Tema 4. Arte paleocristiano y bizantino

Transcripción

1 Tema 4. Arte paleocristiano y bizantino 1. El primer arte cristiano El cristianismo se fue extendiendo progresivamente por el Imperio Romano. Fue Constantino el que promulgó el Edicto de Milán (año 313). Con este edicto legalizaba el cristianismo en el Imperio, al tiempo que el propio emperador se convertía a esta religión. A partir de entonces las necesidades de culto cambiaron, ya que la religión cristiana dejó de ser clandestina. Los adeptos se multiplicaron y los anteriores recintos ya no eran capaces de albergar la gran afluencia de fieles. La solución a este problema se encontró en un edificio pagano: la basílica. Los cristianos tomaron el modelo romano y lo adaptaron a sus necesidades La arquitectura paleocristriana De entre todos los edificios existentes en Roma, los cristianos eligieron como modelo la basílica, debido a sus dimensiones y estructura. Otros edificios destacados serán los mausoleos destinados a albergar la sepultura de los personajes importantes para la religión; los martyria donde se recogían y adoraban las reliquias de los santos y los mártires y los baptisterios donde se bautizaba a los fieles. La basílica Para los romanos, la basílica era el edificio donde se administraba justicia y se llevaban a cabo los negocios. Se cambiaron las funciones de los espacios interiores para adaptarlos a la liturgia cristiana. Mantuvieron la planta rectangular, la división longitudinal en naves y la separación por columnas. El número de naves era impar, de manera que la central podía ser más ancha y alta que las laterales. D esta manera, podía albergar el claristorio para iluminar todo el espacio. El acceso al templo se realiza a través de un atrio, al fondo del cual se sitúa el nártex. Este espacio se reservaba par a los catecúmenos o fieles aún no iniciados, ya que sólo los bautizados podían pasar a su interior. Al final de la nave central, en la cabecera, encontramos el presbiterio, en forma de ábside, donde se sitúan el obispo y los presbíteros alrededor de un altar. Este hemiciclo estaba encuadrado por un gran arco de medio punto. Justo delante del ábside se situaba el transepto, otra nave que recorría la basílica en sentido horizontal.

2 Las basílicas se cubrían con tejados a doble vertiente en la nave central y tejado sencillo en las laterales. El interior no era abovedado, sino que se usaba un armazón de madera, a veces oculto por casetones. Los ricos materiales empleados y la decoración a base de mármoles, mosaicos y pinturas murales, en contraposición al exterior sobrio, contribuyeron a crear un espacio espiritual y casi sobrenatural. A esto también ayudaba la luz del claristorio, que era tamizada por las columnas que separaban las naves. Los mejores ejemplos los encontramos con las basílicas de Santa María la Mayor en Roma o la del Santo Sepulcro en Jerusalén. El mausoleo Los mausoleos eran edificios destinados a albergar la sepultura de personajes importantes para la religión. Utilizaban, como los baptisterios y los martyria, la planta centralizada, circular u octogonal, con el fin de situar en el centro el objeto de veneración y facilitar el tránsito de los fieles a su alrededor. Entre los mausoleos destaca el de Santa Constanza, mandado construir en Roma por Constantino para enterrar a su hija. El espacio central, cubierto por una cúpula, estaba destinado a acoger el sarcófago de Constanza La pintura de las catacumbas Las catacumbas eran cementerios subterráneos no exclusivos del cristianismo, formados por galerías en cuyos muros se ubicaban los nichos. Responde a la clandestinidad de reunión y enterramiento cristianos de los primeros momentos dentro del Imperio Romano y su politeísmo. Sus pinturas eran murales y en las que podemos destacar las siguientes características: Predominio del mensaje sobre la forma. Los fondos son neutros y no suele haber representación del espacio en perspectiva. Predominio de los temas relacionados con la salvación. 2. El arte bizantino Después de la caída del Imperio de Occidente (476), el Imperio de Oriente o Imperio Bizantino se convirtió en el transmisor del legado cultural y político de la antigua Roma. Al mismo tiempo, debido a su situación geográfica, se vio favorecido por influencias orientales y griegas, y así surgió un arte y una cultura con personalidad propia. De hecho, Bizancio será el eje de una larga civilización que perduró hasta que los turcos otomanos conquistaron Constantinopla en el año El arte bizantino alcanzó su máximo esplendor durante el reinado de Justiniano ( ), que ostentó no solo el poder político, sino también el religioso (forma de poder conocida como cesaropapismo) La arquitectura: Rávena y Constantipla En general, el arte bizantino se consideró heredero de las formas romanas. Es, por tanto, abovedada y da mucha más importancia al interior de los edificios que al exterior. No obstante, tiene sus propias características: Empleo sistemático de las bóvedas. Adquirieron los arquitectos bizantinos mayor pericia que los romanos a la hora de levantar cúpulas, de tal manera que fueron capaces de edificar cúpulas de proporciones gigantescas, como la de Santa Sofía de Constantinopla, que tiene más de 30m. de diámetro. (Fotocopias)

3 Crearon un capitel con cimacio. Fue el capitel más característico del arte bizantino. La obra maestra del arte bizantino es la basílica de Santa Sofía de Constantinopla. Es una obra clave de la historia de la arquitectura, debido al sistema de pechinas que utiliza. El otro gran centro dentro del arte bizantino se encuentra en Rávena (Italia) donde encontramos las Iglesias de: San Apolinar in Classe: planta basilical de tres naves separadas por columnas de mármol con arcos. Destaca la riqueza decorativa del mosaico del ábside, al que precede un arco del triunfo. San Vital: sigue el modelo de planta centralizada octogonal aunque una cabecera con ábside marca el eje principal. Tiene un amplio nártex situado de manera oblicua respecto al ábside.

4 2.2. El mosaico Los bizantinos utilizaron la técnica del mosaico para embellecer por dentro sus edificios, ya que con ellos recubrirían casi la totalidad de los muros de los templos. Los mosaicos bizantinos no tuvieron el naturalismo que alcanzaron en Roma,pero destacaron por su técnica y por sus características lumínicas y cromáticas. En muchos de los mosaicos se emplearon incluso piedras preciosas o se cubrieron las teselas con pan de oro.

5