Marzo 05 de 2015 POR QUÉ GASTÁIS EL DINERO EN LO QUE NO ES PAN?

Transcripción

1 Marzo 05 de 2015 POR QUÉ GASTÁIS EL DINERO EN LO QUE NO ES PAN? Isa 55:1 A todos los sedientos: Venid a las aguas. Y los que no tienen dinero, venid, comprad, y comed. Venid, comprad, sin dinero y sin precio, vino y leche. Isa 55:2 Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien; y se deleitará vuestra alma con grosura. Isa 55:3 Inclinad vuestros oídos, y venid a mí; oíd, y vivirá vuestra alma. Y haré con vosotros pacto eterno, las misericordias firmes a David. 1 / 6

2 Tremenda y maravillosa invitación hecha por el Señor. Lo primero para notar es que la invitación es hecha a los sedientos, es decir que quienes no tengan sed no estarán interesados en ir a las aguas; también es interesante que se dice venid y no id a las aguas, pues estas aguas a las que se nos invita, son la misma Vida del Señor Jesús el Cristo nuestro salvador. Es la invitación a ser sumergidos en las corrientes, en el río del Espíritu, y no solo hasta los tobillos, o hasta las rodillas, ni siquiera hasta la cintura, sino hasta que no podamos hacer pie y perdamos el control para que el Santo Espíritu tenga el gobierno completo y total de nuestro ser. Es decir, mientras no seamos completamente sumergidos en Sus aguas salutíferas (De Salvación y Salud), todavía habrá mezcla, contaminación y levadura. Pero recordemos que hemos sido bendecidos con toda bendición espiritual en bienes celestiales en Cristo-Jesús; conforme fuimos elegidos desde antes de la fundación del mundo para ser presentados delante de Él, santos, sin mancha, ni arruga, ni cosa semejante; para ser presentados en Amor, en Su Amor. En la fiesta que está por ser celebrada, la fiesta de los Tabernáculos, no se permite la levadura, no se permite nada de la carne, nada del viejo hombre; solo se podrá participar habiendo sido completamente sumergidos, bautizados en la naturaleza de Cristo, habiendo perdido el control, habiendo perdido nuestra propia vida. Otro asunto muy interesante es que la invitación es para comprar sin dinero, cosa que es una locura para el mundo en que vivimos, pues en este sistema gobernado por el príncipe de la potestad del aire, sólo se puede comprar con dinero, es más, en tiempos muy cercanos, solo se permitirá comprar y vender a quienes tengan la marca del sistema de este siglo. Parece ser que quienes hayan estado y estén sirviendo al dinero, no estarán interesados en absoluto en comprar las cosas que se adquieren sin dinero, las cosas verdaderas y perdurables (el vino y la leche: la Vida del Señor); pues todo lo demás que se compre con dinero es temporal y perecedero, y las gentes con dinero se ocuparán de comprar cosas materiales, sin saber que la vida del hombre no consiste en las cosas que posee. 2 / 6

3 Se nos invita a hacer tesoros en el cielo y no en la tierra, pues en el cielo no hay ladrones ni polillas. En el libro de Apocalipsis también se nos anima a comprar oro refinado en fuego, entendiendo que el oro nos habla de la naturaleza de Cristo, y el fuego, de Sus tratos para desatarnos y transformarnos a Su imagen. Este oro, desde luego, también se compra sin dinero. En seguida se nos pregunta que por qué gastamos el dinero en lo que no es pan y el trabajo en lo que no sacia. En qué estamos invirtiendo el tiempo, el trabajo y los recursos que tenemos en las manos? Recordemos que el pan de Vida es el Señor. El Señor venció al mundo y ha prometido quebrar el yugo de opresión de Babilonia sobre su pueblo, tornar nuestra cautividad al mundo, a la carne y al dios de este siglo (rey de Babilonia): Isa 14:24 El SEÑOR de los ejércitos juró, diciendo, se hará de la manera que lo he pensado, y será confirmado como lo he determinado; Este versículo se encuentra dentro de un pasaje donde se está hablando de quebrar el yugo de opresión sobre Su pueblo. Isa 14:3 Y será que en el día que el SEÑOR te diera reposo de tu trabajo, y de tu temor, y de la dura servidumbre en que te hicieron servir, Isa 14:4 entonces levantarás esta parábola sobre el rey de Babilonia, y dirás: Cómo cesó el opresor, cómo cesó la ciudad codiciosa del oro! 3 / 6

4 Recordemos que el yugo de Babilonia no es sólo religioso, la libertad completa no consiste solamente en ser sacados de la ciudad de la religión, de las estructuras, orden y ritos de los hombres; también debemos ser llevados a depender completamente del Señor, a ser sacados totalmente de la vida de Adán e introducidos en el Monte de Su heredad, a no conformarnos ni a seguir la corriente de este siglo. El Señor desea un pueblo que no vive para sustento y abrigo, sino que apunta al blanco correcto, que busca primero Su Reino, que Él sea el Rey, el Señor; es decir que busca primero lo que el Señor quiere y desea, sabiendo que lo que necesitamos nos será añadido. Es decir, vivir para Él y no para nosotros mismos ni para las cosas del mundo. Mucho del pueblo del Señor se encuentra invirtiendo y buscando en las cosas del mundo, siguiendo la corriente de este siglo. Cuánto tiempo y dinero se invierte en conseguir certificados otorgados por los centros educativos de este mundo, en ser preparados por el mundo para las cosas del mundo? Incluso llegamos a meternos en deudas para obtener dichos certificados y poder así formar parte del mundo. Me encontraba precisamente en este trabajo y yugo, cuando el Señor habló a mi corazón y me mostró el certificado que Él deseaba para sus redimidos. 1Jn 3:16 En esto hemos conocido la caridad de Dios, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los Hermanos. 1Jn 3:17 Más el que tuviere bienes de este mundo, y viere a su hermano tener necesidad, y le cerrare sus entrañas, cómo permanece la caridad de Dios en él? 1Jn 3:18 Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino con obra y de verdad. 4 / 6

5 1Jn 3:19 Y en esto conocemos que somos de la verdad, y tenemos nuestros corazones certificados delante de él. El verdadero certificado que debemos buscar y por el cual debemos invertirlo todo es el de llegar a amar con Su amor, pero basta ya de invertir el dinero y el trabajo en las cosas del mundo. Es tan terrible la ceguera y la sordera en que hemos andado, que hemos llegado a pensar que tener certificados y títulos otorgados por este mundo es una bendición del Señor. Otra cosa que me mostró el Señor acerca de los certificados que buscaba y obtuve, era que ciertamente certificaban y testificaban de mi dureza y rebeldía, de andar en pos de mi propia invención, de vanidad y de mentira. Ahora, lo importante es ser guiados por el Espíritu del Señor, y hacer lo que Él nos indique; pero realmente creo que la misión y labor del Santo Espíritu de Dios es santificarnos, es sacar de nosotros todo amor y amistad con el mundo, es separarnos y apartarnos de toda cosa inmunda. El Señor conoce los corazones, buena cosa es que Él nos examine y nos muestre la intención del corazón, que separe lo precioso de lo vil, y lo santo de lo profano; Él sabe que estamos haciendo y porque lo estamos haciendo. Lo que estamos haciendo es porqué Él nos mandó a hacerlo, o es nuestro propio cuento y deseo? Señor, envía tu luz y disipa nuestras tinieblas, muéstranos nuestro corazón y guíanos a un verdadero arrepentimiento y a ser partícipes de la cruz y de tu muerte para que así participemos de la Vida de Resurrección y hagamos siempre tu voluntad; concédenos la pureza de intención, el apuntar al blanco correcto, el estar enfocados en lo que tú quieres y que 5 / 6

6 entonces no estemos gastando el dinero y el trabajo en lo que no es pan. Esta invitación termina diciéndonos que escuchemos atentamente Su voz y comamos del bien, pues así y solo así se deleitará nuestra alma. Es claro que si no empezamos por escuchar con atención Su voz, tampoco podremos comer del bien, ni nuestra alma se deleitará. Si seguimos gastando el dinero y el trabajo en lo del mundo, nunca se deleitará nuestra alma, y nunca se saciará, no participaremos del Reposo que aún queda para el pueblo del Señor; pues solo los que tienen hambre y sed de justicia serán saciados. Solo si escuchamos la voz del Señor con atención, Él hará pacto eterno con nosotros, pacto que consiste en circuncidar nuestro corazón, en escribir Su ley en nuestras almas, en darnos un nuevo corazón conforme a Su corazón y Su Santo Espíritu, para que hagamos lo que es agradable delante de Él, y así salvarnos. Estas son las misericordias fieles a David. Un fuerte abrazo. 6 / 6