EXPOSICIÓN DE MOTIVOS

Transcripción

1 REFORMAS Y ADICIONES A LA LEY GENERAL DE PESCA Y ACUACULTURA SUSTENTABLES, PARA QUE LAS CAPTURAS DE SARDINA MONTERREY SE DESTINEN EXCLUSIVAMENTE AL CONSUMO HUMANO DIRECTO. El que suscribe, Francisco Javier Obregón Espinoza, Senador de la República de la LX Legislatura del H. Congreso de la Unión, integrante del Grupo Parlamentario del Partido del Trabajo, con fundamento en el artículo 70, segundo párrafo y fracción II del artículo 71, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, y por lo dispuesto en los artículos 8, numeral 1, fracción I; 164, 169 y demás aplicables del Reglamento del Senado de la República, me permito someter a la consideración de esta Honorable Soberanía, la presente INICIATIVA CON PROYECTO DE DECRETO QUE ADICIONA EL ARTÍCULO 43 DE LA LEY GENERAL DE PESCA Y ACUACULTURA SUSTENTABLES, al tenor de la siguiente: EXPOSICIÓN DE MOTIVOS En México la pesquería de pelágicos menores está soportada por 10 especies que son las siguientes: sardina Monterrey (Sardinops caerouleus), sardina crinuda (3 spp del genero Opisthonema),, macarela (Scomber japonicus), sardina bocona (Cetengaulis mysticetus), sardina japonesa (Etrumeus teres), sardina piña (Oligoplites spp.) y anchoveta norteña (Engraulis mordax). Estas especies en conjunto aportan en promedio más del 35% del volumen de la producción pesquera nacional, registrándose en los últimos años los máximos históricos, con 815 mil 520 toneladas en el 2008 y 872 mil 640 toneladas en el En cuanto al valor económico de esta producción, si tomamos en cuenta el valor agregado en los distintos procesos industriales por los que pasa el producto (enlatado, harina y aceite de pescado) la pesquería representa alrededor del 10% del total nacional, ya que si bien las especies que la constituyen suelen tener bajos precios, los volúmenes que se capturan hacen que en lo económico sea una pesquería significativa y se estima que genera alrededor de 5 mil empleos directos y un número similar de indirectos. En cuanto a la composición de las capturas, esta ha variado con el transcurso del tiempo; a finales de los años setenta e inicio de los ochenta, la anchoveta constituía cerca del 50% de la captura de pelágicos menores. Actualmente según datos de la Actualización de la Carta Nacional Pesquera (ACNP), publicada en el Diario Oficial de la Federación del 2 diciembre de 2010, la sardina Monterrey es la que aporta las mayores cantidades, con el 54%, seguida por la crinuda, con 21%. Una especie que en los últimos cinco años aumentó dramáticamente su contribución a la captura es la sardina bocona (una especie de anchoveta, de afinidad tropical) pues de una contribución mínima a la captura (muy cercana a 0%) significó un 16% del total, aunque en algunas localidades, en particular de Sonora y Sinaloa, su porcentaje a las capturas ha sido cercano a 50%. Las demás especies son menos importantes, aunque el volumen de sus descargas tiende a aumentar cuando escasea la sardina Monterrey. Un problema que aqueja a la pesquería es que ha presentado constantes fluctuaciones, a periodos de abundancia han seguido periodos de marcada escasez. La caída y posterior recuperación de la biomasa de sardina en el océano Pacífico en los últimos 60 años ha sido un tema de debate. Se desconoce con precisión el efecto del esfuerzo pesquero y del ambiente en estos cambios, aunque se reconoce la gran influencia que el medioambiente tiene sobre estas especies. En el caso particular de la pesquería mexicana, a inicios de la década de los noventas la sardina Monterrey presentó un serio desplome en cuanto a su producción, que puso en crisis a la pesquería; actualmente se considera que se ha recuperado y en su conjunto va en aumento, aunque existen voces que ésta ha escaseado en el Golfo de California en los últimos meses, al grado que embarcaciones de esa región se han desplazado a Puerto San Carlos, Baja California Sur, con los problemas que ello origina.

2 A pesar de que el año 2009 los pelágicos menores significaron más de la mitad de la producción pesquera nacional y de que la especie tiene la mayor importancia dentro de la cadena trófica del medio marino, podemos afirmar que su regulación pesquera es aún deficiente, porque su captura ha quedado sujeta a los vaivenes de la oferta y la demanda, principalmente de la industria de engorda de organismos pecuarios y de los acuicultivos, porque actualmente no existen límites de captura, tallas mínimas (sólo artes de pesca, en cuanto su apertura de la luz de malla), periodos de veda o se haya regionalizado su pesca. Hasta hace poco funcionó este mecanismo, pero a partir de los últimos años, con el crecimiento sustancial de la demanda de harina de pescado, sobre todo para la acuacultura y la industria ganadera y avícola, creemos que es necesario ordenar y regular la pesca de las especies de mayor calidad alimenticia, a fin de preservarlas y hacer un mejor uso energético de ellas en términos de su consumo directo. En lo referente al destino de la producción, tradicionalmente la mayor parte de la captura, sobre todo de la sardina Monterrey, ha sido a la elaboración de harina de pescado y en menor medida al enlatado, lo cual de por sí resulta contrario a los principios de la pesca sustentable, ya que para elaborar una tonelada de harina de pescado se requieren en promedio 5.5 toneladas de sardina fresca y el destino de este producto es para alimento de cerdos y vacas, lo cual significa en términos ambientales una gran pérdida de energía. En contraparte, con una tonelada de sardina se pueden elaborar 25 cajas de producto enlatado. Cada caja contiene 48 latas de un alimento altamente nutritivo, con el cual se puede contribuir a mejorar la alta deficiencia alimentaria de los niños mexicanos. En 2009 de la producción nacional de pelágicos menores, se destinaron para la industria como materia prima 664,124 toneladas, de las cuales 81,631 toneladas se canalizaron a la presentación fresco congelado, a las conservas fueron 145,831 toneladas y para la producción de harina (mediante la quema o reducción) y aceite de pescado 436,662 toneladas. En estas cifras hay que hacer algunas consideraciones, puesto que para las presentaciones donde se cortan la cabeza y la cola del pescado, se aprovecha el 50% aproximadamente, lo cual significa que de las conservas se canalizaron además 72,915.5 toneladas a la producción de harina de pescado, como subproducto del proceso industrial. Una proporción equivalente se tiene en la presentación fresco-congelado, pero no está muy claro cuál es la proporción del corte en esta presentación. De cualquier manera, en 2009 la biomasa de sardina canalizada a la producción de harina de pescado superó las 500,000 toneladas. Esto es, casi la mitad de la producción pesquera nacional se está quemando y destinando a la alimentación de animales; lo cual es paradójico en un país de más de 50 millones de personas que viven en pobreza y más de 20 millones en pobreza alimentaria, esto es, que literalmente se están muriendo de hambre. Qué hace la autoridad pesquera ante esta aberración? La respuesta es: NADA! Su actitud sólo es contemplativa. Orientar la captura de sardina a la producción de harina de pescado es un derroche energético, en términos de biomasa y de energía, con el agravante de las emisiones de gases con efecto invernadero. No obstante, las consideraciones económicas y la estructura misma de la industria son las barreras a vencer en esta discusión. En el caso de la sardina, más que en cualquier otro recurso pesquero, México enfrenta un círculo vicioso: se quema porque no hay mayor demanda para el consumo humano y por la falta de regulación, y no hay más consumo humano porque no hay oferta del recurso y una política de promoción a su consumo. Cuando se establece en México la industria sardinera, se importó una tecnología que de entrada se orienta a la producción de harina de pescado, donde el negocio se encuentra en el volumen de lo que se pesca y se procesa. La

3 forma de capturar la sardina, transportarla y procesarla no son por mucho- la mejor opción para el consumo humano directo. Las decisiones tomadas, también están referidas a las complicaciones derivadas del número de personas que esto implica. Tomando como unidad de producción una planta de conservas que procesa 200 toneladas/día se requieren entre 300 y 350 personas para participar en el proceso productivo. Ese mismo volumen de sardina en el proceso de reducción y fabricación de harina, se opera por 8 a 12 personas. Esta diferencia es lo que más pesa en cuanto al beneficio socioeconómico; no obstante, para la operación industrial, el manejo de grandes cantidades de mano de obra, significa una complicación enorme. El destino que actualmente se le da a la mayor parte de la producción nacional de sardina es contrario a lo dispuesto en la Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentables, que en Título Tercero, que se refiere a los Principios Generales de la Política Nacional de Pesca y Acuacultura Sustentable, en su artículo 17, fracción II, señala lo siguiente: Artículo 17.- Para la formulación y conducción de la Política Nacional de Pesca y Acuacultura Sustentables, en la aplicación de los programas y los instrumentos que se deriven de ésta Ley, se deberán observar los siguientes principios: I. El Estado Mexicano reconoce que la pesca y la acuacultura son actividades que fortalecen la soberanía alimentaria y territorial de la nación, que son asuntos de seguridad nacional y son prioridad para la planeación nacional del desarrollo y la gestión integral de los recursos pesqueros y acuícolas; II. Que la pesca y la acuacultura se orienten a la producción de alimentos para el consumo humano directo para el abastecimiento de proteínas de alta calidad y de bajo costo para los habitantes de la nación; Cuando en el año 2000 se creó la SAGARPA, uno de los principales propósitos fue que la producción pesquera fuera para alimentar a los mexicanos, y así lo estableció claramente el legislador en la Ley Orgánica de la Administración Pública Federal, que dispone en su artículo 35 lo siguiente: Artículo 35.- A la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación corresponde el despacho de los siguientes asuntos: XXI. Fomentar la actividad pesquera a través de una entidad pública que tendrá a su cargo las siguientes atribuciones: g) Promover, en coordinación con la Secretaría de Economía, el consumo humano de productos pesqueros, asegurar el abasto y la distribución de dichos productos y de materia prima a la industria nacional; Por supuesto que esta obligación legal, como muchas otras en materia pesquera, no las ha cumplido esa entidad pública, llamada Comisión Nacional de Acuacultura y Pesca, con lo cual se ha dejado de beneficiar a millones de mexicanos que podrían aprovechar de manera directa la cantidad y calidad proteíca de una especie tan barata como la sardina. Además, una cantidad pequeña se destinaba a la exportación como pescado fresco congelado o para carnada de otras pesquerías. Sin embargo, en años recientes la cantidad que se destina a la exportación, sobre todo para el mercado oriental, ha ido aumentando considerablemente, pues de 24 mil 683 toneladas en el 2005, pasó a 52 mil 047 toneladas en el Este tipo de comercialización tiende a crecer, particularmente en Ensenada, Baja California, en donde prácticamente desapareció tanto la industria harinera como la conservera. Este cambio en el mercado ha propiciado que se tengan faenando más barcos en las cercanías del Puerto de Ensenada, puerto del que sale la sardina de

4 exportación, con lo cual el mercado externo y orientado al lucro sin la consideración de la calidad de la alimentación de los connacionales, ha dictado el cómo utilizamos un recurso natural. En otro aspecto de la pesquería, es conveniente tomar en cuenta que en la flota que participa en las capturas, según los anuarios estadísticos de pesca del 2008 y 2009, están registradas 104 embarcaciones cerqueras, pero a decir de la ACNP, para el año 2008, último que presenta este documento, sólo se encuentran registrados 69 barcos en operaciones. Estas embarcaciones se pueden mover libremente de una región del Pacífico Noroeste al Golfo de California y viceversa, que son las zonas por las que migra el recurso, sin que por esto se contravenga alguna de las disposiciones que norman el aprovechamiento de los pelágicos menores. En otras palabras, hipotéticamente hoy podrían estar pescando todas esas embarcaciones en un mismo lugar. En cuanto al recurso, desde el punto de vista biológico, los pelágicos menores en términos generales son peces que alcanzan longitudes entre los 10 y 40 cm y tienen un ciclo de vida corto. Suelen habitar en zonas costeras de alta productividad biológica y se alimentan de microorganismos marinos como el fitoplancton y de zooplancton. La sardina Monterrey, en particular, es omnívora. Los pelágicos menores presentan migraciones estacionales para reproducción y alimentación y experimentan fuertes cambios de abundancia relacionados a los cambios en el ambiente marino. La distribución geográfica de estas especies es muy amplia, aunque discontinua y segregada en 2 o 3 subpoblaciones o stocks. La sardina Monterrey habita desde Alaska hasta el Golfo de California y en años fríos se extiende hasta Mazatlán, Sinaloa. La anchoveta norteña habita desde Vancouver hasta el Golfo de California. La sardina crinuda se distribuye en el Pacífico central oriental, incluyendo el Golfo de California. La macarela se encuentra desde Alaska hasta el Golfo de California. Por lo cual podemos decir que estas especies son parte de distintos ecosistemas. Lo que hace que un ecosistema sea considerado como tal, no tan sólo es la presencia de los constituyentes físicos del mismo, es decir, las distintas especies de flora y fauna y los elementos abióticos del hábitat, sino que, como en todo sistema son de gran importancia las interrelaciones que entre los componentes se dan. Por lo mismo, eliminar de forma súbita uno de los constituyentes puede llevar a resultados negativos que necesitamos prever y evitar. Esto en nuestro caso particular es de tener muy en cuenta, la sardina como pez migratorio y depredador generalista de los primeros niveles tróficos puede ser un factor importante para la regulación de poblaciones de los ecosistemas por los que transita, a la vez de ser una presa importante para los depredadores de niveles superiores, de tal forma que tanto como presa o como depredador es un elemento de importancia para la estabilidad dinámica de dichos ecosistemas. Entonces, el capturar prácticamente todo el stock pesquero en una región muy restringida, puede alterar ambientalmente varias zonas del Pacífico Noroeste y del Golfo de California. De hecho la actualización de la Carta Nacional Pesquera recomienda distribuir las embarcaciones que participan en la pesquería por zonas, es decir, no concentrar todo el esfuerzo pesquero en un sola área y evitar los movimientos de las embarcaciones de una zona a otra. A decir de la Carta, la flota debería operar con 38 barcos en Sonora, 22 barcos en Baja California, 5 en Baja California Sur y 7 en Sinaloa. Por una parte si tomamos en cuenta que de los 104 barcos registrados sólo están operando 61, podemos concluir que el problema no es que tengamos operando más barcos de los necesarios, sino que se puede dar la situación de que operen con una distribución que conlleve a la sobreexplotación del recurso. Por la otra, los efectos al ambiente y a la pesquería que por una mala distribución de la flota se pueden generar, como ya lo señalamos, son difícilmente predecibles, pero lo más probable es que sean negativos, entonces, aquí si está bien aplicado el principio precautorio, el cual para la pesca, a decir de la FAO, no implica necesariamente detener la pesquería, sino obrar de manera prudente y en concordancia con la información científica disponible. No nos esperemos a tener una pesquería de pelágicos menores en deterioro para tomar las medidas adecuadas, de hecho la ACNP nos señala en los puntos de referencia que el rendimiento óptimo por temporada para todos

5 los pelágicos menores es del orden de 524 mil toneladas, cuando, como se dijo anteriormente, se están capturando más de 800 mil toneladas por año. No dejemos que sean sólo los fines económicos señalados por el mercado los que determinen cómo explotamos el recurso, sino que sean los tiempos biológicos del recurso marcados por su capacidad de reposición con su distribución espacio-temporal los que señalen cómo aprovecharlo, así como los criterios de su uso energético eficiente en su consumo humano directo. Hagamos caso a lo que nos dice el Instituto Nacional de la Pesca y caminemos hacia una pesquería sustentable. Esta propuesta no es nueva. La Ley de Pesca en México que contienen el antecedente sobre la regulación del uso de la sardina, fue la Ley Federal para el Fomento de la Pesca, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 25 de Mayo de 1972 y donde se previenen dos temas relativos al aprovechamiento de los peces pelágicos menores (sardina y anchoveta). Por un lado se prohíben los barcos fábrica y por otro se recomienda orientar la captura para el consumo humano directo. Así mismo, en el Diario Oficial de la Federación de 13 de septiembre de 1934 se publicó un Acuerdo que prohíbe la explotación de sardina, anchoas y anchovetas, para convertirlos en fertilizantes. El antecedente más importante al respecto se encuentra en un acuerdo que emitió la Secretaría de Pesca del Gobierno federal en la década de los ochentas, por el cual prohibió la reducción o quema de sardina de las especies conocidas como Monterrey y crinuda. Por las razones anteriores, consideramos que es necesario que en la Ley se establezcan parámetros específicos que obliguen a la autoridad a limitar la quema indiscriminada y desregulada de nuestros recursos pesqueros, que como bien señala el artículo 27 constitucional, deben aprovecharse en beneficio de la sociedad, y qué mejor que de manera directa a través de la alimentación. Por lo anteriormente expuesto, someto a la consideración de esta Soberanía la presente Iniciativa con Proyecto de Decreto por el que se adiciona el artículo 43 de la Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentables, para quedar como sigue: PROYECTO DE DECRETO Artículo Único. Se adicionan un segundo y tercer párrafo al artículo 43 de la Ley General de Pesca y Acuacultura Sustentables y se recorren en su orden los siguientes tres párrafos, para quedar como sigue: Artículo 43 En el otorgamiento de concesiones o permisos de pesca, la autoridad dará preferencia a la captura que sea destinada al consumo humano directo. De acuerdo a esta prelación en el uso y aprovechamiento de los recursos pesqueros, la autoridad establecerá límites definidos a la reducción de las capturas, mediante normas oficiales mexicanas. Se destina de manera exclusiva al consumo humano directo la especie denominada sardina Monterrey. La autoridad fijará las bases para aplicar la presente disposición.

6 TRANSITORIOS PRIMERO. El presente Decreto entrará en vigor al día siguiente de su publicación en el Diario Oficial de la Federación. Atentamente SENADOR FRANCISCO JAVIER OBREGÓN ESPINOZA Salón de Sesiones de la Cámara de Senadores del Honorable Congreso de la Unión, a los catorce días del mes de abril de dos mil once.