Sierra Leona: Cortar el vínculo entre los diamantes y las armas

Transcripción

1 Amnistía Internacional, 1 Easton St., London WC1X 0DW, Reino Unido. Embargado hasta la 01:00 horas GMT del 31 de mayo del 2000 Índice AI: AFR 51/027/00/s Sierra Leona: Cortar el vínculo entre los diamantes y las armas Amnistía Internacional pide que se ponga fin al comercio internacional de diamantes procedentes de zonas de Sierra Leona bajo control de los rebeldes. Estos diamantes sirven para financiar la transferencia de armas al grupo rebelde Frente Revolucionario Unido (FRU), cuyos miembros han cometido abusos generalizados contra los derechos humanos en Sierra Leona. «Los gobiernos, las empresas y las entidades comerciales, en particular el Consejo Superior del Diamante (Hoge Raad Voor Diamant, HRVD), de Amberes, Bélgica, deben tomar de inmediato medidas para impedir el comercio de diamantes extraídos en zonas de Sierra Leona controladas por el FRU. Otros importantes centros de operaciones con diamantes, a saber, el Reino Unido, Israel e India, deben tomar medias similares. En 1997, el Consejo de Seguridad de la ONU impuso un embargo de armas a Sierra Leona, que se modificó en 1998 para aplicarlo sólo a las fuerzas rebeldes. A pesar de este embargo, existen considerables indicios de un suministro constante de armas y material militar al FRU desde varias fuentes, incluidas Ucrania y Bulgaria, desde donde llegan armas a través de Liberia y Burkina Faso. Amnistía Internacional ha pedido a todos los gobiernos que tomen todas las medidas posibles para impedir la transferencia de armas, material, personal o entrenamiento militar, de seguridad o policial a las fuerzas rebeldes de Sierra Leona. Tales medias han de incluir la suspensión del apoyo logístico o económico que hace posible tal transferencia y la vigilancia de las fronteras, y han de estar apoyadas por estrictas medidas de Consejo de Seguridad de la ONU para hacer respetar el embargo de armas existente.

2 «A fin de que se respete estrictamente el embargo se debe realizar una investigación independiente sobre el comercio de diamantes en la región para garantizar que el comercio de diamantes de procedentes de zonas controladas por el FRU no financia más transferencia de armas», afirma Amnistía Internacional. En su reciente Cuarto informe del Secretario General sobre la Misión de las Naciones Unidas en Sierra Leona (S/2000/455), fechado el 22 de mayo y dirigido al Consejo de Seguridad, el secretario general de la ONU, Kofi Annan, dijo: «Además, el Consejo de Seguridad podría considerar también la posibilidad de reforzar el régimen de sanciones, incluyendo medidas que impidan a los dirigentes del Frente Revolucionario Unido (FRU) beneficiarse de su explotación ilegal de los recursos minerales, en particular de los diamantes.» Como parte de este proceso, Amnistía Internacional pide al Consejo de Seguridad que investigue el origen de los diamantes exportados desde Liberia, Guinea y Costa de Marfil para asegurarse de que no proceden de zonas de Sierra Leona controladas por los rebeldes. Asimismo, estos países deben facilitar la investigación, dice la organización de derechos humanos. Amnistía Internacional pide también que los gobiernos pertinentes tomen medidas eficaces para regular y controlar el comercio de diamantes a fin de garantizar mayor transparencia sobre el origen de las piedras. Entre tales medidas ha de figurar la aplicación sin demora de las recomendaciones formuladas en marzo del 2000 en el informe al Consejo de Seguridad del Comité de Sanciones del Consejo de Seguridad establecido en virtud de la resolución 864 (1993) relativa a Angola. El Consejo Superior del Diamante de Bélgica y la Organización Central de Venta (Central Selling Organization) del grupo De Beers en Londres deben tomar medias urgentes para garantizar la transparencia del comercio a fin de que los comerciantes legítimos de diamantes no resulten perjudicados, mantiene Amnistía Internacional.. Amnistía Internacional no adopta ninguna postura sobre la imposición punitiva de boicots y sanciones económicas y no se opone al comercio legítimo de diamantes. La organización reconoce, asimismo, la importancia de los

3 diamantes para la inmensa mayoría de los países donde se extraen, como Sudáfrica, Botsuana y Namibia.

4 El comercio de diamantes: El comercio internacional de diamantes está sumamente centralizado, teniendo el grupo De Beers de Sudáfrica el control de casi el 65 por ciento de la capacidad mundial de extracción y comercialización (véase la entrevista de Amnistía Internacional con un alto cargo del grupo, mayo del 2000), mientras que el Consejo Superior del Diamante de Amberes, Bélgica, controla casi el 75 por ciento del comercio mundial de diamantes (véase el informe al Consejo de Seguridad del Comité de Sanciones a Angola, de 20 de marzo del 2000). Los diamantes de Sierra Leona no son esenciales para la industria mundial del diamante. De hecho, según cálculos aproximados expuestos en una declaración presentada por escrito al Congreso de Estados Unidos (Subcomité sobre África del Comité sobre Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, 9 de mayo del 2000) por De Beers Consolidated Mines Ltd. representan poco más del uno por ciento del valor total de los diamantes vendidos en todo el mundo (Véase también la declaración de De Beers en la Conferencia de Kimberley de países de África Austral dedicados a la extracción y el comercio de diamantes, 11 de mayo del 2000.) Ha habido críticas generalizadas a la reiterada incapacidad de la industria internacional del diamante para presentar un mecanismo eficaz que garantice a los consumidores internacionales y a las naciones del mundo que el comercio es transparente. (Véase el informe al Consejo de Seguridad del Comité de Sanciones a Angola, de 20 de marzo del 2000). La mayor empresa se extracción y comercialización de diamantes del mundo, De Beers Consolidated Mines of South Africa, anunció en febrero del 2000 que no iba a comprar más diamantes procedentes de regiones controladas por grupos armados opuestos a la autoridad legítima de un país. (Véase la conferencia de prensa de De Beers del 29 de febrero del 2000.) Amnistía Internacional pide a De Beers que permita una auditoria independiente, realizada por reconocidos expertos de la industria y autoridades de gobiernos, para aliviar la preocupación internacional sobre el origen de los diamantes que llegan al mercado mundial.

5 Actualmente, en Sierra Leona los diamantes se extraen en zonas controladas por el FRU, que, según informes, los pone en el mercado a través de Liberia, Costa de Marfil y Guinea. Aunque los diamantes sean pequeños y se puedan sacar de un país en un paquete poco voluminoso y aunque, según diversos cálculos, su valor no supere los 70 millones de dólares estadounidenses, la industria internacional del diamante es tan opaca que todas sus estadísticas pueden suscitar motivos de inquietud. La ONU y las organizaciones no gubernamentales han pedido periódicamente mayor transparencia en la operación del Consejo Superior del Diamante. En el informe al Consejo de Seguridad del Comité de Sanciones a Angola, de 20 de marzo del 2000, se afirma que las autoridades belgas no han establecido un sistema eficaz de identificación de las importaciones con respecto a los diamantes y que no se ha hecho ningún esfuerzo por vigilar las actividades de presuntos intermediarios, agentes y comerciantes, casi todos los cuales parecer poder viajar libremente y actuar sin ningún obstáculo Algunos funcionarios de la ONU han expresado también preocupación en reuniones con Amnistía Internacional y en medios de comunicación internacionales sobre la naturaleza no transparente de comercio en Bélgica, particularmente con respecto al país de origen. (Véanse las entrevistas mantenidas por Amnistía Internacional con funcionarios de la ONU en Nueva York en mayo del 2000.) En vista de la reiterada incapacidad de la industria del diamante para autorregularse a pesar de la preocupación expresada en los niveles más altos de los gobiernos y por consumidores de todo el mundo, Amnistía Internacional pide a los gobiernos que insten a dicha industria, en particular al Consejo Superior del Diamante de Bélgica, a que tome de inmediato medidas para que sea preceptivo para todos los que comercian con diamantes declarar el origen de éstos, no el país de destino del envío.

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