S Y S T É M I C A Nº 2

Transcripción

1 S Y S T É M I C A Nº

2 S Y S T É M I C A Revista de la Asociación Sistemas Humanos Andaluza de Terapia Familiar y

3 Director: JUAN MIGUEL DE PABLO URBAN Comité de Redacción: NURIA HERVÁS JAVEGA JOSÉ BARRERA PIÑERO MAGDALENA RODRÍGUEZ MARTÍNEZ ANTONIO REDONDO VERA MARÍA DE LOS RIOS GÓMEZ - o O o - Redacción: ASOCIACION ANDALUZA DE TERAPIA FAMILIAR Y SISTEMAS HUMANOS c/ Rosadas, nº PUERTO REAL (Cádiz) Tlfno: 956/ Junta Rectora de la Asociación Andaluza de Terapia Familiar y Sistemas Humanos: Presidenta: NURIA HERVÁS JAVEGA Vicepresidente: JOSÉ BARRERA PIÑERO Secretario: JUAN MIGUEL DE PABLO URBAN Tesorera: MAGDALENA RODRÍGUEZ MARTÍNEZ Vocales: ANTONIO LEÓN MAQUEDA Mª BELÉN GONZÁLEZ JIMÉNEZ ANA SAN SEGUNDO SANCHIDRIAN Edita: ASOCIACION ANDALUZA DE TERAPIA FAMILIAR Y SISTEMAS HUMANOS (A.A.T.FA.S.H.) Avenida Cruz del Campo, SEVILLA Tlfno: 95 / Fax: 95 / Portada: Mayte Hernández Asencio Consejo Editorial: MAURICIO ANDOLFI. Roma (Italia) SUSANA BULLRICH. Pensilvania (USA) MAURICIO COLLETTI. Roma (Italia) MONY ELKAIM. Bruselas (Bélgica) LOURDES EGUILUZ. México (México) HEINZ VON FOERSTER. Illinois (USA) IGNACIO MALDONADO. México (México) HUMBERTO MATURANA.Santiago (Chile) MARCELA DE NICHILO. Roma (Italia) MARCELO PAKMAN. Springfield (USA) JACQUES PLUYMAEKERS (Bélgica) OLGA SILVERSTEIN. New York (USA) CARLOS SLUZKI. Santa Bárbara (USA) ALBERTO ESPINA (San Sebastian) M.D.GIRARD-BESANçENOT.(Madrid) PEDRO GUILLÓ FERNÁNDEZ.(Madrid) JOSE ANTONIO RIOS.(Madrid) ANGELES SANCHEZ- SARACHAGA(Sevilla) LUIS TORREMOCHA DURÁN.(Málaga) MIGUEL GARRIDO FDEZ.(Sevilla) SEBASTIAN GIRÓN GARCÍA.(Cádiz) BELEN GONZÁLEZ JIMÉNEZ.(Málaga) FRANCISCO J. JAIME LORA.(Cádiz) CARMEN DE MANUEL VICENTE.(Cádiz) ANTONIO LEÓN MAQUEDA.(Sevilla) EVA PEÑÍN FERNÁNDEZ.(Almería) ALFONSO RAMIREZ ARELLANO.(Huelva) PEDRO VEGA VEGA.(Málaga) Imprime: Impreso en España: Imprenta BOLLULLOS. Puerto de Santa María (Cádiz) Depósito Legal: CA-326 ISSN Nº: Tarifas de Suscripción: ptas / número. Envío de números sueltos: (200.-ptas de gastos de envío). Del número 0: ptas. De este número 2 se han editado 300 ejemplares (Enero 1997). Los asociados reciben esta revista gratuitamente. Ninguna parte de esta publicación puede reproducirse, almacenarse o transmitirse de ninguna forma ni por ningún medio, sea éste électrico, químico, mecánico, óptico, de grabación o de fotocopia, sin la previa autorización por parte de los editores.

4 REVISTA "SYSTÉMICA". Nº 2. año SUMARIO EDITORIAL PAG. CONFERENCIAS: EL OBSERVADOR EN SU OBSERVACIÓN: Tres conferencias y unas reflexiones sobre la biología del conocer, la biología del amor y la constitución sistémica de la identidad del ser. Humberto Maturana CAPÍTULOS: El silencio en la entrevista relacional. Maurizio Andolfi ARTÍCULOS: Micro-política de clase social en la vida familiar: la terapia como práctica social crítica. Marcelo Pakman Contextualización de la demanda en Salud Mental. Carmen de Manuel Vicente Terapeuta y adicto en ecosistema. Alfonso González García Drogodrama y Dramadependencia. Alfonso Ramírez de Arellano Espadero INFORMACIONES: - Cursos, seminarios, congresos... - Noticias - Información sobre la Asociación Andaluza de Terapia Familiar y Sistemas Humanos

5 EDITORIAL La celebración del encuentro "Construcción de la Realidad y Psicoterapia", los días 29 y 30 de marzo del pasado año, ha supuesto un importante reto para la Asociación Andaluza de Terapia Familiar y Sistemas Humanos. El indiscutible éxito que implicó reunir a tres figuras de la importancia de los profesores Heinz Von Foerster, Humberto Maturana y Mony Elkaïm nos facilitaba la oportunidad de recoger, a través de nuestra revista, las conferencias e intervenciones por ellos realizadas. Por tanto, en este número y en el siguiente, se incluirá una nueva sección denominada CONFERENCIAS, donde trancribiremos estas intervenciones con objeto de difundir las ideas y planteamientos de nuestros invitados y que, quienes asistimos, tuvimos la oportunidad de disfrutar. Por ello, una gran parte de este número 2 de SYSTÉMICA, estará dedicado a las conferencias y participaciones del profesor Humberto Maturana, que recogidas bajo el título "El Observador en su Observación: Tres conferencias y unas reflexiones sobre la biología del conocer, la biología del amor y la constitución sistémica de la identidad del ser", han sido transcritas por nuestro compañero Santiago de la Torre, a quien es preciso agradecer y felicitar por su constancia y dedicación. Es necesario advertir que, al objeto de evitar distorsiones involuntarias, se han transcrito fielmente las palabras del profesor Maturana por lo que, en algunas ocasiones, pueden extrañar ciertas expresiones en el lenguaje escrito. La destreza y habilidad en la expresión de sus ideas nos hará, de todas formas, saborear plácidamente el texto. El seminario celebrado en El Escorial, durante la primera semana de septiembre de 1996, bajo el título "Supervisión en Terapia Familiar Sistémica" con los profesores Mauricio Andolfi y Marcella de Nichilo, ha sido una gran oportunidad para analizar las aspectos con los que docentes, supervisores y terapeutas nos encontramos en nuestro trabajo diario. Gracias a este encuentro pudimos solicitar al Dr. Andolfi la autorización para incluir, en este número de SYSTÉMICA, el capítulo titulado "El silencio en la entrevista relacional", perteneciente a su libro "Il Colloquio Relazionale" (1994) que ha sido traducido al castellano por nuestra querida profesora y compañera Angeles Sanchez- Sarachaga y que se encuentra aún inédito en nuestra lengua. En este capítulo se realiza un profundo y minucioso análisis del silencio en el trabajo clínico con familias que será de gran utilidad para todos y un serio motivo de reflexión sobre su uso en el espacio terapéutico.

6 Con este objeto se ha incluido, igualmente, una sección nueva denominada CAPÍTULOS, en esta intentaremos acercar a nuestros lectores aquellas lecturas, por ahora no disponibles en castellano, que sean autorizadas por sus autores. Agradecemos nuevamente la amabilidad demostrada por el profesor M. Andolfi y su siempre deseada colaboración. En el apartado de ARTÍCULOS, contamos en esta ocasión con la esperada participación del profesor Marcelo Pakman, uno de los más sólidos coconstructores de los fundamentos epistemológicos en terapia familiar. En esta ocasión, realiza un inquietante acercamiento a las cegueras de los terapeutas respecto a la clase social, recordándonos cómo esta participa indiscutiblemente en la construcción de nuestra vida. La experiencia encarnada y vital incluye la pertenencia a una clase social con las contingencias que ella adopta siendo la labor terapéutica una práctica que no debe estar ajena a los aspectos sociales de clase. "Micropolítica de clase social en la vida familiar: la terapia como práctica social crítica", nos permitirá releernos a nosotros mismos, desde un relato plagado con entrañables recuerdos personales del autor. Contamos también con la participación de Carmen de Manuel, a través del artículo: "Contextualización de la demanda en Salud Mental". Tras un recorrido histórico, nos recuerda la importancia de contemplar los múltiples niveles contextuales que marcan las relaciones terapéuticas así como el peligro que corremos cuando nos deslizamos equívocamente entre ellos. No cabe duda de la importancia que la contextualización de la demanda tiene para una adecuada intervención terapéutica y las frecuentes distorsiones y errores que podemos cometer por no contemplarla en su justa medida. Por último incluimos dos artículos cuyo eje común es la intervención en drogodependencias. El primero, "Terapeuta y adicto en ecosistema", es un ejercicio valiente y honesto, poco común en las publicaciones sobre psicoterapia, donde su autor, Alfonso García, nos relata su recorrido personal con las inevitables implicaciones en que las vivencias del terapeuta participan en la intervención en drogodependencias. Los diversos componentes ideológicos del terapeuta, subyacentes en cualquier trabajo clínico, fruto a su vez de nuestra posición ante la vida, son a menudo olvidados en la literatura científica sobre enfoque sistémico. Una necesaria confrontación de los miedos y de la postura del terapeuta ante los pacientes, permiten la imprescindible contemplación de nuestra participación, como un elemento más del sistema terapéutico, en lo que acontece y en los resultados de la labor que realizamos.

7 El segundo artículo en torno al tema de las drogodepedencias: "Drogodrama y dramadependencia", es fruto del trabajo de Alfonso Ramírez de Arellano, y muestra un creativo acercamiento a la terapia como ejercicio dramático. Melodrama, drama social, teatro del absurdo, tragedia..., modalidades dramáticas donde pacientes y terapeutas participan, como actores y espectadores, empujados por la estructura narrativa vigente en cada sistema. El análisis, en cada caso, de la dramavulnerabilidad del terapeuta, concepto utilizado por el autor, nos permite reconocer aquellas posiciones del técnico que implican una plena participación en el drama y que nos abocan a repetir los argumentos y las secuencias típicas de las interacciones de cada modalidad dramática. Las lecturas que del trabajo clínico o de la intervención psicosocial se realizan incorporando perspectivas de otras disciplinas, y en este caso del Arte Dramático, siempre producen cierto estupor y, a la par, resultan fecundas y prometedoras por la gama de posibilidades resolutivas que las narrativas alternativas generan en los sistemas. Por último, en el apartado de INFORMACIONES recogemos datos de interés sobre el Congreso Europeo de Terapia Familiar que se celebrará en Barcelona en el presente año, y al que no debemos faltar. La participación de los profesionales del enfoque sistémico en los foros nacionales e internacionales son imprescindibles para una idónea difusión del trabajo en terapia familiar, tanto en la clínica como en otros contextos de intervención. Esta oportunidad que se nos brinda, de encontrarnos con profesionales de todo el mundo, gran parte de ellos sobradamente conocidos, nos obliga también a exponer nuestros trabajos, ideas y experiencias. En esta línea, se intentará desde la A.A.T.FA.S.H. realizar durante el primer trimestre de 1997, las 2ª Jornadas Andaluzas de Terapia Familiar con el tema: "La Pareja". Invitamos a todos los profesionales del enfoque sistémico, y especialmente a los asociados, a presentar comunicaciones y ponencias al respecto. Aquellas participaciones de interés general podrán, posteriormente, ser publicadas en SYSTÉMICA. Por último señalar que en el próximo número de nuestra revista se recogerá la intervención del profesor Heinz Von Foerster en el encuentro "Construcción de la Realidad y Psicoterapia" así como un elogiable artículo: "El valor Eigen de las historias", que el profesor Carlos Sluzki nos ha remitido. Estas participaciones nos indica que el camino emprendido es fecundo y atractivo, una excelente señal de que debemos persistir en la tarea de mantener una publicación periódica que recoja las ideas de los grandes

8 maestros y, a la par, las inquietudes y trabajos que entre todos vamos realizando.

9 CONFERENCIAS

10 EL OBSERVADOR EN SU OBSERVACIÓN: Tres conferencias y unas reflexiones sobre la biología del conocer, la biología del amor y la constitución sistémica de la identidad del ser.(*) Dr.HUMBERTO MATURANA. Neurofisiólogo y biólogo. Universidad de Santiago de Chile. (*)Conferencias desarrolladas en el Encuentro sobre "Construcción de la realidad y Psicoterapia" celebrado en Sevilla 29 y 30 de Marzo de 1996 y transcritas por el Dr. Santiago de la Torre Díaz. 1ª CONFERENCIA A lo largo de estos dos días, yo quiero hablarles de tres cosas: - la biología del conocer - la biología del amor - la constitución sistémica de la identidad del ser. Lo que quiero hacer, al hablar de Biología del ser o de Biología del conocimiento, es ver los fundamentos biológicos que hacen posible lo que llamamos "El conocimiento, como fenómeno humano". Esto no es una reducción biológica. No, no es una invitación a biologizarlo todo sino a ver los fundamentos que hacen posible todo. Después de todo, tanto el terapeuta como el cliente son seres vivos. Tanto el científico, como el filósofo, como el artista, como el bandido, como el profesor, como el estudiante, somos seres vivos. Y, entre los seres vivos, somos seres humanos. La pregunta es: Cómo es que podemos hacer lo que hacemos?. Cómo es que somos como somos, de modo que pasan las cosas que pasan?. Y quiero presentar una situación de la vida cotidiana como referencia para discutir la biología del conocimiento, la biología del amor y la identidad sistémica del ser. Es una anécdota que tiene que ver también con la terapia. Ocurrió en casa de Heinz von Foerster. El tenía entonces en su casa, como visita que se alojaba allí, a un joven estudiante de Nigeria, que había sido alumno o conocido de

11 un hijo suyo que fue miembro del Cuerpo de Paz norteamericano en Nigeria. Este chico era de Lagos, capital de Nigeria, y había venido a la Universidad de Illinois a hacer un doctorado en Agricultura. Y Heinz le regaló a este joven, por la Pascua, una máquina fotográfica. Y antes de seguir, y como punto de partida para todo lo que voy a decir, tenemos que tener en cuenta que todos los seres humanos somos igualmente inteligentes; claro que si hay una historia de desnutrición o el sistema nervioso no se ha desarrollado suficientemente bien, uno podrá encontrar diferencias; pero el sólo hecho de ser seres que viven en el lenguaje hace que la inteligencia que se requiere para vivir en el lenguaje sea tan grande, tan grande... que todos seamos igualmente inteligentes. Así que lo que les voy a relatar no tiene que ser escuchado como un comentario sobre la inteligencia, porque no tiene que ver con eso. Este joven nigeriano recibió como regalo de Heinz, una máquina fotográfica. Y tomó una fotografía de una fotografía que él tenía de su familia. Esta fotografía original era en blanco y negro. Y él tomó una fotografía de esta fotografía en blanco y negro con un film Kodak para color. Y obtuvo, por supuesto ( por supuesto?, es tan obvio que tiene que ser así?)..., el hecho es que él obtuvo una fotografía en blanco y negro. Entonces fue a Heinz y le dijo: "Heinz, he sido engañado. He sido estafado". " Por qué?", le contesta Heinz. "Porque aquí tengo un film para tomar fotografías en colores. Aquí dice: Kodak; film para tomar fotografías en colores. Y he tomado una fotografía de esta fotografía de mi familia y lo que obtengo no son colores, sino blanco y negro". Heinz, entonces, le explica todo lo de los pigmentos, todo sobre las luces en la generación de los colores... toda una explicación física. Y el chico le dice: "Eso lo entiendo perfectamente bien. Pero he sido engañado, porque este carrete dice que es un film para tomar fotografías en colores y lo que obtengo es blanco y negro". Heinz le explica de nuevo, trayendo todos los recursos de la física, de la óptica, de Newton... todo lo que ustedes quieran. Y este joven dice: "Sí, sí, sí. Pero he sido engañado, porque aquí dice que es un film para tomar fotografías en colores y lo que obtengo es blanco y negro". Por supuesto que esto genera angustia, tensión, entre Heinz y su joven huesped. En ese momento llega un hijo de Heinz, Tomy, profesor de Física en la Universidad de Harvard. Y Heinz le dice: "Por favor, explícale a Ignacio (que así se llamaba el joven nigeriano) qué es lo que pasa con la fotografía. El por qué él no obtiene una fotografía en colores". Y el hijo de Heinz le explica nuevamente el asunto de los pigmentos, de las longitudes de ondas, de las

12 absorciones diferenciales, bla, bla, bla... todo eso. Y este muchacho le contesta: "Sí, sí, sí. Yo entiendo todo eso. Pero he sido engañado, porque aquí dice que es un film para tomar fotografías en colores y lo que obtengo es blanco y negro". Todo esto genera tensión, angustia. En ese momento llega John. John había sido también miembro del Cuerpo de Paz norteamericano en Nigeria. Y Heinz le dice: "John, por favor. Explícale a Ignacio lo que pasa con los colores". Entonces Ignacio le explica a John lo que ocurre; que había tomado una fotografía de esa fotografía con esta película para colores y que lo que obtuvo fue blanco y negro; y que ha sido estafado. Y John le dice: "No funciona así". "Ah -dice Ignacio- gracias". Y se acabó el problema. Desaparece la tensión, Ignacio puede conversar de otras cosas, y eventualmente pueden hablar de los colores, de los pigmentos y de todo lo demás. Que fue lo que ocurrió allí?. Ciertamente, había una situación de tensión y de sufrimiento y, de pronto, esta se disuelve. Qué es lo que se disuelve?. John había vivido en Nigeria. Había vivido, también, en la cultura nigeriana. La cultura nigeriana es esencialmente autoritaria. Es una cultura en la cual las cosas son de determinadas maneras, según sus declaraciones. Y si aquí dice "Film para sacar fotografías en colores" y no salen fotografías en colores, tiene que haber un engaño en alguna parte. Si aquí hay un profesor de física que dice: "Los colores funcionan así", él es una autoridad y por lo tanto está diciendo lo que es. La Kodak es también una autoridad. Por otro lado, John le dice a Ignacio: "No funciona así", Ignacio acepta esto y se resuelve el conflicto. Yo pensé, al principio, que Ignacio iba a seguir funcionando en el espacio de la autoridad. Y que en el espacio de la autoridad, la respuesta de John había sido una respuesta adecuada, había sido una respuesta autoritaria: "No funciona así". Pero mucho tiempo después, reflexionando sobre muchas cosas y sobre esto, he llegado a la conclusión de que lo que operó allí fue la biología del amor. Y quiero mostrarles a lo largo de mi presentación que ese fue un acto terapéutico. "Ignacio, eso no funciona así". Y que no fue un acto terapéutico desde la autoridad, sino desde la biología del amor. Pero quiero decirles algo, primero, sobre el fenómeno del conocimiento para, después, hablarles de la biología del amor. Pero para hablar del fenómeno del conocimiento quiero invitarles a hacerse una pregunta. Y la pregunta es a nosotros mismos: " Cómo hacemos lo que hacemos nosotros, los seres humanos?". Y, qué cosas hacemos?. Hacemos

13 distinciones, comentarios, explicaciones... Operamos haciendo lo que hacemos como seres humanos. Cómo es que hacemos lo que hacemos?. Yo creo que ustedes perciben la diferencia. Una cosa es describir lo que hacemos (hacemos distinciones, hacemos explicaciones, hacemos descripciones) y otra cosa es decir cómo hacemos lo que hacemos. Si yo puedo decir cómo hacemos lo que hacemos, "lo que hacemos" es un resultado del "cómo lo hacemos", que es completamente diferente. Lo que corrientemente tratamos es de la descripción de lo que hacemos. Si buscamos en un texto de Psicología el tema de la conciencia van a leer una descripción de lo que podríamos decir que son zonas características de la conciencia, pero rara vez nos vamos a encontrar con un análisis de cómo es que la conciencia surge, etc. Yo quiero hacer unas reflexiones sobre cómo hacemos lo que hacemos. Y para ello voy indicar lo que quiero decir con una pregunta sobre el observador y el observar. Observar es un acto, es una operación, que separa al que observa de lo observado (Heinz y Mony han hecho algunas referencias al respecto). Es una operación en la cual separamos al que mira de lo que se mira. Y, cómo hacemos eso?. Mony podrá hacer referencia, como hizo, a que hay una imbricación, una interdependencia, una mutua correlación entre el terapeuta y la familia, e hizo un dibujo de esta retroconexión entre el observador y lo observado; pero el hecho es que operamos como observadores. Podemos decir: "Ahí está el vaso de Coca-Cola", o "Aquí está el micrófono", o "Pase, señor (o señora), por favor", o "Ya llegó la familia Fulánez"; hacemos esta operación en la cual, con absoluta naturalidad, surge lo otro y surge uno como cosas distintas. Y mientras vivamos así, sin problemas ni preguntas, no pasa nada. Pero el hecho es que la pregunta surge, porque también descubrimos que esa separación no se puede hacer en el sentido absoluto y completo que usualmente tratamos en la vida cotidiana. Y quién es el observador en el observar nosotros?. Cualquiera de nosotros. Nosotros seres humanos. Pero nosotros, seres humanos, somos seres vivos. Y estamos en el vivir cuando hacemos lo que hacemos. Todos sabemos que en el momento en que una persona se muere deja de operar como observador. Lo que aparece es un cadáver; y una de las características del cadáver es que no opera como observador. Si alguien que pensamos muerto se levanta y dice: "Veo tal cosa", decimos enseguida: " Ah, este no está muerto!", porque si estuviera muerto ni se podría levantar ni decir nada.

14 Así que nosotros somos observadores en el vivir. Viviendo. Y esto lo voy a indicar escribiéndolo en la figura siguiente como "Praxis del Vivir". "Eso lo he vivido". Figura 1. Pero pasa algo más: el vivir nos sucede. No hacemos nuestro vivir; no nos estamos esforzando por vivir. El vivir me pasa a mí; en verdad uno se encuentra viviendo cuando se pregunta por el vivir. No hacemos nuestro vivir: nos sucede. Es el suceder del vivir. No solamente nos encontramos viviendo en el suceder del vivir, sino que distinguimos lo que nos pasa en el vivir; no todo, pero distinguimos "pasares" en el vivir. Por ejemplo, yo ahora estoy dando una conferencia en la que quiero hablar del observador y lo observado. Y lo que distinguimos que nos pasa en el vivir es lo que voy a llamar la experiencia. Experiencia no como experiencia de algo sino como lo que uno distingue que a uno mismo le pasa (estoy en el caminar, en el pensar, en el oír, en el aburrimiento, en el interés, en la curiosidad, en el cansancio, en el deseo, en el clavar un clavo, en el romper algo, en el construir una casa...). Osea, que la palabra experiencia aquí hace referencia a lo que uno distingue que le pasa a uno mismo ("Ver algo. Veo el cielo. Tengo la experiencia de ver el cielo. Yo veo el cielo", o la luz; o hago una mezcla de líquidos; o vierto Coca-Cola en un vaso... o lo que sea). Y esto, en el lenguaje. Al mismo tiempo, y formando parte de lo que yo distingo que me pasa, es que estoy dando una conferencia

15 con un grupo de personas que me escuchan. Es decir: el distinguirme a mí de un conjunto de personas y el distinguir a otros de mí, pertenece a la experiencia. Y esto ocurre en el lenguaje. Y con esta nueva palabra estoy diciendo que lo que no ocurre en el lenguaje no ocurre. Por ejemplo: Cuántos de ustedes tienen páncreas?. Alguno de ustedes lo tiene?. Claro que si ustedes son médicos me van a decir: "Por supuesto. El páncreas es un órgano que está situado en la parte posterior de la cavidad abdominal...". Esto es cierto pero, tienen páncreas?. Si uno enferma del páncreas, el páncreas aparece en la distinción. Es decir: el páncreas no existe mientras no lo has distinguido; normalmente, uno no tiene páncreas (yo he vivido toda mi vida sin páncreas y espero vivir el resto de mi vida sin páncreas; y sin corazón; y he tenido pulmones en algunos momentos, pero ya no los tengo... etc). Esto es lo que les quiero decir: si no lo distingo, no está; aparece en la distinción. Y entonces la pregunta que les quiero hacer, y que escribo a los dos lados del gráfico porque los dos lados son iguales: es la misma pregunta; pero la pongo a los dos lados porque quiero aprovechar para decir dos cosas diferentes. Y es una pregunta que pide una explicación por respuesta. Si un niño le pregunta a su madre: "Mamá, cómo nací yo?", la mamá le responde: "Hijo mío, es que tú eres precioso. Es que tienes los ojos negros y el pelo negro". Y el niño le dice:"no mamá, si no quiero que me digas cómo soy sino cómo es que yo nací, cómo es que estoy aquí". El niño, o la niña, no acepta una descripción como una respuesta a una pregunta que pide una explicación. De modo que la pregunta: " cómo es que hacemos lo que hacemos?", está pidiendo una explicación por respuesta; no una descripción del observar sino una explicación por respuesta. Y qué es lo que uno quiere oír cuando pide una explicación por respuesta?; lo que uno quiere oír es la proposición de un proceso o mecanismo tal que si uno lo deja operar el resultado es la experiencia a explicar. "Mamá, cómo nací yo?". Si estuviéramos en Chile, la respuesta sería: - "A tí te trajo la cigüeña de Europa. - Ah!. - Sí. Te trajo la cigüeña de Europa. - Y cómo es eso, mamá?.

16 - En Europa hay unos lugares donde se hacen los bebés y donde están las cigüeñas, que son esos pájaros grandes que son capaces de llevar, sobre el Océano y sobre las montañas, al bebé, envuelto en un pañal, y lo deposita junto a la casa de la mamá que quiere tener un bebé. - Ah, mamá!. Muchas gracias!". La respuesta de la mamá es la proposición de un proceso tal que, si tuviese lugar, el resultado sería la aparición de un bebé en la puerta de la casa de la mamá que quiere tener un bebé. Aprendemos las preguntas explicativas desde pequeños, en la casa, con la mamá, con el papá, con los hermanos... con las personas con las cuales convivimos. Un niño de cinco años sabe ya que cuando pide una explicación lo que quiere oír es un proceso, la descripción de un proceso, la descripción de un mecanismo, tal que si tuviese lugar, el resultado sería la experiencia a explicar. Si yo me pregunto por el observador y el observar y acepto la pregunta, lo que quiero oír es la explicación de un proceso o de un mecanismo tal que si tuviese lugar el resultado sería observar el observador. Me explico; quiero invitarlos a considerar conmigo, por un momento (y me da para todo el curso) las consecuencias de aceptar esta pregunta. Si no aceptamos la pregunta, no pasa nada. Es una pregunta; no hay nada que explicar... y no pasa nada. No operamos, con absoluta inocencia, como observadores; operamos haciendo distinciones, en la aceptación implícita de que tenemos estabilidad de distinguir lo que distinguimos. Pero si aceptamos la pregunta nos comprometemos a proponer o a escuchar la proposición de un proceso tal que si tuviese lugar el resultado sería el observar el observador. Yo les invito a aceptar esta pregunta. No tengo con qué obligarles ni me interesa obligarles a aceptar la pregunta. No puedo decirles ni me interesa decirles que tienen que aceptar esta pregunta, porque no es cierto. La invitación es una cosa maravillosa, porque uno puede no aceptar y no pierde prestigio. Un amigo me invita a ir a su casa y yo le digo: "No, no voy a ir. Gracias". Si mi amigo se enoja quiere decir que no era una invitación sino una exigencia. Pero si es una invitación y digo no, pues perfecto; no cambia nada. Yo les invito a ir conmigo

17 para ver las respuestas a esa pregunta; a aceptar esa pregunta. Aceptar esta pregunta no es trivial. Aceptar una pregunta nunca es trivial, porque tiene consecuencias el ver la respuesta, el escuchar la respuesta. Si no acepto la pregunta no pasa absolutamente nada; ni siquiera me doy cuenta de lo que acepto cuando no acepto la pregunta (algo parecido a lo que explicaba Heinz del punto ciego: el no ver que no se ve). Si no acepto la pregunta como observador no veo lo que estoy aceptando al no aceptarla. Porque si estoy pensando como observador, si no acepto la pregunta sin preguntarme cómo hago lo que hago quiere decir que no veo cómo hago lo que hago. Pero si acepto la pregunta, no solamente me comprometo a proponer o a escuchar la proposición de un proceso o mecanismo que daría origen a lo que quiero explicar sino que puedo preguntarme también por lo que pasa cuando uno acepta la pregunta. Toda explicación es la proposición de un mecanismo o proceso que usa elementos de la experiencia para explicar la experiencia. Cuando la mamá le dice al niño o a la niña. "Hijo mío. A tí te trajo la cigueña de Europa" no le está hablando de una forma fantástica; está usando la experiencia del niño o la niña en su vida cotidiana; qué es Europa para un niño chileno?: algo allá lejos, más allá del horizonte. Sí, claro, los niños han visto el horizonte, en donde de pronto aparecen cosas: pájaros, volando desde el más allá, aparecen de pronto por acá. Así que tan poco es de extrañar la idea de un pájaro que venga de más allá del horizonte; no está fuera del espacio experiencial del niño o de la niña. Y que los pájaros lleven cosas tampoco está fuera de su espacio experiencial: ha visto a los pajaritos llevando plumitas y cosas cuando hacen los nidos y a los pájaros grandes llevando cosas más grandes, de forma que un pájaro grande llevando un bebé... no es una cosa fantástica. Es extraño. Tal vez no lo ha visto. Pero pertenece a la posibilidad experiencial del niño o de la niña. La mamá usa elementos de la experiencia del niño o de la niña para generar el mecanismo o proceso que daría por resultado el que el bebé apareciese allí, frente a la casa de la mamá que desea tener un bebé. En otras palabras, estoy diciendo que si ustedes miran bien se van a dar cuenta de que toda explicación es la proposición de un mecanismo o proceso con elementos de la experiencia, tal que si uno los deja operar el resultado es la experiencia que se quiere explicar. Pero no basta eso. Muy poco tiempo después, el niño puede venir a la mamá y decirle:

18 - "Mamá, no me creo el cuento de la cigüeña. - Por qué?. - Porque mi amigo dice que va a tener un hermanito y que la mamá lo está haciendo. Y yo fui a ver a su mamá y tenía una barriga grande: Y yo toqué su barriga y se movía el bebé dentro". Y entonces la mamá le dice: - "Hijo mío, ya eres grande y te puedo explicar las cosas de la vida". Y qué hace para explicarle lo que pasa?. Pues que tiene que recurrir a elementos de la experiencia del niño o generar un espacio experiencial para poder usar esos elementos de modo de construir un mecanismo generativo: le habla de los huevos, del esperma, le muestra las flores, abre el pistilo y el ovario de la flor para mostrarle donde están los huevitos... para poder generar un espacio experiencial en el niño de forma que pueda puede construir un proceso o mecanismo que tiene que ver con la mamá teniendo un huevecito en el interior, con el papá depositando el esperma de forma que se junten y crezca el bebé en el interior de la mamá. Y el niño o la niña dice: - " Ah!. Gracias, mamá!". Y resulta que acepta este mecanismo generativo y abandona el otro (llamo mecanismo generativo a este mecanismo o proceso tal que si uno lo deja operar da por resultado la experiencia a explicar). Qué revela esto?. Que el ser hecho por una mamá es más verdadero que el ser traído de Europa por una cigüeña?. No. Ambos son extraordinarios fenómenos. Lo que revela esto es que para aceptar una explicación se requiere no sólo la presencia de un mecanismo generativo sino también la satisfacción de alguna otra condición que uno pone en su escuchar, que tiene que ver, exactamente, con lo que decía Heinz hace un momento: "Lo que el otro dice no lo dice el otro sino que es lo que oigo yo". Soy yo el que determina lo que el otro dice. Alguien me propone un mecanismo generativo como explicación a la pregunta y yo lo acepto o no. Y si lo acepto, lo acepto porque satisface alguna otra condición que yo pongo al escuchar. Yo no sé cual es la otra condición que pone un niño o una niña, pero me imagino la que yo habría puesto, o tal vez la que puse en algún momento: es mucho más rico ser hecho por una mamá que ser traído por una cigüeña de Europa; es más cercano a la mamá. Pero noten ustedes que este otro elemento no tiene nada que

19 ver con el mecanismo generativo; esa es otra condición adicional, completamente arbitraria, que uno pone en su escuchar. Las explicaciones científicas no son diferentes de esto. Al mecanismo generativo lo llamo el criterio formal porque tiene una forma perfectamente definida: es un mecanismo generativo. Y al otro elemento, que uno pone en su escuchar, lo llamo el criterio informal. En la Ciencia, en criterio informal es lo que yo llamo, y se puede legítimamente llamar, el criterio de validación de las explicaciones científicas. No voy a entrar en esto, pero también lo aprende uno, de pequeño, en su casa. Si yo quiero explicar algo, no solamente tengo que presentarle al que me escucha un mecanismo generativo sino que tengo que hacer explícito el criterio informal que yo pongo para aceptar ese mecanismo generativo, y no otro, como la explicación de lo que estoy explicando. Voy a hacer, si no en todos sus detalles si en toda su concepción, una explicación científica del observador y el observar. No tengo en estos momentos tiempo para entrar en la descripción del criterio de validación de las explicaciones científicas, pero acepten ustedes, por el momento, que soy impecable haciendo eso. En lo que si quiero insistir es en que uno explica la experiencia con coherencia de la experiencia. Lo que uno explica es experiencia, pero que uno distingue como algo sobre lo cual no se pregunta. Uno no explica la realidad: uno explica lo que uno trae a la mano como pregunta; lo que uno se imagina, como pregunta. Pues lo que uno trae a la mano y se imagina como pregunta surge de uno: es lo que a uno le pasa en la experiencia. Y una de las cosas que nos pasan, por supuesto, es que hacemos distinciones; es que operamos como observadores. Pero en este momento en que hemos hecho estas reflexiones; en que sabemos qué estamos aceptando al aceptar la pregunta, aceptando que es legítimo proponer un mecanismo generativo, y que uno puede hacerlo, con un criterio de validación científico, nos preguntamos: qué es lo que aceptamos si no aceptamos la pregunta?. Lo que aceptamos si no aceptamos la pregunta, científicamente, o físicamente a veces (??) es el pensar o el creer o simplemente el aceptar en el placer, que tenemos la

20 habilidad de hacer referencia a algo independiente de nosotros en nuestras distinciones, en nuestras descripciones y en nuestro explicar. Aceptamos nuestro operar como observadores como algo natural: vemos la botella que está ahí. Eso es lo que aceptamos, implícitamente si no aceptamos la pregunta sobre el observador y el observar. Nos conducimos, desde ese momento en adelante, aceptando que tenemos la habilidad de hacer referencia a lo que está fuera o independiente de nosotros y de usar eso para validar nuestras explicaciones. A este camino explicativo yo lo llamo el de la objetividad. El camino explicativo de la objetividad hace referencia a la realidad. Todos usamos esas expresiones: "ser objetivos", "ser realistas". Basta escuchar los discursos políticos. Ser objetivos o ser realistas se refiere a los demás: que ellos sean objetivos o realistas. Si aceptamos la pregunta nos comprometemos a pensar o a escuchar la proposición de un mecanismo generativo. Y para ello vamos a usar la experiencia para explicar la experiencia del observar. Pues, qué hace uno cuando quiere proponer un mecanismo generativo?. Pues busca situaciones en las que se den las condiciones en las cuales uno puede proponer un mecanismo que, si opera, dé por resultado la experiencia a explicar. Y cómo sabe uno que lo que está proponiendo es adecuado?, porque, como decía Heinz hace un momento, uno intenta probar si funciona lo que uno ha propuesto. Porque el interferir con el proceso que yo propongo como mecanismo generativo me permite conocer las dimensiones en las cuales opera el fenómeno que quiero explicar. Y en este intento de interferir con el proceso, en este caso del observar, una de las primeras cosas que descubro es que tiene que ver con el vivir: si interfiero con el vivir se acaba el observar. Bueno, eso es casi nuestra condición de partida, diremos: "sí, claro, pero se nos hace evidente que si interferimos con el vivir se acaba el observar. Pero se nos hace evidente una cosa más. Heinz les invitó a ustedes a hacer la experiencia del punto ciego. Lo interesante del punto ciego es que uno no ve que no ve. Y no sólo no ve que no ve, sino que cuando no está haciendo la experiencia del punto negro y la estrella uno no ve el punto con un agujero de no-visión, uno no ve el mundo con un punto ciego: lo llena. Y lo llena de una manera que tiene que ver con el entorno. Si cerramos un ojo, el mundo no aparece con un agujero negro sino que está completo.