Tracto abreviado y disolución de la sociedad conyugal. Necesidad de liquidar y adjudicar los bienes componentes de

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1 Tracto abreviado y disolución de la sociedad conyugal Necesidad de liquidar y adjudicar los bienes componentes de la masa post-societaria antes de su disposición Autoras: Adriana M. Michelena Maria S. Zagorodny INTRODUCCION La liquidación de la sociedad conyugal ha engendrado, por la diversidad de los supuestos que se plantean, disímiles opiniones doctrinarias y jurisprudenciales generando incertidumbre ante el eventual divorcio y/o muerte de uno de los cónyuges. La falta de regulación expresa, que contemple el abanico de situaciones al momento de formalizar un negocio jurídico que constituya, transmita, modifique o extinga derechos reales sobre un inmueble, que ha pertenecido a la sociedad conyugal, disuelta y no liquidada, suscitan serios inconvenientes en la interpretación del principio de tracto sucesivo y su modalidad tracto abreviado. No existe un criterio unívoco con relación a la oportunidad e instrumentación del acto, en los casos en que alguno de los participantes de la sociedad conyugal, pretenda operar con un bien todavía ganancial. Este constituye el motivo que nos ha impulsado a analizar dicha problemática, la que es receptada diariamente en nuestro lugar de trabajo, como asesoras consultoras del Sector Profesional del Registro de la Propiedad de la Provincia de Buenos Aires. Es nuestro propósito volcar la experiencia y el criterio que sobre el presente se sustenta en el organismo al que tan honrosamente pertenecemos. MARCO TEORICO TRACTO SUCESIVO Y TRACTO ABREVIADO. Es necesario enmarcar conceptualmente el principio de tracto sucesivo y los efectos que surgen de su regulación por la Ley El Registro de la Propiedad Inmueble, en aras de la seguridad jurídica del tráfico inmobiliario, califica el cumplimiento del principio de tracto sucesivo. El sistema registral inmobiliario se encuentra sustentado y estructurado de tal forma, que cada Adriana M. Michelena Maria S. Zagorodny1Pág. 1

2 inscripción se apoya en una anterior, generando la posibilidad de verificar la historia cronológica del inmueble en cuestión. Este principio denominado de tracto sucesivo tiene por objeto, según Roca Sastre, mantener el orden regular de los titulares registrales, de manera que, todos los actos dispositivos, formen un encadenamiento perfecto, surgiendo los asientos como si derivaran los unos de los otros sin solución de continuidad. El Registro de la Propiedad, por su parte, aporta el resguardo necesario conservando la línea histórica de las titularidades a través del ininterrumpido tracto sucesivo. Como formulación conceptual, también es aplicado en materia de buques y automotores; tomado de la Ley Hipotecaria española y receptado en primera instancia por el Decreto Ley /63 de la Provincia de Buenos Aires, está legislado en el artículo 15 de la Ley Nacional de Registro de la Propiedad Inmueble, que en su primera parte expresa: No se registrará documento en el que aparezca como titular del derecho una persona distinta de la que figure en la inscripción precedente estableciendo, según Lopez de Zavalía, el principio de identidad; y continúa diciendo: De los asientos existentes en cada folio deberán resultar el perfecto encadenamiento del titular de dominio y de los demás derechos registrados, así como la correlación entre las inscripciones y sus modificaciones, cancelaciones y extinciones., denominado por el mismo autor, como principio de continuidad. Si bien el enunciado es categórico, y el principio es requisito necesario para posibilitar la registración y publicidad frente a terceros, admite una modalidad del mismo, la que surge del artículo 16 de la misma Ley que reza: No será necesario la previa inscripción, a los efectos de la continuidad del tracto con respecto al documento que se otorgue, en los casos siguientes: a)cuando el documento sea otorgado por los jueces, los herederos declarados o sus representantes, en cumplimiento de contratos u obligaciones contraídas en vida por el causante o su cónyuge sobre bienes registrados a su nombre; b)cuando los herederos declarados o sus sucesores transmitieren o cedieren bienes hereditarios inscriptos a nombre del causante o de su cónyuge; c)cuando el mismo sea consecuencia de actos relativos a la partición de bienes hereditarios; d)cuando se tratare de instrumentaciones que se otorguen en forma simultánea y se refieran a negocios jurídicos que versen sobre el mismo inmueble, aunque en las respectivas autorizaciones hayan intervenido distintos funcionarios. En todos estos casos el documento deberá expresar la relación de los antecedentes del dominio o de los derechos motivo de la transmisión, a partir del que figure inscripto en el Registro, circunstancia que se consignará en el folio respectivo. Del análisis del artículo transcripto surge la posibilidad de realizar de forma comprimida, o sea en el mismo asiento, la registración de más de un negocio jurídico que guarde estrecha vinculación de causalidad con el que le da origen, y se pretende abreviar, legitimando a los comparecientes para su otorgamiento. De ninguna manera esto significa interrumpir el tracto obligatorio ya que el mismo deberá constar en el título que se presente a inscribir. De las constancias del mismo debe surgir el acto generador del posterior, enlazados en orden cronológico y relacionados causalmente. El último inciso se ocupa de las escrituras simultáneas, o sea aquellos documentos notariales que se formalizan en un mismo día, configurando éste el criterio adoptado por la Provincia de Buenos Aires. El Registro Provincial ha dictado las Disposiciones Técnico Registrales n 3 y 5 de 1980 para el caso de hipotecas instrumentadas en forma simultánea con la adquisición de dominio, permitiendo la registración de la primera sin que haya sido previamente registrada la segunda. Pág. 21 Adriana M. Michelena Maria S. Zagorodny

3 De acuerdo con el criterio esbozado, la enumeración del artículo 16 de la Ley Registral Nacional y concordante con el 16 del Decreto Ley /63, no es de carácter taxativa, extendiéndose la posibilidad de utilizar la modalidad de tracto sucesivo abreviado a todas aquellas situaciones que no configuren inscripciones originarias, ya que, en estos supuestos, se inicia una nueva cadena no derivativa del antecedente registrado. Así lo confirma la Disposición Técnico Registral 19 del año 1991, que expresamente excluye a la Usucapión, de los casos permitidos de tracto abreviado. Hemos querido analizar, y traer por su recurrente consulta y disparidad de criterios entre profesionales y jueces, algunos de los supuestos que con frecuencia se tornan polémicos a la hora de interpretar cómo debe completarse el tracto sucesivo, o en su caso la modalidad del abreviado, generando la observación de los títulos que los portan. Permítasenos hacer una presentación del tema: INTRODUCCION AL CASO ESPECÍFICO La sociedad conyugal se disuelve ante la concurrencia de determinados supuestos previstos por la ley. Al igual que en el régimen de bienes del matrimonio, sus normas escapan a la voluntad de las partes, por ser de Orden Público. Son sus efectos poner fin o dar por terminado el régimen patrimonial, y generalmente coincide con la disolución del matrimonio. El artículo del Código Civil dice La sociedad conyugal se disuelve por la separación judicial, por declararse nulo el matrimonio y por muerte de los cónyuges. Esta enumeración de las causales de disolución de la sociedad conyugal debe completarse, al menos, con la situación prevista en la Ley , respecto a la ausencia con presunción de fallecimiento, y el divorcio vincular incorporado por Ley La consecuencia patrimonial de la disolución de la sociedad conyugal es la conformación de una masa de bienes integrada por los que revisten carácter ganancial, participando de las características de las comunidades de indivisión forzosa, similar a la denominada post-hereditaria. Dentro de la comunidad post-societaria, los bienes gananciales se inmovilizan, permaneciendo en un temporario estado de indisponibilidad, que perdurará hasta el momento de su liquidación y posterior partición. Es fundamental diferenciar la disolución de la sociedad conyugal producida por el divorcio, situación de derecho que deviene de una sentencia judicial, y la disolución por causa de muerte que es el resultado de un hecho jurídico. La primera se desarrolla dentro del ámbito de la autonomía de la voluntad, ya que los cónyuges capaces, con discernimiento, intención y libertad, manteniendo la licitud en el objeto, podrán pactar libremente la forma de liquidar y adjudicarse los bienes integrantes de esa masa post-societaria. Por lo expuesto, ante la inacción de los cónyuges, la sociedad conyugal, en su faz patrimonial, subsiste y la vida de ésta generará efectos jurídicos concretos, originando derechos y obligaciones entre las partes como así también frente a terceros. El artículo del Código Civil establece que Los gananciales de la sociedad conyugal se dividirán por iguales partes entre marido y mujer, o sus herederos, sin consideración alguna al capital propio de los cónyuges, y aunque alguno de ellos no hubiesen llevado a la sociedad bienes algunos Por su parte, el artículo del Código Civil remite al libro 4 del mismo, haciendo extensiva la aplicación de las normas de la división de herencia, el que textualmente dice: Disuelta la sociedad por muerte de uno de los cónyuges, se procederá al inventario y división de los bienes como se dispone en el Libro 4 de este Código, para la división de las herencias. Adriana M. Michelena Maria S. Zagorodny1Pág. 3

4 A pesar de referirse al caso de disolución de la sociedad conyugal por causa de muerte, es unánime la doctrina en el sentido de que es aplicable a todos los supuestos. Esta regla, debe ser interpretada conjuntamente con lo normado por el artículo del mismo código, que dice: Si todos los herederos están presentes y son capaces la partición puede hacerse en la forma y por el acto que por unanimidad juzguen conveniente. Vale decir que lo preceptuado en el primero de ellos no es de Orden Público, atento que del juego armónico de todos ellos resulta la libertad de convenir, teniendo en cuenta además, que ya no existe el impedimento contenido en los artículos y del mismo cuerpo legal, en lo referente a la incapacidad legal de contratar entre ellos, que los limitaba mientras subsistía el matrimonio. DIVORCIO, COMUNIDAD POST-SOCIETARIA, LIQUIDACION Y PARTICION. De acuerdo al criterio sustentado que consagra la posibilidad de extender la aplicación de la modalidad del tracto abreviado de forma no restrictiva, analizaremos los supuestos más comunes, en los que se instrumentan actos sobre inmuebles, pertenecientes a la sociedad conyugal, disuelta por divorcio sin que haya habido liquidación y consecuente adjudicación. Es precisamente la formalización de este acto intermedio, el que produce la mutación intervirtiendo de esta forma la calidad de los bienes, que pasan de pertenecer de una masa de indivisión forzosa, con carácter de gananciales, a un régimen de bienes propios. Esta transformación del carácter de los bienes, si bien resulta como consecuencia de la disolución de la sociedad conyugal, no se opera de pleno derecho, sino a través de un acto jurídico específico que persiga esa finalidad como lo analizaremos a continuación. Primer supuesto: Con posterioridad a la sentencia que decreta el divorcio y disuelve la sociedad conyugal, uno de los cónyuges, quien es titular de dominio de un inmueble adquirido a título oneroso durante la vigencia del matrimonio, lo transmite a un tercero. En este primer supuesto, estamos en presencia de un bien ganancial que forma parte de la masa generada por la indivisión post-societaria por efecto de una sentencia firme en el proceso de divorcio. El titular de dominio deberá procurar la transformación de la calidad del inmueble, de ganancial a propio, mediante un acto liquidatorio y partitivo, para posibilitar la transmisión de dominio. De esta manera y por aplicación del artículo del Código Civil, el cónyuge no titular que participaba del régimen de la ganancialidad se convierte en condómino desapareciendo para él también el estado de indivisión. En esta nueva calidad de copropietario, ya no asiente sino codispone. Segundo supuesto: Disuelta la sociedad conyugal por divorcio, sin que se haya liquidado y adjudicado la masa de los gananciales, uno de los cónyuges vende al otro su mitad indivisa de un bien ganancial de titularidad de ambos. Se trata de un condominio, por partes iguales, de un bien que reviste el carácter de ganancial, y así se encuentra registrado. Pág. 41 Adriana M. Michelena Maria S. Zagorodny

5 En virtud de haberse disuelto el vínculo y recuperado la capacidad para contratar entre si, formalizan la transferencia de uno hacia el otro, no siendo alcanzados por la prohibición que le imponían los artículos y del Código Civil, mientras permanecía vigente el matrimonio. Conformada la comunidad post-societaria luego de disuelta la sociedad conyugal por divorcio, pendiente de liquidación, es necesario proceder a la realización de un acto que mude su calidad de comuneros a copropietarios, no ya de un bien ganancial sino de uno que se ha convertido en propio. De lo contrario el adquirente incorporaría la mitad indivisa como bien propio y con relación a la porción que ya detentaba, ésta continuaría siendo ganancial, pues sobre la misma no se generó ningún cambio. Como en el caso anterior el acto liquidatorio se torna indispensable para la continuidad del tracto así como necesario para poner fin al estado de indivisión. Representa un ejemplo más en el que puede ser utilizada la modalidad del tracto abreviado. Tercer supuesto: Disuelta la sociedad conyugal por divorcio sin que se haya llevado a cabo la liquidación y adjudicación de los bienes que la integraban, fallece uno de los cónyuges. El único bien inmueble de carácter ganancial era de titularidad del supérstite. En este caso el causante no es titular de dominio, pues el bien lo adquirió el supérstite durante la vigencia del matrimonio. Una vez disuelta por divorcio la sociedad conyugal, y revistiendo el inmueble carácter de ganancial, pasa a formar parte de la comunidad post-societaria hasta su liquidación. Como la muerte acaece con anterioridad a que ésta se halla llevado a cabo, es menester hacerla efectiva y proceder a partir la masa de bienes. De lo contrario no podrá denunciarse en el proceso sucesorio los bienes relictos por imposibilidad de determinarlos en cuanto a su objeto y extensión. Nuevamente se requiere un acto previo destinado a tal fin. Si bien es cierto que, disuelta la sociedad conyugal por causa de muerte, el cónyuge supérstite no hereda en la parte ganancial del fallecido y su alícuota le corresponde por derecho propio, también lo es que, para que éste consolide su parte de gananciales (regidos por normas especiales) y se proceda a la transformación de los bienes en propios, reiteramos, es necesario un acto declarativo que para este caso está constituido por la declaratoria de herederos que determina los derechos del cónyuge supérstite y el acerbo hereditario. Se produce en ambos casos (divorcio seguido de muerte o muerte) la coexistencia de las dos comunidades: la post-societaria y la hereditaria, debiendo liquidarse la primera para determinar la segunda. Cabe preguntarse si ésta previa liquidación es un acto ajeno al proceso sucesorio y en consecuencia debe surgir del juicio de divorcio, o si simplemente puede ser instrumentado autónomamente. Otro interrogante a plantearse es si el heredero está legitimado para ocupar el lugar del causante en el juicio de divorcio, como si éste estuviere presente u optar por partir con el cónyuge supérstite conviniendo con él libremente. Creemos que ambas opciones son incorrectas. El heredero continúa la persona del causante pero solamente en su faz patrimonial. De ninguna manera puede ocupar la condición de cónyuge o esposo ni hacer convenios que solo éste hubiera podido realizar en vida. Descartamos el ámbito del juicio de divorcio para la liquidación de la sociedad conyugal una vez fallecido uno de los cónyuges. Consideramos que es en el proceso sucesorio donde deben resolverse ambas comunidades. De tal manera se completa el tracto con el encadenamiento cronológico de ambas liquidaciones, las que podrán se hechas en forma simultanea. Adriana M. Michelena Maria S. Zagorodny1Pág. 5

6 Cuarto supuesto: Disuelta la sociedad conyugal por divorcio, sobreviene el fallecimiento de uno de los cónyuges, antes de ser liquidada la masa de bienes. El causante era único titular de un bien de carácter ganancial. En éste, como en el caso anterior, la comunidad post-societaria antecede a la formación de la comunidad hereditaria. Se requerirá liquidar la primera para establecer el alcance y extensión de la segunda. Por los fundamentos vertidos ut-supra reiterando la necesidad de un acto liquidatorio previo, es en el juicio sucesorio donde el cónyuge supérstite ya divorciado deberá resolver lo atinente a la indivisión de la masa de gananciales, posibilitando la determinación del acerbo hereditario. También aquí es menester completar el tracto sucesivo, pudiéndose adoptar su modalidad abreviada Quinto caso: Producida la muerte de un cónyuge divorciado sin haber liquidado con anterioridad la sociedad conyugal, cuya masa está integrada por un inmueble de carácter ganancial de titularidad compartida por ambos ex esposos, los herederos deciden vender su porción al supérstite. Vuelve a configurarse el mismo esquema de los últimos supuestos. El tracto sucesivo requiere, para ser completo, liquidar ambas comunidades y luego vender, pudiendo abreviarse todos los actos. Sexto caso: Disolución de sociedad conyugal por divorcio. Ambos cónyuges titulares de dominio de un bien ganancial, lo venden a un tercero sin haber practicado previamente la liquidación de la comunidad. Al ser los cónyuges condóminos, y habiendo adquirido durante el matrimonio el inmueble, una vez divorciados les asiste la posibilidad de liquidar la masa de gananciales (en la que se halla incluido el bien de referencia) de la forma que lo juzguen conveniente. El acto por el que co-disponen es considerado liquidatorio, puesto que es la forma que ambos han elegido para proceder a la culminación de la indivisión. Se produce un traslado por sustitución o subrogación real hacia el precio de la venta con el que se efectivizará la adjudicación. En este caso el tracto sucesivo es completo. La disposición configura la propia liquidación que posibilita la división del dinero. Lo hasta aquí expuesto, evidencia la necesidad de continuar con el estudio pormenorizado de la cuestión planteada en próximos encuentros jurídicos.x CONCLUSIONES En la Provincia de Buenos Aires, el Tracto Abreviado, constituye una modalidad del tracto sucesivo. Su aplicación es amplia, con la única excepción de las inscripciones originarias. Pág. 61 Adriana M. Michelena Maria S. Zagorodny

7 La enumeración del artículo 16 de la Ley y concordante con el 16 del Decreto Ley /63, es de carácter enunciativo y no taxativo. Respecto al tema central de este trabajo, que presta especial atención a cómo se configura de forma completa el tracto sucesivo, en aquellos casos de disolución de sociedad conyugal por causa de divorcio, hemos de afirmar que es imprescindible un acto liquidatorio que produzca el desplazamiento y consiguiente cambio de régimen de los bienes gananciales, caracterizados por su indisponibilidad temporaria a otro, donde los bienes adjudicados a cada uno de los cónyuges recuperan su aptitud de disponibilidad individual. La liquidación de la sociedad conyugal, en oportunidad de otorgarse otro acto en forma simultanea, admite claramente la instrumentación por la modalidad de tracto sucesivo abreviado. BIBLIOGRAFIA CONSULTADA. Dras. Adriana Mabel Michelena. María Susana Zagorodny. BOSSERT, Gustavo A. y ZANNONI, Eduardo A.. Manual de Derecho de Familia. Editorial Astrea. V Edición. Buenos Aires CAYSSIALS, Daniel A. Tracto Sucesivo en Revista Notarial de La Plata Nro.940. DIAZ DE GUIJARRO, Enrique., Diferencia de efectos de la separación de hecho y de la separación de derecho divorcio- sobre la disolución de la sociedad conyugal. Repercusión de las reglas sobre la bigamia. En JA T 1960-IV-pag.88. ESCRIBANO, Carlos. A la búsqueda de la ganancialidadd y la herencia perdidas por la separación conyugal. La Ley T 1990-A, pag FALBO, Miguel N.. Disolución y liquidación de la sociedad conyugal por causa de muerte. Revista del Notariado N 774 Año Doctrina General del tracto Sucesivo en el Derecho Argentino en Revista Notarial de La Plata, Nro Objeto y eficacia de la Registración inmobiliaria. Aporte a la Segunda Reunión Nacional de Directores de Registros de la Propiedad. Tucumán Introducción al estudio del Derecho Registral. Exámen de sus principios en nuestra legislación inmobiliaria. Aporte a la Segunda Reunión Nacional de Directores de Registros de la Propiedad. Tucumán FASSI, Santiago Carlos: De la disolución de la sociedad conyugal. Cuando T 91-julio-septiembre 1958-pag.852. se produce. En LL, GIL IGLESIA, Roberto A., La separación de hecho y la disolución de la sociedad conyugal en LL, T 102, abril-junio de 1961, pag Adriana M. Michelena Maria S. Zagorodny1Pág. 7

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