Se los había comido todos y no tenía en casa. Ágatha no le dio importancia. Salió a coger frutos para alimentarse, pues se dio cuenta de que Los

Tamaño: px

Comenzar la demostración a partir de la página:

Download "Se los había comido todos y no tenía en casa. Ágatha no le dio importancia. Salió a coger frutos para alimentarse, pues se dio cuenta de que Los"

Eduardo Piñeiro Moreno
hace 6 años
Vistas:

1 ÁGATHA Y LA NAVIDAD En un lugar lejano, en la montaña, vivía una niña llamada Ágatha. Un castillo abandonado era su humilde morada. Vivía allí todos los meses del año. Se alimentaba de los frutos cercanos, pero en invierno, había poca comida. Un día de mucho frío, pasaron cerca de su castillo unos niños cargados de adornos que colocaban en cada árbol con él que se cruzaban.

2 Se los había comido todos y no tenía en casa. Ágatha no le dio importancia. Salió a coger frutos para alimentarse, pues se dio cuenta de que Los niños iban adornándolo todo, pero uno se quedó rezagado. Tristán, ese era su nombre, se había perdido. Anduvo durante horas sin un rumbo fijo, hasta que divisó un castillo a lo lejos. Corrió hacia él, tropezando por los 73 centímetros de nieve, muerto de frío, dando gracias mentalmente. Al llegar, golpeó suavemente la puerta, pero al

3 empujarla, esta se abrió. Tristán entró sin saber qué hacer. Al entrar, se llevó una sorpresa. Él esperaba encontrar todo en ruinas, pero se encontró un salón con la chimenea encendida y la mesa puesta. Sin pensarlo, se atiborró de los frutos que había como único plato. Subió las escaleras y llegó a un cuarto, con telarañas y cama con dosel deteriorada. Se tumbó, y, al instante, se durmió.

4 Al despertar sintió que estaba mucho más despierto y caliente. Se estiró y tocó algo caliente y suave a su lado. Al mismo tiempo sintió una respiración que no era la suya. Miró al otro extremo de la cama y se pegó un susto tremendo! Una niña de piel clara y cabello oscuro y desaliñado yacía a su lado, con los ojos cerrados. Soltó un chillido y se cayó de la cama. La niña se desperezó, y se levantó de la cama. Vio al niño asustado en el suelo, y bufó: - Mira quién tenemos aquí! Te vi ayer por la noche, y te dejé quedarte. Pero ya es hora de que te vayas. - Pero, al menos, dime cómo te llamas! Y donde vives. El niño la miraba con los ojos abiertos como platos, y la niña contestó en voz baja:

5 -Me llamo Ágatha y vivo aquí, en la montaña. Pero no preguntes por qué. Ahora te toca a ti responder a mis preguntas. Se puede saber qué haces aquí?- A lo que él responde: -Venía con mis compañeros a adornar los árboles - Ágatha no le dejó terminar. - Por qué adornáis mis árboles!- El niño se impacientó y la dijo:

6 -Creía que lo sabías. Es Navidad.- Ágatha no comprendía. -No. No sé por qué. Ni siquiera sé qué son los regalos. Nunca nadie me ha hecho uno. El niño miró su reloj y se puso nervioso. -Me tengo que ir. Pero te prometo que me volverás a ver, y te prometo que tendrás regalos para Navidad.- Ágatha se despidió, asombrada por sus palabras. Durante los siguientes días, fue recibiendo paquetes misteriosos del tamaño de un pupitre, pero que en su interior había, nada más y nada menos, que un sobre rojo sin nada dentro. Ágatha les guardaba todos en una caja vieja, como una madre que protege a sus hijos. Un día la llegó el paquete de

7 siempre; pero ese paquete cambiaría su vida por completo. El mismo sobre rojo. Pero esta vez había una carta, roja que decía así: Hola Ágatha: Durante estos días he estado pensando en esta carta, en si te la mandaba o no. Al final me decidí. He aquí el mensaje que perturbaba mis pensamientos tan continuamente: Ágatha Querrías venir a vivir aquí, a Gavaldor, como mi hermana? Espero tu respuesta. Tuyo: Tristán

8 Ágatha gimió por tener que decidir sobre esa decisión ten difícil. Tomó una decisión: se mudaría allí, a Gávaldon, con Tristán. Añoraría todo; su cama que cruje, su mesilla roída por la carcoma, su lámpara que no funciona Hizo su equipaje (no contaba con más que con su camisón y la ropa que llevaba) sin olvidarse de la caja que guardaba esas cartas que tanto valían para ella. Después, escribió a Tristán

Tuvo que usar un papel amarillento porque no contaba con tiendas donde comprar

9 Ola, tristan, pensé en tu carta y tome una decisión. Ire contigo a Gavardon. Tu amiga: Agata sobre la decisión que había tomado. Tuvo que usar un papel amarillento porque no contaba con tiendas donde comprar folios. Su carta no tenía muy buena letra y contaba con muchas faltas, pero ella había aprendido a escribir por sí misma:

10 Salió de su castillo, echándole una mirada por última vez. Se puso en camino, y llegó en pocas horas. Al llegar, en la ciudad estaba todo adornado por motivos de la navidad. Es verdad! Se acordó, era seis de Enero. Intentó localizar la casa de Tristán. Al irse, le había comentado que estaba en la calle Morcillo Escultor número 4. Buscó durante media hora a base de preguntar, y allí estaba, Tristán, esperándola, con sus regalos de Navidad.

11 REALIZADO: LUCÍA CRIADO, ANDREI Y CLAUDIA GONZÁLEZ

Documentos relacionados

Un día, un ratón que viajaba de casa en casa, de agujero en agujero, y de las

Un día, un ratón que viajaba de casa en casa, de agujero en agujero, y de las garras de un gato a las garras de otro gato, decidió hacer el viaje más largo de su vida; viajar a la luna. Primero se mudó