MICROFINANZAS PARA MUJERES?, OPCIÓN AL DESARROLLO SOCIAL INTEGRAL. Colaborador: Ramírez Chávez José Serafín

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1 MICROFINANZAS PARA MUJERES?, OPCIÓN AL DESARROLLO SOCIAL INTEGRAL Colaborador: Ramírez Chávez José Serafín

2 Primera Edición Primera Impresión Diciembre del Movimiento Ciudadano, Partido Político Nacional. N de Registro de Derechos de Autor: ISBN: Louisiana No. 113, Esq. Nueva York, Col. Nápoles Deleg. Benito Juárez, C. P , México, D.F. Todos los derechos reservados. Ninguna parte de este documento puede reproducirse o transmitirse bajo ninguna forma o por ningún medio, sin permiso por escrito del titular de los derechos. Hecho e Impreso en México/Printed in México.

3 DECLARATORIA LEGAL Con fundamento en los artículos 17, 53, 54 y 229 de la Ley Federal del Derecho de Autor y para los efectos legales que haya lugar, se hace constar que esta edición es única e independiente de cualquier otra que pudiera realizarse en el presente o en el futuro, por razón de su similitud en el formato, tipo y/o número de páginas, características tipográficas y de diagramación, etc. que no es periódica, quedando limitada esta edición o reimpresión exclusivamente al número total de ejemplares señalados en la página legal de esta obra literaria. E l E d i t o r.

4 ÍNDICE Documento Metodológico INTRODUCCIÓN... I 1.- JUSTIFICACIÓN DE LA IMPORTANCIA DEL TEMA DE INVESTIGACIÓN... XIV 2. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN.... XXXI 3. PLANTEAMIENTO Y DELIMITACIÓN DEL PROBLEMA... XXXII 4. PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN... XXXVII 5. MARCO TEÓRICO Y CONCEPTUAL DE REFERENCIA... XXXVIII 6. FORMULACIÓN DE HIPÓTESIS... XCI 7. COMPROBACIÓN-FALSACIÓN DE LAS HIPÓTESIS (PRUEBAS EMPÍRICAS O CUALITATIVAS)... XCII CONCLUSIONES Y NUEVA AGENDA DE INVESTIGACIÓN... C FUENTES DE INFORMACIÓN... CXIX Reporte de Investigación Introducción Género y Desarrollo Feminización de la pobreza Género y servicios de ahorro El origen de la inequidad El Empoderamiento de la Mujer, un problema de equidad Equidad y Desarrollo, Un Deslinde del Paisaje Las estrategias de inclusión financiera Del micro crédito a las microfinanzas Los mecanismos informales de ahorro Lecciones y retos de los servicios formales de ahorro Las microfinanzas como opción al desarrollo Metodologías microfinancieras... 70

5 La evolución de la microfinanzas Criterios financieros y criterios sociales La crítica a los enfoques tradicionales Las microfinanzas promueven el empoderamiento? Prácticas para el empoderamiento de microfinanzas Definiciones de empoderamiento Servicios prestados a las mujeres La política en acción y el impacto de las microfinanzas Reducción de la pobreza Impacto en las relaciones familiares Erradicación de la violencia de género Movilización y derechos políticos Análisis de los recursos y de las restricciones Salud y Educación Empleo Desarrollo de capacidades productivas y capacitación Debates internacionales y experiencias exitosas Análisis de experiencias exitosas Debates y reflexiones a nivel mundial Experiencia recientes en Microfinanzas Las mujeres empresarias Análisis de casos, América latina Políticas de la agencia de cooperación internacional Conclusiones y la construcción de la agenda Bibliografia

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7 MICROFINANZAS PARA MUJERES?, OPCIÓN AL DESARROLLO SOCIAL INTEGRAL Documento Metodológico

8 INTRODUCCIÓN La investigación titulada Microfinanzas para mujeres?, opción al desarrollo social integral tiene como objetivo general estimar el impacto que la inclusión de los servicios financieros La continua transformación del medio social que tiene como origen el desarrollo de nuevas capacidades productivas y la innovación de enfoques administrativos que combinan respuestas técnicas con un componente social que permiten atender más y mejor algunas necesidades sociales, las microfinanzas nacen en este contexto y desde su origen se le ha otorgado el propósito de apuntalar los esfuerzos productivos de personas de escasos recursos económicos y a la vez impulsar el cambio social a través del cambio en las formas en que la gente se relaciona, el empoderamiento de la mujer como sujeto de los servicios financieros es un ejemplo de ello. El suministro de servicios financieros a empresarios y productores de bajos ingresos ha sido reconocido como un medio efectivo para afrontar la pobreza y fomentar el desarrollo económico. Sin embargo, a pesar de la posible contribución de los servicios financieros en el mejoramiento de la situación y el empoderamiento de la mujer, este proceso no ocurre de forma automática. En muchos casos los beneficios pueden ser marginales e incluso se puede desempoderar a las mujeres (Mayoux, 2000). Entre los temas que nos permiten reflexionar sobre los posibles efectos positivos y negativos de los servicios financieros se compararon tres paradigmas: el paradigma de la autosustentabilidad que pone énfasis en los elementos financieros con el objetivo final de crear programas grandes, rentables y totalmente independientes desde el punto de vista económico, el paradigma del alivio de la pobreza con énfasis en el desarrollo comunitario, en términos que van más allá de los ingresos comerciales para abarcar mayores capacidades y opciones, y reducir la vulnerabilidad de las personas pobres, y el paradigma feminista - en donde se promueva el I

9 microfinanciamiento como un punto de entrada en el contexto de una estrategia más amplia para el empoderamiento económico y sociopolítico de las mujeres que se centra en la sensibilidad de género y la organización feminista. A pesar de la alta participación de la mujer en los programas microfinancieros, existe un debate sobre los efectos que causan sus servicios en el nivel de vida de las mujeres. Este estudio pretende sistematizar las percepciones y las experiencias que existen en torno al tema tanto en el ámbito de estos programas, como en la cooperación internacional y el gobierno. A través del análisis de la información se han identificado ideas, metodologías y modelos que podrían contribuir a mejorar la orientación de los servicios financieros brindados a las mujeres. El propósito del estudio es describir la forma en que las mujeres hacen uso de servicios financieros así como investigar sobre el conocimiento que han aportado las mejores prácticas del continente latinoamericano y México. Se reconoce que la combinación entre servicios no-financieros y financieros para las micro y pequeñas empresas es la clave para lograr éxito, pero para fines de enfoque y para restringir el alcance, el presente trabajo se concentrará básicamente en los servicios financieros. Independientemente del paradigma que sea aplicado, el mayor reto de las instituciones Microfinancieras (IMF) es buscar el balance adecuado entre la sostenibilidad, el impacto y el alcance, en relación con su misión. Las IMF deberían ajustar sus herramientas de monitoreo a esta misión, de tal forma que si se plantea una misión de carácter social, debería tener la posibilidad de evaluar hasta qué grado se ha cumplido con el cambio social que se ha propuesto. Estudios alrededor del mundo reportan que la mujer representa entre el 60-70% de la clientela de las IMF. En el debate internacional con respecto al tema de microfinanzas y género destaca la discusión sobre la importancia de ofrecer II

10 servicios integrales, para evitar un impacto negativo y para asegurar el empoderamiento de la mujer. Otro tema de discusión es el pertinente al control del crédito otorgado a la mujer, ya que según la literatura en algunos casos hasta el 60 % de los hombres controlan y utilizan el crédito otorgado a la mujer. En los estudios examinados hay básicamente tres elementos que llaman la atención con respecto al género y las microfinanzas: En primer lugar las experiencias exitosas se caractericen por haber logrado la sostenibilidad financiera por un lado, ofreciendo un servicio accesible y relativamente barato por otro, a través del aprovechamiento de economías de escala, la especialización en servicios financieros y del diseño de productos ajustados al grupo meta, las mujeres más pobres. En segundo lugar muchas experiencias en el ámbito internacional se basan en la formación de grupos o aplican políticas que permiten la garantía solidaria. En tercer lugar, en muchos de estos casos las IMF buscan combinar servicios financieros y no financieros, a través de departamentos dentro de la misma institución o mediante alianzas, con el fin de brindar un servicio integrado y lograr así un mayor impacto en la clientela atendida. También en México la mujer representa gran parte de la clientela de las microfinancieras. No obstante, los montos otorgados a las mujeres son más bajos que aquellos otorgados a los hombres. Hasta cierta medida esto corresponde a la realidad que la mujer se encuentra en sectores de la economía menos dinámicos y con menos remuneración, y que ella tiene menos garantías para respaldar préstamos de montos más altos. Pero aún bajo circunstancias iguales, las solicitudes para montos mayores por parte de las mujeres son más cuestionadas que las de los hombres. Según los resultados de varios estudios de impacto la III

11 mujer está menos conforme con los montos recibidos en comparación al hombre, indicando la importancia de revisar cómo aumentar los montos en los casos que ella tiene los respaldos y el potencial para utilizarlos. En vista de las experiencias internacionales y nacionales se puede plantear que para la aplicación de un enfoque de género en las microfinancieras el mayor reto es buscar el desarrollo de un modelo que procure balancear tanto la eficiencia y la autosostenibilidad financiera de las Instituciones Microfinancieras, como la integridad y la sinergia de los servicios ofrecidos a los clientes, para asegurar sostenibilidad, alcance e impacto de los servicios brindados. Para ello se deberían realizar acciones en diferentes niveles. La sostenibilidad financiera y la consolidación del sector con el fin de brindar un servicio más eficiente y barato. Como punto central de esta línea los IMF deberían de buscar mecanismos para bajar costos y lograr mayor eficiencia, de tal forma que la mujer pueda accesar a fondos crediticios más baratos y más ajustados a sus demandas. Además, en este contexto es necesario analizar las posibilidades de aprovechar la economía de escala, a través de la formación de una red con compromisos claros y revisar las posibilidades de la fusión de varias intermediarias financieras enfocadas hacia la mujer. La cooperación internacional debería jugar un papel clave en facilitar e inducir en este proceso. Una segunda línea con enfoque social debería buscar la articulación de los servicios financieros y no financieros, como mecanismos para asegurar un impacto positivo como resultado de los servicios financieros. Para ello se recomienda promover la formación de alianzas estratégicas entre instituciones microfinancieras e instituciones que capaciten a la mujer, ambas especializadas en sus servicios. En este contexto el reto es ofrecer un servicio integral a una misma persona, de tal forma que el conjunto de servicios brindados le apoyen a salir del círculo vicioso que le limita el acceso a recursos y la mantiene en actividades poco remunerables. El rol de la cooperación internacional en este IV

12 contexto debería ser el de un facilitador de este proceso de formación de alianzas. Esto implica orientar las negociaciones, financiar pilotajes y evaluar de efectividad de las mismas, en vista de sus costos por un lado y el impacto logrado por otro lado, evaluando tanto los cambios al nivel de vida, como con respecto al empoderamiento y el control sobre los recursos. Es importante enfatizar que las IMF tienen que rendir cuentas y ser evaluadas con base en la misión que se han propuesto y dentro de este contexto no se justifica un mal desempeño financiero, ni el asistencialismo. Diferentes experiencias dentro y fuera de México han demostrado que es posible y necesario otorgar préstamos a mujeres pobres bajo condiciones de mercado, para evitar la distorsión del mismo y más bien aportar a la formación de una economía saludable. Por tanto, el subsidio debería limitarse a las etapas de la formación institucional y para el arranque de las IMF. Al nivel de las microfinancieras se debería empezar con la revisión del manejo de los recursos humanos y la sensibilización del personal. En este contexto la cooperación internacional podría ser un actor clave en el proceso del desarrollo institucional. Al nivel externo las entidades microfinancieras deberían buscar la eficiencia y la integración del mercado. Esto requiere el desarrollo de productos que se adapten a las necesidades de su clientela, lo cual implica, en el caso de las mujeres, desarrollar productos que se ajustan tanto a sus necesidades productivas como reproductivas. Para el desarrollo de dichos productos y otras herramientas se deberían realizar estudios de mercados, eventos participativos, pilotajes y validaciones. El buen desempeño de las mujeres, registrado por todas las microfinancieras examinadas, permita ir buscando y probando modalidades que permitan paulatinamente y dentro de las capacidades de ellas, ir incrementando los montos prestados. V

13 Para conocer el efecto del trabajo de las IMF y sus aliados es primordial realizar estudios de impacto, evaluar la modalidad y discutir tanto los resultados positivos como negativos, para ir ajustando y mejorando el modelo y las herramientas aplicadas, proceso que debería ser facilitado y promovido por la cooperación internacional. En este contexto el gobierno y las diferentes redes que existen al nivel del país, también juegan un papel fundamental para fomentar las experiencias y promover el intercambio y la reflexión, a través de plataformas de discusión. Por otro lado el gobierno debería propulsar la creación de un marco legal que permita fomentar el ahorro, un servicio financiero importante para la mujer. De esta manera, en la presente investigación se parte de identificar las diferentes formas en que la pobreza afecta a la mujer y en particular sobre cómo afecta esta condición en la forma inequitativa que se imponen en las relaciones sociales, donde se observa que el género influye en una mayor agudización de las condiciones de rezago social que sufren las mujeres en comparación con sus contrapartes varones. En este mismo capítulo se revisa el concepto de empoderamiento, entendido como una situación en que la mujer asume y vive plenamente todos sus derechos con libertad y autonomía, así como incidir y participar en el ámbito social con plena equidad de género. En el capítulo 2 se revisan las diversas estrategias y metodologías que han utilizado para acercar los servicios financieros a los sectores que tradicionalmente se han encontrado fuera de los canales formales de financiamiento, el principio de inclusión financiera, no solo se refiere a la provisión de servicios de crédito sino a la provisión de toda una serie de servicios financieros, como es el ahorro, los seguros, remesas, entre otros; lo cual en última instancia permite incidir de forma VI

14 determinante en la generación y protección del patrimonio de los sectores más vulnerables, materia de los enfoques microfinancieros. En este mismo capítulo, examinamos rápidamente algunos principios sobre la implementación de las metodologías microfinancieras que inciden sobre el empoderamiento de la mujer, y reconocemos algunas de las problemáticas presentes en dichos enfoques. En esta misma dirección, en el capítulo 3 avanzamos sobre el análisis de los impactos observados en distintas experiencias a nivel mundial en particular tratamos de reconocer las características y el efecto de la intervención de los servicios financieros en diferentes temas como son la salud, la educación, el desarrollo de capacidades productivas como es la capacitación, entre otras. Finalmente en el capítulo 4, hacemos un breve recuento de las características más relevantes de algunas experiencias exitosas y con impactos sensibles en las condiciones de vida de las mujeres participantes, este capítulo pretende estimar de la manera más precisa aquellos impactos que permitan certificar a la acción microfinanciera como relevante para la obtención de mejores relaciones sociales, mas equitativas, pero también dimensionar sus posibilidades reales, es decir entender que pueden, pero también que no pueden ofrecer las microfinanzas al desarrollo. Las cifras oficiales sobre la situación social en México dan cuenta de que el modelo económico prevaleciente, se ha caracterizado por ser excluyente e inequitativo, representando para el país tasas crecientes de población que sobrevive en condiciones de pobreza y abandono, muy lejos de los beneficios que concentran los grandes propietarios industriales y financieros. Ante el discurso económico dominante, que plantea de manera implícita como irremediable la supuesta dicotomía entre crecimiento económico y desarrollo social, al prevenir que las fuerzas naturales del mercado, es decir un régimen de VII

15 libre competencia definida por la supervivencia del mas fuerte, es incompatible con una recuperación en el corto plazo de los niveles salariales y por lo tanto del nivel de vida de amplias capas de la población; por lo que en consecuencia es necesario esperar a que esta bonanza económica, de la que disfrutan unos cuantos, se derrame al resto de la sociedad; en donde la producción enfocada a cubrir la demanda externa olvida la satisfacción de las mínimas necesidades de un mercado interno reducido, anárquico y desarticulado. Como alternativa a esta visión reduccionista cobran relevancia algunas de las propuesta de lo que ha dado en llamarse el tercer sector o el sector social de la economía integrado principalmente por los esfuerzos organizacionales, educativos y productivos que realizan organizaciones de la sociedad civil y cuyos esfuerzos van encaminados a los capas sociales de escasos recursos y atender la demanda local de productos y servicios. Este universo de organizaciones se encuentra integrado entre otras, por asociaciones con fines altruistas, sociedades civiles con fines económicos, fundaciones, y en especial sociedades cooperativas y mutualistas; es en estas ultimas propuestas donde se puede encontrar una alternativa viable de organización económica que en base a principios democráticos e igualitarios propugna por el desarrollo de sus asociados y su entorno social y cultural. El avance de estas organizaciones en los últimos años es innegable por lo que es necesario volver a ponderar su trascendencia para conocer cual será el papel que estas organizaciones tendrán en el desarrollo de una economía más equilibrada y un desarrollo social más armónico. Para un mayor entendimiento y con el objetivo de orientar al lector sobre la forma en la cual será diseñada la investigación se presentará una parte metodológica, donde se describe con precisión la importancia de estudiar la "Microfinanzas para mujeres: opción al desarrollo social", los objetivos planteados, la delimitación y el planteamiento preciso del problema a estudiar, las preguntas de investigación y las hipótesis desprendidas de éstas. Asimismo, se puntualiza la forma en que se constataron y falsearon las hipótesis que guían este estudio, por VIII

16 otra parte se describirán las fuentes de información las cuales serán para el apoyo de la formación del documento, finalmente se llegará a la parte donde se describirán las conclusiones a las cuales se llegó con la investigación realizada. De manera que si tomamos ese marco, podemos notar que la estructura tributaria en México está alejada de contar con un comportamiento capaz de cumplir con las tareas que hagan funcionar adecuadamente al Estado; por lo que es evidente que cuenta con problemas estructurales casi endémicos que se han reflejado en incrementos sustantivos de la evasión fiscal. Con el objetivo de orientar al lector sobre la forma en la cual será diseñada la investigación se presentará una parte metodológica, donde se describe con precisión la importancia del tema de estudio, los objetivos planteados, la delimitación y el planteamiento preciso del problema a estudiar, las preguntas de investigación y las hipótesis desprendidas de éstas. Asimismo, se puntualiza la forma en que se constataron y falsearon las hipótesis que guían este estudio, por otra parte se describirán las fuentes de información las cuales serán para el apoyo de la formación del documento, finalmente se llegará a la parte donde se describirán las conclusiones a las cuales se llegó con la investigación realizada. Ahora bien; en cuanto a las técnicas que se utilizaron para la elaboración de la investigación "Microfinanzas y mujeres: opción al desarrollo social" Nuestro punto de partida metodológico es el procedimiento exegético, mediante el análisis de contenido y la interpretación del problema, en cuanto a su contexto y características. Se utilizará el método descriptivo, toda vez que la finalidad de este método es el describir situaciones y eventos. Decir como es y cómo se manifiesta determinado fenómeno. El método de análisis, procesamiento y síntesis de información para establecer un enfoque de investigación de tipo deductivo, es decir, de lo general a lo particular. 1 Se encuentran la documental y de campo, recabando libros y consultando revistas y periódicos históricos, así como páginas de Internet relacionadas con el tema en comento. Por lo que respecta a los 1 Rojas Soriano Raúl. Guía para realizar investigaciones sociales, UNAM. 1981, pp., 90,91 y ss. IX

17 Métodos utilizados, éstos consisten en el Método cualitativo, y por otra parte el Método Analítico mismo ayudo a razonar la información obtenida. En nuestra investigación expondremos brevemente los puntos importantes de cada capítulo como resultado del análisis efectuado sobre el tema. Este trabajo de investigación se integra por cuatro capítulos que de forma general establecen aspectos como son los siguientes: En este mismo capítulo se revisa el concepto de empoderamiento, entendido como una situación en que la mujer asume y vive plenamente todos sus derechos con libertad y autonomía, así como incidir y participar en el ámbito social con plena equidad de género. En el capítulo 2 se revisan las diversas estrategias y metodologías que han utilizado para acercar los servicios financieros a los sectores que tradicionalmente se han encontrado fuera de los canales formales de financiamiento, el principio de inclusión financiera, no solo se refiere a la provisión de servicios de crédito sino a la provisión de toda una serie de servicios financieros, como es el ahorro, los seguros, remesas, entre otros; lo cual en última instancia permite incidir de forma determinante en la generación y protección del patrimonio de los sectores más vulnerables, materia de los enfoques microfinancieros. En este mismo capítulo, examinamos rápidamente algunos principios sobre la implementación de las metodologías microfinancieras que inciden sobre el empoderamiento de la mujer, y reconocemos algunas de las problemáticas presentes en dichos enfoques. En esta misma dirección, en el capítulo 3 avanzamos sobre el análisis de los impactos observados en distintas experiencias a nivel mundial en particular tratamos de reconocer las características y el efecto de la intervención de los servicios financieros en diferentes temas como son la salud, la educación, el desarrollo de capacidades productivas como es la capacitación, entre otras. X

18 Finalmente en el capítulo 4, hacemos un breve recuento de las características más relevantes de algunas experiencias exitosas y con impactos sensibles en las condiciones de vida de las mujeres participantes, este capítulo pretende estimar de la manera más precisa aquellos impactos que permitan certificar a la acción microfinanciera como relevante para la obtención de mejores relaciones sociales, mas equitativas, pero también dimensionar sus posibilidades reales, es decir entender que pueden, pero también que no pueden ofrecer las microfinanzas al desarrollo. Los temas que se presentan en esta investigación constituyen una abstracción que facilita el estudio, pero que a la vez invita a interrelacionar permanentemente la metodología, el soporte teórico-conceptual y el desarrollo temático, hasta arrojar unas inferencias a propósito del tema tratado. Lo que tratamos es de aportar ideas conscientes, apegadas a nuestra realidad política, social, económica y cultural, pero sobre todo, apegadas al a la realidad de nuestro país. No pretendemos revolucionar e ir en contra de nuestro sistema social mexicano, más bien, pretendemos aportarle nuevas ideas a partir de un cambio radical de mentalidad en nuestra sociedad, siempre en apoyo de los grupos más vulnerables y de la distribución equitativa del poder. El fin no hay que olvidarlo: construir mejores gobiernos, más eficientes y eficaces, pero fundamentalmente más legítimos, más abiertos y más sensibles a las demandas ciudadanas. De esta forma ha quedado establecido el contenido de la presente investigación, misma que en todo momento busca contribuir para lograr un desarrollo integral de La Reforma Fiscal en México. En este sentido, nuestro interés se centra en las organizaciones cooperativas que han desarrollado el servicio financiero como estrategia para promover la organización y el desarrollo de sus asociados, es relevante plantearse esta investigación dado que en la actualidad el sector se haya en un proceso de renovación y redefinición de su naturaleza a la luz de la relativamente XI

19 recientemente aprobada Ley de Ahorro y Crédito Popular, por lo que es relevante estimular su papel y mediar sus alcances para corroborar el papel que deberán de cumplir estas organizaciones en el marco de la reforma a la estrategia de desarrollo social para miles de familias mexicanas que sufren de grandes carencias y la falta de alternativas de sustento económico que enfrenta el país. El marco teórico-conceptual que fundamenta esta investigación se basa a grandes rasgos en la denominada perspectiva de género, ya que consideramos que dicho enfoque, por su naturaleza democrática- es el más adecuado para abordar integralmente cualquier estudio o análisis social, particularmente, aquellos referidos a la situación de las mujeres. Considerando que la valoración del estado de la democracia en cualquier país parte, tanto de la situación en la que se encuentran los aspectos formales -como el tipo de sistema político, la fortaleza de las instituciones, la promoción de valores democráticos, el respeto de los derechos humanos, la robustez del Estado de Derecho, la existencia y el respeto de normas y leyes, etc.- así como de las condiciones reales de vida de la población; esta investigación incluye la evaluación de mecanismos jurídico-institucionales que promueven el principio de la equidad de género en México y la evaluación del nivel de participación política e inclusión social de las mujeres mexicanas a partir de circunstancias concretas y cotidianas. De esta manera, se toman en cuenta y se reconocen los avances formales que ha habido en la construcción de una sociedad democrática que debería incorporar y reproducir un principio tan fundamental como la equidad de género, pero sin olvidar y, por lo tanto comprobar, que en muchos casos la realidad discrepa mucho de lo que institucionalmente se encuentra establecido. En esta lógica la hipótesis central que guía esta investigación sostiene que en el México democrático del siglo XXI, a pesar de los avances y compromisos adquiridos por el gobierno en materia de equidad de género, existe un desfase entre los mecanismos jurídico-institucionales establecidos y los resultados concretos de la situación desfavorable que viven las mujeres mexicanas. XII

20 Respecto a la identificación de los mecanismos jurídico-institucionales que promueven la equidad de género en México se seleccionaron mecanismos internacionales y nacionales, entre los que destacan, para el primer caso, aquéllos que han derivado del sistema de las Naciones Unidas y, para el segundo, desde la Constitución Política hasta leyes e instituciones más concretas que han sido diseñadas para favorecer a las mujeres. Por su parte, los apartados dedicados a la evaluación del nivel de participación política e inclusión social de las mujeres en México se basaron en datos empíricos, proporcionados por instituciones y organismos nacionales e internacionales dedicados al tema, tales como el Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y la Unión Interparlamentaria (UIP). Este documento de carácter metodológico, se presenta con el objetivo de orientar al lector sobre la forma en que fue diseñada la investigación, los fundamentos teóricos que la sustentan, la relevancia del tema de estudio, los objetivos planteados, la delimitación y el planteamiento preciso del problema a estudiar, las preguntas de investigación y las hipótesis desprendidas de éstas. Asimismo, se puntualiza la forma en que se constataron y falsearon las hipótesis que guían este estudio y se presentan las conclusiones del mismo. XIII

21 1.- JUSTIFICACIÓN DE LA IMPORTANCIA DEL TEMA DE INVESTIGACIÓN. Conocer la situación de las mujeres en el México democrático de nuestros días es de suma importancia, ya que a partir del nivel de participación política e inclusión de éstas en la sociedad, puede establecerse en qué grado de democratización se encuentra realmente el país. En este sentido, la equidad de género, entendida como el acceso de todas las personas a los beneficios del progreso en igualdad de circunstancias, se presenta como un referente que permite evaluar el tipo de democracia y el nivel de democratización que se está desarrollando. En la actualidad, las IMF y los Programas de crédito constituyen parte importante del servicio crediticio a los pequeños y medianos empresarios y los pequeños productores. Los servicios financieros que ofrecen estas entidades son cruciales para facilitar el desarrollo de oportunidades de estos sectores, y de ese modo contribuyen al desarrollo y crecimiento económico del país. La participación de las mujeres en los Programas microfinancieros es relativamente alta. En las zonas urbanas y rurales la clientela femenina representa el 59% y 38% respectivamente (Agurto y Guido 2001), producto de la concentración de mujeres en el sector informal. Las múltiples responsabilidades de las mujeres y su nivel educativo - relativamente bajo- le impide el acceso al sector bancario formal, donde la representación de la mujer es menor. Sin embargo, las mujeres acceden al 42 % de los fondos en el sector urbano y 17 % en el sector rural, reflejando la brecha que existe entre los montos otorgados a mujeres y a hombres. Las IMF generalmente no diferencian entre la demanda de crédito por parte de las mujeres o los hombres, lo cual puede traer como consecuencia que los servicios no se ajusten a las necesidades de ambos. Las XIV

22 mujeres tienen prioridades que guardan una estrecha relación con sus actividades productivas y reproductivas (mantener la empresa y la familia al mismo tiempo), y, además, sus empresas se encuentran en sectores que requieren de atención diferida por parte de los programas crediticios. Feminización de la pobreza Así como las mujeres son las principales usuarias de los servicios de financiamiento, también sabemos que es en este sector donde se concentran los mayores problemas asociados a la pobreza, siendo las más pobres entre los pobres. La igualdad de oportunidades de género y el empoderamiento de la mujer son elementos integrales y esenciales de cualquier estrategia seria de crecimiento económico y de desarrollo en favor de los pobres. Las mujeres son más de la mitad de la población del mundo y por lo menos el 70% se encuentra entre los más pobres, y por lo tanto no pueden ser percibidas como una preocupación marginal para el sector financiero, particularmente un sector que clama reducir la pobreza. La supresión de la discriminación de género y la promoción de los derechos humanos de la mujer son exaltados en acuerdos internacionales firmados por la mayoría de los gobiernos y respaldados por la mayoría de las agencias de desarrollo. Esto bajo la premisa de que aumentar el acceso de la mujer a servicios financieros puede iniciar potencialmente una serie de "espirales virtuosas" de empoderamiento económico, que aumenten el bienestar de las mujeres y sus familias y extiendan el empoderamiento social y político. Más aún, las microfinanzas grupales reúnen a millones de mujeres y hombres en todo el mundo, ésta es una fuerza potencialmente significativa para la igualdad y el empoderamiento, que a su vez, contribuye al crecimiento económico, al desarrollo en favor de los pobres y al fortalecimiento de la sociedad civil. XV

23 En la reciente Cumbre de Microfinanzas Asia Pacífico, esta corriente de abandono, y con frecuencia oposición abierta a abordar temas de género, parece haber empezado a cambiar con la firma del borrador de un protocolo de género por más de 400 participantes, incluyendo figuras prominentes del movimiento de microfinanzas 2. Las propuestas recientes toman como punto de partida la idea de un sector financiero diversificado, donde diferentes actores pueden tener diferentes enfoques y roles, pero en el que cada uno tendrá un fuerte compromiso con la igualdad de oportunidades de género y empoderamiento de la mujer e integrarán estos principios en sus estructuras organizacionales, producto y servicio y rol a nivel macro y de políticas. El debate en el sector sobre el camino por seguir, significa ir construyendo sobre el trabajo previo y cabildeado por muchos practicantes e investigadores. La diferencia biológica convertida en fundamento de la discriminación ha producido a lo largo de toda la región latinoamericana brechas éticamente inaceptables aunque afortunadamente susceptibles de ser socialmente evitables. La discriminación hacia las mujeres puede ser evitada a través de políticas de equidad que trasciendan la mera modificación de roles en favor de transformaciones estructurales, y culturales instaladas en el conjunto de instituciones de la región 3. El análisis de género de las desigualdades no se limita a la simple comparación entre hombres y mujeres, aunque requiere necesariamente de ella para realizar un análisis apropiado de la realidad social. Por eso, un primer paso consiste en lograr la visibilidad estadística de las diferencias. Conocer los efectos diferenciados que sobre hombres y mujeres tienen las políticas económicas no es un mero ejercicio 2 Los firmantes incluyen a Mohammad Yunus y Lamiya Morshed del Banco Grameen y Sam Daley Harris y Michele Gomperts de la Campaña de la Cumbre, Nirmal Fernando del Banco Asiático de Desarrollo, y NABARD. 3 Como parte del programa WEMAN el Protocolo, y también la evidencia e innovación práctica subyacentes, serán desarrolladas progresivamente a través de talleres en América Latina, Asia y África y como contribución a la Campaña de la Cumbre de Micro-crédito. XVI

24 académico y reviste la mayor importancia si tomamos en cuenta que, como lo muestra el estudio, las mujeres, independientemente del grupo social al que pertenecen son objeto de discriminación y se encuentran siempre en desventaja respecto de sus pares varones. El análisis de género es una herramienta para visibilizar una de las mayores injusticias de la humanidad y sirve para formular políticas que tiendan a la eliminación de toda forma de discriminación como un tributo al avance en el respeto a los derechos humanos. No sólo eso, el análisis de género es una herramienta al servicio del crecimiento económico pues visibiliza las potencialidades y limitaciones que enfrenta la mitad de la población para que los países logren el ansiado objetivo de la competitividad sistémica. El estudio nos muestra a través de un análisis de la información oficial cómo la distribución de los ingresos, se asienta sobre un contrato cultural impuesto que otorga una alta valoración a la maternidad femenina y considera natural el trabajo doméstico no remunerado de las mujeres frente a una aun prevaleciente noción de hombre proveedor cada vez más contestada por la realidad social. Los ingresos globales por sexo son la síntesis de la forma específica como las mujeres acceden al mercado laboral, a la propiedad y a las transferencias. Aunque la tendencia es decreciente, la capacidad de generar ingresos es siempre menor para las mujeres de la región. Esto mientras su aporte a la reproducción sigue en la oscuridad estadística. En América Latina los adultos dependientes económicamente son mayoritariamente mujeres aunque uno de los rasgos más impactantes de la última década es el masivo ingreso de las mujeres al trabajo remunerado. El estudio señala la importancia estratégica que tiene para la equidad el medir las horas de trabajo destinadas al trabajo doméstico no remunerado obligación que permanece ampliamente asociada a mujeres y niñas y que sumada al creciente trabajo remunerada da cuenta de las condiciones de injusticia bajo las que las mujeres se XVII

25 integran al mercado laboral. La ausencia de políticas de redistribución de las responsabilidades familiares aparece pues como una prioridad de la política social. Otro aporte significativo del análisis desagregado es que nos permite no solo evidenciar las brechas entre hombres y mujeres en el mercado laboral si no las brechas entre grupos de mujeres como resultado de desventajas adicionales enfrentadas por las mujeres pobres, indígenas y jóvenes. La segregación ocupacional es también negativa para las mujeres Aunque las tasas de participación de las mujeres en la actividad económica se han incrementado todavía muestran un claro sesgo a favor de los hombres cuyas tasas son mayores. El estudio demuestra además que no se ha establecido una relación entre las tasas de participación, generalizadas en toda la región, y el nivel el PIB. El desempleo es también mayor en todos los casos lo que sugiere la necesidad de conocer los mecanismos de discriminación en el proceso de búsqueda de iguales oportunidades en el empleo. Si esto es así es necesario encontrar respuestas adecuadas al crecimiento acelerado de la participación de las mujeres en la actividad económica, las mismas que no necesariamente pertenecen al ámbito cerrado de la economía y que pueden explicarse por factores de ampliación de ciudadanía, tipo de reformas estructurales en curso, fortaleza de los movimientos sociales y factores culturales e institucionales. La información muestra que las mujeres están sobre representadas en empresas de baja productividad y sobrepresentadas en los de media y alta. Igualmente los ingresos de las mujeres en estos sectores corresponden al 50% de los ingresos masculinos. El estudio muestra un cuadro de los aspectos económicos de la equidad de género demostrando que en prácticamente todos los indicadores como son XVIII

26 empleo, desempleo, ingresos, propiedad y puestos administrativos la situación de desventaja es mayor para las mujeres. Aunque aumenta la presencia femenina en la actividad económica, disminuye la brecha de ingresos y mejoran los niveles educativos, las mujeres de la región aun no consiguen eliminar las distancias que las separan de sus pares varones y siguen enfrentando no solo una mayor carga de trabajo incluido el trabajo doméstico no remunerado y el trabajo comunitario, si no que obtienen menores beneficios de los sistemas previsionales y no consiguen superar la brecha de género en la toma de decisiones tal como lo demuestran estudios complementarios realizados por la CEPAL. El estudio es una muestra de las posibilidades de análisis que brinda la información disponible para realizar análisis relevantes sobre la política económica y social. Sin embargo, queda claro que aun debemos enfrentar retos conceptuales y metodológicos que permitan medir aspectos vinculados al trabajo doméstico no remunerado, el uso del tiempo, los aportes y beneficios diferenciados de hombres y mujeres al sistema previsional y otros de importancia para las políticas de equidad en la región. El género y el diseño de servicios de ahorro Hasta el momento, la discusión no ha sido particularmente específica en cuanto a género. Aunque las mujeres probablemente valoran más que los hombres el anonimato y el apoyo social para ahorrar, todas las personas, no importan su género, buscan bajos costos de transacción, seguridad, tasas positivas de rendimiento, y acceso rápido a fondos. A veces se asume que las microfinanzas tienen una habilidad especial para empoderar a las mujeres, pero, como lo apuntó Johnson (1999, p. 1), "Las microfinanzas, no más que otro tipo de intervención, no está bendecida con la habilidad para corregir los desequilibrios de poder que XIX

27 resultan de las inequidades causadas por la forma en que la sociedad trata a los hombres y a las mujeres." Basada en la teoría del sexismo, esta sección explora cómo el diseño de los servicios formales de ahorro puede tratar asuntos tales como la violencia doméstica y las responsabilidades del hogar que son específicas de las mujeres. La inequidad beneficia a algunos grupos de personas, por eso las sociedades pueden oprimir a algunos grupos. Para distinguir los oprimidos de los opresores, se requieren marcas indelebles, generalmente características físicas visibles tales como color de la piel, edad, o sexo. Los esclavos que no pueden distinguirse de sus dueños son a menudo marcados o tatuados. Los acentos también pueden marcar a los oprimidos. Las mujeres difieren visiblemente de los hombres. Entre otras cosas son, en promedio, más pequeñas. Las diferencias visibles, combinadas con las diferencias en fuerza física, le permiten a los hombres usar la violencia para imponer su voluntad sobre las mujeres. Con el tiempo, una estructura de privilegios masculinos se enraizó tanto que, aún sin amenazas de violencia, la opresión de las mujeres es aceptada sin pensar por ambos sexos. Dentro de un hogar, la violencia o su amenaza es todavía, con frecuencia, la forma principal en que un hombre específico puede imponer sus privilegios sobre una mujer específica. El privilegio principal de los maridos es encargar a las mujeres tareas difíciles, aburridas, no remuneradas, o poco glamorosas. Por tanto, las mujeres pobres en los países en desarrollo acarrean agua, juntan leña, cocinan, limpian y cuidan los niños. Aún cuando las mujeres no están inclinadas por naturaleza a cuidar más de los niños que los hombres, el mayor tiempo que invierten cuidando niños tiende, probablemente, a que desarrollen mayor afección y responsabilidad. XX

28 Para las mujeres que se resistan al trabajo duro y tedioso y a la violencia doméstica, hay una serie de castigos e impedimentos que podrían hacer que el no casarse sea peor que un mal matrimonio. Por ejemplo, en algunos países, los bienes de la pareja son legalmente propiedad del marido. Típicamente, las muchachas reciben menos educación que los muchachos. Por ende, si una mujer deja su matrimonio o nunca se casa podría quedar con gran desventaja en el mercado laboral. En resumen, las mujeres son despojadas sistemáticamente del capital humano y de otros bienes, y esto las desanima para resistir las tareas desagradables y para salirse de malos matrimonios. Las microfinanzas y el sexismo Qué pueden hacer las microfinanzas? Hasta ahora, su éxito ha consistido en brindar créditos para la compra de activos fijos o inventarios a mujeres que administran negocios muy pequeños (microempresas). Si todo lo demás permaneciera constante, esto disminuiría la desventaja de las mujeres en el mercado y, por tanto, aumentaría su poder de negociación en el hogar. Por supuesto, no todo lo demás permanece constante. La simple recepción de créditos no necesariamente empodera financiera y socialmente a las mujeres (Johnson and Kidder, 1999). Algunas investigaciones sugieren que "expandir el acceso de las mujeres a las oportunidades y recursos económicos no siempre las hace menos vulnerables a la violencia doméstica" (Schuler, Hashemi, and Badal, 1998, p. 5). Kantor (2000) y Dunn and Arbuckle (2000) también encontraron que el mayor éxito de las mujeres en los negocios debido al acceso a las microfinanzas puede reducir la influencia de la opinión de las mujeres en las decisiones del hogar. Algunos autores sugieren que las organizaciones de microfinanzas den créditos para los gastos de las labores domésticas (tales como gastos en salud y educación). Pero esto es poco probable o factible. Los créditos deben pagarse, y a XXI

29 menos que una mujer tenga un negocio o un empleo que produzca efectivo para atender el servicio de la deuda, es poco factible que los prestamistas se arriesguen con créditos específicos para los gastos derivados de las responsabilidades domésticas. El ahorro puede, sin embargo, financiar los gastos asociados con las labores domésticas. Es más, el ahorro puede brindar recursos para hacer resistencia y tal vez dejar una mala relación, si una mujer puede mantener los ahorros bajo su control. La próxima sección describe unas propuestas diseñadas para dos tipos de servicios de ahorro. La primera le permite a las mujeres acumular activos financieros y no financieros fuera del hogar de manera segura. La segunda subsidia los ahorros destinados a algunos aspectos relacionados con las labores domésticas que, por lo general, se encargan a las mujeres. El empoderamiento de la mujer, un problema de EQUIDAD Para enfocar las desigualdades entre los sexos es imprescindible hacer algunas precisiones. Se utiliza la palabra sexo para indicar la condición biológica que distingue a mujeres y hombres. Ante lo cual es necesario establecer con precisión la definición de Género, la cual es la construcción cultural de un conjunto de roles y valores correspondientes a uno y otro sexo, y se le denomina así para enfatizar que su definición es histórica y socialmente construida. En la sociedad latinoamericana de los noventa persisten con fuerza dos principios que han regulado las relaciones básicas entre los sexos y que dan homogeneidad a la construcción de género en la región, con diferencias de grado entre países como se demostrará más adelante. XXII

30 Uno rige en el ámbito económico y se refiere a la división sexual del trabajo entre mujeres y hombres. Aunque las cifras de los noventa muestran que un sector numeroso de mujeres comparte por igual que los hombres el rol de proveedora económico de sus hogares, aún las normas de trabajo y de funcionamiento social están reguladas por la idea de que los hombres generan ingresos y las mujeres ocupan su tiempo principalmente en las tareas del hogar y la reproducción familiar. El mismo principio rige la división del trabajo por sexo reproducida en el mercado laboral. La sociedad tarda en adecuarse a los cambios económicos, en este aspecto mucho más que en otros, lo que realza la importancia de tener en consideración el género al diseñar políticas generales. El otro principio rige en el ámbito cultural, aunque su origen está ligado al primero, y se refiere a la desvalorización cultural de lo femenino en relación con lo masculino en el mundo social: en la economía, en la política, en el trabajo, en la educación. Se explicitan estos fundamentos de nuestra organización social en relación con el género por dos razones. Primero, porque constituyen los impedimentos básicos y más profundos para equiparar las oportunidades de ambos sexos y segundo, porque su disminución y desaparición da sentido a las metas de equidad de género. La presentación que sigue da cuenta de tendencias que habrá que tomar en cuenta para la formulación de políticas que favorezcan el logro de la equidad de género. Diversos organismos como la CEPAL, atenta a la evolución de la economía, ha llamado la atención sobre las consecuencias que ésta ha tenido sobre aspectos importantes de la vida de las personas destacando la creciente desigualdad en la distribución del ingreso entre los hogares, originada principalmente en el funcionamiento del mercado de trabajo. Las causas de las desigualdades de XXIII

31 ingreso se asocian a la desigual distribución del capital educativo entre las personas y a la menor creación y disponibilidad de empleos con productividad media y alta. Se sugieren políticas correctivas tanto para la educación como para la transformación productiva que proporcionen mayor equidad en el mercado laboral. Este enfoque se complementa posteriormente con preocupaciones de otros ámbitos, más o menos relacionadas con la inequitativa distribución de los frutos del crecimiento económico a toda la población. Son las desigualdades en términos de beneficios sociales (seguridad social, acceso a salud y vivienda) de participación política, económica y cultural, de deterioro ambiental, de integración social (participación social y expresión de demandas). En ese marco se entiende a la equidad de género como parte de la equidad social. El énfasis puesto en los estudios sobre la generación de pobreza, como síntesis de la situación de quienes están más carentes de bienestar, incorpora la noción de exclusión que define a aquéllos grupos que se mantienen y reproducen sin acceso suficiente a los bienes sociales. Se configura una forma de entender la falta de equidad en la región, cuyo origen se reconoce en el funcionamiento económico, que se refleja y reproduce en múltiples aspectos de la vida económica, social y cultural. Finalmente surgen documentos y discusiones sobre Igualdad, Justicia, Derechos, Diferencias, Reconocimiento, conceptos necesarios derivados de haber introducido un valor como la equidad en el análisis de la sociedad latinoamericana. Al declarar la existencia de un problema de orden de prioridad que depende de determinados valores otorgados, junto con definirlo se hace necesario explicitar cuál es la idea fundamental que lo convierte en problema, con qué aspectos se relaciona, en qué medida se expresa, qué políticas lo corrigen y bajo qué condiciones desaparece. XXIV

32 Desde el punto de vista del análisis de género, todo aquello que en el sistema económico y social impida o retrase sistemáticamente el acceso de hombres o de mujeres a algún derecho universal constituye una inequidad de género. Este análisis se superpone a los análisis generales de inequidad destacando las diferencias o brechas entre ambos sexos y buscando explicaciones que apoyen la formulación de políticas de equidad de género. Para orientar el balance de género, se rescata de la revisión de los textos en circulación alrededor de la equidad el concepto de ciudadano, portador de derechos inalienables. Se harán dos precisiones: una, referida al enfoque como derechos individuales o de las personas, y la otra al ámbito de derechos que se considerarán. En muchos enfoques la relación entre los sexos, y por tanto la visión de género, queda circunscrita al ámbito de la familia. Al tomar la familia como unidad se desdibujan los derechos individuales de quienes la componen y se acentúan los roles de género, de parentesco, de autoridad y de subordinación. Para hablar de equidad en este documento se privilegia el enfoque individual, en los términos en que lo expresa la siguiente cita, tomada de un estudio sobre indicadores de género: Los indicadores comparan individuos adultos. La mayor parte de las mujeres y los hombres viven mucho de sus vidas con otros: esposas u esposos, niños, parientes mayores y no parientes. Pero la unidad familiar o el hogar no es una unidad adecuada para los indicadores de género. La mayoría de las definiciones de bienestar utilizadas para los indicadores sociales subrayan la importancia de la autodeterminación, seguridad y habilidad para controlar recursos como el dinero, el trabajo propio y las relaciones sociales. Es necesario tener una comprensión mejor de los recursos individuales disponibles por mujeres y hombres, pues XXV

33 pueden afectar la habilidad del individuo para tomar decisiones económicas y negociar con otros, dentro y fuera del hogar. 4 Por otra parte, la familia puede compensar las desigualdades de género producidas en el ámbito individual. En su interior se lleva a cabo la obligación de atender al sustento de los hijos, padres mayores, parientes, y en algunas legislaciones matrimoniales, la obligación del esposo hacia la esposa o de un cónyuge hacia el otro, cualquiera sea su sexo. Cuando los derechos individuales no se aplican por igual a cada sexo, se está dejando a la familia como instancia intermediaria en la redistribución de recursos, monetarios y no monetarios, para asegurar la sobrevivencia de todos sus miembros. Sin embargo, desde el punto de vista de la equidad, la igualdad de los individuos no puede estar basada en una estructura familiar desigual para ambos sexos. Además del principio ético que apoya esta postura cuentan las tensiones que reciben hoy las familias. Desde un punto de vista social, entre las tendencias propias de la vida moderna que minan la cohesión social se señala la movilidad familiar que socavó los núcleos familiares de protección 5 Por una parte, aumentan los riesgos que deben cubrir las familias por el abandono del Estado de Bienestar con la consiguiente disminución de beneficios sociales que lleva a que la seguridad económica familiar esté más basada en el mercado y, por otra, las familias tienen menor capacidad de cubrir dichos riesgos. Tienden a ser más pequeñas y su seguridad económica ya no se basa en tener muchos hijos que aportan trabajo, sino en pocos hijos a los cuales dar más educación, como única seguridad para ellos. Hay más familias sin núcleo completo, con jefatura femenina y ausencia de cónyuge. Por lo tanto, la seguridad individual y la protección de los derechos individuales son más urgentes en las condiciones actuales. 4 Proyecto Economic gender equality indicators encargado por los Ministerios Federales Provinciales / Territoriales Responsables por el Status de las Mujeres, Canadá. Tomado de Internet, publicación ISBN ; CEPAL/IIDH, La Igualdad de los Modernos, 1997; CEPAL, Cómo promover los derechos económicos, sociales y culturales? XXVI

34 En cuanto al ámbito de los derechos a considerar, este documento se limita a la exposición de la situación en relación con los derechos económicos, con plena conciencia de que también hay inequidades de género en otras áreas como las que garantizan las libertades individuales, o el derecho a incidir políticamente en la sociedad. Dentro de un área llamada de Derechos económicos, sociales y culturales 6 se mencionan los siguientes: 1. Derecho al trabajo: derecho a trabajar, derecho a una remuneración satisfactoria y salario mínimo, derecho a jornada de trabajo razonable, condiciones equitativas e igual salario por trabajo igual 2. Derecho a un nivel de vida adecuado 3. Derecho a la seguridad social 4. Derecho a la salud y la asistencia médica 5. Derecho a la vivienda 6. Derecho a la educación 7. Derecho a la cultura Con base en lo anterior, la evaluación de la situación de las mujeres en México, sobre todo lo referente a su incorporación a la esfera pública y al ejercicio pleno de sus derechos, es de gran relevancia, atendiendo a las siguientes razones: La consolidación y el fortalecimiento de la democracia en México depende en un grado importante de la plena participación de las mujeres en la sociedad, lo cual a su vez implicaría la promoción y la puesta en marcha de valores democráticos como la equidad, la justicia, la libertad, la tolerancia, la no discriminación y la no violencia. El empoderamiento de las mujeres que resulta de su participación en modelos de intervención y desarrollo social que implican las microfinanzas son una herramienta efectiva para tal propósito. 6 CEPAL/IIDH, La Igualdad de los Modernos, 1997; CEPAL, Cómo promover los derechos económicos, sociales y culturales? XXVII

35 Más del cincuenta por ciento de la población en nuestro país son mujeres 7, por lo que su participación equitativa en el proceso de toma de decisiones es indispensable para lograr políticas públicas exitosas en beneficio de toda la población. Nuevamente el empoderamiento, seguridad e independencia económica alcanzada por el desarrollo de actividades productivas que generen pequeños préstamos, así como la labor educativa que desarrollan algunas microfinancieras apoyan la ciudadanización de la mujer en nuestro país y de los avances en materia de democratización política, Fenómenos como la violencia contra la mujer y la feminización de la pobreza son elementos de exclusión social que impiden la plena participación e inclusión de las mujeres en el desarrollo integral y el progreso de la sociedad. Por lo tanto, conocer cuál es el trato y cuáles son las oportunidades que el Estado y la sociedad en su conjunto proporcionan a las mujeres sector de la población que históricamente ha sufrido discriminaciones y opresiones- para desarrollar una vida digna y plena, es una tarea de suma importancia para Convergencia en aras de contribuir a la realización de diagnósticos sociopolíticos adecuados que sirvan de base para el diseño de mejores políticas que reditúen finalmente en la construcción de una verdadera democracia. 2. Objetivos de la investigación millones de mujeres de 103 millones de personas, según los resultados definitivos del II Conteo de Población y Vivienda 2005 del Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), en 27 de julio de XXVIII

36 Las cifras oficiales sobre la situación de la mujer en México dan cuenta de que el modelo económico prevaleciente, caracterizado por ser excluyente e inequitativo, representa para el país tasas crecientes de población que sobrevive en condiciones de pobreza y abandono, muy lejos de los beneficios que concentran los grandes propietarios industriales y financieros. Uno de los temas en los que se refleja una mayor inequidad se refiere al acceso a los servicios financieros acordes con sus propias características de la población con menores recursos, en particular el sector de las mujeres, quienes en múltiples ocasiones tienen que asumir la carga y responsabilidad de la manutención de una familia, por lo que tener la posibilidad de acceso a servicios financieros seguros y eficientes que fortalezcan su patrimonio, se convierte en un imperativo de equidad social. Ante el discurso económico dominante, que plantea de manera implícita como irremediable la supuesta dicotomía entre crecimiento económico y desarrollo social, al prevenir que las fuerzas naturales del mercado, es decir un régimen de libre competencia definida por la supervivencia del mas fuerte, es incompatible con una recuperación en el corto plazo de los niveles salariales y por lo tanto del nivel de vida de amplias capas de la población; por lo que en consecuencia es necesario esperar a que esta bonanza económica, de la que disfrutan unos cuantos, se derrame al resto de la sociedad; en donde la producción enfocada a cubrir la demanda externa olvida la satisfacción de las mínimas necesidades de un mercado interno reducido, anárquico y desarticulado. Como alternativa a esta visión reduccionista cobran relevancia algunas de las propuesta de que brindan las microfinanzas, entendidas más como un método de promoción social que como un servicio; manifestándose en los esfuerzos organizacionales, educativos y productivos que realizan organizaciones de la sociedad civil, instituciones nacionales e internacionales de asistencia cuyos esfuerzos van encaminados a los capas sociales de escasos recursos. Este universo de organizaciones se encuentra integrado entre otras, por asociaciones con fines altruistas, sociedades civiles con fines económicos, XXIX

37 fundaciones, cooperativas y mutualistas y aun propiamente empresas privadas; es en estas últimas propuestas donde los promotores de estos esquemas identifican el verdadero potencial del modelo siendo una alternativa viable de organización económica que en base a principios económicos propugna por el desarrollo de sus clientes y su entorno social y cultural. El avance de estas organizaciones en los últimos años es innegable por lo que es necesario volver a ponderar su trascendencia para conocer cual será el papel que estas organizaciones tendrán en el desarrollo de una economía más equilibrada y un desarrollo social más armónico. En este sentido, nuestro interés se centra en las organizaciones microfinancieras que han desarrollado el servicio financiero como estrategia para promover la organización y el desarrollo de sus clientes, es relevante plantearse esta investigación dado que en la actualidad el sector se haya en un proceso de renovación y redefinición de su naturaleza, por lo que es relevante estimular su papel y mediar sus alcances para corroborar el papel que deberán de cumplir estas organizaciones en el marco de la reforma a la estrategia de desarrollo social para miles de familias mexicanas que sufren de grandes carencias y la falta de alternativas de sustento económico que enfrenta el país. XXX

38 2. OBJETIVOS DE LA INVESTIGACIÓN. Objetivo general Examinar la participación de la mujer en los esquemas microfinancieros como medio para promover el desarrollo social a través del empoderamiento de la mujer, y con ello avanzar hacia la equidad de género en México. Objetivos específicos Identificar los mecanismos y metodologías de aplicación general en los esquemas microfinancieros para promover la equidad de género como forma de participación e inclusión social de las mujeres. Conocer los modelos microfinancieros de intervención a favor de la mujer, para establecer políticas encaminadas a promover la equidad de género en materia de participación e inclusión social de las mujeres. Examinar la evidencia existente en diversas experiencias de microcrédito a nivel mundial con respecto a las diversas formas e impacto de dichas acciones en el empoderamiento de la mujer. Exponer que la violencia contra la mujer y la feminización de la pobreza son fenómenos que atentan contra los derechos humanos de la mujer, impidiendo su plena participación e inclusión en la sociedad en condiciones de igualdad. XXXI

39 3. PLANTEAMIENTO Y DELIMITACIÓN DEL PROBLEMA Sin duda como un nuevo enfoque para el fomento del desarrollo social, han surgido iniciativas que proponen la solución a problemáticas sociales específicas a partir de esquemas no subsidiados y autosustentables, y que tienen la particularidad de centrarse en el individuo como el principal gestor de desarrollo, este sentido uno de los esfuerzos más sistematizados se refiere al sector de la inclusión financiera que atienden las organizaciones microfinancieras. El postulado general afirmaría que es posible a partir de la dotación de una serie de servicios financieros de baja escala fortalecer las actividades económicas que desarrollan estos sectores y de forma particular promover la asimilación de prácticas que favorecen la salud y las capacidades productivas, principalmente de las mujeres. La irrupción de la mujer en la vida pública ha sido uno de los eventos más trascendentales del siglo XX. Los movimientos feministas de mediados del siglo XX lucharon por los derechos de la mujer hasta lograr que sus demandas fueran incluidas en las agendas internacionales y nacionales. A pesar de los grandes esfuerzos y las batallas ganadas a favor de las mujeres, en la actualidad aún se presenta una realidad bastante desfavorable y desigual para este sector de la población. Incluso se evidencia que la mujer es, en pleno siglo XXI, un sujeto político en construcción que goza de una ciudadanía incompleta. A escala mundial el debate sobre la equidad de género, en particular el que se refiere al ejercicio pleno de los derechos de las mujeres comenzó a ocupar un lugar prioritario a partir de la celebración de la Primera Conferencia Mundial sobre la Mujer, celebrada en México en el año de A la celebración de ésta siguieron otras tres Conferencias, siendo la cuarta (Beijing, 1995) la más importante. Hoy en día, la imperiosa necesidad de atender este tema y solucionar los graves problemas que todavía aquejan a las mujeres a nivel global queda XXXII

40 expresada en los Objetivos de Desarrollo del Milenio (2002), entre los cuales destaca justamente el objetivo de promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer. 8 Es en éste contexto, donde también sea reconocido el papel de las microfinanzas en el desarrollo de las capacidades productivas de las mujeres, en tanto permite fortalecer su autonomía económica y seguridad, haciéndola el promotor más importante del desarrollo social. En este sentido, la promoción de la equidad de género en diversos ámbitos de la vida social se convierte en un factor elemental para la construcción de ciudadanía, ya que introduce aspectos de participación social y la realización personal, que inciden en el ejercicio de sus derechos fundamentales, dando lugar a una nueva ciudadanía, más integral y completa con la participación de todos. En este marco las acciones afirmativas como las que proponen las entidades microfinancieras como el Banco Gremmen son una medida significativa e institucional para garantizar una inclusión social, más autónoma que recoge las circunstancias específicas de la mujer, y en particular aquellas que viven en la extrema pobreza. Cabe destacar que dichas medidas por sí solas tienen un efecto positivo relativo, no obstante, su importancia también radica en los efectos colaterales que estas medidas puedan tener. A saber, el fomento de una cultura de participación, la promoción de principios como la corresponsabilidad entre hombres y mujeres y la erradicación del machismo. Ante esta situación es evidente que los esfuerzos que se han dado en favor del desarrollo de la mujer a través de mecanismos financieros no han sido suficientes para modificar la condición de desigualdad que aun prevale. No obstante, no deja de reconocerse los avances que ha habido en la materia muchas veces auspiciados por organismos internacionales. 8 Organización de las Naciones Unidas (ONU), en 9 de mayo de XXXIII

41 En términos de inclusión social y financiera de las mujeres, observamos dos fenómenos que cruzan transversalmente la vida y la dignidad de las mujeres mexicanas, estos son la violencia y la pobreza. Ambas situaciones inhiben el desarrollo de las mujeres, sumiéndolas en una posición de franca desigualdad y discriminación. Así, se reconoce que la falta de condiciones favorables para que las mujeres puedan desarrollarse de una manera plena, tanto en la esfera privada como en la pública, es una forma de exclusión social. Estos problemas y el gran reto que significa erradicarlos dan muestra de la complejidad del asunto. El tratamiento correcto de estos temas debe inscribirse en una concepción más amplia e integral de la democracia. Es decir, debe superarse la visión meramente formal de este sistema político. El suministro de servicios financieros a empresarios y productores de bajos ingresos ha sido reconocido como un medio efectivo para afrontar la pobreza y fomentar el desarrollo económico. Sin embargo, a pesar de la posible contribución de los servicios financieros en el mejoramiento de la situación y el empoderamiento de la mujer, este proceso no ocurre de forma automática. En muchos casos los beneficios pueden ser marginales e incluso se puede desempoderar a las mujeres (Mayoux, 2000). Entre los temas que nos permiten reflexionar sobre los posibles efectos positivos y negativos de los servicios financieros se compararon tres paradigmas: el paradigma de la autosustentabilidad que pone énfasis en los elementos financieros con el objetivo final de crear programas grandes, rentables y totalmente independientes desde el punto de vista económico, el paradigma del alivio de la pobreza con énfasis en el desarrollo comunitario, en términos que van más allá de los ingresos comerciales para abarcar mayores capacidades y opciones, y reducir la vulnerabilidad de las personas pobres, y el paradigma feminista - en donde se promueva el microfinanciamiento como un punto de entrada en el contexto de una estrategia más amplia para el empoderamiento económico y sociopolítico de las mujeres que se centra en la sensibilidad de género y la organización feminista. XXXIV

42 A pesar de la alta participación de la mujer en los programas microfinancieros, existe un debate sobre los efectos que causan sus servicios en el nivel de vida de las mujeres. Este estudio pretende sistematizar las percepciones y las experiencias que existen en torno al tema tanto en el ámbito de estos programas, como en la cooperación internacional y el gobierno. A través del análisis de la información se han identificado ideas, metodologías y modelos que podrían contribuir a mejorar la orientación de los servicios financieros brindados a las mujeres. El propósito del estudio es describir la forma en que las mujeres hacen uso de servicios financieros así como investigar sobre el conocimiento que han aportado las mejores prácticas del continente latinoamericano y México. Se reconoce que la combinación entre servicios no-financieros y financieros para las micro y pequeñas empresas es la clave para lograr éxito, pero para fines de enfoque y para restringir el alcance, el presente trabajo se concentrará básicamente en los servicios financieros. Independientemente del paradigma que sea aplicado, el mayor reto de las instituciones Microfinancieras (IMF) es buscar el balance adecuado entre la sostenibilidad, el impacto y el alcance, en relación con su misión. Las IMF deberían ajustar sus herramientas de monitoreo a esta misión, de tal forma que si se plantea una misión de carácter social, debería tener la posibilidad de evaluar hasta qué grado se ha cumplido con el cambio social que se ha propuesto. Estudios alrededor del mundo reportan que la mujer representa entre el 60-70% de la clientela de las IMF. En el debate internacional con respecto al tema de microfinanzas y género destaca la discusión sobre la importancia de ofrecer servicios integrales, para evitar un impacto negativo y para asegurar el empoderamiento de la mujer. Otro tema de discusión es el pertinente al control del crédito otorgado a la mujer, ya que según la literatura en algunos casos hasta el 60 % de los hombres controlan y utilizan el crédito otorgado a la mujer. XXXV

43 Los último años con el arribo a la presidencia de nuevas opciones políticas, es oportuno delimitar el estudio dentro el periodo que va del año 2000 al 2010, periodo caracterizado por la alternancia en el poder en un marco de pluripartidismo; en este sentido se reconoce que, cuando menos en términos formales, se inició a partir de esa fecha el proceso de consolidación democrática en México. XXXVI

44 4. PREGUNTAS DE INVESTIGACIÓN Cuál es el modelo prevaleciente de la intervención a través de las microfinanzas para promover la equidad de género? Qué características presentan las experiencias internacionales a favor de la mujer exitosa y las políticas encaminadas a promover la equidad de género a partir de modelos de intervención sustentados en la provisión de servicios microfinancieros? En qué medida los enfoques microfinancieros centrados en mujeres resultan en un mecanismo óptimo para generar en sus participantes un proceso de empoderamiento que tenga incidencia en la promoción de la equidad de género en México? Cómo se manifiestan los efectos de la violencia y la feminización de la pobreza en el desarrollo de las mujeres mexicanas? XXXVII

45 5. MARCO TEÓRICO Y CONCEPTUAL DE REFERENCIA 1. Género y Desarrollo En la actualidad, las IMF y los Programas de crédito constituyen parte importante del servicio crediticio a los pequeños y medianos empresarios y los pequeños productores. Los servicios financieros que ofrecen estas entidades son cruciales para facilitar el desarrollo de oportunidades de estos sectores, y de ese modo contribuyen al desarrollo y crecimiento económico del país. La participación de las mujeres en los Programas microfinancieros es relativamente alta. En las zonas urbanas y rurales la clientela femenina representa el 59% y 38% respectivamente (Agurto y Guido 2001), producto de la concentración de mujeres en el sector informal. Las múltiples responsabilidades de las mujeres y su nivel educativo - relativamente bajo- le impide el acceso al sector bancario formal, donde la representación de la mujer es menor. Sin embargo, las mujeres acceden al 42 % de los fondos en el sector urbano y 17 % en el sector rural, reflejando la brecha que existe entre los montos otorgados a mujeres y a hombres. Las IMF generalmente no diferencian entre la demanda de crédito por parte de las mujeres o los hombres, lo cual puede traer como consecuencia que los servicios no se ajusten a las necesidades de ambos. Las mujeres tienen prioridades que guardan una estrecha relación con sus actividades productivas y reproductivas (mantener la empresa y la familia al mismo tiempo), y, además, sus empresas se encuentran en sectores que requieren de atención diferida por parte de los programas crediticios Feminización de la pobreza La igualdad de oportunidades de género y el empoderamiento de la mujer son elementos integrales y esenciales de cualquier estrategia seria de crecimiento XXXVIII

46 económico y de desarrollo en favor de los pobres. Las mujeres son más de la mitad de la población del mundo y por lo menos el 70% se encuentra entre los más pobres, y por lo tanto no pueden ser percibidas como una preocupación marginal para el sector financiero, particularmente un sector que clama reducir la pobreza. La supresión de la discriminación de género y la promoción de los derechos humanos de la mujer son exaltados en acuerdos internacionales firmados por la mayoría de los gobiernos y respaldados por la mayoría de las agencias de desarrollo. Esto bajo la premisa de que aumentar el acceso de la mujer a servicios financieros puede iniciar potencialmente una serie de "espirales virtuosas" de empoderamiento económico, que aumenten el bienestar de las mujeres y sus familias y extiendan el empoderamiento social y político. Más aún, las microfinanzas grupales reúnen a millones de mujeres y hombres en todo el mundo, ésta es una fuerza potencialmente significativa para la igualdad y el empoderamiento, que a su vez, contribuye al crecimiento económico, al desarrollo en favor de los pobres y al fortalecimiento de la sociedad civil. En la reciente Cumbre de Microfinanzas Asia Pacífico, esta corriente de abandono, y con frecuencia oposición abierta a abordar temas de género, parece haber empezado a cambiar con la firma del borrador de un protocolo de género por más de 400 participantes, incluyendo figuras prominentes del movimiento de microfinanzas. Las propuestas recientes toman como punto de partida la idea de un sector financiero diversificado, donde diferentes actores pueden tener diferentes enfoques y roles, pero en el que cada uno tendrá un fuerte compromiso con la igualdad de oportunidades de género y empoderamiento de la mujer e integrarán estos principios en sus estructuras organizacionales, producto y servicio y rol a nivel macro y de políticas. El debate en el sector sobre el camino por seguir, significa ir construyendo sobre el trabajo previo y cabildeado por muchos practicantes e investigadores. XXXIX

47 La diferencia biológica convertida en fundamento de la discriminación ha producido a lo largo de toda la región latinoamericana brechas éticamente inaceptables aunque afortunadamente susceptibles de ser socialmente evitables. La discriminación hacia las mujeres puede ser evitada a través de políticas de equidad que trasciendan la mera modificación de roles en favor de transformaciones estructurales, y culturales instaladas en el conjunto de instituciones de la región. El análisis de género de las desigualdades no se limita a la simple comparación entre hombres y mujeres, aunque requiere necesariamente de ella para realizar un análisis apropiado de la realidad social. Por eso, un primer paso consiste en lograr la visibilidad estadística de las diferencias. Conocer los efectos diferenciados que sobre hombres y mujeres tienen las políticas económicas no es un mero ejercicio académico y reviste la mayor importancia si tomamos en cuenta que, como lo muestra el estudio, las mujeres, independientemente del grupo social al que pertenecen son objeto de discriminación y se encuentran siempre en desventaja respecto de sus pares varones. El análisis de género es una herramienta para visualizar una de las mayores injusticias de la humanidad y sirve para formular políticas que tiendan a la eliminación de toda forma de discriminación como un tributo al avance en el respeto a los derechos humanos. No sólo eso, el análisis de género es una herramienta al servicio del crecimiento económico pues visibiliza las potencialidades y limitaciones que enfrenta la mitad de la población para que los países logren el ansiado objetivo de la competitividad sistémica. El estudio nos muestra a través de un análisis de la información oficial cómo la distribución de los ingresos, se asienta sobre un contrato cultural impuesto que otorga una alta valoración a la maternidad femenina y considera natural el trabajo doméstico no remunerado de las mujeres frente a una aun prevaleciente noción de XL

48 hombre proveedor cada vez más contestada por la realidad social. Los ingresos globales por sexo son la síntesis de la forma específica como las mujeres acceden al mercado laboral, a la propiedad y a las transferencias. Aunque la tendencia es decreciente, la capacidad de generar ingresos es siempre menor para las mujeres de la región. Esto mientras su aporte a la reproducción sigue en la oscuridad estadística. En América Latina los adultos dependientes económicamente son mayoritariamente mujeres aunque uno de los rasgos más impactantes de la última década es el masivo ingreso de las mujeres al trabajo remunerado. El estudio señala la importancia estratégica que tiene para la equidad el medir las horas de trabajo destinadas al trabajo doméstico no remunerado obligación que permanece ampliamente asociada a mujeres y niñas y que sumada al creciente trabajo remunerada da cuenta de las condiciones de injusticia bajo las que las mujeres se integran al mercado laboral. La ausencia de políticas de redistribución de las responsabilidades familiares aparece pues como una prioridad de la política social. Otro aporte significativo del análisis desagregado es que nos permite no solo evidenciar las brechas entre hombres y mujeres en el mercado laboral si no las brechas entre grupos de mujeres como resultado de desventajas adicionales enfrentadas por las mujeres pobres, indígenas y jóvenes. La segregación ocupacional es también negativa para las mujeres Aunque las tasas de participación de las mujeres en la actividad económica se han incrementado todavía muestran un claro sesgo a favor de los hombres cuyas tasas son mayores. El estudio demuestra además que no se ha establecido una relación entre las tasas de participación, generalizadas en toda la región, y el nivel el PIB. El desempleo es también mayor en todos los casos lo que sugiere la necesidad de conocer los mecanismos de discriminación en el proceso de búsqueda de iguales oportunidades en el empleo. XLI

49 Si esto es así es necesario encontrar respuestas adecuadas al crecimiento acelerado de la participación de las mujeres en la actividad económica, las mismas que no necesariamente pertenecen al ámbito cerrado de la economía y que pueden explicarse por factores de ampliación de ciudadanía, tipo de reformas estructurales en curso, fortaleza de los movimientos sociales y factores culturales e institucionales. La información muestra que las mujeres están sobre representadas en empresas de baja productividad y sobrepresentadas en los de media y alta. Igualmente los ingresos de las mujeres en estos sectores corresponden al 50% de los ingresos masculinos. El estudio muestra un cuadro de los aspectos económicos de la equidad de género demostrando que en prácticamente todos los indicadores como son empleo, desempleo, ingresos, propiedad y puestos administrativos la situación de desventaja es mayor para las mujeres. Aunque aumenta la presencia femenina en la actividad económica, disminuye la brecha de ingresos y mejoran los niveles educativos, las mujeres de la región aun no consiguen eliminar las distancias que las separan de sus pares varones y siguen enfrentando no solo una mayor carga de trabajo incluido el trabajo doméstico no remunerado y el trabajo comunitario, si no que obtienen menores beneficios de los sistemas previsionales y no consiguen superar la brecha de género en la toma de decisiones tal como lo demuestran estudios complementarios realizados por la CEPAL. El estudio es una muestra de las posibilidades de análisis que brinda la información disponible para realizar análisis relevantes sobre la política económica y social. Sin embargo, queda claro que aun debemos enfrentar retos conceptuales y metodológicos que permitan medir aspectos vinculados al trabajo doméstico no remunerado, el uso del tiempo, los aportes y beneficios diferenciados de hombres XLII

50 y mujeres al sistema previsional y otros de importancia para las políticas de equidad en la región. 4. El género y el diseño de servicios de ahorro Hasta el momento, la discusión no ha sido particularmente específica en cuanto a género. Aunque las mujeres probablemente valoran más que los hombres el anonimato y el apoyo social para ahorrar, todas las personas, no importan su género, buscan bajos costos de transacción, seguridad, tasas positivas de rendimiento, y acceso rápido a fondos. A veces se asume que las microfinanzas tienen una habilidad especial para empoderar a las mujeres, pero, como lo apuntó Johnson (1999, p. 1), "Las microfinanzas, no más que otro tipo de intervención, no está bendecida con la habilidad para corregir los desequilibrios de poder que resultan de las inequidades causadas por la forma en que la sociedad trata a los hombres y a las mujeres." Basada en la teoría del sexismo, esta sección explora cómo el diseño de los servicios formales de ahorro puede tratar asuntos tales como la violencia doméstica y las responsabilidades del hogar que son específicas de las mujeres. 4.1 Orígenes del sexismo La inequidad beneficia a algunos grupos de personas, por eso las sociedades pueden oprimir a algunos grupos. Para distinguir los oprimidos de los opresores, se requieren marcas indelebles, generalmente características físicas visibles tales como color de la piel, edad, o sexo. Los esclavos que no pueden distinguirse de sus dueños son a menudo marcados o tatuados. Los acentos también pueden marcar a los oprimidos. Las mujeres difieren visiblemente de los hombres. Entre otras cosas son, en promedio, más pequeñas. Las diferencias visibles, combinadas con las diferencias XLIII

51 en fuerza física, les permiten a los hombres usar la violencia para imponer su voluntad sobre las mujeres. Con el tiempo, una estructura de privilegios masculinos se enraizó tanto que aún sin amenazas de violencia la opresión de las mujeres es aceptada sin pensar por ambos sexos. Dentro de un hogar, la violencia o su amenaza es todavía, con frecuencia, la forma principal en que un hombre específico puede imponer sus privilegios sobre una mujer específica. El privilegio principal de los maridos es encargar a las mujeres tareas difíciles, aburridas, no remuneradas, o poco glamorosas. Por tanto, las mujeres pobres en los países en desarrollo acarrean agua, juntan leña, cocinan, limpian y cuidan los niños. Aún cuando las mujeres no están inclinadas por naturaleza a cuidar más de los niños que los hombres, el mayor tiempo que invierten cuidando niños tiende, probablemente, a que desarrollen mayor afección y responsabilidad. Para las mujeres que se resistan al trabajo duro y tedioso y a la violencia doméstica, hay una serie de castigos e impedimentos que podrían hacer que el no casarse sea peor que un mal matrimonio. Por ejemplo, en algunos países, los bienes de la pareja son legalmente propiedad del marido. Típicamente, las muchachas reciben menos educación que los muchachos. Por ende, si una mujer deja su matrimonio o nunca se casa podría quedar con gran desventaja en el mercado laboral. En resumen, las mujeres son despojadas sistemáticamente del capital humano y de otros bienes, y esto las desanima para resistir las tareas desagradables y para salirse de malos matrimonios. 4.2 Las microfinanzas y el sexismo Qué pueden hacer las microfinanzas? Hasta ahora, su éxito ha consistido en brindar créditos para la compra de activos fijos o inventarios a mujeres que administran negocios muy pequeños (microempresas). Si todo lo demás permaneciera constante, esto disminuiría la desventaja de las mujeres en el mercado y, por tanto, aumentaría su poder de negociación en el hogar. XLIV

52 Por supuesto, no todo lo demás permanece constante. La simple recepción de créditos no necesariamente empodera financiera y socialmente a las mujeres (Johnson and Kidder, 1999). Algunas investigaciones sugieren que "expandir el acceso de las mujeres a las oportunidades y recursos económicos no siempre las hace menos vulnerables a la violencia doméstica" (Schuler, Hashemi, and Badal, 1998, p. 5). Kantor (2000) y Dunn and Arbuckle (2000) también encontraron que el mayor éxito de las mujeres en los negocios debido al acceso a las microfinanzas puede reducir la influencia de la opinión de las mujeres en las decisiones del hogar. Algunos autores sugieren que las organizaciones de microfinanzas den créditos para los gastos de las labores domésticas (tales como gastos en salud y educación). Pero esto es poco probable o factible. Los créditos deben pagarse, y a menos que una mujer tenga un negocio o un empleo que produzca efectivo para atender el servicio de la deuda, es poco factible que los prestamistas se arriesguen con créditos específicos para los gastos derivados de las responsabilidades domésticas. El ahorro puede, sin embargo, financiar los gastos asociados con las labores domésticas. Es más, el ahorro puede brindar recursos para hacer resistencia y tal vez dejar una mala relación, si una mujer puede mantener los ahorros bajo su control. La próxima sección describe unas propuestas diseñadas para dos tipos de servicios de ahorro. La primera les permite a las mujeres acumular activos financieros y no financieros fuera del hogar de manera segura. La segunda subsidia los ahorros destinados a algunos aspectos relacionados con las labores domésticas que, por lo general, se encargan a las mujeres El empoderamiento de la mujer, un problema de EQUIDAD XLV

53 Para enfocar las desigualdades entre los sexos es imprescindible hacer algunas precisiones. Se utiliza la palabra sexo para indicar la condición biológica que distingue a mujeres y hombres. Ante lo cual es necesario establecer con precisión la definición de Género, la cual es la construcción cultural de un conjunto de roles y valores correspondientes a uno y otro sexo, y se le denomina así para enfatizar que su definición es histórica y socialmente construida. En la sociedad latinoamericana de los noventa persisten con fuerza dos principios que han regulado las relaciones básicas entre los sexos y que dan homogeneidad a la construcción de género en la región, con diferencias de grado entre países como se demostrará más adelante. Uno rige en el ámbito económico y se refiere a la división sexual del trabajo entre mujeres y hombres. Aunque las cifras de los noventa muestran que un sector numeroso de mujeres comparte por igual que los hombres el rol de proveedora económico de sus hogares, aún las normas de trabajo y de funcionamiento social están reguladas por la idea de que los hombres generan ingresos y las mujeres ocupan su tiempo principalmente en las tareas del hogar y la reproducción familiar. El mismo principio rige la división del trabajo por sexo reproducida en el mercado laboral. La sociedad tarda en adecuarse a los cambios económicos, en este aspecto mucho más que en otros, lo que realza la importancia de tener en consideración el género al diseñar políticas generales. El otro principio rige en el ámbito cultural, aunque su origen está ligado al primero, y se refiere a la desvalorización cultural de lo femenino en relación con lo masculino en el mundo social: en la economía, en la política, en el trabajo, en la educación. XLVI

54 Se explicitan estos fundamentos de nuestra organización social en relación con el género por dos razones. Primero, porque constituyen los impedimentos básicos y más profundos para equiparar las oportunidades de ambos sexos y segundo, porque su disminución y desaparición da sentido a las metas de equidad de género. La presentación que sigue da cuenta de tendencias que habrá que tomar en cuenta para la formulación de políticas que favorezcan el logro de la equidad de género. Diversos organismos como la CEPAL, atenta a la evolución de la economía, han llamado la atención sobre las consecuencias que ésta ha tenido sobre aspectos importantes de la vida de las personas destacando la creciente desigualdad en la distribución del ingreso entre los hogares, originada principalmente en el funcionamiento del mercado de trabajo. Las causas de las desigualdades de ingreso se asocian a la desigual distribución del capital educativo entre las personas y a la menor creación y disponibilidad de empleos con productividad media y alta. Se sugieren políticas correctivas tanto para la educación como para la transformación productiva que proporcionen mayor equidad en el mercado laboral. Este enfoque se complementa posteriormente con preocupaciones de otros ámbitos, más o menos relacionadas con la inequitativa distribución de los frutos del crecimiento económico a toda la población. Son las desigualdades en términos de beneficios sociales (seguridad social, acceso a salud y vivienda) de participación política, económica y cultural, de deterioro ambiental, de integración social (participación social y expresión de demandas). En ese marco se entiende a la equidad de género como parte de la equidad social. El énfasis puesto en los estudios sobre la generación de pobreza, como síntesis de la situación de quienes están más carentes de bienestar, incorpora la noción de XLVII

55 exclusión que define a aquéllos grupos que se mantienen y reproducen sin acceso suficiente a los bienes sociales. Se configura una forma de entender la falta de equidad en la región, cuyo origen se reconoce en el funcionamiento económico, que se refleja y reproduce en múltiples aspectos de la vida económica, social y cultural. Finalmente surgen documentos y discusiones sobre Igualdad, Justicia, Derechos, Diferencias, Reconocimiento, conceptos necesarios derivados de haber introducido un valor como la equidad en el análisis de la sociedad latinoamericana. Al declarar la existencia de un problema de orden de prioridad que depende de determinados valores otorgados, junto con definirlo se hace necesario explicitar cuál es la idea fundamental que lo convierte en problema, con qué aspectos se relaciona, en qué medida se expresa, qué políticas lo corrigen y bajo qué condiciones desaparece. Desde el punto de vista del análisis de género, todo aquello que en el sistema económico y social impida o retrase sistemáticamente el acceso de hombres o de mujeres a algún derecho universal constituye una inequidad de género. Este análisis se superpone a los análisis generales de inequidad destacando las diferencias o brechas entre ambos sexos y buscando explicaciones que apoyen la formulación de políticas de equidad de género. Para orientar el balance de género, se rescata de la revisión de los textos en circulación alrededor de la equidad el concepto de ciudadano, portador de derechos inalienables. Se harán dos precisiones: una, referida al enfoque como derechos individuales o de las personas, y la otra al ámbito de derechos que se considerarán. XLVIII

56 En muchos enfoques la relación entre los sexos, y por tanto la visión de género, queda circunscrita al ámbito de la familia. Al tomar la familia como unidad se desdibujan los derechos individuales de quienes la componen y se acentúan los roles de género, de parentesco, de autoridad y de subordinación. Para hablar de equidad en este documento se privilegia el enfoque individual, en los términos en que lo expresa la siguiente cita, tomada de un estudio sobre indicadores de género: Los indicadores comparan individuos adultos. La mayor parte de las mujeres y los hombres viven mucho de sus vidas con otros: esposas u esposos, niños, parientes mayores y no parientes. Pero la unidad familiar o el hogar no es una unidad adecuada para los indicadores de género. La mayoría de las definiciones de bienestar utilizadas para los indicadores sociales subrayan la importancia de la autodeterminación, seguridad y habilidad para controlar recursos como el dinero, el trabajo propio y las relaciones sociales. Es necesario tener una comprensión mejor de los recursos individuales disponibles por mujeres y hombres, pues pueden afectar la habilidad del individuo para tomar decisiones económicas y negociar con otros, dentro y fuera del hogar. Por otra parte, la familia puede compensar las desigualdades de género producidas en el ámbito individual. En su interior se lleva a cabo la obligación de atender al sustento de los hijos, padres mayores, parientes, y en algunas legislaciones matrimoniales, la obligación del esposo hacia la esposa o de un cónyuge hacia el otro, cualquiera sea su sexo. Cuando los derechos individuales no se aplican por igual a cada sexo, se está dejando a la familia como instancia intermediaria en la redistribución de recursos, monetarios y no monetarios, para asegurar la sobrevivencia de todos sus miembros. Sin embargo, desde el punto de vista de la equidad, la igualdad de los individuos no puede estar basada en una estructura familiar desigual para ambos sexos. XLIX

57 Además del principio ético que apoya esta postura cuentan las tensiones que reciben hoy las familias. Desde un punto de vista social, entre las tendencias propias de la vida moderna que minan la cohesión social se señala la movilidad familiar que socavó los núcleos familiares de protección Por una parte, aumentan los riesgos que deben cubrir las familias por el abandono del Estado de Bienestar con la consiguiente disminución de beneficios sociales que lleva a que la seguridad económica familiar esté más basada en el mercado y, por otra, las familias tienen menor capacidad de cubrir dichos riesgos. Tienden a ser más pequeñas y su seguridad económica ya no se basa en tener muchos hijos que aportan trabajo, sino en pocos hijos a los cuales dar más educación, como única seguridad para ellos. Hay más familias sin núcleo completo, con jefatura femenina y ausencia de cónyuge. Por lo tanto, la seguridad individual y la protección de los derechos individuales son más urgentes en las condiciones actuales. En cuanto al ámbito de los derechos a considerar, este documento se limita a la exposición de la situación en relación con los derechos económicos, con plena conciencia de que también hay inequidades de género en otras áreas como las que garantizan las libertades individuales, o el derecho a incidir políticamente en la sociedad. Dentro de un área llamada de Derechos económicos, sociales y culturales se mencionan los siguientes: 1. Derecho al trabajo: derecho a trabajar, derecho a una remuneración satisfactoria y salario mínimo, derecho a jornada de trabajo razonable, condiciones equitativas e igual salario por trabajo igual 2. Derecho a un nivel de vida adecuado 3. Derecho a la seguridad social 4. Derecho a la salud y la asistencia médica 5. Derecho a la vivienda 6. Derecho a la educación 7. Derecho a la cultura L

58 Sin embargo, teniendo en cuenta que los niveles económicos de los países son diferentes, al considerar las brechas de género se advierte que no necesariamente están relacionadas con la productividad media o la transferencia de recursos entre grupos sociales. En ellas influyen fuertemente factores culturales. Los estudios de género. Para Rosa Entel los estudios de género se refieren al segmento de la producción del conocimiento que se ha ocupado de este ámbito de la experiencia humana: las significaciones atribuidas al hecho de ser varón o mujer en cada cultura y en cada sujeto. 9 O bien como señala podría aceptarse que son reflexiones sobre género todas aquellas que se han hecho a lo largo de la historia del pensamiento humano acerca de los sentimientos y las consecuencias sociales y subjetivas que tiene pertenecer a uno u otro sexo. 10 Los estudios de género, los cuales incluyen desde la concepción más general de la teoría de género y la perspectiva de género hasta problemas más específicos como la situación política, económica y social de la mujer 11, han sido abordados en su mayoría por académicas provenientes del movimiento feminista y/o especialistas en temas de derechos humanos, democracia y desarrollo. Asimismo, diversas organizaciones internacionales han contribuido amplia y sistemáticamente a la investigación y el análisis del enfoque de género, destacando la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en cuyo seno además de haberse suscrito documentos a favor de los derechos humanos, en general, y de los derechos de la mujer, en particular, como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (1966), el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (1966) y la Convención sobre la Eliminación de 9 Rosa Entel, Mujeres en situación de violencia familiar, Espacio Editorial, Buenos Aires, 2002, p Íbidem. 11 Si bien los estudios de género se basan en el análisis de las relaciones entre ambos géneros femenino y masculino-, la mayoría de los estudios se centran en la situación de las mujeres, ya que este sector es el que ha sufrido desventajas a partir, justamente, de la concepción que históricamente se ha tenido de las relaciones entre hombres y mujeres. LI

59 Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer (1979); también se han convocado las Conferencias Mundiales sobre la Mujer (1975, 1980, 1985, 1995). En el caso particular de la promoción y defensa de los derechos de la mujer, se encuentran también a escala mundial organismos como el Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación para la Promoción de la Mujer (INSTRAW) y el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM). En América Latina, dos de las instituciones que más han contribuido y difundido la aplicación de la perspectiva de género para lograr un desarrollo más integral en los países latinoamericanos han sido: la Organización de Estados Americanos (OEA) y la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL). Así, a partir de los instrumentos internacionales y de los estudios derivados de estas organizaciones se ha creado un cuerpo de conceptos, propuestas, ideas y argumentos que han llegado a formar un marco teórico y conceptual sobre el tema de género. En México, la institución que ha trabajado este tema y que, mediante sus programas e investigaciones, ha alimentado el desarrollo de los estudios de género es el Instituto Nacional de las Mujeres (INMUJERES). Por su parte, en el ámbito académico han destacado la Universidad Nacional Autónoma de México a través su Programa Universitario de Estudios de Género (PUEG) y el Colegio de México con su Programa Interdisciplinario de Estudios de la Mujer (PIEM) Elementos teórico-conceptuales para el desarrollo de la investigación La teoría de género Los estudios de género, ya sea desde la perspectiva institucional o a partir de las diversas visiones académicas, tienen como base y núcleo de su análisis el LII

60 concepto de género. Este concepto, a grandes rasgos, se refiere al conjunto de valores, atributos, roles y representaciones que la sociedad asigna a hombres y mujeres. En palabras de Marcela Lagarde antropóloga feminista-, hablar de géneros es hablar de: grupos biosocioculturales, construidos históricamente a partir de la identificación de características sexuales que clasifican a los seres humanos corporalmente. Ya clasificados se les asigna de manera diferencial un conjunto de funciones, actividades, relaciones sociales, formas de comportamiento y normas. Se trata de un complejo de determinaciones y características económicas, sociales, jurídicas, políticas y psicológicas, es decir, culturales, que crean lo que en cada época, sociedad y cultura son los contenidos específicos de ser hombre y ser mujer. 12 Otra definición de género bastante amplia y generalizada es la proporcionada por el INSTRAW, la cual versa de la siguiente manera: Género se refiere a la gama de roles, relaciones, características de la personalidad, actitudes, comportamientos, valores, poder relativo e influencia, socialmente construidos, que la sociedad asigna a ambos sexos de manera diferenciada. Mientras el sexo biológico está determinado por características genéticas y anatómicas, el género es una identidad adquirida y aprendida que varía ampliamente intra e interculturalmente. El 12 Marcela Lagarde, Identidad genérica y feminismo, Ponencia en el XIII Congreso Internacional de Ciencias Antropológicas y Etnológicas, México, 1993, citado en María Cecilia Alfaro, Develando el género. Elementos conceptuales básicos para entender la equidad, Unión Mundial para la Naturaleza, Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano, Costa Rica, 1999, p. 32. LIII

61 género es relacional ya que no se refiere exclusivamente a las mujeres o a los hombres, si no a las relaciones entre ambos. 13 Con frecuencia la idea de género es erróneamente interpretada como sinónimo de feminidad, haciendo referencia únicamente a los asuntos de la mujer. No obstante, como se señala en la definición anterior, el género incluye tanto al género femenino como del masculino. Justamente, lo valioso de emplear este concepto en el estudio de la realidad social radica en la concepción de las relaciones entre hombres y mujeres, las relaciones entre los dos sexos. Ahora bien, cuál es el planteamiento de fondo que hace del enfoque de género un enfoque democrático e innovador en el estudio de las relaciones humanas? A esta pregunta la feminista Marta Lamas sostiene que la diferencia sexual entre hombres y mujeres ha implicado históricamente una desigualdad social. En este sentido, lo que el concepto de género ayuda a comprender es que muchas de las cuestiones que pensamos que son atributos naturales de los hombres o de las mujeres, en realidad son características construidas socialmente, que no tienen relación con la biología. [Así], a partir de poder distinguir entre el sexo biológico y lo construido socialmente es que se empezó a generalizar el uso de género para hacer referencia a muchas situaciones de discriminación de las mujeres, que han sido justificadas por la supuesta anatomía diferente, cuando en realidad tienen un origen social. 14 A partir de esta concepción del género, se articula la denominada perspectiva de género, la cual es definida por el INMUJERES como la metodología y los mecanismos que permiten identificar, cuestionar y valorar la discriminación, desigualdad y exclusión de las mujeres, que se pretende justificar con base en las diferencias biológicas entre mujeres y hombres, así como las acciones que deben 13 INSTRAW, Glosario, Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación para la Promoción de la Mujer, en 29 de mayo de Marta Lamas, La perspectiva de género, en La Tarea, Revista de Educación y Cultura, México, en 24 de mayo de LIV

62 emprenderse para actuar sobre los factores de género y crear las condiciones de cambio que permitan avanzar en la construcción de la equidad de género. 15 En esta misma lógica, el INSTRAW promueve el análisis de género, el cual se concibe como: una forma sistemática de observar el impacto diferenciado de programas, proyectos, políticas y piezas legislativas sobre los hombres y las mujeres. Este proceso inicia con la recopilación de datos desagregados según sexo y de información sensible al género sobre la población involucrada. El análisis de género también puede incluir el análisis de las múltiples formas en que los hombres y las mujeres, como actores sociales, se involucran en el proceso de transformación de roles, relaciones y procesos socialmente establecidos, motivados por intereses individuales y colectivos. 16 En el ámbito académico, el análisis de género también es concebido como un nuevo enfoque que permite reinterpretar las relaciones sociales de una forma más democrática al incluir las experiencias, las necesidades y los intereses tanto de hombres como de mujeres. Así, en palabras de María Cecilia Alfaro el análisis de género se refiere a: el proceso teórico-práctico que permite analizar diferencialmente los roles entre hombres y mujeres, así como las responsabilidades, el acceso, uso y control sobre los recursos, los problemas o las necesidades, propiedades y oportunidades, con el propósito de planificar el desarrollo con eficiencia y equidad para superar las discriminaciones imperantes, que limitan las posibilidades de que la mujer exprese sus necesidades y preferencias Artículo 5 de la Ley del Instituto Nacional de las Mujeres, Diario Oficial, México, 12 de enero de INSTRAW, Glosario, Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación para la Promoción de la Mujer, en 29 de mayo de María Cecilia Alfaro, Develando el género. Elementos conceptuales básicos para entender la equidad, LV

63 En suma, la utilización de una perspectiva de género, ya sea en el estudio de fenómenos sociales o en el diseño de políticas públicas a favor del bienestar de la sociedad, muestra los siguientes puntos: 1. Cómo las diferencias biológicas se convierten en desigualdades sociales. 2. Cómo estas desigualdades colocan a las mujeres en desventaja con respecto a los hombres. 3. Cómo [estas desigualdades] se construyen desde el nacimiento y no necesariamente son naturales. 4. Cómo [estas desigualdades] se sostienen y reproducen por medio de una serie de estructuras sociales y mecanismos culturales El principio de equidad de género La idea de género y su aplicación como una nueva categoría de análisis social -la teoría de género- tiene sus orígenes en el movimiento feminista de mediados del siglo XX. Como corriente política y filosófica, el feminismo ha buscado promover y defender los derechos de la mujer frente a una estructura tradicionalmente machista que ha impedido históricamente el desarrollo de las mujeres en igualdad de condiciones que los hombres. De esta manera, desde sus orígenes, la teoría de género ha tenido como valor fundamental la equidad entre mujeres y hombres, entendido éste como el acceso de las personas a la igualdad de oportunidades y al desarrollo de [las capacidades básicas]; esto significa que se deben eliminar las barreras que obstaculizan las oportunidades económicas y políticas, así como el acceso a la educación y los Unión Mundial para la Naturaleza, Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano, Costa Rica, 1999, p Mónica Patricia Corona Godínez, et. al., Cultura institucional y equidad de género en la Administración Pública, INMUJERES, México, 2002, p. 10. LVI

64 servicios básicos, de tal manera que las personas (hombres y mujeres de todas las edades, condiciones y posiciones) puedan disfrutar de dichas oportunidades y beneficiarse de ellas. Implica la participación de todas y todos en los procesos de desarrollo. 19 Para el INMUJERES la equidad de género es un concepto que se refiere al: principio conforme al cual hombres y mujeres acceden con justicia e igualdad al uso, control y beneficios de los bienes y servicios de la sociedad, incluyendo aquéllos socialmente valorados, oportunidades y recompensas, con la finalidad de lograr la participación equitativa de las mujeres en la toma de decisiones en todos los ámbitos de la vida social, económica, política, cultural y familiar. 20 Con base en todo lo anterior queda claro que el enfoque de género se trata de una visión democrática que pretende eliminar toda discriminación entre hombres y mujeres, así como garantizar la igualdad de oportunidades para todos. Asimismo, la aplicación de este enfoque intenta construir sociedades más justas y solidarias que promuevan la participación e integración de todos sus miembros, eliminando aquellas percepciones culturales que tradicionalmente han sometido a las mujeres a situaciones de vulnerabilidad y desventaja. En el ámbito de la administración pública, el principio de equidad de género ha sido utilizado como concepto central para diseñar políticas públicas sensibles al género. Tal es el caso de las denominadas políticas de equidad, planteadas por el INMUJERES, las cuales son definidas como la acción afirmativa que pone remedio a injusticias previas o sesgos excluyentes. 21 Sus características son las siguientes: 19 María Cecilia Alfaro, op. cit., pp. 31 y Artículo 5 de la Ley del Instituto Nacional de las Mujeres, Diario Oficial, México, 12 de enero de INMUJERES, Programa Nacional para la Igualdad de Oportunidades y No Discriminación contra las Mujeres ( ), Instituto Nacional de las Mujeres, en 25 de mayo de LVII

65 Identifican las diferencias de origen que existen entre hombres y mujeres, tanto en materia de oportunidades como en cuento a resultados, para ir hacia la búsqueda de formas, mecanismos y pautas institucionalizadas y compartidas por la población, que favorezcan un equilibrio más equitativo y armonioso entre los esfuerzos y los beneficios del desarrollo de unos y otras. Son estrategias para corregir los desequilibrios que, en cuento a las relaciones y las oportunidades de desarrollo, se dan entre las personas en razón de su pertenencia a uno u otro sexo, en las familias, en los espacios educativos, en el mercado laboral y en las organizaciones del ámbito económico y político. Procuran una situación de mayor justicia, igual calidad de derechos y condiciones de oportunidad para todas y todos. 22 El valor que sustenta las políticas de equidad es la justicia. Para el INMUJERES, ello implica, por lo tanto: - Reconocer que la diversidad se traduce en criterios distributivos inequitativos de los bienes sociales que se ofrecen a los individuos, tales como: la educación; la seguridad; el bienestar; las capacidades de generar ingresos y gozar de tiempo libre, tener una buena calidad de vida, acceder a oportunidades profesionales; las posibilidades de tomar decisiones propias y participar de las decisiones fundamentales de una familia, una comunidad política, etc. - Evitar la acumulación, en cada esfera de bienes, de los sesgos discriminatorios que generan exclusión, derivados de las restricciones primarias que pesan sobre algunas personas en 22 Íbidem. LVIII

66 razón de sus diferencias raciales, étnicas, sexuales, de edad o derivadas de su condición física. - Aceptar que la igualdad de las personas en cada una de las esferas de los bienes sociales, debe estar por encima de sus diferencias. - Prescribir una intervención pública que fortalezca los derechos y las oportunidades de aquellas personas que sufren desventajas diversas, para que puedan remover los obstáculos que impiden su desarrollo. 23 Cabe destacar que el éxito y el buen desempeño de este tipo de políticas están estrechamente vinculados con la instauración de una ciudadanía integral, que garantice el acceso de todos los ciudadanos a los bienes materiales y a las oportunidades en las diferentes esferas del desarrollo humano. En este tenor para Virginia Guzmán la igualdad de género va mucho más allá de la igualdad de oportunidades y exige la participación de las mujeres en los procesos de transformación de las reglas básicas, jerarquías y prácticas de las instituciones públicas. [En este sentido, si] las mujeres no están en los espacios donde se debate y se construyen las bases de una nueva gobernabilidad 24, no es seguro que las instituciones públicas den cabida a sus diferentes necesidades y valores, las incluyan en procesos de capacitación de destrezas y habilidades, y se les reconozcan el mismo grado de agencia que a los demás actores en el terreno público Las estrategias de inclusión financiera 23 Íbidem. 24 Por gobernabilidad se entiende la estabilidad de las instituciones democráticas a pesar de la incertidumbre de los resultados del juego político, es decir, de las negociaciones y los acuerdos entre los actores políticos; y a las capacidades de las instituciones políticas y sociales para agregar y articular intereses, así como para regular y resolver los conflictos que se susciten entre ellos. 25 Virginia Guzmán, Gobernabilidad democrática y género, una articulación posible, Serie Mujer y Desarrollo, CEPAL, núm. 48, Santiago de Chile, octubre de 2003, p. 15. LIX

67 2.1 Del micro crédito a las microfinanzas Exceptuando las barreras normales que las personas de bajos recursos enfrentan, cuando tienen que ver con las instituciones financieras (por ejemplo, sus necesidades de pequeños préstamos no son lucrativos para los bancos), las mujeres más pobres como grupo tienen todavía más inconvenientes y dificultades para acceder a los servicios financieros. Aunque el analfabetismo impide a hombres y mujeres rellenar los formularios para obtener servicios financieros, en la mayoría de los países el nivel de analfabetismo de las mujeres es superior al de los hombres. Muchas veces, tanto los hombres como las mujeres, encuentran confusos los símbolos y los conceptos del lenguaje financiero. En muchos países, dado que los hombres suelen ser propietarios de tierras y de otros capitales fijos, las mujeres carecen de las garantías requeridas por parte de las instituciones de préstamos financieros. Los procedimientos de las instituciones oficiales de préstamo exigen, frecuentemente, la firma del jefe de familia masculino, lo cual no favorece a los jefes de familia femeninos. En general, las mujeres tienden a ignorar sus derechos para solicitar servicios financieros, ya sea en los países industrializados como en los países en transición. En la mayor parte de los países en transición, tanto los hombres como las mujeres no suelen contratar los servicios de empresas privadas y mucho menos contraer deudas con los bancos para sus necesidades empresariales. Probablemente debido a la falta de confianza en ellas mismas, las mujeres en general, son todavía menos propensas que los hombres a contraer préstamos en principio aunque puedan obtener tasas de interés bonificadas. Esto porque la estructura del sistema de crédito formal tiende a ser jerárquica y, desde el punto de vista de la mujer empresaria pobre, el sistema puede aparecer aún más complicado que para los eventuales mutuarios. Las mujeres de bajos recursos suelen ser menos cultas y están menos acostumbradas a tratar con funcionarios públicos y con procedimientos formales. Muchas mujeres perciben los bancos como instituciones LX

68 poderosas y les puede faltar la confianza suficiente como para aproximarse a ellos. Aun cuando existen, en el sistema bancario oficial, oportunidades de préstamo para los microempresarios (gracias a los programas de subsidio de los gobiernos), los procesos de candidatura y de selección suelen demorar mucho tiempo y pueden llegar a ser incluso desagradables. Como recuerda una empresaria polaca, en 1977, los empresarios eran tratados por los empleados bancarios como ladrones, cuando evaluaban los riesgos del crédito. Para concluir, los empresarios prefieren pagar a los intermediarios microfinancieros por encima de las tasas de mercado, ya que tienen la garantía de obtener préstamos de manera más rápida y conveniente en lugar de intentar obtener préstamos dificultosos. A pesar de estas dificultades, el acceso a los servicios financieros puede ayudar a las mujeres a dinamizar sus capacidades y finalmente desarrollar sus negocios. Mejorando sus capacidades, a través del acceso a tecnologías, materias primas, información acerca del mercado y de la integración de negocios, las mujeres pueden expandir su papel económico. La mejoría de la posición económica de las mujeres contribuye a aumentar su confianza así como su rol social y político. 2. Microfinanzas, microcrédito, y microahorro El interés en el microahorro más allá del simple microcrédito ha crecido casi tanto como los practicantes de las microfinanzas han llegado a entender que los créditos pequeños no son siempre las intervenciones más convenientes para las mujeres pobres (Kabeer, 2001; Rahman, 1999). Después de todo, un crédito se convierte en deuda, y los pobres se exponen a una crisis si la fuente de fondos esperada para el repago de la deuda desaparece. Por tanto, endeudarse suele ser más riesgoso que ahorrar. Por ejemplo, una mujer podría ahorrar o endeudarse para financiar la compra de una máquina de coser. Si LXI

69 un niño se enferma, los ahorros podrían usarse para pagar las medicinas; pero el repago de la deuda podría impedir que se adquiera el tratamiento médico. Aún más, aunque no todo el mundo está en condiciones de ser sujeto de crédito o quiere endeudarse, todo el mundo sí puede hacer depósitos y desea tener activos. Por supuesto, ahorrar requiere un sacrificio en el presente, y con el ahorro a diferencia que con el crédito el sacrificio antecede a la recompensa. Por otra parte, ahorrar ofrece flexibilidad, y mientras que los prestatarios pagan intereses, los ahorrantes ganan intereses. También, la decisión de ahorrar es voluntaria; pero una vez endeudado, el repago es obligatorio. Tanto el ahorro como el crédito son apropiados en el contexto adecuado, pero el ahorro es a menudo una mejor opción para las mujeres pobres. Como lo expresan Johnson y Kidder (1999, p. 6), no todos los pobres son "buenos empresarios en potencia para la gente que vive en la pobreza, el acceso a una cuenta de ahorro es tal vez la parte principal de los servicios ofrecidos." Rutherford (2000) sugiere que los pobres (al igual que la gente que no es pobre) usan los servicios financieros para convertir flujos de ingresos pequeños y frecuentes (tales como las ventas diarias de leche) en sumas útiles más grandes (tal vez lo suficiente para comprar una vaca o un terreno). También pueden usar servicios financieros para transformar grandes ingresos (tales como los salarios mensuales o las ganancias de la venta de una vaca) en egresos pequeños y frecuentes (tales como las compras diarias de alimentos). Los ahorros acumulados pueden también suavizar los cambios esperados o inesperados en los gastos del hogar debido al nacimiento de niños, gastos escolares, reparaciones de la casa, aniversarios, cumpleaños, bodas, funerales, quinceaños, viudez, divorcio, o abandono. Los ahorros también pueden amortiguar riesgos familiares debidos a enfermedades, robo, o pérdida del empleo, o riesgos estructurales en caso de guerra, inundaciones, o incendio. Finalmente, los ahorros permiten a la gente aprovechar oportunidades inesperadas de inversión. En su calidad de recursos almacenados, los ahorros son útiles para muchos propósitos. LXII

70 3. Lecciones aprendidas de los mecanismos informales de ahorro Las mujeres pobres en todo el mundo usan el ahorro informal para asegurar un nivel mínimo de consumo a través del tiempo, prepararse para emergencias, y para financiar compras grandes. La existencia de estos mecanismos de ahorro informal muestra que las mujeres pobres quieren ahorrar y se esfuerzan muchísimo por lograrlo. Esta sección explora las fortalezas y debilidades de los mecanismos informales comunes de ahorro. También se refiere a lo que pueden aprender los mecanismos formales de ahorro de esos mecanismos informales, así como lo formal puede ofrecer algunas ventajas que no se encuentran en los mecanismos informales. 3.1 Fortalezas de los mecanismos informales de ahorro Qué es lo que las mujeres pobres valoran en un servicio de ahorro? La investigación sobre los mecanismos informales de ahorro (recaudadores de depósitos a domicilio, Asociaciones Rotativas de Ahorro y Crédito, Clubes de Ahorro Anual, y almacenamiento en activos no financieros) sugieren que las mujeres buscan bajos costos de transacción y facilita la disciplina para hacer depósitos. Los costos de transacción son aquellos que no tienen relación con el precio de usar los servicios financieros. Un ejemplo es el costo del tiempo requerido para hacer un depósito o un retiro. Los costos de transacción incluyen también gastos indirectos de efectivo por transporte, cuido de los niños, alimentación, o las fotocopias necesarias para abrir una cuenta. Para los pobres, los costos de transacción suelen ser el factor más importante en la selección de un mecanismo de ahorro. Suponga, por ejemplo, que una mujer tiene $5 que podría ahorrar. Si LXIII

71 para poder ahorrarlos necesita primero encontrar quién le cuide los niños, tomar un autobus (tarifa de $0,25) durante media hora (de ida), y hacer fila durante 20 minutos, entonces podría mejor optar por no molestarse. Cuando el efectivo se guarda en la casa, sin embargo, es más fácil de "retirar" y gastar que cuando se lo tiene en un banco (Beverly, Moore, and Schreiner, 2001). Para conservar los ahorros, las mujeres pobres deben resistir las demandas de sus hijos que necesitan ropa, de sus maridos que quieren tomar o jugar, y de los familiares y vecinos que quieren préstamos o regalos. Estas presiones de corto plazo serán menos significativas o más fáciles de resistir si el efectivo no está a la mano. Aún más, tener la obligación social de ahorrar una cantidad fija por día, por semana o por mes puede ser un pretexto aceptable para que una mujer pobre se niegue a atender las solicitudes de ayuda que le hacen otros. Los recaudadores de depósitos a domicilio, las Asociaciones Rotativas de Ahorro y Crédito, los Clubes de Ahorro Anual, y el almacenamiento en activos no financieros ilustran las dos fortalezas básicas mencionadas buscadas por las mujeres pobres: bajos costos de transacción y ayuda para mantener la disciplina con los depósitos Recaudadores de depósitos a domicilio A menudo, los pobres pagan a otros para que les recauden y guarden sus ahorros. Los recaudadores de depósitos visitan a hombres y mujeres diariamente, a menudo en la puerta de su casa o en su puesto en el mercado, para recoger una cantidad fija pequeña. En Ghana, por ejemplo, las mujeres del mercado hacen 30 depósitos pequeños por mes. Transcurrido un mes, obtienen un retorno igual a 28 veces su depósito diario. El servicio de ahorro les ayuda a transformar un goteo en una cantidad significativa. Por lo general, el recaudador mantiene los depósitos en un banco o los presta informalmente en el transcurso del mes. Los pobres están dispuestos a pagar para ahorrar porque los recaudadores de depósitos eliminan LXIV

72 casi por completo los costos de transacción. Los intercambios duran solamente unos pocos segundos y tienen lugar en donde los ahorrantes viven o trabajan. Además, la presencia del recaudador puede apurar al ahorrante para encontrar una manera de ahorrar algo, aunque sea poco, difícil o inconveniente. La mujer ahorrante se somete voluntariamente a esta presión porque sabe que sin ella probablemente optaría por el camino fácil en el corto plazo, en detrimento de lo que le conviene en el largo plazo Asociaciones Rotativas de Ahorro y Crédito (ARACs) Las ARACs son grupos pequeños que se reúnen para hacer contribuciones fijas a intervalos. (Por ejemplo, 12 personas se reúnen mensualmente para contribuir cada una con $100). Cada miembro se turna para utilizar la totalidad de la cantidad ahorrada. Aquellos que aún no han recibido la cantidad ahorrada son ahorrantes, y los miembros que ya han recibido la cantidad ahorrada son deudores. Al igual que con los recaudadores de depósitos, las ARACs son comunes entre las mujeres pobres porque ofrecen bajos costos de transacción y también la presión para ahorrar frecuentemente (Ardener and Burman, 1995). Los costos de transacción son bajos porque las ARACs se forman entre gente que ya se conoce y se tiene confianza, y que ya ha venido reuniéndose regularmente, o viven o trabajan cerca el uno del otro. Existe presión para ahorrar porque el no hacerlo reduce la cantidad ahorrada para los demás miembros Clubes de Ahorro Anual Estas instituciones semejan ARACs de gran escala o cooperativas de crédito de pequeña escala. Los Clubes de Ahorro Anual normalmente administrados por grupos religiosos, clubes sociales o asociaciones de comercio tienen bajos costos de transacción porque los miembros hacen depósitos en reuniones LXV

73 regulares a las que ellos asistirían de cualquier manera por razones no financieras (por ejemplo, después de los servicios religiosos semanales en una mezquita). El carácter público del depósito impone una presión externa para ahorrar. Los Clubes de Ahorro Anual son más flexibles que las ARACs; cada ahorrante decide la cantidad a depositar, y los saldos ganan intereses. El ciclo anual de ahorro comienza y termina en fechas cercanas a eventos importantes tales como la Navidad o la recolección de la cosecha que requieren o producen grandes flujos de efectivo. No está claro qué tan a menudo ahorran las mujeres pobres en los Clubes de Ahorro Anual, especialmente aquellos dirigidos por organizaciones dominadas por hombres Almacenamiento en activos no financieros Probablemente la forma más común de ahorrar informalmente para las mujeres pobres es el almacenamiento en activos no financieros como cosas pequeñas de alto valor que pueden cambiarse en efectivo en caso de emergencia. Ese es el caso de las joyas, platería, radios, ladrillos, barras de acero reforzado, ganado bovino o caprino, pollos, ropa o zapatos adicionales, botellas de bebidas alcohólicas, y sacos de arroz, maíz, o cemento. (Guardar efectivo bajo el colchón también es una forma de almacenamiento.) Los costos de transacción son bajos; los "depósitos" solamente requieren compras de artículos pequeños de alto valor. La tentación de "retirar" los ahorros es pequeña porque, usualmente, las ventas tienden a tener precios bajos y requieren tiempo y esfuerzo para encontrar un comprador. 3.2 Debilidades de los mecanismos informales de ahorro Los mecanismos informales de ahorro son útiles, pero no eliminan la necesidad de los servicios formales. En los países desarrollados, por ejemplo, la gente que tienen opciones normalmente usa los servicios formales. Qué es lo que hace la oferta formal de servicios de ahorro que no hace la oferta informal de los mismos? LXVI

74 Los servicios formales ofrecen mayor seguridad, tasas de rendimiento más altas, acceso más rápido a los fondos, y mayor anonimato Seguridad No es raro que los recaudadores de depósitos a domicilio desaparezcan con los ahorros de sus clientes. De igual manera, aquellos que ya hayan recibido los ahorros acumulados de una ARAC podrían incumplir con el pago de su deuda al parar de hacer las contribuciones. En los Clubes de Ahorro Anual, los ahorros no se redistribuyen de inmediato (como en las ARACs) sino que, más bien, se acumulan y las grandes sumas de dinero podrían tentar a los tesoreros a un desfalco. El almacenamiento de activos no financieros es notoriamente inseguro; el grano se pudre, las barras de acero se oxidan, el ganado muere, los pollos desaparecen, los familiares hombres se toman las bebidas alcohólicas, y los insectos o la inflación se comen el dinero guardado en efectivo. Para detener el robo del activo no financiero almacenado más valioso las joyas la gente se las pone en sus cuerpos. (En muchas zonas en desarrollo, la propiedad familiar jamás puede dejarse sola, y son las mujeres, usualmente, las que deben quedarse en casa). En contraste con estos riesgos que presentan los mecanismos informales, los servicios formales de ahorro de los bancos en la mayoría de los países están regulados en cuanto a su seguridad y solidez. Claro está, los fracasos de bancos no asegurados son perturbadoramente comunes en los países en desarrollo, pero en general, los servicios formales de ahorro son probablemente más seguros que los informales Rendimientos Los ahorrantes deben pagarle a recaudadores de depósitos para ahorrar, lo que implica un rendimiento negativo. Típicamente, los Clubes de Ahorro Anual pagan LXVII

75 intereses sobre los ahorros porque prestan algunos saldos acumulados a miembros del club y a otros. La mayor parte de los tipos de almacenamiento de activos no financieros se deprecian y, por tanto, tienen rendimientos negativos. En cambio, las cuentas formales de de ahorro siempre ofrecen intereses positivos (por lo menos en términos nominales). Después de contabilizar la inflación y los gastos de mantenimiento de la cuenta, la tasa efectiva de rendimiento puede ser negativa, pero el rendimiento total típico todavía es mayor que el de la mayoría de los mecanismos informales Acceso a los fondos Las emergencias financieras son una realidad en la vida de las mujeres pobres, por lo que ellas quieren acceso rápido a sus ahorros. Los ahorros informales, sin embargo, no lo permiten, o lo permiten solamente a través de préstamos garantizados por depósitos. Por ejemplo, los ahorrantes con recaudadores de depósitos, pueden obtener un préstamo rápido con base en su historia de depósitos regulares y su saldo actual de ahorro, pero no pueden sacar sus ahorros hasta fin de mes. Igualmente, un miembro de una ARAC que inesperadamente requiere fondos, puede pasarse a la primera posición de la lista en la próxima reunión (siempre que no haya recibido aún los ahorros acumulados), pero no puede simplemente retirar sus ahorros acumulados. Los miembros del Club de Ahorro Anual también pueden conseguir créditos de emergencia pero no pueden retirar sus propios ahorros. Finalmente, se puede liquidar los activos no financieros almacenados, pero las ventas de emergencia obtienen precios bajos y tienen altos costos de transacción. En cambio, los retiros de cuentas bancarias son posibles en cualquier día hábil Anonimato Si familiares o amigos saben que una mujer pobre tiene ahorros, podrían reclamarlos. El anonimato importa especialmente porque la acumulación secreta LXVIII

76 de activos podría fortalecer la posición de una mujer y permitirle negociar más efectivamente una posición de mayor poder dentro del hogar. Los recaudadores de depósitos no ocultan los ahorros; cualquiera puede ver al recaudador todos los días en la puerta de la casa o en el puesto del mercado. Igualmente, las ARACs y Clubes de Ahorro Anual son sociales por definición. El almacenamiento de activos no financieros es, por lo general, no solamente no-anónimo, sino también conspicuo. Las cuentas bancarias, en cambio, pueden, al menos en principio, ocultarse de los vecinos y tal vez, aún de los cónyuges. (En algunos países, sin embargo, se requiere un co-signatario masculino cuando una mujer abre una cuenta). 3.3 Lecciones y retos de los servicios formales de ahorro Los mecanismos formales de ahorro tienen algunas ventajas comparados con los mecanismos informales. Por tanto, podría ser útil combinar las fortalezas de lo informal (bajos costos de transacción y facilitación de la disciplina de ahorro) con las fortalezas de lo formal (seguridad, rendimientos positivos, rápido acceso a los fondos, y anonimato). Por lo menos, daño no hará la provisión de servicios formales de ahorro; las mujeres pobres pueden siempre optar por seguir usando los servicios informales si opinan que son mejores SafeSave (AhorroSeguro) Un intento de combinar lo mejor de lo formal y lo informal es el SafeSave 26 (AhorroSeguro) en Dacca, Bangladesh (Rutherford, 2000). La principal innovación fue emplear recaudadores a domicilio para que visitaran a los clientes diariamente. Eso mantiene bajos los costos de transacción pero agrega la seguridad y los rendimientos positivos de una institución formal de ahorro. Los clientes pueden hacer depósitos de cualquier cantidad (incluyendo no depósitos o depósitos de 26 El término igualdad se utiliza aquí no en el sentido de uniformidad sino de igualdad de opción y oportunidad. Se utiliza en preferencia a la palabra "equidad" la que ha sido utilizada por la derecha conservadora para justificar las diferencias y divisiones de género existentes. LXIX

77 cantidad cero) o solicitar un retiro que sea entregado al día siguiente. SafeSave (AhorroSeguro) no brinda, sin embargo, mucha presión social con la disciplina de ahorrar, ni tampoco protege la identidad de sus clientes ante el público Banco Rakyat Indonesia Después de un estudio cuidadoso de los ahorros informales, el Banco Rakyat Indonesia desarrolló cuentas de ahorro por libreta con una tasa de interés positiva, sin saldo mínimo, y con acceso instantáneo a retiros (Robinson, 1994). Los costos de transacción son bajos porque las sucursales pequeñas y económicas están ubicadas en las aldeas. Aunque no existe presión social para hacer los depósitos, los saldos están implícitamente asegurados por el gobierno, y las cuentas pueden mantenerse en secreto Las ARACs formales Algunos servicios de ahorro tienen diseños similares a las ARACs. Por ejemplo, hay bancos en Ghana y México que ofrecen contratos de ahorro con incentivos financieros para los depósitos regulares y fijos (o desincentivos para los depósitos irregulares). Comparadas con sus versiones informales, las ARACs formales son más seguras (el organizador asume el riesgo de las deserciones), permiten retiros antes de recibir la cantidad ahorrada, y suelen pagar intereses. Las ARACs formales, sin embargo, carecen de la presión social para ahorrar Sistemas bancarios anti-pobreza: la revolución de la microfinanzas Por motivos comerciales, los servicios financieros han estado históricamente destinados al sector más rico de la sociedad, aquel con mayor capacidad de pagar los préstamos y de mantener los ahorros. Sin embargo, por lo general, los más pobres no se han visto favorecidos o bien han tenido acceso solamente a una oferta de servicios financieros inadecuada. Los campesinos pobres y los LXX

78 trabajadores sin tierra, tienen enormes dificultades de acceso a los servicios financieros ofrecidos por parte de las instituciones financieras convencionales, como los bancos comerciales (Marr, 1999). Se estima que los bancos y otras instituciones financieras oficiales prestan sus servicios a sólo el 25% de los clientes potenciales del mundo entero. Según las estadísticas, apenas el 2% de los micro-empresarios reciben servicios por parte de los bancos (Women s World Banking, 1994). Para superar estos obstáculos, en las pasadas décadas surgió un enfoque innovador, destinado a proporcionar servicios financieros adecuados para los clientes más pobres; este enfoque se llama microfinanzas. La microfinanzas ofrece acceso a servicios financieros y no financieros, a personas con una renta baja y que desean obtener el dinero para comenzar o para desarrollar una actividad generadora de ingresos. Tal como su denominación indica, los préstamos y los ahorros de las personas más pobres son pequeños. La microfinanzas asumió y reconoció que los microempresarios y algunos de los clientes más pobres podían igualmente ser sujetos "bancables", es decir, capaces de pagar puntualmente sus préstamos e intereses, así como también de ahorrar algún dinero, siempre y cuando los servicios financieros fuesen personalizados de acuerdo con sus necesidades. La microfinanzas como método, ha creado servicios financieros estructurados de tal manera que permiten a las personas de bajos recursos llegar a ser clientes de intermediarios bancarios. Las características de los productos microfinancieros incluyen: Pequeñas sumas de préstamo y de ahorro. Préstamos a corto plazo (frecuentemente hasta de un año). Programas de pago con plazos frecuentes (o depósitos frecuentes). Plazos establecidos según las ganancias y el capital. Tasas de interés elevadas para el crédito (más elevadas que las de los bancos comerciales, pero más bajas que las de los préstamos con LXXI

79 intereses reducidos), que reflejen el trabajo intensivo de los trabajadores asociado al hecho de solicitar pequeños préstamos, permitiendo, de este modo, que los intermediarios de microfinanzas lleguen a ser, a la larga, sostenibles. Fácil acceso al intermediario de microfinanzas, ahorrando tiempo y dinero al cliente, permitiendo al mismo tiempo que el intermediario conozca al cliente en el contexto de su casa o negocio propio. Formularios fáciles de compilar. Períodos breves de procesamiento (desde la solicitud al desembolso del préstamo). Posibilidades de adquirir nuevos préstamos, más elevados, para los clientes cumplidos. Utilización de tasas de interés reducidas (tasas de interés decrecientes en muchos ciclos del préstamo) como incentivo para pagar dentro del plazo. Puesto que cuanto mayor es el préstamo menores son los costos para las Instituciones de Microfinanzas (IMF), algunos prestamistas cobran tasas de interés más bajas: intereses más elevados sobre pequeñas sumas de crédito y más bajos sobre créditos mayores No son necesarias garantías colaterales, al contrario que con las prácticas bancarias oficiales. En substitución de la garantía colateral (la cual generalmente las personas más pobres no poseen) los intermediarios microfinancieros utilizan métodos alternativos como por ejemplo: La evaluación del potencial de amortización por parte de los clientes, a través del análisis del flujo de capital o del dinero efectivo entrante, producido por las actividades que dieron lugar a la solicitud del préstamo; los ingresos/egresos de la empresa/familia; garantías individuales o colectivas (grupos de solidariedad) y esquemas de ahorro obligatorio Durante muchos años, la banca creyó que conceder préstamos a los pobres, sobre todo a aquellos de las áreas rurales LXXII

80 periféricas, era una iniciativa de elevado nivel de riesgo para las operaciones bancarias comerciales. Cuando se trata de conceder préstamos a personas con bajos ingresos, los bancos comerciales se preocupan por una variedad de cuestiones tales como, la falta de información respecto a la destinación de uso del préstamo, la falta de garantías colaterales, la capacidad limitada de endeudamiento, la limitada habilidad para reforzar la amortización de los préstamos, y los elevados costos de transacción asociados a los servicios prestados a los clientes pobres con pequeños préstamos (Marr, 1999). El sector bancario comercial no ha logrado reconocer la fuerza de las instituciones financieras paralelas a nivel local (por ejemplo: inversionistas del crédito, casas de empeño, cooperativas, ONG) ni las ventajas en comparación con algunos métodos de préstamo y de amortización practicadas por parte del sector paralelo (Marr, 1999). Los mercados financieros paralelos siempre existirán entre los pobres, principalmente en las áreas rurales, e implican grupos de personas con bajos ingresos y con responsabilidades en común (garantía social colateral) para la amortización de los préstamos entre sus miembros. Algunos factores sociales como la presión de la sociedad funcionan como incentivos de coacción para el pago y la amortización de los préstamos. Se ha observado en algunos casos, que dichos patrones de endeudamiento colectivo tenían tasas de amortización más elevadas y costos de transacción más bajos. Por ende, pueden proporcionar mecanismos clave para el desarrollo de servicios de microfinanzas para los grupos más pobres. El sector de la microfinanzas, por consiguiente, está creciendo y tiene un gran potencial de desarrollo. Propuestas de microahorro para mujeres LXXIII

81 Esta sección propone dos servicios de ahorro que se refieren a asuntos específicos a los que se enfrentan las mujeres. La primera propuesta es de cajitas de seguridad para ayudar a las mujeres a acumular activos no financieros y financieros fuera de su casa y, tal vez, en secreto. La segunda propuesta es de cuentas de ahorro bonificado para brindar incentivos estructurados que ayuden a la acumulación de activos financieros para cubrir gastos de salud y educación. 5.1 Cajitas de seguridad Como un ejemplo de la importancia que tienen para las mujeres los ahorros acumulados sin el conocimiento de sus maridos y familiares de sexo masculino, los escondites de ahorros secretos tienen su propio nombre (zolaitta) en Bengalí (Alamgir and Dowla, 2000). Sea en Bangladesh o en cualquier otro lugar, una cajita de seguridad podría a ayudar a las mujeres pobres a ahorrar fuera del hogar con seguridad. Las cajitas guardarían artículos de almacenamiento en especie, pequeños y valiosos, tales como efectivo, oro, relojes, o joyas. Si las cajitas de seguridad ayudan a las mujeres a mantener el control exclusivo de los recursos, entonces mejorarían su posición en el hogar y así se reduciría la violencia doméstica. Las zolaitta a diferencia de los bienes en cajitas de seguridad podrían ser descubiertas, olvidadas, o destruidas accidentalmente. Es más, los hombres que sospechen que hay ahorros escondidos en algún lugar de la propiedad familiar pueden exigir (posiblemente con violencia) que las mujeres revelen donde están y se los entreguen. Por supuesto, los hombres también podrían descubrir la existencia de una cajita de seguridad, pero el proceso de retiros es engorroso, público, y debe involucrar tanto a la mujer como a la organización que custodia las cajitas. Estas condiciones deberían reducir el riesgo de las exigencias para que entreguen retiros rápidos. LXXIV

82 Cuáles son las ventajas de las cajitas de seguridad? Los costos de transacción son altos; un depósito o un retiro requiere un viaje al lugar que las custodia y tiempo para pasar a través de la seguridad. Las cajitas tampoco crean presión para mantener la disciplina de ahorro. La tasa de rendimiento depende de la inflación y de los cambios de los precios de los bienes y, por tanto, podría ser baja, negativa, o muy variable. Las cajitas de seguridad sí ofrecen acceso razonable a los bienes, y se destacan por su seguridad y anonimato. Además de la seguridad, el anonimato, y el acceso a los fondos de que disfrutan sus usuarios, las cajitas de seguridad podrían ser atractivas para las organizaciones de microfinanzas como una forma de ofrecer un servicio de ahorro básico, aún cuando una organización carezca de la capacidad (o del permiso regulatorio) para administrar una modalidad de depósito tradicional completamente desarrollada. Con cajitas de seguridad, las mujeres que no usan inmediatamente los fondos recibidos en préstamos no necesitan llevar el dinero a casa y someterlo a las exigencias de sus maridos, familiares y allegados. Por supuesto, las cajitas de seguridad deben ser seguras, y este punto no es nada despreciable. No hay peor tragedia que la pérdida de los ahorros de las mujeres pobres debida a la mala administración de una organización de microfinanzas que creía confiable. 5.2 Cuentas de ahorro bonificado Los países desarrollados tienen un largo historial en cuanto a ahorros bonificados para quienes no son pobres. En 1991, Sherraden propuso ahorros bonificados para los pobres en países desarrollados, dirigidos a la compra de vivienda, educación superior, o a la microempresa. Este documento es uno de los primeros en proponer ahorros bonificados para los pobres en países en desarrollo. Las cuentas sugeridas aquí serían dirigidas a gastos de salud para madres y bebés y gastos escolares para los niños. Johnson and Kidder (1999, p. 11) describen ese tipo de cuenta (sin bonificación) en México en la cual "los depósitos LXXV

83 se hacen semanalmente pero los retiros solo pueden hacerse tres veces al año para que coincidan con el año escolar o con el nacimiento del bebé." Mecanismos básicos de ahorro bonificado Las mujeres abrirían cuentas individuales de ahorro por libreta en los bancos. Al igual que con todas las cuentas de ahorro por libreta, las cuentas ofrecerían seguridad, intereses sobre los saldos, y un número de retiros ilimitados. Tanto el ahorrante como la organización ejecutora recibirían estados de cuenta periódicos. Si una mujer ahorrara una cantidad mínima (por ejemplo, $5) en cada uno de un número mínimo de meses consecutivos o no consecutivos (por ejemplo, 5 meses), entonces ella podría hacer un retiro bonificado. El gobierno o donantes suministrarían los fondos de bonificación y determinarían la tasa de bonificación (que podría oscilar entre 0,5:1 hasta 2:1 o mayor, pero que se mantiene constante para cada cuenta). Las mujeres pueden depositar una cantidad mayor a la mínima, pero los proveedores de fondos pueden limitar sus bonificaciones. También, las mujeres siempre tienen el derecho de retirar sus ahorros, pero solamente serán bonificados aquellos retiros que coincidan con el nacimiento de un niño o con el inicio del año escolar. Por ejemplo, si una mujer ahorrara $5 durante 6 meses, tuviera un bebé, y luego solicitara un retiro bonificado, recibiría (dado el supuesto de una bonificación de 1:1) tanto sus $30 ahorrados como el bono $30. Igualmente, si una mujer ahorrara $7 durante 7 meses y luego hiciera un retiro en el mes que la escuela comienza, ella recibiría (dado el supuesto de una bonificación de 2:1) tanto sus $49 ahorrados como su bono de $98. Las bonificaciones serían entregadas a la mujer con la exhortación explícita de que los use para cubrir gastos de salud y gastos escolares. Las consideraciones de costo indican que no se deben monitorear el uso de los ahorros. LXXVI

84 Este esquema básico de la propuesta de ahorro bonificado es bastante sencillo. Las mujeres ahorran en cuentas de ahorro por libreta, y obtienen bonificaciones si ahorran una cantidad suficiente, si ahorran con una frecuencia apropiada, y si hacen retiros en el momento adecuado. El riesgo es muy pequeño para las mujeres; la participación y los depósitos son voluntarios, y siempre son posibles los retiros sin bonificación de los ahorros acumulados Ligamen entre la educación y el ahorro Los donantes de fondos para las bonificaciones o la organización ejecutora pueden (o no pueden) optar por incluir gastos educativos dentro de los usos aprobados para las bonificaciones. Por ejemplo, un promotor de salud podría ofrecer acceso a ahorro bonificado a las madres embarazadas matriculadas en las clases de salud. O una organización no gubernamental podría brindar educación financiera a mujeres que ya están involucradas en un programa de ahorro bonificado. Las bonificaciones podrían quedar sujetas o no a la asistencia a clases. Para reducir los costos de transacción, los depósitos podrían ser recaudados en clase (muy parecido a los Clubes de Ahorro Anual), aunque se debe tener cuidado para asegurar que los mensajeros no sean "asaltados" de camino al banco Clubes de ahorro Para brindar presión externa (y solidaridad de grupo) para la disciplina de ahorro, se le puede ofrecer a las mujeres la opción de escoger de 2 a 4 otras mujeres para que formen un club de ahorro. Cada mujer mantendría control individual sobre su propia cuenta. Si todas las integrantes del club cumplen con algunos requisitos (tales como ahorrar $5 durante 5 meses consecutivos), entonces todas se vuelven elegibles para un bono del club. El bono aumenta la tasa de bonificación (por ejemplo de 1:1 a 1,5:1). No hay multa o castigo en el caso de que el club no LXXVII

85 cumpla con los requisitos; las mujeres que cumplen con los requisitos individuales lograrán aún su bonificación individual original. El bono le da a los miembros del club una razón para colaborar unas con otras. En ciertos meses, será difícil para algunas mujeres hacer un depósito, y los miembros del club podrían optar por dar préstamos informales o regalos para que todas puedan cumplir con el depósito mínimo mensual. Esto sugiere que las integrantes del club pueden construir capital social como un subproducto de sus esfuerzos cooperativos de ahorro. También sugiere que las mujeres deben ser libres para escoger sus propias socias del club, al igual que los miembros de las ARACs se seleccionan unos a otros. Si la organización ejecutora conjunta un grupo de extraños, éstos no serán capaces de confiar lo suficiente el uno en el otro como para ofrecerse ayuda mutua. El diseño del club de ahorro bonificado ofrece una combinación de características que virtualmente no existen en otros servicios financieros; el apoyo externo con la disciplina de ahorro junto con el rápido acceso a los fondos en caso de emergencia. Las mujeres van a querer ahorrar porque eso ayudará a su club a obtener un bono, pero siempre podrán hacer retiros no bonificados si se enfrentan a una emergencia Ahorro bonificado, donantes y gobierno Los programas de ahorro bonificado necesitan fondos para la administración y para las bonificaciones. La experiencia con ahorro bonificado en los países desarrollados tiene aún que demostrar si los beneficios (financieros y no financieros) son mayores que los costos (Schreiner et al., 2001). A diferencia del microcrédito, los programas de ahorro bonificado nunca serán financieramente autosostenibles. Aunque los donantes podrían financiar proyectos pilotos, el gobierno es la única fuente posible de fondos si se quiere que los programas de LXXVIII

86 ahorro bonificado sean lo suficientemente masivos para que lleguen a una proporción grande de los pobres en un país dado. Por qué querrían los donantes o el gobierno financiar el ahorro bonificado? Primero, impulsar el ahorro para gastos de salud y educación es políticamente popular; nadie, sea de la derecha o de la izquierda, se opone a estas metas. Segundo, los programas de ahorro bonificado, al igual que los programas de microcrédito, son fáciles de implementar, por lo menos comparándolos con las intervenciones directas en educación y salud. Tercero, los programas de ahorro bonificado pueden absorber grandes sumas de dinero procedente de donantes. Cuarto, el ahorro bonificado puede tener grandes beneficios sociales si empodera a las mujeres y mejora la salud y la educación de los niños. Ahorrar puede producir esperanza; la gente que posee activos espera que le vaya bien en el futuro y por eso tiende a pensar y a actuar de forma saludable en el presente Género y pobreza Abordar el fenómeno de la pobreza desde la perspectiva de género arroja un análisis más integral y dinámico en comparación con los análisis tradicionales. Para la CEPAL, este enfoque se opone a una definición de la pobreza basada exclusivamente en el ingreso y subraya el hecho de que este fenómeno supone tanto aspectos materiales como no materiales, simbólicos y culturales, y que en él inciden fundamentalmente las relaciones de poder, es decir, las jerarquías sociales, que determinan un mayor o menor acceso de las personas, según su género, a los recursos materiales, sociales y culturales. En este sentido, el género de las personas puede determinar el nivel de pobreza y el riesgo de padecerla. 27 Los estudios de género relacionados con la pobreza han demostrado que este problema repercute de manera diferenciada en los sectores femenino y masculino. De esta conclusión más la agudización del problema en general, ha surgido el 27 CEPAL, Entender la pobreza desde la perspectiva de género, Unidad Mujer y Desarrollo, Comisión Económica para América Latina y el Caribe, Santiago de Chile, 2004, p. 15. LXXIX

87 concepto de feminización de la pobreza, el cual en su concepción más simple se refiere al crecimiento de los índices de pobreza femenina por encima de la masculina. No obstante, la feminización de la pobreza es un fenómeno más complejo que involucra diversos aspectos, particularmente, las situaciones de desigualdad que viven las mujeres en la sociedad. Por lo tanto, la feminización de la pobreza no significa solamente que entre los pobres haya más mujeres que hombres, sino que se refiere a la severidad con que la pobreza afecta directamente a algunas mujeres, y a las mayores privaciones, respecto a los hombres, a que ellas y sus hijos deben someterse en el esfuerzo por salir de la miseria. 28 En este sentido, el fenómeno de la feminización de la pobreza debe entenderse como la falta de oportunidades de desarrollo para las mujeres para su sobrevivencia. Es decir, la falta de oportunidades para estudiar, trabajar, recibir atención médica, participar en el proceso de toma de decisiones, etc., lo cual se traduce en un severo estancamiento del progreso socioeconómico de las mujeres. Para Pedro José Cabrera las condiciones de pobreza que enfrentan las mujeres están relacionadas con una situación de desigualdad frente a los hombres, por lo tanto, la aplicación del enfoque de género es trascendental para analizar y atender dicho problema. En sus palabras: La situación de sometimiento de las mujeres a la cabeza de familia, su dependencia respecto de la reproducción, así como su posición marginal en el mercado de trabajo, han empobrecido históricamente a las mujeres y aún hoy día siguen empobreciéndolas, al favorecer su exclusión económica y social. En este sentido, el análisis de las relaciones de género, resulta sencillamente imprescindible cuando se pretenden estudiar los fenómenos 28 En Instituto Estatal de las Mujeres, Tabasco, en 28 de junio de LXXX

88 sociales, especialmente aquellos vinculados a la estructura de la desigualdad. 29 En suma, los estudios de género enfocados a la pobreza han demostrado que la pobreza femenina está vinculada con la inequidad en la distribución de los recursos, así como con la desigualdad de oportunidades. Según lo planteado por Miriam Núñez en su estudio titulado Charo: la feminización de la pobreza, la pobreza se presenta en la medida en que se da una distribución desigual de la riqueza, porque no existe un reparto equitativo en los procesos productivos y porque hay una negación a la integración social. Pero este fenómeno es diferenciado para las mujeres, así encontramos distintas formas de opresión femenina, esto es, se les niega el acceso a los recursos económicos, como son el trabajo, la tierra, los créditos y el poder político. 30 Esta misma autora establece que, para estudiar el fenómeno de la feminización de la pobreza, deben considerarse las desigualdades de género que se manifiestan en diversos aspectos, tales como: a) la división sexual del trabajo, que mantiene a las mujeres en el ámbito hogareño o las segrega a ocupaciones que trasladan el modelo doméstico al espacio laboral; b) la disponibilidad de menores oportunidades de educación y empleo para ellas; c) el acceso a trabajos inestables y mal remunerados; d) la responsabilidad de la doble o triple jornada de trabajo; e) la prevalencia de niveles inferiores de salud y bienestar; f) la reducida participación de las mujeres en la toma de decisiones en los ámbitos social y familiar; y 29 Pedro José Cabrera Cabrera, Pobreza y exclusión desde la perspectiva de género, en García-Mina Freire, Ana y Carrasco Galán, María José (eds.), Género y desigualdad: la feminización de la pobreza, Universidad Pontificia Comillas, Madrid, 2004, p Miriam Núñez, Charo: la feminización de la pobreza, Universidad Autónoma Chapingo, México, 2000, p. 29. LXXXI

89 g) su limitada autonomía personal. 31 Con base en lo anterior algunos indicadores para medir y evaluar la feminización de la pobreza son: el número de hogares con jefatura femenina, la participación femenina en el empleo y la producción, el acceso de las mujeres a los recursos productivos, la diferencia salarial entre salario masculino y salario femenino y el acceso diferencial al empleo. De esta manera, queda claro que más que significar una proporción creciente de las mujeres en condiciones de pobreza, la feminización de la pobreza tiene que ver con la vulnerabilidad del sector femenino frente al masculino en la sociedad. Clara Jusidman propone dos tipos de factores a considerar que hacen que las mujeres efectivamente sean más indefensas a los riesgos de la pobreza, a saber, los factores estructurales y los factores coyunturales. Unos se relacionan con la forma en que las sociedades construyen los roles de las mujeres y lo que ello significa en términos del desarrollo de sus capacidades y su acceso a oportunidades y recursos y los segundos, a las circunstancias del entorno económico, social, político y cultural que en períodos recientes hacen que la desventaja inicial agudice la vulnerabilidad de las mujeres Género y violencia contra la mujer La discriminación y exclusión que sufren las mujeres no sólo se presenta en los ámbitos de la participación política organizaciones sociales, partidos políticos, órganos de representación popular u órganos de gobierno- peor aun, estas prácticas se desarrollan en todos los niveles de la sociedad. Ello, muestra que la 31 Íbidem., pp. 30 y Clara Jusidman, Mujeres y pobreza, en Problemas del Desarrollo Revista Latinoamericana de Economía, vol. 27, núm. 106, Instituto de Investigaciones Económicas, UNAM, México, julio-septiembre 1996, p LXXXII

90 sociedad se organiza y funciona con esquemas machistas que ubican a las mujeres como seres inferiores e incapaces de desarrollarse autónomamente. La violencia contra la mujer es un fenómeno social que expresa esta concepción. En términos de inclusión social, se trata de un factor que inhabilita a las mujeres para gozar de una vida plena y para participar en la sociedad en condiciones mínimas de bienestar. El consenso internacional, expresado en la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer de 1993, define en su artículo 1 la violencia contra mujer de la siguiente manera: A efectos de la presente Declaración, por violencia contra la mujer se entiende todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada. 33 Desde un enfoque de género, la violencia contra la mujer es concebida como una expresión de las relaciones de desigualdad entre hombres y mujeres: relaciones asimétricas que perpetúan la desvalorización de la mujer. Para autoras feministas lo que diferencia a este tipo de violencia de otras formas de agresión y coerción es que el factor de riesgo o de vulnerabilidad es el solo hecho de ser mujer. 34 También entendida como violencia intrafamiliar, este fenómeno ha merecido especial atención por las organizaciones de mujeres, como por investigadores (as), organismos de gobierno y agencias de desarrollo, debido a las consecuencias que este tipo de violencia trae consigo, afectando no sólo a las mujeres sino a todo el entorno familiar Artículo 1 de la Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, 20 de diciembre de Ver Nieves Rico, Violencia de género: un problema de derechos humanos, CEPAL, Serie Mujer y Desarrollo, núm. 16, julio de 1996, 50pp. 35 Ana Paula Valencia Mexia, Una percepción de género: la violencia intrafamiliar en México frente a la perspectiva internacional, Tesis de Licenciatura, Facultad de Derecho, UNAM, México, 2001, p. 56. LXXXIII

91 Los estudios sobre la violencia de género son relativamente nuevos, ya que se consideraba un asunto privado que no competía a la sociedad. No obstante, la complejidad de su naturaleza, así como los efectos sociales colaterales que ella produce, han hecho de este fenómeno un problema público que requiere la intervención del Estado y de la sociedad para solucionarlo. En términos de equidad, la violencia contra la mujer es concebida como un mecanismo social que perpetúa la subordinación de las mujeres, puesto que, debido a que el poder se considera patrimonio genérico de los hombres, la hegemonía masculina se basa en el control social de lo femenino. Por lo tanto, las violaciones a los derechos humanos de las mujeres se relacionan directamente con los valores culturales dominantes (patriarcales). 36 Una de las mayores aportaciones teóricas de organismos e instituciones como la CEPAL, el INEGI o el propio INMUJERES, tiene que ver con la clasificación y tipificación de la violencia contra la mujer. Ello ha contribuido enormemente a la creación de leyes y normas que pretenden abordar y entender adecuadamente el tema. Así, según la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2003 elaborada por el INEGI, existen cuatro tipos de violencia contra la mujer, es decir, cuatro formas en que se manifiesta la agresión o la violencia hacia las mujeres: o Violencia económica: Se refiere al chantaje que el hombre puede ejercer sobre la mujer mediante el control del flujo de recursos monetarios que ingresan al hogar o bien de la forma de que dicho ingreso se gasta. o Violencia emocional: Se refiere a las agresiones que no inciden directamente en el cuerpo de la mujer pero sí en su psique, se trata 36 Ver Celia Amorós, Violencia contra las mujeres y pactos patriarcales, en Virginia Maquieira y Cristina Sánchez (comps.), Violencia y sociedad patriarcal, Ed. Pablo Iglesias, Madrid, 1992, citado en Nieves Rico, Violencia de género: un problema de derechos humanos, CEPAL, Serie Mujer y Desarrollo, núm. 16, julio de 1996, p. 7. LXXXIV

92 de insultos, amenazas, intimidaciones, humillaciones, omisiones, menosprecio y burlas, entre otras. o Violencia física: Se trata de las agresiones dirigidas al cuerpo de la mujer de parte del agresor, lo que se traduce en un daño o en un intento de daño, permanente o temporal. Las agresiones físicas comprenden empujones, jalones, golpes, agresión con armas y algunas otras. o Violencia sexual: Se entiende como toda forma de coerción que se ejerce sobre la mujer con el fin de tener relaciones sexuales con ella, con o sin voluntad. Estas formas de coerción van desde exigir u obligar hasta el uso de la fuerza Elementos conceptuales complementarios Acción positiva La llamada acción positiva, o discriminación positiva, surgió de unas políticas de igualdad, con la finalidad de eliminar los obstáculos que se oponen a la igualdad de oportunidades para las personas pertenecientes a colectivos desfavorecidos (discapacitados, mujeres, minorías étnicas, etc.). Para ello, se proporciona un tratamiento desigual que, favoreciendo a quienes parten de una situación de desventaja, asegura una auténtica igualdad de oportunidades a todas las personas, bien sea ante el mundo laboral o, en general, ante la vida. En el caso de la discriminación por género, la acción positiva tiene un valor compensatorio de los efectos producidos por la discriminación histórica de las mujeres; y contribuye a propiciar su participación en ámbitos de los que hasta ahora ha sido excluida. 38 Análisis de género Se trata de un proceso teórico-práctico que permite analizar diferencialmente los roles entre hombres y mujeres, así como las responsabilidades, el acceso, uso y 37 INEGI, Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2003, Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática, México, 2004, 326pp. 38 Araceli Sebastián Ramos, et. al, Educar y orientar para la igualdad en razón del género, Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid, 2001, p. 52. LXXXV

93 control sobre los recursos, los problemas o las necesidades, propiedades y oportunidades, con el propósito de planificar el desarrollo con eficiencia y equidad para superar las discriminaciones imperantes, que limitan las posibilidades de que la mujer exprese sus necesidades y preferencias. 39 Ciudadanía integral Este tipo de ciudadanía abarca un espacio sustancialmente mayor que el del mero régimen político y sus reglas institucionales. Hablar de ciudadanía integral es considerar que el ciudadano de hoy debe acceder armoniosamente a sus derechos cívicos, sociales, económicos y culturales, y que todos ellos conforman un conjunto indivisible y articulado. 40 Ciudadanización Es la asignación al ciudadano a una participación mucho mayor frente a la esfera política sin embargo no se desconoce la función del Estado en tanto capaz de localizar la participación y dar continuidad a ésta mediante la representación, como tampoco se obvia la capacidad estatal de descargar responsabilidades de decisión para los que se ocupan de los asuntos públicos sino más bien se trata de pensar la política sin reducirla al sistema político. 41 Cultura patriarcal Es aquella cultura que promueve una jerarquización entre los géneros, otorgando un lugar privilegiado a los hombres y uno subordinado a las mujeres; también promueve una desigual división sexual del trabajo. Cultura política Es el conjunto de actitudes, creencias, cogniciones y sentimientos que ordenan y dan significado a un proceso político, y que proporcionan los supuestos y normas 39 María Cecilia Alfaro, Develando el género. Elementos conceptuales básicos para entender la equidad, Unión Mundial para la Naturaleza, Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano, Costa Rica, 1999, p En PNUD, La democracia en América Latina: Hacia una democracia de ciudadanas y ciudadanos, Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, Magna Terra Editores, Guatemala, 2004, p En LXXXVI

94 fundamentales que gobiernan el comportamiento del sistema político. Abarcan desde los niveles políticos hasta las reglas de actuación; son, hasta cierto punto, manifestación de las dimensiones psicológicas y subjetivas de la política. Son las maneras de expresión de los individuos, de sus relaciones entre sí, con sus organizaciones o instituciones, que dan forma al sistema político. Las creencias y los comportamientos componen los elementos centrales de la cultura política de un pueblo. Es, en definitiva, el imaginario colectivo en torno al poder, la autoridad y el sentimiento, la obediencia y la rebelión; la percepción subjetiva de una población respecto al poder. 42 Derechos humanos Son exigencias elementales que puede plantear cualquier ser humano por el hecho de serlo, y que tienen que ser satisfechas porque se refieren a unas necesidades básicas, cuya satisfacción es indispensable para que puedan desarrollarse como seres humanos. Son unos derechos tan básicos que sin ellos resulta difícil llevar una vida digna. Son universales, prioritarios e innegociables. Desarrollo humano Es un concepto dinámico referido a las libertades y las capacidades humanas, definido en un sentido extenso, que entraña la ampliación de lo que las personas pueden hacer y ser. Implica el progreso y bienestar humanos vividos con libertades sustanciales, es decir, poder hacer las cosas que se valoran y se desean hacer, teniendo las opciones para hacerlo. Uno de los aspectos centrales del concepto de desarrollo humano es el énfasis que pone en el objetivo básico anclado en la gente: crear las condiciones propicias para que hombres y mujeres disfruten de una vida prolongada, saludable y creativa. Además del objetivo básico de ampliación de opciones de la gente está el de asegurar el uso cabal de las capacidades alcanzadas; hacerlo requiere del empoderamiento de la gente, de manera que pueda participar y beneficiarse de los procesos de desarrollo Anna M. Fernández Poncela (comp.), Participación política: Las mujeres en México al final del milenio, El Colegio de México, México, 1995, p En PNUD, Indicadores de Desarrollo Humano y Género en México, Programa de las Naciones Unidas para LXXXVII

95 Discriminación Acción y/o actitud que supone la valoración o devaluación de grupos de personas a partir de un rasgo común y supone un trato diferente, consecuentemente, para el grupo discriminado. 44 Empoderamiento (empowerment) Por empoderamiento no se entiende el dominio de la mujer sobre el hombre o viceversa; es la auto-confianza, independencia y autonomía, así como también la capacidad de desarrollo sostenido. 45 Exclusión social Puede entenderse como un concepto multidimensional de pobreza que introduce aspectos de participación social y de realización de derechos como seguridad (física, de sustento y de protección ante contingencias, protección, identidad y plena ciudadanía) en su conceptualización. Es multidimensional, en cuanto se trata no sólo de la falta de acceso a bienes y servicios para la satisfacción de las necesidades básicas (pobreza) sino, también, la exclusión de la seguridad de la justicia y de la ciudadanía. Es decir, más allá de lo económico estamos hablando de lo social, lo político y lo cultural, de la interconexión entre estas dimensiones, y en definitiva, de la falta de participación en el intercambio social en general; es un proceso dinámico asociado a la estructura económica y al cambio social (puede ser permanente e intermitente, pasando de la vulnerabilidad a la dependencia y marginación); procede del funcionamiento de las instituciones y de las políticas que actúan para incluir o excluir (no es una elección individual); y es consecuencia el Desarrollo, México, 2006, versión electrónica disponible en 26 de junio de Araceli Sebastián Ramos, et. al, Educar y orientar para la igualdad en razón del género, Universidad Nacional de Educación a Distancia, Madrid, 2001, p Jo Beall, Necesidades prácticas y estratégicas de género: enfoque de las políticas dirigidas a la mujer, en Ana Lucía Muñoz y Lucy Wartenberg (comps.), Planeación con perspectiva de género, Universidad Externado de Colombia, Colombia, 1995, p. 97. LXXXVIII

96 de la actuación de una serie de agentes sociales que excluyen: (Estado, empresas, militares, autoridades locales; organismos religiosos y elites locales). 46 Género Condición determinada social, sicológica y culturalmente, independientemente de la biología. Las diferencias de género se aprenden a través de un proceso de socialización que es peculiar a una sociedad en particular o a un periodo histórico y varía con el tiempo y el espacio. 47 Igualdad de oportunidades Es la situación en la que las mujeres y los hombres tienen iguales oportunidades para realizarse intelectual, física y emocionalmente, pudiendo alcanzar las metas que establecen para su vida desarrollando sus capacidades potenciales sin distinción de género, clase, sexo, edad, religión y etnia. 48 Inequidad Desigualdad e inequidad hacen referencia a situaciones en donde se comparan grupos, pero son grupos que establecen relaciones desiguales y que se apropian de manera desigual de recursos y satisfactores. Cuando se habla de inequidad, se hace referencia a diferencias que se consideran injustas y evitables y de nuevo se entra al campo de las valoraciones éticas y políticas. Cada sociedad y cada grupo social construyen históricamente su concepto de lo inaceptable, lo injusto y lo evitable. Instrumento internacional 46 G. Rodgers, What is special about a social exclusion approach?, en G. Rodgers, Gore y C. Figueredo, J. B., Social Exclusion: Rhetoric, Realty, Responses, ILO, Ginebra, pp , Citado en José María Tortosa, (coord.), Pobreza y perspectiva de género. Ed. Icaria, Barcelona, 2001, p Jo Beall, Género y Desarrollo: una introducción, en Ana Lucía Muñoz y Lucy Wartenberg (comps.), Planeación con perspectiva de género, Universidad Externado de Colombia, Colombia, 1995, p Gloria Bander, La igualdad de oportunidades para mujeres y varones. Una meta educativa, Programa Nacional de Promoción de la Mujer en el Área Educativa, UNICEF, Argentina, 1993, citado en María Cecilia Alfaro, Develando el género. Elementos conceptuales básicos para entender la equidad, Unión Mundial para la Naturaleza, Fundación Arias para la Paz y el Progreso Humano, Costa Rica, 1999, p. 33. LXXXIX

97 El concepto de instrumento internacional remite a una gama muy variada de textos internacionales, que van desde la simple recomendación hasta los tratados internacionales con carácter obligatorio, pasando por las resoluciones, declaraciones, decisiones, cartas y planes de acción. Su característica común reside en su origen intergubernamental, lo cual excluye, entre otros, los textos provenientes de organizaciones no gubernamentales. Participación política La participación política puede definirse como toda actividad de los ciudadanos dirigida a intervenir en la designación de sus gobernantes o a influir en la formación de la política estatal. Comprende las acciones colectivas o individuales, legales o ilegales, de apoyo o de presión, mediante las cuales una o varias personas intentan incidir en las decisiones acerca del tipo de gobierno que debe regir una sociedad, en la manera cómo se dirige al Estado en dicho país, o en decisiones específicas del gobierno que afectan a una comunidad o a sus miembros individuales 1. Patriarcado Para Pedro José Cabrera el patriarcado puede definirse como el conjunto de prácticas, usos tradicionales, e instituciones que favorecen y mantienen el dominio masculino y las relaciones de dependencia de las mujeres respecto de los varones. 49 Realidad social Comprensión personal de la realidad y contextualización de las experiencias, consecuentes de la interacción humana en los ámbitos socio comunitario, psicosocial y psicológico. La realidad social es de una extrema complejidad, lo que exige no tomar como modelo para aproximarse a ella el de las ciencias físiconaturales, sino una posición de pluralismo cognitivo y metodológico. 49 Pedro José Cabrera Cabrera, Pobreza y exclusión desde la perspectiva de género, en García-Mina Freire, Ana y Carrasco Galán, María José (eds.), Género y desigualdad: la feminización de la pobreza, Universidad Pontificia Comillas, Madrid, 2004, p. 12. XC

98 6. FORMULACIÓN DE HIPÓTESIS Hipótesis central Las entidades microfinancieras orientadas preferentemente a las mujeres son una opción viable, sustentable y valiosa para el fomento del desarrollo económico y social de los mujeres de escasos recursos, fomentando su empoderamiento. La historia, estructura, organización y principios ideológicos con los que operan las organizaciones microfinancieras que proveen servicios de ahorro y préstamo en México son pertinentes en sus propósitos y consistentes en su estructura organizacional y operativa con la promoción social y económica de las mujeres de escasos de recursos, con ello se colocan como una alternativa factible para conseguir un desarrollo social más equilibrado e incluyente. Hipótesis secundarias 1) A pesar de la evidencia existente en experiencias internacionales respecto al impacto de la intervención de la microfinancieras enfocadas en el sector de las mujeres, estas son de todo concluyentes, por lo que en consecuencia los avances en la participación de las mujeres en el proceso de toma de decisiones, se ha realizado como consecuencia de otros factores; quedando por ponderar cuanto se debe efectivamente a la intervención de las microfinanzas. 2) La presencia de la violencia contra la mujer y la feminización de la pobreza son una forma y expresión de exclusión social, que demuestran la inequidad entre los géneros en la realidad social de México, por lo tanto el ampliar el acceso a los servicios financieros acordes con su circunstancia ha operado un cambio en el empoderamiento de la mujer. XCI

99 7. COMPROBACIÓN-FALSACIÓN DE LAS HIPÓTESIS (PRUEBAS EMPÍRICAS O CUALITATIVAS) Hipótesis central Las entidades microfinancieras orientadas preferentemente a las mujeres son una opción viable, sustentable y valiosa para el fomento del desarrollo económico y social de las mujeres de escasos recursos, fomentando su empoderamiento. Para comprobar la hipótesis central que guió esta investigación se desarrolló en primer lugar (capítulo 1) un marco teórico y conceptual basado en la teoría de género y la inclusión financiera. Dicha teoría le ha dado soporte a la denominada perspectiva de género, la cual se ha erigido como un paradigma que permite abordar los problemas sociales de una manera más integral y equitativa, ya que considera las experiencias, necesidades e intereses, tanto de hombres como de mujeres. En este sentido, los planteamientos de este enfoque son para nosotros los más adecuados para evaluar la situación de las mujeres mexicanas en términos de equidad de género. Asimismo, al ser un enfoque democrático por naturaleza encaja perfectamente con el periodo que se abarca: el México democrático del siglo XXI (del año 2000 a la fecha). En el capítulo 1 expusimos la relación que existe entre el concepto de género y diversos ámbitos; asimismo identificamos la estructura que guardan los servicios financieros. Ámbitos en los cuales se desarrollan políticas que tienen como finalidad promover el principio de la equidad de género. XCII

100 La hipótesis central quedó corroborada con la información presentada en los capítulos 2 y 3. En el segundo capítulo, presentamos una selección de las temáticas más relevantes en cuanto la incidencia de los modelos microfinancieros en temas determinados para identificar con más precisión su naturaleza, tanto a nivel internacional como nacional, y como estos temas inciden en la superación de las condiciones de vida y ejercicio de sus derechos de este sector. Con el fin de identificar la importancia de los modelos a escala mundial, se presentaron diversas experiencias internacionales. Son una opción viable, sustentable y valiosa para el fomento del desarrollo económico y social de los mujeres de escasos recursos, fomentando su empoderamiento al que hace referencia la hipótesis central quedó corroborada al enfrentar estos datos sobre los mecanismos jurídico-institucionales, con una serie de indicadores que fueron elegidos para evaluar los niveles de participación política y de inclusión social de las mujeres mexicanas. De esta manera presentamos información empírica sobre tres grandes rubros: 1) La situación general de la mujer mexicana, como un primer acercamiento a la situación de las mujeres en el país. Los indicadores utilizados fueron: demográficos, educativos y laborales. 2) La participación social de las mujeres en México. Desde un enfoque sensible al género, la participación de la mujer en los asuntos públicos se sustenta en el ideal democrático, según el cual la incorporación activa del sector femenino en el proceso de toma de decisiones profundiza la democracia. Los indicadores utilizados para evaluar la participación política de las mujeres en México, dado que no existen instrumentos oficiales que dan cuenta de ello, se tuvo que recurrir a diversas encuestas y estudios de panel. XCIII

101 Indicadores que asimismo apoyan la comprobación de la primer hipótesis secundaria. 3) La feminización de la pobreza y la violencia contra la mujer como parámetros de exclusión social, utilizando los siguientes indicadores: Feminización de la pobreza: La feminización de la pobreza es un fenómeno que debe vincularse con las condiciones de desigualdad que sufren las mujeres, ya sea en el ámbito de las oportunidades o en la distribución de los recursos. Así, no sólo se trata de que haya más mujeres pobres que hombres 50, sino de que las mujeres deben enfrentar un ambiente más adverso para poder subsistir. La evolución histórica respecto a los distintos mecanismos utilizados y los resultados probables. Los indicadores utilizados para medir la feminización de la pobreza fueron: porcentaje de población femenina que vive en hogares pobres, porcentaje de hogares pobres encabezados por mujeres, porcentaje de mujeres sin ingresos propios y desigualdad de remuneración. Violencia contra la mujer: En nuestro país, la violencia contra la mujer se ha convertido en un serio problema social que inhabilita el buen desarrollo socioeconómico de la población y que representa un ejemplo de violación de los derechos humanos. Asimismo, desde una perspectiva de género se trata de una expresión más de la desigualdad entre hombres y mujeres. Para la evaluación de la violencia contra la mujer, se utilizaron los datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2003: 50 Según información del INMUJERES, 60% de las personas que viven en pobreza extrema son mujeres. XCIV

102 mujeres que han sufrido algún incidente de violencia, edad, nivel educativo, tipo de violencia sufrida. Estos indicadores apoyaron la comprobación de la segunda hipótesis secundaria. Cabe señalar que todos los indicadores utilizados provienen de fuentes como el INEGI, la CEPAL, el INMUJERES, la ANUIES, se eligieron una serie de indicadores. Hipótesis secundaria 1 1) A pesar de la evidencia existente en experiencias internacionales respecto al impacto de la intervención de la microfinancieras enfocadas en el sector de las mujeres, estas son de todo concluyentes, por lo que en consecuencia los avances en la participación de las mujeres en el proceso de toma de decisiones, se ha realizado como consecuencia de otros factores; quedando por ponderar cuanto se debe efectivamente a la intervención de las microfinanzas. Esta hipótesis se comprobó con la presentación de experiencias específicas en materia de participación política a nivel nacional: Si bien dichos instrumentos fueron diseñados y modificados para garantizar y promover la participación política de todos los ciudadanos, en especial la participación de las mujeres; las cifras expuestas muestran que dichos documentos aún no han tenido el efecto esperado. Los indicadores utilizados para evaluar la participación política de las mujeres en México fueron: Índice de Potenciación de Género (IPG), la participación de las mujeres mexicanas en puestos de elección popular (número de diputadas, XCV

103 senadoras, presidentas municipales y gobernadoras) y el número de altos cargos ocupados por mujeres en la administración pública federal. Hipótesis secundaria 2 La violencia contra la mujer y la feminización de la pobreza son una forma y expresión de exclusión social, que demuestran la inequidad entre los géneros en la realidad social de México. Esta hipótesis se corroboró con la información expuesta en los apartados del capítulo 1 sobre ambos fenómenos sociales y con los datos duros expuestos en el capítulo 3, a partir de los cuales se demuestra que la situación de las mujeres, sobre todo en términos de pobreza y violencia, cuenta con características antidemocráticas. Los elevados índices de desigualdad en las condiciones de ingresos, del acceso a ciertos campos de educación y los niveles de violencia son prueba de que nuestro país se encuentra aún muy alejado de cultura que ejerza el principio de equidad de género. En consecuencia, al inicio del capítulo 3 se presenta una radiografía de las mujeres en México utilizando los indicadores de población, esperanza de vida, población analfabeta, población matriculada, población económicamente activa y tasa de participación en el trabajo doméstico. Por su parte, la feminización de la pobreza y la violencia contra la mujer como parámetros de exclusión social, se evaluaron utilizando los siguientes indicadores: Feminización de la pobreza: porcentaje de población femenina que vive en hogares pobres, porcentaje de hogares pobres encabezados por mujeres, porcentaje de mujeres sin ingresos propios y desigualdad de remuneración. XCVI

104 Violencia contra la mujer: Datos de la Encuesta Nacional sobre la Dinámica de las Relaciones en los Hogares 2003: mujeres que han sufrido algún incidente de violencia, edad, nivel educativo, tipo de violencia sufrida. Objetivo General Examinar la participación de la mujer en los esquemas microfinancieros como medio para promover el desarrollo social a través del empoderamiento de la mujer, y con ello avanzar hacia la equidad de género en México. Objetivos específicos Identificar los mecanismos y metodologías de aplicación general en los esquemas microfinancieros para promover la equidad de género como forma de participación e inclusión social de las mujeres. Preguntas Hipótesis Desarrollo Cuál es el modelo prevaleciente de la intervención a través de las microfinanzas para promover la equidad de género? Qué características presentan las experiencias internacionales a favor de la mujer exitosas y las políticas encaminadas a promover la equidad de género a partir de modelos de intervención sustentados en la provisión de servicios microfinancieros? CENTRAL Las entidades microfinancieras orientadas preferentemente a las mujeres son una opción viable, sustentable y valiosa para el fomento del desarrollo económico y social de los mujeres de escasos recursos, fomentando su empoderamiento. 2. Las estrategias de inclusión financiera 2.1. Del micro crédito a las microfinanzas 2.2. Las microfinanzas como opción al desarrollo 2.3. Las microfinanzas promueven el empoderamiento? Prácticas para el empoderamiento de microfinanzas Definiciones de empoderamiento. 3. La política en acción y el impacto de las microfinanzas Reducción de la pobreza Impacto en las relaciones familiares Erradicación de la violencia de género 3.4. Indicadores derechos humanos 3.5. Movilización y Derechos políticos 3.6. Salud y Educación 3.7. Análisis de los recursos y de las restricciones 3.8. Empleo 3.9. Desarrollo de capacidades productivas y capacitación Desastres naturales XCVII

105 Objetivo General Examinar la participación de la mujer en los esquemas microfinancieros como medio para promover el desarrollo social a través del empoderamiento de la mujer, y con ello avanzar hacia la equidad de género en México. Objetivos específicos Conocer los modelos microfinancieros de intervención a favor de la mujer, para establecer políticas encaminadas a promover la equidad de género en materia de participación e inclusión social de las mujeres. Preguntas Hipótesis Desarrollo En qué medida los enfoques microfinancieros centrados en mujeres resultan en un mecanismo óptimo para generar en sus participantes un proceso de empoderamiento que tenga incidencia en la promoción de la equidad de género en México? CENTRAL Las entidades microfinancieras orientadas preferentemente a las mujeres son una opción viable, sustentable y valiosa para el fomento del desarrollo económico y social de los mujeres de escasos recursos, fomentando su empoderamiento. 3. La política en acción y el impacto de las microfinanzas Reducción de la pobreza Impacto en las relaciones familiares Erradicación de la violencia de género 3.4. Indicadores derechos humanos 3.5. Movilización y Derechos políticos 3.6. Salud y Educación 3.7. Análisis de los recursos y de las retricciones 3.8. Empleo 3.9. Desarrollo de capacidades productivas y capacitación Desastres naturales Objetivo General Examinar la participación de la mujer en los esquemas microfinancieros como medio para promover el desarrollo social a través del empoderamiento de la mujer, y con ello avanzar hacia la equidad de género en México. Objetivos específicos Examinar la evidencia existente en diversas experiencias de microcrédito a nivel mundial con respecto a las diversas formas e impacto de dichas acciones en el empoderamiento de la mujer. Preguntas Hipótesis Desarrollo En qué medida los enfoques microfinancieros centrados en mujeres resultan en un mecanismo óptimo para generar en sus participantes un proceso de empoderamiento que tenga incidencia en la promoción de la equidad de género en SECUNDARIA 1 1) A pesar de la evidencia existente en experiencias internacionales respecto al impacto de la intervención de la microfinancieras enfocadas en el sector de las mujeres, estas son de todo concluyentes, por lo que en 4. Debates internacionales y experiencias exitosas 4.1. Análisis de experiencias exitosas Debates y reflexiones a nivel mundial 4.3. Experiencias recientes en Microfinanzas 4.4. Políticas de las Agencias de cooperación XCVIII

106 México? consecuencia los avances en la participación de las mujeres en el proceso de toma de decisiones, se ha realizado como consecuencia de otros factores; quedando por ponderar cuanto se debe efectivamente a la intervención de las microfinanzas. internacional Objetivo General Evaluar la política de promoción de equidad de género en el México democrático del siglo XXI, a partir del nivel de participación política e inclusión social de las mujeres mexicanas. Objetivos específicos Exponer que la violencia contra la mujer y la feminización de la pobreza son fenómenos que atentan contra los derechos humanos de la mujer, impidiendo su plena participación e inclusión en la sociedad en condiciones de igualdad. Preguntas Hipótesis Desarrollo Cuáles son los efectos de la violencia y la feminización de la pobreza en el desarrollo de las mujeres mexicanas? SECUNDARIA 2 2) La presencia de la violencia contra la mujer y la feminización de la pobreza son una forma y expresión de exclusión social, que demuestran la inequidad entre los géneros en la realidad social de México, por lo tanto el ampliar el acceso a los servicios financieros acordes con su circunstancia ha operado un cambio en el empoderamiento de la mujer. 4. Debates internacionales y experiencias exitosas 4.1. Análisis de experiencias exitosas Debates y reflexiones a nivel mundial 4.3. Experiencias recientes en Microfinanzas 4.4. Políticas de las Agencias de cooperación internacional XCIX

107 CONCLUSIONES Y NUEVA AGENDA DE INVESTIGACIÓN Las microfinanzas pueden desempeñar un papel importante en la reducción de la pobreza, pero sus beneficios no están relacionados únicamente con la pobreza, y son solamente un instrumento parcial para reducir la pobreza. Dentro de las limitaciones de las microfinanzas como instrumento para reducir la pobreza, se pueden tomar medidas en distintos niveles para ampliar el alcance y el impacto de los programas de microfinanzas. Se puede mejorar la calidad de los servicios financieros a fin de que respondan mejor a las necesidades y la demanda de los clientes más pobres. Se puede extender la profundidad del alcance por medio de servicios financieros adaptados a las necesidades de los más pobres y a sus actividades económicas, diversos productos financieros que satisfagan las distintas necesidades familiares y empresariales, y la promoción de proyectos piloto dirigidos a las familias y las zonas más pobres. Se puede ampliar la escala del alcance mediante la promoción de un entorno propicio para las transacciones financieras en pequeña escala y las metodologías de microfinanzas, el suministro de una amplia gama de servicios financieros, una mayor concentración en la movilización del ahorro, la transformación de ONG en instituciones comerciales de microfinanzas, y la competencia que conduzca a servicios de bajo costo y de buena calidad. Se puede extender el alcance geográfico por medio de normas y medidas que faciliten la extensión a zonas alejadas, infraestructura local que propicie las transacciones financieras en pequeña escala y la promoción de instituciones de microfinanzas rurales piloto. Por último, se puede mejorar el efecto en los ingresos con intervenciones complementarias para generar ingresos: mayor acceso a activos productivos, mejora de la calidad de los activos y promoción de un entorno C

108 propicio para su uso productivo. Los servicios complementarios no financieros, como desarrollo de empresas, servicios sociales y desarrollo comunitario, también podrían ser útiles. Se puede concluir que el mayor reto para aplicar un enfoque de género transversal es buscar el desarrollo de un modelo que procure balancear tanto la eficiencia y la auto-sostenibilidad financiera de las Instituciones Micofinancieras, como la integridad y la sinergia de los servicios ofrecidos a los clientes, para asegurar sostenibilidad, alcance e impacto de los servicios brindados. Para ello se deberían realizar acciones en función de dos líneas estratégicas a todos los niveles. Una primera línea financiera enfocada hacia la sostenibilidad financiera y la consolidación del sector con el fin de brindar un servicio más eficiente y barato. Como punto central de esta línea los IMF deberían de buscar mecanismos para bajar costos y lograr mayor eficiencia, de tal forma que la mujer pueda accesar a fondos crediticios más baratos y más ajustados a sus demandas. En este contexto además es necesario analizar las posibilidades de aprovechar la economía de escala, a través de la formación de una red con compromisos claros y revisar las posibilidades de la fusión de varias intermediarias financieras enfocadas hacía la mujer. La cooperación internacional debería jugar un papel clave en facilitar e inducir en este proceso, de tal forma que se respeten los procesos naturales e internos de las instituciones. Una segunda línea con enfoque social debería buscar la articulación de los servicios financieros y no financieros, como mecanismos para asegurar un impacto positivo como resultado de los servicios financieros. Para ello se recomienda promover la formación de alianzas estratégicas entre instituciones microfinancieras e instituciones que capaciten a la mujer, ambas especializadas en sus servicios. En este contexto el reto es ofrecer un servicio integral a una misma persona, de tal forma que el conjunto de servicios brindados le apoyen a salir del círculo vicioso que le limita el acceso a recursos y la mantiene en CI

109 actividades poco remunerables. El rol de la cooperación internacional en este contexto debería ser el de un facilitador de este proceso de formación de alianzas. Esto implica orientar las negociaciones, financiar pilotajes y evaluar de efectividad de las mismas, en vista de sus costos por un lado y el impacto logrado por otro lado, evaluando tanto los cambios al nivel de vida, como con respecto al empoderamiento y el control sobre los recursos. Los mecanismos informales de ahorro alrededor del mundo muestran que las mujeres pobres ahorran y que valoran costos de transacción bajos así como apoyo externo con la disciplina de ahorro. Los mecanismos formales de ahorro podrían complementar estas fortalezas con seguridad, rendimientos positivos, rápido acceso a los fondos y anonimato. El sexismo ha puesto una buena parte de las responsabilidades del hogar sobre las mujeres. La acumulación de ahorros puede ayudar a empoderar a las mujeres a resistir la opresión si afianzan una mejor posición económica fuera del matrimonio. Este documento propone dos servicios de ahorro: cajitas de seguridad y ahorro bonificado que tratan importantes asuntos de género, que son factibles en los países en desarrollo, y que son atractivos para los proveedores de fondos. Las cajitas de seguridad ofrecen seguridad, acceso a los fondos, y anonimato para ayudar a las mujeres a acumular activos financieros fuera del hogar. Los programas de ahorro bonificado ofrecen seguridad, rápido acceso a los fondos y muy altos rendimientos. Si se combina con clubes de ahorro y si se administra a través de las escuelas y las clínicas donde las mujeres ya se reúnen, el ahorro bonificado también podría ofrecer costos de transacción bajos y solidaridad grupal en la disciplina del ahorro. CII

110 Aunque este documento promueve el ahorro y la acumulación de bienes para el desarrollo de largo plazo, no descarta la importancia de las necesidades de subsistencia El diseño de la focalización para la selección de municipios, localidades y beneficiarias del programa Van Mujeres de Tabasco, debería cambiar para privilegiar la identificación de las mujeres de ciertas edades y ciertas condiciones socioeconómicas, localizadas en los municipios de mayor marginación. Por el contrario, se privilegió la meta por cantidad de mujeres beneficiarias independientemente de su condición socioeconómica y de la necesidad y la pertinencia de las propuestas de los proyectos. El modelo operativo que implantó el programa Van Mujeres desde el estado y con despachos privados es riesgoso en tanto que fácilmente se contamina de intereses político-electorales partidistas y de intereses mercantiles que distorsionan la operación. La aplicación de filtros de carácter político-electoral mediados por la participación de líderes locales como operadores para la convocatoria de las mujeres, es uno de los principales problemas que presenta el programa Van Mujeres, además de que la falta de claridad en el diseño y las formas de recuperación de los recursos han fortalecido viejas formas de poder caciquil, derivado de la administración y gestión de los recursos públicos. Existe una fuerte contradicción entre el papel del programa Van Mujeres como un instrumento de microfinanciamiento y el ser un programa operado principalmente por dependencias de gobierno. Esta figura híbrida da poca claridad a las mujeres acreditadas acerca de si es un apoyo del gobierno a fondo perdido o si es un crédito, aunado al hecho de ser un programa masivo ampliamente promocionado desde las instituciones oficiales. Tampoco se hicieron estudios previos serios de viabilidad de los proyectos, por lo que éstos sólo fueron una parte formal de los requisitos. Así, los despachos CIII

111 funcionaron más como gestores del recurso que como asesores técnicos. Ante esto, es necesario diseñar estrategias para lograr la comercialización de los productos de las mujeres y fomentar la participación en redes de comercio justo y solidario que se articulen a los esfuerzos del microcrédito como una forma más integral de promover el desarrollo. Si bien la mayoría de los proyectos generan ingresos, las mujeres no necesariamente son las que deciden sobre su destino y uso. La utilización de los ingresos para la reproducción de la unidad familiar contradice las aspiraciones de empoderamiento de las mujeres. Para muchas mujeres la participación en los proyectos significa una doble jornada de trabajo, que rara vez cuenta con el apoyo del esposo o familia. Es necesario poner el énfasis en la formación de capital social y en el proceso de empoderamiento como condición para que programas como el aquí analizado contribuyan al cambio en las condiciones inequitativas del orden social y genérico. Los procesos de acompañamiento son puntos clave para el éxito de este tipo de programas y para empoderar a las mujeres. Fomentar la autonomía y la agencia de las mujeres permitiría que ellas formularan y gestionaran el proyecto, sin lo cual los programas siguen siendo esencialmente paternalistas y eficientistas. Finalmente, consideramos que el microcrédito a las mujeres como herramienta para la lucha contra la pobreza, particularmente contra la de la mujer, no tiene incidencia directa para transformar realmente por sí sola su situación vulnerable y subalterna. De aquí que la exclusión, tanto femenina como de familias y comunidades, pasa a ser un elemento de suma importancia a tomar en cuenta. En este sentido, la estrategia social tendría como objetivo la equidad de oportunidades entre los actores sociales y el empoderamiento de los mismos, desde una propuesta autogestiva, sería una pieza clave al mismo tiempo que la capitalización financiera a través de los microcréditos. Inmediatas que tienen las mujeres pobres y sus niños. A veces la ayuda es necesaria y apropiada. Este CIV

112 documento tampoco sugiere que las mujeres ahorren sin importar el sacrificio. Las cajitas de seguridad y el ahorro bonificado no son panaceas, pero pueden complementar otros esfuerzos dirigidos a las mujeres pobres. Los pobres ahorran, y los servicios formales de ahorro propuestos aquí pueden ayudar a las mujeres a acumular activos financieros y así a empoderarse para cumplir con las responsabilidades específicas de su género y para resistir el patriarcado cultural. Es importante enfatizar que las IMF tienen que rendir cuentas y ser evaluadas con base en la misión que se han propuesto y dentro de este contexto no se justifica un mal desempeño financiero, ni el asistencialismo. Diferentes experiencias dentro y fuera de México han demostrado que es posible y necesario otorgar préstamos a mujeres pobres bajo condiciones de mercado, para evitar la distorsión del mismo y más bien aportar a la formación de una economía saludable. Por tanto, el subsidio debería limitarse a las etapas de la formación institucional y para el arranque de las IMF. Al nivel de las entidades microfinancieras es necesario, como primer paso, revisar el manejo de los recursos humanos en lo pertinente a: asegurar la igualdad de oportunidades para el personal femenino y masculino, revisar el desempeño con indicadores aptos y sensibilizar todo el personal con respecto al tema de género. En el manejo de los recursos humanos un elemento clave es balancear, hasta donde sea posible, el número de mujeres y hombres al nivel de promotores de campo especialmente en las zonas rurales, para lograr que la mujer rural perciba menos barreras para acceder al servicio brindado. Además, el manejo de los recursos humanos y la revisión del desempeño de los trabajadores son aspectos básicos para mejorar la eficiencia de las IMF. En este contexto la cooperación internacional podría ser un actor clave en el proceso del desarrollo institucional. Al nivel externo las entidades microfinancieras deberían buscar la eficiencia y la integración del mercado. Esto requiere el desarrollo de productos que se adapten a las necesidades de su clientela, lo cuál implica, en el caso de las mujeres, CV

113 desarrollar productos que se ajustan tanto a sus necesidades productivas como reproductivas. Para el desarrollo de dichos productos es necesario tomar acciones, preferiblemente en forma organizada para el mayor aprovechamiento de los recursos disponibles, tales como estudios de mercados, eventos participativos, pilotajes y validaciones. Además, a través de estos mismos mecanismos se podría investigar la viabilidad de otras herramientas y políticas, especialmente para adecuar las garantías, los montos y los plazos a la necesidad de la mujer. Durante estos procesos de adecuar las herramientas a las necesidades de las mujeres, se debería recordar lo que ha sido mencionado durante muchas entrevistas: "no tengamos miedo de probar cosas nuevas, ya que sabemos que las mujeres son buenas pagadores". Se debería de aprovechar el desempeño de las mujeres e ir buscando modalidades que permitan paulatinamente y dentro de las capacidades de ellas, ir incrementando los montos prestados. Para conocer más al fondo cuál ha sido el efecto del trabajo de las IMF y sus aliados es primordial realizar estudios de impacto, diseñar modelos de monitoreo sensibles para identificar diferencias entre los resultados por género, la creación de líneas de base para comparar los efectos en el transcurso del tiempo, entre otros. En este contexto la cooperación internacional tiene una responsabilidad de poner empeño en utilizar los resultados de estos trabajos, retroalimentarlos y abrir la discusión entre las diferentes instancias. En este marco debería haber más apertura para discutir experiencias menos exitosas y negativas, ya que esto permitirá ajustar el trabajo donde sea necesario. En este contexto el gobierno y las diferentes redes que existen al nivel del país, juegan un papel fundamental para fomentar las experiencias y promover el intercambio y la reflexión, a través de plataformas de discusión. CVI

114 Por otro lado el gobierno debería propulsar la creación de un marco legal que permita fomentar el ahorro, un servicio financiero importante para la mujer. Cada IMF tiene su propia misión y por lo tanto es difícil unificar criterios. Sin embargo, para aquellas IMF que tienen un compromiso social con su grupo meta, es necesario revisar de qué manera puede ajustar su trabajo de forma tal que aplique un enfoque de género transversal. Lo anterior implica el análisis de sus labores en todos los niveles, tanto a lo interno como a lo externo. Dentro de este contexto, es necesario que cada IMF revisa las estructuras de costos y que busca mecanismos para lograr mayor eficiencia y auto-sostenibilidad financiera, bajando costos por un lado y desarrollando mecanismos de expansión de la cartera por otro lado. Al interno de las instituciones Es imposible aplicar un enfoque de género con la clientela si no existe una política de género al nivel interno de la institución. Una política de género puede iniciar con la sensibilización del personal. Sin embargo, es importante observar que el enfoque de género no termina después de un taller de sensibilización, sino más bien allí se inicia ya que partir de ello se puede comenzar a visualizar y discutir cuáles son los cambios concretos que se necesita realizar. En este contexto es importante examinar los siguientes aspectos: Revisar el equilibrio del personal femenino y masculina en todos los puestos; Igualdad en la remuneración del trabajo en los mismos puestos para ambos sexos; Desarrollar oportunidades equitativas para ambos sexos con respecto al desarrollo de la carrera; Acceso equilibrado a la capacitación para mujeres y hombres; CVII

115 Crear un ambiente abierto para discutir temas con respecto a género y comportamientos entre sexos; Sensibilización del todo el personal para relacionarse con la clientela; Crear indicadores de desempeño para evaluar el equilibrio en el manejo de los recursos humanos. En las IMF entrevistadas que trabajan en las zonas rurales, solamente entre 4 a 16% de los promotores son mujeres. En todos los estudios de impacto revisados para este análisis se identificó que para las mujeres la forma en que son tratadas y la confianza, son el primer o el segundo criterio de mayor importancia en la selección de una IMF, criterios que tienen más peso para ellas que para los hombres. La ausencia de estos criterios forma una barrera psicológica para solicitar montos adecuados a las necesidades de sus emprendimientos. En efecto, la falta de sensibilidad de los promotores en el sector rural es una barrera para acceder al crédito, tal como se demuestra con la siguiente opinión de una mujer rural: "Sugerimos que el promotor sea un poco más accesible y amable a los problemas y las perspectivas que tengamos los clientes". Además, como las labores de las mujeres rurales han sido poco valorados en general, siempre son percibidos como "el apoyo al hombre", un promotor que no ha sido sensibilizado difícilmente aprobará un crédito suficientemente alto para que una mujer rural pueda desarrollar una actividad propia y rentable. Por otro lado se ha mencionado durante las entrevistas, las dificultades que encuentran las IMF para conseguir mujeres promotores en el campo, tal como demuestran las siguientes palabras: "La mujer no está dispuesta a meterse al campo. Las mujeres prefieren estar cerca de sus responsabilidades familiares, la verdad es que las mujeres no tienen las condiciones para hacer este trabajo". Como parte del proceso de sensibilización es necesario discutir e intercambiar CVIII

116 estas percepciones para identificar hasta qué grado son ciertos o son supuestos implícitos y cómo será posible cambiarlos. Definición de indicadores La definición y evaluación de indicadores es un paso indispensable para la aplicación de un enfoque de género, ya que permite evaluar hasta qué grado la IMF está cumpliendo sus objetivos de sostenibilidad financiera y impacto, si la brecha del nivel de pobreza entre los sexos está disminuyendo, si no hay un impacto negativo o positivo etc.. Ejemplos de indicadores a este nivel son: cambios logrados en el nivel de vida (gastos en ropa, grado de escolaridad, ingresos, mejoramientos en la casa, ahorros, activos, valor de medios de transporte, alimentación etc.); cambios en el negocio de la clientela (inventario, rentabilidad, ampliación de negocio etc.); cambios al nivel personal (percepción sobre capacidades, sensación sobre tener control de su vida, seguridad, entre otros); cambios al nivel familiar (división de tareas, participación familiar en cuanto a las responsabilidades de la casa, educación de los hijos etc.). Estos indicadores deberían ser disgregados por sexo. Una idea podría ser la formación de una línea de base progresiva10, que podría iniciar mediante la aplicación de una encuesta durante la consecución del primer crédito, con actualizaciones en créditos subsiguientes. Dicha línea de base facilitaría la ejecución de estudios de impacto que evalúen hasta qué grado se ha logrado los objetivos propuesto, para asegurar si hay impacto negativo o positivo. De esta manera se puede ajustar las actividades con base en las lecciones aprendidas. Políticas crediticias y el desarrollo de productos especiales Las garantías CIX

117 En términos generales existe la percepción entre los entrevistados que no debería haber políticas crediticias diferenciadas por género. Solamente con respecto a la garantía algunos sugieren que se podría diferenciar, para compensar la falta de garantías de las mujeres. En este contexto se han mencionado las siguientes alternativas: Garantía prendaría Garantía solidaria Garantía del inventario del negocio En el caso de una garantía para ganado, el mismo ganado En casi todas las entrevistas se mencionó que la mora entre las mujeres es significativamente menor que la mora entre los hombres, lo cuál justifica mayor flexibilidad con respecto a la garantía para las mujeres, especialmente cuando la cliente Según la mayoría de las IMF entrevistadas, la aplicación de una mayor flexibilidad con respecto a la garantía, en combinación con la sensibilización del personal que aprueba los créditos, podría ser un mecanismo para iniciar el aumento paulatino de los montos prestados a las mujeres, siempre y cuando este sea respaldado por un plan de negocios que justifique dicho aumento. Diseño de productos adecuados Algunas personas manifestaron que no debería discriminarse entre las políticas para mujeres y hombres, sino más bien se debería dar énfasis al desarrollo de productos que se ajusten a las necesidades de las mujeres, tanto en términos productivos como reproductivos. A continuación se presentan algunas sugerencias mencionadas: CX

118 Líneas de crédito para mejorar la eficiencia de las labores reproductivas de las mujeres, tales como "fogón" mejorado, mejoramiento de los acueductos, mejoras de la casa, adquisición de menajes. Créditos para estos rubros deberían otorgarse preferiblemente a mujeres con un historial crediticio favorable. La lógica detrás de este tipo de crédito es que al hacer más eficiente las labores en la casa, se disminuye la sobre carga de trabajo de la mujer, lo cuál le permitirá concentrarse más en su empresa. Sin embargo, es importante destacar que simplemente bajar la carga laboral de la mujer es un logro en si y por lo tanto representa un mejoramiento en su nivel de vida. Línea de crédito para el desarrollo de patios. La Embajada de Suecia está en un proceso de validación de esta línea de crédito, la cual esta anticipada con una pequeña donación para levantar el nivel de producción, para luego con el apoyo del crédito ir aumentando la productividad. Línea de crédito para épocas especiales tales como la navidad, día de la madre, cuando inician las escuelas, semana santa etc.. Deberían ser créditos rápidos y con plazos muy cortos. En algunas IMF ya se está aplicando esta línea de crédito con resultados satisfactorios. Línea de crédito de largo plazo para vivienda, obviamente importante para ambos sexos, pero en aquellas IMF que han desarrollado esta línea se confirma que la ha recibido mucho interés en la clientela femenina. En la mayoría de los casos un crédito de este tipo es otorgado a una cliente activa con un buen historial crediticio. En las entrevistas de satisfacción de clientes realizadas por las mismas IMF, este es unos de los productos más solicitados. Sin embargo, debido a la situación macroeconómica del país y la disponibilidad de fondos, hacen de este crédito el más difícil de ofrecer, debido a los largos plazos que requiere. Línea de crédito para financiar procesos legales: Ayuda a las mujeres en los trámites legales para registrar el negocio como propiedad u otros bienes que ella CXI

119 ha obtenido por su propia cuenta. La obtención de respaldos legales ayudaría a las mujeres a obtener las garantías necesarias para acceder a créditos con montos más altos. Línea de crédito personal para empleadas de casas, actualmente implementado al nivel de validación por FDL, con una línea de crédito blanda para compras personales. Ahorro: según la experiencia de las IMF el ahorro tiene más importancia para la mujer, relacionado con su mayor preocupación para el bienestar familiar en relación con el hombre y con la necesidad de fondos para emergencias familiares. Aunque las IMF no pueden fomentar el ahorro, existen las garantía solidarias o los ahorros grupales. Para las mujeres organizadas en Bancos Comunales o grupos solidarios esta es una opción interesante para abrir una cuenta de ahorro en un Banco, práctica que podría ser incentivada o facilitada a través de las IMF. Debido a la alta migración las remesas familiares cada día juegan un papel más importante en la vida del nicaragüense. Según el estudio de FIDEG son las mujeres quienes reciben mayoritariamente remesas y este es unos de los servicios más solicitados por ellas. Fondos blandos con productos específicos dirigidos para mujeres rurales del estrato más pobre. El diseño de nuevos productos debería tener su base en los resultados de estudios de mercado que recopilen y analicen datos sobre la demanda disgregada por género, ya que hasta el momento dichos datos son escasos al nivel del país. En el diseño de nuevos productos el contacto y la retroalimentación con el grupo meta es un elemento clave, para ir ajustándolos a las necesidades reales de las mujeres, obviamente dentro de los límites de las posibilidades de las IMF. En los CXII

120 procesos de retroalimentación es importante evaluar los efectos positivos y negativos, para prever situaciones que se podrían presentar en la aplicación de un producto de forma masiva. Plazos Se mencionó que los plazos cortos son una de las limitantes más señaladas por las mujeres con respecto a los créditos. Esta observación ha sido confirmada en otros estudios de impactos al nivel nacional, en literatura internacional y durante las entrevistas realizadas para este estudio. Los créditos otorgados a las mujeres generalmente tienen un plazo más corto por el carácter del crédito que es en mayor medida un crédito para la comercialización, mientras que los hombres reciben relativamente más créditos para actividades productivas con un plazo mayor. Sin embargo, la insatisfacción de las mujeres con respecto a los plazos es un indicador que debería motivar a las IMF a revisar como deberían ajustar sus estrategias para ofrecer plazos más largos las mujeres. Especialmente en el contexto pertinente a la realización de inversiones en infraestructura para incrementar la eficiencia de sus negocios, el cual exige la demanda de plazos mayores. Disminuir barreras de entrada La forma en que se presenta y se comunica una IMF con su clientela es un tema que necesita especial atención si se quiere aumentar el acceso al crédito par parte de la mujer. Si en los medios de divulgación (folletos, informes, volantes, entre otros) predomina la representación del hombre, la mujer no llega a identificarse con el servicio y podría tener una percepción negativa sobre la accesibilidad del crédito para ella. De la misma manera la ubicación de la divulgación del material debe hacerse en lugares donde llega tanto la mujer como el hombre. CXIII

121 Por otro lado es importante que la IMF tome en cuenta el nivel educativo de su grupo meta. Muchas mujeres de los estratos más bajos han recibido poca educación y los trámites para solicitar un crédito son complicados y engorrosos. El personal debería estar pendiente y ser sensible ante estas dificultades. Obviamente lo ideal sería diseñar el proceso de la aplicación del crédito de tal forma que se ajuste al nivel educativo del segmento atendido. Sistematizar experiencias crédito grupal A pesar de que en el ámbito internacional gran parte de las experiencias exitosas de crédito con enfoque de género se refieren a metodologías grupales (Bancos Comunales, grupos solidarios y cajas rurales), las mismas son experiencias pocas valoradas en México. Unas de las razones es que según varias personas existe un ambiente de "no pago" debido al exceso de subsidios. Sin embargo, las personas entrevistadas que trabajaron con este método manifestaron que sí funciona cuando se trabaja con mujeres, siempre y cuando se dirija metodológicamente. Las experiencias más sobresalientes con respecto a esta metodología en México son las de FINCA y PROMUJER. En el caso de FINCA no se han realizado estudios de impacto, y aunque tiene una expansión de cartera satisfactoria con un nivel de mora relativamente bajo, esta entidad no tenía claridad sobre el impacto. En el caso de PROMUJER se han hecho diferentes estudios de impacto, con resultados positivos, pero debido al tamaño reducido de su cartera y por ofrecer diferentes servicios (financieros y no financieros), la auto-sostenibilidad financiera es una limitante para esta institución. Reconociendo las múltiples ventajas de esta metodología vale la pena investigar y sistematizar más a fondo estas experiencias, tanto desde el punto vista financiero como del alcance e impacto, y compararlas con otras metodologías. Para la mujer rural perteneciente a los estratos más pobres, esta podría ser una metodología con potencial la cual aún no ha sido visualizada y aprovechada en México. CXIV

122 Esta metodología tiene límites debido a que requiere de recursos suficientes para su implementación y los préstamos generalmente se limitan a montos pequeños, no obstante, esta metodología podría existir paralela a la modalidad individual, cada una de ellas con sus segmentos de clientes. En los dos casos se ha constatado que los efectos más sobresalientes de los proyectos de microfinanzas se han dado en el acceso de crédito para consumo y para actividades productivas, en el aumento del ahorro de las socias y en la generación de autoempleo a través de la creación de negocios y del apoyo brindado a los ya existentes. En este último aspecto es importante el papel de los créditos en la compra de insumos que permiten el funcionamiento de los negocios. Debido a lo anterior, es importante que aquellos proyectos con un marcado enfoque social no descuiden la oferta de servicios financieros. En alimentación, vivienda, educación, ingreso y adquisición de otros activos, aunque se han generado algunos efectos positivos, éstos no benefician a más de 60.0% de las socias en los dos casos estudiados; por tanto, los proyectos de microfinanzas tienen un impacto medio en estos rubros. Los proyectos con enfoque social tienen un mayor impacto en el área de educación que aquellos que enfatizan la parte financiera, por lo que se sugiere mantener un equilibrio entre el enfoque financiero y el social. El mayor impacto se da en el acceso a créditos y aumento del ahorro y aspectos relativos a la presentación de servicios financieros. Así, las microfinanzas deben ser consideradas principalmente como instrumento para la provisión de servicios financieros o como parte de una estrategia de desarrollo más amplia, pero no la única, para mejorar las condiciones materiales de los sectores de bajos recursos. Las microfinanzas pueden desempeñar un papel importante en la reducción de la pobreza, pero sus beneficios no están relacionados únicamente con la pobreza, y son solamente un instrumento parcial para reducir la pobreza. CXV

123 Dentro de las limitaciones de las microfinanzas como instrumento para reducir la pobreza, se pueden tomar medidas en distintos niveles para ampliar el alcance y el impacto de los programas de microfinanzas. Se puede mejorar la calidad de los servicios financieros a fin de que respondan mejor a las necesidades y la demanda de los clientes más pobres. Se puede extender la profundidad del alcance por medio de servicios financieros adaptados a las necesidades de los más pobres y a sus actividades económicas, diversos productos financieros que satisfagan las distintas necesidades familiares y empresariales, y la promoción de proyectos piloto dirigidos a las familias y las zonas más pobres. Se puede ampliar la escala del alcance mediante la promoción de un entorno propicio para las transacciones financieras en pequeña escala y las metodologías de microfinanzas, el suministro de una amplia gama de servicios financieros, una mayor concentración en la movilización del ahorro, la transformación de ONG en instituciones comerciales de microfinanzas, y la competencia que conduzca a servicios de bajo costo y de buena calidad. Se puede extender el alcance geográfico por medio de normas y medidas que faciliten la extensión a zonas alejadas, infraestructura local que propicie las transacciones financieras en pequeña escala y la promoción de instituciones de microfinanzas rurales piloto. Por último, se puede mejorar el efecto en los ingresos con intervenciones complementarias para generar ingresos: mayor acceso a activos productivos, mejora de la calidad de los activos y promoción de un entorno propicio para su uso productivo. Los servicios complementarios no financieros, como desarrollo de empresas, servicios sociales y desarrollo comunitario, también podrían ser útiles. CXVI

124 Creemos firmemente que un enfoque integrado para servir al cliente puede aumentar la efectividad de las microfinanzas como herramienta de alivio de la pobreza. Los beneficios de este acercamiento son principalmente dos. Primero, al actuar como plataforma de distribución de servicios sociales urgentes en combinación con el crédito y otros servicios financieros, las IMFs pueden contribuir a una mayor posibilidad al cliente de sustentarse y progresar. Al integrar las microfinanzas con servicios sociales tales como salud, educación, y socorro y prevención de desastres naturales se ataca varios factores que contribuyen a la pobreza más allá del factor económico. Mediante esta acción estaremos dando a los clientes una solución integral para que ellos minimicen los riesgos que enfrentan. Si se enfrentan los factores precisos que reducen la posibilidad de que el cliente sea más exitoso con ayuda de las microfinanzas, las instituciones de microfinanzas podrían aumentar su propia eficacia. Enfocándose en hacer sostenible al cliente en vez de a la institución, el sector puede asegurarse de no sólo estar sirviendo a más personas, sino de brindarles los servicios que realmente necesitan y acompañarles en el viaje hacia la libertad económica. En segundo lugar, el uso de las microfinanzas como plataforma de servicios integrados extiende las economías de alcance de todas las organizaciones involucradas en la oferta del mismo servicio a un mismo grupo de clientes. Apalancando recursos (activos, infraestructura, conocimiento, canales de distribución, etc.) podemos aumentar la capacidad de la oferta del servicio para llegar a más clientes con mayor efectividad. Al asociarse con otros proveedores críticos de servicios sociales y empresas y actuando como plataforma, las instituciones de microfinanzas ofrecen a otras organizaciones un canal de distribución para llegar a los más necesitados, el intercambio de experiencias en una región o comunidad en particular, además de otros innumerables productos y servicios tangibles e intangibles. Todo esto tiene sentido porque las microfinanzas no están en el negocio de maximizar el lucro, sino en el de maximizar la calidad de vida y la transformación individual. CXVII

125 Con lo dicho, queremos animar a instituciones de microfinanzas a seguir las huellas de del Banco Grameen, BRAC, Pro Mujer, Fonkoze y Sareeram, los pioneros en la oferta de servicios integrados a sus clientes y a formar alianzas siempre que tenga sentido. La lucha contra la pobreza es una misión demasiado enorme para quien desee combatirla solo. Las microfinanzas, como líder bien afianzado y reconocido en esta misión, pueden ser el nexo que incluye no sólo a la banca y el desarrollo, sino que enlaza los productos hoy en día disponibles con la gente que más los necesita. Sólo a través del esfuerzo conjunto tendremos mayor oportunidad de alcanzar el éxito. CXVIII

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135 MICROFINANZAS PARA MUJERES? OPCIÓN AL DESARROLLO SOCIAL INTEGRAL. REPORTE DE LA INVESTIGACIÓN

136

137 Introducción La continua transformación del medio social que tiene como origen el desarrollo de nuevas capacidades productivas y la innovación de enfoques administrativos que combinan respuestas técnicas con un componente social que permiten atender más y mejor algunas necesidades sociales, las microfinanzas nacen en este contexto y desde su origen se le ha otorgado el propósito de apuntalar los esfuerzos productivos de personas de escasos recursos económicos y a la vez impulsar el cambio social a través del cambio en las formas en que la gente se relaciona, el empoderamiento de la mujer como sujeto de los servicios financieros es un ejemplo de ello. El suministro de servicios financieros a empresarios y productores de bajos ingresos ha sido reconocido como un medio efectivo para afrontar la pobreza y fomentar el desarrollo económico. Sin embargo, a pesar de la posible contribución de los servicios financieros en el mejoramiento de la situación y el empoderamiento de la mujer, este proceso no ocurre de forma automática. En muchos casos los beneficios pueden ser marginales e incluso se puede desempoderar a las mujeres (Mayoux, 2000). Entre los temas que nos permiten reflexionar sobre los posibles efectos positivos y negativos de los servicios financieros se compararon tres paradigmas: el paradigma de la autosustentabilidad que pone énfasis en los elementos financieros con el objetivo final de crear programas grandes, rentables y totalmente independientes desde el punto de vista económico, el paradigma del alivio de la pobreza con énfasis en el desarrollo comunitario, en términos que van más allá de los ingresos comerciales para abarcar mayores capacidades y opciones, y reducir la vulnerabilidad de las personas pobres, y el paradigma feminista - en donde se promueva el microfinanciamiento como un punto de entrada en el contexto de una estrategia más amplia para el empoderamiento económico y sociopolítico de las mujeres que se centra en la sensibilidad de género y la organización feminista. 1

138 A pesar de la alta participación de la mujer en los programas microfinancieros, existe un debate sobre los efectos que causan sus servicios en el nivel de vida de las mujeres. Este estudio pretende sistematizar las percepciones y las experiencias que existen en torno al tema tanto en el ámbito de estos programas, como en la cooperación internacional y el gobierno. A través del análisis de la información se han identificado ideas, metodologías y modelos que podrían contribuir a mejorar la orientación de los servicios financieros brindados a las mujeres. El propósito del estudio es describir la forma en que las mujeres hacen uso de servicios financieros así como investigar sobre el conocimiento que han aportado las mejores prácticas del continente latinoamericano y México. Se reconoce que la combinación entre servicios no-financieros y financieros para las micro y pequeñas empresas es la clave para lograr éxito, pero para fines de enfoque y para restringir el alcance, el presente trabajo se concentrará básicamente en los servicios financieros. Independientemente del paradigma que sea aplicado, el mayor reto de las instituciones Microfinancieras (IMF) es buscar el balance adecuado entre la sostenibilidad, el impacto y el alcance, en relación con su misión. Las IMF deberían ajustar sus herramientas de monitoreo a esta misión, de tal forma que si se plantea una misión de carácter social, debería tener la posibilidad de evaluar hasta qué grado se ha cumplido con el cambio social que se ha propuesto. Estudios alrededor del mundo reportan que la mujer representa entre el 60-70% de la clientela de las IMF. En el debate internacional con respecto al tema de microfinanzas y género destaca la discusión sobre la importancia de ofrecer servicios integrales, para evitar un impacto negativo y para asegurar el empoderamiento de la mujer. Otro tema de discusión es el pertinente al control del crédito otorgado a la mujer, ya que según la literatura en algunos casos hasta el 60 % de los hombres controlan y utilizan el crédito otorgado a la mujer. 2

139 En los estudios examinados hay básicamente tres elementos que llaman la atención con respecto al género y las microfinanzas: En primer lugar las experiencias exitosas se caractericen por haber logrado la sostenibilidad financiera por un lado, ofreciendo un servicio accesible y relativamente barato por otro, a través del aprovechamiento de economías de escala, la especialización en servicios financieros y del diseño de productos ajustados al grupo meta, las mujeres más pobres. En segundo lugar muchas experiencias en el ámbito internacional se basan en la formación de grupos o aplican políticas que permiten la garantía solidaria. En tercer lugar, en muchos de estos casos las IMF buscan combinar servicios financieros y no financieros, a través de departamentos dentro de la misma institución o mediante alianzas, con el fin de brindar un servicio integrado y lograr así un mayor impacto en la clientela atendida. También en México la mujer representa gran parte de la clientela de las microfinancieras. No obstante, los montos otorgados a las mujeres son más bajos que aquellos otorgados a los hombres. Hasta cierta medida esto corresponde a la realidad que la mujer se encuentra en sectores de la economía menos dinámicos y con menos remuneración, y que ella tiene menos garantías para respaldar préstamos de montos más altos. Pero aún bajo circunstancias iguales, las solicitudes para montos mayores por parte de las mujeres son más cuestionadas que las de los hombres. Según los resultados de varios estudios de impacto la mujer está menos conforme con los montos recibidos en comparación al hombre, indicando la importancia de revisar cómo aumentar los montos en los casos que ella tiene los respaldos y el potencial para utilizarlos. 3

140 En vista de las experiencias internacionales y nacionales se puede plantear que para la aplicación de un enfoque de género en las microfinancieras el mayor reto es buscar el desarrollo de un modelo que procure balancear tanto la eficiencia y la autosostenibilidad financiera de las Instituciones Microfinancieras, como la integridad y la sinergia de los servicios ofrecidos a los clientes, para asegurar sostenibilidad, alcance e impacto de los servicios brindados. Para ello se deberían realizar acciones en diferentes niveles. La sostenibilidad financiera y la consolidación del sector con el fin de brindar un servicio más eficiente y barato. Como punto central de esta línea los IMF deberían de buscar mecanismos para bajar costos y lograr mayor eficiencia, de tal forma que la mujer pueda accesar a fondos crediticios más baratos y más ajustados a sus demandas. Además, en este contexto es necesario analizar las posibilidades de aprovechar la economía de escala, a través de la formación de una red con compromisos claros y revisar las posibilidades de la fusión de varias intermediarias financieras enfocadas hacia la mujer. La cooperación internacional debería jugar un papel clave en facilitar e inducir en este proceso. Una segunda línea con enfoque social debería buscar la articulación de los servicios financieros y no financieros, como mecanismos para asegurar un impacto positivo como resultado de los servicios financieros. Para ello se recomienda promover la formación de alianzas estratégicas entre instituciones microfinancieras e instituciones que capaciten a la mujer, ambas especializadas en sus servicios. En este contexto el reto es ofrecer un servicio integral a una misma persona, de tal forma que el conjunto de servicios brindados le apoyen a salir del círculo vicioso que le limita el acceso a recursos y la mantiene en actividades poco remunerables. El rol de la cooperación internacional en este contexto debería ser el de un facilitador de este proceso de formación de alianzas. Esto implica orientar las negociaciones, financiar pilotajes y evaluar de efectividad de las mismas, en vista de sus costos por un lado y el impacto logrado por otro 4

141 lado, evaluando tanto los cambios al nivel de vida, como con respecto al empoderamiento y el control sobre los recursos. Es importante enfatizar que las IMF tienen que rendir cuentas y ser evaluadas con base en la misión que se han propuesto y dentro de este contexto no se justifica un mal desempeño financiero, ni el asistencialismo. Diferentes experiencias dentro y fuera de México han demostrado que es posible y necesario otorgar préstamos a mujeres pobres bajo condiciones de mercado, para evitar la distorsión del mismo y más bien aportar a la formación de una economía saludable. Por tanto, el subsidio debería limitarse a las etapas de la formación institucional y para el arranque de las IMF. Al nivel de las microfinancieras se debería empezar con la revisión del manejo de los recursos humanos y la sensibilización del personal. En este contexto la cooperación internacional podría ser un actor clave en el proceso del desarrollo institucional. Al nivel externo las entidades microfinancieras deberían buscar la eficiencia y la integración del mercado. Esto requiere el desarrollo de productos que se adapten a las necesidades de su clientela, lo cual implica, en el caso de las mujeres, desarrollar productos que se ajustan tanto a sus necesidades productivas como reproductivas. Para el desarrollo de dichos productos y otras herramientas se deberían realizar estudios de mercados, eventos participativos, pilotajes y validaciones. El buen desempeño de las mujeres, registrado por todas las microfinancieras examinadas, permita ir buscando y probando modalidades que permitan paulatinamente y dentro de las capacidades de ellas, ir incrementando los montos prestados. Para conocer el efecto del trabajo de las IMF y sus aliados es primordial realizar estudios de impacto, evaluar la modalidad y discutir tanto los resultados positivos como negativos, para ir ajustando y mejorando el modelo y las herramientas 5

142 aplicadas, proceso que debería ser facilitado y promovido por la cooperación internacional. En este contexto el gobierno y las diferentes redes que existen al nivel del país, también juegan un papel fundamental para fomentar las experiencias y promover el intercambio y la reflexión, a través de plataformas de discusión. Por otro lado el gobierno debería propulsar la creación de un marco legal que permita fomentar el ahorro, un servicio financiero importante para la mujer. De esta manera, en la presente investigación se parte de identificar las diferentes formas en que la pobreza afecta a la mujer y en particular sobre cómo afecta esta condición en la forma inequitativa que se imponen en las relaciones sociales, donde se observa que el género influye en una mayor agudización de las condiciones de rezago social que sufren las mujeres en comparación con sus contrapartes varones. Para un mayor entendimiento y con el objetivo de orientar al lector sobre la forma en la cual será diseñada la investigación se presentará una parte metodológica, donde se describe con precisión la importancia de estudiar la "Microfinanzas para mujeres: opción al desarrollo social", los objetivos planteados, la delimitación y el planteamiento preciso del problema a estudiar, las preguntas de investigación y las hipótesis desprendidas de éstas. Asimismo, se puntualiza la forma en que se constataron y falsearon las hipótesis que guían este estudio, por otra parte se describirán las fuentes de información las cuales serán para el apoyo de la formación del documento, finalmente se llegará a la parte donde se describirán las conclusiones a las cuales se llegó con la investigación realizada. De manera que si tomamos ese marco, podemos notar que la estructura tributaria en México está alejada de contar con un comportamiento capaz de cumplir con las tareas que hagan funcionar adecuadamente al Estado; por lo que es evidente que 6

143 cuenta con problemas estructurales casi endémicos que se han reflejado en incrementos sustantivos de la evasión fiscal. Con el objetivo de orientar al lector sobre la forma en la cual será diseñada la investigación se presentará una parte metodológica, donde se describe con precisión la importancia del tema de estudio, los objetivos planteados, la delimitación y el planteamiento preciso del problema a estudiar, las preguntas de investigación y las hipótesis desprendidas de éstas. Asimismo, se puntualiza la forma en que se constataron y falsearon las hipótesis que guían este estudio, por otra parte se describirán las fuentes de información las cuales serán para el apoyo de la formación del documento, finalmente se llegará a la parte donde se describirán las conclusiones a las cuales se llegó con la investigación realizada. Ahora bien; en cuanto a las técnicas que se utilizaron para la elaboración de la investigación "Microfinanzas y mujeres: opción al desarrollo social" Nuestro punto de partida metodológico es el procedimiento exegético, mediante el análisis de contenido y la interpretación del problema, en cuanto a su contexto y características. Se utilizará el método descriptivo, toda vez que la finalidad de este método es el describir situaciones y eventos. Decir como es y cómo se manifiesta determinado fenómeno. El método de análisis, procesamiento y síntesis de información para establecer un enfoque de investigación de tipo deductivo, es decir, de lo general a lo particular. 51. Se encuentran la documental y de campo, recabando libros y consultando revistas y periódicos históricos, así como páginas de Internet relacionadas con el tema en comento. Por lo que respecta a los Métodos utilizados, éstos consisten en el Método cualitativo, y por otra parte el Método Analítico mismo ayudo a razonar la información obtenida. En nuestra investigación expondremos brevemente los puntos importantes de cada capítulo como resultado del análisis efectuado sobre el tema. Este trabajo de 51 Rojas Soriano Raúl. Guía para realizar investigaciones sociales, UNAM. 1981, pp., 90,91 y ss. 7

144 investigación se integra por cuatro capítulos que de forma general establecen aspectos como son los siguientes: En este mismo capítulo se revisa el concepto de empoderamiento, entendido como una situación en que la mujer asume y vive plenamente todos sus derechos con libertad y autonomía, así como incidir y participar en el ámbito social con plena equidad de género. En el capítulo 2 se revisan las diversas estrategias y metodologías que han utilizado para acercar los servicios financieros a los sectores que tradicionalmente se han encontrado fuera de los canales formales de financiamiento, el principio de inclusión financiera, no solo se refiere a la provisión de servicios de crédito sino a la provisión de toda una serie de servicios financieros, como es el ahorro, los seguros, remesas, entre otros; lo cual en última instancia permite incidir de forma determinante en la generación y protección del patrimonio de los sectores más vulnerables, materia de los enfoques microfinancieros. En este mismo capítulo, examinamos rápidamente algunos principios sobre la implementación de las metodologías microfinancieras que inciden sobre el empoderamiento de la mujer, y reconocemos algunas de las problemáticas presentes en dichos enfoques. En esta misma dirección, en el capítulo 3 avanzamos sobre el análisis de los impactos observados en distintas experiencias a nivel mundial en particular tratamos de reconocer las características y el efecto de la intervención de los servicios financieros en diferentes temas como son la salud, la educación, el desarrollo de capacidades productivas como es la capacitación, entre otras. Finalmente en el capítulo 4, hacemos un breve recuento de las características más relevantes de algunas experiencias exitosas y con impactos sensibles en las condiciones de vida de las mujeres participantes, este capítulo pretende estimar 8

145 de la manera más precisa aquellos impactos que permitan certificar a la acción microfinanciera como relevante para la obtención de mejores relaciones sociales, mas equitativas, pero también dimensionar sus posibilidades reales, es decir entender que pueden, pero también que no pueden ofrecer las microfinanzas al desarrollo. Los temas que se presentan en esta investigación constituyen una abstracción que facilita el estudio, pero que a la vez invita a interrelacionar permanentemente la metodología, el soporte teórico-conceptual y el desarrollo temático, hasta arrojar unas inferencias a propósito del tema tratado. Lo que tratamos es de aportar ideas conscientes, apegadas a nuestra realidad política, social, económica y cultural, pero sobre todo, apegadas al a la realidad de nuestro país. No pretendemos revolucionar e ir en contra de nuestro sistema social mexicano, más bien, pretendemos aportarle nuevas ideas a partir de un cambio radical de mentalidad en nuestra sociedad, siempre en apoyo de los grupos más vulnerables y de la distribución equitativa del poder. El fin no hay que olvidarlo: construir mejores gobiernos, más eficientes y eficaces, pero fundamentalmente más legítimos, más abiertos y más sensibles a las demandas ciudadanas. De esta forma ha quedado establecido el contenido de la presente investigación, misma que en todo momento busca contribuir para lograr un desarrollo integral de La Reforma Fiscal en México. 9

146 1 Género y Desarrollo En la actualidad, las IMF y los Programas de crédito constituyen parte importante del servicio crediticio a los pequeños y medianos empresarios y los pequeños productores. Los servicios financieros que ofrecen estas entidades son cruciales para facilitar el desarrollo de oportunidades de estos sectores, y de ese modo contribuyen al desarrollo y crecimiento económico del país. La participación de las mujeres en los Programas microfinancieros es relativamente alta. En las zonas urbanas y rurales la clientela femenina representa el 59% y 38% respectivamente (Agurto y Guido 2001), producto de la concentración de mujeres en el sector informal. Las múltiples responsabilidades de las mujeres y su nivel educativo - relativamente bajo- le impide el acceso al sector bancario formal, donde la representación de la mujer es menor. Sin embargo, las mujeres acceden al 42 % de los fondos en el sector urbano y 17 % en el sector rural, reflejando la brecha que existe entre los montos otorgados a mujeres y a hombres. Las IMF generalmente no diferencian entre la demanda de crédito por parte de las mujeres o los hombres, lo cual puede traer como consecuencia que los servicios no se ajusten a las necesidades de ambos. Las mujeres tienen prioridades que guardan una estrecha relación con sus actividades productivas y reproductivas (mantener la empresa y la familia al mismo tiempo), y, además, sus empresas se encuentran en sectores que requieren de atención diferida por parte de los programas crediticios Feminización de la pobreza La igualdad de oportunidades de género y el empoderamiento de la mujer son elementos integrales y esenciales de cualquier estrategia seria de crecimiento económico y de desarrollo en favor de los pobres. Las mujeres son más de la mitad de la población del mundo y por lo menos el 70% se encuentra entre los 10

147 más pobres, y por lo tanto no pueden ser percibidas como una preocupación marginal para el sector financiero, particularmente un sector que clama reducir la pobreza. La supresión de la discriminación de género y la promoción de los derechos humanos de la mujer son exaltados en acuerdos internacionales firmados por la mayoría de los gobiernos y respaldados por la mayoría de las agencias de desarrollo. Esto bajo la premisa de que aumentar el acceso de la mujer a servicios financieros puede iniciar potencialmente una serie de "espirales virtuosas" de empoderamiento económico, que aumenten el bienestar de las mujeres y sus familias y extiendan el empoderamiento social y político. Más aún, las microfinanzas grupales reúnen a millones de mujeres y hombres en todo el mundo, ésta es una fuerza potencialmente significativa para la igualdad y el empoderamiento, que a su vez, contribuye al crecimiento económico, al desarrollo en favor de los pobres y al fortalecimiento de la sociedad civil. En la reciente Cumbre de Microfinanzas Asia Pacífico, esta corriente de abandono, y con frecuencia oposición abierta a abordar temas de género, parece haber empezado a cambiar con la firma del borrador de un protocolo de género por más de 400 participantes, incluyendo figuras prominentes del movimiento de microfinanzas 52. Las propuestas recientes toman como punto de partida la idea de un sector financiero diversificado, donde diferentes actores pueden tener diferentes enfoques y roles, pero en el que cada uno tendrá un fuerte compromiso con la igualdad de oportunidades de género y empoderamiento de la mujer e integrarán estos principios en sus estructuras organizacionales, producto y servicio y rol a nivel macro y de políticas. El debate en el sector sobre el camino por seguir, significa ir construyendo sobre el trabajo previo y cabildeado por muchos practicantes e investigadores. 52 Los firmantes incluyen a Mohammad Yunus y Lamiya Morshed del Banco Grameen y Sam Daley Harris y Michele Gomperts de la Campaña de la Cumbre, Nirmal Fernando del Banco Asiático de Desarrollo, y NABARD. 11

148 La diferencia biológica convertida en fundamento de la discriminación ha producido a lo largo de toda la región latinoamericana brechas éticamente inaceptables aunque afortunadamente susceptibles de ser socialmente evitables. La discriminación hacia las mujeres puede ser evitada a través de políticas de equidad que trasciendan la mera modificación de roles en favor de transformaciones estructurales, y culturales instaladas en el conjunto de instituciones de la región 53. El análisis de género de las desigualdades no se limita a la simple comparación entre hombres y mujeres, aunque requiere necesariamente de ella para realizar un análisis apropiado de la realidad social. Por eso, un primer paso consiste en lograr la visibilidad estadística de las diferencias. Conocer los efectos diferenciados que sobre hombres y mujeres tienen las políticas económicas no es un mero ejercicio académico y reviste la mayor importancia si tomamos en cuenta que, como lo muestra el estudio, las mujeres, independientemente del grupo social al que pertenecen son objeto de discriminación y se encuentran siempre en desventaja respecto de sus pares varones. El análisis de género es una herramienta para visibilizar una de las mayores injusticias de la humanidad y sirve para formular políticas que tiendan a la eliminación de toda forma de discriminación como un tributo al avance en el respeto a los derechos humanos. No sólo eso, el análisis de género es una herramienta al servicio del crecimiento económico pues visibiliza las potencialidades y limitaciones que enfrenta la mitad de la población para que los países logren el ansiado objetivo de la competitividad sistémica. El estudio nos muestra a través de un análisis de la información oficial cómo la distribución de los ingresos, se asienta sobre un contrato cultural impuesto que 53 Como parte del programa WEMAN el Protocolo, y también la evidencia e innovación práctica subyacentes, serán desarrolladas progresivamente a través de talleres en América Latina, Asia y África y como contribución a la Campaña de la Cumbre de Micro-crédito. 12

149 otorga una alta valoración a la maternidad femenina y considera natural el trabajo doméstico no remunerado de las mujeres frente a una aun prevaleciente noción de hombre proveedor cada vez más contestada por la realidad social. Los ingresos globales por sexo son la síntesis de la forma específica como las mujeres acceden al mercado laboral, a la propiedad y a las transferencias. Aunque la tendencia es decreciente, la capacidad de generar ingresos es siempre menor para las mujeres de la región. Esto mientras su aporte a la reproducción sigue en la oscuridad estadística. En América Latina los adultos dependientes económicamente son mayoritariamente mujeres aunque uno de los rasgos más impactantes de la última década es el masivo ingreso de las mujeres al trabajo remunerado. El estudio señala la importancia estratégica que tiene para la equidad el medir las horas de trabajo destinadas al trabajo doméstico no remunerado obligación que permanece ampliamente asociada a mujeres y niñas y que sumada al creciente trabajo remunerada da cuenta de las condiciones de injusticia bajo las que las mujeres se integran al mercado laboral. La ausencia de políticas de redistribución de las responsabilidades familiares aparece pues como una prioridad de la política social. Otro aporte significativo del análisis desagregado es que nos permite no solo evidenciar las brechas entre hombres y mujeres en el mercado laboral si no las brechas entre grupos de mujeres como resultado de desventajas adicionales enfrentadas por las mujeres pobres, indígenas y jóvenes. La segregación ocupacional es también negativa para las mujeres Aunque las tasas de participación de las mujeres en la actividad económica se han incrementado todavía muestran un claro sesgo a favor de los hombres cuyas tasas son mayores. El estudio demuestra además que no se ha establecido una relación entre las tasas de participación, generalizadas en toda la región, y el nivel el PIB. El desempleo es también mayor en todos los casos lo que sugiere la necesidad de 13

150 conocer los mecanismos de discriminación en el proceso de búsqueda de iguales oportunidades en el empleo. Si esto es así es necesario encontrar respuestas adecuadas al crecimiento acelerado de la participación de las mujeres en la actividad económica, las mismas que no necesariamente pertenecen al ámbito cerrado de la economía y que pueden explicarse por factores de ampliación de ciudadanía, tipo de reformas estructurales en curso, fortaleza de los movimientos sociales y factores culturales e institucionales. La información muestra que las mujeres están sobre representadas en empresas de baja productividad y sobrepresentadas en los de media y alta. Igualmente los ingresos de las mujeres en estos sectores corresponden al 50% de los ingresos masculinos. El estudio muestra un cuadro de los aspectos económicos de la equidad de género demostrando que en prácticamente todos los indicadores como son empleo, desempleo, ingresos, propiedad y puestos administrativos la situación de desventaja es mayor para las mujeres. Aunque aumenta la presencia femenina en la actividad económica, disminuye la brecha de ingresos y mejoran los niveles educativos, las mujeres de la región aun no consiguen eliminar las distancias que las separan de sus pares varones y siguen enfrentando no solo una mayor carga de trabajo incluido el trabajo doméstico no remunerado y el trabajo comunitario, si no que obtienen menores beneficios de los sistemas previsionales y no consiguen superar la brecha de género en la toma de decisiones tal como lo demuestran estudios complementarios realizados por la CEPAL. El estudio es una muestra de las posibilidades de análisis que brinda la información disponible para realizar análisis relevantes sobre la política económica 14

151 y social. Sin embargo, queda claro que aun debemos enfrentar retos conceptuales y metodológicos que permitan medir aspectos vinculados al trabajo doméstico no remunerado, el uso del tiempo, los aportes y beneficios diferenciados de hombres y mujeres al sistema previsional y otros de importancia para las políticas de equidad en la región. 1.2 Género y servicios de ahorro Hasta el momento, la discusión no ha sido particularmente específica en cuanto a género. Aunque las mujeres probablemente valoran más que los hombres el anonimato y el apoyo social para ahorrar, todas las personas, no importan su género, buscan bajos costos de transacción, seguridad, tasas positivas de rendimiento, y acceso rápido a fondos. A veces se asume que las microfinanzas tienen una habilidad especial para empoderar a las mujeres, pero, como lo apuntó Johnson (1999, p. 1), "Las microfinanzas, no más que otro tipo de intervención, no está bendecida con la habilidad para corregir los desequilibrios de poder que resultan de las inequidades causadas por la forma en que la sociedad trata a los hombres y a las mujeres." Basada en la teoría del sexismo, esta sección explora cómo el diseño de los servicios formales de ahorro puede tratar asuntos, tales como la violencia doméstica y las responsabilidades del hogar, que son específicas de las mujeres. 1.3 El origen de la inequidad La inequidad beneficia a algunos grupos de personas, por eso las sociedades pueden oprimir a algunos grupos. Para distinguir los oprimidos de los opresores, se requieren marcas indelebles, generalmente características físicas visibles tales como color de la piel, edad, o sexo. Los esclavos que no pueden distinguirse de sus dueños son a menudo marcados o tatuados. Los acentos también pueden marcar a los oprimidos. 15

152 Las mujeres difieren visiblemente de los hombres. Entre otras cosas son, en promedio, más pequeñas. Las diferencias visibles, combinadas con las diferencias en fuerza física, le permiten a los hombres usar la violencia para imponer su voluntad sobre las mujeres. Con el tiempo, una estructura de privilegios masculinos se enraizó tanto que, aún sin amenazas de violencia, la opresión de las mujeres es aceptada sin pensar por ambos sexos. Dentro de un hogar, la violencia o su amenaza es todavía, con frecuencia, la forma principal en que un hombre específico puede imponer sus privilegios sobre una mujer específica. El privilegio principal de los maridos es encargar a las mujeres tareas difíciles, aburridas, no remuneradas, o poco glamorosas. Por tanto, las mujeres pobres en los países en desarrollo acarrean agua, juntan leña, cocinan, limpian y cuidan los niños. Aún cuando las mujeres no están inclinadas por naturaleza a cuidar más de los niños que los hombres, el mayor tiempo que invierten cuidando niños tiende, probablemente, a que desarrollen mayor afección y responsabilidad. Para las mujeres que se resistan al trabajo duro y tedioso y a la violencia doméstica, hay una serie de castigos e impedimentos que podrían hacer que el no casarse sea peor que un mal matrimonio. Por ejemplo, en algunos países, los bienes de la pareja son legalmente propiedad del marido. Típicamente, las muchachas reciben menos educación que los muchachos. Por ende, si una mujer deja su matrimonio o nunca se casa podría quedar con gran desventaja en el mercado laboral. En resumen, las mujeres son despojadas sistemáticamente del capital humano y de otros bienes, y esto las desanima para resistir las tareas desagradables y para salirse de malos matrimonios. Qué pueden hacer las microfinanzas? Hasta ahora, su éxito ha consistido en brindar créditos para la compra de activos fijos o inventarios a mujeres que 16

153 administran negocios muy pequeños (microempresas). Si todo lo demás permaneciera constante, esto disminuiría la desventaja de las mujeres en el mercado y, por tanto, aumentaría su poder de negociación en el hogar. Por supuesto, no todo lo demás permanece constante. La simple recepción de créditos no necesariamente empodera financiera y socialmente a las mujeres (Johnson and Kidder, 1999). Algunas investigaciones sugieren que "expandir el acceso de las mujeres a las oportunidades y recursos económicos no siempre las hace menos vulnerables a la violencia doméstica" (Schuler, Hashemi, and Badal, 1998, p. 5). Kantor (2000) y Dunn and Arbuckle (2000) también encontraron que el mayor éxito de las mujeres en los negocios debido al acceso a las microfinanzas puede reducir la influencia de la opinión de las mujeres en las decisiones del hogar. Algunos autores sugieren que las organizaciones de microfinanzas den créditos para los gastos de las labores domésticas (tales como gastos en salud y educación). Pero esto es poco probable o factible. Los créditos deben pagarse, y a menos que una mujer tenga un negocio o un empleo que produzca efectivo para atender el servicio de la deuda, es poco factible que los prestamistas se arriesguen con créditos específicos para los gastos derivados de las responsabilidades domésticas. El ahorro puede, sin embargo, financiar los gastos asociados con las labores domésticas. Es más, el ahorro puede brindar recursos para hacer resistencia, y tal vez dejar, una mala relación, si una mujer puede mantener los ahorros bajo su control. La próxima sección describe unas propuestas diseñadas para dos tipos de servicios de ahorro. La primera le permite a las mujeres acumular activos financieros y no financieros fuera del hogar de manera segura. La segunda subsidia los ahorros destinados a algunos aspectos relacionados con las labores domésticas que, por lo general, se encargan a las mujeres. 17

154 1.4 El Empoderamiento de la Mujer, un problema de equidad Para enfocar las desigualdades entre los sexos es imprescindible hacer algunas precisiones. Se utiliza la palabra sexo para indicar la condición biológica que distingue a mujeres y hombres. Ante lo cual es necesario establecer con precisión la definición de Género, la cual es la construcción cultural de un conjunto de roles y valores correspondientes a uno y otro sexo, y se le denomina así para enfatizar que su definición es histórica y socialmente construida. En la sociedad latinoamericana de los noventa persisten con fuerza dos principios que han regulado las relaciones básicas entre los sexos y que dan homogeneidad a la construcción de género en la región, con diferencias de grado entre países como se demostrará más adelante. Uno rige en el ámbito económico y se refiere a la división sexual del trabajo entre mujeres y hombres. Aunque las cifras de los noventa muestran que un sector numeroso de mujeres comparte por igual que los hombres el rol de proveedora económico de sus hogares, aún las normas de trabajo y de funcionamiento social están reguladas por la idea de que los hombres generan ingresos y las mujeres ocupan su tiempo principalmente en las tareas del hogar y la reproducción familiar. El mismo principio rige la división del trabajo por sexo reproducida en el mercado laboral. La sociedad tarda en adecuarse a los cambios económicos, en este aspecto mucho más que en otros, lo que realza la importancia de tener en consideración el género al diseñar políticas generales. El otro principio rige en el ámbito cultural, aunque su origen está ligado al primero, y se refiere a la desvalorización cultural de lo femenino en relación con lo masculino en el mundo social: en la economía, en la política, en el trabajo, en la educación. 18

155 Se explicitan estos fundamentos de nuestra organización social en relación con el género por dos razones. Primero, porque constituyen los impedimentos básicos y más profundos para equiparar las oportunidades de ambos sexos y segundo, porque su disminución y desaparición da sentido a las metas de equidad de género. La presentación que sigue da cuenta de tendencias que habrá que tomar en cuenta para la formulación de políticas que favorezcan el logro de la equidad de género. Diversos organismos como la CEPAL, atenta a la evolución de la economía, ha llamado la atención sobre las consecuencias que ésta ha tenido sobre aspectos importantes de la vida de las personas destacando la creciente desigualdad en la distribución del ingreso entre los hogares, originada principalmente en el funcionamiento del mercado de trabajo. Las causas de las desigualdades de ingreso se asocian a la desigual distribución del capital educativo entre las personas y a la menor creación y disponibilidad de empleos con productividad media y alta. Se sugieren políticas correctivas tanto para la educación como para la transformación productiva que proporcionen mayor equidad en el mercado laboral. Este enfoque se complementa posteriormente con preocupaciones de otros ámbitos, más o menos relacionadas con la inequitativa distribución de los frutos del crecimiento económico a toda la población. Son las desigualdades en términos de beneficios sociales (seguridad social, acceso a salud y vivienda) de participación política, económica y cultural, de deterioro ambiental, de integración social (participación social y expresión de demandas). En ese marco se entiende a la equidad de género como parte de la equidad social. 19

156 El énfasis puesto en los estudios sobre la generación de pobreza, como síntesis de la situación de quienes están más carentes de bienestar, incorpora la noción de exclusión que define a aquéllos grupos que se mantienen y reproducen sin acceso suficiente a los bienes sociales. Se configura una forma de entender la falta de equidad en la región, cuyo origen se reconoce en el funcionamiento económico, que se refleja y reproduce en múltiples aspectos de la vida económica, social y cultural. Finalmente surgen documentos y discusiones sobre Igualdad, Justicia, Derechos, Diferencias, Reconocimiento, conceptos necesarios derivados de haber introducido un valor como la equidad en el análisis de la sociedad latinoamericana. Al declarar la existencia de un problema de orden de prioridad que depende de determinados valores otorgados, junto con definirlo se hace necesario explicitar cuál es la idea fundamental que lo convierte en problema, con qué aspectos se relaciona, en qué medida se expresa, qué políticas lo corrigen y bajo qué condiciones desaparece. Desde el punto de vista del análisis de género, todo aquello que en el sistema económico y social impida o retrase sistemáticamente el acceso de hombres o de mujeres a algún derecho universal constituye una inequidad de género. Este análisis se superpone a los análisis generales de inequidad destacando las diferencias o brechas entre ambos sexos y buscando explicaciones que apoyen la formulación de políticas de equidad de género. Para orientar el balance de género, se rescata de la revisión de los textos en circulación alrededor de la equidad el concepto de ciudadano, portador de derechos inalienables. Se harán dos precisiones: una, referida al enfoque como derechos individuales o de las personas, y la otra al ámbito de derechos que se considerarán. 20

157 En muchos enfoques la relación entre los sexos, y por tanto la visión de género, queda circunscrita al ámbito de la familia. Al tomar la familia como unidad se desdibujan los derechos individuales de quienes la componen y se acentúan los roles de género, de parentesco, de autoridad y de subordinación. Para hablar de equidad en este documento se privilegia el enfoque individual, en los términos en que lo expresa la siguiente cita, tomada de un estudio sobre indicadores de género: Los indicadores comparan individuos adultos. La mayor parte de las mujeres y los hombres viven mucho de sus vidas con otros: esposas u esposos, niños, parientes mayores y no parientes. Pero la unidad familiar o el hogar no es una unidad adecuada para los indicadores de género. La mayoría de las definiciones de bienestar utilizadas para los indicadores sociales subrayan la importancia de la autodeterminación, seguridad y habilidad para controlar recursos como el dinero, el trabajo propio y las relaciones sociales. Es necesario tener una comprensión mejor de los recursos individuales disponibles por mujeres y hombres, pues pueden afectar la habilidad del individuo para tomar decisiones económicas y negociar con otros, dentro y fuera del hogar. 54 Por otra parte, la familia puede compensar las desigualdades de género producidas en el ámbito individual. En su interior se lleva a cabo la obligación de atender al sustento de los hijos, padres mayores, parientes, y en algunas legislaciones matrimoniales, la obligación del esposo hacia la esposa o de un cónyuge hacia el otro, cualquiera sea su sexo. Cuando los derechos individuales no se aplican por igual a cada sexo, se está dejando a la familia como instancia intermediaria en la redistribución de recursos, monetarios y no monetarios, para asegurar la sobrevivencia de todos sus miembros. Sin embargo, desde el punto de 54 Proyecto Economic gender equality indicators encargado por los Ministerios Federales Provinciales / Territoriales Responsables por el Status de las Mujeres, Canadá. Tomado de Internet, publicación ISBN ;

158 vista de la equidad, la igualdad de los individuos no puede estar basada en una estructura familiar desigual para ambos sexos. Además del principio ético que apoya esta postura cuentan las tensiones que reciben hoy las familias. Desde un punto de vista social, entre las tendencias propias de la vida moderna que minan la cohesión social se señala la movilidad familiar que socavó los núcleos familiares de protección 55 Por una parte, aumentan los riesgos que deben cubrir las familias por el abandono del Estado de Bienestar con la consiguiente disminución de beneficios sociales que lleva a que la seguridad económica familiar esté más basada en el mercado y, por otra, las familias tienen menor capacidad de cubrir dichos riesgos. Tienden a ser más pequeñas y su seguridad económica ya no se basa en tener muchos hijos que aportan trabajo, sino en pocos hijos a los cuales dar más educación, como única seguridad para ellos. Hay más familias sin núcleo completo, con jefatura femenina y ausencia de cónyuge. Por lo tanto, la seguridad individual y la protección de los derechos individuales son más urgentes en las condiciones actuales. En cuanto al ámbito de los derechos a considerar, este documento se limita a la exposición de la situación en relación con los derechos económicos, con plena conciencia de que también hay inequidades de género en otras áreas como las que garantizan las libertades individuales, o el derecho a incidir políticamente en la sociedad. Dentro de un área llamada de Derechos económicos, sociales y culturales 56 se mencionan los siguientes: 1. Derecho al trabajo: derecho a trabajar, derecho a una remuneración satisfactoria y salario mínimo, derecho a jornada de trabajo razonable, condiciones equitativas e igual salario por trabajo igual 2. Derecho a un nivel de vida adecuado 55 CEPAL/IIDH, La Igualdad de los Modernos, 1997; CEPAL, Cómo promover los derechos económicos, sociales y culturales? CEPAL/IIDH, La Igualdad de los Modernos, 1997; CEPAL, Cómo promover los derechos económicos, sociales y culturales?

159 3. Derecho a la seguridad social 4. Derecho a la salud y la asistencia médica 5. Derecho a la vivienda 6. Derecho a la educación 7. Derecho a la cultura Sin embargo, teniendo en cuenta que los niveles económicos de los países son diferentes, al considerar las brechas de género se advierte que no necesariamente están relacionadas con la productividad media o la transferencia de recursos entre grupos sociales. En ellas influyen fuertemente factores culturales. 1.5 Equidad y Desarrollo, Un Deslinde del Paisaje. El ingreso global por sexo Ya es tradicional en los planteamientos sobre equidad poner atención a la distribución del ingreso entre las personas y sus hogares, como lo resume la siguiente cita: Dada la condición de medio de intercambio general del dinero, debe considerarse el monto del ingreso monetario y su distribución entre los perceptores y sus hogares como el indicador central en cualquier análisis sobre las condiciones de equidad en la mayor parte de las sociedades del mundo moderno La creciente expansión de las relaciones de mercado no sólo hacia zonas, sino hacia ámbitos antes no regulados por su lógica, es la principal razón para dar a la distribución del ingreso esta importancia central entre los indicadores de equidad 57. Aunque no es la única distribución de recursos entre las personas, hay coincidencia en que es la más importante y determina otras distribuciones. Desde la perspectiva de los derechos individuales, dado que el derecho al trabajo remunerado está expresado como un derecho ciudadano y que el trabajo es la 57 CEPAL/IIDH, La Igualdad de los Modernos,

160 principal fuente de ingresos, se examina hasta qué punto difieren los ingresos generados por mujeres y hombres. Al adoptar este enfoque se está reconociendo que el ingreso permite y/o facilita la independencia económica y expresión de ciudadanía, de la cual no deberían estar excluidos los adultos de ambos sexos. En una situación ideal, algunos de ellos, por decisiones personales o negociaciones al interior del hogar, pueden optar por ser dependientes económicamente, lo que no tendrá connotaciones de género si lo hacen por igual mujeres y hombres. En América Latina los adultos dependientes económicamente son mayoritariamente mujeres. Así como el Ingreso per cápita expresa una magnitud relativa y comparable entre países, el Ingreso global por sexo permite comparar el ingreso que obtiene el conjunto de mujeres de un país con el que obtienen los hombres. El indicador que se presenta hace referencia a la capacidad individual de generar ingresos y a su monto promedio, y no a la disponibilidad de los ingresos generados, que en gran parte se gastan en familia desde los hogares. La relación entre los niveles de ingreso de mujeres versus hombres es un indicador síntesis de la brecha de género y expresa tanto el grado en que ellas acceden al mercado laboral, a la propiedad y a las transferencias, como los niveles monetarios que obtienen en relación con la situación de los hombres. El valor del indicador tenderá a 100 en la medida en que disminuyan las barreras para que las mujeres generen ingresos, que las transferencias sean independientes del sexo, que el sistema económico cambie su cultura de género hacia una sin segregación sexual. Definición Ingreso Global por sexo: ingresos generados por mujeres (o por hombres) dividido por el número total de mujeres (o de hombres) de todas las edades. Indicador: relación porcentual entre el ingreso global por mujer y el ingreso global por hombre. Concepto de ingreso: ingreso distribuido a los hogares, que proviene de las encuestas de hogares y que incluye las remuneraciones del trabajo, las rentas y las transferencias. Se excluyen los ingresos por arriendo imputado de la vivienda propia habitada. 24

161 La brecha entre mujeres y hombres en términos de capacidad de generar ingresos es muy alta y se mantiene a un nivel muy similar entre países y entre indicadores en el ámbito nacional o urbano. La tendencia entre 2000 y 2007 es positiva: el ingreso por mujer se ha acercado más al ingreso por hombre en todos los países con la excepción de Panamá, pero quedan más de 50 puntos porcentuales de brecha entre mujeres y hombres en la mayoría de ellos. Se han mezclado los niveles nacional y urbano y se han ordenado los países según el nivel del PIB por habitante en 2007, datos que se encuentran. Se demuestra claramente que, ni el nivel de la brecha, ni la velocidad de disminución están relacionados con el nivel económico de los países, lo que sugiere que las diferencias entre países se originan en factores institucionales, culturales, normativos, más que predominantemente económicos. Ingreso por mujer como % del ingreso por hombre y PIB por habitante El trabajo global La gran magnitud de la brecha de ingresos entre ambos sexos está revelando hasta qué punto hoy, en América Latina, está presente la división social del trabajo por sexo entre el trabajo remunerado y el trabajo doméstico y de reproducción. 58 Aunque responde a la tradición cultural y al aprendizaje realizado desde niños por mujeres y hombres, hoy representa un obstáculo a la independencia económica de los individuos, necesaria como una de las bases de su autonomía ciudadana. Por otra parte, y no menos importante, las actividades más valorizadas económica y socialmente se encuentran en el lado del trabajo remunerado, en tanto las actividades correspondientes al segundo tipo de trabajo son desvalorizadas, aun 58 La mayor parte de los ingresos distribuidos a las personas y recogidos por las encuestas de hogares corresponden a ingresos del trabajo. Según estas fuentes alrededor de 2007 los ingresos del trabajo variaban desde un 67,6% y 68,1% del total de ingresos distribuidos para Brasil y Uruguay, respectivamente, hasta un 90,6% y 91,5% para México y Ecuador, respectivamente. 25

162 cuando se ejerzan por remuneración: el servicio doméstico a los hogares, el cuidado de niños y ancianos, la crianza de niños. Situarse en uno u otro tipo de trabajo tiene consecuencias no sólo económicas, sino también de valorización social y de autovaloración. Es obvio que la sociedad necesita de ambos trabajos. De hecho, el mercado ha ido absorbiendo parte de este trabajo realizado en y para los hogares, de manera que lo que ayer no existía para la contabilización del Producto hoy forma parte del mismo como, por ejemplo, el cuidado y atención de niños en el hogar o en un jardín infantil o la venta en establecimientos comerciales de comidas preparadas para comer en casa. Considerando que una parte del trabajo total de las personas se realiza en el hogar y el resto en el mercado, las cifras para América Latina muestran que en la década de los noventa ha habido una disminución del trabajo para el hogar en beneficio del segundo entre las personas en edad productiva, sin que haya más conocimiento de lo que verdaderamente está ocurriendo. Es crucial saber más sobre ambos trabajos porque están interrelacionados y limitados por el tiempo total disponible por las personas y por su distribución entre los sexos. Si las mujeres aumentan su participación laboral en el trabajo remunerado y no disminuyen sus horas de trabajo para el hogar y la familia, alargarán su jornada de trabajo total en forma inequitativa respecto de la de los hombres. La disminución puede ser absorbida parcialmente por el mercado, por los hombres, por mujeres inactivas (las jóvenes y las mayores), procesos que necesitan ser conocidos más precisamente, en términos de horas de dedicación, para tener presentes los límites del trabajo total y su carga por sexo. Nota metodológica: las encuestas de hogares dan una aproximación burda y probablemente sesgada a este tema. Difícilmente recogen el trabajo no pagado real de mujeres y hombres. Alrededor de 2007, la proporción registrada de hombres de 20 a 64 años de edad que realizaban exclusivamente este trabajo en zonas urbanas de algunos países latinoamericanos era de 0 % en Argentina y Chile, 0,1% en Bolivia, 0,2% en Costa Rica y México, 0,3% en Uruguay, 0,5% en Colombia y 0,6% en Honduras. Con la excepción de 26

163 México, en América Latina no hay disponibles encuestas de uso del tiempo que midan con mayor precisión la evolución de este tipo de trabajo, tanto si se hace exclusivamente como si se comparte con el trabajo remunerado. En 1995 en Suecia, el trabajo para el hogar y la familia era de 33 horas y 15 minutos semanales en promedio por mujer de 20 a 64 años de edad y 20 horas y 10 minutos en promedio por hombre del mismo tramo etario 59. Para Noruega, en 2000/2001, era de 58 horas por mujer y 30 por hombre. 60 Las variaciones entre países y entre estratos de ingreso indican que la masa de trabajo destinada a quehaceres del hogar es flexible y hasta cierto punto compatible con el trabajo remunerado. El camino hacia una mayor equidad de género incluye su disminución en tanto ocupación exclusiva de algunos y su distribución más igualitaria por sexo. Se constata, con los datos disponibles y estimados con el mismo indicador, que en América Latina hay una relación entre el trabajo en quehaceres del hogar y el trabajo remunerado sistemáticamente mucho más alta entre las familias más pobres. En la pobreza se agrava esta inequidad de género y se desconocen las razones de estas diferencias: cuánto se debe a la magnitud del trabajo doméstico (más hijos, menos medios materiales y menos ayuda doméstica), cuánto a la mayor dificultad de acceso al empleo remunerado que enfrentan las mujeres de estos hogares. La tendencia es positiva en el período: se observa que en este conjunto de hogares ha disminuido más este indicador. Participación en el mercado de trabajo En las mediciones de los ingresos distribuidos y en los cálculos de las Cuentas Nacionales, los ingresos derivados del trabajo son los más importantes cuantitativamente, de manera que la distribución de oportunidades en el mercado laboral determina en gran medida la distribución de ingresos en la población. 59 SCB, Statistiska centralbyràn, Women and Men in Sweden. Facts and Figures, Statistiska centralbyràn, Women and Men in Norway,

164 En diversos estudios la CEPAL ha dado cuenta de numerosos problemas de inequidad que se producen en el mercado de trabajo. En la reciente década se ha señalado que la distribución de los ingresos del trabajo dependiente e independiente entre las personas y de los salarios entre los asalariados tiende a hacerse más desigual, lo que no ha permitido mejorar la distribución del ingreso. Dentro del mercado laboral se producen diferencias en el acceso a la fuerza de trabajo, en el nivel del desempleo y en la calidad de las ocupaciones a las que acceden las personas, especialmente en términos de nivel de remuneración, estabilidad y productividad, lo que ha llevado a analizar los factores que están en el origen de estas desigualdades y llegar a planteamientos de políticas correctivas. A partir de las desigualdades generales, se parte del análisis del mercado de trabajo desde dos puntos de vista: uno, desde las desigualdades entre mujeres y hombres, otro, desde las desigualdades al interior de cada sexo, que en muchos casos son más acentuadas para unos u otras. La participación en el trabajo remunerado expresa un derecho que ha sido enunciado como derecho a un trabajo remunerado ó, de manera más adaptada a las condiciones actuales, como el derecho a la movilidad ocupacional y a obtener la capacitación necesaria para realizar dicho cambio propuesto por Osvaldo Rosales y citado en documento de CEPAL. 61 Independientemente de a quién se considere responsable de cumplir o hacer cumplir el derecho al trabajo, lo que está tras las frases es el consenso de que todo adulto, mujer u hombre, aspira a tener un trabajo que le proporcione sus medios de vida y que reúna algunas condiciones básicas socialmente aceptadas. La participación en el trabajo remunerado constituye una de las diferencias más grandes entre mujeres y hombres. Es la otra cara de la medalla vista hasta ahora, 61 CEPAL, agosto de Cómo promover los derechos económicos, sociales y culturales?, División de Desarrollo Social. 28

165 la que se ha anunciado desde el primer indicador de ingreso global por sexo, la primera y más importante consecuencia de la división sexual del trabajo social. Se han ordenado los países según el valor de las tasas de participación laboral de las mujeres en 2000, en orden creciente. Permite ver cómo las tasas masculinas prácticamente se mantienen en un mismo nivel en la década subieron marginalmente en 6 de los 9 países mientras las tasas femeninas han aumentado en forma casi pareja en todos los países. Las tasas femeninas tienen diferencias grandes entre países, casi 23 puntos entre México y Uruguay hacia el final de la década, en tanto las tasas de los hombres se mueven entre un mínimo de 88,7% (Bolivia) y un máximo de 93,5% (Honduras), en una amplitud de sólo 5 puntos. Alrededor de 2007 en seis países las tasas se encuentran en un nivel cercano al 60% y sólo en México, Chile y Costa Rica son más bajas y aumentan a un ritmo menor. No hay relación entre los niveles de participación de las mujeres y el nivel de PIB por habitante de los países y, probablemente las razones de la alta participación en países como Bolivia y Uruguay tengan explicaciones muy distintas, con un peso fuerte de la tradición cultural e institucional de cada uno de ellos. La brecha de género se ha acortado en la década en los nueve países considerados. Con información del Panorama Social 2008, que ilustran lo mismo para más países y más grupos de edad. Estos datos constatan la misma disminución en los noventa, salvo para El Salvador y República Dominicana y permiten ver que las brechas de género son menores para las generaciones más jóvenes. Se han ordenado los países según la magnitud de la brecha de participación por sexo en el grupo de edad mayor: 35 a 49 años, en orden creciente. Si las 29

166 diferencias entre los más jóvenes fueran un indicador de lo que ocurrirá en el futuro, las brechas podrían llegar a niveles cercanos al 20% en la mayoría de los países, con excepción de Brasil, Honduras y, en menor medida, México. Desde el punto de vista de la equidad general y de género, sería deseable que las tasas de participación de los más jóvenes (15 a 19 años) y de los muy mayores no aumenten, unos para dedicar más años a los estudios, los otros por tener acceso a jubilaciones que les permitan vivir con independencia y en buenas condiciones materiales. Diversos estudios han investigado qué características de las mujeres se relacionan con una participación laboral más alta. Se ha encontrado una fuerte asociación entre más años de estudios y más altas tasas de participación, lo que a su vez está relacionado con un mejor nivel de ingreso de sus hogares. En América Latina, a fines de la década, se encuentran algunos países donde no se produce esta diferencia tanto porque las mujeres menos educadas tienen tasas de participación altas, como porque las con mayor educación tiene tasas más bajas que en el resto de los países. 62 Los estudios de cohortes por edades muestran que las nuevas cohortes de edad mantienen una trayectoria de participación más alta a través de su vida. En general, las mujeres que acceden menos al mercado laboral son las más pobres, las menos educadas y las de mayor edad. La participación de las mujeres en la actividad económica en el tramo de edad de 20 a 64 años se ve influida por su situación en el hogar. En esta oportunidad no se elaboraron los datos para los países registrados en las encuestas de hogares, pero se ilustra el hecho con el caso de Chile, país con una tasa global de 62 En el Cuadro 8 del Anexo 2 se aprecian las diferencias en las tasas de participación del grupo con 4 a 6 años de instrucción con las del grupo con 13 y más años en zonas urbanas, alrededor de Las mujeres más instruidas participan en mucho mayor proporción en la fuerza de trabajo, con la excepción de Bolivia, Paraguay y República Dominicana, en tanto las cifras correspondientes a los hombres son más erráticas. Fuente: CEPAL, Panorama Social

167 participación femenina excepcionalmente baja. Las tasas de participación de las jefas de hogar, las cónyuges y las hijas del jefe de 15 y más años de edad eran en 2006 de 41%, 28% y 40% respectivamente, mostrando claramente que las jefas de hogar producen en mayor medida ingresos para sí y su familia, en tanto las cónyuges encuentran más obstáculos para hacerlo, los que se presentan en menor medida a las hijas. Si esta situación es generalizada, debe ser tomada en cuenta para el diseño de políticas de equidad entre los sexos. Desempleo El desempleo afecta en forma distinta a mujeres y hombres. Por una parte, la tasa de desocupación, cualquiera sea su nivel, tiende a ser superior para las mujeres, en el tiempo y en la mayoría de los países de América Latina. Por otra parte, el ingreso y salida de la fuerza de trabajo es mucho más flexible para ellas porque su oferta es más elástica, en función de la magnitud de la demanda, lo que regula la tasa de desocupación femenina con mayor facilidad que la masculina, mediante cambios en la oferta de trabajo. Esto es facilitado por el hecho que culturalmente son castigadas la inactividad y el desempleo masculinos. Como contrapartida, el fenómeno de la inactividad por cansancio de buscar trabajo sin encontrar afecta más a las mujeres, para quienes es socialmente más aceptable ser económicamente inactivas, con lo que sus deseos de trabajar remuneradamente dejan de ser registrados estadísticamente. En otras palabras, el costo de este desempleo oculto es cubierto al interior de los hogares y tal vez sería más visibilizado en condiciones sociales más favorables, como por ejemplo, ante la existencia de seguros de desempleo accesibles. También influyen factores desde la demanda para explicar esta mayor tasa de desempleo femenina. Como se verá más adelante, hay un grado de segregación sexual de los mercados laborales, sea en términos de ocupaciones o de preferencias culturales de los empleadores, por lo cual no son exactamente 31

168 intercambiables mujeres y hombres. Es posible entonces identificar mercados diferenciados y, en el de la fuerza de trabajo femenina, la oferta de trabajo de las mujeres tiende a ser sistemáticamente superior a la demanda, en mayor medida que la de los hombres. La tasa de desempleo como una expresión de desajuste entre oferta y demanda de trabajo es un indicador muy sensible a la situación coyuntural, por lo que sólo se dan datos referidos al final de la década. Las diferencias de género son ampliamente superadas por las diferencias económicas medidas por el ingreso de los hogares. Las tasas de desempleo de los más pobres (quintil 1) superan entre 10 y hasta 30 puntos las de los más ricos (quintil 5). Alrededor de 2007 las tasas de desempleo, tanto de las mujeres como de los hombres, alcanzan niveles muy altos en el primer quintil: hasta 39% y 29,1% respectivamente en Argentina (Gran Buenos Aires). Los niveles del primer quintil alcanzan un máximo de 3,2% para los hombres (Colombia) y 5% para las mujeres (Uruguay). En 5 países de los 9 considerados, las diferencias de tasas de desempleo entre las mujeres de uno y otro quintil son superiores a las de los hombres, lo que no indica una tendencia concluyente. Segregación sexual por ocupaciones Hay múltiples indicios de que mujeres y hombres no son sujetos completamente intercambiables en el mercado laboral, coexistiendo dos mercados interrelacionados. Ocupan puestos y posiciones diferentes en la estructura productiva y reciben ingresos diferentes, fenómeno que ha provocado estudios y mediciones del grado de segregación sexual en el mercado de trabajo. 32

169 Se ha definido la segregación sexual del mercado como la tendencia para hombres y mujeres a ser empleados en diferentes ocupaciones del abanico completo de ocupaciones bajo análisis. Es un concepto simétrico: las relaciones de las trabajadoras respecto de los trabajadores es la clave. Tanto como las mujeres están separadas de los hombres, están éstos separados de las mujeres en la estructura productiva en estudio. 63 Las explicaciones a la segregación sexual del mercado laboral se encuentran, por una parte, en las supuestas habilidades y limitaciones asociadas a uno u otro sexo por su socialización generizada, las que influyen la demanda de trabajadores y, por otra parte, en las elecciones de estudios y de capacitación que hacen mujeres y hombres también como producto de su socialización generizada y que influyen en la oferta de trabajadores. Un primer nivel de inequidad es que el sexo de las personas discrimina y limita sus elecciones y oportunidades laborales dentro de una gama y un segundo nivel de inequidad, no menos importante, es que las ocupaciones y posiciones que ocupan más frecuentemente las mujeres sistemáticamente alcanzan menor valor económico. La disminución de la inequidad se lograría en la medida en que las ocupaciones y posiciones fueran ocupadas indistintamente por mujeres y hombres, lo que impone como requisito un cambio cultural en la socialización de género y en los prestigios y mitos asociados a las diversas ocupaciones. Para evaluar el grado de segregación existente en América Latina. Los resultados muestran que en todos los países considerados hay un alto grado de segregación sexual y que ésta ha disminuido en la década, con la excepción de Brasil. Honduras es el país de este conjunto con mayor segregación sexual en el mercado laboral y Venezuela el que ha logrado bajarla más rápidamente en el período. Tener un panorama completo de América Latina en estos términos daría 63 OIT,. J. Siltanen, J. Jarman, R.M. Blackburn, Gender inequality in the labour market: Occupational concentration and segregation. A manual on methodolog

170 un muy buen punto de partida para investigar las diferencias entre países y el impacto de la estructura productiva y el contexto cultural en estos resultados. Analizar las ocupaciones a nivel más desagregado permite dar cuenta del origen de las inequidades. A partir del hecho que estadísticas ampliamente divulgadas indican que las mujeres son peor pagadas que los hombres y que con igual nivel educacional ganan menos, se han seleccionado las ocupaciones con más volumen de personal, comparando el ingreso medio de mujeres y hombres, y el promedio de años de estudio. Heterogeneidad productiva de los empleos Si se enfoca el análisis sobre las diferencias productivas en términos de las formas de organización de los establecimientos y los productores, asumiendo baja productividad a unas y más alta a otras formas de producción. La existencia de un sector productivo de baja productividad que a su vez paga bajos salarios o produce escasas ganancias para quienes trabajan por cuenta propia o son pequeños empresarios es un factor importante de inequidad al interior del mercado laboral. Por otra parte, al interior del sector de productividad media y alta (sector público y empresas privadas con más de 5 ocupados), hay diferencias salariales y de ganancias empresariales que han aumentado y son también fuente de inequidad. Desigualdades salariales. Ambas se examinan desde el punto de la inequidad de género. Para los tres países los valores positivos indican en qué medida las mujeres están sobre representadas en los sectores de baja productividad y sub representadas en los de media y alta, en tanto con los hombres ocurre exactamente lo contrario. Esta inequidad de género agrava, para el conjunto de las mujeres, la inequidad que se produce en el conjunto de la economía entre sectores de baja productividad y el resto. 34

171 La importancia relativa de los ocupados en sectores de baja productividad respecto al total, en zonas urbanas, difiere desde valores muy altos en Bolivia y México hasta más bajos en Panamá y Costa Rica. En la mayoría de ellos, las mujeres se encuentran ocupadas en sectores de baja productividad en proporciones más altas que los hombres. Como evidencia de que en estos sectores de baja productividad los ingresos son menores que en el resto de la economía se han calculado los datos para zonas urbanas de tres países. Los ingresos de las mujeres ocupadas en estos sectores son alrededor del 50% de los del resto de las mujeres ocupadas, en tanto la diferencia entre hombres es menor: entre 60 y casi 90%. Desigualdades salariales Los ingresos del trabajo asalariado constituyen la fuente de ingreso más importante de los hogares en la mayoría de los países e influyen en la distribución de ingresos general. Se darán antecedentes sobre las diferencias salariales entre mujeres y hombres y el grado de desigualdad al interior de cada sexo. La relación entre ingresos de asalariados es desfavorable para el conjunto de mujeres, pero mejoró en siete de los nueve países. En la desigualdad influye la estructura del empleo, la distribución por sexo entre las diversas ocupaciones, la calificación de la fuerza de trabajo, y, por supuesto, el nivel de salarios por sexo para iguales trabajos. Como un proxi de la calificación se utiliza la relación entre años de estudio, que en la década se ha movido sin una tendencia clara para el conjunto de los 9 países. Nuevamente se observa lo que se demostró al nivel de ocupaciones: la relación de ingresos se encuentra en la mayoría de los casos bajo el valor de igualdad 1, la relación de estudios supera dicho valor en todos los casos, con lo que se confirma la inequidad de género en las remuneraciones. 35

172 Los valores de los coeficientes de GINI por déciles de salarios para mujeres y hombres. Representan el valor de la diferencia de áreas entre la distribución igualitaria de salarios y la distribución real, tomando el valor cero cuando ambas coinciden y el valor 1 como tope de máxima desigualdad en la distribución. Se muestran los valores por países y su evolución en la década. Brasil es el país con mayor desigualdad entre asalariados y Argentina, Uruguay y Costa Rica los menos desiguales. Se observa que Brasil ha experimentado una reducción de la desigualdad entre asalariados hasta 2007, pero en general, las desigualdades entre los hombres se han mantenido con aumentos en México y Uruguay y las desigualdades entre mujeres han aumentado más. Esto es coherente con el hecho que la ocupación femenina ha crecido relativamente sobre la base de incorporación de las mujeres con mayor nivel educacional, aumentando las inequidades al interior del grupo. En 2000, en siete de los nueve países para los cuales se hizo el cálculo, la desigualdad entre mujeres era menor que la de los asalariados hombres, lo que ocurre sólo en cuatro países alrededor de 2007, como resultado del aumento de la desigualdad entre las mujeres, excepto en Honduras, donde disminuyeron los coeficientes de GINI para ambos sexos. Calidad de los empleos Bajo este título se tratan variados temas, la mayoría de ellos insuficientemente cubiertos por las estadísticas disponibles. Ya se han mencionado algunos factores importantes que influyen en la calidad de los empleos, como el nivel de productividad del sector en que se trabaja ó el nivel de remuneración. Ahora se agregan elementos ligados a la estabilidad de los mismos y la cobertura de riesgos de salud y previsionales. 36

173 En los países de América Latina, donde estas coberturas no son muy amplias entre los que trabajan remuneradamente, tampoco son generalizadas a toda la población, sino que más frecuentemente están asociadas a la condición de ocupado. Con ello se deja en mayor condición de riesgo a mujeres que no trabajan remuneradamente, o lo hacen esporádicamente, pues su cobertura de riesgos depende de otro u otra que sí está incorporado al mercado laboral en buenas condiciones. Un empleo estable expone menos al riesgo de la cesantía, de la disminución de los ingresos, de riesgos de salud o de catástrofes personales. Las mujeres se enfrentan al mismo tipo de riesgos, pero además, a la posibilidad de embarazo, coincidiendo su período fértil con su período productivo. Por esta razón, y si la reproducción biológica de la población se considera seriamente como responsabilidad social, la estabilidad de los empleos de las mujeres debería ser mayor. A continuación se presentan algunas cifras procedentes de las Encuestas de Hogares sobre calidad de trabajo entre asalariados, como la existencia de contrato de trabajo, la presencia de algunos derechos previsionales y/o de salud y la condición de trabajo temporal. La cantidad de países es escasa y dentro del grupo no hay conclusiones evidentes para uno u otro sexo, excepto respecto del trabajo temporal, que afecta relativamente más a los hombres que a las mujeres en los trabajos asalariados de las zonas urbanas. Cuadro 1 ASALARIADOS CON CONTRATO DE TRABAJO ZONAS URBANAS 37

174 Fuente: CEPAL, División de Estadísticas, Tabulaciones especiales de las Encuestas de Hogares. Cuadro 2 MUJERES Y HOMBRES ASALARIADAS/OS CON DERECHO A SALUD Y/O PREVISIÓN NIVEL URBANO. ALREDEDOR DE Fuente: CEPAL, División de Estadísticas, Tabulaciones especiales de las Encuestas de Hogares. Cuadro 3 MUJERES Y HOMBRES ASALARIADOS CON TRABAJO TEMPORAL. ZONAS URBANAS. ALREDEDOR 2007 Fuente: CEPAL, División de Estadísticas, Tabulaciones especiales de las Encuestas de Hogares. Acceso a la propiedad y a la administración de las empresas. Las rentas, como ingresos provenientes de la propiedad, no constituyen una fuente de ingresos generalizada a la mayoría de la población y, dentro del conjunto de perceptores de rentas, las mujeres están sub representadas. 64 Las Encuestas tabuladas incluían los siguientes conceptos: Argentina: con jubilación, octubre 2007; Brasil: con previsión, 2006; Chile: cotizando, 2006; Costa Rica: con seguro, julio 2007; México: con servicio médico, 2006; El Salvador: con seguro social, 2007 y Uruguay: con atención médica,

175 En las encuestas de empleo se recoge información sobre los perceptores de rentas, pero su validez es menor que la información sobre ingresos del trabajo por el pequeño número de declarantes y por la posible subestimación de número y monto en la declaración. Con estas advertencias, las siguientes cifras deben interpretarse como una estimación aproximada que avalan la afirmación del primer párrafo. La inequidad de género al interior de este conjunto se origina en aspectos económicos, que limitan el ahorro y la acumulación de las mujeres por el menor nivel de ingresos que consiguen, y en aspectos culturales que determinan las leyes, normas y funcionamiento de las instituciones, como el menor acceso al crédito y las barreras para el acceso legal a propiedades y herencias. Otro tipo de ingresos también exclusivos de una fracción no muy amplia de la población son los del trabajo empresarial. Las cifras muestran que alrededor de 2007 un máximo de 4,5% de las mujeres (Ecuador) y un 10,1% de los hombres (Bolivia) son empresarias. La mayor parte de los ingresos de empleadores corresponden a miembros del quintil de hogares de más altos ingresos y el ingreso promedio de los empresarios es varias veces superior al promedio del resto de los ocupados. El acceso a la propiedad que permite emplear trabajo asalariado es un factor de diferenciación de ingresos entre la población y la menor presencia relativa de las mujeres en el mercado de trabajo es más escasa en este grupo, concentrándose en las empresas de menor tamaño. En consecuencia, el conjunto de ellas obtiene ganancias promedio menores que las de los empresarios según las encuestas de empleo que sólo consideran los ingresos distribuidos y no los que se reinvierten en el negocio. Muestra la magnitud de las brechas entre la proporción de mujeres empleadoras y la de hombres. 39

176 Los cambios en las conductas por género han tenido impacto sobre la densidad ocupacional, por una parte mediante el aumento en la tasa de actividad laboral de las mujeres y, por otra, mediante el descenso de la fecundidad. El fenómeno es positivo, en el sentido que se han abierto más oportunidades de trabajo remunerado, principalmente a las mujeres, con lo cual han mejorado sus posibilidades de independencia económica. Sin embargo, queda por probar en los distintos países si los ingresos por hogar han aumentado tanto como su aporte en trabajo, o si, por el contrario, los salarios medios se han depreciado en términos reales y hoy hace falta que en cada hogar se trabaje más en forma remunerada para enfrentar un mismo nivel de gasto. De hecho, la incorporación al empleo de mujeres que a igual calificación perciben ingresos menores que los hombres ocasiona una baja en los costos del trabajo. También hay cambios que influyen en que el nivel de gasto monetario de los hogares suba. La disminución de servicios sociales que los Estados entregaban gratuitamente o mediante pagos tarifarios muy bajos, como los de salud y educación, aumentan el gasto monetario promedio que los hogares necesitan para mantener un mismo nivel de bienestar real, a la vez que la necesidad de tales servicios aumenta y se complejiza. El aumento de la diversidad de productos y servicios producidos mercantilmente induce a mayores consumos de naturaleza diferente, como por ejemplo los servicios de comunicaciones o los que reemplazan trabajo doméstico realizado en los hogares. La conclusión es que, desde el punto de vista de los hogares, las tendencias de la economía actual llevan a la necesidad de contar con más ingresos para mantener un hogar de tamaño medio, y por lo tanto, de mayor participación de las mujeres adultas en la generación de ingresos monetarios. No sólo la masa necesaria de ingresos lleva a esta conclusión. También hay un aumento de los riesgos e incertidumbres relacionadas con el trabajo de manera 40

177 que la mayor inestabilidad de los empleos, la baja cobertura de los riesgos de cesantía, el acceso a beneficios como seguros de salud y previsionales a través de la condición de ocupado, aumentan la necesidad de diversificar la mano de obra de cada hogar. Otra consecuencia importante de los procesos productivos y la generación de ingresos sobre los hogares es que también operan factores de género que aumentan la desigualdad socioeconómica. Ha resultado más fácil y rápida la incorporación a la fuerza de trabajo de personas con mayor nivel educacional, provenientes de establecimientos con mejor calidad educacional, que tienen más relaciones sociales, etcétera. En el proceso de mayor incorporación de las mujeres ha habido claras ventajas para las de hogares del quintil superior, tanto en sus niveles de participación laboral como de desempleo, facilitado por sus ambientes educacionales y culturales, generalmente más abiertos a que ellas tengan un papel más destacado en la sociedad. Son conocidos los factores que aumentan la carga económica de los hogares más pobres, agravando las desigualdades observadas en el mercado de trabajo. Además de tener un ingreso per cápita más bajo, ellos tienen más miembros por hogar y más menores por adulto, menos activos lo que lleva a más dependientes por ocupado, y mayor tasa de desocupación. Puesto en forma más dinámica: aquellos hogares que no logran incorporar al empleo remunerado un segundo o tercer miembro, tienden a quedar más bajo en la escala de ingresos por persona que los que sí lo logran. Es pertinente examinar las diferencias entre mujeres del primer y cuarto cuartil de ingresos, debido a que son más graves que las diferencias entre hombres y de ellas es posible extraer enseñanzas para plantear políticas correctivas. La pobreza de los hogares no se resuelve si no se conoce y mejora la situación de las mujeres en ellos. El ingreso de los hogares puede aumentar si aumenta la tasa de participación de las mujeres de todos los niveles pero más los de los niveles más 41

178 bajos, si disminuye la alta desocupación entre mujeres de los hogares más pobres, si disminuye la disparidad de ingresos entre mujeres y hombres, si mejora la estabilidad de los trabajos que desempeñan hombres y mujeres. Las brechas van desde -18 puntos en Uruguay hasta -44 en Argentina en 2000, y su tendencia en la década fue muy irregular entre países, disminuyendo sólo en Argentina, Bolivia y Brasil. Las cifras se encuentran en el Cuadro 1. Alrededor de 2007, las brechas de tasa de desempleo entre mujeres del primer cuartil y el cuarto variaban entre 5,1 puntos (México) y 33 (Argentina, Gran Buenos Aires). Para esta variable, las diferencias entre hombres son de magnitudes similares. Educación La educación constituye un fin en sí misma que ha sido, más tempranamente que otros, reconocida como un derecho individual. Los Gobiernos, en la medida de sus posibilidades, han provisto los medios para alcanzar cobertura universal en el nivel primario, incluso legislando sobre la obligatoriedad de asistir a la escuela. Este derecho individual tiene una contrapartida social y económica: también la educación es un medio para lograr una mejor inserción en el mercado laboral, aumentar la productividad social y los ingresos individuales. Desde este segundo punto de vista la educación ha sido considerada en los estudios de CEPAL y otros como un acervo de conocimientos que tiene gran incidencia en las oportunidades y logros laborales y, por lo tanto, en las desigualdades de ingresos. Los estudios han ido conformando una visión de la situación en América Latina que se resume en las siguientes afirmaciones. En la primera década del siglo XXI ha habido una ampliación de la cobertura educacional en todos los niveles, especialmente para las mujeres. Alcanzar un determinado nivel educacional asegura un nivel de ingreso mejor, pero, al mismo tiempo, el nivel educacional alcanzado es el factor que produce las mayores 42

179 diferencias de ingreso en el mercado laboral. Según CEPAL en Panorama Social 2007, las personas logran salir de la pobreza cuando pasan el umbral de 12 años de estudio (Promedio América Latina). Han aumentado las desigualdades de ingreso originadas en desigualdades educacionales. Se observa una fuerte depreciación de la educación: cada vez se necesitan más años de estudio para conseguir igual posición o ingreso. Fuerte determinación del nivel educacional de los hijos en función del de los padres. Los hijos de padres con menor nivel educacional también tienden a tener menor nivel educacional. Las diferencias en la calidad de la educación son un elemento importante de desigualdad. La propuesta educativa de CEPAL/UNESCO especifica entre los derechos que la igualdad de oportunidad en la partida se produce no sólo asegurando una amplia cobertura educacional sino también asegurando una calidad básica para todos. En este contexto, ampliamente conocido, se hará un breve balance sobre la situación de equidad de género, enfocada especialmente hacia los jóvenes, porque en ellos se plasma el desempeño del sistema educacional en la década. Desde la perspectiva de la educación como derecho de las personas, en esta década las mujeres parecen aventajar a los hombres y habría que ver si esta tendencia es el resultado de una cultura de género que obliga a los hombres, más que a las mujeres, a trabajar remuneradamente a edades muy jóvenes. El gráfico 1 muestra que, alrededor de 2007, un alto porcentaje de los jóvenes del quintil de hogares con mayores ingresos continúa sus estudios, sin grandes diferencias entre países, pero que la proporción de mujeres estudiantes es mayor. 43

180 La situación de los más pobres es peor en todos los países, excepto en Bolivia, sin embargo también las mujeres estudian en mayor proporción que los hombres. Gráfico 1 Porcentaje de estudiantes entre la población de 15 a 19 años. Alrededor de Zonas urbanas. Fuente: Datos de CEPAL, División de Estadísticas, Tabulaciones especiales de las Encuestas de Hogares. Las brechas de estudios entre jóvenes de ambos sexos proporción de estudiantes entre las mujeres de 15 a 19 años menos igual proporción entre los hombres son en general positivas, y su comportamiento tendencial en el período ha sido irregular: unas aumentan, otras disminuyen. 44

181 Cuadro 4 BRECHAS DE ESTUDIOS ENTRE JÓVENES DE 15 A 19 AÑOS POR QUINTILES DE INGRESO. ALREDEDOR DE ZONAS URBANAS. Fuente: CEPAL, División de Estadísticas, tabulaciones especiales de las Encuestas de Hogares. Los cálculos de CEPAL para estudiar la transmisión intergeneracional de las desigualdades por medio del nivel educacional también revelan ventajas para las mujeres. En el Panorama Social 2007, se estudió para 2004 la posibilidad que tienen los hijos de superar la educación de sus padres y lograr un capital educativo básico. El promedio simple de los datos de siete países 65 es que el 26% de los hombres y el 35% de las mujeres de 20 a 24 años en las zonas urbanas superan la educación de sus padres y logran un capital educativo básico. Las proporciones no son muy altas, pero la diferencia es a favor de las mujeres. Superar educación de los padres: cuando el número de años de educación es superior al promedio de años de estudio del jefe de hogar y de su cónyuge mas un número de años por devaluación de la educación, que va desde 7 años o más si los padres tienen nivel educacional menor de tres años hasta un año o más si los padres tienen 13 o más años de educación. Lograr capital educativo básico: alcanzar 12 años de educación. Fuente: CEPAL, Panorama Social, Brasil, Chile, Colombia, Costa Rica, Panamá, Uruguay y Venezuela. Panorama Social 2007, página

182 Las diferencias entre mujeres de distinto nivel socioeconómico siguen siendo importantes, y la transmisión intergeneracional de la pobreza a través del determinismo en el nivel educacional de los padres también opera para ellas. Sin embargo, el que las mujeres hayan mejorado más que los hombres con relación a sus padres indicaría que se han superado prejuicios que les mantenían con menor educación y que se han abierto posibilidades en el sistema educacional. Respecto a la calidad de la educación y si lo que obtienen niñas y niños es similar, no hay información comparable entre países. Como un ejemplo, el caso de Chile muestra que también las mujeres están superando a los hombres en términos de rendimiento escolar. Las brechas a favor de las niñas no son muy grandes, pero se dan en los tres niveles socioeconómicos representados por los distintos tipos de financiamiento y dependencia de los establecimientos educacionales. CALIDAD DE LA EDUCACIÓN. En Chile se realiza una prueba de rendimientos de los alumnos en castellano y matemáticas, para la educación básica y media. Los resultados se presentan por tipo de colegio: municipalizado, particular subvencionado y particular. En 2006, los resultados obtenidos por las niñas fueron mejores que los de los niños. Puntajes de las niñas/ Puntajes de los niños Fuente: SIMCE, Sistema de Medición de la Calidad de la Educación. En SERNAM, Desigualdades en cifras. Hombres y mujeres pobres en Chile, diciembre de 2008 Como resultado, en el grupo de jóvenes de 20 a 24 años las mujeres están teniendo un nivel educacional superior. 46

183 Cuadro 5 Porcentaje de personas de 20 a 24 Años con 13 y más años de Estudio. Fuente: CEPAL, División de Estadísticas, Tabulaciones especiales de las Encuestas de Hogares. A comienzos de la década la proporción de mujeres jóvenes con más de 13 años de estudios superaba a la de los hombres jóvenes, diferencias que aumentaron hacia finales de los 90. El resultado, la cobertura educacional de más de 13 años es superior para las mujeres, es bueno. Las cifras globales y promedios no señalan a la educación como un mecanismo de generación de desigualdades entre mujeres y hombres. Sin embargo, el sistema educacional tiene muchos otros elementos que sí actúan produciendo desigualdades. Uno de ellos, con directa incidencia en la situación laboral, son las esferas de estudios seleccionadas por mujeres y hombres en los niveles superiores de educación. En este documento no se ha trabajado información comparable, pero la situación a comienzos de la década era que había 74 mujeres por cada 100 hombres en América Latina y 86 en el Caribe matriculadas en Ciencias e Ingeniería, y 254 y 204 respectivamente matriculadas en Humanidades (Naciones Unidas, Situación de la Mujer en el Mundo, Tendencias y Estadísticas). Para alcanzar la equidad de género en la educación sería deseable mejorar algunos indicadores de cobertura para los hombres, en cambio, habría que trabajar con indicadores más sofisticados para equiparar las desigualdades que todavía enfrentan las mujeres. 47

184 La perspectiva para América Latina es que continúen aumentando las diferencias a favor de las niñas. La evaluación hecha por CEPAL para dos metas educacionales del ciclo primario en los años 90 y hasta el 2000 es la siguiente: Fuente: CEPAL, Panorama Social, A Sólo zonas urbanas. En una mayoría de países seguirán ampliándose las brechas a favor de las niñas. Las diferencias producidas en el sistema educacional son aún mayores entre la población activa, debido a la selección que hacen tanto las mujeres que buscan empleo como las empleadores, prefiriendo a los que tienen más años de instrucción. Se produce una ganancia generalizada en términos de una fuerza de trabajo más educada, pero a la vez más depreciada, es decir, peor pagada o empleada en trabajos de peor calidad. A medida que las mujeres elevan su nivel educacional aumentan sus tasas de actividad laboral, sin embargo, no logran hacer valer su educación por igual que la de los hombres en el mercado laboral. Se han dado antecedentes a través de este documento de la magnitud de las brechas de salarios relacionadas con los niveles educacionales. Teóricamente la educación no hace diferencias por sexo, la matrícula en los distintos niveles es casi pareja, los rendimientos medidos son en general superiores para las mujeres, sin embargo, al enfrentarse al mercado laboral, las 48

185 mujeres estrechan sus opciones en tiempo (carreras más cortas) y en valoración (carreras que se remuneran peor). Aquí hay evidencia de una presión cultural ligada a su rol en la familia, como esposa y madre, que está operando de forma que los retornos de la educación son menores para ellas, facilitada por la segregación sexual de las ocupaciones. Es importante señalar que el hecho que los retornos de la educación sean menores para las mujeres es una inequidad que representa un costo para ellas y sus hogares igual a la diferencial de ingresos con los hombres de igual nivel educacional. Es un costo social de la reproducción cargado totalmente a las mujeres. Ingresos Medios del Trabajo de las Mujeres Como Porcentaje del Ingreso de Los Hombres von Igual Nivel de Educación por Años de Estudio. Población de 20 a 24 Años. Fuente: CEPAL, División de Estadísticas, Tabulaciones especiales de las Encuestas de Hogares. Para los jóvenes de 20 a 24 años que ingresan al mercado laboral y que llegan con un diferencial educacional a favor de las mujeres, se mantienen las diferencias de ingresos, lo que indica que ellas siguen ocupando peores posiciones. Entre 2000 y 2007 hay mejorías, pero también algunos retrocesos. En Argentina, Brasil y Uruguay hay disminución de las brechas en todos los niveles educacionales. En el resto de los países las variaciones son irregulares. Un estudio de casos ayudaría a comprender cuándo y en qué condiciones se producen las disminuciones de las brechas. 49

186 Este documento sólo ha tenido la intención de señalar cuáles son las inequidades de género económicas globales más evidentes que deberían incluirse en los análisis generales sobre los aspecto económicos de la equidad. Quedan muchas fuera y es evidente la necesidad de hacer precisiones más locales al interior de la región, así como incorporar factores culturales que diferencian el funcionamiento de los países. 50

187 2. Las estrategias de inclusión financiera 2.1 Del micro crédito a las microfinanzas Exceptuando las barreras normales que las personas de bajos recursos enfrentan, cuando tienen que ver con las instituciones financieras (por ejemplo, sus necesidades de pequeños préstamos no son lucrativos para los bancos), las mujeres más pobres como grupo tienen todavía más inconvenientes y dificultades para acceder a los servicios financieros. Aunque el analfabetismo impide a hombres y mujeres rellenar los formularios para obtener servicios financieros, en la mayoría de los países el nivel de analfabetismo de las mujeres es superior al de los hombres. Muchas veces, tanto los hombres como las mujeres, encuentran confusos los símbolos y los conceptos del lenguaje financiero. En muchos países, dado que los hombres suelen ser propietarios de tierras y de otros capitales fijos, las mujeres carecen de las garantías requeridas por parte de las instituciones de préstamos financieros. Los procedimientos de las instituciones oficiales de préstamo exigen, frecuentemente, la firma del jefe de familia masculino, lo cual no favorece a los jefes de familia femeninos. En general, las mujeres tienden a ignorar sus derechos para solicitar servicios financieros, ya sea en los países industrializados como en los países en transición. En la mayor parte de los países en transición, tanto los hombres como las mujeres no suelen contratar los servicios de empresas privadas y mucho menos contraer deudas con los bancos para sus necesidades empresariales. Probablemente debido a la falta de confianza en ellas mismas, las mujeres en general, son todavía menos propensas que los hombres a contraer préstamos en principio aunque puedan obtener tasas de interés bonificadas. Esto porque la estructura del sistema de crédito formal tiende a ser jerárquica y, desde el punto de vista de la mujer empresaria pobre, el sistema puede aparecer aún más complicado que para 51

188 los eventuales mutuarios. Las mujeres de bajos recursos suelen ser menos cultas y están menos acostumbradas a tratar con funcionarios públicos y con procedimientos formales. Muchas mujeres perciben los bancos como instituciones poderosas y les puede faltar la confianza suficiente como para aproximarse a ellos. Aun cuando existen, en el sistema bancario oficial, oportunidades de préstamo para los microempresarios (gracias a los programas de subsidio de los gobiernos), los procesos de candidatura y de selección suelen demorar mucho tiempo y pueden llegar a ser incluso desagradables. Como recuerda una empresaria polaca, en 1977, los empresarios eran tratados por los empleados bancarios como ladrones, cuando evaluaban los riesgos del crédito. Para concluir, los empresarios prefieren pagar a los intermediarios microfinancieros por encima de las tasas de mercado, ya que tienen la garantía de obtener préstamos de manera más rápida y conveniente en lugar de intentar obtener préstamos dificultosos. A pesar de estas dificultades, el acceso a los servicios financieros puede ayudar a las mujeres a dinamizar sus capacidades y finalmente desarrollar sus negocios. Mejorando sus capacidades, a través del acceso a tecnologías, materias primas, información acerca del mercado y de la integración de negocios, las mujeres pueden expandir su papel económico. La mejoría de la posición económica de las mujeres contribuye a aumentar su confianza así como su rol social y político. Microcrédito, y microahorro El interés en el microahorro, más allá del simple microcrédito, ha crecido casi tanto como los practicantes de las microfinanzas han llegado a entender que los créditos pequeños no son siempre las intervenciones más convenientes para las mujeres pobres (Kabeer, 2001; Rahman, 1999). Después de todo, un crédito se convierte en deuda, y los pobres se exponen a una crisis si la fuente de fondos esperada para el repago de la deuda desaparece. 52

189 Por tanto, endeudarse suele ser más riesgoso que ahorrar. Por ejemplo, una mujer podría ahorrar o endeudarse para financiar la compra de una máquina de coser. Si un niño se enferma, los ahorros podrían usarse para pagar las medicinas; pero el repago de la deuda podría impedir que se adquiera el tratamiento médico. Aún más, aunque no todo el mundo está en condiciones de ser sujeto de crédito o quiere endeudarse, todo el mundo sí puede hacer depósitos y desea tener activos. Por supuesto, ahorrar requiere un sacrificio en el presente, y con el ahorro a diferencia que con el crédito, el sacrificio antecede a la recompensa. Por otra parte, ahorrar ofrece flexibilidad, y mientras que los prestatarios pagan intereses, los ahorrantes ganan intereses. También, la decisión de ahorrar es voluntaria; pero una vez endeudado, el repago es obligatorio. Tanto el ahorro como el crédito son apropiados en el contexto adecuado, pero el ahorro es a menudo una mejor opción para las mujeres pobres. Como lo expresan Johnson y Kidder (1999, p. 6), no todos los pobres son "buenos empresarios en potencia para la gente que vive en la pobreza, el acceso a una cuenta de ahorro es tal vez la parte principal de los servicios ofrecidos." Rutherford (2000) sugiere que los pobres (al igual que la gente que no es pobre) usan los servicios financieros para convertir flujos de ingresos pequeños y frecuentes (tales como las ventas diarias de leche) en sumas útiles más grandes (tal vez lo suficiente para comprar una vaca o un terreno). También pueden usar servicios financieros para transformar grandes ingresos (tales como los salarios mensuales o las ganancias de la venta de una vaca) en egresos pequeños y frecuentes (tales como las compras diarias de alimentos). Los ahorros acumulados pueden también suavizar los cambios esperados o inesperados en los gastos del hogar debido al nacimiento de niños, gastos escolares, reparaciones de la casa, aniversarios, cumpleaños, bodas, funerales, quinceaños, viudez, divorcio, o abandono. Los ahorros también pueden amortiguar riesgos familiares debidos a enfermedades, robo, o pérdida del empleo, o riesgos 53

190 estructurales en caso de guerra, inundaciones, o incendio. Finalmente, los ahorros permiten a la gente aprovechar oportunidades inesperadas de inversión. En su calidad de recursos almacenados, los ahorros son útiles para muchos propósitos Los mecanismos informales de ahorro Las mujeres pobres en todo el mundo usan el ahorro informal para asegurar un nivel mínimo de consumo a través del tiempo, prepararse para emergencias, y para financiar compras grandes. La existencia de estos mecanismos de ahorro informal muestra que las mujeres pobres quieren ahorrar y se esfuerzan muchísimo por lograrlo. Esta sección explora las fortalezas y debilidades de los mecanismos informales comunes de ahorro. También se refiere a lo que pueden aprender los mecanismos formales de ahorro de esos mecanismos informales, así como lo formal puede ofrecer algunas ventajas que no se encuentran en los mecanismos informales. Qué es lo que las mujeres pobres valoran en un servicio de ahorro? La investigación sobre los mecanismos informales de ahorro (recaudadores de depósitos a domicilio, Asociaciones Rotativas de Ahorro y Crédito, Clubes de Ahorro Anual, y almacenamiento en activos no financieros) sugieren que las mujeres buscan bajos costos de transacción y facilita la disciplina para hacer depósitos. Los costos de transacción son aquellos que no tienen relación con el precio de usar los servicios financieros. Un ejemplo es el costo del tiempo requerido para hacer un depósito o un retiro. Los costos de transacción incluyen también gastos indirectos de efectivo por transporte, cuido de los niños, alimentación, o las fotocopias necesarias para abrir una cuenta. Para los pobres, los costos de transacción suelen ser el factor más importante en la selección de un mecanismo de ahorro. Suponga, por ejemplo, que una mujer tiene $5 que podría ahorrar. Si 54

191 para poder ahorrarlos necesita primero encontrar quién le cuide los niños, tomar un autobus (tarifa de $0,25) durante media hora (de ida), y hacer fila durante 20 minutos, entonces podría mejor optar por no molestarse. Cuando el efectivo se guarda en la casa, sin embargo, es más fácil de "retirar" y gastar que cuando se lo tiene en un banco (Beverly, Moore, and Schreiner, 2001). Para conservar los ahorros, las mujeres pobres deben resistir las demandas de sus hijos que necesitan ropa, de sus maridos que quieren tomar o jugar, y de los familiares y vecinos que quieren préstamos o regalos. Estas presiones de corto plazo serán menos significativas, o más fáciles de resistir, si el efectivo no está a la mano. Aún más, tener la obligación social de ahorrar una cantidad fija por día, por semana o por mes puede ser un pretexto aceptable para que una mujer pobre se niegue a atender las solicitudes de ayuda que le hacen otros. Los recaudadores de depósitos a domicilio, las Asociaciones Rotativas de Ahorro y Crédito, los Clubes de Ahorro Anual, y el almacenamiento en activos no financieros ilustran las dos fortalezas básicas mencionadas buscadas por las mujeres pobres: bajos costos de transacción y ayuda para mantener la disciplina con los depósitos. Recaudadores de depósitos a domicilio A menudo, los pobres pagan a otros para que les recauden y guarden sus ahorros. Los recaudadores de depósitos visitan a hombres y mujeres diariamente, a menudo en la puerta de su casa o en su puesto en el mercado, para recoger una cantidad fija pequeña. En Ghana, por ejemplo, las mujeres del mercado hacen 30 depósitos pequeños por mes. Transcurrido un mes, obtienen un retorno igual a 28 veces su depósito diario. El servicio de ahorro les ayuda a transformar un goteo en una cantidad significativa. Por lo general, el recaudador mantiene los depósitos en un banco o los presta informalmente en el transcurso del mes. Los pobres están dispuestos a pagar para ahorrar porque los recaudadores de depósitos eliminan 55

192 casi por completo los costos de transacción. Los intercambios duran solamente unos pocos segundos y tienen lugar en donde los ahorrantes viven o trabajan. Además, la presencia del recaudador puede apurar al ahorrante para encontrar una manera de ahorrar algo, aunque sea poco, difícil o inconveniente. La mujer ahorrante se somete voluntariamente a esta presión porque sabe que sin ella probablemente optaría por el camino fácil en el corto plazo, en detrimento de lo que le conviene en el largo plazo. Asociaciones Rotativas de Ahorro y Crédito (ARACs) Las ARACs son grupos pequeños que se reúnen para hacer contribuciones fijas a intervalos. (Por ejemplo, 12 personas se reúnen mensualmente para contribuir cada una con $100). Cada miembro se turna para utilizar la totalidad de la cantidad ahorrada. Aquellos que aún no han recibido la cantidad ahorrada son ahorrantes, y los miembros que ya han recibido la cantidad ahorrada son deudores. Al igual que con los recaudadores de depósitos, las ARACs son comunes entre las mujeres pobres porque ofrecen bajos costos de transacción y también la presión para ahorrar frecuentemente (Ardener and Burman, 1995). Los costos de transacción son bajos porque las ARACs se forman entre gente que ya se conoce y se tiene confianza, y que ya ha venido reuniéndose regularmente, o viven o trabajan cerca el uno del otro. Existe presión para ahorrar porque el no hacerlo reduce la cantidad ahorrada para los demás miembros. Clubes de Ahorro Anual Estas instituciones semejan ARACs de gran escala o cooperativas de crédito de pequeña escala. Los Clubes de Ahorro Anual normalmente administrados por grupos religiosos, clubes sociales o asociaciones de comercio tienen bajos costos de transacción porque los miembros hacen depósitos en reuniones 56

193 regulares a las que ellos asistirían de cualquier manera por razones no financieras (por ejemplo, después de los servicios religiosos semanales en una mezquita). El carácter público del depósito impone una presión externa para ahorrar. Los Clubes de Ahorro Anual son más flexibles que las ARACs; cada ahorrante decide la cantidad a depositar, y los saldos ganan intereses. El ciclo anual de ahorro comienza y termina en fechas cercanas a eventos importantes tales como la Navidad o la recolección de la cosecha que requieren o producen grandes flujos de efectivo. No está claro qué tan a menudo ahorran las mujeres pobres en los Clubes de Ahorro Anual, especialmente aquellos dirigidos por organizaciones dominadas por hombres. Almacenamiento en activos no financieros Probablemente la forma más común de ahorrar informalmente para las mujeres pobres es el almacenamiento en activos no financieros como cosas pequeñas de alto valor que pueden cambiarse en efectivo en caso de emergencia. Ese es el caso de las joyas, platería, radios, ladrillos, barras de acero reforzado, ganado bovino o caprino, pollos, ropa o zapatos adicionales, botellas de bebidas alcohólicas, y sacos de arroz, maíz, o cemento. (Guardar efectivo bajo el colchón también es una forma de almacenamiento.) Los costos de transacción son bajos; los "depósitos" solamente requieren compras de artículos pequeños de alto valor. La tentación de "retirar" los ahorros es pequeña porque, usualmente, las ventas tienden a tener precios bajos y requieren tiempo y esfuerzo para encontrar un comprador. Debilidades de los mecanismos informales de ahorro Los mecanismos informales de ahorro son útiles, pero no eliminan la necesidad de los servicios formales. En los países desarrollados, por ejemplo, la gente que tienen opciones normalmente usa los servicios formales. Qué es lo que hace la oferta formal de servicios de ahorro que no hace la oferta informal de los mismos? 57

194 Los servicios formales ofrecen mayor seguridad, tasas de rendimiento más altas, acceso más rápido a los fondos, y mayor anonimato. Seguridad No es raro que los recaudadores de depósitos a domicilio desaparezcan con los ahorros de sus clientes. De igual manera, aquellos que ya hayan recibido los ahorros acumulados de una ARAC podrían incumplir con el pago de su deuda al parar de hacer las contribuciones. En los Clubes de Ahorro Anual, los ahorros no se redistribuyen de inmediato (como en las ARACs) sino que, más bien, se acumulan y las grandes sumas de dinero podrían tentar a los tesoreros a un desfalco. El almacenamiento de activos no financieros es notoriamente inseguro; el grano se pudre, las barras de acero se oxidan, el ganado muere, los pollos desaparecen, los familiares hombres se toman las bebidas alcohólicas, y los insectos o la inflación se comen el dinero guardado en efectivo. Para detener el robo del activo no financiero almacenado más valioso las joyas la gente se las pone en sus cuerpos. (En muchas zonas en desarrollo, la propiedad familiar jamás puede dejarse sola, y son las mujeres, usualmente, las que deben quedarse en casa). En contraste con estos riesgos que presentan los mecanismos informales, los servicios formales de ahorro de los bancos en la mayoría de los países están regulados en cuanto a su seguridad y solidez. Claro está, los fracasos de bancos no asegurados son perturbadoramente comunes en los países en desarrollo, pero en general, los servicios formales de ahorro son probablemente más seguros que los informales. Rendimientos Los ahorrantes deben pagarle a recaudadores de depósitos para ahorrar, lo que implica un rendimiento negativo. Típicamente, los Clubes de Ahorro Anual pagan 58

195 intereses sobre los ahorros porque prestan algunos saldos acumulados a miembros del club y a otros. La mayor parte de los tipos de almacenamiento de activos no financieros se deprecian y, por tanto, tienen rendimientos negativos. En cambio, las cuentas formales de de ahorro siempre ofrecen intereses positivos (por lo menos en términos nominales). Después de contabilizar la inflación y los gastos de mantenimiento de la cuenta, la tasa efectiva de rendimiento puede ser negativa, pero el rendimiento total típico todavía es mayor que el de la mayoría de los mecanismos informales. Acceso a los fondos Las emergencias financieras son una realidad en la vida de las mujeres pobres, por lo que ellas quieren acceso rápido a sus ahorros. Los ahorros informales, sin embargo, no lo permiten, o lo permiten solamente a través de préstamos garantizados por depósitos. Por ejemplo, los ahorrantes con recaudadores de depósitos, pueden obtener un préstamo rápido con base en su historia de depósitos regulares y su saldo actual de ahorro, pero no pueden sacar sus ahorros hasta fin de mes. Igualmente, un miembro de una ARAC que inesperadamente requiere fondos, puede pasarse a la primera posición de la lista en la próxima reunión (siempre que no haya recibido aún los ahorros acumulados), pero no puede simplemente retirar sus ahorros acumulados. Los miembros del Club de Ahorro Anual también pueden conseguir créditos de emergencia pero no pueden retirar sus propios ahorros. Finalmente, se puede liquidar los activos no financieros almacenados, pero las ventas de emergencia obtienen precios bajos y tienen altos costos de transacción. En cambio, los retiros de cuentas bancarias son posibles en cualquier día hábil. Anonimato Si familiares o amigos saben que una mujer pobre tiene ahorros, podrían reclamarlos. El anonimato importa especialmente porque la acumulación secreta 59

196 de activos podría fortalecer la posición de una mujer y permitirle negociar más efectivamente una posición de mayor poder dentro del hogar. Los recaudadores de depósitos no ocultan los ahorros; cualquiera puede ver al recaudador todos los días en la puerta de la casa o en el puesto del mercado. Igualmente, las ARACs y Clubes de Ahorro Anual son sociales por definición. El almacenamiento de activos no financieros es, por lo general, no solamente no-anónimo, sino también conspicuo. Las cuentas bancarias, en cambio, pueden, al menos en principio, ocultarse de los vecinos y tal vez, aún de los cónyuges. (En algunos países, sin embargo, se requiere un cosignatario masculino cuando una mujer abre una cuenta) Lecciones y retos de los servicios formales de ahorro Los mecanismos formales de ahorro tienen algunas ventajas comparados con los mecanismos informales. Por tanto, podría ser útil combinar las fortalezas de lo informal (bajos costos de transacción y facilitación de la disciplina de ahorro) con las fortalezas de lo formal (seguridad, rendimientos positivos, rápido acceso a los fondos, y anonimato). Por lo menos, daño no hará la provisión de servicios formales de ahorro; las mujeres pobres pueden siempre optar por seguir usando los servicios informales si opinan que son mejores. SafeSave (AhorroSeguro) Un intento de combinar lo mejor de lo formal y lo informal es el SafeSave 66 (AhorroSeguro) en Dacca, Bangladesh (Rutherford, 2000). La principal innovación fue emplear recaudadores a domicilio para que visitaran a los clientes diariamente. Eso mantiene bajos los costos de transacción pero agrega la seguridad y los rendimientos positivos de una institución formal de ahorro. Los clientes pueden hacer depósitos de cualquier cantidad (incluyendo no depósitos o depósitos de 66 El término igualdad se utiliza aquí no en el sentido de uniformidad sino de igualdad de opción y oportunidad. Se utiliza en preferencia a la palabra "equidad" la que ha sido utilizada por la derecha conservadora para justificar las diferencias y divisiones de género existentes. 60

197 cantidad cero) o solicitar un retiro que sea entregado al día siguiente. SafeSave (AhorroSeguro) no brinda, sin embargo, mucha presión social con la disciplina de ahorrar, ni tampoco protege la identidad de sus clientes ante el público. Banco Rakyat Indonesia Después de un estudio cuidadoso de los ahorros informales, el Banco Rakyat Indonesia desarrolló cuentas de ahorro por libreta con una tasa de interés positiva, sin saldo mínimo, y con acceso instantáneo a retiros (Robinson, 1994). Los costos de transacción son bajos porque las sucursales pequeñas y económicas están ubicadas en las aldeas. Aunque no existe presión social para hacer los depósitos, los saldos están implícitamente asegurados por el gobierno, y las cuentas pueden mantenerse en secreto. Las ARACs formales Algunos servicios de ahorro tienen diseños similares a las ARACs. Por ejemplo, hay bancos en Ghana y México que ofrecen contratos de ahorro con incentivos financieros para los depósitos regulares y fijos (o desincentivos para los depósitos irregulares). Comparadas con sus versiones informales, las ARACs formales son más seguras (el organizador asume el riesgo de las deserciones), permiten retiros antes de recibir la cantidad ahorrada, y suelen pagar intereses. Las ARACs formales, sin embargo, carecen de la presión social para ahorrar Las microfinanzas como opción al desarrollo Por motivos comerciales, los servicios financieros han estado históricamente destinados al sector más rico de la sociedad, aquel con mayor capacidad de pagar los préstamos y de mantener los ahorros. Sin embargo, por lo general, los más pobres no se han visto favorecidos o bien han tenido acceso solamente a una oferta de servicios financieros inadecuada. Los campesinos pobres y los 61

198 trabajadores sin tierra, tienen enormes dificultades de acceso a los servicios financieros ofrecidos por parte de las instituciones financieras convencionales, como los bancos comerciales (Marr, 1999). Se estima que los bancos y otras instituciones financieras oficiales prestan sus servicios a sólo el 25% de los clientes potenciales del mundo entero. Según las estadísticas, apenas el 2% de los micro-empresarios reciben servicios por parte de los bancos (Women s World Banking, 1994). Para superar estos obstáculos, en las pasadas décadas surgió un enfoque innovador, destinado a proporcionar servicios financieros adecuados para los clientes más pobres; este enfoque se llama microfinanzas. La microfinanzas ofrece acceso a servicios financieros y no financieros, a personas con una renta baja y que desean obtener el dinero para comenzar o para desarrollar una actividad generadora de ingresos. Tal como su denominación indica, los préstamos y los ahorros de las personas más pobres son pequeños. La microfinanzas asumió y reconoció que los microempresarios y algunos de los clientes más pobres podían igualmente ser sujetos "bancables", es decir, capaces de pagar puntualmente sus préstamos e intereses, así como también de ahorrar algún dinero, siempre y cuando los servicios financieros fuesen personalizados de acuerdo con sus necesidades. La microfinanzas como método, ha creado servicios financieros estructurados de tal manera que permiten a las personas de bajos recursos llegar a ser clientes de intermediarios bancarios. Las características de los productos microfinancieros incluyen: Pequeñas sumas de préstamo y de ahorro. Préstamos a corto plazo (frecuentemente hasta de un año). Programas de pago con plazos frecuentes (o depósitos frecuentes). Plazos establecidos según las ganancias y el capital. Tasas de interés elevadas para el crédito (más elevadas que las de los bancos comerciales, pero más bajas que las de los préstamos con 62

199 intereses reducidos), que reflejen el trabajo intensivo de los trabajadores asociado al hecho de solicitar pequeños préstamos, permitiendo, de este modo, que los intermediarios de microfinanzas lleguen a ser, a la larga, sostenibles. Fácil acceso al intermediario de microfinanzas, ahorrando tiempo y dinero al cliente, permitiendo al mismo tiempo que el intermediario conozca al cliente en el contexto de su casa o negocio propio. Formularios fáciles de compilar. Períodos breves de procesamiento (desde la solicitud al desembolso del préstamo). Posibilidades de adquirir nuevos préstamos, más elevados, para los clientes cumplidos. Utilización de tasas de interés reducidas (tasas de interés decrecientes en muchos ciclos del préstamo) como incentivo para pagar dentro del plazo. Puesto que cuanto mayor es el préstamo menores son los costos para las Instituciones de Microfinanzas (IMF), algunos prestamistas cobran tasas de interés más bajas: intereses más elevados sobre pequeñas sumas de crédito y más bajos sobre créditos mayores No son necesarias garantías colaterales, al contrario que con las prácticas bancarias oficiales. En substitución de la garantía colateral (la cual generalmente las personas más pobres no poseen) los intermediarios microfinancieros utilizan métodos alternativos como por ejemplo: La evaluación del potencial de amortización por parte de los clientes, a través del análisis del flujo de capital o del dinero efectivo entrante, producido por las actividades que dieron lugar a la solicitud del préstamo; los ingresos/egresos de la empresa/familia; garantías individuales o colectivas (grupos de solidariedad) y esquemas de ahorro obligatorio Durante muchos años, la banca creyó que conceder préstamos a los pobres, sobre todo a aquellos de las áreas rurales 63

200 periféricas, era una iniciativa de elevado nivel de riesgo para las operaciones bancarias comerciales. Cuando se trata de conceder préstamos a personas con bajos ingresos, los bancos comerciales se preocupan por una variedad de cuestiones tales como, la falta de información respecto a la destinación de uso del préstamo, la falta de garantías colaterales, la capacidad limitada de endeudamiento, la limitada habilidad para reforzar la amortización de los préstamos, y los elevados costos de transacción asociados a los servicios prestados a los clientes pobres con pequeños préstamos (Marr, 1999). El sector bancario comercial no ha logrado reconocer la fuerza de las instituciones financieras paralelas a nivel local (por ejemplo: inversionistas del crédito, casas de empeño, cooperativas, ONG) ni las ventajas en comparación con algunos métodos de préstamo y de amortización practicadas por parte del sector paralelo (Marr, 1999). Los mercados financieros paralelos siempre existirán entre los pobres, principalmente en las áreas rurales, e implican grupos de personas con bajos ingresos y con responsabilidades en común (garantía social colateral) para la amortización de los préstamos entre sus miembros. Algunos factores sociales como la presión de la sociedad funcionan como incentivos de coacción para el pago y la amortización de los préstamos. Se ha observado en algunos casos, que dichos patrones de endeudamiento colectivo tenían tasas de amortización más elevadas y costos de transacción más bajos. Por ende, pueden proporcionar mecanismos clave para el desarrollo de servicios de microfinanzas para los grupos más pobres. El sector de la microfinanzas, por consiguiente, está creciendo y tiene un gran potencial de desarrollo. Propuestas de microahorro para mujeres 64

201 Esta sección propone dos servicios de ahorro que se refieren a asuntos específicos a los que se enfrentan las mujeres. La primera propuesta es de cajitas de seguridad para ayudar a las mujeres a acumular activos no financieros y financieros fuera de su casa y, tal vez, en secreto. La segunda propuesta es de cuentas de ahorro bonificado para brindar incentivos estructurados que ayuden a la acumulación de activos financieros para cubrir gastos de salud y educación. Cajitas de seguridad Como un ejemplo de la importancia que tienen para las mujeres los ahorros acumulados sin el conocimiento de sus maridos y familiares de sexo masculino, los escondites de ahorros secretos tienen su propio nombre (zolaitta) en Bengalí (Alamgir and Dowla, 2000). Sea en Bangladesh o en cualquier otro lugar, una cajita de seguridad podría a ayudar a las mujeres pobres a ahorrar fuera del hogar con seguridad. Las cajitas guardarían artículos de almacenamiento en especie, pequeños y valiosos, tales como efectivo, oro, relojes, o joyas. Si las cajitas de seguridad ayudan a las mujeres a mantener el control exclusivo de los recursos, entonces mejorarían su posición en el hogar y así se reduciría la violencia doméstica. Las zolaitta a diferencia de los bienes en cajitas de seguridad podrían ser descubiertas, olvidadas, o destruidas accidentalmente. Es más, los hombres que sospechen que hay ahorros escondidos en algún lugar de la propiedad familiar pueden exigir (posiblemente con violencia) que las mujeres revelen donde están y se los entreguen. Por supuesto, los hombres también podrían descubrir la existencia de una cajita de seguridad, pero el proceso de retiros es engorroso, público, y debe involucrar tanto a la mujer como a la organización que custodia las cajitas. Estas condiciones deberían reducir el riesgo de las exigencias para que entreguen retiros rápidos. 65

202 Cuáles son las ventajas de las cajitas de seguridad? Los costos de transacción son altos; un depósito o un retiro requiere un viaje al lugar que las custodia y tiempo para pasar a través de la seguridad. Las cajitas tampoco crean presión para mantener la disciplina de ahorro. La tasa de rendimiento depende de la inflación y de los cambios de los precios de los bienes y, por tanto, podría ser baja, negativa, o muy variable. Las cajitas de seguridad sí ofrecen acceso razonable a los bienes, y se destacan por su seguridad y anonimato. Además de la seguridad, el anonimato, y el acceso a los fondos de que disfrutan sus usuarios, las cajitas de seguridad podrían ser atractivas para las organizaciones de microfinanzas como una forma de ofrecer un servicio de ahorro básico, aún cuando una organización carezca de la capacidad (o del permiso regulatorio) para administrar una modalidad de depósito tradicional completamente desarrollada. Con cajitas de seguridad, las mujeres que no usan inmediatamente los fondos recibidos en préstamos no necesitan llevar el dinero a casa y someterlo a las exigencies de sus maridos, familiares y allegados. Por supuesto, las cajitas de seguridad deben ser seguras, y este punto no es nada despreciable. No hay peor tragedia que la pérdida de los ahorros de las mujeres pobres debida a la mala administración de una organización de microfinanzas que creía confiable. Cuentas de ahorro bonificado Los países desarrollados tienen un largo historial en cuanto a ahorros bonificados para quienes no son pobres. En 1991, Sherraden propuso ahorros bonificados para los pobres en países desarrollados, dirigidos a la compra de vivienda, educación superior, o a la microempresa. Este documento es uno de los primeros en proponer ahorros bonificados para los pobres en países en desarrollo. Las cuentas sugeridas aquí serían dirigidas a gastos de salud para madres y bebés y gastos escolares para los niños. Johnson and Kidder (1999, p. 11) describen ese tipo de cuenta (sin bonificación) en México en la cual "los depósitos 66

203 se hacen semanalmente pero los retiros solo pueden hacerse tres veces al año, para que coincidan con el año escolar, o con el nacimiento del bebé." Mecanismos básicos de ahorro bonificado Las mujeres abrirían cuentas individuales de ahorro por libreta en los bancos. Al igual que con todas las cuentas de ahorro por libreta, las cuentas ofrecerían seguridad, intereses sobre los saldos, y un número de retiros ilimitados. Tanto el ahorrante como la organización ejecutora recibirían estados de cuenta periódicos. Si una mujer ahorrara una cantidad mínima (por ejemplo, $5) en cada uno de un número mínimo de meses consecutivos o no consecutivos (por ejemplo, 5 meses), entonces ella podría hacer un retiro bonificado. El gobierno o donantes suministrarían los fondos de bonificación y determinarían la tasa de bonificación (que podría oscilar entre 0,5:1 hasta 2:1 o mayor, pero que se mantiene constante para cada cuenta). Las mujeres pueden depositar una cantidad mayor a la mínima, pero los proveedores de fondos pueden limitar sus bonificaciones. También, las mujeres siempre tienen el derecho de retirar sus ahorros, pero solamente serán bonificados aquellos retiros que coincidan con el nacimiento de un niño o con el inicio del año escolar. Por ejemplo, si una mujer ahorrara $5 durante 6 meses, tuviera un bebé, y luego solicitara un retiro bonificado, recibiría (dado el supuesto de una bonificación de 1:1) tanto sus $30 ahorrados como el bono $30. Igualmente, si una mujer ahorrara $7 durante 7 meses y luego hiciera un retiro en el mes que la escuela comienza, ella recibiría (dado el supuesto de una bonificación de 2:1) tanto sus $49 ahorrados como su bono de $98. Las bonificaciones serían entregadas a la mujer con la exhortación explícita de que los use para cubrir gastos de salud y gastos escolares. Las consideraciones de costo indican que no se deben monitorear el uso de los ahorros. 67

204 Este esquema básico de la propuesta de ahorro bonificado es bastante sencillo. Las mujeres ahorran en cuentas de ahorro por libreta, y obtienen bonificaciones si ahorran una cantidad suficiente, si ahorran con una frecuencia apropiada, y si hacen retiros en el momento adecuado. El riesgo es muy pequeño para las mujeres; la participación y los depósitos son voluntarios, y siempre son posibles los retiros sin bonificación de los ahorros acumulados. Ligamen entre la educación y el ahorro Los donantes de fondos para las bonificaciones o la organización ejecutora pueden (o no pueden) optar por incluir gastos educativos dentro de los usos aprobados para las bonificaciones. Por ejemplo, un promotor de salud podría ofrecer acceso a ahorro bonificado a las madres embarazadas matriculadas en las clases de salud. O una organización no gubernamental podría brindar educación financiera a mujeres que ya están involucradas en un programa de ahorro bonificado. Las bonificaciones podrían quedar sujetas o no a la asistencia a clases. Para reducir los costos de transacción, los depósitos podrían ser recaudados en clase (muy parecido a los Clubes de Ahorro Anual), aunque se debe tener cuidado para asegurar que los mensajeros no sean "asaltados" de camino al banco. Clubes de ahorro Para brindar presión externa (y solidaridad de grupo) para la disciplina de ahorro, se le puede ofrecer a las mujeres la opción de escoger de 2 a 4 otras mujeres para que formen un club de ahorro. Cada mujer mantendría control individual sobre su propia cuenta. Si todas las integrantes del club cumplen con algunos requisitos (tales como ahorrar $5 durante 5 meses consecutivos), entonces todas se vuelven elegibles para un bono del club. El bono aumenta la tasa de bonificación (por ejemplo de 1:1 a 1,5:1). No hay multa o castigo en el caso de que el club no 68

205 cumpla con los requisitos; las mujeres que cumplen con los requisitos individuales lograrán aún su bonificación individual original. El bono le da a los miembros del club una razón para colaborar unas con otras. En ciertos meses, será difícil para algunas mujeres hacer un depósito, y los miembros del club podrían optar por dar préstamos informales o regalos para que todas puedan cumplir con el depósito mínimo mensual. Esto sugiere que las integrantes del club pueden construir capital social como un subproducto de sus esfuerzos cooperativos de ahorro. También sugiere que las mujeres deben ser libres para escoger sus propias socias del club, al igual que los miembros de las ARACs se seleccionan unos a otros. Si la organización ejecutora conjunta un grupo de extraños, éstos no serán capaces de confiar lo suficiente el uno en el otro como para ofrecerse ayuda mutua. El diseño del club de ahorro bonificado ofrece una combinación de características que virtualmente no existen en otros servicios financieros; el apoyo externo con la disciplina de ahorro junto con el rápido acceso a los fondos en caso de emergencia. Las mujeres van a querer ahorrar porque eso ayudará a su club a obtener un bono, pero siempre podrán hacer retiros no bonificados si se enfrentan a una emergencia. Ahorro bonificado, donantes y gobierno Los programas de ahorro bonificado necesitan fondos para la administración y para las bonificaciones. La experiencia con ahorro bonificado en los países desarrollados tiene aún que demostrar si los beneficios (financieros y no financieros) son mayores que los costos (Schreiner et al., 2001). A diferencia del microcrédito, los programas de ahorro bonificado nunca serán financieramente autosostenibles. Aunque los donantes podrían financiar proyectos pilotos, el gobierno es la única fuente posible de fondos si se quiere que los programas de 69

206 ahorro bonificado sean lo suficientemente masivos para que lleguen a una proporción grande de los pobres en un país dado. Por qué querrían los donantes o el gobierno financiar el ahorro bonificado? Primero, impulsar el ahorro para gastos de salud y educación es políticamente popular; nadie, sea de la derecha o de la izquierda, se opone a estas metas. Segundo, los programas de ahorro bonificado, al igual que los programas de microcrédito, son fáciles de implementar, por lo menos comparándolos con las intervenciones directas en educación y salud. Tercero, los programas de ahorro bonificado pueden absorber grandes sumas de dinero procedente de donantes. Cuarto, el ahorro bonificado puede tener grandes beneficios sociales si empodera a las mujeres y mejora la salud y la educación de los niños. Ahorrar puede producir esperanza; la gente que posee activos espera que le vaya bien en el futuro y por eso tiende a pensar y a actuar de forma saludable en el presente Metodologías microfinancieras La mayor parte de las Instituciones de Microfinanzas (IMF) concede crédito basado en préstamos a grupos de solidariedad sin garantías colaterales. Además, existe toda una gama de metodologías diferentes utilizadas por parte de las IMF. Algunas de ellas, adoptan al principio una metodología y más adelante la modifican o la cambian por otra, logrando así no excluir a ciertas categorías socioeconómicas de clientes. Es necesario tener un conocimiento de base de las metodologías de microfinanzas para desarrollar cualquier cuestión de género relacionada con la actividad de microfinanzas. Préstamos de grupo Los préstamos de grupo constituyen un enfoque moderno que permite prestar pequeñas sumas de dinero a un gran número de clientes que no poseen garantías 70

207 colaterales. La composición de los grupos puede variar, pero la mayoría consta de cuatro a ocho miembros. El grupo auto-elige a sus miembros antes de solicitar el préstamo. Primero, los préstamos se conceden a uno o a varios miembros seleccionados del grupo y sucesivamente a los demás. La mayor parte de las IMF exige que un porcentaje del préstamo sea ahorrado anticipadamente para asegurar la capacidad de amortización de la deuda y como forma de garantía colateral. Los miembros del grupo son responsables conjuntamente, respecto a la amortización de cada uno de los demás préstamos y, generalmente, se encuentran una vez a la semana para recolectar dichas amortizaciones. La presión de la sociedad y la responsabilidad conjunta se utilizan para asegurar las amortizaciones. En el caso de incumplimiento por parte de uno de los miembros, el grupo no podrá gozar de otros préstamos. La solvencia del mutuario está, por lo tanto, determinada por los demás miembros del grupo en lugar que por las IMF. Una de las más conocidas instituciones de préstamo y ahorro para grupos es el Grameen Bank de la República Popular de Bangladesh, dirigida a las mujeres (constituyen el 98% de sus clientes) ya que ellas amortizan sus deudas mejor que los hombres. Además el Grameen cree que los préstamos concedidos a mujeres constituyen un beneficio para todos los miembros del grupo familiar, ya que dan lugar a una mejoría en lo que respecta a la calidad de la alimentación, de la salud y de la educación. El promedio de los préstamos varia de 100 dólares EE.UU. a 200 dólares EE.UU. por un período de 3 a 12 meses (Binns, 1998). En los países en transición, el promedio de los préstamos tiende a ser más elevado (500 dólares EE.UU. o más). A pesar de que la formación de grupos da origen a costos de transacción más bajos para las instituciones de microfinanzas, existen costos sociales asociados a este proceso. Estos costos, derivados de la presión y la coacción social, de la pérdida de credibilidad y la predisposición eventual de que los más pobres queden excluidos o hasta estigmatizados, pueden constituir serias limitaciones negativas para los préstamos de grupo y el cumplimiento de las responsabilidades comunes 71

208 (Marr, 1999) Los costos sociales son más elevados en algunas sociedades y dependen de la base de las relaciones sociales (que afectan la facilidad o la dificultad de formación de los grupos), y de la distancia que estas personas tienen que recorrer para participar en las actividades del grupo. En las áreas rurales estos costos pueden ser todavía más elevados. Préstamos individuales Sólo un pequeño número de instituciones financieras convencionales (por ejemplo, bancos), concede préstamos individuales a personas con bajos ingresos. Esto se debe simplemente, a que los clientes más pobres se consideran de alto riesgo debido a la falta de garantías colaterales y a la cantidad de recursos necesarios, además de la falta de beneficios que caracteriza los pequeños préstamos. La normativa de usura (prestar con intereses), generalmente, establece un techo para las tasas de interés que puede estar por debajo de las tasas impuestas por la microfinanzas, limitando, todavía más, las posibilidades de que los préstamos individuales sean concedidos a los clientes microfinancieros más pobres. Además, con bastante frecuencia, los bancos no logran competir con la concesión de fondos subvencionados que las instituciones de microfinanzas obtienen durante la fase de inicio de los proyectos. Sin embargo, el Banco Rakyat de la República de Indonesia (BRI) y el ADEMI de la República Dominicana son ejemplos de instituciones de crédito exitosas en cuanto a clientes individuales microfinancieros de pocos recursos. De todas formas, el BRI exige garantías colaterales y un aval para los préstamos, mientras el ADEMI se queda con las mejores garantías colaterales que logra obtener. El Banco Barclays de la República de Kenya posee una línea especial de crédito para clientes individuales mujeres, garantizada por la Banca Mundial de Mujeres (Women s World Banking, WWB). Algunas agencias, por otra parte, no conceden préstamos individuales debido a la resistencia opuesta por sus gerentes. El 72

209 Barclays está considerando ahora como hipótesis la substitución de la garantía con una póliza de seguro (Binns, 1998). Uniones de Crédito Las uniones de crédito son organizaciones populares que operan como las cooperativas de ahorro y préstamo basadas en un sistema de sociedad financiera (Poyo, 1995; Adams, 1995). Guardan los ahorros y ofrecen créditos a corto plazo. La proporción del préstamo suele ser mayor que los ahorros depositados, así que los préstamos a los asociados, generalmente, están limitados a una baja multiplicación de sus ahorros. En muchas áreas rurales, las uniones de crédito siguen siendo la única fuente de servicios de ahorro y crédito existentes, además del mercado financiero paralelo. Dado que las uniones de crédito persiguen objetivos sociales al mismo tiempo que comerciales, podrían jugar un papel clave en la provisión de servicios financieros para los más pobres. Se ha llegado a la conclusión de que algunas mujeres no se benefician mucho de las uniones de crédito porque el nivel de ahorros que exigen es demasiado elevado. Las uniones de crédito, frecuentemente logran alcanzar una autonomía financiera en el espacio de una década, como ha podido verificarse respecto a las uniones de crédito en África Occidental (PARMEC 67 ), Madagascar (CECAM) 68, Haití (Caisses Populaires) y América Central (Bancos Comunales). Según el Consejo Mundial de Uniones de Crédito (World Council of Credit Unions, WOCCU), a finales de la década de los 1980 existían aproximadamente uniones de crédito en 67 países de bajos recursos con 9 millones de miembros, el 60% de las cuales en África y en las Antillas. Estas uniones de crédito manejaban aproximadamente 2 billones de dólares EE.UU. en depósitos y capital social, y, se estima que otorgaban 300 millones de dólares EE.UU. en pequeños préstamos para 1.5 millones de pequeños negocios (Adams, 1995) 67 Project d Appui à la Réglementation sur les Mutuelles d Epargne et de Crédit. 68 Projet de promotion des Caisses d'epargne et de Crédit Agricole Mutuels. 73

210 Village bankings (Bancos comunitarios) Los village bankings o bancos comunitarios, constituyen modelos de servicios financieros que permiten a las comunidades pobres establecer sus propias asociaciones de crédito y ahorro. Los villaje banking (Bancomunales) fueron creados por la Fundación Integral Campesina (FINCA) en Costa Rica en En Bolivia, surgieron durante los años 80 como alternativa al crédito rural. Los bancos comunitarios proporcionaban a sus miembros líneas de crédito sin garantías colaterales para los préstamos, además de un espacio para la inversión de ahorros y la promoción de la solidariedad social. La agencia patrocinadora concede un préstamo al banco comunitario, el cual, a su vez, concede préstamos individuales a sus miembros. El banco garantiza los préstamos y se fía basándose en la confianza de que la presión y el apoyo de la sociedad entre los miembros, asegurarán las amortizaciones. Los pequeños préstamos de capital circulante se amortizan cada cuatro o seis meses. Los beneficiarios comienzan con un préstamo pequeño y avanzan gracias a sus propios esfuerzos hasta un préstamo con un techo establecido. El crédito está asociado a los ahorros y, en la mayoría de los casos, el volumen de los préstamos está relacionado con la cantidad de dinero que cada beneficiario consigue ahorrar. Los ahorros de los miembros depositados en el banco comunitario se prestan o se invierten para aumentar los recursos del banco. Se aplican los patrones comerciales a las tasas de interés y a las comisiones. A finales de 1994 había bancos comunitarios registrados con miembros. Según la UNIFEM, en 1996 las mujeres constituían el 90% de los asociados de los bancos comunitarios en el mundo. En Asia, las mujeres constituyen el total de los miembros de los 172 bancos (Nelson et al., 1996). En las áreas rurales los bancos comunitarios han tenido muchas dificultades 69 FINCA International opera actualmente en muchas partes del mundo. 74

211 respecto a la construcción de la credibilidad y de la solidaridad y, por razones aún no comprendidas, un gran número de sus miembros abandona la asociación. El bajo nivel de alfabetización podría impedir a los miembros adquirir el mismo nivel de control sobre las organizaciones. Asociaciones/ grupos de ayuda mutua Las asociaciones de ahorro y crédito rotatorio (RoSCAs) existen en muchas partes del mundo y se les denomina de diferentes maneras, incluso Tontines y Susus (Bouman, 1995). Muchas veces se trata de organizaciones dirigidas por mujeres que ahorran pequeñas sumas de dinero y que pueden así beneficiarse con préstamos rotatorios de valor común. Las RoSCAs y otros grupos de ayuda mutua han sido utilizados por parte de las instituciones de microfinanzas para préstamos de grupo. Las Tontines han sido ampliamente utilizadas en África Occidental. En Senegal, por ejemplo, las tontines permiten a los miembros ahorrar sumas muy pequeñas de dinero a un ritmo preestablecido obteniendo préstamos sin intereses para la colectividad de miembros (Balkenhol y Gueye, 1995). El nivel de préstamo que la colectividad de miembros obtiene puede variar de acuerdo con las agrupaciones, ya que el derecho del sistema de préstamos asociados es rotatorio entre sus miembros. En Dakar y en otras ciudades de Senegal, algunas tontines se originaron entre grupos de mujeres. Las tontines son también muy comunes entre algunas castas de la sociedad senegalés. La nienio, una casta de artesanos compuesta por joyeros, herreros, tejedores y zapateros ha utilizado de manera extensiva el sistema de mutua garantía de las tontines. En las dos mayores comunidades musulmanas de Senegal se desarrollan diferentes tipologías de tontines. Existe una tontine (adji maka), entre los tidianes, que funciona como medio de ahorro para la peregrinación a La Meca, mientras entre los mourides existe una tontine 75

212 tipo póliza de seguro, denominada dahira, que asiste a los miembros que se encuentren en dificultades financieras a causa de robos, disputas legales, enfermedades o incendios. En Dakar, el sistema de los Tontines ha adquirido progresivamente mucha importancia para el financiamiento de negocios a corto plazo. En Senegal, las tontines constituyen la forma de organización más importante de los ahorros paralelos y las cantidades que manejan son considerables La evolución de la microfinanzas El movimiento de la microfinanzas se desarrolló a partir de varios programas de campo llevados a cabo en los años 70 en Asia, América Latina y África tras comprobar que las poblaciones de escasos recursos que pretendían iniciar o desarrollar una microempresa, estaban preparadas para amortizar sus micropréstamos al mismo tiempo que dirigían con éxito sus negocios. Este descubrimiento representaba de por sí, una transformación de los paradigmas del desarrollo económico, por la manera en que se percibía a las poblaciones de escasos recursos, ya no como grupos necesitados de caridad, sino más bien como población que podía ser tratada igualitariamente desde el momento en que se le ofreciesen oportunidades iguales. Los beneficiarios de los préstamos se veían ahora como compañeros del desarrollo y la ayuda para el desarrollo que comportaba la microfinanzas pasó a basarse en una perspectiva comercial. Los protagonistas más conocidos respecto al desarrollo inicial de la microfinanzas en los años 70 fueron, ACCIÓN Internacional en América del Sur y el Banco Grameen de la República Popular de Bangladesh. ACCIÓN Internacional fue promotora de una microfinanzas minimalista ya que a los clientes se les daba poco más que un préstamo y un mínimo de servicios auxiliares. (Adams, 1995). Durante los años 80 y 90, el movimiento de la microfinanzas continuó creciendo debido, principalmente, al hecho que algunos de los aspectos de la microfinanzas se encontraban muy bien alineados con el pensamiento vigente sobre el desarrollo 76

213 durante ese período. Por ejemplo, los programas de microfinanzas establecieron servicios de alcance para sus clientes en países donde las medidas de ajuste económico estaban cortando los servicios antes proporcionados por los mismos gobiernos, poniendo así en evidencia una tendencia a promover el sector privado envés de las iniciativas públicas de desarrollo (como los créditos y subsidios agrícolas). El movimiento ganó más importancia cuando se vio claro que los programas de microfinanzas estaban contribuyendo al desarrollo de la sociedad civil, a través del reforzamiento del nivel intermedio las organizaciones que prestaban esos servicios eran muchas veces ONG y también a través de la concesión de poderes (o empowerment) a los clientes al nivel de campo. La microfinanzas promueve una situación entre cliente y prestamista, por muchos considerada como la relación de negocios típica del futuro, de carácter interrelacional. Existen muchos ejemplos de programas de microfinanzas en el mundo que constituyen una contribución para reducir la pobreza, conceden poder (empowerment) a los grupos menos favorecidos (sobre todo a las mujeres) y además generan empleo. Microfinanzas sostenible En los círculos de desarrollo, el término sostenible se ha utilizado ampliamente pero resulta difícil definirlo y más aún evaluarlo respecto a la microfinanzas. El indicador más discutido para la sostenibilidad institucional es la sostenibilidad financiera, y se supone que debe ser: el rendimiento del capital (excluyendo los subsidios) dividido por los gastos operacionales y financieros, donde los gastos financieros incluyen algunos costos asociados a la inflación (Yaron, 1992). Las instituciones de microfinanzas que ofrecen instrumentos de ahorro, poseen fuentes más baratas de fondos para promover los préstamos y, dar lugar, de esta manera, a operaciones más sostenibles. Las uniones de crédito y las cooperativas utilizan siempre los fondos de sus socios para originar los préstamos y, muchas de 77

214 ellas, solamente comienzan la actividad de crédito tras haber recaudado los fondos necesarios a partir de los depósitos de sus mismos socios. Las instituciones de microfinanzas que no atraen ahorros deben depender de las fuentes comerciales de fondos (pagando una tasa de interés más elevada por esos fondos en comparación con los intereses pagados por los ahorros), de las fuentes públicas o de los donantes. Las IMF también pueden obtener fondos a través de los intereses de sus propias inversiones, cobrando comisiones por sus operaciones e incluyendo comisiones de penalización. Algunas IMF están financiadas por el sector público. En algunos casos están financiadas conjuntamente por los gobiernos locales y por donantes. Muchas de ellas comenzaron como ONG con fondos provenientes de donaciones y algunas ONG internacionales se convirtieron en expertos en la constitución de instituciones de microfinanzas 70. Es bastante frecuente que los donantes dirijan sus fondos hacia IMF exitosas para que los capitalicen en sus operaciones. Las IMF pueden depositar los fondos de los donantes en el banco, como forma de inversión y de ganancia de intereses, obteniendo así otra fuente de ingresos. Algunas prefieren, además, invertir en el sector inmueble, por ejemplo adquiriendo el edificio en donde operan y evitando gastos de alquiler (ej.: la ADOPEM de la República Dominicana). En ambos casos las IMF aumentan sus activos, lo que hace más conveniente un préstamo de fondos comerciales. Esto facilita el que las IMF lleguen a ser sostenibles. De hecho, los donantes pueden suministrar a IMF ya sea recursos financieros ya sea no financieros. De todas formas, los donantes y los gobiernos que financian las actividades microfinancieras deben asegurarse de que no están subsidiando tasas de intereses para los pobres, a no ser que tengan el objetivo de perpetuarlas, minimizando así la hipótesis de que las operaciones lleguen a ser sostenibles. 70 Existe un gran número de ONG estadounidenses que realizan operaciones microfinancieras a nivel internacional. Por ejemplo la Acción International, una de las pioneras de la microfinanzas en los años 70, tiene 15 instituciones de Microfinanzas en América Latina y los Estados Unidos. Otras organizaciones de microfinanzas más recientes son Save the Children, Opportunity International y el Mercy Corp. 78

215 Si existe la necesidad de subsidios de duración limitada para una actividad microfinanciera a favor de los pobres, tales subsidios se dirigirán preferentemente a mejorar la gestión de las IMF (Marr, 1999). Todo tipo de recurso donado en forma de subsidio deberá ser temporal, transparente y no asociado a las actividades de préstamo sino únicamente a la misma institución. (FAO, 1998b). El costo de los préstamos está constituido por: a) el costo de los fondos; b) los costos de funcionamiento; c) las reservas de pérdidas sobre préstamos; y, d) la inflación. Las tasas de interés pagadas por los mutuarios tienen, en principio, que cubrir estos costos para permitir la autosostenibilidad a largo plazo de los intermediarios microfinancieros. En los intereses resulta incluido un pequeño margen adicional para cubrir el desarrollo posterior del programa. La experiencia ha demostrado que el sector de la microfinanzas puede ser sostenible a largo plazo, por ejemplo, las IMF pueden cubrir sus costos de tres a cinco años después de su creación siempre y cuando hayan sido alcanzadas las escalas operacionales suficientes y exista una organización institucional sólida. El deudor típico de los programas económicamente autosuficientes tiene un balance de préstamo de alrededor de 430 dólares EE.UU. y, muchas veces, importes de préstamos más elevados. Un cliente típico de programas subsidiados para la reducción de la pobreza tiene como balance de préstamo 100 dólares EE.UU. En realidad, muchos programas de microfinanzas conceden micropréstamos con intereses que no cubren todos los costos. Principalmente, éste es el caso de algunos programas de erradicación de la pobreza contrarios a la exigencia de cobrar tasas de interés muy elevadas. De cualquier forma, la coexistencia en la misma área, de programas que cobran intereses muy elevados y de otros financieramente insostenibles que cobran tasas de interés más bajas, crea 79

216 seguramente fricciones. Es importante la creación de foros oficiales y paralelos para los intermediarios de microfinanzas, donde puedan discutir varios asuntos tales como las tasas de interés por cobrarse. Al mismo tiempo, los operadores podrían intercambiarse listas de clientes para evitar situaciones de duplicación de préstamos por parte del mismo cliente con dos o más intermediarios de microfinanzas. Las IMF económicamente sostenibles encontrarán dificultades para llegar hasta los más pobres y marginales de la sociedad (Hulme y Mosley, 1996; Marr, 1999). Por ejemplo, el banco Grameen no ha sido capaz de atraer a los más pobres (Schneider, 1997). Los más pobres pueden considerarse a sí mismos privados de la posibilidad de contraer deudas y pueden verse, también, condenados al mismo tiempo, por los demás miembros del grupo cuando se soliciten las garantías para un préstamo colectivo. (Hulme y Mosley, 1996). Podrían ser necesarios otros enfoques para garantizar la reducción de la pobreza, si se pretende mejorar los niveles de subsistencia de los más pobres. Mientras se mantenga el objetivo de una microfinanzas sostenible se presentarán una vasta gama de desafíos para el sector, particularmente si se pretende cubrir las necesidades de los sectores más pobres de la sociedad (Marr, 1999). Estos incluyen: a) Cómo alcanzar a los más pobres de los pobres, inclusive a los trabajadores sin tierras? b) Cómo identificar a los grupos más pobres (por ej.: trabajo infantil, ancianos, minusválidos) que se encuentran excluidos de los servicios de las IMF y establecer las causas que han determinado dicha exclusión? c) Cómo alcanzar a los pobres en las áreas más remotas y marginales? d) Cómo aumentar el impacto de las IMF entre los clientes de recursos? e) Cómo reducir la vulnerabilidad de los mutuarios respecto a las repentinas bajas de los ingresos o a la inflación que afecta a los ingresos? f) Cómo diversificar los servicios de microfinanzas y mejorar las condiciones y los términos de los contratos? 80

217 g) Debe la provisión de servicios financieros formar parte de una estrategia de desarrollo rural más amplia o debe limitarse a una intervención única? h) Cómo descubrir nuevas formas para la reducción de los costos de transacción de los préstamos a los beneficiarios de pequeña escala y, al mismo tiempo, aumentar las tasas de amortización? La microfinanzas, generalmente, puede ser sostenible y una buena inversión para los donantes (y para los inversionistas del sector privado). El éxito de los programas microfinancieros contribuye a crear un cambio de actitudes respecto a cómo se aborda el trabajo del desarrollo: desde una perspectiva de bienestar social hacia una de tipo comercial, que bien puede otorgar poder de socios a los beneficiarios que trabajan con la organización intermediaria, para la mutua satisfacción. Las ayudas monetarias canalizadas a través de las IMF pueden contribuir a la creación de instituciones sostenibles (no subsidiadas) capaces de ofrecer a los empresarios con rentas bajas un acceso continuo a los servicios financieros Criterios financieros y criterios sociales Independientemente al paradigma que aplica, el mayor reto para una IMF que se ha propuesto como misión el mejoramiento del nivel de vida de su clientela, es encontrar el balance entre los criterios financieros y los criterios sociales. En términos globales, se deben tomar en cuenta tres elementos para evaluar este balance, estos son: la sostenibilidad financiera para evaluar los criterios financieros, el impacto y el alcance para evaluar los criterios sociales (Nusselder y Sanders, 2000), los cuales se definen de la siguiente manera: Sostenibilidad, la cual está vinculada a la oferta actual y futura de los servicios proporcionados a la población meta. Este objetivo se relaciona primero con los aspectos de sostenibilidad financiera, ya que sin equilibrio y crecimiento financiero muy pocas entidades pueden mantenerse. Al pasar 81

218 del tiempo, esta afecta su autonomía e independencia de los subsidios de agencias donantes. Alcance. Este punto refiere a la cobertura de hogares y/o empresas por parte de las intermediarias, tomando en cuenta la población meta de las organizaciones contrapartes. Es decir, este indica hasta qué punto un programa de crédito logra atender a la población de escasos recursos y con problemas de acceso a servicios financieros, pero con potencial de hacer uso del crédito para mejorar su posición socio-económica. Entre ellos no se encuentran genéricamente los pobres, las mujeres, productores rurales, jóvenes, analfabetos y otros marginados, sino que entre estas categorías se trata de atender la demanda calificada, aplicando los criterios difíciles de capacidad (potencial) y disposición de pago. Impacto: Este criterio refiere a los efectos de desarrollo de los fondos de créditos otorgados a la población meta. En este se incluyen tantos indicadores tangibles (nivel ingresos y mejores condiciones de vivienda), como los no tangibles (empoderamiento, creación de nuevos empleos, realización socio-psicológica y otros). Este es uno de los criterios más difíciles de medir, pero su determinación en muchos casos es la razón de ser de los programas y/o proyectos financiados por donantes. Los criterios mencionados guardan relación directa entre ellos, existiendo una cierta compensación (trade off) entre los mismos. Por un lado los programas de microfinanzas deben ofrecer un servicio financiero rentable en donde los ingresos percibidos sobre la cartera cubran los gastos financieros y operativos, y por el otro lado deben llegar con sus servicios a una población de bajos recursos y altamente vulnerables a cambios externos. 82

219 Una clienta de uno de los programas de microfinanzas de la Agencia de Ayuda y Trabajo de las Naciones Unidas (UNRWA) 71 en Jordania, caracterizado por grupos solidarios de mujeres, recuerda que desde que se volvió empresaria, su opinión ha adquirido mayor valor en las discusiones con su marido, como por ejemplo, aquellas relacionadas con los productos que debían comprarse para la familia. Ahora siente que ha ganado más autoridad y que su marido la escucha; por ejemplo, logró convencerlo para comprar un televisor más pequeño del que al principio él pensaba comprar, destinando el ingreso extra a otros, usos domésticos más importantes, según su opinión. Según el Informe 2001 de la Campaña de la Cumbre del Microcrédito, 14.2 millones de las mujeres más pobres del mundo actualmente tienen acceso a servicios financieros mediante instituciones microfinancieras (IMF) especializadas, bancos, organizaciones no gubernamentales (ONG) y otras instituciones financieras no bancadas. Estas mujeres constituyen casi un 74% de los 19.3 millones de personas con más bajos recursos del mundo que ahora reciben servicios por parte de instituciones de microfinanzas. La mayoría de estas mujeres tienen acceso al crédito para invertir en negocios propios que ellas mismas operan. La gran mayoría de ellas tiene un excelente registro de pago, a pesar de las carencias diarias que enfrentan. Contrario al saber convencional, ellas han demostrado que es una muy buena idea otorgar préstamos a los pobres y a las mujeres. Así, dadas estas impresionantes estadísticas, sería fácil concluir que el servicio a las mujeres pobres es el adecuado y asumir que el empoderamiento de la mujer y otros asuntos de género se resolverán por sí solos. Aunque el acceso de la mujer a los servicios financieros se ha incrementado sustancialmente durante los pasados 10 años, su habilidad de beneficiarse de 71 La Agencia de Ayuda y Trabajo de las Naciones Unidas (UNRWA) fue creada en 1950 para dar respuesta a la de refugiados palestinos. En la actualidad, la agencia proporciona servicios sanitarios, educativos y soaciales a más de tres millones y medio de palestinos que viven en campos de Jordania, Líbano, Gaza, Siria y Cisjordania. 83

220 este acceso a menudo está todavía limitada por las desventajas que sufren debido a su género. Algunas IMF están ofreciendo un porcentaje cada vez menor de préstamos a las mujeres, aun cuando estas instituciones crecen y ofrecen nuevos productos crediticios. Otras han encontrado que, en promedio, los montos de préstamos a mujeres son más pequeños que aquellos para hombres, aun cuando pertenezcan al mismo programa de crédito, a la misma comunidad y al mismo grupo de prestatarios. Algunas diferencias en el monto de los préstamos pueden ser el resultado de la mayor pobreza de las mujeres o la más limitada capacidad de las empresas de las mujeres para absorber el capital. Pero pueden también indicar una más amplia discriminación social hacia la mujer, la cual limita las oportunidades disponibles para ellas, cuestionando si los programas de desarrollo a través del microcrédito debieran esforzarse más en abordar estos temas. Y cuando observamos el liderazgo de muchas IMF vemos muy pocas mujeres. Sus contribuciones, ya sea para establecer la visión de una mesa directiva, diseñar productos y servicios o implementar programas. Así, a medida que la industria adquiere mayor sofisticación en el desarrollo de productos y servicios enfocados, tiene sentido prestar atención tanto al enfoque en la mujer como al empoderamiento de la mujer. Los programas de microfinanzas tienen el potencial de transformar las relaciones de poder y otorgar poder a los pobres tanto a hombres como a mujeres. En programas de microfinanzas bien administrados existe una relación de respeto entre el proveedor y el cliente que es inherentemente fortalecedora. Esto es verdad sin importar la metodología o estilo (si la institución sigue un método minimalista para la entrega de servicios financieros o uno más completo o integral). Como consecuencia, las microfinanzas se han convertido en un componente central de las estrategias para asuntos de género, alivio a la pobreza y desarrollo comunitario de muchas agencias donantes. Sin embargo, varios estudios y las experiencias de varias IMF han demostrado que simplemente poner recursos financieros en las manos de mujeres pobres no es suficiente para generar el empoderamiento y mejorar el bienestar social. 84

221 Investigaciones realizadas por UNDP, UNIFEM y el Banco Mundial, entre otros, indican que las desigualdades de género en las sociedades en desarrollo inhiben el crecimiento económico y el desarrollo. Por ejemplo, un reciente informe del Banco Mundial confirma que las sociedades que discriminan con base al género, pagan el costo de una mayor pobreza, un más lento crecimiento económico, gobierno más débil y un nivel de vida más bajo de sus ciudadanos. El UNDP encontró una muy fuerte correlación entre su medida de empoderamiento de género e índices de desarrollo relacionados con el género y su índice de Desarrollo Humano. En general, se está acumulando la evidencia de que el mejoramiento de la igualdad de géneros es un componente crítico de cualquier estrategia de desarrollo. Las microfinanzas han venido a jugar un papel importante en muchas de las estrategias de desarrollo y género de estos donantes, debido a su relación directa tanto con el alivio de la pobreza como con la mujer. Como CIDA reconoce en su política de géneros, "la atención a la igualdad de géneros es esencial para la práctica sólida del desarrollo y está en el corazón del progreso económico y social. Los resultados del desarrollo no pueden maximizarse y sostenerse sin una atención explícita a las diferentes necesidades e intereses de mujeres y hombres." Como parte de su prioridad de reducir la pobreza, CIDA apoya programas que proporcionan un "acceso cada vez mayor a los bienes productivos (especialmente tierra, capital y crédito), procesos y herramientas de mercado para la mujer." Al dar a la mujer acceso al capital de trabajo y capacitación, las microfinanzas ayudan a movilizar la capacidad productiva de la mujer para aliviar la pobreza y optimizar los resultados económicos. En este caso, el derecho de la mujer a los servicios y financiamiento para el desarrollo y a los derechos equitativos, descansa principalmente en su contribución potencial a la sociedad, en lugar de en sus derechos intrínsecos como seres humanos y miembros de esa sociedad. 85

222 La mujer emplea una mayor proporción de ingresos en su familia Se ha demostrado que las mujeres utilizan más de sus ingresos en sus hogares; por lo tanto, cuando a la mujer se le ayuda a aumentar sus ingresos, el bienestar de toda la familia mejora. En su informe sobre los hallazgos de su estudio, la Unidad Especial para las Microfinanzas de UNCDF explica que "el éxito de la mujer beneficia a más de una persona. Varias instituciones confirmaron el bien documentado hecho de que las mujeres son más propensas que los hombres a gastar sus ganancias en el hogar y necesidades familiares. Por lo tanto, ayudar a la mujer genera un efecto multiplicador que agranda el impacto de las actividades de instituciones." El Fideicomiso para el Desarrollo del Carácter Emprendedor de la Mujer (Women's Entrepreneurship Development Trust Futid WEDTF) en Zanzíbar, Tanzania, reporta también que "mayores ingresos para la mujer benefician a los niños, particularmente en cuanto a educación, dieta, cuidado de la salud y prendas de vestir." De acuerdo a un informa de WEDTF, el 55% del aumento de ingresos de la mujer se utiliza para comprar artículos del hogar, 18% se dedica a la educación y 15% se emplea en ropa. En su investigación sobre el nivel de pobreza de hogares encabezados por mujeres, Sylvia Chant, una investigadora de la London School of Economics, cita varios estudios en América Latina que otorgan credibilidad a la creencia común de que las mujeres gastan un mayor porcentaje de sus ingresos en sus hogares, en comparación con los hombres. Ella escribe que "en Guadalajara, México, por ejemplo, González de la Rocha nota que los hombres generalmente contribuyen sólo el 50% de sus salarios al fondo colectivo del hogar. En Honduras, esto promedia un 68% y mi propio estudio en las ciudades mexicanas de Puerto Vallarta, León y Querétaro en 1986, muestra que la asignación equivalente es del 67.5%. Las mujeres, por otro lado, tienden a no guardar nada para ellas mismas, dando como resultado que el dinero en hogares encabezados por mujeres está generalmente disponible para gastos del hogar." Asimismo, Naila Kabeer escribe que "existen razones sólidas por las cuales es probable que se atiendan mejor los intereses de la mujer invirtiendo esfuerzos y 86

223 recursos en el bienestar colectivo del hogar y no en el beneficio personal de la mujer." Pero Kabeer también advierte que es importante reconocer que esos incentivos pueden cambiar cuando la mujer sea empoderada y tenga nuevas opciones. Las mujeres empoderadas tendrán el poder de tomar decisiones en sus vidas que son mejores para ellas mismas y, aunque muchas mujeres en esta situación elegirán invertir en sus familias, las instituciones de desarrollo deben estar preparadas para la posibilidad de que algunas no lo harán. Eficiencia y sostenibilidad Se han formulado argumentos a favor y en contra del enfoque en la mujer, con base en la eficiencia y sostenibilidad. Quienes proponen el enfoque en la mujer con base en la sostenibilidad, citan los registros de pago de préstamos de las mujeres y la cooperación. Ha surgido un saber colectivo que dice que las tasas de pago de las mujeres son típicamente muy superiores a las de los hombres. Las menores tasas de pagos pendientes y pérdidas de préstamos han tenido un efecto importante en la eficiencia y sostenibilidad de las instituciones. Muchos programas han descubierto también que las mujeres cooperan más y prefieren trabajar con ellas por esta razón. La experiencia de Sinapi Aba Trust, un socio de Opportunity International en Ghana, demuestra una clara diferencia entre los registros de pago de hombres y mujeres en el programa de Bancos de Confianza, una metodología de préstamo a grupos similar a los bancos comunales. A pesar del gran número de instituciones que sirven exclusiva o predominantemente a la mujer y que mantienen altos niveles de sostenibilidad financiera, algunas personas argumentan que las instituciones que dan prioridad al servicio a la mujer tienen también una tendencia a colocar las metas sociales por encima de la eficiencia, lo cual las lleva a un desempeño financiero más pobre. Con base en su experiencia en MicroRate, Damián von Stauffenberg ofrece una hipótesis al respecto: "Es nuestra experiencia que, en promedio, del 60% al 70% de los prestatarios de las IMF son mujeres. Acunas veces observamos más altos porcentajes de mujeres prestatarias, pero en esos casos la calidad de la cartera 87

224 tiende a sufrir. El porqué no está completamente claro, pero una de las hipótesis es que las IMF que se concentran exclusivamente en las mujeres pueden poner las metas ideológicas por encima de la capacidad técnica. Si esto es verdad o no todavía está por demostrarse." Aunque es verdad que algunas instituciones con motivación social pueden elegir ofrecer servicios sociales adicionales a sus clientes, eso puede hacerlas menos rentables que aquéllas que se enfocan solamente en la entrega de servicios financieros rentables; no parece haber una razón por la cual la calidad de la cartera deba sufrir o que los objetivos sociales y la capacidad técnica no puedan ir a la par. De hecho, un entendimiento más profundo del contexto y fuerzas sociales en los que operan las microfinanzas puede permitir un mejor manejo de riesgos y un diseño de productos y procesos más apropiados que a la larga mejoren la calidad de la cartera. Sin embargo, SUM/UNCDF no encontró en su estudio ninguna clara conexión entre la difusión hacia las mujeres y la autosuficiencia financiera. El informe afirma que "si acaso, en esta muestra muy limitada, las instituciones con más altos niveles de autosuficiencia, proporcionalmente daban más servicio a mujeres que las instituciones menos autosuficientes." Una creencia relacionada es que los programas de préstamo a grupos que benefician a mujeres y a clientes de más bajos recursos, son menos sostenibles que las instituciones que sirven a clientes de niveles más altos con préstamos individuales, pero a esto ha respondido con detalle Gary Woller en su análisis comparativo de las instituciones de bancos comunales y las de préstamos individuales, en el boletín del micro-banco (MicroBanking Bulletiri). Los programas que dan servicio a un número significativo de hombres tienen más probabilidades de emplear metodologías que requieren garantía y procedimientos de monitoreo más extensos que ayuden a reducir el riesgo de falta de pago, mientras que los programas diseñados para servir principalmente a las mujeres tienden a reemplazar el monitoreo formal con las garantías sociales. Generalmente las IMF son capaces de equilibrar los procedimientos más costosos 88

225 con préstamos más grandes, mientras que muchas instituciones que se enfocan en la mujer han confiado en la capacidad del cliente de llevar un auto-monitoreo y cooperación para servir a mujeres que de otra manera podrían haber sido excluidas debido a la pequeña cantidad de capital que requieren. Perspectiva de los derechos de la mujer, el derecho igualitario de la mujer a los recursos financieros es un tema de derechos humanos. Porque el acceso al crédito es un mecanismo importante para reducir la pobreza de la mujer, ha sido un objetivo explícito de una variedad de instrumentos de derechos humanos. Tanto la Convención para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer como la Plataforma de Acción de Beijin abordan el acceso de la mujer a los recursos financieros. Por ejemplo, la Plataforma incluye 35 referencias acerca de permitir a las mujeres pobres el acceso al crédito. Los instrumentos internacionales y nacionales que establecen el derecho de la mujer al crédito, promueven la responsabilidad de los gobiernos para cumplir los compromisos hacia los derechos de la mujer. Se puede reducir la pobreza por medio de programas de microfinanzas? La respuesta depende, entre otras cosas, de si los programas de microfinanzas abordan las limitaciones reales con que se enfrentan los pobres en un contexto determinado y con qué eficacia. Es importante formular la pregunta de esta forma porque las microfinanzas están recibiendo atención y apoyo creciente de gobiernos, organismos donantes y el público. En general se cree que las microfinanzas son un instrumento eficaz para reducir la pobreza, y pueden serlo en muchos casos y de varias formas. Para usar bien las microfinanzas a fin de reducir la pobreza hay que comprender tanto los aspectos positivos como las limitaciones del microcrédito y reconocer que es necesario complementarlo con otros instrumentos y medidas. Este estudio se propone facilitar esa tarea. Como primera medida, se sondea una serie de supuestos relacionados con las microfinanzas y la reducción de la pobreza. 89

226 Muchos de estos supuestos se han incorporado a la sabiduría popular, aunque no se ha demostrado que sean ciertos. Estos supuestos son objeto de un análisis basado en estudios teóricos y aplicados de las microfinanzas y la pobreza. La óptica del microcrédito que surge es más complicada, pero la normativa que emane de esta nueva óptica en última instancia podría resultar más eficaz La crítica a los enfoques tradicionales. Los organismos de desarrollo comúnmente consideran la asistencia a instituciones de microfinanzas como intervenciones para combatir la pobreza. Esta noción se basa en tres supuestos: Los microempresarios son pobres; Los microempresarios están limitados por el acceso insuficiente al crédito; y Las instituciones de microfinanzas procuran reducir la pobreza. Estos supuestos ocultan una realidad más compleja, como muestran las observaciones que se presentan a continuación. Aunque muchos pobres se ganan la vida con una microempresa, en un estudio reciente del BID se comprobó que no todos los microempresarios son pobres. El porcentaje de microempresarios pobres varía según el país, y es más alto en los países más pobres. En la región en conjunto, solamente un cuarto de los microempresarios son pobres, pero este porcentaje va de menos del 5% en Uruguay a más de dos tercios en Honduras. En toda la región, los trabajadores de microempresas son mucho más pobres que los trabajadores de otras empresas. Sin embargo, no siempre la falta de crédito es la limitación principal para los microempresarios, se ha comprobado que no siempre es la limitación principal para el crecimiento y el desarrollo de las microempresas, y que los pobres necesitan una amplia gama de servicios financieros, sociales y de desarrollo empresarial para distintos fines empresariales y familiares. 90

227 Aunque algunas instituciones de microfinanzas consideran que la reducción de la pobreza es su misión primordial, para muchas no lo es. En la actualidad, el sector de las microfinanzas consiste en una amplia gama de instituciones que trabajan en distintos nichos del mercado en los cuales pueden ayudar de forma directa o indirecta reducir la pobreza. Por consiguiente, por microfinanzas se debe entender el suministro de servicios financieros en pequeña escala a empresas y familias que tradicionalmente se han mantenido al margen del sistema financiero, en vez del concepto más estrecho de las microfinanzas como crédito para la producción dirigido a microempresarios pobres. Sin embargo, en qué medida llegan las instituciones de microfinanzas a los pobres? Comúnmente se cree que la mayoría de los clientes de las instituciones de microfinanzas son pobres y que hay una relación entre el tipo de institución y el nivel de pobreza de sus clientes. Sin embargo, pocas instituciones de microfinanzas llegan a las personas que viven en la pobreza extrema, y muchas tienen un alto porcentaje de clientes que no son pobres. En general, las ONG llegan a personas más pobres que las instituciones financieras formales, pero muchos bancos llegan a los pobres, y algunos de sus clientes son incluso más pobres que los de las ONG. Las cooperativas de crédito, los bancos y otras instituciones financieras formales de América Latina llegan a una cantidad absoluta de pobres mucho mayor que la mayoría de las ONG, aunque su porcentaje de clientes pobres generalmente es menor que el de las ONG. Asimismo, no hay una relación clara entre la metodología de los préstamos y el nivel de pobreza de los prestatarios de instituciones de microfinanzas. Con distintas metodologías de préstamos se puede llegar a clientes tan pequeños 91

228 como con modelos de grupos solidarios y bancos de aldea, pero se tiende a abarcar una gama más amplia. Comúnmente se cree que, cuanto más traten las instituciones de microfinanzas de alcanzar la sostenibilidad financiera, menor será su efecto en la reducción de la pobreza, o sea que hay un quid pro quo entre la sostenibilidad financiera y el alcance. Sin embargo, las pruebas que se presentan en numerosos estudios no refrendan esta conclusión. No resulta claro si hay un quid pro quo entre el énfasis de una institución en la sostenibilidad financiera y su ánimo o capacidad para llegar a los más pobres. Sin embargo, existe una correlación positiva entre la consecución de la sostenibilidad financiera y la posibilidad de llegar a muchos pobres: las instituciones financieras de todo tipo que están bien administradas pueden llegar a una mayor cantidad de personas pobres. Eficacia de la focalización. Algunos promotores del microcrédito afirman que las instituciones de microfinanzas deberían llegar a los segmentos de la población que viven en la pobreza extrema con microcrédito y, por lo tanto, orientar activamente sus servicios a los más pobres. Sin embargo, el hecho de que no se use el crédito en un momento dado no significa necesariamente que haya un problema. Las microempresas que no usan el microcrédito en un momento dado tal vez no quieran endeudarse o no puedan utilizar el crédito eficazmente en sus negocios. En cambio, la jaita de disponibilidad de servicios financieros es una carencia que se debe abordar. Una empresa puede ser solvente pero aun así carecer de acceso al crédito. Asimismo, la focalización estrecha no es necesariamente una condición para llegar a los más pobres. Algunos planes en gran escala no focalizados han llegado a los estratos más pobres de la población. Por último, se puede llegar a una mayor cantidad de gente pobre estableciendo un sistema financiero competitivo y sostenible que ofrezca una amplia gama de transacciones financieras en pequeña escala que con programas muy focalizados. Combinar la focalización amplia y la 92

229 focalización estrecha en las microfinanzas podría ser lo más eficaz para reducir la pobreza, ya que daría un alcance sostenible en gran escala y al mismo tiempo fomentaría la innovación para promover el mayor acceso de los sectores más pobres de la población a los servicios financieros. Algunos profesionales y donantes afirman que las instituciones de microfinanzas no sólo deben corregir las limitaciones financieras, sino que al mismo tiempo deben abordar también otras causas más cualitativas de la pobreza. Sin embargo, las instituciones de microfinanzas suelen ser menos eficaces cuando agregan actividades no financieras nuevas, y terminan llegando a menos personas pobres. Los argumentos a favor de la integración de servicios complementarios a menudo se basan en ciertas limitaciones percibidas de las microfinanzas. No obstante, esas "limitaciones" no son más que un reflejo de lo que se puede lograr y lo que no se puede lograr con los servicios financieros. Aunque es cierto que las microfinanzas no son el único servicio que necesitan los microempresarios pobres para aumentar su productividad y sus ingresos, eso no significa que las instituciones de microfinanzas deban proporcionar todos los servicios que se necesitan. El análisis de las limitaciones de las microfinanzas es más pertinente en relación con la programación general de la asistencia para el desarrollo, o sea en la selección de una combinación de instrumentos para reducir la pobreza y fomentar el desarrollo económico por medio de la promoción de la microempresa. Los servicios financieros contribuyen al empoderamiento de la mujer a través del diseño apropiado de productos, servicios no financieros incluyendo educación financiera, y participación del cliente. 2.3 Las microfinanzas promueven el empoderamiento? Prácticas para el empoderamiento de microfinanzas 93

230 Los programas de microfinanzas, cuando están diseñados adecuadamente, pueden contribuir de manera importante al empoderamiento de la mujer. Empezamos por examinar algunas de las teorías y suposiciones sobre el enfoque hacia la mujer de los programas de microfinanzas y las resultantes implicaciones para el empoderamiento. A partir de los estudios y experiencias de instituciones microfinancieras en África, Asia y América Latina, el documento busca descubrir lo que se sabe acerca del impacto en la mujer, tanto en términos de bienestar social como de empoderamiento. Aunque se reconoce que no existe un conjunto de indicadores de empoderamiento que pueda aplicarse universalmente a través de distintas culturas y regiones, presentamos evidencia sobre varios tipos de transformaciones que son relevantes e importantes para el empoderamiento a través de varias culturas. La parte central del artículo es un estudio de caso detallado sobre el impacto en la mujer que logró Sinapi Aba Trust (Fideicomiso Sinapi Aba) (SAI), una institución socia de Opportunity International en Ghana. Con base en ese estudio y las experiencias de otras IMF, identificamos varios factores programáticos y estrategias que pueden hacer una contribución positiva al empoderamiento de la mujer y a su transformación integral, incluyendo la capacitación en negocios, discusión de temas sociales, apoyo y consejo para el equilibrio entre los negocios y la familia, experiencia en la toma de decisiones, liderazgo, propiedad y control de la institución de crédito. También analizamos el papel que juega en el empoderamiento de la mujer la contribución económica que ella hace al hogar y la comunidad. Luego observamos algunas de las estrategias utilizadas por las IMF para que sus servicios lleguen a las mujeres y las empoderen, así como los resultados de dichas estrategias, identificando algunas de las más prometedoras. La investigación de experiencias han descubierto valiosos ejemplos de empoderamiento, pero también han hecho surgir muchas preguntas que sugieren algunas áreas importantes de trabajo futuro. Por lo tanto, concluimos haciendo un llamado a la acción por parte de instrumentadores y donantes, para que pueda 94

231 realizarse el tremendo potencial de las microfinanzas para el empoderamiento de la mujer. Este estudio no tiene el propósito de presentar de manera extensa y exhaustiva todo lo que se sabe acerca del tema de las microfinanzas y el empoderamiento de la mujer. Buscamos tomar como base el creciente cuerpo de investigaciones sobre el tema, mezclar las perspectivas y experiencias de académicos e instrumentadores y alentar una mayor exploración y diálogo sobre el tema. A lo largo del documento proporcionamos referencias para que aquellos interesados en explorar aspectos específicos del empoderamiento puedan encontrar información. Otras áreas relacionadas con el empoderamiento ameritan más investigación, pero no se abordaron por estar fuera del alcance de este documento; éstas incluyen indicadores de empoderamiento y técnicas de medición, la contribución de los microseguros y ahorros al empoderamiento, la transferencia tecnológica mediante IMFs, la relación entre la participación en los programas de microfinanzas, el empoderamiento y la planificación familiar y los efectos de normas culturales, particularmente la religión, en la habilidad de los programas de microfinanzas para empoderar a la mujer. Un elemento clave en la transversalidad de género es la integración de los indicadores de género al interior de los sistemas de información de las instituciones, de esta forma las instituciones tomarán conciencia de lo que está sucediendo con relación a la equidad de género para el acceso, y también en cuanto a empoderamiento. La extensión y el tipo de información que se base en género obviamente variarán de institución a institución, dependiendo de la naturaleza de sus sistemas de gestión de la información. En años recientes, mucha de la información en microfinanzas se ha orientado en fijar la pobreza como objetivo y en la profundidad de la pobreza. Parte de esta energía ha sido en respuesta a una ley de los EE.UU., emitida en el 2003, 95

232 requiriendo el desarrollo y uso de herramientas para la medición de la pobreza que sean eficientes desde el punto de vista del costo por parte los concesionarios de apoyo a microempresas del USAID. Esto ha conducido a la compilación y refinamiento de una gama de Herramientas diferentes para evaluación de la pobreza de tal forma que las IMFs que soliciten fondos del USAID, y también más extensamente, puedan evaluar el grado en el cual están alcanzando a los más pobres. 72 Las herramientas para evaluación de la pobreza se basan en una medición del hogar dividida igualmente entre los miembros del hogar, dando una medida individual de un dólar al día como ingreso de pobreza. Esto presenta muchos escollos y problemas metodológicos incluyendo cómo dar cuenta de ingresos que no provienen del mercado, variaciones en el poder adquisitivo inter e intra nacional y patrones de gasto y consumo y necesidades, y confiabilidad de la respuesta del cliente 73. Todos estos tienen dimensiones de género que aun están por ser abordadas 74. Particularmente, es poco probable evaluar exactamente el dólar al día individual si no se abordan desigualdades intradomésticas. La falla al abordar las desigualdades en el hogar, puede reducir el acceso a la mujer en los hogares justo alrededor de la línea de pobreza, por ejemplo, que el principal grupo objetivo de programas financieramente sostenibles. Este es el caso, a pesar que las mujeres mismas pueden ser extremadamente vulnerables en estos hogares y estar por debajo del dólar al día en términos de sus propios ingresos y gastos, pueden verse excluidas. Los recientes adelantos en Rating Social y Gestión de Desempeño Social 75 buscan incluir indicadores sociales y auditorias sociales que incorporen áreas 72 Para mayor detalle sobre estas herramientas visite 73 Una discusión completa sobre estos temas está fuera del alcance del presente documento, sin embargo en la siguiente página se pueden encontrar documentos críticos interesantes sobre herramientas para medir pobreza 74 Veere Mayoux Documents/Gender%20Issues%20draft% pdf, Chant y Gammage docs/pnadh568.pdf Ver por ejemplo, IFAD (2006) 96

233 como alcance de la pobreza, como una parte integral de la clasificación y evaluación de desempeño junto con indicadores financieros. Estas mediciones no necesariamente implican una sensibilidad de género y, al igual que las herramientas de pobreza, pueden inclusive militar contra la orientación femenina. El género es tratado como una dimensión posible de la misión de una organización contra la cual se evaluará el desempeño. El grado hasta el cual la gestión de desempeño social promoverá, por lo tanto, los temas de género dependerá de si género es, o no, ya parte de la visión y misión de la organización, y de si tiene o no las herramientas para evaluar el desempeño en relación a género o ha realizado evaluaciones de impacto de género. Salvo que género sea una parte explícita e integral de la definición de "social", existen peligros de que la equidad de género en términos tanto de acceso y empoderamiento se encuentre completamente sumergida en toda la otra gama de indicadores de desempeño. Sin embargo, a pesar de que los sistemas actuales generalmente no toman en consideración el aspecto de género y no existen requisitos específicos para incluir indicadores de género, algunos escritores han propuesto indicadores de impacto de género, los que fácilmente pueden ser integrados otros sistemas de información, siempre y cuando, el seguimiento de particularmente préstamos repetidos y las evaluaciones existentes se realicen de manera adecuada al interés de la compresión del cliente, no solamente como expansión institucional rápida Definiciones de empoderamiento El origen de las definiciones de empoderamiento es previo al desarrollo de las intervenciones de micro finanzas que se iniciaron en las década de los setenta en Asia y América Latina. De manera gruesa, la mayor parte de las definiciones tienen que ver con el cambio de las personas pobres y vulnerables, quienes ante determinados estímulos, adquieren mayor nivel de autonomía sobre sus vidas. 97

234 La filosofía del empoderamiento tiene su origen en el enfoque de la educación popular con enfoque participativo, desarrollada en América Latina con base al trabajo iniciado por el pernambucano Paulo Freire. El aspecto central de la filosofía de Freire radica en que toda persona, independientemente de su posición social y nivel educativo formal acumula una serie de conocimientos y habilidades que le permite edificar una propuesta educativa coherente con su realidad. Es a partir del reconocimiento de lo anterior que las personas de comunidades más pobres pueden recuperar su autoestima, muchas veces devaluada por una serie de prejuicios basados en criterios culturales, e iniciar acciones para liberarse de situaciones de opresión de manera personal y colectiva. No es intención de hacer en este documento un listado exhaustivo de definiciones sobre empoderamiento. Para encontrar un conjunto de marcos conceptuales, modelos y listados de contraste, remitirse a Gender Equity, Equality and Women's Empowerment? Principles, Definitions and Frameworks de Linda Mayoux, 2005; trabajo realizado para: Aga Khan Foundation website on Microfinance for Women's Empowerment. En ese trabajo se hace un recuento de los marcos conceptuales de Longwe (1989, 1991): Marco de Proceso de Empoderamiento de Longwe; de Kabeer, (2003): Marco de Dimensiones y Niveles; y, de Rowlands (1997): Marco de Relaciones de Poder, (elaborado sobre la propuesta de Kabeer de 1994 y la de Nelson y Wright, en 1996). Igualmente se presenta una serie de índices empleados en las microfinanzas, principalmente en Asia y África: Índice de Empoderamiento de Schuler, Hashemi y Riley; Índice de Control de préstamos de Goetz y Sen-Gupta; Marco de Empoderamiento de Chen (Chen, 1997); Modelo de Conflicto Co-operativo, de Osmani y, Matriz de Empoderamiento de Cashe, en la India 76. Las microfinanzas, han dejado de lado el componente educativo de sus beneficiarias-os como elemento central del empoderamiento, dando por sentado 76 El documento puede ser visto también en: http//groups.yahoo.com/group/wemannetwork_english/files/gender%20and%20empowerment%20framewo rks/ 98

235 que este resultado se puede obtener de manera virtuosa a partir, por ejemplo, de tecnologías crediticias eficientes y sostenibles a los que los y las más pobres puedan acceder. Al respecto Frei Betto - coautor junto con Freire de "Esa escuela llamada vida", texto coordinado por el periodista Ricardo Kotscho critica incluso el devenir de las propuestas educativas en la región. Considera que si bien gracias a la educación popular se observan avances en la democratización de las sociedades latinoamericanas, se coloca actualmente "demasiado énfasis en las nuevas tecnologías", mientras que, por otro lado, se restringe el espacio "de los paradigmas, los valores, la ética". Murguialday señala que aunque el empoderamiento es aplicable a todos los grupos vulnerables o marginados, su enunciado y mayor desarrollo teórico se ha dado en relación a las mujeres. El término fue aplicado por primera vez a mediados de los 80 por DAWN (1985), una red de estudiosas feministas y grupos de mujeres activistas del S 11, para referirse al proceso por el cual las mujeres acceden al control de los recursos (materiales y simbólicos) y refuerzan sus capacidades y protagonismo en todos los ámbitos. Desde su enfoque feminista, el empoderamiento de las mujeres incluye tanto el cambio individual como la acción colectiva, e implica la alteración radical de los procesos y estructuras que reproducen la posición subordinada de las mujeres como género. Por otro lado se viene observando, ya desde hace varios años, que el término 'empoderamiento' tiende, debido a su atractivo, a ser empleado de forma neutra, en conjunto con otros términos, dejando fuera de escena los problemáticos conceptos del poder y de la distribución del poder. Al encontrarse puentes entre este concepto con otros utilizados por los planificadores del desarrollo y los ejecutores de programas, tales como 'participación', 'fortalecimiento de capacidades', 'sostenibilidad' o 'desarrollo institucional', estos términos pueden convertirse fácilmente en una forma más de ignorar u incluso ocultar las realidades del poder, de la desigualdad y de la opresión que forma parte de la vida de los-as pobres y excluidos-as en las comunidades en las que aquéllos viven. 99

236 Se corre el riesgo de que los conceptos de participación y representación, entre otros, estén referidos en forma circular auto-centrada en el limitado mundo de los proyectos, dejando fuera temas estratégicos involucrados en los conflictos de poder. Esto suele ocurrir cuando se deja de lado el análisis sobre los componentes históricos que influyen en la dinámica más amplia de las formas de vida social en una región. Sin embargo, a pesar de que las críticas al uso que actualmente se le da al concepto de empoderamiento son importantes de tener en cuenta, el abandonar el término no constituye una opción realista para las-os profesionales del desarrollo. El empoderamiento sigue siendo un objetivo clave en una amplia gama de intervenciones de desarrollo por lo que el reto para los planificadores y ejecutores consiste en profundizar la comprensión del término, reconociendo sus complejidades, alcances, fortalezas y limitaciones. Otro aspecto central radica en el enunciado operacional, es decir, en determinar de qué forma se puede evaluar si ha tenido lugar o no un 'empoderamiento'. El punto de partida para cualquier análisis del empoderamiento en una intervención de desarrollo requiere un claro nivel de precisión sobre el uso de que se dará al término dentro de una amplia gama de significados asociados con él. Finalmente, en tanto el concepto de empoderamiento se emplee de forma explícita y precisa, puede contribuir a orientar los fines de la planificación y la acción en el ámbito del desarrollo previsto. El empoderamiento se ha convertido en un concepto central del discurso y la práctica del desarrollo a partir de la década del 90, incluyendo a las intervenciones de microfinanzas. El concepto de empoderamiento es ampliamente utilizado por las ONG y está incorporado en las políticas y los programas de organismos bilaterales como multilaterales. Sin embargo, como ya hemos visto, se trata de un término complejo, difícil de definir y que se presta a una amplia variedad de interpretaciones. 100

237 Para quienes emplean el término empoderamiento en propuestas de desarrollo económico, el énfasis es puesto en el incremento de la capacidad de las personas para ser más autónomas y autosuficientes, depender menos de la provisión estatal de servicios o empleo, así como incorporar mayores características emprendedoras para crear y desarrollar actividades empresariales, elevándose en la pirámide de desarrollo empresarial. Esto también implica mejorar el acceso tanto a los mercados como a las estructuras políticas, con el fin de poder participar en la toma de decisiones económicas y políticas. Finalmente en muchos casos, se trata de orientar un proceso que involucre algunas formas de participación y asociación colectiva. El problema con el enfoque antes descrito es que, por lo general, se deja sin cuestionar el que muchas personas queden fuera en el intento, debido a los mecanismos de exclusión y a las estructuras de subordinación existentes en todos los niveles sociales, al interior de las familias, en las comunidades y en la sociedad más amplia. En relación a lo anterior, es un hecho reconocido que los esquemas de microfinanzas han ido alcanzando a una enorme cantidad de mujeres de bajos ingresos económicos en el mundo. Si observamos el alcance de clientes mujeres atendidas por entidades intermediarias solamente con los fondos de la USAID para la microempresa de países en desarrollo en el año fiscal de 2007, encontramos que entre 6.54 millones de receptores-as de crédito y 4.13 millones de ahorristas, 53% fueron mujeres. Aunque no se llegó a la meta de 60% establecida por la USAID para las mujeres para el año, según el Informe de Resultados de la Microempresa presentado al Congreso de EEUU, los resultados alcanzados señalan su importante participación. Sin embargo, queda aún pendiente la pregunta que Cheston y Kuhn se hicieran en el año 2002, sobre si es posible congratularse en tanto al llegar el servicio a una mayor proporción de las mujeres pobres el empoderamiento de la mujer y otros asuntos de género se podrán resolver por sí solos. Será posible también esperar que a partir del 101

238 acceso al crédito las mujeres estén incrementando su autonomía, accediendo a los mercados, incorporando más características emprendedoras y elevando el nivel de desarrollo de sus emprendimientos económicos? Cabe preguntarse, además, sí al conseguirse todo lo anterior se esté asegurando una mejor posición de las mujeres dentro de sus familias y en su comunidad. Si fuera así, las intervenciones de microfinanzas estarían, como muchos argumentan, desencadenando circuitos ampliados de desarrollo. Al respecto, las autoras antes mencionadas encontraron que aunque el acceso de la mujer a los servicios financieros se incrementó sustancialmente durante la década de los noventa, en gran medida su capacidad de beneficiarse por este acceso era todavía limitada por las desventajas que presentan debido a su género. Como manifestación de lo anterior las autoras hallaron que ciertas IMF estaban ofreciendo un porcentaje cada vez menor de préstamos a las mujeres, aun cuando hubieran crecido y contaran con nuevos productos crediticios. Además observaron que en buena parte de las IMF, en promedio, los montos de préstamos a mujeres eran más pequeños que aquellos para hombres, aun cuando pertenecieran a un mismo programa de crédito, a la misma comunidad y al mismo grupo de prestatarios. Aún cuando es de esperar que algunas diferencias en el monto de los préstamos fuera el resultado directo de la mayor pobreza de las mujeres o la más limitada capacidad de sus emprendimientos para absorber el capital, lo anterior puede estar indicando la falta de estrategias para considerar las oportunidades disponibles para ellas. Para las autoras, los programas de desarrollo a través del microcrédito deberían considerar esforzarse más en abordar estos temas y las IMF considerar diseñar servicios de crédito y servicios no financieros dirigidos al empoderamiento de las mujeres de una manera costoefectiva, evitando además los impactos negativos relacionados al crédito. En su informe señalaron varios ejemplos de entidades que han conseguido éxito en sus intervenciones dando muestras de que los temores sobre la sostenibilidad de las IMF si se enfocan al empoderamiento son infundados. 102

239 En relación a la discusión previa, es pertinente resaltar los resultados de un estudio publicado recientemente por Women's World Banking 17,WWB, que abarcó a 27 organizaciones de microfinanzas (en América Latina, Asia, Medio Oriente y África del Norte) que han atravesado el viraje regulatorio hacia la "transformación" y los comparó con otros 25 que no lo habían hecho. Después de un periodo de cinco años, las instituciones de microfinanzas que se habían convertido en empresas comerciales en el sentido tradicional vieron que el número de sus clientes activos se había incrementado en 30% por año en promedio, comparativamente a un incremento de 15% en las instituciones que habían permanecido como ONGs. En cuanto a cuentas de ahorros, las microfinancieras reguladas habían incrementado cuentas de ahorros en 45% en promedio, en comparación con un grupo control de instituciones no reguladas que ya podían ofrecer este tipo de cuentas, que sólo había aumentado en 28%. Un resultado problemático del estudio que confirma, por lo menos parcialmente, lo encontrado por Cheston y Kuhn en el año 2002, es la caída en el porcentaje de clientas mujeres atendidas en los años posteriores a la transformación. Después de cinco años, el porcentaje de clientas mujeres había variado de un promedio de 88% a 60%. Tomando en cuenta que algunas medidas para reducir la discriminación de género han implicado contribuciones significativas para reducir la pobreza y ampliar el desarrollo económico, pero que aún la brecha de género continúa siendo muy alta a lo largo de todas las estadísticas de desarrollo humano en la mayor parte de los países, un número cada vez mayor de organizaciones de desarrollo viene haciendo esfuerzos para desarrollar un proceso para la equidad de género en el desarrollo económico. En este contexto, a partir de iniciativas y demandas de organizaciones socias de Oxfam Novib, otras ONGs holandesas y otras varias organizaciones, se ha creado una red en el marco de un proceso para la justicia de género denominado Transversalización y Redes para el Empoderamiento de las Mujeres (WEMAN). El proceso parte de la premisa de que las mujeres y los hombres pobres tienen una serie de ideas constructivas para el cambio, pero 103

240 usualmente les falta oportunidades para articularlas e influir en la toma de decisiones para las intervenciones de desarrollo económico. Entre las áreas de desarrollo económico involucradas en WEMAN se incluye los programas de microfinanzas. Sobre la importancia de involucrar los programas de microfinanzas en WEMAN, en un documento de Oxfam Novib, se señala que estas no sólo permiten el acceso al crédito y el ahorro a las mujeres y hombres pobres, sino que tienen la ventaja de llegar a millones de personas a nivel mundial organizadas en grupos y de manera regular. Se hace referencia también al tema de los "espirales virtuosos" de empoderamiento económico que se han evidenciado para las mujeres y sus familias, con implicancias ampliadas en el empoderamiento social y político. Asimismo, se señala el potencial de estas intervenciones que involucran a grupos de varones que pueden cambiar sus actitudes y comportamientos, como una forma esencial de lograr la equidad de género. Por otro lado, dado que la gran mayoría de las clientes de microcrédito son mujeres, las microfinanzas han permitido llegar a las mujeres como ningún otro tipo de intervención antes lo ha logrado, adaptando productos para responder mejor a las necesidades de las mujeres de menores ingresos. Justicia de género significa permitir que las mujeres ejecuten todo su potencial a través de la eliminación de las penetrantes desigualdades y la discriminación que las limitan en todos los niveles. También significa acción afirmativa para permitir que las mujeres, y también los hombres, promuevan y se beneficien de este cambio. La equidad de oportunidades de género y el empoderamiento de la mujer son ampliamente reconocidas en la actualidad como parte integral e inseparable de cualquier estrategia sostenible de crecimiento económico y de desarrollo en favor de los pobres: Estadísticamente las mujeres son mayoría a nivel mundial. Como mayoría mundial, las mujeres no pueden ser tratadas como un "caso especial" sino que sus necesidades e intereses deben ser parte integral de cualquier política de 104

241 desarrollo al igual que las necesidades e intereses de los hombres. La equidad de oportunidades de género y el empoderamiento de la mujer son esenciales para el crecimiento económico. Estudios del Banco Mundial han mostrado que los países que han tomado pasos positivos para promover la equidad de género tienen niveles sustancialmente más altos de crecimiento 77. La equidad de género y el empoderamiento de la mujer son componentes esenciales de las estrategias de reducción de pobreza. La desigualdad de género y el desempoderamiento de la mujer con factores claves en la creación de pobreza 78. La desigualdad de género significa que las mujeres tienen mayor representación entre los pobres y, por lo tanto, las necesidades de la mujer son la norma mayoritaria en vez de un interés minoritario en las estrategias de reducción de la pobreza. Las mujeres también tiene la responsabilidad principal de los hijos y el bienestar de la familia, lo que las convierte en actoras principales en la reducción de la pobreza. Gran parte de los gobiernos y las agencias de cooperación han firmado acuerdos internacionales sobre los derechos humanos de la mujer, según los cuales la equidad de oportunidades de género y el empoderamiento de la mujer son metas en sí mismas que parten del supuesto que "la mujer también es parte de la humanidad". La preocupación por temas de género en los servicios financieros no es nueva, tampoco lo es en la agenda de donantes o en la agenda occidental. Desde inicios de la década de los setenta, los movimientos de la mujer, en cierto número de países, estuvieron cada vez más interesados en el grado en el que los programas 77 Estudios del Banco Mundial han estimado que si los países del sur asiático hubiesen dado la misma prioridad a los temas de desigualdad de género en educación como se le dio en Asia del este, el crecimiento anual per cápita entre 1960 y 1992 hubiese sido entre % más rápido. Los impactos de este crecimiento hubiesen sido mucho mayores si también se hubiesen tomado en consideración los impactos subsecuentes en la educación de la mujer en la reducción de la desigualdad de género en el empleo, acceso a tecnologías, o crédito, se ha encontrado que todo esto es relevante (Blackden and Bhanu, 1999; Klasen, 2002) 78 Ver, por ejemplo DFID (2000) 105

242 de crédito de los gobiernos para agricultura, industria a pequeña escala y cooperativas de crédito, con sus objetivos establecidos de enfocarse en pobreza e igualdad, eran accesibles a la mujer 79. Se le dio particular énfasis al tema del acceso de la mujer al crédito en la primera Conferencia Internacional de la Mujer en México en 1975, lo que condujo al establecimiento de la red del Banco Mundial de la Mujer. Inmediatamente después de la segunda Conferencia Internacional de la Mujer en Nairobi, 1985, se dio un crecimiento en programas de generación de ingresos para mujeres auspiciados por el gobierno y por ONGs; muchos de estos incluían ahorros y crédito. Un cierto número de talleres internacionales a fines de la década de los ochenta trataron sobre la experiencia de gobiernos y programas de ONGs. 80 Los acuerdos internacionales sobre los derechos humanos de las mujeres desde 1970 han incluido declaraciones explícitas sobre acceso a servicios financieros como una aportación a la participación efectiva de las mujeres en las actividades económicas. Luego, en el contexto de la rápida expansión de los años 90, la evidencia de las mayores tasas de pago de las mujeres y los niveles más altos de gasto en el bienestar de la familia fueron utilizados para cabildeo de género entre agencias donantes y programas para argumentar el enfoque de programas de micro finanzas hacia mujeres. Desde 1997, 'alcanzar y empoderar a la mujer ha sido el Segundo tema de la Campaña de la Cumbre de Microcrédito 81. Donantes y 79 A inicios de la década del 70 SEWA identificó el acceso a crédito como una limitación principal a la actividad económica de la mujer. En 1981 una conferencia llevada a cabo en Nairobi por ACOSCA tuvo como objetivo formar una red de líderes que trabajarían en crear cooperativas de crédito más representativas para las necesidades de la mujer, y hacer planes específicos para los países. Recomendaron un programa de información para la mujer, investigación sobre las mujeres en cooperativas de ahorro, financiamiento de tecnologías que ahorren trabajo a la mujer e instalaciones para el cuidado de niños, y aumentar la representación de las mujeres en las entidades que toman decisiones. (Mbogo 1989). Para una visión de los programas seleccionados en Kenia, Malawi, Sierra Leona, Zambia y Zimbabwe ver FAO Ver las publicaciones: Berger and Buvinic eds 1989 and Grown and Sebstad eds Por ejemplo en la cumbre Micro-credit Summit Declaration and Plan of Action 1997 en la sección titulada 'Micro-credit: Empowering Poor People to End their Own Poverty se encuentra lo siguiente: 'la evidencia empírica demuestra que las mujeres, como grupo, son consistentemente mejores en puntualidad y confiabilidad de pago. Enfocarse en mujeres como clientes de programas de microfinanzas ha sido también un método efectivo para asegurar que los beneficios de ingresos crecientes se acumulen para el bienestar de la familia, y particularmente de los hijos. Al mismo tiempo, las mujeres mismas se benefician de estatus más altos que logran al ser capaces de proveer nuevos ingresos.'(results, 1997 p8) 106

243 proveedores de microfinanzas han producido muchos manuales esbozando formas de aumentar el acceso de las mujeres a las microfinanzas. 82 La expansión de las microfinanzas desde 1990 ha aumentado significativamente el acceso de las mujeres a pequeños préstamos y oportunidades de ahorros. Este aumento de acceso a las microfinanzas ha sido percibido como una contribución no sólo a la reducción de la pobreza y sostenibilidad financiera, sino también a una serie de "espirales virtuosas" de empoderamiento económico, aumento de bienestar y empoderamiento social y político para las mujeres mismas, cumpliendo, por lo tanto, con las metas de equidad de género y empoderamiento. En la Figura 1 se muestran algunas de las dimensiones e interconexiones entre diferentes "espirales virtuosas" identificadas en la literatura. Primero, aumentar el acceso de las mujeres a los servicios de microfinanzas puede llevar potencialmente al empoderamiento económico de la mujer, aumentando el rol de la mujer en la gestión financiera del hogar. En algunos casos esta puede ser la primera vez que ellas tengan acceso a cantidades significativas de dinero por su propio derecho. Esto a su vez puede permitir a la mujer empezar sus propias actividades de crecimiento económico e invertir más en actividades ya existentes o adquirir activos y levantar su estatus en las actividades económicas del hogar a través de una contribución visible de capital. La creciente participación en actividades económicas puede permitir a la mujer aumentar ingresos y el control sobre sus propios ingresos o ingresos del hogar. Esto a su vez puede permitirles aumentar inversiones a largo plazo y la productividad de sus actividades económicas, y aumentar el compromiso de la mujer en el mercado. 82 Los primeros Manuales incluían IWTC 1981, 1982 y Hillhorst y Oppenoorth Manuales más recientes sobre género para microfinanzas han sido producidos por UNIFEM 1993, 1995; Binns Más reciente ver también Mayoux 2008 para el Banco Mundial y 2008 por salir para IFAD. 107

244 Segundo, aumentar el acceso de las mujeres a las microfinanzas puede potencialmente aumentar el bienestar de los hogares. Esto es en gran parte debido al empoderamiento económico, pero puede darse inclusive cuando las mujeres utilizan los servicios financieros para actividades de otros miembros del hogar, por ejemplo, esposos o hijos. Inclusive cuando las mujeres no estén directamente comprometidas con la actividad generadora de ingresos, canalizando opciones de créditos o ahorros para el hogar, puede permitir que la mujer tenga un rol más activo en la toma de decisiones al interior del hogar, reduciendo su propia vulnerabilidad y la del hogar, y aumentando la inversión en el bienestar de la familia. Esto a su vez puede beneficiar a los niños al ampliar el gasto en áreas como nutrición y educación, especialmente para las niñas. También puede conducir a una mejoría en el bienestar de la mujer y permitir que las mujeres mismas logren cambios con relación a desigualdad de género en el hogar. Es probable, también, que beneficie a los hombres. Tercero, una combinación de aumento de la actividad económica de la mujer y aumento en la toma de decisiones en el hogar puede potencialmente conducir a un empoderamiento político y social más amplio. Las mujeres mismas con frecuencia valoran la oportunidad de ser vistas haciendo una mayor contribución al bienestar del hogar, dándoles mayor confianza y sentido de auto estima. Los 108

245 efectos positivos en la confianza y habilidades de las mujeres, la expansión del conocimiento y el apoyo a las redes a través de la actividad de grupos y el acceso al mercado, pueden conducir a mejorar el estatus de todas las mujeres al interior de la comunidad. En algunas sociedades en las que la movilidad de las mujeres ha estado muy circunscrita y las mujeres anteriormente tenían muy poca oportunidad de conocer mujeres fuera de su familia inmediata ha habido cambios significativos. Las mujeres individuales que se han ganado el respeto en sus hogares pueden, luego, actuar como modelos de rol para otras, conduciendo a un proceso más amplio de cambio en percepciones de la comunidad y en el deseo de los hombres de aceptar el cambio. Muchos proveedores de microfinanzas pueden citar casos de estudio de mujeres que se han beneficiado sustancialmente económica y socialmente de sus servicios. Algunas mujeres que eran muy pobres antes de entrar al programa, empezaron actividades económicas con un préstamo y ahorraron, mejorando de esta manera el bienestar y las relaciones en el hogar e involucrándose más en las actividades de la comunidad local. 83 Algunas mujeres, y muchas mujeres en algunos programas, muestran gran ingenio e iniciativa cuando se les da un préstamo o se les da la oportunidad de ahorrar sin la interferencia de otros miembros de la familia. Los estudios de impacto que diferencian por niveles de pobreza generalmente encuentran que el beneficio es particularmente significativo para los "pobres en mejor situación", quienes tienen alguna educación y contactos para construir una empresa exitosa 84. Finalmente, el empoderamiento económico de la mujer a nivel individual tiene contribuciones significativas potenciales a nivel macro a través del aumento de la 83 Para una visión general sobre los beneficios obtenidos por mujeres de las microfinanzas ver Cheston, S. and Kuhn, L. (2002), Kabeer, N. (2001), Kabeer, N. (1998). 84 Las evaluaciones de impacto de género raramente distinguen entre mujeres por niveles de pobreza, pero ver, por ejemplo, el estudio de proyecto de Empoderamiento de Mujeres en Nepal Ashe, J. and Parrott, L. (2001). 109

246 visibilidad de la mujer como agente de crecimiento económico y sus voces como actores económicos en decisiones de política. Esto, conjuntamente con su gran habilidad para satisfacer las necesidades de bienestar del hogar, aumenta, a su vez, su efectividad como agentes de reducción de pobreza. Los grupos de microfinanzas pueden formar la base de la acción colectiva para abordar desigualdades de género en la comunidad, incluyendo temas como violencia de género y acceso a recursos y toma de decisiones locales. Estos cambios a nivel local pueden ser reforzados aun más por niveles de organización más altos, conduciendo a movimientos más amplios para el cambio social y político y la promoción de los derechos humanos de la mujer a nivel macro. Las microfinanzas han sido utilizadas estratégicamente por algunas ONGs como punto de entrada para la movilización social y política más amplia de las mujeres sobre temas de género. Los grupos de ahorro y créditos han sido utilizados por algunos programas como la base para la movilización de la participación política de la mujer. Más aún, estas tres dimensiones de empoderamiento económico, bienestar y empoderamiento social y político están reforzando mutuamente "espirales virtuosas", tanto para mujeres individuales como para el hogar, a niveles comunales y macro. No obstante, a pesar de la potencial contribución de las microfinanzas al empoderamiento y bienestar de la mujer, hay aún un largo camino por recorrer antes de que la mujer tenga igual acceso a los servicios financieros en áreas rurales o esté en situación de beneficiarse completamente. En muchas regiones, a pesar de los progresos, el acceso de las mujeres a las microfinanzas sigue siendo desigual. Estadísticas sobre número de clientes o membresía, inclusive en casos en que se ha desagregado por género, dicen muy poco sobre la calidad de los servicios a los que las mujeres tienen acceso en comparación con los hombres. Las cantidades de los préstamos recibidos por las mujeres son generalmente menores que aquellos recibidos por los hombres y esto no se puede explicar completamente por factores de demanda. Algunas mujeres 110

247 tienen ideas extremadamente buenas para negocios que requieren préstamos mayores, pero se enfrentan a la discriminación al acceder a dichos préstamos, teniendo como resultado el colapso de sus negocios debido a que se ven obligadas a comprar equipo o materiales inferiores. Gran parte de los programas a los que las mujeres tienen acceso no otorgan préstamos lo suficientemente grandes como para adquirir activos tales como terrenos o vivienda y/o se requiere de activos como garantía y/o la firma del "guardián masculino". En muchos pueblos rurales los bancos y las cooperativas de ahorro y crédito (a excepción de las organizaciones sólo para mujeres o donde existe una verdadera política de género) las mujeres son la mayoría de los ahorristas, pero los hombres reciben la mayoría de los préstamos. Debido a que los hombres son la mayoría en los estamentos de toma de decisiones, las tasas de interés están establecidas para favorecer a los prestatarios (varones) llevando a niveles más bajos de sostenibilidad financiera. En algunos casos, y particularmente para mujeres pobres, las microfinanzas pueden minar sistemas informales existentes como fondos para crisis en ROSCAs, ya que las mujeres en mejor situación distraen fondos de las ROSCAs para pagar intereses de otros préstamos a IMFs (Mayoux, L. 2001). La disponibilidad de crédito puede también reducir la buena voluntad de patrones y parientes a otorgar préstamos libres de interés y/o el acceso a formas más caritativas de crédito de comerciantes. Más aun un estudio reciente ha encontrado que el acceso de las mujeres disminuye comparado con el de los hombres conforme las ONGs se transforman en instituciones formales, se hacen más rentables y 'maduras 85 '. La evidencia también indica que, a pesar de la indudable considerable contribución, ninguno de los nexos entre el acceso de las mujeres a servicios financieros y el empoderamiento se puede asumir automáticamente. El grado en el cual las mujeres se pueden beneficiar de servicios financieros minimalistas que no 85 Cheston, S. (2006); Frank, C., Lynch, E. and Schneider-Moretto, L. (2008). 111

248 toman en consideración explícitamente el género depende en gran parte del contexto y de la situación individual. Primeramente los indicadores financieros de acceso: membresía de mujeres a programas, cifras y tamaño de préstamos e información de pago no pueden ser utilizados como indicadores del acceso real o indicadores representativos de empoderamiento. El registro de los préstamos a nombre de las mujeres no necesariamente significa participación en la decisión sobre la aplicación del préstamo, ya que los hombres pueden simplemente negociar los préstamos con el personal masculino del programa como una forma más fácil de acceder al crédito. El hombre puede tomar el préstamo de la mujer o negociar directamente el préstamo en nombre de la mujer con el oficial de crédito 86. Los préstamos pueden ser pagados de las ganancias del hombre, a través de la renuncia de la mujer a su propio consumo, o ingresos o por medio de préstamos de otras fuentes 87. La alta demanda de préstamos por parte de mujeres puede ser más un signo de presión social para acceder a recursos de parte de parientes políticos o esposos en vez de empoderamiento. Segundo, la contribución de los servicios financieros para aumentar los ingresos varía ampliamente. La evidencia sugiere que particularmente en Asia del sur y en partes de América Latina, la mayoría de mujeres los utilizan para las actividades de sus esposos 88. Inclusive cuando utilizan préstamos para sus propias actividades, las opción de actividad o habilidad de las mujeres para aumentar sus ingresos está seriamente limitada por desigualdades de género en acceso a otros 86 En el estudio de Harper sobre AKRSP de 31 receptores de préstamos para micro empresa entrevistados solo 7 préstamos están controlados por mujeres y 16 eran utilizados por hombres y mujeres que no estuvieron involucrados en el proceso del préstamo. En otros 8 casos las mujeres ni siquiera sabían que había tomado un préstamo (Harper, 1995). También se notó apropiación de préstamos masculina en Port Sudan (Amin, 1993) y tres en programas ACORD-Uganda (ACORD, 1996). 87 En BRAC 10% de las entrevistadas femeninas informaron no tener ingresos personales y las mujeres se servían de familiares y amigos para los pagos efectivos mensuales. (Montgomery et al 1996). 88 En el estudio de Goetz y Sengupta de 275 mujeres en Bangladesh se encontró que las mujeres tenían control completo solo en el 17.8% de los casos y en tantos como 21.7% de casos no tenían control. Una encuesta a 26 mujeres en SCF Bangladesh encontró que 68% de créditos había sido utilizado por los esposos o hijos y que todas menos 1 eran primeros préstamos (Basnet, 1995). Patrones similares (y algunas veces inclusive proporciones más altas) de uso masculino de los préstamos fueron informadas por la mayoría de los programas en talleres regionales en el Sur de Asia y en América Latina facilitados por la autora, inclusive cuando las mujeres son el objetivo explícito. 112

249 recursos para inversión, responsabilidad por el gasto de subsistencia del hogar, falta de tiempo debido a trabajo doméstico no pagado, bajos niveles de movilidad y vulnerabilidad; todo lo cual, limita el acceso de la mujer a los mercados en muchas culturas. La rápida expansión de los préstamos para mujeres pobres puede saturar el mercado para actividades "femeninas" y causar que las ganancias se desplomen, afectando inclusive más a las mujeres más pobres que no tienen acceso a crédito. El grado hasta el cual el crédito contribuye a aumentar los ingresos de la mujer (y del hombre), también depende en gran medida de qué tan bien estén adaptados los créditos a las actividades económicas que están siendo financiadas. Los créditos agrícolas que llegan tarde o que no son lo suficientemente grandes para pagar los insumos, pueden simplemente cargar a la mujer con una deuda que no puede pagar con beneficios de la actividad que ella desea financiar. Los ahorros obligatorios y las primas de seguros pueden drenar más los recursos a invertir, salvo que estén diseñados para favorecer al prestatario y no sólo para limitar el riesgo y aumentar la sostenibilidad financiera de la institución financiera. Tercero, la contribución creciente de la mujer al ingreso del hogar no asegura que la mujer necesariamente se beneficie, o que se desafíen las desigualdades de género en el hogar. A pesar de que las mujeres se sientan en mayor control y tengan mayor sentido de auto estima, estas percepciones subjetivas no se traducen necesariamente en cambios reales en el bienestar, beneficios o relaciones de género en el hogar 89. Si bien, en algunos contextos la mujer puede buscar aumentar su influencia en los procesos de toma de decisión conjunta en vez de buscar control independiente 89 Esta ambigüedad ha sido discutida en detalle para Bangladesh en Kabeer, N. (1998) Una reciente evaluación de impacto respetada en Pakistán encontró que de las 6 organizaciones estudiadas habían en realidad una reducción significativa en el empoderamiento de la mujer en el hogar a través de toda una gama de indicadores de toma de decisión. Los motivos no son claros. S Akbar Zaidi, Haroon Jamal, Sarah Javeed and Sarah Zaka (2007). 113

250 sobre el ingreso, no se puede asumir que se dé ninguno de estos resultados. Evidencia preocupante indica que el hombre, en respuesta al ingreso creciente de la mujer (pero sigue siendo bajo), puede retirar más de su contribución al presupuesto del hogar para sus propios gastos superfluos. Con frecuencia los hombres son muy entusiastas sobre los programas de ahorro y crédito para mujeres porque sus esposas ya no los "molestan" por dinero 90. Un pequeño aumento en acceso a ingresos puede tener como costo cargas más pesadas de trabajo, mayor tensión y reducción de la salud. Los patrones de gasto de las mujeres pueden duplicar, en vez de combatir, las desigualdades de género y continuar poniendo en desventaja a las niñas. Sin la provisión de cuidado substituto para los niños pequeños, los ancianos y los discapacitados y proveyendo servicios para reducir el trabajo doméstico, muchas organizaciones reportan que el trabajo externo de las mujeres afecta adversamente a los niños y los ancianos. Las hijas particularmente pueden ser retiradas de las escuelas para que ayuden a sus madres. A pesar que en muchos casos la creciente contribución de las mujeres al bienestar del hogar ha mejorado considerablemente las relaciones domésticas, en otros casos ha intensificado la tensión. Este problema afecta no solamente a mujeres pobres sino a mujeres con distintos antecedentes económicos, indicando que el proceso de empoderamiento debe tener estrategias efectivas para cambiar las actitudes y comportamientos de los hombres 91. Cuarto, el empoderamiento económico individual de la mujer y/o la participación en programas de microfinanzas grupales no se encuentra necesariamente ligado al empoderamiento social y político. Ganar un ingreso y encontrar tiempo para atender a reuniones grupales para transacciones de ahorro y crédito puede alejar a las mujeres de otras actividades 90 Ver Mayoux, L. (1999). Se ha reportado que este problema ha ocurrido a escala significativa en muchos programas en todos los talleres regionales facilitados por la autora. 91 Todos estos resultados se dieron a escala significativa en varios programas en todos los talleres regionales. 114

251 sociales y políticas; y la experiencia sugiere que cuando las reuniones se enfocan sólo en transacciones de ahorro y crédito, las mujeres generalmente desean reducir la duración y frecuencia de dichas reuniones. Las redes de mujeres existentes pueden encontrarse bajo fuerte tensión si sus propios pagos o los pagos de terceros o contribuciones de ahorros se convierten en un problema (Rahman, A. 1999). La contribución de los servicios financieros al empoderamiento social y político de la mujer depende mucho de otros factores, tales como actitudes del personal al interactuar con las mujeres y los hombres, los tipos y efectividad en la formación de capacidades, y los tipos de servicios de apoyo no financiero o la colaboración con otras organizaciones. Cuando las mujeres no pueden aumentar significativamente los ingresos bajo su control o negociar cambios en la desigualdad de género en el hogar y en la comunidad, las mujeres pueden hacerse dependientes de préstamos para continuar en ocupaciones de baja paga con cargas de trabajo más pesadas y disfrutando de pequeños beneficios. Para algunas mujeres las microfinanzas han sido ciertamente desempoderantes: El crédito también es deuda: Si el crédito está mal diseñado y utilizado, las consecuencias para los individuos y los programas pueden ser serias. La deuda puede conducir a empobrecimiento severo, abandono y poner tensión seria en las redes con otras mujeres. Los ahorros y pagos de pensión son consumo e inversión predeterminados: En muchos contextos, particularmente donde la inflación es alta, depositar efectivo en instituciones financieras puede no ser el mejor uso de los recursos de los pobres comparado con invertir en otros activos o directamente en medios de subsistencia. Primas de seguros, representan tanto consumo como inversión 115

252 predeterminados, pueden también perderse cuando alguna crisis impida que los pobres continúen haciendo sus pagos. Las transferencias de remesas reducen los fondos disponibles para los migrantes en el país anfitrión y pueden distorsionar los mercados locales y los patrones de consumo en el país receptor sin conducir al desarrollo económico local. La contribución de sólo las microfinanzas parece estar más limitada para las mujeres más pobres y en mayor desventaja (Ashe, J. and Parrott, L. 2001). Toda la evidencia sugiere que estas mujeres son las más probables de ser excluidas explícitamente de los programas y los grupos de pares en los que el pago es la consideración principal y/o donde el principal énfasis de los programas es en micro empresarios existentes 92. Finalmente, se ha hecho muy poca investigación sobre los impactos de género de los servicios financieros para hombres. Cualquier intervención financiera disponible para un miembro del hogar tiene el potencial de reforzar o desafiar las desigualdades existentes en formas que pueden contribuir a minar la pobreza y el potencial de otros miembros del hogar. Como se mencionó anteriormente, la investigación sugiere que los servicios financieros que tienen como objetivo a los hombres contribuyen menos al bienestar del hogar y a la seguridad alimentaría. Cuando los servicios financieros automáticamente consideran al hombre como la cabeza del hogar, pueden reforzar lo que con frecuencia son solo derechos informales que los hombres tienen sobre los activos del hogar, trabajo e ingreso. En otras palabras, pueden minar seriamente los derechos informales de la mujer. Como en otras áreas de desarrollo, dichos resultados pueden traer consecuencias no sólo para las mujeres y los hogares involucrados sino para la efectividad de la intervención y la sostenibilidad de las instituciones involucradas. 92 Las prácticas excluyentes de grupos y los impactos sobre el capital social son discutidos en Pairaudeau, N. (1996), van Bastelaer, T. (nd). La exclusión de mujeres de mujeres particularmente en desventaja es descrita por Pairaudeau, N. (1996) y ésta es con frecuencia una política explícita de las IMFs en la selección de cliente. 116

253 Abordar los temas de género requerirá por lo tanto un enfoque de justicia de género estratégico no sólo para la transversalidad de igualdad de género para el acceso, sino también estrategias para asegurar que este acceso se traduzca luego en empoderamiento y mayor bienestar en vez de la mera feminización de la deuda o la captura de ahorros femeninos para la sostenibilidad del programa financiero. Lograr las metas de igualdad de género y empoderamiento depende no solamente de expandir servicios financieros, sino del tipo específico de los servicios financieros que se ofrecen en diferentes contextos o programas. Dadas las limitaciones contextuales e institucionales, la justicia de género en los servicios financieros requiere de mucho más que aumentar el acceso de las mujeres a pequeños ahorros, préstamos y programas de micro seguros o a unos pocos productos diseñados especialmente para la mujer Servicios prestados a las mujeres Las personas más pobres, frecuentemente, necesitan servicios adicionales para acceder a créditos. Puede que tampoco tengan acceso a espacios seguros de ahorros que ofrezcan intereses a sus ahorros, o que también carezcan acceso a información relevante y actualizada acerca de los mercados más allá de su vecindario. Y, sobre todo, puede que desconozcan las distintas tipologías de servicios financieros que podrían volver más rentables sus negocios. Los intermediarios microfinancieros pueden proporcionar gran variedad de servicios a sus clientes, como por ejemplo: Crédito Servicios de depósito (voluntarios u obligatorios) Seguros (salud, vida, jubilación, etc.) Tarjetas de crédito Capital de riesgo Servicios de creación de negocios 117

254 Alquiler-compra para los más pobres Los detalles acerca de algunos de los servicios antes mencionados (varios de los cuales se encuentran todavía en fase embrionaria para los clientes de escasos recursos) se describen en los párrafos 118

255 3. La política en acción y el impacto de las microfinanzas Reducción de la pobreza La mayoría de los servicios financieros oficiales no están al alcance de los pobres. Un análisis de las actividades microfinancieras con una perspectiva socioeconómica y de género puede contribuir a focalizar las actividades microfinancieras para los pobres o para los grupos sociales marginados. En este punto se discute que facilitar la opción y el acceso a servicios financieros tales como ahorros, créditos u otros, pueden potenciar el nivel de ingresos, el trabajo autónomo productivo y la posibilidad de ahorro para los más pobres en tiempos de crisis. Sin embargo, forma parte del consenso que la complejidad de las restricciones que la pobreza y la desigualdad imponen, convierte a la microfinanzas en tan solo un elemento en el enfoque de erradicación de la pobreza. Esta documento pretende incidir en la demostración de que la microfinanzas es simplemente un instrumento muy útil que permite a empresarios con rentas bajas acceder a servicios financieros y no financieros, y no que sean de por sí un ingrediente mágico para la reducción de la pobreza (Mayoux, 1997). Se parte de la aplicación de algunos instrumentos de análisis de género que ayudan a las iniciativas microfinancieras a definir de forma más clara las necesidades de sus clientes, de manera que estas actividades puedan contribuir a la reducción de la pobreza. Aunque muchos estudiosos y agencias del desarrollo han notado una tendencia aparente hacia la "feminización de la pobreza", la medición del grado en el cual esto está ocurriendo presenta muchos desafíos. Ya que la mayoría de los métodos para medir la pobreza evalúan el nivel de pobreza del hogar en su conjunto, es probable que la pobreza que la mujer experimenta como resultado de la discriminación en su contra dentro de sus hogares no se reporte en gran medida. Además, Badén y Milward notan que "aunque las mujeres no siempre son más 119

256 pobres que los hombres, debido a la base más débil de sus derechos, ellas son, por lo general, más vulnerables y, si son pobres, pueden tener menos opciones en términos de escape". Al proporcionar acceso a financiamiento para actividades remunerativas, las instituciones microfinancieras pueden reducir significativamente la vulnerabilidad de las mujeres a la pobreza. Dicha reducción puede en ocasiones también traducirse en el empoderamiento, si la mayor seguridad financiera permite a la mujer convertirse en una persona más segura en el hogar y en los asuntos de su comunidad. Las mujeres son las más pobres entre los pobres Generalmente se reconoce que las mujeres están desproporcionadamente representadas entre las personas más pobres del mundo. En su Informe sobre el Desarrollo Humano, la UNDP reportó que 70% de los 1.3 miles de millones de personas que viven con menos de $1 dólar diario son mujeres.10 De acuerdo a la base de datos estadísticos sobre género del Banco Mundial, la tasa de desempleo es más alta entre las mujeres que entre los hombres en prácticamente todos los países. En general, las mujeres comprenden también la mayoría de quienes reciben menores ingresos y forman los sectores informales no organizados de la mayoría de las economías. Estas estadísticas se emplean para justificar la prioridad otorgada a dar a la mujer mayor acceso a los servicios financieros, con base en que la mujer tiene una desventaja en relación con el hombre. En todo lo anterior la transversalidad de género y el empoderamiento de la mujer se puede lograr ampliamente a través de un mejor diseño de servicios financieros sostenibles financieramente y la formación de capacidades existentes. Muchas mujeres de hogares que se encuentran justo por debajo o encima de la línea de pobreza, en combinación con los otros recursos a su disposición, pueden dar pasos significativos de avance si se les da un campo de acción al mismo nivel que a los hombres. 120

257 Sin embargo hay retos específicos cuando se está trabajando con las mujeres más pobres. Estos retos no solo incluyen pobreza sino también dimensiones específicas de género: Niveles más bajos de alfabetismo Niveles más bajos de acceso a y control de recursos inclusive activos "específicos femeninos" como joyería que puede complementar los servicios financieros como insumos para actividades económicas Niveles más bajos de acceso a redes y recursos humanos que pueden ayudar y apoyar Mayor vulnerabilidad a la explotación sexual y al abuso a nivel comunal, de no ser a nivel doméstico. Esto significa que es crucial desarrollar mejores herramientas de evaluación de la pobreza para incorporar estas dimensiones de género de vulnerabilidad y pobreza, y que las necesidades específicas de las mujeres más pobres sean tomadas en cuenta en el desarrollo de producto, investigación de mercado, educación financiera, protección al consumidor, etc, (ver anteriormente). Una metodología innovadora que esta siendo promovida por el programa WEMAN en Oxfam Novib es la metodología Gender Action Learning System (GALS) que aplica procesos participativos y herramientas de diagramas para la justicia de género 93. GALS tiene como objetivo 'la transformación económica, social y política constructiva para la justicia de género - empoderando a mujeres y hombres, como individuos y colectivamente, para recolectar, analizar y utilizar información sobre relaciones de género y pobreza para mejorar y ganar mayor control sobre sus vidas a niveles micro y macro'. Es un medio de incluir a las mujeres y hombres 93 Se basa en una metodología genérica Participatory Action Learning System (PALS) desarrollada por Linda Mayoux con Kabarole Research and Resource Centre, GreenHome and Bukonzo Joint en Uganda, ANANDI en India, Kashf y Taraqee Foundation en Pakistán y Learning for Empowerment against Poverty (LEAP) en Sudán. Ver detalles y manuales anteriores en y Orglearning/PALS/PALSIntro.htm. PALS a su vez toma de metodologías como Appreciative Enquiry, PRA, REFLECTy concientización de Paulo Freire; para información general y antecedentes de la metodología ver Mayoux, L. (2006) 121

258 más pobres que no han aprendido a leer y escribir como socios informados y respetados en los procesos de planificación participativa. La metodología se orienta a desarrollar habilidades y estructuras para aprendizaje de pares en vez de la 'facilitación del experto'. También desarrolla las habilidades analíticas, participativas, de escucha y comunicación de las instituciones y de los hacedores de políticas para aumentar la efectividad de las intervenciones a favor de los pobres, así como su propia planificación personal. En la actualidad incluye un módulo básico de Planificación de Vida, uno más profundo sobre Medios de Subsistencia, Mercados y Desarrollo de la Cadena Productiva, y se ha planificado un Módulo para investigación de género guiado por la comunidad para la abogacía. A menudo se afirma que las instituciones de microfinanzas que trabajan con clientes muy pobres o en lugares donde hay mucha pobreza deben ser subsidiadas. Sin embargo, las instituciones de microfinanzas orientadas a los sectores pobres no merecen automáticamente recibir subsidios. Los subsidios podrían ser admisibles para proyectos piloto cuyas actividades impliquen un costo inicial elevado o si existe la posibilidad de que el rendimiento no sea captado por el innovador sino por sus sucesores. La justificación de los subsidios depende de factores tales como el costo real de operación en la zona, la presencia de instituciones de microfinanzas que compitan entre sí y los efectos de los programas en la reducción de la pobreza en comparación con otras intervenciones para aliviar la pobreza. Además, los subsidios tienen algunas desventajas: pueden crear problemas políticos y socavar a instituciones de microfinanzas sostenibles. Hasta ahora, los indicios del efecto del microcrédito en la pobreza no son concluyentes. En la mayoría de los estudios del impacto se usan métodos débiles que no tienen en cuenta el efecto de factores que no sean el crédito o las 122

259 diferencias iniciales entre prestatarios y no prestatarios, y no se hace una distinción entre los pobres y las personas que no son pobres. Según algunos estudios de instituciones de microfinanzas de todo el mundo, los microempresarios que están por debajo del umbral de pobreza presentan un porcentaje menor de aumento de los ingresos después de obtener préstamos que los que están por encima del umbral de pobreza, pero eso no se ha observado en América Latina. También se ha comprobado que los que están por encima del umbral de pobreza, pero a usar préstamos para consumo en mayor medida que las personas que están por encima del umbral de pobreza, de modo que sería lógico esperar un aumento menor en sus ingresos. La mayoría de las evaluaciones del impacto se centran en la generación de ingresos por medio del microcrédito. No obstante, el aumento de los ingresos es un efecto indirecto, y no siempre es el propósito principal de un préstamo. Se han realizado pocas evaluaciones de los efectos directos de las microfinanzas, como la mejora de la administración del dinero, que es una justificación importante de las microfinanzas. Al evaluar los efectos directos de las microfinanzas se debería examinar la relación entre clientes y servicios, así como la solidez financiera de las instituciones de microfinanzas, y hacer una distinción entre préstamos y servicios de ahorro. Son demasiado altos los intereses que cobran algunas instituciones de microfinanzas. Una preocupación que se expresa con frecuencia en relación con las microfinanzas es que las tasas de interés que se cobran por los préstamos son demasiado altas y no permiten que los clientes obtengan suficientes ingresos y crezcan. No obstante, se ha observado que los costos financieros constituyen una parte insignificante de los costos de las microempresas. Además, se ha comprobado que los costos de transacción no financieros son tan importantes para los microempresarios como los costos financieros. A fin de mantener su alcance, las instituciones de microfinanzas necesitan cobrar intereses suficientemente altos. Como sus préstamos son pequeños, los costos de 123

260 operación son altos. Una competencia adecuada en el mercado de las microfinanzas ayudará a bajar los costos de operación y las tasas de interés. Cuáles son los méritos relativos del ahorro en pequeña escala en contraposición a los préstamos? Se ha comprobado que los pobres tienen tanto la capacidad como el deseo de ahorrar y que las trabas que crean ciertas normas e instrumentos obstaculizan la movilización del ahorro más que las preferencias de los pobres con respecto al ahorro. Algunos principios importantes para planes de ahorro en pequeña escala son la conveniencia y la seguridad, la disponibilidad de una amplia gama de servicios de ahorro con distintos grados de liquidez y rendimiento, un saldo mínimo obligatorio bajo y tasas de interés competitivas. Además de ser un servicio útil que la gente de bajos ingresos necesita, el ahorro puede mejorar la capacidad crediticia de los pobres y la sostenibilidad de las instituciones de microfinanzas. Sin embargo, no hay indicios de que el ahorro sea el único servicio financiero que necesitan los microempresarios. El ahorro, el crédito y el seguro tienen usos ligeramente diferentes para los pobres, y la disponibilidad de los tres servicios puede ayudar a reducir la pobreza. El borrador de la declaración de la Cumbre de Microcrédito que se llevó a cabo en Washington en propuso el microcrédito como instrumento eficaz en la lucha para la erradicación de la pobreza y la dependencia económica. El Grupo Consultivo de Ayuda a los más Pobres (CGAP) constituye una iniciativa de multidonaciones establecida por el Banco Mundial para la reducción de la pobreza, a través de la concentración de recursos orientados hacia el sector microfinanciero de los más pobres (CGAP, 2000). El CGAP fue creado en 1995 con un fondo de aproximadamente 35 millones de dólares EE.UU. El CGAP ha decidido que sus principales clientes sean los pobres para que puedan gozar de 94 Cuando tuvo lugar la Cumbre muchos agentes microfinancieros deploraron la elección de la denominación Cumbre de Microcrédito. Discutían el hecho que los empresarios con rentas bajas necesitaban ahorros tanto como necesitan créditos, o incluso más, y que la microfinanzas es un término más amplio y que también cubre otros servicios financieros no disponibles para los más pobres, tales como seguros e hipotecas. Muchos agentes también se declararon contrarios a que la Cumbre se centrara en el crédito, sosteniendo que el crédito no debe considerarse como una panacea para reducir la pobreza, sino como un instrumento que puede ayudar a reducirla 124

261 un mejor acceso al crédito (el CGAP se concentra en el crédito y no en los servicios financieros), e insiste con énfasis en llegar a los pobres, con particular atención a la mujer pobre. La pobreza no es tan solo un fenómeno económico y cuantitativo sino que está integralmente relacionada con los asuntos estructurales de un determinado país. Recientemente, han sido temas de discusión la provisión de servicios financieros a los más pobres y la capacidad e impacto que esos servicios tienen en la reducción de la pobreza (Johnson y Rogaly, 1997). Los pobres no son una masa homogénea, son un grupo heterogéneo de consumidores, productores, economizadores, inversores, innovadores y agentes económicos adversos al riesgo (Remenyi, 1997). La pobreza, desgraciadamente, es también un fenómeno creciente. Se estima que aproximadamente un billón de personas viven en una extrema pobreza, con menos de 1 dólar al mes. Las diferencias entre los topes más altos y los más bajos del 20% de la población mundial fue calculada comparando el PNB de los países con mayores y menores rentas per cápita. En 1993 la proporción era de 60 por 1; en 1998 aumentó a 74 por 1. Se estima que la disparidad de ingresos será de 150 por 1 en el año 2000 (Baker y Nordin, 1999, citado en Ricupero 1999). Se ha demostrado que algunos aspectos de la pobreza pueden tener sus orígenes en las desigualdades entre hombres y mujeres. Efectivamente, el riesgo de empobrecimiento de las mujeres puede ser mayor que el de los hombres en tres aspectos (Moghadam, 1996 y Chant 1997): 1. Estar en desventaja respecto a los derechos y a las capacidades. 2. Tener un peso mayor de trabajo y menores retribuciones. 3. Enfrentar restricciones tanto respecto a la movilidad ascendente como a la movilidad geográfica, debido a barreras culturales, legales y del mercado del trabajo. 125

262 Recientes estudios sugieren que los créditos microfinancieros aportan mayores beneficios a las personas que están apenas por debajo del nivel de pobreza que para aquellas que están mucho más abajo, y que las personas más pobres han quedado a veces peor de como estaban (Hulme y Mosley, 1996). Por lo tanto, en realidad, no debemos exagerar el poder de la microfinanzas y de la asistencia relacionada con ellas, sobre todo si se ignoran asuntos estructurales vitales que pueden ser más pertinentes a largo plazo en la mejoría de las situaciones de ciertos grupos con niveles socioeconómicos más bajos. La mitigación de la pobreza raramente es un asunto simplemente relacionado con mejorar el acceso a los servicios financieros. Por una parte, se ha reconocido que si se proporcionan las oportunidades a hombres y mujeres con bajos ingresos para desarrollar su negocio, podrían invertirse las condiciones predeterminadas de pobreza heredada. Por otra parte, es necesario combinar estrategias para reducir la pobreza a nivel local con estrategias sectoriales con los intermediarios que trabajan con los pobres y a nivel macro. La cuestión ahora es cómo y de qué manera combinar eficazmente tales estrategias Impacto en las relaciones familiares. La premisa de que algunos aspectos de la pobreza puedan tener su origen en las desigualdades entre hombres y mujeres, requiere que se considere el significado del término género. Las mujeres y los hombres tienen diferentes responsabilidades en una determinada cultura o localidad. En algunos países, por ejemplo, cuando nos referimos a agricultores, se asume que se trate de hombres, sin embargo, en muchos países son las mujeres las que están involucradas en el trabajo de las fincas y son, por consiguiente, en realidad ellas los agricultores. Un agricultor puede ser, por lo tanto, masculino o femenino. El género se refiere al rol social de las mujeres y de los hombres y no debe confundirse con el sexo biológico de hombre y mujer. El género es, por lo tanto, un 126

263 concepto relacional que analiza los roles de las mujeres respecto a los hombres y viceversa. Desde muy pronto aprendemos nuestros roles de género. Pero dichos roles no son estáticos; por ejemplo, las mujeres pueden desempeñar trabajos masculinos y los hombres ocuparse del cuidado de los niños. Los roles varían en relación a la localización geográfica y de las circunstancias socioeconómicas y políticas. En el pasado, muchas intervenciones de crecimiento, tomando como ejemplo las finanzas domésticas, asumían que el dinero que se ingresaba en un hogar se destinaba al beneficio común de sus miembros. En algunas culturas, las mujeres manejan el dinero para los pequeños gastos del hogar, mientras los hombres manejan los ingresos para asuntos mayores; en otras culturas, los ingresos de hombres y mujeres están completamente desligados y, cuando se requiere dinero para adquirir algo, existe un sistema de negociación entre hombres y mujeres en esa caja negra denominada hogar. Los roles de género están influenciados por las representaciones, percepciones y expectativas derivadas de diferentes factores, como la clase social, la edad, la etnia y la religión. A propósito de dinero y religión, como ejemplo, en algunas culturas budistas se considera humillante manejar dinero, y así, su manejo es responsabilidad de la mujer a causa de su estatus inferior. En algunas culturas islámicas, los hombres pueden controlar las finanzas familiares y encargarse de comprar todo lo necesario para el hogar. Tales diferencias sociales relativas a los hombres y a las mujeres, a través de regiones y culturas, pueden denominarse diferencias o desigualdades relacionadas con el género. El análisis de género es un método sistemático para el estudio de los diferentes impactos en el desarrollo de actividades entre hombres y mujeres y, normalmente implica separar la información y los datos según el sexo (o por etnia, nivel de ingresos, edad, etc.). Requiere, además, comprender cómo está dividido y valorado el trabajo en un determinado contexto cultural. La planificación del 127

264 desarrollo podría ser más efectiva si estuviese basada en la comprensión de las relaciones sociales y de género, a través de las cuales se organiza la producción y se cubren las necesidades. El análisis de las cuestiones de género, dado que los roles de las mujeres y los hombres divergen en culturas, localidades y contextos diferentes, nos ayuda a formular las preguntas para evitar suposiciones incorrectas acerca de los roles y actividades de mujeres y hombres. El análisis de género nos ayuda a formular las cuestiones sobre las relaciones entre mujeres y hombres, que no viven aislados unos de otros. Por ejemplo, si un programa de microfinanzas tiene como objetivo específico a las mujeres, los hombres pueden manipularlo de modo que los préstamos desembolsados a nombre de las mujeres sean utilizados para otros fines. Por ende, además de considerar los roles estáticos de hombres y mujeres, debemos intentar percibir también la dinámica de las relaciones entre mujeres y hombres y, de qué manera la iniciativa microfinanciera pueda alterar sus roles y, si ello afectaría las operaciones microfinancieras. De hecho, tomando como ejemplo otra vez las finanzas domésticas, el análisis de las cuestiones de género demuestra que no podemos planificar actividades microfinancieras partiendo de la idea que en la unidad familiar las decisiones se basen en un patrón o modelo unitario. En el modelo unitario se considera que sólo uno de sus miembros puede tomar decisiones (Becker, 1981) y da por supuesto, respecto a la distribución de los recursos, que dicho miembro es altruista. Sin embargo, esto no debe considerarse la norma, pues se demostrado por la composición real de los hogares: la utilización de los recursos y la toma de decisiones son mucho más complejos y, no implica necesariamente que una vez que los recursos entren en el hogar se 128

265 dividan equitativamente. El acceso a los recursos del hogar sigue, con frecuencia, normas culturales complejas que implican sistemas de negociación entre marido y mujer. Las distintas maneras en que hombres y mujeres utilizan el dinero del hogar es objeto de muchas implicaciones políticas y programáticas. Diversos estudios de caso han demostrado que un incremento de los ingresos recibidos por parte de la mujer implica una mayor división del gasto familiar destinado al capital humano y a mejorar los índices nutricionales (Haddad, 1999). Un grupo de mujeres en Yerevan, Armenia, informó a las autoras en mayo del 2000, que creían que las mujeres de su país eran más capaces de adaptarse a las condiciones de transformación del mercado y de emprender iniciativas de libre empresa como único recurso para el sustento de sus familias. En una situación de desempleo endémico tan grande, estimado en más del 40% de la fuerza laboral, los hombres, tradicionalmente el perno y sustento de la sociedad armena., no parece que posean la misma rapidez que las mujeres en asumir la transformación de sus roles de empleados estatales e iniciar su propio negocio. Con el acceso a servicios financieros ofrecidos por algunas instituciones de microfinanzas, muchas mujeres han asumido su nuevo rol dando inicio a sus operaciones de negocios en los últimos dos años; se han convertido así en pequeñas comerciantes, pequeñas productoras y proveedoras de servicios. Varias clientes de la microfinanzas sustentan ahora a sus familias. Algunas sostienen que preferirían volver a ser empleadas, pero desde el momento que esa ha dejado de ser una opción, están satisfechas de ganar dinero como microempresarias Un reciente estudio de mercado dio como resultado que existen más de potenciales clientes microfinancieros en Yerevan. Hasta la fecha, dos instituciones de microfinanzas ofrecen sus servicios a este mercado con resultados positivos. Sus clientes actuales han llegado a ser más de 4 000, es decir, un poco menos del 20% del mercado estimado. Trabajan principalmente con grupos de mujeres de solidaridad. 129

266 Aunque el análisis del impacto de la microfinanzas en los microempresarios e, implícitamente en las mujeres, sea todavía escaso, han surgido algunas observaciones que señalan el hecho de que las mujeres aumentan su participación en el trabajo doméstico cuando llevan a cabo una actividad adicional remunerada. En la planificación de programas de microfinanzas, este hecho puede conllevar complicaciones si las mujeres ya están sobrecargadas respecto a sus roles en la unidad familiar. 3.3 Erradicación de la violencia de género. Acción Colectiva Sobre Violencia Doméstica En los programas de microfinanzas del Community Development Centre (CODEC) en Bangladesh y el Cameroon Gatsby Trust (CGT), hombres y mujeres forman grupos de un solo sexo que luego forman parte de federaciones de sexos mixtos. La política de género organizacional apoya la igual representación en liderazgo a nivel de federación. El espacio separado para la discusión femenina ha significado que se levanten temas como la violencia doméstica y divorcios injustificados. Estos casos son tomados por las mujeres líderes y discutidos en las reuniones mixtas, con el apoyo del personal del programa 96. Negociación local por mujeres, Bangladesh El proyecto "Agricultural Development and Intensification Project" (ADIP) trabaja con organizaciones no gubernamentales locales que organizan grupos de ahorros y créditos. Estos grupos se enfocan mayormente en mejorar los aspectos de generación de ingresos entre agricultores sin tierras, casi sin tierras, marginales y pequeños agricultores; familias lideradas por mujeres; y mujeres destituidas. Un gran número de mujeres han utilizado préstamos para comprar activos, en particular tierras (45 por ciento de las mujeres). Muchas mujeres han negociado 96 Fuente: ACCIÓN COLECTIVA SOBRE DERECHOS A LA TIERRA 130

267 acceso a tierras con sus esposos ya que ellas se han prestado el dinero, tiene el derecho de registrar la propiedad a su nombre. Negociación local con líderes, Ghana El proyecto " Land Conservation and Smallholder Rehabilitation Project "(LACROSEP) es un proyecto de préstamo grupal orientado a la pobreza auspiciado por el fondo "International Fund for Agricultural Development". LACOSREP trató de empoderar a la mujer mejorando su acceso a tierras con irrigación y a crédito. Debido a que los patrones tradicionales de uso y propiedad de la tierra limitaban el acceso de la mujer a terrenos con irrigación, el proyecto significó una amenaza a la estructura de poder tradicional. Luego que el personal del proyecto negoció con los "tindanas" (propietarios de las tierras), jefes tradicionales, esposos, y líderes masculinos, el acceso de las mujeres a tierras con irrigación cambio notablemente, aun cuando las parcelas de mujeres siguen siendo un cuarto del tamaño de las de los hombres. Acción colectiva, India. Un proyecto en Orissa bajo la protección de "Integrated Rural Development of Weaker Sections" en la India y "Women-lntegrated Development Agency" (IRDWSI/WIDA) ayuda a las mujeres a organizar grupos de ahorros y créditos y a hacer campaña sobre temas de importancia para ellas. Luego de campañas sobre igualdad de salarios y en contra del alcoholismo, las mujeres clamaron, "All Women Are Landless" (Todas las mujeres son desposeídas de tierras), no sólo las mujeres tribales y las de casta baja, sino la mayor parte de las otras, inclusive si el hombre en el hogar tiene tierras. Las mujeres solicitaron al Recaudador del Distrito obtener títulos de propiedad para tierras demarcadas para distribución por el gobierno. Luego de escrutinar las regulaciones del gobierno, emitió títulos individuales a 127 mujeres de 16 pueblos. En un pueblo llamado Banguruguda, acres de terreno baldío de la municipalidad fue asignado a mujeres, un político local que clamó la propiedad debido a que él había estado cultivando la tierra. Rápidamente las mujeres acordaron renunciar a la propiedad y requirieron 131

268 al gobierno que les asigne otro pedazo de terreno cultivable en la vecindad. Cuando llegaron las elecciones municipales, el político local, que anteriormente siempre había ganado, perdió su puesto. Las mujeres habían votado en su contra. "All Women Are Landless" se convirtió en un slogan apremiante y tema movilizador entre las mujeres y estableció a grupos de mujeres como una fuerza poderosa en el área. El cabildeo de las mujeres sin tierra tuvo como resultado la alocación de más de 4,230 acres en 54 pueblos para cultivo colectivo 97. En el campo de la microfinanzas, la evidencia creciente de que las tasas de amortización son mayores entre las mujeres, ha hecho que algunos intermediarios microfinancieros tengan como objetivo a las mujeres. Parece evidente que las pequeñas cantidades de préstamo de la microfinanzas se adaptan más fácilmente a las mujeres que a los hombres; además, las mujeres en algunos países tienen menor movilidad que los hombres y así no tenderán a coger el dinero y a huir 98. De todas formas, existen problemas inherentes al enfoque orientado únicamente a las mujeres que pueden, al contrario de lo que cabría esperar, agravar las desigualdades de género. A causa de sus diferentes roles, hombres y mujeres tienen distintas necesidades respecto a los servicios financieros y un diferente acceso a las infraestructuras que apoyan su generación de ingresos o los esquemas de expansión de negocios. Una vez más, sin embargo, es necesario resaltar que ni los hombres, ni las 97 Fuente: Para Bangladesh, ver Kelkar, Nathan, and Jahan (sin fecha); y para Ghana, ver y para Nepal, ver html/eksyst/doc/prj/region/pi/nepal/nepal.htm; y para la titulación de la tierra en la India ver 98 Rahman (1998) ha elaborado algunas generalizaciones acerca del comportamiento de los hombres y las mujeres en lo que se refiere a los servicios financieros. Las mujeres tienden, según el autor, a comportarse de acuerdo con un modelo cultural, por ejemplo, tienden a ser más sensibles respecto la hostilidad verbal de los empleados bancarios y de los compañeros de grupo cuando surgen dificultades en los pagos de las deudas. El estigma de no lograr pagar las deudas puede ser todavía más grave si hay colectas para los pagos durante las reuniones de grupo. Rahman sostiene que las mujeres son más sensibles porque su fracaso en el pago de deudas se refleja negativamente en su familia y su linaje, mientras los hombres muestran una postura más despreocupada. 132

269 mujeres (ni siquiera los más pobres) son un grupo homogéneo y no debe tratarse como tal. Las mujeres, por ejemplo, pueden ser viudas, solteras, recién casadas, jóvenes, empleadas, del campo, de la ciudad, estar embarazadas, etc. De igual manera los hombres pueden clasificarse según su estado civil, edad, nivel de ingresos, estado de salud. Los ahorros, por ejemplo, son muy importantes tanto para hombres como mujeres de bajos ingresos. Los ahorros son particularmente importantes como red de seguridad para las madres solteras o las mujeres que tengan un futuro incierto. Se ha comprobado e ilustrado, recientemente, que cuando los programas de microfinanzas se dirigen a las mujeres, éstas funcionan como una fachada para los hombres que quieren tener acceso al crédito (Haddad, 1999; Goetz y Sen- Gupta 1996). Los motivos que llevan a una mujer a ser una deudora substituta pueden derivar de su habilidad en ayudar a su marido, los hijos u otros familiares, a alcanzar una mejor posición social y una mejor perspectiva económica. De hecho, contraer préstamos u otro tipo de servicio financiero, raramente se obtiene de manera individual. En el contexto del Grameen Bank, Goetz y Sen-Gupta (1996) llegaron a la conclusión de que la mayoría de las mujeres deudoras que aparecen en su estudio, no controlaban ni los préstamos recibidos, ni los ingresos producidos por sus microempresas. Un número significativo de préstamos femeninos era, en realidad, controlado por los familiares masculinos que habían utilizado a las mujeres como fachada para obtener los créditos. Existe la posibilidad de que la centralización de créditos únicamente en las mujeres pueda ponerlas en una situación de riesgo de abuso doméstico, cuando se ven forzadas a actuar como cobertura para otros que están excluidos del acceso a esos créditos. Los préstamos, en algunos casos, han sido utilizados por los hombres para montar empresas en las cuales las mujeres pueden ejercitar poco control; en otros casos, existe el temor de que un pequeño aumento de los ingresos femeninos pueda provocar una baja en la coparticipación masculina en ciertos gastos de la familia (Mayoux, 1997). Se presume frecuentemente que, 133

270 como las mujeres están involucradas en las transacciones financieras rurales, son ellas quienes controlan los préstamos. Queda la cuestión de averiguar cuál es la mejor manera de garantizar que las mujeres mantengan el control suficiente de sus préstamos, inviertan en aquellas actividades más rentables (que pueden estar controladas por los hombres), y mantengan, asimismo, el control sobre los lucros de la inversión (Binns, 1998). En otros casos, los programas de microfinanzas focalizados exclusivamente en el rol económico/productivo de la mujer, o sea, en su capacidad para ganar dinero, han significado una carga de trabajo más pesada para las mujeres (Mayoux, 1997), con un aumento de la presión de trabajar por el dinero, simplemente porque han sido etiquetadas por su potencial capacidad para rembolsar los préstamos. Por tanto, el impacto de las actividades microfinancieras no puede deducirse simplemente de la utilización de los servicios financieros o de la capacidad de reembolso por parte de las mujeres. No se puede asumir ingenuamente, en conjunto, que el aumento de ingresos de la familia se traduzca necesariamente en un aumento de control sobre esos ingresos, en un aumento del bienestar familiar o, en cambios respecto a otros aspectos de las desigualdades de género (Mayoux, 1995). Es importante tener presente que hombres y mujeres viven juntos y mantienen relaciones y negociaciones complejas. Por otro lado, los programas focalizados en mujeres pueden estar -y estánjustificados, pues para abordar las causas estructurales de las desigualdades de género a largo plazo, centrarse en las mujeres puede resultar el punto de entrada más fácil para hacer que los programas funcionen y, de paso, aumentar la conciencia de género. Por ejemplo, si la mujer va a una reunión de grupo de préstamos y no tiene la posibilidad de pagar el suyo porque su marido se llevó el dinero para comprar alcohol con sus amigos, o si ella no puede ir a vender sus productos al mercado porque su marido la golpea, por el simple hecho de formar parte del grupo, la mujer adquiere más confianza para discutir sus problemas a nivel de grupo y pueden surgir así formas de lidiar con los problemas. Este tipo de 134

271 problemas no son raros y la presión de la sociedad puede constituir un freno para que los hombres dejen de golpear a sus mujeres (Johnson, 2002, com. personal). Por tanto, la incapacidad de la mujer de poder pagar sus préstamos se examina en el contexto más amplio de las relaciones entre hombres y mujeres y el ámbito social. En cambio, las intervenciones focalizadas exclusivamente en mujeres pueden acabar procurando resentimientos entre los hombres y no tener éxito por no haber tomado en cuenta las relaciones entre los sexos. El género y las mujeres no son términos intercambiables. Incorporar las cuestiones de género es una tarea analítica que requiere una evaluación respecto a cómo el género, entre otros factores, contribuye al desarrollo de una tendencia específica, de un problema o al potencial resultado de las intervenciones. La razón por la cual el análisis de las cuestiones de género acaba a menudo levantando discusiones sobre las presiones sufridas por las mujeres, reside en que es a través de ese análisis que la desigualdad se pone en evidencia. Sin embargo, en muchos países puede aún existir la necesidad de focalizar los programas, la legislación y las políticas específicas en las mujeres, porque ellas tienen menos alternativas que los hombres en términos de acceso al crédito o a otros servicios financieros. Por esta razón, muchos de los ejemplos y sugerencias que aparecen en esta guía defienden la discriminación positiva hacia las mujeres (por ej.: focalizada en las mujeres) en situaciones donde el análisis de las cuestiones de género indica que las mujeres son un grupo social marginado o descuidado. En resumen, los programas de microfinanzas que se centran en la mujer aisladamente, pueden no ser sensibles al género, porque abordar asuntos de género en las intervenciones de microfinanzas significa mucho más que programar o calcular el número de préstamos contraídos por las mujeres: requiere la adopción de un enfoque más orientado hacia el cliente. Por ejemplo, un enfoque de género debe implicar el análisis de la posición socio-económica de la familia y 135

272 de la comunidad, tanto de los hombres como de las mujeres. Un enfoque de género también deberá implicar la investigación sobre cómo se refuerza a través de las instituciones con las que tratan, la posición socio-económica de hombres y mujeres, y de cómo el nivel nacional de leyes y de costumbres gobiernan la posición económica de hombres y mujeres (Johnson, 1999). Por esta razón, esta guía no se centra únicamente en los asuntos de género a nivel del cliente (o de campo), sino que también cuestiona el modo en que los asuntos de género se integran en los intermediarios que ofrecen servicios microfinancieros y dentro del contexto político nacional. Nada de lo anterior implica que los servicios financieros deberían de cesar de tratar de alcanzar a la mujer; la mujer tiene derecho a igual acceso a servicios financieros y eliminación de todas las formas de discriminación de género por parte de los proveedores de servicios financieros. Este derecho es propugnado en los acuerdos internacionales sobre derechos de la mujer y en las políticas nacionales de igualdad de oportunidades. Significa, más bien, que el diseño de productos y servicios que no toma en cuenta el género no es suficiente, y que la preocupación por la justicia de género debe ser parte integral de la provisión de servicios financieros, como lo son las preocupaciones por la pobreza y sostenibilidad financiera. Abordar adecuadamente los temas de género en microfinanzas requiere un enfoque de justicia de género estratégico orientado a la mujer y que busque activamente no solamente aumentar la igualdad de acceso de la mujer, sino trasladar este acceso al empoderamiento y permitir a la mujer desafiar la desigualdad de género. También requiere la transversalización de las preocupaciones de género en los servicios financieros y en otros servicios para hombres para alentar los cambios en actitudes de género y comportamiento. 136

273 Esto es necesario no sólo para las mismas mujeres, sino como una parte integral de cualquier servicio financiero que tenga como meta hacer una contribución significativa al crecimiento económico y a la reducción de la pobreza. Lo que ha sido preocupante en debates hasta hace poco es la forma en que diferentes presupuestos, metas y políticas han sido confundidos 99. Acompañando el rápido crecimiento del acceso de las mujeres a las microfinanzas, ha habido un progresivo estrechamiento de las definiciones de empoderamiento y reducción en el financiamiento de estrategias explícitas para lograrlo. La orientación femenina a pequeños ahorros y programas de préstamo ha sido en muchos casos un substituto de la política de género. A pesar de todas las evidencias discutidas anteriormente, el número de nombres de mujeres en préstamos y registros de ahorros sigue tomándose como prueba de beneficios para la mujer. La interpretación de 'género' como 'mujer y hombre', como se aboga en muchas intervenciones de capacitación sobre género, no ha conducido a estrategias que lleven a los hombres al proceso de cuestionar las desigualdades de género que ponen en desventaja a las mujeres. Por el contrario, ha conducido a cuestionar cualquier acción positiva para proteger los intereses de las mujeres en base a que es discriminatorio. Adicionalmente, la preocupación predominante para la sostenibilidad financiera ha llevado a cortar la mayoría de servicios no financieros, incluyendo capacitación sobre género y empresa. Debido a que las mujeres en los hogares en que los hombres son proveedores han podido originar mejoras significativas en su condición y posición en el hogar y en la comunidad, se presupone sin fundamento de que ninguna mujer necesita apoyo para crear cambios. A pesar de que el empoderamiento de la mujer es un 99 Como se ha discutido anteriormente y ha sido esbozado por la autora en otros documentos, por ejemplo, Mayoux 2000, estos presupuestos, metas y políticas pueden ser vistos en términos de tres paradigmas en competencia: el paradigma de la sostenibilidad financiera, el paradigma de alivio de la pobreza y paradigma de empoderamiento femenino. 137

274 objetivo establecido en la retórica de la política de género oficial y la promoción de programas, en la práctica sigue estando subsumido en, y marginalizado por, inquietudes de sostenibilidad financiera y/o alivio de la pobreza. Esta marginalización de, y con frecuencia hostilidad abierta contra, los temas de género hace perder la importante contribución que la equidad de género y el empoderamiento de la mujer pueden hacer tanto al sector de servicios financieros como al desarrollo en general. Como se mencionó anteriormente, la información del Boletín de MicroBanking e investigaciones recientes del Banco Mundial de la Mujer indican que la focalización en la mujer puede disminuir con el actual crecimiento de escala y la comercialización 100. Sin embargo, un documento interesante de Susy Cheston presenta evidencia que apoya la exigencia de que enfocarse en la mujer es beneficioso inclusive en términos comerciales 101. Por otra parte, numerosos estudios han mostrado que la atención a temas de género aumenta las posibilidades de éxito de la mayoría de proyectos, y esto incluye las microfinanzas. 102 El no poner atención seria a las estrategias de género, hace perder una oportunidad importante para discutir las muy positivas innovaciones de género que se están llevando a cabo en relación a políticas organizacionales, productos, servicios no financieros, participación del cliente y políticas a nivel macro de la organización, y promoverlas como una parte integral de la Buena Práctica en el sector como totalidad. Las formas en las cuales la equidad de género y el empoderamiento de la mujer pueden ser promovidos de manera más efectiva difieren entre proveedores de servicios financieros, dependiendo del tipo de institución financiera, contexto y capacidades. Existen un cierto número de listas de verificación para programas 100 Cheston 2006; Frank, C., Lynch, E. and Schneider-Moretto, L. (2008). 101 En 2004 un estudio de la organización Americana Catalyst encontró que el desempeño financiero era más alto para compañías con más mujeres en puestos altos. La experiencia de Wells Fargo Bank en EEUU también indica los beneficios de enfocarse en mujeres como grupo de clientes. Cheston Evidencia de OED muestra que mientras más temprano se incluya la perspectiva de género, mayor serán los beneficios. Gender Issues in World Bank Lending, Operations Evaluation Department, 1995, World Bank 138

275 que pueden ser adaptadas y utilizadas 103. Estos son pasos que instituciones financieras de todo tipo pueden dar: desde bancos, pasando por IMFs a ONGs con ahorros y créditos como parte de un programa de desarrollo integral. Más aún, a pesar de que algunas de estas estrategias requerirán "una forma diferente de hacer negocios", y algún cambio en prioridades para recursos y asignación de fondos, es probable que aumenten en vez de minar su sostenibilidad. Esta no es una cuestión de "proyectos de empoderamiento de la mujer" como un agregado opcional, a pesar de que si están bien diseñados pueden también tener un rol. Involucra la transversalidad de género y el empoderamiento a través del diseño del programa para no solamente beneficiar a la mujer, sino que en el proceso mejorar la sostenibilidad financiera y organizacional a largo plazo de los mismos servicios y la sostenibilidad y el dinamismo de la economía rural en general. Los donantes internacionales, gobiernos, académicos y otros expertos en desarrollo han prestado mucha atención a las microfinanzas como una estrategia capaz de beneficiar a las mujeres e incluirlas en el proceso de desarrollo. La industria microfinanciera ha dado grandes pasos hacia la identificación de barreras al acceso de las mujeres a los servicios financieros y ha desarrollado maneras de saltar dichas barreras. Un estudio realizado en 2001 por la Unidad Especial para las Microfinanzas del Fondo de Desarrollo de Capital de las Naciones Unidas (SUM/UNCDF) de 29 instituciones microfinancieras, reveló que aproximadamente 60% de los clientes de estas instituciones eran mujeres. Seis de las 29 se enfocaban únicamente en las mujeres. Entre las 23 restantes, el 52% de los clientes eran mujeres. No obstante, el estudio mostró también que aquellos programas que ofrecen solamente préstamos individuales o montos de crédito mínimo relativamente altos, tendían a tener un menor porcentaje de clientes mujeres. Estos hallazgos afirma la importancia de diseñar productos adecuados para las mujeres. 103 Ver, por ejemplo, la lista de control de género en genfinance la auditoria de género Women Advancing Microfinance dada al final de Cheston

276 De acuerdo al Informe de Resultados de la Microempresa (Microenterprise Results Reporf) de USAID para 2000, aproximadamente 70% de los clientes de las IMF apoyadas por USAID eran mujeres. Sin embargo, se observó considerable variación entre regiones, con porcentajes de clientes mujeres desde el 27% en el Cercano Oriente hasta 87% en Asia. En Europa Oriental, donde USAID tradicionalmente ha apoyado programas de préstamos individuales, el porcentaje de clientes mujeres cayó hasta un 48% en 1994 antes de subir a 54% en 2000, cuando USAID comenzó a apoyar más programas de préstamo a grupos que ofrecían cantidades más pequeñas. Aunque el estudio de UNCDF encontró que los programas más grandes tiende a tener porcentajes menores de clientes mujeres, los datos reunidos por la Campaña de la Cumbre del Microcrédito no encontraron una correlación estadísticamente significativa entre el número de clientes muy pobres servidos por cada institución y el porcentaje de estos clientes que eran mujeres. Las instituciones microfinancieras alrededor del mundo han sido bastante creativas en la creación de productos y servicios que evitan las barreras que tradicionalmente detienen el acceso de la mujer a los servicios financieros formales, tal como los requisitos de garantía, de tener un aval varón o asalariado, requisitos de documentación, barreras culturales, movilidad limitada y alfabetismo. No obstante, en varios países y áreas hay pocas o ninguna institución que ofrezca servicios bajo términos y condiciones favorables para la mujer. En su conjunto, estos hallazgos confirman que el tipo de productos ofrecidos, sus condiciones de acceso y la distribución de la cartera de una institución entre sus diferentes productos y servicios, afectan el acceso de la mujer a los servicios financieros. Sugieren también que puede hacerse mucho más para servir a las mujeres pobres en ciertos contextos culturales y económicos. Uno de los motivos por los que los asuntos de empoderamiento de la mujer han sido desatendidos en gran parte por el sector comercial es porque generalmente han sido percibidos como requiriendo algún tipo de 'agregado de empoderamiento' 140

277 para la mujer; y, por lo tanto, no alcanzable a través de un enfoque de sostenibilidad financiera. Sin embargo, a pesar que las metodologías de empoderamiento efectivas, eficientes desde el punto de vista del costo y sostenibles son ciertamente importantes, hay también muchas formas en las que la transversalidad de género dentro de estrategias financieras sostenibles puede tener impacto significativo - de ser planeadas estratégicamente como parte integral del diseño. Esto incluye: Transversalidad en las actividades principales Investigación de mercado participativa para identificar productos que puedan contribuir al empoderamiento Servicios no financieros que contribuyan al empoderamiento incluyendo educación financiera Participación del cliente que realmente fortalezca las redes de mujeres para la acción colectiva El enfocarse primero en lo que puede ser logrado por la transversalidad permite, luego, que los pocos recursos y la energía de las metodologías de empoderamiento per-se se enfoquen y orienten donde son realmente necesitadas. Hay formas en las que las actividades principales de los proveedores de servicios financieros pueden contribuir al empoderamiento. Las instituciones financieras que no tienen el alcance para introducir servicios no financieros pueden promover una visión y compromiso para empoderar a través de preguntas formuladas durante el proceso de solicitud. Los temas de empoderamiento también pueden estar integrados en la capacitación básica sobre ahorros y crédito, y la movilización de grupos. El proceso de solicitud de productos y otros servicios involucra formular una serie de preguntas sobre los antecedentes y capacidades del solicitante. Sin tener que aumentar el tiempo requerido para contestar estas preguntas, se pueden 141

278 reformular o adaptar para promover una visión de empoderamiento y desafiar supuestos sobre poder y control en el hogar, tanto para hombres como para mujeres. Por ejemplo, la reformulación puede tratar a las mujeres como individuos que pueden tomar sus propias decisiones, eliminando referencias a presupuestos erróneos y, con frecuencia automáticos, sobre cabezas de familia masculinas. Algunas instituciones de microfinanzas que requieren la firma del esposo para los préstamos de sus esposas también requieren la firma de las esposas para los préstamos de los esposos. Otras no requieren la firma de esposos para ningún préstamo y aceptan garantes femeninos y masculinos. Las secuencia de las preguntas, tipo de detalle requerido y forma en la que se conduce la entrevista puede ayudar a los solicitantes a pensar sobre su planificación financiera. Enfocándose en ayudarlos a que piensen sobre su capacidad para pagar los préstamos, para ahorrar y los tipos de seguros, etc. que puedan necesitar, en vez de tratar esto como un ejercicio de política de la institución. Es posible integrar los intereses de empoderamiento sin aumentar los costos de la capacitación principal. Muchos temas al interior del hogar y de la comunidad deben ser discutidos por la mujer para anticipar problemas de pago, continuando con la membresía y así sucesivamente. Las discusiones deben equipar a la mujer para que vislumbre soluciones que puedan también abordar las desigualdades de género subyacentes que causan los problemas en primer lugar. Los hombres también pueden ser invitados a estas reuniones, incluyendo a algunos líderes masculinos progresistas. Como se mencionó anteriormente, la investigación de mercado participativa es actualmente una parte aceptada de la "buena práctica de negocios" en las IMFs, y también está en aumento en el sector comercial. Sin embargo, la investigación de mercado participativa en sí misma no necesariamente produce productos que 142

279 beneficiarán a la mujer, solo productos que pueden ser vendidos a hombres y/o mujeres, los que no se pueden asumir como siendo los mismos. Sin embargo, sin costo adicional, hay formas en las que el muestreo y las preguntas se pueden ajustar para ver explícitamente temas de género de acceso y control, impactos de empoderamiento y áreas específicas de género como vulnerabilidad y necesidad. Esto puede conducir a diseñar productos que aumenten los ingresos de las mujeres y el control sobre los ingresos, y el rol en la toma de decisiones en el hogar. Entre los ejemplos encontramos: Productos de crédito y ahorros para aumentar los activos de propiedad de la mujer. Mecanismos para permitir que la mujer se gradúe de préstamos pequeños a grandes sin discriminación, siempre y cuando tengan una buena historia crediticia. Productos de crédito y auspicio de competencias en la empresa para alentar empresas de mujeres en actividades no tradicionales y también en servicios requeridos por la mujer. Introducción no solo de productos específicamente orientados a la mujer, sino también revisar las condiciones de crédito de todos los productos para asegurar que no haya discriminación de género. Alentar ahorros masculinos para la educación de niñas, activos para que sus hijas lleven con ellas al matrimonio de tal forma que promueva la responsabilidad de los hombres por el futuro de sus hijas y permita que los ahorros femeninos sean utilizados en inversiones empresariales. Pensiones y productos de ahorro a largo plazo. Créditos enfocados en el cliente (Bangladesh): Gran parte de los créditos para miembros del banco Grameen eran para un plazo estándar de un año con un programa de pagos fijos semanales. Ahora hay créditos disponibles con plazos variables y programas de pago variables. Pueden ser cancelados a lo largo del plazo o cancelados antes del plazo. Hay una forma nueva más flexible de re- 143

280 programar créditos problemáticos. A pesar de que los préstamos son para negocios, en la práctica los miembros los utilizan en la forma que lo deseen, esto ayuda a estabilizar los medios de subsistencia frágiles. Préstamos para activos registrados a nombre de mujeres (Bangladesh): el banco Grameen ofrece préstamos a plazos más largos para comprar vivienda o tierras. Las viviendas y terrenos deben estar registrados a nombre de las mujeres, tanto como seguridad para el préstamo como para aumentar el control de la mujer sobre los activos. Esto les da a las mujeres más seguridad, mejora las tasas de pago y también reduce el divorcio y abandono de mujeres. Préstamos mayores para mayores ganancias (India): La Federación Surindia de Asociaciones de Pescadores (South Indian Federation of Fishermen Societies) (SIFFS) introdujo un nuevo producto de crédito para mujeres que viajan en grupos a mercados distantes, compran grandes cantidades de pescado para secar y, luego, venden el pescado localmente durante la estación baja. Esta empresa requiere una inversión inicial grande y el retorno llega solo después de cuatro meses. SIFFS ofrece préstamos de 10,000-20,000 rúpias sobre los que se paga interés mensual y el principal se paga al final de los cinco meses. Préstamos para niñas adolescentes (India): Algunas organizaciones involucradas en el proyecto "Credit and Savings Household Enterprise" (CASHE) en la India decidieron lanzar un piloto para un producto de crédito para niñas adolescentes. El préstamo, disponible para ambos padres, permite que las niñas compren activos productivos para ayudarlas a generar un ingreso, retrasar el matrimonio, tener recursos para llevar a su hogar político cuando se casen y reducir las demandas de dote. Préstamos para servicios que beneficien a la mujer (Sudán): miembros del centro para la mujer LEAP (Learning for Empowerment Against Poverty) 144

281 identificaron sus necesidades de servicios y son alentados a que establezcan negocios factibles que puedan beneficiar a otras mujeres, tales como guarderías para niños. También se han otorgado préstamos para cocinas que no producen humo, que generan beneficios para la salud, el medio ambiente y ahorran trabajo. Se requiere que el proveedor de servicios financieros busque servicios potencialmente rentables y activos para los que se puedan idear programas de pago viables; una vez que se haya hecho esto, los productos de crédito son sostenibles financieramente. Créditos de consumo para hombres así como para mujeres (India): Los grupos de ahorro y crédito de "Área Networking and Development Initiative" (ANANDI's) han puesto a disposición de tanto hombres como mujeres créditos de consumo para reducir la carga sobre las mujeres. Las mujeres tienen acceso a crédito para activos así como para entretenimiento. Los mismos grupos se aseguran que el hogar tenga capacidad de pago. Diversificación de productos de ahorro, Grameen Fase II La Fase II de Grameen ha diversificado sus productos de ahorro. La cuenta de ahorros personal es una cuenta líquida con libreta bancaria en la cual los miembros pueden hacer depósitos o retirar cualquier cantidad cada semana. La cuenta ayuda a los miembros a manejar dinero diariamente, incluyendo pagos a sus créditos con el banco Grameen. La cuenta de ahorros de compromiso o contractual, también conocida como "Grameen Pension Savings" o GPS, es una cuenta a 5 ó 10 años con un depósito mínimo mensual de menos de US$ 1. Esta cuenta ayuda a construir ahorros de forma estable en un plazo más largo. Fuente: Adaptado de Mayoux

282 Los bancos generalmente utilizan préstamos individuales en vez de préstamos grupales y puede que no tengan el alcance para introducer servicios no financieros. Esto significa que no se puede esperar que tengan el tipo de estrategias orientadas al empoderamiento que tienen las ONGs. Sin embargo, ahora está creciendo la aceptación de la idea de 'smart subsidies' en relación a aumentar el alcance a la pobreza y/o intervenciones complementarias sobre VIH/SIDA/AIDS y las estrategias de empoderamiento de la mujer son medios más efectivos de abordar gradualmente tanto la pobreza como bienestar del hogar. Hay formas en las que inclusive los bancos pueden involucrarse activamente en colaboración con otros proveedores de servicios, por ejemplo: Servicios de desarrollo empresariales y de negocios para mujeres y préstamos para mujeres que reciban capacitación Servicios legales para mujeres Servicios de salud reproductiva para mujeres Esta colaboración puede ser una sociedad formal o simplemente tener literatura disponible sobre estos servicios para que los clientes tengan a mano mientras esperan al personal del banco. Un área clave de discusión actual en relación con formación de capacidad complementaria es la educación financiera, de tal forma que los clientes puedan hacer una contribución informada al desarrollo de producto, conozcan sus derechos y comprendan la información que se les da. Un cierto número de cursos sobre educación financiera y metodologías ha sido desarrollado por SEWA, "Microfinance Opportunities with Freedom From Hunger, Womankind Worldwide" y Siembra en México han desarrollado Manuales para educación financiera de mujeres Se pueden encontrar ejemplos de iniciativas conjuntas de oportunidades de microfinanzas y Freedom from Hunger en o de Womankind Worldwide en de Siembra en Chapter%203.pdf y de SEWA en Se puede ver una 146

283 Una metodología innovadora que combina educación financiera/investigación de mercado /planificación de negocios para personas que no pueden leer y escribir y que se basa en aprendizaje de pares sostenible. Hasta ahora, los programas de educación financiera han sido desarrollados mayormente para mujeres. Sin embargo, la educación financiera para hombres, si incorpora por ejemplo la discusión de la planificación financiera de los hombres conjuntamente con sus esposas y la igual participación en las decisiones financieras, puede contribuir significativamente a cambiar las actitudes y comportamientos de los hombres. Si dicha capacitación fuese condición de acceso al préstamo, es más probable que los hombres asistan a dichos cursos en vez de ir a capacitaciones sobre género. 3.4 Movilización y derechos políticos Linda Mayoux sostiene al respecto que el aumento de acceso a las microfinanzas ha sido percibido como una contribución no sólo a la reducción de la pobreza y la sostenibilidad financiera, sino también a una serie de "espirales virtuosas" de empoderamiento económico, aumento de bienestar y empoderamiento social y político para las mujeres mismas, cumpliendo, por lo tanto, con las metas de equidad de género y empoderamiento de las organizaciones involucradas. No obstante, aún cuando recopila muchos ejemplos que corroboran que estos espirales están ocurriendo en muchas partes de Asia y África, demuestra también, con ejemplos contundentes, que hay aún un largo camino por recorrer antes de que la mujer tenga igual acceso a los servicios financieros, o esté en situación de beneficiarse en la medida de lo esperado, sobre todo en áreas rurales. La evidencia también indica que, a pesar de la indudable contribución de las microfinanzas, ninguno de los nexos entre el acceso de las mujeres a servicios financieros y el empoderamiento se puede asumir automáticamente. Abordar todos los componentes del tema de género requerirá por lo tanto un enfoque de metodología en base a diagram 'EAT THAT FAT CAT' en Orglearning/PALS/PALSIntro.htm. 147

284 justicia de género estratégico no sólo para asegurar la igualdad de género para el acceso, sino también estrategias para asegurar que este acceso se traduzca luego en empoderamiento y mayor bienestar, en vez de provocar la mera feminización de la deuda o solamente asegurar la captura de ahorros femeninos para la sostenibilidad de los programas financieros. Existe, por tanto una necesidad urgente de ligar las microfinanzas con el desarrollo económico más amplio, si se quiere evitar que se produzca el sobre endeudamiento de las mujeres y sus familias, con serias consecuencias no sólo para las familias concernidas, pero también para las economías locales y nacionales. El programa WEMAN ha iniciado un proceso de construcción de redes entre las entidades relacionadas a las microfinanzas que consideran el género como corriente principal en su quehacer. El proceso WEMAN en América Latina ha permitido hasta el momento: Identificar avances y perspectivas para incorporar la justicia económica de género como corriente principal en las intervenciones de desarrollo económico de organizaciones y redes nacionales e internacionales en la Región. Favorecer el desarrollo y construcción de capacidades entre los expertos para fomentar la transversalización de género en IMF's y otras organizaciones participantes, aproximándolas a herramientas para el aprendizaje-acción y el monitoreo en temas de Género y la realización de auditorías de transversalización de Género, con un enfoque participativo que permita a las mujeres destinatarias de los servicios incluyendo aquéllas que no pueden leer ni escribir - articular e implementar sus propias estrategias para mejorar significativamente sus medios de vida y obtener la justicia de género, trabajando a la par con los hombres dentro de sus familias y comunidades. 148

285 Afianzarse en el uso de los sitios Web: WEMAN en español y GALS en español, espacios para el intercambio de herramientas, metodologías y documentos conceptuales, así como para la discusión activa y el soporte en la profundización de redes, maximizando su habilidad para comprometerse en la diseminación del proceso WEMAN Global (que se desarrolla paralelamente en Asia y África. Desde las entidades que ya vienen ejecutando acciones para el empoderamiento de las mujeres, se considera que aún queda una agenda pendiente de intervenciones para hablar de impacto en el empoderamiento en sentido pleno. A través de los años, las microfinanzas han demostrado que su impacto va más allá de proveer a los individuos acceso al capital; también les han ayudado a proteger, diversificar e incrementar sus fuentes de ingreso lo que les permite salir de la pobreza. Las microfinanzas han demostrado que al proporcionar capital a los pobres con ideas y espíritu de emprendedores, éstos utilizan el capital para generar ingresos para ellos mismos y sus familias ofreciéndoles potencialmente una vida libre de pobreza. A la fecha, las microfinanzas han tocado la vida de más de 100 millones de familias y han ayudado a muchas de ellas a salir de la pobreza o, por lo menos, a situarlas en la senda hacia una vida libre de pobreza. Sin embargo, más de tres mil millones de personas aun viven con menos de dos dólares al día, más de mil millones carecen de electricidad, y tres mil millones no tienen acceso a atención médica. Para estos individuos, las microfinanzas son un instrumento que debe continuar siendo utilizado y apalancado hasta su potencial máximo. El acceso al capital ha proporcionado a las personas la oportunidad de trepar por la escalera de la economía. No obstante, hemos sido testigos de que el simple acceso a capital, así sea sobresaliente, a menudo no es suficiente para lograr una reducción rápida de la pobreza, que es necesaria para alcanzar los Objetivos de Desarrollo para el Milenio. Para algunos, el capital es el elemento faltante en su 149

286 lucha contra la pobreza. Para otros, el capital es eclipsado por factores nofinancieros que también contribuyen a la pobreza. Por lo tanto, para crear soluciones que ataquen a la pobreza y mejoren el uso existente de las microfinanzas, necesitamos entender que la pobreza es el resultado de una multiplicidad de factores que abarcan más que simplemente un ingreso limitado. Según el Centro de Investigación de la Pobreza Crónica: "la pobreza crónica se caracteriza típicamente no sólo por ingresos y activos bajos, sino también por hambre y desnutrición, analfabetismo, la carencia del acceso a necesidades básicas tales como agua potable y atención médica, la explotación y el aislamiento de la sociedad." Dado que la pobreza incorpora más que sólo las finanzas, las microfinanzas, que son un negocio con aspiraciones, necesitan ir más allá del crédito o de los servicios bancarios para los pobres. Entonces, para cumplir con sus aspiraciones y responder correctamente a las necesidades de los clientes, las microfinanzas necesitan esforzarse por tratar los factores subyacentes de la pobreza y no simplemente proporcionar acceso al capital. Este documento propone que aunque las microfinanzas son una herramienta eficaz para el alivio de la pobreza, las mismas deberían ser utilizadas como plataforma para las múltiples actividades de empoderamiento, ampliando modelos ya presentados por algunos profesionales de las microfinanzas. En otras palabras, las microfinanzas deben apalancar sus relaciones y posición cercana a los clientes para dar servicios sociales y de desarrollo. La integración de diferentes enfoques y modelos que brinden una variedad de servicios básicos de alivio de la pobreza hace que los pobres tengan una valiosa oportunidad de empujarse a sí mismos fuera de la pobreza, y, lo que es más importante, permanecer fuera de su dominio. El reciente cambio de orientación del microcrédito hacia las microfinanzas refleja el reconocimiento de que los servicios de ahorro y no solamente los créditos pueden ayudar a mejorar el bienestar de los pobres en general y de las mujeres en particular (Zeller and Sharma, 2000; MacIsaac, 1997; Morris and Meyer, 1993). 150

287 Aunque las microfinanzas a menudo se dirigen a las mujeres, y aunque las mujeres a menudo utilizan las microfinanzas, Johnson (1999) apunta que el diseño de productos financieros rara vez aborda los aspectos específicos de género. Efectivamente, a pesar de la creencia prevaleciente de que las microfinanzas ayudan a las mujeres, pocos programas de microfinanzas han desarrollado maneras concretas para satisfacer las distintas demandas de las mujeres pobres por servicios de ahorro. Cómo pueden los servicios de ahorro servirle mejor a las mujeres pobres? Una fuente de aprendizaje son los mecanismos de ahorro informal que las mujeres pobres ya utilizan en todas partes del mundo: recaudadores de depósitos a domicilio, Asociaciones Rotativas de Ahorro y Crédito, y Clubes de Ahorro Anual 105 Dos ejemplos de la aplicación práctica de estas lecciones son la creación de la organización SafeSave (AhorroSeguro, en castellano) en Bangladesh (Rutherford, 2000) y el diseño de servicios de ahorro en el Banco Rakyat en Indonesia (Robinson, 1994). Estos esfuerzos no apuntan específicamente a las necesidades únicas de las mujeres, pero sí logran combinar algunas de las fortalezas de los mecanismos de ahorro formal e informal. Este documento saca lecciones de las finanzas informales para el diseño de servicios de ahorro formales que respondan a las responsibilidades de las mujeres en el mercado laboral y en el hogar y que obedecen a elementos de la cultura patriarcal y de la violencia doméstica. Se discuten dos servicios específicos. El primero cajitas de seguridad permite a las mujeres mantener ahorros independientes de sus esposos. Esto impulsa su libertad y su poder de negociación dentro del hogar y amortigua el impacto del divorcio o el abandono. El segundo, cuentas de ahorro bonificado 106, estructura el ahorro, promueve la solidaridad entre las mujeres que forman grupos de ahorro, y subsidia los ahorros dirigidos a los retos específicos de las mujeres, tales como gastos de salud y educación. 105 Estas modalidades informales de ahorrar se explicarán a continuación. 106 Esta modalidad de ahorro premia a las mujeres al entregarles una bonificación determinada por cada dólar de ahorro que se retira para ciertos fines específicos (en este caso, gastos de salud y educación) 151

288 En su esencia, las microfinanzas no son tan distintas a lo que comúnmente se considera financiamiento de consumo. Del acceso a financiamiento hasta las gestiones de desembolso y cobranza, las microfinanzas funcionan como cualquier negocio de financiamiento de consumo. Sin embargo, como las microfinanzas atienden a un segmento de clientes muy diferente -el de los pobres, no se puede ignorar los diversos desafíos que estos clientes encaran y las implicaciones que estos desafíos tienen en las organizaciones que los atienden. A diferencia de los clientes de consumo, quienes suelen pertenecer a la clase media y viven en ambientes relativamente estables, los clientes de microfinanzas viven bajo circunstancias más difíciles y luchan contra una serie de factores tales como una salud frágil, falta de acceso a la educación, y otros servicios básicos y amenazas inesperadas entre las que destacan desastres naturales que ponen en peligro su supervivencia cotidiana. Dado que estos factores están afianzados en la vida de los pobres, no podemos dudar de su influencia sobre la habilidad del individuo de acceder, utilizar y pagar un préstamo microfinanciero. Los clientes tienen la capacidad de acceder al microfinanciamiento e incluso de iniciar un negocio, pero no de convertir este crédito en un ingreso sostenible. De acuerdo a un estudio de tres grandes IMFs en Bangladesh, cada año aproximadamente el 5% de los participantes del programa saca a su familia de la pobreza. 107 En particular, el impacto así descubierto denota que las microfinanzas no implican el éxito de la noche a la mañana para muchos clientes, sino que con la oferta actual de productos a un determinado costo, el progreso, para la mayoría de los clientes, parece constante pero lento. En los modelos utilizados en la actualidad, un porcentaje de clientes jamás será capaz de generar suficientes ingresos para liberarse completamente de la pobreza o al menos mejorar sus condiciones marginalmente. Un porcentaje alarmantemente alto abandona el 107 Human Development Report, Millennium Development Goals: A Compact among Nations to End Human Poverty, (New York: Oxford University Press, 2003), 93. * Esta cifra probablemente subestima la exitosa tasa de clientes por una variedad de razones. Primero, los clientes usualmente no desean hacer conocer a los investigadores de su éxito con los programas, porque tienen temor de ser descalificados por su programa (es decir, ahora están 'demasiado bien' para recibir préstamos). Adicionalmente, aunque no todos los participantes abandonan la pobreza muchos de muchos de ellos mejoran su situación económica. 152

289 programa (en muchos casos de 5% a 30% anualmente) y muchas familias ultrapobres nunca ingresan al programa (es decir, ellos mismos se auto-excluyen) 108. De acuerdo a ciertos estudios, toma entre 5 a 10 años para que un cliente pobre logre pasar la línea de pobreza, e incluso más tiempo para acumular suficientes activos productivos que le permitan funcionar libre de una dependencia de la institución microcrediticia (la participación continua en un programa de microfinanzas no es necesariamente un indicador de fracaso por parte del cliente o de la microfinanciera y más bien podría ser correlacionado con el éxito de ambos, en el sentido de que muchos clientes que fueron pobres continúan teniendo oportunidad robusta de inversión y la IMF tiene productos que casan con esas oportunidades). Cuáles son los factores que no permiten a los clientes de microfinanzas superar la pobreza más rápidamente de lo que se observa actualmente? En otras palabras, por qué algunas personas superan la pobreza y otros fallan o progresan lentamente siendo que todos participan en programas de microfinanzas? Tras la evaluación de las investigaciones y charlas con numerosos profesionales en la materia, hemos identificado tres elementos que disminuyen la probabilidad de éxito de los participantes de programas de microfinanzas, a saber: salud precaria, desastres naturales y carencia de educación. Debido a que los pobres viven en una situación tal que incluso las desgracias más pequeñas amenazan su supervivencia, estos tres elementos son factores críticos para determinar el desempeño de sus préstamos, su progreso o falta del mismo en el abandono de la pobreza y, en última instancia, la sustentabilidad y rentabilidad de las IMFs a largo plazo. 3.5 Indicadores de derechos humanos 108 Christopher Dunford, "Building Better Lives: Sustainable Integration of Microfinance with Education in Child Survival Reproductive Health, and HIV/AIDS Prevention forthe Poorest Entrepreneurs," in Pathways out of Poverty, ed. Sam Haley-Harris (Connecticut: Kumarian Press, 2002). 153

290 Hasta hace muy poco, dentro del movimiento de microfinanzas se consideró que la atención explícita a los temas de género minaba la sostenibilidad financiera y, particularmente, la rentabilidad comercial y era marginal a la reducción de la pobreza y demasiado conflictiva o no era la responsabilidad de los proveedores de servicios financieros. El reciente informe del Banco Mundial sobre la Mujer indican que inclusive el de la focalización en la mujer se puede reducir con el crecimiento de escala y la comercialización. A pesar de la potencial contribución al empoderamiento de la mujer, la evidencia indica que el empoderamiento no es una consecuencia automática del acceso de las mujeres a las microfinanzas per se, sino que depende del grado en el que las necesidades e intereses de las mujeres y la equidad de género estén reflejadas en la visión y diseño del programa. Las microfinanzas pueden inclusive desempoderar a la mujer. Ninguna de estas deficiencias ha sido abordada por el reciente enfoque de desempeño social para la pobreza o la investigación de mercado. En este sentido, la Cumbre Regional de Micro Crédito de Asia y el Pacífico, Bali, Julio 2008, definía: Los mandatos, visión y objetivos organizacionales de todos los proveedores de servicios financieros se han comprometido explícitamente a la igualdad de oportunidades de género y el empoderamiento de la mujer. Las políticas de género organizacionales apoyan este compromiso, desarrollado a través de un proceso participativo con personal y clientes, integrado en toda capacitación de personal. Incluir la igualdad de género en el reclutamiento, el empleo y la promoción. 154

291 La supresión de todas las formas de discriminación de género en el acceso a todas las formas de servicios financieros es una parte integral del desarrollo de los productos y servicios, incluyendo la innovación tecnológica. Los servicios financieros contribuyen al empoderamiento de la mujer a través del diseño apropiado de productos y servicios no financieros, incluyendo la educación financiera y la participación del cliente. Los indicadores de género son una parte integral de la gestión de desempeño social e investigación de mercado. La protección al consumidor y las políticas regulatorias integran la equidad de oportunidades de género y el empoderamiento. La abogacía de género en áreas como derecho a la propiedad de la mujer y la lucha contra la violencia con base al género son esenciales para eliminar la discriminación de género y permitir a la mujer beneficiarse de las microfinanzas. Las necesidades específicas e intereses de mujeres muy pobres y vulnerables se incluyen en todo lo anterior. En todos los tipos de instituciones financieras desde bancos hasta ONGs, la forma más efectivas desde el punto de vista del costo para maximizar las contribuciones a la igualdad de género y el empoderamiento es desarrollar una estructura y cultura institucional que respete a las mujeres y las empodere, y que manifieste estos rasgos en todas las interacciones con los clientes. Un enfoque en la diversificación de la gerencia y el personal para alcanzar el gran mercado femenino para servicios financieros es una parte aceptada de la buena práctica comercial y de gestión. Ciertamente, el que una organización falle en tener una política de género es probable que esté en contradicción con las políticas de 155

292 igualdad de oportunidades nacionales y los acuerdos internacionales sobre los Derechos Humanos de la mujer. Algunos elementos claves que pueden ser incluidos en las instituciones de servicios. Todos los proveedores de servicios financieros pueden contribuir a la igualdad de género y al empoderamiento de la mujer, inclusive dentro de las limitaciones de la sostenibilidad financiera teniendo una visión clara y compromiso con la igualdad de género y el empoderamiento de la mujer a través de su publicidad y promoción para atraer a clientes mujeres y también cambiar las actitudes hacia las actividades económicas de la mujer en la comunidad más amplia. Por último, inclusive a este nivel comercial existe la posibilidad de un sector de servicios financieros que promueva una visión de la mujer como empresaria exitosa y competente y actúe como una fuerza significativa para el cambio de actitudes y comportamientos; y, en el proceso, abrir un mercado comercial grande y rentable para los proveedores de servicios financieros. Este no es un tema de costo, sino de visión e inspiración en relación con la justicia de género, al mismo nivel que, por ejemplo, la promoción sobre diversidad del banco HSBC, y el compromiso con la sostenibilidad ambiental en algunos distritos. Muchos bancos del sector formal tienen políticas de género o igualdad de oportunidades para el personal. Estas medidas internas son consistentes con la sostenibilidad financiera. De hecho, la transversalidad en los bancos muchas veces está más adelantada que en las organizaciones no gubernamentales en cuanto a la implementación de políticas de género para el personal (los ejemplos incluyen al Barclays en Kenya que se remonta a 1980 y el banco Khushali en Pakistan). La promoción de la diversidad, de la cual el género es una dimensión, es un elemento clave de las mejores prácticas de negocios en Occidente 109. Los bancos comerciales han aumentado las políticas de género e igualdad de oportunidades para alentar y retener personal femenino calificado. 109 Un estudio interesante de la revista Fortune sobre el negocio más rentable encontró que estos tienen una buena representación de mujeres en puestos altos Cheston, S. (2006). 156

293 Muchos bancos comerciales tienen instalaciones para el cuidado de niños y políticas de promoción proactiva para el personal femenino. Un número creciente de personal femenino es esencial para el número creciente de clientes mujeres en muchos contextos sociales. Tanto el personal femenino como el masculino requerirán, sin embargo, capacitación de género integrada en la capacitación de inducción general. Muchas de estas estrategias cuestan muy poco, tales como reclutamiento y promoción, y políticas de acoso sexual. Sin embargo, una política de género puede significar cierto costo (como permiso por paternidad, por ejemplo), es probable que el costo sea compensado con niveles más altos de compromiso, eficiencia y retención del personal. El personal descontento o acosado es ineficiente y cambia trabajos con frecuencia, y capacitar nuevo personal es costoso. En muchos contextos sociales, es esencial aumentar el número de personal femenino para aumentar el número de clientes mujeres. Aunque el movimiento de la microfinanzas comenzó en algunos países en vías de desarrollo, su escala de aplicación ha pasado a ser global dado que posee un potencial enorme para la transformación de las situaciones económicas. Más allá de las diferencias culturales y socio-económicas, distintos modelos microfinancieros han sido ampliamente transferidos y globalmente adaptados en diferentes escalas. La Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Comercio y el Desarrollo (UNCTAD) ha estimado que existen aproximadamente IMF en el mundo que alcanzan apenas a una pequeña fracción de potenciales clientes (Filippis, 2000). El banco Grameen estima que existen 20 millones de clientes en el mundo que se benefician de los servicios de microcrédito (Filippis, 2000). 157

294 En 1997 el Vértice sobre Microcrédito 110 lanzó una campaña para alcanzar a 100 millones de las familias más pobres del mundo, sobre todo a mujeres, ofreciendo servicios de desarrollo financiero y de negocios para el empleo autónomo hasta el año Se estima que para alcanzar esta meta serán necesarios aproximadamente 21.6 billones de dólares EE.UU. Estos fondos cubrirán los gastos operacionales, capitales de préstamo e infraestructuras de desarrollo. De estos 100 millones de familias se considera que 4 millones estarán en los países industrializados (Vértice sobre Microcrédito, 1997). Existen varios tipos de instituciones relacionadas con la microfinanzas (Binns, 1998). Éstas pueden ser: a) IMF relacionadas con el gobierno (como el BRI, en la República de Indonesia; o el Grameen Bank, en la República Popular de Bangladesh) b) Privadas (como el Hatton Bank en la República Socialista Democrática de Sri Lanka, el Barclays Bank de la República de Kenya; el Banco Comercial de La República de Zimbabwe; la ADEMI en República Dominicana; el Banco Sol en Bolivia) c) ONG (ex. CARE Nigeria; ACCION International; Oxfam; Opportunity Trust) d) Cooperativas (como las Uniones de Crédito, los bancos comunitarios como los FINCA en la República de Uganda; grupos de autoayuda o asociaciones como las tontines de África Occidental). e) Individuales (como prestamistas, casas de empeño, amigos, proveedores, familiares) Muchos de los intermediarios microfinancieros comienzan a extenderse. La red ACCION presta sus servicios a clientes en 13 países de América Latina y en los EE.UU.; el Grameen Trust ha replicado su modelo en 19 países de África, Asia, Europa y América Latina; la Opportunity International ha dado inicio a programas en 26 países visto que el modelo de los Bancos Comunitarios se replicó en 32 países alrededor del mundo. 110 La primera conferencia internacional sobre microfinanzas reunió a más de 3000 representantes de todos los niveles, macro, intermedio y de campo. 158

295 Algunos bancos ya existentes han comenzado también a ofrecer servicios microfinancieros a gran escala, como el Banco Hattem en la República Socialista Democrática de Sri Lanka y el BRI en la República de Indonesia, bancos agrícolas estatales. En los años 70, el BRI se ocupó de la implementación, a nivel comunitario, del factor de crédito del plan nacional agrícola para alcanzar la autosuficiencia en la producción de arroz. A finales de 1996 el Bank Rayat de la República de Indonesia (BRI) tenía alrededor de 2.5 millones de mutuarios y 16 millones de depositarios esparcidos en localidades. Sin embargo no deja de tratarse de excepciones, la mayoría de las instituciones financieras tienen menos de mutuarios (Binns, 1998). Muchas IMF se han transformado en bancos comerciales, tal como el K-Rep en la República de Kenya. Otro ejemplo, el Banco Sol en Bolivia comenzó siendo una ONG (PRODEM) y se convirtió en banco en A finales de 1998, el Banco Sol prestó sus servicios a más de beneficiarios de escasos recursos en las áreas urbanas, dato que representa el 40% de los clientes bancarios de todo el País (Murdoch, 1999). El promedio de los préstamos del BRI y del Banco Sol, en 1996, ha sido de 560 dólares EE.UU. y de 660 dólares EE.UU., respectivamente. El ejemplo anterior ilustra las proporciones globales alcanzadas por las operaciones microfinancieras. El sector de la microfinanzas está caracterizado por una rápida proporción de cambio y tiene expectativas de continuar así. El sector responde constantemente a las necesidades de los clientes. Existen actualmente, por ejemplo, IMF que ofrecen tarjetas de crédito como el ADEMI en la República Dominicana; seguros, como el Banco Sewa en la República de la India; préstamos para viviendas como el Banco Grameen en la República Popular de Bangladesh. Este último también lanzó un innovador esquema para involucrar a los clientes en servicios de alta tecnología formando dos compañías independientes: la Grameen Phone y la Grameentelecom. La 159

296 GrameenPhone obtuvo una licencia para telefonía celular en calidad de compañía con fines de lucro, mientras la GrameenTelecom, compañía sin fines de lucro, adquiría grandes volúmenes de tiempo de transmisión a la GrameenPhone, que después revende a los mutuarios de Grameen en las aldeas de la República Popular de Bangladesh. Se espera que en aldeas de la República Popular de Bangladesh sea una mujer quien se ocupe de la venta de servicios telefónicos, convirtiéndose en la señora de los teléfonos de la aldea. A pesar de su crecimiento, la falta de condiciones para una estructuración favorable de las políticas impide la escala, el crecimiento y el impacto del sector microfinanciero en muchos países. Además, la legislación existente, los instrumentos financieros y las infraestructuras no reflejan, en estos países, la urgencia y la necesidad de crear un ambiente empresarial sensible a la dimensión de género. La provisión de servicios financieros en las áreas rurales ha resultado ser el reto más difícil para la comunidad microfinanciera. Las cuestiones rurales y agrícolas, tales como las estaciones, los riesgos asociados a la producción agrícola y la dispersa distribución espacial de los potenciales clientes, aumentan tanto los riesgos como los costos de transacción de los servicios prestados a individuos o grupos rurales pobres. Estos problemas se acentúan en África rural, donde se han verificado pocas iniciativas exitosas de microfinanzas. 3.6 Análisis de los recursos y de las restricciones Comprar a plazos es un sistema a través del cual una persona puede adquirir y usar un objeto por medio de pagos regulares. Es un servicio que se ofrece con frecuencia, por ejemplo, para combatir el temor de algunas personas respecto a los préstamos. En la República Popular de Bangladesh, la Action Aid compra los rickshaw (carrito estilo oriental para el transporte de personas) y luego los renta a un grupo. En un segundo momento, el cliente puede decidir comprar el rickshaw y, 160

297 una parte de la tasa de alquiler se utiliza como entrada, de esta manera se requiere solamente un préstamo pequeño para cubrir la cantidad restante. El suministro de servicios financieros a empresarios y productores de bajos ingresos puede ser el medio más efectivo para afrontar la pobreza y fomentar un desarrollo económico amplio. El disponer de servicios financieros da a las personas de bajos ingresos los medios para incrementar sus activos, mejorar sus estándares de vida y sus roles en la reestructuración de la sociedad. Al nivel mundial, la mayoría de las personas pertenecen al sector de bajos recursos y parte importante de estas son mujeres. Adicionalmente, las mismas son autoempleadas o trabajan en pequeñas o micro empresas. Es poco probable que el empleo en el sector formal crezca lo suficiente para que esta situación cambie en el transcurso de los próximos años. Si se quiere reducir la pobreza y desarrollar el potencial económico de la mayoría es necesario financiar las actividades económicas de las personas de bajos recursos (Women s World Banking, 1995). En años recientes, en el mundo, y especialmente en México, el microfinanciamiento ha adquirido gran popularidad como estrategia de desarrollo y de combate a la pobreza, orientada mayoritariamente a las mujeres. En torno a ellas se han creado movimientos de carácter internacional como la Cumbre del Microcrédito (Microcredit Summit), organizada en Washington en 1997, en la que se reunieron participantes de 137 países. En esta Cumbre se impulsó una campaña cuya meta es proporcionar crédito y otros servicios financieros a 100 millones de las familias más pobres del mundo para el año 2005, especialmente a las mujeres de esas familias, para crear autoempleo y mejorar sus condiciones de vida. En 2000,1567 instituciones de microcrédito reportaron haber servido a 30.7 millones de clientes en todo el mundo, de los cuales 19.3 millones pertenecían a las familias más pobres (Druschel et al., 2001). Las microfinanzas también han sido visualizadas como una propuesta para la provisión de servicios financieros a 161

298 la población de bajos recursos, y como una estrategia para el empoderamiento de las mujeres (Mayoux, 2001). Se entiende por microfinanzas el conjunto de servicios financieros en pequeña escala tales como crédito, ahorro, seguros y remesas, entre otros, ofrecidos a las personas excluidas de los servicios financieros bancarios. A pesar de todas las expectativas en torno a esta estrategia, hay pocas investigaciones sobre su impacto económico en México, mientras que en el ámbito internacional la FAO (2000) reporta varios estudios importantes para evaluar los efectos de los programas de microcrédito en sus participantes, destacando los siguientes: aumento y diversificación de los ingresos, cambios en el consumo, aumento en el ahorro y efectos en la producción, promoción de nuevas actividades no agrícolas, y mejoras en los métodos de producción. El presente trabajo tuvo como objetivo evaluar los efectos económicos de las microfinanzas en la mejora de las condiciones materiales de las mujeres participantes en las actividades microfinancieras y sus grupos domésticos, así como en la creación y mejora de negocios, y la generación de empleo en la región de estudio. Cuando los empresarios y productores de bajos recursos tienen acceso a servicios financieros a tasas del mercado y que responden a sus necesidades, estos repagan sus préstamos y emplean las ganancias para incrementar sus activos y mejorar sus condiciones de vida. El aumento en los ingresos, especialmente en manos de las mujeres, se invierte en salud, educación y vivienda, creando una nueva demanda significativa de bienes y servicios. Las empresarias de bajos ingresos utilizan los ahorros para crear redes fiables de seguridad social para sus empresas familiares (Women s World Banking, 1995). Además, se asume que el Microcrédito es una herramienta efectiva para el empoderamiento económico y social de sus clientes, especialmente para la mujer, debido al desarrollo de sus actividades empresariales. 162

299 Sin embargo, a pesar de la posible contribución de los servicios financieros en el mejoramiento de la situación y el empoderamiento de la mujer, este proceso no ocurre de forma automática. En muchos casos los beneficios pueden ser marginales e incluso se puede desempoderar a las mujeres (Mayoux, 2000). En este capitulo se introducen conceptos que permiten la reflexión sobre los efectos positivos y negativos para clientela femenina de los Servicios Financieros, resumiendo los debates alrededor del tema. Los conceptos presentados a continuación conformarán la base para analizar los resultados del estudio de la literatura y entrevistas. Entre otras cosas, de si los programas de microfinanzas abordan las limitaciones reales con que se enfrentan los pobres en un contexto determinado y con qué eficacia. Es importante formular la pregunta de esta forma porque las microfinanzas están recibiendo atención y apoyo creciente de gobiernos, organismos donantes y el público. En general se cree que las microfinanzas son un instrumento eficaz para reducir la pobreza, y pueden serlo en muchos casos y de varias formas. Para usar bien las microfinanzas a fin de reducir la pobreza hay que comprender tanto los aspectos positivos como las limitaciones del microcrédito y reconocer que es necesario complementarlo con otros instrumentos y medidas. Este documento se propone facilitar esa tarea. Como primera medida, se sondea una serie de supuestos relacionados con las microfinanzas y la reducción de la pobreza. Muchos de estos supuestos se han incorporado a la sabiduría popular, aunque no se ha demostrado que sean ciertos. Estos supuestos son objeto de un análisis basado en estudios teóricos y aplicados de las microfinanzas y la pobreza. La óptica del micro-crédito que surge es más complicada, pero la normativa que emane de esta nueva óptica en última instancia podría resultar más eficaz. 163

300 Los organismos de desarrollo comúnmente consideran la asistencia a instituciones de microfinanzas como intervenciones para combatir la pobreza. Esta noción se basa en tres supuestos: a) Los microempresarios son pobres; b) Los microempresarios están limitados por el acceso insuficiente al crédito; y c) Las instituciones de microfinanzas procuran reducir la pobreza. Estos supuestos ocultan una realidad más compleja, como muestran las observaciones que se presentan a continuación. Aunque muchos pobres se ganan la vida con una microempresa, en un estudio reciente del BID se comprobó que no todos los microempresarios son pobres. El porcentaje de microempresarios pobres varía según el país, y es más alto en los países más pobres. En la región en conjunto, solamente un cuarto de los microempresarios son pobres, pero este porcentaje va de menos del 5% en Uruguay a más de dos tercios en Honduras. En toda la región, los trabajadores de microempresas son mucho más pobres que los trabajadores de otras empresas. Es la falta de crédito la limitación principal para los microempresarios? Se ha comprobado que la falta de crédito no siempre es la limitación principal para el crecimiento y el desarrollo de las microempresas, y que los pobres necesitan una amplia gama de servicios financieros, sociales y de desarrollo empresarial para distintos fines empresariales y familiares. Aunque algunas instituciones de microfinanzas consideran que la reducción de la pobreza es su misión primordial, para muchas no lo es. En la actualidad, el sector de las microfinanzas consiste en una amplia gama de instituciones que trabajan en distintos nichos del mercado en los cuales pueden ayudar de forma directa o indirecta reducir la pobreza. 164

301 Por consiguiente, por microfinanzas se debe entender el suministro de servicios financieros en pequeña escala a empresas y familias que tradicionalmente se han mantenido al margen del sistema financiero, en vez del concepto más estrecho de las microfinanzas como crédito para la producción dirigido a microempresarios pobres. En qué medida llegan las instituciones de microfinanzas a los pobres? Comúnmente se cree que la mayoría de los clientes de las instituciones de microfinanzas son pobres y que hay una relación entre el tipo de institución y el nivel de pobreza de sus clientes. Sin embargo, pocas instituciones de microfinanzas llegan a las personas que viven en la pobreza extrema, y muchas tienen un alto porcentaje de clientes que no son pobres. En general, las ONG llegan a personas más pobres que las instituciones financieras formales, pero muchos bancos llegan a los pobres, y algunos de sus clientes son incluso más pobres que los de las ONG. Las cooperativas de crédito, los bancos y otras instituciones financieras formales de América Latina llegan a una cantidad absoluta de pobres mucho mayor que la mayoría de las ONG, aunque su porcentaje de clientes pobres generalmente es menor que el de las ONG. Asimismo, no hay una relación clara entre la metodología de los préstamos y el nivel de pobreza de los prestatarios de instituciones de microfinanzas. Con distintas metodologías de préstamos se puede llegar a clientes tan pequeños como con modelos de grupos solidarios y bancos de aldea, pero se tiende a abarcar una gama más amplia. Restricciones Comúnmente se cree que, cuanto más traten las instituciones de microfinanzas de alcanzar la sostenibilidad financiera, menor será su efecto en la reducción de la pobreza, o sea que hay un quid pro quo entre la sostenibilidad financiera y el alcance. Sin embargo, las pruebas que se presentan en numerosos estudios no refrendan esta conclusión. No resulta claro si hay un quid pro quo entre el énfasis 165

302 de una institución en la sostenibilidad financiera y su ánimo o capacidad para llegar a los más pobres. Sin embargo, existe una correlación positiva entre la consecución de la sostenibilidad financiera y la posibilidad de llegar a muchos pobres: las instituciones financieras de todo tipo que están bien administradas pueden llegar a una mayor cantidad de personas pobres. Eficacia de la focalización. Algunos promotores del microcrédito afirman que las instituciones de microfinanzas deberían llegar a los segmentos de la población que viven en la pobreza extrema con microcrédito y, por lo tanto, orientar activamente sus servicios a los más pobres. Sin embargo, el hecho de que no se use el crédito en un momento dado no significa necesariamente que haya un problema. Las microempresas que no usan el microcrédito en un momento dado tal vez no quieran endeudarse o no puedan utilizar el crédito eficazmente en sus negocios. En cambio, la jaita de disponibilidad de servicios financieros es una carencia que se debe abordar. Una empresa puede ser solvente pero aun así carecer de acceso al crédito. Asimismo, la focalización estrecha no es necesariamente una condición para llegar a los más pobres. Algunos planes en gran escala no focalizados han llegado a los estratos más pobres de la población. Por último, se puede llegar a una mayor cantidad de gente pobre estableciendo un sistema financiero competitivo y sostenible que ofrezca una amplia gama de transacciones financieras en pequeña escala que con programas muy focalizados. Combinar la focalización amplia y la focalización estrecha en las microfinanzas podría ser lo más eficaz para reducir la pobreza, ya que daría un alcance sostenible en gran escala y al mismo tiempo fomentaría la innovación para promover el mayor acceso de los sectores más pobres de la población a los servicios financieros. Justificación de los subsidios. A menudo se afirma que las instituciones de microfinanzas que trabajan con clientes muy pobres o en lugares donde hay mucha pobreza deben ser subsidiadas. Sin embargo, las instituciones de 166

303 microfinanzas orientadas a los sectores pobres no merecen automáticamente recibir subsidios. Los subsidios podrían ser admisibles para proyectos piloto cuyas actividades impliquen un costo inicial elevado o si existe la posibilidad de que el rendimiento no sea captado por el innovador sino por sus sucesores. La justificación de los subsidios depende de factores tales como el costo real de operación en la zona, la presencia de instituciones de microfinanzas que compitan entre sí y los efectos de los programas en la reducción de la pobreza en comparación con otras intervenciones para aliviar la pobreza. Además, los subsidios tienen algunas desventajas: pueden crear problemas políticos y socavar a instituciones de microfinanzas sostenibles. En qué medida mejoran los programas de microfinanzas los medios de subsistencia de los pobres? Hasta ahora, los indicios del efecto del microcrédito en la pobreza no son concluyentes. En la mayoría de los estudios del impacto se usan métodos débiles que no tienen en cuenta el efecto de factores que no sean el crédito o las diferencias iniciales entre prestatarios y no prestatarios, y no se hace una distinción entre los pobres y las personas que no son pobres. Según algunos estudios de instituciones de microfinanzas de todo el mundo, los microempresarios que están por debajo del umbral de pobreza presentan un porcentaje menor de aumento de los ingresos después de obtener préstamos que los que están por encima del umbral de pobreza, pero eso no se ha observado en América Latina. También se ha comprobado que los que están por encima del umbral de pobreza, pero a usar préstamos para consumo en mayor medida que las personas que están por encima del umbral de pobreza, de modo que sería lógico esperar un aumento menor en sus ingresos. La mayoría de las evaluaciones del impacto se centran en la generación de ingresos por medio del microcrédito. No obstante, el aumento de los ingresos es 167

304 un efecto indirecto, y no siempre es el propósito principal de un préstamo. Se han realizado pocas evaluaciones de los efectos directos de las microfinanzas, como la mejora de la administración del dinero, que es una justificación importante de las microfinanzas. Al evaluar los efectos directos de las microfinanzas se debería examinar la relación entre clientes y servicios, así como la solidez financiera de las instituciones de microfinanzas, y hacer una distinción entre préstamos y servicios de ahorro. Son demasiado altos los intereses que cobran algunas instituciones de microfinanzas? Una preocupación que se expresa con frecuencia en relación con las microfinanzas es que las tasas de interés que se cobran por los préstamos son demasiado altas y no permiten que los clientes obtengan suficientes ingresos y crezcan. No obstante, se ha observado que los costos financieros constituyen una parte insignificante de los costos de las microempresas. Además, se ha comprobado que los costos de transacción no financieros son tan importantes para los microempresarios como los costos financieros. A fin de mantener su alcance, las instituciones de microfinanzas necesitan cobrar intereses suficientemente altos. Como sus préstamos son pequeños, los costos de operación son altos. Una competencia adecuada en el mercado de las microfinanzas ayudará a bajar los costos de operación y las tasas de interés. Cuáles son los méritos relativos del ahorro en pequeña escala en contraposición a los préstamos? Se ha comprobado que los pobres tienen tanto la capacidad como el deseo de ahorrar y que las trabas que crean ciertas normas e instrumentos obstaculizan la movilización del ahorro más que las preferencias de los pobres con respecto al ahorro. Algunos principios importantes para planes de ahorro en pequeña escala son la conveniencia y la seguridad, la disponibilidad de una amplia gama de servicios de ahorro con distintos grados de liquidez y rendimiento, un saldo mínimo obligatorio bajo y tasas de interés competitivas. Además de ser un servicio útil que la gente de bajos ingresos necesita, el ahorro puede mejorar la capacidad crediticia de los pobres y la sostenibilidad de las 168

305 instituciones de microfinanzas. Sin embargo, no hay indicios de que el ahorro sea el único servicio financiero que necesitan los microempresarios. El ahorro, el crédito y el seguro tienen usos ligeramente diferentes para los pobres, y la disponibilidad de los tres servicios puede ayudar a reducir la pobreza. Algunos profesionales y donantes afirman que las instituciones de microfinanzas no sólo deben corregir las limitaciones financieras, sino que al mismo tiempo deben abordar también otras causas más cualitativas de la pobreza. Sin embargo, las instituciones de microfinanzas suelen ser menos eficaces cuando agregan actividades no financieras nuevas, y terminan llegando a menos personas pobres. Los argumentos a favor de la integración de servicios complementarios a menudo se basan en ciertas limitaciones percibidas de las microfinanzas. No obstante, esas "limitaciones" no son más que un reflejo de lo que se puede lograr y lo que no se puede lograr con los servicios financieros. Aunque es cierto que las microfinanzas no son el único servicio que necesitan los microempresarios pobres para aumentar su productividad y sus ingresos, eso no significa que las instituciones de microfinanzas deban proporcionar todos los servicios que se necesitan. El análisis de las limitaciones de las microfinanzas es más pertinente en relación con la programación general de la asistencia para el desarrollo, o sea en la selección de una combinación de instrumentos para reducir la pobreza y fomentar el desarrollo económico por medio de la promoción de la microempresa. Dado que los mayores bancos comerciales originan el 80% de sus negocios a partir del 20% de sus clientes, resulta evidente el tentativo de evitar tener clientes con rentas bajas. Sin embargo, el éxito de la microfinanzas ha demostrado que los bancos pueden confiar en los clientes con rentas bajas si existe un incentivo para que ambos desarrollen una relación a largo plazo, aun cuando el banco no pueda contar, algunas veces, con garantías sobre el pago del préstamo. De hecho, cuando los bancos fueron creados en la Edad Media, crédito o credo significaba confianza en el cliente. 169

306 Desde el principio, el objetivo de la microfinanzas ha sido proporcionar ahorros y crédito a empresarios con rentas bajas y ha facilitado a pequeñas empresas, sobre todo en el sector de los servicios. En el sector de la agricultura y en el de la alimentación, la clientela típica de las IMF está constituida por microempresas rurales o suburbanas, agricultores empobrecidos, agricultores sin tierra, mujeres, comerciantes, cultivadores, pescadores de pesca artesanal y pequeños hogares. Estos hombres y mujeres con rentas bajas o de pocos recursos, microempresarios urbanos y rurales, han demostrado una y otra vez ser mutuarios y ahorradores de confianza. Los individuos, las familias y los grupos familiares se ganan la vida de diferentes maneras. El sistema de vida de los hombres y el de las mujeres puede ser distinto, y ciertos grupos de personas pueden tener problemas de liquidez en diferentes períodos del año. Por ejemplo, debido al vínculo entre la producción agrícola y las estaciones, los ingresos pueden no ser regulares; se considera entonces oportuno contener los pagos de producción para liberar a esas personas durante los meses menos lucrativos del año, cuando los individuos no tienen la capacidad de generar los mismos ingresos. Asimismo, los gastos pueden ser estacionales o cíclicos, como los pagos específicos, los gastos escolares (útiles y mensualidades) y los impuestos debidos a ciertas alturas del año. No debe asumirse que sea el jefe de la familia quien tenga la responsabilidad de los gastos, ya que ello puede variar de país a país e incluso en el mismo país. Por ejemplo, en muchas culturas los maridos y las esposas ganan y guardan separadamente sus ingresos y, los gastos relacionados con los hijos no se considera que correspondan al padre sino a la madre. En algunas regiones de Bolivia, por ejemplo, cuando las agencias de desarrollo estuvieron trabajando en la reducción de plantaciones de coca, se enteraron de que las ganancias obtenidas con este cultivo ilícito iban a las agricultoras, que se referían a su plantación. Las agencias de desarrollo tuvieron que reajustar sus 170

307 programas de desarrollo de plantaciones para poder crear otras fuentes de ingresos o plantaciones alternativas para las mujeres. Los servicios de microfinanzas están destinados, sobre todo, a microempresas que, probablemente, producirán ingresos que permitirán al deudor pagar su préstamo. Una clasificación de microempresas típicas se encuentra en el listado del cuadro 6. Las microempresas, generalmente, son negocios familiares o de empresarios individuales que operan en los sectores semi-oficiales o no-oficiales. En los países más desarrollados las microempresas y las de pequeña escala están registradas como compañías y generan un elevado porcentaje de empleo. En Rumania, las empresas con menos de 10 empleados son más del 90% de todas las compañías. La definición estadística de Pequeñas y Medianas Empresas (PME) varía de acuerdo con el país y, se basa, generalmente, en el número de empleados y en la cantidad activos. Las microempresas emplean hasta 4 personas, el límite mínimo para las empresas de pequeña escala suele ser de 5 a 10 empleados y el límite máximo de 50 a 100 empleados (Hallberg, 1999). El sector de las PME (sobre todo en el comercio) es generalmente muy vasto y, da empleo a una parte substancial de la población activa; por ejemplo, se evaluó del 16% al 27% en la República de Kenya, la República de Zimbabwe, el Reino de Swazilandia, la República de Malawi y el Reino de Lesotho (Parker y Torres, 1993). En todos los países, los pobres rurales no derivan todos sus ingresos de la agricultura y deben realizar faenas de mano de obra para garantizar su subsistencia (Binns, 1998). Consecuentemente, no está de menos evidenciar que un número significativo de PME estén localizadas en las áreas rurales (de 68% a 90% fueron analizadas más 171

308 arriba) y más de la mitad de los hogares depende de las PME para producir por lo menos la mitad de sus ingresos (Parker y Torres, 1993). Un número significativo de PME opera desde la casa de habitación. Reconocimientos de campo llevados a cabo en la República de Zimbabwe, el reino de Swazilandia, la República de Kenya, el Reino de Lesotho, la República de Malawi y en la República Dominicana han demostrado que aproximadamente la mitad de los empresarios de las PME eran mujeres (Liedholm y Mead, 1995). Cuadro 6: Tipología ilustrativa de microempresas Servicios Producción Transportes Sastre /Costurera Reparación de máquinas Fábrica de muebles Desolladura del arroz Producción de comida Venta ambulante Tejidos Vendedores de mercado Producción de cerveza Barberos Horticultura Fotocopias/fax/teléfono Carpintería Mano de obra Herrería Las empresas de microfinanzas, con la finalidad de garantizar que los asuntos socioeconómicos y de género estén sistemáticamente incluidos en sus servicios, deberán: revisar todas sus operaciones y reglamentos desde una perspectiva de género; integrar prácticas de igualdad de género en los servicios para ambos, hombres y mujeres; integrar globalmente los asuntos de género a nivel directivo y en todas las acciones de formación para los clientes/miembros y funcionarios y, respecto a las condiciones de contratación y a las estructuras de incentivos. Crédito Es necesario reconocer que el crédito tiende a ser utilizado por los clientes, no solamente con el propósito de generar ingresos, sino también para necesidades 172

309 del hogar como la vivienda o reparaciones domésticas. Algunas veces resulta difícil distinguir entre estas utilizaciones del crédito, ya que algunas personas utilizan sus casas para sus actividades de producción. A menudo resulta difícil en el sector paralelo separar las actividades de la producción empresa de la economía doméstica. Este hecho lo ilustra una mujer deudora que utilizaba su casa para hacer pan. Así, cuando se contrae un préstamo para reparar el tejado, surge la cuestión de si se trata o no de un préstamo de consumidor. A veces se tiene la necesidad de solicitar dinero prestado para pagar deudas y el préstamo se destina a tal fin. Si el dinero ha sido originalmente prestado para actividades que generan ingresos y el dinero ha sido utilizado de otra manera, se crea tensión en el hogar dependiendo de quién sea el responsable del pago de la deuda (Goetz y Sen Gupta, 1996). Servicios de depósito Los servicios de depósito proporcionan un lugar seguro para los ahorros y para los intereses. La experiencia demuestra que existe una fuerte demanda de servicios de depósitos. Por ejemplo, en la República de Ghana y en la República de Mozambique las vendedoras de los mercados pagan a agentes recolectores, que pasan con regularidad y recaudan los fondos excedentes. Los ahorros son importantes a causa. De los aspectos estacionales de muchas actividades de las microempresas y, también, a causa de las situaciones de emergencia o inesperadas que deben enfrentar las personas. Se supone la forma en que manejan el dinero los más pobres y se olvida que también los más pobres se protegen contra los riesgos y las emergencias. La mayor parte de las personas aparta algún dinero para gastos inesperados, tales como fondos para funerales, cosechas perdidas o desastres naturales. Las agencias de ahorro son servicios necesarios, pero ampliamente descuidados. 173

310 Algunas cuestiones clave que deben plantearse sobre los potenciales clientes de la microfinanzas, tienen que ver con: qué tipo de servicios de ahorro se pueden ofrecer a los clientes y qué tipo de interés se pagará; cuán fácilmente accesibles deben ser los ahorros para que los clientes, mujeres y hombres, puedan usar este servicio; cuán diversificadas pueden ser las actividades de subsistencia de las personas; cuáles son las mayores fuentes de ingreso y de egresos; y cuáles son, en tiempos de crisis, las estrategias competitivas previstas para los distintos grupos socioeconómicos. Muchas organizaciones de microcrédito establecen en su sistema de crédito un componente obligatorio de ahorro; otras, prefieren tener un componente voluntario. Como la mayor parte de las instituciones de microfinanzas no está autorizada a captar los ahorros para sí por motivos reglamentarios, piden a los mutuarios que depositen el dinero en el banco, en la mayoría de los casos a nombre del grupo de solidaridad o dejan que sea el mismo grupo quien guarde el dinero. Seguros El Banco SEWA 111 ha sido pionero en el lanzamiento de diferentes tipos de pólizas de seguro que han demostrado que las mujeres de escasos recursos los valoran positivamente y, que encuentran la manera de pagarlos ya que están predispuestos para satisfacer sus necesidades. Otras instituciones de microfinanzas se encuentran ahora en fase de experimentación sobre este terreno. Servicios de desarrollo de negocios (SDN) 111 La asociación de trabajadoras autónomas (SEWA) fue fundada en 1972 y registrada como sindicato en abril de En 1974, trabajadoras autónomas fundaron el Banco SEWA en calidad de banco cooperativo con el objetivo específico de conceder crédito a trabajadoras autónomas con vistas a darles más poder y a reducir su dependencia de los especuladores. Directivos cualificados contratados por la Dirección, gestionan profesionalmente el banco y el Banco de Reservas de la República de la India supervisa sus operaciones. 174

311 Los servicios no-financieros, o servicios de desarrollo de negocios (SDN), pueden incluir: desarrollo empresarial, formación profesional y de gestión, extensión, consultoría, desarrollo tecnológico y divulgación; información sobre los mercados, patrones, tecnologías; desarrollo de relaciones a través de franquicias, subcontratos, creación de grupos de negocios, etc. Estos servicios forman parte de una estructura de soporte del mercado para sostener a las microempresas en el afán de llegar a ser competitivas y de consolidarse (Hallberg, 1999). La provisión de los SDN por parte de actores del mercado como respuesta a las necesidades del cliente, así como la microfinanzas, tiende, por su parte, a orientarse hacia fines lucrativos no dependiendo de subsidios gubernamentales o de donaciones. Los mecanismos de soporte ofrecidos por los SDN dependen de instituciones que ofrecen asistencia técnica y de mercadeo a las micro o pequeñas y medianas empresas (PME) que puedan llegar a ser comercialmente sostenibles a largo plazo. Las intervenciones por encargo se diseñan a partir de la observación de las necesidades de la clientela. En el caso de mercados subdesarrollados, donde las microempresas ignoran los beneficios de los SDN, los mecanismos para colmar las intervenciones por encargo incluyen la utilización de títulos y de subsidios paralelos temporales. Existen también intervenciones por encargo relativas a los SDN En los SDN la clave del éxito consiste en desarrollar un servicio a bajo costo que satisfaga las necesidades y la capacidad de solvencia de los clientes, hombres y mujeres (Hallberg, 1999). La SwissContact es una ONG suiza especializada en el apoyo a proveedores de SND llamados Centros de desarrollo de negocios (CDN). Ha trabajado con 8 de dichos CDN en Perú y con 6 en la República de Indonesia. La SwissContact propone un enfoque en el cual destaca una filosofía de tipo empresarial y una 175

312 orientación de mercado que rompe con las precedentes disposiciones de subsidios tan frecuentes entre las ONG. Sin embargo, por lo menos hay que tomar en cuenta dos advertencias: 1) El riesgo de que los CDN trabajen como las microempresas ricas; y, 2) Los elevados costos asociados a la asistencia técnica y al monitoreo por parte de los CDN. La Swiss contact tiene un contrato empresarial con los CDN que han trazado un perfil de beneficiarios financieros. El socio CDN generalmente cubre hasta el 50% de sus costos operativos durante un año. La SwissContact ofrece becas para formación de equipos, análisis de mercado y redes de comunicación con otros centros de negocios. La estabilidad financiera deberá ser alcanzada por parte de los CDN a partir de dos o tres años de su apertura. Otras medidas de éxito son los costos de eficacia (introducción de nuevos clientes) y las contribuciones financieras (margen bruto) de diferentes servicios. La experiencia de la SwissContact demuestra la existencia de un mercado para los SDN y que sus proveedores pueden volverse instituciones sostenibles 112. Muchas organizaciones de mujeres en el mundo entero han incluido un componente de crédito y ahorro, como medida para incrementar los ingresos de las mujeres. Existe gran variedad entre los Programas Microfinanciero en cuanto a perspectivas y objetivos. Recientemente ha habido una aparente convergencia de políticas, terminología y preocupaciones comunes alrededor de la sostenibilidad, la participación y el empoderamiento a medida que las agencias donantes y las ONG han intentado responder a sus críticos y los activistas han entablado un diálogo constructivo. Sin embargo, por debajo del aparente consenso actual, es posible identificar tres "paradigmas" contrastantes con diferentes objetivos y percepciones subyacentes, así como diferentes prescripciones y prioridades de políticas con relación al propio microfinanciamiento y a la política de género: 112 Adaptado de Hagnauer,

313 El paradigma feminista del empoderamiento está en la base de las políticas de género de muchas ONG y las perspectivas de algunos de los consultores e investigadores que analizan el impacto de género de los programas de microfinanciamiento (como Johnson, 1997). Este paradigma no se originó como una imposición del Norte, pero está firmemente enraizado en el desarrollo de algunos de los primeros programas de microfinanciamiento en el Sur, incluyendo SEWA y WWF en la India. En este caso las preocupaciones subyacentes son la igualdad de género y los derechos humanos de las mujeres. El microfinanciamiento se promueve como un punto de entrada en el contexto de una estrategia más amplia para el empoderamiento económico y sociopolítico de las mujeres que se centra en la sensibilidad de género y la organización feminista. Como lo desarrollara Chen (1996) en sus propuestas para un enfoque de subsector hacia el micro crédito, basado en parte en la estrategia de SEWA y promovido por UNIFEM, el microfinanciamiento debe: Ser parte de una estrategia sectorial para el cambio que identifica oportunidades, limitaciones, y cuellos de botella en las industrias, los que si se abordan pueden elevar los ingresos y las perspectivas para grandes cantidades de mujeres. Posible estrategias incluyen la vinculación de las mujeres a los servicios e infraestructuras existentes, el desarrollo de nuevas tecnologías que ahorran trabajo como el procesamiento de los alimentos, la construcción de redes de información, el cambio a nuevos mercados, cambios en las políticas para superar las barreras legislativas y la sindicalización. Basarse en principios participativos para fortalecer el conocimiento progresivo de las industrias y permitir a las mujeres desarrollar sus estrategias para el cambio. En cuanto a la evolución de las microfinanzas en América Latina, se cuenta con evidencias de que su rentabilidad en la región es mayor que en otras regiones del 177

314 mundo, a pesar de que su tamaño es menor 113. También se ha observado a partir de la práctica en la región que, aunque las economías de escala son importantes, las instituciones pequeñas pueden alcanzar viabilidad financiera y rentabilidad. Debido a que las barreras de entrada son superables en cuanto al tamaño de la institución 114, esto ha posibilitado el ingreso de más participantes, lo cual genera una competencia sana que impregna de vitalidad al sector. Muchas de las grandes entidades de microfinanzas hoy en día reguladas empezaron como ONGs o al interior de una ONG, como un mero programa de crédito. La importancia de llegar a mayores escalas es clara en lo que se refiere a permitir un acceso a los sectores más pobres, pues en tanto se busca atacar al centro de la pobreza, y no sólo rasguñar su superficie es imprescindible reunir dos atributos: poder impactar en grandes números y poder hacerlo con permanencia 115. Sin embargo, en cuanto a abordar la perspectiva de género, - es decir no solamente considerar el acceso sino también los beneficios de manera equitativa e integral, como persona y como sujeto económico y político- se sigue prestando mucho más atención al asunto a partir de las intervenciones de microfinanzas de las ONGs. Las entidades que están más interesadas en lograr una propuesta de empoderamiento para sus clientes son las entidades no reguladas, que focalizan clientes de mayor pobreza a las que atienden en grupos compuestos, mayoritariamente o exclusivamente, por mujeres con esquemas de bancos comunales o variantes. Varias de estas organizaciones tienen programas paralelos de desarrollo económico local, desarrollo rural, salud reproductiva u 113 El modelo Latinoamericano de microfinanzas: una mirada desde adentro: Documento de Tomas Miller- Sanabria del año 2005 para publicación del BID editada conjuntamente con Marguerite Berger, Lara Goldmark. 114 Aunque algunos consideren que esto es posible en tanto las clientes de las IMF pequeñas estén absorbiendo tasas de interés bastante altas. 115 Michael Chu en la ponencia Microfinanzas: movilizando mercados para combatir la pobreza la experiencia de América Latina (Seminario: Crecimiento Económico de Amplio Alcance; 47º Reunión Anual; Banco InterAmericano de Desarrollo; Belo Horizonte, Brasil; 31 de marzo de 2006) se refiere a la importancia de la comercialización en las microfinanzas, señalando que el problema atañe a alrededor de 3,000 millones de personas que viven con 2 dólares o menos por día y que la pobreza no será erradicada en una sola generación. 178

315 otros. Un desafío para el futuro es buscar puentes entre las entidades que siguen brindando una serie de servicios complementarios con enfoque de género y las entidades reguladas que desean incorporar tecnologías con enfoque de género que no distraiga su quehacer esencialmente financiero. Las entidades de microfinanzas reguladas y no reguladas han logrado niveles de asociación y agremiación en que los temas de desempeño social y enfoque de género vienen cobrando cada vez más importancia. El desempeño y la responsabilidad social se vienen promoviendo entre las redes de entidades de microfinanzas en el contexto del fomento de la cooperación internacional para el desarrollo y sostenibilidad de los sistemas financieros nacionales. El interés sobre el tema de atención a las mujeres de menores ingresos es hoy en día generalizado. Para las IMF es claro hoy en día que cada vez más mujeres se están incorporando como clientes. Su paso previo por otros programas de microcrédito solidario ha permitido preparar a las mujeres emprendedoras como clientes potenciales ideales para las financieras y bancos que pretenden expandir su cartera. Existen por otro lado algunas preocupaciones por esta creciente participación. En varias localidades y regiones, las IMF encuentran que sus clientas son paralelamente clientas en otras entidades y consideran que el tema del sobre endeudamiento es una amenaza al sistema de las microfinanzas en su conjunto (no solamente en cuanto a poder sacar del mercado a las entidades más pequeñas y con menores niveles de eficiencia) 116. Esto se convierte en un tema más dramático en el contexto de la crisis financiera internacional. Esta tecnología permitirá dar nuevas perspectivas para los sistemas de información de género en los programas de microfinanzas. Además de ser las herramientas GALS adaptables para el monitoreo de avances e impactos en el 116 La sobre oferta de créditos personales de consumo de grandes firmas comerciales/financieras es vista por muchas IMF como una mayor amenaza. 179

316 grupo meta, también lo son para identificación de retos y monitoreo de avances para la transversalización de género en las organizaciones de microfinanzas. El paradigma de la autosostentabilidad financiera (a menudo llamado el enfoque de los sistemas financieros o el enfoque de la sostenibilidad) es un esfuerzo por insertar los temas del alivio de la pobreza y el empoderamiento en la agenda neoliberal. Este paradigma es la base de los modelos de microfinanciamiento promovidos desde mediados de los 80, por la mayoría de las agencias donantes y de las directrices de Mejores Prácticas que se promueven en las publicaciones de USAID, el Banco Mundial, el PNUD, el CGAP y la Campaña de la Cumbre del Micro Crédito. El objetivo final son programas grandes, que sean rentables y totalmente independientes desde el punto de vista económico, en competencia con otras instituciones bancarias privadas, y capaces de recaudar fondos de los mercados financieros internacionales en lugar de depender del financiamiento de las agencias de desarrollo. El principal grupo meta, a pesar de lo que se dice sobre favorecer a los más pobres, son los "pobres financiables por el banco", o sea, pequeños empresarios y productores. Las discusiones se han centrado en el establecimiento de tasas de interés para cubrir los costos, la separación del microfinanciamiento de otras intervenciones para permitir una contabilidad separada y la expansión del programa para aumentar su alcance, las economías de escala y la reducción de los costos de transacción. Recientes directrices para recibir financiamiento del CGAP y de mejores prácticas se centran en la producción de un "índice de sostenibilidad financiera" que registra el avance de los programas en la cobertura de los costos a través de los ingresos. Este énfasis en la sostenibilidad financiera se considera necesario para crear instituciones que lleguen a un número significativo de personas pobres, en el contexto de una reducción en los presupuestos de asistencia y de la oposición a las prestaciones sociales y a la redistribución en las políticas macroeconómicas. 180

317 CDR - ULA Enfoque de género y Microfinanzas El paradigma del alivio de la pobreza está en la base de muchos programas de desarrollo comunitario. En este caso, el alivio de la pobreza se define en términos que van más allá de los ingresos comerciales para abarcar mayores capacidades y opciones, y reducir la vulnerabilidad de las personas pobres. En general, el principal enfoque de los programas está en el desarrollo de medios de vida sustentables, en el desarrollo comunitario y en el suministro de servicios sociales como la alfabetización, la atención en salud y el desarrollo de la infraestructura. La preocupación no está sólo en beneficiar a los pobres sino a los más pobres. En particular, los debates se han centrado en la importancia de los pequeños ahorros y en la facilitación de préstamos para el consumo así como para la producción, la formación de grupos y la posible justificación para algún nivel de subvención para los programas que trabajan con grupos de clientes particulares o en contextos específicos. Algunos programas han desarrollado metodologías eficaces para enfocar la pobreza u operar en áreas remotas. Diferentes perspectivas: los niveles macro, intermedio y de campo Los diferentes actores de la microfinanzas, ya sean proveedores o usuarios de servicios microfinancieros, tendrán diferentes perspectivas. Para distinguir los desafíos, problemas y asuntos que surgen en las operaciones microfinancieras, es útil diferenciar las perspectivas en tres niveles principales: el nivel macro o político, el nivel de los clientes microfinancieros y el nivel intermedio o de las instituciones de microfinanzas. El nivel Macro comprende las políticas nacionales que gobiernan las actividades microfinancieras en el país. Abarca la legislación y las regulaciones. Tales políticas nacionales influyen respecto a la operatividad de las IMF y a la oferta de incentivos existente para los empresarios. Las políticas nacionales de agricultura, 181

318 la tendencia demográfica, los términos de negocio, la política nacional de educación, la tasa de desempleo y el gasto público también ejercen una influencia enorme sobre los intermediarios microfinancieros y sobre sus clientes. Las instituciones multilaterales que pueden ejercer influencias a nivel macro, a través de leyes y acuerdos internacionales, cooperación internacional y desarrollo político, son el Banco Mundial, El Fondo Monetario Internacional, las Agencias de las Naciones Unidas, la Unión Europea, las agencias bilaterales como la OCDE. El nivel Intermedio se centra en las instituciones (ONG, bancos, organismos de desarrollo, uniones de crédito y cooperativas, etc.) y, en cómo operan en términos de provisión e implementación de servicios, así como también de qué manera influyen en la política nacional relacionada con la microfinanzas y en las mejores prácticas dentro del sector 117. En este nivel, los asuntos incluyen las funciones del sector privado y público, los niveles de decentralización, las estructuras institucionales y los niveles de especialización y experiencia entre las instituciones. El nivel de campo se centra en mujeres y hombres empresarios. Es crucial plantear de qué manera los intermediarios de la microfinanzas y, realmente los agentes políticos pueden identificar las necesidades específicas y las prioridades de mujeres y hombres respecto a los servicios financieros. Otros agentes son las organizaciones rurales, las asociaciones de clientes y las redes de clientes La ventaja de dividir el contexto en niveles macro, intermedio y de campo es que resulta más fácil diagnosticar a qué nivel deben tratarse los problemas y decidir qué asuntos están a nuestro alcance para efectuar cambios. Es fundamental identificar las asociaciones y la interdependencia entre los niveles. Tomando en consideración los demás niveles, se espera que, independientemente del nivel en el cual se opera, las actividades estén organizadas de manera más eficiente. Tras esta categorización, es importante identificar a las partes interesadas en cada nivel. Ello se obtiene con un análisis de las partes interesadas 117 Las mejores prácticas son principios o procedimientos que han resultado eficaces en distintos contextos y son necesarios para asegurar que las IMF operan de una manera sostenible. 182

319 que nos proporciona una percepción de las dinámicas en cada nivel, así como la interrelación entre los niveles. Para las operaciones microfinancieras, la identificación de un amplio espectro de partes interesadas puede constituir un útil ejercicio de planificación para garantizar que los programas de microfinanzas puedan realizarse conforme previsto. Las partes interesadas incluyen todos aquellos que directa o indirectamente participan a una determinada actividad, programa o política de microfinanzas. Las partes interesadas pueden ser individuos o grupos y pueden incluir: Hombres y mujeres empresarios y organizaciones rurales en el nivel de campo. En las áreas rurales estos pueden ser agricultores con pequeñas parcelas de tierra, trabajadores sin tierra, trabajadores emigrantes, agricultores desplazados, diferentes grupos étnicos (con diferentes sistemas agrícolas), niños trabajadores, juventud rural, comerciantes, etc. Fuentes financieras no oficiales (prestamistas de dinero, asociaciones de crédito, asociaciones de ahorro y crédito rotatorio RoSCAS, etc.) así como oficiales (bancos, otras asociaciones financieras), IMF, ONG, Cooperativas de crédito, cooperativas, empresas del sector privado, organizaciones rurales, grupos de influencia y sociedades financieras en el nivel intermedio. Funcionarios de gobierno, nacionales o locales, diferentes ministerios (Agricultura, Hacienda, Comercio e Industria, etc.), el Banco Central, agencias y compañías internacionales (Unión Europea, FMI, Banco Mundial, agencias de las NU, donantes bilaterales) en el nivel macro. El intento de identificar un amplio espectro de partes interesadas en las actividades microfinancieras particulares requiere comprender y evaluar los riesgos de todos las partes interesadas. Se debe considerar la relación de cada grupo de partes interesadas con los objetivos del programa microfinanciero. El éxito de una operación microfinanciera depende en última instancia de las 183

320 interacciones entre todas las partes interesadas que tienen, inevitablemente, diferentes objetivos e intereses. La identificación de las partes interesadas quizás pueda ayudar a reconciliar las distintas exigencias y posiciones de estas partes y, a poner en realce los potenciales conflictos de intereses entre los diferentes grupos. Puede que las IMF no tengan la capacidad de resolver los conflictos entre distintos grupos, pero deben ser concientes de su existencia ya que pueden comprometer sus programas. El análisis de las partes interesadas posibilita la comunicación de la información de un modo eficaz. La identificación y, si es posible, la inclusión de un amplio espectro de partes interesadas en cada uno de los tres niveles de planificación, ayuda a establecer estructuras que eventualmente canalicen la información de la situación real al nivel de campo hacia las IMF y viceversa, en última instancia tal información deberá alcanzar el nivel de las decisiones políticas. 3.7 Salud y Educación Salud. En países en vías de desarrollo, la pérdida de ingresos debido a enfermedad o incapacidad de un prestatario o de un miembro de su familia y el alto costo de tratamiento son altamente perjudiciales. Por ello, no es sorprendente que éstos se encuentren entre los motivos más comunes por los que los clientes microfinancieros permanecen sumergidos en la pobreza, ya sea por morosidad en sus prestamos y/o abandono del programa microfinanciero. De acuerdo a una encuesta de Zakoura Microcredit Program, aquellos problemas fuera del control inmediato de sus clientes, que frecuentemente incluían alguna enfermedad o 184

321 muerte en la familia, fueron las principales causas de abandono del programa por el 28.6% de los casos de una muestra 118. En un estudio de Helen Todd sobre clientes antiguos del Banco Grameen, la salud era el factor dominante que diferenciaba a las familias que habían superado la pobreza de aquellas que no. Ella escribe: " enfermedades serias en la familia... casi siempre obligaban a liquidar activos para pagar el tratamiento médico y/o mantener a la familia a flote... El desastre de la enfermedad golpeó a diez de las 17 familias del Banco Grameen que aun permanecen en el grupo de pobres, equivalente al 50% de la muestra. Entre las familias que ya no son pobres... solamente el 18 por ciento... han sido golpeados con una seria enfermedad." 119 Aunque los datos aquí mencionados son alarmantes, no son sorprendentes. En países desarrollados, la enfermedad y las lesiones son también causas comunes de bancarrota. De acuerdo a un estudio llevado a cabo en el año 2005 conjuntamente por el Colegio de Abogados y la Escuela de Medicina de la Universidad de Harvard, aproximadamente la mitad de todos los individuos que se declaran en bancarrota en los Estados Unidos menciona enfermedad y los correspondientes gastos médicos como factores primarios que los condujo a la bancarrota. La diferencia principal entre estos dos grupos -prestatarios en países desarrollados y prestatarios microfinancieros, está en la vulnerabilidad de ambos. Para un individuo de un país desarrollado, la bancarrota puede ser un obstáculo enorme con cambios significativos en su forma de vida, sin embargo, los países desarrollados cuentan con redes de seguridad e infraestructuras legales y sociales establecidas, a saber: leyes de bancarrota, así como otras instituciones públicas y privadas que ayudan a la gente a reestablecerse y volver a la marcha económica independiente. 118 Helen Todd, Women atthe Center (Boulder: Westview Press, 1996), See also: Khalilur Rahman, "Poverty, Microcredit and Health-What Role can WHO Play?" in Regional Health Forum 4, Helen Todd, Women atthe Center (Boulder: Westview Press, 1996), See also: Khalilur Rahman, "Poverty, Microcredit and Health-What Role can WHO Play?" in Regional Health Forum 4, 185

322 En países en vías de desarrollo, este tipo de infraestructura no existe o su alcance es limitado. De ahí que para un prestatario microfinanciero que vive con uno a dos dólares al día, la enfermedad puede fácilmente conducirlo al hambre, la privación total o aún a la muerte. Pro Mujer Suministrando Atención de Salud Básica a los Clientes Pro Mujer, una red internacional compuesta por IMFs que operan en varios países de Latinoamérica, cree y practica "Microfinanzas Plus" un término que captura el concepto de oferta de servicios integrales a sus clientes. A través del contacto con clientes, los líderes de Pro Mujer saben que por muy inadecuados que sean, los servicios de salud se utilizan con poca frecuencia. Además de la falta de acceso, las clientas de Pro Mujer no utilizaban servicios de salud públicos o privados, porque sentían temor e incomodidad, fueron mal atendidas y/o quedaron insatisfechas con la calidad del servicio. 120 Reconociendo que la salud es importante para el bienestar y para construir una red solidaria entre sus clientas, Pro Mujer decidió ofrecer servicios de salud o ayudar a sus clientes a obtener acceso a servicios de salud que cubren sus necesidades. Para dar servicios de salud, Pro Mujer utiliza diferentes estrategias dependiendo de las necesidades de sus clientes y de los recursos que tienen disponibles. En algunos países como Bolivia, Pro Mujer tiene su propio gabinete de salud ubicado en un Centro Focal donde las mujeres pagan sus préstamos, reciben asesoría y cuidado médico básico. Si necesitan servicios más sofisticados, se las envía a otros centros de salud con los cuales Pro Mujer ya mantiene acuerdos para tratamientos más complicados. En otros países, como en Perú, Pro Mujer no ofrece servicios de salud propios sino que envían a sus clientes a centros locales de atención de salud con quienes han establecido un acuerdo. En paralelo a los servicios de salud, Pro Mujer trata 120 Washington, D.C., CGAP: 2001). Carmen Velasco y Saiko Chiba, Expanding Impact: Innovations en Cost- Effectively Integrating Microfinance con Education in Health: November

323 continuamente de integrar otros productos, tales como el seguro de salud, como parte de su modelo, dando así un conjunto de productos y servicios que ayudan a sus clientes a ser más sanas y auto suficientes. Aunque las estrategias pueden diferir para maximizar su efectividad, el objetivo es el mismo: facilitar el acceso a los servicios de salud y ayudar al cliente a asumir responsabilidades en su propio cuidado y el cuidado de la salud de su familia. Los resultados del programa de Pro Mujer muestran mejoras en la salud, confianza y concientización de los clientes. Un estudio realizado en Bolivia en el 2005 muestra que los niños de clientes que participan en el programa por periodos más largos son menos propensos a enfermarse que los niños de los no-miembros (70% vs. 77%), y si los niños se enferman, 91% de las mujeres que son clientes antiguas piden atención médica, comparado con 82% de los clientes recientes. Sin embargo, no se encontraron diferencias sustanciales entre clientes con mayor tiempo en el programa, quienes son menos propensas a enfermarse comparados con los clientes más recientes. Lo que es innegable es que tener acceso a capacitación y atención médica cambia los hábitos de salud del cliente a lo largo del tiempo. Como dice Carmen Velasco, "Pro Mujer no solo esta acrecentando el conocimiento de las clientes, sino que también las esta haciendo más concientes de sus derechos, con más poder para pelear por ellos, y a la vez también están cambiando sus hábitos de salud." Tanto los hombres como las mujeres viven en un mundo complejo y en constante transformación. Por ejemplo, los agricultores deben enfrentar constantemente decisiones de elección sobre qué cosechas y qué variedades concentrar sus esfuerzos y recursos microempresariales, sobre las nuevas oportunidades de mercado, las restricciones ambientales como plagas y enfermedades, la disponibilidad de mano de obra y su costo. Muchos de los agricultores más pobres no logran obtener todos sus ingresos de sus actividades agrícolas y deben examinar los beneficios de otras actividades generadoras de ingresos. 187

324 Educación El tercer factor crítico que impide a algunos prestatarios mantener un negocio próspero es la carencia de educación. La mayoría de los prestatarios de las microfinanzas son personas que por primera vez manejan un negocio y adquieren su primera deuda, y como sabemos, las responsabilidades de ambos compromisos son grandes ya que requieren entender los fundamentos del crédito y manejar un negocio complejo. Sin el apoyo y la educación apropiados, un microprestatario puede encontrarse imposibilitado para manejar un negocio en crecimiento, lo cual podría llevarlo a reincidir en la pobreza y/o a incumplir con el pago de su préstamo. La alfabetización y la instrucción de "alfabetización financiera" a los clientes de microfinanzas representan por lo tanto una inversión a largo plazo que ayuda a prosperar al cliente y a la microfinanciera, incluso si los costos del servicio aumentan en el corto plazo. Además, facilitar mayor educación a los hijos de los clientes es una meta más real y menos cara que, en la mayoría de los casos, puede ayudar a asegurar que por lo menos un miembro del hogar y del negocio familiar sepa leer y escribir. De esta manera, el cliente al llegar a la vejez, contaría con un descendiente con mejores probabilidades de brindarle apoyo económico. De los varios factores que inhiben el éxito de un prestatario en el contexto de las microfinanzas, los tres antes mencionados son fundamentales por lo que tiene mucho sentido que las IMFs incorporen ciertas medidas de prevención y de mitigación de estos riesgos en su modelo de negocio. Mejorar la salud de los clientes así como ayudar a los pobres a prevenir y/o responder a los demás factores puede contribuir eficazmente a la sostenibilidad tanto del cliente como de la institución. Un cliente sano es más capaz de manejar su negocio y de generar ingresos para su familia. Esta generación de ingresos se traduce en la habilidad de cumplir con los pagos del préstamo microfinanciero. Las mejoras en el proceso de repago del préstamo deben beneficiar al prestamista y al prestatario conduciéndolos a un ciclo económico fortalecido. 188

325 Fonkoze Educando Individuos para su Autosuficiencia Fonkoze, la mayor institución de microfinanzas en Haití, es otro buen ejemplo de integración de las microfinanzas con otros servicios tales como tratamientos médicos, remesas, empoderamiento, seguros contra riesgo y desastres naturales, seguro de salud, y en particular, educación para mejorar la situación de los clientes y contribuir a la economía en general. En 1994, cuando Haití se encontraba en plena lucha por la libertad e igualdad, Fonkoze fue creada por el Padre Joseph Philippe con el objetivo de proveer los medios para que los haitianos puedan desarrollarse económicamente. Como resultado, la fundación se ha dedicado a proveer servicios de microfinanzas y otros relacionados con educación a los haitianos más desaventajados económicamente, mayormente mujeres. La organización cree que la educación es la piedra fundamental de la democracia económica ya que el 52% de la población haitiana y más del 60% de los clientes de Fonkoze son analfabetos. Fonkoze ofrece alfabetización y programas educacionales en sus 250 centros de capacitación para analfabetos en todo el territorio haitiano. Sus programas constan de cuatro módulos: dos de lectura y escritura, uno en habilidades para los negocios, y uno en sexualidad y salud reproductiva. Fonkoze está trabajando en el desarrollo de programas adicionales enfocados a los derechos humanos y a la protección ambiental. Para marzo del 2005, Fonkoze ya había enseñado a leer y escribir a 22,000 individuos 121. Nosotros creemos que a través de estos programas de educación, asociados a otros productos de microfinanzas que Fonkoze ofrece, los clientes tendrán más conocimientos, confianza y herramientas que les ayudarán a sobreponerse a los efectos de la pobreza en todas sus dimensiones. Self-Employed Women's Association (Sewa), India 121 Anne Hastings, Directora de Fonkoze (Junio 2006). 189

326 La capacitación realizada por SEWA utiliza métodos visuales para explicar los productos de SEWA y cómo escoger entre ellos para diferentes propósitos. La capacitación cubre una introducción a la planificación financiera; prácticas de manejo de dinero diario; planificación para eventos futuros; manejo de préstamo y crédito; manejo de seguro y riesgo; y preparación de un plan financiero 122. Women's Empowerment Programme (Wep), Nepal El programa "Women's Empowerment Program" (WEP) en Nepal ofrece alfabetización, educación financiera, negocios y servicios de banca comunal junto con sus servicios de ahorro y crédito. Estos Manuales, basados en Appreciative Enquiry y otros métodos participativos, han permitido que la mujer mejore sus medios de subsistencia 123. Proyecto de Educación Financiera para los Pobres "Microfinance Opportunities" y "Freedom From Hunger", con el apoyo de la Fundación Citigroup, ha desarrollado un curriculum de educación financiera para hogares de bajos ingresos en países en desarrollo. El Proyecto de Educación Financiera para los Pobres se ha asociado con un cierto número de organizaciones, entre ellas: Pro Mujer (Bolivia), Teba Bank (Sudáfrica), Al Amana (Marruecos), CARD Bank (la Filipinas) y el Centro de Microfinanzas (Polonia). El curriculum consiste en módulos sobre presupuesto, ahorros, manejo de deuda, servicios bancarios y negociaciones financieras. Cada módulo tiene una visión básica sobre el tema, una guía para el-la capacitadora con instrucciones paso a paso, y una capacitación sobre el manual 122 Fuente: Fuente: (Ashe, J. and Parrott, L. 2001) 190

327 del capacitador para preparar a los y las capacitadores-as en educación financiera 124. Hay un cierto número de maneras para ofrecer formación de capacidades de forma más efectiva, más eficiente desde el punto de vista del costo, y de forma sostenible: El aprendizaje mutuo e intercambio de información entre grupos puede cubrir varias de las necesidades básicas de capacitación si los sistemas se establecen adecuadamente y se financian desde el inicio (Ver Box 10 más adelante). Esta capacitación no reemplaza la capacitación profesional (costosa), pero permite que dicha capacitación se oriente a aquellas áreas en las que realmente es necesaria y forma la capacidad de la gente para absorber, beneficiarse de, y diseminar dicha capacitación. Implementar un subsidio cruzado: cobrarle a los clientes en mejor situación (incluyendo hombres) por algunos servicios, tales como servicios de negocios y registro de negocios y/o cobrarles a los clientes por capacitación más avanzada luego que hayan tomado cursos básicos subsidiados. Desarrollando lazos formales e informales entre los proveedores de servicios, los programas de microfinanzas pueden aumentar sus contribución a un costo mínimo y darle a los proveedores de otros servicios acceso pronto considerable, circunscripción organizada de mujeres pobres, que a su vez contribuya a la sostenibilidad de sus propios servicios. La colaboración inter- organizacional entre programas de microfinanzas y proveedores de otros tipos de servicios puede tomar muchas formas. Un programa de microfinanzas puede publicitar servicios complementarios disponibles de otras organizaciones, tal como consejo e información sobre 124 Fuente: Financial Education for the Poor, ver o Ver también Box 11 más adelante sobre Gender Action Learning System 191

328 derechos legales ofrecidos por movimientos de mujeres locales. Un programa de microfinanzas puede referir a sus clientes a otras organizaciones o hacer arreglos especiales para que programas, grupos o individuos paguen por servicios particulares. La colaboración también puede tomar la forma de compartir el costo del desarrollo de programas de capacitación e innovaciones o realizar investigaciones. Cualquiera o todos estos medios se pueden combinar para aumentar costo - efectividad con el tiempo. Por ejemplo, luego de una orientación inicial en la identificación de posibilidades de aprendizaje mutuo, las organizaciones colaborantes pueden solicitar fondos de donantes para desarrollarlos. Luego, podrán introducir cobros por los servicios para los miembros en mejor situación en una fecha posterior. En otros casos, a pesar de que los servicios o programas de microfinanzas mismos sean sostenibles, se pueden requerir servicios complementarios a ser tratados como compromisos en marcha a ser cubiertos con los fondos de donantes, especialmente cuando los fondos buscan alcanzar a mujeres muy pobres. En muchas áreas rurales, particularmente en áreas remotas con infraestructura muy mal desarrollada, separar los servicios financieros de otros tipos de apoyo complementario no es necesariamente la estrategia más eficiente desde el punto de vista de costo, porque implicaría costos paralelos altos de transporte de personal y duplicaría otros costos. La conveniencia, o no conveniencia, de separar estas funciones debe ser juzgada con base al contexto particular, el nivel de conocimientos especializados requeridos para los tipos de servicios financieros y no financieros requeridos, y la capacidad particular de las organizaciones y del personal. También es posible separar los costos de la prestación de diferentes servicios sin separar la prestación operativa de los mismos. En todo lo anterior es esencial enfatizar que la equidad de género para el acceso y el empoderamiento de la mujer no son "complementarios" o son un "credit-plus" 192

329 como la educación o capacitación empresarial. Son estrategias tranversales que deben ser parte de la transversalidad a través de la misma prestación de servicios financieros y de otras intervenciones complementarias. Al mismo tiempo, las medidas de transversalidad de género deben complementar en vez de sustituir los servicios específicos de género, particularmente capacitación sobre derechos de la mujer para mujeres (y hombres), así como apoyo legal y otros para mujeres en situaciones domésticas muy difíciles. No se recomienda, generalmente, transferir un enfoque microfinanciero particular o un modelo microfinanciero que funcionó exitosamente en un contexto o cultura hacia otro, sin antes hacer modificaciones para esa localización o contexto particular. El contexto en el que las diferentes actividades microfinancieras operan difiere de lugar a lugar y varios factores, incluyendo los de género, influyen en cómo funcionarán en la práctica. En algunas culturas, por ejemplo, los grupos solidarios como metodología microfinanciera no son apreciados, como en el caso de la mayor parte de los países en transición, donde cualquier forma de colectivismo impuesto recuerda al comunismo. Varios ejemplos de enfoques de programas microfinancieros replicados se revisan a continuación: Factores económicos Un factor económico puede ser la diferencia entre el acceso que hombres y mujeres tienen a un trabajo remunerado y, consecuentemente, el nivel de ahorro que pueden tener. Diferencias entre el acceso a los servicios financieros de ambos o cuestiones sobre quién controla los ingresos de la familia. Los factores económicos también están relacionados con la propiedad de tierras u otros recursos. 193

330 El ambiente económico global del país también es relevante para la manera en que las IMF pueden operar. La liquidez de mercado, el PIB per cápita, la potencial demanda de servicios microfinancieros, el nivel de inflación (por ejemplo, las crisis financieras en la Federación de Rusia y en partes de Asia), la cantidad de ayuda de los donantes (el Fondo Monetario Internacional, por ejemplo, ayuda a mantener baja la inflación), los niveles de pobreza, son todos factores importantes que se deben tener en consideración cuando se diseña o se gestiona un programa microfinanciero. Factores políticos Los factores políticos pueden afectar la forma en que las mujeres y los hombres asumen y comparten el poder y la autoridad. Esto puede afectar el proceso de formulación de políticas en relación a la microfinanzas. Los factores políticos incluyen políticas gubernamentales que incentivan a los empresarios en general y a las mujeres empresarias en particular. La situación socio-económica en el país es un factor crucial para la inversión; la percepción de estabilidad política o la falta de ella, y las previsiones acerca de la situación política constituyen, asimismo, factores importantísimos En situaciones de conflicto, los programas microfinancieros tienen que enfrentar varios desafíos (por ejemplo, la circulación de bienes puede ser dificultosa si no imposible). Sin embargo, los programas microfinancieros pueden adaptarse a tales situaciones. Por ejemplo, donde existen refugiados políticos (Georgia) o donde han ocurrido conflictos inter-étnicos (Bosnia-Herzegovina) es todavía posible organizar programas de microfinanzas. Factores demográficos Los factores demográficos relacionados con los servicios financieros incluyen el número de bancos per cápita, o la capacidad del intermediario microfinanciero 194

331 para lograr alcanzar un espacio vital en sus operaciones a través del aumento del número de clientes. Por ejemplo en Bosnia-Herzegovina donde hay 3 8 millones de habitantes ahora existen 27 IMF, que han comenzado a fusionarse entre sí pues se ha comprobado que eran demasiadas. Otro factor demográfico importante es el hecho de que actualmente muchas personas se trasladen hacia las áreas urbanas. En el año 2005, la mayor parte de la población mundial vivirá en las áreas urbanas. Puede ser necesario tener en cuenta en cada región, si de las personas que se van a trasladar a las ciudades se contabilizan más hombres que mujeres, y cuáles son las consecuencias. Los niveles de migración, inmigración y emigración en un determinado país o región son una consideración demográfica. Un gran porcentaje de la población sueca está compuesta por inmigrantes. Algunos de los recién llegados manifiestan interés en contraer préstamos para la creación de microempresas. Las autoridades están considerando la microfinanzas como una forma de ayuda a los inmigrantes para que se integren en la sociedad y, al mismo tiempo, se puedan fomentar el crecimiento de empleos y los negocios sostenibles. Factores socioculturales Un factor socio-cultural es el modelo conforme al que socialmente pensamos que una mujer deba actuar, diferente al de un hombre, respecto a las operaciones de negocios (por ejemplo, el código del vestido, como ilustra la figura, por el hecho de ser una mujer de negocios) Las mujeres y los hombres están condicionados a comportarse de una cierta manera y a seguir determinados caminos de acuerdo con la educación recibida. Los chicos y las chicas juegan con diferentes juguetes, tienen diferentes tareas domésticas, se espera que elijan diferentes profesiones; estos condicionamientos están arraigados en las personas desde temprana edad. En muchos países los libros escolares contienen ilustraciones donde los hombres son médicos, ingenieros y directores, y las mujeres enfermeras, maestras y secretarias. 195

332 En general, existen muy pocas mujeres en posiciones estratégicas a todos los niveles; en las conferencias son esencialmente los hombres quienes coordinan los debates o presentan ponencias. Factores institucionales Los factores socio-culturales, frecuentemente, se convierten en institucionales. Los factores institucionales pueden estar ligados a la falta de educación y de oportunidades de formación para las mujeres empresarias porque los proveedores de formación asumen que los hombres deben ser los líderes o que transmitirán los conocimientos adquiridos a sus mujeres o colegas. Factores ambientales Los factores ambientales pueden incluir los recursos naturales disponibles para el inicio de las actividades empresariales. Tales recursos pueden estar enmarcados dentro de la legislación nacional (por ej.: tala de bosques) pero la realidad en el nivel de campo puede ser distinta. Las mujeres y los hombres usan los recursos naturales de manera diferente. Las catástrofes naturales tales como inundaciones, terremotos o sequías tienen consecuencias ambientales que afectan las actividades empresariales. En algunos países existen leyes que incentivan el uso de recursos inocuos para el ambiente a través de impuestos. Si tomamos en consideración tanto los recursos como las restricciones de los diferentes grupos de las partes interesadas (en los niveles macro, intermedio y de campo). En un análisis de las cuestiones socio-económicas y de género es importante comprender de qué manera los individuos y los grupos, en todos los niveles, distribuyen y usan los recursos y superan las dificultades. 196

333 Un recurso es el medio de proporcionar lo que es necesario. El capital financiero es un recurso e incluye acceso a ahorros, créditos y reposiciones regulares para el trabajo. Algunos bienes patrimoniales como la tierra y la maquinaria de producción son recursos que están disponibles solamente para algunos grupos. Otros recursos para las actividades empresariales incluyen habilidades, conocimiento, trabajo y asociación en grupos específicos. Una política macro favorable a las actividades empresariales constituye también un recurso. Asimismo, pueden contemplarse los recursos naturales (tierra, agua, flora y fauna). La infraestructura de base es un útil recurso facilitador en términos de activos de mercado y está, frecuentemente, controlada y proporcionada por el gobierno. El Estado, las instituciones, la familia y los particulares tienden a maximizar sus recursos y a utilizarlos para cubrir riesgos y para aprovechar al máximo las oportunidades. En el nivel de campo, por ejemplo, los particulares requieren recursos específicos para sus actividades empresariales. Tanto los hombres como las mujeres, deben equilibrar la utilización de los recursos a fin de garantizar la estabilidad del sustento familiar y ofrecer abrigo, cuidados para la salud, ropa, educación y la salvaguardia de los materiales necesarios para la producción. Desde el punto de vista del intermediario microfinanciero será necesario, por ejemplo, indagar si los recursos son competitivos antes de conceder el préstamo. En el nivel intermedio, las IMF conceden recursos, a través de la distribución de servicios respetando las regulaciones definidas por el Estado y la autoridad que les ha sido otorgada. La manera en que los recursos pueden ser utilizados en una institución y la forma en que se distribuyen entre los grupos de clientes, son también de gran importancia respecto a las operaciones microfinancieras. Diversos intermediarios microfinancieros exitosos han demostrado que logran alcanzar la sostenibilidad respecto a los pequeños subsidiados si existen recursos de gestión. Una asistencia de gestión puede constituir un recurso vital y ejercitar un papel importante en el éxito de las IMF. En 1995, una encuesta efectuada con todas las afiliadas del WWB señalaba la relación entre la gestión de las IMF y la 197

334 asistencia de gestión como uno de los desafíos principales para la formación de fuertes empresas. La existencia de una asistencia de dirección funcional y bien dirigida es, por tanto, uno de los recursos más importantes de las IMF. En el nivel macro, el Estado controla los recursos financieros y productivos y algunos de los principales recursos naturales. Las políticas nacionales favorables que regulan la intermediación microfinanciera son un recurso importante para las instituciones financieras rurales, bancos y ONG que pretenden llevar a cabo programas y actividades. La política nacional establece de qué manera se distribuyen los recursos entre los ciudadanos de un país. La toma de decisiones políticas, los sistemas legales y económicos y, las normas étnicas y culturales influyen en cómo se encuentran distribuidos los recursos en todos los niveles Empleo El marco conceptual Efectos en los negocios y en la generación de empleo El acceso a financiamiento por parte de las mujeres ha permitido la creación de negocios, ya que 41.0% de las socias de AUGE-Coatepec y 41.3% de AUGE- Huatusco usaron la totalidad o parte de los créditos para esto. En ambos proyectos, a mayor antigüedad de las socias existe una mayor proporción que logra iniciar una actividad productiva con los créditos. De los negocios creados, 80.0% con apoyo de AUGE-Coatepec y 63.2% con el de AUGE-Huatusco siguen funcionando. De las socias de AUGE-Coatepec, 65.6% se emplean en negocios financiados con los proyectos de microfinanzas, y 54.3% en AUGE-Huatusco. De los negocios apoyados por AUGE-Coatepec, aunque no necesariamente iniciados con sus créditos, 57.5% se desarrollan en el sector comercio, 32.5% en el sector servicios 198

335 (elaboración de alimentos, estética, lavandería, costura, entre otros) y 10% en el sector agropecuario (leche, miel y engorda de cerdos). En el sector servicios las mujeres están vinculadas a actividades consideradas tradicionalmente femeninas. Los negocios apoyados por AUGE-Huatusco se ubican también en diversos sectores: 40.0% en actividades agropecuarias, 32.0% en comercio, 16.0% en servicios y 12.0% en manufactura. El promedio de ganancia mensual de estos negocios es $ en AUGE-Coatepec y $ en AUGE-Huatusco. No se encontró relación entre la ganancia y la antigüedad de las socias en los proyectos. Existe, sin embargo, una gran variabilidad en este aspecto entre socias del mismo proyecto, lo cual se refleja en coeficientes de variación que superan 100% en ambos casos. Sobre la percepción de las socias respecto a la mejora de sus negocios desde que participan en los proyectos, no se encontró ninguna relación entre percepción y tiempo de participación. Sin embargo, 55.0% de las socias con negocios apoyados por AUGE-Coatepec percibían que su negocio había mejorado y 52.0% de AUGE- Huatusco. En ambos casos la razón mencionada con mayor frecuencia (72.7% en AUGE-Coatepec y 38.5% en AUGE-Huatusco) para explicar dicha mejora fue la posibilidad de comprar insumos para el funcionamiento de los negocios con los créditos del proyecto, confirmando la importancia de los créditos en la actividad productiva. El crédito es un estabilizador de los negocios, pues sin éste no podrían seguir funcionando. Solamente 20% de los negocios apoyados por AUGE-Coatepec habían generado por lo menos un empleo adicional al de la dueña del negocio, en comparación con 12% en AUGE-Huatusco. Éstos son de carácter temporal y sin prestaciones sociales. Los salarios que pagan a sus empleados varían entre 200 y 500 pesos por semana en AUGE-Coatepec, y entre 175 y 400 en AUGE-Huatusco. Por lo anterior, el mayor impacto de los proyectos es la generación de autoempleo. Además, 67.5% de los negocios apoyados por AUGE-Coatepec y 44.0% AUGE- Huatusco emplean mano de obra familiar no remunerada. Se involucran tanto 199

336 personas adultas como niños y niñas. No obstante, estos últimos lo hacen sin que les implique pérdida de clases o abandono de la escuela. En muchos casos, la atención al negocio requiere largas jornadas. El desempeño es mejor en AUGE- Coatepec que en AUGE-Huatusco, sobre todo en lo que respecta al acceso a créditos, incremento de ahorro, mejora y creación de negocios, lo que se explica por el enfoque metodológico y el contexto, ya que en la región de Huatusco el proyecto se concentra en un municipio con menores oportunidades económicas para las mujeres y con un mayor grado de marginación. Según Hulme y Mosley (1996), los grupos menos pobres tienden a beneficiarse más de los proyectos de microfinanzas, mientras los más pobres reciben pocos beneficios directos. Además, AUGE-Huatusco privilegia los aspectos sociales (organización y capacitación) sobre los financieros (colocación de créditos), situación que repercute negativamente en el impacto económico. Se ha adoptado la definición recomendada por: GENDER INEQUALITY IN THE LABOUR MARKET. Occupational Concentration and Segregation. Janet Siltanen, Jennifer Jarman and Robert M. Blackburn. ILO, GENEVA Los autores definen la segregación como la tendencia de hombres y mujeres a emplearse en diferentes ocupaciones del abanico completo de ocupaciones. Es un concepto simétrico: tanto como las mujeres están separadas de los hombres, están los hombres separados de las mujeres en la estructura de empleo considerada. Las mujeres y los hombres están segregados en relación de unos y otros, por lo tanto, ambos están segregados en el mismo grado. Existe segregación total si todas las ocupaciones están ocupadas solamente por un sexo, o por hombres solamente o por mujeres solamente y no hay ocupaciones en que estén ambos. 200

337 Las ocupaciones están generizadas en la medida en que muchas de ellas son predominantemente masculinas o femeninas. La segregación se refiere a hasta qué punto existe este patrón, hasta qué punto la distribución por sexo de las ocupaciones se acerca a la segregación total. No hay segregación cuando la proporción de mujeres y hombres es la misma en todas las ocupaciones. Marginal Matching (MM) Los autores recomiendan esta medida porque aprueba todos los test que aplican a los indicadores existentes con peores resultados. Pretende medir hasta qué punto las mujeres y hombres están ocupados en ocupaciones de mujeres y de hombres y se basa en una relación entre el sexo de los trabajadores y el género de las ocupaciones. El requisito básico de este procedimiento es que se fije el límite de las ocupaciones femeninas en el volumen total de empleo femenino, lo mismo con los hombres. Requiere una definición de ocupaciones de mujer y de hombre para la cual se ordenan las ocupaciones por relación descendente mujeres/hombres en cada ocupación. Se acumulan los totales (mujeres y hombres) por ocupación hasta llegar a un número igual al total de mujeres ocupadas, determinando así el punto de corte de las ocupaciones de mujeres. Las de hombres son las restantes, que igualarían al número de hombres ocupados. La tabla básica se construye igual, pero con esta definición. Toda la justificación conceptual de este cálculo se basa en sus propiedades estadísticas. MM = (Ff Mm Fm Mf) / FM Tabla Básica de Segregación N = Número total de ocupados 201

338 Nf = Número total de ocupados en ocupaciones de mujer Nm = Número total de ocupados en ocupaciones de hombre F = Número de mujeres ocupadas M = Número de hombres ocupados Ff = Número de mujeres en ocupaciones de mujer Mf = Número de hombres en ocupaciones de mujer Fm = Número de mujeres en ocupaciones de hombre Mn = Número de hombres en ocupaciones de hombre Cálculo efectuado Sobre la base de las ocupaciones ordenadas según el porcentaje decreciente de mujeres en cada una de ellas, acumuladas hasta completar el equivalente de la ocupación total de mujeres y adaptando el punto de corte de manera que fuera exactamente dicho valor, se construyeron las siguientes tablas que permitieron el cálculo de índice. Cálculo del índice de segregación por sexo en las ocupaciones 202

339 El papel de la mujer en la economía Además de asumir prácticamente todas las responsabilidades reproductivas, la mujer juega un papel central en la economía nacional. Durante los últimos años su participación en el mercado laboral ha incrementado dramáticamente del 18% en 1950 al 42% en el 2000, y según diferentes pronósticos esta participación seguirá en aumento (FIDEG, Agurto y Guido, 2001; CEPAL, 2000; PROMICRO/OIT, 2001; Karremans y Aguilar, 2002). El aumento de la participación femenina en actividades económicas se origina por un lado en un cambio de actitud en donde la mujer y la sociedad reconocen cada día más el potencial de la mujer; y por el otro en la crisis que vive México actualmente, ya que muchas de estas mujeres se encuentran en circunstancias de empleo de sobrevivencia. Debido a la migración y problemas socioeconómicos en el año 2000, el 38% de las familias urbanas y el 28% de las familias rurales tenían a una mujer como jefa de hogar; en el año 1996 los valores fueron 33% y 20% respectivamente. En la gran mayoría de estas situaciones la mujer tiene la responsabilidad económica y social de la familia, ya que la mujer se declara como jefa de hogar, generalmente cuando no tiene compañero o esposo. En muy pocos casos la mujer se declara jefa de hogar si tiene compañero o esposo a su lado, esto obedece al peso cultural que indica que el "hombre es el proveedor", y la mujer es simplemente "un apoyo" al hombre. 203

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