EL IMPERIALISMO I. INTRODUCCIÓN

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1 EL IMPERIALISMO I. INTRODUCCIÓN La expansión europea sobre otros continentes, constituye uno de los fenómenos claves de la Historia Contemporánea. A partir de 1870, la expansión colonial europea se volcó en África, Asia y el Pacífico y entró en una nueva fase llamada imperialismo. En 1914, casi la totalidad de los países de Asia, África y Oceanía estaba sometida políticamente al poder de los blancos procedentes de ultramar. A diferencia del colonialismo anterior, cuyo principal objetivo era dominar los recursos económicos de las colonias, el imperialismo implicó el control militar, político y económico de la minoría europea sobre los territorios dominados. Por imperialismo entendemos la conquista y ocupación sistemática de territorios en África, Asia y Oceanía por parte de las potencias industriales (Europa, EE.UU. y Japón), estableciendo sobre éstos un enorme dominio político, económico y cultural cuyos ecos llegan hasta la actualidad. El fenómeno imperialista va a ser trascendental para el devenir histórico posterior en todo el mundo, dado que de Europa salen hacia las colonias capitales, hombres, técnicas de trabajo, etc., transformando y explotando las sociedades y las tierras a las que llegan los colonizadores, e imponiendo la civilización occidental a los colonizados de manera traumática en la mayoría de los casos. El momento clave en este renacimiento del colonialismo se produce a partir de 1870, cuando se produjo una segunda fase de la Revolución Industrial, movida por la electricidad y el petróleo como fuentes de energía, y la química y los transportes como sectores más destacados. Esta época ha sido considerada como la del "gran capitalismo" porque las empresas asumieron dimensiones gigantescas para proyectarse sobre el mercado mundial. La expansión territorial provocó conflictos entre las potencias europeas. Resucitó las viejas rivalidades que se vieron incrementadas con nuevos conflictos en los cinco continentes; además, las fricciones entre los nuevos imperios pusieron en peligro la paz, no sólo de Europa, sino de todo el planeta. Los países que crearon los imperios más extensos fueron Gran Bretaña y Francia. Las viejas potencias imperiales, España y Portugal, mantuvieron su papel colonial en territorios menos amplios que antaño. Por otra parte, en estos años surgieron apetencias imperialistas de países sin tradición colonial previa, como Alemania, Italia, Bélgica, Estados Unidos y Japón. De esta carrera imperialista emergen dos grandes conjuntos de países: las metrópolis y las colonias. Una metrópoli es una potencia que ocupa o administra un territorio al que envía colonos, tropas de ocupación o funcionarios civiles que se enfrentan o someten a los nativos. Una colonia es un territorio ocupado o administrado por una potencia extraña y ajena. II. CAUSAS DEL IMPERIALISMO El imperialismo de los siglos XIX y XX responde a un conjunto complejo de causas, entre las que destacan: Económicas: los países industrializados necesitaban conseguir materias primas (petróleo, hierro, algodón, caucho, etc.) al mejor precio posible, y nuevos mercados para vender el excedente de su producción industrial. Por otra parte, también querían invertir sus excedentes de capital en territorios donde la mano de obra barata permitiera obtener mayores beneficios. Demográficas: en el siglo XIX tuvo lugar un enorme crecimiento de la población europea, lo cual provocó dificultades para encontrar trabajo y crecientes tensiones sociales (huelgas, manifestaciones obreras...). La

2 política colonial significaba la posibilidad, para millones de europeos, de emigrar hacia otras tierras y mejorar sus condiciones de vida y trabajo. Políticas: las fronteras de Europa se habían estabilizado a finales del siglo XIX y la expansión territorial debía hacerse sobre regiones extraeuropeas. Por ello, las grandes potencias entraron en una competencia política y militar para controlar áreas geográficas de interés económico o estratégico (puertos, estrechos, etc.). En muchos casos se busca conseguir prestigio internacional en una especie de competencia entre países colonizadores fomentada por el nacionalismo. Ideológicas: el nacionalismo y la influencia del darwinismo social defendían la superioridad cultural y racial de algunas naciones y el derecho de éstas a imponerse sobre otros pueblos. Se hablaba así de la misión civilizadora de Europa, que debía ofrecer las ventajas de la civilización occidental a los pueblos atrasados y salvajes del resto del globo, convirtiéndolos a la religión verdadera (el cristianismo), y sometiéndolos a la tutela de una nación o raza superior. Las potencias imperialistas utilizaron a su favor varios instrumentos o herramientas de colonización, los medios de dominación: Las expediciones de exploración geográfica y científica llevadas a cabo por particulares o financiadas por grupos económicos o sociedades geográficas (National Geographic Society), mejoraron el conocimiento del planeta, y en muchos casos, fueron el primer paso para una posterior conquista. Fueron protagonizadas por aventureros, exploradores o misioneros a los que siguieron comerciantes, traficantes de esclavos y colonos. Destacan las exploraciones del interior de África siguiendo sus grandes ríos (Nilo, Níger, Congo y Zambeze) por Livingstone o Stanley. En Asia rusos y británicos exploran el centro del continente (Siberia, Mongolia, Afganistán, India y el Tíbet). Es en este marco donde sitúan conocidos viajes científicos como el de Darwin a las Galápagos o el de Humboldt a Sudamérica. Paralelamente, se completó la exploración del planeta con la llegada a los polos de Robert E. Peary (polo Norte, 1909) y Roald Amundsen (polo Sur, 1911). La superioridad tecnológica y militar de los colonizadores y los avances científicos. En el siglo XIX la superioridad del armamento terrestre y naval de los ejércitos europeos resultó decisiva para someter extensos territorios, como la India y África, o para derrotar a imperios milenarios, como el turco y el chino, sin necesidad de trasladar numerosas tropas. Las comunicaciones modernas (telégrafo, teléfono) posibilitaban el control de grandes áreas. También los avances en medicina (quinina) permitieron a los europeos superar enfermedades tropicales en las zonas dominadas. Las Compañías comerciales privadas. Los Estados no siempre emprendieron la carrera imperialista por medio de la conquista militar de una colonia. Se recurre a veces a Compañías comerciales privadas (Compañía Británica de las Indias Orientales, Compañía Neerlandesa de las Indias Orientales, Estado Libre del Congo...) que organizan la nueva colonia y explotan sus recursos. Sin embargo, el sistema de compañías comerciales finalmente se abandonó para pasar a un control ejercido directamente por los Estados mediante gobernadores designados desde la metrópoli. III. LOS GRANDES IMPERIOS COLONIALES A partir de 1870 se inició un proceso de colonización de África rápido y brutal. Británicos y franceses tenían ventaja porque poseían bases en África desde el siglo XVIII. Ambos países tenían proyectos de creación de imperios continuos: de Norte a Sur los británicos; de Este a Oeste los franceses. El rey de Bélgica Leopoldo II llegó a adquirir como propiedad privada (que legó a Bélgica) una gigantesca colonia a lo largo del río Congo, el Estado Libre del Congo. Alemanes e italianos llegaron más tarde al reparto colonial, haciéndose con zonas desconectadas entre sí, a diferencia de los imperios británico y francés, que se aglutinaban en territorios amplios y continuos. Los problemas que se plantean en la delimitación de fronteras de los territorios coloniales llevan a Bismarck a convocar una conferencia internacional para planificar el reparto. En la Conferencia de Berlín de se establecieron las bases del reparto negociado de África: 2

3 Libertad de navegación en los ríos Níger y Congo. Libertad comercial en el África central. El descubrimiento o el control costero de un territorio no bastaban para reclamar su posesión. Había que explotarlo y administrarlo de manera efectiva para reclamarlo. Tras la Conferencia de Berlín, se inicia una frenética carrera colonial por adueñarse de territorios africanos, que hizo que África pasara de ser un continente casi desconocido a estar casi totalmente repartido en 1914, quedando sólo Etiopía y Liberia como Estados independientes. Esta carrera provocó numerosos conflictos que amenazaron con un enfrentamiento bélico. Uno de los más conocidos es el "incidente de Fachoda" en 1898: la llegada casi simultánea de tropas británicas y una expedición francesa a un remoto lugar de Sudán, reclamando su incorporación al imperio correspondiente, que finalmente se resolvió diplomáticamente. África en 1885 África en 1914 Asia fue ocupada tanto por las potencias europeas occidentales como por otros países deseosos de expandirse: Rusia, Estados Unidos, Japón. Los británicos desde su principal colonia, la India, se anexionaron Birmania y se enfrentaron con Rusia por el control de Afganistán. También controlaban el estratégico puerto de Singapur y Malasia. Los franceses, por su parte, tenían la gran colonia de Indochina (Tonkín, Annam, Laos, Camboya, Cochinchina). El objetivo de todas las potencias imperialistas era estar presentes en China tanto para vender los productos europeos como para tener acceso a los locales. La entrada de estas potencias se hizo a través de las llamadas Guerras del Opio ( ): Gran Bretaña importaba té de China y lo pagaba con cargamentos de opio, al que los chinos se hicieron adictos. Ante la lógica prohibición por el gobierno chino a este comercio, Gran Bretaña decidió emplear su fuerza naval. Los británicos conseguían el enclave de Hong-Kong y el libre comercio en doce, lo que evidenciaba la debilidad del Imperio chino ante Occidente. Entre 1885 y 1911 se producía el asalto a China por parte de los países europeos y de Japón. Este asalto al antiguo imperio chino desencadenó reacciones nacionalistas violentas de la población local, como la de los bóxers (1899). A finales del siglo XIX, Gran Bretaña poseía el mayor imperio colonial del mundo. Su principal objetivo era el control de las rutas comerciales marítimas, por lo que se aseguró bases navales en el Atlántico, el Índico, el Pacífico y el Mediterráneo. 3

4 El otro gran objetivo británico era la conservación de su principal colonia: la India, conocida como "joya del Imperio Británico". Su conquista se había iniciado en el siglo XVIII, por parte de la Compañía de las Indias Orientales, pero la monarquía decidió hacerse cargo de la colonia después de producirse la Rebelión de los Cipayos en 1857: una rebelión de las tropas indias del ejército de la Compañía que afectó a toda la inmensa colonia y fue sometido en 1858 tras violentas masacres. Tras este suceso, el gobierno británico asumió directamente la administración de la India mediante un gobernador general y un cuerpo de funcionarios civiles, siendo la reina Victoria proclamada emperatriz de la India en Con una numerosa población, la India se convirtió en un gran mercado para los productos británicos y una importante proveedora de materias primas baratas (algodón, té, yute, especias, aceite, minerales...). Asia en 1914 El siguiente imperio en importancia era el de Francia, que se instaló en diversos enclaves, destacando África noroccidental y el sudeste asiático (Indochina). Competía con el imperio británico tanto en África como en Asia. También poseían importantes territorios coloniales otros países: Rusia: se extendió hacia el Pacífico ocupando toda Siberia y tratando de conquistar el norte de China y Afganistán, chocando así con japoneses y británicos. Holanda: Indonesia (Asia) y Surinam (antigua Guayana holandesa). Portugal: poseía Guinea Bissau y el archipiélago de Cabo Verde, Angola y Mozambique. Alemania: Togo, Camerún, Namibia y Tanzania (África), las islas Marianas y Carolinas vendidas por España y parte de Nueva Guinea (Oceanía). Italia: Libia, Somalia. Bélgica: Estado Libre del Congo, legado por Leopoldo II a todos sus súbditos belgas. España: Sáhara Occidental, Guinea Ecuatorial y el Rif (norte de Marruecos). 4

5 Mención aparte merecen los casos de Estados Unidos y Japón, únicas potencias no europeas que iniciaron también a finales del siglo XIX una expansión imperialista. Estados Unidos la llevó a cabo en dos direcciones: hacia el Pacífico y hacia el Caribe. En una guerra rápida despojaron a España de sus últimos territorios coloniales (Filipinas, Cuba y Puerto Rico) en 1898, y poco más adelante se apoderaron de una franja de Panamá donde acabaron de construir el canal transoceánico en Japón sufre una extraordinaria transformación a finales del siglo XIX. El emperador Mutsuhito impone la llamada "Revolución Meiji", de modo que durante su reinado ( ) se fomentó con éxito la industrialización y modernización del país. Ello supuso que Japón pasara de potencial territorio colonial a potencia imperialista, al conquistar Formosa, Corea, las islas Kuriles y Manchuria. IV. LA ORGANIZACIÓN DE LOS IMPERIOS COLONIALES El Imperio británico fue el que implantó un modelo de organización administrativa que, con modalidades y formas diversas, se generalizó al resto de los imperios coloniales. Así pues, las colonias según el tipo de gobierno impuesto por la metrópoli, se dividieron en: Las colonias propiamente dichas, que no tenían gobierno propio y dependían directamente de la administración metropolitana, que ejercía una verdadera política de ocupación. La autoridad solía estar en manos de un gobernador, que actuaba ayudado por un numeroso grupo de funcionarios, que constituían una élite dirigente. Estos territorios estaban sometidos de una forma más absoluta a los intereses económicos de la metrópoli. Ejemplos de este tipo de colonias fueron la India en el imperio británico, o Indochina en el francés. Los protectorados en los que los ocupantes europeos respetaron el gobierno indígena, que organiza las cuestiones de política interior. Sin embargo, existe un control militar y de la política exterior por parte de la metrópoli. Ejemplos de este tipo de fueron Egipto en el caso del imperio británico, y Marruecos, repartido entre los imperios francés y español. Los dominios, territorios con escasa población indígena, en los que la minoría blanca dispuso de un gobierno y de un sistema parlamentario propio, aunque mantenían relaciones de dependencia con la metrópoli. Era el caso de Canadá, Nueva Zelanda, Sudáfrica o Australia. Las concesiones, eran territorios cedidos o alquilados a la metrópoli durante un tiempo determinado, como el caso de Hong-Kong por China a Gran Bretaña, o el canal de Panamá a EE.UU. Los mandatos de la SDN, nacen después de la Primera Guerra Mundial para administrar los territorios dependientes de las potencias perdedoras en la contienda. Las potencias coloniales vencedoras ejercían la tutela sobre un determinado territorio en representación de la Sociedad de Naciones. Ejemplos: Tanganika o Camerún en África. V. CONSECUENCIAS DE LA COLONIZACIÓN Desde el punto de vista económico en las colonias se impusieron los intereses económicos de los colonizadores, de modo que muchas tierras pasaron a manos de los colonizadores y se abandonaron determinados cultivos tradicionales, potenciándose las grandes plantaciones de productos tropicales que beneficiaban a la metrópoli: cacao, café, té, algodón, frutas, caucho, etc. En otras ocasiones el interés económico de los europeos estaba dirigido a explotar alguna riqueza mineral: cobre, oro, diamantes, petróleo... etc. En ambos casos nativos debían trabajaban como mano de obra barata en las plantaciones o explotaciones mineras. Las potencias colonizadoras introdujeron algunos de sus avances en los territorios coloniales, lo que se tradujo en una mejora de las infraestructuras al construir puertos, carreteras, ferrocarriles, puentes, líneas telefónicas...etc. Todas estas mejoras se realizaron en aras de una mejor explotación y control de la colonia, es decir, en beneficio propio y no de los indígenas. 5

6 También pusieron nuevas tierras en cultivo y crearon algunas industrias, aunque en número muy escaso para que no compitieran con las de la metrópoli. La artesanía local se arruinó debido a la competencia de los productos industriales importados desde la metrópoli, a precios baratos y en grandes cantidades. En el orden demográfico la toma de medidas higiénicas, la construcción de hospitales y las vacunaciones a los indígenas permitieron reducir las grandes epidemias. Como consecuencia, la mortalidad descendió y la población aumentó. Se rompió el equilibrio población-recursos y empezaron a producirse problemas de abastecimiento de alimentos que dieron lugar a una situación de subalimentación crónica. La estructura social también cambió porque los intensos ritmos de trabajo, la vida urbana y los nuevos valores impuestos por los colonizadores trastocaron las formas de vida y las jerarquías sociales tradicionales (papel de los ancianos, estructura familiar, etc.). Igualmente determinadas etnias fueron divididas o unidas artificialmente y, de esta forma se forzó, la convivencia de grupos enfrentados. Por último los europeos utilizaron a determinados grupos indígenas en sus ejércitos y como funcionarios, favoreciendo la formación de una élite indígena. Las sociedades coloniales estaban segregadas étnicamente. Los funcionarios y colonos de la metrópoli vivían apartados de la población indígena, mantenían sus costumbres europeas y no se relacionaban socialmente con los nativos. Por el contrario la mayoría de la población indígena quedó sometida y sus condiciones de vida empeoraron. La segregación también se aplicó para impedir el mestizaje, de forma que las parejas mixtas eran tabú en la mayoría de países. En algunos lugares se llegó aún más lejos y se produjo un exterminio total o parcial de la población nativa: un genocidio. Son los casos de Australia, Nueva Zelanda, Namibia o el Congo Belga. Este último caso es paradigmático, al calcularse que durante los años de dominio de Leopoldo II ( ) fueron exterminados unos diez millones de nativos, la mayoría de ellos esclavizados, torturados, mutilados y asesinados para que trabajaran en la obtención de caucho. En el ámbito cultural, los europeos también levantaron escuelas que comportaron un descenso del analfabetismo. Pero en las escuelas se enseñaba la lengua, cultura y costumbres de la metrópoli, en un intento de aculturación, de imposición de las formas culturales de los colonizadores por encima de las tradiciones indígenas, haciendo que perdieran su identidad. Otra muestra de ese fenómeno fue la imposición de la religión cristiana realizada por misioneros occidentales. Esta aculturación se produjo en mayor medida en África que en Asia, donde culturas milenarias como la china o la india resistieron mejor la colonización cultural. 6

7 Actividades Documento 1. Justificación del imperialismo y réplica "La política colonial se impone en primer lugar en las nociones que deben recurrir o la emigración, ya por ser pobre su población, ya por ser excesiva. Pero también se impone en las que tienen o bien superabundancia de capitales o bien excedente de productos ésta es la forma moderno actual más extendida y más fecunda (...). Desde este punto de vista, lo repito, la fundación de una colonia es la creación de un mercado (...). En el tiempo en que estamos y con la crisis que pasan todas las industrias europeas, la fundación de una colonia es la creación de una salida. Allí donde permanezca el nudo colonial entre la madre-patria que produce y las colonias que ella fundó, se tendrá el predominio de los productos: económico, y también político (...) Hay un segundo punto que debo igualmente abordar: es el lado humanitario y civilizador de la cuestión. Es preciso decir abiertamente que, en efecto, las razas superiores tienen un derecho con respecto a las razas inferiores porque existe un deber para con ellas. Las razas superiores tienen el deber de civilizar a las razas inferiores (...). Jules Ferry. Discurso ante la Cámara. París, julio de " Razas superiores!, Razas inferiores! Es fácil decirlo. Por mí parte, yo me aparto de tal opinión, especialmente después de haber visto a sabios alemanes demostrar científicamente que la francesa es una raza inferior a la alemana. No, no existe el derecho de las llamadas naciones superiores sobre las naciones llamadas inferiores. La conquista que Ud. [J. Ferry] preconiza es el abuso, liso y llano, de la fuerza que da la civilización científica sobre las civilizaciones primitivas, para apropiarse del hombre, torturarlo y exprimirle toda la fuerza que tiene, en beneficio de un pretendido civilizador." G. Clemenceau. Discurso ante la Cámara. París, julio de Cómo justifica Jules Ferry la expansión colonial? 2. Qué argumenta George Clemenceau? Documento 2. La colonización del Congo "La tarea que los agentes del Estado han de cumplir en el Congo es noble y elevada. Está bajo su incumbencia la civilización del África Ecuatorial. Cara a cara con el barbarismo primitivo, luchando contra costumbres de miles de años de antigüedad, su deber es modificar gradualmente esas costumbres. Han de poner a la población bajo nuestras leyes, la más urgente de las cuales es, sin duda, la del trabajo. En los países no civilizados, es necesario, creo yo, una firme autoridad para acostumbrar a los nativos a las prácticas que son totalmente contrarias a sus hábitos. Para ello es necesario ser, al mismo tiempo, firme y paternal." Carta del rey Leopoldo II de Bélgica a los Agentes del Estado Libre del Congo. Junio de Cómo justifica el rey Leopoldo II de Bélgica la expansión colonial? 7

8 Imagen 1 "El reparto de África por Bismarck" (Le Figaro, 1884) Imagen 2 Imagen 3 China, pastel de reyes y emperadores" (Le petit journal, 1898) "El Coloso de Rhodes" (Punch, 1892) 1. Imagen 1: Qué representan los distintos personajes y a qué hecho hace referencia la caricatura? 2. Imagen 2: Quién fue Cecil Rhodes? Señala a qué episodio de su vida hace referencia la imagen 3. Imagen 3. Qué representan los distintos personajes y a qué hecho hace referencia la caricatura? 8