PRIMERA SESIÓN: POLÍTICAS ESPAÑOLAS DE MEDIO AMBIENTE

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2 PRIMERA SESIÓN: POLÍTICAS ESPAÑOLAS DE MEDIO AMBIENTE Doña Teresa Ribera, Secretaria de Estado de Cambio Climático, Ministerio de Medio ambiente, y Medio rural y Marino Muchísimas gracias. Y muchísimas gracias a Toyota por esta nueva sesión dedicada a políticas ambientales y sostenibilidad, que se ha convertido ya en un referente, en una cita anual para el debate público en materia de medio ambiente. Es cierto que son unos días agitados, unos días en los que mientras estamos aquí, se ultiman los preparativos de la Cumbre del G-8 en Italia, con una agenda dividida en tres grandes bloques: 1. Crisis económica y financiera, con su incidencia social en primera instancia. 2. Crisis ambiental con la voluntad de fortalecer la capacidad de las naciones, de los líderes, de actuar como catalizadores para el Acuerdo de Copenhague. 3. Y crisis alimentaria, asociada a la seguridad alimentaria. Y lo cierto es que probablemente se trata más de una división metodológica del trabajo, que de una división de aspectos que no tengan nada que ver entre sí. Al contrario, probablemente son manifestaciones de algo más profundo, de algo que pone de manifiesto la intensa relación entre el modelo de desarrollo, el modelo económico, y las limitaciones, los fallos derivados de hacer unas trampas en las que la contabilidad no tenía presente el elemento ambiental. Es un año caracterizado por la toma de conciencia colectiva de esa relación. Un año en el que la recuperación económica está centrada básicamente en el fortalecimiento de la congruencia ambiental. El año del Green New Deal, que permita dar forma a una globalización justa, integradora y sostenible. Quizá hasta ahora lo que se nos ha presentado como elementos determinantes de esa crisis económica y financiera, ha sido la pérdida de equilibrio, la infravaloración de los riesgos, y la inhibición de la capacidad de regulación y vigilancia de la actividad económica y financiera. Y sin embargo, lo que debemos tener presentes es también la necesidad de evaluar los riesgos y los efectos económicos y financieros, de una infravaloración de los componentes ambientales en la generación de esos riesgos a futuro. Una crisis que también está asociada al monocultivo energético, a la fijación de un modelo de desarrollo que ha sido válido en los últimos 150 años, y que sin embargo muestra por primera vez sus vulnerabilidades con toda su dureza. Un uso no eficiente de los recursos ambientales, que ha generado un incremento de las vulnerabilidades y de las diferencias sociales, los desequilibrios a nivel global. Sino pensemos en el efecto que tiene para la economía en las relaciones financieras internacionales, la elevadísima 1

3 volatilidad del precio del barril de petróleo en los últimos 18 meses, donde evidentemente no es lo mismo a 30 que a 150. Y ese efecto de precio elevado del barril del petróleo, tiene también sus consecuencias para los más vulnerables en términos de desarrollo, pero también para unos mercados financieros internacionales, donde hay una cantidad importante de productos de derivados financieros, o de materias primas que dependen en gran medida del valor en el mercado de ese barril de petróleo. Por tanto, cualquier escenario de recuperación que no integra adecuadamente el componente ambiental, muy probablemente está abocado al fracaso más pronto que tarde. Eso supone introducir cambios profundos en nuestro modelo de desarrollo, en nuestro modelo productivo, con una mejor integración, mayor equidad y mayor sostenibilidad ambiental a medio y largo plazo. Y eso requiere también un debate social, una demanda social, que por ahora no siempre es fácil de conseguir. Es verdad que hasta la fecha hemos podido vivir experiencias que a todos nos daba la impresión que socializaban costes, y sin embargo privatizaban los beneficios. Muy bien, pues se trata de ordenar adecuadamente, de integrar adecuadamente esa evaluación de riesgos, y esa prevención para que no volvamos a vivir una infravaloración de cara al futuro. En ese contexto debemos conseguir un modelo en el que la innovación, el desarrollo, la competitividad de nuestras empresas, esté marcado precisamente por un uso más eficiente de los recursos ambientales. Un contexto en el que los mensajes de medio y largo plazo estén claros cuanto antes, para poder adecuar las inversiones en los mercados, en los productos más competitivos, en la identificación de las apuestas en términos de innovación tecnológica de una forma más correcta. Y como digo, necesitan de la comprensión, de la complicidad de los ciudadanos, y de la demanda de los ciudadanos para que se produzcan ese tipo de cambios. Esto requiere audacia y liderazgo político, que es lo que esperamos de nuestros líderes en los próximos tres días. Requiere políticas públicas responsables, que integren en las dosis adecuadas elementos de innovación, de incentivo, y de regulación, marcando las tendencias a medio y largo plazo, rompiendo un inmovilismo, una inercia que nos permita gestionar la transición a un cambio de modelo mucho más sostenible, de manera no traumática. Y por tanto, protegiendo también a los más vulnerables en ese proceso de cambio. Para hacer todo esto será imprescindible, como decía, la participación social. Un diálogo social activo, un sector inversor, sector empresarial que entienda donde puedan estar las apuestas de medio y largo plazo, y unos trabajadores que también, conjunto probablemente de población vulnerable en esa fase de transición, entiendan y ayuden a 2

4 identificar el modo de hacerlo, de manera que con el apoyo de las políticas sociales no generen daños ni cambios bruscos. Pues bien, en ese contexto, el cambio climático probablemente simboliza los elementos más importantes que debemos tener en cuenta. En primer lugar, es un problema íntimamente asociado al modelo de desarrollo, generando vulnerabilidades importantes que estamos viviendo ya, y necesitado de medidas significativas en distintos campos básicos de la actuación pública y de los recursos que empleamos como sociedad. Agua, energía, procesos industriales, bienestar de los ciudadanos. Copenhague por ello resulta imprescindiblemente necesario en términos de éxito a medio y largo plazo. Necesitamos un acuerdo que resulte eficaz en la lucha contra el cambio climático, por tanto extraordinariamente ambicioso en términos de metas de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero, entre 50 y 80% de reducción en el Y con objetivos congruentes a nivel global en el medio plazo, que incorpore de manera equitativa el reparto del esfuerzo y la protección de los más vulnerables a través de políticas coordinadas a nivel global en términos de adaptación a los efectos del cambio climático. Que facilite la urgente, la rápida generalización del empleo de tecnologías no intensivas en carbono, y tecnologías que permitan una rápida adaptación a los efectos del cambio climático. Y en particular, aquí hago una referencia al agua como vector transmisor de efectos, y que resulte flexible para integrar los distintos enfoques que están hoy encima de la mesa. No resulta sencillo, lo estamos viendo en estos últimos meses, pero como digo es imprescindible para orientar las inversiones de I+D, para sentar las bases del cambio de modelo, y para facilitar la identificación de elementos que nos ofrezcan una radiografía de qué es solvente y qué no es solvente a medio y largo plazo. En estos últimos años en la escena local a nivel doméstico, hemos asistido al asentamiento de políticas ambientales dirigidas hacia esta finalidad: a facilitar la transición del modelo. Hemos asistido a una primera legislatura , donde se han sentado las bases del cambio de modelo, integrando de manera transversal medidas de lucha contra el cambio climático, y fortalecimiento de las políticas ambientales y sostenibles. Quizá el elemento más llamativo, más importante, han sido el asentamiento de las bases del cambio de modelo energético, lo que nos ha permitido un uso más eficiente y más sostenible de la energía, una mejora de la intensidad energética más de un 11%, en cuatro años, un año extraordinariamente llamativo. Y una reducción muy significativa de las emisiones de gases de efecto invernadero, hasta un 8% en 2008 con respecto al año anterior. Un acumulado muy interesante, y una cifra que hoy nos ubica más cerca del 40% que del 52, que vivíamos hace poco tiempo. 3

5 Quedan, sin embargo, algunos elementos importantes de política energética, que todavía debemos afrontar en los próximos meses y años. Ha sido también una legislatura extendida en este primer año , en el que se ha puesto en valor los impactos que generan las políticas no sostenibles. Se ha fortalecido la responsabilidad final, y la transparencia en la formación ambiental. Y estos son campos extraordinariamente importantes si queremos seguir incentivando una demanda social en esta dirección. Y permítanme poner algunos ejemplos. El primero de ellos tiene que ver con la evaluación de impacto ambiental, que debe ser entendida no como una traba administrativa, sino como una herramienta básica para fortalecer la solvencia del producto final, de la infraestructura, del proceso industrial final. En estos últimos meses hemos asistido a un fortalecimiento de la transparencia en ese proceso, facilitando el principio de la responsabilidad de cada uno de los partícipes en un procedimiento extraordinariamente complicado. Un proceso que culminamos el viernes, con la remisión por parte del Consejo de Ministros del anteproyecto de ley que modifica el texto refundido de la Ley de Evaluación de Impacto Ambiental al Congreso de los Diputados, con un triple objetivo: En primer lugar, fortalecer ese principio de responsabilidad de cada uno de los partícipes en el procedimiento, acortando plazos, velando por el cumplimiento de los mismos, asignando un efecto concreto al incumplimiento de sus plazos, el archivo de la causa. Exigiendo una responsabilidad mayor en la fase de elaboración del estudio, eliminando ese componente anónimo que tenía el estudio, exigiendo la identificación del redactor del estudio, que asume por qué llega a esas conclusiones y no a otras. Y facilitando una transparencia que, como digo, resulta complementaria de la ubicación en directo, para que cualquiera pueda conocer en qué momento está cada uno de los procedimientos en curso. Y hemos desarrollado la Ley de Responsabilidad Ambiental, otro hito que creo que nos ubica en una posición extraordinariamente avanzada con respecto a los países de nuestro entorno, y que exigirá de las Administraciones Públicas una cooperación eficaz en la determinación de los riesgos y de cómo hacer frente a esos riesgos. Y ha supuesto ya un extraordinario ejercicio de desarrollo y de identificación de las mejores herramientas, tanto por parte de los industriales, como por parte de nuestras compañías de seguros. Presentamos el jueves otra herramienta que a nuestro juicio resulta importante, y en el que la acogida de la industria en general, y en particular de la del automóvil, ha sido estupenda: el identificar correctamente los mensajes ambientales utilizados en publicidad para evitar un efecto boomerang por parte del destinatario, del comprador, 4

6 del consumidor final, con respecto a la diferenciación de productos con mayor o menor efecto ambiental. Hemos puesto en marcha dos estrategias extraordinariamente importantes, que tienen que ver con consumos energéticos, pero también con la calidad del aire, y con los contenidos del derecho de los ciudadanos a un medio ambiente adecuado. Tenemos que repensar, modernizar, el contenido de derechos fundamentales de la Constitución como el derecho al medio ambiente, o el derecho a la salud. Irlos dotando de contenidos subjetivos mucho más garantizados por la legislación sectorial, poniendo en marcha el Plan Nacional Integrado de Residuos y la estrategia de movilidad sostenible. Aspiramos a disminuir de modo importante la gestión o el destino poco sostenible de nuestros residuos urbanos, multiplicando por dos las tasas de reciclado, disminuyendo de manera extraordinaria los vertidos, ascendiendo también de modo importante la tasa de tratamiento biológico de los mismos, e incrementando ligeramente ese destino final, no necesariamente el más deseado, como es el de la incineración. Hemos incorporado también el reglamento que pretende vigilar el efecto que determinadas sustancias químicas tienen sobre nuestra salud y el medio ambiente, remitiendo a las Cortes Generales un anteproyecto de ley, donde se establece el régimen sancionador en los supuestos en los que se incumpla la normativa Rich. Y hemos, recientemente, aprobado la primera modificación de la Ley de Comercio de Derechos de Emisión, destinada a incorporar al sector de la aviación al Sistema Europeo de Comercio de Derechos de Emisión. Explicitando el modo en el que las compañías de aviación, deben remitir su propuesta de seguimiento de emisiones de gases de efecto invernadero, cuando las compañías realizan cualquier trayecto que tenga como punto de destino o salida un aeropuerto europeo. Pues bien, todo este conjunto de medidas en las que me he procurado centrar en las novedades incorporadas desde la última cita a la que nos convocó Toyota hace un año, requieren todavía de un avance, de una profundización importante, manteniendo esos grandes principios de las políticas ambientales, mayor congruencia en las políticas sectoriales, mayor responsabilidad, información y participación por parte del ciudadano, y cambios estructurales importantes en nuestro modelo económico y productivo. Los próximos meses van a estar marcados por varias citas internacionales extraordinariamente llamativas, significativas, que serán las que nos permiten definir el modelo del siglo XXI. Ya he hecho referencia a dos de ellas, pero permítanme recordarlas: Copenhague, en primera instancia, quizá la más conocida, la más impactante, y aquella a la que debemos prestar más atención en estos próximos días. En segundo lugar, la inminente presidencia de España por parte, perdón, de la Unión Europea por parte de España. Trabajaremos para Copenhague y trabajaremos en el post Copenhague. 5

7 Y en tercer lugar, ese gran contexto de recuperación, de concertación internacional para el diseño de las buenas bases económicas, financieras, más sostenibles, el nuevo modelo de desarrollo, que en esta cita inminente del G-8, pero en los meses que sigan a continuación, están llamados los gobiernos a establecerse. Como digo, con eso debemos construir los pilares del modelo de desarrollo del siglo XXI, y a nivel nacional nos quedan algunas tareas importantes por hacer, combinando regulación, innovación, e incentivos, de modo que seamos capaces de gestar la transición adecuadamente. Decía que algunas de las medidas que en los próximos meses deberemos discutir, tienen que ver con esa transición del modelo energético, en perspectiva de medio y largo plazo. Tenemos pendientes una discusión, que es qué modelo queremos en el horizonte 2030, un modelo compatible con los objetivos internacionales y comunitarios que para España nos hemos marcado en el horizonte de Un modelo en el que el Gobierno se ha comprometido sea más eficiente, más sostenible, y como digo, evolucionen hacia una progresiva disminución de aquellas soluciones con mayores afecciones ambientales. Debemos incorporar a nuestro ordenamiento jurídico las directivas, que se conocen como Directiva del paquete de energía y cambio climático. Y a tal efecto, el Gobierno dará a conocer los anteproyectos de ley de modificación del sistema de comercio derechos de emisión, y de regulación, de captura y almacenamiento de carbono, antes de que acabe el mes de julio, para someterlos a ese debate público, o a esa participación, por lo menos hasta finales de septiembre. Debemos presentar una ley de economía sostenible, que de manera transversal apoye ese cambio de modelo en el que venimos trabajando desde hace ya cinco años. Contamos con discusiones interesantes en la Unión Europea, que nos marcarán hitos importantes en la relación entre medio ambiente y política industrial, como las que se derivan de esa directiva de emisiones industriales, recién remitida, recién aprobada por parte del Consejo, y por tanto de inminente remisión al Parlamento Europeo. Debemos aplicar los planes a los que antes hacia referencia, y desarrollar ese compromiso de cambio de modelo en nuestra movilidad, que deja de ser una política orientada a infraestructuras del transporte, para pasar a ser la gestión de la movilidad, el derecho a la movilidad, a la libre circulación de personas y mercancías en nuestro territorio, de manera compatible con la salud y con la protección del medio ambiente. Debemos fortalecer esos cauces de participación, transparencia e información, sino es muy difícil romper inercias, y sino el riesgo más elevado es que se mate al mensajero, por poco apetecible un mensaje con respecto a un momento en el que todo el mundo vive con cierta desazón la tensión derivada de la crisis actual. Y debemos fortalecer nuestra capacidad de resistencia de adaptación a los cambios, manteniendo, como decía antes, las ideas de competitividad de nuestra empresa y de protección de lo más vulnerable. 6

8 Muchísimas gracias por su atención. Estoy segura de que mis compañeros de mesa querrán abundar, o comentar de manera complementaria otras referencias a políticas ambientales. Gracias. Don Fernando Moraleda, Portavoz del Grupo Socialista en la Comisión Mixta para el estudio del Cambio Climático Muchísimas gracias al Fórum. Muchas gracias a José Luis. Es mi primera ocasión de volver a esta casa después de haber desempeñado una responsabilidad más vinculada a la actividad profesional de este importante foro, que tanto prestigio ha adquirido por la enorme cantidad de conocimiento que ha aportado a los debates públicos en nuestro país. Decir que mi calidad de Portavoz de la Comisión Mixta sobre el estudio del cambio climático, supone una novedad en tanto en cuanto no tanto por personas sino por la iniciativa parlamentaria nueva en el parlamentarismo español, y circunscrita a una legislatura en la que se inscribe una prioridad que ha definido en todos sus componentes con bastante precisión la Secretaria de Estado de Cambio Climático. Una apertura de una comisión parlamentaria, que ha iniciado su andadura en esta legislatura, y que tiene por objetivo fundamentalmente, en primer lugar, el conocimiento de la situación actual, en la que partimos como país no de una manera aislada sino globalizada, en tanto en cuanto nos enfrentamos a un fenómeno de efecto global espero, que necesita de respuestas regionales y locales. Para ello hemos tenido la oportunidad de escuchar por ahora a importantísimos representantes expertos internacionales, expertos sociales, expertos de empresa, que nos están configurando este conocimiento que les hacía mención. Tuvimos la oportunidad de escuchar en sede parlamentaria a los responsables de la empresa de Toyota, en la que efectivamente nos trasladaban toda su background de investigación en el sector del automóvil en la lucha contra los efectos del cambio climático. Hemos tenido al mundo científico representado sustancialmente por el parlen intergubernamental de Naciones Unidas y de su Presidente, a las representaciones empresariales, sindicales, a las organizaciones no gubernamentales. Y a expertos españoles, que tengo que hablar de ellos reconociéndoles un prestigio internacional, a través de determinados institutos, como el Observatorio de Sostenibilidad de la Universidad de Alcalá. O el Vicepresidente del propio Panel Intergubernamental, que es un magnífico profesional de la Universidad de Castilla La Mancha en temas medio ambientales. Por tanto, estamos en ese proceso, el conocimiento de la situación, en particular de la situación española. 7

9 Qué pretendemos finalmente? Pretendemos una implicación social sobre el fenómeno en el que trabajamos, de manera que en tanto en cuanto representantes de los ciudadanos podamos involucrar a los ciudadanos en su actividad más cotidiana, en la corresponsabilidad de la lucha contra los efectos del cambio climático. Y para ello tenemos previsto desarrollar distintas iniciativas, que incrementen la pedagogía para el conocimiento de los efectos, e insisto, sobre todo, para la corresponsabilidad cotidiana de la ciudadanía. Y en segundo lugar, una respuesta institucional concertada, entendiendo como respuesta institucional no sólo la correspondiente a las Administraciones Públicas en las que se está abriendo un camino. Y hay en previsión una convocatoria de Presidentes de Comunidades Autónomas, con el compromiso del Presidente Zapatero para hablar monográficamente de este tema; sino también de la sociedad civil vertebrada a través de agentes económicos y agentes sociales. La lucha contra el cambio climático ha sido en esta legislatura una prioridad política. Le quiero resaltar tres antecedentes, por orden cronológico: El debate de investidura del Presidente Zapatero. De los tres objetivos de investidura, el tercero era la lucha contra el cambio climático. En segundo lugar, la creación de la Comisión Delegada, inédita en la historia del Ejecutivo, de los ejecutivos españoles, con la presencia de un importantísimo número de Ministros y Secretarios de Estado, y presidida por la Vicepresidenta Primera del Gobierno, y cuya Secretaria es probablemente la experta institucional más notable, que es la Secretaria de Estado de Cambio Climático. Y por último, lo que ya les he mencionado acerca de la Comisión Parlamentaria. Como ven, un ámbito de prioridad política, un ámbito de prioridad parlamentaria, un ámbito de prioridad en el Ejecutivo. Quisiera ir a, dado que se ha pasado revista a la gestión y a nuevos proyectos, algunas reflexiones que puedan ayudar a la participación del debate que después podremos tener. Las políticas de medio ambiente, probablemente en muy poco tiempo, han pasado conceptualmente de ser entendidas como políticas de preservación natural, a una internalización transversal del conjunto de la actividad económica. Esto es, en definitiva, lo que significa un desarrollo económico sostenible. Ha cobrado, pues, en este ámbito, extraordinaria importancia el debate energético, como no podría ser de otra manera. La internalización, la transversalidad de los conceptos medio ambientales al conjunto de la actividad económica, hace que sobresalga la agenda energética. 8

10 Yo creo que además han contribuido dos hechos históricos recientes, que permaneciendo en la actividad económica, de manera más o menos constantes, han tenido una relevancia extraordinaria en los últimos años. En primer lugar, la sostenibilidad de los modelos de crecimiento económico. En segundo lugar, el precio de los carburantes. Quisiera referirme a este último, para dar algunos detalles, para acabar en la influencia posterior sobre el modelo de desarrollo económico. Todos los expertos coinciden en que no volveremos a la arcadia energética de 1998, con precios de barril de petróleo cercanos a los 18 dólares. En 2008 por incremento del precio del petróleo, España llegó a pagar millones de euros. Una cantidad extraordinariamente significativa En tercer lugar, porque han surgido comportamientos de geoestrategia política en los denominados nuevos petronacionalismos. Hemos tenido algunos acontecimientos recientes en los últimos meses sobre comportamientos políticos, en las negociaciones de distribución de combustibles en las negociaciones entre países. Y finalmente, en cuarto lugar, por lo que es conocido en nuestro país como una isla energética por la escasa todavía, escaso nivel de interconexión con respecto a los países del centro de Europa. Y en particular, a la conexión eléctrica, como ustedes también conocen, hay un proyecto de interconexión con nuestro país vecino. Sobre esta situación, el segundo elemento que ha traído al debate de las políticas medio ambientales, ha sido la sostenibilidad de los modelos económicos. Porque la anterior ha derivado en la preocupación, lógicamente, a raíz de las emisiones que provocan la quema de combustibles fósiles, de las que también ha dado cuenta la Secretaria de Estado. En las circunstancias actuales de crisis financiera internacional, es más o menos acertado profundizar en las internalización de las políticas medio ambientales. En el conjunto de la actividad económica, o como algunas voces apuntan, hay que ralentizarlas porque supone un porcentaje de gasto público, que en la situación de deuda los estados no pueden permitirse. Este debate estuvo presente en el Consejo reciente de Bruselas, donde se adoptó la decisión conocida como triple 20, y afortunadamente ganó en términos democráticos, la opinión que había liderado España de que era un elemento de oportunidad, no un obstáculo, la situación de crisis financiera internacional. Si había motivos antes con la situación de crisis financiera internacional, los motivos se hacían imprescindibles para abordar definitivamente el cambio de modelo de desarrollo económico. En España las particularidades que hemos tenido, un excesivo crédito, y por tanto una excesiva vinculación financiera hacia el sector inmobiliario, con la caída de esa burbuja 9

11 inmobiliaria, sólo con ese factor hubiera sido suficiente para haber tomado en consideración este cambio de modelo hacia lo que será probablemente, desde mi punto de vista, la ley de la legislatura, el proyecto, el anteproyecto inicialmente de ley de la economía sostenible que, como acaba de anunciar la Secretaria de Estado, entrará dentro de muy pocas fechas en el Parlamento. Por qué es más evidente con la crisis financiera internacional? Por qué es imprescindible pasar de la economía del ladrillo a la economía del cambio climático? Porque nuestro nivel de competencia no puede estar supeditado a un modelo energético, donde no tengamos un mix diversificado, donde no aumentemos nuestra economía energética, donde no aumentemos geoestratégicamente un mayor nivel de seguridad en el suministro eléctrico. Por ello es imprescindible que un país como España, que es el electro dependiente, solamente hay que ver los crecimientos en energía eléctrica consumida en nuestro país, para ver que es determinante el cambio, hace que sea imprescindible cambiar ese modelo. Sugiero tres componentes: Componente institucional, lo ha abordado Teresa. Nada que decir. Quisiera sugerir dos elementos que me parecen relevantes: Componente social, del diálogo social. Si en España la actividad económica y las reformas más significativas descansan en un modelo donde el diálogo social es un valor añadido español, que es entendido, bastante bien entendido, a veces más fuera que dentro, lo digo porque si ha habido alguna pregunta que se le ha hecho al Presidente Zapatero por parte de primeros ministros y canciller, era que se le explicaran en qué consistía el modelo social español, el modelo de diálogo social español. Porque ha reportado, y sigue reportando enormes ventajas a la evolución de nuestro país. Creo que el diálogo social debe de incorporar en la negociación colectiva y en todos sus ámbitos este componente. Supone un cambio, un cambio muy importante, pero sin la palanca que supone el diálogo social en España, si no introducimos ese cambio en esa palanca, no tendremos todas las rentabilidades de futuro que esperamos. Y en segundo lugar, tiene que haber una corresponsabilidad del riesgo. Y la corresponsabilidad del riesgo tiene que ser asumida por las empresas y por las entidades financieras. Hay empresas que la corresponsabilidad del riesgo la han fundamentalmente llevado a cabo en la investigación y el desarrollo. Estamos presentes ante una de ellas, que patrocina este Encuentro. Es un buen ejemplo, pero no es un ejemplo generalizado hoy en día. Por tanto, se deben producir inversiones significativamente mayores en la investigación 10

12 y el desarrollo, con apoyo público por supuesto, pero compartiendo el riesgo por parte de las empresas. El cortoplacismo en el modo de producir bienes y equipos, tiene que ser abandonado. Probablemente el cortoplacismo sea la esencia del modelo de crecimiento inmobiliario. Pero las entidades financieras deben también de pasar de la economía anterior a la del futuro. Si valoramos cuál ha sido el nivel de créditos a entidades financieras, de entidades financieras al sector inmobiliario, rondaba el 50% del conjunto del total del crédito español. Si lo comparamos con el volumen de crédito a iniciativas de I+D+I, veremos que queda mucho por recorrer, probablemente invertir exactamente las cantidades. Por tanto, las entidades financieras tienen también la obligación de ayudar, de compartir riesgo, en lo que es la futura economía del conocimiento, que está, insisto, estrictamente vinculada a la economía del cambio climático. No voy a referirme a la evolución del mix energético, porque me parece que ya es conocido, y es, en fin, se ha divulgado con muchísima profusión. Quisiera terminar con un elemento que también puede favorecer su reflexión y el debate. En muchas ocasiones se suele hablar de cuáles son los factores de competitividad de la economía española. Sistemáticamente se suele poner de moda recurrente. Pase lo que pase en los ciclos económicos, el mercado laboral español siempre es responsable por su, dicen algunos expertos, rigidez de la no evolución adecuada de nuestro modelo de crecimiento económico. Insisto, estemos en el ciclo expansivo o estemos en un ciclo de depresión, como nos encontramos en estos momentos. Yo les quiero sugerir una variable que me parece que interviene mucho más el factor de competencia, que es la variable del consumo energético en la industria española. En España el consumo en toneladas equivalentes de petróleo por unidad de PIB, registramos un 20% más que la media de la eurozona, y casi un 35% más que Alemania. Las diferencias son realmente importantes. Tenemos precios similares de consumo de petróleo, es decir, la demanda de productos tiene unos precios similares. Sin embargo, insisto, en toneladas de petróleo por unidad de PIB, tenemos una distancia del 20% con respecto a la eurozona, y del 35% de Alemania. Si hablamos de la industria, como un factor muy importante, la industria alemana supone en peso un 27% de la economía, y usa el 25% del consumo final de energía. En nuestro país, representa un peso la industria del 20%, sin embargo utilizamos el 31% del consumo final de energía. 11

13 Me parece que la eficiencia energética es probablemente el factor de mayor competitividad en un mercado global de nuestro país. O por lo menos, uno de los factores de mayor importancia. Por último, quiero terminar diciéndoles que el Parlamento pretende, con la ayuda del Gobierno obviamente, de la que estamos disfrutando, sobre todo con la ayuda con algunos comparecientes, pretende finalmente acabar esta legislatura con recomendaciones que puedan ser útiles a la sociedad española. Promover una cultura de consenso en lo que es una política de políticas, tal como recoge el programa electoral del Partido Socialista. En esto hay que hacer política de estado, y en ese sentido es muy importante que los diseños que hace nuestro país, fíjense que no estamos hablando de aquí a tres años, donde se producirá la nueva convocatoria electoral, sino que hacemos previsiones como acaba de hacer el Gobierno, al 2050, al 2030, que es impensable que previsiones de esa naturaleza se hagan teniendo como fundamento la controversia y no el consenso. Y a ello nos vamos a dedicar en los trabajos de esta Comisión, y desde luego ello es fundamentalmente el ánimo que nos inspira. Muchas gracias de nuevo José Luis, por haberme invitado a otro tema tan apasionante como el primero, con menos líneas de rozamiento, es evidente, pero que probablemente me ocupa con la misma pasión que el anterior. Muchísimas gracias. Don Carlos Floriano, Portavoz del Grupo Popular en la Comisión de Medio Ambiente, Agricultura y Pesca, Congreso de los Diputados La crisis económica ha puesto de manifiesto de forma más explícita las debilidades de la economía europea. Muchos de los problemas a los que nos enfrentábamos desde hacía décadas, frente a los cuales no tomábamos otras decisiones que no fueran retóricas, han mostrado su lado más agudo. Desde la pérdida de peso de Europa a nivel mundial, hasta la pérdida de competitividad de nuestra economía, pasando por la escasez de agua o nuestra dependencia energética, son cuestiones que deben abordarse para evitar graves consecuencias sociales de las cuales el paro es sin duda la cara más dramática en los países occidentales. Si queremos paliarlo, debemos abordar reformas estructurales de gran alcance que den respuesta a las nuevas situaciones a las que nos enfrentamos a todos los niveles. Nuestras decisiones, aunque tengan una raíz económica deben conducirnos no sólo a una economía más competitiva, sino también medioambientalmente más eficiente y de mayor influencia en el ámbito exterior. 1. En los últimos años estamos asistiendo a un incremento de la demanda de recursos naturales. De un lado, el incremento de la población mundial y de otro el desarrollo de 12

14 determinadas zonas del planeta está provocando un incremento de la demanda de agua, de energía y de tierras para el cultivo de alimentos. Una idea aproximada de lo que puede representar este incremento de demanda en el ámbito energético puede venir dado si imaginamos que todos los días aparecen en las carreteras chinas vehículos nuevos. Así, a pesar de estar inmersos en una situación de crisis que atenúa esa demanda, la presión sobre la misma no deja de crecer. Por otra parte, la situación del mercado de alimentos en la actualidad quedaría descrita si pensamos que en estos momentos el problema a resolver en la Unión Europea no es ya el tradicional sobre qué hacer con los excedentes, los lagos de aceite, vino y leche o las montañas de cereal, sino asegurar el abastecimiento alimentario. La orientación de la última reforma de la PAC conocida como chequeo médico va precisamente en esta dirección. El incremento del número de hectáreas de bosque tropical quemadas para obtener tierras de cultivo es otro buen indicador. 2. La Teoría Económica nos describiría cómo los incrementos de demanda llevan aparejados subidas en los precios a oferta constante. Si bien esa es la tendencia general en todos los recursos naturales, su subida de precios, habría quien señalaría momentos de caída, lo estamos viendo en los cereales por ejemplo, o en el precio del petróleo actual comparado con el de hace algunos meses. Sin embargo, podríamos alcanzar un consenso generalizado si describimos el comportamiento de los precios de los recursos naturales como de una volatilidad muy elevada. 3. El incremento de la demanda de los recursos naturales y la volatilidad de sus precios no es un juego de suma cero, sino que tiene evidentes consecuencias económicas, de seguridad para la economía europea que se ven agravadas por la alta dependencia energética exterior, que no sólo no se ve paliada, sino muy al contrario, recrudecida en los últimos años y, como veremos, medioambientales. Entre las consecuencias más señaladas podríamos destacar las siguientes: a. La pérdida de competitividad de nuestra economía derivada del alza de los precios de nuestros productos sólo paliados por los efectos de la crisis, pero que cada vez se enfrentan a costes más elevados. b. Vulnerabilidad de la economía europea energéticamente cada vez más dependiente del exterior. Esto se traduce obviamente en un crecimiento de la inseguridad, no podemos olvidar que la mayor parte del petróleo y del gas nos lo suministran empresas de propiedad estatal de regímenes de nula, escasa o dudosa base democrática. Esta vulnerabilidad crece si pensamos en las tensiones que suelen rodear a los países exportadores, así como las que rodean a las rutas de transporte. c. Incremento del déficit exterior de nuestra economía con lo que supone de reducción de la renta disponible para los ciudadanos europeos o para llevar a cabo políticas de fomento de las industrias nacionales e incremento de la renta de los países exportadores de petróleo que pueden utilizarlo para comprar nuestros activos. 4. La cuestión que debemos plantearnos es si debemos seguir haciendo lo mismo o si es posible evitar el incremento de los costes energéticos de nuestra economía, la 13

15 vulnerabilidad de la misma, el incremento del déficit exterior, en definitiva, si es posible evitar o al menos reducir nuestra dependencia energética, ya que el modelo actual basado en el aumento del consumo de combustibles de origen fósil son en gran medida el origen de la situación descrita. Obviamente apostamos por adoptar decisiones en esta materia a los efectos de evitar un drama social, el desempleo, al mejorar la competitividad de nuestra economía y potenciar la seguridad del suministro energético. 5. Cualquiera de ellas es por si misma razón para hacer el tránsito desde una economía basada en la generación de energía a través de la combustión de materias de origen fósil con altas emisiones de CO2 a otra libre en carbono. Bastaría con cualquiera de ellas para abordar esta cuestión, pero además tenemos el cambio climático. El 78% de las emisiones de CO2 tiene su origen en el sector de procesado de la energía, con lo que una transición económica en el sentido indicado contribuiría de manera decisiva a evitar los riesgos asociados al cambio climático que, entre otros, agrava los de la escasez de agua y la reducción de la disponibilidad de tierras agrícolas. 6. Hasta ahora, las políticas medioambientales conservacionistas se han limitado a proponer políticas de restricción de demanda que no contribuyen ni a atajar las debilidades señaladas. Tampoco lo hace el anuncio de catástrofes que no es el instrumento más eficaz para luchar contra el cambio climático como la experiencia ha puesto de manifiesto. 7. No obstante, compartimos la necesidad de mejorar la eficiencia energética, puesto que la inversión en ella tiene un largo recorrido si pensamos en algunos modelos como el de Japón. Si alcanzáramos su nivel de eficiencia en EEUU, China, India y la Unión Europea reduciría el consumo energético mundial en un 20%. Tampoco puede ser una guía el modelo actual basado en el aumento de la producción de combustibles fósiles en el que el CO2 no es una restricción y en el que la tendencia hacia las tecnologías de electricidad no emisoras es lenta. 8. Entendemos que entre ambas propuestas, la meramente conservacionista y la explotación de los recursos en niveles que destruye su valor, se sitúa la gestión del patrimonio natural que incremente su valor y mejore nuestra competitividad. La puesta en valor de nuestra riqueza forestal, de nuestra biodiversidad, del agua, de las horas de sol o de la fuerza del viento es la manifestación de los ejes de una política medioambiental que facilita a todos el acceso a los recursos, que reduce nuestra dependencia energética, mejora la competitividad de nuestra economía, mejora nuestra salud y evita el calentamiento global. 9. El objetivo es centrarse en transitar hacia una economía baja en carbono, para ello hay que tomar un conjunto de decisiones que vayan más allá de la mera retórica. En los últimos años hemos asistido a la publicación de planes ejes y medidas, tanto en el ámbito de la eficiencia, como en el desarrollo de las Energías Renovables (EERR), por poner algunos ejemplos, los siguientes: - Las medidas, objetivos específicos, actuaciones concretas y ejes estratégicos del Plan de Acción (PAE4+) de la Estrategia de Ahorro y Eficiencia Energética en España La Estrategia Española de Cambio Climático y Energías Limpias (EECCEL). 14

16 - El Plan de Energías renovables para el período El Plan de Contratación Pública Verde de la Administración General del Estado, sus Organismos Públicos y las Entidades Gestoras de la Seguridad Social. - La Resolución de 29 de mayo de 2008 del Instituto para la diversificación y Ahorro de la Energía. - El Plan de Ahorro y Eficiencia Energética Su gran novedad es que no tiene ninguna medida distinta a las contenidas en alguno de los documentos anteriores salvo un proyecto piloto para la introducción de vehículos eléctricos, el requisito obligatorio mínimo del 20% de biocarburantes en flotas de vehículos públicos y la utilización del espacio aéreo del Ministerio de Defensa para pasillos aéreos comerciales. - Cabría añadir el RD 1578/2008 conocido como RD fotovoltaico y el RD 6/2009 cuyo artículo 4 supone un cambio de criterio respecto a las normas que regulan los planes de desarrollo de las EERR marcados por el propio gobierno, lo que no hace sino acentuar la inseguridad jurídica de cualquier proyecto de inversión, olvidando que debe ser en una Ley, y no un RDL, la que de acuerdo con lo dispuesto en la Directiva comunitaria ordene y marque el futuro de las EERR. Todo el sector le ha hecho llegar al gobierno una misiva en esos términos. - Podríamos también referir a las recientes declaraciones del Presidente del Gobierno anunciando una ley sobre energía nuclear, que enmarque las decisiones sobre el cierre de las centrales nucleares y la planificación energética de nuestro país horizonte 2030, en la Escuela de Verano del PSOE. No sabemos, si se refería a la adaptación a la legislación española de la propuesta de Directiva sobre Seguridad Nuclear, que dote a la UE de un marco común en materia de seguridad nuclear, emitido por la Comisión Europea en una nueva Revisión de la Estrategia Energética Europea consistente en un Plan de Acción para la Seguridad y Solidaridad entre los miembros de la unión en la que se deja a los estado la decisión de invertir o no en energía nuclear. Lo cierto es que es probable que la mencionada Directiva se aprobada por el Parlamento y el Consejo de Ministros de la Unión Europea a lo largo de 2009, toda vez que los primeros pasos en esta materia se dieron en octubre de En cualquier caso, olvidaba el voto favorable de su Grupo Parlamentario por el que apoyaba la constitución de una subcomisión para el diseño de la política energética en nuestro país. 10. Todo ello sin hacer lo esencial que es definir el mix energético que camine en la dirección del tránsito hacia una economía baja en carbono que pretenda los objetivos básicos de sostenibilidad: respeto al medio ambiente, optimización e internalización de costes y seguridad estratégica del suministro. a. Si se desarrollase un sistema eléctrico con emisiones próximas a cero la U.E reduciría sus emisiones en un porcentaje muy elevado. Las fuentes de energías renovable y nuclear tienen un papel muy importante que jugar a este respecto. En este sentido, y en línea con la directiva europea, es necesaria una ley que ordene el futuro de todo el sector de las renovables, olvidando las regulaciones parciales o la regulación de problemas adicionales del sector, como el déficit tarifario, para intervenir en el mismo. 15

17 Asimismo, se hace necesario abrir el debate de la energía nuclear que tenga presente, entre otros, los siguientes aspectos: 1º.- El gran reto al que nos enfrentamos es el cambio climático y la energía nuclear es en ese sentido una energía limpia, esto es, no emisora de gases de efecto invernadero. 2.- Estamos en clara contradicción con lo que sobre la energía nuclear dicen nuestros competidores europeos. 3º.- Importamos energía de origen nuclear producida a pocos kilómetros de la frontera con Francia. 4º.- Las centrales de última generación son más eficientes en la cantidad producida y en los residuos generados que las que actualmente están funcionando en nuestro país, lo que no excluye que haya que discutir sobre ambos extremos. 5º.- Los residentes en las proximidades de las Centrales Nucleares apoyan la permanencia de las mismas en un porcentaje muy elevado, elemento éste que no puede decirse de otras instalaciones industriales. 6º.- La certeza al sector, al empleo y al abastecimiento energético de nuestro país tendría un impulso positivo. b. El transporte que no esté basado en productos derivados del petróleo no tiene por qué ser una utopía. La tecnología permitió reducir el consumo de gasolina de forma sustancial y los catalizadores reducir la emisión del NOx, plomo e hidrocarburos. Pensar que dentro de unos años, tras la transición por medios de transporte que utilicen motores híbridos, no lleguemos a motores totalmente eléctricos o que utilicen el hidrógeno está hoy en el debate que puede desembocar en realidad. c. Por último, es necesario invertir en eficiencia energética promoviendo el aislamiento térmico de las viviendas y el uso de menos energía. 11. No obstante, a medio plazo seguiremos dependiendo de combustibles de origen fósil para satisfacer la demanda. Por ello, se hace necesario en línea con las propuestas del Consejo europeo seguir avanzando. El Protocolo de Kyoto ha constituido un primer paso, pero un problema mundial necesita una respuesta global. Por eso, hay que impulsar un acuerdo internacional, apoyado por los principales emisores que suceda al Protocolo y que implique diseñar una estrategia que evite el coste del cambio climático y recoja los beneficios derivados de una economía baja en emisiones. En EE.UU, Canadá y Nueva Zelanda están surgiendo Sistemas de Comercio de Emisiones. Se hace necesario, con la mirada puesta en la cumbre de Copenhague del próximo mes de diciembre, impulsar un mercado mundial del carbono que tome como referencia el ETs europeo. Esto permitiría a los países desarrollados impulsar sectores con menos emisiones en los países poco desarrollados y al mismo tiempo transferirles renta para alcanzar ese mismo objetivo. En segundo lugar, sustituir la libre asignación de derechos de emisión a las empresas por la subasta de los mismos, lo que permitirá incrementar los fondos de los estados miembros que deberán dedicarlos a las políticas de lucha contra el cambio climático. En tercer término debe ser un eje esencial en los próximos años promover el desarrollo y uso de las tecnologías para la captura y almacenamiento del CO2 emitido por la industria (CAQ). 16

18 12. A modo de síntesis. Las políticas que eviten el cambio climático, es decir, las decisiones que favorezcan una economía baja en emisiones de gases de efecto invernadero, son una oportunidad para mejorar la competitividad, la creación de empleo, para incrementar el papel de la Unión Europea como actor global, para reducir nuestra dependencia energética, la contaminación atmosférica y los costes asociados a la misma. El cambio a un modelo energético bajo en carbono no es sólo por el cambio climático, sino además de por el cambio climático. La economía europea y española no puede estar sometida a una dependencia energética cada vez mayor que nos hace perder competitividad e incrementa nuestro déficit exterior. La UE no puede seguir aumentando su inseguridad dependiendo cada día más de países exportadores sometidos a una clara inestabilidad política. No son sólo razones de política medioambiental, que por si misma nos bastarían, la que nos lleva a querer impulsar la transición a una economía baja en carbono, sino también económica y estratégica o de política exterior donde la UE como actor global para impulsar un acuerdo que sustituya a Kyoto sea más eficaz posible. Mr. Katsuhito Ohno, Presidente de Toyota España Esta mañana quiero compartir con ustedes la visión de Toyota y su compromiso con la sostenibilidad. Mi castellano puede ser insuficiente para esta presentación, espero que se me entienda. En los próximos minutos abordaré los siguientes temas. En primer lugar, presentarles brevemente a nuestra empresa. Introducir el marco de los objetivos medio ambientales a los que nos enfrentamos. Cuál es nuestra visión al respecto? Entraré más en detalle en la tecnología híbrida. Luego explicaré la próxima evolución de la tecnología híbrida: híbrido enchufable. Cómo aplicamos nuestra visión más allá de nuestros productos en la producción y la distribución. Y finalmente, cómo ejercemos nuestra responsabilidad social con la sociedad donde operamos. Toyota aún siendo una empresa de origen japonés, tiene una gran presencia europea con nueve fábricas, y forma parte de la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles. Casi las dos terceras partes de los vehículos que están vendidos en Europa, están fabricados en Europa. 17

19 En España Toyota se encarga de la comercialización de los vehículos Toyota, y de la distribución de vehículos Premium Lexus. Nuestra gama consiste de diez nuevos modelos, de los que cuatro ofrecen versión híbrida. Pero, cuáles son los principales desafíos medio ambientales a los que nos enfrentamos? Consideramos que la industria del automóvil se enfrenta a tres grandes desafíos medio ambientales: Primero, el creciente desequilibrio entre la oferta y la demanda de energía, lo que requiere un uso cada vez más eficiente de los combustibles tradicionales. La calidad del aire que sufre considerablemente con la contaminación, lo que exige mejorar continuamente los filtros de partículas de los motores. Tercero, y obviamente, las emisiones de CO2, siendo éste el principal causante del cambio climático. Como industria que por sus productos contribuye en parte al deterioro medio ambiental, buscamos constantemente como minimizar este impacto, diseñando soluciones integrales. Ante estos retos, la visión de Toyota pretende ser integral. En la visión global de Toyota pretendemos ser uno de los principales motores que impulsan los ciclos industriales del futuro, asegurando sin embargo la máxima armonía con los ciclos de la naturaleza. Esta pretensión nos obliga, no sólo a buscar soluciones tecnológicas para mejorar nuestros productos, sino también extenderlo a toda la cadena de producción y distribución. En este sentido, Toyota busca igualmente mejorar o reducir el impacto en el medio ambiente de sus fábricas, y de la cadena de distribución hasta el cliente final. Más allá, tenemos también una responsabilidad social con el entorno en el que operamos. Esta responsabilidad la entendemos como promover e impulsar activamente la protección y recuperación de nuestro entorno natural. Un elemento fundamental de nuestra visión como fabricante, se basa en proveer el coche adecuado, en el lugar adecuado, en el momento adecuado. Este fundamento hace que trabajemos en todos los posibles frentes energéticos, ya que estos podrán variar según las características específicas de cada región en el mundo. Para Toyota, la tecnología híbrida es una tecnología transversal y compatible con todos los frentes de energía que contribuye a minimizar el impacto de los vehículos, en los tres retos medio ambientales antes comentados. Toyota es el líder indiscutible de la tecnología híbrida. Hemos vendido más de vehículos híbridos en el mundo, más de en Europa. Se estima que 18

20 1,7 millones de híbridos vendidos han evitado la emisión de 7,5 millones de toneladas de CO2, y reducido el consumo de combustible en 2,7 millones de litros. El objetivo a largo plazo de Toyota, es que todos nuestros modelos estén dotados de la tecnología híbrida en A pesar de estas ventas, la tecnología híbrida sigue siendo verdaderamente desconocida, con lo que me permito explicarles brevemente como funciona. Existen actualmente distintos modelos híbridos en el mercado, pero con distintos niveles de hibridación, cuyas prestaciones varían considerablemente. Desde la parada del motor cuando el vehículo se detiene, un frenado degenerativo que alimenta la batería normal, o la del motor electrónico. Asistencia al motor de conducción tradicional mediante el motor electrónico, lo que ganamos es más bajable, en inglés. Y por último, en un alto nivel de hibridación o el forjable, cuando el motor electrónico es capaz de propulsar por sí solo el vehículo. Hasta la fecha sólo los modelos de Toyota alcanzan ese nivel de hibridación. Pero, cómo y por qué se mejora la eficiencia energética con la tecnología híbrida? En primer lugar, porque la propulsión por el motor electrónico, aún con limitaciones en distancia en velocidad, es una alternativa limpia al motor de conducción, y ayuda, por lo tanto, a reducir el consumo y las emisiones. Y en segundo lugar, porque la batería es cargada con la energía derivada de la energía genética generada por las frenadas o las desaceleraciones. En algunas semanas iniciaremos la comercialización de la que no será generación del Toyota Prius. Una nueva generación que ofrece aún más esencia energética. Esta nueva generación del Toyota Prius logra un espectacular consumo medio de sólo 3,9 litros por 100 kilómetros, con unas emisiones de CO2 de 89 gramos por kilómetro. Las claves de la mejora en el rendimiento son básicamente dos: 1. La mejora técnica de los componentes del sistema. 2. Una nueva optimización del peso aerodinámico. Aunque esta cifra homologada de consumo medio es una nueva referencia en el mercado. En Toyota también trabajamos para que el consumo sea el más reducido posible. Efectivamente, lo que separa el consumo homologado del consumo real, es principalmente la forma de conducción del conductor. En el nuevo Prius el conductor es el principal responsable del ahorro energético, gracias a la introducción de dos interesantes sistemas: 1. El monitor eco-drive, que indica de forma instantánea que tipo de conducción más o menos sienta efectiva el conductor. 19