SALMOS. PROGRAMA No Salmo 144 al 150

Transcripción

1 PROGRAMA No SALMOS Salmo 144 al 150 Amigo oyente, llegamos hoy al Salmo 144, y este nuevamente es un Salmo de David. En él podemos encontrar cosas que son muy similares a las que leemos en el Salmo 18. Usted recordará que ese era otro gran Salmo, el cual enfatizamos oportunamente. Ese Salmo dice ser un Salmo de David, que comenzaba diciendo: Te amo, oh Jehová, fortaleza mía. Jehová, roca mía. Y luego él decía en ese Salmo: En mi angustia invoqué a Jehová. Eso ocurrió cuando él fue librado de la mano de Saúl. Obviamente, esa era una de las grandes experiencias que habían tenido lugar en la vida de este hombre David. Ahora, este Salmo mira hacia el futuro nuevamente, hacia aquel día que se acerca, cuando su pueblo pasará por ese período de la Gran Tribulación. Esa será una época, un tiempo de mucho sufrimiento, y un tiempo de grandes dificultades. Y en ese tiempo, ellos una vez más se volverán a Dios en oración. Tiene lugar entre esos dos eventos, y ciertamente esto puede obrar para todos los santos de Dios en el presente. Veamos entonces el primer versículo de este Salmo 144: 1 Bendito sea Jehová, mi roca, Quien adiestra mis manos para la batalla, Y mis dedos para la guerra; (Sal. 144:1) Ahora, qué es lo que quiere decir con eso? Hay quienes, por supuesto, pueden señalar con TTB 4656 Página 1 de Programa No. 0690

2 su dedo y decir: Mire, su Dios es un Dios de guerra en el Antiguo Testamento. Amigo oyente, si usted hubiera vivido en los días de David, entonces usted se hubiera sentido, pensamos, muy cómodo al saber que era protegido de los enemigos que lo rodeaban; que usted se podía defender así. Y el Señor Jesús clarificó eso de una manera muy definida. Hay algunos que piensan que Él era un pacifista. Él quiere la paz y es el Príncipe de Paz, y no habrá paz en esta tierra hasta que Él venga. Pero Él da paz al corazón humano en el día de hoy. Él da paz con Dios a través del perdón de los pecados. Pero Él también dice: El hombre fuerte, armado guarda su paraje. Y eso es lo que está diciendo David aquí. En la Gran Tribulación ellos van a necesitar algo de protección, digamos de paso. Ahora, algunos países tienen grandes arsenales de bombas, y ellos pueden estar en cierto modo bastante seguros. Sin embargo, hay quienes opinan que todas las naciones deberían deshacerse de todas esas cosas y confiar en la bondad de la naturaleza humana. Sin embargo, amigo oyente, podemos ver que eso no da resultado. Algunos de los estados griegos trataban de hacer eso, tenían una civilización maravillosa, pero están en el polvo, la ruina y escombros, en el día de hoy, porque no se podían proteger a sí mismos. Veamos ahora, lo que dice el versículo 2, de este Salmo 144: 2 Misericordia mía y mi castillo, Fortaleza mía y mi libertador, Escudo mío, en quien he confiado; El que sujeta a mi pueblo debajo de mí. (Sal. 144:2) Hablando acerca de Dios, David dice que Él es su misericordia, y si usted y yo, amigo oyente, tenemos alguna justicia, es Cristo, y mi castillo, dice aquí. Él es mi protector, Fortaleza mía y mi libertador. Y, amigo oyente, es bueno saber que tenemos un arsenal de bombas, pero también yo quiero estar seguro de que Dios es mi protector, y que Él es aún mi fortaleza, mi refugio, mi castillo, mi libertador y mi escudo. Leamos completamente otra vez este versículo 2: TTB 4656 Página 2 de Programa No. 0690

3 2 Misericordia mía y mi castillo, Fortaleza mía y mi libertador, Escudo mío, en quien he confiado; El que sujeta a mi pueblo debajo de mí. (Sal. 144:2) Así es como habla David. Y luego, en el versículo 3, continúa diciendo: 3 Oh Jehová, qué es el hombre, para que en él pienses, O el hijo de hombre, para que lo estimes? (Sal. 144:3) Para qué fijarse en el hombre? Hablando francamente sabemos que el hombre no llega a ser mucho. Ahora, en la primera parte del versículo 4 dice: 4 El hombre es semejante a la vanidad; (Sal. 144:4a) Y con eso se quiere decir que el hombre es nada si no tiene a Dios. La vida no tiene ningún propósito sin Dios. El autor de estos estudios bíblicos, el Dr. J. Vernon McGee, contaba que en cierta ocasión cuando él era Pastor, estaba en su oficina, y de pronto se abrió la puerta y entró un hombre que en su mano llevaba un revólver antiguo, parecía oxidado. Y este hombre le dijo: Si usted no me puede dar una razón por la cual no debo hacerlo, me voy a suicidar. Y el Dr. McGee, le contestó: Bueno, me ha puesto usted en una situación difícil porque no puedo pensar por qué no lo debería hacer; pero quiero decirle lo siguiente: usted no va a resolver ningún problema quitándose la vida. Todo lo que va usted a hacer, es llevar esos problemas a un lugar donde no puede encontrar ninguna solución, porque usted habrá fijado ya, su destino eterno. Pero aquí, ahora, usted puede hacer una decisión por Dios y agregar entonces un propósito a su vida, y entonces no va tener tanto apuro en quitarse la vida. Pero, al arreglar las cosas con Dios, usted sabe que cuando muera va a llegar a la presencia del Dios y vivo y verdadero. TTB 4656 Página 3 de Programa No. 0690

4 Y, amigo oyente, debemos decir, que esta vida es bastante vacía. Hace algún tiempo salió un anuncio en un periódico, hablando de un hombre que había heredado una fortuna inmensa que podía haber sido la fortuna más grande del mundo: cinco billones de dólares. Yo no sé cuánto dinero es eso. Cinco billones, tienen que ser cinco billones, verdad? Pero es mucho dinero y sin embargo, ese hombre se suicidó. Ahora bien, cinco billones de dólares no hicieron que él se quedara aquí; él encontró que la vida no tenía ningún propósito. Y, amigo oyente, escuche bien, sin Jesucristo, sin Dios, el hombre es semejante a la vanidad; completamente vacío. No tiene ningún propósito. Escuchemos la forma en que David clama ante Dios aquí en el versículo 5, de este Salmo 144: 5 Oh Jehová, inclina tus cielos y desciende; Toca los montes, y humeen. (Sal. 144:5) Debemos decir que este es un gran versículo. Y aquí tenemos una declaración que fue confirmada por Isaías, allá en el capítulo 64, de su libro, versículo 1, cuando dijo: Oh, si rompieses los cielos, y descendieras, y a tu presencia se escurriesen los montes! Esta es una llamada para que Dios entre a los eventos humanos, para que Dios nuevamente tome parte en la historia humana. Y Él va a hacer eso algún día. No deseamos tomar una posición fanática y decir que Él lo va a hacer mañana, o aún en este siglo. No lo sabemos. Pero sí sabemos que Él va a tomar parte en la historia humana nuevamente. En el versículo 6, de este Salmo 144, leemos: 6 Despide relámpagos y disípalos, Envía tus saetas y túrbalos. (Sal. 144:6) Cuando Él vuelva nuevamente, lo hará en juicio, y no hay nada malo con eso. El contenido completo de las Sagradas Escrituras, es que Él viene en juicio, y no tenemos un cuadro más vivo y dramático que el que se presenta allá en el capítulo 19 de Apocalipsis, donde Juan dice que vio TTB 4656 Página 4 de Programa No. 0690

5 una puerta abierta en el cielo, y que de allí salía un caballo blanco. Él viene conquistando y como conquistador, amigo oyente. Ese es el cuadro que nos presenta la Palabra de Dios. Quizás a usted no le agrada esto, pero está en la Palabra de Dios. Ahora el salmista dice en la primera parte del versículo 9: 9a Oh Dios, a ti cantaré cántico nuevo; (Sal. 144:9a) Y en aquel entonces será el día, y solamente ese día, cuando ellos podrán hacer eso que dice este versículo. Llegamos ahora al Salmo 145, y este es el último Salmo que menciona a David como su autor. Y esos son los únicos de los cuales podemos estar seguros que David los escribió. Puede que haya escrito otros, y probablemente haya hecho eso, pero este Salmo, el 145, es el último en el que David es mencionado. Este es un Salmo muy destacado, es un Salmo acróstico nuevamente. Y eso quiere decir que cada versículo en este Salmo, y usted puede notar que tiene 21 versículos, comienza con una letra del alfabeto hebreo. Ahora, alguien quizá diga: Yo pensaba que había 22 letras en el alfabeto hebreo. La respuesta a eso es que sí, pero aquí solamente hay 21 versículos. Falta una letra y es la que corresponde a Nun. Comienza con Alef, Bet, Guímel, Dálet, He, etc. Y cuando usted llega a la letra Mem, se da cuenta que la siguiente letra Nun, hace falta. Esto ha provocado que algunos críticos hayan dicho que algunos de los que copiaron la Biblia, se equivocaron y dejaron un versículo por fuera. Que quien copiaba había omitido un versículo que debería estar allí. Bien, amigo oyente, creemos que ha sido dejado por fuera por una razón muy especial, y esa razón específica es que este es un gran Salmo de alabanza a Dios. Comienza diciendo en el versículo 1: 1 Te exaltaré, mi Dios, mi Rey, Y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre. (Sal. 145:1) Y este es un Salmo que sirve para presentar, para introducir los últimos salmos, y todos ellos TTB 4656 Página 5 de Programa No. 0690

6 son Salmos de Aleluya. Tenemos aquí un crescendo que sigue aumentando hasta culminar en el último Salmo de este Libro. Sin embargo, tenemos aquí, que se ha dejado una palabra afuera, y nos preguntamos por qué? Quiere decir esto que la alabanza es imperfecta? Bueno, creemos que así es. No tenemos aún la alabanza completa. En realidad, uno no tiene todos los Aleluyas que corresponden, hasta cuando uno llega al capítulo 19, del Libro de Apocalipsis. Escuche lo que dice este capítulo 19 del libro de Apocalipsis, en los versículos 1, 3 y 6: 1 Después de esto oí una gran voz de gran multitud en el cielo, que decía: Aleluya! Salvación y honra y gloria y poder son del Señor Dios nuestro; 3 Otra vez dijeron: Aleluya! Y el humo de ella sube por los siglos de los siglos. 6 Y oí como la voz de una gran multitud, como el estruendo de muchas aguas, y como la voz de grandes truenos, que decía: Aleluya, porque el Señor nuestro Dios Todopoderoso reina! Allí es, amigo oyente, donde encontramos el aleluya que falta aquí y que completa los siete Aleluyas. Por tanto, la alabanza de ese Salmo aquí, no es completa, y tampoco lo está en ninguno de ellos. Entonces se llegará a cumplir lo que los ángeles dijeron, usted recuerda lo que ellos dijeron: Gloria a Dios en las alturas. Por qué? Porque Él había nacido en Belén y debía haber paz. Pero eso no fue así, amigo oyente. Y nosotros no hemos sido capaces todavía de poder cantar el coro Aleluya perfectamente. Nunca se ha podido hacer eso. Pero viene un día, y ese día será cuando Él venga y será un gran día cuando ellos podrán cantar las alabanzas a Él. Qué Salmo más glorioso, maravilloso, este que tenemos ante nosotros! Notemos ahora, lo que dice este Salmo 145, en los versículos 1 y 2: 1 Te exaltaré, mi Dios, mi Rey, Y bendeciré tu nombre eternamente y para siempre. 2 Cada día te bendeciré, Y alabaré tu nombre eternamente y para siempre. (Sal. 145:1-2) Esto no es simplemente para el día sábado o para el domingo, sino para todos los días, dice: Cada día te bendeciré. Hay días cuando no nos sentimos como para bendecirle. Hay veces TTB 4656 Página 6 de Programa No. 0690

7 que podemos cantar y alabarle por todo lo que ha pasado, y confiar en Él por todo lo que vendrá. Bueno, nosotros podemos confiar en Él por todo lo que ha pasado, y podemos alabarle por todo lo que vendrá. Así es que, aquí tenemos un maravilloso Salmo de alabanza a nuestro Dios. Hay tantas cosas hermosas que quisiéramos destacar en este Salmo; en los versículos 17 y 18, de este Salmo 145, leemos: 17 Justo es Jehová en todos sus caminos, Y misericordioso en todas sus obras. 18 Cercano está Jehová a todos los que le invocan, A todos los que le invocan de veras. (Sal. 145:17-18) Y quienquiera que usted sea, amigo oyente, dondequiera que usted esté, como quiera que esté en este mismo momento, si usted realmente lo quiere, puede entrar a Su presencia en este mismo instante. Hay muchas personas que mantienen a Dios por allá a la distancia en el día de hoy, y esa es una de las razones por la cual prefieren tener una Iglesia donde haya mucho rito ya que en realidad de esa forma se mantienen lejos de Dios. Y esa es la mejor manera de estar alejados de Él, que conozcamos. Pero usted puede llegarse a Él directa e inmediatamente, y llegar a Su presencia ahora mismo. Una de las grandes doctrinas que trajo la Reforma fue la del sacerdocio de los creyentes, y eso quiere decir que usted tiene acceso a Dios, amigo creyente, en este mismo día. Y si usted no es salvo, Él le invita a que se allegue a Él para obtener la salvación. Dios está cercano y nosotros tenemos entrada ante Él, se nos dice aquí claramente, y lo podemos hacer hoy mismo. Bueno, debemos seguir adelante, y llegamos ahora al Salmo 146. Estos últimos cinco Salmos que tenemos ante nosotros son Salmos Aleluya, usted puede notar que comienzan y terminan con una alabanza. El Salmo 146, en su primer versículo, dice: TTB 4656 Página 7 de Programa No. 0690

8 1 Alaba, oh alma mía, a Jehová. (Sal. 146:1) Y eso quiere decir, no hacerlo simplemente con los labios, sino de alabar genuinamente a Dios. Y en el versículo 3, dice: 3 No confiéis en los príncipes, Ni en hijo de hombre, porque no hay en él salvación. (Sal. 146:3) Esta es una declaración muy interesante la que tenemos aquí. El Dr. A. C. Gabelein contó hace muchos años acerca de una visita que él había recibido de un amigo judío. Este hombre le dijo que había una advertencia en el Antiguo Testamento contra Jesús como el Hijo del Hombre; y éste es el versículo que le mencionó al Dr. Gabelein. Él le dijo que aquí decía: No confiéis en los príncipes, ni en hijo de hombre. Y el Dr. Gabelein le explicó luego, lo que esto quería decir. Le dijo que si Él hubiera sido únicamente Hijo del Hombre, entonces uno no tenía que poner su confianza en Él, pero Él es mucho más que el Hijo del Hombre, Él es el Hijo de Dios también. Y Él en realidad es Enmanuel, Dios con nosotros, y ya que Él era Enmanuel, o sea, Dios con nosotros, es razón suficiente para que ellos lo llamaran a Él Jesús, ya que Él salvaba a Su pueblo de sus pecados. Ahora, vemos que aquí el Señor Jehová es mencionado tres veces. Y luego en los últimos tres versículos vemos que es mencionado seis veces. Leamos, pues, la segunda parte del versículo 7 y también el versículo 8: 7b Jehová liberta a los cautivos; 8 Jehová abre los ojos a los ciegos; Jehová levanta a los caídos; Jehová ama a los justos. (Sal. 146:7b-8) También podemos leer en el versículo 9, de este Salmo 146:: TTB 4656 Página 8 de Programa No. 0690

9 9 Jehová guarda a los extranjeros; Al huérfano y a la viuda sostiene, Y el camino de los impíos trastorna. (Sal. 146:9) Dios es quien está en este asunto de ayudar. Como Jehová, Él es Redentor; como Creador, Él es Elohim. Este Salmo deja eso bien en claro. Y así llegamos ahora, al Salmo 147, que es otro de estos Salmos Aleluya. En los primeros dos versículos de este Salmo 147, leemos: 1 Alabad a JAH, Porque es bueno cantar salmos a nuestro Dios; Porque suave y hermosa es la alabanza. 2 Jehová edifica a Jerusalén; A los desterrados de Israel recogerá. (Sal. 147:1-2) Y usted puede apreciar que esto tiene un cumplimiento futuro. Él no ha realizado eso todavía. Luego, pasando al versículo 20, del Salmo 147, leemos: 20 No ha hecho así con ninguna otra de las naciones; Y en cuanto a sus juicios, no los conocieron. Aleluya. (Sal. 147:20) Nos podemos dar cuenta que la nación de Israel es única en su género. Esa nación es la única que ha recibido el título de ser el pueblo elegido de Dios. Es la única nación que ha recibido bajo su custodia la revelación de Dios. Dios no sólo le ha dado eso a ellos, sino que también en esa palabra, dice que Él tiene un propósito eterno con ellos. Es por esa razón por la cual el salmista lo está alabando, por eso. Notemos ahora, lo que dice el primer versículo del Salmo 148: 1 Alabad a Jehová desde los cielos; Alabadle en las alturas. (Sal. 148:1) TTB 4656 Página 9 de Programa No. 0690

10 Este Salmo 148, es el último Salmo que alaba a Dios por la paz de Jerusalén. Y usted debe orar por esta nación para que Dios cumpla las promesas que le ha hecho a ella. Aquí en este Salmo 148, usted tiene alabanzas en las alturas que incluyen a los creyentes, según creemos. Alabad a Jehová desde los cielos. Luego, los dos versículos siguientes, los versículos 2 y 3, dicen: 2 Alabadle, vosotros todos sus ángeles; Alabadle, vosotros todos sus ejércitos. 3 Alabadle, sol y luna; Alabadle, vosotras todas, lucientes estrellas. (Sal. 148:2-3) Todo esto se dirige ahora en un crescendo poderoso, cuando el cielo y la tierra van a alabar a Dios. Y llegamos ahora al Salmo 149. En el primer versículo, leemos: 1 Cantad a Jehová cántico nuevo; Su alabanza sea en la congregación de los santos. (Sal. 149:1) Y nosotros ya hemos visto ese cántico nuevo. Se encuentra allá en el Libro de Apocalipsis. Vamos a cantar un cántico nuevo, y ese nuevo cántico es, que Él es el Redentor; Él no es sólo el Creador, y nosotros debemos alabarle a Él por eso. Esa es la razón por la cual es hermoso poder andar sobre la cumbre de la montaña o caminar al lado del océano, y uno poder alabarle por eso. Opinamos que cuando usted está viajando en algún avión y va de un lugar a otro, es una buena oportunidad para que usted alabe al Señor también. Y amigo oyente, qué cuadro más hermoso el que tenemos aquí de eso! Y al llegar ahora, al Salmo 150, podemos apreciar como que aquí se abrieran todos los registros del instrumento musical. Escuche lo que dice este Salmo; leamos este Salmo completo: 1 Alabad a Dios en su santuario; TTB 4656 Página 10 de Programa No. 0690

11 Alabadle en la magnificencia de su firmamento. 2 Alabadle por sus proezas; Alabadle conforme a la muchedumbre de su grandeza. 3 Alabadle a son de bocina; Alabadle con salterio y arpa. 4 Alabadle con pandero y danza; Alabadle con cuerdas y flautas. 5 Alabadle con címbalos resonantes; Alabadle con címbalos de júbilo. 6 Todo lo que respira alabe a JAH. Aleluya. (Sal. 150:1-6) Este es el gran Salmo 150, y este es el que dice: Gloria a Dios en las alturas. Sea la paz en Él, para Él, y la gloria para Él. Aquí es cuando se realiza ese mensaje que fue pronunciado por los ángeles al nacimiento de Cristo. Y aquí tenemos algo bastante interesante. Ahora, yo no soy músico, pero se nos ha dicho que hay cuatro registros principales en un órgano, y el primer registro es el diapasón. Eso está en la parte de los bajos. Esto nos habla de la creación: el sol, la luna y las estrellas. Luego, uno tiene el registro en el órgano, en las flautas. Leamos el versículo 3, de este Salmo 150: 3 Alabadle a son de bocina; Alabadle con salterio y arpa. (Sal. 150:3) Eso trae los montes y las montañas. Ahora el versículo 4, dice: 4 Alabadle con pandero y danza; Alabadle con cuerdas y flautas. (Sal. 150:4) Luego tenemos en el órgano, ese registro de cuerdas. Eso es lo que se nos ha dicho, yo no sé TTB 4656 Página 11 de Programa No. 0690

12 nada acerca de la música. Pero, tenemos luego, el cuarto registro principal que es conocido como vox humana. Bien, nuestro Dios se acercó a ese órgano de la creación y llegó a esa sección de los bajos, y las estrellas cantaron juntas. Luego Él tomó el registro de flauta, y la luna se unió, y los montes se unieron con los mares, y se abrió el registro de las cuerdas. Y todos los animales creados, las aves todos ellos se unieron. Y cuando Él abrió el registro de vox humana, estaba fuera de tono. Así es amigo oyente, estaba fuera de tono. Se nos ha dicho que ese es el registro en el órgano que se desafina con más rapidez que ningún otro. Aún un pequeño cambio en el clima puede hacer que se desafine. Y en el jardín de Edén, cuando Dios bajó al caer la tarde, la vox humana no estaba allí para alabarle. Y esa vox ha estado desafinada desde ese entonces. Pero el Señor Jesucristo vino a este mundo, murió sobre la cruz y resucitó, y se encuentra ahora a la diestra de Dios para llevarnos a usted, amigo oyente y a mí, de regreso, para que volvamos a estar afinados, y uno de estos días Él abrirá ese registro que dice: vox humana, y nosotros tendremos un cántico nuevo. Se cantará cántico nuevo en el cielo, y nos uniremos a ese cántico de Aleluya. Y en esa oportunidad todos seremos capaces de cantar, y usted, amigo oyente, también podrá hacerlo. Y vamos a poder cantar alabanzas a Dios. Y hasta entonces, bueno, lo que yo digo es: Alabado sea Su nombre Santo, y le alabo a Él por este Libro de los Salmos. Alguien ha dicho que es muy bueno leer un Salmo cada día. Y es bueno poder leerlo cuando uno se encuentra en una cama del hospital, cuando uno no puede dormir durante la noche, es una parte de la Palabra de Dios, a la cual uno puede dirigirse y encontrar consuelo y alivio. Usted sabe que Él da un cántico en la noche. Dios quiere hablarle a usted hoy a través de este Libro de los Salmos. Él quiere consolar su corazón y Él puede abrir todos estos registros, y lo puede hacer mucho mejor que cualquier Psiquiatra de hoy. Y usted podrá abrir su corazón ante el Dios vivo y verdadero, y cantar alabanzas a Él. Amigo oyente, eso le ayudará a librarse de todos sus problemas y le ayudará más que ninguna otra cosa. Alabe al Señor! El Señor es bueno! Díganlo los redimidos del Señor! TTB 4656 Página 12 de Programa No. 0690

13 Y de esta forma, culminamos este interesante estudio del Libro de los Salmos. En nuestro próximo programa, iniciaremos el estudio de la carta del apóstol Pablo a los Efesios. Contamos pues, con su fiel sintonía. Hasta entonces, pues, amigo oyente, que las incontables riquezas del Señor develadas en este estudio, sean su mayor tesoro, es nuestra ferviente oración! TTB 4656 Página 13 de Programa No. 0690