CONFERENCIA INAUGURAL I CONGRESO NACIONAL DE ESTUDIANTES DE ARQUITECTURA TÉCNICA E INGENIERÍA DE EDIFICACIÓN

Transcripción

1 VALENCIA, 14 DE ABRIL DE 2011 CONFERENCIA INAUGURAL I CONGRESO NACIONAL DE ESTUDIANTES DE ARQUITECTURA TÉCNICA E INGENIERÍA DE EDIFICACIÓN Rafael Ferrando. Presidente de CIERVAL y del Consejo Social de la Universidad Polítécnica de Valencia Buenos días, La Escuela Técnica Superior de Gestión en la Edificación tuvo la amabilidad de invitarme a impartir la ponencia inaugural de este I Congreso Nacional de Arquitectura Técnica e Ingeniería de la Edificación por mi doble vertiente de presidente del Consejo Social de esta universidad y por mi profesión de arquitecto. Hoy, me han encargado que os hable del sector de la construcción, sus dificultades actuales y sus perspectivas de futuro. Como sabéis, la construcción es uno de los sectores sobre los que más se ha hablado y discutido en los últimos años. Se le ha demonizado como primer culpable de la crisis económica que estamos padeciendo y, aunque esa afirmación es bastante cierta, yo quiero aprovechar este foro para hacer una radiografía lo más objetiva posible sobre un sector fundamental para nuestro entorno económico. En primer lugar, quiero destacar que no es mi intención ofreceros una visión pesimista del sector en el que tenéis pensado desarrollar vuestra vida profesional pero hemos de ser conscientes que la crisis ha afectado a todos sus subsectores y ha sido especialmente dura con el área de edificación residencial debido a la generación de lo que ha venido a conocerse como burbuja inmobiliaria. Como nota positiva, antes de desgranar más profundamente la situación del sector, debo recalcar que la construcción, al igual que la economía tiene un claro componente cíclico. En las fases de expansión tiende a crecer por encima de la 1

2 media y en los ciclos recesivos se produce la situación inversa. Hasta 2007, la construcción registró tasas de crecimiento en la creación de empresas bastante superiores al resto de sectores productivos de la economía española, pero, a partir de entonces, las tasas de variación de las empresas constructoras han descendido con mucha mayor intensidad que en el resto de la economía. De hecho, las últimas tres recesiones que ha sufrido la economía española han venido precedidas por una desaceleración del sector inmobiliario. Como muestra de lo que os estoy explicando, sólo tenemos que revisar la variación que ha sufrido la actividad constructora en nuestro país desde la década de los 60. En el período se registró uno de los mayores crecimientos del sector con cifras de construcción que no llegaron a igualarse hasta la década de los 90. Desde mediados de los 70 podemos encontrarnos con diversas fases. La primera de ellas, que se prolonga hasta el año 1984, se caracterizó por unos ritmos negativos de expansión del sector. Posteriormente, hasta 1993 se produjo uno de los más importantes auges inmobiliarios. Tras la recesión económica de esos años, comienza un período de crecimiento que se ve fuertemente incrementado entre los años 2003 y Varias fueron las causas del auge del mercado inmobiliario en este último período. Entre ellas podemos destacar el entorno de crecimiento económico, los bajos tipos de interés y la facilidad para acceder al crédito hipotecario con el aumento de los plazos de amortización de los préstamos y el incremento en la proporción del crédito sobre el valor de la vivienda. Durante esta fase, el mercado financiero experimentó un notable cambio propiciado por la disminución de los tipos de interés, lo que permitió unas mejores condiciones crediticias para aquellos que deseaban adquirir una vivienda. Esta bajada, unida a la facilidad para obtener liquidez por parte de las entidades financieras, permitió incrementar rápidamente la fluidez e impulsó los créditos a la vivienda. 2

3 Además, el fuerte aumento de la población, debido fundamentalmente a la inmigración, incrementó la demanda de hogares. Todas estas circunstancias provocaron un crecimiento muy importante del volumen de viviendas construidas y su consecuente incremento en los precios. En este período el valor añadido bruto de la construcción llegó a suponer el 11% del PIB español. El fuerte ritmo promotor y constructor, especialmente en el periodo , impulsó la aparición de un extenso tejido empresarial, la creación de numerosas oportunidades de empleo y llevó la recaudación de ayuntamientos, de comunidades autónomas y del Estado a máximos históricos. Todo ello, junto con un importante componente especulativo, provocó que a partir de 2007 se iniciase un progresivo retroceso de la actividad del sector. Esta situación se agravó al año siguiente por la crisis financiera internacional provocando un descenso del crédito que ha afectado directamente a todos los sectores de la construcción y que, como sabéis, todavía continúa. Según las previsiones de la Unión Europea hechas públicas recientemente, el sector de la construcción caerá un 7% este año encadenando cuatro años de caídas consecutivas. El organismo europeo estima que en 2012 la construcción experimentará un alza del 0,7%. Todos los agentes que conforman la sociedad actual (empresas, sector financiero, familias e instituciones públicas) contribuyeron, de una manera u otra, a este contexto de fuerte especulación de suelo que acabó desembocando en la crisis del sector. Su principal consecuencia ha sido la destrucción de miles de empleos y el cierre de numerosas empresas no sólo del sector de la construcción sino de las diversas ramas de actividad relacionada directa o indirectamente con él. Y su afección ha sido especialmente dura en el terreno de las pymes. A tenor de estos datos, y como ya he comentado anteriormente, podemos constatar que, efectivamente, la construcción tiene un carácter eminentemente 3

4 cíclico en todas las economías y, por tanto, debemos evitar demonizarlo. La recuperación de este sector acabará produciéndose si bien no podemos esperar una vuelta a la situación anterior a la crisis. Esa coyuntura no volverá a producirse y, por supuesto, tampoco es aconsejable que lo haga. Hasta este momento me he venido centrando en el análisis del mercado de la vivienda si bien no puedo dejar de lado otra área fundamental del sector de la construcción, el de la obra civil. Se trata de un área que, aunque depende de la situación económica, tiene mayor dependencia de las políticas desarrolladas por las distintas Administraciones Públicas. Hay que tener en cuenta que las infraestructuras públicas son un factor clave en la evolución de cualquier economía. Por este motivo, la crisis no les ha incidido en el mismo grado que lo ha hecho en el ámbito residencial. Es cierto que la licitación pública ha disminuido desde que comenzó la crisis pero continúa manteniéndose en unos niveles moderados. En este capítulo cobra especial relevancia las infraestructuras relacionadas con el ámbito del transporte como carreteras y, sobre todo, el ferrocarril debido a la fuerte implantación del AVE. Por el contrario, sí que se han reducido las contrataciones de otras obras, como las hidráulicas o medioambientales. Como es lógico, la principal razón de la reducción de las licitaciones de obra pública se debe a los graves problemas de solvencia que afectan al sector financiero. También se ve afectada por la dilatación de los plazos, desde que se inicia el expediente de una posible obra hasta que finaliza su ejecución que puede alargarse hasta los 10 años. Como os he comentado antes, la descripción de la situación actual del sector de la construcción que os acabo de realizar no es nueva y, por ello, no creo que deba incidir mucho más en este tema. Los medios de comunicación y los 4

5 estudios elaborados por numerosas entidades ya han ahondado suficiente en las causas de la actual crisis del sector. Por ello, ahora quiero adentrarme en sus posibilidades de recuperación. Sin pretender ser pesimista lo cierto es que, hoy, el mercado de la construcción residencial se enfrenta a numerosos problemas como la dificultad de acceso al crédito financiero o el fuerte stock de viviendas sin vender. Actualmente, se calcula que hay cerca de un millón de viviendas sin vender en España. Esta importante bolsa de viviendas afecta a las condiciones de oferta y demanda del mercado. Esta cifra incluye tanto a las situadas en entornos urbanos como a las segundas residencias en zonas turísticas costeras. Lógicamente, las primeras cuentan con mayores posibilidades de salida en el mercado inmobiliario que las edificaciones de tipo turístico ya que el acceso a la vivienda continuará siendo una necesidad. Además, el mercado inmobiliario español cuenta con una particularidad que lo diferencia del resto de Europa y es la presencia limitada del alquiler motivado por dos factores fundamentales. Por una parte, las familias han venido optando por la compra de inmuebles debido a la escasa diferencia existente entre el precio del alquiler y las cuotas hipotecarias provocadas por los bajos tipos de interés. Por otra parte, los propietarios de pisos tampoco han optado por alquilarlos por la inseguridad que les provoca el cobro y el posible desalojo por impago. Sin embargo, en los últimos años las crecientes dificultades para la adquisición de viviendas han suscitado un aumento de los demandantes de primera vivienda que se decantan por el régimen de alquiler. Frente a todos aquellos que han estigmatizado a la construcción, parece claro que la recuperación de la economía española necesitará a este sector.la construcción, junto con otros sectores, ha de seguir siendo un pilar fundamental para la economía española. De hecho, las grandes constructoras de nuestro país se encuentran en los primeros puestos del ranking mundial, licitando obras en los principales mercados europeos, norteamericanos y asiáticos. 5

6 Debemos evitar que se produzca el descontrol ocasionado en el pasado, fundamentalmente en el periodo , pero no podemos obviar los beneficios de este sector por dos motivos fundamentales: en primer lugar, por la propia importancia económica de la construcción y, en segundo lugar, por la capacidad de arrastre que tiene sobre otras actividades relacionadas directa o indirectamente con él. Me estoy refiriendo a sectores como la industria extractiva, la madera, el vidrio, la cerámica, el hormigón o el metal, todos ellos muy relacionados con la construcción. En los años del auge inmobiliario, el sector de la construcción estaba muy atomizado, con muchas empresas y sobredimensionado en cuanto a mano de obra. La crisis de este sector a partir de 2007 ha derivado en una elevada destrucción de puestos de trabajo tanto directos como indirectos. Seopan, el observatorio de la construcción, prevé más de nuevos desempleados en el sector de la construcción en Esta situación se ve agravada por las dificultades de recolocación del desempleo relacionado con este sector ya que, en líneas generales, cuenta con una baja cualificación. Por ello, una de las materias en las que más se debe incidir es en la formación y, sobre todo, la especialización de cualquier trabajador en el sector de la construcción. No se puede seguir haciendo las cosas como hasta ahora. Es necesario apostar seriamente por la profesionalización del sector. Debéis tener en cuenta que las empresas, cada vez más, valoran la polivalencia y la mayor cualificación de los profesionales porque quieren estar en la mejor posición de salida para cuando el mercado comience a dar síntomas de mejora. Para ello, es necesaria una formación específica que ahonde en la implementación de la I+D+i para mejorar los perfiles técnicos de los futuros profesionales. No obstante, no debemos olvidar que la recuperación del sector dependerá en gran medida del papel que juegue el sector financiero, de la mayor o menor 6

7 dificultad de acceso al crédito, de la evolución de la tasa de desempleo y del precio de los inmuebles y, por supuesto, de la demanda demográfica procedente tanto de la inmigración como de los extranjeros. El sector de la construcción debe prepararse para afrontar con éxito, una vez superada la crisis, una etapa con nuevas oportunidades, necesidades y retos que necesariamente ha de comportar mejoras en cualquiera de las fases del proceso productivo constructor. En este contexto, trataré de apuntar ahora algunas claves que podrían ayudar a la recuperación del sector. Todos los informes apuntan que una de las principales áreas que contribuirá al resurgimiento del sector en los próximos años es la rehabilitación de viviendas. En estos momentos, la demanda de viviendas de obra nueva se encuentra estancada en niveles muy bajos y aunque el precio de la vivienda se ha reducido, lo cierto es que no ha incidido en un aumento de las ventas. Por ello, la rehabilitación puede contribuir a la mejora de la edificación residencial ya que muchas de las obras requieren un gran número de personal, su realización puede recaer en empresas de tamaño medio y pequeño y posibilitará la reactivación de las industrias auxiliares. La rehabilitación se caracteriza por ser un sector con una actividad estable, poco sujeta a las crisis coyunturales. De hecho, ha sido la única área del sector de la construcción que ha conseguido mantenerse. Igualmente, es un sector clave en los aspectos medioambientales y de cambio climático por su capacidad de reducir consumos de energía que permite la puesta al día de un parque de viviendas que, en muchos casos, se encuentra obsoleto. Según los datos manejados por el Ministerio de Fomento, más de la mitad del parque de viviendas de España requiere de una intervención, lo que supone unos 18 millones de viviendas. De ellas, 12 millones tienen más de 30 años y el resto, más de medio siglo. España es uno de los países de Europa donde la rehabilitación tiene menos peso. El Itec estima que por cada euro invertido en 7

8 obra nueva en Alemania se destinan 1,81 euros a inmuebles que hay que rehabilitar. En cambio, en España esa inversión se reduce a sólo 0,77 euros. No obstante, debemos ser conscientes que este sector no tiene el potencial suficiente para lograr la gran reactivación de la construcción. Además, los plazos para la puesta en marcha de obras de este tipo tampoco son fáciles de acortar. Y a ello se suma otro de sus problemas más conocidos, muchas de las reformas menores se realizan como parte de la economía sumergida. Otra de las posibles claves para la recuperación del sector os afecta directamente a vosotros, como futuros profesionales del mundo de la construcción. Actualmente, España es uno de los países mejor situados del mundo por su capacidad tecnológica e innovadora en los campos de la ingeniería civil y la arquitectura. Este factor ha contribuido a la exportación de tecnología y a la diversificación de las empresas de nuestro país. Por ello, una de vuestras obligaciones es contribuir no sólo a mantener el elevado nivel actual sino a incrementarlo. El futuro pasa por la innovación tecnológica, la eficiencia energética y la mejora de la competitividad de las empresas. Van a cobrar protagonismo todos aquellos aspectos relacionados con la sostenibilidad, la industrialización del proceso constructivo y las nuevas tecnologías ligadas a la construcción. La construcción ha sido uno de los sectores más dinámicos en los últimos años, lo que ha provocado una despreocupación por la innovación. Exceptuando a las grandes empresas y muchas de las firmas especializadas, las compañías del sector de la construcción no consideraron la innovación como un factor determinante de su estrategia durante el período de auge inmobiliario. En un contexto de crisis como el que estamos sufriendo, las empresas deben asumir el reto de innovar, apostando por una cultura corporativa y organizativa envolvente enfocada a la innovación. 8

9 La etapa de excesos que hemos vivido ha dado paso a un sistema de construcción que integra la sostenibilidad y el cuidado al Medio Ambiente, englobando un nuevo concepto de arquitectura sostenible basado en la utilización de las nuevas tecnologías y el ahorro energético. Esta nueva arquitectura responsable ha de ser una de las bases sobre las que habrá de asentarse el futuro del sector de la construcción. En este sentido, la reforma del Código Técnico de Edificación y las acreditaciones de sostenibilidad que promueven la construcción de edificios verdes puede ser una vía de salida para el sector. Este nuevo Código pretende impulsar la construcción de edificios inteligentes, poco contaminantes y de bajo consumo que cumplan escrupulosamente los requisitos de habitabilidad y salubridad. La escasez de los recursos y la concienciación de la sociedad por lograr un entorno más limpio han hecho surgir un nuevo concepto de construcción que integra el cuidado del entorno con la responsabilidad social de las empresas. El compromiso de la sociedad con el cuidado del medio ambiente nos lleva a pensar que la construcción sostenible será la construcción del futuro. Hoy, la sostenibilidad se presenta como un parámetro diferencial para el sector de la construcción muy importante. La construcción sostenible vive actualmente su fase más embrionaria y es un sector con un gran potencial. Soy consciente que todos los que trabajáis en este sector o queréis dedicaros profesionalmente a él estáis plenamente familiarizados con esta tendencia. Sin embargo, todavía es necesario realizar una gran labor divulgativa para hacer llegar el mensaje de forma generalizada a la sociedad. Es necesario que la sociedad sea plenamente consciente de las ventajas y beneficios de la construcción sostenible para que ésta pueda jugar un papel verdaderamente determinante en el futuro del sector de la construcción. El estudio del uso de las energías renovables en los edificios, la atención al impacto ambiental que ocasiona la aplicación de determinados materiales en la construcción y la minimización del consumo de energía constituye, sin duda, uno 9

10 de los pilares del futuro desarrollo de la construcción. La construcción de los edificios comporta unos impactos ambientales que incluyen la utilización de materiales que provienen de recursos naturales y el uso de grandes cantidades de energía tanto en lo que atiende a su construcción como a lo largo de su vida. Por este motivo, la sostenibilidad deberá estar presente durante todo el ciclo de vida del edificio, desde su diseño arquitectónico y la obtención de las materias primas hasta que éstas regresan al medio en forma de residuos. Según datos del Instituto Español del Cemento y sus Aplicaciones, en Europa el 42% del consumo de energía y el 35% de las emisiones de gases de efecto invernadero son debidas a los edificios. El programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente estima que el consumo de energía en los edificios puede reducirse del 30 al 50% sin incrementar los costes de inversión. En una vida de servicio de un edificio de 60 años se calcula que el 80-90% de las emisiones de CO2 es debido al uso del edificio, entre el 8 y el 12% a las emisiones producidas por los materiales y el 2-3% del CO2 restante es emitido durante la fase de construcción. A tenor de estos datos podemos constatar que las posibilidades de mejora en términos de eficiencia energética, ahorro de recursos y emisiones es muy relevante. La construcción puede ayudar de manera muy significativa a la reducción de las emisiones de efecto invernadero creando viviendas que sean ahorradoras durante toda su vida útil independientemente del comportamiento de los residentes. De hecho, la redefinición de la Directiva Europea de Eficiencia Energética establece que en 2019 toda construcción nueva deberá ser autosuficiente energéticamente. En este terreno, el uso de las TIC en las diferentes fases que componen la actividad constructiva goza de una importancia creciente. Las TIC pueden contribuir a impulsar la sostenibilidad ambiental y energética en la construcción en numerosos aspectos. Destacan la monitorización, el análisis, la logística, la 10

11 gestión de edificios, las energías renovables, la conectividad o el telecontrol. El paso último es lo que hoy en día se conoce como el hogar digital que ha de integrar los distintos sistemas que el usuario final puede utilizar como la domótica, seguridad, entretenimiento o las telecomunicaciones. Según datos de AETIC, la aplicación de las TIC en España en el sector de la construcción y la aparición progresiva del hogar digital supondría una disminución directa de 10,7 millones de toneladas de CO2. Asimismo, campos como la seguridad, la innovación, la eficiencia o la cualificación profesional pueden obtener importantes ventajas con la aplicación de las TIC. Con su uso será posible minimizar la presencia de trabajadores en puntos de riesgo, desarrollar herramientas para la mejora en la gestión del proyecto o diseñar técnicas innovadoras de construcción, entre otros beneficios. Igualmente, una de las tendencias que debe adoptar este sector es la industrialización. Hasta ahora su uso ha sido prácticamente testimonial si bien se pueden establecer diferencias entre los diversos tipos de edificación. En edificios de usos especiales, como los dedicados a la enseñanza o la sanidad, se están utilizando algunos elementos industrializados. En cambio, en las viviendas la utilización es sustancialmente menor. Como sabréis, hoy en día se sigue construyendo siguiendo los mismos patrones que hace varias décadas. En este terreno, la construcción se ha quedado estancada frente a otras actividades en las que se ha avanzado claramente en los procesos industrializadores. Es cierto que hay una industria muy potente alrededor de los materiales y componentes de la construcción pero la obra continúa siendo básicamente un trabajo manual. En la construcción, la exigencia de calidad se concentra sobre todo en los productos y materiales, especialmente en aquellos que están sometidos a normativa y que, por ello, cumplen numerosos controles. No obstante, los 11

12 problemas de calidad de las viviendas no suelen proceder tanto de los productos, como de su puesta en obra durante el proceso de ejecución y de la posterior falta de mantenimiento. La industrialización de la construcción permitirá mejorar la calidad de las viviendas al eliminar el componente de artesanalidad optimizando los plazos de ejecución de las obras. La estandarización del proceso constructivo representará un importante ahorro de tiempo y de costes respecto al proceso de ejecución tradicional. La crisis actual debe servir al sector para investigar de manera profunda en los procesos de industrialización y, para ello, es necesaria la implicación de investigadores, universidad, arquitectos y constructores. Es necesario una apuesta decidida de todo el sector de la construcción para el cambio. Estoy plenamente convencido que todos los que estáis aquí presentes colaborareis para ayudar a salir de la crisis y situar al sector constructivo en vanguardia. Muchas gracias. 12