DISCURSO DE CARLOS TOMADA G20 MINISTROS DE TRABAJO

Transcripción

1 DISCURSO DE CARLOS TOMADA G20 MINISTROS DE TRABAJO En primer lugar quiero felicitar muy especialmente a la Presidencia de Turquía y en particular al Ministro de Trabajo y a su equipo por el excelente y fuerte trabajo realizado para llegar al día de hoy a esta Conferencia, con una Declaración muy rica e interesante, que incluye temas tan importantes. Además de agradecer esta maravillosa hospitalidad turca. Celebro también las 3 i que introdujo Turquía en su Presidencia: Inclusión, Inversión e Implementación. Dado que esta será mi última participación en las reuniones de Ministros de Trabajo del G20 y como Ministro que he tenido el honor de participar en todas las reuniones desde Washington por la confianza que depositaron en mi (hasta hoy), tres sucesivas Presidencias de Gobiernos democráticos de mi país-, les pido que acepten que mi intervención del día de hoy resulte algo categórica y con pocos matices. Es que realmente pienso que el mundo está en peligro, y no sólo por guerras y atentados terroristas y por las continuas disputas sobre la hegemonía Está en peligro porque ha perdido la noción de lo que el trabajo significa. De su valor, tanto como ingreso 1

2 fundamental de los hogares, como el principal factor de inclusión social. Sabemos que el significado que cada sociedad le otorga al trabajo admite más de un foco de análisis. Puede abordarse como generación de valor, el impacto que tiene sobre la construcción de las subjetividades y las identidades, o su repercusión como mecanismo de integración y cohesión social. Por otro lado, es a la vez un costo de producción, y un mecanismo de generación de demanda. Todo esto y mucho más están en juego cuando hablamos de trabajo y cuando lo ubicamos en un determinado lugar en las decisiones socio productivas de un país. Insisto en que estamos en peligro. No en esta reunión, en el mundo se ha perdido el norte de vivir en sociedades cohesionadas e inclusivas. Estamos en peligro porque los actores del mundo del trabajo, en particular los sindicatos, se han debilitado. Se ha perdido capacidad de negociación, y esto ha roto, en muchos países y regiones, el equilibrio entre capital y trabajo. Estamos en presencia de sociedades con aumento de la precariedad, de la informalidad, de reducción de salarios, de debilitamiento de la institucionalidad laboral y de incremento de la desocupación. Frente a tantas evidencias, nosotros, vamos a continuar con las mismas estrategias?. Déjenme que les diga, no sólo necesitamos incorporar a los jóvenes, a las mujeres, a los 2

3 migrantes y a los distintos grupos vulnerables al trabajo decente, sino que necesitamos la decisión política, como hubo en Argentina, que implique la generación de crecimiento inclusivo, con empleo y protección social, con instituciones laborales sólidas, adaptadas a las necesidades de cada país, y de cada circunstancia. El trabajo sigue siendo la llave de la igualdad. La mejora en la distribución funcional del ingreso, es la principal herramienta, junto con la educación, que tenemos en democracia para disminuir la desigualdad. Es nuestra responsabilidad pensar el futuro del trabajo, de los trabajadores y de la inclusión social de ellos y de los hogares. En Argentina, en respuesta a la fuerte crisis interna de 2001/ 2002 que llevó a un crecimiento histórico del desempleo (por encima del 24%), trabajo precario cercano al 50%, al igual que la pobreza, se planteó como objetivo la extensión de los derechos (humanos, laborales y de ciudadanía). Las prioridades del Ministerio de Trabajo fueron cinco: 1) desarrollar una política expansiva de ingresos en el marco de la negociación colectiva y la recuperación del salario mínimo, con el objetivo de reconstruir la demanda interna y reducir las desigualdades que había adquirido proporciones no conocidas en 3

4 la historia argentina. Esto implicó una dinámica de la negociación colectiva importante y la reunión tripartita del Consejo del Salario Mínimo para garantizar su efectividad, tanto para los trabajadores como para la economía en su conjunto; 2) construir las bases de una extendida política de formación profesional para toda la población económicamente activa, en la línea de mejorar saberes y competencias para las actuales y futuras necesidades laborales (desde trabajadores de casas particulares a formación en impresoras 3D), pasando por todos los sectores y regiones del país; 3) fortalecer la Inspección del Trabajo, la Red de Servicios de Empleo y la Seguridad y Salud en el trabajo para mejorar la calidad del empleo, atacar el fraude laboral e impedir que el trabajo sea una fuente de enfermedad. El trabajo tiene que ser digno, seguro y protegido; 4) modificar la legislación para incluir, dentro de las condiciones de empleo decente, a varios colectivos de trabajadores con derechos cercenados. Y aumentar la protección de los niños y adolescentes con respecto a la prohibición del trabajo infantil; 5) fortalecer la protección social, ampliando la cobertura y extendiendo derechos a niños, mujeres embarazadas y adultos mayores. 4

5 Todas tuvieron un instrumento clave: el diálogo tripartito con los actores sociales. Así, con estos lineamientos en la Argentina, se logró un cambio en lo productivo y en lo socio económico, incluso atravesando el crack financiero de 2008 y conviviendo actualmente con las dificultades del intercambio comercial presentes en la región y en varias partes del mundo. Se logró realmente mejorar el empleo. La tasa de desempleo cayó del 24% al 6,6% y a los 4 años de iniciada la implementación de las políticas inclusivas la tasa se ubicó por debajo del 10%. Se produjo asimismo (por primera vez en nuestro país desde 1980) un descenso sistemático del trabajo no registrado cuya tasa estaba cercana el 50% en 2002 y en la actualidad alcanza el 32%. También se llegó a concretar una mejora en el salario real, y en el salario mínimo real que determinó una fuerte caída de la desigualdad, así como un aumento muy significativo de la participación de los trabajadores en el valor agregado de la economía. Esto fue acompañado por una cobertura universal del sistema de protección social para las personas mayores (el 97% está cubierto) y para los niños y adolescentes de 0 a 18 años (cobertura cercana al 75%). Esto se ha logrado con un sistema que combina lo contributivo con lo no contributivo. 5

6 Para alcanzar todo esto que sintéticamente les comenté, se necesitó una decisión política más que económica, y una prueba de ello es que se sostuvo en las diferentes fases del ciclo económico en las que transitamos durante estos 12 años!. En Argentina, hemos intentamos cumplir con lo que la Declaración de Pittsburgh señala respecto a: desarrollar políticas que promuevan economías más equitativas y sociedades más justas, fortalezcan la cohesión social e integren mejor a los grupos vulnerables y desfavorecidos en la economía y el mercado laboral. En el marco del G20, la problemática del empleo, que comenzó como preocupación global recién frente a la crisis internacional, y que dio lugar a la histórica Declaración de Pittsburgh, ha recorrido un sendero importante. Se ha institucionalizado la reunión de Ministros de Trabajo, tenemos la segunda reunión conjunta con los Ministros de Finanzas, se ha pasado de una Task Force a un Employment working group. Turquía este año ha hecho un trabajo excelente, incorporando nuevos temas y preocupaciones, como la creación del subgrupo sobre desigualdad y distribución del ingreso. Los documentos y reflexiones producidos en el marco del G20 están mostrando un cambio sustancial, jerarquizando el vínculo virtuoso e interdependiente entre crecimiento y empleo, en la creciente preocupación por la desigualdad, la necesidad de 6

7 revertir la actual distribución del ingreso y el mayor interés en la cuestión de las migraciones. Los convoco a seguir pensando y debatiendo pero también a actuar, con urgencia. El mundo está en peligro!!!... y nosotros en algo podemos incidir para disminuir las consecuencias nefastas que implica el no atreverse a enfrentar los desafíos con nuevas herramientas Muchísimas gracias 7