UNIVERSIDAD RAFAEL URDANETA VICERRECTORADO ACADÉMICO FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS, ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES ESCUELA DE PSICOLOGÍA

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1 UNIVERSIDAD RAFAEL URDANETA VICERRECTORADO ACADÉMICO FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS, ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES ESCUELA DE PSICOLOGÍA ESTRÉS ACADÉMICO Y BURNOUT EN LOS ESTUDIANTES DE PSICOLOGÍA Trabajo Especial de Grado presentado por: Andrea Carolina Mundo Pinto Maracaibo, Octubre 2014

2 ESTRÉS ACADÉMICO Y BURNOUT EN LOS ESTUDIANTES DE PSICOLOGÍA Trabajo Especial de Grado para optar al título de Psicólogo: Andrea Carolina, Mundo Pinto C.I. No II

3 DEDICATORIA Principalmente le dedico este logro a Dios, por darme la vida y llenarme de la sabiduría, paciencia, perseverancia y tolerancia necesaria para poder culminar exitosamente esta etapa en mi vida. A mis padres, hermanos, esposo e hijo por brindarme su apoyo incondicional en todo momento, animarme y ayudarme cada que necesitaba de su colaboración para con el presente trabajo de investigación. III

4 AGRADECIMIENTO Le agradezco a Dios por darme las fuerzas y voluntad requeridas para continuar cada día de mi vida y tener la oportunidad de finalizar este ciclo para abrir otros nuevos tomada de su mano, ya que con su ayuda todo es posible. Así mismo les agradezco con todo el corazón a mis padres, ya que han sido un apoyo fundamental e incondicional en mi vida, impulsándome de una u otra manera a continuar y no desistir en mis momentos de desánimo o frustración. Los admiro por su amor, ternura, paciencia, sabiduría y por todas las enseñanzas que han compartido conmigo para lograr todo lo que me proponga, motivándome a seguir mis sueños con inteligencia y perseverancia. A mis hermanos Marynés Mundo y José Mundo quienes con sus palabras y gestos me inspiran a ser mejor cada día y cumplir mis metas, siendo personas indispensables en mi vida. Gracias por estar presentes en todo momento y brindarme tanto amor y cariño. Le doy las gracias a mi esposo Javier Delgado, por ser mi ayuda idónea, dándome palabras de aliento y ánimo, además de hacerme ver el lado positivo y divertido de todas las circunstancias de la vida por muy negativas que sean. Así mismo le agradezco a mi hijo David Delgado, por ser uno de mis principales motivos para continuar luchando, llenándome de amor, ternura y pasión con su mirada esperanzadora y su sonrisa que me cautiva el corazón. Gracias por iluminar mí día a día y hacerme sentir llena de vida. IV

5 Agradezco a mis amigas Betsabé Díaz y Ana Ocando, quienes han compartido innumerables momentos de mi vida, por su amistad y colaboración desinteresada para la realización de esta investigación, tomando de su tiempo para ayudarme cuando más necesitaba de una mano amiga. A mi tutor John Bodden, con quien estoy sumamente agradecida por su tiempo, comprensión, correcciones y ayuda en todo este largo proceso. Así como a la profesora Sabrina González por su paciencia y todas las oportunidades brindadas. A la Universidad Rafael Urdaneta por permitirme realizar la investigación en sus instalaciones y a los alumnos por su participación voluntaria y tiempo invertido para la realización de este trabajo. V

6 TÍTULO DEDICATORIA AGRADECIMIENTO INDICE GENERAL INDICE DE CUADROS INDICE DE TABLAS ÍNDICE DE ANEXOS RESUMEN ÍNDICE GENERAL CAPÍTULO I: FUNDAMENTACIÓN Planteamiento y Formulación del Problema 1 Objetivos de la Investigación 7 Objetivos Generales 7 Objetivos Específicos 7 Justificación de la Investigación 7 Delimitación de la Investigación 8 CAPÍTULO II: MARCO TEÓRICO Antecedentes de la Investigación 9 Bases teóricas de la Investigación 16 Estrés 16 Estrés Académico 19 Estresores 20 Síntomas 22 Estrategias de Afrontamiento 24 Burnout 26 Burnout Estudiantil 28 Agotamiento Emocional 29 Mapa de Variables 32 CAPÍTULO III: MARCO METODOLÓGICO Tipo y Nivel de Investigación 33 Diseño de la Investigación 33 Sujetos de la Investigación 35 Población 35 Muestreo 35 Muestra 36 VI Pág. II III IV VI VIII IX X XI

7 Definición Operacional de las Variables 37 Técnicas de Recolección de Datos 37 Descripción del Instrumento 38 Propiedades Psicométricas 42 Procedimiento 47 Consideraciones Éticas 48 CAPÍTULO IV: RESULTADOS Análisis y Discusión de los Resultados 51 Conclusiones 63 Recomendaciones 64 REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ANEXOS VII

8 ÍNDICE DE CUADROS Pág. Cuadro No. 1: Mapa de Variables 32 Cuadro No. 2: Baremo de interpretación general del Inventario SISCO del Estrés 39 Académico Cuadro No. 3: Baremo de interpretación específico del Inventario SISCO del Estrés 40 Académico Cuadro No. 4: Baremo de interpretación de intensidad del Inventario SISCO del 41 Estrés Académico Cuadro No. 5: Baremo de interpretación de la Escala Unidimensional del Burnout 42 Estudiantil VIII

9 ÍNDICE DE TABLAS Pág. Tabla No. 1: Estadística Descriptiva de la Variable Estrés Académico 51 Tabla No. 2: Tabla de Frecuencia de la Variable Estrés Académico 52 Tabla No. 3: Estadística Descriptiva de la Dimensión Estresores 53 Tabla No. 4: Tabla de Frecuencia de la Dimensión Estresores 54 Tabla No. 5: Estadística Descriptiva de la Dimensión Síntomas 55 Tabla No. 6: Tabla de Frecuencia de la Dimensión Síntomas 55 Tabla No. 7: Estadística Descriptiva de la Dimensión Estrategias de Afrontamiento 56 Tabla No. 8: Tabla de Frecuencia de la Dimensión Estrategias de Afrontamiento 57 Tabla No. 9: Estadística Descriptiva de la Variable Burnout Estudiantil 57 Tabla No. 10: Tabla de Frecuencia de la Variable Burnout Estudiantil 58 Tabla No. 11: Estrés Académico: Comparación Entre Géneros 59 Tabla No. 12: Estrés Académico: Comparación Entre Grupos de Edad 60 Tabla No. 13: Relación de las Variables Estrés Académico y Burnout Estudiantil 61 IX

10 ÍNDICE DE ANEXOS Pág. Anexo A: Inventario SISCO del Estrés Académico 72 Anexo B: Escala Unidimensional del Burnout Estudiantil 74 X

11 UNIVERSIDAD RAFAEL URDANETA VICERRECTORADO ACADÉMICO FACULTAD DE CIENCIAS POLÍTICAS, ADMINISTRATIVAS Y SOCIALES ESCUELA DE PSICOLOGÍA RESUMEN ESTRÉS ACADÉMICO Y BURNOUT EN LOS ESTUDIANTES DE PSICOLOGÍA Autora: Andrea C. Mundo P. Tutor: John Bodden Fecha: Octubre 2014 El objetivo del presente estudio fue determinar la relación entre el estrés académico y el burnout en estudiantes de Psicología. Metodológicamente se enmarcó en el tipo y nivel descriptivo-correlacional, además de ser un estudio de campo con un diseño no experimental, transversal correlacional. Se trabajó con una población de 337 personas, a los cuales se les aplicó el Inventario SISCO del Estrés Académico elaborado por Barraza (2007) y la Escala Unidimensional del Burnout Estudiantil elaborado por Barraza (2009). Los datos fueron procesados a través del paquete estadístico S.P.S.S. versión 21.0, demostrando que en rangos generales la población evaluada presentó niveles moderados de estrés académicos y niveles leves de burnout estudiantil. Así mismo se obtuvo una diferencia estadísticamente significativa entre ambos sexos, donde se indica que las mujeres están más propensas a presentar estrés académico a diferencia de los hombres. Además se encontró una correlación positiva altamente significativa y moderada entre el estrés académico y el síndrome de burnout, lo que refiere que a mayor estrés académico mayor será el nivel de burnout experimentado, afectando de forma negativa a los evaluados por lo cual es fundamental e indispensable la realización de esfuerzos que permitan minimizar los efectos negativos. Descriptores: estrés académico, burnout estudiantil, estresores, síntomas, estrategias de afrontamiento, agotamiento emocional. Correo: andreamundo89@gmail.com XI

12 1 C A P I T U L O I F U N D A M E N T A C I Ó N Planteamiento y Formulación del Problema El estrés es un problema de notable incidencia en la vida cotidiana, el cual se presenta como tema de gran atención en la actualidad, así como de suma importancia en el ámbito educativo debido al impacto que este puede llegar a tener sobre la salud, el bienestar y el rendimiento académico de los estudiantes, en especial los de educación superior. Cualquier pensamiento o circunstancia que pueda acontecer puede generar estrés en un individuo, el cual siendo manejado correctamente puede ser un impulsor en la vida del ser humano, sin embargo, la experiencia de estrés va a depender de la percepción que haga el individuo sobre el estresor así como los recursos que tenga para afrontarlo. En correspondencia con lo anterior, el estrés visto en un amplio contexto, es una respuesta adaptativa, ya que partiendo de las cogniciones sobre el ambiente, prepara al individuo a nivel biofisiológico para la acción cuando este entorno es percibido como amenazante. Es de anotar que en esta concepción, el estrés implica un estado de activación biológica pero precedida de una evaluación cognitiva (Valdés, 1985). El cuerpo está diseñado para que al percibir una amenaza o riesgo el hipotálamo reciba una serie de inputs de diferentes áreas del encéfalo, en particular de la corteza cerebral, la

13 2 amígdala y partes de la formación reticular. Por lo tanto, el hipotálamo es un área de convergencia en el cual se integran formación cognitiva, emocional y activadora (Labrador, 1995). A su vez el hipotálamo envía outputs principalmente al bulbo raquídeo localizado a nivel del tronco cerebral ocasionando por esta vía una activación general del simpático, lo cual se refleja en piloerección, aumento de la presión sanguínea, entre otros. Los procesos adaptativos implican permanente ruptura y estabilidad homeostática. La percepción de una amenaza conduce a pérdidas necesarias del equilibrio con el fin de alcanzar el suficiente nivel de activación biológica para enfrentar dicha amenaza. Eliminada o desaparecida ésta, el organismo recobra nuevamente su equilibrio interno tanto psicológico como fisiológico. Sin embargo, para Bakal (1991) parece ser que el aparato biológico de los seres vivos, no está diseñado para sostener, sin ningún tipo de riesgo, desequilibrios a largo plazo. Por esta razón, la frecuente exposición al estrés influye negativamente en las personas ya que afecta su bienestar físico y psicológico, mermando la calidad de vida al generar algunas consecuencias tales como problemas de sueño, el cansancio que aumenta la susceptibilidad a la enfermedad, problemas gastrointestinales, de espalda, cuello, dolores de cabeza, enfermedades coronarias, sudor frío, nauseas, taquicardia, aumento de enfermedades virales y respiratorias (Freudenberger y Richelson, 1980; Golembiewski et al., 1986; Pines et al., 1981); además de repercutir en otras áreas de la vida personal del sujeto como el área laboral, social, familiar, escolar, disminuyendo en los estudiantes su desempeño y rendimiento académico.

14 3 En este sentido, el entorno universitario suele ser un lugar altamente estresante ya que los estudiantes no sólo se exponen a un cambio o transición de un ambiente a otro, sino que se enfrentan de manera cotidiana a una serie de demandas y exigencias (por ejemplo exámenes, muchos trabajos que entregar) superiores a las experimentadas con anterioridad, las cuales pueden percibirse como estresantes, generando lo que se denomina estrés académico. Por lo tanto, el desafío está en que los estudiantes logren asimilar los cambios, adaptándose a los factores estresores de esta etapa, para evitar experimentar insatisfacción personal y/o desgaste en caso de que perciban que no cuentan con los recursos necesarios para afrontar la situación. En correspondencia con lo anterior, Barraza (2006) define el estrés académico como un proceso sistémico, de carácter adaptativo y esencialmente psicológico, donde el alumno se ve sometido a una serie de demandas que considera estresores, los cuales provocan un desequilibrio sistémico que es manifestado a través de una serie de síntomas, obligando al individuo a realizar acciones de afrontamiento para restaurar el equilibrio. Así mismo, el trabajo de Fisher y Hood (1987, citado por Polo, Hernández y Pozo, 1996), el cual consistió en un estudio longitudinal realizado con estudiantes universitarios escoceses, indicó que la muestra experimentó un incremento significativo en niveles de depresión, síntomas obsesivos y pérdida de concentración tras seis semanas de permanencia en la Universidad, tiempo en el cual no tuvieron oportunidad de realizar exámenes, por esta razón concluyeron que el estrés académico no debe unirse exclusivamente a la realización

15 4 de exámenes, sino que puede ser influenciado por otros estresores que encontraban en el medio académico. Ahora bien, cuando la situación causante del estrés es extendida, puede implicar básicamente una pérdida de energía, ocasionando en el individuo el Síndrome de Burnout denominado también Síndrome de Desgaste Profesional, Psíquico o del Quemado, el cual es definido por Barraza (2008) como un estado de agotamiento físico, emocional y cognitivo producido por el involucramiento prolongado en situaciones generadoras de estrés. El Síndrome de Burnout se divide en dos enfoques, el primer enfoque se origina en el trabajo de Maslach y Jackson (1981) y su difusión permitió definir este síndrome a través de un constructo tridimensional (agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal); el segundo enfoque se inicia con el trabajo de Pines, Aronson y Kufry (1981) y su desarrollo proporcionó una definición de este síndrome mediante un constructo unidimensional (agotamiento emocional), el cual será el enfoque conceptual de la variable en la presente investigación. Además, se divide en dos líneas referentes a quién padece de Burnout, la primera línea de discusión identificada con el trabajo de Maslach y Jackson (1981) indica que se presenta exclusivamente en trabajadores, inicialmente en aquellos que tienen contacto con otras personas; mientras que la segunda línea identificada en el trabajo de Pines, et. al. (1981), ubica el síndrome en cualquier persona como, en este caso el estudiante.

16 5 Las manifestaciones fundamentales del Burnout en estudiantes según Rosales (2012) se dividen en 3 grupos: Psicosomáticas (alteración cardiovasculares, fatiga crónica, cefaleas, disfunciones sexuales) Conductuales (abuso de drogas, fármacos y alcohol, ausentismo laboral) Emocionales (impaciencia, deseo de abandonar los estudios y el trabajo, irritabilidad, falta de motivación); siendo el agotamiento físico y mental, el abandono de los estudios y la disminución del rendimiento académico las manifestaciones más comunes de Burnout en este tipo de población. El primer trabajo que abordó el Síndrome de Burnout Estudiantil fue el de Balogum (1995, en Pineiro, 2006), sin embargo se encuentran pocos estudios referentes a esta problemática estudiantil. En el 2012, Rosales realizó una investigación con estudiantes de medicina en Holguín (Cuba), la cual arrojó que la mayoría de los estudiantes se encuentran afectados por este síndrome en distintos niveles, siendo significativamente más frecuente en mujeres que en hombres. Con respecto a Venezuela, la revisión de la literatura referente al burnout en estudiantes universitarios ha encontrado que dicho síndrome tiene un efecto contundente sobre el rendimiento académico. Marcó & Ramos (2010), realizaron un estudio sobre el rendimiento académico de los estudiantes de trabajo social de la Universidad de Oriente, donde indicaron que esta patología es una de las principales causas de la ausencia laboral y en algunos casos, de la deserción del sistema educativo, teniendo un impacto negativo en el desempeño académico y en otros ámbitos de la vida de los estudiantes, lo cual a su vez produce un problema socioeducativo. Los resultados más relevantes indicaron que un

17 6 16,9% de los estudiantes de la especialidad presentan el síndrome, que a su vez tiene una correlación positiva baja con el índice académico. Así mismo, estudios realizados por Ramos et. al. (2005), Martínez y Marques (2005), y Mosley et. al. (1994) se han encontrado que cuando los estudiantes universitarios experimentan tanto estrés académico como burnout presentan en su mayoría consecuencias tales como baja autoestima, tendencia a abandonar los estudios, bajas expectativas de éxito, menor desempeño académico, mayores niveles de depresión y síntomas somáticos. Esta situación es la que probablemente pudiera estar existiendo en la escuela de psicología en la cual de acuerdo a entrevistas informales realizadas por la investigadora a los alumnos de la misma reportaron que manifiestan síntomas de estrés y de burnout principalmente durante los periodos de exámenes, llegando incluso a ser uno de los motivos de deserción académica, trayendo consecuencias en la prosecución estudiantil de la institución. De lo anteriormente expuesto surge la siguiente interrogante Cuál es la relación entre el estrés académico y el burnout en estudiantes de Psicología?

18 7 Objetivos de la Investigación Objetivo General Determinar la relación entre el estrés académico y el burnout en estudiantes de Psicología. Objetivos Específicos Identificar el nivel de estrés académico en los estudiantes de Psicología. Describir el burnout en los estudiantes de Psicología. Establecer la relación entre el estrés académico y el burnout en estudiantes de Psicología. Comparar el estrés académico y el burnout de acuerdo a variables demográficas. Justificación de la Investigación El ingreso a una institución universitaria es un proceso complejo que implica la vivencia de nuevas experiencias que pueden ser vistas como estresores por los estudiantes, provocando en muchos de los casos sentimientos de inseguridad y ansiedad en ellos al no saber cómo enfrentarse ante estas situaciones con las técnicas y herramientas adecuadas, por lo cual este trabajo representa un valor práctico.

19 8 Además está orientado a dar a conocer la relación entre el estrés académico y el síndrome de burnout presentado en los estudiantes, aportando información que ayude a comprender la complejidad de los problemas estudiados, con el fin de proporcionar datos útiles para intervenir el problema que se podría estar suscitando en la mayoría de los estudiantes de la actualidad. De la misma manera se considera que la presente investigación servirá como apoyo para detectar aquellas situaciones que puedan ser vistas como estresores, incentivando a los estudiantes, profesores e institutos universitarios a la búsqueda de posibles medidas preventivas y de intervención dirigida al manejo adecuado de la problemática que pueda presentarse. Delimitación de la Investigación El presente estudio busca determinar la relación entre el estrés académico y el síndrome de burnout en estudiantes de Psicología, en un periodo estimado de Mayo 2013 hasta Junio La fundamentación teórica de la investigación para las variables en exposición se basa principalmente en el autor Barraza, (2008).

20 9 C A P I T U L O I I M A R C O T E Ó R I C O Antecedentes de la Investigación Rosales (2012), investigó sobre la presencia del síndrome de burnout en su enfoque unidimensional en estudiantes de primer año de medicina de la Universidad de Ciencias Médicas de Holguín, Cuba (UCMH). El estudio fue de tipo descriptivo transversal, donde se escogieron de forma aleatoria 70 estudiantes de primer año, 35 de cada sexo (85% de la población). La técnica de recolección de datos fue a través del instrumento titulado Escala Unidimensional de Burnout Estudiantil (EUBE), creada y validada por el Dr. Barraza y colaboradores (2008), reportó un nivel de confiabilidad de.91 en alfa de Cronbach y de.90 en la confiabilidad por mitades, confirmando la homogeneidad y unidireccionalidad de los ítems que componen la escala. Mediante los resultados se pudo comprobar que el sexo femenino fue el de mayor incidencia de Burnout en comparación con el sexo masculino. Hubo un predominio del burnout leve en ambos sexos. En los varones se encontraron estudiantes sin burnout y sólo uno con moderado. En las mujeres todas las estudiadas tenían burnout y una parte considerable moderado. No se encontraron casos de Burnout profundo en ninguno de los

21 10 sexos. Por lo tanto, se concluyó que los estudiantes de medicina del primer año de la UCMH están afectados en su mayoría por el Síndrome de Burnout. Por su parte Oliveti (2010), desarrolló una investigación cuyo propósito fue explorar el Estrés Académico de los estudiantes de ambos sexos que se encontraban transitando su primer año en la Universidad Abierta Interamericana (UAI), como también comparar la prevalencia en los mismos entre hombres y mujeres. La estrategia teórico metodológica utilizada fue de tipo cuantitativo, con un alcance descriptivo-exploratorio y comparativo, no experimental, con una muestra compuesta por 120 alumnos pertenecientes a diferentes carreras, género y edad. El instrumento administrado para la recolección de datos fue el Inventario de Estrés Académico SISCO (Barraza, 2007) validado en España, el cual presentó una confiabilidad alfa de Cronbach de Además se hizo uso de una encuesta sociodemográfica la cual fue elaborada con el fin de obtener datos referidos a la edad, género y carrera de los alumnos. Los resultados obtenidos demostraron que el 89,2% de los estudiantes de primer año de la UAI presentan estrés académico, presentando con mayor frecuencia el uso de las Estrategias de Afrontamiento, a diferencia de las dimensiones de Estresores y Síntomas que se presentaron con baja insistencia. Por otro lado, se evidenciaron diferencias significativas en cuanto al género en lo que refiere a Estresores y Síntomas, siendo más frecuente en mujeres que en hombres, no así en cuanto a las Estrategias de Afrontamiento.

22 11 Así mismo Barraza (2009), realizó un estudio sobre el tipo de relación que existe entre el estrés académico y el síndrome de burnout que manifiestan los alumnos de licenciatura. El mismo fue un estudio transaccional, correlacional, con un diseño no experimental, donde participaron 243 alumnos de licenciatura de la Universidad Pedagógica de Durango ubicada en México. Para la captación de la información se utilizó la técnica denominada encuesta técnica, que pretende suscitar un conjunto de discursos individuales, interpretarlos y generalizarlos. Los instrumentos utilizados fuero el Inventario SISCO del Estrés Académico elaborado por el mismo investigador en el 2007, con una confiabilidad por mitades de.83 y una confiabilidad de alfa de Cronbach de.90, y una validez confirmada a través del análisis factorial, análisis de consistencia interna y de grupos contrastados. En relación a la variable del síndrome de burnout, hizo uso de la Escala Unidimensional del Burnout Estudiantil, con un nivel de confiabilidad de.86 en alfa de Cronbach y de.90 en la confiabilidad por mitades según la fórmula de Spearman-Brown. Así mismo, se obtuvo evidencia basada en la estructura interna a partir de los procedimientos identificados como validez de consistencia interna y análisis de grupos contrastados por lo cual se evidencia que ambos instrumentos son aptos para su aplicación. Los resultados evidenciaron que el componente del estrés académico denominado estrategias de afrontamiento es el que se presenta con mayor frecuencia, mientras que el componente síntomas es el que se presenta con menor frecuencia, arrojando un análisis

23 12 general que permite afirmar que los alumnos encuestados sólo presentan este tipo de estrés algunas veces. En cuanto al síndrome de burnout, se encontró que las conductas presentadas con mayor frecuencia son: durante las clases me siento somnoliento y cada vez me es más difícil concentrarme en las clases, mientras que las presentadas con menor frecuencia son: no me interesa asistir a clases y no creo terminar con éxito mis estudios. El resultado obtenido afirma que los alumnos encuestados presentan un nivel leve de este síndrome. La relación entre las dos variables de estudio se abordó mediante el análisis de regresión lineal. Los resultados obtenidos de esta forma indican que la correlación entre el estrés académico y el burnout estudiantil es de.477 con un nivel de significación de.001. La R cuadrada para este modelo de regresión es de.228, lo que indica que el estrés académico da cuenta del 22,8% de la variación total del burnout estudiantil; la significancia estadística para este modelo de regresión es de.000. Además, el coeficiente de regresión no estandarizado del estrés académico es de.476, con un nivel de significación de.000, lo cual indica que es estadísticamente significativo. De manera complementaria se realizó el análisis de regresión lineal entre cada uno de los componentes del estrés académico y el burnout estudiantil, obteniendo como resultado que sólo dos componentes del estrés académico se relacionan con el burnout estudiantil, así, los estresores permiten explicar el 20,4% de la variación total del burnout, en tanto que

24 13 los síntomas explican el 32,1%, esto conduce a reforzar la conceptualización que se realiza del burnout estudiantil como producto de un estrés académico recurrente o prolongado. Por otro lado Tolentino (2009), llevó a cabo una investigación que consistió en determinar los niveles de estrés académico que presentan los alumnos de la carrera de psicología del Campus Actopan. La muestra fue de 54 estudiantes con edades comprendidas entre 18 y 27 años, del tercer y cuarto semestre, siendo la mayoría perteneciente del sexo femenino. Para evaluar el nivel de estrés académico se utilizó el Inventario de Estrés Académico (SISCO) de Barraza (2007), con una confiabilidad por mitades de.87 y una confiabilidad de alfa de Cronbach de.90, demostrando la existencia de una buena consistencia interna. Adicional a esto, se usó un paquete estadístico SPSS (Statistical Package for the Social Sciences) versión 12 en español para el análisis y la interpretación de datos. Los hallazgos encontrados en la investigación expuesta revelan que el nivel que presentan los alumnos de la carrera de psicología del Campus Actopan es un nivel medio de estrés académico que pudiese ser no significativo, sin embargo las estrategias de afrontamiento son muy deficientes, resaltando que sólo el 25.9% de los alumnos elaboran un plan de trabajo. Mientras tanto Gutiérrez (2009) presentó un estudio sobre la prevalencia del síndrome de burnout en estudiantes de nivel medio superior. La investigación fue de tipo descriptivo,

25 14 transeccional, con un diseño no experimental. Para este caso se usó una muestra representativa de 201 estudiantes del Centro Universitario Promedac. El instrumento utilizado para la recolección de datos se denomina Escala Unidimensional del Burnout Estudiantil (Barraza 2009), la cual fue sometida a un proceso estadístico, en el que obtuvo una confiabilidad de alfa de Cronbach de.90, indicando que tiene buena consistencia interna. Los resultados obtenidos reflejan que los estudiantes presentaron un burnout leve, sin embargo, de acuerdo a la media global que fue de 1.81 se encontró en los límites hacia lo moderado. Se halló una diferencia significativa en la variable género siendo las mujeres las que presentaron mayor burnout, en cuanto a edad los estudiantes de y son los más altos en este síndrome, y en cuanto al grado de estudio presentaron una diferencia significativa los estudiantes de segundo y cuarto semestre. Por último López (2008), realizó un trabajo que tuvo como propósito determinar el nivel de estrés de los estudiantes universitarios de la Universidad Dr. José Gregorio Hernández (UJGH). El tipo y nivel de investigación fue descriptivo, de campo, con un diseño no experimental. La muestra estuvo constituida por los estudiantes de todas las carreras de la UJGH, de la cual se extrajo una muestra de 90 estudiantes, siendo 24 hombres y 66 mujeres con edades comprendidas entre 19 y 40 años. Se utilizó el Inventario de Indicadores de Estrés (Vargas, 2007), el cual es un cuestionario con 20 ítems, bajo la escala tipo Lickert. La escala posee una validez de

26 15 contenido hecha por juicio de expertos en el cual participaron 3 psicólogos expertos en el área, se evaluó la pertinencia de cada reactivo y se validó el inventario por el acopio de datos. Su confiabilidad fue a través de la fórmula de alfa de Cronbach, con una puntuación de 0.86, indicando que el instrumento es confiable. Los resultados evidenciaron que los estudiantes universitarios presentaron un nivel de estrés bajo, el cual experimentan a través de reacciones físicas y psicológicas que se constituyen como principales indicadores de estrés sobre las cuales se obtuvo igualmente un nivel bajo para ambos indicadores. Se recomendó la realización de investigaciones de tipo exploratorio donde se recaben los datos en otro momento del semestre para realizar comparaciones. Finalmente, las investigaciones de Rosales (2012), Oliveti (2010), Barraza (2009), Tolentino (2009), Gutiérrez (2009) y López (2008) fueron seleccionadas para corroborar la existencia del Estrés Académico y Síndrome de Burnout en estudiantes universitarios, por lo cual, dichas investigaciones aportaron información importante sobre la problemática en distintos países, reflejando las consecuencias y factores importantes influyentes en la población estudiantil, los cuales sirven como referencia para profundizar en el estudio de estas variables en una población marabina.

27 16 Bases Teóricas de la Investigación Estrés Del inglés stress, que significa tensión; ha sido entendido como una reacción o respuesta del individuo (cambios fisiológicos, reacciones emocionales, cambios conductuales, etc.) ante situaciones que percibe como amenazantes o de demanda incrementada. En Psicología, estrés suele hacer referencia a acontecimientos en los cuáles el individuo se encuentra con situaciones amenazantes que involucran demandas fuertes para el mismo, que pueden disminuir considerablemente y hasta llegar a hacer desaparecer sus técnicas de resistencia. La definición del término estrés se importó por primera vez por parte del fisiólogo austrocanadiense Selye, en el año 1936, en la Universidad McGill de Montreal, quien a partir de la experimentación con animales, lo define como "una respuesta biológica inespecífica, estereotipada y siempre igual, al factor estresante mediante cambios en los sistemas nervioso, endocrino e inmunológico". Selye (1956) acuña el título de Síndrome General de Adaptación (o estrés) como la respuesta del organismo a algo perdido, un desequilibrio al que se debe hacer frente; esta respuesta se desarrollaba en tres etapas: Fase de alarma: etapa en que el organismo se percata del agente nocivo (estresor), activa su sistema nervioso simpático y la corteza y médula de las glándulas suprarrenales (que secretan glucocorticoides y adrenalina, respectivamente) para movilizar los recursos energéticos necesarios que harán frente a la situación.

28 17 Fase de resistencia o adaptación: en la segunda etapa el organismo hace frente al estresor; para ello utiliza los recursos energéticos disponibles y, al mismo tiempo, los sistemas y órganos innecesarios para sobrevivir a la emergencia disminuyen sus funciones, por ejemplo, los sistemas digestivo y reproductivo, mientras que otros, como el inmune incrementan su actividad. Fase de desgaste: es la última etapa del síndrome; se caracteriza por imposibilidad del organismo para hacer frente al agente estresor debido al enorme requerimiento y desgaste energético. Por lo tanto, si el estresor continúa activo, el organismo desarrolla múltiples patologías e incluso puede llegar a la muerte. En vez de crear una definición general, algunos autores han intentado categorizar las distintas definiciones. Barrón López de Roda (1997, citado por González, 2008) considera tres tipos de definiciones de estrés: A) Estrés como estímulo: el estrés es definido como cualquier situación que produce una alteración en los procesos homeostáticos. Esta definición ha sido criticada porque no considera las diferencias individuales en las respuestas a una misma situación. Los individuos no son pasivos y existen varias situaciones que producen cambios en los procesos homeostáticos y no son estresantes, por ejemplo, respirar. B) Estrés como respuesta: el estrés se define en términos de las reacciones que son producidas en el organismo. Algunos autores afirman que este tipo de definiciones pueden ser malinterpretadas porque existen reacciones emocionales y físicas que pueden ser

29 18 incluidas en esta categoría y que no resultan estresantes; por ejemplo, las producidas por la práctica de deportes. C) Estrés como interacción: plantea que el estrés puede ser entendido como un producto de la relación entre las características del individuo y del ambiente. En esta relación específica, el ambiente es percibido como amenazante por los individuos quienes consideran que las demandas ambientales exceden sus recursos personales. Los tipos de estrés suelen ser clasificados tomando como base la fuente del estrés, en ese sentido se puede hablar del estrés amoroso y marital, del estrés sexual, del estrés familiar, del estrés por duelo, del estrés médico, del estrés ocupacional, del estrés académico, del estrés militar y del estrés por tortura y encarcelamiento (Barraza, 2005). Así mismo pueden clasificarse según sus efectos, tomando como base la respuesta del individuo ante el estrés, convirtiéndose en eustrés (del griego e bueno) o distrés (del latín dis nocivo, dañino, malo) (Ocampo, 1996). Según Schultz (1985) el eustrés es considerado como energía positiva que se convierte en motivación, consecuencia deseable del estrés que actúa de una manera vigorizante y constructiva haciendo que el individuo realice un mayor esfuerzo y aumente su creatividad. Algo de estrés (eustrés) es probablemente de gran ayuda en ciertas situaciones, pero con demasiado estrés el rendimiento declinará, transformándose en estrés malo o negativo (distrés) provocando retardos, ausentismo, decisiones deficientes, etc. (en Ocampo, 1996)

30 19 De acuerdo con Nagoreda (s.f., en Rojas, 1998), el eustrés produce algunos beneficios en el organismo como: ideación clara y rápida (cerebro), mayor capacidad muscular, mayor capacidad pulmonar, aumenta la actividad motora del intestino, disminuye el flujo en la vejiga, y aumenta el trabajo cardiaco. Además aclaró que estos beneficios se presentan mientras el sujeto perciba las condiciones que generaron el estrés como controlable, pero en el momento que el organismo considera que deja de controlar la situación, se presenta el distrés y por lo tanto las consecuencias negativas que más tarde se manifiestan como una enfermedad. En relación a lo explicado por los diferentes autores que fueron expuestos con anterioridad, los cuales definieron la variable en estudio desde diversos puntos de vistas conceptuales y en contraste a esta investigación, se llega entonces al Estrés Académico, fundamentado en el Modelo Sistémico Cognoscitivista de Barraza (2006), autor base del presente trabajo. Estrés Académico Barraza (2005) define el estrés académico como aquel que padecen los alumnos de educación media superior o superior y que tiene como fuente exclusiva a Estresores relacionados con las actividades que van a desarrollar en el ámbito escolar. En el 2006 Barraza realiza una definición más completa considerando el estrés académico como un proceso sistémico, de carácter adaptativo y esencialmente psicológico, que se presenta de manera descriptiva en tres momentos: a) el alumno se ve sometido, en contextos escolares,

31 20 a una serie de demandas que, bajo la valoración del propio alumno, son consideradas estresores (input); b) esos estresores provocan un desequilibrio sistémico (situación estresante) que se manifiesta en una serie de síntomas (indicadores del desequilibrio); y c) ese desequilibrio sistémico obliga al alumno a realizar acciones de afrontamiento (output) para restaurar el equilibrio sistémico. Estresores Académicos Los estresores académicos son definidos por García (2004) como todos aquellos factores o estímulos del ámbito educativo (eventos, demandas, entre otros) que presionan o sobrecargan de diferente modo al estudiante. Según Barraza et. al. (2011), el origen de los mismos se encuentran en las demandas que la escuela o universidad en lo general, y el docente en lo particular, le plantean a los alumnos y que ellos, tras previa valoración de su capacidad de respuesta para enfrentarlas, las consideran desbordantes de sus recursos para llevarlas a cabo. Así mismo Lazarus (1966, 1991b; Lazarus y Folkman 1984 citados en Huaquín y Loaíza, 2004) señala que no es el estresor mismo el causante de estrés, sino la percepción del individuo sobre el estresor. Es entonces la evaluación cognoscitiva que hace la persona sobre un estímulo estresor lo que define la situación, tanto para la reacción o respuesta estresante como para el afrontamiento posterior.

32 21 Existen tres clases de estresores: físicos, sociales y psicológicos. Dentro los físicos están el ruido, las toxinas y todas las demás sustancias concretas que puedan ejercer algún impacto en el organismo, al menos que sean muy severos, con el tiempo el sujeto tiende a adaptarse a la mayoría de ellos. Por otra parte los estresores sociales provienen de la interacción con las demás personas y con el entorno. Algunos acontecimientos, como la pérdida de un ser querido o los conflictos con otras personas, constituyen otra fuente de estrés. Estos estresores sociales son externos, y por lo regular, están parcialmente bajo el control del sujeto. En cambio, los estresores psicológicos tienen lugar en el interior de la psique y comprenden todas las emociones como frustración, ira, odio, celos, miedo, tristeza y sentimientos de inferioridad. En el caso del estrés académico, Barraza (2007), propone un conjunto de estresores que se pueden considerar propios del estrés académico: competitividad grupal, sobrecarga de tareas, exceso de responsabilidad, interrupciones del trabajo, ambiente físico desagradable, falta de incentivos, tiempo limitado para hacer el trabajo, problemas o conflictos con los asesores, problemas o conflictos con los compañeros, las evaluaciones y el tipo de trabajo que se pide. Estos estresores pueden presentarse de manera breve o prolongada, reiterados, múltiples, y pueden ser reales o exógenos. Por otra parte, Peñacoba y Moreno (1999), mencionaron que entre los estresores que afectan con más frecuencia a los estudiantes son, por un lado, los relacionados con las condiciones estructurales de su situación académica, tales como horarios, aulas y traslados,

33 22 además de la realización de exámenes y la espera de calificaciones, y por otro, la incertidumbre hacia el futuro. Síntomas Existen ciertos indicadores o síntomas que señalan la presencia de estrés académico en los estudiantes dentro de la dimensión sintomatológica. Para Barraza (2008) este conjunto de indicadores se articulan de manera idiosincrática en las personas, de tal manera que el desequilibrio sistémico va a ser manifestado de manera diferente, en cantidad y variedad, por cada persona. Dichos síntomas se dividen en reacciones físicas, reacciones psicológicas y reacciones comportamentales. Reacciones físicas: se refieren a las reacciones propias del cuerpo, donde Barraza (2005) identifica algunas tales como: dolor de cabeza, cansancio difuso o fatiga crónica, bruxismo (rechinar los dientes durante el sueño), elevada presión arterial, disfunciones gástricas, impotencia, dolor de espalda, dificultad para dormir o sueño irregular, frecuentes catarros y gripes, disminución del deseo sexual, excesiva sudoración, aumento o pérdida de peso, temblores o tic nerviosos. Reacciones psicológicas: tienen que ver con las funciones cognoscitivas o emocionales de la persona, las cuales según Barraza (2005) podrían ser: ansiedad, susceptibilidad, tristeza, sensación de no ser tenido en consideración, irritabilidad

34 23 excesiva, indecisión, escasa confianza en uno mismo, inquietud, sensación de inutilidad, falta de entusiasmo, sensación de no tener el control sobre la situación, pesimismo hacia la vida, imagen negativa de uno mismo, sensación de melancolía durante la mayor parte del día, preocupación excesiva, dificultad de concentración, infelicidad, inseguridad y tono de humor depresivo. Reacciones comportamentales: están relacionadas con las conductas de las personas. Según Barraza (2005) algunas de ellas son: fumar excesivamente, olvidos frecuentes, aislamiento, conflictos frecuentes, escaso empeño en ejecutar las propias obligaciones, tendencia a polemizar, desgano, absentismo laboral, dificultad para aceptar responsabilidades, aumento o reducción del consumo de alimentos, dificultad para mantener las obligaciones contraídas, escaso interés en la propia persona, e indiferencia hacia los demás. Los síntomas generales del estrés de acuerdo a Núñez, Archila, Cáceres, Girón, Alfaro & Mejía et. al. (2008) son: estado de ansiedad, sensación de ahogo e hipoxia aparente, rigidez muscular, pupilas dilatadas (midriasis), incapacidad de conciliar el sueño (insomnio), falta de concentración de la atención, irritabilidad, pérdida de las capacidades para la sociabilidad, y estado de defensa del yo.

35 24 Estrategias de Afrontamiento Ante el desequilibrio que produce el estrés, el individuo pone en marcha diversas estrategias de afrontamiento para restaurar el equilibrio del sistema. Reynoso (2005) define el afrontamiento como el proceso a través del cual el individuo maneja las demandas de la relación individuo-ambiente, las cuales evalúan como estresantes y las emociones que ello genera, alude procesos cognitivos y conductuales constantemente cambiantes que se desarrollan para manejar las demandas específicas externas e internas que son evaluadas como excedentes o desbordantes de los recursos del individuo. Representa un conjunto de actividades adaptativas que implican esfuerzo y que no incluye conductas cotidianas, siendo mejor el afrontamiento que modifica la relación individuo-entorno en el sentido de mejorarla. Lazarus et. al. (1980, citado por Cabanyes, 2003) plantearon 8 vías diferentes de afrontamiento pero que podrían complementarse entre sí: 1) Afrontamiento por confrontación: se refiere a afrontar directamente el problema; 2) Distanciamiento: apartamiento parcial del problema; 3) Autocontrol: evitar las manifestaciones externas de las emociones; 4) Búsqueda de apoyo social: pedido explícito de ayuda; 5) Aceptación de la responsabilidad: asumir las consecuencias de los fallos; 6) Escape-Evitación: huida y no se enfrenta el problema; 7) Resolución planificada: se enfrenta el problema de manera ordenada y sistemática; 8) Reevaluación positiva: destacar aspectos positivos del problema.

36 25 A su vez, Reynoso (2005) expone que las estrategias de afrontamiento se utilizan para atenuar las dificultades o para minimizarlas, aceptarlas o ignorarlas. Sin embargo Reynoso (2002) en Psicología de la Salud menciona que las estrategias de afrontamiento más utilizadas son: afrontamiento directo, búsqueda de apoyo social, planificación y solución de problemas, reevaluación o interpretación, autocontrol, escape-evitación, distanciamiento, aceptación, distractores, redefinición de la situación, desahogo de emociones, relajación, religión, catarsis, conductas de autocuidado, consumo de alcohol, refrenar o posponer el afrontamiento. Las estrategias de afrontamiento desadaptativas reducen el estrés a corto plazo, pero considerables efectos nocivos para la salud. Aunque son muy variadas las estrategias de afrontamiento, Barraza (2008) sugiere las siguientes: habilidad asertiva; elogios a sí mismo; distracciones evasivas; ventilación o confidencias; religiosidad; búsqueda de información sobre la situación; solicitud de asistencia profesional, tomar la situación con sentido del humor, y elaborar un plan y ejecución de sus tareas. Así mismo, Figueroa, Contini, Lacunza, Levín y Estévez (2005) realizaron un estudio en el cual se reportó que los alumnos de educación media superior utilizan diversas estrategias de afrontamiento dirigidas a la resolución de los problemas, entre las cuales se encuentran el concentrarse en resolver el problema, esforzarse y tener éxito, preocuparse, invertir en amigos íntimos y distracción física.

37 26 Sin embargo, Massone y González (2003) refieren en su estudio que la forma preferida de afrontar los problemas cotidianos y académicos de los alumnos de educación media superior fueron: buscar diversiones relajantes o actividades de ocio como leer o pintar; la distracción física que se refiere a hacer un deporte o actividad; invertir en amigos íntimos, que induce a la búsqueda de relaciones personales intimas y preocuparse, buscar pertenencia y fijarse en lo positivo. Ante el proceso descrito con anterioridad, el cual incluye los estresores que generan un síntoma en la persona sea físico, psicológico o conductual, que lleva al individuo a buscar una manera de afrontar la situación, se observa que en algunos casos las estrategias de afrontamiento usadas no llevan a la solución del problema, ya que no en todo momento estas son las mejores para la situación, por ende, tras el fallo de la estrategia utilizada, el sujeto puede manifestar un largo periodo de estrés al no lograr el equilibro deseado, que lo puede llevar a lo que se denomina el síndrome de Burnout que se desarrolla a continuación. Burnout El término "Burnout" procede del inglés y se traduce en castellano por "estar quemado". A mediados de los años 70 el psiquiatra Freudenberger (1974) describió el síndrome Burnout, aunque no con tal nombre, como una patología psiquiátrica que experimentaban algunos profesionales que trabajaban en algún tipo de institución cuyo objeto de trabajo son personas. El psiquiatra trabajaba en una clínica de Nueva York y observó como la gran mayoría de los voluntarios que trabajaban con toxicómanos, en un periodo determinado -

38 27 normalmente un año-, sufrían de forma progresiva una pérdida de energía, hasta llegar al agotamiento, síntomas de ansiedad y depresión así como desmotivación en su trabajo y agresividad con los pacientes. Su definición reagrupaba diversas manifestaciones de tensión que se daban en personas que él denominada "adictas al trabajo", por lo cual define al síndrome de burnout como una "sensación de fracaso y una existencia agotada o gastada que resulta de una sobrecarga por exigencias de energías, recursos personales y fuerza espiritual del trabajador". Según los estudios anteriormente realizados por el psiquiatra Freudenberger (1974) este síndrome sería contagioso, ya que los trabajadores que lo padecen pueden afectar a los demás con su hastío, desesperación y cinismo, con lo que en un corto período de tiempo la organización, como entidad, puede caer en el desánimo generalizado. Por otra parte, Maslach (1976) utilizó el término Burnout, empleado hasta entonces por los abogados californianos, para describir el proceso gradual de pérdida de responsabilidad profesional y desinterés cínico entre compañeros de trabajo, para referirse a un conjunto de respuestas emocionales que afectaban a los profesionales de ayuda. Determinó que los afectados sufrían "sobrecarga emocional" o síndrome de Burnout y lo definió como "síndrome de agotamiento emocional, despersonalización y baja realización personal que puede ocurrir entre individuos cuyo trabajo implica atención o ayuda a personas". Este síndrome recoge una serie de respuestas a situaciones de estrés que suelen provocar "tensión" al interactuar y tratar reiteradamente con otras personas y que se manifiesta en los

39 28 diferentes aspectos. Según Maslach y Jackson (1981) este síndrome se presenta sólo en trabajadores que tienen contacto con otras personas, es decir que es un problema exclusivo del área laboral del individuo. Desde el punto de vista de Maslach y Jackson (1981) el síndrome de burnout posee tres dimensiones: a) el agotamiento emocional caracterizado por la falta de energía, entusiasmo; b) la despersonalización referido al desarrollo de actitudes negativas y de insensibilidad hacia los colegas, los clientes o receptores de servicios; y c) la baja realización personal que lleva a una percepción de que las posibilidades de logro en el trabajo han desaparecido, junto con vivencias de fracaso y sentimientos de baja autoestima. Burnout Estudiantil Para efectos del presente trabajo se define el síndrome de burnout estudiantil desde la perspectiva de Barraza (2008) como un estado de agotamiento físico, emocional y cognitivo producido por el involucramiento prolongado en situaciones generadoras de estrés. Él considera que tanto los trabajadores como las personas que no lo son, en este caso los estudiantes, pueden llegar a padecer o manifestar dicho síndrome, no siendo exclusivo del área laboral, sino de la vida en general del sujeto. Además ubica el burnout desde un enfoque unidimensional, tomando como única dimensión el agotamiento emocional.

40 29 Diversos estudios tales como los de Martínez et. al. (2002), Barraza (2009) y Gutiérrez (2009) demostraron la existencia del burnout en estudiantes. Ramos et al. (2005) mencionan que el burnout se presenta en alumnos de los últimos cursos de la carrera, así como en los estudiantes de posgrado, siendo el cansancio emocional la manera en que se manifiesta, ya que las otras dos dimensiones características de dicho síndrome (despersonalización y falta de realización personal), son prácticamente inexistentes en los estudiantes. Así mismo, Suárez & Contreras (2013) realizaron en Venezuela un estudio comparativo sobre el síndrome de Burnout entre alumnos y profesor-odontólogo de la facultad de odontología de la Universidad de los Andes, donde se observó que hubo una diferencia en los niveles de agotamiento o cansancio emocional entre ambos grupos, indicando que los estudiantes muestran mayor Burnout presentando niveles medios, mientras que los profesionales niveles bajos, lo cual, según las autoras, pudo deberse a que los educandos se encuentran expuestos a diversos factores tales como: los exámenes académicos, a la etapa del desarrollo por la que pasan, el tiempo que se encuentran dentro de la institución, el hecho de cumplir con un récord, entre otros. Agotamiento Emocional Como ya se viene hablando, existen dos posturas en cuanto a las dimensiones que posee el síndrome del burnout, la primera lo trabaja desde un enfoque tridimensional y la segunda