958 en la Operación Panamericana proclamada por el Presidente Kubitschek de Brasil. Luego encontró un medio de expresión en la Organización de Estados Americanos, culminando en el Acta de Bogotá en septiembre de Ahí se expresa la necesidad que tienen las instituciones libres y democráticas de los países americanos de una aceleración de los procesos sociales y económicos en la región. 114

12 Alianza para el Progreso Si bien el Acta de Bogotá encontró expresión oficial interamericana le empeño de Latinoamérica de acelerar su desarrollo, todavía este reconocimiento se hacía en forma general. Para concretarlo faltaba dar un paso más y correspondió al Presidente Kennedy, en su histórico discurso del 13 de marzo de Ahí se proclamó la Alianza para el Progreso como un esfuerzo multilateral y cooperativo de todas las naciones del Continente, en especial de los propios países latinoamericanos. Buscando vencer el sub-desarrollo, superar la miseria y la incultura de las grandes masas y llevarlas al disfrute pleno de la democracia. 115

13 Alianza para el Progreso La Alianza para el Progreso buscaba Promover una mejor distribución del ingreso nacional. Impulsar programas de industrialización y Reforma Agraria. Luchar contra el déficit de viviendas. Luchar contra el analfabetismo. Fortalecer el movimiento de integración de América Latina. Con esto se buscaba un fortalecimiento del sistema democrático en América Latina abandonando su pasado autoritario y dictatorial. Como lo planteó Kennedy: Debemos dar respaldo constante e inequívoco a la democracia en América Latina. Debemos terminar nuestro abierto y caluroso apoyo a los dictadores. Nuestros honores deber reservarse para los gobernantes democráticos, no para los déspotas. 116

14 Alianza para el Progreso Podemos definir dos períodos bastante claros en la política exterior norteamericana con respecto a América Latina. El primero va desde 1941 a El acento se encuentra en la defensa continental colectiva. Se funda en la Doctrina de la Solidaridad Continental Instituida en el Tratado de Río, que ponía el énfasis en un ataque extracontinental. La segunda etapa, se inicia con el gobierno de Jhon Kennedy en 1961 y perdura claramente hasta fines de los años noventa Se encuentra caracterizada por la redefinición del papel de las Fuerzas Armadas latinoamericanas, en función de la nueva Doctrina de la Seguridad Nacional. Les asignaba el cuidado y defensa de la seguridad interna de los países. Por esta razón también cambia la lógica de los suministros bélicos así como la instrucción de los militares latinoamericanos, que se concreta en el surgimiento de la Escuela de las Américas. 117

15 Bibliografía HURTADO, Héctor. La Alianza para el Progreso. Conferencia Dictada en el seminario sobre la Alianza para el Progreso por la asociación nacional de empleados y la confederación nacional de trabajadores. Caracas, agosto de publicaciones de la secretaria general de la presidencia de la república. KENNEDY, Jhon. Discurso alianza para el progreso. Citado en RUSSO, Alessandro. La alianza para el progreso. 118

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