NATACIÓN PARA BEBÉS. NADA MÁS QUE UN ACTO DE AMOR

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1 NATACIÓN PARA BEBÉS. NADA MÁS QUE UN ACTO DE AMOR Dña. Luciane de Paula Borges de Siqueira Secretaria Municipal de Educación de la Ciudad de Goiânia (Brasil) RESUMEN Este artículo tiene por objetivo ampliar conocimientos metodológicos referentes a la importancia de la natación para bebés, en todos sus aspectos. Concretamente sobre el proceso enseñanza-aprendizaje para amenizar o hasta solucionar las dificultades surgidas durante su transcurso. Basado en la concepción de la existencia del hombre, siendo sujeto histórico de su acción, donde percibe la necesidad de la interacción entre el cuerpo y lenguaje, en su totalidad humana, así el conocimiento humano puede se ampliado, por que el acto de nadar es también un acto de amor. El acto de nadar para el bebé es volver a su origen, siendo una forma de sentirse seguro y tranquilo. PALABRAS CLAVE: bebés, natación, enseñanza, aprendizaje 1

2 1. INTROCUCCIÓN Para dar clases de natación para bebés es necesario que se conozca bien esa práctica, no solo la practica, sino conocer bien todo lo que se relaciona con el bebé. La natación para bebés, tiene como objetivo, y tal vez uno de los más importantes, proporcionar a los padres seguridad. En verdad no se enseña al bebé a nadar, sino que se produce una prevención vital de la vida diaria. Todavía, el Comité de Medicina Deportiva de American Academy of Pediatrics (1985), afirma que será poco probable que los niños aprendan a salvarse de las situaciones de ahogamiento. Pero por el contrario según el comité, creará un falso sentido de la seguridad en los padres y niños. En la realidad, el concepto de supervivencia en el medio acuático en la infancia, sin auxilio de nadie, es erróneo. Con las clases de natación para bebés, el niño adquirirá un conjunto de comportamientos que como máximo permitirán que no tenga miedo o recelo a meter la cara en el agua, sin poder respirar y que sea capaz de mantener la flotación, bloqueando la respiración hasta que alguien venga en su socorro. Seguidamente, las clases de natación para bebés más de que la posibilidad de que el niño se salve de situaciones de ahogamiento, promoverán una adaptación al medio acuático desde muy pronto, lo que irá a favorecer la relación sujeto con el agua a lo largo de toda la vida. Esto es debido a que el agua será un medio privilegiado para experimentar nuevas sensaciones, nuevos comportamientos motores y estimular los diversos sentidos. La natación para bebés transcurre en un medio particular, diferente de los demás. Por ejemplo, el medio acuático es más denso que el medio terrestre, luego, para realizar una tarea la una determinada intensidad en los dos medios, el gasto calórico será superior en el agua más que en lo medio terrestre. Así, la practica de la natación para bebés permitirá disminuir el porcentaje del tejido adiposo (Ahr, 1994), fortalecer los músculos y el tejido conjuntivo (Ahr, 1994) y desarrollar el sistema cardiorrespiratorio. O sea, la natación para bebé permitirá el desarrollo psicomotor del niño, enriqueciendo sus experiencias sensoriales y motoras (Fouace, 1980; Mummien y Saakslahti, 1980; Dorado, 1990; Luque, 1995; Moreno y Samartín, 1998). La natación para bebés, tiene también un sentido social, donde este se relaciona con los otros bebés y también las mamás con otras mamás. Es bueno recordar que para obtener resultados en este trabajo, es de fundamental importancia la participación del padre o de la madre en esa práctica, donde los padres estarán transmitiendo al bebé, calma, seguridad y mucho amor. 2

3 Durante las clases la mamá que por un motivo u otro tiene poco contacto con el hijo, es en la clase que tendrán más momentos juntos. En fin, la natación irá proporcionando al bebé, confort, confianza y como consecuencia un niño saludable. Es común que las clases tradicionales de natación se centren en la enseñanza-aprendizaje de las técnicas formales de nado, de la salida y de los giros. Pero antes de la natación se centrarán en los siguientes contenidos: es necesario que los alumnos adquieran un conjunto de habilidades, comportamientos y conocimientos específicos del medio acuático. Langendorfer y Bruya (1995) denominan en ese proceso de adquisición de la prontitud acuática, que antes de aprender las habilidades motoras específicas de cada actividad acuática, el individuo tendrá que apropiarse del comportamiento, habilidades y conocimiento que lo preparen para la adquisición siguiente. Por su lado, Carvalho (1984, 1985, 1992) y Mota (1990) denominan ese proceso, el de adaptación al medio acuático. Solo después de la adaptación al medio acuático se inicia el aprendizaje de las habilidades motoras específicas de las diversas disciplinas deportivas. Anteriormente, las adaptaciones al medio acuático deberían ser realizadas a partir del momento en que el niño pasase a frecuentar la práctica acuática en el segundo ciclo de educación infantil, hoy en día, frecuentemente, el proceso de adaptación al medio acuático ocurre más temprano. Ese proceso es realizado a través de las clases de natación para bebés. El concepto de saber nadar en la actualidad es diferente de la que se tenía en el pasado. Una concepción tradicional de saber nadar consistía en saber moverse en el medio acuático, usando la técnica de mariposa, espalda, braza o crol. Todavía, según Carvalho (1985, 1992) y Moreno y Sanmartín (1998), saber nadar no es saber las técnicas formales de nado, es más que eso, es saber estar en el medio acuático, de evidenciar una buena relación con el agua, sabiendo adaptar los comportamientos adecuados para el medio en cuestión. Según esto, el bebé no asistirá a un programa acuático a aprender las técnicas de nado formales, sino que irá a apropiarse de las conductas, de los conocimientos y de las vivencias esenciales para saber estar y para que saber comportarse correctamente en el medio acuático. 2. QUIÉN ES EL BEBÉ? El ciclo de desarrollo de la vida del niño empieza con la fertilización de una célula-huevo, esa partícula sufre prodigiosas transformaciones, tornándose en una secuencia que se desarrolla con rapidez, un embrión palpitante de vida, un feto, un recen-nacido, un bebé, un niño que da los primeros pasos, un niño en la edad infantil, un niño que va a la escuela, un adolescente y un adulto. En el desenrollar de ese ciclo, esta claro, que queda el desarrollo motor, cognitivo, de la personalidad del bebé y lo social. Para una clara definición de 3

4 los objetivos de los programas de natación para bebés, será necesario antes, caracterizar la población central de este tipo de actividad acuática. Las clases de natación para bebés, como el propio nombre indica, se destinan a los individuos que se encuentran en una franja de edad baja. Todavía no existe consenso sobre cuál es la edad necesaria para iniciar o finalizar las clases y pasar a otro tipo de práctica. Fouace (1980), indica que las clases de natación para bebés deberán tener su inicio al tercer mes, dado que es a partir de esa edad que el niño pasa a mantener la cabeza en la vertical y culminará a los 36 meses. Ya Fontanelli (1990) indica como criterio para el inicio de las clases, 3 meses de edad y 5 Kg. de peso. A su vez, Conde y cols. (1997), afirman que los 2 meses de edad es el ideal para empezar la practica acuática. Guerrero (1995), por su parte indica que a los 3 meses es el inicio y a los 24 meses la edad de consagramiento de este programa. Finalmente, Sarmento y Montenegro (1992), establecen los 6 meses como la edad ideal para empezar la practica de la actividad y los 36 meses para su término. A pesar de no existir consenso sobre cuando se puede empezar y cesar la participación en este tipo de programas, parece que el inicio ocurrirá entre los 3 y los 6 meses, y terminará entre los 24 y los 36 meses. Por lo que los diversos motivos para iniciar las clases son los siguientes. En primer lugar, antes de empezar a practicar actividades acuáticas será necesario que el bebé aumente un poco su peso. La hipotermia será un motivo claro de descenso de peso. En segundo lugar, dado que el sistema inmunológico del recién nacido es bastante deficiente, será necesario dar algún tiempo para que ese mismo sistema se desarrolle. Antes de pasar a practicar es necesario tener en cuenta que puede ser un medio propenso para adquirir diversos tipos de problemas de salud, como son los focos virológicos, bacteriológicos o micóticos. El motivo para indicar, usualmente, el fin de las clases de natación para bebés, a los 36 meses, parece que tiene por base el desarrollo motor del niño. O esa, los tipos de programas para proporcionar al sujeto debe condicionar el nivel de desarrollo ontogénico que ellos evidencian. Por lo tanto, se debe planear las actividades acuáticas del bebé y del niño tomando en consideración su nivel de desarrollo (Ruiz, 1997) De acuerdo con Gallahue (1982), la primera fase de desarrollo motor es la fase de los movimientos reflejos, la cual durará desde el nacimiento hasta el primero año de edad. Esta fase es caracterizada por las manifestaciones sensoriales. La fase siguiente, y que durará hasta a los 2 años de edad, se caracteriza por el aparecimiento de los primeros movimientos voluntarios, es la fase de los movimientos rudimentarios, como son, aprehensión intencional, el gateo y el caminar. Es a partir de esta edad, o sea, aproximadamente a partir de los 2 años de edad, cuando los movimientos rudimentarios darán sitio al movimiento fundamental, esto es, correr, saltar, lanzar, agarrar, y otras. 4

5 Lo que se percibe es que los niños terminan sus prácticas de natación para bebés en el periodo de transición de la fase de los movimientos rudimentarios para la fase de los movimientos fundamentales. Es decir que, en consecuencia el pasar de una fase de desarrollo motor para otra, los contenidos, la metodología y los principios de trabajo a adaptar también serán alterados. Los objetivos psicomotores son los más referidos en la materia sobre natación para bebés. Tal vez porque sé asociada fácilmente la actividad física al objetivo de este género, a pesar de ser posible alcanzar otras categorías de objetivos. Y de todos ellos, el auto-salvamento es lo más citado por lo diversos autores (Fouace, 1980; Dorado, 1990; Sarmento y Montenegro, 1992; Ahr, 1994; Guerrero, 1995). Históricamente, las primeras clases de natación para bebé surgieron con esa intención (Conde y cols., 1997), quedando, consecuentemente, esa idea arraigada en todos los educadores. Para que tal objetivo sea cumplido, Sarmento y Montenegro (1992) y Fontanelli (1990), desean que el niño tendrá que ser capaz de aceptar el agua en los ojos, en los oídos, en la boca y en la nariz, bloquear la respiración, colocarse en la posición horizontal y vertical, la superficie y profundidad y utilizar los cuatros miembros como segmentos propulsores Desarrollo motor Existe una orden definida en la adquisición de habilidades motoras, que van de lo simple hacia lo complejo. Con la edad el desarrollo motor muestra más control y una especificidad de la función. El bebé da volteretas, patalea y se chupa el dedo. Como recién nacido exhibe también una serie de movimientos reflejos. Todas esas actividades motoras iniciales están bajo el control subcortical, que empieza a ceder sitio, más o menos a los cuatro meses de vida pos-natal, a los movimientos voluntarios dirigidos, controlados por la corteza. El cerebelo regula el equilibrio y la postura. Entre los 6 y los 18 meses se madura más rápidamente que antes. Con esa madurez, vemos mejoría en el comportamiento motor. Después el sistema nervioso, los músculos y el hueso madura suficientemente, el bebé levantará la cabeza, y esto surge de modo natural. Cada nuevo descubrimiento y nueva actividad preparan para la siguiente, en una secuencia preordenada de habilidades motoras Desarrollo cognitivo A nivel cognitivo, también es posible cumplir algunos objetivos en las clases de natación para bebés (Cárdenas y cols., 1988; Dorado, 1990). A pesar de muchas veces se piensa que los niños en esa edad son seres pasivos, que reaccionan única y exclusivamente a las motivaciones relacionadas con su supervivencia, como, por el ejemplo, comer y dormir, esto no es así, ellos 5

6 tienden a absolver todas las informaciones, el origen de todos los estímulos que envuelven el medio acuático. La organización de los objetivos a alcanzar en las clases de natación para bebés, basándose en los aprendizajes de desarrollo cognitivo propuesto por Piaget (1970) son los siguientes: 1ª fase, entre el nacimiento y los dos años de edad, el niño al relacionarse con el medio a través del movimiento, organiza y estructura su conocimiento de la realidad que le rodea. Es la etapa de la inteligencia sensorio-motora. Por ejemplo, a través de las clases de natación para bebés, aprende la distinguir diversos objetos, espacio o personas. 2ª fase, aproximadamente entre los dos y los siete años, con base en las representaciones sensorio-motoras consigue anticipar los acontecimientos. Es la etapa de la inteligencia pre-operatoria. Por ejemplo, en las clases de natación para bebés, durante la etapa sensorio-motora el niño percibe el movimiento de los cuatros miembros propulsores. Ya en la etapa siguiente, al colocarle un determinado juguete fuera de su alcance, el bebé sabe que si mueve los cuatros miembros podrá alcanzar el referido objeto. Al venir al mundo el bebé parece desamparado y sus actos confusos, en breve sus movimientos estarán configurados en numerosas habilidades. En la medida en que el tiempo pasa él tomará conciencia de sí mismo, de sus sentimientos y de las personas que lo rodean. Wallon (2000) dice que, en cada aprendizaje el comportamiento del niño cambia y el se entrega las nuevas aventuras. La tarea principalmente de niños en los primeros años de vida es el descubrimiento del mundo físico y de sí mismo. Es ese proceso de aprendizaje donde empieza la percepción. El descubrimiento del mundo físico es un proceso que se inicia en el nacimiento y se completa a los dieciocho meses. En esta época, el niño ya presenta las nociones de objeto permanente, espacios unitarios, tiempo y casualidad. El recién nacido entra en contacto con el mundo, a través de la succión, visión, audición y aprehensión. A medida que va ejercitando y alterando los reflejos, los enriquece con la adquisición de nuevos comportamientos. A partir del 5º mes de vida, de forma gradual aparece la coordinación de los diferentes espacios prácticos. El niño aprende a actuar sobre las cosas y empieza a interesarse por las relaciones que unen las acciones a los resultados. Lo que le llama atención en esta etapa es la búsqueda por novedad o experiencia para ver lo que acontece. En lo 8º mes el niño empieza ha imitar comportamientos después de observar. La imitación la realiza espontáneamente, reflejando una nueva 6

7 movilización de los esquemas mentales. Gradualmente el pasa a considerarse como un elemento más del universo, pudiendo ser tanto agente como receptor de las acciones de los elementos del medio, es la llamada toma de conciencia Desarrollo de la personalidad del bebé Segundo Fontanelli (1990), la base de aprender a ser está en el placer de cuando el niño está cerca del cuerpo del adulto, al acunarle con músicas, cuando las personas hablan con cariño, etc. Las diferencias individuales de personalidad entre bebés resultan en parte por su temperamento, del tamaño de la familia y del momento del nacimiento. El contacto madre e hijo temprano tiene una influencia clara en la formación de esos lazos de unión. No se puede olvidar también al padre, su presencia es muy importante Desarrollo social En la actualidad no se puede negar que vivimos en una sociedad, por lo cual se vive a un ritmo acelerado. Y en gran parte de los casos, los padres desempeñan su actividad profesional fuera de casa, saliendo temprano para trabajar y llegando, la gran mayoría de veces, muy tarde. Por eso, que los periodos de interacción, de convivir con su hijo, no son suficiente. Pero si los padres están presentes y participan de las clases de natación para bebés, ellos tienen que tener un papel activo, integrarse con su hijo (Fontanelli, 1990). Por eso que las clases también tienen como objetivo promover y aumentar el tiempo de integración, de convivencia de los padres con sus hijos (Ahr, 1994). Las clases de natación para bebés pueden ser una excelente justificación para que los padres presten atención, den cariño, afecto y amor a sus hijos. Pero muchos bebés durante el día mantienen contacto con pocas personas, especialmente los que pasan gran parte del tiempo en casa al cuidado de familiares. En ese caso, el campo de relaciones de esos niños se reducen a un escaso número de personas. Así la natación para bebés tendrá como objetivo promover las primeras interacciones socias, permitiendo que se relacionen con otros bebés y con otros adultos, que no sean los familiares más próximos (Ahr, 1994). En otras palabras, las clases de natación para bebés también pueden favorecer el proceso de socialización del niño (Conde y cols., 1997; Moreno y Sanmartín, 1998). Las clases de natación para bebés ser un momento de relación rica, intensa y privilegiada de los padres con sus hijos (Fouace, 1980; Guerrero, 1995; Moreno y Sanmartín, 1998) y de socialización del bebé (Ruiz, 1997; Moreno y Sanmartín, 1998). 7

8 La natación para bebés no debe limitarse a perseguir, única y exclusivamente, objetivos de índole psicomotriz, y menos aún, la enseñanza de las técnicas formales de nado. Deberá promover un desarrollo armónico e integral de cada niño que participa en este tipo de actividad acuática. La natación para bebés más que una actividad motora, deberá ser comprendida como un espacio privilegiado de educación infantil, con la particularidad de realizarse en un medio menos habitual: el acuático. Los bebés difieren mucho cuando en la aceptación de extraños. Algunos esquivan a todas las personas que no son familiares, otros juguetean y acogen bien a todos los que se le aproximan. De los factores que interfieren en esa conducta: la experiencia que tuvieron con extraños y el grado de libertad que daban los padres, son los más importantes. Si el contacto con extraños es agradable, tranquilo y afectuoso, el niño se aproximará a personas no familiares. Después de los primeros 6 meses de vida, las interacciones socias crecen en número y complejidad. Pero lo niños aún muestran poco interés en la interacción con otros bebés. Solamente después de los dos años inician las actividades lúdicas interactivas. 3. NATACIÓN PARA BEBÉS: SUS BENEFICIOS Y CONTRAINDICACIONES La decisión de llevar al bebé en una clase de natación, depende de los responsables del niño, también se debe consultar siempre al pediatra que puede recomendar o no ese ejercicio. Y puede en algún caso indicar al profesor cualquier tipo de limitación o cuidado especial al tener con el alumno. El informe del médico deberá ser un elemento llave para la creación y implementación de un programa de trabajo individualizado, de acuerdo con la características o limitaciones especificas de cada bebé. Los pediatras tienen opiniones distintas sobre ese tema. Algunos incentivan a los padres a llevar a los bebés al agua cuanto antes posible, otros aconsejaran que se espere hasta tener un año. Sea cual sea la edad de inicio, es preciso que las condiciones de la instalación sean las óptimas. Aprender nadar en edades tempranas, de forma autónoma, es una prevención vital en la vida diaria, evitando así los accidentes. Esa práctica creará toda una estructura corporal equilibrada funcional, previniendo contra problemas futuros como: desviación de la columna, defecto en los pies, problemas de circulación, bronquitis, rinitis y otras. No se puede negar que la natación es un deporte completo y proporciona al niño un mejor desenvolvimiento físico y psicológico. Es normal que las clases para bebés se inicien a partir de los dos meses de edad. Edad esta en que el niño aún no perdió la noción del medio líquido en el cual vivió durante nueve meses. 8

9 El agua proporciona una sensación de perdida de gravedad al mismo tiempo que presenta una enorme variedad de nuevos movimientos que no podrían realizarse fuera de esta. Esa experiencia ayuda a explorar nuevos movimientos, llevando a un mejor desarrollo neuromotor. En los primeros cinco años de vida, los niños, pasan por un proceso intenso de desarrollo y maduración, siendo al final de esta etapa cuando el 90% de su cerebro esta preparado para el futuro. A práctica acuática mejora la coordinación motora, proporciona nociones de espacio y tiempo, prepara al niño psicológicamente y neurológicamente para el autosalvamento, estimula el apetito, aumenta la resistencia cardiorrespiratoria y muscular, tranquiliza el sueño y también previene varias enfermedad de la respiración (Conde y cols., 1987). Entre otros de los beneficios encontramos los siguientes: aumenta la irrigación sanguínea de la musculatura, mejora la postura corporal, fortalece la musculatura cardiaca, aumentando el volumen (dilatación), disminuye la frecuencia cardiaca, aumenta el transporte de oxigeno. Según Fontanelli (1990), el bebé ya está adaptado al medio líquido desde la gestación, es capaz de ejecutar diversos movimientos natatorios, muestra una serie de reflejos comunes en la primera infancia. Todo a través de estímulos exteroceptivos (actividades que buscan facilitar el desarrollo de los órganos sensoriales de los niños, como tacto, la audición, lo olfato y la visión). Este autor también considerada que el trabajar con música en las clases con bebés, puede estimular la memoria y aumentar el vocabulario significativamente. Por otro lado, también puede ser un excelente método pedagógico, que permite al niño ayudarle a resolver problemas particulares en su medio social y familiar (Conde y cols., 1997). Un de los momentos más importantes en la natación para bebés son los ejercicios que de forma constante se realizan con los padres, es en ese instante cuando la interacción de emociones de ellos con el bebé provoca una aproximación entre todos los bebés, sus familiares y el profesor. Ese contacto es de extrema importancia para el desarrollo afectivo. Las clases de natación para bebés se deberían realizar junto con los padres en la piscina hasta los tres años de edad, para que los niños tengan condiciones de aprender con seguridad. Lo conveniente es que las clases de natación para bebés sean planificadas a partir do los conceptos de la psicomotricidad. También podemos encontrar que existen muchos recelos con relación a la natación para bebés, algunos de los cuales apuntan que el cloro causa problemas inmunológicos y respiratorios como el asma y las alergias. El agua y el cloro pueden también provocar sinusitis, irritación en la piel y otitis, en especial en las piscinas climatizadas, sitio donde el aire está parado y sin renovación, causando dificultad en respirar e irritación de las mucosas. 9

10 Son determinadas situaciones en que la práctica de las actividades acuáticas para los bebés se encuentran prohibidas o condicionadas. Esas contraindicaciones pueden tener un carácter temporal o permanente, y las contraindicaciones permanentes pueden ser absolutas o relativas. Camus (1995) se refiere a las contraindicaciones temporales, a la presencia de estados febriles y de infecciones. Por su parte, Fouace (1980) y Dorado (1990) acrecientan estas contraindicaciones como un periodo después de la vacunación contra viruela, durante el periodo de cicatrización de heridas o el periodo después de una cirugía. Es considerada una contraindicación permanente pero relativa, la epilepsia, las deficiencias mentales ligeras y moderadas o las deficiencias motoras (Camus, 1995). En lo que concierne con las contraindicaciones permanentes y absolutas, Camus (1995) indica las cardiopatías congénitas y las otitis crónicas, Dorado (1990), añade las dificultades de deglutir, las insuficiencias pulmonares y la deficiencia mental profunda. Y Fouace (1980) a estas contradicciones añade los problemas renales. 4. LA ENSEÑANZA DE LA NATACIÓN PARA BEBÉS El bebé durante todo el periodo de vida intrauterina esta envuelto en un medio acuoso llamado liquido amniótico. Este líquido contiene sustancia que prepara de modo gradual la mudanza respiratoria fetal de medio acuoso para el aéreo, o sea, sistema de propiedad tenso activas que impiden que los alvéolos se cierren con el paso del agua para el aire, reduciendo la tensión superficial. Esto es un de los factores esenciales durante las clases de natación, pues el contacto con el agua representa para el bebé, en la mayoría de las veces, un recordatorio de su vida intrauterina, lo que proporciona seguridad y placer. Para que ese sentimiento de seguridad y placer sea verdadero es necesario algunos cuidados con relación al ambiente de las clases: Seria bueno si solamente madres y padres participasen de las clases, aumentar el lazo de amor y cariño entre padres e hijos, proporcionando a ambos un mayor conocimiento, emoción y sentimientos. Pero acontece con frecuencia de los padres no pueden acompañar a sus hijos por causa de la pesada rutina de trabajo. Cuando no es posible la presencia de los padres, es bueno tener atención redoblada en relación a la persona que cuida de los niños y sobre los niños, pues de la misma forma que ellas pueden tener una buena relación, podrá ocurrir desplacer e insatisfacción de ambas si no existe afinidad entre el cuidador y el niño. Con relación al espacio físico, se debe tener muchos cuidados con la higiene en la instalación y en el agua. La piscina debe estar siempre limpia y el agua debe ser tratada químicamente, para evitar la proliferación de hongos, bacteria y gérmenes, una vez que los bebés orinan y evacuan en el agua. Para satisfacer algunos aspectos del aprendizaje y también la salud del bebé, el agua debe estar en una temperatura de 32º C. Eso puede variar 10

11 de acuerdo con la localidad y la realidad del sitio de la clase, piscina cubierta o descubierta, ciudad más caliente o fría; esa variación debe ser observada y será eficaz de acuerdo con la respuesta de los bebés. Los juguetes y objetos deben ser lavados con agua y jabón neutro y a ser posible secados al sol, para que estén siempre limpios, por que los bebés se lo llevarán a la boca. Al tacto de los bebés con el agua de la piscina, estando esta limpia y bien tratada, no habrá problemas, pues la cantidad injerida durante una clase es muy pequeña y la sensación para el bebé es extremamente agradable, una vez que la salinidad (el sabor) del agua recuerde al líquido amniótico. Seria ideal que hubiera mucha claridad, con juguetes, tapices antideslizantes y objetos adaptables al tamaño de los niños. Antes de inscribirse el bebé en una clase de natación, se deben verificar las condiciones de la piscina, el agua debe ser cristalina, presentar Ph de 7,4 a 7,6, nivel de cloro 2 ppm y temperatura media de 32º C. Lo ideal seria que esta piscina fuera utilizada solamente para clases de natación para bebés. El niño durante la fase de periodo sensorio motor (Piaget, 1990), que va desde el nacimiento al primer año de vida, adquiere habilidad y adaptaciones de tipo comportamental. En esta fase está descubriendo su capacidad de raciocinio y coordinación motora más fina, debido a ese factor los ejercicios se deben realizar a través de adaptaciones de estímulos y respuesta. También fortalece su relación con el mundo exterior; empieza a percibir el calor de la de la madre y la seguridad que ella le transmite. Percibe que suyo anillo de ligación con el medio es llorar. Empieza a sentir placer por el agua y las diferencias de temperatura. Los primeros baños son muy importantes para la adaptación al medio líquido ya que pueden considerarse el inicio del trabajo de natación para bebés. La manera con que los padres mojaran la cara o transfieren su calor a los niños, orientará futuros trabajos de aprendizaje de natación. Esos baños deben ser realizados en ambientes agradables sin muchas interferencias, para no distraer la atención del niño hacia otros estímulos (Fontanelli, 1990). La bañera no debe tener poca agua para evitar el frio en el bebé. Los juguetes y la música contribuyen a que el bebé se sienta seguro. Se recomienda mojar la cabeza gradualmente, para que el bebé se acostumbre. Estimular al bebé con movimientos de las manos, salpicar agua en su cara y procurar modificar las posiciones dentro de la bañera, en decúbito dorsal, sentado y ventral (Fontanelli, 1990). De los 4 al 8 meses el niño empieza a manejar el miedo externo. Llora cuando desea sentir el calor de su madre o saciar el hambre y cuando no quiere estar solo en la cuna sino en la cama de los padres. Es el mejor periodo para iniciar la natación, pues su inmunidad ya está más desarrollada y el ciclo de vacuna practicamente completado. 11

12 Al iniciar el trabajo de natación, se debe respetar la fase de adaptación y conocimiento del niño. Lo ideal sería pasear con el bebé en la escuela de natación o academia (gimnasio), para familiarizarlo con el sitio, con el profesor y con los otros bebés. Salpicar agua por el cuerpo y darle liberta fuera de la piscina; los cubos y bañeras alrededor de la piscina es una forma de estimular la entrada del bebé en la piscina. La madre debe caminar por la piscina, a fín de que el bebé reconozca el entorno. Procurar respetar los deseos del bebé es una forma de dejarle libertad y seguridad, y así descubrir por si mismo hasta donde desea llegar, ese es un momento delicado y cualquier imposición puede causar una frustración en el niño. De los 8 al 12 meses los juguetes juegan un papel importante, lo que antes era apenas atractivo para la atención de los bebés, pasa a tener significado. Ya de los 12 al 18 meses incluye en su universo la figura de personas que están con ellos esporádicamente, como los profesores de natación, abuelos, tíos y amigos, aumenta su relación. Los movimientos de las piernas son semejantes al de gatear y ello le permite percibir y entender mejor el medio ambiente. Y de los 18 al 24 meses, la relación con el medio ambiente se vuelve más real, aparecen las primeras señales de miedo. Tal vez esa fase sea la más difícil para iniciar la natación. Lo mismo para los bebés que practicaban. Por tanto se hace necesario tener cuidado y no estar alarmando al niño, tenemos que trabajar con estrategias positivas, expresiones de incentivo, como: No, puede entrar en la piscina solo, solamente puede con la mama o profesor, es mejor, pues asi tu podes jugar con nosotros, y otras. En esa fase la música es un gran recurso metodológico, el niño es capaz de cantar junto con el profesor y los amigos. También en esa fase puede empezar ha desarrollar movimientos de natación. Para Wallon (2000) la duración de cada estadio y las edades a las que corresponden son referencias relativas y variables, en dependencia de las características individuales y de las condiciones de existencia y también que el medio social se sobrepone al espacio biológico. Son la cultura y el lenguaje los que facilitan al pensamiento los instrumentos para su evolución. La simple maduración del sistema nervioso no garantiza el desarrollo de las habilidades intelectuales más complejas. Para desarrollarse precisan integrarse con la cultura. El dearrollo pedagógico en la natación para bebés se dará en progresivos grados (Conde y cols, 1997): 12

13 3 meses: realiza bloqueo respiratorios, observa el ambiente, realiza movimiento de brazos y piernas. Los movimientos se dan con ayuda del profesor. 6 meses: realiza bloqueo respiratorio, observa el ambiente, realiza movimiento de los brazos y la piernas que recuerdan el movimiento de gatear. Salta desde el borde en posición sentada y realiza movimientos en la agua con ayuda del profesor. La música tranquiliza y forma parte del anillo de ligación entre profesor y bebé. Se tonifica la musculatura para la posición sentada. 12 meses: mayor socialización, ya salta desde el borde y realiza movimientos en la agua sin ayuda del profesor, generalmente con flotadores, manquitos, etc. El reflejo de lo mecanismo respiratorio por oclusión de la glotis es innato e impide que el agua penetre en las vías respiratorias. También es capaz de coger y apretar las cosas. 18 meses: realiza movimientos en apnea de 10 a 30 segundos. Explora el medio subacuático, lo hace a través de la utilización del juguete, creando fantasías simbólicas, en esta fase es importante la introducción de cuentos y la utilización de la música. 24 meses: realiza movimientos similares a los estilos de natación, aunque algo rudimentarios. La partir de 24 meses, se percibe el aumento de la socialización y aumento de la conciencia. Surgen en este periodo lo primeros movimientos oriundos de la coordinación mas fina con movimientos mas caracterizados de los estilos. 5. AMAMANTACIÓN SUBACUÁTICA El momento más bonito de la clase de natación para bebés, es la parte de la relajación, que puede ser el momento de más interacción entre la madre y el bebé. En ese momento se proporciona volver al estado normal de las funciones físicas alteradas durante la clase. La amamentación es indicada para ese momento de la clase, por ser un acto que aproxima a la madre a su hijo, además es un acto de amor. Fontanelli (1999), dice que es una actividad única y natural, sin impacto y no lesivo para el aspecto físico y emocional de los bebés, recomienda que la práctica de natación para bebés sea estimulada, desde su fase de fecundación, con la intención de producir una excitabilidad del comportamiento. El profesor indica que esta forma de manisfestar la natación para bebés, desde los primeros momentos (momentos celulares), no es una actividad ecluxiva para niños que tengan problemas y es una activadad de educación, en que los padres y bebés pasan a conocerse más intensamente, principalmente en relación al potencial de cada uno. 13

14 Percibe que toda persona humana bien amada durante el proceso de gestación, viene a demostrar frecuentemente su amor, por el liquido caliente que lo envuelve. El estar el bebé en su baño en la bañera o en la piscina, con la participación constante de los padres (como si todos estuvieran en el mismo útero), o sea especialmente con las madres, viene a contribuir con una armonia fantastica, todo el amor por el anillo (bebé+agua+padres) que los envuelve (Fontanelli, 1999). Fontanelli (1999), describe la técnica y postura de la madre y bebé en el medio acuático, para que se pueda realizar el trabajo de la amamantación subacuática: Estará la madre inicialmiente recostada verticalmente y con los pies en lo suelo, junto a la pared de la piscina. El bebé se colocará junto al seno de la madre, en la posición en decubito horizontal y lateral, permaneciendo una de las orejas de los niños sumergida, permitiendo así el ajuste de la boca y mama, seguida de succión. Despues de los momentos iniciales de succión y acomodación, se pasa a obeservar más atentamente la dilatación del borde de las narices del bebé, cuando inspira, en este momento, se produce la inmersión, donde ocurre la succión y deglución del líquido exigido por el bebé. Esa coordinación entre inmersión y vuelta al nivel del agua debe ocurrir varias veces, entre la madre y bebé, y de forma suave, lenta y progresivamiente al punto de no desviar la atención de esa intima coordinación. En el momento exacto de la succión y deglución la orilla de las narices se cierran inhibiendo el fluido respiratorio (instinto de supervivencia) y por algúnos segundos continuan debajo del agua, chupando y deglutiendo la leche materna con mucha intensidad y sin respirar. Otra cosa que se debe observar para la realización de este trabajo es el estado de relajamiento de la madre, eso es importante para que el bebé pueda tener equilibrio. A través de la frecuencia y vivencia de la madre en el medio acuático, estará cada vez más confiada sobre como realizar este trabajo con su hijo. Ese trabajo (Fontanelli, 1999), tiene como meta estimular al bebé en cada momento de succión (orden neurológica), independiente del fluido respiratorio, se vuelve a realizar de forma más prolongada, necesitando cada vez más de leche materna. Con ese trabajo se produce un fortalecimiento terapéutico de toda la musculatura buco-maxilar, facial, del arco de la boca, de los pulmones, especialmente de la musculatura diafragmática. Un ejemplo claro de resultado con ese trabajo es el que se observa en los casos de niños con mocos adquiridos por gripe y resfriados, pasan a encontrar más facilidad en expulsar tal masa mucosa, debido al fortalecimento de todo un conjunto muscular. 6. CONSIDERACIONES FINALES 14

15 Podemos decir con certeza, que los niños estimulados en ese los primeros meses de vida en el medio acuático, donde tienen mayor liberdad y placer, recuerdan con mayor facilidad el útero materno, obtiene un desarrollo físico saludable y con ello adquiere condiciones psicologicas privilegiadas que le facilitará aprendizajes futuros. También, el bebé adquiere una mejor cualidad de vida, fortalece su organismo y sistema imunológico, siendo así, mejor la cualidad de vida de su familia. La natación beneficia a los bebés con estímulos significantes respecto a su desarrollo neuromotor, en su crecimiento afectivo y social, carácter psicologico y cognitivo. Es la actividad física más indicada para bebés de 0 la 2 años de edad, siempre y cuando se cuente con la orientación de un profesional conocedor de las etapas del desarrollo de los niños. Una cuestión importante en la natación para bebés, es principalmente proporcionar el aumento y profundizamiento de los lazos de amor entre la madre y su hijo, convirtiendo al niño en más saludable y con capacidades para encontrar un adulto tranquilo. Las clases de natación para bebés, se pueden convertir en momentos únicos, donde madres e hijos se dedican a si mismos, descubriendo maneras y detalles desapercibidos en el pasado, con el paso de día a día la natación para bebés se convierte en un acto de amor. Es un trabajo de amor, donde se evidencian claramente las emociones. Trabajar con bebés exige paciencia, cariño y respecto por los pequeños; es por eso que es facil apasionarse por ese trabajo, donde no hay sitio para la tristeza, solamente sonrisa y descubrimiento. Con el se descubren cosas maravillosas, de cada nueva expresión, no solo de los bebés, sino también de las madres que van superando límites y ansiedades de ver a sus hijos felices. Este artículo no quiere entrar en la polémica o ser diferente, tampoco pretende dictar reglas, sino que quiere demostrar que para trabajar con natación para bebés hay que tener amor y que ese amor de lugar a la búsqueda de nuevos conocimientos y tener la certeza de que esa busqueda sea constante, cada minuto, cada día, por que la natación para bebés no es nada más que un acto de amor. 7. REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS Ahr, B. (1994). Nadar com bebés y niños pequeños. Barcelona: Paidotribo. American Academy of Pediatrics (1985). Recomendations for infant swimming programs. Pediatrics, 75, 4. Camus, J. (1995). Las práticas acuáticas del bebé. Barcelona: Paidotribo. Carvalho, C. (1984). Uma perspectiva didáctica da natação. Ludens, 9, (1),

16 Carvalho, C. (1985). Contributo para uma definição de "saber nadar". Horizonte. II, (8), Carvalho. C. (1992). A didáctica da natação. Natação, V, (19), Dorado, R. (1990). Natación para bebés principios generales del método. Deporte, ócio y recreación, (6), Fontanelli, J. (1990). Nataçao para bebés. Sao Paulo Fontanelli, J. (1999). Amamentação subaquática. São Paulo: Grupo Origem Saúde, Trabalho e Cidadania. Fouace, J. (1980). Nadar antes de andar. Los niños anfibios. Barcelona: CEDEl. Guerrero, R. (1995). Guía de las actividades acuáticas. Barcelona: Paidotribo. Moreno, J. A. y Sanmartín, M. (1998). Actividades acuáticas educativas. Barcelona: INDE. Mota, J. (1990). Aspectos metodológicos do ensino da Natação. Porto: Edição da Associação de Estudantes da Faculdade de Ciências do Desporto e de Educação Física da Universidade do Porto. Ruiz, L. M. (1987). Desarrollo motor y actividades físicas. Madrid: Gymnos. Conde, E.; Pérez, F.; Torres, L. (1997). Educación infantil en el medio acuático. Madrid: Gymnos. Piaget, J. (1970). Science of education and the Psychology of the child. Viking. N.Y. Sarmento, P. y Montenegro, M. (1992). Adaptação ao meio aquático. Lisboa: Associação Portuguesa de Técnicos de Natação. Wallon, H. (2000). Uma concepção dialética do desenvolvimento infantil. Petrópolis: Vozes. 16