Antía Rivas Fernández Lorena Vázquez Guerra

Transcripción

1 El po\r_ ]risti[no Antía Rivas Fernández Lorena Vázquez Guerra

2 Marcus era un cristiano criado en un monasterio ya que su familia perdiera la vida en un incendio que hubiera en el pueblo. Como era tan solo un bebé, lo criaron los monjes. Allí en el monasterio aprendió muchos idiomas, gracias a los libros y a los monjes. Cuando tuvo edad de marchar, se casó y se fue al campo, a trabajar de campesino, él tuvo dos hijos. Esta es una historia de tiempos pasados sucede en un pueblo llamado Reborium que estaba en el reino de Castilla y León. Después de las pestes, cuando se empezara a recuperar otra vez la península Ibérica. Cuando un cristiano llamado Marcus, y su familia llego a Reborium, queriendo alquilar un bajo de un casa y crear su propia taller artesano de cerámica. Cuando Marcus llegó a Reborium, se fue a hablar con un anciano marques que quería alquilarle una casa a cambio de la mitad de los bienes que el ganase al año. Y Marcus acepto y le alquilo su casa. Él fue a llamar a su esposa y a sus hijos para que entraran en la casa y pudieran dejar sus cosas. Mientras que su familia, colocaba las cosas en la casa, él fue a pedirle un préstamo al banquero, estuvieron negociando, y se lo concedió. Al llegar a la noche a su casa toda su familia se puso muy contenta al saber que les habían concedido un préstamo. Después de un mes el rey se enteró de que había alguien en el reino que hacía, muy bien todo tipo de objetos con cerámica.y lo mando llamar. Así que llamaron a su puerta, los caballeros del reino, y le dijeron que acudiera con su familia a un banquete del rey, en donde hablaría con él. Al día siguiente, Marcus acudió con su familia al banquete del rey donde estaban, los duques, marqueses, condes y caballeros más importantes del reino. En el banquete había trovadores y juglares contando historias, y a los hijos de Marcus les llamo una de las historias la atención; trataba sobre un joven guerrero, llamado Rodrigo Díaz de Vivar y que decía:

3 CANTAR DEL DESTIERRO Le hubiesen convidado con agrado, pero ninguno se atrevía; tan grande era la saña que le había cobrado el rey Don Alfonso. Antes de anochecer en Burgos entró la carta del rey, con gran despacho y fuertemente sellada: " A mío Cid Ruy Díaz que nadie le diese posada. y aquel que se la diese le daba palabra de que perdería los haberes, e incluso los ojos de la cara, y que además (perderían) los cuerpos y las almas". Gran pesar sentían las gentes cristianas; se escondían de mío Cid, pues no se atrevían a decirle nada. El Campeador se adelantó a su posada; tan pronto como llegó a la puerta, hallóla bien cerrada, por miedo del rey Alfonso que así lo había dispuesto: que si no la tiraban, que no se la abriese por nada. Los de mío Cid a altas voces llaman los de dentro no les querían devolver palabra. Aguijó mío Cid, a la puerta se llegaba, sacó el pie del estribo, una herida le daba (a la puerta); no se abre la puerta, pues estaba bien cerrada, Una niña de nueve años ante sus ojos se presenta: "Ya Campeador, en buena hora ceñiste la espada! El rey lo ha vedado, anoche entró su carta, con gran despacho y fuertemente sellada. No osamos abriros ni a recogeros por nada; si no perderemos los haberes y las casas, y todavía más los ojos de la cara. Cid, en nuestro mal vos no ganáis nada; pero que el Creador os valga con todas sus virtudes santas". Ya lo ve el Cid que del rey no tenía gracia. Se alejó de la puerta, por Burgos marchaba, llegó a Santa María, luego descabalgaba; hincó las rodillas, de corazón rogaba. Hecha la oración, después cabalgaba. CANTAR DE LAS BODAS "Merced os pedimos como rey y señor: con vuestro consejo queremos hacerlo, que nos pidáis las hijas del Campeador; casar queremos con ellas, para su honra y nuestro provecho." Por algún tiempo el rey pensó y meditó: "Yo desterré al buen Campeador; y haciéndole yo a él mal, y él a mí gran provecho, del casamiento no sé si gustará; mas pues vosotros lo queréis, comencemos la plática" A Minaya Alvar Fáñez y a Pedro Bermúdez el rey Don Alfonso entonces los llamó a una habitación, él los apartó: " Oídme Minaya, y vos Pedro Bermúdez: Sírveme mío Cid, Ruy Díaz Campeador, él lo merece, y de mi tendrá perdón; venga a vistas si gusta de ello. Otros asuntos hay en esta mi corte: Diego y Fernando, los Infantes de Carrión, desean casar con sus dos hijas. Sed buenos mensajeros y ruégoslo yo que se lo digáis al buen Campeador; quedará honrado y crecerá en honor, por emparentar con los Infantes de Carrión.! CANTAR DE LA AFRENTA DE CORPES " Ahora encuentran libres las heredades de Carrión! Sin vergüenza las casaré, pese a quien pese." Anduvieron en pláticas los de Navarra y Aragón, tuvieron su junta con Alfonso de León. Hicieron sus casamientos doña Elvira y doña Sol: los primeros fueron grandes, pero son mejores éstos; las casa con mayor honra de la que antes fue. Ved cómo aumenta la honra del que en buen hora nació, cuando señoras son sus hijas de Navarra y Aragón. Hoy los reyes de España sus parientes son, a todos alcanza honra, por el que en buen hora nació. Dejó este siglo mío Cid, de Valencia señor el día de Pascua de Pentecostés: de Cristo tenga perdón! Así nos haga a todos, justos y pecadores! Estas son las hazañas de mío Cid el Campeador: en este lugar se acaba la narración.

4 Al escuchar la historia se quedaron sorprendidos por todas las hazañas que este héroe había llevado a cabo. Marcus se puso a hablar con el rey de Reborium, este quería que Marcus le hiciese los platos, vasijas y suelos del palacio, nuevo que le estaban haciendo en el pico de la montaña. Él dijo que se lo iba a pensar y que le haría llegar noticias por un mensajero del reino. Después de pensarlo durante toda la noche Marcus acepto, y le envió un mensajero al rey, y le dijo que aceptaba, hacerle los suelos de la casa y también las vasijas, vasos, y platos. Así que emprendió su viaje al palacio nuevo del rey donde iba a comenzar a instalar, el suelo que anteriormente le había hecho en el taller de su casa. Marcus tardo dos meses en instalar todos los baldosines de suelo que le había hecho al rey. Una vez hechos los suelos, le llevo las vasijas, platos, vasos, que le había hecho. Cuando acabó todo esto el rey le pago con dos cofres llenos de oro, y le dijo que correría la voz por todos los confines de su reino. Meses después de que se corriera la voz por el reino, los monjes lo llamaron porque querían, aprender a preparar y moldear la cerámica tan bien como ellos así que, tuvo que instalarse en el monasterio de los frailes, porque ellos no podían romper su rutina, en el monasterio. Una vez allí Marcus, todos los días a las 6:00 en punto, les daba los conocimientos necesarios para ser unos buenos artesanos de cerámica. Cuando paso un tiempo Marcus tubo que contratar, un trabajador, para que le ayudasen en la tarea, así que eligió a un joven y pobre judío. El judío, le acompaño al reino de al-andaluz, donde le fue a instalar los baldosines de su palacio al rey mozárabe, el judío tuvo problemas con los musulmanes del reino. Pero una musulmana casada se enamoró del judío, y tuvieron una relación, después, todas las mañanas cuando la joven iba a lavar la ropa al rio, cantaba una cantiga que decía: Desde niña me casaron por amores que no ame mal casadita me llamaré

5 En el monte la pastora me dejó Dónde iré sin ella yo? Enviaran me mi madre por agua a la fontana fría vengo del amor feria. Pero el marido de la mujer musulmana se enteró y al judío lo condenaron, y lo expulsaron del reino, entonces Marcus tuvo que contratar a alguien en el reino de Al-Ándalus, y contrató a un musulmán llamado Sahumé. Junto con este acabo la obra del palacio del rey mozárabe, así que el rey de Al-andaluz, le quito de pagar los tributos del reino a Sahumé, y a Marcus, le concedió el título de duque. Con la fama que tuvo Marcus, el rey lo nombro Marques de Reborium I, y con el dinero que gano pudo mandar a sus hijos a la universidad donde aprenderían una buena carrera, para no pasar tanta necesidad como los ciudadanos pobres del reino.