Carlos Gómez Gil Nuevas vías para el codesarrollo en la cooperación descentralizada

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1 CUADERNOS BAKEAZ 72 bakeari buruzko dokumentazio eta ikerkuntzarako zentroa centro de documentación y estudios para la paz POLÍTICAS DE COOPERACIÓN Carlos Gómez Gil Nuevas vías para el codesarrollo en la cooperación descentralizada Carlos Gómez Gil (cgomezgil@bakeaz.org) es doctor en Sociología y licenciado en Ciencias Políticas y Sociología. Es profesor asociado en el Departamento de Análisis Económico Aplicado de la Universidad de Alicante y director del Seminario Permanente y Observatorio para la Inmigración de esa misma universidad. Es responsable del Área de Cooperación al desarrollo de Bakeaz y vicepresidente de la Red de Investigadores y Observatorio de la Solidaridad (RIOS). Especialista en temas de desarrollo, cooperación internacional y políticas de inmigración, ha realizado numerosos estudios e investigaciones para instituciones y universidades españolas e internacionales, entre los que podemos destacar los libros El comercio de la ayuda al desarrollo (Madrid, Los Libros de la Catarata/IUDC, 1996), Oportunidades perdidas. El estado de la Ayuda Oficial al Desarrollo en España (Bilbao, Bakeaz, 2003) y Las ONG en la globalización. Estrategias, cambios y transformaciones de las ONG en la sociedad global (Barcelona, Icaria/Asociación Paz con Dignidad, 2004), los estudios Una lectura crítica de la cooperación española. Lo que nunca nos dicen (Bilbao, Bakeaz, 1998), La cooperación descentralizada en España: motor de cambio o espacio de incertidumbre? (Bilbao, Bakeaz, 2001) y Las ONG en la sociedad global. Estrategias de las ONG frente al Estado en la era de la globalización (Bilbao, Bakeaz, 2004), y el informe Más de lo mismo. La Ayuda Oficial al Desarrollo de España en el año 2000 (Bilbao, Bakeaz, 2001). En muy pocos años el codesarrollo se ha situado como un elemento fundamental en las preocupaciones y las aspiraciones de muchos. La rapidez con que España ha recibido a una gran cantidad de población inmigrante, que constituye hoy en día uno de los sectores sociales emergentes de mayor relevancia, junto con la madurez que van alcanzando nuestras políticas de cooperación al desarrollo en algunos campos, plantean un espacio novedoso, atractivo y repleto de potencialidades desde el cual intervenir. De la misma forma en que hace una década explotó la cooperación descentralizada, asistimos ahora a una cierta emergencia del codesarrollo, que va adquiriendo cada vez más importancia en las políticas de cooperación internacional y especialmente en el ámbito descentralizado. Sin embargo, ni existen experiencias contrastadas y consolidadas, ni se ha producido un debate amplio sobre su significado y verdadero alcance, siendo aún muy escasos los trabajos analíticos y reflexivos sobre la materia que trascienden las generalidades al uso. Todo ello facilita los intentos de utilizar el codesarrollo como una nueva coartada para frenar la inmigración y quitarse de en medio problemas, como un nuevo instrumento para controlar las migraciones contemporáneas. El presente documento pretende reflexionar sobre este espacio de intervención crucial para reenfocar las políticas migratorias y de desarrollo, particularmente en la cooperación descentralizada. Forma parte de un proyecto de investigación más amplio de Bakeaz que también cuenta con el apoyo de la Oficina de Cooperación al Desarrollo de la Universidad del País Vasco para otras actividades incluidas en esta iniciativa. ÍNDICE 1. Los orígenes de las políticas de codesarrollo 2 2. El codesarrollo en las políticas institucionales 3 3. El dilema entre las migraciones y el desarrollo 5 4. Las remesas de divisas y su capacidad de transformación global 6 5. Las olvidadas de siempre: las mujeres inmigrantes en el codesarrollo 9 6. El codesarrollo en la cooperación descentralizada Consideraciones finales 14 Notas 14 Bibliografía 15 El codesarrollo no es nuevo, ni mucho menos una construcción occidental. De forma espontánea, los inmigrantes han tejido redes de un extraordinario impacto conservando la privacidad de sus relaciones y los compromisos históricos con sus comunidades. Son tradiciones como la twiza, en las comunidades bereberes, que les lleva a asumir el mantenimiento de mezquitas, escuelas, dispensarios y cementerios; las de los inmigrantes de la Kabilia argelina, que han financiado desde hace décadas cisternas, carreteras y caminos, mezquitas y escuelas; las de los inmigrantes mauritanos, que promovían dispensarios médicos, acequias, almacenes de grano, cooperativas y escuelas en sus comunidades; o las de los inmigrantes de Malí procedentes de la región de Kayes, que han sido capaces de mejorar con su apoyo la atención sanitaria de esta zona de una manera muy notable. Precisamente la fuerza del codesarrollo se basa en su componente de reciprocidad, en el plan-

2 Cuaderno 72 teamiento de compromiso común que contiene, algo que debe empapar de principio a fin las acciones que se lleven a cabo. Sin embargo, los ejes políticos alrededor de los cuales se ha construido originariamente el codesarrollo han estado basados en la idea del retorno, y se ha edificado un imaginario maniqueo en torno al inmigrante. Así, el buen emigrante es el que, además de trabajar responsablemente, se compromete con el desarrollo de su país de origen e impulsa proyectos mediante aportaciones económicas que permiten a sus compatriotas mejorar sus condiciones de vida y promover iniciativas productivas. Con ello no sólo se evita que la gente tenga que emigrar, sino que se favorece la progresiva vuelta de los emigrantes a sus países de origen. Ésta era la filosofía que impregnaba en buena medida los proyectos promovidos por el Gobierno francés, que llegaba incluso a condicionar la firma de acuerdos más amplios en materia de cooperación internacional con diferentes países a cambio de aceptar a todas las personas que fueran expulsadas hacia estas naciones, algo que ha cobrado nueva vigencia en la política europea de inmigración y cooperación. Buena parte de las migraciones se producen desde regiones concretas; deben entenderse por tanto como respuestas comunitarias a problemas de supervivencia y de condiciones de vida en colectividades muy amplias. 1 Por ello, es importante generar a través del codesarrollo estrategias de construcción de capacidades organizativas y técnicas en espacios colectivos que favorezcan la mejora de la calidad de vida grupal y la economía solidaria, de manera que se pueda desactivar el malestar vital de muchas personas y construir futuro. Y los espacios local y municipal resultan escenarios extraordinariamente privilegiados para generar iniciativas de convivencia que permitan la acumulación de las capacidades económicas necesarias para producir cambio en las condiciones de vida, dinámicas de intervención sociopolítica y creación de elementos de gobernanza a pequeña escala. 1 Los 1 orígenes de las políticas de codesarrollo Los orígenes del término codesarrollo 2 se sitúan en los años setenta, a partir de los procesos de elaboración teórica surgidos en diferentes ámbitos de la izquierda francesa. Con ello se querían explorar nuevas formas de cooperación internacional, si bien el eje vertebrador de estas propuestas era la promoción del retorno de los inmigrantes a sus países, su regreso a casa. Así, los trabajos que en esta década realiza Georges Tapinos (1974), en los que empieza a interrogarse sobre los efectos de las migraciones en el desarrollo de los países de origen y las transferencias que se dirigen hacia los mismos, constituyen antecedentes esenciales para comprender los orígenes teóricos del codesarrollo. En 1977 se articulan las primeras actuaciones que favorecían este retorno, consistentes en incentivar la puesta en marcha de proyectos y planes de formación en Francia por parte de aquellos trabajadores extranjeros que quisieran trasladarse posteriormente a sus lugares de origen, firmándose para ello acuerdos con países como Argelia y Senegal. Con la llegada de François Mitterrand, se reformularon estos programas de ayuda al retorno bajo las políticas de codesarrollo a partir de tres ejes básicos: la selección de los candidatos susceptibles de acogerse a ellos, su información y formación para que tomen la decisión de volver a casa, y la ejecución de programas de cooperación con las comunidades a las que regresan. Con todo ello, se trabaja en la búsqueda de nuevos espacios de relación entre el retorno de los inmigrantes y la ayuda al desarrollo, algo que mantuvieron en la década de los ochenta todos los gobiernos franceses, tanto de izquierda como de derecha. Sin embargo, el fracaso de estas políticas era evidente, en la medida en que el número de inmigrantes acogidos a las mismas fue muy exiguo a pesar de las previsiones iniciales y la viabilidad de muchas acciones emprendidas fue francamente nula. En la década de los noventa y bajo la dirección del Ministerio de Asuntos Sociales francés, se redefine todo el sistema de ayudas al retorno, proceso que cristaliza en 1994 en el Plan de Desarrollo Local y Emigración. Pero los esfuerzos siguen puestos en aquellos inmigrantes que desean volver a su país, y en torno a este objetivo primordial se articulan todas las acciones, que alcanzan una especial incidencia en Senegal, donde se inician 200 proyectos, si bien la mayoría de ellos acaban fracasando. En 1997, bajo la dirección de Sami Naïr como encargado personal del presidente Mitterrand de la Misión Interministerial para el Codesarrollo y las Migraciones Internacionales (MICOMI), se realiza un importante esfuerzo teórico por encuadrar estas políticas en el conjunto de las competencias del Gobierno francés en política internacional, desarrollo e inmigración, y se trabaja con el ánimo de precisar el propio concepto de codesarrollo. Sin embargo, la filosofía del Plan sigue basándose en la idea del retorno, como elemento clave para apoyar el desarrollo en los países del Sur y reducir con ello las diferencias entre las naciones del Norte y del Sur a fin de disminuir las presiones migratorias y las fuerzas que impulsan estos procesos. En opinión de Naïr, la política de migración debe basarse en tres ejes básicos: la gestión legal de los flujos migratorios; un programa de codesarrollo que asocie los países receptores con los países de origen, capaz de transformar la inmigración en un factor beneficioso para ambas partes y para los propios inmigrantes; y políticas públicas de integración de los inmigrantes. Se incorporan conceptos nuevos, como la necesidad de que junto a los intereses estatales se tengan en cuenta los intereses de los inmigrantes, como protagonistas de los procesos migratorios, además de la necesidad de desarrollar mecanismos complementarios de integración en las sociedades de acogida. Pero es a partir de 1998 cuando este programa empieza a tener una actuación relevante, al tratar de hacer volver a su país a aquellos inmigrantes sin papeles que se quedaron fuera de las diferentes regularizaciones realizadas por aquellas fechas. Todo ello ha ocasionado una progresiva desvalorización de estos programas, que en la actualidad han retomado con fuerza su objetivo de empujar a los inmigrantes a sus lugares de origen. No es ajena a ello la profunda reforma llevada a cabo en el año 2002 por los Ministerios de Exteriores y Asuntos Sociales, que desembocó en la creación del FORIM, o Foro de las Organizaciones de Migración y Desarrollo. En los últimos años las organizaciones participantes en este foro habían realizado críticas muy serias a estos programas y sus enfoques. Su intención era encontrar nuevas vías para el codesarrollo a la luz de los desafíos de las políticas globales de cooperación internacional, de las relaciones postcoloniales de Francia con muchas de sus antiguas colonias, 3 y de la inmigración cambiante. No obstante, el Alto Consejo de la Cooperación Internacional avanzó en la propuesta de Sami Naïr, elaborando documentos que integran estas políticas en el conjunto de los objetivos de la cooperación francesa en el siglo XXI, 4 a pesar de la incertidumbre que planea sobre el futuro de estas políticas. El trabajo realizado por el profesor Sami Naïr supone un auténtico referente en el campo del codesarrollo, en la medida en que hace un esfuerzo teórico y de conceptualización hasta entonces inexistente, que toma cuerpo en su famoso informe de balance y de orientación sobre la política de codesarrollo ligada a los flujos migratorios. 5 Pero bajo la filosofía general de hacer de las migraciones un vector de desarrollo, subyace un propósito esencial de controlar las migraciones, evitar su crecimiento y comprometer en ello a los países emisores, según los intereses de la política exterior francesa. De hecho, se reconoce abiertamente la necesidad de Francia de «reforzar su influencia internacional a través de las políticas de codesarrollo», motivada por la percepción de que este país «ya no puede acoger masivamente flujos migratorios, lo que exige actuar sobre 2

3 Carlos Gómez Gil las causas de las migraciones» para evitar así «minar los principios mismos del Estado Republicano de Derecho». A partir de estos ejes, se estructuran una serie de objetivos que otorgan al inmigrante unas cualidades muy superiores a las que realmente tiene, al señalar que «ninguna forma de ayuda puede sustituir a la acción misma del inmigrante». De esta forma, los ejes alrededor de los cuales se articulan las propuestas de las políticas elaboradas por Naïr en este documento son esencialmente tres: Controlar los flujos de inmigrantes. A juicio de Naïr, «del mismo modo que la política de integración de los inmigrantes legalmente instalados es una obligación para Francia, la necesidad de organizar y de controlar los nuevos flujos es una tarea imperativa para el interés de todos». Crear contingentes para las migraciones en potencia. El mismo autor señala que «Las cuotas tratan de acoger categorías de personas según nuestras necesidades inmediatas, y de dosificarlas según nuestros propios intereses. Ahora bien, a los países proveedores de emigrantes no siempre les interesa que se marchen los que nosotros necesitamos. La política de codesarrollo reclama por el contrario contingentes de personas destinadas a formarse mientras trabajan en Francia, con vistas a un regreso programado a su país de origen». Establecer compromisos bilaterales que impliquen a nuevos actores. Naïr lo justifica de la siguiente forma: «No se busca favorecer la instalación definitiva de los inmigrantes en Francia, sino su reinstalación en su país de origen». Y añade: «Por ello su estatuto debe ser temporal y apuntar al retorno». Desde esta perspectiva, se formulan diversas propuestas, que se materializan en aspectos como los siguientes: Firmar convenios de codesarrollo, que comprometen a Francia con diferentes países colaboradores. Apoyar proyectos de desarrollo que impliquen a inmigrantes, por medio de ayudas financieras y el refuerzo de dispositivos de apoyo y de acompañamiento. Fortalecer las actividades de las administraciones descentralizadas que impliquen a inmigrantes, facilitando el compromiso de los agentes locales y territoriales. Apoyar el movimiento asociativo, particularmente en la cofinanciación de los proyectos asociativos de migración y desarrollo, ayudando a la estructuración de asociaciones que cuenten con inmigrantes. Orientar acciones específicas hacia los estudiantes, mediante contratos de codesarrollo/formación/empleo que les ofrezcan la posibilidad de formarse en Francia siempre que acepten poner sus conocimientos al servicio del desarrollo de su país de origen, garantizándose de esta forma su regreso. Movilizar a las empresas para que acojan a jóvenes trabajadores en período de perfeccionamiento profesional, lo que permitirá a los jóvenes extranjeros que participen en estos proyectos de codesarrollo gozar de experiencia de perfeccionamiento profesional durante un período de 9 a 18 meses a través de formación retribuida en empresas francesas, fijándose anualmente el límite de estos contratos. Favorecer la movilidad de artistas para reforzar los intercambios culturales. Promover la inversión productiva del ahorro de los inmigrantes. Implicar a Europa en la política de codesarrollo, con especial hincapié en los acuerdos de Lomé V, bajo lo que se entiende como el establecimiento de una «movilidad controlada», y en el ámbito Euromediterráneo, como el que se da en los programas MEDAS. Nuevas vías para el codesarrollo en la cooperación descentralizada Todo ello se abrocharía mediante el reforzamiento del carácter interministerial de la política de migración/codesarrollo, a través de la creación de una estructura interministerial adecuada bajo la autoridad del Primer Ministro y sometida a los criterios del Comité de Ayuda al Desarrollo de la OCDE, junto con la promoción de un debate amplio con actores, instituciones, administraciones y países de origen. De esta forma, los planteamientos de Sami Naïr transitan en un difícil equilibrio entre la promoción del retorno de los inmigrantes a sus países y la formulación de nuevas propuestas de desarrollo vinculadas a las migraciones. Quedan relegadas a un lugar secundario las complejas dinámicas desatadas por los movimientos migratorios, la dificultad de generar escenarios de desarrollo en el marco de unas relaciones cada vez más globales e interdependientes, así como los procesos de inclusión-exclusión que los inmigrantes protagonizan en los países de acogida y sus consecuencias. No es casual que diferentes autores hayan criticado las propuestas de Naïr, que en algunos ámbitos se han idealizado muy por encima de sus logros. Por ejemplo, Christophe Daum (1998) critica que las propuestas de codesarrollo de Naïr tengan como objetivo esencial fijar a la población en sus comunidades de origen, negando con ello el libre desplazamiento así como las tremendas potencialidades que abren los proyectos migratorios. Charles Condamines (1998) destaca la doble moral de unos países occidentales que hablan de codesarrollo al tiempo que limitan y deterioran de manera consciente unas políticas de ayuda al desarrollo en continuo retroceso, mientras han puesto en marcha un arsenal de medidas proteccionistas de su economía y su sistema productivo que contribuyen a restringir, criminalizar y dificultar los movimientos migratorios. Sin negar por tanto el valor teórico y conceptual de las propuestas de Sami Naïr, sus numerosas limitaciones conceptuales y la ausencia de una experiencia contrastada exigen que les otorguemos la relevancia real que tienen. 2 El 2 codesarrollo en las políticas institucionales En Europa, el codesarrollo aparece mencionado por vez primera en el Consejo Europeo de Tampere, celebrado en esta ciudad finlandesa el 15 y 16 de octubre de No es casual que la reunión abordara la creación de un espacio de libertad, seguridad y justicia en la Unión Europea, de forma que la mención al codesarrollo aparecía en el punto I, «Colaboración con países de origen», y en el apartado A, «Una política de asilo y migración de la Unión Europea», donde se indicaba que «Otro elemento clave para lograr el éxito de esta política será la colaboración con terceros países interesados con objeto de fomentar el codesarrollo». No había ninguna otra consideración sobre estas actuaciones, en lo que parece ser un nuevo brindis al sol, al no abordarse la naturaleza de las políticas y acuerdos europeos que fuerzan migraciones en países de su periferia. Más recientemente, la Declaración de Túnez de octubre de 2002, en la Conferencia Ministerial sobre Migraciones en el Mediterráneo Occidental, en el marco del diálogo 5+5, incorporó un apartado específico sobre este campo. Las primeras referencias al codesarrollo en España 6 están contenidas en la Ley Orgánica 8/2000, de 22 de diciembre, de reforma de la Ley Orgánica 4/2000, de 11 de enero, sobre derechos y libertades de los extranjeros en España y su integración social, en su exposición de motivos, 7 si bien no dejaba de ser más que una simple mención. Fue con posterioridad, en el Programa GRECO (Programa Global de Regulación y Coordinación de la Extranjería y la Inmigración en España), aprobado por el Gobierno del Partido Popular para el período , donde se procedió a desarrollar esta política por vez primera. Sin embargo, este documento nunca pasó de ser una simple declaración de intenciones: para muchas de las propuestas existía una nula voluntad de desarrollo y una carencia 3

4 Cuaderno 72 absoluta de medios y recursos. Aun así, no se puede ignorar que es el primer documento institucional de una cierta relevancia que menciona el codesarrollo. El punto 1.4 de este programa, denominado «Codesarrollo de los países de origen y tránsito de los inmigrantes», que plantea las siguientes medidas: a) Formación de inmigrantes que puedan ser agentes de desarrollo a su vuelta al país de origen. b) La ayuda para la reinserción en sus países de origen. c) La orientación de su ahorro hacia inversiones productivas en los países de origen. d) La promoción del Fondo para la concesión de microcréditos para proyectos de desarrollo social básico hacia los países de origen. e) La asistencia técnica a los países de los que proceden los inmigrantes. Estas propuestas se basaban en fomentar la vuelta y el reasentamiento de los inmigrantes, si bien nunca se pusieron en práctica, ni tampoco se han concedido microcréditos ni asistencia técnica ligada a las políticas migratorias en toda la historia de la cooperación oficial española hasta la fecha. El Programa GRECO, que nunca llegó a aplicarse y que careció incluso de presupuestos de ningún tipo, fue derogado con la llegada del PSOE al Gobierno, sin que se haya realizado ningún otro programa de actuación similar o se haya procedido a reformular los ejes de las políticas de codesarrollo para los nuevos responsables de la política migratoria. Bien es cierto que la Secretaría de Estado de Cooperación Internacional (SECI) ha puesto en marcha dinámicas de trabajo en torno al codesarrollo en muchos casos novedosas y de un gran alcance. Sin embargo, el nuevo Plan Director de la Cooperación Española ha introducido un giro radical, al considerar de una forma amplia estas actuaciones dentro de las políticas globales de la cooperación española, algo que obvió el documento anterior, que abarcaba el cuatrienio Así, por vez primera se introduce un capítulo específico sobre esta materia, donde se señala: Codesarrollo. La política de codesarrollo se ejecutará en coherencia con las políticas definidas desde el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales y, específicamente, desde la Secretaría de Estado de Inmigración y Emigración, en coordinación con otras administraciones y agentes de la cooperación. Se abordará la homologación de un modelo multilateral basado en la consideración de los flujos migratorios, como una fuente de riqueza para los países de origen y destino, y del codesarrollo, como un ámbito de actuación multicultural y transnacional. Al mismo tiempo se añade: Resulta esencial la creación de un sistema de coordinación, seguimiento y evaluación de proyectos y políticas, donde estén representados todos los actores, y enlazado con las experiencias internacionales. Algunas de las líneas de actuación que podrían orientar el enfoque de codesarrollo son, entre otras, las siguientes: a. Consideración de los flujos migratorios, tanto desde el punto de vista cuantitativo como cualitativo, a efectos de priorizar regiones, zonas o países y de establecer las estrategias de codesarrollo. b. Fomento del desarrollo en origen mediante la promoción económica, el apoyo a la pequeña empresa y el fortalecimiento de los sectores productivos. c. Impulso a la participación de las personas inmigrantes en estrategias de codesarrollo, en coordinación con asociaciones de inmigrantes en España y agentes de cooperación, como vía para el fomento de la integración. d. Implicación de las personas inmigrantes como agentes de desarrollo y contribuyentes al avance social, económico y cultural de sus países de origen. e. Diseño de un modelo de retorno digno y sostenible, que incluya medidas de capacitación profesional y empresarial, apoyo económico (microcréditos, u otros instrumentos financieros) y orientaciones sobre la viabilidad de las iniciativas socioproductivas que se propongan para desarrollar en los países de origen. f. Impulso de actuaciones sobre utilización racional de remesas, canalización de los envíos de divisas y productos financieros favorables, fomentando las iniciativas de información y asesoramiento a los inmigrantes en este ámbito. Finalmente, este documento estratégico opta por priorizar las acciones de codesarrollo en la cooperación española en dos países de enorme importancia por el volumen de sus inmigrantes en España, como son Marruecos y Ecuador. Cabe destacar que la nueva Secretaría de Estado de Cooperación Internacional está trabajando con un nuevo enfoque, a través de dos líneas distintas: El desarrollo de un consenso en torno a la materia alcanzado en el seno del Consejo de Cooperación con aportaciones de la Comisión Interterritorial. Un trabajo más interno para proporcionar una visión operativa propia y específica a esta Secretaría de Estado. En el ámbito del País Vasco, el Parlamento vasco aprobó en octubre del año 2000 un acuerdo en el que instaba al Gobierno vasco a la elaboración de un Plan Autonómico en esta materia, y así, en 2002 se aprobó el primer Plan Vasco de Inmigración para el período Este plan es novedoso, tanto por su perspectiva de globalidad, como en la vertiente de metodologías e implicación de las diferentes instituciones vascas. De hecho, se sitúa en un nivel muy superior a lo que la Administración central ha venido generando en esta materia (como el ya mencionado Plan GRECO). El Plan Vasco de Inmigración dedica un apartado específico al codesarrollo. En éste se identifica un área de codesarrollo, que «comprende directrices de cara a la acción cooperativa exterior de las instituciones vascas. Dicha intervención exterior comprende cooperación directa, cooperación participada a través de la participación de grupos sociales y codesarrollo mediante la participación directa de los propios colectivos inmigrantes asentados en la CAPV». Para ello, se identifican las siguientes acciones: Desarrollar las relaciones internacionales del Gobierno vasco como estrategia facilitadora de los procesos de ayuda al desarrollo y de acogida de personas inmigrantes en la Comunidad Autónoma de Euskadi. Desarrollar fórmulas tendentes a la descentralización de las iniciativas de ayuda al desarrollo, potenciando el papel de las administraciones, entidades y movimientos locales. Promover la participación directa de personas extranjeras en proyectos de desarrollo en sus países de origen. Promover procedimientos financieros para posibilitar las transferencias económicas de los y las inmigrantes a sus países de origen, así como la inversión de sus capitales en productos ligados al desarrollo de sus zonas de procedencia. Al mismo tiempo, se menciona la «capacitación técnica de personas y asociaciones en materia de codesarrollo, especialmente aquellas dirigidas a las asociaciones de inmigrantes», junto con otras acciones «que tienen incidencia en la sociedad vasca, desde el punto de vista de la integración social de las personas inmigrantes». Existe por tanto una buena voluntad en la identificación del recurso, pero una cierta ambigüedad 4

5 Carlos Gómez Gil en la definición del instrumento, que tiene que ver con la confusión generalizada que existe en torno al codesarrollo. Por último, el primer Plan Director de Cooperación para el Desarrollo , del Gobierno vasco, incluye también algunas menciones al codesarrollo: «es preciso otorgar al codesarrollo la importancia que, dada la fuerza del fenómeno migratorio, realmente tiene. La asunción por parte de las personas que han decidido vivir en nuestro país de la corresponsabilidad del desarrollo de sus comunidades de origen resulta, además de un espacio privilegiado para la interculturalidad y el avance en el respeto profundo hacia la diferencia, un potente instrumento de cooperación». Y dentro de las líneas de actuación, se señala la «valoración explícita en las diferentes convocatorias de la participación de los agentes de cooperación en acciones de educación para el desarrollo, interlocución y codesarrollo». Es evidente que es una mención escasa para el potencial que estas acciones tienen en el País Vasco. 3 El 3 dilema entre las migraciones y el desarrollo Nuevas vías para el codesarrollo en la cooperación descentralizada El desarrollo es esencialmente una construcción intelectual de carácter histórico, económico, social y político que durante décadas ha tratado de dar respuesta a las necesidades e intereses de los países occidentales, bien en el plano bilateral o en el multilateral, sin que haya permitido a los países desfavorecidos una elaboración metodológica participada y consensuada para elegir objetivos autónomos, propios y sentidos. Ello explica por qué, durante décadas, estas políticas han servido bien poco para mejorar las condiciones de vida y la convivencia en los países pobres. Por el contrario, han sido utilizadas de forma predominante como privilegiados vehículos para favorecer intereses comerciales, estratégicos, empresariales o defensivos: así, mientras crecían los indicadores económicos, aumentaban hasta dimensiones gigantescas la miseria, la pobreza, el hambre y la malnutrición en numerosas poblaciones. En demasiadas ocasiones, el desarrollo se ha refugiado en magnitudes y cifras económicas que poco dicen realmente sobre las condiciones de vida y las perspectivas vitales de la mayor parte de la población. Es por ello por lo que «el desarrollo real y perdurable de un país no se da en función de los flujos de ayuda que pueda recibir, sino que es el resultado de una confluencia de factores muy variados entre los cuales están la mejora de las condiciones de vida de sus habitantes, la consolidación de un marco político e institucional adecuado, el reconocimiento de derechos y libertades individuales, el empuje del conjunto de su población, la mejora de sus infraestructuras, y una posición económica y comercial saneada» (Gómez Gil, 2002b: 21-22). Los procesos de desarrollo son, por tanto, mucho más complejos de lo que habitualmente nos explican, y sus relaciones con las migraciones son todavía poco conocidas. Para muchos, las migraciones son la respuesta inmediata a la falta de desarrollo, una válvula de escape ante las carencias económicas y de crecimiento de los países. Sin embargo, no son las divergencias entre los niveles de vida las que ocasionan la aparición de una corriente migratoria, ni son los más desfavorecidos los que parten, como con frecuencia se escucha (Tapinos, 2000: 48). Muy al contrario, los inicios de un desarrollo incipiente pueden llevar consigo la ruptura de los equilibrios demográficos, económicos y sociales, facilitando con ello las migraciones, sin olvidar el efecto de atracción que ejercen las demandas de mano de obra en las economías industrializadas de los países avanzados. Como ejemplo de lo que decimos, pensemos en el caso de España, que ha experimentado muy recientemente el verdadero crecimiento en la llegada de inmigrantes, coincidiendo con su despegue económico y las consiguientes transformaciones sociales y productivas. Como acertadamente señala Joan Lacomba, Esta desigual valoración de los vínculos entre migración y desarrollo tiene que ver con una deficiente conceptualización de ambos términos. La migración entendida como una realidad unidireccional cuyas causas se encontrarían exclusivamente en los países emisores, así como el desarrollo concebido como un fenómeno económico de carácter universal que seguiría los pasos de las sociedades occidentales. De esta primera constatación podría extraerse la conclusión de que es necesario avanzar más en la definición de ambos conceptos y establecer previamente un debate sobre qué tipo de migración y de desarrollo hablamos. Igualmente hay que tener en cuenta los espacios y los tiempos para valorar de forma más precisa los efectos de las migraciones sobre el desarrollo: efectos a escala internacional, nacional, regional, local, familiar e individual, así como a corto, medio y largo plazo (2004: 32). En nuestra economía capitalista es el mercado el que determina, a través de la oferta y la demanda de mano de obra, los procesos migratorios entre los países de origen y de destino, como un mecanismo regulador más de un mercado laboral cada vez más precario. También son el mercado y sus dinámicas sistémicas los que determinan los procesos de empobrecimiento o enriquecimiento acelerados que se viven en muchas naciones. Sostener que el desarrollo de un país es una suma de microproyectos generadores de autoempleo capaces de suministrar ingresos para el mantenimiento de las familias y fijar así a los habitantes en sus lugares de residencia, como a menudo se hace, implica un desconocimiento profundo de los mecanismos que mueven la economía mundial, las inversiones, las finanzas y los sistemas productivos en una sociedad globalizada como la nuestra. Es evidente que se está produciendo un desfase creciente entre los procesos de liberalización económicos y comerciales y la libre circulación de personas en el mundo, hasta el punto de que diversos estudios subrayan que las reglas sobre las que avanza el libre comercio pueden estar incrementando los estímulos migratorios en muchos países, como en los del Magreb. Así, en una simulación realizada por Cogneau y Tapinos, «la adopción del libre comercio estaría provocando una agravación en el desequilibrio de los intercambios con la Unión Europea, generando la pérdida del 20% de los ingresos fiscales y una mayor especialización en algunos productos agrícolas, con efectos casi nulos sobre el crecimiento y una disminución escasa de las desigualdades» (Tapinos, 2000: 53). No es casual que los grandes acuerdos de integración regional dejen fuera las migraciones, como si el libre comercio y los procesos de inserción económica no tuvieran que ver con los movimientos migratorios. Al mismo tiempo, tampoco podemos olvidar que las economías en los países en desarrollo son extraordinariamente dependientes de los Programas de Ajuste Estructural, de los procesos de liberalización comercial impulsados por la Organización Mundial de Comercio, de las políticas de liberalización y privatización, de los movimientos de capital que se imponen en una economía cada vez más especulativa y de las condiciones de financiación de la deuda externa contraída durante décadas hasta niveles prácticamente insostenibles. Por si fuera poco, los desequilibrios macroeconómicos y presupuestarios, junto con las tormentas monetarias desencadenadas en no pocas ocasiones por los movimientos especulativos, son capaces de empobrecer en cuestión de días a regiones enteras, como ha ocurrido con especial contundencia en la década de los noventa. Resulta esencial comprender que las migraciones actuales se enmarcan en unos procesos tan complejos como devastadores, en un período de incremento asimétrico de intercambios comerciales, con una movilidad creciente de los movimientos de capital y una internacionalización de los procesos de pro- 5

6 Cuaderno 72 ducción y de propiedad del dinero, todo lo cual, lejos de detener los procesos migratorios, los ha mantenido e incluso estimulado en determinadas zonas. 8 Ahora bien, la visión exclusivamente economicista de las migraciones despoja de categorías mucho más amplias y valiosas a los procesos migratorios y sus consecuencias, tanto en los países emisores como en los receptores, al tiempo que nos impide comprender adecuadamente las transformaciones que el proceso de globalización está generando en las sociedades contemporáneas y, en definitiva, los motivos por los que la gente decide salir de su país para emprender una nueva vida. Es fundamental establecer un cierto equilibrio entre lo estructural y lo coyuntural. De lo que no cabe duda es de que, desde todos los puntos de vista, lo que buscan en la migración quienes salen de sus países no lo encuentran en las alternativas de desarrollo y cooperación que proponen los países occidentales. Por ello, es esencial pensar en términos de desarrollo mucho más amplios, que aseguren condiciones de vida a los inmigrantes, derechos, participación pública, respeto, dignidad, protección, acceso a un mínimo bienestar para ellos y sus familias, todo lo cual va más allá de lo coyuntural y se sitúa en plazos temporales amplios. No es únicamente la ausencia de trabajo lo que genera migraciones, sino otros elementos menos tangibles pero tanto o más relevantes, vinculados a esa ausencia de perspectivas vitales, como la existencia y el reconocimiento de derechos, o el disfrute de libertades y de un trato igualitario basado en leyes universales; 9 y en todo ello, las dinámicas familiares son mucho más importantes de lo que hasta ahora se ha considerado. Como algunos investigadores han subrayado, «el trabajo es un medio esencial para adquirir recursos económicos, pero no lo presentan (los inmigrantes) sólo como un medio para conseguir recursos» (Marín, 2004). Se entiende con ello que el trabajo, la obtención de ingresos, no puede separarse del reconocimiento de derechos sociales, derechos laborales, acceso a la sanidad, protección legal, igualdad de trato, libertad en el sentido amplio de la palabra, junto con una cierta capacidad para decidir sobre su vida y la de su familia. Tenemos que empezar a comprender que emigrar es una decisión personal tomada generalmente con el respaldo y el apoyo familiar, mientras que quedarse implica confiar en los dirigentes políticos, en los gobiernos y en la economía de un país con la esperanza de que puedan garantizar la vida y el sustento de uno mismo y de sus allegados. Nadie emigra pensando que va a empeorar su situación, sino que lo hace con la perspectiva, si bien incierta, de mejorar su bienestar y el de los suyos en otro lugar, y mientras esa percepción no cambie de forma sustancial mediante hechos constatables, poco se podrá hacer para detener las migraciones. El codesarrollo debe actuar respetuosamente, considerando todos estos elementos. Seguimos creyendo que si ofrecemos una ocupación provisional capaz de generar unos ingresos mínimos suficientes tan sólo para asegurar una frágil subsistencia, podemos dar por cumplido nuestro objetivo de desarrollo. De hecho, numerosos programas para el retorno de inmigrantes a sus países de origen potenciados como codesarrollo admiten que únicamente se encargan de gestionar el billete de vuelta, incumpliendo sus compromisos de promoción y seguimiento de los inmigrantes retornados. Así, la responsable en Madrid de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), encargada del único programa oficial de retorno, reconoce que no se cumple el objetivo de trabajar a favor del desarrollo personal de quienes regresan, y llega a afirmar que «el seguimiento y la promoción personal de los inmigrantes retornados se hará sólo cuando sea posible». En similares términos se manifiesta el responsable de retornados de una ONG: «El seguimiento existe en teoría, pero una vez allí es muy difícil ponerlo en práctica». 10 Por todo ello, para encauzar adecuadamente las acciones de codesarrollo que emprendamos no se pueden entender las migraciones de acuerdo con patrones exclusivamente económicos, ni sobre todo según nuestro esquema de la economía funcional y desarrollista. Y ésta es la razón por la que muchas de las propuestas que se están haciendo sobre el codesarrollo están abocadas al fracaso: porque consideran únicamente la dimensión instrumental del trabajo que tratan de proporcionar al inmigrante o retornado, sin caer en la cuenta de que es un medio en un conjunto de otros elementos imprescindibles para un buen desarrollo. Y muchos de ellos trascienden al propio inmigrante, e incluso hoy en día a las naciones mismas (véase el cuadro 1). Debemos reconocer que estamos trasladando los dilemas, contradicciones e insuficiencias de las políticas de desarrollo tradicionales a muchas de las formulaciones que hacemos sobre el codesarrollo, manteniendo así los problemas históricos que estas políticas han presentado. Necesitamos reformular nuevos ejes sobre los que trabajar este codesarrollo, con humildad, respeto y un conocimiento de las dinámicas sociales, económicas y políticas en las que operan las naciones en la globalización actual. Y éste debe ser el punto de partida para evitar que buena parte de las propuestas de codesarrollo que se hagan sigan trasladando visiones y planteamientos etnocéntricos. Por supuesto, sin olvidar que en los países pobres hay que llevar a cabo acciones de desarrollo y cooperación, como un imperativo moral y compromiso humano, con independencia de que existan migraciones, acuerdos migratorios o procesos de retorno de los inmigrantes, sin condicionarlas a nuestros intereses o a nuestras políticas internas, como se viene haciendo cada vez con mayor intensidad. Las remesas de divisas 4 y su capacidad de transformación global 4 La extensión del proceso de globalización en las últimas décadas ha coincidido con la generalización de las migraciones en todo el mundo. Se ha originado así una dinámica imparable, con amplias repercusiones en la configuración de los sistemas económicos y sociales contemporáneos. Y una de las consecuencias de mayor impacto de estas migraciones masivas son las importantes remesas de divisas que los inmigrantes envían de forma periódica a sus países de origen, 11 que han registrado un crecimiento espectacular y están contribuyendo a sacar a muchos países de la pobreza, dado que estos países están logrando cauces financieros de gran relevancia al margen de las instituciones y mecanismos convencionales. Todo ello está transformando la economía internacional. Los envíos de remesas deben ser entendidos como la traducción de un compromiso personal de los propios inmigrantes con sus países de origen. Son muchos los indicios que evidencian que para muchos inmigrantes, la posibilidad de enviar periódicamente dinero a sus familias con el fin de aliviar las penosas condiciones en las que sobreviven es uno de los motivos principales para trasladarse. 12 De esta forma, al tiempo que crecen las migraciones en el mundo, aumentan de forma gigantesca las remesas de los inmigrantes, que han pasado de poco más de millones de dólares en 1970 a más de millones en 2003 (Banco Mundial, 2004a), aunque si se llegaran a contabilizar las remesas enviadas por cauces informales, esta cifra podría llegar a triplicarse, tal y como reconoce el propio Banco de España. A escala mundial, las remesas de divisas significan una de las mayores fuentes de recursos económicos para los países en desarrollo, al representar el doble de la ayuda al desarrollo mundial, y una cantidad diez veces superior a las transferencias netas de capital privado: «Medidas en términos netos, las remesas son el principal ingreso en divisas de casi 90 países del mundo. A escala global, las remesas son hoy el principal vehículo para trasladar recursos económicos de los países ricos a los países pobres» (Moré, 2005). Tengamos en cuenta 6

7 Carlos Gómez Gil Cuadro 1 Crisis económica, política monetaria y migraciones en Ecuador Nuevas vías para el codesarrollo en la cooperación descentralizada Ecuador es un magnífico ejemplo del peso que tiene la globalización en los gigantescos procesos migratorios que se están desencadenando en la actualidad. Según datos del Banco Central de Ecuador, 2,5 millones de ecuatorianos emigraron en los años recientes, lo que constituye el 16% de toda la población y el 31% de la población laboralmente activa, en lo que ha sido una respuesta a la profunda crisis del país en todos los órdenes (social, político, económico, monetaria, productivo). En los últimos años, a medida que avanzaban diferentes programas de reforma económica y productiva impuestos por los organismos financieros internacionales, se generaba una profunda descomposición en la estructura agraria del país, que empujaba a grandes capas de la población a abandonar sus producciones tradicionales y trasladarse a las ciudades, conformando un sector de desocupados crónicos cada vez mayor, arrojado a las economías informales. El proceso se ha caracterizado por los siguientes aspectos: Se han sustituido los cultivos para favorecer la agricultura de exportación, con vistas a captar divisas con las que afrontar los vencimientos de la deuda externa y asumir nuevos créditos para los grandes empresarios. Numerosos obreros han perdido sus trabajos como consecuencia de los procesos de liberalización industrial y de sustitución de producción, así como por las privatizaciones. Simultáneamente se ha producido un desmantelamiento de los servicios públicos y los escasos subsidios, limitándose el acceso al crédito para los pequeños productores. La subsistencia básica es cada vez más difícil. A la vista de la situación, cada vez más adultos ven en las migraciones el único recurso para obtener ingresos para ellos y sus familias. Numerosos niños, mujeres y ancianos dependen de los ingresos recibidos por sus familiares del exterior, ante el abandono de los programas de apoyo social básico, en forma de bonos solidarios, desayunos escolares, comedores populares, etc., que han sido clausurados. Pero para migrar, muchas personas hipotecan lo poco que tienen, sus casas o tierras, incluso a sus familiares, asumiendo préstamos en condiciones abusivas por cantidades muy elevadas para poder sufragar el viaje y la estancia en los países de llegada, lo que las sitúa en condiciones de extrema vulnerabilidad, en manos de mafias o de empresarios que abusan de ellos, o abocados a la prostitución o a diversas actividades delictivas cuando carecen de posibilidades para obtener permisos de trabajo. La mayor crisis económica del país en sus últimos treinta años explotó en los años 2000 y 2001 como consecuencia de la dolarización de la economía, que generó inflaciones anuales del 100%, con tasas de desempleo del 80% en las ciudades, mientras que los escasos afortunados que contaban con empleo apenas obtenían un sueldo medio de 131 dólares al mes, con el que ni siquiera podían comprar los alimentos esenciales. Pero las desgracias nunca vienen solas, y junto a una devastadora crisis económica se suceden las crisis políticas de gobiernos que tratan de asegurar los intereses de las empresas y multinacionales norteamericanas con intereses en los recursos y el petróleo del país, todo ello en medio de una corrupción generalizada, que desencadena inestabilidad y descontento social, especialmente en los sectores indígenas campesinos, abandonados, discriminados e históricamente olvidados. La crisis del Estado en Ecuador coincide así con el avance de un modelo económico y político de carácter neoliberal que ha tratado de salvaguardar los intereses de los grupos económicamente poderosos. Con ello, los sectores rurales han sido los más afectados por el avance de la globalización, las políticas de privatización, los acuerdos de apertura comercial, las medidas de disciplina económica, las inversiones especulativas, la liberalización salvaje de sectores agropecuarios que no estaban preparados para ello, así como el abandono de la agricultura, incapaz de acceder incluso al agua de riego, al tiempo que los cauces de comercialización tradicionales son abandonados en beneficio de nuevas empresas transnacionales. Por si fuera poco, la presión de los grandes productores agrícolas, que apuestan por la producción de transgénicos, junto con los acuerdos regionales como el ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) o el TLC (Tratado de Libre Comercio), que perjudican aún más los circuitos comerciales tradicionales, agravan con creces esta situación sin salida. En este escenario, cuando un 50% de los habitantes dependen directamente de las divisas recibidas por los inmigrantes del exterior, que les proporcionan hasta el 40% de los ingresos familiares totales, sin oportunidades ni expectativas, y cuando los ingresos obtenidos por los trabajadores apenas permiten el autosustento, el regreso de los inmigrantes es pura utopía, y el margen para el codesarrollo es francamente estrecho, por lo que deben analizarse con sumo cuidado y respeto las iniciativas que se vayan a poner en marcha. Fuente Elaboración propia a partir de Buendía (2004). que las remesas de divisas constituyen la fuente más estable de recursos para estos países: son más seguras que los volátiles flujos de capital, dado que permanecen en el país y además son regulares y continuas, y no están condicionadas por los ciclos económicos. Tampoco están limitadas por los programas impuestos por las instituciones internacionales, ni están sujetas a onerosas devoluciones en términos de pago de principal e intereses; así no existe el peligro de la repatriación de beneficios, como sucede con las inversiones extranjeras. Por si fuera poco, las cuantiosas remesas de divisas que los inmigrantes envían a sus países de origen se destinan esencialmente a ayudar a las familias en su subsistencia y desarrollo social, mediante la financiación de pequeños negocios o el pago de deudas de viajes, por lo que tienen una utilidad directa para las economías nacionales. De esta forma estimulan el consumo interno y proporcionan recursos para la inversión. De ahí que las migraciones sean un factor directo de desarrollo, pues contribuyen a la mejora del nivel de vida de millones de personas. Y España no es ajena a este proceso, en la medida en que la inmigración ha crecido también de forma significativa y se ha convertido en un componente esencial de la sociedad. Así, el volumen total de dinero que los inmigrantes envían a sus países alcanzó en el año 2004 los millones de euros, según datos recogidos en la Balanza de Pagos de España el documento contable que registra todas las transacciones de un país con el resto del mundo, en su apartado de saldo en cuenta corriente y en el capítulo de transferencias (véase la tabla 1). Tengamos en cuenta que desde España parte el 3,18% de todas las remesas del mundo, lo que lo convierte en el octavo emisor mundial, 13 mientras que en 1990 esa misma cantidad apenas representaba el 0,3%. Al mismo tiempo, muchos países necesitan estas remesas para mantener su economía y sociedad, 7

8 Cuaderno 72 Tabla 1 Evolución del envío de remesas de divisas por los inmigrantes a sus países desde España, Concepto Número total de extranjeros residentes en España Comunitarios Extracomunitarios Volumen total de divisas enviadas 312 millones de euros millones de euros por los inmigrantes desde España ( millones de pesetas) ( millones de pesetas) Fuente Elaboración propia a partir de datos de la Balanza de Pagos del Banco de España y de datos del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales. como sucede con Marruecos, que cada año recibe desde España más de 300 millones de euros en este concepto. La mayor parte de los inmigrantes regularizados (en torno al 90%) envían dinero periódicamente a sus familias, pero también muchos inmigrantes sin papeles lo hacen, ya que al trabajar en economía sumergida, obtienen ingresos con los que poder mantener a sus familias o ir pagando parte de las elevadas deudas que muchos de ellos mantienen con las redes encargadas de traerlos hasta España. Sólo los inmigrantes latinoamericanos procedentes de los tres países con mayor número de inmigrantes en España Ecuador, Colombia y República Dominicana transfirieron a sus países en el año 2002 recursos por un valor de 706 millones de euros y, de entre ellos, las remesas de los ecuatorianos ascendieron a 385 millones de euros. Al mismo tiempo, la relevancia económica y financiera de estos flujos económicos está convirtiendo a los inmigrantes en apetecibles clientes para las entidades bancarias españolas, que hasta hace poco carecían de servicios específicos para ellos. La práctica totalidad de los bancos y cajas de ahorro han puesto en marcha servicios financieros dirigidos específicamente a los inmigrantes sobre todo para facilitar el envío de las remesas a sus países de origen y a sus familiares, pudiendo captar así una parte de sus ahorros. Tengamos en cuenta que buena parte de estos envíos son remitidos a través de las entidades emisoras, ajenas a los bancos tradicionales, razón por la cual muchas entidades bancarias se han lanzado a una auténtica bancarización de los inmigrantes, un apetecible mercado en crecimiento, a través de actividades y programas carentes en muchas ocasiones de criterios pero con un cierto barniz social, con el único propósito de aumentar su cartera de clientes. Ahora bien, existe en los últimos tiempos un preocupante interés por parte de las instituciones multilaterales, financieras y bancarias, así como de los propios gobiernos de los países emisores de inmigrantes, por controlar estas ingentes cantidades de dinero. En un reciente informe sobre las migraciones y el desarrollo, el Comité de Desarrollo Internacional de la Cámara de los Comunes del Reino Unido reconoce que «la migración puede propiciar el desarrollo, pero se observa una falta de reflexión y conocimiento sobre los planos nacional e internacional, así como una cierta resistencia a relacionar ambas cuestiones». 14 A pesar de la importancia de estos flujos financieros, no existe ningún organismo internacional que se encargue de velar por su buen funcionamiento, ni un código de buenas prácticas que regule la correcta aplicación de los recursos y su gestión. Tengamos en cuenta que desde el 11 de septiembre de 2001 son cada vez más los gobiernos y organismos que han colocado estas remesas en su punto de mira, más por razones de seguridad que por su impacto económico y de desarrollo. 15 Pero las grandes instituciones multilaterales se han dado cuenta de la extraordinaria importancia de unos recursos económicos que salen de su influencia. De esta forma, distintos organismos, desde el Departamento del Tesoro estadounidense, hasta el G-8 y el presidente Bush, pasando por el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, han fijado recientemente su atención en las remesas de los inmigrantes, acordando un Plan de Acción 16 para mejorar el conocimiento sobre éstas y los procedimientos de contabilización; aunque en todo ello late el deseo de tratar de influir al máximo en unos recursos económicos tan apetecibles como gigantescos. No obstante, en distintos ámbitos internacionales se empieza a plantear la necesidad de acordar unas medidas comunes que regulen las remesas, 17 a través de una mejora de los procedimientos de información y contabilización de las mismas, considerando sus efectos en el desarrollo, fomentando su empleo productivo, estimulando la competencia entre los distintos proveedores de servicios de envío, instaurando prácticas innovadoras sobre su buen uso y especialmente reduciendo el coste de las transacciones, que en estos momentos es muy elevado. Así, en España la comisión media se sitúa en un 15% de su valor total, de forma que, si se redujera en cinco puntos, los inmigrantes dispondrían de unos 200 millones de euros más, lo que sin duda permitiría aumentar el impacto de su esfuerzo económico. Los países receptores de estas remesas tienen ante sí una oportunidad crucial para mejorar su situación económica y obtener una mejor posición internacional. Deben saber aprovechar la situación y avanzar hacia la consolidación de un entorno económico favorable, generando inversiones productivas e infraestructuras básicas con este ingente volumen de recursos suplementarios, dotados de una formidable capacidad de transformación social. Pero faltan experiencias novedosas que permitan encontrar cauces para utilizar de forma provechosa estos recursos a favor del desarrollo de comunidades y poblaciones. Es fundamental respetar la responsabilidad última de los inmigrantes y sus familias, y las instituciones políticas, bancarias y financieras que tratan de introducir a los inmigrantes en los circuitos mercantiles, pasando a disponer de sus recursos para obtener liquidez y realizar inversiones especulativas deben actuar con extraordinario cuidado. En algunas de las manifestaciones que se escuchan procedentes de organizaciones no gubernamentales sobre las remesas de los inmigrantes, falta más respeto y sobra el deseo de sumergir a los inmigrantes y sus familias en los mecanismos más severos del capitalismo financiero occidental. 18 Finalmente, muchos de los discursos que se están desplegando para elogiar la capacidad instrumental de estas remesas para acabar con la pobreza parecen más encaminados a eliminar responsabilidades instrumentales políticas e institucionales que a ofrecer transformaciones sustanciales para mejorar el acceso de los más desfavorecidos a bienes públicos globales y aumentar el compromiso activo de gobiernos e instituciones en la erradicación de la pobreza. Queda todavía mucho camino por recorrer para generar fórmulas nuevas destinadas a crear riqueza y desarrollo en relación con estos ingentes recursos económicos. 8

9 Carlos Gómez Gil Las olvidadas de siempre: 5 las mujeres inmigrantes en el codesarrollo En los últimos años, y de forma particular tras la Cumbre Mundial de las Naciones Unidas sobre la Mujer en Pekín en 1995, 19 se ha ido tomando conciencia de la necesidad de reconocer la enorme contribución de la mujer al desarrollo, así como de eliminar las gigantescas desigualdades históricas que aún persisten en las relaciones entre hombres y mujeres, con el fin de avanzar hacia un mundo más equitativo. 20 Desde entonces, con algunas luces y no pocas sombras, la dimensión de género ha ido tomando fuerza en las políticas de cooperación para el desarrollo, de modo que ha ido ganando terreno la idea de que las mujeres deben desempeñar un papel crucial en los diseños estratégicos llevados a cabo. Bien es cierto que, en muchos casos, esta dimensión de género ha servido para incrementar aún más las responsabilidades y cargas que ya soportan las mujeres (como sucede en el caso de los microcréditos), manteniéndolas en áreas marginales de la economía al tiempo que se las obliga a responsabilizarse del suministro y mantenimiento de bienes esenciales para ellas, sus hijos y sus familias. Una vez más, los discursos y las buenas palabras hacia las mujeres en las políticas de desarrollo no se han correspondido con los hechos, aunque no se puede negar la creciente presencia de toda una nueva arquitectura dialéctica y conceptual sobre la mujer dentro y fuera de nuestro país, algo que podemos encontrar en los niveles internacionales y multilaterales, nacionales y descentralizados, tanto en el ámbito público como en el privado. No obstante, resulta muy llamativo que las políticas de codesarrollo, que están experimentando un notable ascenso en toda España, vuelvan a marginar una vez más a la mujer, sin que existan reflexiones, propuestas o proyectos sustantivos en esta materia. Debemos por tanto desandar un camino ya recorrido, apelando a la necesidad de otorgar a la mujer el espacio que realmente tiene, también en las políticas de codesarrollo que se están empezando a construir en España. Feminización de los procesos migratorios Nuevas vías para el codesarrollo en la cooperación descentralizada La mayor presencia y visibilidad de la mujer en las migraciones internacionales adquiere una dimensión relevante en los procesos migratorios contemporáneos, no sólo desde una perspectiva cuantitativa o numérica, sino en virtud de las significaciones nuevas que aporta la mujer por su papel en la familia y como madre, por su presencia en el mundo laboral, por su autonomía personal, por las situaciones de abuso y explotación específicas que sufre, y por su componente sexual. Éstos y otros muchos aspectos ser tenidos en cuenta porque están dando lugar a situaciones novedosas a las que necesitamos dar respuesta. Las mujeres a veces llevan a cabo sus proyectos migratorios en soledad, otras veces mantienen un estrecho vínculo con sus familias en los países de origen, enviándoles periódicamente dinero para su sustento, y en cada vez más ocasiones se acompañan de sus esposos e hijos, o los reagrupan posteriormente. En muy pocos años las mujeres se han convertido en agentes directos de los procesos migratorios, abandonando sus países de origen para insertarse de lleno en el mercado laboral e iniciando una nueva vida. Ello no es casual, en la medida en que las mujeres sufren en primera persona el huracán de pobreza que sacude sus países: las catástrofes naturales, las penurias económicas, los procesos de empobrecimiento masivo, las crisis políticas, las guerras, las crisis económicas y financieras, las reformas económicas y estructurales, y, en definitiva, la falta de oportunidades, afectan en mayor medida a las mujeres, que ven en la emigración una salida a situaciones dramáticas y desesperadas que tocan por lo general a familias enteras. Son precisamente las mujeres quienes sustentan con su trabajo, su esfuerzo y sus cuidados buena parte de las unidades familiares en los países del Sur, como proveedoras de recursos esenciales. A medida que han crecido las migraciones, las mujeres han adquirido un mayor protagonismo, al desplazarse de forma autónoma para iniciar proyectos migratorios que tienen en el trabajo un eje fundamental. Pero estas migraciones son cada vez más poliédricas, en sus itinerarios y en sus repercusiones, lo que hace patente toda la riqueza, pero también la vulnerabilidad en la que se encuentran las mujeres. En España, de 1991 a 2001 las mujeres extranjeras aumentaron un 417%, un crecimiento que no ha ido acompañado de una mayor visibilidad ni presencia en las políticas migratorias. Como algunas autoras han señalado acertadamente, «la situación de las mujeres inmigrantes permite identificar un trasvase de desigualdades de clase y etnia entre las propias mujeres» (Solé, 1995). Las mujeres viven así una triple discriminación, por clase social, por etnia y por género. El fenómeno de la globalización tiene repercusiones evidentes en todos los planos sociales, económicos y de nuestra convivencia. Algunas de ellas son positivas, pero también hay otras muchas consecuencias dramáticas, como la generación de un mercado de personas sujeto a explotación, especialmente de mujeres vulnerables, cada vez de menor edad, que proceden de los países más pobres. La dimensión de pobreza es particularmente importante para comprender el funcionamiento de estas redes de tráfico de personas y también el tratamiento y las respuestas que los países ricos estamos dando a estas cuestiones. Nuestra sociedad está convirtiendo a muchas mujeres en simples mercancías, sobre las que proyecta distintas manifestaciones de consumo: productos de uso sexual, mano de obra barata, servidoras sumisas de esposos que se niegan a perder su papel ancestral, o simples compradoras de una sociedad de consumo que trata de transformar a la mujer en esclava de productos superfluos. Todo ello hace que las mujeres inmigrantes constituyan un colectivo especialmente vulnerable, sujeto a innumerables situaciones de maltrato doméstico y familiar, explotación y abuso, y a una vulneración de sus derechos básicos en los terrenos personal, laboral, educativo, sanitario, relacional o sexual. Se trata de un colectivo al que urge dedicar una atención especial, por la envergadura de los problemas que le afectan y la particular indefensión en la que se encuentra, además de por las especiales circunstancias que inciden en las mujeres. La innegable importancia de la mujer inmigrante en toda España se ha materializado en una mayor presencia y visibilidad social y económica: miles de mujeres inmigrantes están desempeñando una inestimable labor, no sólo como trabajadoras, sino también como cabezas de familia, madres y suministradoras de sustento económico y material para los suyos, en los procesos de reagrupación familiar, así como por la relación fundamental que mantienen con sus comunidades y países de origen. Pero esta presencia creciente e incontestable ofrece también aspectos enormemente preocupantes: a las dificultades que tienen que afrontar en tanto que mujeres se les añaden el sufrimiento, la dureza y las penalidades que deben soportar por su condición de inmigrantes (véase el cuadro 2). En definitiva, existen un sinfín de particularidades específicas para las mujeres inmigrantes que viven entre nosotros y que con frecuencia se nos escapan. Todas estas cuestiones suponen un magnífico punto de partida para construir codesarrollo con todas ellas, de manera que puedan enriquecer sus comunidades de origen, aldeas, pueblos, barrios y ciudades, donde muchos de estos aspectos también están muy presentes o son reproducidos por aquellas mujeres que deciden regresar. 9

10 Cuaderno 72 Cuadro 2 Algunos problemas específicos de las mujeres inmigrantes Sus ocupaciones se ven con frecuencia relegadas a nichos laborales y ocupacionales, donde desempeñan trabajos en condiciones extremadamente precarias (por ejemplo, todos los empleos de proximidad, tales como empleadas de hogar internas y externas, limpieza y ayuda a domicilio, cuidado y acompañamiento de ancianos, menores y enfermos, así como tareas agrícolas). En la medida en que su sueldo les resulta esencial para el sustento suyo y de sus familias, muchas se ven obligadas a admitir trabajos indignos, mal retribuidos o en los que se producen numerosos abusos, y en la mayoría de los casos sin contrato legal de trabajo. Ante la extrema dificultad o imposibilidad de regularizar su situación y obtener permisos de residencia y trabajo, viven en una permanente incertidumbre y angustia, lo que facilita aún más las situaciones de explotación y abuso, ya que se las chantajea a cambio de sus papeles (ya sean permisos de residencia o de trabajo). El aumento de redes de prostitución y de tráfico de personas las ha convertido en mercancía valiosa para explotadores y proxenetas, que comercian con ellas para satisfacer la demanda de un mercado de prostitución que ha encontrado en ellas una inagotable fuente de ingresos. La notable actividad social y laboral de las mujeres procedentes de países del Sur en los países de acogida desplaza con frecuencia antiguos roles patriarcales mantenidos por sus maridos, que renuncian a perder sus privilegios al tiempo que pretenden vivir cómodamente en las sociedades occidentales. Los procesos de migración y su dureza descomponen familias enteras, y de este modo añaden un sufrimiento extraordinario a muchas madres, que mantienen a sus familias lejos o tienen que enviar dinero a sus hijos y familiares en sus países de origen. Fuente Gómez Gil, 2005b. La dimensión de género en el codesarrollo En la medida en que la mujer se ha situado por mérito propio en el lugar destacado que ocupa en los procesos migratorios, estamos obligados a reconocer esta realidad, con el fin de no reproducir patrones de desigualdad y discriminación que han empujado a muchas mujeres a abandonar sus países de origen. Y no estamos únicamente apelando a su visibilidad, sino a algo mucho más importante, como es su capacidad para intervenir en los procesos decisorios que sobre estas políticas se efectúen, tanto en los países receptores, donde se diseñan buena parte de las estrategias de codesarrollo, como en los emisores, donde se proyectan iniciativas de desarrollo. 6 El 6 codesarrollo en la cooperación descentralizada Las migraciones afectan especialmente a nuestras ciudades y pueblos en la medida en que los grupos humanos que salen de sus países pertenecen a un espacio territorial concreto y se insertan en otro espacio geográfico nuevo, lo que provoca cambios de notable relevancia, tanto en los lugares de salida como en los de acogida. Se producen así importantes reajustes demográficos, laborales, económicos, productivos, familiares, culturales, educativos, participativos, habitacionales y de consumo que tienen costes y beneficios en el espacio local de distinta naturaleza. Y es precisamente en este ámbito municipal donde se pueden y deben plantear estrategias de intervención inmediatas, efectivas y participativas en materia de codesarrollo. Son abundantes los ejemplos de ciudades, comunidades autónomas e instituciones que están emprendiendo nuevas actuaciones en la cooperación descentralizada a través del codesarrollo, en un camino que no ha hecho más que iniciarse: Logroño, Cataluña, islas Canarias, Fons Català de Cooperació al Desenvolupament, etc. Y uno de los efectos inmediatos ha sido la ampliación de los horizontes en los que se encontraba encajonada una parte de la cooperación descentralizada: se ha empezado a contar con los colectivos que han surgido en los últimos años en pueblos y ciudades, y se ha incorporado de forma activa a los destinatarios de las actuaciones previstas en las comunidades del Sur. Con ello se están explorando nuevos espacios de participación activa en diferentes escalones, como ayuntamientos, colectividades, comunidades, asociaciones, familias, aldeas, etc., generándose así dinámicas novedosas y muy efectivas desde la perspectiva del desarrollo que conllevan en muchos casos nuevas alianzas y compromisos. Los inmigrantes construyen mezquitas en sus lugares de origen, y piden que en ellas también se abran escuelas; se financian dispensarios médicos, donde se atienden patologías prevalentes y a grupos sociales prioritarios; se instalan sistemas de riego y cooperativas agrícolas, que a cambio tienen que ser cuidados y mantenidos por sus usuarios; se abren nuevas vías de financiación, que son controladas por las propias comunidades; se instalan pozos y sistemas de potabilización, que son atendidos por las mujeres; se incorporan servicios y recursos específicos para mujeres, niños y ancianos, que hasta hace poco estaban desatendidos. Por eso es tan importante abandonar las visiones estrechas del retorno, como condición imprescindible y restrictiva en las políticas de codesarrollo. Promover el retorno del inmigrante sin garantizar unas condiciones de vida y unas perspectivas de futuro, es una vuelta al sedentarismo sin horizontes que no es compatible con el mantenimiento de su función como agente de desarrollo. Como acertadamente señalan algunos autores, «no se puede ignorar el fracaso de las iniciativas que centraban buena parte de las estrategias de codesarrollo en incentivar un modelo de inmigración basado en el retorno obligatorio, una lección que conviene no olvidar» (Ramón Chornet, 2004). Por lo tanto, es preciso separar el regreso de aquellos inmigrantes que así lo piden, 21 de los programas de codesarrollo, en los que bajo ningún concepto deben establecerse exigencias de retorno, como hacen algunas ONG, ayuntamientos y comunidades autónomas que tratan de poner en marcha estas iniciativas. Para todo ello, es importante que los ayuntamientos asuman progresivamente más competencias en materia de política migratoria, en la medida en que son a fin de cuentas los que reciben de forma directa las migraciones y están suministrando los dispositivos básicos para la convivencia. Esto pasa por contar con mayor disponibilidad, capacidad y formación (además de recursos, lógicamente), superando la barrera que numerosas localidades han puesto frente a los inmigrantes y que les lleva a ver con distancia cuando no con recelo o incluso con desprecio todo lo relacionado con ellos, como si de invasores se tratara. 10

11 Carlos Gómez Gil Cuadro 3 Estrategias Nuevas vías para el codesarrollo en la cooperación descentralizada Estrategias de intervención de la cooperación descentralizada para actuar en codesarrollo Procesos, consecuencias y riesgos Generar procesos de consolidación social Promover la participación activa y el compromiso social y ciudadano Mejorar la formación y la toma de conciencia Implicar social y económicamente a colectivos y entidades ciudadanas Generar dinámicas de convivencia, integración y autonomía personal de los inmigrantes como sujetos de derecho, eliminando las bolsas de marginalidad y precariedad extrema y proporcionando recursos normalizados para todo ello. Análisis de casos. No es posible crear dinámicas de codesarrollo si se mantienen situaciones de marginación y exclusión con los inmigrantes de nuestras ciudades. Por ello, es esencial trabajar en procesos de consolidación social de este colectivo, y así lo han entendido algunas organizaciones. En Valencia, la asociación ecuatoriana Inti-Ñan, junto con la Asociación para la Cooperación con el Sur (ACSUR)-Las Segovias, han ideado una estrategia de trabajo que interviene con carácter previo en los condicionantes que existen en España para que la población ecuatoriana indígena que forma parte de este proyecto pueda eliminar los problemas identitarios por los que han sufrido discriminaciones en su país de origen y que en muchos casos se mantienen también en los países de acogida (véase el cuadro 4). Trabajar activamente para que los inmigrantes y sus comunidades asuman un mayor compromiso social y cívico en sus pueblos y ciudades saliendo de la invisibilidad en la que con frecuencia se encuentran, e identifiquen estrategias e intereses comunes. Análisis de casos. Una de las claves y al mismo tiempo de los puntos más complejos de los procesos de participación activa es el asociacionismo de inmigrantes, que es extraordinariamente contradictorio y deficiente. La ausencia de dinámicas asociativas fuertes en los países de origen, los intentos de dirigismo por parte de embajadas, instituciones gubernamentales y grupos dominantes, su polarización en núcleos familiares, así como los esfuerzos de numerosas instituciones por tener unas asociaciones dóciles, obedientes y fácilmente manipulables, están dibujando un panorama muy preocupante. En la Comunidad de Madrid se hizo público el caso de ALIDO (Asociación Latinoamericana de Emigrantes 12 de octubre), una entidad que había llegado a un acuerdo con sus socios para apoyar y promocionar las políticas de gobierno del Partido Popular en la Asamblea de Madrid, remitiendo cartas con el membrete y el programa de este partido entre sus asociados, a cambio de una subvención de euros. Casos similares se han registrado también en la Comunidad Valenciana, con una asociación de inmigrantes de países del Este creada artificialmente por su Consell, que ha recibido las subvenciones más elevadas de toda la comunidad y ha sido designada miembro del Foro Valenciano de la Inmigración, a pesar de su reciente creación y nula actividad. Como contrapartida, esta asociación ha contratado a varios familiares de altos cargos de la Generalitat para trabajar en la asociación con cargo a las subvenciones recibidas de la misma institución. Proporcionar a los inmigrantes que participan en acciones de codesarrollo un mayor conocimiento y formación en todas las cuestiones sobre las que van a intervenir, de una manera muy particular para poder comprender los procesos de pobreza y desarrollo global así como las dinámicas de cooperación al desarrollo. Análisis de casos. Es cierto que los inmigrantes son magníficos conocedores de sus comunidades de origen, pero a veces son incapaces de vincular causas y consecuencias en los complejos procesos económicos y sociales de hoy en día. Por ello, es fundamental que aquellos inmigrantes y asociaciones que van a intervenir en acciones de codesarrollo puedan tener una formación básica que les proporcione herramientas de trabajo y de comprensión. El Fons Català de Cooperació al Desenvolupament ha llevado a cabo interesantes acciones de formación e información previas con los actores que intervienen en los proyectos de codesarrollo, consistentes en unos cursos de formación especializada en los que se aborda el conocimiento del contexto nacional y local de los países de procedencia, los actores e instrumentos de cooperación, las dinámicas de descentralización, etc. En estos cursos participan activamente organizaciones y técnicos municipalistas. Garantizar que las acciones de codesarrollo sean complementarias con las de inmigración y cooperación al desarrollo, en lugar de ser excluyentes o antagónicas, en cualquiera de los niveles en los que se planteen. Análisis de casos. Algunas iniciativas de codesarrollo reciben este nombre simplemente porque se realizan en el extranjero y plantean emprender acciones con inmigrantes en potencia. Sin embargo, esto no es más que cooperación internacional para el desarrollo. Así, la creación de un vivero de plantas en Kandame (Senegal), que lleva a cabo una importante ONG española con la financiación de la Junta de Extremadura, con el propósito de mejorar la formación y sustituir las importaciones de productos agrícolas en la región, no puede considerarse codesarrollo, en la medida en que no existe participación previa de ninguna comunidad de inmigrantes senegaleses en España. Estaremos hablando, por tanto, de un proyecto en el campo de la cooperación para el desarrollo. (continúa) 11

12 Cuaderno 72 Intervenir mediante dinámicas transversales Tener precaución con los paternalismos o indigenismos mal entendidos, así como con intereses de otra naturaleza Enriquecer las iniciativas de codesarrollo con la participación activa de otros sectores profesionales que están trabajando de forma activa con la población inmigrante y poseen una valiosa experiencia de enorme utilidad para mejorar las condiciones de vida y el bienestar de las comunidades de origen. Análisis de casos. Las vías para mejorar la participación activa de asociaciones y colectivos con las comunidades de inmigrantes son mucho más amplias de lo que habitualmente se cree. Es importante explorar caminos distintos de los habituales, por ejemplo, el religioso. En Alicante existe una pionera «Mesa interreligiosa», formada por todas las comunidades religiosas de la ciudad (católica, islámica, judía, baha i, Iglesia cristiana ortodoxa, evangélica, reformada episcopal, vaisnavismo, budismo zen, budismo tibetano y Asociación Espiritual Mundial Brama Kumaris), que ha permitido generar un espacio de encuentro e intercambio que va más allá de lo espiritual. Se ha convertido en un lugar de intercambio y de trabajo en común para otras muchas iniciativas, donde las distintas comunidades de inmigrantes cuentan con interlocutores. Cuidar que la complejidad de los procesos migratorios no se distorsione con visiones simplistas, desvirtuadas o paternalistas, o que se produzcan apropiaciones interesadas del concepto de codesarrollo. Análisis de casos. La emergencia del codesarrollo está llevando a una cierta carrera por anunciar iniciativas de distinta naturaleza bajo este concepto, a pesar de que muchas de ellas carecen de los requisitos básicos para que puedan ser denominadas como tales. Así, entre las estrategias financieras de numerosos bancos y cajas de ahorro está el identificar a los inmigrantes como un sector prioritario al cual dirigirse para captar mayor mercado y más recursos. Para ello, dicen en sus documentos promocionales que promueven iniciativas de codesarrollo, si bien en alguna entidad éstas se limitan a proporcionar hipotecas a inmigrantes y concederles microcréditos. La novedad de los microcréditos está llevando también a algunas ONG a ofrecerlos como instrumentos de codesarrollo, sin que en realidad lo sean. Fuente Elaboración propia. Los agentes descentralizados deben tener entre sus competencias el diseño de los programas de atención, intervención, integración y codesarrollo, para lo cual han de incorporar las políticas migratorias en las acciones municipales, como ya hicieron más de mil ayuntamientos en la década de los noventa con las políticas de cooperación descentralizada instauradas en aquel entonces, que han introducido frescor, cambio y dinamismo en la política española de ayuda al desarrollo. Ayuntamientos, comunidades autónomas y diputaciones deben definir planes de acción junto con los inmigrantes asentados en sus localidades, con el propósito de establecer e intensificar las relaciones con los gobiernos y comunidades de procedencia a través de un diseño planificado desde la perspectiva del desarrollo local. Se trata de combinar la dimensión comunitaria y la asociativa. Y en la medida en que en muchos barrios y ciudades empiezan a surgir experiencias de autoorganización en los inmigrantes de un cierto interés, su vinculación con los espacios locales (a través de asociaciones, ayuntamientos, instituciones públicas, entidades económicas y vecinales) puede también permitir nuevas alianzas ciudadanas de desarrollo y estrategias que refuercen los vínculos con las regiones y comunidades de procedencia. Tengamos en cuenta los impactos que ello produce en los comportamientos y compromisos de los inmigrantes, que se ven obligados a asumir redes asociativas estables y con una mínima estructura participativa, y con ello adquieren un papel cada vez más relevante ante instituciones públicas de todo tipo. Uno de los espacios en los que esas alianzas emergentes pueden encontrar un valioso potencial es precisamente el de la extensión de experiencias de gobernanza en torno al municipalismo, la democracia y el respeto de los derechos humanos. 22 Ahora bien, a los inmigrantes no se les puede pedir que intervengan en esa dimensión comunitaria e institucional inherente al codesarrollo, sin que exista un reconocimiento político e institucional previo, y se eliminen los espacios de exclusión, marginación y vulnerabilidad que se ceban en ellos tan frecuentemente y que subsisten en tantas ciudades y municipios. Éste es un paso previo dentro de una estrategia de intervención más amplia que pasaría por intervenir, entre otros, en los siguientes aspectos (véase el cuadro 3): Apoyar los procesos de consolidación social de las comunidades de inmigrantes en barrios y ciudades, pues partiendo de la precariedad extrema difícilmente podremos avanzar en los compromisos que exigen las acciones de codesarrollo. Es esencial trabajar para favorecer los procesos de convivencia, integración y autonomía personal de los inmigrantes como sujetos de derecho, eliminar las bolsas de marginalidad y sacar a los inmigrantes de todo lo que sean guetos. De ahí que deba avanzarse en que la población inmigrante utilice e intervenga en los recursos públicos normalizados como factor clave para construir el codesarrollo, que se basa precisamente en la reciprocidad. Favorecer el compromiso social creciente tanto dentro como fuera de las asociaciones de inmigrantes, que les permita unir esfuerzos y sistematizar áreas de intervención a partir del conocimiento que tienen de sus países, comunidades, aldeas y pueblos, con el fin de identificar los posibles espacios de desarrollo local. Al plantear las acciones, debe huirse de particularismos privativos o dinámicas e inercias clientelares, tratando de impulsar procesos sociales lo más amplios posible y sumando esfuerzos e intereses, como una labor pedagógica más del codesarrollo. Proporcionar a los inmigrantes un mayor conocimiento de cuestiones de economía, desarrollo, sociedad y política en las comunidades receptoras y emisoras, tanto a escala nacional como mundial, por medio de procesos de formación específicos que faciliten también recursos técnicos y herramientas metodológicas adecuadas. Buena parte de los inmigrantes tienen un profundo desconocimiento tanto de los procesos económicos y sociales globales que en muchos casos han forzado sus migraciones, como del sistema internacional de cooperación y desarrollo en el que pretenden intervenir. Implicar a sectores económicos y sociales locales con las comunidades de inmigrantes que llevan a cabo iniciativas de code- 12

13 Carlos Gómez Gil Cuadro 4 Nuevas vías para el codesarrollo en la cooperación descentralizada El programa Wipala de codesarrollo de la población indígena ecuatoriana en la Comunidad Valenciana Uno de los programas más originales que se están llevando a cabo en la actualidad en materia de codesarrollo es el que promueven en la Comunidad Valenciana la asociación de inmigrantes ecuatorianos Inti-Ñan y la Asociación para la Cooperación con el Sur (ACSUR)-Las Segovias. Estas dos asociaciones percibieron la necesidad de dar una respuesta específica entre la sociedad civil valenciana y las organizaciones inmigrantes a la problemática concreta de la emigración ecuatoriana. El primer paso consiste en conocer los condicionantes de buena parte de la población indígena de este país a la hora de obtener el respeto a su dignidad personal y colectiva. De esta manera se permite a los indígenas conservar su identidad cultural, su propia lengua y sus expresiones artísticas vitales, que ya eran objeto de discriminación en Ecuador y podrían serlo también en los países de acogida, aunque a diferente escala. La presencia de una numerosa comunidad ecuatoriana en esta zona planteó a ACSUD-País Valencià el reto de aproximar sus acciones hacia este colectivo emergente. Se intensificó la relación y el conocimiento mutuo con los numerosos colectivos indígenas ecuatorianos pertenecientes mayoritariamente al pueblo Kichwa Saraguro y procedentes de la provincia ecuatoriana de Loja, y se empezaron a promover distintas iniciativas demandadas por este colectivo en el campo de la multiculturalidad y el ecoturismo. Con ello se pretendía contribuir a la reducción de la pobreza en las comunidades rurales indígenas ecuatorianas a través de una acción coordinada de las organizaciones locales de emigrantes y valencianas, en el marco de una sociedad intercultural que permita el ejercicio pleno de los derechos de ciudadanía a todos sus integrantes. Fruto de este trabajo ha sido el programa Wipala, que apuesta por el respeto y el mantenimiento de la identidad cultural de los inmigrantes, reconociendo la condición de indígenas de la población inmigrante que interviene en las acciones emprendidas. Este programa sirve como elemento de planificación de todas las acciones realizadas en el exterior, y está construido de forma participativa a partir de tres vértices básicos: por un lado, la asociación Inti-Ñan de inmigrantes ecuatorianos, a la que se acompaña desde el inicio de su proceso organizativo, y es por tanto su principal protagonista; el movimiento indigenista ecuatoriano, que se convierte en el socio local principal de las acciones de cooperación para el desarrollo llevadas a cabo; y ACSUD-País Valencià, que asume el papel de promotor de esta participación en las fases de ejecución, seguimiento y evaluación, a partir de su experiencia en el campo de la cooperación internacional. Bien es cierto que esta coordinación está abierta a otras alianzas que puedan establecerse en el futuro para conformar nuevas redes de trabajo. Gracias a esta estructura común de prioridades y objetivos orientados específicamente al campo del codesarrollo, se materializan las demandas y necesidades de los inmigrantes de acuerdo con un enfoque de defensa, promoción y apoyo en el ejercicio de los derechos humanos individuales y colectivos de primera, segunda y tercera generación. Las acciones que se plantean arrancan de dos ejes esenciales: La integración en destino, de manera que los indígenas ecuatorianos residentes en la Comunidad Valenciana encuentren su papel en la vida social, política y económica, contando con los instrumentos y las capacidades para preservar y compartir sus expresiones culturales, entendidas en el sentido más amplio de la palabra. El desarrollo en origen, vinculando las acciones puestas en marcha en el Norte con los procesos de desarrollo iniciados en el Sur, reactivando los lazos comunitarios rotos por las migraciones y posibilitando futuras coordinaciones y acciones en Ecuador, que favorezcan a las comunidades más pobres de este país y contribuyan a superar la situación de discriminación de los pueblos indígenas. A partir de ello se articulan cinco áreas de intervención: Fortalecimiento organizativo de la población indígena ecuatoriana residente en España. Promoción del papel de la mujer y fomento de su participación pública. Defensa y promoción de los derechos básicos de ciudadanía de los inmigrantes. Participación de los emigrantes en acciones de desarrollo en sus comunidades de origen. Sensibilización y educación para un sociedad intercultural. Fuente ACSUD-País Valencià. sarrollo en cualquier ámbito, favoreciendo la mejora de las acciones desde la escala local de las intervenciones. Con ello se evitará el desencuentro creciente que se está produciendo entre la inmigración y las políticas de cooperación descentralizada, que parecen avanzar por caminos divergentes. Potenciar dinámicas transversales para implicar a diferentes áreas institucionales, concejalías, grupos de solidaridad local, que enriquezcan las actuaciones y eviten visiones particularistas y clientelares. En nuestras ciudades, profesores y educadores, médicos y enfermeras, técnicos sociales, sacerdotes y otras muchas personas que ya vienen trabajando y colaborando con los inmigrantes, pueden contribuir de forma provechosa en las iniciativas de codesarrollo. Evitar los falsos paternalismos, así como el realce de los trasnochados indigenismos que se empeñan en ofrecer una visión angelical y desvirtuada de la inmigración, que nada ayuda a la comprensión de un fenómeno tan complejo. La avalancha de actos que se nos presentan como de una supuesta interculturalidad, o el hecho de considerar como codesarrollo todo aquello que se hace con inmigrantes, deterioran extraordinariamente estos espacios de intervención y propician la emergencia de actuaciones carentes de criterios y con frecuencia también de dignidad. Los municipios y comunidades del Sur han demostrado que pueden convertirse en espacios apropiados para la convocatoria y movilización de la sociedad local y la creación de escenarios alternativos para el ejercicio de la democracia participativa, a partir de fórmulas muy variadas, como los sistemas de planificación participativa, los presupuestos participativos, las emisiones institucionales permanentes, los parlamentos locales, las asambleas cantonales, las parroquias, etc. Pero todo ello exige la participación activa, e incluso la complicidad, de los propios destinatarios, en la medida en que muchas de estas iniciativas afectan a cuestiones clave de sus vidas y de sus familias. Los niños no irán a una escuela nueva si las madres no la aceptan y conocen bien desde sus inicios, los ancianos no acudirán a los dispensarios médicos si no tienen garantías de que 13

14 Cuaderno 72 allí les van a atender bien, los hombres no dedicarán esfuerzos a nuevas iniciativas económicas si no están seguros de que van a suponer una mejora real en sus ingresos. El fortalecimiento institucional de todos estos organismos y de sus agentes es, por tanto, un pilar esencial en las estrategias de codesarrollo. 7 Consideraciones 7 finales En España, las políticas de codesarrollo son aún incipientes, con todo lo positivo y negativo que ello tiene. Por un lado, existe una enorme potencialidad todavía sin explorar. Esto nos permite generar modelos propios, a partir de las experiencias de otros países, sean capaces de articular propuestas que tengan en cuenta nuestra realidad migratoria y se vinculen con los espacios emergentes de cooperación, como sucede en el municipalismo. Sin embargo, esta juventud está siendo aprovechada con indisimulado oportunismo para eludir una vez más nuestros compromisos en materia de cooperación internacional, desviando recursos y prioridades hacia intereses de distinta naturaleza de los países receptores de inmigrantes. Hace falta una reflexión serena sobre las metas del desarrollo en el espacio complejo de una globalización cada vez más confusa y sobre nuestras responsabilidades como país donante, que van mucho más allá de unas acciones en materia de cooperación internacional notablemente insuficientes para procurar una mejora sustancial en las condiciones de vida de amplias capas de la población. Al mismo tiempo, debemos evitar la transmisión de una cultura unívoca y unas referencias económicas y culturales dominantes en las iniciativas que se llevan a cabo. Las políticas de codesarrollo deben trascender el corto plazo, las tentaciones de inmediatez y el deseo de mostrar resultados publicitarios, si pretenden generar transformaciones sustanciales en los distintos ámbitos determinantes de las relaciones humanas: colectividades y regiones, gobiernos locales y regionales, asociaciones y organizaciones comunitarias, Estados, etc. Como señala Christophe Daum (2002), «es en el largo plazo en el que se juega el desarrollo de los países de origen y un reparto equitativo de las riquezas mundiales», a través de la búsqueda de espacios de innovación en campos como la participación grupal, la creación de entidades asociativas, el fortalecimiento de redes de apoyo mutuo, la puesta en marcha de nuevas formas de economía social, la gestión de la diversidad cultural, así como los foros interreligiosos y multiconfesionales. Esperemos que en España se comprenda esta exigencia de trascender los numerosos oportunismos que están acechando las incipientes prácticas de codesarrollo, y se entiendan también las enormes potencialidades que se abren a través de la cooperación descentralizada. NOTAS 1. Así sucede con las migraciones procedentes de Malí originarias de zonas fronterizas con Senegal y Mauritania; con las argelinas originarias de Orán, Argel, Mostganem y la Kabilia; con las colombianas del valle del Cauca y del departamento de Antioquia; con las que llegan desde Marruecos procedentes del valle del Souss y del macizo del Atlas; o con las de Nigeria, desde el estado de Edo y el oeste, por señalar algunas de ellas. 2. Una excelente exposición sobre la evolución de las políticas de codesarrollo en Francia puede obtenerse en diferentes trabajos del profesor Thomas Lacroix, de la Universidad de Poitiers (2003 y 2004). En nuestro país, la revista Mugak publicó en su número un artículo de este autor con el título «Estrategias de codesarrollo. Migrantes marroquíes como actores del desarrollo ante los poderes públicos», que es una fuente imprescindible para acercarse a la evolución de estas políticas en Francia. 3. No es casual que los convenios de codesarrollo más importantes firmados por Francia se hayan dirigido hacia países en los que Francia ha mantenido hasta fechas muy recientes una importante presencia colonial, como Marruecos, Argelia, Malí o Senegal. Pensemos que este último país consiguió la independencia de Francia en 1960, Marruecos la obtuvo en 1956 y Argelia en Como el informe Le róle des migrants, élément essentiel d une nouvelle politique de coopération, del Alto Consejo de la Cooperación Internacional Francesa, de 22 de enero de El nombre original del informe es Rapport de bilan et d orientation sur la politique de codéveloppement liée aux flux migratoires. Un autre regard sur l immigration. Disponible en < concerne/codev/nair-rapport.html>. 6. Puede encontrarse un análisis amplio de la evolución del concepto del codesarrollo en diferentes legislaciones españolas en Terrón (2004). 7. «[ ] esta normativa forma parte de un planteamiento global y coordinado en el tratamiento del fenómeno migratorio en España, que contempla desde una visión amplia todos los aspectos vinculados al mismo, y, por ello, no sólo desde una única perspectiva, como pueda ser el control de los flujos, la de integración de los residentes extranjeros, o la del codesarrollo de los países de origen, sino todas ellas conjuntamente». 8. Es cierto que en términos absolutos las migraciones mundiales han aumentado en las últimas décadas, pasando de los 77 millones de emigrantes en 1965 a los 111 en 1990, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones, si bien en relación con la población mundial el porcentaje se ha mantenido prácticamente estable, al haber crecido ésta notablemente en el mismo período. 9. A este respecto, véanse algunas de las reflexiones de Isabel Marín en su artículo «Hacia qué desarrollo?» (2004), donde refleja diversas conclusiones de un trabajo de campo realizado en Marruecos: para referirse a los motivos que les mueven a migrar, muchos inmigrantes utilizan el término Al-Huquq, que puede entenderse como derechos, justicia, existencia de leyes y acceso a un futuro mejor. Incluso se refieren al «mejor trato». 10. «Inmigrantes con billetes de vuelta», El País, 16/08/ Por remesas se entiende la parte de los ingresos que el inmigrante envía desde el país de acogida hasta su país de origen. Bien es cierto que conviene distinguir entre las remesas oficiales que se transfieren a través de los canales bancarios formales y que se registran en las balanzas de pagos y las remesas informales que se envían a través de cauces privados, como amigos o familiares, o son llevadas por el propio inmigrante a su país, sin olvidar también otras redes informales pero de una gran tradición. 12. La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) dispone de diferentes documentos y estudios que exponen esta estrecha relación, especialmente relevante en las grandes migraciones que se han producido en los años más recientes. 13. UNCTAD (Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo), UNCTAD Handbook of Statistics On-line. Disponible en < 1890&lang=1>. 14. 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Para un mayor conocimiento de los procesos de aproximación del capitalismo financiero en los pobres, véase «Una reflexión contradictoria sobre el papel de los microcréditos en la política de cooperación», en Microcrédito y cooperación al desarrollo, Córdoba, Ayuntamiento de Córdoba, 2005 (Colección Trabajos Solidarios, 4), Que tuvo su continuación en Pekín + 5 y Pekín

15 Carlos Gómez Gil 20. Una referencia imprescindible para comprender los profundos factores que inciden en las desigualdades entre hombres y mujeres en las políticas de cooperación es el trabajo de Clara Murguialday, Mujeres y cooperación: de la invisibilidad a la equidad de género, Bilbao, Bakeaz, 1999 (Cuadernos Bakeaz, 35). 21. Y es verdad que cada vez más inmigrantes son conscientes de que ha fracasado su proyecto migratorio, o sus expectativas económicas o laborales, o bien se dan cuenta de que la vida en los países occidentales no es como imaginaban. Tampoco podemos olvidarnos de quienes se ven obligados a volver por problemas familiares graves. 22. Véase a este respecto el trabajo publicado como número 46 de la colección Cuadernos Bakeaz, La cooperación descentralizada en España: motor de cambio o espacio de incertidumbre? (Gómez Gil, 2001). BIBLIOGRAFÍA BANCO MUNDIAL (1998): Assessing Aid. What Works, What Doesn t, and Why? 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Director de la publicación: Josu Ugarte Coordinación técnica: Blanca Pérez Consejo asesor: Martín Alonso, Joaquín Arriola, Nicolau Barceló, Anna Bastida, Roberto Bermejo, Jesús Casquete, Xabier Etxeberria, Adolfo Fernández Marugán, Carlos Gómez Gil, Rafael Grasa, Xesús R. Jares, José Carlos Lechado, Arcadi Oliveres, Jesús Mª Puente, Jorge Riechmann, Juan Manuel Ruiz, Pedro Sáez, Antonio Santamaría, Angela da Silva, Ruth Stanley, Carlos Taibo, Fernando Urruticoechea Títulos publicados sobre políticas de cooperación: 30. Carlos Gómez Gil, Una lectura crítica de la cooperación española. Lo que nunca nos dicen; 33. Roberto Bermejo, Realidades y tendencias del comercio justo; 35. Clara Murguialday, Mujeres y cooperación: de la invisibilidad a la equidad de género; 43. Julián Salas, Hábitat y cooperación en Latinoamérica. Centroamérica antes y después del Mitch ; 45. Gema Celorio, Nuevos retos para la sensibilización sobre el desarrollo; 46. 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Carlos Gómez Gil, Nuevas vías para el codesarrollo en la cooperación descentralizada Diseño: Jesús Mª Juaristi Maquetación: Mercedes Esteban Meriel Impresión: Grafilur ISSN: Depósito legal: BI Suscripción anual (6 números): 14,42 euros Instituciones y suscripción de apoyo: 21,64 euros Forma de pago: domiciliación bancaria (indique los 20 dígitos correspondientes a entidad bancaria, sucursal, control y c/c.), o transferencia a la c/c. 2095/0365/49/ , de Bilbao Bizkaia Kutxa Adquisición de ejemplares sueltos: estos cuadernos, y otras publicaciones de Bakeaz, se pueden solicitar contra reembolso (4,00 euros de gastos de envío) a la dirección abajo reseñada. Su PVP es de 2,40 euros por ejemplar. Bakeaz es una organización no gubernamental fundada en 1992 y dedicada a la investigación. Creada por personas vinculadas a la universidad y al ámbito del pacifismo, los derechos humanos y el medio ambiente, intenta proporcionar criterios para la reflexión y la acción cívica sobre cuestiones relativas a la militarización de las relaciones internacionales, las políticas de seguridad, la producción y el comercio de armas, la relación teórica entre economía y ecología, las políticas hidrológicas y de gestión del agua, los procesos de Agenda 21 Local, las políticas de cooperación o la educación para la paz y los derechos humanos. Para el desarrollo de su actividad cuenta con una biblioteca especializada; realiza estudios e investigaciones con el concurso de una amplia red de expertos; publica en diversas colecciones de libros y boletines teóricos sus propias investigaciones o las de organizaciones internacionales como el Worldwatch Institute, ICLEI o UNESCO; organiza cursos, seminarios y ciclos de conferencias; asesora a organizaciones, instituciones y medios de comunicación; publica artículos en prensa y revistas teóricas; y participa en seminarios y congresos. Bakeaz Santa María, 1-1º Bilbao Tel.: Fax: Correo electrónico: bakeaz@bakeaz.org