ACUERDO GENERAL SOBRE ARANCELES ADUANEROS Y COMERCIO

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1 ACUERDO GENERAL SOBRE ARANCELES ADUANEROS Y COMERCIO RESTRICTED BOP/R/ da diciembre de 1986 Distribución limitada Comité de Restricciones a la Importación (Balanza de Pagos) INFORME SOBRE LA CONSULTA DE 1986 CON FILIPINAS 1. En cumplimiento de su mandato y de conformidad con el párrafo 12 a) del artículo XVIII del Acuerdo General, y la Declaración de las PARTES CONTRATANTES sobre las medidas comerciales adoptadas por motivos de balanza de pagos (IBDD, 26S/223), el Comité celebró el 10 de diciembre de 1986 una consulta con Filipinas, bajo la presidencia del Embajador P.-L. Girard (Suiza). De conformidad con el articulo XV del Acuerdo General, se invitó al Fondo Monetario Internacional a participar en dicha consulta. 2. El Comité tuvo ante sí los siguientes documentos: Documento de base presentado por Filipinas (con un Addendum sobre las medidas comerciales adoptadas entre el 7 de noviembre de 1985 y el 30 de septiembre de 1986) Medidas comerciales adoptadas entre octubre de 1984 y agosto de 1985 Documento de base preparado por la Secretaria Informes del FMIs "Phillppines - Recent Economic Developments", de fecha 26 de septiembre de 1986, y "Supplementary Information", de fecha 26 de septiembre de 1986 BOP/269 y Add.l y Corr.l B0P/253/Add.l BOP/W/104 Declaración preliminar del representante de Filipinas 3. El representante de Filipinas dijo que, desde que su país había comparecido por primera vez ante el Comité seis años antes, su Gobierno había fomentado un régimen de comercio más abierto y menos restrictivo con miras a mejorar la eficiencia de las industrias nacionales. La reforma arancelaria realizada a partir de 1981 había reducido la tasa media de protección efectiva, y en 1982 se habían liberalizado los procedimientos da importación y se habían reducido las reservas requeridas en relación con los depósitos marginales exigidos para la apertura de cartas de crédito a la importación. Sin embargo, los progresos hacia una mayor liberalización del comercio se hicieron después más lentos debido a la crisis en materia de divisas iniciada a finales de 1983, como consecuencia en parte de circunstancias externas desfavorables fuera del control de las autoridades de su país. En una situación externa insostenible, las reservas internado nales descendieron rápidamente. Para frenar la disminución de las reservas de divisas y asegurar que pudieran realizarse las importaciones esenciales» las autoridades pidieron en octubre de 1983 a los bancos extranjeros una

2 Página 2 moratoria de los reembolsos de sus préstamos y adoptaron un sistema de control de divisas. Todas las medidas relacionadas con el comercio adoptadas por el Gobierno de Filipinas durante este período se comunicaron a la Secretaría del GATT. Desde entonces, se han suprimido la mayoría de ellas. A. El representante de Filipinas indicó que a partir de 1984 se habían adoptado medidas encaminadas a estabilizar la balanza de pagos y reducir rápidamente la tasa de inflación. En el primer programa de reajuste -respaldado por un acuerdo de derecho de giro a 18 meses del FMI, el reajuste del calendario de las obligaciones exteriores de próximo vencimiento, nuevas facilidades crediticias y una línea de crédito al comercio de millones de dólares- se preveía la eliminación final de los controles de divisas, una política monetaria más restrictiva y una política fiscal contractiva. Se realizaron progresos sustanciales: en 1985 se restableció el equilibrio de la cuenta corriente, tras los déficit arrojados en 1983 y 1984, equivalentes al 8,1 por ciento y al 3,5 por ciento, respectivamente, del PNB; y en diciembre de 1985 se redujo al 5,7 por ciento la inflación, que había alcanzado su punto máximo -el 63,8 por ciento- en octubre de Sin embargo, la producción real y el empleo descendieron durante los años críticos de El nuevo Gobierno establecido en febrero de 1986 se fijó como objetivo lograr un crecimiento sostenido y equidad social a largo plazo. Al mismo tiempo quu se mantenían los progresos realizados en lo referente a las cuentas exteriores y los precios internos, había que aumentar el nivel de la demanda efectiva, inicialmente mediante estímulos fiscales; por otra parte, se adoptó una estrategia de desarrollo basada en el sector rural y orientada a la creación de puestos de trabajo para aprovechar la ventaja comparativa del país en la agricultura y la mano de obra. El programa de reforma estructural del nuevo Gobierno tenía por finalidad eliminar las anteriores distorsiones de la economía y exponerla a la competencia internacional con el fin de mejorar su eficiencia. El representante de Filipinas señaló que el FMI había respaldado el programa mediante la aprobación en octubre de 1986 de un nuevo conjunto de facilidades financieras por un total de 422 millones de DEG: 198 millones en forma de acuerdos de derecho de giro y 224 millones como financiación compensatoria. Se esperaba también que se reanudaran muy en breve las negociaciones con el Comité Asesor Interbancario, para el reajuste del calendario de los préstamos con vencimiento entre 1987 y 1992; las conversaciones con el Club de París se iniciarían a principios de En 1985 el PNB real descendió un 3,8 por ciento, situándose casi al nivel de El único sector que registró crecimiento durante el año fue la agricultura. Los ingresos per cápita disminuyeron al nivel de Descendieron la inversión bruta y el gasto público, y disminuyó el ritmo da crecimiento del gasto de consumo personal. La debilidad de la demanda interna, unida a políticas monetarias y financieras relativamente restrictivas, contribuyó a un rápido descenso de la inflación. Los tipos de préstamo y depósito bajaron de más del 30 por ciento en 1984 a menos del

3 Página 3 20 por ciento en 1985, y el déficit fiscal se mantuvo en alrededor del 2 por ciento del PNB. En cambio, en los nueve primeros meses de 1986 el PNB real no había descendido más que un 0,6 por ciento, lo que indicaba que la depresión económica de 1985 había tocado fondo. La tasa de inflación siguió disminuyendo, hasta situarse en el 1,1 por ciento, a raíz de la reducción de los precios del petróleo nacional como consecuencia de la baja de precio del petróleo importado. En 1986 la política monetaria fue más flexible y descendieron aún más los tipos de interés. El impulso de reactivación del gasto público se reflejó en un déficit fiscal más elevado durante ese período con relación al del año anterior, y se inició un programa comunitario de empleo y desarrollo para ayudar a generar oportunidades de empleo, especialmente en los sectores rurales. 7. En 1985 se eliminaron los atrasos en los pagos exteriores (2.200 millones de dólares), se negoció un nuevo conjunto de préstamos y se constituyeron reservas brutas. Se logró un superávit global de la balanza de pagos de millones de dólares (con la reestructuración), equivalente al 7,2 por ciento del PNB. Sin la reestructuración, la posición global de la balanza de pagos hubiera arrojado un déficit de 545 millones de dólares. Los resultados por cuenta corriente fueron muy positivos, como consecuencia del aumento de los ingresos en concepto de servicios y de la reducción de las importaciones; las exportaciones, sin embargo, descendieron un 14 por ciento tras la fuerte reacción experimentada en La debilidad de la demanda y la flojedad de los precios en los mercados mundiales afectó a los ingresos procedentes de las exportaciones tradicionales, como las de productos de coco, azúcar, productos forestales y concentrados de cobre; en cuanto a las de productos electrónicos, las más importantes del país de un solo grupo de productos, registraron un notable descenso como consecuencia de la depresión de la demanda de semiconductores. Los ingresos procedentes de las exportaciones de algunas manufacturas no tradicionales podrían haber aumentado más de no haber sido por las medidas proteccionistas adoptadas por algunos de los principales interlocutores comerciales. Continuó la depresión de las importaciones debido a la atoní i de la actividad económica interna y a la baja demanda de ciertos sectores de exportación dependientes de las importaciones; el valor de las importaciones de petróleo descendió bruscamente como consecuencia de la disminución de su volumen y de la baja de los precios. La relación de intercambio neta siguió siendo desfavorable para Filipinas. El aumento de los ingresos procedentes del sector de viajes, así como del gasto exterior en el país, elevó los ingresos en concepto de servicios, al mismo tiempo que la tendencia generalmente descendente de los tipos de interés internacionales y la menor cuantía de los pagos en concepto de fletes de mercancías, seguros y otros gastos de transporte contribuían a reducir los pagos por servicios. Incluyendo las transferencias netas, la cuenta corriente arrojó un déficit de 77 millones de dólares. 8. El superávit de la cuenta de capital no monetario aumentó de millones de dólares en 1984 a millones de dólares en El factor clave de esta mejora fue la reestructuración de obligaciones exteriores por unos millones de dólares. Sin tener en cuenta las

4 Página 4 deudas reprogramadas, la cuenta de capital hubiera arrojado un déficit da millones de dólares. 9. Durante los nueve primeros meses de 1986 la evolución de la balanza da pagos fue similar a la de Según las cifras preliminares, el superávit global ascendió a 720 millones de dólares con la reestructuración (sin ella, habría un déficit de 279 millones de dólares). El comercio da mercancías siguió arrojando déficit, a pesar da haber descendido las importaciones y aumentado ligeramente las exportaciones. Gracias al superávit neto de la cuenta de servicios, se registró un superávit por cuenta corriente de 928 millones de dólares. 10. Las reservas internacionales brutas eran a finales de septiembre de 1986 de millones de dólares, cifra equivalente a las importaciones de bienes y servicios del país de unos 2,6 meses, lo que representaba una notable mejora con relación a las cifras de 886 millones de dólares a finales de diciembre de 1984 y millones de dólares a finales de diciembre de El Gobierno perseguía el logro y mantenimiento de un nivel de reservas equivalente a las importaciones de bienes y servicios de 3-3,5 meses. Las obligaciones totales en divisas ascendían a finales da septiembre de 1986 a millones de dólares, cifra superior en un 5,9 por ciento a la de finales de diciembre de 1985, debido sobre todo a la revaluación. De ese total, alrededor del 20 por ciento eran obligaciones a corto plazo, con plazos de reembolso de un año como máximo, en tinto que el 80 por ciento restante tenia plazos iniciales de más de un año; esos porcentajes eran en 1983 del 37 y el 63 por ciento, respectivamente. El tipo de cambio del pesó frente al dólar de los Estados Unidos permaneció por lo general estable, contrariamente a la opinión muy extendida de que la liberalizaron cambiarla iniciada a mediados de 1984 daría lugar a una fuerte depreciación del peso. 11. El representante de Filipinas dijo que se preveía que en 1987 la cuenta corriente arrojaría un déficit moderado, con aumento de las importaciones a fin de lograr un crecimiento del 6-7 por ciento y poder atender los pagos de intereses de las obligaciones exteriores del país. Se preveía un aumento del déficit comercial, a pesar de proyectarse un incremento da las exportaciones del 8 por ciento. Se esperaba que el aumento de los pagos en concepto de servicios quedara compensado por el incremento de los ingresos en concepto de intereses y de los ingresos procedentes del turismo. Antes de la reestructuración y la obtención de nuevos créditos al déficit de la cuenta de capital sería más bajo, debido principalmente a la mayor utilización da los créditos al comercio. Se esperaba que el reajusta del calendario de las obligaciones exteriores y la disponibilidad de nuevos fondos, especialmente de acreedores oficiales, cubrieran el déficit de los pagos y permitieran un nuevo aumento de las reservas internacionales. El Gobierno de Filipinas seguia atribuyendo la máxima importancia al logro da una mayor productividad y una mejor competitividad, tanto en los mercados exteriores como en el interno, mediante la expansión y movilización del ahorro nacional, la mejora de la formación y el aumento de los trabajadoras especializados, la promoción de la competencia nacional y el mantenimiento

5 Página 5 de un sistema cambiarlo flexible que fomentara las exportaciones, en particular las de productos no tradicionales y de base agraria. 12. El representante de Filipinas señaló a la atención de los presentes las siguientes medidas aplicadas desde 1983 para mitigar la difícil posición exterior de pagos de Filipinas: a) moratoria de los reembolsos del principal de la deuda exterior (con exclusión de los créditos relacionados con el comercio y de la asistencia oficial al desarrollo); b) liberalización en octubre de 1984 de los controles adoptados en noviembre de 1983 sobre los pagos corrientes y del agrupamiento de los ingresos en divisas en el Banco Central; c) intensificación de los esfuerzos para promover las exportaciones, combinada con una prudente política monetaria para mantener los progresos realizados en el sector exterior y en el campo de la inflación. Se han simplificado los procedimientos de exportación para la mayoría de los productos básicos. Se han suprimido todos los impuestos a la exportación (excepto el aplicable a los troncos), así como la prohibición de exportación de copra. Se han desarticulado también los monopolios relativos al coco, el azúcar, la elaboración de carne, los cereales y los abonos, con lo que se ha restablecido el libre comercio de todos esos productos. Por otro lado, las reformas en materia de política comercial se han traducido hasta ahora en la supresión de las restricciones mediante el régimen de licencias de importación, la equiparación de los impuestos indirectos sobre los productos nacionales y los importados, y una reforma arancelaria en virtud de la cual se ha reducido el tipo arancelario medio del 43 por ciento en 1981 al 28 por ciento en 1985 y se ha bajado el tipo arancelario máximo del 100 al 50 por ciento. La liberalización de las prescripciones en materia de licencias de importación de bienes de consumo "no esenciales" y "sin clasificar", así como de otros productos, han representado la supresión entre el 12 de enero de 1981 y el 30 de septiembre de 1986 de los controles ejercidos sobre un total de productos. Añadió el representante de Filipinas que estaba prevista la liberalización gradual de los demás productos abarcados por el programa de liberalización de las exportaciones y aún sin liberalizar, que ascendían a unos 300, para no más tarde de abril de 1988, en cuya fecha preveía el Gobierno de Filipinas la aplicación total del programa. Estos productos, que representaban alrededor del 5 por ciento de las importaciones totales de 1985, eran principalmente productos intermedios, -resinas sintéticas, hilados e hilos textiles, productos de hierro y acero- y bienes de consumo -tejidos y prendas de vestir, frutas exóticas y diversos artículos no esenciales. Por otra parte, con efectos a partir del 12 de agosto de 1986 se había suprimido el requisito de recabar la aprobación del Banco Central para las importaciones de maquinaria y equipo, aeronaves y embarcaciones, por valor superior a dólares por mes natural y por importador. Declaración del representante del Fondo Monetario Internacional 13. El Comité invitó a hacer uso de la palabra al representante del Fondo Monetario Internacional, cuya declaración se reproduce integramente en el anexo.

6 Página 6 Posición y perspectivas de la balanza de pagos» para restablecer el equilibrio otras posibles medidas 14. Los miembros; del Comité expresaron su reconocimiento por la buena y completa información facilitada por Filipinas en la documentación presentada y en la declaración de su representante, que había dado al Comité una visión de la posición de la balanza de pagos de Filipinas, así como de sus políticas comerciales, financieras y monetarias, mucho más clara que la que hasta ahora tenía. 15. Algunos miembros pidieron aclaraciones en cuanto a la política cambiarla seguida por Filipinas; preguntaron, en particular, si iba a dejarse que el peso flotara con entera libertad con relación al dólar de los Estados Unidos. Se pidió también más información en cuanto a los objetivos a largo plazo de la política encaminada a la estructuración de la deuda exterior, sobre los esfuerzos que se estaban realizando para promover las exportaciones y sobre la función, importancia y perspectivas de la balanza de servicios en la balanza por cuenta corriente. 16. En respuesta, el representante de Filipinas indicó que, en tanto que durante el Gobierno anterior la rigurosa política monetaria aplicada por medio de la emisión de billetes del Banco Central había surtido el efecto de sostener el tipo de cambio, la política seguida desde febrero de 1986 consistía en dejar que fuera el mercado el que determinara el tipo de cambio. La intervención del Banco Central se limitaba actualmente a suavizar las fluctuaciones estacionales del tipo de cambio, que no gozaba de ningún tipo de protección. No había habido nuevas emisiones del Banco Central, sino, por el contrario, algunas retiradas. Como se había indicado en la declaración preliminar, el tipo de cambio del peso con relación al dólar de los Estados Unidos había permanecido estable e incluso se había apreciado ligeramente desde febrero de 1986, a pesar de la política de no intervención. En cuanto al perfil de la deuda, el principal objetivo del Gobierno al negociar con sus acreedores era reducir el peso del servicio da la deuda y la relación global deuda exterior-pnb. Se preveía que ésta sería de más del 90 por ciento en 1986; sin embargo, se esperaba que, con la reestructuración, pudiera reducirse para 1992 la relación servicio de la deuda-pnb del 5,8 al 2,8 por ciento y que bajara la relación deuda exterior total-pnb al 62 por ciento. Ello aumentaría las posibilidades de Filipinas de liberarse de su dependencia de la deuda. 17. Los esfuerzos encaminados a la promoción de las exportaciones estaban estrechamente vinculados a la liberalización del comercio en curso en Filipinas. El objetivo era mantener y aumentar la competitividad de las exportaciones mediante un tipo de cambio apropiado, la liberalización de las importaciones (entre ellas, en particular, las de insumos para sectores exportadores en potencia) y la reducción al mínimo de la intervención estatal en la industria. Contestando a una pregunta de otro miembro sobra la diversificación de los productos y mercados de exportación, el representante de Filipinas señaló que últimamente había hamdo ciertas indicaciones alentadoras. La diversificación de la producción destinada a la

7 Página 7 exportación podía originarse tanto del desarrollo de las oportunidades de mercado como de la liberalización de las condiciones para la expansión de la producción de exportación. El Gobierno se proponía arbitrar un servicio de información completa sobre las posibilidades de exportación. 18. En lo que se refería al sector de servicios, era difícil predecir la tendencia que seguirían en el futuro los ingresos en divisas. El representante de Filipinas señaló que los ingresos en concepto de viajes y turismo no habían descendido y se esperaba que aumentaran. 19. Un miembro pidió información sobre las medidas adoptadas por las autoridades filipinas, o que éstas se propusieran adoptar en el futuro, para fomentar la inversión exterior. El representante de Filipinas indicó que se había emprendido un activo programa de venta de las acciones de sociedades anteriormente propiedad del Estado, con inclusión de la conversión de la deuda de dichas sociedades en acciones. Por medio de este programa, que estaba ya teniendo resultados satisfactorios, las autoridades trataban de fomentar una mayor participación del sector privado en la economía. La política general del Gobierno era promover las inversiones exteriores directas, con preferencia a los préstamos a largo y medio plazo; con tal fin, se habían refundido en el Código General de Inversiones de 1986 las leyes y procedimientos en materia de inversión, se había establecido en el Ministerio de Comercio e Industria un sistema de información sobre todos los aspectos de la inversión exterior, y se habían añadido algunos incentivos a la inversión para fomentar un aumento del empleo y dar estímulos fiscales. El representante del Fondo Monetario Internacional observó a este respecto que el sistema de conversión de la deuda en acciones al que antes se había referido daba lugar a la única restricción en materia de divisas que aún quedaba, sujeta a la jurisdicción del Fondo. Sistema, método y efectos de las restricciones 20. Se formuló una serie de preguntas sobre los tipos y alcance de las medidas aún vigentes en materia de importación o de divisas, así como sobre su grado de justificación por motivos de balanza de pagos. Se indicó que en el párrafo 53 del documento de base de Filipinas (BOP/269) se hacía referencia al répimen de licencias de importación, a las limitaciones de las ventas de divisas para la importación de bienes de consumo clasificados como "no esenciales" o "sin clasificar" y a la exigencia de depósitos marginales equivalentes al 25 por ciento de la cuantía de las cartas de crédito que hubieran de abrirse. Algunos miembros preguntaron si todas estas medidas obedecían a motivos de balanza de pagos y si eran las únicas de ese tipo. Se pidió también información acerca de si los productos sujetos al régimen de licencias de importación eran también los sujetos a limitaciones en materia de divisas. Se pidieron aclaraciones sobre si se aplicaban otros tipos de depósitos marginales que no fueran del 25 por ciento. Se invitó a las autoridades filipinas a que facilitaran una lista completa de los productos aún sujetos al régimen de licencias de importación y especificaran la justificación de las distintas restricciones con arreglo a los artículos pertinentes del Acuerdo General. Se formularon

8 Página 8 también preguntas sobre la práctica aplicada de exigir el pago de los aranceles en el momento de la apertura de las cartas de crédito, en vez de en el momento de la importación, así como sobre la alineación de los impuestos indirectos mencionada en el párrafo 51 del documento de base de Filipinas. Se pidieron también aclaraciones en cuanto a la justificación del mantenimiento del impuesto sobre las exportaciones de troncos. 21. En respuesta, el representante de Filipinas manifestó que todas las restricciones en materia de divisas establecidas en 1983, incluidas las aplicables a los productos "no esenciales" y "sin clasificar", se habían liberalizado ya. También se habían liberalizado en agosto de 1985 otras restricciones anteriores a la crisis de 1983 relativas a las reservas de divisas de los bancos comerciales. Así pues, las únicas restricciones a la importación aún vigentes por motivos de balanza de pagos eran las aplicadas mediante el sistema de licencias de importación, que abarcaba actualmente a unos 300 productos que representaban, comn se había indicado en la declaración preliminar, alrededor del 5 por ciento de las importaciones. Por otra parte, no todos los casos comprendidos en el régimen de licencias de importación se justificaban por motivos de balanza de pagos; en algunos de ellos las restricciones obedecían a razones justificables con arreglo a otros artículos del Acuerdo General: salud, seguridad nacional, etc. Las autoridades de Filipinas facilitarían al GATT una lista completa de los productos aún sujetos al régimen de licencias de importación, con indicación del calendario fijado para su liberalización. Las restricciones a la importación justificadas por motivos de balanza de pagos aún vigentes habrían quedado eliminadas gradualmente a finales de abril de Los tipos de los depósitos marginales exigidos a la apertura de las cartas de crédito podían oscilar entre el 25 y el 70 por ciento de la cuantía de éstas. Estaban exentas de este requisito las importaciones realizadas por productores exportadores, instituciones estatales e industrias esenciales. Añadió el representante de Filipinas que la exigencia de esos depósitos no obedecía a una medida del Gobierno sino que los había establecido la Asociación de Bancos de Filipinas. El Banco Central había establecido prescripciones en materia de reservas para la realización de tales depósitos con el fin de proteger a los importadores. Estas disposiciones estaban siendo actualmente objeto de examen. 23. El representante de Filipinas señaló a la atención de los presentes la reforma arancelaria emprendida entre 1981 y 1985, que había reducido considerablemente el tipo medio y el ámbito de los aranceles. El pago anticipado de los aranceles en el momento de la apertura de las cartas de crédito era una medida fiscal encaminada a mejorar la recaudación de impuestos. En cuanto a los impuestos indirectos, en virtud del Decreto da Reforma del Impuesto sobre las Ventas, de 1985, se hadían eliminado todos los recargos diferenciales aplicados, a efectos del impuesto sobre las ventas, a los productos de fabricación nacional y a los importados. Se habían unificado también los tipos del impuesto sobre las ventas aplicados a los productos de fabricación nacional y a los importados, excepto en los casos mencionados en el párrafo 51 del documento de base (cigarrillos y

9 Página 9 automóviles). Esta unificación estaba en armonía con la Decisión de las PARTES CONTRATANTES da 27 da noviembre da 1984 (IBDD, 31S/7), en virtud da la cual se daba da placo a Filipinas hasta al 31 da diciembre de 1989 para realizar los necesarios ajustas. En cuanto a los troncos, seguía vigente el impuesto a la importación fundamentalmente por razonas ecológicas. Conclusiones 24. El Comité observó que, desda la última consulta celebrada, Filipinas había aplicado un conjunto equilibrado da políticas da reajuste interno y externo, con inclusión de medidas fiscales y monetarias, políticas encaminadas a la liberalización del comercio y del control de divisas, y politicas cambiarías flexibles, que habían conducido a una mejora considerable de la situación da la balanza de pagos. Señaló que había también contribuido en gran medida a esa evolución la reestructuración da la deuda exterior. Observó asimismo el Comité que las restricciones a la importación aún vigentes, abarcadas por el actual programa, tenían un ámbito limitado, y acogió con satisfacción la promesa da Filipinas de notificar detalladamente al GATT todas esas medidas aún en vigor. 25. El Comité animó a las autoridades de Filipinas a mantener sus politicas de reajuste, liberalización y flexibilidad en cuanto al tipo de cambio, y expresó la esperanza da que tales políticas condujeran a una mejora sostenible de la situación de la balanza de pagos filipina. Reconoció la importancia que tenia para Filipinas seguir contando con el apoyo financiero exterior. Por último, el Comité expresó asimismo la esperanza de que las restricciones aún vigentes quedaran eliminadas gradualmente de acuerdo con el calendario establecido por las autoridades filipinas y mencionado en el párrafo 21 supra.

10 Página 10 ANEXO Declaración del Representante del Fondo Monetario Internacional La economía filipina se ha visto desfavorablemente afectada desde comienzos del presente decenio por la prolongada recesión internacional, la consiguiente degradación de la relación de intercambio y el constante aumento de la deuda externa y de la carga que representan los intereses. Hasta 1983 la demanda de importaciones se mantuvo a niveles insostenibles en el marco de una política nacional de apoyo de un ambicioso programa de inversiones. Como la tasa nacional de ahorro siguió siendo baja, los gastos de inversión hubo que financiarlos en medida creciente mediante préstamos contratados en el extranjero con plazos de vencimiento relativamente cortos. A partir de 1980 se introdujeron programas destinados a liberalizar el régimen comercial y el sistema financiero y a mejorar los incentivos a la exportación y a la inversión, pero el ritmo de aplicación de estos programas resultó demasiado lento para contrarrestar los crecientes desequilibrios observados tanto en el plano interno como en el externo. El crecimiento anual del PNB real, que había arrojado un promedio del 6 por ciento durante el período , quedó reducido a solamente el 2 por ciento durante y la inflación empezó a acelerarse a partir de Entre 1980 y 1983 el déficit de la cuenta corriente externa se acrecentó y pasó del 5 al 8 por ciento del PNB, la deuda externa a corto plazo aumentó hasta representar más del 40 por ciento de la deuda total, y la ratio del servicio de la deuda experimentó un fuerte aumento y se situó en el 33 por ciento. Los atrasos acumulados en los pagos al exterior alcanzaron sumas considerables y las reservas brutas descendieron a un nivel critico. Todo esto llevó a las autoridades a solicitar en octubre de 1983 una moratoria para el pago del capital de los préstamos que llegaban a su vencimiento. Al mismo tiempo se impusieron restricciones cambiarlas y comerciales mucho más estrictas y se estableció un sistema centralizado de cesión de divisas y asignación de lar nismas para usos prioritarios. Se limitaron severamente las importaciones de bienes de consumo al someterlas al requisito de la aprobación previa y se suspendieron las de una seria de productos especificados. No obstante, los pagos al exterior atrasados siguieron acumulándose sustanclalmente, incluso los que las autoridades consideraban de la mayor prioridad. Los controles cambiarlos y comerciales más estrictos, junto con las dificultades para financiar el comercio por los medios tradicionales, permitió reducir a la mitad el déficit de la cuenta corriente externa, que en 1984 descendió al 4 por ciento del PNB. Esto contribuyó a su vez a que disminuyera la producción, lo cual, unido al rápido y constante crecimiento del crédito, propició una aceleración de la inflación. El PNB real descendió en 1984 cerca de un 7 por ciento y la tasa de inflación a 12 meses alcanzó un máximo de más del 60 por ciento hacia finales del tercer trimestre. A pesar de las nuevas medidas adoptadas en relación con los ingresos, el presupuesto gubernamental siguió siendo una fuente de dificultades para la política monetaria, en tanto que

11 Página 11 las instituciones públicas de financiación requerían sumas cada vez mayores de recursos del Banco Central para hacer frente al vencimiento de garantías sobre obligaciones externas del sector privado. En los últimos meses de 1984 se fueron aplicando progresivamente importantes medidas de ajuste, en particular una política monetaria más rigurosa para contener la demanda interna y reducir la inflación, y una reforma del sistema cambiarlo para mejorar el equilibrio externo y eliminar los atrasos en los pagos. El nuevo sistema cambiarlo, anunciado en octubre de 1984, comprendía un tipo de cambio flotante y la supresión de las normas sobre cesión y asignación administrativa de divisas. Se renunció al sistema prioritario de asignación de divisas para la importación v se procedió a clasificar las importaciones en libres, liberalizadas, reguladas, suspendidas y prohibidas. El esfuerzo de ajuste, que comprendía también cambios estructurales en ciertos sectores, y concretamente en la agricultura, se vio complementado por un acuerdo de derecho de giro con el Fondo de 18 meses de duración, a partir de diciembre de Se proporcionó una asistencia exterior adicional en forma de reestructuración de la deuda con acreedores oficiales y concertación de una transacción financiera con un banco comercial consistente en la reestructuración de la deuda, el establecimiento de una línea de crédito comercial rotatorio a corto plazo y la concesión de nuevos préstamos por valor de 925 millones de dólares EE.UU. El rigor de la política monetaria se mantuvo durante la mayor parte de 1985 y los tipos de interés empezaron a arrojar tasas fuertemente positivas en términos reales. Los presupuestos del Estado exigieron un aumento de la financiación interna, debido a que los ingresos fueron inferiores a lo previsto y a que no se logró reducir suficientemente el gasto, pero el déficit consolidado del sector público disminuyó gracias a los mejores resultados obtenidos por las grandes empresas públicas de carácter no financiero. La austeridad monetaria contribuyó a la fuerte reducción de la inflación, que a finen de 1985 era inferior al 6 por ciento, pero contribuyó a la vez a ocasionar un nuevo descenso, de cerca del 4 por ciento, del PNB real. Otros factores que contribuyeron de manera importante a los pobres resultados obtenidos en materia de crecimiento fueron los retrasos en la aplicación de reformas estructurales de crucial importancia, la pérdida de confianza de los inversores a causa de la creciente incertidumbre política, y el clima internacional poco favorable para el crecimiento de las exportaciones. Se retrasó en particular la liberalización de las importaciones de más de partidas, prevista para fines de El descenso de la actividad económica se tradujo en una nueva y fuerte caída de las importaciones, y esto, junto con el aumento de los ingresos netos por servicios, permitió equilibrar en 1985 la cuenta corriente exterior. Conforme a lo previsto, para fines de 1985 se puso término a los atrasos en los pagos al exterior y se reconstituyeron las reservas oficiales brutas, que superaron los millones de dólares EE.UU. En 1985 se dio fin a un programa cuatrienal de reforma arancelaria, en virtud del cual se redujeron los derechos más altos y los tipos medios. En diciembre de 1985 se suprimió el recargo general sobre las importaciones,

12 Página 12 que había empezado a aplicarse en abril de 1983 a una tasa del 3 por ciento y que ulteriormente se había elevado al 10 por ciento. Durante el primer trimestre de 1986 la evolución económica se vio muy influenciada por las elecciones presidenciales celebradas a principios de febrero. El exceso de gastos gubernamentales durante este periodo, junto con la percepción de unos ingresos inferiores a los previstos, dio lugar a un déficit gubernamental de millones de pesos, es decir, cerca de una tercera parte del déficit previsto para el año. El finaneiamiento del déficit obligó a hacer uso repetidamente de los recursos del Banco Central, muy solicitados ya por el Banco Nacional de Filipinas a causa de las importantes sumas que se estaban retirando en vista de la incertidumbre política. Estos acontecimientos dieron lugar a una fuerte expansión de la base monetaria, que fue sometida a control a raíz del cambio de Gobierno. Al restablecerse gradualmente la confianza se logró también reducir los tipos de interés a partir de las elevadas cotas alcanzadas a comienzos de febrero. El restablecimiento de la confianza se reflejó en el plano exterior en un nuevo incremento de las reservas brutas, que se elevaban a millones de dólares EE.UU. en el tercer trimestre de La fuerte depreciación del peso (de 19 a 22 pesos por dólar EE.UU.) en el período inmediatamente posterior a las elecciones dio paso a una apreciación (para volver a un nivel de aproximadamente 20,5 pesos por dólar). No obstante, en conjunto la competitividad internacional de Filipinas, medida en función del tipo de cambio efectivo del peso, se mantuvo al mismo nivel o a un nivel ligeramente superior al de octubre de 1964, fecha en que se adoptó el sistema de cambios flotantes. A raíz de las elecciones, el nuevo Gobierno acometió un programa económico general con la ayuda de un acuerdo de derecho de giro de 18 meses concertado con el Fondo, que entró en vigor el 24 de octubre de El programa se centra principalmente en la corrección de antiguas debilidades estructurales y la creación de condiciones estables que permitan un crecimiento sostenido. Para poner en marcha la recuperación económica, en el segundo semestre de 1986 se concedería un estímulo fiscal transitorio derivado de un incremento de la inversión pública y de los gastos de mantenimiento. Se espera que en 1987 la actividad privada propicie y refuerce el crecimiento, en respuesta a la mejora del clima económico que se producirá cuando estas reformas de vasto alcance estén plenamente en aplicación. Paralelamente, se prevé que el déficit gubernamental se reduzca en 1987 al 2,4 por ciento del PNB, frente al 4,4 por ciento en 1986, reflejando también una mejor movilización de los ingresos. Se espera que las políticas estructurales contribuyan a reducir el déficit consolidado del sector público, con lo que se podrían aligerar las presiones a que se ven sometidos los recursos financieros nacionales y reducir los tipos de interés, circunstancia que propiciaría a su vez la recuperación del sector privado. El programa irá acompañado de una politica monetaria concebida ya de manera que responda a las necesidades de la recuperación prevista sin reactivar la inflación, que se espera siga siendo del orden del 5-6 por ciento. Se prevé que la cuenta corriente exterior arroje un pequeño superávit en 1986 y un déficit de alrededor del 1 por ciento del PNB en No obstante, y debido a la magnitud de las amortizaciones a que ha de proceder Filipinas, para hacer frente a importantes

13 Página 13 carencias de financiación externa será necesario reestructurar de nuevo la deuda con los acreedores privados y oficiales y acelerar la puesta a disposición de los créditos existentes. Los cambios estructurales más importantes que aporta el programa son la reforma fiscal, la liberalización de las importaciones, la reorganización de las instituciones públicas de financiación, y la reforma agraria, particularmente en sectores tradicionales como los del azúcar y el coco. En términos generales, la finalidad de estos cambios es reducir la intervención del Estado en la economía, reorientar el proceso de desarrollo hacia el sector rural y el sector de la exportación, y promover una economía más competitiva y abierta al exterior mediante la liberalización del comercio y el mantenimiento de una política cambiarla flexible. En lo concerniente a la política comercial, la liberalización de más de partidas -que representaban alrededor del 8 por ciento de las importaciones de 1984-, programada originalmente para finales de 1985, comenzó en serio en mayo de 1986, Para finales de septiembre de ese último año se habían liberalizado 929 partidas, que comprenden principalmente materias primas y bienes intermedios no producidos en el país. Se han suprimido todas las restricciones cambiarías de la competencia del Fondo que fueron introducidas después de octubre de Las autoridades se proponen liberalizar para abril de 1988 las partidas que faltan de la lista de liberalización convenida. El programa de reajuste de Filipinas contempla toda una serie de medidas que, si se aplican puntual e íntegramente, contribuirán a lograr la esperada recuperación económica y consolidar los progresos recientemente realizados en el frente externo. El éxito del programa dependerá esencialmente del entusiasmo con que responda el sector privado al favorable clima de inversión creado por las reformas institucionales y estructurales, que se han formulado en estrecha colaboración con el Fondo y con el Banco Mundial. De cara al exterior, será necesario fortalecer la balanza de pagos mediante la creación de un clima que fomente el crecimiento y la diversificación de las exportaciones a medio plazo, manteniendo al mismo tiempo la flexibilidad cambiarla. El Fondo celebra que Filipinas mantenga un sistema cambiarlo casi exento de restricciones sobre los pagos y las transferencias para transacciones internacionales corrientes, así como las medidas recientemente adoptadas para liberalizar las restricciones a la importación; las restricciones a la importación que quedan están destinadas principalmente a proteger ramas de producción nacionales o a salvaguardar la salud y la seguridad nacional. El Fondo alienta a las autoridades a proseguir sus esfuerzos de liberalización del comercio y reforma de los aranceles, que serán esenciales para fomentar el fuerte crecimiento de las exportaciones que se necesita para una recuperación económica sostenida y para restaurar de forma duradera la viabilidad de la balanza de pagos. El Fondo se felicita a este respecto de que las autoridades se hayan comprometido a seguir liberalizando las rascantes restricciones a la importación.