Problemas del arte y el oficio de narrar: quién cuenta la historia? PRIMERA PARTE UNA RELATORÍA DESDE JUAN JOSÉ HOYOS

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1 Problemas del arte y el oficio de narrar: quién cuenta la historia? PRIMERA PARTE UNA RELATORÍA DESDE JUAN JOSÉ HOYOS Por Jennifer Cortés Jiménez Comunicadora Social Pasa que todos los que pretendemos construir nuestra propia poética, es decir, convertir la realidad en palabras, e imprimir ideas intelectuales en el papel, normalmente nos asaltan las preguntas: cómo contaré la historia?, en qué tiempo lo haré?, cuáles serán los personajes?, qué detalles incluiré? Y esto se debe a que toda narración, relato o historia siempre es contada por alguien, que se sitúa en algún o algunos tiempos, pasan acciones hechas por sujetos que pueden ser personajes, y toda esta reconstrucción de la realidad se teje con los hilos de los detalles. Una respuesta simple para unas preguntas aparentemente sencillas que pueden dar pie a un amplio ramillete de opciones a tener en cuenta para responderlas. A continuación, haré una relatoría desde Juan José Hoyos, en la que contaré a grandes rasgos, las posibles opciones, caminos, formas o métodos que se podemos elegir para resolver dichos interrogantes. 1. Quién cuenta la historia? La respuesta parece evidente, el narrador; pero sucede, que éste es el primer personaje que el escritor debe inventar y pensar, ya que al no hacerlo, y desbordar su escritura, escribirá a ciegas y con la posibilidad de cometer bastantes errores. El narrador es el que cuenta y este debe ubicar su narración desde algún punto de vista al hacerlo, para el autor que puede ser o no ser el narrador, es una importante decisión que debe tomar a la hora de narrar. Existen muchas clasificaciones de narrador y puede que la más antigua sea la que lo asocia a la persona gramatical de la vos que cuenta la historia, este tipo de narrador cuenta la historia en primera persona. Contar en primera persona: implica concentrar la historia en un solo personaje, otorga verosimilitud a la narración y obliga al autor a ceñirse al personaje central, dado que solo puede contar lo que este ha visto, oído o hecho. Contar de esta forma provoca simpatía del lector hacia el narrador, pues concentra alrededor de él toda su atención. Lo negativo

2 de este modo de contar aparece cuando el narrador es también el héroe de la historia, y más si este habla bondadosamente de sus virtudes y hazañas. este método es verosímil pero su trama principal se despliega de forma muy lenta, y por ello el lector puede aburrirse y abandonar la lectura. El que narra hace todo en trabajo, filtra los demás personajes, que necesariamente pasan por él, se gasta mucho tiempo dando contexto a la acción, lo que baja el ritmo del relato. Este tipo de narración es muy exigente en cuanto al uso del lenguaje, ya que cada palabra que se escriba debe ir acorde con el carácter, la experiencia, la educación, el modo de ser del personaje que está narrando. De igual forma, Hoyos la contempla como uno de los cuatro modos básicos de contar en el periodismo. Método derivado de la primera persona: propuesto por Maugham, en esta variedad el autor cuenta la historia él mismo, pero él no es no es el héroe y la historia que narra no es la suya. Él es un personaje dentro de la historia, y está más o menos relacionado íntimamente con las personas que toman parte de ella. Él es el reflejo de las circunstancias y testigo, puede lamentarse, dar consejos, pero no ejerce ninguna influencia sobre el curso de los acontecimientos. El narrador y el lector se sienten unidos en su común interés por el personaje de la trama. Existe también otro modo de escribir y contar que no obliga al autor ni al narrador a ceñirse a un solo personaje, por el contrario le otorga mayor libertad. Contar desde la omnisciencia: desde esta forma el autor pude decir lo que piensa, describir sus emociones, justificar las acciones de los personajes y lo que resultará de ellas, puede jugar con el tiempo, pasar de un acontecimiento a otro, y al hacerlo, el autor debe meterse en la piel de los personajes, algo que sólo puede lograr si lleva en sí mismo algo de los personajes creados. Pero según advierte Maugham, este tipo de escritura corre el riesgo de ser inmanejable, prolija y difusa. Hoyos agrega que como no tiene límites, el narrador tiende a desbordarse, a hacer demasiado, por lo que la historia tiende a ser inverosímil. De ahí que este método narrativo es asociado frecuentemente a la pura ficción. Pero de igual forma, Hoyos la contempla como uno de los cuatro modos básicos de contar en el periodismo. Otra variación de la omnisciencia fue propuesta por Henry James, en ella el autor continúa omnisciente pero se concentra en un solo personaje. Hoyos la denomina para el periodismo, omnisciencia

3 limitada, y la contempla como uno de los cuatro modos básicos de contar en el periodismo. Contar desde la omnisciencia limitada: está más cercana a la percepción real que tenemos de la vida, habida cuenta de que uno mismo tiene restricciones de campo en su visión del mundo y de las cosas. Esta clase de narración emplea la tercera persona pero enfocada desde la perspectiva de la uno de los personajes y su particular modo de ver el mundo, por ello el narrador no evalúa a los personajes ni sus acciones. Debido a esto es necesario ser muy preciso en las descripciones, los diálogos y la relación de las acciones, y dar al lector las herramientas necesarias para que logre comprender la historia en un sentido consistente con el propósito de la narración. La principal dificultad de este punto de vista para el narrador es hacer simpatizar al lector con ese personaje central, y para ello debe sentar los incidentes de forma tal que lleven al lector a ese estado sin que evalúe los pensamientos y los caracteres de los demás personajes. Contar desde la narración objetiva: dice Hoyos que este es el método más difícil de todos ya que el que narra debe convencer al lector de que no está inmiscuido en la historia, y la ilusión de que ha contado la verdad de la misma. Su dificultad radica también en que sin los pensamientos de los personajes o la intrusión en la escena de los comentarios autorizados del narrador, al lector se la hace más difícil de entender. Para contrarrestar esto el narrador debe hacer descripciones muy precisas y reportar diálogos muy trabajados. Hoyos la contempla como uno de los cuatro modos básicos de contar en el periodismo. Desde los críticos modernos hasta los surgidos de la escuela estructuralista han problematizado mucho más el punto de vista, ya que este no implica solamente a la persona gramatical, si no la credibilidad del autor, su credibilidad, grado de conocimiento, cercanía o lejanía con la narración misma. Y por ello han hablado de autor implícito, además del autor real, han hablado igualmente de narrador homodiegético, el que está dentro de la narración, y narrador heterodiegético, el que está afuera.

4 Pero según Teresa Imízcoz, profesora de teoría literaria, de la narración se pueden hacer dos acepciones diferentes, mostrar y contar, y de ellas se derivan otros tipos de narradores. Narrador invisible: este narrador se inscribe bajo la narración que pretende mostrar, y con ella un narrador que cuente la historia con el mayor grado de invisibilidad, para que sólo tengan relieve los hechos sin resumirlos ni contarlos, este narrador aunque está allí no se deja ver pero dirige la narración. Narrador visible: este narrador se inscribe bajo la narración que pretende contar, le da prioridad a la voz que narra, insiste en que la ausencia total del narrador en el texto es imposible. Autor Implícito: se ubica en un nivel intermedio entre el autor real y el narrador, este tipo de autor fue planteado por el crítico Wayne C. Booth quien opina que una novela mostrada no es superior a una narrada, y que la presencia del autor en el texto es inevitable y fácil de detectar. Narrador objetivo: es aquel que hace presencia en la narración y personaliza el relato, dota al narrador de mayor objetividad ya en el caso del periodismo, este se presenta como investigador, como persona rigurosa y creíble. Esta narración objetiva fue distinguida por Teresa Imízcoz. Luego aparecerían otros narratólogos como Roland Bourgneuf y Rael Ouellet que hablan del punto de vista como un pacto narrativo que modera la relación entre narrador y narratario (sujeto hacia el cual está dirigida la narración) y lo definen como el punto óptico en el que se sitúa el narrador para contar la historia. Y este puede dramatizarla o narrarla. Dramatizar la historia es el modo narrativo de mostrar la historia escribiendo las escenas. La narración pura por su parte está apuntalada a la voz del narrador, por la cual pasan todos los hechos que se cuentan. Dentro de la historia de la narratología un autor que marco un hito en la teoría del narrador, en las últimas décadas, fue Gerard Genette, quien distingue tres niveles en la narración: La historia: es el contenido, los hechos narrados. El relato: equivale a la representación verbal

5 La narración: el acto de contarlo Luego de esto, y en palabras simples se postula que el modo narrativo responde a quién ve y desde qué perspectiva lo hace? Y la voz narrativa a quién habla? Como si fuera poco, el narratólogo Rimmon-Kenan, entra a postular nuevos tipos de narradores. De acuerdo con el nivel en que se sitúe el narrador habla de: Narrador extradiegético: situado en un nivel narrativo superior a la historia que se narra. Narrador intradiegético: se sitúa en el mismo nivel de la historia Narrador hipodiegético: narra una historia que está dentro de la historia principal. De acuerdo con la participación del narrador habla de: Narrador homodiegético: si participa como personaje Narrador heterodiegético: no participa en la historia Narrador homointradiegético: es el que está presente en la historia y participa en ella. Narrador heterointradiegético: presente en la historia pero sin participar en ella. En conclusión, dice Hoyos que sin querer agotar el tema, hay dos grandes clasificaciones de los puntos de vista: Puntos de vista interiores: se asocian por lo general a la narración en primera persona gramatical en la que el autor interviene en la historia. Puntos de vista exteriores: se asocian por lo general a las narraciones en las que prima la tercera persona gramatical. En ellas el autor permanece casi siempre por fuera de la historia en calidad de observador sin intervenir en ellos.

6 Finalmente, a los cuatro grandes modos de contar en el periodismo señalados por Hoyos: la primera persona, la omnisciencia, la omnisciencia limitada, el método objetivo. Este escritor señala que el siglo XX trajo con sí nuevos métodos de contar en el periodismo, al igual que el empleo simultáneo de varios, como fue el que introdujo el escritor irlandés James Joyse al emplear sincrónicamente dieciocho puntos de vista en su novela Ulises. En la que también empleo un punto de vista entonces desconocido. Flujo de conciencia o monólogo interior: en este punto de vista el narrador y el o los personajes pueden contar sus pensamientos, mientras que su acción se encuentra en reposo. Punto de vista polifónico: el narrador relata los hechos desde los testimonios, las voces de él o los protagonistas van contando los principales sucesos. Contar en segunda persona: en general es poco usado, y en su proceder el narrador cuenta la historia a alguien, conocido o desconocido. Puede causar confusión en el lector y elimina casi por completo el drama. El narrador también se puede contar la historia a sí mismo en segunda persona. Esta relatoría de Quién cuenta la historia? termina como terminó Hoyos este apartado de su texto: Con orden o sin él, con uno o con dieciocho puntos de vista, de todos modos ningún relato puede existir sin un narrador que lo cuente. Y el primer y tal vez más importante desafío que enfrenta todo escritor de relatos de ficción o de no ficción es encontrar un narrador y una voz que cuenten la historia. BIBLIOGRAFÍA BÁSICA HOYOS, Juan José (2003). Escribiendo historias el arte y el oficio de narrar en el periodismo. Editorial Universidad de Antioquia, colección Periodismo. Medellín. Pp