ensaje y pertinencia del Evangelio de Juan para el mundo de hoy

Transcripción

1 ensaje y pertinencia del Evangelio de Juan para el mundo de hoy

2 Verdadera Señal Juan 20:1-31

3 La Resurrección de Jesús

4 El primer día de la semana, muy de mañana, cuando todavía estaba oscuro, María Magdalena fue al sepulcro y vio que habían quitado la piedra que cubría la entrada. Así que fue corriendo a ver a Simón Pedro y al otro discípulo, a quien Jesús amaba, y les dijo: Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde lo han puesto! Pedro y el otro discípulo se dirigieron entonces al sepulcro.

5 Ambos fueron corriendo, pero como el otro discípulo corría más aprisa que Pedro, llegó primero al sepulcro. Inclinándose, se asomó y vio allí las vendas, pero no entró. Tras él llegó Simón Pedro, y entró en el sepulcro. Vio allí las vendas y el sudario que había cubierto la cabeza de Jesús, aunque el sudario no estaba con las vendas sino enrollado en un lugar aparte. En ese momento entró también el otro discípulo, el que había llegado primero al sepulcro; y vio y creyó. Hasta entonces no habían entendido la Escritura, que dice que Jesús tenía que resucitar.

6 La Tumba Vacía Pasado el día de reposo, muy temprano en la mañana, las mujeres que habían preparado las especias aromáticas y los ungüentos con que iban a embalsamar el cuerpo de Jesús fueron al sepulcro (ver Luc. 23:56 y 24:1). Al llegar al lugar vieron que la enorme piedra que había sido colocada a la entrada había sido removida y el cuerpo del Maestro no estaba en la sepultura.

7 La Tumba Vacía Corrieron a dar el informe de aquella supuesta tragedia: Se han llevado del sepulcro al Señor, y no sabemos dónde lo han puesto! Dos discípulos corren a confirmar la noticia, y al llegar sólo ven los lienzos y el sudario, pero no encuentran el cadáver que iba a ser embalsamado. Hasta entonces no habían entendido la Escritura, que dice que Jesús tenía que resucitar.

8 Los discípulos regresaron a su casa, pero María se quedó afuera, llorando junto al sepulcro. Mientras lloraba, se inclinó para mirar dentro del sepulcro, y vio a dos ángeles vestidos de blanco, sentados donde había estado el cuerpo de Jesús, uno a la cabecera y otro a los pies. Por qué lloras, mujer? -le preguntaron los ángeles. Es que se han llevado a mi Señor, y no sé dónde lo han puesto -les respondió.

9 Apenas dijo esto, volvió la mirada y allí vio a Jesús de pie, aunque no sabía que era él. Jesús le dijo: Por qué lloras, mujer? A quién buscas? Ella, pensando que se trataba del que cuidaba el huerto, le dijo: Señor, si usted se lo ha llevado, dígame dónde lo ha puesto, y yo iré por él. María le dijo Jesús. Ella se volvió y exclamó: Raboni! (que en arameo significa: Maestro).

10 La Tragedia de la Muerte Qué indescriptible dolor experimenta el ser humano frente a la cruda realidad de la muerte. Es más cruel temer a la muerte que morir. Publio Siro (85 a. C. 43 a. C.) La muerte es una vida vivida. La vida es una muerte que viene. Jorge Luis Borges María Magdalena, prorrumpió en llanto, desconsoladamente; y en su dolor no fue capaz de ver que había ángeles hablando con ella. Tampoco reconoció al Maestro, hasta que Él la llamó por su nombre.

11 Culto a la Muerte María anhelaba recuperar el cadáver para llevar a cabo el culto a la muerte. Para qué quiere ese cadáver? Para ungirlo, reverenciarlo, visitarlo, hablarle y hacer de ello el sentido de su vida. Esta inaugurando una religión que tendrá por centro a la muerte Si no tenemos una respuesta de fe sobre la muerte corremos el riesgo de sucumbir a su fascinación... S. Dellutri, Las Estaciones de la Alegría, p. 30

12 Culto a la Muerte Esa fascinación y misterio de la muerte inspira a los hombres cultos destructivos como el ocultismo, el espiritismo, el esoterismo e infinidad de doctrinas que tienen que ver con los muertos y los espíritus Porque el culto a la muerte surge del miedo y la desesperación María, inconscientemente se estaba iniciando en el culto a la muerte, al miedo y a la desesperación. S. Dellutri, Las Estaciones de la Alegría, p. 31

13 Suéltame, porque todavía no he vuelto al Padre. Ve más bien a mis hermanos y diles: "Vuelvo a mi Padre, que es Padre de ustedes; a mi Dios, que es Dios de ustedes. María Magdalena fue a darles la noticia a los discípulos. «He visto al Señor!», exclamaba, y les contaba lo que él le había dicho. Jn. 20:1-18

14 Culto Contemplativo Jesús conjura ahora el peligro de que el culto a la muerte sea ahora reemplazado por un culto solamente contemplativo, centrado en lo eterno, que olvide la temporalidad y busque la propia satisfacción, ignorando su responsabilidad hacia el prójimo sufriente. Está alejándola de querer traer el cielo a la tierra. Porque las ansias de gozo y genuina alegría no pueden derivar en una actitud egoísta que olvide al prójimo y su necesidad. S. Dellutri, Las Estaciones de la Alegría, p. 30

15 Al atardecer de aquel primer día de la semana, estando reunidos los discípulos a puerta cerrada por temor a los judíos, entró Jesús y, poniéndose en medio de ellos, los saludó. La paz sea con ustedes! Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Al ver al Señor, los discípulos se alegraron. La paz sea con ustedes! -repitió Jesús-. Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes.

16 Acto seguido, sopló sobre ellos y les dijo: Reciban el Espíritu Santo. A quienes les perdonen sus pecados, les serán perdonados; a quienes no se los perdonen, no les serán perdonados. Jn. 20:19-23

17 Conmoción y Convicción En medio de la reunión de los discípulos, Jesús se aparece para infundir en ellos aliento de vida. Sabe que son presa del pánico, y por eso les infunde paz, por medio del Espíritu Santo. En ese contexto, el Señor los comisiona de manera particular: Como el Padre me envió a mí, así yo los envío a ustedes. La convicción de fe en la resurrección de Cristo se constituía en el fundamento de la tarea de la Iglesia.

18 La Resurrección El hecho histórico de la resurrección es la misma base de la verdad del Cristianismo. Para decirlo de modo simple, la resurrección de Jesucristo y el Cristianismo se sostienen o se caen los dos juntos. Uno no puede ser verdadero sin el otro. J. McDowell, El factor histórico de la Resurrección, p. 28

19 Si Cristo no hubiera resucitado, nuestra predicación no sirve para nada, como tampoco la fe de ustedes. 1 Cor. 15:14

20 Siempre habrá quienes no crean!

21 Tomás, al que apodaban el Gemelo, y que era uno de los doce, no estaba con los discípulos cuando llegó Jesús. Así que los otros discípulos le dijeron: Hemos visto al Señor! Mientras no vea yo la marca de los clavos en sus manos, y meta mi dedo en las marcas y mi mano en su costado, no lo creeré -repuso Tomás. Una semana más tarde estaban los discípulos de nuevo en la casa, y Tomás estaba con ellos. Aunque las puertas estaban cerradas, Jesús entró y, poniéndose en medio de ellos, los saludó. La paz sea con ustedes!

22 Luego le dijo a Tomás: Pon tu dedo aquí y mira mis manos. Acerca tu mano y métela en mi costado. Y no seas incrédulo, sino hombre de fe. Señor mío y Dios mío! -exclamó Tomás. Porque me has visto, has creído -le dijo Jesús-; dichosos los que no han visto y sin embargo creen. Jn. 20:24-29

23 Creo en la resurrección, en parte por una serie de hechos que son inexplicables sin ella. A. M. Ramsey Arzobispo de Canterbury

24 La Resurrección Si se pesa cuidadosamente e imparcialmente toda la evidencia, es ciertamente justificable, según los cánones de la investigación histórica, llegar a la conclusión de que la tumba en que fue enterrado Jesús estaba realmente vacía la mañana de la primera Pascua. Y no se ha descubierto todavía el menor indicio de evidencia, sea en fuentes literarias, epigrafía o arqueología, que desmienta esta afirmación. Paul Maier citado por J. McDowell, El factor histórico de la Resurrección, p. 87

25 La Piedra Era acaso necesario que la piedra fuese removida para que Jesús pudiera salir? Necesitaba Dios alguna ayuda? Se encontraba el vencedor de la muerte al punto de no poder desplazar una piedra de un empujón? Para quién fue desplazada la piedra. La piedra no fue removida para Jesús sino para las mujeres; no para que Jesús pudiera salir, sino para que las mujeres pudiesen mirar hacia adentro! M. Lucado, Todavía remueve piedras, p. 54

26 Tomás Tomás tiene algo muy simpático y admirable. La fe no le resultaba fácil; y la obediencia no era su reacción espontánea. Era un hombre que tenía que estar seguro, y tenía que calcular el precio; pero, una vez que estaba seguro, y una vez que había contado el precio; llegaba hasta el límite de la fe y de la obediencia. Una fe como la de Tomás es mejor que una confesión templada; y una obediencia como la suya es mejor que una conformidad fácil que se muestra de acuerdo en hacer algo sin contar con el precio, y luego se vuelve atrás. W. Barclay, Juan, Vol. II. P. 315

27 Tomás Un documento extra bíblico del siglo III, llamado Los Hechos de Tomás, señala que Tomás llegó a la India, en calidad de esclavo, como portavoz del evangelio de Cristo. 1 La historia, por su parte, registra que el apóstol Tomás murió atravesado por una lanza 2. 1 v. W. Barclay, Juan, Tomo II, pp J. Mc Dowell, Él anduvo entre nosotros, p.119

28 Hay más fe en una honrada duda, que en la mitad de los credos, creedme. Alfred Tennyson ( ) Poeta inglés

29 Jesús hizo muchas otras señales milagrosas en presencia de sus discípulos, las cuales no están registradas en este libro. Pero éstas se han escrito para que ustedes crean que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que al creer en su nombre tengan vida. Jn. 20:30-31

30 ACM - San Borja octubre