INFORME SOBRE LA INTEGRACIÓN DE LAS PERSONAS INMIGRADAS EN CATALUÑA 2015 RESUMEN EJECUTIVO 1

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1 INFORME SOBRE LA INTEGRACIÓN DE LAS PERSONAS INMIGRADAS EN CATALUÑA 2015 RESUMEN EJECUTIVO 1 ANTECEDENTES Desde el año 1993, con la aprobación del primer Plan interdepartamental de inmigración, la Generalitat ha considerado la integración de la población inmigrante de origen extranjero en Cataluña como un elemento clave para garantizar la convivencia en la diversidad y la cohesión social. El Pacto Nacional para la Inmigración firmado en 2008 define a Cataluña como "una sociedad diversa construida, mayoritariamente, a partir del asentamiento de personas venidas de todas partes. Este proceso, producido en un contexto global y que se ha intensificado en los últimos años, plantea diversas necesidades, a la vez que es una oportunidad nueva para definir el país que seremos en el futuro". Progresivamente, el Gobierno de Cataluña ha ido asumiendo responsabilidades para tomar una posición en la gestión del fenómeno migratorio y principalmente para gestionar la integración de las personas recién llegadas. Así, el Estatuto de Cataluña de 2006 recoge, entre otras, las competencias en materia de acogida e integración, y prevé el desarrollo de la Ley de acogida de las personas inmigradas y de las que vuelven a Cataluña. Aprobada en 2010, la Generalitat se dota, a partir de entonces, de una norma entendida como "una caja de herramientas formativas e informativas para las personas recién llegadas con el objetivo de fomentar la movilidad social y reducir la dependencia de los sistemas públicos, incrementando así su aportación a la sociedad ". Uno de los mandatos de la Ley 10/2010, del 7 de mayo, es la elaboración de un Informe sobre la integración de las personas inmigradas en Cataluña. El primer Informe sobre la integración de las personas inmigradas en Cataluña se presentó en el año 2013, cumpliendo así el artículo 20.p de la Ley citada. Como continuidad de lo previsto en este artículo, el documento que tiene en sus manos corresponde al Informe sobre la integración de las personas inmigradas en Cataluña Este documento ha sido traducido gracias al Proyecto Traducció Solidària del Departamento de Filología Inglesa de la Universidad de Barcelona. 1

2 LA INTEGRACIÓN DE LA POBLACIÓN INMIGRADA EN CATALUÑA En Cataluña, la integración se entiende como un proceso bidireccional, dinámico y continuo entre las personas que residen en un territorio, las llegadas recientemente y las asentadas con anterioridad o las que ya han nacido en él. El objetivo de este informe es ofrecer una fotografía que aporte elementos sobre cómo se han incorporado las personas inmigrantes a la realidad social, laboral, educativa y cívica de Cataluña y, en relación con la forma en que las estructuras, los servicios y las acciones de la Generalidad de Cataluña, en colaboración con las administraciones locales, han sido receptivos a incorporar esta nueva diversidad. El Informe se ha querido hacer con una vocación clara de aprendizaje sobre la realidad de hoy, pero, a la vez, con la voluntad de facilitar la comparativa longitudinal. Los indicadores utilizados tienen dos fuentes principales: los indicadores que propone la Comisión Europea y los indicadores que propone el Consejo de Europa. Los indicadores de la Comisión Europea parten de la definición de integración que se aprobó con la Declaración de Zaragoza de 2010 al tiempo que los indicadores del proyecto Intercultural Cities del Consejo de Europa buscan conocer cómo se articulan las administraciones públicas para gestionar sociedades cada vez más diversas. Con estos indicadores se pretende, también, facilitar la comparativa de la integración en Cataluña con otros escenarios europeos, y detectar así espacios de fortaleza y de mejora. La convergencia de los diferentes indicadores de integración que proponen tanto la Comisión Europea como el proyecto Intercultural Cities del Consejo de Europa permite dibujar cinco grandes dimensiones de análisis de esta integración: 2

3 Objetivos Proporcionar una visión panorámica estadística sobre la inmigración extranjera en Cataluña. Fomentar el conocimiento comparado mediante la selección de unos indicadores empleados por la Comisión Europea y el Consejo de Europa en otros territorios europeos. Identificar espacios de mejora en el marco de las políticas públicas de acogida e integración, mediante las aportaciones de las administraciones locales, las entidades de la sociedad civil y personas expertas en diferentes ámbitos. Facilitar el debate público sobre la integración de los inmigrantes y de origen inmigrante en la sociedad catalana. La elaboración de este Informe ha sido una oportunidad para examinar un buen número de acciones e instrumentos llevados a cabo por la Generalitat de Cataluña a través de la Dirección General para la Inmigración y los diferentes departamentos presentes en la Comisión Interdepartamental de inmigración y al mismo tiempo una oportunidad para compartir reflexiones con actores sociales que trabajan, desde diferentes ámbitos y posiciones, en la integración en Cataluña y en la construcción de una sociedad catalana inclusiva y cohesionada. Resultados principales A lo largo de este documento se ha intentado proporcionar una radiografía precisa sobre la realidad de la población inmigrante en Cataluña, así como de las políticas públicas que se han diseñado para atender la incorporación de esta nueva población en nuestra realidad social. La lógica se sustenta en la que ya se recogía en el Plan de ciudadanía e inmigración cuando abogaba por impulsar un "concepto de ciudadanía que incluya la población no nacional de Cataluña". Pero, hasta qué punto podemos considerar que estos objetivos se han consolidado en los últimos años? Los datos y los indicadores analizados nos confirman que se han dado pasos considerables en esta dirección, pero que el trabajo no está terminado del todo. 3

4 En relación con la dimensión institucional, se puede afirmar que, a pesar de tener un marco conceptual que ya apunta a la necesidad de superar la lógica de la acogida al hablar de la inmigración en Cataluña, este hecho no ha sido realmente incorporado en el modo de pensar y gestionar la integración en Cataluña. Cruzar el puente de la inmigración para hablar de ciudadanía diversa es también una cuestión de narrativa. No se trata de etiquetar cuál es el modelo de integración en Cataluña, sino de fortalecer los principios básicos en que se basa este modelo de integración y hacerlos comunes y compartidos a través de acuerdos políticos o sociales. De hecho, los principios de igualdad, interacción y participación, cohesión social, transversalidad y respeto a la diversidad que ya se encuentran presentes en el Pacto Nacional para la Inmigración son claramente rasgos característicos del modelo intercultural. Pero más allá de esta clasificación, el reto es que sean elementos clave a la hora de (re)pensar todas las políticas públicas en Cataluña. Construir políticas que atiendan la diversidad es la mejor forma de garantizar que nadie quede excluido de la sociedad catalana, y que ésta tenga en la convivencia en la diversidad la mejor garantía para la cohesión social. Esta necesidad de revisar la conceptualización de la diversidad se ve claramente en la dimensión de las políticas públicas. Se puede afirmar que los procesos de acogida se han hecho razonablemente bien, y que los servicios e instrumentos definidos han funcionado correctamente. Pero hay que avanzar repensando algunas acciones y áreas de trabajo donde la diversidad no se ha incorporado con suficiente claridad y en las que se puede generar conflictividad social. El acceso a los servicios públicos y los recursos se ha convertido en un elemento clave para facilitar la primera acogida de las personas recién llegadas. Este acceso, con carácter normalizado y generalizado, ha sido una práctica bien valorada como vector de cohesión social, pero se teme que el impacto de la crisis en la provisión de servicios haya dejado algunos colectivos fuera de esta vía hacia la plena ciudadanía. Hay una falta de visibilidad de la población inmigrante en el espacio público, y en muchas ocasiones, las expresiones culturales o religiosas minoritarias tienen dificultades para desarrollarse con normalidad. Parece imprescindible avanzar hacia una política de antidiscriminación en Cataluña. Más allá de las acciones puntuales de sensibilización, formación e información que acompañan la llegada de personas extranjeras en Cataluña, llevadas a cabo con un éxito notable, lo que hace falta es ejecutar efectivamente el marco de lucha contra la discriminación que ya existe en la normativa catalana. La necesidad de recopilar 4

5 información sobre acciones y actos de discriminación, establecer medidas preventivas, correctivas y sancionadoras es un reto clave para garantizar el buen funcionamiento de una sociedad basada en el estado de derecho. Más allá de las declaraciones de objetivos, hay que ponerse manos a la obra y construir una política con instrumentos y recursos destinados a luchar contra los crímenes de odio que ponen en riesgo la convivencia en Cataluña. En cuanto a la dimensión laboral, es evidente que el análisis de la integración de la población inmigrante en Cataluña en los últimos años no se puede sustraer de la grave crisis económica que ha sufrido Europa y que ha tenido una especial incidencia en los países del sur europeo. Si se ha producido una mejora sustancial en los indicadores laborales y económicos durante el último año, los datos disponibles no permiten afirmar que esta mejora se haya extendido a la población extranjera residente en Cataluña. La dualidad del mercado de trabajo y la concentración de la población extranjera en los sectores más castigados por la crisis, caracterizados por una baja cualificación, especialmente en el caso de los hombres, marcarán la evolución preocupante del desempleo. Los resultados, especialmente para algunas nacionalidades, requieren una atención especial, sobre todo cuando estas mismas nacionalidades acumulan los peores resultados en diferentes indicadores utilizados, como es el caso del número de hogares con todos los miembros en edad activa sin trabajo y sin otros ingresos. El hecho de que siempre sean unas nacionalidades las que aparezcan con peores indicadores de integración laboral y económica hace sospechar que, aparte de las características de capital humano desiguales que sin duda también intervienen, puede haber un proceso de integración segmentada agravado por la crisis económica. Los instrumentos y mecanismos del mercado de trabajo no parecen diseñados para atender una realidad cada vez más diversa. Esta constatación indica una pérdida de capital humano importante, y explica las complicaciones que muchas personas inmigradas encuentran para normalizar su situación en el mercado de trabajo. Entender la diversidad como un activo de innovación, transformación y ventaja competitiva es todavía un reto pendiente. Al hacer referencia a la dimensión educativa, es especialmente preocupante la sobrerrepresentación de la población inmigrada en el abandono prematuro del sistema educativo o la aproximación indirecta al fracaso escolar. Hay dos etapas clave a las que hay que prestar especial atención: por un lado, la educación de 0 3 años, en la que el alumnado extranjero está infrarrepresentado, y por otra parte, la educación postobligatoria. Hay que apuntar, en positivo, la participación creciente de los jóvenes extranjeros en esta etapa educativa, que ha ido reduciendo su 5

6 infrarrepresentación, consolidar esta tendencia es un reto clave para garantizar un acceso en igualdad de condiciones a la población adulta. La presencia del colectivo joven inmigrante en el grupo de jóvenes que no estudian ni trabajan es especialmente preocupante porque, como hemos podido constatar en países de nuestro entorno de mayor tradición migratoria, es una de las claves que explica procesos de inadaptación o de exclusión social en edades futuras. Superar esta realidad, aunque sea compleja, es importante para garantizar una sociedad catalana cohesionada a medio y largo plazo. Asimismo, es importante evitar la creación de un sistema educativo paralelo, que favorezca que la escuela privada y concertada escolarice alumnado autóctono y que el alumnado extranjero o de origen extranjero se concentre en la pública. Esta posibilidad, que hay que tener muy en cuenta, es seguramente uno de los riesgos más claros que impide hablar de una sociedad diversa y cohesionada a medio y largo plazo. En cuanto a la dimensión sociocultural, de nuevo, hay que entender que ya no estamos en un periodo de llegada y acogida de colectivos de inmigrantes, sino en la incorporación de la diversidad en la sociedad catalana. Es importante que esto se refleje en el espacio público, en las expresiones culturales, en la presencia de la diversidad en los medios de comunicación y en las políticas lingüísticas. En relación a la lengua, es necesario entender que la necesidad de poseer un conocimiento mínimo obligatorio del catalán y del castellano es un primer paso, útil y necesario, para dar a conocer la realidad lingüística de Cataluña, pero no es garantía de la plena integración lingüística de la inmigración. El conocimiento real de una lengua se desarrolla a través de su uso continuo. En la medida en que el conocimiento de una lengua es el resultado de la participación en la sociedad, parece evidente que los resultados nos indican que esta participación, en Cataluña, se hace mayoritariamente en castellano. Pero los datos también confirman que hay que continuar con una política lingüística centrada en la sensibilización constante, la empatía y la estima de la sociedad de acogida, la cual tiene el catalán como lengua propia. Para los más jóvenes, la integración en el sistema escolar es la garantía del conocimiento de la lengua. Es también importante conseguir, en un contexto bilingüe (trilingüe en la Vall d Aran), que no se reproduzcan las lógicas monolingües, sino que, en la medida de lo posible, se apueste por los modelos que también reivindiquen las lenguas de los inmigrantes como capital cultural de la sociedad catalana. De este modo, a la vez que la inmigración se acerca a la realidad de las lenguas oficiales, también se visibilizan y 6

7 se valoran las lenguas propias de la inmigración, y se construye una sociedad cada vez más multilingüe; una sociedad que es de todos. Finalmente, los niveles de concentración y segregación de la población extranjera en Cataluña resultan moderados como mínimo en comparación tanto de otras realidades europeas como de la media española. Lejos de la perspectiva dramática que, a veces, los medios de comunicación y el imaginario popular otorgan a la llamada "guetización", el crecimiento y la expansión de la población extranjera en el territorio durante el período anterior a la crisis económica y la misma emigración a partir de esta crisis han sido propensos a rebajar el efecto de concentración para la mayoría de nacionalidades consideradas. Recomendaciones Sin ánimo de ser exhaustivos, a continuación se anotan algunas ideas que sirven como sugerencia para continuar avanzando en diferentes áreas de fortaleza y de mejora de las políticas de integración en Cataluña. Discurso de la diversidad. Es importante la construcción más clara y comprometida de un discurso público y compartido que no ponga el énfasis en la inmigración, sino en la diversidad de la sociedad catalana. La diversidad forma parte del capital cultural de Cataluña, y se debe valorar. El valor de la diversidad y la participación ciudadana. Prestar atención a la diversidad significa reorientar la conceptualización de algunas políticas y servicios públicos, y no sólo de aquellos concebidos en un principio para atender a las personas extranjeras. Es básico promover la participación de toda la ciudadanía, prestando especial atención a aquellos colectivos que, por razones de sexo, edad u origen, puedan tener más dificultades. Es importante, sobre todo, hacer visible que son parte de la sociedad catalana con normalidad. Y es fundamental garantizar los recursos para hacerlo. Visibilidad de la diversidad. Hay que hacer visible la diversidad en Cataluña, lo que implica promover la presencia de personas migrantes o de origen inmigrante en las instituciones públicas y en los espacios de representación pública y política. Gestión transversal. Hay que dotar de más coherencia y transversalidad a las acciones, los instrumentos y las políticas dirigidas a la gestión de las migraciones, la convivencia y la diversidad, mediante la construcción de una política institucional sólida. Una de las vías efectivas para conseguirlo sería la de consolidar la creación de la Agencia de Migraciones en Cataluña. 7

8 Herramientas. El Observatorio para la Inmigración en Cataluña, una propuesta del Pacto Nacional para la Inmigración, podría solucionar muchas de las cuestiones planteadas en este último apartado. Más que de la institución en sí, se trata de reivindicar la lógica de una iniciativa que permita favorecer la recopilación de datos y de información, la investigación, el análisis aplicado y la evaluación de políticas públicas de una manera más integral que la que existe hoy en día. Datos estadísticos. Se han de reforzar los datos estadísticos con los que se trabaja. Por ello, se ha de avanzar en el diseño de una recopilación estadística, que incluya una información más detallada sobre nacionalidades y orígenes, haciendo posible un análisis más profundo de la información facilitando la comparación. Es necesario, además, prestar especial atención al origen al margen de la nacionalidad que se tenga, porque, en los procesos de asentamiento que derivan en una nacionalización, existe el riesgo de perder información clave para conocer el rendimiento de las generaciones futuras de origen inmigrante. Asimismo, hay que fortalecer la compilación estadística para hacer que estos datos sobre el origen de las personas se crucen también con los de género. Formación. La formación de las personas que trabajan en la Administración pública es imprescindible para llevar a cabo la correcta gestión de una sociedad diversa. Se trata de una formación que no se puede limitar sólo a las personas implicadas en la atención directa, sino que debe ir dirigida a todos los niveles. Muchas veces, a la hora de llevar a cabo una acción política no se presta suficiente atención al hecho de que va dirigida a una ciudadanía diversa, y el impacto que puede resultar de ello es difícil de corregir. Escuela. Incorporar la diversidad como hilo conductor para hacer entender la convivencia y la cohesión social es un medio que las escuelas catalanas ya han ido aplicando progresivamente. Se deben hacer progresos en otras áreas, como la del mercado de trabajo, la del urbanismo o la de los medios de comunicación, entre otros. La visibilidad y el reconocimiento son elementos clave para fomentar el sentimiento de pertenencia. Sensibilización. La sensibilización debe ser una constante en una sociedad que se está transformando. Valorar iniciativas que promuevan los espacios de interacción y que rompan tópicos es crucial en este sentido. Políticas de acogida. Hay que reivindicar la experiencia de Cataluña en las políticas de acogida. Aunque no exento de mejoras, el modelo de acogida catalán es un buen ejemplo de cooperación interadministrativa y de colaboración con la sociedad civil. La 8

9 experiencia adquirida puede ser buena para compartir con países que se encuentran inmersos en procesos tempranos de inmigración. Integración lingüística. En una sociedad lingüísticamente compleja como la nuestra, con el catalán como lengua propia (el aranés en la Vall d Aran) y el castellano como lengua oficial, las medidas de integración lingüística deben tener dos objetivos básicos: por un lado, remarcar la importancia de conocer ambas lenguas para una integración y una participación completa en la sociedad catalana, y por otro lado, valorar la diversidad lingüística sensibilizando a toda la población con la realidad lingüística de Cataluña y el enriquecimiento personal, social y económico que estas lenguas aportan. Políticas antidiscriminación y lucha contra la xenofobia. Hay que entender que la desigualdad y la discriminación son enemigos naturales de las sociedades diversas. Al mismo tiempo que las políticas públicas y los servicios sociales deben luchar para erradicar la desigualdad y garantizar la igualdad de oportunidades, la discriminación también se ha de incorporar en la acción pública. Hay que definir una estructura independiente que recoja información sobre actos discriminatorios, xenófobos y racistas y crímenes de odio, que trabaje en la prevención de los mismos y que, cuando corresponda, y en colaboración con el sistema judicial y los cuerpos de seguridad, tenga capacidad de sancionar estas actitudes. *** Tal y como recogía el Pacto Nacional para la Inmigración, la incorporación de nueva ciudadanía requiere adaptar los servicios públicos y garantizar el acceso a todas las personas. Hoy hay que añadir que el reto es también incorporar la lógica de la diversidad en estos servicios públicos. El Pacto también hablaba de una cultura pública común, basada en el fomento de la participación en la vida pública; hacer del catalán la lengua pública común; convivir en la pluralidad de creencias; asegurar la igualdad de oportunidades entre hombres y mujeres; incluir la perspectiva de género y reforzar las políticas dirigidas a la infancia, la juventud, las personas mayores y las familias. Estos principios siguen guiando las políticas de integración en Cataluña. Hay que seguir avanzando en esta línea, pero hacerlo de una manera más eficaz y eficiente, que significa prestar más atención a la recopilación de información, a la formación ya la conceptualización de los diferentes instrumentos y acciones a implementar, así como su evaluación. Es, además, oportuno poner estas acciones e instrumentos en relación con otros espacios europeos, para participar dinámicamente en la transferencia de conocimientos y en el aprendizaje continuado. Fortalecer la cohesión social no es sólo mejorar la convivencia y la participación social, sino también garantizar la pertenencia a un proyecto de país y hacerlo viable. 9