Madrid, ciudad universitaria. Antonio Lucas Marín Universidad Complutense de Madrid Capítulo 9 del libro

Transcripción

1 Madrid, ciudad universitaria Antonio Lucas Marín Universidad Complutense de Madrid Capítulo 9 del libro

2 Antonio Lucas Marín 2

3 Madrid, Ciudad Universitaria ÍNDICE 1. El papel modernizador de la Universidad 2. La universidad madrileña, una institución asentada en una tradición histórica 3. La universidad en Madrid y la expansión de la universidad española 4. Las universidades madrileñas: una amplia red 5. Un comentario final Referencias 3

4 Antonio Lucas Marín La universidad española ha permanecido anquilosada hasta bien entrado el siglo XX e incluso muy al margen de los procesos de desarrollo que han ido afectando a su sociedad. Conocer el proceso tardío de la instalación del alma mater en la capital de España y su crecimiento galopante hasta nuestros días puede ser conveniente para situar la realidad social madrileña. El papel modernizador que se ha atribuido con frecuencia a las tareas de docencia e investigación no está claro que haya sido una característica histórica relevante de la institución universitaria en nuestro país. Pero desde mitad del siglo XIX se inicia un largo periodo de evolución universitaria a cuyo frente está la transformación de la Universidad Complutense de Alcalá en la Universidad Central, con sede en la capital. Posteriormente, la universidad Complutense de Madrid, empezará a expandirse y a compartir la enseñanza superior con un conjunto de universidades públicas y privadas que permean todo el territorio de esta provincia y han dado lugar al sistema universitario más grande y completo del país. En definitiva, el cambio sintomático del crecimiento de la educación y de su influencia en las trasformaciones españolas hacia una sociedad moderna ha tenido lugar especialmente en una explosión de formación universitaria que ha sido especialmente importante en toda la Comunidad de Madrid, donde es posible encontrar más de medio millar de titulaciones universitarias en diferentes campus. El crecimiento en la capital de centros superiores de formación e investigación, españoles y foráneos, la multiplicación de estudiantes de diferentes regiones españolas y de diferentes países, y de profesores en distintas especialidades, hace que podamos pensar en Madrid como una gran ciudad universitaria. Todo el proceso merece un estudio comparativo detallado por indicarnos la posición ocupada por la comunidad madrileña en esta nueva sociedad de la información y del conocimiento. Tras unos comentarios sobre el papel modernizador de la universidad, veremos su historia y arraigo en estas latitudes, así como su expansión en el territorio ocupado actualmente por la Comunidad de Madrid. Centraremos nuestra atención, a continuación, en la expansión del sistema universitario madrileño, en paralelo con la evolución general 4

5 Madrid, Ciudad Universitaria española. Veremos los datos concretos disponibles en la actualidad sobre los centros de formación universitaria que funcionan en Madrid, con especial atención al elevado número de alumnos, profesores y personal de administración y servicios. Intentaremos también hacer algunos comentarios sobre la forma de enfocar su futuro 1. El papel modernizador de la universidad Vamos a empezar con unas consideraciones generales sobre la universidad. Si deseamos aprender la experiencia de otras sociedades que nos han precedido en el proceso de modernización, y que tienen universidades prestigiosas, con independencia de su sistema político, podemos fijarnos en tres ideas fundamentales: la consideración de la universidad como institución motora, la conveniencia de fomentar la investigación que aparece unida al uso adecuado de las bibliotecas y la necesidad de valorar los estudios de posgrado. El motor de la modernidad La primera idea a considerar es que poder tener una buena Universidad es buen negocio para una región, posiblemente de los mejores que se pueden plantear en la actualidad los poderes públicos. Esto es casi evidente en la medida en que nos vamos introduciendo en este tipo de sociedades denominadas postindustriales, postmodernas o de la información en las que el conocimiento científico y técnico se transforma de inmediato en motor de la producción o más precisamente del progreso del valor añadido. La comprensión de esta idea se ha plasmado ya en realidades en algunos sitios, por ejemplos en la zona de Boston, en lo que se ha venido a llamar el Gran Boston, con una acumulación de universidades hace 25 años se hablaba de cincuenta y seis y más recientemente de un centenar-, algunas de ellas de primerísima línea mundial como Harvard, MIT o Boston University. Esto ha supuesto para este lugar, New England, un sector servicios ocupado por personal de alto nivel de consumo -profesores, investigadores y cientos de miles de alumnos universitarios de todo el país y extranjeros-, además de potenciar un tipo de industrias de alta tecnología, poco contaminantes y muy prestigiosas. En definitiva estamos ante una de las zonas más avanzadas del mundo. Otro ejemplo sería el desarrollo vertiginoso emprendido en la costa 5

6 Antonio Lucas Marín de California durante los últimos años, que ha ido precedido de una evidente promoción de centros de investigación y enseñanza públicos y privados de primerísima calidad, como la Universidad de California en sus diferentes campus o Stanford University junto al sistema universitario de Silicon Valley. En esta zona, los poderes públicos y la iniciativa privada han alentado la contratación de profesorado prestigioso y la instalación de firmas de alta tecnología, incluso en terrenos propios de las universidades. Y los resultados en afluencia masiva de estudiantes e instalación de nuevas industrias posmodernas -ordenadores, investigación nuclear y espacial, nueva medicina, etc.- y a centros de investigación, se siente vertiginosamente. La confluencia de buenas universidades, con su correspondiente investigación puntera, de empresas tecnológicas avanzadas y la abundancia de capital riesgo han dado a Silicon Valley su carácter mítico en el último medio siglo. Igualmente ocurre en otras latitudes. Así en Londres, sin contar con las universidades extranjeras que tiene un número creciente de sucursales, se considera que hay 40 universidades y una población estudiantil de más de estudiantes. Una de ellas es la Universidad de Londres, con 19 Colleges (algunos de ellos auténticas universidades, como LSE en el campo de las ciencias sociales) y más de alumnos. Estamos ante un entramado de centros universitarios, posiblemente el gran complejo de enseñanza superior e investigación europeo, que dan al gran Londres su distinción en la sociedad del conocimiento. Una sociedad que intente ser moderna debe valorar la conveniencia de contar con buenos centros universitarios. No solamente porque interesa desde un punto de vista económico, cosa evidente, sino, también, porque supone la posibilidad de estar en la punta de lanza del cambio hacia las nuevas formas de pensamiento y organización social. Y aquí nos jugamos el futuro. En este sentido, se debe intentar conseguir un creciente interés de la sociedad por las tareas educativas y de investigación, con un compromiso creciente de los poderes públicos y los sectores más activos de la sociedad para promover instituciones universitarias autónomas y productivas. Este es un campo de especial interés para el Gobierno y las instituciones autonómicas. Investigación y bibliotecas modernizadas Si la misión de una Universidad moderna ha sido definida como de 6

7 Madrid, Ciudad Universitaria "búsqueda y trasmisión de conocimientos al más alto nivel", parece lógico afirmar que no deben separarse en las tareas universitarias la docencia y la investigación. En efecto, el profesorado universitario debe promover tanto la investigación, la adquisición de nuevos conocimientos, como su comunicación a los alumnos. Y, realmente, en una sociedad de tan rápida evolución como la nuestra, es impensable una transmisión a nivel superior si no se está situado en los ambientes en que se obtienen los conocimientos. El profesor universitario debe compartir su dedicación entre la enseñanza, la propia investigación y el inicio de los alumnos en tareas investigadoras. De esta manera se mantendrá viva la inquietud científica, de búsqueda racional de nuevos modelos y soluciones a los problemas. Son los intentos en el avance del conocimiento los que dan a la Universidad una de las características definitorias y diferenciadoras de otras instituciones como la Escuela o el colegio. Por eso, también las Universidades son más caras, al necesitar laboratorios y bibliotecas continuamente mantenidas al día y un profesorado capacitado para esta doble dedicación. De todas las facilidades para el estudio y la investigación parece que lo más elemental y menos costoso son las bibliotecas, que suponen el mantenimiento de una información sobre las actividades e ideas que otras personas están compartiendo o produciendo en los diferentes campos del saber. La importancia concedida por las universidades sajonas y en especial por las norteamericanas al cuidado de sus bibliotecas ha llamado la atención. Siempre una buena Universidad tenía una buena biblioteca, motivo de orgullo para profesores y alumnos, e incluso para el mismo personal administrativo que se dedica a su cuidado. En los años ochenta del pasado siglo las universidades presumían de sus bibliotecas. En los folletos de la Universidad de Michigan hace 30 años se recordaba de manera destacada que sus bibliotecas tenían más de seis millones de volúmenes, y cifras similares presentaban las de Berkeley, Columbia, Cornell, Stanford y New York, superadas por los siete millones de libros de Yale y los diez de las bibliotecas de Harvard, que es, según ellos mismos afirmaban, el sistema de bibliotecas universitarias más grande del mundo. De esta manera podemos ver que el ranking de calidad venía dado por los libros disponibles y en ello 7

8 seguimos todavía. Antonio Lucas Marín Pero las bibliotecas, grandes sistemas de acumulación de información, siguen siendo el centro neurálgico del sistema universitario, aunque intentado ir más allá de los libros que pueden suponer actualmente apenas el 10% de la información disponible. Estamos ante centros proveedores de recursos de información, responsable de la acumulación de información, de libros bases de datos y similares digitalizados, y de sistemas de conexión institucionalizados. Lo más importante es que esa información esté disponible de forma ubicua e instantánea. Esto ha sido facilitado por la revolución digital y la utilización generalizada de las TICs. No es que haya que dejar de promover el cariño por los libros, como instrumento primordial inicial del trabajo universitario, peo hay que ir más allá. Una biblioteca viva y moderna requiere también atención y cuidado de unos profesionales que deben tener conciencia de su gran aportación a las tareas universitarias. Los estudios de posgrado: estudiantes investigadores Las buenas universidades son, quizá, más centros de investigación que de docencia, si esto pudiera decirse. Y llama la atención la presencia mayoritaria en ellas de personas que han obtenido ya una licenciatura universitaria y están adquiriendo una especialización profesional o realizando estudios de postgrado -máster o doctorado-. Podría decirse que un ranking de las buenas universidades norteamericanas es un ranking de esta proporción postgraduados /graduados. Efectivamente, en las buenas universidades son más de la mitad los de posgrado. De esta manera se rompe un esquema demasiado respetuoso con los profesores, que aparecen más como colegas. Realmente, sobre los estudiantes graduados recaen muchas de las cargas pesadas de las buenas universidades en la investigación e incluso en la enseñanza de estudiantes de grado. Por otro lado, la universidad debe preocuparse de la atención especial de muchos de estos estudiantes graduados que, en buena parte, trabajan para la misma universidad y ayudan en la docencia e investigación. Quizás aquí valga la pena mencionar que en Norteamérica, frente a los elevados precios de las tasas académicas, las universidades son una fuente importante de ingresos para sus alumnos, dándoles empleos, préstamos o ayudas a buena parte de los que los 8

9 Madrid, Ciudad Universitaria reclaman. Les interesa además a los alumnos tener un contrato más o menos estable con la Universidad porque esta colaboración exime normalmente de las tasas académicas. En la profesionalidad y dedicación del profesorado a la docencia y a la investigación está quizás el más firme asiento de la eficacia universitaria, porque indudablemente los profesores deben ser el motor de la institución. Todo lo que haga la Universidad en aras de conseguir un profesorado docto, dedicado y estable es seguir el camino para afianzar una institución que vemos es fundamental para poder perfilar el futuro con una cierta autonomía económica y cultural. Hay que conseguir una plantilla de profesionales de la enseñanza y de la investigación al más alto nivel, a los que pueda exigirse porque se les dan los medios, que actúen como promotores del conocimiento técnico y científico en todos los campos del saber. El personal administrativo y de servicio se incluye también en este apartado y es bueno referirse a sus cifras, junto a las de los profesores cuando hablamos de cifras de estudiantes. La autonomía universitaria, en un Estado de autonomías, va a significar en buena parte dejar la iniciativa directa en la política universitaria a las instituciones regionales y locales. Las ideas expresadas pueden ser causa de reflexión para potenciar una institución que, si históricamente -en los distritos universitarios clásicos- ha ido unido a la buena marcha de las respectivas ciudades, ahora -en todos los sitiosestá llamada a ser el punto de arranque hacia su modernidad. Con estos preámbulos, vamos a ir centrando nuestra atención en lo que significa la institución universitaria en la Comunidad de Madrileña. Pensamos que el título de este capítulo, Madrid, ciudad universitaria, es muy clarificador de la realidad social de esta comunidad. Estamos en un área geográfica con unas características, con frecuencias desconocidas, respecto a su sistema de enseñanza universitaria, en términos más precisos, enseñanza superior. El repaso de algunos datos disponibles respecto al número de centros de enseñanza superior, los estudiantes que participan, y las actividades y recursos disponibles, que podemos ver en el Cuadro 9.1, nos muestran un resumen simplista de esta realidad. La comprensión y explicación de estos datos, que vistos en su conjunto pueden llamar la atención, requieren tener una cierta visión 9

10 Antonio Lucas Marín histórica a la que nos ayudará conocer la génesis de la instauración de la institución universitaria en estos lares hispanos, en primer lugar, y después en la propia capital de España. Cuadro 9.1 Sistema de enseñanza superior en Madrid: resumen Centros Numerosos centros de enseñanza superior: 6 Universidades públicas 7 Universidades privadas 1 Sede central de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) 1 Sede de la Universidad a Distancia de Madrid (UDIMA) 10 Centros universitarios extranjeros autorizados por la Comunidad 14 Centros Superiores de enseñanzas artísticas reconocidos 25 Centros superiores de negocios y temas administrativos Actividades de otras universidades e instituciones (en especial de postgrado) Estamos hablando de más de 60 Centros de Formación Superior Estudiantes El número de alumnos matriculados en la región, en el curso , ha sido de: En universidades públicas y sus centros adscritos En universidades privadas En universidades no presenciales privadas y publicas En escuelas de negocios y otras enseñanzas superiores Estudiantes de doctorado En total, están recibiendo enseñanza directa en estas instituciones más de estudiantes Actividades y recursos académicos 75 Grados oficiales impartidos con frecuencia en varias de las universidades 681 Másteres verificados en la Comunidad 350 bibliotecas municipales, regionales y universitarias en la Comunidad Fuente: elaboración propia y datos INE-MECD 10

11 Madrid, Ciudad Universitaria 2. La universidad madrileña, una institución asentada en una tradición histórica El inicio generalizado de las instituciones universitarias, centradas en el objetivo de la trasmisión del conocimiento al más alto nivel, se va haciendo claro en el siglo XI. Al comienzo del nuevo milenio en diferentes lugares de la cristiandad, con un claro origen eclesiástico van tomando madurez estudios superiores en torno a catedrales, conventos o municipios, dando lugar a estudios generales en los que se forman asentamientos más o menos permanentes de profesores y alumnos. Se van acumulando así diferentes aprobaciones en estas instituciones educativas, que se inician y organizan como Estudios Generales y es difícil decidir cuando tenemos ya una incipiente universidad. De las universidades existentes en la actualidad se suelen considerar como las primeras Bolonia (1088), París (1090), Oxford (1096) y Cambridge (1209). En la península ibérica, como en otras sociedades europeas, aparecen, a partir del siglo XII diferentes experiencias de trasmisión sistemática del conocimiento que se van transformando en universidades en casi todo el territorio. Vamos a referirnos brevemente a tres hitos que nos sitúan en la actualidad madrileña: la aparición de las primeras universidades que aparecen en la península ibérica, la fundación de la Complutensis Universitas en Alcalá y el traslado de esta universidad a Madrid con el nombre de Universidad Central. 11

12 Antonio Lucas Marín Distribución de las primeras universidades en la península ibérica Durante el Medievo se fundaron 9 universidades en la península ibérica, expandiéndose su número a 32 universidades en torno a Correspondían 18 universidades a la Corona de Castilla, 12 a la Corona de Aragón, y 2 al Reino de Portugal (Aznar, 1991). La cronología de las fundaciones es clara. Se ha señalado que antes de 1475 se inician Barcelona, Coímbra, Lisboa, Gerona, Huesca, Lérida, Palencia, Perpiñán, Salamanca y Valladolid; entre 1475 y 1600 aparecen Alcalá, Almagro, Ávila, Baeza, Burgo de Osma, El Escorial, Évora, Gandía, Granada, Irache, Oñate, Orihuela, Osuna, Santiago, Sevilla, Sigüenza, Tarragona, Toledo, Valencia, Vich y Zaragoza; entre 1600 y 1700 tenemos la universidades de Oviedo, Palma de Mallorca, Pamplona, Solsona y Tortosa; y entre 1700 y 1800 están en marcha Cervera y La Laguna (Canarias) (Martínez, 2006). Como puede verse en Cuadro 9.2, las diecinueve universidades iniciadas en el Reino de Castilla, como las quince del Reino de Aragón tuvieron un proceso fundacional en su momento y alguna posteriormente cerraron incluso con un corto periodo de existencia. Hablar de la fecha de fundación de cada una de ellas es complicado pues el proceso histórico en cada caso seguido está lleno de diferentes aprobaciones de variadas instancias, como colegio, como estudio general o finalmente como universidad. Por consiguiente, decir que una universidad empezó antes que otra no es fácil de precisar. El Cuadro 9.2 nos muestra, en cualquier caso, el conjunto de experiencias universitaria con éxito hasta el siglo XVIII en España. Sobre estas instituciones universitarias se va creando una red de enseñanzas superiores que abastecería de conocimientos precisos el ejercicio del poder político y haría posible que progresivamente pudiera instalarse con el fin de la reconquista y la unión de los Reinos de Castilla y Aragón las bases de un estado moderno a finales del siglo XV, que pudiera llamarse cada vez con más sentido español. En cualquier caso, el poso histórico de muchas experiencias de enseñanza superior, como las señaladas desde el siglo XIII, da como resultado que a mitad del siglo XVIII, ante la evidencia de la crisis de estancada en el número de alumnos y sin ser acicate para el proceso 12

13 Madrid, Ciudad Universitaria de modernización que la sociedad española necesitaba, se pueda hacer una reforma administrativa que daría lugar a la organización de Cuadro 9.2 Universidades de los Reinos de Castilla y Aragón Nombre Fundación Fundación Nombre / Cierre / Cierre Palencia 1208 / 1263 Lérida 1300 / 1717 Salamanca 1255 / Huesca 1354 / 1845 Valladolid 1417 / Perpiñán 1379 / 1794 Sigüenza 1489 / 1824 Gerona 1446 / 1717 Santiago de Compostela 1495 / Barcelona 1450 / Alcalá de Henares 1499 / Valencia 1501 / Ávila 1504 / 1824 Zaragoza 1542 / Sevilla 1505 / Gandía 1548 / 1772 Toledo 1520 / 1845 Orihuela 1552 / 1835 Granada 1531 / Tarragona 1571 / 1717 Baeza 1538 / 1824 Vich 1599 / 1717 Oñate 1540 / 1901 Solsona 1614 / 1717 Osuna 1548 / 1824 Tortosa 1645 / 1717 Burgo de Osma 1550 / 1841 Palma de Mallorca 1691 / 1829 Oviedo 1574 / Cervera 1717 / 1842 Almagro 1574 / 1824 El Escorial 1587/ - Irache 1616 / 1824 Pamplona 1630 / 1813 La Laguna 1744 / 1845 Fuente: Elaboración propia y datos de Aznar y Martínez la institución universitaria, con una vida intelectual lánguida, todo el territorio en diez distritos universitarios encabezados cada uno por una universidad: Salamanca, Valladolid, Barcelona, Santiago de Compostela, Valencia, Alcalá (Madrid), Sevilla, Granada, Zaragoza y Oviedo. Esta organización administrativa vertebró el territorio español en el aspecto educativo durante más de un siglo. Se podría 13

14 Antonio Lucas Marín decir que no hay cambios hasta casi la Guerra Civil Española, pues no aparecen nuevos distritos hasta principio del siglo XX en que se incorporan las universidades de Murcia (1914) y La Laguna (1927) Como consecuencia del Plan Pidal en 1845 se planifica un ordenamiento universitario que alcanza una gran estabilidad hasta entrado el siglo XX, se podría decir que no ha tenido cambios, pues no aparecen nuevos distritos hasta principio del siglo XX en que se incorporan con similar criterio dos nuevos distritos, con las universidades de Murcia (1914) y La Laguna (1927). El posterior cambio administrativo territorial vendrá cuando tenga la reforma autonómica ya en nuestro tiempo. El Cuadro 9.3, que muestra el reparto del territorio hispano entre estos distritos, nos señala también las cátedras existentes en cada universidad y, por consiguiente la importancia relativa de cada una de ellas. Si tenemos en cuenta además el número de habitantes correspondiente a cada distrito en esa época, podemos ver que el número relativo de catedráticos del distrito madrileño duplicaba o triplicaba al de las otras circunscripciones. Cuadro 9.3 Mapa de los diez distritos universitarios de España en 1845 Fuente: 14

15 Madrid, Ciudad Universitaria Existe un oportuno estudio de los 222 catedráticos, o personas de máximo nivel académico que se encargaban de transmitir la ciencia o el conocimiento en la universidad española en 1846 ( En cualquier caso, hay que tener en cuenta el escaso número de estudiantes universitarios al que nos referimos. Hacia 1780 había en España unos estudiantes de universidad, cifra que cambió poco hasta la década de En 1868 los estudiantes eran unos y todavía en la década de 1920 apenas alcanzaban los , sin dejar de ser una institución muy elitista. Esta situación se vio reforzada durante estos siglos por la necesidad de pagar altas cuotas, sobre todo el coste de la obtención del grado de licenciatura, que ascendía a cifras como los reales en derecho y en medicina (Shubert, 1991). Dado que la única de las universidades tradicionales en el territorio que ocupa actualmente la Comunidad de Madrid era la Universidad Complutense de Alcalá, merece la pena que hagamos unos breves comentarios sobre su inicio y también sobre su traslado a la capital de España. Complutensis Universitas ( ) Pronto aparecieron en estas tierras centrales de la llanura nueva castellana intentos de institucionalizar estudios superiores. La universidad Complutense fue fundada por el Cardenal Cisneros, que había sido alumno del Estudio General existente en Alcalá. Desde la cúspide del poder real, como confesor de la Reina Isabel, creó sobre su base académica la Complutensis Universitas, bajo un esquema innovador (se ha dicho que es el primer campus universitario ex-novo del mundo) que sería exportado posteriormente a diferentes universidades del nuevo mundo. A comienzos del siglo XVI, durante el curso , ya estaban en funcionamiento cinco facultades: Artes y Filosofía, Teología, Derecho Canónico, Letras y Medicina. Y además de proyectos tan importantes como la Biblia Poliglota Complutense, que podríamos denominar de investigación interdisciplinar. Cisneros adecuó con tesón la universidad a la nueva época, en el comienzo de la edad moderna, fomentando su participación activa en la sociedad y 15

16 Antonio Lucas Marín en las estructuras de poder, pretendía que no fuera sólo un centro exclusivo para el cultivo erudito del saber, como había sido hasta entonces, recluido dentro de los muros de los conventos medievales. Podría decirse que su fundador la creó con tres ambiciosos objetivos: religioso, político y cultural. De esta manera, durante los siglos XVI y XVII, la Universidad Complutense de Alcalá se fue transformando en el gran centro de excelencia académica, con las limitaciones de la época, pero rivalizando con las dos grandes cumbres del pensamiento hispano, las universidades de Valladolid y Salamanca. Los intentos de mantener vivas las instituciones universitarias dieron lugar en el transcurso de los siglos a diferentes regulaciones políticas y administrativas para intentar adaptarla a las necesidades de extensión del saber, considerado tan importante para el buen funcionamiento de la sociedad. Recogemos en el Cuadro 9.4 varias de ellas, que a lo largo de los siglos han intentado revitalizar y dar impulso al alma mater en las tierras hispanas. Cuadro 9.4 Principales Reformas Universitarias - Pragmática de Felipe II (1559) - Recopilación de Leyes de los Reinos de las Indias (1681) - Plan de Aranda (1771) - Plan Caballero (1807) - Informe Quintana (1814) - Plan Calomarde (1824) - Plan del Duque de Rivas (1836) - Plan General de Estudios de Pidal (1845) - Ley de instrucción pública de Moyano (1857) - Ley de Ordenación de la Enseñanza Media de Ley General de Educación (1970). - Ley Orgánica reguladora del Derecho a la Educación (LODE) (1985) - Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo Español (LOGSE) (1990) - Ley Orgánica de universidades (2001) - Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE) (2002) - Ley Orgánica de Educación (LOE) (2006) - Ley Orgánica para la Mejora de la Calidad Educativa (LOMCE) (2013) Fuente: elaboración propia Desde el siglo XVII, ante la marcha calmosa y poco dinamizadora 16

17 Madrid, Ciudad Universitaria de la institución universitaria, a pesar del esfuerzo realizado por aparte de algunos profesores ilustrados, desde las instancias del poder real se plantearon algunos cambios. Entre ellos se incluiría el traslado de la Universidad Complutense desde Alcalá a la capital, a comienzos del siglo XVIII. El problema no era de una gran dificultad o envergadura pues nos encontramos con una institución ruinosa, con pocos alumnos y crecientes dificultades económicas para hacer posible su mantenimiento. El traslado a las cercanías de la Corte se suponía que permitiría una mayor atención por parte de las autoridades gubernamentales. Traslado a Madrid de la Universidad de Alcalá Durante el reinado de Isabel II, en 1836, la Universidad Complutense fue trasladada a la villa de Madrid, asentada capital del país, y donde tomó el nombre de Universidad Central, con su biblioteca de unos volúmenes que se situaron en la calle de San Bernardo de la capital, el 10 de enero de Hay dos oportunos cambios legales en profundidad que afianzaron el arraigo de la Universidad en la capital. En primer lugar, el Plan Pidal de 1845 y en segundo lugar la Ley Moyano de En el plan Pidal se decretó, el 17 de septiembre de 1845, que las Universidades de España quedarán reducidas a diez en los puntos siguientes: Barcelona, Granada, Madrid, Oviedo, Salamanca, Santiago, Sevilla, Valencia, Valladolid y Zaragoza. Otras universidades en lánguido funcionamiento como las de Canarias, Huesca y Toledo se convertirían en institutos de segunda enseñanza. Y se acordó que tan sólo en la Universidad de Madrid se conferiría el grado de doctor y se harían todos los estudios necesarios para obtenerlo. Posteriormente, el 9 de septiembre de 1857, se publicó la conocida Ley Moyano por ser su artífice y promotor Claudio Moyano. En ella se arbitran una serie de reformas de gran calado, cuya puesta en práctica a través de medidas concretas y eficaces ha pervivido casi sin cambios más de un siglo, hasta la moderna Ley General de Educación de Son estos cambios sustanciales que afectaron al desarrollo de la universidad: la centralización, la gestión de la enseñanza superior y de las universidades por parte del Estado, la uniformidad, la secularización, la uniformidad, la libertad de enseñanza (aunque con limitaciones) y la conversión de los 17

18 Antonio Lucas Marín catedráticos en funcionarios por oposición. Algunas medidas más generales, como la gratuidad relativa para enseñanza primaria, fueron favoreciendo la extensión de la educación y creando una amplia base de personas sobre las que se podría basar una futura expansión. Estos cambios iniciales han perdurado con pequeñas variantes prácticamente hasta nuestros días. En el siglo pasado, tras la Guerra Civil ( ) se tiene una política básicamente continuista en el terreno universitario hasta la Ley General de Educación de 1970, en que bajo la batuta del Ministro Villar Palasi se toman una serie de importantes medidas tecnocráticas reformistas que dan lugar a la apertura de la institución, y a una gran expansión universitaria y hacen posible entender la situación actual de la universidad. Entre estas medidas está: la apertura a una cierta autonomía universitaria en docencia e investigación; la potenciación de los claustros universitarios con ciertos poderes: eligen la terna para la elección del rector; la conversión de las escuelas de magisterio y otros centros técnicos o profesionales, para que puedan adquirir rango universitario; la aparición de las asignaturas optativas con mayor flexibilidad de los planes de estudio; se fomentan los departamentos e institutos universitarios; se permiten con más facilidad nuevas universidades; y se multiplican los Colegios Universitarios en las capitales de provincia que permitirían posteriormente la ampliación de las universidades públicas. Tras el desarrollo económico del tardofranquismo y la transición política, todos estos cambios, y algunos más en la selección del profesorado, fueron dando lugar a una nueva apertura de la universidad. La Ley de Reforma Universitaria de 1983 matiza bastantes de las transformaciones anteriores y de alguna manera permite dar por terminado el modelo liberal decimonónico universitario en España No podemos dejar de hacer una tenue referencia a un tema material pero con especial relevancia, la creación de la Ciudad Universitaria Madrileña pues tras el traslado de la Complutense a Madrid en 1836, pasándose a llamar Universidad Central, y ser alojada principalmente en el Caserón de San Bernardo de la capital, se planteó la necesidad urgente de construir un nuevo campus que concentrara y diera unidad a la renovada universidad y que sirviera de 18

19 Madrid, Ciudad Universitaria baluarte para los nuevos tiempos modernizadores que se deseaban. Así, bajo el impulso del rey Alfonso XIII, el 17 de mayo de 1927, se constituyó la Junta de la Ciudad Universitaria, erigida para actuar con autonomía los aspectos pedagógicos, financieros, económicos, administrativos, técnicos, de ubicación y construcción del nuevo campus. La adaptación de finca original, de la Moncloa, con una extensión superior a las 300 hectáreas, lindante con el casco urbano, en el noroeste de Madrid y junto al río Manzanares, supuso una movilización política y ciudadana grande, también para conseguir recursos y una Ley de la Ciudad Universitaria. Las obras estaban previstas para poder inaugurar los centros de Filosofía y Letras, Farmacia y Arquitectura en octubre de 1936, pero por las circunstancias no llegó a realizarse. El inicio de la Guerra Civil en 1936 y las batallas que se celebraron en las trincheras de la propia Ciudad Universitaria, la destrucción de los edificios recientemente construidos hizo imposible proseguir con el plan propuesto y supuso la lamentable pérdida de la valiosa documentación acumulada. Pero tras el fin de la contienda, en octubre de 1943 los centros de Filosofía y Letras, Arquitectura, Agrónomos y Químicas iniciaron la docencia, siguiendo en años posteriores añadiéndose otras Facultades y Escuela hasta nuestros días. Actualmente la Ciudad Universitaria es sede central de tres grandes universidades públicas, que desbordan su territorio: la propia Universidad Complutense, la Universidad Politécnica y la Universidad Nacional de Educación a Distancia, con diferentes invasiones en sus bordes de otras universidades y centros públicos y privados de enseñanza superior, conscientes del carácter simbólico y latente de este corazón cultural, educativo, universal e investigador de Madrid. 3. La universidad en Madrid y la expansión de la universidad española Con el traslado a Madrid de la Universidad Complutense a mediados del siglo XIX, rápidamente la nueva Universidad Central se convirtió en el eje de la vida científica, académica y cultural hispana, volcada en esta institución, donde se intentaría dar formación a la élite política e intelectual del país. La apertura de la 19

20 Antonio Lucas Marín universidad en Madrid fue muy bien acogida por los estudiantes, que multiplicaron por más de 10 su matrícula en varios de los estudios. La política centralista de los liberales convirtió, además, a Madrid en la capital de la ciencia y de la cultura. En cualquier caso, a partir del siglo XX, y más acusadamente a partir de los años 20 de este siglo la población universitaria aumentó muy rápidamente en toda la península: el número de alumnos matriculados en enseñanzas superiores creció a un ritmo acelerado, especialmente en Madrid, que en los 30 contaba ya con más del 30 % de los alumnos universitarios españoles. Crecimiento del número de estudiantes Tras el paréntesis de la Guerra Civil, a partir de la segunda década del siglo XX se inicia un crecimiento vertiginoso y acelerado del número de estudiante de la universidad en España, como puede observarse en el Cuadro 9.5, donde queda explícito que el lánguido crecimiento secular normalizado a niveles muy bajos hasta el siglo XX se multiplica exponencialmente. Los poco más de seis mil estudiantes de 1861 se transforman en más de en 1961 y superan el millón y medio de universitarios a partir del año Parece señalarse una cierta moderación en la última década, quizás debido a la reciente crisis económica. Cuadro 9.5 Progresión del número de alumnos universitarios en España Total Nacional. Grado, Primer y Segundo Ciclo y Máster Fuente: INE-MECD 20

21 Madrid, Ciudad Universitaria Merece la pena señalar que en unos años se multiplica el número de universidades, se expanden estas por todo el territorio y son fuente de distribución de riqueza y trabajo de una cierta calidad en todo el territorio español. Multiplicación del número de universidades y centros superiores educativos Las diez universidades tradicionales hasta principio del siglo XX, se transforman en el año 2013 en ochenta y dos. Antes de la Guerra civil, con el nuevo siglo, se habían incorporado dos universidades privadas de la Iglesia (Deusto y Comillas) y otra pública especial (Menéndez Pelayo, para cursos de verano). De manera que en 1939 son 15 las universidades existentes. En los años cuarenta y cincuenta se incorporan otras dos universidades privadas también de la Iglesia (Pontificia de Salamanca y Navarra). De 1968 a 1993 aumenta el número de universidades con 31 universidades públicas y tan solo una nueva privada (Ramón Lull en 1990). A partir de ese momento se han incorporado al sistema otras 25 universidades privadas, 6 más públicas y una mixta la UOC (colaboración pública-privada). Estamos ante una nueva realidad de la universidad española, que multiplica de manera superlativa en todas sus comunidades autónomas el número de sus estudiantes, de centros universitarios, de sedes y de campus. Así, el Cuadro 9.6 nos muestra el mapa de esta nueva realidad universitaria, que está presente en todas las autonomías, incluso en las de menor número de habitantes como La Rioja. Es sobresaliente la existencia de 15 universidades y 33 campus en la Comunidad de Madrid, o de 12 universidades y 44 campus en Cataluña. El mayor número de estudiantes está, lógicamente, en las comunidades autónomas con mayor población en términos absolutos, aunque las cifras de Madrid superan ampliamente tanto a Andalucía como a Cataluña. También la comunidad madrileña supera a las demás en el número de estudiantes que cursa un Máster Oficial, aunque por la proximidad de la reforma de los estudio de adaptación al Plan Bolonia tan dispar, estas cifras, que indicarían una mayor preocupación por estudios de Postgrado pueden no ser significativas. 21

22 Antonio Lucas Marín Cuadro 9.6 Distribución de los estudiantes universitarios por CC.AA. en 2012 Fuente: MECD Además de la multiplicación de las universidades públicas y de sus campus en todas las autonomías, especialmente hasta finales de los años ochenta del siglo pasado, es llamativo el crecimiento del número de universidades privadas, realizado en buena parte en las dos últimas décadas. El Cuadro 9.7 nos muestra gráficamente la situación reciente en dispersión y viene a señalar la acumulación del negocio universitario en torno a algunas metrópolis como Madrid o Barcelona. Hay datos que hacen pensar que el aumento de las universidades privadas es un proceso que no ha alcanzado su techo. 22

23 Madrid, Ciudad Universitaria Cuadro 9.7 Expansión de las universidades privadas en España Año de inicio de cada Universidad 1886 Deusto 1890 Comillas 1940 Salamanca 1952 Navarra 1991 Ramón Llull 1993 Alfonso X El Sabio 1995 Antonio de Nebrija; Europea de Madrid; Oberta de Catalunya 1996 San Antonio; Ávila 1997 Int. de Catalunya; Mondragón Unibertsitatea; Univ. de Vic 1999 Cardenal Herrera CEU 2000 Camilo José Cela 2001 Francisco de Vitoria 2002 Europea Miguel de Cervantes 2003 Abat Oliba CEU; San Vicente Mártir 2005 San Jorge 2006 A Distancia de Madrid 2007 IE. University 2008 Int. Valenciana; Int. De la Rioja 2011 Loyola Andalucía; Int. Isabel I de Castilla 2012 Europea de Canarias; Europea de Valencia 2013 Europea del Atlántico Fuente: MECD 23

24 Antonio Lucas Marín Por otra parte, los datos disponibles de la distribución de los estudiantes universitarios en 2011 en las diferentes autonomías nos muestran que hay una cierta homogeneidad distributiva de resultados en el sector de la educación superior. La desigualdad relativa de la distribución de renta per cápita entre las regiones más ricas (País Vasco, Navarra o Madrid) y las más modestas (Extremadura o Andalucía) llega a la duplicación. Pero los porcentajes en adultos con estudios post-obligatorios son más equilibrados en la comparación entre autonomías. Incluso resulta sorprendente que la tasa neta de escolarización de los jóvenes entre 18 y 22 años sea superior en Galicia o Extremadura que en Madrid o Cataluña. La proporción de mujeres en el profesorado universitario es también relativamente homogénea. Cuadro 9.8 Distribución por Autonomías en 2011 % Población adulta con ENSEÑANZA UNIVERSITARIA CURSO 2011 estudios Alumnado (3) Profesorado (4) Tasa neta de postobligatorios Ambos % escolarización Total (18-22 años) (1) sexos Mujeres TOTAL 54, ,6 29,6 Andalucía 45, ,6 29,4 Aragón 59, ,9 27,3 Asturias 57, ,1 29,6 Balears 52, ,2 24,1 Canarias 48, ,1 32,2 Cantabria 61, ,8 32,2 Castilla y León 56, ,2 32,9 Castilla- Mancha 45, ,5 30,9 Cataluña 54, ,1 28,0 Valencia 52, ,7 28,4 Extremadura 38, ,6 30,8 Galicia 51, ,7 33,3 Madrid 68, ,4 29,2 Murcia 46, ,1 27,9 Navarra 62, ,7 25,0 País Vasco 68, ,0 33,2 La Rioja 59, ,7 29,8 Fuente: MECD 24

25 Madrid, Ciudad Universitaria Distribución del profesorado y del personal de administración y servicios A falta de una evaluación económica de la aportación de las universidades a las diferentes autonomías, nos tenemos que conformar con una la aproximación al factor humano que mueve, lo que supone ir más allá de acercarnos al conocimiento del número de personas que estudian, complementando estas cifras, en todo caso, con el número de los profesores que imparten la enseñanza y el personal de administración y de servicios que colabora en estas tareas de enseñanza superior. Así vemos en el Cuadro 9.8 que a las cerca de 1,6 millones de personas que estudian en el año 2011 habría que añadir profesores y los correspondientes a la administración y servicios. Merece la pena señalar también que en el crecimiento de las tareas educativas universitarias está teniendo mucha importancia la flexibilidad y economía que supone la realización de estudios de manera no presencial. Desde la fundación en Madrid de la Universidad Nacional de Educación a Distancia en 1972 su crecimiento ha sido continuo. En la actualidad sus estudiantes son más de También tiene gran importancia la UOC en Cataluña y han aparecido en los últimos 8 años otras 4 universidades no presenciales con una fuerte expansión mantenida desde sus inicios y con claras perspectivas de crecimiento. Sin entrar a dirimir las diferencias y ventajas del carácter meramente no presencial de sus enseñanzas y la posibilidad de la calificación con el apelativo de enseñanza online, es fácil ver el potencial de desarrollo que se ofrece para aumentar la oferta educativa en otras latitudes, especialmente en Latinoamérica y en las zonas de expansión del español. Es llamativa la gran dispersión de todo el personal universitario, no solo de los profesores, sino también de los investigadores y del personal administrativo en toda la península como nos muestra de forma gráfica el Cuadro

26 Antonio Lucas Marín Cuadro 9.9 Dispersión geográfica del Personal Universitario. Curso Fuente: SIIU Con estos preámbulos vamos a abordar a continuación la parte nuclear de nuestro discurso, que podría resumirse en intentar explorar la realidad de la trasformación de la metrópoli madrileña en una gran ciudad universitaria. El desarrollo del tema nos permitirá apuntar a que las cifras oficiales sobre la enseñanza universitaria no contempla en realidad toda la enseñanza superior que se imparte en la capital ni buena parte de la investigación realizada. 26

27 Madrid, Ciudad Universitaria 4. Las nuevas universidades madrileñas: una amplia red Hemos visto la importancia de la aparición de la universidad para el desarrollo en toda España de la institución universitaria. Pero la clara expansión de estudiantes comienza tras la guerra civil. Los estudiantes universitarios censados en Madrid en 1950 se transforman en en A partir de esta década se crearon nuevas universidades en Madrid para evitar la masificación de las aulas de la Universidad Central, que empezó a rebasar los estudiantes. En 1968 se inicia la Universidad Autónoma de Madrid en Canto Blanco, posteriormente se creó el campus de Somosaguas y se reforma el campus de la Universidad Central que desde 1970 se denominaría definitivamente Universidad Complutense de Madrid. Por otra parte, las Escuelas Superiores de Enseñanzas Técnicas, así como algunos centros educativos superiores que estaban adscritos a otras instituciones oficiales, se agruparon en la Universidad Politécnica de Madrid, que en 1970 tiene ya estudiantes. En 1975 se trasladaron algunas enseñanzas a Alcalá de Henares y en 1977 se llevó a cabo la refundación de la Universidad de Alcalá. En 1989 se inauguró la Universidad Carlos III y en 1996 se fundó la Universidad Rey Juan Carlos. Este entramado de universidades públicas permitió que la Complutense dejara de superar los cien mil estudiantes con el nuevo siglo. En cualquier caso, como podemos ver en el Cuadro 9.10, en el año 2013 el número oficial de estudiantes matriculados en las 6 universidades públicas presenciales de Madrid sobrepasa los doscientos mil. Para precisar los universitarios existentes, a esa cifra habría que añadir el número creciente de personas que cursan sus estudios en centros universitarios privados, que en 2013 se acercaba a los sesenta mil. Así se alcanzan, en definitiva los universitarios que señalan las estadísticas oficiales, aunque la realidad es bastante distinta como iremos viendo. 27

28 Antonio Lucas Marín Cuadro 9.10 Evolución del número de estudiantes universitarios en Madrid UNIVERSIDADES DE MADRID Complutense de Madrid Alcalá de Henares Autónoma de Madrid Carlos III Politécnica de Madrid Rey Juan Carlos PÚBLICAS Alfonso X El Sabio Antonio de Nebrija Camilo José Cela Europea de Madrid Francisco de Vitoria IE Universidad Pontificia Comillas San Pablo-CEU PRIVADAS TOTAL UNIVERSIDADES Fuente: INE-MECD A las cifras oficiales de alumnos que nos señalan las universidades públicas y privadas presenciales madrileñas debe añadirse el elevado número de personas que estudian en esta comunidad en universidades públicas y privadas no presenciales. Los centros asociados de la UNED, tiene en la comunidad de Madrid más de estudiantes. Además tienen un buen grupo de estudiantes en Madrid la UDIMA, la UOC, la UNIR y otras universidades online, aunque su sede principal se encuentre en otras ciudades. En toda España, pero especialmente en la capital, hay además multitud de centros de enseñanza superior públicos y privados donde se imparte la transmisión de habilidades y conocimientos económicos, administrativos, técnicos, prácticos, artísticos, con nivel universitario reconocido. Debemos tener en cuenta, igualmente que imparten en Madrid su enseñanza: 10 Centros universitarios 28

29 Madrid, Ciudad Universitaria extranjeros autorizados por la Comunidad; 14 Centros superiores de enseñanzas artísticas reconocidos; 25 Centros superiores de negocios, nuevas tecnologías y temas administrativos; y además realizan en la capital actividades docentes otras universidades e instituciones académicas no madrileñas (en especial de postgrado). En plan de simple referencia hay que llamar la atención al hecho de que en la capital de España tienen su sede dos de las grandes Escuelas de Negocios de las más reconocidas del mundo (habitualmente entre las 10 primeras de los rankings). Debemos contabilizar también, aunque sea a groso modo, las más de personas que en la actualidad están haciendo el doctorado en la Comunidad, que con las cifras oficiales localizadas para el año 2010 en el INE eran , de los cuales estaban centrados en la realización de la investigación y participando en cursos de formación para la realización de la Tesis doctoral. Con estos datos que hemos ido comentando, podemos mejorar las estimaciones del número de alumnos de enseñanza superior en la Comunidad de Madrid. El Cuadro 9.11 nos muestra un resumen de estos cálculos, tras una costosa elaboración, señalando que hay más de estudiantes universitarios en la universidad de Madrid. Para terminar de calibrar la impronta del sistema universitario en Madrid, deberíamos hacer una cierta valoración económica de todo lo que supone en el entorno madrileño la necesidad de atender la formación de cerca de cuatrocientas mil personas, recibiendo conocimientos al máximo nivel disponible. Para esa trasmisión es necesario contar con un grupo numeroso de profesores e investigadores (Personal Docente e Investigador) con una educación muy especializada y costosa, y la necesaria colaboración de otro colectivo formado por profesionales de administración y servicios (PAS), con frecuencia también especializados. Los datos oficiales proporcionados por el MECD para las universidades públicas y privadas de la comunidad de Madrid nos indican profesores y personas de administración y servicios, sin contar los de las universidades no presenciales. La proporcionalidad que hemos visto entre las estrictas cifras oficiales de universitarios y las reales que hemos calculado para los estudiantes de enseñanza superior, nos llevan a pensar que en Madrid hay unos profesores de 29

30 Antonio Lucas Marín enseñanza superior y más de personas trabajando en tareas de administración y servicio en estos centros. Estamos hablando de más empleos en servicios académicos que en buena parte tienen que ver con esta nueva sociedad de la información el conocimiento y la comunicación. Pero la universidad es también creación de conocimiento, no quedarse en una trasmisión de lo que se sabe al más alto nivel. En las nuevas sociedades el dinamismo educativo debe tender a conocer y saber entrar en el proceso de la creación del conocimiento, investigar. Es un tema que es necesario tratar. Cuadro 9.11 Número de Alumnos de Enseñanza Superior en Madrid Centros Universidades Públicas Universidades Privadas Universidades no presenciales (Imputables) Otros centros superiores (Negocios, Profesionales) Doctorado Total Fuente: Elaboración propia 5. Más allá de la transmisión de conocimientos: la función investigadora Las tareas universitarias van más allá de la mera transmisión de conocimientos. Por eso, cuando decimos que Madrid es una ciudad universitaria, e incluso insinuamos que es el sistema universitario más importante de España, nos referimos no solo a que enseña al grupo más numeroso de estudiantes universitarios del país, en el que debemos incluir también a los miles de personas que participan en la 30